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Urbanismo unitario: una ocupación

de los ciudadanos
Miguel Robles-Durán

Pancartas ilegales, parte del proyecto “Campagna Urbana” en Lecce (Italia), otoño de 2012.

Quisiera recordar dos textos inspira- planificado de nuestro entorno vital. A


dores, escritos hace cuarenta años, que medida que el régimen económico do-
pueden ayudarnos a reflexionar sobre minante nos impuso la urbanización
nuestra precaria condición contempo- masiva, y la movilidad del capital exigía
ránea. Dichos textos nos pueden ayudar más espacio para ocupar a una escala
a relacionarnos con un pasado revolu- sin precedentes, comenzó a emerger un
cionario aparentemente cercano. Un modo radicalmente diferente de pensa-
pasado obsesionado no solo por los fa- miento crítico. En contraste con la lógi-
llos en la lucha triunfante, sino también ca poco sistemática imperante de desa-
por momentos aparentemente mejores, rrollar más especialidades para trabajar
cuando la conciencia colectiva desafió en la complejidad producida por una
directamente al Estado capitalista y la urbanización intensificada, dos pensa-
producción de conocimiento contribuyó dores radicales de finales de los años se-
a dejar al descubierto el complejo modus senta comenzaron a desafiar al obtuso
operandi de las abstracciones sociales, aparato disciplinario que aun hoy en día
espaciales, económicas y políticas, que, se esfuerza por comprender y explicar
incluso ahora, siguen subyugando nues- las grandes construcciones y las conse-
tras vidas cotidianas a través del control cuencias de la producción del espacio

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post-moderno. Estos dos pensadores A pesar de que estos libros han sido
fueron el geógrafo británico David Har- más conocidos por otras de sus secciones
vey y el filósofo francés Henri Lefebvre. críticas, teóricas o metodológicas, el ar-
Sin duda, muchas de las construcciones gumento de este ensayo se extiende sobre
capitalistas citadas tanto en la crítica de los primeros capítulos de ambos libros,
Harvey como la de Lefebvre han cambia- que junto con otro libro fundamental de
do en las últimas cuatro décadas. Pero a Lefebvre, La révolution urbaine, tratan
mi modo de ver, el aspecto más estructu- de las injusticias estructurales de nues-
ral de las mismas sigue siendo el mismo, o tros aparatos disciplinarios “urbanos”,
ha empeorado, ya que se han visto refor- y constituyen la mayor crítica operativa
zadas por los procesos de neoliberaliza- para una transformación radical4. Este
ción. En este artículo, me centraré en una no es el tipo de transformación deseada
de las condiciones capitalistas que no han sobre la que nosotros –como críticos ur-
cambiado. De hecho, es una de las que se banos– normalmente escribimos, y que
ha visto reforzada, pero, lo más impor- la mayoría de las veces suponemos que
tante, es una condición que se dirige al está fuera de nuestro control. Aquí voy a
lector de una manera muy directa como argumentar que todas las personas que
un ejemplo claro de la división del trabajo se dedican a la práctica urbana pueden
intelectual: esto es, la continua fragmen- controlar y liderar la transformación
tación del aparato disciplinario en rela- que Lefebvre y Harvey instigaron en
ción con lo “urbano”. Este problema es- teoría.
tructural, fue la crítica de partida de uno En la sección cuarta del capítulo in-
de los textos más influyentes de Lefebvre, troductorio de La producción del espa-
La production de l’espace, publicado por cio, llamado “Esquema de la presente
primera vez en 19741. Casualmente (o no), obra”, Lefebvre escribe: hay una “ten-
fue también el hilo conductor de la crí- dencia muy fuerte dentro de la sociedad
tica del primer ensayo2 del fundamental actual y su modo de producción” en la
“libro” de David Harvey, Social Justice que “el trabajo intelectual, como el tra-
and the City, compilado y publicado en bajo material, está sujeto a una división
19733. inacabable”5. Casi un siglo antes, Marx
comenzó a construir dicho argumento
1 Henri Lefebvre, La production de l’espace,
en su crítica de la división capitalista del
París: Anthropos, 1974. trabajo, su relación con la maquinaria y
sus formas coercitivas de la alienación.
2 Titulado: “Social processes and spatial form:
an analysis on the conceptual problems of ur-
ban planning” (Los procesos sociales y la for- de la Asociación Regional de la Ciencia) en
ma espacial: un análisis de los problemas 1970, el mismo año en que se publicó La
conceptuales de la planificación urbana). revolución urbana de Lefebvre.

3 “Social Justice and the City” (Justicia social 4 Henri Lefebvre, La révolution Urbaine, Pa­
y la ciudad) es una recopilación de ensayos rís: Gallimard, 1970.
previamente publicados. El primer capítulo
al que me refiero fue publicado por primera 5 Henri Lefebvre, The Production of Sapce
vez en el volumen 25 de “Papers of the (La producción del espacio), Oxford: Blac­k­
Regional Science Association” (Documentos well, 1991, 8.

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“La especialidad de la manipulación de procesos complejos a una perspectiva


una herramienta y siempre la misma disciplinaria limitada. “Evidentemente,
de por vida, se convierte ahora en la es­ la ciudad no puede conceptualizarse en
pecialidad de servir a una máquina y los términos de nuestras estructuras dis-
siempre la misma de por vida”6. En sus ciplinarias actuales. Sin embargo, hay
muchas críticas sobre la especialización, muy pocos signos de un nuevo marco
Marx siempre dirigió la atención a la interdisciplinario para pensar, y mucho
simplificación resultante y la abstrac- menos para teorizar sobre la ciudad”,
ción del proceso de trabajo, así como a la escribió Harvey en 19708. En ese año,
adaptación del trabajador a operaciones tanto Harvey como Lefebvre apuntaban
repetitivas y muy sencillas, lo que per- al problema estructural y conceptual del
mitía al trabajador perder de vista los conocimiento urbano contemporáneo:
complejos procesos de explotación en la creciente fragmentación, separación
los que estaba incrustado. En esta lógica y desintegración de la comprensión y el
de división, cualquiera que participara manejo de la ciudad, que indican la falta
en el modo de producción capitalista se de un conocimiento o teoría unitarios
vería “sujeto a la herramienta de su fun- acerca de cómo se utiliza y se produce el
ción, a través de la división del trabajo”, espacio urbano.
y ello nos incluye, obviamente, a noso- “El objetivo es descubrir o construir
tros los “intelectuales”, como argumen- una unidad teórica entre ‘campos’ que
tó después Engels en su Anti-Dühring de se perciben por separado”, argumentó
1877: “las ‘clases cultas’ en general (están Lefebvre9. Pero a medida que avanzamos
sometidas) a sus múltiples especies de li- hacia la siguiente fase de la urbanización
mitaciones locales y de unilateralidades, capitalista, el aparato formativo de las
a su propia miopía física y mental, a su nuevas generaciones, sigue fragmentán-
raquítico crecimiento debido a su for- dose; proliferan nuevas es­pe­cializaciones
mación especializada y limitada, y a su en lo “urbano”, del urbanismo del paisaje
encadenamiento de por vida a esta acti- y el urbanismo ecológico a los circuitos
vidad especializada”7. urbanos en los programas de relaciones
Muchos de los que lean este breve exteriores. En nuestra estructura discipli-
texto, como yo, han sido educados como naria común, los arquitectos reivindican
una especie de especialista “urbano”. su experiencia en el entorno construido
Ya se origine nuestro conocimiento a más pequeño, los diseñadores urbanos
partir de las muchas divisiones de las afirman su dominio de la forma urbana
ciencias sociales, o los muchos campos a gran escala, mientras que los planifica-
de estudio de las artes, el diseño o la in- dores, geógrafos y economistas se arro-
geniería, nuestro conocimiento básico gan el espacio territorial y global. Soció-
de la ciudad proviene de la reducción de logos urbanos, antropólogos y psicólogos

6 Karl Marx, El Capital Vol. 1, Cap. 15. 8 David Harvey, Social Justice and the City,
pág. 22.
7 Henri Lefebvre, The Production of Space
(La producción del espacio), Oxford: Black­ 9 Henri Lefebvre, The Production of Space,
well, 1991, 8. pág. 12.

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avalan el conocimiento especializado del principio como no relacional-determi-


comportamiento humano; los abogados nísticas en busca del seguimiento de lí-
y los políticos asumen los límites legales neas de investigación singulares e inde-
de la gestión y el crecimiento de la ciudad; pendientes de la compleja dinámica de
los ingenieros, ambientalistas y técnicos las relaciones capitalistas. Por el contra-
asumen la responsabilidad de los aspec- rio, el “urbanismo” debería haber sido
tos funcionales y logísticos de la ciudad, concebido como el opuesto diametral
y así sucesivamente. A veces, escribe de una disciplina especializada, sim-
Le­­febvre, “estas especializaciones se in- plemente porque el ámbito urbano en sí
crustan entre sí bajo los auspicios de ese es un complejo dinámico de relaciones
actor privilegiado, el político. En otras capitalistas, materiales e inmateriales,
ocasiones, sus respectivos dominios no sociales y espaciales, políticas y econó-
se superponen en absoluto, de modo que micas, ambientales y técnicas, históricas
ni los proyectos comunes ni la continui- y teóricas, como Lefebvre y Harvey nos
dad teórica son posibles”10. En realidad, recuerdan en muchos ejemplos en todas
estas disciplinas urbanas descolocadas sus obras. “El fenómeno urbano en su
apenas se comunican o contribuyen a la conjunto no puede ser aprehendido por
cooperación. Sin embargo, la consecuen- ninguna ciencia especializada”, afirma
cia problemática principal en el ámbito Lefebvre en La revolución urbana; “los
urbano surge de la falta de entendimien- especialistas solo pueden comprender
to entre cada punto de vista disciplinario, tal síntesis, desde el punto de vista de
dirección y modo de actuación fragmen- su propio ámbito, usando sus datos, su
tados. “Rara vez se ponen de acuerdo terminología, sus conceptos y suposicio-
en las palabras y términos que utilizan”, nes. Son dogmáticos sin darse cuenta, y
escribió Lefebvre en el tercer capítulo son más dogmáticos cuanto más com-
de La revolución urbana, “y mucho más petentes... Cada estudioso siente que las
raramente (se ponen de acuerdo) en los otras ‘disciplinas’ son sus auxiliares, sus
conceptos subyacentes. Sus supuestos y vasallas, sus sirvientes”12. Aun más, “el
teorías son en su mayor parte incompa- especialista afirma la validez exclusiva
tibles. La confrontación y el desacuerdo de la ciencia, barriendo a un lado a las
pasan por éxitos”11. otras disciplinas o reduciéndolas a la
Para algunas áreas de estudio, como la suya propia”13.
mecánica estructural, la química cuánti- En el actual complejo capitalista al-
ca, la psicología criminal o la ingeniería tamente desarrollado de conocimientos
de productos, la especialización permite serviles y fragmentados, parece impo-
una forma funcional de desarrollo autó- sible concebir un cambio verdadero de
nomo donde el aislamiento y la búsque- la tradición de la práctica urbana espe-
da de un enfoque específico permiten cializada. Como exige el capitalismo,
un tipo particular de innovación. Estas los arquitectos seguirán diseñando ob-
disciplinas están concebidas desde el jetos habitables, los geógrafos seguirán

10 ibíd. 12 ibíd. pág. 54.

11 Lefebvre, La revolución urbana, pág. 53. 13 ibíd. pág. 63.

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Maqueta de la instalación urbana “Active Monument to Urban Destruction”:


Bienal de Diseño de Istanbul, 2012.

trazando el mapa de los flujos econó- de veinte años se está convirtiendo en


micos, los planificadores continuarán una realidad palpable: un mundo ur-
zonificando y los ingenieros ambienta- bano con economías paralelas, solida-
les seguirán ocupándose de la energía ridades subterráneas, intercambios de
renovable y los diversos problemas de servicios colectivos, modelos alternati-
la contaminación. Según mi opinión, vos de vivienda, fábricas cooperativas,
no hay duda de que las prácticas urba- agricultura localizada, y estructuras
nas fragmentadas se mantendrán y se pedagógicas alternativas, todo creado
desarrollarán en más subespecialidades por la gente. Y todo esto ocurre al lado
(así que no se preocupen, ¡los intelec- de un gigantesco aparato de gobierno
tuales seguirán prosperando!). Sin em- orwelliano más unificado, que pretende
bargo, mi querido lector, ahí fuera se ha controlar los procesos urbanos en aras
ido creando algo, algo fuera de nuestro de mantener la gran movilidad del capi-
mundo controlado de especializacio- tal necesario para la reproducción de un
nes; a partir de las cenizas de décadas sistema financiero evolucionado.
de continua crisis urbana, en las calles Tenemos que aceptar el hecho de que
se está produciendo y luchando por una el proyecto urbano hegemónico en el que
forma radicalmente diferente de prácti- el Estado y/o las empresas, junto con los
ca urbana. especialistas, proporcionan, planifican,
Aquí, estoy apuntando a lo que ha sido controlan y definen los modelos de urba-
la formación lenta pero inevitable de un nización a seguir por todos los ciudada-
mundo urbano paralelo. Lo que los no- nos, no es operativo en la mayoría de los
velistas ciberpunk imaginaron hace más espacios urbanos, donde la degradación,

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el abandono, la segregación, la deca- Ante esta pregunta, Lefebvre sugirió


dencia, la especulación depredadora, el “estrategia urbana”: trabajar por la ur-
hambre, la contaminación, la congestión gente reintegración de la práctica social
y la falta de vivienda son parte de la vida y la práctica urbana hacia una “sociedad
cotidiana. Los habitantes de estos espa- urbana”. Quizás Lefebvre tenía razón
cios urbanos ya no pueden imaginar un al señalar la importancia de la práctica
futuro que venga de una tradición dis- social en el ámbito urbano, sin embargo,
ciplinar especializada, ni pueden prever Lefebvre, en su constante reivindicación
un cambio dentro de ese viejo proyecto, a de la construcción de una nueva ciencia
pesar de que esa es la dirección en la que de lo urbano, no podía imaginar que
la mayoría de los gobiernos siguen tra- esa reintegración iba a ser dirigida por
bajando. Nuestros gobiernos han ido “lo la gente y no por los intelectuales com-
más lejos posible en la externalización de prometidos con la nueva ciencia. Este
los costos que el capital no quiere sopor- (nuevo) científico urbano que Lefebvre
tar nunca: los costos de la degradación estaba describiendo, (si es que alguna vez
urbana / ambiental y la reproducción so- existió) ahora tiene que disolverse en lo
cial”, señaló Harvey a principios de 2010, cívico y convertirse en pueblo bajo para
“El ataque al medio ambiente y el bien- ser relevante y operativo.
estar de la gente es palpable y está suce- El 17 de diciembre de 2010 marcó el
diendo por razones políticas y de clase, primer aniversario del suicido pren-
no económicas (...) La única pregunta es: diéndose fuego de Mohamed Bouazizi,
¿cuándo empezará la gente a librar una un acto desesperado de protesta, una
lucha de clases nuevamente?14”. chispa humana que provocó un levan-
A mediados de 2010, muchos ciudada- tamiento mundial de proporciones his-
nos como nosotros comenzamos a librar tóricas. De modos diferentes, los islan-
una guerra de clases organizada. “Es un deses, tunecinos, egipcios, libios, sirios,
camino terriblemente largo solo para griegos, españoles, italianos, británicos,
llegar a los puntos de partida de los pri- norteamericanos y ahora los rusos (por
meros intentos de construir un mundo mencionar algunos) han tomado las ca-
nuevo”, afirma Mike Davis, “pero, al lles con numerosas movilizaciones civi-
menos, una nueva generación ha iniciado les masivas itinerantes contra el apara-
el camino con valentía”15. Y ahora, ¿qué to neoliberal y la catástrofe económica
vamos a hacer nosotros, los urbanistas? mundial que ha producido, declarando
el ámbito urbano como su campo de ac-
ción. Oculta bajo décadas de prácticas
14 David Harvey, The Urban Roots of Finan­ urbanas impulsadas por los mercados,
cial Crises: Reclaiming the City for Anti Capi­
talist Struggle, (Las raíces urbanas de la cri-
emerge desafiante otra manera de ac-
sis financiera: La recuperación de la ciudad tuar como parte del levantamiento glo-
para la lucha anticapitalista), The Socialist bal; de entre las ruinas muerto-vivientes
Register, 2010, pág. 4. de la postmodernidad, pequeños gru-
pos de prácticas urbanas radicales, que
15 Mike Davis, Spring Confronts Winter (La
primavera se enfrenta al invierno) en New
durante años lograron resistir y actuar
Left Review (Nueva Revista de la Izquierda), fuera de las nítidas fronteras disciplina-
noviembre-diciembre 2011, pág. 5. rias ocupadas por el capitalismo, poco

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a poco han comenzado a imaginar co- carias, una convocatoria organizada


lectivamente la forma organizativa y por diversos grupos y comités que inte-
material de un nuevo mundo urbano pa- gran el movimiento Occupy Wall Street
ralelo. Ello apunta hacia un nuevo tipo (Ocupad Wall Street). De los miles de
de paradigma, la bifurcación de líneas personas que respondieron a la convo-
disciplinarias con siglos de antigüedad; catoria, un porcentaje muy pequeño
una línea que, sin duda, continuará exi- pertenecía profesionalmente al mundo
giéndoles a los profesionales clásicos “urbano” especializado. Éramos una
que satisfagan las necesidades y deseos mezcla de ciudadanos organizados de
de representación del establishment capi- todos los ámbitos imaginables; lo que
talista y otra que construirá un tipo muy todos teníamos en común era el deseo
diferente de práctica transdisciplinaria punzante de alterar las prácticas re-
preocupada por la producción del nuevo presivas de urbanización que habían
mundo urbano paralelo. producido la ciudad en la que vivimos
Hasta el momento, está claro que no la mayoría de nosotros, y en la que los
hemos podido generar el conocimiento admirados arquitectos, planificadores,
necesario para permitir a los actores urbanistas, geógrafos y paisajistas ha-
urbanos adaptarse y responder a las bían estado profundamente implica-
ur­gencias socio-espaciales producidas dos. Las prácticas urbanas paralelas
por el capitalismo, pero finalmente po- que van ahora en aumento comparten
demos ver que se están montando for- este deseo. También comparten simili-
mas verdaderamente nuevas y comple- tudes en la composición y la forma de
jas de conocimiento urbano a partir actuar: todas ellas son prácticas híbri-
de las experiencias de activistas de los das que integran múltiples disciplinas
numerosos grupos que ahora forman y fuentes de conocimiento alternativo,
la insurgencia global. En contra de los desde el conocimiento de la calle a la
conocimientos urbanos tradicionales es­ dinámica social, de las políticas ur-
pecializados –geografía, arquitectura, banas a la ecología. Como colectivos,
política, vivienda, planificación– estos desarrollan críticas operativas de la
grupos están redefiniendo la práctica economía política urbana; abogan por
urbana en el cruce indeterminado de ca- el derecho a la ciudad, y experimentan
minos de diferentes líneas disciplinarias, con los sistemas de propiedad no espe-
difuminando las fronteras entre las cien- culativos, los modelos pedagógicos y
cias sociales, el trabajo social, el diseño, las relaciones socio-espaciales para la
el arte, las ciencias medioambientales y producción, por mencionar algunos.
otras. En su nuevo ensamblaje, desarro- Dichas prácticas han reconocido que
llan una práctica urbana que se inscribe una gran parte de los conocimientos
en la dinámica de la ecología urbana en adquiridos en su formación discipli-
la que opera, y contribuyen a la puesta naria clásica son demasiado determi-
en práctica de una transformación urba- nistas, fútiles e inútiles para responder
na impulsada desde la base. activamente a la apremiante situación
No hace mucho estuve en Brooklyn de nuestro entorno urbano. Han enten-
participando en el Día Nacional de dido que se necesitan nuevas formas de
Acción contra las ejecuciones hipote- conocimiento para la lucha contra los

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dictados sociales, financieros, econó- redefine en las dimensiones activas de


micos y políticos del capitalismo y sus un movimiento urbano mayor –15-M,
principales negociadores. La cuestión Occupy Wall Street, Indignados, La Pri-
es ¿escogería usted seguir luchando con mavera Árabe, ¡Democracia real ya!, y
el conocimiento determinista o decidi- otros existentes–. Y más grupos simila-
ría participar en el desarrollo del cono- res se han de formar en la solidaridad,
cimiento urbano unitario que nuestras esperando que nosotros participemos y
ciudades están pidiendo a gritos? contribuyamos a la construcción real y
Para todos los lectores inconformis- activa de otras posibilidades, del cambio
tas, críticos y desencantados de este estructural. Ha llegado el momento de
texto, ahora es irrelevante la distancia que metamos las manos en la suciedad
teórica producida en el interior de las de todo lo establecido por el neo-libe-
torres de marfil de la práctica “urba- ralismo. No se trata de la arquitectura,
na”, junto con sus pequeñas bolsas de la planificación, la sociología o la geo-
gloriosa resistencia y su producción de grafía, sino que debemos luchar para
la segura criticidad que ha dominado destruir nuestros centenarios silos dis-
las tres últimas décadas de intermina- ciplinarios, unirlos en la totalidad di-
bles análisis acabados en manifiestos. námica ecológica de la acción cívica y
Ha llegado el momento de disolver por en nuestras precarias vidas cotidianas.
fin nuestras prácticas “urbanas” en lo Solo entonces podríamos ser capaces de
cívico, de entender que una práctica es- concebir una práctica urbana crítica so-
pacial crítica solo puede lograrse si se cialmente relevante. ◆

Este artículo fue publicado en el volumen 5 de la Colección Ciudades


Creativas (2013) de Fundación Kreanta correspondiente a las V Jornadas
Internacionales Ciudades Creativas organizadas por la Fundación y la
Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín del 2 al 6 de
octubre de 2012, en Medellín (Colombia).

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