Está en la página 1de 3

El coronavirus como consecuencia de la degradación del medio ambiente

En los últimos meses el mundo ha tenido que luchar en contra del COVID-19, ya

que hasta el momento hay más de 200 países y territorios afectados por esta

enfermedad que se propaga con facilidad, convirtiéndose en una amenaza para la

vida humana.

Sin embargo, hace meses no se pensaba en la posibilidad de una pandemia, pues

no era reconocida como riesgo a nivel global, ya que existían otros factores los

cuales causaban preocupación, como el daño ambiental, el cambio climático o la

biodiversidad.

Como es sabido, el Coronavirus se originó a partir de la venta de animales

salvajes en un mercado para el consumo humano en Wuhan, como ya había

sucedido en 2003 con la aparición del SARS, en 2009 con la gripe porcina y en

2012 con MERS, es evidente que la relación cercana entre especies silvestres y

humanos permite que el virus se mezcle entre estas, ocasionando la aparición de

nuevas enfermedades que se propagan con velocidad por el mundo.

Por otro lado, cada vez es más frecuente la explotación de los recursos naturales

para responder la demanda de energía y alimentos de origen animal de una

población en aumento, pues las prácticas agrícolas, el aumento de la

temperatura, la perdida de ecosistemas, la producción de alimentos, el cambio en

el uso de la tierra, y el comercio de la vida silvestre para fines domésticos es el

resultado de la mitad de las enfermedades infecciosas de origen zoonótico.


El riesgo de aparición de nuevas enfermedades es alto cuando los humanos y la

vida silvestre interactúan en áreas de rica biodiversidad, como los bosques

tropicales, pues estos se caracterizan por ser la fuente principal de la mayoría de

los recursos naturales utilizados para desarrollo y el consumo en la actualidad.

La extracción de combustibles fósiles, la tala y la agricultura son las principales

actividades que impulsan la invasión y degradación de los bosques tropicales, lo

que representa un doble riesgo para nuestra salud.

Como consecuencia de la quema de combustibles fósiles y la deforestación de los

bosques tropicales, existen daños irreparables en la biodiversidad, y el cambio

climático, pues los efectos causados ponen en riesgo la salud humana,

aumentando las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, problemas de

salud mental, desnutrición, golpes de calor, desastres naturales y paludismo.

Además de tener repercusiones socioeconómicas, pues la pobreza, la migración

masiva y los conflictos violentos aumentarían.

En conclusión esta pandemia debería hacernos más conscientes de que proteger

el medio ambiente es una estrategia esencial para evitar a futuro otras crisis

sanitarias, considerando que es de vital importancia proteger los ecosistemas

naturales, conservar las áreas no contaminadas del planeta, combatir el consumo

y el tráfico de especies silvestres, reconstruir el equilibrio de los ecosistemas

dañados y detener el cambio climático, pues es evidente que los seres humanos

no somos invencibles y que no todo lo podemos solucionar con la ciencia.

También podría gustarte