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III
LA FILOSOFf A ESTOICA

I. LA IRRUPCIÓN DE LAS FILOSOFfAS


HELENÍSTICAS
El año 3zz artes de Cristo murió Aristóteles en la isla de
Eubea. Con él termina un período de incomparable actividad
filosófica en Grecia, que comienza con Sócrates y llena apro-
xir¡adamente un siglo. En manos de Platón y de Aristóteles,
la filosofia. alcanza una precisión y un rigor intelectual des-
conocidos antes y que han resultado ejemplares para" la idea
posterior que se ha tenido del filosofar; cuanto en la historia
ha pretendido pasar por filosofía, ha tenido que sufrir la
comparación con el modo de pensamiento platónico-aristoté-
lico. Estos dos sistemas han tenido *y siguen teniendo- un¿
vigencia milenaria, hasta el punto de que de ellos se ha nu-
trido c¿si toda la filosofía medieval y moderna.
Pues bien, hacia el año 3oo, Zenón de Citium, un chipriota
de origen fenicio, dedicado al comercio, naufruga y llega
arruinado a Atenas, donde establece una escuela de filosofía,
en el Pórtico cle las pinturas o Stoi poikíle, una especie de
museo decorado con cuadros de Polignoto. Desde entonces,
el estoicisrno,cada vez más floreciente, suplanta a las doctri-
nas anteriores y se convierte, de un modo casi absoluto, en
la filosofía de la época. De una época, por cierto, muy larga,
que alcanza por Io menos cinco siglos. ¿Qué ha ocurrido?
¿Cuál es esta doctrina que ha desplazado así súbitamente las
más altas creaciones de la mente griega?
Se plantean dos cuestiones independientes, aunque luego re-
sulten vincul¿das. Por una parte, la suerte del aristotelismo
después de la muerte de su frindador; por otra, el triunfo
BToGRAFiA DE LA FTLOSoFÍA r3r
r30 JULIÁN UARiAS
_-y
secundariamente de otras doctrinas afi- El caso de Aristóteles es aún más grave. La extraordinaria
del estoicisms
riqreza de la filosofía
aristotélica significaba un riesgo. En
;;;- la vida áe los pueblos helénicos' Como es bien sa-
";
biáo, Aristóteles no enc,"rántra rrn discípulo de talla filosófica primer lugar, no hay acaso después de su muerte nadie que
sea capaz de poseer con plenitud la totalidad de su saber;
.Á-outubl.t Teofrasto, Menón, DicearCo, Estratón de Lampsa-
Aristóteles había creado una serie cle disciplinas enterarnente
;;;-'áü;;pi" Eudemo, todos ios continuadores de Aristóteles pot lo nuevas o sólo germinalmente existentes en la filosofía a¡te-
.í ii.áo, están muy lejos de slr maestro;. esto es'esto' rior, difíciles de dominar, de un lado, y de otro propensas a
"l
l)ronlo. ¡Í azar: pero aunque no fuem más que no
perder'dé visia el-papel que el azar.desempeña en provocar el deslumbramiento. Y en efecto, vemos cómo en el
i. lu ,idu humana; iin él ¡n'ro'n de \a existencia Liceo se cultivan sobre todo las dimensiones más caracteris-
il;;;;t
.if -fr"*¡*
"ro¿.Át s¡'do la suerte del ticas y a la vez más superficiales del saber enciclopédico de
q". f"é Platón, ¿cuál-.huLieta Aristóteles: obras de historia de las ciencias físico-rnatemá-
socr¿tismo en'Grecia? Podemós adivinarlo si consideramos el
soc¡ático: cas (Teofrasto, Eudemo, Menón, Dicearco); obras botáni-
resto de las consecuencias del magisterio Jenofonte'
cas, zoológicas y aun biológicas, como las del propio Teofras-
;;;-";; futt., y la moral cínico-cirenaica, Por otra' En esta
i"it*r-ati""tiui.iu histórica tenemos un ejemplo comparable: to, qne escribe además los Caractere!, rtna serie de ensayos
;-;p"til¿; de Aristóte1es, un extranitto,-.tt lahubiera Academia
te-
descriptivos cuyas raíces intelectuales se encuentran en 7a Ética
aristotélica. Se subraya la dimensión natural del pensamiento
olatónica: sin su presencia, la filosofía de Platón
tuvo dento de Aristóteles, hasta el punto de qug en maoos de Estratón, el
;;;; ;;;.,r,adaÁente
tA.rñtn- el desarrollo que después
-Aristófeles
no tuvo el primer motor inmóvil, es decir, Dios, queda incluído en la
il l" *it*u. Pues bien, pbfuys. Junto a este desarollo de las cuestiones naturales o
Platón crue tocó en suerte a Sócrates, ni quien desempeñara
en la Academia' de la lógica aristotélica en cuanto disciplina formal, de inne-
;;;"'á;
-"H;;t; ci .1 pup.r del propio Atistótelás gable influjo en el progreso de la ciencia helénica, hay un
totá ¿'" .rnu .ir.tÉiót' de mera catid'ad intelectttal'
sino primariamente de un problema de ac¡i¡ud ante la filo-
abandono creciente de las cuestiones metafísicas más profun-
das, de las que confieren al aristotelismo su valor más alto
r"iir.'iá¿o filosofar tiene una pluralidad de dimensiones' y su inagotable fecundidad; la prueba extremada de esto la
o". fo qeneral sólo iniciadas y que funcionan determina
rigurosamente
da el hecho de que el undécimo escolarca del Liceo después de
il^"-ñiioii¡¿ade¡. La elección dé unas u ot¡as más
una filosofía' Platón tuvo el Aristóteles, Andrónico de Rodas, inmerso en el pensamiento
;;;á;-i, suerte ulterior de
estoico, no sabe ya qué hacer, en el siglo r a. de C., con los
];;t. ;;l- á. ,.cog., las posibilidades más fecand'as del
p.tru*i?rto socrático, que loi cínicos, por -eje¡rplo' no su- catorce libros de la Filotofía primera, y los coloca, en su edi-
pi.tot siquiera adivinar. Aristóteles partió de los ProDlemas ción aristotélica, d,etrás de los escritos físicos, forjando así el
nombre azaroso y feliz de Metafíica.
:;;;1.; áel platonismo, de los punlos eo. qu: .los hallazgos Hay, por tanto, un cambio en la actitud a¡te la filosofía;
á.-to *u.tttJ se hacían últimaménte cuestionables: Pala To;
." filosofía; y así, al deiar de ser- platónico' lo fué dentro del mismo Liceo, desde muy pronto, se va a entender
"ifirrt
en el único sentido ét qr.,. era posible serlo filosóficamente; por filosofía no tanto la próte philotophia aristotélica, la cien-
mientras tanto, Espeusipá y sus continuadores en la
Acade' cia acerca del ente en cuanto tal, como las disciplinas seclln-
mia se tnantuvieroi deátro'de la escolaridad platónica' perdi- darias, y éstas despojadas de su última sustancia metafísica:
de la dialéctica, y así los académicos vlnle- lógica sobre todo como LIn arte dialéctica-,
dos en el cultivo
física -entendida
conjunto de saberes acerca de las cosas natu-
;;; ; p;;tt en un huero escepticismo, a cien leguas de Platón' -como
BIOGRATfA DD LA I,.ILosoITiA r11
f32 JuLIÁN ¡rlnf^as
el Pórtico (cincuenta y ocho años, según Diógenes Laercio),
rales- v ética -interpretada como simPle caracterología o muró muy anciano, dejando como jefe de la escuela a otro
co,i; á" ior*u, de vida-' E', 1PI:I¡T19T:1- asiático, Cleantes de Assos, un antiguo púgil, que llegó a
i..-.t "'i.ffio'io
.to"á*a
-,;i;;"ilt estoico de la filosofia y' e.n.última instancra'
-iii"*rl,s Atenas con cuatro dracmas y se dedió por tás noches, ñgún
.i je morales heienístico-romanas' Este se cuenta, a agaa de los pozos, paru pagat por el día
que conviene -sacat
., "" fr".f'ro de extraordinarias dimensiones' su óbolo en la escuela de Zenón. Cleanfes es una mente tosca,
i.glttto. y señalar; ,pero el hacerlo, no sólo no resuelve la sin contenido teórico alguno, y el estoicismo prosperó gracias
."?ttiO", iirro qo. la ptantea en su. máxima agadezaz ¿por a.Ia presencia de un discípulo más agudo, Crisipó nu.Ido en
Ls.cosas?,Aparte del azar vez no tan Cilicia, eri el Asia Menorf que Ilegó á ser el teicer escolarca,
;;é"p;;;";sl a prr*.ru vistá parece- de que -talfalten después y a quien puede considerarse como el verdadero fundador
azaroso como
q-ué des- del estoicismo o, por lo menos, de la doctrin¿ estoica. De él
á" ,tiittái.f.t fil'ósofos de *ugi'itod compa-11ble'-.¿por
;;át á" é1 se cambia de aai[ud a¡te la filosofía? Esta cues-
¡e. llgSó_ a decir:
"Si no hubiera existido Crisipo, no hubiera
itó" ;;."8 ñ posibilidades de estas notas.' pero en
será
uoa
na!i!9 Stoa" (ei p"t rdp fiv Xprlornrcoq, oüx,Íy iv Xrod).r Es-
;;;"tt"; abordarla ,it poto más adelante' siquiera cribió, según Diógenes, más de setecientos cinco libros,'cle los
primera y provisional aproximación' que sólo se conservan bastantes títulos y algunos fragmentos.
t^g"*or'visto
cómo .."u^po'n, por decirlo así' la-sustancia En el siglo rr el relieve de las figuras'priñcipales dil estoi-
del aristotelismo, ya a finei aei sigto w; dentro
de Grecia cismo (Diógenes el Babilónico, Añtipáter de -Tarso, etc.) es
tiene una escasísima ,ltuli¿ra histólica, que. contfasta sobre' mgnor, pero la doctrina sigue atrayendo grandes masas de
manera con sus eg..gius calidades intelectuales
y con su efi- opinión helenística.
.r.ln deníro iel mundo cristiano' Ahora tenemos- 1u: En la misma centuria, y hasta comienzos del siglo I, apa-
;i;;;i "tt.tiot,
;.térso de lo *tiulln, es decir' la exttaia vitalidad rece ura renovación de la Stoa, conocida con eI nombre -de
áei-estoicismo durante unos quinientos años
y sus duraderas e¡ioici¡mo medio, Sus cabezas principales son panecio (panai-
recientes' eQle suerte corre la reaÍ- tios) de Rodas (r8o-rro), muy inlluído por las enr.iunzus
influencias en épocas más
de la
áuá f,itt¿ti.n qire llamamos estoici¡mo?
"-ir^ri-ir rr'oi¿ tt.oo con la historia de la antigua Stoa' .Academia, .y el sirio Poiidonio (riS-go, aproximada-
mente), que cultivó con intensidad las ciencias
farticulares.
todo del cínico En este momento comienza la profunda influencia del estoi-
z;¿;'7;¿;;.Ñ" de varios filósofos' sob¡e de Polemón v de cismo en Roma: Panecio fué amigo de Escipión el Africano
¿;;ü fá. rtürpo.,, igtgg de Jenócrates'
Diodoro de Megara. r Es"decir,.áputttt en la depend:i:1ij' y de Lelio; es bien sabido que ll familia áe los Escipiones
,rurio, ot*tos tioralistas, procedentes más o menos Indrreca- fué de las primeras en heleniiar Roma; además, panecio^ vivió
*..iá Él mismo es m¿rino y comercian-
-"" á.f círculo socráticd.apartado en Roma varios años, mientras Posidonio enseñaba en Rodas,
i"- lro*¡re de acción, de la aida teorética' qtte lugar de reunión para el estudio de muchos romanos cultos.
y
ná viaia "por ver" (0etoP rlq eYvexev)-, sino por.comPrar El estoicismo rnedio rompe, en cierta medida, el dogmatismo
t"ego'sopotté' con perfecta- serenidad su nau- cerrado de Ia escuela, pata acetcarse a otras, y comieáza a ad-
"l"i.tl-r""!*
i'";;'yir'E;¿jáá'á" rit riquezasi estos hechos de su vida' quirir un.tinte ecléciico y en parte romanizaáo, que va a ser
en todo característico de Ia última etapa de la Stoa.
unidos al de su procedencia ásiática -tan .frecuente el sen-
antiguo-, son de clata significación en El estoicismo nuevo, que llena los dos primeros siglos
.i- de
;id;l;úi á. su fílosofia' Después de una larga enseianza en
"r,ái.ir*o -l E@.n", Laercio, vrr, r83.
-J-D-óg.n", Laercio, vl, r, 16, z5'
BIoGRAFÍA DE LA FILoSOI'IA rj5
JuLIÁr.I 14ARÍAS
r14
de sus relación mutua y su jerarquía. Desde luego, la ética absorbc
romano' Poco importa que la atención de los estoicos, y a ella tiende
nuestra era, es resueltamente 7a mayor parte de
escriban-en griego y uno-de
tres principal., ,.p"""ü;t;;; atec' todo el esfuerzo del filosofar. Los estoicos, como los epicú-
éstos ni siquiera-sea to-u'ot
la escuela está esencialmente reos, echan mano de las doctrinas presocráticas, más que de
imperial' v su centro
tada oor las condtctonet Jt''i¿^
de la.época la filosofia platónico-aristotélica; sería un error creer que la
ryá.!::
fr:q:$+?::_"f tJj,:;,,,¿l m") ;' ¡: especulación de los "fisiólogos" estaba muerta en Grecia;
basta ver la atención con que la estudia Aristóteles, sobre
u é1 ;s' EPi¿teto ( o- r zo)'
[nJ'-,ff i::x..:,'"ii;i";;'o*"ioi 5

üterto falorito de
todo en el libro r de Ia Mefafísica y en los cuatro primeros
un'frigio que fué "..iJ;""á;-;i'ñáit"' de la Fíica; después de él se vuelve a las antiguas doctri-
de.é[ sus DiserÍaciones nas, y mientras los epicúreos se acogen a Demócrito, los es-
Nerón, y luego
""ut'io']"-t*"t"utt noqoir;dio'n de moral; por
o Diatribas v on v'"ui"ii'i)i-o
"\;;;;;""^;"lio'Antoninn' que escribió toicos acuden a Heráclito.
últinro, el empetador El pensamiento de la Stoa es sensualista. El conocimiento
(Ete'ézytó'y)"y vivió de
en grieqo unos famoso s Solilo.quios y Py:'"^': consiste en uria aprebensión de su objeto, en virtud de una
;;r*;%;"ó.tp"a puerto el estoiéismo. pierde huella o impresión que éste produce en el alma. Cuando Ia
a doctririas neoplatónicas y
orren-
áái,r*ri, ..¿i..rd'o "l "'fl'"i:
romeno hasta representación es totalmente clara., provoca el a¡enfirrtienio de
tales.que uon u ¿o*l'ii''t" á¿á el Império la mente es el elemento aciivo del conocimiento-, y
el fínai de la Edad Antisua. entonces es-éste
cu¿ndo toma posesión de su objeto ( qavraolt
corriente de estoicismo que
Como vemos, t'oy o"n'áensa aytpte medio mile- xara),r¡r,rtxi). Ze¡6n gustaba de expresar con una comPara'
domina el mundo f'"fttdit"""Áuno a raiz de ción plástica el proceso del conocer: la mano abiefia, con los
nio. Mientra, u¡"ii'iiil;";i;il:".llLl"'n"u de Zen6¡ dedos extendidos, es la meru visión o representación; la mano
"r
la muerte del gran filósofo' lá tosca
cspeculación
semicemada es el asentirniento; el puño apretado es la com-
pet;;bte-'vitalldad' Y fuera de
de Citium está dotada Te"ui; "antisuo"' e[ estoicis- prensión; por último, cuando Ia mano izquierda oprime fuer-
la esfera d. ptn'u*it'iáltititi^*t"tt temente el puño cetrado, se tiene simbolizada la ciencia. 1 Es
*.',¡il +a"i: :{}*,1;.*r *;,:',tr#J: :,11,X, decir, conocer es apoclerarse de una cosa, de un modo casi
ril"'"ría módérnas' I físico y corporal. Esto conduce a una especie de nominalisrno,
3f ;fl:'Í'ñJ.":',J^,J"it,.'*"" de/-r'
esta filosofíl de tau rara
¿"ttti"tf
en virtud del cual Zen6n niega realidad a las ideas platónicas,
;Cuál es eI contenroo pata afirmar la existencia única de las cosas individuales.
i,ituti¿ud histórica? El consentimiento universal está determinado pot :uÍtas no-
iione¡ communes (xo .val éyvo¿il), presentes en todos; cada
II. LA DOCTRINA ESTOICA TZi.o-ór, Acad., l, r35. "At scire negatis quemquam rem ullam
en tres partes: lógfi: nisi sapientem. Et hoc quidem Zeno gestu conficiebat. Nam cum
Los estoicos dividen la filosofía estas tres Partes extensis digitis adversam manum ostenderat, visum, inquiebat, hujus
física y ética. InsistJri,'u;" ÁUutg1 modi est. Dein cum paulum digitos contraxerat, adsensus hujus modi.
ll..llt
aqui en el detalle de su Tum cum plane compresser¿t pugoumque fecerat, comprensionem
son inseparables; no podemos entrar illam esse dicebat; qua ex similitudine etiam nornen et rei, quod
--r s"G esta penivencia del estoicisT?l-^f"tdt consultarse la vt ante non fuerat, xará).¡rplv imposuit. Cum autem laevam manum ad-
Los esloicos' a besar de sus dett-
moverat et illum pugnum arte vehementerque comPresserat, scientiam
Parte del libro de PaJ Barth: ^';";;; señalar las influencias
ciencias v de ciertos :i' #;' todo
'1' talem esse dicebat; cujus compotem nisi sapier-rtem esse neminem."
;ri;i;;, én los textos cristianos.
BIocRapfn DE LA FILosor'ÍR r37
r36 JULIÁN tr,I¿nf,cs
esas noclones El principio divino liga Ia totalidad de las cosas mediante
vez se fué acentuando más la convicción de -que una ley, identificada con la razón universal, y este enca-
en todas
,or, lnrrutur, y esto ha tenido consecuencias düraderas denamiento inexorable es lo que se llama destino o hado
*"i;ri;ir;
las teorías innatistas de la época moderna' ,
rstoica admite áos principios, lo activo y
1o pa- (ei¡rap¡i.ér,r1 ). Esta vinculación afecta al pasado, al presente y
es l.a,ma- al futuro, y hace posible la adivinación; si el hombré poseyera
sivo lrb notoúv xaf tü rcrioxov)i el piincipio pasivo la ciencia divina, conocería el porvenir, pues todo éstá de-
cualidades; e1 activo, la razón ()_ó1oe) que reslde en
teriaii¡
'rtt", terminado desde el principio y ligado necesariamente. Cice-
coul llaman d'ios (6 oeóq)'.Este principio.tiene
ca-
iin flúido r6n(De diainalione, r, 55, lz5) define el fatum como con-
iá.á. .orroral v se mezcla i la máie¡a' como un gene-
ligalio causarum ontniune., De esta doctrina se desprende un
i^á"r, á.i,ft sri nombre deruzót seminal o ).ó1oq onep¡rarrxóq determinismo que destruye la libertad y aconseja no obrar,
(cip1aí) de tos
lor otra Parte, se distinguen.Ios-dos principlaraite' tierra'l- puesto que lo que ha de ocurrir ocurrirá necesariamente: si
,iutio ,li*tn'tos (orotleia ): fuego, agua'
--Ei-pri"iipio yo estoy enfermo y me he de curar, me curaré, aunque no
aaivq Sr, .Áu,tgo] interpretado corporalmen-
"siguiendo h i"plTi::^ llame al médico. Esta objeción es la "razón perezosa" o ).ótoq
te, se' ideritifica con el fuego, 1: &,ep^¡oq ; Zen6n respondía que todo está determinado necesa-
Heráclito; eI fuego, elemento sutil, pone en movlmlento
Ia
la nafiitaleza está con- riamente, y por tanto que llamaré al médico y me curaré, o
materia v realizaius transformacionesl no lo llamaré y me moriré, por ejemplo: es la teoría de los
;;tdr-rJb;;i*"áa" de Ia 'ré1vr7, d'el arte; por esto se llama
confatalia de Cicerón (De fato, rz, z8), con la que tuvo que
texv¿xóv)'' O" tiempo en tiempo
(*úp so-
al fueqo atrifice
;;.;i.",r? l"^''ii"riis;^.ioá o éxtr1poor6, v todo el mundo enfrentarse Leibniz, desde distintos supuestos (Discurso de
repetir rnetafísica, 4).
,".fr. A fuego prirñoidial, para volier a salirdedelaé1-y- El encaden¿miento de las cosas determina una armonía
ei ciclo; esta áoctrina ., .,Á ihto antecedente del eterno
entre ellas; el universo es como una obra de arte, conexa y
--ói"; de Nietzsche' 2
reÍorno,
y a-*"nao aParecen ide¡tificados en el estoicismo' la prime-
ordenada; el destino aparece, consider¿do así, como prooidencia,
rp6vor"u. El mundo _-es decir, Dios- es inteligente; su belle-
S.g,úi-Z'."0", el rnun.lt se dice de tres maneras' y za y rcgtilaridad lo prueban; más aún, la existencia de Dios
éste es rector
ra"de ellas és Dios, incorruptible.e ingénito; se desprende de Ia contemplación de ese orden y esa armonía,
a.f l""Jt, perc a távez su sirstancia; y, por otru parte'-Zenón
que aqrsan la obra de una inteligencia; pero no olvidemos
;il;q* át-Áo.rao entero es la susiaÁcia de Dios' La Na-
que en el estoicismo esto quiere decir el carácter diuino del
tualeza,'por tanto, como coniunto..armónico de los
entes'
mundo, no la existencia de un Dios trascendente a é1. Y esta
regido por un principio q.tt tt inteligencia, taz6n' se identi-
inmorial' noción de la providencia remite al problema del mal; en el
r;:;;ffi ói'Irlárá. s óios es, p"ei, un viviente a todo pensamiento estoico aparece Ia necesidad de una "teodicea",
;;;i";;i, perfecto, inteligente en ia felicidad, ajeno
en él mediante su toma¡do el. término ctlm grdno ¡ali¡. Si en toCo impera el
*u1, qo. iie" et mundo-y cuanto hay Pro-
orden divino, ¿por qué hay mal? Los estoicos respond?n me-
;á;t;'* i*Art¡n dcl todó, Pero no áe4 estmctura antropcmór- diante dos consideraciones: por una parte, los cbotrarios se
f.ica, y como padre de todas las cosas'
necesitan y se apoyan mutuamente; sin mal no hay bien, y a
a-ñZl"t"t Laercio, vu, .,16' la inversa; por otra parte, niegan una últiraa realidad al mal,
z lbid., ts6. y suponen que las cosas malas eólo lo son en apariencia, to-
3 lbíd., t37, r47-8. madas aisladamente, y sinen a Ia perfección de-la totalidad.
4 tbíd, Í41.
I38 J uLIÁN uanÍas BIoGR,tr,f¡. DE L^ rILoso¡rfn r39

La verdad integra sólo se conoce¡ía si se comprendie.se la para mi fruto cuanto me traen tus horas, ¡oh naturaleza!
totalidad del universo; por taoto, queda como única forma Todo viene de ti, todo está en tí, todo vuelve a ti." 1
á.-r¿"ir.i¿" la ley dirina universai que encadena todas lla-
las La virtud (dperú) consiste en esa conformidad racional con
cosas en un conjuáto ordenado y armónico, y a la cual el orden de las cosas. El sabio está de acuerdo con la natura-
*^Áot naluraleía. Esta es la culminación de Ia física estoica' Teza y conforme con el desiino; en cambio, el hombre irra-
y' á. ,q"i atralca, justamente, la moral de la escuela' cional, el que no vive según su propia naturaleza, está en
La éiica estoica se resume en la famosa expresión aiait se' desacuerdo consigo mismo y con el mundo, y el destino lo
srin Ja naÍuralezal¡ pero esta fórmula encierrá graves compli- arrastra en vez de conducirlo: ducunt uolenteru fala, nolenÍem
iulion.t. nt p.i-.. i"g ar, la nab;ualeza o pb'isis no se dice de un trabunt, según traduce Séneca el verso de Cleantes.
modo equíváco, sino !uá designa, por ona'Pafte, la Naturaleza _ De aquí se sigue el sentido de la norm¿ moral estoica, y a
."i" t"iJiiad'de tas'.oru, y" el' fondo pe-rmanente de donde la vez el c¡iterio para toda valoración. La ruz6n recta ( dp0ó6
emergen, y, Por otra parte, la haturaleza propia de cada
cosa; en ).ó^¡oq ) es la virtud. El hombre obra bien cuando se compor-
.t puí.i. éítJdo, o;alenes advierte que Zenén dice que el fines ta de un modo conforme a. la ruzón; el concepto de dZber
vivlir según la nahualeza, en su libto Sobte la nd¡uralezd det' no existe propiamente en la ética estoica, ni, en general, en la
borubre"(flepi av0pórcou gÚoetog)' ¿De qué ¡at'¡ruIeza se trata' moral antigua. Lo debido (xa0¡xov), en latín officiztm, es
oo.r¡ ;d"b.'a to-Ure tég,i,i su iat'xaleza, o la
.seglt más }ien lo
adecuado, lo decente (es decir, lo que conviene,
"itii
Luru utZrl? Ante todo, el hombri, como todo ente, debe con- quod decet), lo que está bien en un sentido caii estético y,
.oráu, .onr;go mismo; ése es su bien' Pero ocurre que la natu- sobre todo, de armonía con la natuta'leza, Lo recto es, por
ruleza del hómbre consiste et sa tazón' El hombre es un vl- taoto, primariamente lo correcto. Pero el verdadero valor
tuiio" al; y la razón no es privativa del hombre' sino moral aparece cuando este officium no es sólo med.io, sino
"i."t.
oue es sólo una perceln de la tazói universal, de la que
rige perfecto, cuando la acción se realiza no sólo de acuerdo coo
J-átá."" el uniierso entero (no olvidemos la especulación la razón, sino por ella; anando es la acción del sabio; y en-
tresocrática sobre el nois y el lógos, realidades com'tnei
*el tonces recibe el nombre de xarópgt»¡;.s. Y, por otra parte, lo
parrici'
iii¿"- ¿i Heráclito- de' las qüe los hombres sólo. t1n]c9 q1e resulta valioso pata el estoico es lo que depende
ban\. La razón, que es nuestra iaturaleza, nos Pone de acuer- del hombre, de su comportamiento racional; todb lo áemás
'¿o áon el univerio entero, es decir, con la Naturaleza' 'Esta es indiferente luego se reconoció la existencia de
-aunque
id.u ., el eje de toda la moral estoica: la escuela, de Zen6¡ cosas preferibles-; por esto, el sabio se basta a sí mismo,
u tvlu..o Auielio, la repite y glosa de mil modos; en el último lo lleva todo consigo y está por encima de todas las contin-
se-e"c"e"tra un paraje'qu. .ipt.tu, con todo el noble énfasis gencias. Lo único que importa es la mz6n, y no la puede
á.r-.Áf.r^ao, .itoi.á, éta ptófrttda convicción: "Me convie- perder mientras sea hombre; 1o demás no puede afectarle, no
to¿á lo que está áe a.iretdo contigo, ¡oh mundo!; nada es en rigor bueno ni malo; por esta vía se llega en el estoicis-
;; p;;ri"tJ ni tardío pata mí si ei oportuno para ti' Es
"" mo a una forma extrema de auiarquía *el viejo ideal helé-
TJ.gI" Zenón (Dióge¡s5 Taercio, vn,, 87),,eI fin del hombre nico-, expresada en la fórmula famosa ¡u¡Íine ef ab$ine,
fórmula diciendo: soporta y renuncia, y en la estimación de la alaraxía o sere-
* ¿rr"i"r"ñ¿rtq "n ,P¡o:, i¡,' Cicetó" traduce'estar4).'
conuenienter nr,rro, ,rr)-rr-.' (De linibas, w, 6, Séoeca usa la nidad sobre todas las cosas. Ésta es, en su mínima expresión,
misma expresión. Como recuerda Ch' §Terner (Ld phtlosophte Srecqile'
-'ás)'
P;;il;;;;;";¿g va Heráclito, a quien apelan los estoicos' I Marco Aurelio: Eiq éauróv, Iv, 23.
había dicho: '¡:o¡.eiv xard, ératov'uaq
f40 JULIÁx uanÍ¿s BrocRapf a DE L^ FrLosori,r r4r
la doctrina moral de los estoicos, que resume el sentido de la
totalidad de su filosofía. III. ¿QUE ES "FILoSoFIA ESTOICA"?
Como pr.lede verse, la agudeza intelectual del pcnsamiento
estoico es muy moderada; desde el punto de -vista "cientltlco Prescindamos aquí del senticlo de la filosofía entre los pre-
^con
p".a. ,ori.n.. la compalación la filosofía -platónico- socráticos, pues esto nos llevaría demasiado lejos. Baste retener
""
aristotélica. Es una especuiación de cortos vuelos, de induda- que, en términos genetales, se trata de un conocimiento de las
ble tosquedad conceptiral, de escaso rigor' No aborda tarnpo- cosas naturales (nepi púoeoq), clue en Parménides adquiere
co los éstratos más irondos de los problemas, como hace, por la forma explícita de un saber acerca de lo que e¡, del ente,
eiemplo, la metafísica de Aristótelés: en toda fa produclló¡ y err sLrs sucesores, hasta Demócrito, de una investigación
filosOfica del Pórtico no se pcdría encontrar nada comParable sobre los elemenfo¡ y el nt.ouimienlo qlre afecta a la natu-
al análisis de la sustancia o de los modos del ser analígrco' raleza. El origen concreto del estoicisino está en Sócrates, a
o a le teoría de las calegoúas aristotélicas' Y, sin embargo' pesar de su vinculación todo en la f.isica- al pensa-
J t..ho histórico, de abrlmadota evidencia, es que a y,iz-.le miento de Heráclito; es-sobre
claro que sin la actitad socrática no
la r¡uerte de Aristóteles el estoicismo suplanta su esplé-ndida hubiera sido posible el hombre de la Stoa. Pero no olvidemos
filosofía y logra durante cinco siglos uná. ininterrumpida vi- que de Sóoates proceden también, y aun prirnariamente, Pla-
gencia. ¿CO¡ró es esto posible? No puede.Peosarse que se tón y Aristóteles; parece, pues, que la acción socática deter-
írate de"Ia superación d-e un petsemiento inferior Por otro mina la aparición en Grecia de una filosofía peculiar
más profundo"y de más altas ?alidades; tenemos que buscar -la
platónico-aristotélica-, y "lu,ego" de una forma bien distin-
h extlicación en urro dirección distinta. ¿No será tal vez que ta de la Stoa y escuelas afines-; pero como veremos,
et holrnbre que adhiere al estoicismo- busque en él otra cosa ese-la
"Iuego" resulta problemático, ! este hecho nos retrotrae
oue el q.," u. aproximaba, lleno de rááical curiosidad, al
^
de Ia conside¡ación de una suce¡ión de modos históricos de
iiceo? ¿Ño sctá que ta palabra filoso't'ia-t'o^qli9'u.decir lo filosofar a un examen de diversas posibilid,ades existentes en
mismo in boca de Zenón olle en labios de Aristóteles ?
r el socratismo. 1
"La Sabiduría, que era desde sus comienzos un saber de las
ultimidades del mundo y de la vida, muy próximo por ello a
la religión, se convirtió en las costas de Asia Menor en un
1 Sobre la doctrioa estoica pueden consultarse numerosos libros. descubrimiento o posesión de la verdad sobre la Naturaleza;
e"rri"-á. los eroode, tratadoi de Zeller, Gomperz o Überweg' y' esta verdad sobre Ia Naturaleza se hizo visión de lo que las
dE las ediciones de fragmentos de la antigua Stoa
"ítrr"l*.",á,
?Árrri*, S¡óicorum aeterarn fragmenta, tres volúmenes, r9o3-5).y cosas son con Parménides y Heráclito; la visión del ser se
de
J"-lrr'"¡á, áe loi estoicos póstJriores, se encont¡arán testimonios concretó por un lado en ciencia ruciorral, por otro en reiórica
i"1.Á * éf iibro ru de Diógenes Laercio, y una selección de textos
y cultura, en la vida ciudadana de Atenas. Tal era" la situa-
a/trir;, pbilosopbiae {rorra,, de Ritter y Preller (en su-s- Ien-
ción en que Sócrates encontró su mundo. Una situación cuyos
"i-ii-
lr* orieinrlesi. o bién enbi, Ñacbsohrat;kei, de 'üTjlhelm Nestle
?.. "r.ñ?,i. 'don estuclios importantes sob¡e el estoicismo el ce ingredientes dinámicos le son esenciales, y que van a consti-
üá'irr,'1"-.iiiaá; a é¡,yt¡ppe,'de Emile Br'é¡ier, v el Poseido.nios' tuir el punto de partida de su actividad." (Zubiri: Sómatet y
e; ÉrÍ Reinharát. Más 6reve información se hallará en los capítulos la ¡abiduría griega, tu, fin.) Según Zubiri, Sócrates rcaliza,
oue le destinan Léon Robjn en La pensée 1re(qile, Charlls. §(/erncr primero, una retracción de la vida pública de su tiempo, para
én La bbilo¡opbie grecqae y \M. §lindelband en su Lebrbttcl¡ dcr
Ge¡clrichte det PhilosoPbie. 1 Véase mi Historia de la Filosofía, 6q ed., Madrid 1952.
BIOGR¡TÍa DE LA FILoSo¡.Ía r4)
f42 JuLIÁN t'l¡nÍ¡s
del-nu¡,' v con ello de Por esto Ia filosofía está emparentada con el amor o érot,
volver al punto de vista de la mente' "Sécrates adopta que es un echar de menos, un buscar lo que falta, lo que no
la verdad. En segundo lü;; ;;b;á todo'
se tiene y se necesita. Este amor determinado por la -priva-
sobre-lo gue ¡on l5
ii";;;; ft;-a;,i¿'''r''"iaitación
lo to^l 1o 'ético' no está orimariamente ción moviliza ¿l amante hacia la posesión de li bellezá; del
."t* á."f^'td. óo" ln tr ¡ttt'o "ii'*o de úuir mismo modo el filósofo tiene 91ne buscar Ia verdad, Ia ciencia
en aquello sobre que *"'i¡#,'""no que le falta, lá situación radical en que
;';;;;';;."'-. iuisr¡l¿o'it soctática
-" no reca.e sobre lo ético' impulsado por se
La Sabid'uría como ética: he encuentra. La filosofía es, por tanto, según platón, uná bús-
sino que ¿r en sí *it*'*étitu'
-n" intelectual'" queda del saber efectiuo, determinada poi la necesidad humana
l'il"r) r*táii... el fondo' una nueva vida
"itr íealizan una filosofía efectiva' de uiuir en la aerdad.
?iil'i., *J pi^,á"
^i;;prrr¿á y atitlotártt
Para Aristóteles, "por el asombro comenzaron los hom-
i;á;''.i t;;iko, desde esta. actitud que- consiste
I" i.¿itri t"it" 1" i;;;;' h' totu" de la vida' Y Platón
ahora bres, ahora y
!f un principio, a filosofar" t; y ai.Lade que
,.si

sursen tres cuestionet"''


jq"e entienden por filosofía los hombres filosofaron por huir de la ignorancia, ei claro
socratñmo otuo modo de que perseguían la ciencia por el saber y no por utitidad
i,"X;[,ili.;¡'rl-¿ó¿*" luige del h "filosofía" alguna".z Esta ciencia supréma, la que va a llaÁar
i,*"iiri^i.' ¿i,,'q"J ton'iít iilo'ofo
estoica?
Platón en el Ban'- primera, es una ciencia de causas y principios; con mayor
fitorcfía
"NTinorrno .1. lo, dios"s-
-dice
-,,";"'::;*"-- ;; desea hacerse sabio, porque lo es ya; nt precisión, "una ciencia que contempla él enté en cuanto ente
{íÍ{íLri"l,,'"'"',,,ii''?'l;;;r;; ¿.''á" hu""' sabios' ' ' y sus atributos esenciales", o bien que "investiga universal-
"i si no son ni los sabios
'¿t#;t; p""?, t"" r"t q"t iitotorun' mente acerca del ente en cuanto ente". B Es, por tanto, una
( ¡rsto[ú )
ni los ignororrt.,i cíu'J-át- q"t loi intermedios
filósofo con el que
ciencia totalitaria de la¡ co¡a¡ en cuanto son, -y es diaina en
de estos dos." En otto i"g" iáentifica al dos sentidos.: porque ye$a acefca de las cosas divinas, y porque
pasajes define a
ouiere aprenderl, y t;;il;; .,nttáud
los filósofos
_Dios _quien primaia y plenamente la posee.
es 4
]Ji]l',áí'"rü"t'¿á *itu' á i'.v se.iara -como luego La filosofía es, para Platón y Aristóteles, como hemos
hará Aristótet.r- qo"-tt origen de la filosofía es el asom- visto, un ¡aber acerca de lo que las cosas rcn (qaede intacta
curiosidad''sino gue l'a
bro,3 Pero no se trata de uña vana la cuestión de las diferencial entre los dos fiiosofos). Este
es la demencia. (es decir' la pri-
;;;#;á ñPt ¿ti'tt"ul;;dos esPecies de'demencia son la
saber no es en modo alguno algo añadido al ser del úombre,
vación de mente sino que éste es propiamente hombre en cuanto sabe; o, di-
" "';t;:;
i"*"t, ,-lt ignorancia' i' La snPerucón de.la isnorancia me- cho en otros términos, el ser humano consiste en vivir en la
diante ia fitosofía t'" At el ^Lía yseporcure de
verd¿d (év a).¡0eíg), poniendo las cosas patenies, en su ser
sea "ttiátiiil;;.
lo que verdadeiamente es; esto
lo ."f"r*.¿ad y actual; de surge_ el concepto de la aid.a teórica ($í,tq
ningii" iiitg"' t¡ hablar- bien' al modo .ahí
de
la filosofí¿ no ., 5.' en el 0etoprTrrxóq), cuya culminación es la felicidad o eúbat!¡,oyla. s
los sofistas, sino Ia pí*trtí" Eá'h
cienci¿ consistente
La filosofía es, pues, en una doble dimensión, ciéncia y
(dworq 6v)'
.;;tr"i."i" del ente verdadero
L I[eafísica, r, z: Dr& tb gau¡l.&(erv.
ll-p,, ;, o, n, 11 6 b : 16 e qt)'op'c q,T1^:i1Í:1T:,:: Ü""''
b¡ 1
0 E 2 lbíd.
i ir'p?l"iiíi, ;: í;1 ,, roiq riq dtr¡oelas Et)*o0e&povaq' 3 Metal,ísica, rv, r: repl roú üvtoqfi 6v.
s Tieteto, ó5 d. a Meufítica, r, z.
r riiii.' sZl: "b ¡rLv
' pav{av, tb Dé
dpa0iav' 6 Etica a Nicómaco, t, -
4 5.
o i'ri;iiro. 288 d: gr).oooqlc 6tlorq értoti¡pr¡q'
f44 JULrÁN lranías BrocR¿pÍa DE L^ rlLosonf a t45
modo de vida: rigurosamente, un nrodo de vida (teorética) de la aerdad. Primero fué en nombre de Ia ..cultura,, y de la
que consiste en saber lo que las cosas son. retórica, del refinado bien hablar de la democracia aieniense
Según el testimonio aristotélico, se pueden atribuir con del siglo v; ahoru, en nornbre de la suficiencia, de la attar_
justicia a Sócrates dos cosas: los ruzortamientos inductivos y qaia, de_ Ia necesidad de simplificación de un pueblo qLre ya
la definición universal, que se refieren ambas al principio no puede soportar la magoif:ica complejidad que },ab}n ál_
de la ciencia 1; de aquí nace el platonismo, que se eleva canzado su vida. La estructura de la ciuclad griega se deshace
dialéc¡icamente a las ideas o esencias, es decir, a las realidades peloponeso, y róbrJ todo
4g:p"¿r de las guerras del m.-
universales de que es correlato la definición. Del socratismo dida que ayalza la dominación macedónica; el mundo" helé-
emerge, pues, naturalmente la filosofía platónica, y luego la nico cambia de postura, se ya a convertir en el mundo
aristotélica, que se negará a separar las ideas de las cosas helenístico-r_omano, bien distinto por cierto. Esta transforma-
individuales. Pero Aristóteles adviette en el mismo lugar que cjó¡ ¡e .realizará plenamente después de morir Alejandro y
Sócrates se dedicó al estudio de las virtudes morales (nepl s¿q Aristóteles, y de ahí deriva el nbmbre equívoco y engañosó
d0rxd:q dperig ), aunque tiene budn cuidado de subrayar que de filosofía postaristotélica; pero la tendincia -iesto"es lo
buscaba en ellas la e¡encia (é({rer ró rí éor¿v). Se trata, por que,me importaba señalar- existe ya en el inmediato dis-
tanto, en todo caso de la ciencia, aunque ésta verse prima- cípulo de Sócrates. La más auténtica continuación de él es la
riamente sobre la moral. Vemos la legitimidad del discipulado filosofía de la Academia y del Liceo; su iruitación superfi-
socrático en Platón, e indirectamente en Aristóteles. Jeno' cial, después de abandonar la via de la verdad, son lás es-
fonte, por su parte 2, insiste en que Sócrates buscaba siempre cuelas.de Aristipo y Antístenes, que preparan y hacen posi-
Ia esencia, el qaé de Ja¡ co¡a¡ humana¡ ( repl róv dv0pt»reíov ) bles el epicureísmo y la Stoa.
Pero el magisterio socrático no se limitó a Platín y a Je- llegamos a Ia tercera cuestión. ¿eué quiere decir
...§on^esto
"filosofía"
nofonte: de éI proceclen también los llamados Soualici ruino' para estas escuelas? "Epicuro Sixto Em-
res, laspequeñai escuelas socráticas, en especial los cirenaicos píricol- decía que -Lscribeque procura
la filosofía eiuna actividad
de Aristipo y los cínicos discípulos de Antístenes. Pues bien, con discursos
.y-razonamientos la vida feliz." Se irata, pues,
estas escuelas se desentienden de la lígica y la flsica para de una esencial alteraciín del pensamiento aristotéIico, en-
ocuparse sólo de Ia parte moral (tü d0txüv ¡.r.époq) de la fi- cubierta por una expresión pareiida. En Aristóteles, la filo.
Iosoiía, pues sólo ésü importa para la vida feliz,-según dice sofía y la felicidad tienen éstrecha rrlración; pero ésta con-
Sexto Empírico
-io de lcs cirenaicos. 3 De los cínicos poüia siste en que la felicidad estriba en la contdmplación; por
afirmarse mismo. Unos y otros buscan sólo cuál es el tanto, la vida teorética es la vida feliz. En cambio, en Epiáro
"bien", en qué consiste el buen vivir; los primeros lo ponen Ia. filosofía ha proporcionar la felicidad, pero éita es
en el placer (üDovÍ); los írltimos, que menosprecian la vo- distint¿ de aquélla--de
y de su posesión; de lo que se trata
luptuoiidad, eligen el esfuerzo (nóvoq). Entodo caso, no les es de tranquilizar al hombre reipecto a sus temoris religiosos
inieresa la ciencia ni, en definitiva, la uerdad., Este es el gran por esto interesa la fisica- y señalade el placer-como
hecho: por segunda vez después de Parménides - la primera -sólo
bien s¡Frerno. La hostilidad a la- religión, tan'visible en
fué con los sofistas-, la filosofía griega abandona la ttía Lucrecio 2, tevela claramente el sentido- religioso del epicu-

-r-Miifítirn, x[I, 4: coós c'énaxcrxoüq ]'óyou6 xci rb 6pl(eo0ar xa0ó].ou. -t-ÁZírrrn, rtathematicos, xr, :,69.
2 Mem,orables, I, r, § 16. , . De rerum
fidiara, _especialmente r, 6z - ror, en que presenta
3 Adrcr¡u¡ maNbematicos, vII, rr. - vida humana oprimida
Ia
9f
bajo el peso de Ia religión, hásta que un
3.;-

r46 JuLrÁN u¡nÍas BrocRanÍ¡ DE LA FILCSorf,,r r47

reísmo; es decir, el carácter de quasi-teligión, de sustitutivo l'ica helénica, por el influjo cle 1o que ha significado en
(irccia, durante siglos, el nombre filosot'ía, o sólo como auxi-
de la religión, a que en el fondo aspira. No olvidemos que.se
trata de l-a época^ en qtte irrumpen en el mundo helenístico liares, en la medida en que se necesita un mínimo conoci'
las religiones'orientales, que se ésfuerzan Por octlPar el lugar miento del mundo para oriental la vida moral, o una posesión
del antiguo politeísmo en decadencia. tlc los recursos dialécticos paru 7a discusión y la persuasión,
Los e"stoicbs, Por su parte, decían que la ¡abiduría es ta inseparables del hombre griego mientras éste existe. De un
ciencia de las ósas divinas y humanas, pero añadían que rnodo análogo, eI epicureísmo necesita dar alguna explicación
la filorcfía es el ejercicio (dox¡ore ) de qn arte ( r{v-¡ ), natural del t¡ueno y del rayo, no Patu ¡aber lo que son,
cuyb objeto suPremo es esa sabiduría.1 Est¿ se considera sino para que el hombre viva tranquilo, seguro de que no
como la'suma ierfección o oirtud, que se divide en tres: la significan la cóLeru. de Zeus; y da uarias explicaciones, por-
referente al discurso (lógica), la cortespondiente al mundo que lo que importa no es la oerd,ad, sino simplemente saber
(física) y la que se endéreza a la vida humana (ética). De que son fenómenos explicablet, naturales, y Por eso no in-
iti tu'cbnociáa división de las disciplinas filosóficas. Lá quietadores.
sabiduría está orientada primariammte a la acción; asi apa- Como vemos, el estoicismo no es sólo una nueva filosofía,
rece entendida en Cicerón y en Séneca, que renuevan los sino que significa, ante todo, un cambio esencial en lo que
puntos de vista del antiguo estoicismo. Crisipo atacaba áspe' se eniieode por filosofía. Si lo es, lo es en otro sentido'
iamente la doctrina de Teofrasto, que aristotélicamente con- No se trata, por tanto, de que la doctrina de la Stoa desplace
cedia púmacia a Ia vida contemplativa o teórica' z HaY,
la a Ia de Aristóteles 5s¡i¿ en rigor incomprensible-,
por tantol una rigurosa invetsión de- la postura dominante en sino de que el hombre -s5tede fines del siglo w y comienzos
ia Academia y en el Liceo: la filosofía no es ciencia, ni tiene del ur abándo¡a la filosofía en sentido platónico-aristotélico
como objeto ia contemplación de las cosas en su verdad, sino para buscar un fundamento a su vivir en otra actividad, de
vn drle incaminado a-regir la vida. Incluso la división tri diverso signo, que se presenta también de aquí nace el
partita que hemos indicado Provoca oposición dentro de la
-Aristón equívoco- como "filosofia" y en íntima-ydependencia del re-
Lscuela: la consideraSa como una concesión contraria pertorio de c¿te¡tione¡ e ideas vigentes en el mundo griego
al espíritu de la doctrina; según é1, Ia física excede de nues- anterior. Y ahora podemos preglrntarnos, por último: ¿qué
tras |osibilidades, y la l6giéa es como el lodo de un ca- significa esta "filosofía estoica" en la vida del hombre he-
mino] que sólo sirve de molestia al viajero, o, como cuando lenístico-romano ?

,e comét cangrejos, mucha cáscata y Poca carne. s Queda


sólo la ética, que es la que de verdad interesa. Las otras
disciplinas se niantienen o Por resPeto a la tradición filosó- IV. EL ESTOICISMO EN EL MUNDO ANTIGUO
ili"nJ-(Eoi.oro) se atreve a enfrentatse con ella y vencerla; y des- No se podría comprender el prodigioso éxito del epicu-
iués- de ,ecotdut el sacrificio de lfigenia, termina el pasaje con el reísmo y, iobre todo, de la Stoa, si se olvidase que la época
'rrerso
famoso: tantnn reliSio potuil ltadere tnalorum. Véase también
l, y v, r.16r y en que triunfa Alejandro a Marco Aurelio- es un
47 - 6t, sigs.
-desde
1 Arnim: Stoicoram 1)eleÍurn fragmenla, Ir, n. 35. tiempo de crisis. Esta frase parece, a primera vista, una
2 Piutarco: De Stoicorum repugnarutiis, 2, 3P., r.o33D. Véase ingente frivolidad: ¿puede llamarse época crítica a la mayor
Ritter-P¡eller: Historia pbilosopbiae Sraecae, n. 48r a' parte de la vida de la República romana y las dos primeras
ts Cf. Léon Robin: I¿ pensée grecque, 4r1'r4.
f48 JULrÁN lranÍas BIocRerfa »E r-A rrrrosorf^ f49
centurias_del Inp91io, a la época de la historia en que se crea erir, se va a producir Ia crisis rotnAnd, la crisis del Estado
esa fabulosa realidad que conocemos con el nombre de Ro_ r(,,nano mismo, que lleva a Ia solución y problemá-
nra? Más aún: puede llamarse ana época a medio milenio? -crítica es la época
lir'¡r ella misma- del Imperio como principatusi
Y, sobretodo, ¿puede durar tanto tiempo una crisis histórica? .¡uc comienza en César y termina eo Diocleciano. Como ve-
Intentemos lograr algunas precisiones. En primer lugar, rrros, Ia crisis se va desplazando, y su sujefo histórico vaúa;
una época histórica no tiene sólo un valor temloral, me&do
por _las revoluciones impasibles de los astros, iino que está
l)or eso puede durar quinientos años, y por eso también al-
luga tiempos de plenitud y perfecta esta-
ligada a wa circun¡tanlia, determinada" geográficamánte. La bilidad.-equívocamente-
Edad_ Media europea y los "mismos" si§loi americanos son Pero entonces surge una nueva cuestión. Si el su¡'eto de
realidades históricas absolutamente indepéndientes e irreduc- la crisis cambia, si no es el mirmo, ¿cómo puede hablarse
tibles; sin-llegar a tales extremos, rro ér la mi¡ma época el de una crisis? Entendámonos: el sujeto es distinto en cada
siglo xn.francés y el- mismo siglo moscovita. Desde & ,igto
IV aotes de Jesucristo hasta eI r de nuestra eru
momentq pero flo totalmente; la realidad humana tiene d.i-
-y Enaúñ_ y hay algwa,
más mensioneÍ, común a griegos, helenísticos y ro-
se está en crisis; pero no en los mismos lugarés. otros manos, que es justamente la que entra en crisis y permarece
términos, la crisis dura todo ese tiempo, pe.o iu suf eto no es en ella durante más de medio milenio: lo quepodemos llamar
el mismo. Primero entran en la zoná críiica los pueblos he- el hom-bre dntigu?. Sería demasiado largo -prácisar lo que se
lénicos_ propiamente dichos (ya en el siglo rv); ri"y pronto,
entiende por hombre antiguo; permítaseme nb abordar li cues-
los países-helenísticos, resuliantes de la desáomposici^ón deí tión, porque excede del propósito y del alcance de este es-
Imperio alejandrino, Ios reinos greco-orientales áe los Diá_ tudio; baste con alguna indicación alusiva, que sea lo indis-
docos:
-Macedonia,
Tracia, la Síria seléucida, el Egipto de pensable para poner sobre Ia pista del seniido de esta ex-
los Ptolomeos; cuando Roma conquista Grecia, ella,"{ue era presión. El hombre antiguo es el hombre mediterráneo que
todavia."lo- otro" que la Héladé, una pujante y urrimom vive desde varias creencias fundamentales, entre ellas ias
comunidad histórica, exenta de crisis, eripieza a' participar siguientes: el mundo er, existe siempre, sin más; en este
de Ia vida griega, que la va a transforriar interior-.át". mundo hay cosas que tienen una consistencia y se muevefl o
Graecia
_capfa ferum-uicioretn cepit, habia cantado Horaciq cambian; este mundo se puede comprender, y se puede tam-
eo nombre de la "cultura" helénica, sin sospechar siquiera la bién hablar de é1, decir lo que es; además, Ias cosas tienen
tremenda verdad de sus palabras. Con lós Escipiénes co- propiedades que el hombre puede utilizat pata hacer o|r:as
mienza la helenización de Roma, e irrumpen en ella-los modos
cosas; por último, se puede gobernar y dirigir este mundo,
griegos de pensar y vivir. Hacia el siglo r a. de C. está con- aprovechándose de que él mismo es un orden, sometido a
sumado este proceso de fusión, y la crisis helenística se ha una ley que procede de un principio divino; ¡ del mismo
hecho
-común
a griegos y romanos, aunque éstos sólo están modo, los hombres pueden vivir y conaiair según una ley.
afectados por ella en su dimensión pensánte: están en crisis Estas pocas notas ttazaÍL un vago y borroso perfil, que es el
las id.ea¡ romanas, sobre la rcligión, iobre la filosofía del hombre anfiguo, distinto del asiático
-par- Asia
cialmente "contagiada" de los helenos-, sobre el Estádo; -salvo-el
griega-, del egipcio, del semita y d.esde luego del cristiano,
Pefo usar
-l¡ expresión de mi maestro Ortega- Ias
del pueblo romano permanecen intactas, -y nada
-par:a-
creencia¡
aunque este último excede con mucho de una determinación
histórica. De hecho, el mundo antiguo no fué «istiano; en
grave ocurre todavía. Poco después, a comienzos de nuestra la rnedida en gue lo fué, dejó de ser antiguo; pero si lo hu-
r50 JULrÁrrl ¡,r,rnÍ¿s BroGRArÍA DE LA I:írosol,í,r I-SI

biera sido, sus caracteres hubieran sido bien distintos, y sería tcrritoriales helenísticas, surge la necesidad de alcanzar un
menester distinguir dos fases: la del hombre antiguo pre- ,rucvo rePertorio de convicciones para vivir apoyándose en
cri¡Íiano y Ia del hornbre "antiguo" mi¡tiano. t'llrrs. La 1ey (nómos) en que se confiaba se h¿ tornado Pro-
Pues bien, la crisis histórica a que aludo es la del hombre lrlcrlática; por eso se la va a desdeñar, y se la sustituye por
antiguo, y por tanto la del mundo dntiguo. Y las diversas «rtra legalidad nataral, Ia de la phfils. Naturaleza y ley (o
comunidades mediterráneas van entrando en ella a medida ctlnvención) van a ser dos conceptos opuestos; el unirlos, en
que alcanzan su madurez y llegan al término de sus propios h ley nafural, será una hazaia intelectual del mundo cristiano.
rnpue¡for, Roma, concretamente, tarda en sef en figof un Por esto surge, con Ias filosofías motales helenísticas, el con-
pueblo antiguo y, sobre todo, en saberlo; y sólo consigue cepto del cosmopolita, del "ciudadano del muirdo" 1, qt"
atabas cosas, en especial la filtima, gracias al contacto con tañto va a influii en el pensamiento de la Stoa y en la vida
Ia cultura helénica. Por esto se trata, con toda precisión, de histórica efectiva del Imperio romano.
una maltisecular crisis histórica, que se desenvüelve en la La instancia suPrema Para un griego clásico eta la filosofia,
ancha geografía mediterránea. culminación de lá cultuñ helénica. Por eso, al volverse críti-
Y conviene repanr en un hecho sobremanera significativo. ca su situación, el heleno se vuelve hacia ella. Pero esta apela-
Las fases de la crisis histórica que acabo de señalar coinciden ción encierra un penoso equívoco: no se pide ahora a Ia filo-
exactamente con las etapas de ja filosofía moral que hemos sofía lo que se buscaba eñ 'ella antes, sino un sustitutivo de
estudiado anteriormente. Al comienzo de la crisis helénica las convictiones político-sociales y religiosas en suma, "éti-
comesponden las escuelas socráticas; a la crisis helenística, cas" en sentido griego- que se han hecho problemáticas. Por
el epicureísmo y la antigaa Stoa; al primer contacto greco- esto, bajo el viejo nombre de filosofía, se va a encubrir una
romaoo, el estoicismo medio de Panecio y Posidonio; a la muy distinta realidad: una norma de vida, una especie de reli-
ctisis romana, el estoicismo nuevo, de Séneca a Marco Aure- giosidad de circunstancias.
lio, que es romano como ella y
- Y, por otra parte, la función de esta nueva filosofia va a
representa un nuevo matiz,
menos raciocinante, con menos restos de filosofía como cien- ser moy distintá, no sólo en su dimensiin personal, sino tam-
cia, y un. más resuelto predominio de la ética como disciplina bién en la social. En la primera, el punto de vista de Ia oer-
{uati-jurídica (Séneca) y aun como biografía (los Soliloquios dad cede el puesto al idéal de la vida suficiente e imperturba-
del Emperador filósofo). La última etapa del estoicismo es ble. En la Jegunda, la filosofía, ocupación íntima de unos
el reflejo mental de la crisis peculiar del mundo romano. 1 pocos, se va i torrrar menester de las ma¡a¡, La vida- humana
Ahora comenzamos a entrever el papel del estoicismo en media no se apoya en Ia filosofía como disciplina intelectual,
el mtrndo antiguo. Al hacerse cuestiZn los supuestos desde ni siquiera en las comunidades históricas donde ésta existe;
los que se ha vivido, al alterarse, sobre todof el horizonte a lo íumo, la ,¡tiliza como un bien recibido, especialmente en
político la pólit- en que el hombre helénico ha desen- el precipitado anónimo del lenguaje; el hombre medio, para
vuelto su-de
actividad, para perderse en las indeci.sas flionar,euías vivir, sé apoya primariameote erL otrdr cosas; cuando éstas
, S"b-. los hechos históricos indicados, puede consultarse: R.
fallan, si áñombre acontece en Grecia- se vuelve
-como tiene que transformarla ¡adi-
Cohen: La Gréce et I'bellénisation du nonde intique; §fl. §1. Ta¡n: a la filosofí a para sustituidas,
Hellenistic Citilization; A. Piganiol: frone; ü, \üTilcken: Griecbiscbe calmente en dós sentidos: ante todo, eo sv conÍenido mismo,
Gescbichte; Rostovtzeff: Historia social y econóntica del Imperio
rotndno; Ortega y _Gasset: Del lrnperio rortzltao; F. Taeger: Dat t Yé.* mi Hi¡toria de la Filosofia' 6s ed., y "Marco Aurelio o
lltertum, entre la biblíogtafía reciente, la exageración" (en San An¡elmo 1 el insensalo, zu ed., ry54).
f 52- -T rJ r-t Á x rr n n Í ¿ s

puesto que de servir a otras necesidades; pero también en


-ha
sus cu.alidades for»tales, pues_ha de pasar de'ser un ejercicio
mrnoritarro a ser algo asequible a las masas. Esta condición
social prejuzga ya la necesitia inferioridad doctrinal e intelec_
tual de estas filosofías; Iejos de ser cierto q.e triunfen sobre
el a¡istotelismo a pesar de ser enferiores, álrun u, su éxito,
entre.ot¡as_tazofles, justamente por serlo. La constitutiva difi_
cultad de Ia filosofía platónico-aristotélica la incapacitaba ya,
aparte de su contenido rcal, para descmpeñar h tunción áo_
cial q,ue Ie pide el helenismo. Imagíneie tonrar un
e.¡emplo.d.e otr-a esfera- Ia posibiL,Cad de-pafa
que el cristiano
medio viviese de la teología, én lugar de nutrir su existeocia
religiosa con la oración, la liturgial los sacramentos.
Y, finalmente, al lleganqri,e*lta claro el motivo del
predominio del estoicismo uobr. Ias restantes filosofías hele-
nísticas. Es una doctrina para tiempos duros, una moral de
aguante. Soporta. y renuncia: difícilmente se podía encontrar
una fórmula mgjor de motrJ nzínimd para tieripos procelosos,
para vivir en Ios reinos de Ios Diírdocos o .., Io^ Roma dá
Ncrrin. El homb¡c a.tig,o sóJo podrá resistir como Lrna roca
e¡t1. tlmpcstad qr-re Io r.o_dcr. Chio cs qrrc hay una posibilido.d
drstrnla: la de una ntoral
.náxit_nd, cxpxz de'superar la situa-
ción apoyándose, en Lrn Dios salvador. y esto ,bt" Uurtu-por"
mostrar Ia absoluta distancia, pese_a ciertas semejanzas'epi-
-hombre
dérmicas, del estoico, rigutoso antiguo, y el crisUaÁo,
gue es, en un sentido radical, el hombre niero.
Ttt-
JULIÁN MAnÍns
Obr¿¡ de lulián Marías
prblicaclas por Entecé Edil,ore¡

MIGUEL DE UNAMUNO, ensalo. BIOGRAF'IA


BIOGRAFÍA DE LA FILOSOFIA, az.r,r1a.

LA IMAGEN DE LA VIDA HUMANA, ct.stYt. Dtr LA IIILOSOTIA


LOS ESTADOS UNIDOS EN ESCOIIZO, ctl.ttt)to.

MSN&CION FAMIIUI
üARüTFJAS. TAITHACAR

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