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Titulo original del IiLJro en inglés:

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TIlE RADICAL TlIERAPlST
iD Jerome Agel / 1971
Publicado ¡lOr Ballantin~ Books, Nueva York, EU
de NA
Traducción de Rodolfo Mnttarol1o Benasso '¡ La terapia es cambio político...
no arroz con l~chc

Primera edición en español

DR iD EDITORIAL EXTEMPORANEOS, S. A./1974
Avenida Melchor Ocampo 256-A, B Y e
Mexico 5, D. F. Apartndo postal 5-442

Derechos reservados conforme a la ley

Impreso Y hecho en México,

PI'intecl ({ud 'made in Mexicd

N. de E. 01135
¡:,

n
INDICE

lNTRODUCCION 9

MANlfH~STO 17
1. . HACIA tiNA -rEGidA OE; LA n:RArI.\ RADICAL.

Principio!:; ele la flsiquiutriu ruelieal. Clwlde

Slcil/(.w 33
;,
Sobre la cc1uellclón <le 10:- tcnl[wutlls, Mi-
'". e/mal Glelll~ 11
Psiquia tria r u rli e u 1 y I-ifU1l0S de aecion,
CIaude Steincl' 57
Cómo ser un terapeuta radic.d. Ri,://I/nl
¡(1/1IlleS, meclieo 70
La terapia I'í.\llical nccc:-ita una teoria rc~
I •
volucionuria. 'fCl'l'y.J(IlIJCl's 83

n. NUB\',\S y VJI::JA~ "ENFJ:.:lfi\\t:OAOt.=S r-.1t.:¡'''T,\L~~~'.'

Cnrla. C. B. ,03
Flexión/Reflexión. Mary BI/rlles 118
Locura y moral. MOI'/OH S('/l/d~IlJ(lll 127
"Antipsir¡uiutriu": Entrevista [\ Joc Bcrke 176
Frente de liberación de los insanos 192

IIl. MUJEm:s' y I ¡Oj\IUlU:S

Editorial. JHuith Brown 199

Las mujeres y el lavndo de cerebro. UII(I
ItC/'1I1l/HU de IlcdstocJ<ings 212
El' mito del orgasmo vnljina1. Alllle KoceN. 222
Carta u mi psiquiatra. Nar/illc Millel' 239
Etlipo y la supl'C'macía mnsculina. Rouert
Sej(lclIucrg 216
""~-.
, "'A
Lo I'e",on. l es politlco: Curol HaniBcI. 257
ConelenUzaclón e Intuición. Katlde Sarct~
dtílll
¿ El l-::rupo de lIheraclón de In mujer es un
grupo 'de terapia colectiva? Marilyn
Zweig
Madres del milenio. Judith Bl'own
Lesbianismo. Martlt.a Shelley
¿ Qu& hacer? Redstockings (San Francis..
col
Mulrimonio y IJsicotcrnl)in. PliyUis Chesler
Psiquiatría radical y gru pos femeninos.
Hogic Wyrkoff
La ngr(!slón en In mujer. Shirley Bentard 309
Los ecrclo!'i. rcuccionilrios en los grupos de
IV.
,
mujeres. Dot VCOlCC
COMUNIDAD y SOCIEDAD
.-:1;
El robo de la salud mental: teorla y prác-
,ticn. RicJwrd Kwuws, médico
La snlud mental de la comunidad como
pro¡:::rama de pacificación. Jim iStatrnan 338
Número Nueve: la crención de una contra..
institución. D811is Jaffe
La terapia del basurero. Marilyrt Becker
Relaciones especiales en la comunidad. Dan
Leibso/m
V. OTROS ASUNTOS
'Los derechos de los niños
Certificados psiquiátricos pura el servicio
militar. Peter Roemer
MunifiC!sto de liberación homosexual. Oarl
Withmm
Notas ,sobre Fanoo. Phil Brown
Manifiesto -de pslquiatrla radical. Claude
Steine1'
Editor.ialcs ele Tila Rudic(ll Thempist
.D- -,_.,..,. _ I
".qr1l.lt..~t~··
,'~',""'1.'~!,l':,"""I...·'
.,
""i'.-.. '~"... '~~..~ \'"
INTRODUCCION
¡,
265
268
273 La terapia radical apenas está empezartdo. Se
280 desarrolla en todo el país. No se la p_Llede re·
286
sumir en seis reglas fáciles o en cinc~lécnicas
289 -eso es bueno-, porque la terapia radical es
una forma de vida, no es otra tinueva especie"
298 de terapia que puede tomar su puesto en et
espectro psicoterapéutico. La terapia radical
parte del conocimiento de que la terapia es
314
_. I un fenómeno politico y social y lleva a la
convicción de que los sistemas terapéuticos
--como muchas de las instituciones en esta
321 I nación- deben modificarse.
LoS grupos de terapia radical se han origi-
352
I nado en Berkeley, Cambridge, Chicago, Nuev-a
York, New Haven y otras partes. Se identi·
fican a sí mismos como "terapeutas radicales:'
379
y allí donde pueden están trabajando para e:
\
385 _ cambio. Algunos se encuentran laborando den-
tro del sistema -en centros de salud menta
-407
I de la comunidad, clínicas vecinales, hospitale,
y programas de enseñanza-; otros practicar
413 I alternativas fuera del sistema --centros de ca
municación, colectividades terapéuticas, comu
nas y'grupos psiqúiátricos radicales-o Ahora
421 muchas universidades dan, por lo menos, UI
442 curso de psicologí~ radical.
449 Mucha gente ha determinado acabar con 1
453 perpetuidad y la legitimación de la opresiól
-'----
 1
1,
mediante la terapia. l~stamos desarrollando
una terapia que sirva al pueblo.
Por donde se observe, la terapia ha fraca.
sado. Las únicas personas verdaderamente be.
neficiadas son los terapeutas, cuya vida es
cómoda. Los hospitales del estado son depósi-
tos y plantas procesadoras; el psicoanálisis
funciona para un elegante grupo de élite, al
que incluso es discutible que le sirva. En otras
formas de terapia reina la improvisación, el
terreno está lleno de gente que vende sus mer-
cancías, pero las mcrcancías a menudo son
falsas y el mercadq se encuentra corrompido.'
La mayoria tle los t,erapeutas son, hombres;
la mayoría de los pacientes, mujeres. Así, la
terapia refuerza y ejemplifica las prácticas,
') "sexistas" de esta sociedad y le dificulta a
una mujer encontrar una ayuda real. La ma-
yoría de los terapeutas son blancos y de clase
media, esto obstaculiza que puedan lograr un
consejo en forma nel opresiva personas de
clase baja, negros, morenos e indios. La tera-
pia familiar o de grupo puede llevarse bien
con la, dinámica interpersonal, pero aborda
menos cabalmente las condiciones sociales
reales bajo las cuales vive la gente. La nueva
terapia de encuentro, basada en el contacto
. -, y la sensación, ayuda a la gente a ser más
libre en sí misma, pero ignora el cambio po-
lítico o social. Un tercio de toda la terapia es
por encargo de.. otros -el gobierno, las fuer.
zas armadas, las empresas, las facultades-,
la principal lealtad de los terapeutas es para
10 _ _ 1'
"',:"';' ..:.•..'.;,.,
sus patrones. (Al respecto Thomas Szasz ha
escrito con elocuencia durante años.) Y todo
esto en una sociedad que, como señala R. D.
Laing, enloquece sistemáticamente a los hom:
bres a partir de la niñez, una sociedad que
contempla como "normal" una malla de me-
cánicos, deshumanizados y rígidos patrdnes de
conducta destructiva. Nerón (el terapeuta)
tañe, mientras Roma (América) ard'e,-
El terapeuta se proclama como una especie
de mago. Pero no cumple. En vez de unirse
a la tradición de la curación del aLna (bru-
jas, curanderos, médicos clínicos, sacerdotes)
se alía al statu qua y'lo refucrza. Ncgocia su
conocimiento como uh vendedor dc pollo frito.
Usa su prestigio para desacreditar y mCnos-
preciar la protesta social, la juventud, la Ii·
beraci6n de la mujer, la homose¡<ualidad y
toda fÓI'ma diferenté de conducta. La recom-
pensa del terapeuta proviene de la ayuda que
proporciona para que el sistema prosiga su
crujiente marcha.
Pretendiendo ser "despegados y clínicos"
los terapeutas no lo son nunca. No pueden
serlo. Sus palabras y sus actos demuestran
su parcialidad. El énfasis comtÍn de la terapia
en el individuo apacigua a la gente yh re-
prime. La 'apacigua haciendo girar su' aten·
ción de la sociedad que lo jode a sus propios
traumas. .. La deprirhe por convertirla en
gente "enferma" que necesita lltratamiento'\
más que gente oprimida que necesita libera-
I . ción.
11
 ¡ Lá terapia es cambio, no adaptación. Esto Si es posible ayudar a la gente que tien~ pro-
j "signifi'~a" cambio -social, pe:r.sonal y poli- blemas, digamos lo que son estos probl~mas
,;1
tic<>-. Cuando la gente está jodida, deberla y enseñémoselos a la gente. , '
,j ayudáncla a Juchar y a entendérselas con SOs Hay unn diferencia entre uconocimiento" y
sentimientos. Una "lucha por la salud men- !'rol". Los conocimientos terapéuticos que, se
1 tal" es mierda, salvo que implique cambiar han desarrollado son útiles; osi, también, la
j esta sodedad que nos convierte en máquinas, comprensión de la conducta humana ql1e he-
l' nos separa de los otros y de nuestro trabajo mos elaborado. Estos conocimientos pueden
!, y nos entrega a prácticas racistas, sexistas e volverse accesibles a todos. Por otro la90, los
~I impedalistas. Para hacer una bUella labor, roles de los terapeutas que los convierten en
JI I los terapeutas radicales .tendrán que asunlÍr seres privilegiados e irresponsables, pueden
'1
,'~ 1 riesgos -"organizar" a terapeutas, ,clientes y ser abandonados. Los roles nos oprimen, los
,1
l',1 l'
ji trabajadores hospitalarios-, para Uatacar" conocimientos nos sirven. Abolir la mistifica-
ji ", instituciones preciosas y opresivas: la familia ción y el profesionalismo es parte de nuestra
i tradicional, la semana laboral de CUarenta ho- tarea.
'!i
~l
ras, honorarios por servicios prest.ados, los No todos los terapeutas son cerdos. Muchos
JI hospitales psiquiátricos en su estado actual, son personas bien intencionadas que caen, co-
~1 el trato de los niños como propiedad de los mo el resto de nosotros en un '.sistema mi.
l
Ji padres, el profesion'llismo, etc. Esto se hará. serable, aunque en forma menos 'letal ya que
1:;i Algunos dicen que los radicales están en se benefician materialmente con su "opre-
:1 contra de la cultura. Es Una tonterln. Si, nos- sión". Los que todavia quieran ha,cer un tra-
;!
ij otros queremos erradicar los aspectos que nos bajo valioso pueden unirse a nosotros. en la
1:
·jl· oprimen de esta cultura. Pero queremos pre. lucha por· el cambio. Los otros nos cómbati-
servar el resto -arte, ciencia, historia- y ha- rán con uñas y dientes, nos insultarán, nos
Ji1 cerlo accesible a todos libremente. Hoy 'se expulsarán de sus organizaciones "profesio-
'1
1; trata a la terapia como Un oscuro ~ecreto ":""a nales", etc. Esta politica no es nada nuevo.
1 los pacientes se los mantiene en la mistifica- La terapia es hoy una relación de poder
~
ción-, no se les dice lo que sabe el terapeuta. entre los seres humanos -uno arriba, otro
Nosotros queremos acabar con la mistifica- abaj<>-, el que ayuda y el que es ayudado. :
1 ción que hace pasar a los terapeutas por dio- En una sociedad construida sobre elindivi- '
j ses -palabras que confunden, medicaciones dualismo y la competencia, ella sintetiza el
i que no se' discllten, teorías que son mierda. "problema" y así difícilmente pueda ofrecer
j silencios como respuesta a las preguntas-o una "solución" a ,gente que es~á jodida. La
Ji
, I 12 13
1j
:¡ J
1i
j:¡
-J ¡
,,
j i ~'
¡
,;

."
 terapia á.on'lente ofrece "soluciones" sólo a el cambio de la terapia corno parte de la trans-
gente que ·.?stá con el sistema y quiere mante- formación de la sociedad.
nel' su lugar en él. Lo que es otra forma de El primer año fue eaGUco.Algunos de nos-
decir que la terapia actual sirve al' sistema., Otl'OS estábamos en la Ii'uerza Aérea (contra'
POI' eso nec(!sitamos desarrollar altcrnati. nuestra voluntad) y éramos vigilados severa.
vas. Dos, tres, muchas alternativas. Terapeu· mente. Las mujeres estaban entregadas a la
Ins, clientes y pueblo unidos en un esfuerzo organización de grupos de liberación de la mu-
COOlUn.
jer en esta área, tarea 'dificultosa y estimu-
Esta antologí¡¡ es un comienzo, Presenta lante, Ayudamos a formar un centro de
urlículos de El terapeuta mdical y esperamos comunicación en la ciudud, pasamos por un
que constituya un punto. de partida. clásico drama de caza de brujas y se nos acu·
só de ser peligrosamente subversivos. Las co-
sas marchaban,
V IIcis palaoms soore El terapeuta radieal Muchos nos ayudal'on -suscribiéndose, re-
lacionándonos con Iibrerlas, haciendo publicar
,I
, EL tempcilta rlluical fue al principio una idea artículos, escribiéndonos cartas, partic'ipando
!,
en un frío invierno de North Dakota. La tera. con ideas. Esta colaboración que upreciamos
pia, como otros campos profesionales, ha ge- mueho bizo posible El teTClpe"t" T'HlieCl1. (Las
nl!rado comilés y grupos radicales' en años suscripciones son sólo de $ US G por año; des·
recientes, pero no aparecía ningún periódico de el último número; todavía disponible.)
que uniera a todos Jos interesados. Por eso
iniciamos EL terapeuta radical. De no haber
sido nosotros, otros lo hubieran hecho. Estaba Unas palaoras so ore este lioro
en el aire.
Esta antología plantea la cuestión de la ce-
La respuesta a nuestro primer número con-
opción. De mayor difusión que El letapcllta
firmó nuestra impresión: mucha gente estaba
radical, todavía entra al juego editorial y
preparada para cont¡'ibuir al desarrollo de la
produce dinero para libreros, editores, etc.
terapia' radical. Ahora, cada, día, más perso-
Nuestra lección fue Simple: 1) podíilllJOS rei·
nas advierten que.ellos también son parte de
vindicar la pureza ideológica y no publicar,
la trama. El terapeuta radical se dirige a mu-
renunciando así al gran público, o 2)' podía.
cha gente, no sólo a "profesionales", sino tam-
mos ,publicar este libro y llegar a miÍs gente
bién a clientes, pacientes, estudiantes, obre-
. aceptando las reglas del mercado cditorial.
ros, jóvenes, mujeres y otros interesados en

14 15

ii4~. _,.,;o¡..~·~·~~>'i~""'-r"";I-o>;.'.~e''','" ... ~-,- ,,, y'..,,'... ,..•. ~ ...... ,.••,"' •. ,.,,'., ·,f· .... .- " .....".. ,,~p,"~.,' ..... ""''','' .,. "'0."--'_"' .. ' -tOe'" .. ,...... '''~ ..., <~ ••
....~,.,'_"... ~ .... , .............. ,"' .......... , .• .;' ....l-.,.•... 't .•.•••
 J.:~n t·~".; 1.,!\"'·,t;;n'·'J ~".' J.'·C."""'"."~'.
antología por nuestra propia cuenta. Sentimos
qne era más importante dar a todas las per-
sonas' del país la oportunidad de leer estos
articulos. Optamos por publicar. Compartire-
mos nuestros derechos con los autores de los'
artículos que se incluyen. Estos artículos
-con su redacción retorcida y su puntuación
a veces singular- aparecen aquí exactamente
como fueron remitidos y publicados por El
terapeuta radical. No se hizo ningún esfuerzo
para mejorar el estilo. Cada palabra es ori-
ginal.
Ahora estamos pensando en el año próxí-'
000 -buscando la forma de hacer llegar nues"
tras ideas a gente que no lee libros, averi-
guando lo que otros piensan y sienten sobre
la terapia. Esto significa un trabajo con for-
mas originales y nuevos medios. Significa ha-
blar con la gente y escucharla. Significa sorne·
ter más cosas a prueba.
Esperamos con interés todo comentario y
sugercncia que Se nOS haga.
En la lucha,
Michael. Glenn
por E! terapeuta radical
R. D. ,N9 1
HilIsdale, N. Y. 12529
1 de julio de 1911
La colectividad terapéutica radical: David
Bryan, Linda Bryan, Michael Galan, Michael
Glenn, Sara Glenn.
,\
",1
'. 16
,. -'- ~ •." .\.' , ~ ,...<.''O''.' " './
!
¿Por qué hemos euitado olro perióuico? Nin-
gnna otra publicación llena una 'enlidH ncce-
sidad: unir a todos los interesados en cl'ln"·
, lisis radical de la terapia en esta socieúad. ~s
hora de !1ue nos agrupemos y hugamus 'c~u5a
común. Necesitamos intel'cambi"r ideas y ex-
periencias y unimos a los qll" están tl'Hba·
janúo por el cambio. Los otros periódicos
Hproíesionales" son en esencia órganos del si5"
tema que, en la mayoría de los puntos '·con·
trovertidos, sostienen el sl"tu <¡UD. Apoyrin la
histeria antijuvenil, hoy tHn en boga y sofo-
can los esfuerzos por el cambio. NeecsilHmos
un nuevo fol'o para nueslré.ls ideas.
En una sociedad aturmentada por la gue-
rra, el racismo y la agitación social, la terapia
acompaña, como siempre, los negucios. De he-
cha, los tcrupcutu.!:i a Jncnutlo miran recelo-
samente el cambio social y le cuelgan el rótulo
de "perturbados" a los que avanzan hacia él.
Interesada en mantener y 'justificar las prác-
ticas corrientes, la terapia frena la marcha
haeia una vida más significativa para todos
los hombres. Todo esto no es un secreto. Mu-
cha gente, dentro y fuera del Campo de la te-
,rapia, conviene en que la situación' es; into-
lerable. ¿Entonces, por qué subsiste?
Terapeutas por aprendizaje, lo que se nos
EL Tlm,\I'f:IITA.·-2 17
 ha enseñado es crecient(lmente intrascendente EL te'rapeuta radical será una base de unión
e incluso destructivo. Nuestras nociones de para todos los interesados en esta tarea. Para
terapia son anticuadas: elitistas, machistas y nosotros, la terapia abarca ampliamente todos
obsesivas. Nuestras prácticas son a menudo los factores que afectan el bienestar psíquico
racistas .Y explot¡¡doras. Asidos a conceptos de individuos, familias y grupos sociales.
gener¡¡lmente obsoletos y rara vez cuestiona- Brindamos nuestras páginas a todos los que
dos, nos aislamos de la sociedad que nos rodea hoy tengan ideas pertinentes sobre la tera-
y mantenemos el slllt" CJlto, y esto podemos pia: clientes de sistemas terapéuticos, tera-
hacerlo con gran éxito. El terapeuta en esta peutas y personas en campos conexos.
sociedad está seguro: vive cerca de la punta Perseguiremos los siguientes objetivos:
de la pirámide, en pos de comodidades mone-
tarias, influencia Y prestigio, mientras que el
resto de la sociedad es atormentado por la' Proporcionar U1I foro necesario
violencia y la guerra. Compra tierra y embar.
caciones mientras otros mueren en las calles. En América, en el último lapso del siglo xx
A menudo parece ignorar incluso el prejuicio la terapia debe ser redefinida y transformada.
que perpetúa o la opresión que estatuye en Muchos en todo el país están deseando colabo-
nombre de la "liberación". Por experto que rar en semejante tarea, lo que falta en todas
sea para analizar las fuerzas interpersonales, partcs es un foro. EL terllpeuta múic,,!, será
a menúdo muestra indiferencia ante las fuer- ese foro. '
zas que controlan los sectores más amplios La te¡'apia tiene aspectos tanto políticos co-
de la sociedad en que vive. Esto debe ser ex- mo profesionales. Las ideas radicales en el
puesto y esclarecido. campo' de la terapia pueden modificar la for-
La terapia se ha convertido hoy en una ma en que definimos y llevamos a cabo:; nues-
,. I

mercancía y un medio de control social. Nos- tro trabajo. Las ideas radicales, en el más am-
otros rechazamos semejante visión del dolor plio orden social, pueden señalar el lugar de
humano. Rechazamos las agrad'ables carreras la terapia dentro de ese orden y sugerir la
con las cuales el sistema recompensa a sus forma de ser una fuerza más efectiva para el
partidarios. El sistema social debe cambiar y cambio. Para empezar, reconocemos Ja moles-
nosotros seremos obreros de ese cambio. Pe- ta tensión entre las palabras "radicaJ"y "te-
ro para ser verdaderos instrumentos de cam- rapeuta", Sin embargo, muchos de nosotros
bio, la terapia y los terapeutas deben libe- vivimos diariamente esas tensiones y sabe-
ral'se de sus propias formas de opresión, 'mos perfectamente que' deben ser, acldradas.

18 19

1,

~\i>i~i, ... ,,~~,,;.,;,~<:·.,,·,i¡"""""'iU';'¡;:¡"·'·"""~\;.it\"?"1 ';:""""~"",,; ".,."..''"'_\',-', ". "",l., '. 1'·'"' '" .•,'.- > ' ~.-),.,."... ,"'''''.''' ,..,.', '-",~ ,,~,".,. ".,,,,-,.,¡.-,.'.-- '>. i:-'" .v'",",

J Así como todos somos potencialmcnte pa-
den les, tucios somos potencialmente
tns. Tocios podemos atacar la raices elel sufri-
miento emocional. Deseamos obtener el apoyo
de todos los interesados, no sólo de una élite
profesional. Repudiamos las divisiones entre
nasal "os sub,'e la base dq sexo, clase, educa-
ción y strttllS: somos más parecidos que dife-
rentes. Nuestra tarea común cs transformar'
la terapia en un sistema popular más efectivo I
que pueda liberar a los que sufren en lugar
de oprimirlos.
Uberctr Cl In tempiCl, CL los tel"Clpelllas y Cl
gentes
La terapia está dominada por modelos de
"
adaptación que refuerzan el stalu CJILO. Hoy
;
día, incluso, personas bien intencionadas se
encuentran atrapadas en un sistema frustran-
te y deshumanizado, al que no le ven salida.
El cspiritu revolucionario de los fundadores
de la terapia -Pinel, Freud, Reich- ha sido'
cxtirpado. Al proponerse liberar a la gente
de su neurosis, los terapeutas fomentan la
, "adaptación", el control social y la sociedad
mercantiliz¡lda. A pesar de la evidencia de
los mismos terapeutas, el sistema parece in-
,ensible, pesado, privilegiado y rígido. Las
ideas dc la terapia son una maraña compuesta
por mitos de comadres, fantasías y francos
prejuicios. Las prácticas terapéuticas sirven
20
1 ."._"",,,""',.
I
tcrnpeu~
I al sistema de la libre empresa, Pero la ter~pia
contemporánea exige ideas contemporáneas.
I Sensibles a 105 criterios oe la l·contratrartl~rC_
rCl1ciu'\ los terapeutus pUCdl!n ser asombro-
. Enmcnte ciegos a su pl'opin clase. raza y ,;pre-
1 juicio sexual; y al momento histórico en,~lue
I viven. ,/'
Lqs fines de la terapia necesitun esc!pre-
cimiento. Hoy son muchos los que pa,.J'.<;ícen
sufrimiento emocional y buscan ayuda. ¿Qué
clase de "ayuda" obtendrán'! ¿De quién? ¿Ha-
cia. qué fin? ¿Con qué honorario? ¿Bajo qué
sistema? ¿Con qué ol"ientación? ¿Y quién ga-
rantizará el interés competente de sus "te-
ll
otrus rapcutns ?
La terapia es hoy Un fenómcno de ciase:
un lujo para ricos. La muyoría no reciben tal
uyuda o' son relegados a terapeutas upurados
y sin ex.periencia que confían prcdomin~nte..
mente en los medicamentos. A sus anchas con
el rico,l¡¡ terapia se extiende con recelo a
olros grupos sociales de los que a menudo
sólo ll"ata de regular o determinar el desarro-
llo. Los terapeutas se escudan universalmente
iras la seguridad de una posición "impar-
ci,ul"; un piso rnñs arriba, la situación és in..
satisfactoria.
Las ideas ele la terapia deben ser revalo-
rizadas y modificadas, deben hacerse accesi-
bles a la gente para que sirvan a sus fines.
Como una mercancía en un mercado abierto,
la terapia es, en su esencia, degradante.
No basta tampoco dedicarse a \In modelo
21
 médico e intentar el desarrollo de programas
populares para "tratar a las masas". Los te.
rapeutas deben comprender su lugar en la
cambiante realidad política y social: as! la te.
rapia debe volverse cada vez más consciente
políticamente. Ningún terapeuta, ningl,lna pero
sana puede pretender estar despegado de su
contexto social. Cada acto humano es un plan·
tea moral y social: un hecho político. Por eso
Se vuelve importante saber qué valores sos.
tenemos y a cuáles damos prioridad. Esta
conciencia debe estructurar hoy toda la te.
rapia radical; porque la liberación de adentro
debe ser acompañada por la liberación de
afuera. . gas; a los 'psicólogos les falta preparación en
Desarrolle!r nuevos programas educativos
Los terapeutas están preparados para carre·
ras elitistas, explotadoras y frecuentemente
eseapistas:. Las asociaciones profesionales y
los periódicos legitiman semejante prepara·
ción y los medios masivos proclaman su neo
cesidad. Sin embargo, la edueación' corriente
perpetúa sistemas anticuados. En una época
en que todo está cuestionado, la enseñanza de
la terapia se ensaña especialmente con aqué.
llos a los que se imparte como si esto borrara
todas sus dudas. Los sistemas jerárquicos evi·
tan. el cambio; y los programas educativos;
como la práctica, tienden a embrutecer y las·
timar a mucha gente. El sistema es lerdo para
rcsponder a las necesidades populares.
22
L l'
En todas partes se han creado barrer~s arti·
ficiales; entre cl personal más anti6'\'o y el
más joven, entre terapeutas de distintas disci·
I plinas, entre "profcsionales" y legos, La rigi·
dez institucional reprime la neccsidad de cam'
bio y muchos hombres de bucna voluntad se
\, pierden año tras año en este laberinto de en·
redos.
I Los programus educativos ponen aparte a
los tcrupeutas Y estimulan el falso profesio.
nalismo. En todas las disciplinas falta realizar
I cursos en campos relevantes. A los psiquiatras
les falLu preparación cn psicología; a los tra-
bajadores sociales en el simple uso de las dro-
\ sociología. A todos los tcrapeutas lcs falta prc-
paración en política, arte, histol'ia y economía,
que necesitan hoy vitalmente. La tcrapia no es
\ una espec\alidad médica ni eS una !'Urna de las
ciencins sociales. Ticnc'un cnmpo enteramente
I propio que comprende las relaciones entre las
personas y,como tal requiere su propi'a orien-
tación y sus propios pl'ogrnmas de cnscúanza
que asimilen la experiencia de todas las dis·
eiplinas correspondientes,
Neccsitanl0S nuevos progl'umus cuucutivos,
no versiones corregidas o aumcnluc1as de, los'
que y~ t~nemos. Necesitamos un número clidZ.
vcees mayor de tL'abajadorcs dc salud mental.
Necesitamos usa'" mejor los recursos dc laco-
munidad y extender a mas personas las ideas
. hasta ahora· accesibles a unos pocos. No ne-
ccsiLumos lUtlS de lo I~)ismo, sino un. enfoque
23
 ",,,('''0'
cnlcn.llncnle nuevo. Fiilolmente ncccsilutnos
eX,,,ui,,,,r el sislema liberal qU() permite a al-
gunos lcrapeulas oblenel' riquezas excesivas
y u expensas de hl gente.
La «Iucación debe desmitifid,rse y hacerse
m¡'ls a b i e rl a mtlS sensible y Jnt¡s creaclortl.
I
Nuevos experimenlos eslán ya comenzando a
desafiar' y ,'edefinir nueslra concepción <1e la
terapia, Nosolt'os los alentamos y esperamos
!::llS rcsullt~dos,
EI"borell' 1ItUl 111lCVlt l'sico!ouía de! lwlIl{J1'e y
de lit 1IL1Ijel' y 1l1levos cOllceptos de jalllilill y
(lid" eOlllulliln1'Í1t
Las formas de nueslra vida ínlima eslún emn-
biando. Aunque gran parle de cstb HpCllas se
enliende, Debemos investigar lns formas me-
diante los eualcs idJas machislas nunca cues-
• tionadas han influido en la terapia, especial-
mente en' la terapia de la mujer, Tonto el
hombre como la mujer deben liberorse de rí-
gidos estereolipos sexuales para desarrollar
su propio polencial. Lo desviación, como diag-
nóslico social. no debe confundirse con la con-
duela nellrúlici.l.
Necesitamos snlwl' Jllucho nl{'s sobre todo
esto pUl'que nuestras viejus ideas ya no son
nciecunc1u5. La íanlilin trudicional, durante
tanto ti e In 1J o reverenciada e inGucstionnela,
aparece ahora 'tan sólo como la allel'nalivo
mú, cumún para salisfacer las necesidades de
24
I "·';"'M.'~
I
la intimidau y la crianza de los niños, N.ece-
I silamos evaluar otras nlternalivas, De igllal
fOt'I11U necesitamos investigar las icleus,cLltn~
I bianles del hombl'e y la mujer como fo,('mas
altel'l1ativas ue vida, Pero salvo que nos9tros
I
I
mismos estemos lihres de dogmas ':/ prejuicios
nunca entenderemos a quienes expcrim'dnlan
I
I
nuevos caminos. En cambio, veremos peligro-
sas uenCermeclaclcs" por todas partes. ,~'
I
illclllll1' el dcsc(rro!1o de llr0rJT<llllflS ¡"Tnpéllli-
eos 11l<ÍS sensibles brljo cOIl(ml del die"le
No obstanle toda la charla sobre "salud"men-
lal de la comuniuad", lus terapeula, han
hecho poco pOl'a eonsidel'at' ¡as reales necesi·
daues ue salud de eSlas comunidades, El mo-
vimiento de salud menlal paro la comtúüdad
es un fraude, Nunca ha estado en monós uel
pueblo, Proporcionar una prueba de pode,' a
profesionales ambiciosos, a menudo sólo ofre-
ce a lo genle otro forma de opresión, Las ne·
cesidades de los profc,ionales en maleHa ue
riqueza, pl'cstigio e influcncia se satisfacen,
mientras el sufrimienlo en la comunidad sigue
igual que siempre, Sin embargo, el dinero del
lerapeula viene de la cumunidad, Al vendel'
a la comunidad su capacidad de eomprendel'
los sentimientos humanos, debe aprender a
ofrecerla como sus clientes la necesitan, no
como querl'Ía brindada, Hay que invenlar y
ofrecer formas mús sensihles de ICL'apill con-
, 25
\
.L
 troladas por la comunidad y sensibles a sus
necesidades.
La comunidad es SU gente; no los terapeu·
tas, la universidad, los equipos de investiga"
ción, los grandes negocios o el gobierno. Los'
terapeutas que ingresan !lo la comunidad pue·
den considcrarse parte de ella: pero no pue.
den pretender que saben qué es lo mejor para
clla. No PlIeden modelar sus necesidades. Ca..
mo terapeutas radicales, nuestra tarea es ex.
poner la naturaleza de las prácticas corrientes
y perseguir innovaciones en los servicios te.
rapéuticos: log,:ar que sean descentralizados¡
democráticos, no institucionales y populares;
Podemos identifica,: y canalizar las reivindi.
caciones y contribuir a cstimular la acción.
De esta forma, nos sumamos a la búsqueda
de nuevos caminos para servir á las necesi.
dades de la comunlldad.
No sólo las comunidades han sído violadas.
Los terapeutas definen lo qucés apropiado
y lo quc no lo es aun cuando pretendan scr
"desinteresados". Opcran como fue"zas de
control social, extirpando toda desviación ba-
jo el rótulo de "enfermedad mental". La té-
rapia cs Un instrumento de opresión donde
quiera que funciona como agente del sistema,
alentando la conformidad, ayudando a la gen-
te a "adaptarse" a realidades de explotación,
roles anticuados, y de paso una ética deshu-
manizada. Esta "terapia" institucionaliza y
estigmatiza a·aquéllos a quienes la sociedad
no tolcrará, adormece las mcntes, tranquiliza
2G
i
L
""""¡-;;"'" ,' "' .'u".-.,. '."·:o'·.~.'"'''' ';1
··",,:',~¡-r
y antideprime, electrochoca, diagnostica, des-
tierra, psicologisa y trata a la gente como
mercancías y cosas. Nos oponemos a esto des-
de el centro de nuestro ser. Denunciamos a
toda· la "terapia" que deshumaniza y viola
a nuestros hermanos y hermanas.
Estimular nuevas técnicas
Estimulamos la búsqueda de autorrealización
individual y en grupos, Can la finalidadeven-
tual de desarrollarnos dcntl'O de comunidades.
El desarrollo puede scr individual y colcctivo.
Apoyamos nuevas técnicas c innovaeioncs en
la terapia, pero condenamos a su uso como su...
lid as cscapistas de clase media o medios de
explotación en manos de alguno 'cn nuestro
campo. Las técnicas efectivas deberian scr ac-
cesibles al pueblo. "
Las nuevas formas de tcrapia son impor-
tantes cn nucst¡'O movimiento hacia la libcJ·a.
ción, merecen una cvaluación afín y crítica,
libre de la insistencia en cl sentido dc qUc to-
do lo que ahora existe es lo mejor. En la mc-
dida en que las innovaciones sean honestas y
abiertas y no se usen para explotar' a la
gente, estamos interesados en cllas. Los mo-
vimientos hacia la cxperiencia grupal y co-
munitaria, tanto como el desarrollo individual,
pueden ayudarnos a liberarnos tanto de las
formas internas como externas de represión.
Al mismo tiempo, estamos alarmados por
27
,¡.

el uso de ideas p,'ovenientes de campos tel'a-
péuticos para extender el control institucio-
nal y gubemamental, mediante el requeri-
miento de tests psicológicos ])'araaspirantes
a empleos, inadecuadas entrevistás en profun-
didad, y el uso de terapeutas como ingenieros
, con~u1tol'es para terceros, lales ,corno corpo-
raciones, las fuerzas armadas y las universi..
dades. La insinuación psicológica en la pro-
paganda es también cuestionable en el plano
morill y debe ser reexaminada, La terapia no
puede eludil' la responsabilidad de la sobre-
cl'uliZHclún de toda mercancía en el mercado
y de la deserotización del sexo mismo,
'Coltfl'lJ1l[clr {" formll elt que fUlIcioltlllluestra
sociul"ú ' '
Estamos intel'esados en el medio social en el
, '
que todos vivimos y, en sus efeCtos sobre
el bienestar psicológico, Por eso nos sumamos
a la'cruzada contra la violaclón de nuestros re-
cursos natUl'ales, sea mediante la ¡'ntromisión
en nuestras mentes debido a la propaganda,
los medios masivos, la educación estereotipada
y los mitos culturales anticuados: sea me-
di a n t e la estruendosa destrucclón de la sa-
lubridad de nuestro ambiente mediante la
contaminació'n del aire y \!l agua, la sobrepo-
blación, los desechos químicos ,e industriales
y las ciudildes inhabitables. Nuestra 'tecnolo-
gía podría crear un ambiente libre de la es-
28
L .L
"
l'
casez y la necesidad, limpio y estéLicam~nte
agradable, En lugar de esto, destruye cuánto
toca, t
I Así como dos y ,lagos son destruidos'por
una tecnología arrogante e insensible,' asl
I nuest"o sentido de humanidad es cortado'dia-
riamente por los medios masivos. La' Pl,bpa-
I ganda y la economía de consumo haec:i\ de
cada persona una cosa. Acumular objeto~, ri-
queza y notoriedad 'es la medida del éxir6, no
el bienestar de la familia y de uno mi'smo,
de la comunidad y del mundo, Debemos,com-
prendqr que 'mucha gente considerada como
"mentalmente enferma" ha sido socialuienle
traumatizada por nuestra sociedad, que'" crea
y exacerba el'suf,'\miento emocional. Si bien
no pretendemos que . todo
I . sufl'imiento m,cntal
..
tiene una cuusa socin!, estamos alertas a las
raíccs sociales y políticas de gran parte de los
mismos. Dejar de 'investigarlas seríanegli-
gencia y complicidad,
Más allá de la ruina del ambiente y de la
economía de consumo ncecha la, constantc
presencia de la guci'ra, Ahora cstalla en va-
rios frentes a la vez y sus resultados son siem-
pre los mismos: destrucción h~'mana, muerte
y mutil~ción, destrucción de la ¡"mili" y la
vida comunitaria, violcncia, brutalidad, sufri-
miento absurdo. Los males internos quk aho-
ra expe~imenta nuestra sociedad ya "han traí-
do la guerra a casa", Lo que practicamos a
escala internacional, lo suÍl'imos ahora a es-
cala nacional y local. Todos estamos. influidos
,
29
_
 I

)
por semejante brutalidad y por la locura, úl-
tima de nucstras armas nucleares. Salvo que 1
;~
n como terapeutas y personas podamos mirar
más allá de temas "profesionales" y aproxi.
marnos a las ralces políticas y sociales del
sufrimiento, actuamos como agentes incons-
cientes del orden establecido.
En medio del cataclismo social EL terapeuta
mdicaL se une a quienes trabajan por un cam-
bio necesario.
En esencia, El terapeuta radicaL busca reu-
nil' a todos los interesados en la consideración
dc la tcrapin en la socicdad actual. En t¡mto
que tomamos de la tradición terapéutica, de-
beríamos de profesionalizar y desrnistificar el
trabaio terapéutico. Nuestra opinión de ,las
instituciones existentes es radicalmente críti·
ca: por otra parte, no es un secretó lo mal
que se han puesto las cosas. Haremos que la
gente se vuelva consciente de la' situación e
impulse programas de cambio. En esta esti·
mulante aventura alentamos el apoyo y la
participación de todos los que nos ayuden a
. redefinir la terapia y hacerla una práctica hu. '
mana más sensible y significativa,.

I:--lacia una teoría

de la terapia radical

l L
,/
\

,,,-,~·,.;-,,·.1;';;'¡~.;· ... ;F.~' .......' ' ;'h;'.,· . " . Jo ",'". "" .. ,,!,,
 ...-" '" .. ".~ ~1.

RADICAL

Claude Steiner

Claude Steincr trabnja en

el Centro do Pni,.,uiatrfa Ra-
. die"t de Bel"ketey.

La psiquiatría es el arte de la curación del

alma

Todo' el que practica este arte es un psi-

quiatra. La práctica de la psiquiatría, usurpa-
da por la profesión médica, yace en un lamen-
table estado de confusión. La medicina no ha
hecho nada por mejorarlo¡ como se la practica
hoy, la psiquiatría médica es un paso lateral
hacia: el pseudocientificismo, desde la etapa de
este arte en la Edad Media, cuando era el rei-
no de patriarcas y sacerdotes tanto' corno de
médicos.
La psiquiatría, tul como se la practica;.pre-
dominantomente hoy, necesita ser modificada
radicalmente, esto es, "desde sus raíces".

La psiquiatría es una actividad política

Quienes se valen de la ayuda psiquiátrica son

personas que están invariablemente en riledio
de relaciones de poder entre uno o ¡;nás seres
t
I EL TERAPEUTA.-3 33
\
 humanos. El psiquiatra tiene influencia en los
convenios de poder de estas relaciones. Los
psiquiatras se jactan de ser "neutrales" en su
actuación profesional. Sin embargo, cuando
alguien domina u oprime a otro, un partici.
pante neutral, espeeialmente cuando se lo ve
como a una autoridad, se convierte en refuer.
zo de la dominación y su falta de actividad se
vuelve csancialmente política y opresiva.
, El ejemplo clásico de este hecho se encuen·
tra en el papel habitual de los psiquiatras en
relación con las mujeres donde, en el peor
de los casos, los psiquiatras promueven roles
sexuales opresivos, y en el mejor de los su-
puestos permanecen neutrales y, por lo tanto,
los apoyan. Lo mismo es cierto del rol tra·
dicional de los psiquiatras respecto á la ju·
ventud, los ncgros: y los pobres, en todos esos
, casos la "neutralidad" de la psiquiatría repie.
, senta un apoyo tá<:ito al stah. qllO opresivo.
Hay cuatro tipos de psiquiatl·as.. Los psi-
quiatras alfa son conservadores o liberales en
su conciencia política y en las prácticas y mé-
todos de su psiquiatría; la mayor parte de los
médicos psiquiatras se incluyen en' esta cate·
goría. Los psiquiatras beta son conservadores
o liberales en política y radicales en sus mé-
todos. Ejemplos de este tipo 'son hombres co-
mo Fritz Perls,y Eric Berne y Ips psiquiatras
de las potencialidades humanas, que habitual·
mente no son médicos; amplían los límites de
la práctica psiquilátrica, pero tienden' a igno-
L
rar la opresión como factor en el sufrimiento
34
::'"
~'~4~<~.,¡¡.,.":"",,.,.,y";';''';'·''·''"J';;>:''t-0~, ..'.'.,,,,.•,:,,·,.,·.:,......,' .. "","~", """"'~''''' ",.' ';";"""',.," '4"'-"".1" --" '_'-'l'I"'""",,,
psíquico e ignoran la naturaleza política de SI¡ _
trabajo. Los psiquiatras gamma son radicales
en política, pcro conservadores en su práctiCa
Ejemplos son Laing y otros (como caso es:
pecial Szasz, cuya concicncia dc la política
de la psiquiatría es bastante exaltada), qui e•
nes practican viejos, anticuados métodos de
terapia basados en la teoría freudiana o neo.
freudiano con énfasis en la psicolcl'opia indio
vidual, la "profundidad" y la "introspección~'.
La cuarta categorfa de los psiquiutras es la
de los psiquiatras' radicales, radicales tanto
politicamente como en sus métodos psiquiá.
tricos.
El 'primer principio de 1(1 psiquiatría radio
cal es que en aUSC'T1cia de opresión los seres
humanos, debido a su naturaleza básica o a
su alma, que Jos preserva a ellos mismos y
a su especie. vivirían en armonía con la na-
turaleza' y entre sÍ"La opresión es la coerción
de los seres humanos por la fuerza o por ame.
nazas de 'fuerza y es la fuente de toda la alie.
nación humana.
La condición del alma humana, que hace
necesaria su curación,' es la alicnac'Í<í'n, La
alienación hace sentir a una persona que no
forma parte de la especie humana, qu'e está
muerta o que todos están muertos, que [lO me.
rece vivir o que alguien quiere que muera.
En este aspecto puede convenir recordar que,
los psiquiatras originariamente eran conoci-
dos como alienistas, hecho que parece validar
la idea de que nuestros antepasad:,s sabían
35
,"'~ . r,.,.'
,.,.' 'r'
más de psiquiatría que nosotros. La alienación
es la esencia de todas las condiciones psiquiá-
tricas. Este es el segundo principio de lrl psi-
qnialríll radical. Todo lo que es objeto de
diagnóstico psiquiátrico, salvo lo que sea da-
ramen te orgánico en su origen, es una forma
de alienación. . engaño. La psiquiatl'Ía tiene mucho que húcer
El 1ereel' p1'incipio de la psiquiatría radical
es que toda alienación es resultado ele la opre-
sión a través ele la clwl el oprimido ha sido
mistificado o enga;Lrldo. _ Opresión + Conciencia == h'a
Por engaño se entiende la mistificación del
oprimido que le. hace creer que no es un opri-
mido o que hay buenas razones para su opre-
sión. El resultado es que la persona, en vez
de sentir. su opresión y enfurecerse por ello,
decide que sus malos sentimientos devienen
de su propia culpa y su propia responsabili-
dad. El resultado de acept~r el engaño es que
la persona se sentirá alienada. Un buen ejem-
plo de esto es el joven deprimido que no desea
participar en una guerra, pero se ve forzado
a hacerlo y se le dice que 10 está haciendo pa-
ra bien de su patria, de sus hermanos y her-
manas, o para bien de si mismo. Si deja de
ver que está oprimido en esta si'tuación y lle-
ga a creer las mistificaeilmes tejidas a su al-
rededor, entonces' dejará de ser alguien en-
furecido con su opresión y se convertirá en
un ser alienado y' creerá que. es un cobarde.
Otro ejemplo es la mujer que, indignada por
la domi¡jació~ de su marido, deja de. tener
placer sexual con él. Si no reconoce su ~pre-
36
.L
sión concluirá que la culpa cs suya;' qUe.' es '''',,"
"frígida", mientras que si adquicra' conc¡en-
cia de la fuente de su ira, reconocerá qUe' su
capacidad de amar permanece intacta. .
Así, la diferencia entre la alienación y la
ira por la propia opresión es la concienci/dcl
con el engailO de los seres humanos subl;ll su
propia opresión. .
Opresión + Engaño == Alienación.
'.'
¿Cuáles son, pues, los métodos de la psi-
quiatría radical? El psiquiatra radical ve '1 to-
do el que se le presenta con un problema
psiquiátrico como a un ser lLulltnno alieúado,
que est(¡ siendo oprimido y engaitado soure
su. opresión, ya que de otm manera no bus-
cal'ia ayuda psiquieílricrl, Todas las otras con-
sideraciones teóricas son secundarias respecto'
a ésta.
La f6rmula básica 'de la psiquiatrla raelical
es: '
Lib~ración == Conciencia + Contacto
Esta fórmula implica que para la liberación
se necésitan dos ractores. Por un lado, con-
ciencia. Esto es, conciencia ele la opresión y
de sus' fuentes. Este tipo de conciencia está
amplia\nente ilustrado por los trabajos de
Laing y de feministas radicales y negros, etc.
Sin embargo, esta fórmula también implica
que la 'mera conciencia de la opresión no con-
duce a la liberación. La conciencia de la opre-
sión conduce a la ira. y a un deseo de hacer
37
 algo respecto a la propia opresión, en forma
tal que una persona que se vuelve consciente
cambia desde ser persona alienada a ser una
persona iracunda a la manera en que algunos
negros y algunas mujeres se han vuelto ira·
cundas. La ira, por lo tanto, es un primer es-
tadio saludable en el proceso de liberación
más qúe una uirracional'~, "neurótica" u otra
indeseable reacción por el estilo, pero la li.
beración tanto como la conciencia requiere
contacto. Vale decir, contacto con otros seres
humanos que, unidos, se movílizarán contra
la opresión. Por eso no es posible practicar
psiquiatría radical en un contexto de psicote-
rapia individual. Un individuo no puede mo-
vilizarse contra su opresión como individuo;
sólo puede hacerlo con la ayuda de un grupo
de seres humanos. ' ,
POI' cso se evidenda que la psiquiatrlara-
dical es mejor practicada en grupos porque
el contacto es necesario. Porque la gente que
busca ayuda psiquiátrica está alienada y por
. eso en la necesidad de concientizar~e wn gru-
po de psiqltiatría radica! patece requ-erir un lí-
der o líderes que emprenderán la' tarea de
guiarlo en el proceso de liberación. Para abo-
lir la opresión del líder del grupo cada miem·
bro illdivid'UlI debería proponer ttn contacto
con el grupo'que indicara su deseo de trabajar
en un problema especifico. Liberarse de la
guía del líder es el fin último de la psiquia-
tría radical y está indicado por la salida de
la persona del gtupo.
38
i
L
-l-----:-------;-r---
. ',' ... • -"", ,~'i'''''".· ,'c,,;"
El contacto entre los seres humanos OC\lrre
de muchas formas difcrentes. Básicamentc, cl
contacto es contacto humano, o caricias, como
las define Berne, pero el contacto incluye tam-
bién que la gente se vuelva consciente de su
opresión, permisión y protección. Permisión
es exactamente lo que la palabra impliCa, un
salvoconducto para que una persona se movi-
lice contra su opresor y "tome el timón en
sus manos". Esta permisión debe provenir de
una persona o personas que, en ese momento,
se sientan más fuertes que la oprimida, habi-
tualmente de líderes. Junto con la permisión,
la persona que se movilizará contra la opre-
,sión necesita saber que será protegida de la
,probable represalia dcl oprcsor.
Ésta, ptjes, es la combinación vital de ele-
'mentas en la psiquiatría radical: conciencia
para actuar contra el engaño y contacto para
actuar contra la alienaciqn. Habría que volver
a enfatiza'r que ni la conciencia. por sí misma
ni el contacto por sí mismo producirán a la
liberació". COlljQ ejemplo, es muy claro que
contacto sin conciencia es la base de los en-
cuentros terapéuticos del movimiento d~ "po-
tencialidades humanas". El vigor del co~tacto
humano y SI) inmediata producción de bienes-
tar, como sucede en Esaleny en el centro
RAP es justamente vista con recelo por tera-
peutas del Movimiento; porque sin conciencia
el contacto humano tiene la virtud de enervar
y ¡refuerza la mistificación que sufren los opri-
¡
I
midos. Está igualmente claro que la pur~ con·
1 39
;;
 ciencia, sea psicoanallUca o pollUca, no ayuda SOBRE LA EDUCACION DE LOS
al individuo a sUperar la opresión ya que la TERAPEUTAS
superación de la opresión requiere que se
reúnan los oprimidos. ... Michael Glc\'m

Miclwcl Glelllt c.,'fl en ,el

equipo ele ~I Tcrupc!Jln fUC¡¡a
col" do MiHOL Si bien gl'ClU
7lartc do lo que sigilo comu-
',ticn. lt, CX¡ICI'idlll'i.U do' mtpsi.
quiatm, tmllbiéa es clcr'to
,'especta u fu, cnlfrar.ión'dc
otros tel'Upclllu8 l'lJ1'O/t~sio',II'­
lC8", Lo... ' 8ugcJ'c,irlml elcr-
tundas ul lillul se clil'iucu u
todos los tcW]WU/U8.

;~ ,
El estudiante de psiquiatría está enclavado
en una ma h~iz predominanlemenl";médi~a,
con una rlgida tradición corporativa, cuyo mo-
delo es l~ relación entre maeslro y aprendiz.
Se le hace suponer que es un ser inexperlo
e ingenuó, un'; 'criatura qUe tropieza, cuyos
paseos deben' ser vigilados y modcrados. El
modelo de 'supervisión 'se' ap'roximaal d~' lc-
rapeuta paciente y la supervisión constanle-
mente acude a recursvs incuestionables, como
comentar'l~s traumas psicológicos 'del edu-
cando. Matemá.ticos, hombres de'negocios, ar-
tistas, actores, maestros, historiadores: a todos
si! les reconoce que tienen algún sentido del
mundo y de su lugar en él alrededor de los
treinta años: sin embargo, al terapeüta estu-
diante se le estimula para que se vea más a

I
41
._lI ." ,
L '" 1,·, ,

-
 sí mismo como groserame'nte incapaz, mal in·
formado y chapucero. , como la camisa de Medea, que no puede sa-
El profesionalismo dlel modelo médico, con
su aura y su misUcn empapa la educaci6n del
psiquiatra. Uno está continuamcnte mistifica·
dO' y perplejo. La culminaci6n de sus estudios
permite al psiquiatra, ahora profesional, em-
peza~ a mistificar a,los demás, aunque habi-
tualme.nte no tenga idea de c6mo lo hace. Es
como si se volviera maduro, capa~ y miembro
de la cofradía en buena posici6n, el mismo ins-
.tante en que el diploma llega a sus manos.
'i
• Su ,inodelo hace invencible a la psiquiatría.
Los esfuerzos por el cambio son rápid¡¡men'te.
desacredit¡¡dos como' psicopatología, adoles-
cencia retr¡¡sada y teatralizaci6n.' El profesor
raravez va hacia el c:1iscípulo como hacia otra
person¡¡, un hermano' o hermana. L~ enseñan-
za está caracterizada por técnicas d,e disminu~ .
ci6n psicol6gica, intimidaci6n y c:Ulpa. Los
graduados, entonces, repiten su experiencia
con sus clientes. Un sistema tan deshumani-
zado y destructivo d~be cambiarse:
Szasz, La ing y otros han mostrado c6mo la
psicoterapia deshumaniza tanto al paciente
como· al terapeuta. Goffman lo ha mostrado
en asilos. Lo mismo es cierto para la educa-
ción de los terapeutas que produce la aniqui-
lación profesional' de los alumnos, alincor-
potarlos en una estructura corrompida que
deben aceptar para triunfal'. ' vierte en observador, no en partícipe; 3) Lo
Deben jugar. el, juego correctamente. Para
aprender a jugar el' juego correctamente a
,'
L 42
L
(-.:.
;~_,,"{A!f, ...,.. . ·,'ti.<I',:.~P'", ;N',,;./·o/."¡(,i'l-:'" "", '. ':... , '~"'<'1'·, ';' . :'i¡" . • "", '.,-0',;
"".'
menudo los ata a sus reglas de por vida. Es
carse fácilmente una vez que se pone.
Esto tiene varios aspectos:
•
MistificcLCión profesional y el rol del
psiqwiatra
Los psiquiatras, al ser médicos, han soportado
varios años el lavado de cerebro psicológi.co,
llamado educación. Han aprendido que para
poder tener exorbitantes ingresos deben po-
nerse una másc¡¡ra social de 'Responsabilidad
y Doctor Sabelotodo. Son los chamanes de
nuestra sociedad, aunque carecen dcl verda-
dero sentido: del drama q\le ellos tienen. '
La educación médica' tiene ciertos valores:
1) Hace que el joven psIquiatra vea el sistema
r
tal como realmente es; '.'2) Le enseñ~ a actual'
decisivamente en emergencias; 3) Le da expe-
riencias en situaciones profundas y últimas;
4) Le proporciona una' comprensión dc laex-
petiencia' humana -si' bien como obse(va-
dor- habitualmente prohibida a quienes' no
están en la cofradía; 5) Le da status en el sis-
tema.
A cambio de esto, la educación médica tira-
niza al joven psiquiatra de diversas formas:
1) Le impone la imagen del médíeo; 2) Lo con-
hace sentirse o parecer infalible; 4) Le incLllca
valores de, sacrificio y' responsabilidad,
. mi,en-
,
, 43
 tras insiste al mismo tiempo en que lodos los
lujos que más tarde pueda obtener sólo se los
debe a sí mismo, incitándolo'así 'a 'aceptar va.
lores materiales corno la verdadera "medida
de su valor; 5) to enajena 'a lbs otros.
La edueaci6n médica sostiene; los valores
convencionales de esta sociedad:' el statu quo,
los roles sexuales tradicionales,' la búsqueda
de ganancias. El médico se convierte en un pe.
queño empresario; Tiene que portarse bien.
Se convierte en un defensor de la iglesia, la
familia, la comunidad, la naciÓn.'Hoy su papel
"
está muy lejos de' lo que fue en el siglo XIX,
cuando los médicos a menudo estaban, como,
escépticos y científicos, a la vanguardia del,
cambitisocial. Ahora, c6modos ~ gordos, desa.,
fían poco y aceptan mucho, se aferral1 á laque
llenen," 1"
A más de esto, la medicina mistifica. Los
médicos han defendido las castas. Ocultan los
1: hechos a los pacientes y se escÚdan tras la
apariencia de su profesionalismo' como si po-
seyeran arcanos secretos. El público les sigue
el juego y les átribuye toda clase de conoci.
mientos y poderes de los que la gente carece.
El uso de las drogas, el tratamiento de la en-
fermedad, el pron6stico de las dolencias co-
munes, todo está se mantiene cómo secretos
tan s610 accesibles a la profesi6A médica. La
mistificaci6n aumenta su status. 'Pero, basada
en una mentira ,-que sólo ellos' son capaces
de mante¡}l1r los secretos- esto h'ace a la "pro-
fesión" siempre paranoica, siempre vigilante,
44
1.
" ,.
siempre más reservada. Por supuesto, jos mé-
dicos se ofenden ante la presión "de a,bajo"
para desmistifícarse . ' "
La moralidad del médico es' convencfonal:
y por 'eso opresiva. Los médicos trabajlln pa-
ra curar!y remendar: no para desafiar el
, ' tejido' del sistema que los sostiene.Lofo psi-
quiatras, en la cúspide del sistema de "salud
mental", pueden entregarse a causas libl:rales
sin miedo, especialmente en una universi..
dad liberal o en el ambiente de una peq,ueña
ciuda<I1;' pero van a tener problemas si se
comprometen politieamente más allá de eso.
(Puedo citar cinco ejemplos conocidos de te·
rapeutas despedidos después de habercmpe.
zado a actuar en política dentro de la comu·
nidad,)
El estudiante de psiquiatl'Ía aprende' a ate-
sorar su identidad de élite, a diferenciarse del
personal "subordinado" y "paraprofesional".
Su lar'ga preparaeió'n le permite cobrnr ho-
norarios más elevados en la práctica pl'ivada.
Es un¡1 autoridad ubicua, sólo tiene el presti.
gio as~gurado si se !porta bien.
Lo mismo ocurre con otros terapeutas pro·
fesionales. Cada uno picotea 'al que c~;\¡í m¡Ís
abajo; y todos picotean a sus clientes, La mis-
tificaCión en torno a su especialidad mantiene
su invencibilidad.
,
45
 ¿Quién necesitlt formación médica? médica; por eso tendrán que ser tratados por
un médico especialista en dolencias emociona-
¿Cuál es la razón para que los psiquiatras les. El modelo médico hace opresiva a la
"':0 cualquier tipo de terapeutas- sean mé. psiquiatría: las personas son dcfinid,as como
dicos? ¿Cuál es la importancia de la forma- ~lpacientesJli se les dice que tienen "enfer-
ción 'médica? " medades"; son encerrados, sometidos a elec-
Cu'atro años de ,facultad de medicina, se- trochoques, socialmente denigrados y deste-
guidos por un internado, dan al joven psiquia- rrados porque están "enfermos". El psiquiatra
tra lo siguiente: meses de anatomla y bioqul- se convierte en el policía de la socicdad.
mica, histología, patología, urología, cirugia, ¿La gente que tiene problemas en la vida
cardiologia. Pero no recibe sociología, psi- padece' realmente una "enkrmedad"?
cologJa, antropología, politica o nociones de El mbdelo médico hace de los psiquiatras
interacción humana. Para llegar a ser médico, una élite saludable. De los pacientes, una clase
" soporta toda elase de enseñanza especializada oprimida. También otras terapias, en la 'me-
que más tarde olvida. En verdacl, más tarde dida en que participan en la relación uno
tiene· que desaprender los prejuicios que le arriba/otro abajo, se suman a la psiquiatría
han enseñado. opresiva.
Si el modelo médico es realmente impor- El tema de prescribir drogas es una corti-
tante, todos los terapeutas podrían recibir en- na de humo. porque sólo ellos pueden pres-
señanza de este tipo: Por ejemplo, nociones cribir las drogas necesarias para, tratar la
de salud pública, atención de emergencia y "enfermedad emocional''. los médicos man-
enfermedades comunes son útiles a todos los tienen el monopolio de su rol. Este tema está
que trabajan con la gente. Pero la mayor par- tan contaminado con el comercialismo de la
te del profesionalismo de la fa.cultad de medi- industria farmacéutica, "el diagnóstico"" Y el
cina, la. formalidad y la especialización, son mistificado elitismo de manera que cualquier
irrelevantes para el trabajo del terapeuta. discusión sensata al respecto es imposible. El
Los argumentos h'lbituales por los cuales hecho simple es que si el uso de drogas es
los psiquiatras tienen que ser médicos _y importante, 1a m ay o rí a d e la gente puede
distinguirse asi de los psicólogos, enfermeras, aprende'rlo en muy poco tiempo.
trabajadores sociales, etc.-, son racionaliza- Otros argumentan que los psiquiatras
ciones de accidentes históricos y 'privilegios necesitan formación médica para "detectar"
de c¡¡sta. Los tropiezos emocioI;lales fueron tumores cerebrale'~ y otras enfermedades
definidos por los médicos como una dolencia "orgánicas" que podrian disfrazarse como de-
I 47
L 46

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 IJI" e s ion es, reacciones de conversión, etc. El
argulT!ento es débil. Si para un terapeuta es
importante esa formación, se puede impartir
a. Jü mayoría en un tietnpo bastante corto. No
lleva cin,co años de formación médica recono-
cer la enfermedad orgánica. , propia experiencia:
La facultad de medicina es, en un ochenta
por ciento, pérdida de tiempo para el joven
psiquiatra. Deberlan eliminarse estos estu.
dios.
Rep"esion de los alumnos
En la mayoría de los centros de formación psi.
quiátricos los residentes, jóvenes adultos, no
tienen poder; No son ellos quienes hacen su
plan de estudios; se establece Una rutina que
deben seguir. "Otros más sabios que ellos"
determinan lo que harán y'lo qUe no harán.
Los consejos asesores' de residentes son facha·
das falsas.
· El terapeuta ideal que se está formando es
inteligente y se encuentra asustado: indeciso
y obsesivo, se le puede hacer sentir' inidóneo y
culpable fácilmente. Una y otra vez, durante
mis propios estudios, administradores y super.
visores rebajaron a los residentes, desecharon
SllS quejas como psicopatología adolescente,
criticaron sus esfuerzos por asumir responsa-
bilidad en su propia educación. Lo asombroso
es por lo pronto que los residentes aceptaban
esta imagen de sí mismos. Se pusieron ellos
mismos en 'tratamiento. Abjuraron del acti-
!
, 48
L
('
vismo social para descubrir las "causas" 'de ,,,~ ••,
su rebelión dentro de si mismos. ¡Nunca ,se
ha realizado una labor más completa de mis-
tificaci6n y lavado de cerebro! ' '
Aquí van; al azar, algunos incidentes de ,mi
1) Un activista residente que organizó, a
la comunidad contra "el centro de salud, men-
tal" de la universidad -un fraude imperia-
lista- fue despedido por "incompeteneia'-éU-
nica". Los otros residentes se negaron a crear
un movimiento para defenderlo.
2) El director del servicio de urgencia de-
cidió que los residentes de tercer año deJ:le-
rlan ver'a cada paciente que viera el residente
de primer año. Hacía años que esta regla, no
se observaba. Más que discutir la situaci6n,
el directorI insistió en que debía cumplirse su
. . . . .
voluntad. Los argumentos de los' residentes
no pudieron conmoverlo. Sin embargo, los re·
sidentes no consideraron una huelga o una
acción colectiva para propagandizar su posi-
ción. Su' actitud fue: para qué hacer olas;
pronto estaremos afuera.
3) Un residente rotativo en lln hospital
estatal criticó el programa al director; Éste
se quejó' a un supervisor y él residente fue
~everamente reconvenido por "comportamien-
to no profesional".
4) Un documento sobre el sistema del hos-
pital estatal fue archivado 'por la administra-
ción y se 1e negó el imprimatur.
5) Circuló una carta anónima entre el
EL TERAPEUTA.--4 49
 "
:' ..
plantel de supervisores que exigía' salarlos
más altos para los"residentes y, amenQzaba
con llamar a la prensa si no se ,'Satisfaeia su
pedido; (\le aii,,,danlente denunciad" por va·
rios del plantel en una reunión de residentes,
No estaba en claro para los residentes si al·
¡;UnO de, ellos la 'había 'escrito -pero aLautor
. cidsconoeido se le endilgó el diagnóstico de
"seriamente perturbado" y se le pidió que se
pusiera en tratamiento-, El tema de los sala-
ribs, no se discutió, salvo cuando el director
advirtió a cada 'l'esidente que quien quisiera
cobrar más podí"ll~se a otra p'lrte, L'l h''l Y
el miedo del plantel fue increíble.
G1 El chisme en' el programa era que en
la medida en que un residente no meneara la
causa, podría terminar el' programa y ganar
cuarenta mil dólarc's al año. La mayorla de
los residentes se h:agaron el anzuelo, ¡Qué
incentivo terrenal podían tener ,entonces para·
desafiar al sistema! Nuestro programa enfati·
zaba el tratamiento' individual, la comprensión
psicoanalítica y la atención hospitalaria. El
trabajo familiar y I'de grupo era casi inexis..
tente; y el "prognlma comunitar¡'o" existfa en
un vacio, cuyos instructores nunca discutían
qué estaba pasando afuera, 'en la comunidad
:real, pero en cainbío preparabal'l 11 los resi·
'dentes para puestos administrativos.
Era aterrador advertir que pocos eran los
residentes para l<;1s que tenia algún valor opa·
nerse a un sist-ema que,según pensaban todos,
los estaba oprimiendo. Su actitud era esperar
50
Ii..
"',,"".
""',;".,.,'
'"1'
Uque estuvieran afuera y en la cima de ellos
mismos. En otras palabras, !¡¡ salvaci6n resi.
de' en la,futura capacidad de engañar, reeon.
bliar, alienar y lavarle el cerebro a los otros
Guardaban la ilusión de que en la medida
cnque disintieran interiOl'mente, podl'Ían pro.
seguir con la demanda exterior y todavia pre•
servar su integridad. '
Sn]vo que se cambien los programas educa.
tivos, 'los terapeutas Continuarán sirviendo a
sus propios intereses, no los del pueblo, Se.
rán hombres de buen¡¡ voJuniqd en un¡¡ estruc.
tura opresiva,
TerapiCL y política
. ,
Dos terapeutas son políticamente ingenuos,
Están formados en una educación profesio.
¡¡al que les proporciona escasa' comprensión
de' temas políticos; y soCialcs, Probablemente
los que más sufran sean los psiquiatras en su
I~rgo aisJ¡,\miento en la facultad 'de medicina,
cuando se apartan 'de la sociedad y se enga.
ñan a' sí mismos con la ilusión de que Son
dioses. Ignoran su lugar en la socic'dud; igno-
rrin lo-que está ocurriendo en el mundo real;
son víctimas de un' horizonte estrecho.
Muchos terapeutas contraen deudas para
completar su formación, Para ellos, ganar :di.
nero es lo importante, Si permanecen dentro
del sistema pueden pagar sus deudas y ha-
cerse ricos en Unos pocos años.' No hay que
asombrarse de qUe guarden celosamente sus
51

posesiones y que se muesh:en enojados con
aquéllos que "impacientemente" presionan
pOI' el cambio.
El estilo de vida del terapeuta -y por, cier.
t.o el del psiquiatra-proclama su lugar .en el
stal!, quo. Vive cómodamente en los suburbios.
o en una casa en la ciudad. Sus hijos van a
escuelas privadas. Tiene una mucama para Ii·
bel"Ur a su mujcr. Es dueño dc aparatos de
T.V. en colores, automóviles, embarcaciones,
tierras, estéreos, ropas a la medida, abonos de
ópera, 'una buena cartera de ·acciohes y pasa
sus vacaciones en cualquier parte del mundo.
Entonces, ¿cómo plLCcle ser jamás· mt instru·
mento,de cambio? Debe lealtad al ,sistema en
el que' prospera.
Así escomo se convierte en opresor, en ene-
migo del pucblo. Mientras él saca 'la ,mejor
tajada otros mueren de hambre. Aun. cuando
sea "liberal" rara vez arriesga su seguridad.
por sus ideas. Parece que dcntro dE\ este sis-
tema, no tiene otra opción. Por eso el sistema
debe cambiar. . so. Sólo unos pocos asuIT;lrán el desgay pue-
;;
La terapia no es una rama de la medicina, ni
uua ciencia social
La terapia es una disciplina por derecho prQ-
pio, su objeto son las relaciones y los senti-
mientos humanos en una sociedad humana.
El que la terapia, haya sido incorporada a Va-
rias disciplinas, es un accidente histórico.
52
J..-.-,...
l'
1" " ......"J(''''ill'''''-~'':
r:' i
Si aceptamos esto, entonces se, aclllra· que
infortunadlls y' divisionistas son las' distincio-
nes entre los clívcl'SOS campos tcrapéutico~·.
Para algunos terapeutas tene~' formación mé-
dica y 'para otros forp1ación en el tr'\lbajo so-
cial y para otros formación en psicqlogía ex·
perimental, etc., significa que cl campo de '1a
terapia se ·está reparticndo, como Polonia en
el siglo XV)!!. La terapia requiere sus propi-ií~
instituciones, sus pro'pios programas de ens~­
ñanza, ,su propia· práctica. Los campos de la
terapia son uno solo, hert¡l,\nos ,y hermanas
bajo un mismo techo. .
Los program~s oqucativos ~orrienlcs prcP,a-
ran a los jóvenes terapeutas para roles 'que ya
existen en el sistema: ralos institucionales,
roles de prácÚca privada, roles docentes y
de investigación. Pero no .los preparan para
reexaminar y desafiar al ~istema mismo.
. El joven terapeuta' puede 'ver esto,' 1
pero ,.no
, .., ,
sabe oómo manejarlo. Porma,necer lim,plo ti.e-
ne sus. ventíljas. Salirse del sistema es peno-
den' ser fácilmente aislados.·
, ,
,
• I ..•
'
Se necesi~an nuevos prog.ramas ele enseñan-
za para que ocurra .cualquier cambio.
',':
Progr.amas de e1tselÍa1tza alt,er1tativqs
Instituciones flte~nativas, han surgido dramá-
ticamente, en años recientes. Espoleadas por
, Goodman, y otros, han 'aparecido universida-
!
I
53
 I
des libres, clínicas libres y nuevos estilos de
vida. 'Roszak documenta la fuerza del movi.
miento. Berke presenta sus causas. Dom Hoff
subraya su importancia política.
Más que oponerse frontalmente a este siso
tema y ser masacrado por sus lacayos, muo
chos están hoy trabajando "para hacer que
la hierba crezca entre las grietas de eonerelo";
poniendo sus energías en nuevas formas y
nuevos caminos y dejando que el sistema se
derrumbe por su propio peso. Ya han comen.
zado algunos ensayos. Pronlo surgirán y se
afianzarán otros. El siguiente es un esquema
de lo que imp'licarán estos ensayos;
1 l' La educación no dividirá a la gente en
categorías tales como "psiquiatra" y "trabaja.
dor social". En el programa todos serán tera.
peutas. Serán preparados como tales. Prepara.
ción más amplia pueele obtenerse e'n cualquier
parte,
2 l La educación debe estar abierta a todos,
no sel' un privilegio de clase. Quienes proven.
gan de comunidades más pobres y grupos mi.
noritarios tendrán pronto acceso a la forma.
ción que sus comu¡Údades necesitan. Llegará
el fin de los expertos blancos reaccionarios,
que vienen como colonizadores a decirle a los
demás cómo deben vivil·.
3) La cduca,cíón será financiada por las co-
munidades locales.
4) La educación será desmistificada y des.
profesionalizad<l. Lo que es' necesario saber
! se enscñnrá, sin disfrac~s. LO.innecesario se..
l 54
•
rá barrido. Los terapeutas serán trabajadores
en sJs 'comunidades, 'cómo cualquier otro tra·
bajador. Sus 'conocimientos ',se necesilan para
el bien común. Pero 'sus con'ocimientos no ha·
rán de' ellos una élite "profesional".
5) Los programás eduC'Utivos serán in(er.
disciplinarios, versarán sobre psicología :Y po.
Utica; arle y sociología,' medios de difusión,
análisis'dd poder, teoríus de la inleracci(JI1 e
histori'a contemporánea.
G) El modelo edUcativo cambiará de una in·
teracción jerárquica, obsesiva, maestro/discí-
pulo', a una forma más abierta, popular y
democrática. Se escuchará a lodos aquéllos
cuyos' conocimientos e ideas sean válidas'.La
edad por sí misma no garantizará la sabidu-
ría.
7) Se evaluarán ampliamente nuev~s técni·
cas, sin (emor al cambio, Los centros de en·
eellanza de' la terapia 'serán universidades Ii- ,
bres, no escuelas industriales. La investigación
libre y el disentimiento serán estimulados y
no menospreciados como "palología". Los, te-
rapeutas se comprometerán politicamenté, en
la lucha total contra la oprcsión. '
8) El l,úmero de terapeu las preparados,au.
mentará, y así se' beneficiará al pueblo 'con
atención más accesible, más adecuada y apro"
piada. .
!l) Los ingresos púa los terapeutas prádi.
cos serán proporcionales a su trabajo, Nin-
guno se enriquecerá con los sufrimientos' de
los demás.
L 55

10) Se experimentarán formas de práctlc'a
colectiva y vida comunitaria, en la creencia
de que el estilo de vida del t.erapeuta influye
grandemente en su trabajo. Los terapeutas
no vivirán lcjos de sus clientes, distanciados
por la clase y el interés, élite de opresores
que ayuda sólo desde "arriba". Serán parte
de la comunidad. ' ayudar a los seres humanos a superar la ali
11) La terapia será accesible a todos, no
vendida a aqucl)os que pueden comprarla co-
mo pollo frito o cualquier otra mercancía.'
Deberá estar orientada hacia las necesidades
de las comunidades, no de los profesionales.
Luchemos juntos por una terapia radical.
l .'. .... ~"''''''''''' .. ,-:.-~ ~,
,
,
,~:!
PSrQUIATRrA RADICAL Y GRlJ,POS D
ACCrON :.~,
Claude Steinl
El fin principal de la psiquiatl'ia ,radical
,
nacióp. Porque la alienación requierc cont,
to con otros seres humnnos en :grupos,
importante que la psiquiatría radical prop'
. cione pautas para el funcionamiento salu(
ble y la supervivcncia de los grupos. Cuan
la gentc interesada en cambios radicalcs I
ganiza grupos, casi naturalmentc desea orl
nizarlos bajo normas que difieren de las ba:
autoritarias Y alienantes en que los gru¡
opresivos del sistema están organii.aclos ha
tualmente. Consecuencia de csto es que la
tructura de esos grupos es generalmente
estable e indeterminada y su cohésión ¡re
al ataque exterior es débil. Hay d"," clases
ataques a los grupós de acción que se 1
vuelto ejemplos Clásicos: uno es la nivelac
de las jerarquías; otro es el jue:go más
;~ ¡, quierdista que tú".
lI
¡
I
Más izquierdista
, que tú
Es un fenómeno enteramente familiar a c
I quiera que haya trabajado en una organ
I ción radical, que sobre la marcha. una o
.- ..
I
l
"
 personas ataquen a la dirección porque mani-
fiestan ser'mús revolucionari,as o más' radica-
f!· les que éda. Como siempre es posible que ese
sea el e,lado real de las cosa~, es decir, que
la dirección del grupo se haya vuelto contra-
revolucionario, muchas organizaciones se han
disuelto por argumentos de este tipo; en mu-
chos casos, organizaciones que estaban ha-
ciendo un, verdadero y valioso trabajo revo-
lucionario.
¿Cómo di'stinguir una situación en la cual
una facción disidente, por una u otra razón,
está simplemente atacando a la dirección en
forma ilegíÚma, de 10 que ocurre cuando ese
grupo se encuentra de hecho justificado en
sus ataques?
Quisiera volcar el ataque ilegíti'1"\0 a la di-
rección por parte de una facción disidente en
el molde de un juego de Berne. El juego se
llama "mús izquierdista que tú". La tesis del
juego es que un grupo humano que hace tra-
bajo revolucionario y que ha llegado a tener
un cicl"lo empuje, incluye snempre a un sub-
grupo de personas con aspireciones"revolucio-
narías, pero que Son incapaces de 'juntar, ya
sea la energía o el coraje para comprometer-
se realmente en esas actividades.
Los jugadores del "más izquierdista que tú"
son' personas dominadas por una conciencia
(o un Padre) extremadamente intolerante y
exigente por un lado' y por el otro no son ca-
paces de movilizar al Niño amedrentado para
hacer ningún trabajo. La crítica de las activi-
L 58
dades del grupo y las dccisiones de la direc-
ción se convierte en un sustituto del trabajo
revolucionario. La crítica se hace. habitual-
mente, en reuniones donde de ordinario de.
berían, discutir,e las tareas y sicmpre reem·
plaza a la acción efectiva. Los jugadores del
juego "mús izquierdista que tú", también son
eficaces en desembarcar la organización Y. ter·
minar, sin un conlexto en el cual tra~ajal'l o
son expulsados de la organización por una
dirección eficaz y seI encuentran otra vez en
una situación en la cual no puede hacerse nin·
gún trabajo. En ambos casos tienen una clara
justificación para su falta de actividad y ésle
es el resultado final del juego.
Una marCa dc fúbrica de los jugadores del
juego "mús izquierdista que tú" es que son
iracundos, a menudo ¡'más iracundos que tú";
es enteramente posible, no obstante, distin·
guir la ira de un jugador del "miÍs que tú" de
la ira dc una persona que está efectivamente
reaccionando frente n la opresión.
Los jugadores elel u mús que tú" son casi
siemflre hijos de la clase media. Sobre esta
base es fácil ver por qué un grupo de militan-
tes negros difícllmente puede ser acusado de
jugar al. "mús que tú'\ mientras, es sospecho-
so que un grupo de estudiantes blancos de
colegio que acusan a cstos milit8ntes negros
de no scr bastante radicales.
El que una persona jucga o no al "mús que
, tú" puede determinarsc mediante la simple
I
evaluación de cuanta acción revolucionaria
L 59
'.~ ,- "':--".,,", •. ¡,~
,
lleva a cabo, aparte de los mítines, durante,
digamos, el periodo de una semana, 'Se verá
enlonces, si SI> lo observa atentamente, que
la a~lividad de un jugador dd "más izquier-
<.lista qUl> tú" ocurre mayorml>nte 'bajo la for-'
ma de un "viaje mental"· en reuniones y casi
nunca en el mundo real. Los jugadores de
"más izquierdista que tú',' sobresaldrán en los
al'gumenloH destructivos o la esporádica ac-
ción destructiva cuando sean impulsados por
los otros, Pero se verá que carecen de la
capacidad de reunir impulso en el trabajo
creadol' o constructivo y que carecen de la
capacidad de trabajar solos debido a la intran-
sigencia extrema del Padre Cerdo en su ca-
beza, que derrotará, antes dI> nacer, todo es-
fuerzo positivo y vivificante. . acción y serla el hazmerreír del' mismo, los
Por ende parecerla que .este juego de "más
I1, izquierdista que tú" extraorcÚnari'lmente divi.
sionista, fuera jugado por personas cuya opre-
1: sión ha, sido ante todo psieológica, Esta forma'
dI> opresión intelectual, una calvinista "mora-
lidad del intelecto", es habitualmente'llevada
a cabo én un contexto liberal en' ausencia de'
un empleo societario o familiar ,de la fuerza,
un contexto en el 'cual la acciór\.o la fuer-
za son realmen'te desaprobadas, de tal modo
las cadenas que atan a la persona son estric-
tamente psicológicas o internas a la mente,
y en vel'dad son las más paralizantes. Cuando
se siente ira no se la expresa físicamente, ,sino
en la forma de charlas destructivas,
Los grupos de acción son especialmente
l 60
i,
'j
: e'l""'W
vulnerables a' las charlas destructivas porque
sus Hileres sienten a menudo un temor r'éve-
rencial por las realiiaciones intelectuales 'y se
dejan' mistificar por ellas, Debe record~rse
que un juego debe ser jugado tanto pqr la
víctima como por el victimario. La victim~, en
este caso, son los jeíes del grupo ataeado:que,
ordinariamente, están más que dispueStos a
someterse a la persecución del jugado'!' de
"más izquierdista que tú", Esta disposié}ón a
responder a los "viajes mentales" Y'argumen- ,
tos intelectuales es una característica de cier-
tos subgrupos culturales, en forma tal que
mientras que a un jugador de "más izquier-
dista que tú" se lo ignoraría en un grupo de
acción muy lúcidamente orientado hacia la
, jugadores de "más izquierdista que tú" tienen
la capacidad de conmover la enterézadc la
intc!!igcntsia torturada
I
por sentimientos
' '
de
culpa, '
Este juego es una forma liberal e intelec-
tualizada de la agresividad. que se ha obser-
vado entre lbs oprimidos pobres y los neo
gros, Es' un hecho bien documentado que los
crímenes contra las person¡'s ocurren en sU
mayor parte entre los miemoros de subcul-
turas oprimidas, Fallon en Los condenados
de la tierra muestra que la criminalidad sal·
vaje, homicida y arbitraria que se había ob-
servado entre los argelinos desapareció al
desarrollarse la guerra de liberación, La su-
posici6n de que los argelinos habí,~n nacido
61
 criminales, enseñada incluso a ellos mismos
¿h la 'universidad de Argel, no sólo era un he-
-~~ cho, sino una mistificación de su opresión.
En esta materia lo real, es que cuando el opri-
'/' mido no tiene' acccso a sus opresores, ya sea
porque su oprcsión está mistificada, o porque
sus opresores no están a su alcance, es fácil
,que le retuerzacl cuello al otro. "Más iz-
quiel'dista que tú" es u n caso del oprimido
frustrado y mistificado que lé retuerce el cue.
110 a. sus hermanos y hermanas por su inca.
,¡ pacidad para complrometerse en una positiva
¡ y creadora acción revolucionaria.
l La medida del valor de. un revolucionario
I o una revolucionaria es el trabajo que realiza.
Cuando alguien cue,stiona la eficacia de la di.
rección¡le Un gr\.lp~ o el trabajo ,de un gru·
po, la primera pregunta que dehería,hacérsele
es, "¿qué trabajo estás haciendo?". Se en-
contrará que en la' mayoría 'i1e los casos el
crítico es una persona que está haciendo muy
, poco o , nada. Si tal 'persoriti estuviera, de he-
cho, efectuando un~ gran tarea fuera de las
discusiones en las reuniones, entonces el de- ,
s~lío a la validez de los fines y los métodos
,"
de la dirección debería ponerse otra vez en
,,' discusión. Así, la desmistificación de la fuerza
r
I de trabajo real del crítico es un instrumento
" muy importante par'a el mantenimiento de un
grupo de acción cohesionado.
Otro ataque habitual a los grupos deac"
; ción que es también bastante efectivo es la ni-
•1 velación. '. , en la opresión, un azote de la humanidad,
62
Nivelación, jerarqllías V dirección
El mal concl'eto más grave 'de la humanidad
es la opr,csión del hombre por cl hombre. La
opresión sc exprcsa 'ordinariamente bajo la
forma de situaciones jerárquicas en las cuales
una persona toma decisiones por las otras.
Muchos han' deseado crradicar cl mayor de
todos los males de sus vidas. Para hacerlo al-
gunos han nivelado completamente lassitua-
ciones jerárquicas y han intentado fuhcionar
socialmente con una ausencia total de direc-
ción, en lti esperanza de construir una sacie·
dad sin jerarquías en la que el mayor de los
males -la opresión- no puede encontrar un
caldo de cultivo.
., Rondada por lel espectro de la jerarquiza-
'ción autoritaria de la peor espccie, la gente
ha intentado trabajar en organizaciones que
han nivelado todas las jerarquías. En mi opi-
nión tales organizaciones, cuando comprenden
más de unas ocho personas, tienen extrema-
damente pocas pos\bili.dades de ·sobrevivir.
Cuando los "niveladores" entran a u na orga-
nización e imponen quieras que no el princi-
pio no-jerárquico, habitualmente logran la
destrucción final del grupo.
Trataré de demostrar la fálacia de la nive-
lación de jerarquías y de presentar una alter-
nativa' que creo es capaz de lograr un 'uso ra-
cional de cualidades valiosas de dirección al
igual que previene la caída de esa dirección'
63
'¡

"¡'.,,. ,,0,~ .1 ""
Primero permítanme definir algunos térmi-
nos:
Llamal'é opresión a la dominación de una
persona por otra mediante fuerza o amenazas
de fue¡'za,
Llamaré nivelación a una situación en la
cual, por lo menos públicamente, no se reco-
noce ningún jefe ni se permite ninguna je-
rarquía en Un grupo, aunque de hecho pue-
den existir dirección y jerarqulas.
Llamaré jerarquía a una situación en la
cual 'un ser humano toma decisiones por otros
seres humanos.
Llamaré jefe a una persona en un grupo a
quien se le reconoce conocimientos o cuali-
dades que determinan a los otros desear
I aprender o beneficiarse de tales cualidades.
!
I
Las jerarquías aparecen bajo gran variedad
de formas, 'desde las jerarquías asesinas de
1. una guerra arbitraria a la jerarquía materna,
¡: incluyendo las jerarquías entre maestro y
alumno, hombre y mujer, negro y blanco, amo
y esclavo, dueño de la fábrica y obrero ex-
plotado, capataz y jornalero, artesano y apren-
diz. Algunas de estas jerarquías son alienan-
tes y deshumanizantes. Otras no. Referirse a
todas 'las jerarquías como si todas fueran ma·
las y deshumanizadas es un gran error, ra-
yano en la insensatez. Deben analizarse las
jerarquías en función de su buena o mala in-
fluencia sobre los seres humanos.
Hay por lo m.enos tres jerarqulas humanas
que son de obvio valor para la humanidad y
l 64
'.o/.,"!·";.,..,, ;~
que ,sin duda no se beneficiarlan con el
lamiento.
La primera y más básica es la jerarq¡¡la
entre madre e hijo. Aquí una persona to'rna
decisiones por otra y es dificil ver en qué (ar-
ma nivelar esta jerarquía traería ,alguna vHn-
taja a la humanidad. Cuando esta jerarq~ía
¡nadre-hijo o padre-hijo se amplia más'~,llá
de su alcance fructlfero y natural, es de~ir,
cuando se la impone por la fuerza o media'nte
amenazas de fuerza y más allá del periodo'en
, el cual el niño' necesita la protección de ,los
padres y cuando se la extiende a más ampiios
g'rupos humanos, entonces esta jerarquíapa-
dre.hijo se convierte en el modelo para el
ejército, las grandes corporaciones, etc.
Otra semejante es la jerarquía entre un
ser humano que padece un gran dolor físico
o necesiclacl (enfermos, hambrientos, heridos,
trastornados) y otro ser humano que ticne
los medios para satisfacer esa necesidad.
Cuando una persona padece una deplorable
necesidad física puede desear que otro ser hu- .
mano tome decisiones por ella. Otra vez,ésta
jerarquía natural que conduce al bienestar
puede ampliarse y convertirse en una dañina
como ha sido el caso de la jerarquía creada
por la profesión médica y el psiquiatra de, ca-
becera y otras profesiones de salud menta!.
'1 Asimismo, el mantenimiento de la necesidad
~in necesidad, el mantenimiento del tratamien-
I io sin necesidad, el estimulo al mantenimiento
1 ,dd,' 1, ;m,q'" lnolm' .. ,m,mi, do n,'~i·
GL T~nAr~UTA,-5 " ' 65
 I
dad física, han cond1,lcido a 1,ln sistema médico
jerárq1,lico' q1,le, a esta altura,. puede estar ha.
ciendo más mal qUl! bien a la salud humana.
Esto puede parecer asombroso pel'O si uno
separa el conoc:miento médico que es amplio
y potencialmente útil, de la práctica médica,
que se sirve a sí rnlisrrÍa y es opresiva, enton..
cés se puede ver q¡ue el sistema médico no
.~' sólo no estú sirviendo plenamente a la huma.
nidad, sino que estú impidiendo que. reciba
toda la ayuda potencialmente posible.
Una tcrcera jerarquía está basada en la di.
fúencia de conocimientos entre seres huma.
c.., nos deb:do a la cual una persona, considerada
un .artesano, es requerida por' otra que desea
aprender su arte. Esta jerarquía en la cual
una persona se subordina a otra en conoci.
mientas es deseable para ambas. El'aprcndiz,
al reconocer su necesidad de aprender y al
concentrar su atención en su maestro, puede
adquirir conocimientos con más rapidez y 'fa-
., cilidad y de una forma más cabal que un es-
tudiante que cuestiona los conocimientos de
I
su maestro. Por otra parte, un maestro que
rccibe la atención y el reconocimiento de un
aprendiz encuentra en sus enseiíanzas los me-
jores galardones por el esf\lerzo de su vida.
Ambos, maestro y aprendiz, se benefician con
cste proccso y es difícil ver cuál de ellos .se
pcrjudic'l con él, especialmente si se trata.del
estudiante. Otra vez, esta situación jerárquica
natural puede e,¡¡tenderse sin necesidad y así
ciertas personas son mantenidas siempre en
66
,:'1
''';
posiciÓn inferior a otras' respecto a conoci-
mientos. Por supuesto, esta es la base' de la
mayorla de las universidades y las escuelas
profesionales y es ·un ej'emplo más' de cómo
una jerarquia natural puede extenderse hasta
convertirse en una jerarCfUía mala y opresiva.
La 'característica de las jerarquias huma'
nizantes es que son, en primer lugar, volun-
tarias; en segundo lugar, propensas a su pro-
pia destrucción o autodisolución.
Las tres jerarquías beneficiosas antes meno
cionadas pueden convertirse en jerarquías
opresivas. La tendencia hacia las jerarqúías
deshumanizantcs que sucleexistir en los' se-
res humanos puede ser vencida por quienes
decidan que quieran hacerlo. Exactamente es-
ta misma tendencia lograría 'ser justificada'
por la inteligencia humana, como ha ocurrido,
al punto de construir jerarquías monstruo-
sas que ahora pueden devorarnos. Como seres
humanos podemos elegir entre extender in-
sensatamente las jerarquías naturales hasta
el punto en que nos devorarán, o en forma
igualmente insensata nivel arias y abolirl~s, o
por el contrario usar nuestra inteligencia allí
donde nos parezca 'para crear grupos con je-
rarquías humanizadas y benefiCiosas cuando
sea necesario.'
Deseo postular un principio inteligenté de
autoridad que discrimine entre jerarquía y
opresión y que espero sea útil para quienes
trabajen en la organización de movimie·htos.
. , hu-
El primer principio de las jerarquías
67
"," , ';...'~:.'".~:' '.,.':-'..,'...., ''',~. t. _,
manas es que sean voluntarias y autodisol-
ventes, esto es,que el eventual éxito histórico
de las tareas de grupo sea convertir en inne-
ce~aria In jerarquía.
El segundo. principio de las jerarquías hu-
manas es que la dirección sea sensible y res-
ponsable,
Para que .una jerarquía sea voluntaria no
puede implicar opresión O coerción por la
fuerza o mediante amenaZaS de fuerza. Como
cc.n~ecuencia, nadie usará de la fuerza o de
ameriazas de fuerza en una situación relativa
a seres humanos dentro de un movimiento o
una organización a la cual pertenezca. La inti-
midación de les miembros del grupo por me-
dios psicológicos debe ser abolida mediante ,
el desarrollo de una atmósfera de proteccjón
•1 mutua entre los miembros del grupo.
!I¡: J efes sensibles son aquéllos susceptibles a
la critica de los miembros dél grupo. Así, la
,
I
dirección puede ampliarse 'sóloerl la medida
en que resulte posible para todos los miem-
bros del grupo realizar extensos contactos ca-
, ra a cara col110s jefes.
'!" Finalmente, un jefe o una jefa responsaqles
i son los que sienten el impacto de sus accio-'
I nes y asumen la responsabilidad de las mis-
mas, Esta es una cualidad humana que s.ólo
I puede evaluarse mediante la observación. La
responsabilidad se juzga por las acciones pre-
vias del jefe o jefa y sólo puede determinarse
durante un lapso en el cual su' t.rabajo esté
sometido 'al' escrutinio en el que se observe
1 68
, ~ ,""""!.!!''+''''
I
la importante .cualidad de la responsabilidad.
La misma culpa que opera en el jefe cuan-
do se enfrenta con los jugadores de "mús iz-
quierdista que tú"actún cuando se conlron-
tan con un nivelador.
,El autocuestionam'iento de un jefe es la ma-
yor ayuda para el nivelador. Los opre¡;ores
no responden en absoluto a tales utaques, pero
los buenos Uderes, debido a sU deseo ,!?usico
de ser sensibles y responsables, son' propen-
sos a permitir que los ataques de unos pocos
invaliden su trabajo útil para los demús. Por
eso, cuando se enfrentan con tales ataques,
los jefes deberían investigar con respon,sabi-
lidad su 'trabajo y obtener eon sensibilidad la
opinión de todos los miembros del grupo antes
de renunciar a su jefntura. Sólo si este aná-
lisis refuerza los argumentos de los nivela-
dores se puede permitir a un jefe qJe admita
en el grupo el proceso más arriesgado de too.
dos, la nivelación, '
 COMO SER UN TERAPEUTA~ADICAL
Richard Kunnes, médico
!! Rick Kunnes es un acti-
vista afiliado al colegio de
medicina Albert Einatein,
Departamento de Psiquu,trfo.
® Richard KtUUlcs, M. D.•
todos 108 "dCJ"cch08 1'080'1,;0-
do••
1 bie lo que piensa la gente en materia (Jolltica.
, Muchas de estas tácticas son increiblemente
La palabra "radical" viene' del latln,radii, y
significa "raíz..·. El terapeuta radical, por lo
;:, tanto, llega hasta la raíz o la cau~a de los pro.
blemas con que ella (o él) se encuentra y ha.
I
ce algo al respecto. Una portada reciente de
al El terap'elLta radical decía: "terapia significa
cambio politico.,. no arroz coil leche," Esto
.!i' implica que los problemas radicales que trata
el terapeuta radical son políticos:
Este articulo versa sobre cómo tratar de
ser un ter¡¡peuta radical y lo que' es aún más'
irnportante, un militante político. Las tácticas
más abajo descritas no están en modo alguno
limitadas a los terapeutas. El hecho de que
no estén limitadas a los terapeutas es un ejem.
plo del rompimiento de la barrera artificial
que separa al "terapeuta" del "paciente"; Na.
da tengo yo que decir que no haya sido dicho
y hecho en nOmerosascircunstancias: Este
artkulo es simplemente la revisión de un nú.
70
me'ro de conocid¡¡s táctic¡¡s (práclic¡¡s políti.
ca~) y dc la tcoria y .la c~lratqgia cor"espon-
dicnles y ."stá p¡¡rticula¡'mente dirigido a los
que 'trabaj¡¡n en ¡¡mbientes "profesion¡¡les" y
en especial en instituciones.
Para decir 10 obvio, 'tod¡¡s las tácticas son
públicas, vale decir están montadas ,rara ser
vistas y sentidas por más de una, o dos pero
sanas. Las tácticas están dirigidas ¡¡' mostr¡¡r
las instiluciones opresivas hajo un¡¡ .luz des-
favorable; tenemos la esperanza de que cam-
primitiv¡¡s e ingenuas; no obstante, no siempre
las recordamos y/o utilizamos por la forma
en que esta América opresiva ha jodido nues-
tras mentes.
Como ejemplo de primitivismo, noten la se.
gunda frase del primer párrafo, donde"...ella
(él)" está empleade' en lugar de "él", con el
deseo optimista de producir una pequeña sa-
cudida a nuestro machismo convencional. Otra
sacudida sintáctica es cuando al escribir sobre
la mitad inferior de Viet-N am, se escribe sur
Viet·Nam (con s minúscula) para significar
que no existe un país llamado "Sur Viclt.N am"
y que la división de Yiet-Nam es i1egítlma. To-
do el lenguaje; ,los documentos y el estilo de
vida de los terapeutas debería estar lleno de
sacudidas similares. En la medida de lo posi·
ble, toda palabra debería ser un teatro de gue-
rrillas en miniatura.
Usen prendedor político para vab'ajar. un
1 71

,. " ., ~."
pastel' polftico en la' oficina, ]0 más desafora.
do mejor. La gente hace preguntas sobre pren.
dedores y posters; charlan Con ellos. Los
administradores de hospitales y otros especí-
menes instituc!onall1s se indignan e intentan
suprimir semejante I comportamiento abierta-
mente político -tan inocente como es-o En
19G8, en e] Departamento de Psiquiatría de
la Universid'ad de Columbia, se les habia
prohibidO a los jóvenes residentes de psi-
quiatría usar prendedores con la leyenda
Macearthy presiden.e. Mientras no hubo una.
organización exitosa. en torno a esto, ]a poli-
tica de ]a institución estuvo ampliamente de-
nunciado -y sólo con un prendedor político.
De la misma forma, las mujeres en e] tra-
bajo pueden desafjar e] sexismo usando pan-
talones y los hombres pueden desafiar al pro-
fesionalismo negándose a usar corbata y
llevando siempre blue ;eans. , hacerlo es suficiente para obtener ona res-
Nuestra política deberla ser notoria, que
sea visiple y,que se pueda discutir, es ]0 que
hace politica la conducta. Todas las' reuniones
institucionales y profesionales y también las
conferencias. deberlan confrontarse ·política-
mente· desde levantar ]a mano para expresar
una opinión pollticamente relevante hasta po-
ner una bomba de mal 0]01' (ácido ísoburíti-
ca) en una reunión particularmente reaccio-
naria. Hagan cualquier cosa que ponga tensa
a una institución. Exijan tener conferencian-
tes radica]es· y seminarios radicales. Exijall
que legos y "pacientes" sean puestos en e]
72
• I
.'
"~o
~! '"., :,,,,.-:...~
,
programa como conlerenciantes y que se,:!es
pague]o que se]espaguca los confcrenciar1J,es
llprofesionales".' Exijan guarderías infnnti)'cs.
Exijan que todas las reun:ones prolesionalq;¡ y
administrativas sean abiertas, no sólo a 10s·:Cs·
calones inferiores de prolesionales y traba'ja-
dores, sino a toda la comunidad. Hablen de 'esto
.eon sus compañeros de trabajo y con la ad)'ni-
nistración -despierten anunciándolos pOl·~.m­
ticipado 10 que se propone hacerj de esa forma
seguramente responderán desmedidament,;.'
Propaguen sus exigencias mediante volunte
dentro y fuera de la institución, especialmen-
te en las ,áreas más concurridas, por ejemplo,
entradas, cafeterías durante las comidas, la
ofjcina del patrón. Ocupen la oficina del' di-
rector; llamen a ]a prensa, pidan la sección
de asuntos municipales y asegúrense de lla-
mar a la T.V. A menudo sólo amenazar con
puesta y la respuesta 'de la administración
es siempre propaganda' 'para nuestra política.
(::inco personas .con letreros grandes, visibles
y políticamente correctos que marchen aden-
tro o' afuera tienen una tremenda presencia
política. Algunas de las recientes confeten·
cias de las convenciones fueron rotas por sólo
tres o cuatro personas -bastantes para Ilegal'
a los periódico;>s europeos.
Instalen una mesa de literatura radical al
lado o dentro de su lugar de trabajo y/o en
la sala de espera.
Hagan un análisis de' la estructura de poder
73
------,-.~
.: ~~: :. ",
-~~-------
•.
,':
. ~ ['"
o " • .; '1: ~~r'~'
de su' instituci6n y distribúyanlo.Er~ ~~te; palJ
cada hospital tiene en su junta de directores
a alguien que gana miUones con la: guerra y/o
, con la contaminación y/o con los 'inquilinatos
de los barrios bajos. Desenmaseárenlos. Lu·
ehen para liberarse de ellos, no es que esto
. en si mismo resolverá el problema, pero edu·
eará políticamente a la gente. Intenten deli-
near públicamente su relaei6n con' el expan·
sionismo institucional, los sistemas duales y
r ..eiales de servicios, la política racista y se·
xlsta de admisiones. Virtualmente cada has·
pita!, y cada instituci6n educacional tiene it;l-
versiones y acciones en industrias de guerra
y / o en agentes de l:ontaminaci611. Desemnas-
caren estas contradicciones. ( nes estudiantes, en la ,comunidad supuesta·
Ex i jan 1a descentralizaci6n del 'poder, el
control comunitario" de los servicios, control
estudiantil de la edúcaci6n, control obrero del
ambiente laboral, libre admisi6n' y progra-
mas que permitan progresar sin restricciones.
El equipo radical y los pacientes radicales
podrán escribir y distribuir un boletín radio
cal. El equipo del' boletln debería tener una
oficil,a y una extensión telefónica donde pu·
dieran hacerse los contactos con' recién Ilega-
dos y novicios. Soliciten al patrón o a la junta
de directores que les conceda reportajes.,
SI" existe el pe,ligro de ser despedidos y por
lo tanto cada persona debe evaluar los riesgos.
No obstante, si.esto sirve de consuelo, es una:
gran causa la de organizar la ayuda para des.;
pedidos o huelguistas. Desenmascaren la bene·
l 74
-" . ,
i
,
l'
:
1.
volente neutralidad y objetividad de la cien.
cia de su institución local.
Aquellos de ustedes que estén un poco más
clandestinamente orientados, tengan unos mi-
les 'de carteles de 11 pulgadas por 3 que digan
"Libertad' a Ángela Davis" o "Control comu·
nitario de _" (Llenen el hueco con el nombre
de la institución de que se trata) o "El Viet-
eong ha vencido" o cosas similares. Pongan
los carteles' en las paredes interiores y ex ter·
nas. O peguen grandes posters. La leche en
polvo con un poco de agua es un excelente
engrudo.
' Busquen aHados potenciales en personas
que están' en la organización sindical, j6ve·
mente, servida, en prefesionales indiferentcs.
Hagan dos, tres, muchas acciones. Organi.
cen diferentes niveles de inserción política.
Por ejemplo grupos de "concienlizacióh", pa·
ra hombres y mujeres podrían ser una forma
de iniciación más fácil que una sentada oun
piquete. O' comiencen con 'un comité radical
de estudios. Presenten' la historia clínica de
un pacie~te enfatizando los puntos política-
mente relevantes, para concluir en análisis
político y no es psicoanálísis.
Si deciden hacer alguna reunión que tenga
I alguna fuerza política, propagandícenla a'cti-
vamente, asegurándose que el patrón se ente·
re, de modo tal que él (los patrones son casi
!I
siempre "él"), responda. Si una sala de re·
~niones no se consigue, exijan y luclien ,por
~ 75
I
I

conseguirla. Traten' siempre de marcar Hneas
para 'separarse ustedes y su gente del patrón.
Exijan cambios en los servicios y descu-
bran 'sus dcficiencia~. Luchen pal'l:! anteponer
las prioridades en lds servicios a las priorida-
des doccntes y de investigación. lEn los hos-
pitales estatales e instituciones similares tra-
ten.de movilizar al equipo y a los "pacientes"
--crear un frente de liberación de enfermos
mentales, si se quiere. Por ejemplo, en la ma-
yoda ·de los hospita,les estatales, por lo menos
algunos pacientes yacen todo el q1ia en sába-
nas empadadas de orina. Quéjense 'a la admi-
nistración. Volanteen a los pacientes y al
equipo. Hagan reuniones en los pásillos y las
oficinas administrativas e incluso inviten fi-
nalmente a los medios de difusión a una ce-
'remonia de vo1camiento de la drina' en el
escritorio del patróh.
Exijan servicios innovadores, por ejemplo,
atención domiciliada, servicios móviles, ser·
vicios preventivos. Para ver alternativas rea-
les y servicios innovadores, alienten a la gen-
te a que viaje a Cuba, especialmente en la
brigada Venceremos. '' , es miembro del mismo grupo oprimid.o al que
Luchen contra la reclusión involuntaria, sin
un proceso. Integren un movimiento por los
derechos de los pacientes.
Revelen las omisiones en informar adecua-
damente y legalmente a los pacientes (el asi
llamado "consentimiento con información").
Por ejemplo; la'mayoría de los pacientes que
reciben drogas experimentales o están en sao
76
., .-' .
I
) :
. -~
"".~"''>;':'''.''''
las de investigación no tienen una verdadera
comprensión de lo que está pasando o de P9 r
qué están en una sala de investigación y 1"1 0
en una sala corriente o inel uso, en un hospi-
tal. Si los pacientes son sujetos de investig~­
ción debería pagárseles adecuadamente.
Cuando hagan "terapia" sugieran siempre
varias situaciones políticas para. ayudar a los,
"pacientes" a entendérselas con su alienaciÓn
y su opresión. Traten siempre de ayudar a lps
p¡¡.cientes ,a comprender. las causas polítkas
de sus "síntomas". Sugieran a sus pacientes
que trabajen con organizaciones pollticas exis-
tentes, por ejemplo, 'a las mujeres con l el Mo-
vimiento de Liberación de la Mujer; y a todos
con un comité de Defensa de los Panteras
Negras.
Apoyen en todo sentido a todos los sectores
de la pobl'ación, especialmente a los oprimi-
dos por los psiquiatras~ es deci'r, negros, la-
tinos, mujeres, homosexuales, jóvenes, inter-
nos de las prisiones ya todos los qué hacen
algo políticamente relev,ante. Ayuden a con-
seguir la fianza de todo prisionero político,
especialmente' si la prisionera o el prisionero
ustedes pertenecen, por ejemplo, negros, mú-
jeres, homosexuales. En su próxima confe·
rencia habitual, será mejor que alguien pre-
sente un documento en' que se haga teatro de
guerrillas con la demostración de lo que es el
sexismo, en el ambiente "terapéutico". Si us-
tedes son estudiantes de terapia y Se distri-
77
, ,
'
 lIF"
I
I
huyen tests escritos, distribuyan,su propio
contratests, un test que form\:lle' :preguntas
re~lcs, especialmente sobre la institución en la
que están y sobre las instituciones de psiquia.
t los Panteras Negras. Todo niño con un test
tría y psicología.
Estimulen a los pacientes a que hablen entre
sí, a que se ayuden a comprender la naturale.
za' colectiva de sus sintomas. Estimulen cual.
quier otra acción política, aun euando sim.
plemente se trata 'de un grupo de pacientes
que se reúnan para bajar a la confitería ra.
dical ,del lugar o al centro de charlas para
ayudar~e discutiendo temas poHücos.
A
I Como la mayoria ,de los hospitales e insti.
tuciones "privados"" reciben la mayor parte
de sus fondos del p¡ürlmonio público, exijan
que la sala de reuniones del directorio esté
siempre ahierta al público. Exijan que presu·
puestos y contratos estén al alcanc'1'de la ma·
no para su revisió¡:¡. Trabajen con grupos
comunitados que luchen por, el control comu.
nitario..' . ..' .
Exp\mgan las defic,iencias institu¡:ionales y
provoquen situaciones molestas para las ins·
tituciones, oh'eciendo servicios de lok que ellas
Cal'ecen pero que debedan tener. Por ejem.
plo: ' ,',
1. El envenenamiento por pIerna 'es una de
las grandes causas de enfe¡'medad y de retar.
do mental.en los niños de las áreas metropo.
litanas. Vayan al departamento de salud local,
consigan Jos elementos para detectar plomo y
recorran puerta por pue¡·ta los barrios pobres,
78
"
l'
I .
;"
, ,
,.", ..• , ,r,.',_ ,."," .., .',t
;¡'t"t."""'-,;I¡'#I¡"~'" ';:;'''~'-'. ",:~·",''''':,ic!~+~'''¡'''':,;' ,""'i«,,;.~ .•.~
1
especialmente acompañados por grupos cama
positivo de esa intoxicación ·debe ser llevado
al hospital.' Expliquen a' cada familia las cau·
\,,
I
sas por las' cuales van de Pl'erta en puerta, I
qué es la politica de los propietarios de inqui·
linatos, có~'o se produce y cuál es la causa
directa del envenenamiento por plomo y de
enfermedad mental. ¡ '.
2. 'La desnutrició~ es también una de l~~
grandes causas de enfermedad mental 'en los
niños pcbrés. Hagan una encuesta de I nutri·
ción.Róbense una centrifugadora de micro-he-
matoeritos para hacer estudios de anemia por
deficiencia< de hierro corno método para de·
tGrmi'nar desnutrición. ws niños desnytridos ., .
deberán ser enviados a un programa como el
1:
de desayuno de los Panteras Negras ti equi.
valentes. Las madres deberlan ser impulsa-
das a traba'jar con' la organización l<¡eal de
Derechos de Bienestar. La política de comes·
Iji!'
tibies caros' en el ghetto, el sistema de bien. !,:\,
estar y el. racismo, deberían discutirse más !..
que los s[ntomas psiquiátricos. Impulsen a los
médicos de Bienestar Social y/o los del Pro·
grama de Ayuda Médica a que escril;>an rece- ,I, ,
tas de comida. ,"
Cuando se adviertan fallas institucionales, . !
expónganlus públicamente; literalmente exi.
jan un cambio. Las peticiones en sí mismas,
no producen ningún resultado, pero pedirle
¡L. :\
a la gente que firme una:,petición en una mesa
de peticiones estratégicamente ubicada, e~ una
I •
79 \ '1
1,1
'01
 forma inmejorable de comenzar una cOlwer.
sación políticamente relevante. Usen sus Ipre.
nogativas y pl'ivilegi05 profesionales pad in.
íillrarse y educar.
II
l.
Muchos se lamcntan de la naturQleza lsub.
vCl'siva de muchas de e,tas tácticas, especial.
mentc en la~ convenciones. El argument~ es.
grimido es que el desorden viola la lib~rtad
de expresión y de prensa. Nosotros creemos
que cosas tales como la libertad de p~ensa
Jlerten~cen sólo a quien tiene prensa. Lol mis.
mo se, aplica a la libertad de expresi6h; el
que no tiene acceso a los medios de difl1sión,
todo lo que pliede hacer es hablarse a sI ¡nis.
mu. Por eso L'S imporlan te fijar el Hempo de
nuestro desorden antcis de la 1: 00 P.M. para
uoegurnrnos que los medios de dHusión pue.
dan prepararse adecuadamente para la.5 no.
ticias de las seis de la tarde. Como diee fferry
Rubin, si no 10 has. visto en la T.V., 110 ha
oCUl'1'ido. Aseb'Úrense de llevar su propio me.
gúfono ¿uaúdo se 'corte la electricidad del
micrófono. Lleven también preparados
, un ca.
municado de prensa firmado por unaorgani.
zación con un número. telefónico. Ustede~ o su
organización pueden ser invitados entorjces a
programas de radio y T,V" o entrevi~tados
por ¡,. prcnsa para 'un esclarecimientci más
amplio del desbrtlelli
80
L
• f
,/
1:
1\
Si logran ~ontrolar la reunión de una con.
I
vención pueden hacer sil propiarcuni6n, abrir \
un diálogo real y tener' verdaderamente li. !
bertad de expresión. En América, sin este des. t
orden"no puede tener lugar una diseusión I
I
genuina y con sentido en una convención: Con.
viertan la convención en' una r e U ni 6 n de I"
I
educación política. El desorden es' talnbién,
una protesta 'contra elelltismo, el racismo y . I
el sexismo :que abundan,en toda conv~nción ..
profesional, simplemente, len virtud de ser una
convención' de profesionales.
y qué. decir de esas· convenciones y semi.
narios que discuten la 'guerra y el racismo. Es ',"
de una tolerancia represiva tener un "debate"
o un "voto" sobre la guenra o el racismo. Los
americanos blancos no tienen· el derecho de
discutir el destino de los víetnamitaso de los
negros, excepto para determinar cómo dejar-
los en paz." ,.
Hay algu'nas otras razones por las cuales
+
las convenciones y seminarios de salud mental ¡,
deberían ser·perturbados con todo derecho: .
1. Para protestar' por el hecho de que con- l·
i
venciones y seminarios, son: un espectáculo, l'
!
una fachada: PretenderJque lasprofesiories de
salud mental son abiertas, sensibles y'respon.
¡
sables. Por definición,' una profesión es res-
ponsable sólo ante sf misma y por esta sola
debería ser atacada.
2. 'Para protestar contra la ideologfa re.
presiva de la psiquiatría y la ps!cologla que I
es a la vez individualista' y alienante. •
I
EL TEnAPEUTA.~
81
i
"
,
 3. Para producir un laboratorio de la rea- LA TERAPIA RADICAL NECESITA UNA
:.~
lidad que trate realmente la salud mental y TEORIA REVOLUCIONARIA
il ,
".
j, la enfermedad mental. Por ejemplo, muchas
,>
personas en el público ~e enfurecerán mucho Terry 'Kupcrs
más por el desorden que por la guerra. El he-
cho de que alguien pueda responder más in~ .
ten~amente al desorden de una convención Terl'Y KUfJCI'N es lJ,ljif¡uilltm
I'csideJlto el¡ 1" U";l'(n':úiJllfl
que al genocidio es una medida de la demen- /lo' Clllifol'llill ('11 LlI.'j Ji IIvetrl'l
:IJ Ulcdif'U 11/ dillirti A/~
('/1
cial ;opresión de nuestra sociedad. ¡/l'e It 1 j f'O
.• Bl/II(·".IJ'· C!lrlCl'
4. Para poner fuera de la ley,. desmisti- del ¡H/rUdo Plllltel'ft,e¡ Ne-
al'//8,
ticar y despro;esionalizar las instituciones de
salud mental, en de[initiva, todos pueden in·
tervenir en un desorden. Una vez un paciente objetó a Freud: "Us-
'.i
"",' 5. Por último, y en algún aspecto lo más· ted mismo me dice que mi enfermedad e,stá
importante, es el rol de la aceión ejemplar. probablemente relacionada con mis circuns-
Con. todos nuestros privilegios de blancos, lo· tancias y los acontecimientos de mi vida. Pero
menos que podemos hacer es convertirnos en usted no puede modificarlos en ferma alguna.
ejemplo de blancos en rebelión. Entonces, ¿cómo se propone ayudarme?" Re-
cibió esta j'espuesta: ", ..Se ganará mucho si
tenemos éxito en 'transi'ormar su afJic~ión his~
térica en, una desdicha común. Una vez que
~e haya restaurado la salud en su vida· men-
tal, usted se encontrará mejor armado para
hacer frente a esa desdicha". I La tendencia ·de
la psiquiatría a pcrmanecer por encima de las
realidades sociales y concentrarse tan sólo ,en
Utransformar aflicciones histéricas" está sien·
do desafiada por un número creciente de te-
rapeutas radicales, cuyo objetivo es cambiar
también eias Hcircunstancias" por la práctica
revolucionaria.
I L. S. Frcud y J, Brcucr, Stlldics 011 IJyslcI'¡(/, Ncw
York: Avon Books, 1966, n, 351,

83
....3!Illtt;;:... ..._
l ,
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1\

'?1' .• '
 .": ~
Por desgracia, muchos de estos intentos se
dcoarrollan en una área donde se incluyen
¡as luchas soci"les y se h"cen experimentos
con mod"lidades terapéuticas, pero ninguna
síntesis teórica da sentido o claridad a uno u
otro esfuerzo. La finalidad de esta contribu-
ciónserá examinar las posibilidades de enfo-
car la enfermedad mental individual y la te-
rapia desde una perspectiva marxista que
b,lIscn una praxis unificada y revolucionaria
para los terapeutas radicales. Esto deberá in.
cluil' una crítica de los enfoques de muchos
revisores e impugnadores de Freud, una re·
\'bión y una mctodología para crilicar, apren·
del' y recmplazar la psiquiatría burgüesa y un
intento de usar algunas observaciones clíni.
e"s para mejorar y dirigir un enfoque seme-
janle. ..
Hay muchos intentos de revisar la teoría
freudiana de la neurosis, esencialmente indi-
vidualista, en forma tal que pudiera incluir
la comprensión y las soluciqnes de apremian-
tes problemás sociales. A menudo, estas re-
visiones ven como inadecuado el biologismo/
psicologismo de Freud, pero siguen tan sólo
",;adicndo variables de la realidad y factores
socialcs sin confrontar las falacias básicas en
el modelo frcudiano (Erikson, Horncy, etc.).
Desafort¡.madamente, los intentos de muchos
tel'apeutas radicales han llevado a una teoría
igualmentc fragmentada porque intentan ha-
cer compatible S4 concepción del individuo
con su análisis revolucionario de lá sociedad,
84
"".•. ,.'.,,'~
,
y terminan en fraccionamicnto más que"en
integración.,
Herbert Marcuse ocñala algunas fala",!ias
notables en los intentos de Tromm, Horr¡ey,
Sullivan y ob'os revisores de Freud.'· Mues.
tra como sus teorías, al intentar que el iMdi-
viduo logre el control de su ambiente, ter-
minan realmente en una concepción di< la
personalidad demasiado maleable, más "[cli.
ma que modcladora de las fuerzas soeiales.
La critica de Marcuse a las falacias y supcr-
ficialidades d e los neofreudianos es ag\ida,
pero él mismo nunca critica los más básicos
y falsos presupuestos de Frcuu, tales como
la teería del instinto que Freud articulara pa·
ra explicar y excusar el inmovilismo en la
dominación de clases. Marcuse parece accptar
las ilusiones burguesas de Freud sin un cies-
arrollo real de su prucba, tal vcz por temor
a que criticándolas pudiera terminar en algo
menos pnrecido n un Il an{llisis profundo". Ya
sea que s~ acepte a Freud después de una re-
visión o que se 10 rechace y se lo reemplace
por completo, muchos intentos de la terapia
¡',adical fallan al desarrollar un ,modclo que
integre la terapia con la lucha revolucionaria.
, Roger Gal'audy, al discutir una metodolo-
gía mcdiante la cual un marxista pueda exa-
minar la realidad, dice: "En nuestras repre-
s~ntaciones científicas del mundo encontra·
mos que 'se está volviendo más y más difícil
:! 11. Mlll'CU¡:;C, El'Ox "lid 'C;l'itbltioll, l'\C'w. tOl'k;
Villtagc llooks, 1955, E¡lilugo.
85

y que ~n definitiva J'e~ultará imposible, se,
parar l,,,dicalmente el oqjeto que ~ería la cosa
• en si l1lisma. sin nosotras, y el cqnocimiento
que tenemos de ella, Las leyes científicas no
son copia de nada; son construcciones de
nuestra mente, siempre ,aproximativas y pro-
visionales, que nos permiten comprender una
realidad que nosotros no hemos ,creado y sólo
la pníctica, el cxpel'imento metódico, pueden
't
garantizarnos que nuestros modelos corres-
ponden en algún grado a su estructura, que
desde cierto punto de vista son por lo menos
«isomorfos»" .;1
•l'¡
Freud, por cierto; constru·yó un modelo'
"aproximativo y provisional" del individuo,
pero los problemas surgen de un ",cierto puno
to dc vista" (el de la' burguesía vienes¡l), Por
esto Freud a la vez fue influenciado y contri.
buyó a la "ideología burguesa", Marx desdri.
be a la ideología'como "falsa 'conciencia"
(desde entonces, la palabra ideología ha pero
dido su sentido específico y ha sido definida
en el lenguaje común como un sistema de
ideas), La clase capitalista usa esa falsa con·
ciencia, .tanto como Ia fuerza, para prevenir
su propio derrocamiento. En la medida en que
las masas conciben la realidad en forma dis-
torsionada, no comprenderá que sólo la revo·'
lución puede cOllvenir a sus intereses reales,
La televisión, la radio y la propaganda, extien·
den esta falsa conciencia cuando desarrollan
:1 R. GUI'audy. Murxhnn. in tllC: Tu:c!ll~ieth
NolV York: Ch.rl". Scribnol"s Sons, 1970, p, 62,
8G
Íi...
" ~ ',,;,."'. é'~' '~"":'~'~" .,,- c ' ,,,,'" " ' " "-.•'~""
i' , I l . .
en las mentes del ,público ideal' ,tales ,collJ,0
el :'consumo oste¡ltflsQ (T.V, , en color, auto-
móviles ,nuevos, etc,) es algo ,bueno" ,o "los
cowboys y los soldlldos blan~os son bllcnos
mientras .los indios (léase; los puel~los del
tercer mundo) son el'¡vajes y' debe¡:ianser
masacrados", Esta ideología dominante ha, si.
do infundida en tcdos nosotros para topa'
nuestra vida, Es la distorsión de la realidad
necesaria para que ,en'este pais l1luchos aéep-
ten la verdad de la guerra contra "ellos" en
Vkt-Nam o los ataq\les genocidas de la poli.
cía contra "ellos" en' nuest¡'os [lhettos y bao
rios' y sentir que eeto es "lo mejor pam ,la
democrac~a". ' .
;El sistema capitalista no ha tenido, ningún
inconveniente real en aceptar ]¡lS contrihucio-
nes de Freud como parte de lu "ideología do-
minante", La influencia de Freud en hacer
que la gente vea sus problemus como· emana-
dos en su mayor parte de conflictos internos
"
más que de una ~ociedad opresiva y explo-
"
tadora, es precisamente un t!jemplo de cómO I
esta "falsa conciencia" puede disuadir a lbs I
que amenazan el statu qua sociaL De hcchb,
el tratamiento que Frcud propin¡¡ a las mU-
I
jeres es. un ejemplo perfecto de la ·manei'a
como, dentro de eeta ideología del sistema,
fe ha construido una distorsión o ilusión ne- ,i
cesaria para mantener un sistema de domi-
nación de la mayol'Ía por la minoría. La ilú-
CCtlltlt1'Y,
• En español en el oric-inal (N. del T.) •
87
,'o' "'lC'j)';', ,/
"",'

slon es que el estado de cosas que ahora
vemos es natural, inevitable e incambiable.
Semejante ilusión es necesaria para disuadir
a la mayoría de movilizarse para cambiar
el sistema. Freud construye esta Husión en
su teoría. Cuando observa que las mujeres
ocupan una posición inferior y'dominada en
la sociedad, asume que esto es natural y siem-
p~e será así, por eso recurre a conceptos tales
como","envidia del pene" para e~plicar la n a - l i i a r cl ambicntc; a n iv e l ideológico pl}cde
tur¡¡I!!za inevitable de esta inferioridad.
Es ,muy fácil, pues, rechazar las contribu-
cionQs de Freud mecánicamente como muchos
• hacen en la izquierda, por ser una "defensa
de las clases dominantes". Este enfoque, no
obstante, omite reconocer que las ideologías
a la vez distorsionan y reflejan la realidad.
Hay un núcleo de :verdad en la "represen-
tación cientlfica del mundo" de' una ideolo-
gia burguesa a pesar de sus "ciertos puntos
de vista" y sus dist<:>rsiones. Serlann gran de-
rroche si todas las observaciones, y contribu-
ciones de ochenta años de psiqu·iatrla fueran
rechazadas sin ser enterameni:'e evaluadas
para determinar qué experiencias y reflexio-
nes correctas sobre.la realidad 'pl,leden incor-
porarse en un modelo terapéutico marxista
o radical., ,'"
Para esto, el modelo freudiano debe ser exa-
minado y criticado a diversos niveles: a nivel
L
sociológico (por ejemplo, quién es tratado,'
cuánto se. le cobra), a nivel técnico' (el psi-
}
,,,"'11,,. "mo ''',pl,). , "'~1 id"16,l". Y ~l" ",~" , 1,
88
~
"
.1 2 1
.,
a' nivel teórico. Ejemplos de crlllcas al .i'ho-
delo freudiano 'en cada uno de :esos nivcJes
incluyen'::' a nivel sociológico, que el 'ánálisis
puede ser una' interacción que' consu'ml; el
tiempo de tinos pocos profesionales privilc-
giados c'on unos pocos clientes adinerodosj' 'a
nivel téc'nico, puede fOmentar la introspcc~ión
y un excesivo cuestionarse como alternatiya a
1~ expresión de 'la ira Y' a la acción para cam-
hacer poco caso dc las condicioncs sociales
" que fomentan la inquietud cuando atribuy'en
la causa ,de los movimientos rcvolueionarios
a una "regresión" 'al estadio de la' época de
las pataletas (Bettelhcim) o la rebelión cdí-
pica; a nivel tcórico, C5 estático y lleva a un
examen histórico que 90ntcmpla cl status in-
feriar de la mujer o la violencia o la familia
monogá~ica como inherentes a la especie hu-
mana mó's que 'como productos de urf periodo
particular y de relaciones sociales concrelas
que pueden ser cambiadas conscicntemente.
A 'más d~ plantearse éstas y otras críticas 'en.
,este nivel debe verse ,que los niveles se inte-
rrelacionan. El'hecho de que el análisis sea'
pr'acticado prinCipalmente en lugares como
Beverly HiIls (nivel sociológico) no carece' de
relación con el' hecho de que el modelo ana·
lítico ve a la naturaleza humana como está-
tica (nivel teórico: desde que es estática no
h~y necesidad de tratar de cnmbial' las, con-
dlciones específicas de opresión). Ambos ni-
",,"d,d d, I""P~'"" ,1
89
i
 ),
stattI qUQ y encajan perfectamente en la ;deo-,
logía dominante. Así, practi~ar el ar,,~lisis en
un ghetto no cam1:J:ada las distorsiones bási·
cas en la teoría. "
Se: requiere tanto el examen del modelo
freudiano en 'todos' estos niveles como el del
modelo que lo sustituye. La terapia radical
no puede sustituirlo como práctica sin desa.
rrollár una teoríaalternatíva. Una tendencia
a hacerlo se ve al reemplazar la 'práctica del
"anáBsis freudiano't por la práctica del "aná·
lisis transaccional" y llamar al resultado "te.
rapia radical". Esto no equivale 'a decir que
el análisis transaccional no pueda llegar a ofre·
'cer algunas alternativas positivas. Más bien,
el cambio de práctica, sin debida considera.
ción a la teorla subyacente, termina a menu·
do en un análisis superficial ó "pragmatis.
mo". El pragmatismo ha sido durante largo
tiempo un puntal' metodológico del capitalis-
mo, porque mediante su aplicación positivista
de la realidad tiende a impedir .la' comprensión .
de los fenómenos "desde la raíi:.". Otro pro-
blema es que incluso, los terapeutas radicales,
especialmente aquéllos povenientesde la cia-
se media, no puedl!n estar enteramente libres
de las distorsiones burguesas emanadas del
':ciertóptinto de vista" o la ideología, impues- ,
tos 'con los que han crecido y 'viven. Estas
distorsiones no pueden ser superadas entera·
mente por una elección reciente y consciente
de aceptar una visión del mundo revoluciona·
ria o proletaria. I asir finalmente al "elefante completo': y', como
l
. 'j !.
00
...
"
"
,<::,,<: .:,
'.,\",!"i:~ oc'''. '''' .' ~ ,,',
I
¿Cómo puede examinarse esta realidad fu-
gaz con toda exactitud posible para que el me·
jor "isomorfismo" se desarrolle conduciendo
a la mejor comprensión de las prioridades del
cambio? podría ayudar la revisión de una vie.
ja fábula: que dice algo asl: tres ciegos "des·
cubren" al elefante. Uno rodea con sus brazos
una pata y describe 'al elefante como "un
enorme' tronco de árbol". Otro siente el coso
tado del animal y lo describe como un muro
cálido y sólido. El tercero le tira de la trompa
y termina salpicado por el irritado animal al
que describe como algo semejante a una du-
cha. Si comparamos por un momento al ele-
fante cón la realidad, es como si todos nos-
otros viéramos problemas en el mundo real
que necesitan el cambio, pero todos vemos la
realidad en: forma diferente desde nuestros
distintos puntos de vista. Nuestra extracción
de clase, nuestras detetminadas experiencias,
y la abrumadora complejidad de la realidad
misma' nos impiden ver el "elefante comple-
to", y establecer aslprioridades eficac~s para
un cambio' significativo: Por eso, como, tera·
peutas radicales, estamos contentos de' des-
arrollar 'nuevos rasgos de la terapia y foro
mas esporádicas de participación en las luchas
de masas, y reconocemos que los males socia-
les influyen en la salud mental sin que esté
nunca completamente en claro cómo ni por
qué.
Karl Marx desarrolló la metodollDgí.i para
91
" ._...L ~ _
,..,.,'' ' .
. '"le',

~
prender al individuo, sea horribre o mujer, y
su relación con la sociedad -el materialismo
dialéctico y el materialismo histórico. Según
l' él: "Los hombres en la producción social
qua. practican enti'an en determinadas rela"
ciones que son imprcscindibles e: independien-
tes ·,de sus, deseos; .estas relaciones de pro-
ducción ~orre'sponden a un' determinado
esladio del desarrollo de sus fuerzas materia~
les, d e producción. L a s u m a total de estas
reiaciones de producción constituyen la es'
tructura económioa de la soci~dad -el fun'.
damento real sobrc el que reposan las su;
pereslructuras legales y políticas y al que
corresponden determinadas formas de con"
ciencia social. .....:.'" Al concebir las institu"
ciones y l¡ls terapias de salud mental comora;
mificaciones superestructurales de la basé
económica, los cambios pueden realizarse sin
expeclativas distorsionadas de las implicacio'
nes revolucionarias que puedan tener. Pro;
ducirán ciertos efectos, como señaló Enge ls :
"El desarrollo político, legal, filosófico, reli"
gioso, literario y artístico (y nosotros podría~
mos ~ñadir psiquiátrico) de~cansa sobre el
económico. Pero todos reaccionan unos sobre
olros y sobre la base económica.. No es el caso
que la situación económica sea' ,Ía única causa
activa y todo lo demás sólo un: efecto pasivo.,
Hay una interacción recíproca dentro de una
¡ fundamental necesidad económica que en úl"
.f: tc Marx, Prefació de Cl'itii]lIe 01 Polilical
mU,1 1859.
E('ollo~
L 92
:, 1
• l'
l')
l' ",',''''''.',r.'';
tIma instancia sicmpre hacc valer sus d'!fe-
chos",r.
'En la medida eri que seamos conscientes,
entonces,' de las ilusioncs y distorsioncs de la
psiquiatrla y de la forma en que ésta se.ore-
laciona cbn una concepción tolal de la socie-
dad y la revolución, podemos aprcnder mucho
de sus observaciones. El concepto de deter.
minismo físico es una imporlante refle>;ión
'sobre la 'realidad -dc que lada conducta 'está
ordenada y sigue leyes inteligiblcs €n lugar
de ser azarosa y accidental-. El concept(, de
la distorsión transfcritla es de igual impar.
tancia "';las percepciomes presentes están ,dis-
torsionadas por los recuerdos de las experien-
cias pasadas-o El uso de conceplospsiquiñtri-
cos como éstos ha llevado a profundos cohoci·
mientas sobre los trabajos de la mehte en la
salud y en la enfermedad. Como ejemplos
siguen tres observacianes sobre la p,sicosis:
1) Es bien sabido que un sujeto, en un
experimento que 'soporte una privación sen·
sorial casi completa, pronto experimenta' erro-
res y alucinaciones." '1
2) Igualmente, a menudo una persona grao
vemente quemada que está inmovilizada por
completo y atada a una cama ~utomálic~ con
r. l". Enge}s, "Lctlcr to Stnrkenhcrq. Jnnunry 25,
1H94"¡ MtlI·.I.~ElIgr.ls Srlcrtcd C:0,./,CS1JOJIf/rllcc" Ncw
Yol'1<: Inlernallonal Publi.hcr., 1936. p, 516,
oS. Frccdman, "ScnslJI'y Dcpl'lvutlon: Fa-cts ln
SMrch or a Thcory", JOUJ')W1R 01 NeJ'I'DIl8 ({lid Mental
Di.e".., Vol. 132, enero 1961. pp. 17·21.
93
I
 todas sus necesidades atendidas por el perso- mentales' sanas versus f\lnciones mentalt~s psi-
nal del hospital, desarrolla en seguida un epi. cóticas. Estos tres ejemplos concrctos no ,,610
sodió psicótico. . dem\lestran les importantes reflejos de la rea-
3) Interpretaciones e información compila. lidad q\lC acompañan las distorsiones de una
das al examinar distorsiones transferidas, ~n ideologíabm'guesa, sino· que coinciden nota-
individuos paranoicos, conducen a entender blemente con algunas afirmaciones de Marx
lo mejor posible su experiencia y la postura y Engels. "
paranoica hacia su ambiente resulta más o Marx no desarrolló una tepría del individuo
menos la siguiente: "soy el centro de algo que tan completa como hubiéramos querido por
está pasando. No 'sé que está pasando. Los de las exigencias de la lucha revoluc',onaria ,que
p afuera, los otros, no sólo comprenden lo que reclamaban su concentración sobre los fenó-
está pasando sino que tienen ef control y s.on mellaS sociales. Esto no significa 'que la mcto-
la causa. Ellos deben controlarlo desde que dología que él desarrolló no pueda ser usada
yo 'no puedo controlar lo que me ocurre. Me por otros para perfeccionar nuestra compren-
están castigando por alguna razón descono- sión del individuo y el funciona'mieillo de la
cida. No tengo ningún poder. Sólo puedo con- mente. Marx señaló que el conocimiento de
jeturar lo que se espera de mí y espero des- la naturaleza o del ambiente sólo puede venir
cubrirlo a tiempo para evitar más. castigo". de la actuación del hombre sobre él y en pala-
Esta selección de algunas de las fantasías .de bras de Engels,· "Sólo· a través de la actividad
personas con distorsiones paranoicas tiene ob-· del hombre puede realizarse la prueba de la
vio sentido y deriVación dinámicos y genéti- causalidad".' Entonces, en SU trabajo sobre
cos. Aqui sólo se lo considerará como ayuda la alienación, Marx mostró que el hombre
en desarroJlar la metodología bajo estudio. bajo el capitalismo ha sido privado 'de la ca-
Estas tres observaciones de la experiencia pacidad· de al' i e n ta l' s u propia existencia.
"psicótica" tiene'n ciertos elementos comunes. Mientras el hombre como productor ind~pen­
HaY\lna sola falla o una disociación en con- diente orientaba una vez SU lucha paraltras.
seguir información correcta del ambiente, ha- cender la naturaleza a través de su trabajo. el
capitalismo conduce a su alienación al prqduc-
,
,,
bilidad deficiente para act\lar sobre ese am-
biente e interactuar en relación al mismo y to de su trabajo, luego del proceso doí' tra·
probablemente el referido sentido de falta de bajo, luego de su especie y finalmente de'
':1
poder y control· por varias y desconocidas los otros hombres (y mujeres .,...Marx sietnpre
fuerzas externas. Así, la información y control ., F. Eng-cls, Di(¡lerticR pI NI/tI/re, Ncw York: Jntcr·
del ambiente parecen relacionarse a f\lnciones n.lianal Puilllshors, 1940, p. 171.

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94
95

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 , ' ,,,.;
·, ..... ,'..
hablaba del hombre genéricamente-l. Desde
que el hombre ya no es dueño del producto
de su trabajo pero lo'confronta como un objeto
ajeno y reificado, ve m o s "la relación del
obrcro con el producto del trabajo como un
objeto ajcno que ejerce' poder sobre él. Está
relación cs al mismo tiempo la relación con
el mundo externo sensorial, con los objetos
de la naturaleza, como un mundo hostilmente
opuesto a él".' Aunque esta afirmación a
grandes rasgos sobre el concepto de aliena-
ción en Mnrx es, todo lo que el espacio per,
mite, está c!nro que Marx relacionaba los sen-
limientos objetivos de despersonalización, de-
sesperación e impotencia a la explotación del
obrero en función de la ganancia en una so-
ciedad capitalista. Marx captó 'así los senti-
mientos de despersonalización y e'najenación
eJe cada indivíduo y más que Vetlo como in-
evitoqle a la "condición humana" eh la solita.
ria batalla de cada uno, dio sentido social
y esperanza colectiva a.la trascendencia his.
tórica de lo que la ideología burguesa (por
ejemplo, el existencialismol considera como
dcstino del hombre. Tal vez lá enfermedad
mental pueda verse bajo la misma tuz.
El COncepto de Marx, de que es necesario,
actuar sobre el ambiente para conocerlo, pa-'
rece un paralelo al caso del paciente qUema-
do incapacitado e inmóvil o del sujeto privado
~ !,. Mnrx, ¡B('ol/omir: und Philo.'WIJ1';r. MmuLsr:l'ipts
01 J8H. N'('w YOl'k:··lntcrnationnl PUblisl1crs. 1964, p,
111.
96
.,
.'
"
de sensorialidad' 'que probableme'nte desea S3:
ber, e interactuar mús ,que convertirs~ en un
psic6tico. ,El desarrollo delesludio ,de la alie,.
nación de los t~abajadores hecho por' Marx.
también parec,e paralelo al sentimiento sub-
jetivo "desvalido-mái'lipuladc:i" del indi~idu'()
paranoico. ¿Qué significan estos paralclos? T;{i¡l
sedeben,:a coincid eJ:1cias. El individuo como
individuo y el,individuo como parte de la g'.
ciedad experimentan ",1 mismo mundo real.
Todo fenómeno qUe ,ocurre en el dominio so·
cia) tendrá efecto en el dominio individual y
viceversa. Marx describió un aspecto d,e esta
compleja interrelación cuando dijo "la esen-
ci,a humana es ,el conjunto de las r~lacionés
sociales". Describió, otro aspecto cuando dijo,
"la doctrina,materialista scgún la cual I()s
hombres son producto de las circunstancias y
la 'educací'ón y ¡le q'ue, por' lo tanto, los horn-
b~es distihtos son producto de otras ci'rcuns-
tapcias y,' otra' educación, ol"ida que' esas cir-
eunstanFia~ so~: cambiadas precisamente por
lo~, hon¡bres' y queeI'educador mismo debe
ser educado".", El primer aspecto es utillzapo
m~cáni~amente'por ~Igunos que dicen "el ca-
pitallmlo es el origen de la enfermedad men-
tal y el ~ociali~mo la curará". El segundo es
subrayado desproporcionalmente por Freud,
quien ve la evolución de la civilización como
la lucha "entre'el instinto de vida y el.instinlo
11 K. Marx, IOTI1('\~cs nn F(,ucl'!Jnch", en FCHc,'!Jurh
por En~cls, Ncw York: Intcrnullonal Puhlishcl'S, 19H.
p. 83.
fiLo.. TI·:nAN:1IT,\.-7
97
 "

de muerte según se va desarrollando en la inmensa. Una' teoría unificada de la sociedad

espe~ie humana".'" La distorsión unilateral y el individuo no debe perder profundidad u
de esta relación cfectuada por Freud provie. hondura al estudi¡¡r a cada uno y sin embar.
ne de su punto de vista burgués, desde el cual go, no puede meZel¡¡l' los dos estudios. El' te·
( desarrolla sólo Íl'agmentos de I1n isomorfis· rapeuta radical debe tratar de' entender, las
mo tata!' de la realidad. El método dialéctico ilusiones y distorsiones burguesas en este cam-
de Marx debería conducir a uná comprensión

¡
po ya que él o ella probablemente provienen
. menos distorsional:la de la relación entre' la del miSlno nivel de experiencias que crea esas
sociedad y el individuo en los casos de psico. ilusiones. La relación enü'e la sociedad y la
sls. Se necesitan efectuar más trabajos para dominación de clase con la' enfcrmedad rnftn-
dilucidar una comprensión microscópica de tal de be comprenderse sin obstaculizar' los
esas relaciones, pero parece claro que sería mejores esfuerzos para mitigar el sufrimien-
excesivamente dificultoso terminar con la pa· to mental en cada momento y en la perspec·
.' r¡jnoia en un sistema social que 'garantiza que
"objetos extraños ejerzan poder sobre" ellra·
tiva del cambio revolucionario' de la sociedad.
Los terapeutas radicales deben desarrollar
bajador (alienación),' Así, una' solución con pna teoría del hombre y una práctica de la
sentido a los problemas de la. salud mental terapia integrándolas en prioridades y en la
sólo puede ocurrir potencialmente después de praxis de la revolución. Sólo una terapia ra-
la revolución, cuando, como' dice Marx, "la dical basada en la weltan schaung marxista
libertad no puede 'consistir en otra cosa que puede cumplir todas 'estas tareas. :Ca concep·"
1 en el hecho de qué el hombre socializado, los eión limitada de Freud de la inevitable "des·
. produétos asociados, regulan' su' intercambio
il con la naturaleza 'racionalmente, lo someten
dicha" del hombre, debe reemplazarse por la
" tesis de Marx, "los filósofos" (¿y los psiqula.
\'
1, al control humano; en lugar de ser gobernados
i tras?) "han interpretado el mundo de diver.
por él como por u'n poder ciego"," (Ver Mar. sas formas; la cuestión sin embargo, es tfans-
:1
xism and the Human Individua! de Adam
¡ Schaff para una discusión de la alienación
formarlo". "
~ posrevolucionaria) .
¡
I 'La tarea para los terapeutas .radicales es

10 S. Frcud, Oil"ili~(~tion eOld. lts Discontenta, Ncw

York: Nc)rton &.. Compnny, 1961. p. 69.
" J(, Marx. El el/pi/ul. Ncw York: Intcmatlonn! ,
Puulishcl'N, 1967.. Vol. 3, p. 954. r 121 K.IMarx "Thcscs ort Fcucrbach", ibCd:

98 I 99

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