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EL IMPERIO CAROLINGIO

Fue el Imperio de Carlomagno o Carlos el Magno, el cual produjo un verdadero renacimiento de la


época. Los elementos procedentes del Cristianismo, del mundo bárbaro y de la cultura greco-
romana se entremezclaron para dar origen a nuestra actual cultura occidental.

Ante la decadencia de los reyes, los nobles se convirtieron en los verdaderos detentores del poder.
Ellos recibieron el título de mayordomos de palacio. A principios del siglo VII, los mayordomos de
Austrasia, de la familia Heristal, obtuvieron supremacía.

A esta familia perteneció Carlos Martel, quien detuvo el avance de los árabes en la batalla de Poitiers
(Francia, 732), y su hijo Pipino, el Breve, que destronó al último de los reyes merovingios el año 751,
unió nuevamente el reino y se coronó rey de los francos. Entonces concluyó la dinastía de los
merovingios y se inició la dinastía carolingia. Dentro de esta familia nació Carlomagno, el primer rey
germano que intentó reconstruir el Imperio Romano de Occidente.

El Rey Carlomagno

En el año 768, Pipino dividió su reino entre sus hijos Carlos y Carlomán. Sin embargo, tres años
después, esté último murió y Carlos heredó la totalidad del reino.

El nuevo rey franco fue conocido como Carlomagno que significa Carlos el Grande y fue uno de los
monarcas de mayor prestigio de la Europa medieval.

El renacimiento del Imperio Romano

Al llegar al trono, Carlomagno se propuso restaurar la unidad política del Imperio Romano y
consolidar el cristianismo en Europa. Para lograrlo, sometió a los sajones (772-804), que habitaban
en el norte de Alemania, hasta convertirlos al cristianismo.

Al mismo tiempo exterminó a los ávaros, pueblo de origen mongol que amenazaba la zona de
Baviera, Alemania.

Paralelamente, por el sur, se apoderó del reino de los lombardos en Italian (774 d.C.), pues éstos
hostilizaban al Papa, y llegó a cruzar los Pirineos, incursionando con poco éxito en la España
musulmana (778).

Con estas conquistas, Carlomagno creó un amplio imperio que se extendía desde el Atlántico al río
Elba y desde el mar Báltico a España e Italia. Entonces, el Papa León III lo coronó emperador en la
Navidad del año 800. De esta manera nació el Imperio Carolingio y Carlomagno se convirtió en el
brazo armado de la Iglesia.

El renacimiento Carolingio

Otros elementos de la dominación política de Carlomagno fue la cultura. En esos tiempos era difícil
encontrar a alguien que supiera leer y escribir: el propio Carlomagno era analfabeto.

Por esta razón, el emperador impulsó la apertura de escuelas para la formación de funcionarios
públicos y religiosos. Una de ellas fue la famosa Escuela Palatina, que funcionaba en Aquisgrán y que
se destinó a la instrucción de los futuros funcionarios del estado.

También se fundaron escuelas en las iglesias y en los monasterios, que llegaron a conformar
importantes bibliotecas, en las cuales el mundo occidental conservó una gran parte de la tradición
cultural latina.
La Escuela Palatina de Aquisgrán

Para llevar a cabo su empresa cultural, Carlomagno reunió en la Escuela Palatina de Aquisgrán a los
hombres más sabios de la época: el historiador y teólogo anglosajón Alcuino, el poeta español
Teodulfo, los historiadores Eginardo y Pedro Diácono y el teólogo Rábano Mauro.

Ellos enseñaron las llamadas artes liberales formadas por Trívium (gramática, retórica y dialéctica) y
el Quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía). Estas disciplinas se convirtieron en la
base de todo el saber medieval.
IMPERIO ÁRABE, ISLÁMICO

El nacimiento del islam

En el año 570 d.C. nació en la Meca, Mahoma, comenzó a predicar a partir del año 610, una nueva
religión. Esta religión reconocía la existencia de un único dios: Alá.

En el año 622 lo obligaron a huir a la ciudad de Yatrib, que luego se llamó Medina. A esta huida se le
conoce como la Hégira y con ella se inició la era islámica: los años árabes se cuentan a partir de esa
fecha.

Poco tiempo después, Mahoma reclutó un ejercito y conquistó la Meca (año 630). Entonces, la
mayor parte de los ciudadanos abrazaron el islamismo. Dos años más tarde Mahoma murió; sin
embargo, toda Arabia quedó unida por su doctrina.

La doctrina predicada por Mahoma es el Islam, que en árabe quiere decir sumisión a Dios, y sus
seguidores se llaman musulmanes. El Islam es una doctrina sencilla, cuyo dogma principal es la fe en
un solo Dios, del que Mahoma es su profeta.

Formación del imperio árabe

El Islam tuvo una rápida expansión militar entre los siglos VII y VIII. A la muerte de Mahoma, la
dirección del Islam fue ejercida por los califas o sucesores de Mahoma. Los primeros califas,
denominados ortodoxos, fueron elegidos entre los parientes del profeta. Bajo su mandato la capital
fue la ciudad de Medina y los musulmanes se apoderaron del norte de África, Siria, Palestina y el
Imperio Persa.

Tras la muerte del califa Alí (año 661), los musulmanes conquistaron Marruecos y la Península
Ibérica. Por el este se extendieron hasta el río Indo y el Turquestán.

A mediados del siglo VIII, después de cruentas luchas, la familia de los Abasidas desplazó a los
Omeyas y traslado la capital del califato a Bagdad.

A partir del siglo X, el Islam sufrió un proceso de desintegración político debido a conflictos
religiosos, al surgimiento de dinastías regionales independientes en España, en Marruecos y en
Egipto y a las invasiones de turcos y mongoles.

La Economía de la Cultura Árabe

El comercio fue el principal factor de unidad que vinculó al Imperio árabe. A partir del siglo VIII, los
musulmanes dominaron las rutas marítimas del Mediterráneo y del océano Índico, con su
prolongación al Mar Rojo y al Golfo Pérsico. También controlaron las principales rutas terrestres de
África y de Asia.

De esta manera, los árabes acapararon las mercancías más preciadas: las especies de Asia oriental,
las piedras preciosas de la India, la seda de la China y el oro y el marfil de Sudán. Disponían, además,
de la mejor flota de su época y de los puertos más activos.

El uso de una moneda propia, el dinar de oro, independizó a los árabes de la economía bizantina. Por
otra parte, para evitar llevar numerosos sacos de moneda, los musulmanes idearon dos nuevas
formas de pago: la letra de cambio y el cheque.

Cultura Árabe
La cultura Árabe asimiló distintas culturas, de los pueblos sometidos (persas, indios, chinos) y
clásicos-helenísticos (recogidos de Bizancio). Aportaron su propia mentalidad, impregnada por su
religión y su lengua, que se convirtió en la expresión universal de su civilización, pues todos los
países conquistados adoptaron el árabe.

Gracias a las traducciones de los árabes, los europeos volvieron a encontrarse con las viejas raíces de
su civilización, pero también se beneficiaron con los nuevos aportes que traían los musulmanes.

Así ocurrió con el uso de la pólvora, el papel y la brújula, que habían aprendido de los chinos.
Apasionados por la alquimia, los científicos musulmanes descubrieron el alcohol, la potasa y el ácido
sulfúrico entre otros materiales más.

Médicos como Rhazes y Avicena impulsaron notablemente esta ciencia. Lo mismo ocurrió con la
geografía y la astronomía. Los árabes aportaron a la matemática el sistema de numeración basado
en el cero, y el álgebra.

Esencial fue también, el desarrollo que los pensadores como Averroes dieron a la filosofía, y la
difusión del pensamiento de Aristóteles, que fue el autor más leído por los árabes.

Por otro lado, su literatura fue brillante. Influidos por la lndia, cultivaron con entusiasmo la narración
corta y los cuentos. Un excelente ejemplo de esto son los relatos de Las mil y una noches, escritos en
prosa y basados en historias y leyendas de origen persa o hindú.
IMPERIO ROMANO DE ORIENTE: IMPERIO BIZANTINO

El Imperio Romano de Oriente o también llamado Imperio Bizantino, se originó en el año 395 d.C.
cuando el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos: Oriente y Occidente.

A diferencia del Imperio Romano de Occidente, que fue destruido por los germanos en el año 476
d.C., el Imperio Bizantino logró sobrevivir a la amenaza germánica. Por eso perduró por casi diez
siglos, hasta el año 1453 en el que los turcos otomanos ocuparon su capital, Constantinopla.

A lo largo de diez siglos, los bizantinos, que eran en realidad una pluralidad de pueblos, lograron
fusionar la cultura de los griegos y romanos, los elementos religiosos de cristianos y paganos y las
costumbres occidentales y orientales. De esta manera conservaron los aportes culturales de la
antigüedad y los re-elaboraron bajo nuevas formas.

Aunque hablaban griegos, los bizantinos se llamaban así mismos romanos, pues consideraban
herederos de este antiguo imperio. Por eso a Constantinopla se le conocía también como la nueva
Roma

1. CONSTANTINOPLA

Actualmente esta ciudad no existe con este nombre, hoy en día esta antigua ciudad se llama
Estambul.

Fue construida por el emperador Constantino en el año 330, se construyó sobre la antigua ciudad
griega de Bizancio. En sólo seis años edificó una ciudad cuyo tamaño y arquitectura eran
equiparables a los de Roma y la llamo Constantinopla.

Constantinopla se ubicó entre el Mar Negro y el Mar Mármaro; estaba rodeado de mar y era el paso
obligado de todos los comerciantes que viajaban por mar o por tierra entre Asia y Europa. Hasta el
siglo XIII fue una de las ciudades más pobladas del mundo: sólo Bagdad la gran ciudad del Islam la
igualó.

Para proteger Constantinopla de los germanos, el emperador Teodosio II, construyo en el siglo V una
muralla triple de unos 12 metros de altura que rodeo la ciudad. Esta muralla recorre unos 19 km y
tiene 96 torres, desde las cuales los soldados bizantinos divisaban al enemigo.

3. ORGANIZACIÓN POLÍTICA

En contraste con las monarquías germanas, el Imperio Bizantino contó con una sólida organización
política.

El imperio constituía una monarquía teocrática en la que el emperador o basileus era considerado el
delegado de Dios en la Tierra y por lo tanto un personaje sagrado. Por eso fue el jefe de la Iglesia y
como tal podía nombrar a los patriarcas. Al emperador se lo representó como a los santos con la
cabeza rodeada por un halo de luz.

Con un poder absoluto, el emperador fue también el jefe supremo de la administración y del ejército
bizantino.

5. LA ECONOMÍA

A lo largo de diez siglos de historia, Bizancio fue uno de los centros económicos más importantes del
mundo medieval. La economía bizantina fue mayoritariamente agraria.
Las grandes propiedades agrícolas estaban en manos de la Iglesia y de la aristocracia, pero también
había pequeños propietarios que con el correr de los siglos, desaparecieron, incorporándose los
grandes dominios como colonos.

Por otro lado, Bizancio no descuido las actividades artesanales ni el comercio. Este imperio
desarrolló un importante comercio internacional. Gracias a esta actividad, en los mercados de
Constantinopla y de otras ciudades del imperio se podían hallar productos de zonas tan diversas
como por ejemplo, China, Persia y España. Los artesanos bizantinos fabricaban a su vez numerosas
piezas que se vendían al extranjero.

Por ello, la moneda bizantina, el besante, fue aceptada en todos los mercados de la Edad Media
hasta el siglo XI. Se trató por lo tanto de una moneda internacional.

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