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Buenos y malos

David Lee (2019)

Cuando observamos el alza en el número de delitos cometidos, que las tasas de victimización se incrementan, que las
pérdidas económicas son cada vez más significativas y que la inseguridad prevalece en las distintas entidades federativas,
es preciso reconocer que los delincuentes, quienes constituyen el grupo de "los malos", aún cuando son minoría, como malos
están siendo muy buenos.
Por el otro lado, si estudiamos el pobre desempeño de las autoridades de seguridad, los altos niveles de impunidad, los bajos
índices de denuncia, la apatía, la indiferencia, la indolencia de muchos ante el fenómeno de la inseguridad y la falta de
participación y compromiso de quienes conformamos el grupo de "los buenos", aún cuando somos mayoría, debemos
reconocer que, como buenos, estamos siendo muy malos.
Las redes delincuenciales han desarrollado, para sus fines, pandillas, bandas, grupos y carteles que logran eslabonar una
cadena delictiva, diversificada en más de una veintena de delitos, que opera exitosamente en más de cincuenta países.
Por su parte, los gobernantes han diseñado y desarrollado, asistidos por especialistas y académicos, diversos programas de
prevención que de una u otra forma se han ido implementando, acompasadamente a distintos cambios y reformas a las
instancias y procedimientos de impartición de justicia.
Los empresarios han recurrido a consultores, incluso internacionales, así como a empresas de seguridad, para asesorarse y
equiparse, con el fin de enfrentar y contrarrestar los embates de la delincuencia.
Las organizaciones no gubernamentales se han manifestado de diversas maneras, criticando, evidenciando y denunciando,
pero asimismo observando y proponiendo acciones, amén de asistir y apoyar a las víctimas de la delincuencia.
La ciudadanía victimizada, dolida, harta y fastidiada de la situación de inseguridad, se ha manifestado a través de marchas y
de forma extraordinaria en las redes sociales que han hecho eco, a nivel mundial, clamando un ¡Ya basta! Prácticamente
desde dos décadas atrás.
Estas acciones por parte de "los buenos", sin embargo, no han logrado el bienestar esperado por todos.

Si bien los distintos actores han participado con su "granito de arena", es preciso reconocer que más que participación, lo
que resulta urgente es la colaboración de todos, es decir, el lograr la sinergia suficiente y necesaria para permear los
beneficios que proponen todas y cada una de sus acciones.
• El gobierno, debe combatir realmente la corrupción e impunidad, comenzando de manera ejemplar en su interior, lograr una
auténtica y genuina participación ciudadana y detonar el desarrollo económico y social para abatir la desigualdad y, con ello,
la violencia y delincuencia.
• Los empresarios, buscar implementar acciones de responsabilidad social que, aunadas a sus fines comerciales, propongan
verdaderos beneficios para todos sus grupos de interés.
• Las asociaciones civiles, mantenerse activas, proactivas, propositivas y, más allá de los intereses políticos, ser críticas y
constructivas de una mayor y mejor ciudadanía.
• Los ciudadanos, debemos reconocer que el problema de la inseguridad no es sólo ya un problema de policías y ladrones,
sino de educación y valores. Ocuparnos de formar familias y personas bajo una cultura de legalidad, equidad, justicia y paz.
Todos, absolutamente todos, debemos entender que no podemos seguir siendo simples espectadores de un fenómeno, sino
que debemos convertirnos en los protagonistas de los cambios que de manera urgente es preciso realizar en el país, desde
cada una de nuestras respectivas instancias.
Ojalá que como buenos podamos algún día decir que logramos ser verdaderamente buenos y, si no acabar, al menos poder
decir que logramos disminuir y controlar a los malos.
Y tú, que seguramente eres de los buenos, ¿Realmente consideras que estás haciendo algo al respecto?, ¿Estás dando lo mejor
de ti para tus hijos y tu comunidad?, ¿Colaboras con alguna asociación civil de manera activa y constante?, ¿Estás siendo ya
protagonista del cambio o continúas siendo un simple espectador?

Artículo original disponible en: http://manualdeseguridad.com.mx/seguridad_newsletter/19/buenos_y_malos.asp

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