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ES LA SOLUCIÓN
Aproximación al enfoque
estratégico
2ª edición
Ramiro J. Álvarez
CUANDO EL PROBLEMA
ES LA SOLUCIÓN
Aproximación al enfoque
estratégico
2ª edición
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Crecimiento personal
C O L E C C I Ó N
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Printed in Spain
ISNB: 84-330-1280-0
Depósito Legal:
Impresión: Publidisa, S.A. - Sevilla
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
1.- LOS INEVITABLES PROBLEMAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
- La dinámica del problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
2.- CUESTIONES PROBLEMÁTICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
- El dueño del problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
- Problemas sin dueño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
- Actitudes frente a los problemas . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
3.- SOLUCIONES INTENTADAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
- Los mapas mentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
- El nivel de la solución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
- Más de lo mismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
4.- CATEGORÍAS PROBLEMÁTICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
- La manera segura de ahogarse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80
5.- POSTURAS ANTE EL PROBLEMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
- Las reglas de juego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
- Posturas frente al problema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
- La zona minada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
6.- PASOS HACIA LA SOLUCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103
- Cuando el problema es la solución . . . . . . . . . . . . . . . . 103
- Hacia la solución efectiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
- Cambiar la estrategia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 112
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121
7.- ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
- La bola de nieve: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
- Guiones para el cambio: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 130
- La filosofía del cambio mínimo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 141
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
8.- EL ENFOQUE ESTRATÉGICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
- Un punto de vista muy pragmático . . . . . . . . . . . . . . . 147
- Anatomía de la estrategia psicoterapéutica . . . . . . . . . 149
- La práctica de la teoría . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165
- Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
Apéndice: EL ESTILO "PALO ALTO" . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
- El equipo terapéutico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172
- Organización del tiempo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
- No trabajar más que el cliente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
- Trabajar en solitario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
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A cuantos han confíado en mi ayuda.
Ello son mi razón para superarme
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INTRODUCCIÓN
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LOS INEVITABLES PROBLEMAS
Paul Watzlawick
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su problema no llegaría nunca por ese camino, mientras que mediante una
sencilla intervención con las actuales técnicas quirúrgicas, en setenta y
dos horas habría resuelto su dificultad... ¡incluyendo el postoperatorio!".
Si tuviera que dar una definición lo que es un "problema", pro-
bablemente lo describiría como una situación incómoda, persisten-
te, que se da en un marco social, y a la que se ha intentado poner fin
en repetidas ocasiones pero sin alcanzar el resultado apetecido.
Gráficamente la situación se corresponde con el esquema de un "cír-
culo vicioso" en el que cada vuelta al circuito nos deja en el punto
de partida, como se refleja en la figura adjunta (pág. 25). Tal es el
ineficaz sistema utilizado por el recalcitrante magistrado de la anéc-
dota inicial, que para solucionar sus molestias de vesícula acude al
balneario, pese a lo cual las molestias persisten, por lo que decide
regresar de nuevo a tomar las aguas a la temporada siguiente, para
encontrarse de nuevo con idénticas molestias... y así sin final
Si analizamos con calma las implicaciones de la definición ante-
rior, puede que nos demos cuenta de que la cosa no es tan simple
como pudiera parecer en un primer momento:
Así, en primer lugar, ha de darse una condición de incomodidad
para el sujeto que sufre el problema. Pero como los criterios de
molestia, agobio y sufrimiento son subjetivos, la condición de pro-
blematicidad no reside en la situación concreta que se debe afrontar,
sino más bien en el propio sujeto que la define como problemática.
Puede que yo no soporte al perro de mi vecino –ni a ningún otro
can– pero para él el animal no constituye ningún problema; de
hecho parece encantado de que el chucho le destroce las tapicerías
y le arañe el parquet simulando que entierra huesos imaginarios.
Para los atribulados padres de un chico vago constituye un serio
problema el hecho de que el muchacho suspenda curso tras curso
sin el menor atisbo de que vaya a concluir sus estudios de bachille-
rato ni, mucho menos, a comprometerse con una carrera superior;
sin embargo, para el chico más interesado en la música, el cine y los
amigos, el hecho de suspender no constituye ningún problema.
Estas consideraciones ya nos colocan sobre la pista de una impor-
tante cuestión referida a la "propiedad" del problema y que desarro-
llaremos con mayor detalle más adelante. Baste por ahora con apun-
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LOS INEVITABLES PROBLEMAS
tar que sólo el "dueño" del problema puede darle solución: todos
cuantos sermones le endilguen los padres del estudiante melómano
a su hijo no van a lograr cambiar su comportamiento mientras el
chico no perciba como un problema real, es decir, como una situación
poco deseable, el hecho de estar fracasando en los estudios.
Paradójicamente, una situación aparentemente deseable puede,
en realidad, constituir un problema para su protagonista. Por ejem-
plo, una joven bulímica consigue adelgazar una docena de kilos
transformándose en una chica esbelta. A partir de ese momento
puede que se convierta en foco de atención por parte de los jóvenes
de su entorno pero ella, en lugar de sentirse halagada como la mayo-
ría de las chicas de su edad, tal vez se convierta en víctima de un
estrés continuo al carecer de las habilidades sociales más elementa-
les para relacionarse con la gente del otro sexo y atribuir las norma-
les atenciones de sus compañeros a oscuros intentos de acoso sexual.
El segundo requisito indispensable para poder hablar con pro-
piedad de un "problema" es la persistencia de la situación indese-
able. Todos nos enfrentamos antes o después a situaciones vitales
dramáticas: muerte de seres queridos, pérdidas económicas o labo-
rales, proyectos frustrados, enfermedades, etc. Una situación nega-
tiva, por indeseable que sea, si se da sólo de manera puntual no
tiene por qué constituir necesariamente por sí misma un problema.
Mi padre falleció cuando yo entraba en la pubertad. Fue un
golpe duro al que hube de adaptarme como tantos otros chicos que
pierden a sus padres de manera inesperada, en un accidente o por
otras causas, en un momento crítico de su desarrollo pero no por
ello quedan "traumatizados" para el resto de sus vidas. Conozco a
un ingeniero que perdió su empleo en la etapa crítica de los cua-
renta y tantos; eso supuso un serio traspiés para muchos de sus pla-
nes pero él supo adaptarse y encontró un nuevo trabajo temporal
en otra empresa desempeñando una función inferior a la que por
su titulación le correspondería. Podría contar también la historia de
un matrimonio que perdió hace años a sus dos únicos hijos en un
dramático accidente de un transporte escolar y que, a pesar de
todo, han logrado rehacer su vida y continuar adelante con un claro
proyecto de futuro. Son acontecimientos puntuales en la vida de
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La práctica de la teoría
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LOS INEVITABLES PROBLEMAS
Tendencia a la depresividad.
Irritabilidad, violencia.
Tendencia a aplazar las cosas, indolencia.
Dificultad para expresar las propias opiniones.
Excesiva dependencia de los demás.
Ideas o pensamientos obsesivos.
Actos compulsivos.
Dificultades de carácter sexual.
Incapacidad para tolerar las frustraciones.
– Área familiar:
Disgustos, discusiones, discrepancias frecuentes con la pareja.
Problemas de control de los hijos.
Entrometimiento de la familia de origen o de la política.
Problemas de economía familiar.
– Área laboral:
Monotonía en el trabajo.
Deseo de cambiar de empleo.
Sentimiento de ser manipulado, explotado en el puesto de tra-
bajo.
Estrés laboral.
Incapacidad para lograr ascensos.
Sentimiento de estancamiento, de ser sobrepasado por los
compañeros.
– Área social:
Dificultades de relación interpersonal.
Tendencia a ponerse colorado.
Miedo a hablar ante la gente.
Incapacidad para hacer amigos.
Vergüenza, timidez ante el sexo opuesto.
Sentimientos frecuentes de soledad.
Carencia de habilidades sociales (iniciar y mantener conversa-
ciones, decir o recibir cumplidos, etc.)
– Salud:
Enfermedades crónicas.
Tendencia al insomnio.
Hipertensión.
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Resumen
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Wittgenstein
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CUESTIONES PROBLEMÁTICAS
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MI PROBLEMA TU PROBLEMA
· Me siento mal cuando me · Sacas bajas calificaciones.
preguntan por las notas de mi
hijo. · Te pasas los veranos castigado.
MI PROBLEMA TU PROBLEMA
· Me siento abandonada, · Descuidas tus deberes
relegada a un segundo plano. familiares.
· Siento vergüenza de pensar · Eres el hazmerreir de tua
que debes dinero a todo el amigos.
mundo.
· No consigues ahorrar para
· No puedo contar con un el futuro
remanente de dinero.
MI PROBLEMA TU PROBLEMA
· Imposibilidad de ahorro
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CUESTIONES PROBLEMÁTICAS
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CUESTIONES PROBLEMÁTICAS
Negar el problema
Muchas veces, el intento de solución más primario e ineficaz que
activamos frente a un problema consiste en su negación. Es algo así
como traspasar a la propia situación vital el "digno" desenlace que la
zorra supo darle al episodio de las inalcanzables uvas. Lo malo es
que ella se alejó con la cabeza muy alta, pero con el estómago vacío.
Cuestiones de dignidad personal o de prestigio social pueden
llevar a la gente a adoptar posturas de negación de lo más eviden-
te llegándose así a las paradójicas situaciones de los "secretos a
voces" donde todo el mundo conoce el punto débil de alguien, pero
nadie lo menciona. Es algo parecido a lo que ocurría en el cuento
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CUESTIONES PROBLEMÁTICAS
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SOLUCIONES INTENTADAS
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SOLUCIONES INTENTADAS
tud frente a las personas con las que llegue a interactuar en su vida
cotidiana. Con toda probabilidad, desarrollará una postura típica-
mente defensiva ante los demás como consecuencia del núcleo de
creencias individuales sobre su propio valor personal y su capaci-
dad de protegerse frente a los otros, así como respecto a las atribu-
ciones relativas a sus intenciones y propósitos.
Este "mapa mental" será el punto de referencia para cada una de
las situaciones cotidianas que se le puedan presentar. De este
modo, ante la posible propuesta de invertir en una empresa o nego-
cio, sus pensamientos adquirirán la forma de: "se quieren aprovechar
de mi"; "se van a beneficiar a mi costa", etc. y su respuesta más pro-
bable será una negativa a la proposición. En cambio, la persona
que, en función de sus vivencias, ha llegado a elaborar mapas cog-
nitivos de confianza en sí mismo y en los demás, desarrollará una
visión mucho más positiva de la situación y se mostrará más pro-
clive a participar en el negocio.
Pero a diferencia de los geográficos, los mapas mentales no se
suelen comparar con la realidad: mientras que, por ejemplo, en el
océano se puede constatar que, por la acción erosiva de las corrien-
tes, donde originalmente estaba señalado un banco de arena existe
ahora calado suficiente, de modo que resulta posible rectificar la
información en las futuras ediciones de la carta marina, a nivel cog-
nitivo no siempre se procede a confrontar la información codifica-
da en los archivos mentales correspondientes con los elementos de
la realidad y, a menudo, quien parte de un prejuicio acerca de las
aviesas intenciones del prójimo, no se molesta en comprobar ese
dato, sino que al activar su postura defensiva –evitando así la inte-
racción con el otro interlocutor– refuerza la creencia inicial en la
malevolencia de sus propósitos.
Un marido, inesperadamente, se presenta en su casa con un
radiante ramo de rosas para su esposa. La pregunta es: ¿cómo reac-
cionará la sorprendida mujer ante una atención tan inusual en el
repertorio de comportamientos de su cónyuge?
Podemos sentirnos tentados a responder que se sentirá encanta-
da. Sin embargo, no deberíamos perder de vista que ella no va a
reaccionar directamente a la presencia de las flores (ese sería el
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El nivel de la solución
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Más de lo mismo
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saltar el circuito y poder iniciar así un trayecto nuevo que nos con-
duzca a una situación diferente.
Pero en lo más profundo del bosque es difícil percibir el sende-
ro que puede conducir a la salida; a veces es necesario buscar una
perspectiva aérea para alcanzar una visión de conjunto de todo el
entramado de caminos, sendas y atajos en el que fácilmente pode-
mos desorientarnos con nuestra miope mirada a ras de suelo. Lo
cual, traducido al terreno de nuestras cuitas personales, significa
que, para salir del atolladero personal en el que a veces nos encon-
tramos atascados repitiendo una y otra vez las mismas pautas de
comportamiento estéril, puede ser muy oportuno recurrir a un
punto de vista externo –consejero, terapeuta, persona desimplicada
de la situación– o bien buscar un plano más elevado sobre el que
encaramarnos para conseguir ampliar el propio campo de visión.
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Resumen
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CATEGORÍAS POBLEMÁTICAS
Epiménides de Creta
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Forzar lo espontáneo
A veces, cuando me pongo delante del ordenador con ánimo de
escribir una página, las ideas se niegan a acudir hasta la punta de
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CATEGORÍAS PROBLEMÁTICAS
Aplazar lo temido
Es bien sabido que cuando un avestruz observa un peligro, sim-
plemente esconde la cabeza para no verlo, imaginándose que así
queda a cubierto de toda amenaza. Los humanos funcionamos
muchas veces como el ave corredora y nos imaginamos que pode-
mos controlar las situaciones temidas evitando enfrentarnos a ellas.
Pero conseguir una tregua no es lo mismo que ganar la batalla.
Posiblemente, se trate de un mecanismo de defensa que pervi-
ve desde la infancia; los niños, en efecto, saben recurrir a su fan-
tasía para imaginarse desenlaces maravillosos a las situaciones de
angustia a las que también ellos tienen que enfrentarse algunas
veces. Pero si bien es normal –y hasta sano– que los pequeños
alberguen en sus cabezas hadas y magos, ya no lo sería tanto en
el caso de las personas adultas; de hecho, cuando una persona
mayor se empeña en echar mano de esas estratagemas infantiles
frente a la ansiedad, se le suele colocar la etiqueta de "esquizofré-
nico".
Lo que los mayores pueden hacer de una manera más "razona-
ble", consiste en rehuir las situaciones temidas recurriendo a estra-
tegias de evitación sutiles –como alegar tener asuntos más impor-
tantes que atender– o a conductas abiertamente fóbicas.
Los problemas fóbicos, como los de depresión, no parecen
implicar claramente una situación de interacción humana, condi-
ción que asignábamos a la definición inicial de problema, pero, si
bien se mira, las personas que rodean al sujeto que sufre el tras-
torno sí pueden hacer mucho por favorecer o impedir la instaura-
ción y mantenimiento del comportamiento fóbico o depresivo ya
que con su propio comportamiento –a veces de compasión mal
entendida– llegan, en realidad, a inducir a la persona a que se
convierta en un "inválido" a base de facilitarle todo cuanto nece-
sita o de hacerle compañía para levantarle el ánimo, impidiendo
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Defender el baluarte
Muchos problemas de interacción con otras personas se pueden
encuadrar en esta tercera categoría de situaciones problemáticas;
ya se trate del proverbial "abismo generacional" que tradicional-
mente separa las posiciones de padres e hijos, de las problemáticas
relaciones de comunidad de vecinos o de la competitiva "camara-
dería" que suele establecerse entre compañeros de trabajo.
En muchas situaciones de este tipo, típicamente, los protagonis-
tas se encuentran empeñados en una especie de pugna en la que
sólo se considerarán vencedores si consiguen "derrotar" a su adver-
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CATEGORÍAS PROBLEMÁTICAS
Coartadas acusadoras
La paciente paranoica que se mencionaba en el capítulo II está
muy preocupada pensando si no estarán hablando de ella a sus
espaldas. Cada vez que sorprende conversando a dos miembros
de su familia se apresura a preguntarles ceñuda si la están criti-
cando y por más que ellos se esfuerzan en tranquilizarla explicán-
dole el tema de su conversación, ella considera todas esas explica-
ciones como un camuflaje del verdadero argumento de la tertulia:
sus manías persecutorias. Algo parecido le ocurre a un ludópata
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La práctica de la teoría
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CATEGORÍAS PROBLEMÁTICAS
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Resumen
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
Paul Watzlawick
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1. La estructura familiar en las zonas rurales de Galicia, con una incidencia muy
acusada de los peculiares sistemas de herencia de las tierras por los que la
mayor parte de la Propiedad queda en manos del hijo mayor, favorece el
mantenimiento de rígidos sistemas patriarcales en los que los abuelos son
dueños absolutos de todos los bienes, incluida la casa donde habita la fami-
lia extensa, mientras que el supuesto heredero, aún cuando pueda sobrepa-
sar los cincuenta años de edad, no es libre de tomar decisión alguna sin el
consentimiento de aquellos, so pena de que la herencia pase a algún otro hijo.
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
no podían quebrantar una regla familiar tácita por la que era preci-
so consultar con los abuelos hasta las más mínimas decisiones rela-
tivas a la casa. Todos comprendían que el problema más inmediato
a atajar era el comportamiento del chico a la hora de comer; todos
sabían que dicho comportamiento estaba relacionado con la pre-
sencia del televisor en el lugar de la comida, pero nadie quería de-
cirlo en voz alta, arriesgándose a que la sugerencia pudiera resul-
tar molesta a quien había que tener contento...
En nuestras interacciones personales jugamos muchas veces a
fingir que no somos conscientes de que la otra persona está desem-
peñando su papel, que consiste en simular que desconoce el nues-
tro propio. Si las reglas ocultas se hacen explícitas ya no es posible
continuar con el juego; pero esto, como ya hemos apuntado, puede
generar una considerable angustia al perder los puntos de referen-
cia que señalan las competencias y limitaciones de cada uno de los
participantes, con lo que, a partir de ese momento, ya no se puede
predecir con exactitud el comportamiento del otro protagonista que
hasta ahora se ha ajustado estrictamente a las normas implícitas.
En otra ocasión un padre solicitó una entrevista para exponerme
el caso de su hijo: el chico estaba fracasando estrepitosamente en
sus estudios, también había hurtado cantidades relativamente im-
portantes de dinero tanto de la propia casa como de la de algún
vecino; por último, había sido sorprendido en el colegio fanfarro-
neando ante sus compañeros con unas pajitas de hashis. Según la
versión paterna, el chico debía de tener un cociente mental tan bri-
llante que sus intereses intelectuales sobrepasaría los contenidos
concretos de su programa de estudios, lo que hacía que el mucha-
cho no atendiera a sus clases. Por otro lado, sus problemas de com-
portamiento eran debidos, seguramente, al carácter histérico de la
madre que sólo interactuaba con su hijo para reñirle constante-
mente. La pretensión de este padre era que, con la excusa de
comenzar un tratamiento con el chico, llamara yo a la madre a con-
sulta y, de una manera sutil, me pusiera a trabajar con ella ya que,
en definitiva, ella era la causa de todas las dificultades.
Evidentemente, en esa familia existía un juego de reglas muy
complejas y lo único que se pretendía con el simulacro de acudir a
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2. Eric BERNE: Games People Play, New York: Grove Press, 1964.
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Patrones de comunicación
Virginia Satir, la genial terapeuta familiar, fallecida hace unos
años, consideraba que los humanos buscamos, fundamentalmente,
protegernos de la amenaza que supondría el hecho de ser rechaza-
dos por los demás y que, para lograrlo, recurrimos básicamente a
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
La propuesta fascinante
El máximo objetivo de todos los sistemas psicológicos ha sido,
desde siempre, la elaboración de un sistema clasificatorio de la
personalidad de tal precisión que pueda no sólo describir las
características de una persona determinada, sino también de pre-
decir con exactitud su comportamiento futuro. De este modo se
han definido numerosas categorizaciones algunas de las cuales
han alcanzado niveles de divulgación considerables, como la
conocida diferenciación entre introvertidos y extrovertidos, mien-
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tras que otros son sólo manejados por los profesionales del estudio
de la conducta humana.
Pues bien, en los últimos años se ha comenzado a reconsiderar
una antigua propuesta de estudio de la realidad humana basada,
al parecer, en conocimientos milenarios recogidos por los sufíes:
el eneagrama, de historia confusa y misteriosa –elementos en los
que reside buena parte del encanto de este instrumento de auto-
transformación– que sorprende al profesional de la psicología por
la detallada descripción de caracteres humanos que propone así
como por las sensatas direcciones de desarrollo que contempla.
Aunque el tema del eneagrama se merece la extensión de todo
un libro4, por existir ya una amplia bibliografía que lo recoge, me
limitaré a lo más esencial de la cuestión, en relación a las "posturas
personales" y proporcionaré al lector interesado en el asunto una
reseña de libros sobre el asunto al final del capítulo.
Según podemos observar en el gráfico representativo del enea-
grama, la estrella de nueve puntas, se consideran nueve actitudes
vitales –las etiquetas asignadas a cada uno de los eneatipos que
generalmente se identifican mediante su número correspondien-
te– de manera que
cada individuo, aún ENEAGRAMA
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
la figura siguiente.
Las líneas que unen PLANIFICACIÓN 7 2
SUPERIORIDAD
sona en su búsqueda de
perfección o bien en el afianzamiento cada vez más sólido del
defecto característico. Así, por ejemplo, el tipo 5, que característica-
mente es un observador desimplicado de los acontecimientos que
ocurren a su alrededor, debe moverse hacia el 8 –el líder– asu-
miendo compromisos y responsabilidades respecto a los demás
para superar así su individualismo y desembarazarse de la "avari-
cia" que le mantiene centrado en sí mismo. Si, por el contrario, el 5
organiza su comportamiento en función del otro tipo eneagrámico
al cual está unido mediante la otra rama de la estrella, el 7, su
empeño en "vivir la vida", actitud característica de este otro eneati-
po, le conduciría a encerrarse más en sí mismo, en el disfrute de su
propio bienestar, con lo que, de nuevo, se afianzaría más su com-
portamiento compulsivo inicial de "guardar para sí" en lugar de
compartir con los demás.
Veamos entonces las posturas vitales, las actitudes personales
que contempla el eneagrama:
1.- El Perfeccionista. La actitud personal correspondiente a
cuantos se pueden encuadrar en este tipo viene definida por un
marcado nivel de exigencia –hacia sí mismo y hacia los demás. Los
problemas, normalmente, surgirán por su inflexibilidad y su per-
feccionismo. La frase emblemática de las personas que se caracteri-
zan por esta postura ante la vida podría ser la conocida "un sitio
para cada cosa y cada cosa en su sitio". El aspecto más apreciable entre
los "1" es su entrega al trabajo; el polo negativo de tal cualidad: la
intolerancia. El personaje de ficción representativo –exagerada-
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
La zona minada
A menudo, los valores personales, la actitud o posición desde la
que se enfoca una situación problemática, da lugar a una clase típi-
ca de comportamientos que apunta hacia una intencionalidad
determinada. Así, por ejemplo, la conducta consistentemente torpe
de un niño que deja caer todo cuanto pasa por sus manos o los olvi-
dos sistemáticos que experimenta un adolescente respecto a los
encargos que se le encomiendan, puede estar orientada a conseguir
la atención que desean de cuantos les rodean en un intento –efecti-
vo muchas veces– de sentirse a sí mismos importantes. La reitera-
da desobediencia de un muchacho que, sistemáticamente, va segui-
da por la correspondiente riña paterna, suele apuntar hacia una
lucha de poderes mediante la cual, probablemente, padre e hijo se
dedican a delimitar sus territorios personales y sus correspondien-
tes zonas de influencia. Ciertos comportamientos constituyen pura
y simplemente intentos de venganza abiertos o encubiertos hacia
alguien contra quien se guarda algún resentimiento. También es
posible encontrar muestras de ineptitud por parte de quien, sim-
plemente, desea que lo dejen en paz.
Llamadas de atención, pulso de poderes y desquite son tres de
los objetivos a los que apuntan numerosos comportamientos ina-
decuados o conflictivos en los que se encuentra involucrada una
relación interpersonal. A menudo constituyen peldaños de una
misma escalera que, inadvertidamente, van subiendo quienes se
enredan en una dinámica conflictiva, de manera que el comporta-
miento que comienza constituyendo una simple molestia para la
persona hacia la que va dirigido, pasa a convertirse en un desafío a
la autoridad, lo cual desencadena la consiguiente réplica punitiva
que, a su vez, genera un deseo de desquite en el protagonista más
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
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POSTURAS ANTE EL PROBLEMA
La práctica de la teoría
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Resumen
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
"El principio de más de lo mismo no produce 'sorprendente-
mente' el cambio deseado, sino que, por el contrario,
la 'solución' contribuye a aumentar el problema
y se convierte en el mayor de ambos males"
Paul Watzlawick
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Caminar despacio
Como en música, cada cambio tiene su "tempo" e intentar acele-
rarlo sólo desemboca en estridencias. Problemas que han ido cris-
talizando a lo largo de los años no pueden desvanecerse por arte de
magia (por cierto: la magia en psicoterapia no existe) en unos pocos
días. Es preciso asegurar el objetivo final consolidando previamen-
te cada una de las conquistas logradas.
La actitud más importante a desarrollar a lo largo de este cami-
no pausado es la de observador inteligente que aprende de cuan-
to examina y reconoce las leyes ocultas en los fenómenos que con-
templa, de manera que su sensación de control sobre la situación
que está manejando se fundamenta cada vez con mayor solidez
en su comprensión de las relaciones entre lo que hace y lo que
obtiene.
También es bueno tener en cuenta que la solución de un proble-
ma, de cualquier problema, por importante que sea, no supone la
inauguración de una etapa de felicidad perpetua para el resto de
los días de existencia, sino que, más bien, la vida es una sucesión
de problemas y que, tras el que acabamos de dejar atrás, segura-
mente nos espera otro. Pero hay que saber también que un proble-
ma es sólo eso: una situación a la que conviene poner remedio. No
se trata ni del fin del mundo ni de algo "horroroso".
Áreas de cambio
Según la estructura del problema al que debemos enfrentarnos
en un momento dado, puede que sea necesario enfocar nuestro
objetivo hacia los aspectos interpersonales de una relación o quizás
el problema esté principalmente ubicado en nosotros mismos, con
lo que el terreno de juego va a ser nuestra actitud personal.
110
PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
Sea cual sea el área conflictiva, los cambios que podemos pro-
ponernos iniciar pueden estar dirigidos hacia tres aspectos de la
realidad social o personal:
111
CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
te y cuestionamiento de los
planteamientos cognitivos de
base, es posible modificar los sentimientos asociados al plantea-
miento primitivo y arriesgarse a iniciar nuevas conductas funda-
mentadas en los nuevos puntos de vista que se van consolidando.
Por otra lado, si nos "arriesgamos" a realizar nuevos comporta-
mientos que no figuraban inicialmente en el repertorio personal,
es posible que algunos de los presupuestos teóricos de base tengan
que ser modificados. Finalmente, también es posible forzarse a
modificar un sentimiento llevándolo hasta niveles "razonables" o
tolerables, tal como propone Albert Ellis con sus ejercicios de "ima-
ginación emotiva", en los que invita al sujeto a representarse una
situación problemática al tiempo que se esfuerza en mantener un
nivel de emociones adecuadas, lo cual le lleva a efectuar algunos
reajustes en su manera de pensar posibilitándose, por consiguien-
te, nuevas maneras de actuar en esa situación inicialmente proble-
mática.
Pues bien, estos cambios mínimos, lentos y dirigidos a modifi-
car algunos aspectos de la posición personal pueden iniciarse
sobre cualquiera de los tres aspectos del funcionamiento global. No
obstante, como normalmente es más fácil ejercer un control directo
sobre las acciones, será en esta área donde se centrarán la mayor
parte de los intentos de cambio voluntariamente iniciados.
Cambiar la estrategia:
112
PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
Forzar lo espontáneo
Frente al empeño persistente en conseguir, sin resultado alguno,
que se produzca aquello que sólo puede ocurrir de modo natural,
la única postura que cabe adoptar para abrir una vía hacia resulta-
dos diferentes es, precisamente, empeñarse en no lograr aquello
que deseamos conseguir. Este camino aparentemente absurdo es
ampliamente utilizado en psicoterapia, por ejemplo a partir de téc-
nicas paradójicas tales como la prescripción del síntoma que pro-
pugna Viktor Frankl1 así como otros muchos autores.
Se puede constatar fácilmente que la mayor parte de los sínto-
mas fisiológicos como el insomnio o las disfunciones sexuales son
mantenidos, en buena medida, por la exigente demanda de que las
cosas funcionen de manera diferente: Cuanto más empeño pone el
insomne en lograr caer dormido, mayor ansiedad se genera a sí
mismo con sus exigencias de aprovechar al máximo las pocas horas
que le quedan hasta el momento de tener que levantarse. Si en
lugar de angustiarse por el reloj o la perspectiva de un día somno-
liento, se dedicara a disfrutar de su música favorita o de una lectu-
ra apasionante, o bien se afanara en hacer la limpieza del cuarto
113
CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Evitar lo temido
Cuando alguien siente aprensión ante una situación es porque
se ve a sí mismo sin los recursos pertinentes para hacerle frente y
salir airoso. En consecuencia, la reacción más inmediata consiste en
tratar de esquivar la situación. Pero de ese modo se pierde la opor-
tunidad de adquirir la práctica necesaria para el desarrollo de esos
recursos de los que no se dispone. Este es el caso de las fobias y de
las situaciones ansiógenas en general. Cuanto más se evita un estí-
mulo temido, mayor temor llega a producir con lo que las conduc-
tas de evitación se vuelven más dominantes en el futuro.
La única manera de superar el temor a una situación es entran-
do en escena y haciendo frente al miedo que ese estímulo desenca-
dena. Sin embargo, hay que hacer una matización: las personas
fóbicas a menudo se comparan con quienes no experimentan su
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PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Defender el baluarte
Esta es la postura clásica del "partido de tenis". La actitud que
deberían desarrollar aquellos que siempre están empeñados en
salirse con la suya para demostrar su dominio es la de aprender
que el auténtico poder se demuestra consiguiendo que el otro fun-
cione de la manera que uno desea pero sin que se de cuenta de que
en realidad está siendo manejado.
Se trata de una especie de Judo psicológico en el que, como en
la lucha japonesa, en lugar de oponerse frontalmente a la fuerza del
adversario, se emplea, precisamente, su propia energía para hacer-
le caer. Si alguien se lanza contra uno para derribarlo y el atacado
se empeña en parar el golpe, en realidad lo único que hace es ayu-
dar al agresor a mantenerse en pie, mientras que si se aparta, es
muy fácil que el agresor caiga por su propio impulso.
Conozco a una pareja de "aries" –en realidad ignoro su signo
zodiacal ni, por supuesto, me importa en absoluto conocerlo–
cuyas interacciones más habituales consisten en darse cabezazos de
oposición dialéctica. Cuando acudieron en demanda de asesora-
miento psicológico, en realidad pretendían una especie de juez que
otorgara la razón a una de las partes en detrimento de la otra por
lo que quedaron un tanto frustrados cuando les expliqué que esa
no era mi función. Después de algunas sesiones con cada uno de
los cónyuges por separado, procuré explicarle a la mujer –dado que
ella era la que más sufría y, en realidad, era quien había demanda-
do la terapia– cómo podía hacer en concreto para practicar esta
clase de "Judo psicológico", pero ella lo interpretó como una pro-
puesta para "ceder" ante las injusticias del marido. Cuando por fin
logré hacerle entender que la inteligencia es la forma más refinada
de poder, ella empezó a vislumbrar numerosas maneras de lograr
salirse con la suya a partir de una aparente actitud de sumisión
ante su esposo. Se guardó su "puño de hierro" y empezó a entrenar
su "mano izquierda" con unos resultados muy esperanzadores.
En definitiva, frente a la actitud de tener razón en todo momen-
to y querer salirse siempre con la suya, se debe aprender a mante-
ner una posición de debilidad aparente, lo cual puede implicar
desde la sustitución del imperioso "tienes que" por un más amable
116
PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
Defensa acusadora
Cuando el problema más acuciante entre dos personas consiste
en un típico círculo vicioso que comienza con la imputación por
parte de uno de los protagonistas de determinados comportamien-
tos perversos en el otro y, ante la defensa negadora del acusado, se
utiliza esa misma negación como prueba de su mala disposición
para reformarse, lo que ocurre, en realidad, es que se está inician-
do un círculo vicioso tan tupido que es imposible intentar buscar
una salida "razonable". Este puede ser el caso de un ludópata en
vías de cura: si cada vez que llega a casa su esposa le interroga acer-
ca de sus incursiones en las máquinas tragaperras y éste niega
haberse gastado ni un duro en tal vicio, pero su negativa es inter-
pretada como una mentira defensiva, la situación puede llegar a ser
tan asfixiante que induzca al presunto jugador a incurrir nueva-
mente en su hábito, como un medio de venganza frente a la actitud
inquisitorial de la que ha de protegerse cada día.
Mi paciente paranoica, de la que ya he hablado en capítulos
anteriores, vive muy preocupada pensando si no estarán hablando
de ella a sus espaldas. Una y otra vez interroga a quienes conviven
con ella, pero nunca se queda satisfecha con las negativas que reci-
be; más bien sospecha que se confabulan para ocultarle la verdad
de sus veladas murmuraciones. En cierta ocasión que acudió a la
consulta acompañada por su madre aproveché para hablar con ésta
y organizar una estrategia que pudiera servir a toda la familia para
aliviar un poco su tensa situación. De este modo, en presencia de la
joven, di a la madre instrucciones en el sentido de que, cada vez
que la chica les preguntara si habían estado hablando de ella, le
contestaran sistemáticamente en sentido afirmativo. Me aseguré de
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La práctica de la teoría
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PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
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PASOS HACIA LA SOLUCIÓN
Resumen
Estructura lógica de la solución de problemas:
PROBLEMA
de otro mío
INTENTOS
DE SOLUCIÓN
funciona no funciona
FIN
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
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El boicot bienintencionado
Retomemos el caso de Patricia, la joven universitaria con la que
comenzábamos el capítulo anterior. Su comportamiento puede
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
La sombra de la desgracia
A menudo, los problemas parecen estar asentados a nivel per-
sonal, más que desarrollarse en la interacción entre varios protago-
nistas. Cuestiones como los pensamientos obsesivos o las depresio-
nes es posible que tengan un origen más característico a partir del
sistema cognitivo del sujeto que como resultado de un juego de
relaciones con otros, si bien el factor social puede tener también
una notable incidencia tanto en la aparición como en el manteni-
miento del problema. En estos casos, al igual que en los típicamen-
te derivados de las inevitables vinculaciones interpersonales, la
directriz más clara para buscar una salida válida al conflicto indi-
vidual consiste en establecer la postura personal que parece estar
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
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La práctica de la teoría
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
Resumen
Situación
indeseable
Intento de
solución
Nueva Situación
El Cambio requiere situación indeseable
variación.
Solución
novedosa
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
De quién
Situación es el pro- Propuestas de cambio
blema
1. Ana se siente celosa por- De Ana. Hablar claramente con
que una chica nueva ha co- el marido, explicándole
menzado a trabajar en la ofi- sus sentimientos. Pres-
cina de su marido. Se mues- tar atención a las mues-
tra distante e irritable con el tras de cariño que le da
marido cuando éste llega a su marido.
casa, como para "castigarlo".
2. La niña de Julia reclama De Julia. Conceder a la niña un
continuamente su atención tiempo prudencial para
a la hora de comer; no para comer. Pasado ese mo-
quieta: sube y baja conti- mento, retirarle el plato
nuamente de la silla, pide y mandarla a hacer sus
que le den la comida, quiere tareas habituales, con
que le cuenten cuentos. Por una actitud normal, sin
atender a su hija, Julia tiene aires de reprimenda y
todos los días el tiempo sin hablar más de la
muy justo para el trabajo. comida.
3. María está deprimida De María. Explicarle a sus padres
porque desea romper su cómo se siente respecto a
relación con el chico con ellos y al chico. Contarles
quien está saliendo, pero la historia de alguna ami-
siente que sus padres la ga que estuvo a punto de
están presionando para que suicidarse por algo simi-
continúe con él. Ella no lar. Comentarles que está
quiere a ese chico, pero segura de que desean lo
tampoco desea dar un dis- mejor para ella y que, por
gusto a sus padres. eso, estarán encantados
el día que decida tener un
novio formal, etc.
CONTINÚA
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ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO
145
8
EL ENFOQUE ESTRATÉGICO
"Podemos considerar la situación tal como existe ahora y aquí,
sin comprender de qué modo ha surgido y, a pesar de nuestra
ignorancia acerca de su origen y evolución, podemos
hacer algo con ella"
Paul Watzlawick
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
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EL ENFOQUE ESTRATÉGICO
Diagnóstico
Ya habrá quedado claro que el enfoque estratégico no busca
aplicar rótulos o etiquetas diagnósticas sobre los que apoyar la
intervención posterior. No se trata de encasillar a los sujetos en
categorías nosológicas ni de especificar su supuesta disfuncionali-
dad individual. Lo que se busca, más bien, es alcanzar una com-
prensión global de los elementos que constituyen la situación pro-
blemática de partida. La fase de diagnóstico, por lo tanto, se con-
cretará en la descripción operativizada de la queja inicial:
– Descripción general.
– Personas implicadas.
– Interacciones entre las personas implicadas.
– Quién parece estar manteniendo el problema.
– Quien parece ser el más perjudicado en la situación actual.
– De qué manera constituye un problema y para quién.
– etc.
Una vez recabados los datos pertinentes, el terapeuta debe hacer
una reformulación de la situación, como un resumen, que integre
todos los elementos considerados y exponerla a su interlocutor
para comprobar la adecuación del propio punto de vista al del con-
sultante. En caso de que el ajuste de ambas percepciones no fuera
el adecuado, el terapeuta deberá formular cuantas preguntas nece-
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
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EL ENFOQUE ESTRATÉGICO
con él; pero lo más inmediato son los síntomas de ansiedad que está
desarrollando la pequeña...".
Soluciones intentadas
Ya ha quedado bien establecido que, en realidad, el problema es
la solución y por eso mismo, será necesario especificar muy clara-
mente cuáles han sido las soluciones ineficazmente puestas en
práctica, que han dado como resultado el mantenimiento de la
situación indeseable.
En una entrevista inicial no se debe dejar de formular cuestiones
como las siguientes:
- ¿De qué manera han procurado hacer frente a la situación?
- ¿Qué se ha obtenido exactamente?
- ¿Qué es lo que parece funcionar y lo que no está dando resul-
tado?
- ¿Qué ha impedido que se continuara haciendo aquello que
disminuía el problema?
... ... ...
Un enfoque estratégico no puede perder de vista todo el entra-
mado de interacciones que se producen en el entorno del sujeto
–que, a menudo, ni siquiera es el dueño del problema1– y rechaza
simplificar la cuestión a base de "patologizar" a cualquiera de los
implicados cargando sobre él la responsabilidad exclusiva de la
situación. La visión de conjunto de lo que está ocurriendo en reali-
dad, no puede quedar completa sin un análisis detallado de los
remedios que se han intentado poner en práctica.
En el caso de Mónica la madre informa de que la ha llevado al
pediatra a causa de las somatizaciones que experimenta la niña y
que ha razonado con ella en el sentido de explicarle que los días
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Objetivos mínimos
Un vez desmenuzado el problema e identificados los caminos
que no llevan a parte alguna, se necesita trazar nuevos itinerarios;
pero es preciso determinar a dónde han de llevar las nuevas vías de
acción, marcando objetivos concretos y verificables que permitan
saber en cualquier momento si los intentos de cambio nos están
acercando o no a la situación final deseada.
En principio, los objetivos de cambio han de ser modestos y tan-
gibles. Su cumplimentación puede suponer un estímulo adicional
para el logro de nuevos fines más amplios al tiempo que señalan la
eficacia del camino emprendido. Se trata, como hemos señalado
anteriormente, de poner en marcha el efecto "bola de nieve".
En esta fase puede ser de utilidad recurrir a preguntas tales
como:
– ¿De qué manera puedo yo ayudarle a afrontar este problema?
En terapia, como en educación, muchas veces se actúa sobre el
presupuesto equivocado de que es el profesional el que debe hacer-
se cargo de la situación, reduciéndose el papel del consultante al de
un mero observador pasivo que se limita a pagar para que le
resuelvan su problema. Cuestiones del estilo de la señalada ayudan
a delimitar el problema estableciendo, por una parte, un marco de
expectativas realistas al tiempo que deja sentado que la responsa-
bilidad de la solución va a recaer no sobre el terapeuta, sino sobre
el propio consultante ya que será él quien deberá esforzarse en
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3. Richard BANDLER y John GRINDER: Reframing, Moab, Utah: Real People Press,
1982.
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ENTORNO
SITUACIONES CREENCIAS
RESPONSABILIDADES PREJUICIOS
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La práctica de la teoría
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Situación Reinterpretación
positiva
1. Ana se siente celosa porque una chica
nueva ha comenzado a trabajar en la oficina
de su marido. Se muestra distante e irritable
con el marido cuando éste llega a casa, como
para "castigarlo".
2. La niña de Julia reclama continuamen-
te su atención a la hora de comer; no para
quieta: sube y baja continuamente de la
silla, pide que le den la comida, quiere que
le cuenten cuentos. Por atender a su hija,
Julia tiene todos los días el tiempo muy
justo para el trabajo.
3. María está deprimida porque desea
romper su relación con el chico con quien
está saliendo, pero siente que sus padres la
están presionando para que continúe con
él. Ella no quiere a ese chico, pero tampoco
desea dar un disgusto a sus padres.
4. Carlos llega a su casa la noche de los
viernes más tarde de lo acordado con sus
padres. Éstos están hartos de razonar con él,
de reñirle y de amenazarle.
5. Mario está desesperado porque no
consigue dejar de fumar. Ya lleva muchos
intentos y no lo consigue. Le preocupa
mucho el riesgo que puede estar suponien-
do para su salud.
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EL ENFOQUE ESTRATÉGICO
Resumen
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Determinación de objetivos:
– ¿De qué manera puedo yo ayudarle a afrontar este proble-
ma?
– ¿Por qué me ha llamado justo en el momento en que lo ha
hecho y no antes ni después?
– ¿Cuál es, en este momento preciso, el cambio que parece
más prioritario enfocar, el más urgente?
– Si llegase a producirse, ¿cuál se podría considerar como la
primera señal de que ha ocurrido un cambio significativo,
aunque sea pequeño?
Resaltar lo positivo
– ¿Está ocurriendo ya algo que no deseas perder?
– ¿Qué objetivo o función positiva se oculta detrás de todo
eso?
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EL ENFOQUE ESTRATÉGICO
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APÉNDICE
EL ESTILO “PALO ALTO”
"Let's be brief"
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El equipo terapéutico
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APÉNDICE
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Cliente:
– "En efecto, antes yo le hubiera dicho: eres un inútil, no sabes nada,
no tienes decisión...".
Suena el timbre del teléfono. El terapeuta principal se disculpa
y descuelga el auricular...
– ...
Terapeuta:
–"Ajá. Está bien... Sí, sí... Se lo comunicaré.
(el consultante sabe que están hablando de él; observa al tera-
peuta con un asomo de expectación).
El terapeuta cuelga el teléfono y se dirige sonriente a su cliente:
– "Me dice el equipo que les ha impresionado el cambio de actitud que
ha mostrado usted en ese momento y quieren felicitarlo".
El equipo terapéutico proporciona una enorme creatividad al
proceso de la terapia; ayuda a evitar los bloqueos en los que todo
terapeuta incurre de vez en cuando y provee un apreciable marco
de seguridad al responsable de la sesión que sabe que va a ser ase-
sorado en los momentos más críticos. Así, las reformulaciones posi-
tivas, los reencuadres y las prescripciones paradójicas pueden ser
aceptadas más fácilmente por el cliente que ve tales intervenciones
como el resultado de un trabajo conjunto más fiable, por lo tanto,
que la simple opinión de un miembro aislado.
A veces hay desacuerdo entre el equipo y el terapeuta principal.
En estos casos, pueden ocurrir dos cosas: o bien el terapeuta, direc-
tor de la sesión, prescinde del comentario de su equipo y se man-
tiene en su línea individual, o comunica al consultante la discre-
pancia existente entre él y el equipo de asistencia. En este último
caso, la cuestión puede tener repercusiones terapéuticas importan-
tes ya que, por lo general, el cliente se alía con su terapeuta frente
al equipo que mantiene una postura diferente y así se posibilita una
mayor motivación para un cambio concreto:
– "Tenemos un punto de discrepancia los miembros del equipo y yo:
ellos piensan que todavía es prematuro proponerle que haga un
esfuerzo para mantener un poco más alejado ese "control a distan-
cia" que ha venido ejerciendo sobre su hijo; sin embargo yo creo que
usted ha dado ya muestras de prudencia suficiente y pienso que
174
APÉNDICE
podría hacerlo; ¿qué opina usted de dar un paso más y probar a darle
libertad al chico para que se informe de cómo podría organizar su
prestación social sustitutoria antes de que decida si hace o no la
mili?".
– "No me haría mucha gracia que tomara esa decisión, pero compren-
do que es su vida, y aunque él pueda tener ciertas ideas que yo no
comparto, entiendo que sigue siendo mi hijo y, en efecto, va a necesi-
tar mi apoyo".
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
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APÉNDICE
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CUANDO EL PROBLEMA ES LA SOLUCIÓN
Trabajar en solitario
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APÉNDICE
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DIRECTOR: CARLOS ALEMANY
1. Relatos para el crecimiento personal. CARLOS ALEMANY (ED.), RAMIRO ÁLVAREZ, JOSÉ
VICENTE BONET, IOSU CABODEVLLLA, EDUARDO CHAMORRO, CARLOS DOMINGUEZ, JOSÉ
ANTONIO GARCÍA-MONGE, ANA GIMENO-BAYÓN, MAITE MELENDO, ALEJANDRO ROCAMORA.
PRÓLOGO DE JOSÉ LUIS PINLLLOS. (6ª ed.)
2. La asertividad: expresión de una sana autoestima. OLGA CASTANYER. (21ª ed.)
3. Comprendiendo cómo somos. Dimensiones de la personalidad.
ANA GIMENO-BAYÓN COBOS. (5ª ed.)
4. Aprendiendo a vivir. Manual contra el aburrimiento y la prisa. ESPERANZA BORÚS. (5ª ed.)
5. ¿Qué es el narcisismo? JOSÉ LUIS TRECHERA. (2ª ed.)
6. Manual práctico de P.N.L. Programación neurolingüística. RAMIRO J. ÁLVAREZ. (5ª ed.)
7. El cuerpo vivenciado y analizado. CARLOS ALEMANY Y VÍCTOR GARCÍA (EDS.)
8. Manual de Terapia Infantil Gestáltica. LORETTA ZAIRA CORNEJO PAROLINI. (5ª ed.)
9. Viajes hacia uno mismo. Diario de un psicoterapeuta en la postmodernidad.
FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
10. Cuerpo y Psicoanálisis. Por un psicoanálisis más activo. JEAN SARKISSOFF. (2ª ed.)
11. Dinámica de grupos. Cincuenta años después. LUIS LÓPEZ-YARTO ELIZALDE. (5ª ed.)
12. El eneagrama de nuestras relaciones. MARIA-ANNE GALLEN - HANS NEIDHARDT. (5ª ed.)
13. ¿Por qué me culpabilizo tanto? Un análisis psicológico de los sentimientos de culpa.
LUIS ZABALEGUI. (3ª ed.)
14. La relación de ayuda: De Rogers a Carkhuff. BRUNO GIORDANI.
PRÓLOGO DE M. MARROQUÍN. (2ª ed.)
15. La fantasía como terapia de la personalidad.FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN. (2ª ed.)
16. La homosexualidad: un debate abierto. JAVIER GAFO (ED.). JAVIER GAFO, CARLOS
DOMÍNGUEZ, JUAN-RAMÓN LACADENA, ANA GIMENO BAYÓN, JOSÉ LUIS TRECHERA. (3ª ed.)
17. Diario de un asombro. ANTONIO GARCÍA RUBIO. PRÓLOGO DE J. MARTÍN VELASCO. (3ª ed.)
18. Descubre tu perfil de personalidad en el eneagrama. DON RICHARD RISO. (5ª ed.)
19. El manantial escondido. La dimensión espiritual de la terapia. THOMAS HART.
20. Treinta palabras para la madurez. JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (8ª ed.)
21. Terapia Zen. DAVID BRAZIER. PRÓLOGO DE ANA MARÍA SCHLÜTER RODÉS. (2ª ed.)
22. Sencillamente cuerdo. La espiritualidad de la salud mental.
GERALD MAY. PRÓLOGO DE JOSÉ-VICENTE BONET.
23. Aprender de Oriente: Lo cotidiano, lo lento y lo callado. JUAN MASIÁ CLAVEL.
24. Pensamientos del caminante. M. SCOTT PECK. PRÓLOGO DE JOSÉ-VICENTE BONET.
25. Cuando el problema es la solución. Aproximación al enfoque estratégico.
RAMIRO J. ÁLVAREZ. (2ª ed.)
26. Cómo llegar a ser un adulto. Manual sobre la Integración Psicológica y Espiritual.
DAVID RICHO. (2ª ed.)
27. El acompañante desconocido. De cómo lo masculino y lo femenino que hay en
cada uno de nosotros afecta a nuestras relaciones. JOHN A. SANFORD.
28. Vivir la propia muerte. STANLEY KELEMAN. PRÓLOGO DE JUAN MANUEL G. LLAGOSTERA.
29. El ciclo de la vida: Una visión sistémica de la familia.
ASCENSIÓN BELART - MARÍA FERRER. PRÓLOGO DE LUIS ROJAS MARCOS. (2ª ed.)
30. Yo, limitado. Pistas para descubrir y comprender nuestras minusvalías.
MIGUEL ÁNGEL CONESA FERRER.
31. Lograr buenas notas con apenas ansiedad. Guía práctica para sobrevivir a los exá-
menes. KEVIN FLANAGAN. PRÓLOGO DE JOAQUÍN Mª. GARCÍA DE DIOS.
32. Alí Babá y los cuarenta ladrones. Cómo volverse verdaderamente rico.
VERENA KAST. PRÓLOGO DE GABRIELA WASSERZIEHR.
33. Cuando el amor se encuentra con el miedo. DAVID RICHO. (3ª ed.)
34. Anhelos del corazón. Integración psicológica y espiritualidad.WILKIE AU - NOREEN CANNON.
35. Vivir y morir conscientemente. IOSU CABODEVILLA. PRÓLOGO DE CELEDONIO CASTANEDO. (3ª ed.)
36. Para comprender la adicción al juego. MARÍA PRIETO URSÚA. PRÓLOGO DE LUIS LLAVONA.
37. Psicoterapia psicodramática individual. TEODORO HERRANZ CASTILLO.
38. El comer emocional. EDWARD ABRAMSON.
39. Crecer en intimidad. Guía para mejorar las relaciones interpersonales.
JOHN AMODEO - KRIS WENTWORTH.
40. Diario de una maestra y de sus cuarenta alumnos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
41. Valórate por la felicidad que alcances. XAVIER MORENO LARA.
42. Pensándolo bien... Guía práctica para asomarse a la realidad. RAMIRO J. ÁLVAREZ.
PRÓLOGO DE JOSÉ KLINGBEIL.
43. Límites, fronteras y relaciones. Cómo conocerse, protegerse y disfrutar de uno
mismo. CHARLES L. WHITFIELD. PRÓLOGO DE JOHN AMODEO.
44. Humanizar el encuentro con el sufrimiento. JOSÉ CARLOS BERMEJO.
45. Para que la vida te sorprenda. MATILDE DE TORRES. (2ª ed.)
46. El Buda que siente y padece. Psicología budista sobre el carácter, la adversidad y
la pasión. DAVID BRAZIER.
47. Hijos que no se van. La dificultad de abandonar el hogar. JORGE BARRACA.
PRÓLOGO DE LUIS LÓPEZ-YARTO.
48. Palabras para una vida con sentido. Mª. ÁNGELES NOBLEJAS.
49. Cómo llevarnos bien con nuestros deseos. PHILIP SHELDRAKE.
50. Cómo no hacer el tonto por la vida. Puesta a punto práctica del altruismo.
LUIS CENCILLO. PRÓLOGO DE ANTONIO BLANCH. (2ª ed.)
51. Emociones: Una guía interna. Cuáles sigo y cuáles no. LESLIE S. GREENBERG.
PRÓLOGO DE CARMEN MATEU. (2ª ed.)
52. Éxito y fracaso. Cómo vivirlos con acierto. AMADO RAMÍREZ VILLAFÁÑEZ.
53. Desarrollo de la armonía interior. JUAN ANTONIO BERNAD.
54. Introducción al Role-Playing pedagógico. PABLO POBLACIÓN KNAPPE y ELISA LÓPEZ
BARBERÁ Y COLS. PRÓLOGO DE JOSÉ A. GARCÍA-MOGE.
55. Cartas a Pedro. Guía para un psicoterapeuta que empieza. LORETTA CORNEJO.
56. El guión de vida. JOSÉ LUIS MARTORELL. PRÓLOGO DE JAVIER ORTIGOSA.
57. Somos lo mejor que tenemos. ISABEL AGÜERA ESPEJO-SAAVEDRA.
58. El niño que seguía la barca. Intervenciones sistémicas sobre los juegos familiares.
GIULIANA PRATA; MARIA VIGNATO y SUSANA BULLRICH.
59. Amor y traición. JOHN AMODEO. PRÓLOGO DE CARLOS ALEMANY.
60. El amor. Una visión somática. STANLEY KELEMAN. PRÓLOGO DE JAIME GUILLÉN DE ENRÍQUEZ.
61. A la búsqueda de nuestro genio interior: Cómo cultivarlo y a dónde nos guía.
KEVIN FLANAGAN.
62. A corazón abierto.Confesiones de un psicoterapeuta. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-
PINZÓN.
63. En vísperas de morir. Psicología, espiritualidad y crecimiento personal.
IOSU CABODEVILLA ERASO. PRÓLOGO DE RAMÓN MARTÍN RODRIGO.
64. ¿Por qué no logro ser asertivo? OLGA CASTANYER Y ESTELA ORTEGA.
65. El diario íntimo: buceando hacia el yo profundo. JOSÉ-VICENTE BONET, S.J. (2ª ed.)
66. Caminos sapienciales de Oriente. JUAN MASIÁ.
67. Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. PEDRO MORENO.
PRÓLOGO DE DAVID H. BARLOW, PH.D. (2ª ed.)
68. El matrimonio como desafío. Destrezas para vivirlo en plenitud. KATHLEEN R. FISCHER
y THOMAS N. HART.
69. La posada de los peregrinos. Una aproximación al Arte de Vivir. ESPERANZA BORÚS.
70. Realizarse mediante la magia de las coincidencias. Práctica de la sincronicidad
mediante los cuentos. JEAN-PASCAL DEBAILLEUL y CATHERINE FOURGEAU.
71. Psicoanálisis para educar mejor. FERNANDO JIMÉNEZ HERNÁNDEZ-PINZÓN.
72. Desde mi ventana. Pensamientos de autoliberación. PEDRO MIGUEL LAMET.
73. En busca de la sonrisa perdida. La psicoterapia y la revelación del ser.
JEAN SARKISSOFF.
74. La pareja y la comunicación. La importancia del diálogo para la plenitud y la
longevidad de la pareja. Casos y reflexiones. PATRICE CUDICIO y CATHERINE CUDICIO.
75. Ante la enfermedad de Alzheimer. Pistas para cuidadores y familiares. MARGA NIETO CARRERO.
76. Me comunico... Luego existo. Una historia de encuentros y desencuentros. JESÚS DE
LA GÁNDARA MARTÍN.
77. La nueva sofrología. Guía práctica para todos. CLAUDE IMBERT.
78. Cuando el silencio habla. MATILDE DE TORRES VILLAGRÁ.
79. Atajos de sabiduría. CARLOS DÍAZ.
80. ¿Qué nos humaniza? ¿Qué nos deshumaniza? RAMÓN ROSAL CORTÉS.
81. Más allá del individualismo. RAFAEL REDONDO.
82. La terapia centrada en la persona hoy. Nuevos avances en la teoría y en la práctica.
DAVE MEARNS y BRIAN THORNE. PRÓLOGO DE MANUEL MARROQUÍN PÉREZ.
83. La técnica de los movimientos oculares. La promesa potencial de un nuevo avance psico-
terapéutico. FRED FRIEDBERG. INTRODUCCIÓN A LA EDICIÓN ESPAÑOLA POR RAMIRO J. ÁLVAREZ
84. No seas tu peor enemigo...¡...Cuando puedes ser tu mejor amigo! ANN-MARIE
MCMAHON.
85. La memoria corporal. Bases teóricas de la diafreoterapia. LUZ CASASNOVAS SUSANNA.
86. Atrapando la felicidad con redes pequeñas. IGNACIO BERCIANO PÉREZ. CON LA COLABO-
RACIÓN DE ITZIAR BARRENENGOA
87. C.G. Jung. Vida, obra y psicoterapia. M. PILAR QUIROGA MÉNDEZ.
88. Crecer en grupo. Una aproximación desde el enfoque centrado en la persona.
BARTOMEU BARCELÓ. PRÓLOGO DE JAVIER ORTIGOSA.
89. Automanejo emocional. Pautas para la intervención cognitiva con grupos. ALEJANDRO BELLO
GÓMEZ, ANTONIO CREGO DÍAZ. PRÓLOGO DE GUILLEM FEIXAS I VIAPLANA.
90. La magia de la metáfora. 77 relatos breves para educadores, formadores y pensadores. NICK
OWEN. PRÓLOGO DE RAMIRO J. ÁLVAREZ.
91. Cómo volverse enfermo mental. JOSÉ LUÍS PIO ABREU. PRÓLOGO DE ERNESTO FONSECA-
FÁBREGAS.
92. Psicoterapia y espiritualidad. La integración de la dimensión espiritual en la práctica terapéuti-
ca. AGNETA SCHREURS. PRÓLOGO DE JOSÉ MARÍA MARDONES.
Serie MAIOR
1. Anatomía Emocional. STANLEY KELEMAN. (4ª ed.)
2. La experiencia somática. STANLEY KELEMAN. (2ª ed.)
3. Psicoanálisis y Análisis Corporal de la Relación. ANDRÉ LAPIERRE.
4. Psicodrama. Teoría y práctica. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ.
PRÓLOGO DE JOSÉ ANTONIO GARCÍA-MONGE. (2ª ed.)
5. 14 Aprendizajes vitales. CARLOS ALEMANY (ED.), ANTONIO GARCÍA RUBIO, JOSÉ A.
GARCÍA-MONGE, CARLOS R. CABARRÚS, LUIS CENCILLO, JOSÉ M. DÍEZ-ALEGRÍA, OLGA
CASTANYER, IOSU CABODEVILLA, JUAN MASIÁ, DOLORES ALEIXANDRE, MIGUEL DE GUZMÁN,
JESÚS BURGALETA, Mª. JOSÉ CARRASCO, ANA GIMENO. (8ª ed.)
6. Psique y Soma. Terapia bioenergética. JOSÉ AGUSTÍN RAMÍREZ. PRÓLOGO DE LUIS
PELAYO. EPÍLOGO DE ANTONIO NÚÑEZ.
7. Crecer bebiendo del propio pozo.Taller de crecimiento personal.
CARLOS RAFAEL CABARRÚS, S.J. PRÓLOGO DE CARLOS ALEMANY. (6ª ed.)
8. Las voces del cuerpo. Respiración, sonido y movimiento en el proceso terapéutico.
CAROLYN J. BRADDOCK.
9. Para ser uno mismo. De la opacidad a la transparencia. JUAN MASIÁ CLAVEL
10. Vivencias desde el Enneagrama. MAITE MELENDO. (3ª ed.)
11. Codependencia. La dependencia controladora. La depencencia sumisa. DOROTHY MAY.
12. Cuaderno de Bitácora, para acompañar caminantes. Guía psico-histórico-espiritual.
CARLOS RAFAEL CABARRÚS. (3ª ed.)
13. Del ¡viva los novios! al ¡ya no te aguanto! Para el comienzo de una relación en
pareja y una convivencia más inteligente. EUSEBIO LÓPEZ.
14. La vida maestra. El cotidiano como proceso de realización personal. JOSÉ MARÍA TORO.
15. Los registros del deseo. Del afecto, el amor y otras pasiones. CARLOS DOMÍNGUEZ MORANO.
16. Psicoterapia integradora humanista. Manual para el tratamiento de 33 problemas
psicosensoriales, cognitivos y emocionales. ANA GIMENO-BAYÓN Y RAMÓN ROSAL.
17. Deja que tu cuerpo interprete tus sueños. EUGENE T. GENDLIN.
PRÓLOGO DE CARLOS R. CABARRÚS.
18. Cómo afrontar los desafíos de la vida. CHRIS L. KLEINKE.
19. El valor terapéutico del humor. ÁNGEL RZ. IDÍGORAS (ED.). (2ª ed.)
20. Aumenta tu creatividad mental en ocho días. RON DALRYMPLE, PH.D., F.R.C.
21. El hombre, la razón y el instinto. JOSÉ Mª PORTA TOVAR.
22. Guía práctica del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Pistas para su liberación.
BRUCE M. HYMAN Y CHERRY PEDRICK. PRÓLOGO DE ALEJANDRO ROCAMORA.
Este libro se terminó
de imprimir
en los talleres de
Publidisa, S.A., en Sevilla,
el 3 de febrero de 2004.