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Guerras de independencia de Escocia

Se conoce con el nombre de Guerras de independencia de Escocia a todo un conjunto de diversas


campañas militares que enfrentaron a Escocia con Inglaterra entre finales del siglo XIII y ya avanzada la
segunda mitad del siglo XIV. A lo largo de dicho período y de las campañas y batallas subsiguientes, el
objetivo de Inglaterra era la ocupación y anexión del territorio escocés, mientras que Escocia pretendía
mantener su propia independencia frente a los ingleses.

La Primera Guerra de Independencia (1296-1328) se inició con una invasión inglesa de Escocia, finalizando
mediante la firma del Tratado de Edimburgo-Northampton en 1328. La Segunda Guerra de Independencia
(1332-1357) se produjo con motivo de la invasión de Eduardo de Balliol, apoyado por los ingleses, en 1332,
finalizando a su vez en 1357 con la firma del Tratado de Berwick.

El período y todos los conflictos en su conjunto supusieron para Escocia una enorme crisis de tipo nacional,
siendo una época decisiva para la posterior historia del país. Una vez finalizadas ambas guerras, Escocia
había logrado mantener su estatus de nación libre e independiente, lo que había sido su objetivo a lo largo de
todo el conflicto.

Hay que destacar que estas guerras tienen importancia por otros motivos, relacionados con la historia de la
tecnología militar, ya que fue durante las mismas cuando hizo su aparición el arco largo como elemento
clave del armamento medieval.

Índice
Primera Guerra de Independencia (1296-1328)
Los inicios de la guerra: 1296-1306
Bajo el rey Robert Bruce: 1306-1314
De Bannockburn a Edimburgo-Northampton: 1314-1328
La Segunda Guerra de Independencia (1332-1357)
Eduardo de Balliol es proclamado rey
Eduardo III invade Escocia
La entrada de Francia en el conflicto
Derrota de David II y prisión
Véase también
Principales batallas y acontecimientos
Personajes destacados
Véase también
Notas y referencias
Enlaces externos

Primera Guerra de Independencia (1296-1328)

Los inicios de la guerra: 1296-1306


Primera Guerra de
Podemos dividir la Primera Guerra de Independencia de Independencia de Escocia
Escocia (1296-1306) en cuatro fases sucesivas: una
primera fase incluye una invasión inglesa que, por el
momento, tiene éxito, en 1296; durante una segunda fase
tienen lugar las campañas dirigidas por William Wallace,
Andrew de Moray y otros Guardianes de Escocia, entre
1297 y febrero de 1304, cuando se produce la sumisión
de Escocia negociada por John Comyn; la tercera fase
incluye el conjunto de nuevas campañas llevadas a cabo
por Robert Bruce entre su coronación en 1306 y la
victoria del Ejército escocés en Bannockburn en 1314; y
la última fase se corresponde con las iniciativas
diplomáticas y las campañas militares que se llevan a
término por los escoceses en Escocia, en Irlanda e
incluso en el norte de Inglaterra desde 1314 hasta la
firma del Tratado de Edimburgo-Northampton en 1328. Fecha 1296-1328
Lugar Escocia, Inglaterra e Irlanda
Resultado Victoria escocesa. Escocia mantuvo
su independencia
Beligerantes
Reino de Escocia Reino de Inglaterra
Reino de Francia Señorío de Irlanda

Comandantes
Roberto I de Escocia Eduardo I de
sir William Wallace † Inglaterra
sir Andrew Moray † John de Warenne,
sir William Douglas † VII conde de Surrey
sir James Douglas Eduardo II de
Thomas Randolph Inglaterra
William Wallace Edward Bruce Aymer de Valence, II
Simon Fraser conde de Pembroke
John de Bretagne
La guerra comienza con el saqueo de la ciudad de sir Raymond Caillau
Berwick llevado a cabo por las tropas de Eduardo I de
John de Bermingham
Inglaterra en marzo de 1296, seguido por la derrota
sufrida por las tropas escocesas en la batalla de Dunbar y Fuerzas en combate
por la abdicación de Juan de Balliol en el mes de julio 20 000 100 000
siguiente. La invasión inglesa había ya ocupado la
mayor parte del territorio escocés para el mes de agosto Bajas
y, tras el traslado de la Piedra del Destino desde su Desconocidas Desconocidas
tradicional ubicación en la abadía de Scone, en Escocia,
a la de Westminster, en Inglaterra, Eduardo I convocó el
Parlamento escocés en Berwick, momento en que los nobles escoceses le rindieron homenaje en tanto que
rey de Inglaterra. No obstante, Escocia distaba mucho de estar definitivamente conquistada por los ingleses.

Las revueltas que se produjeron a principios de 1297, organizadas por William Wallace, Andrew de Moray y
otros nobles escoceses obligaron a Eduardo I al envío de nuevos contingentes de tropas, así como a iniciar
negociaciones con los escoceses. Aunque Eduardo consiguió obligar a los nobles sublevados a capitular en
Irvine, las constantes y reiteradas campañas de William Wallace y de Andrew de Moray condujeron a la
primera victoria escocesa, que se produjo en Stirling Bridge; como consecuencia de esta victoria siguieron
diversas incursiones escocesas en el norte de Inglaterra y el nombramiento de William Wallace como
Guardián de Escocia en marzo de 1298. Sin embargo, Eduardo I planificó una nueva invasión, con la que
pretendía aplastar a William Wallace y a sus seguidores, logrando derrotar una vez más a los escoceses en
Falkirk. Aunque Eduardo I no hubiese conseguido someter la totalidad de Escocia antes de su regreso a
Inglaterra, la reputación militar de William Wallace había quedado seriamente menoscabada, y Wallace tuvo
que resignarse a vivir como un proscrito, renunciando a su cargo de Guardián de Escocia.

Bajo el rey Robert Bruce: 1306-1314

William Wallace fue sucedido como Guardián de Escocia por Robert


Bruce y John Comyn, al igual que William Lamberton, obispo de Saint
Andrews, nombrado en 1299 para mantener el equilibrio entre ambos.
Durante ese año, las presiones diplomáticas de Francia y del Papado
persuadieron a Eduardo I de poner en libertad a Juan de Balliol,
colocándolo bajo la tutela del papa; William Wallace fue enviado a
Francia para solicitar la ayuda del rey francés, Felipe IV, y cabe la
posibilidad de que se desplazase incluso hasta Roma.

Una serie de nuevas campañas de Eduardo I en los años 1300 y 1301


concluyeron en una tregua entre escoceses e ingleses en 1302. Tras una
última campaña en 1303-1304, el castillo de Stirling, la última gran
plaza fuerte escocesa aún no conquistada, cayó en manos de los
ingleses y, en febrero de 1304, las negociaciones condujeron a la mayor
parte de los nobles que aún no lo habían hecho a prestar homenaje a
Eduardo I, aunque Robert Bruce y William Lamberton pactaron una
nueva alianza con el objetivo de conseguir la corona de Escocia para Robert Bruce y Elizabeth de
Burgh.
Bruce y seguir con la lucha contra Inglaterra.

Tras la captura y subsiguiente ejecución de William Wallace en 1305,


Escocia parecía haber sido finalmente conquistada y la revuelta aplastada pero, en 1306, durante un
encuentro entre los dos últimos pretendientes al trono, Robert Bruce se peleó con John Comyn y lo mató.
Parece ser que Comyn había roto un acuerdo pactado entre ambos, y había informado a Eduardo I de las
intenciones de Bruce respecto de la corona de Escocia. El acuerdo roto contenía en sus estipulaciones que
uno de los dos pretendientes renunciaría al Trono aunque obtendría a cambio tierras y propiedades, a la vez
que apoyaba al otro pretendiente. John Comyn parece que había pensado en obtener las dos cosas, tierras y
la Corona, traicionando a Robert Bruce, que tuvo noticia de la traición tras que un mensajero que
transportaba escritos de John Comyn destinados a Eduardo I cayese en manos de partidarios de Bruce, lo
que claramente implicaba a Comyn.

Robert Bruce reunió entonces a los prelados escoceses y a los nobles que lo seguían apoyando y se coronó
como Rey de los escoceses en la abadía de Scone, dando inicio en forma inmediata a una nueva campaña
militar para intentar liberar su nuevo reino de las tropas inglesas que lo ocupaban. Tras sufrir una derrota
militar, fue expulsado de Escocia y declarado como fuera de la ley. Mientras se ocultaba en el fondo de una
cueva y meditaba en la posibilidad de abandonar la lucha, Bruce, según afirma la leyenda, parece ser que vio
cómo una minúscula araña intentaba tejer una telaraña en un hueco demasiado grande para ella. Mientras lo
contemplaba, Robert Bruce pensó en lo estúpida que era la araña, hasta que se dio cuenta de que la araña
había conseguido tejer la tela. Bruce consideró lo que había presenciado como una lección de que él también
debía perseverar en sus intentos a pesar de que las circunstancias parecían no aconsejarlo. En 1307 dejó por
fin de mantenerse oculto y, tras que se le volviesen a reunir varios escoceses, desafió en varias batallas a los
ingleses. El número de sus tropas no cesó de aumentar, especialmente tras la muerte del rey Eduardo I de
Inglaterra, en el mes de julio de 1307.
De Bannockburn a Edimburgo-Northampton: 1314-1328

En 1320, un grupo de nobles escoceses transmitió al papa la Declaración de Arbroath, para presentarle la
independencia de Escocia respecto de Inglaterra. Dos declaraciones similares fueron enviados igualmente
por el clero y por Roberto I de Escocia. En 1322 en la batalla de Old Byland, Roberto I Bruce derrota en
Yorkshire al rey Eduardo II de Inglaterra, forzándolo a aceptar la independencia de Escocia. En 1327,
Eduardo II de Inglaterra fue arrojado del trono y asesinado, y Roberto I invadió nuevamente el norte de
Inglaterra, lo que forzó al nuevo rey inglés, Eduardo III, a firmar el Tratado de Edimburgo-Northampton el 1
de mayo de 1328, por el que se reconocía de facto la independencia de Escocia y se reconocía igualmente
como rey de la misma a Robert Bruce, ya Roberto I de Escocia. Para que la paz quedase todavía más
garantizada, el hijo y heredero de Roberto I, David, contrajo matrimonio con la hermana de Eduardo III.

La Segunda Guerra de Independencia (1332-1357)


Tras la muerte de Roberto I de Escocia, el nuevo rey Segunda Guerra de
David II era aún demasiado joven para reinar, por lo que
Thomas Randolph, I conde de Moray, se convirtió en el Independencia de Escocia
nuevo Guardián de Escocia. No obstante, Eduardo III,
aunque hubiese firmado el Tratado de Edimburgo-
Northampton, estaba determinado a lavar la humillación
que entendía que los escoceses le habían hecho sufrir.
Para lograr sus fines, podía contar con la ayuda de
Eduardo de Balliol, el hijo de Juan de Balliol, que era un
nuevo pretendiente al trono de Escocia.

Eduardo III contaba con el apoyo de un grupo de nobles


escoceses conocidos como los «desheredados», entre los
que descollaban el ya citado Eduardo de Balliol o Henry
Beaumont. Estos nobles ya habían colaborado con los
ingleses durante la Primera Guerra de Independencia y,
tras la batalla de Bannockburn, Robert Bruce les había
privado de sus títulos y de sus tierras para entregárselas Fecha 1332-1357
como premio a sus aliados. Cuando se restableció la paz, Lugar Escocia
no recibieron ninguna indemnización. Estos Resultado Victoria inglesa estratégica. David II
«desheredados» deseaban recuperar sus posesiones y, conservó el trono y la
finalmente, serán ellos quienes rompan la paz. independencia de Escocia a cambio
de una remuneración.
El conde de Moray falleció el 20 de julio de 1332. La
nobleza escocesa se reunió en la ciudad de Perth, donde Beligerantes
eligió a Domhnall II, conde de Mar, como nuevo Reino de Escocia Reino de Inglaterra
Guardián de Escocia. En el entreacto, un pequeño grupo
Reino de Francia
capitaneado por Eduardo de Balliol se hizo a la mar,
partiendo desde el estuario Humber. Formado por nobles Comandantes
desheredados y por mercenarios, parece ser que eran William Douglas Eduardo III de
poco más de algunos centenares de hombres.
Felipe VI de Francia Inglaterra
Eduardo III seguía oficialmente en paz con David II, y Alexander Ramsay Eduardo Balliol
sus tratos con Eduardo de Balliol eran pues David II de Escocia Henry de Beaumont
voluntariamente de naturaleza discreta. Por supuesto que Domhnall II, conde de William Zouche
el monarca inglés estaba perfectamente al corriente de lo Mar Tomás de Brotherton
que sucedía, y lo más seguro es que Eduardo de Balliol Archibald Douglas David of Strathbogie
le hubiese prestado homenaje en secreto antes de partir William Douglas
la expedición que dirigía, pero el plan de Balliol estaba John Randolph Ralph Dacre
empero condenado al fracaso. El rey inglés negó a su sir Andrew Murray Henry de Percy
homónimo escocés, Eduardo de Balliol, el permiso para
Fuerzas en combate
efectuar la invasión de Escocia a través del río Tweed,
que marcaba la frontera entre Inglaterra y Escocia; en 13 000 9000
caso de que los invasores hubiesen atravesado la frontera Bajas
inglesa hubiese sido excesivamente visible que se había
roto el tratado entre ambos países. Eduardo III aceptó sin Desconocidas Desconocidas
embargo hacer la vista gorda en el caso de que se
efectuase una invasión marítima, aunque dejó claro a los conspiradores que negaría todo conocimiento, les
desautorizaría y confiscaría todas sus propiedades en Inglaterra en caso de que el plan urdido por estos no
tuviese éxito.

Los «desheredados» desembarcaron en Kinghorn, Fife, el día 6 de agosto. Les precedían las noticias sobre
su avance y, mientras marchaban hacia Perth, se encontraron en su camino, cerrándoles el paso, un gran
ejército, formado principalmente por infantería, bajo el mando directo del nuevo Guardián de Escocia, el
conde de Mar.

Eduardo de Balliol es proclamado rey

Durante la batalla de Dupplin Moor, el pequeño ejército de Eduardo de Balliol, que se encontraba dirigido
por Henry Beaumont, logró derrotar a las tropas escocesas, a pesar de la superioridad numérica de las
mismas. Beaumont utilizó en su victoria las mismas tácticas que los ingleses aplicarían y difundirían
posteriormente durante la Guerra de los Cien Años, con caballeros a pie en el centro y grupos de arqueros en
las alas del ejército. Atrapados bajo una mortífera lluvia de flechas lanzadas por los arqueros, la gran
mayoría de los soldados escoceses no llegaron siquiera a alcanzar la línea enemiga. Cuando finalmente
terminó la masacre, el conde de Mar, Robert Bruce (un hijo ilegítimo de Roberto I de Escocia), numerosos
nobles y aproximadamente 2000 escoceses más habían muerto en la batalla. Como consecuencia del
resultado de dicha batalla, Eduardo de Balliol procedió a coronarse como rey de los escoceses, en primer
lugar en la ciudad de Perth y, posteriormente, en el mes de septiembre, en la abadía de Scone.

No obstante, el éxito de Eduardo de Balliol sorprendió a Eduardo III de Inglaterra que, temeroso de que la
exitosa acción de Balliol prosiguiese con una invasión escocesa de Inglaterra, decidió dirigirse al frente de
su ejército hacia la frontera escocesa, como medida de precaución.

En octubre de ese mismo año de 1332, Archibald Douglas, que había sido recientemente nombrado nuevo
Guardián de Escocia, firmó una tregua con Eduardo de Balliol, en el que se establecía en sus cláusulas que
se permitiría reunirse al Parlamento escocés para que fuese éste quien decidiese quién es el verdadero rey.
Eduardo de Balliol se desprendió en ese momento de la mayor parte de sus tropas inglesas y se dirigió hacia
Annan, en la costa norte del fiordo de Solway. Hizo públicas dos cartas, en las cuales afirmaba que con
ayuda de Inglaterra reivindicaba de nuevo su reino, afirmando igualmente que Escocia siempre había sido
un feudo dependiente de Inglaterra. Prometía igualmente la cesión de tierras a Eduardo III a lo largo de toda
la frontera, incluyendo Berwick-upon-Tweed, y prometía también que serviría a éste durante el resto de su
vida.

No obstante, Archibald Douglas atacó en diciembre a Eduardo de Balliol, que se encontraba entonces en
Annan, aprovechando para sorprenderle con las primeras luces del día. La mayoría de los hombres de
Eduardo murieron, pero el propio Eduardo logró escapar a través de un agujero en la pared, a medio vestir,
para refugiarse en Carlisle.
En abril de 1333, Eduardo III y Eduardo de Balliol pusieron sitio a la ciudad de Berwick con un poderoso
ejército inglés. Archibald Douglas intentó liberar el sitio de la ciudad en julio, pero su ejército fue derrotado
y él mismo murió en la batalla de Halidon Hill. El rey David II, acompañado de la reina, prefirieron
refugiarse, para mayor seguridad, en el castillo de Dumbarton; mientras que Berwick, tras la rendición
efectuada ante los ingleses, fue anexionada a Inglaterra. En ese momento, la mayor parte del territorio
escocés se encontraba bajo la ocupación militar inglesa, y a su vez un total de ocho condados de las
Lowlands habían sido cedidos a Inglaterra por Eduardo de Balliol.

A principios del año 1334, el rey francés Felipe VI propuso a David II concederle asilo en Francia, no solo
para él sino para la totalidad de su corte. Tras aceptar la propuesta, David II llegó a Francia en mayo,
instalando su corte en el exilio en el Château Gaillard, en Normandía. Felipe VI decidió igualmente incluir a
Escocia y a su rey, David II, en las negociaciones de paz que por esas fechas se trataban entre Francia e
Inglaterra, negociaciones que acabaron por desembocar no en una paz sino en la Guerra de los Cien Años.

Eduardo III invade Escocia

Mientras tanto, en Escocia, a pesar de la ausencia del rey David,


varios Guardianes de Escocia mantenían viva la lucha contra los
ingleses. En noviembre, Eduardo III de Inglaterra intentó una nueva
invasión de Escocia, aunque al no lograr resultados concluyentes
tuvo que hacer una pausa para afrontar el mal tiempo, en febrero de
1335. Junto con Eduardo de Balliol, regresó una vez más en julio, al
frente ahora de un fuerte ejército compuesto por 13 000 hombres,
avanzando directo hacia el corazón de Escocia, primero hacia
Glasgow y luego hacia Perth, donde se aposentó mientras que su
ejército pillaba, saqueaba y arrasaba todos los campos de los
alrededores. Por esas fechas, los escoceses seguían un plan según el Eduardo III invade Escocia.
cual intentaban evitar las batallas campales, así como intentaban Ilustración de una edición de las
evacuar en la medida de lo posible a los habitantes de las Lowlands, Crónicas de Froissart.
para encaminarlos hacia las colinas, que se consideraban más
seguras. Algunos de los jefes escoceses, especialmente David de
Strathbogie, el conde de Atholl y Roberto, sobrino de Roberto I, se sometieron, no obstante, a Eduardo III
en Perth.

Tras el regreso a Inglaterra de Eduardo III, los últimos jefes de la resistencia escocesa eligieron a Andrew
Murray como nuevo Guardián de Escocia. Este negoció rápidamente una tregua con el rey Eduardo III con
una duración fijada hasta 1336, durante la cual diversos emisarios tanto del rey de Francia como del papado
intentaron lograr que se alcanzase una paz entre Escocia e Inglaterra. En enero, los escoceses presentaron
una propuesta para un tratado de paz, por el que aceptaban reconocer como rey a Eduardo de Balliol, de
edad avanzada y sin hijos, a cambio de que se aceptase como sucesor del mismo a David II; a la vez que éste
podría abandonar su exilio en Francia, pasando a vivir en Inglaterra. De todos modos, el propio David II
rechazó la propuesta y la propia tregua. En mayo, un ejército inglés, bajo el mando de Enrique de Grosmont,
primer duque de Lancaster, invadió Escocia, siendo seguido por un segundo ejército inglés bajo mando
directo del propio rey Eduardo III. Ambos ejércitos devastaron una amplia zona del noroeste de Escocia,
saqueando Elgin y Aberdeen, a la vez que un tercer ejército inglés procedía de igual manera en el sudoeste y
en el valle del río Clyde.

La entrada de Francia en el conflicto


Como consecuencia de estas invasiones, Felipe VI de Francia comunicó que haría todo lo que estuviese en
su mano para ayudar a los escoceses, y que una gran flota, acompañada de un numeroso ejército francés,
estaban dispuestos y a punto para invadir no solo Escocia sino incluso la propia Inglaterra. De este modo,
Eduardo III abortó de inmediato su invasión de Escocia, con lo que los escoceses, al mando de Andrew
Murray, capturaron y destruyeron rápidamente las fortalezas inglesas y devastaron los campos,
convirtiéndolos en inhabitables para los ingleses. Aunque Eduardo III hubiese intentado una nueva invasión
de Escocia, temía cada vez más un posible ataque francés, con lo que, hacia finales del año 1336, los
escoceses habían recuperado el control de su territorio. A partir de 1338, mientras Agnes Randolph, condesa
de Dunbar y de March, continuaba resistiendo a los ingleses que la asediaban en su castillo de Dunbar,
Escocia conoció un período de paz, ya que Eduardo III había hecho pública su reivindicación de la corona
de Francia y había destacado sus ejércitos en el Condado de Flandes, con lo que se iniciaba la Guerra de los
Cien Años.

De cualquier modo, en tan solo nueve años el reino que tanto le había costado organizar a Robert Bruce
había quedado prácticamente destruido. Buena parte de los nobles habían muerto en los combates y la
economía del reino, que tan solo había iniciado una tímida recuperación de los desastres de las guerras
anteriores, había quedado una vez más reducida prácticamente a la nada. Así pues, fue una Escocia
pauperizada y con una enorme necesidad de paz y buen gobierno el país que David II encontraría en junio
del año 1341.

Cuando David II regresó a tierras de Escocia, estaba determinado a mostrarse digno de su ilustre progenitor,
el rey Roberto I de Escocia. Decidió ignorar las treguas concluidas con Inglaterra y devolver la ayuda que
había recibido del rey Felipe VI de Francia, colaborando con éste durante la Guerra de los Cien Años. En
1341, llevó a cabo una incursión de los ejércitos escoceses en territorio inglés, forzando de ese modo a
Eduardo III a llevar a la zona un ejército para reforzar las defensas de su frontera con Escocia.

Derrota de David II y prisión

En 1346, tras otras incursiones escocesas, Felipe VI solicitó una


invasión en toda regla de Inglaterra, con la finalidad de poder
romper el cerrojo inglés sobre la ciudad de Calais, en la orilla
continental del canal de la Mancha. David aceptó con entusiasmo la
propuesta, y organizó y mandó personalmente un ejército formado
por 12 000 hombres en dirección al sur, con la intención de acometer
la conquista de la ciudad inglesa de Durham. Topó con un ejército
inglés de unos 5000 hombres que avanzaba hacia el norte desde
Yorkshire, siendo derrotado por dicho ejército en la batalla de
Neville's Cross. El ejército escocés sufrió numerosas bajas, y el
propio David II resultó por dos veces herido en el rostro por unas
David II capturado en la batalla de
flechas, antes de caer prisionero de los ingleses. Tras un período de
Neville's Cross. Ilustración de una
convalecencia, fue encerrado en la Torre de Londres durante un total edición de las Crónicas de Froissart.
de once años, mientras que durante dicho período Escocia era regida
por su sobrino Roberto Estuardo. Eduardo de Balliol regresó poco
después a Escocia al frente de una pequeña hueste, en un último intento de apoderarse nuevamente de la
corona escocesa, aunque únicamente pudo lograr enseñorearse de una parte de Galloway, viendo mermar
sus fuerzas hasta 1355. Retiró sus pretensiones al trono escocés en enero del año 1356, para finalmente
fallecer sin descendencia en 1364.

Finalmente, el 3 de octubre de 1357, David II fue puesto en libertad, en aplicación de las cláusulas del
Tratado de Berwick, por el cual los escoceses aceptaban el pago de un enorme rescate de 100 000 merks por
la liberación de su monarca, suma a pagar en un período máximo de diez años. Para poder hacer frente a los
pagos anuales de una suma tan elevada de dinero, hubo que establecer fuertes impuestos. Escocia estaba en
una situación penosa, que se complicó todavía más porque en el decenio anterior el país había padecido los
azotes de la peste negra. La primera anualidad acordada como pago del rescate fue abonada en tiempo y
forma; la segunda fue pagada con retraso, y no hubo ningún otro pago con posterioridad al segundo abono.

En 1363, David II accedió a acudir a la capital inglesa, Londres, aceptando allí que en caso de que falleciese
sin hijos la corona pasase al rey inglés Eduardo o a uno de sus hijos, aunque para su coronación como rey de
Escocia la Piedra del Destino regresaría a Escocia para la ceremonia. No obstante, los escoceses rechazaron
este acuerdo, proponiendo continuar con el pago del rescate acordado, que había sido aumentado ya hasta la
cifra de 100 000 libras, amenazando también con deponer al rey David II. Se negoció el establecimiento de
una tregua de veinticinco años de duración y, en 1369, el Tratado firmado en 1365 fue derogado, siendo
sustituido por uno nuevo, con cláusulas más favorecedoras para los escoceses en razón de la situación de
Inglaterra, que se encontraba inmersa en la guerra contra Francia. Las nuevas cláusulas contemplaban la
aceptación de que la suma ya abonada de 44 000 merks fuese deducida de la deuda inicial de 100 000, y que
el complemento que faltaba se pagase en anualidades de 4000 merks a lo largo de los siguientes catorce
años.

Cuando Eduardo III murió en el año 1377, todavía faltaban por pagar 24 000 merks, que ya no fueron nunca
pagados. Por su parte, David II había perdido su popularidad, así como el respeto de la nobleza escocesa,
tras haber contraído matrimonio con la viuda de un pequeño señor tras el fallecimiento de su esposa inglesa.
David II de Escocia falleció en febrero de 1371.

Al final de la campaña, Escocia era independiente, y se mantuvo así hasta la unificación del Reino de
Inglaterra y el Reino de Escocia para crear el Reino de Gran Bretaña en 1707.

Véase también

Principales batallas y acontecimientos


Batalla de Dunbar, 1296
Batalla de Stirling Bridge, 1297
Batalla de Falkirk, 1298
Batalla de Roslin, 1303
Batalla de Happrew, 1304
Conquista de Stirling Castle, 1304
Batalla de Methven, 1306
Batalla de Dalry, 1306
Batalla de Glen Trool, 1307
Batalla de Loudoun Hill, 1307
Batalla de Slioch, 1307
Batalla de Inverurie, 1308
Batalla de Pass of Brander, 1308
Batalla de Bannockburn, 1314
Batalla de Connor, 1315
Batalla de Skaithmuir, 1316
Batalla de Skerries, 1316
Batalla de Faughart, 1318
Toma de Berwick, 1318
Batalla de Myton, 1319
Declaración de Arbroath, 1320
Batalla de Boroughbridge, 1322
Batalla de Old Byland, 1322
Tratado de Corbeil, 1326
Batalla de Stanhope Park, 1327
Tratado de Edimburgo-Northampton, 1328
Batalla de Dupplin Moor, 1332
Batalla de Halidon Hill, 1333
Batalla de Dornock, 1333
Batalla de Boroughmuir, 1335
Batalla de Culblean, 1335
Batalla de Neville's Cross, 1346
Tratado de Berwick, 1357

Personajes destacados

Escocia

David II de Escocia
Juan de Balliol
Edward Bruce
John III Comyn, Señor de Badenoch — Guardián de Escocia (1298-1301, 1304)
Archibald Douglas — Guardián de Escocia (1332-1333)
Sir James Douglas, "the Black" (el negro)
Agnes Dunbar
William Lamberton — Obispo de Saint Andrews (1298-1328)
Bernard de Linton — Canciller (1308-1328)
Donald Mormaer octavo conde de Mar — Guardián de Escocia (1332)
Andrew de Moray
Sir Andrew Murray — Guardián de Escocia (1332, 1335-1338)
Thomas Randolph, I conde de Moray — Guardián de Escocia (1329-1332)
Roberto I de Escocia
John de Soulis — Guardián de Escocia (1301-1304)
Roberto II de Escocia — Lugarteniente (1346-1357)
Walter Stewart
William Wallace
Robert Wishart — Obispo de Glasgow (1272-1317)

Inglaterra

Eduardo I de Inglaterra
Eduardo II de Inglaterra
Eduardo III de Inglaterra
Eduardo de Balliol
Henry Beaumont, IV conde de Buchan
Humphrey de Bohun, IV conde de Hereford
Juan de Bretaña conde de Richmond (hijo de Juan II de Bretaña)
Henry de Grosmont, I duque de Lancaster
David de Strathbogie, X conde de Atholl)
Gilbert de Umfraville, IX conde de Angus
Aymer de Valence, II conde de Pembroke
John de Warenne, VII conde de Surrey

Otros personajes destacados

Felipe IV de Francia
Felipe VI de Francia
Juan XXII, papa

Véase también
Historia de Escocia
Independentismo escocés

Notas y referencias

Enlaces externos
(en inglés) Guerras de independencia de Escocia (http://www.bbc.co.uk/history/scottishhistory/
independence/features_independence_arbroath.shtml)

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