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VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE HUMANIDADES
. _________________________
Estefanía León
C.I.N°: V-26.429.213
i
DECLARACIÓN DE AUTORÍA
En la ciudad de Cabudare, a los dos (2) días del mes de agosto del dos mil
diecinueve (2019).
______________________________
Dayana Garcia
C.I.N°: V-25146036
ii
iii
AGRADECIMIENTOS
iv
DEDICATORIA
A mis amigos, colegas y compañeros de esta casa de estudio por siempre ser el
apoyo y compañía en la ruta que me he trazado, y ayudarme a crecer como ser
humano.
v
ÍNDICE GENERAL
pp.
LISTA DE CUADROS Ix
LISTA DE GRÁFICOS X
RESUMEN xi
INTRODUCCIÓN xii
CAPÍTULO
I EL PROBLEMA 1
Planteamiento del problema 1
Objetivos 9
Justificación 10
Alcance 11
II MARCO TEÓRICO 13
Antecedentes 13
Bases teóricas 17
Bases Legales 28
Sistema de Variables 31
Operacionalización de la variable 32
III MARCO METODOLÓGICO 33
Naturaleza de la Investigación 33
Tipo de Investigación 34
Diseño de Investigación 34
Población y muestra 35
Técnicas de Recolección de Datos o procedimientos 36
Descripción de los Instrumento 36
Validez y confiabilidad 39
Análisis de Datos 40
IV ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS 42
V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 57
REFERENCIAS 61
ANEXOS 63
CURRICULUM 67
LISTA DE CUADROS
Pág.
CUADRO
1 Operacionalización de las Variables. 32
vi
dimensión de la escala factor travesura.
Baremos para la valoración de la conducta disocial de la 37
5
dimensión de la escala factor abandono escolar.
Baremos para la valoración de la conducta disocial de la
6 38
dimensión de la escala factor pleito.
Baremos para la valoración de la conducta disocial de la
7
dimensión de la escala factorgrafiti. 38
Baremos para la valoración de la conducta disocial de la
8
dimensión de la escala factor oposicionista desafiante. 38
9 Distribución porcentual de la muestra por edad 39
vii
LISTA DE GRÁFICOS
Pág.
GRÁFICO
Distribución porcentual de la muestra por edad
1 43
UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE HUMANIDADES
viii
Línea de investigación: Comportamiento Social, Psicologia Escolar.
ix
INTRODUCCIÓN
x
otro motivo afectan el normal desenvolvimiento del proceso enseñanza y
aprendizaje.
En muchos casos cuando los estudiantes presentan estos comportamientos el
docente se encuentra de manos atadas, bien sea por desconocimiento de
estrategias para afrontar comportamientos disruptivos o por presentar temor a
sufrir represalias por parte del estudiante o en su defecto por los familiares, que no
aceptan la realidad que vive su representado. De ahí que, en esta sociedad rica en
violencia, gerenciar un aula de clases o una institución educativa resulta
complicado, debido a la diversidad de caracteres o también por la realidad de la
comunidad (Delincuencia, Drogas, Hogares disfuncionales, Apatía).
Esta investigación se sustentó con bases legales, apoyo de autores, del mismo
modo la información se recolecto por medio de un cuestionario para identificar la
presencia de la conducta disocial en los estudiantes de 4to año del Liceo
Departamento Libertador, Barquisimeto, Estado Lara. En cuanto a la estructura de
la investigación esta se realiza por capítulo:
Capítulo I, el cual presenta a profundidad el planteamiento del problema,
especificándola conducta disocial y su presencia en el liceo departamento
libertador, el objetivo general y los objetivos específicos; se elabora la
justificación, en donde se enumera la importancia social, metodológica,
académica, clínica y psicológica; entre otros, y se expresan los alcances de la
investigación.
A continuación, el Capítulo II, definido como el Marco Teórico para lo cual se
aborda antecedentes internacionales, nacionales y regionales relativos con el
objeto de estudio, las bases teóricas relacionadas a la conductadisocial, las bases
legales que sustentan la investigación, tales como la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, y el Código de Ética del Profesional Psicólogo; y el
sistema de variables.
En consecuencia, el Capítulo III, determinado como el Marco Metodológico,
en donde se explican el diseño, tipo, nivel y naturaleza de la investigación, se
definen la población y la muestra, y se especifican las técnicas y procedimientos a
utilizar para el despliegue del trabajo, así como la validez y confiabilidad del
instrumento que será aplicado para obtener resultados.
xi
Para el Capítulo IV, se elaboró el análisis de la investigación, en donde se
demostrará de forma gráfica y estadística los resultados arrojados luego de tabular
y codificar la información del instrumento aplicado. Por último, emerge el
Capítulo V, donde se desarrollaron las conclusiones y recomendaciones
respectivas y vinculantes con la investigación, así como las referencias y la
demostración de los anexos.
xii
CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Con base en ello, se entiende que la adolescencia es una etapa de vida de singular
magnitud pues sus constantes y acelerados cambios tanto en los físico como
sicológico y social determina en gran medida la actuación personal del sujeto en sus
diferentes entornos como son la familia: la escuela, la sociedad donde el grupo de
pares incide notablemente dada la búsqueda de aceptación por arte de otros con
quienes se identifica bien sea por admiración o por respeto al posicionamiento
mediante conductas específicas.
En tal sentido, también se interpreta que en la adolescencia por ser una etapa de
vida marcada por la vulnerabilidad, el sujeto experimenta emociones encontradas
ante el grupo familiar, buscando por excelencia la compañía de los pares, con los
cuales, se identifica, al igual que asumiendo sus formas de conducta para hacerlas
propias emitiéndolas en su interacción en los diferentes entornos como son, el hogar,
la institución educativa y la sociedad.
Respaldando estas interpretaciones, se cita la opinión de Schiffman (2000),
sostiene que “el adolescente dada sus características psicoemocionales toma
influencia de los comportamientos de otros a quienes admira, los cuales,
generalmente se encuentran también en esta etapa de vida, pero son populares, se
destacan e inclusive liderízan grupos” (p.87). Por lo cual, señala que en esta etapa de
vida las redes de compañeros son esenciales para la adquisición de habilidades
sociales, por cuanto, la igualdad recíproca que caracteriza las relaciones en ésta etapa
favorece el aprendizaje de respuestas por cuanto, los jóvenes aprenden de sus amigos
o compañeros de su edad las clases de conductas recompensadas por la sociedad.
Al mismo tiempo, argumenta la precitada autora que los adolescentes deben
conocer el hogar, a escuela y la sociedad los cuales deben enmarcarse en las normas
socialmente aceptadas, para tratar de lograr una mejor convivencia armónica con sus
congéneres y poder afrontar de manera exitosa este período considerado como una
época de gran emocionalidad. Del mismo modo, se asume esta etapa de vida como de
encuentros amistosos, búsqueda de verdades, apoyo emocional, aflojamiento de
ligaduras familiares, sueños sobre el futuro y de nuevos valores.
Sin embargo para Tessier (1995) es común que los adolescentes al participar en
grupos de pares, se expongan a modelar conductas no siempre acordes con las normas
socialmente aceptadas tales como: destrucción de materiales, hurtos, irrumpir la
tranquilidad de los grupos entre otras que se enmarcan en el criterio disocial, de las
cuales, el autor indica que “abarcan un amplio rango de actos y actividades que
infringen reglas y expectativas sociales. Muchas de ellas reflejan acciones contra el
entorno, personas y propiedades”. (p.96)
Por su parte, Dulanto (2012), argumenta que sociológicamente se considera que el
ambiente en que se encuentra el joven con desigualdades sociales, o racismo, e
incluso por desintegración familiar, el consumo de drogas o alcohol, además de la
estigmatización de la zona donde habitan representan posibles condicionantes para el
desarrollo de conductas delictivas. También la influencia de algunos programas de
ciertos medios de comunicación o videojuegos que favorecen el crecimiento de la
violencia, por ello, la conducta delictiva en los adolescentes se considera multicausal.
Del mismo modo, para el autor antes mencionado con el desarrollo de la
delincuencia en la juventud, influenciada por numerosos factores, perspectivas de
esfuerzos en la prevención son comprensibles. Por ello, toma en cuenta que los
factores de riesgo constituyen situaciones a las cuales se enfrenta un individuo y las
mismas pueden causar dependencia e inclusive deterioro de su salud integral.
De esta manera, se considera que llegado a este punto es importante definir la
conducta disocial como aspecto central de la investigación, la cual para el Manual
Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSMV (2014) define al
trastorno disocial (TD) de la siguiente manera:
Un patrón de comportamiento, repetitivo y persistente, en el que se
violan derechos básicos de otras personas o normas sociales que se
consideran adecuadas para la edad del individuo. Se define por la
presencia de tres (o más) criterios de un total de 15 que deben haber
estado presentes durante los últimos 12 meses, de los cuales uno en
los últimos seis. Los 15 criterios se clasifican en cuatro categorías
de comportamientos generalizados: 1) agresión a personas y
animales, 2) destrucción de la propiedad, 3) fraudulencia o robo y
4) violaciones graves de normas. Para establecer el diagnóstico de
TD también se requiere que provoque una interferencia
clínicamente significativa en el funcionamiento social, académico o
laboral. (p.53)
De lo expuesto, se puede apreciar que el trastorno disocial corresponde al patrón
de comportamientos emitidos por el sujeto niño o adolescente cuya característica
principal es la violación de los derechos de otros, así como el quebrantamiento de las
normas del hogar, la escuela o la sociedad en general, por lo cual, el DSMV (ob.cit)
lo relaciona en la adolescencia con más niveles de rebeldía y mayor rechazo de las
normas convencionales. Presenta asociaciones más débiles con factores familiares
negativos y problemas temperamentales y cognitivos, menor riesgo genético y
generalmente se debe a formas negativas de aprendizaje social en el grupo de iguales.
Cabe destacar, que esta definición permite asumir que una conducta disocial
representa un comportamiento recurrente, destructivo, violento y distorsionado que
altera y transgrede las normas de orden social y por ello, si el desajuste social se
manifiesta en la niñez o adolescencia, con un patrón de conducta persistente que
transgrede el derecho de los demás y las normas sociales propias de la edad, tendrá
consecuencias inevitables en la vida adulta.
Del mismo modo, se interpreta que el sujeto afectado por un trastorno disocial
intimida o acosa a otros, inicia peleas físicas, suele utilizar algún tipo de armas,
manifiesta crueldad hacia los animales, ha robado a alguna víctima, ha provocado
fuego con intención de causar daño, miente para evitar obligaciones o conseguir
favores, huye del hogar en horas nocturnas, se jubila de clases, participa comúnmente
en grupos o pandillas, grafitea como una reacción de rebeldía y para expresarse, pero
sobre todo para llamar la atención del adulto al cual no desea someterse (padres,
maestros, directores, policías, trabajadores sociales u otros personajes de la vida
social)
Con base en tales descripciones, se entiende que la conducta disocial es un
trastorno conductual caracterizado por la presencia de actos voluntarios que
transgreden las normas sociales y legales, que a su vez se presenta de forma
recurrente en la intención de perturbar a alguien o a grupos causándoles daño de
alguna u otra manera para satisfacer un deseo personal de protagonizar.
En la intención de sustentar estas argumentaciones, se recurre a la opinión de
Matalí (2016) quien es psicólogo clínico y coordinador de la Unidad de Conductas
Adictivas del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Hospital Sant
Joan de Déu de Barcelona, emitió un informe de adolescentes con trastornos de
comportamiento en el cual señaló que a nivel mundial “el 96% de los pediatras ha
detectado un aumento de las demandas por problemas de conducta en adolescentes en
los últimos cinco años" (p.1). Según los responsables del estudio, detrás de este
aumento están fundamentalmente, la crisis y los cambios experimentados en la
sociedad respecto a las estructuras familiares, pero también el auge de valores como
el individualismo, la necesidad de recompensa inmediata o la poca tolerancia a la
frustración.
De igual forma, la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia
y la Cultura (UNESCO, 2016), reportó que los sistemas de justicia de menores en 18
países de la región latinoamericana, confeccionó un perfil del adolescente infractor
que pasa por los tribunales de menores de estos países. Determinó que en el 75% de
los casos estos tribunales se ocupan de un joven de sexo masculino, con algo más de
4 años de retraso escolar, residente primordialmente en zonas marginales u otras
zonas de vivienda de clase baja, trabaja en actividades que no requieren calificación
laboral, o bien procura la obtención de dinero por medio de actividades ilícitas,
contribuye al sostenimiento del núcleo familiar y el padre o la madre son
desempleados o subempleados.
Para el caso de Venezuela, Trapani (2018) quien es coordinador general del
Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), reportó que la violencia en el año
2017 estuvo asociada al notable deterioro en la calidad de vida del venezolano y a la
disolución sistemática del Estado de Derecho como el mecanismo regulador tanto de
las relaciones sociales como del acceso a los bienes materiales y al poder. Dichos
acontecimientos estuvieron protagonizados principalmente por adolescentes quienes
conocen que los estatutos legales a los cuales se les somete son extremadamente
flexibles y complacientes.
Igualmente comenta que de manera alarmante que es común la presencia de chicos
de entre 5 años y 12 años de edad en las calles, y su participación en hechos
delictivos que comienzan con el hurto, el robo y hasta el homicidio. En forma puntual
señala que: “no se sabe si ha disminuido o se ha incrementado la actuación de
menores en hechos delictivos porque el Estado lo ha convertido en una caja negra”
(p.1). Lo que sí es cierto es que son niños que están en las principales avenidas, calles
y centros comerciales, no solo en el área metropolitana de Caracas sino en todo el
país. La calle se ha convertido en la jungla de supervivencia y no hay un organismo
que les dé abrigo ni protección.
De manera reiterada se observa que estos niños de entre 5 años y 12 años, que
actúan en pequeños grupos, arrebatan carteras, hurtan teléfonos celulares y bolsas de
compras a personas que recorren los centros comerciales, especialmente en las ferias
de comida y colas en cines, según reportes no oficiales de los departamentos de
seguridad de esos establecimientos. Los vigilantes no pueden detenerlos de acuerdo
con la ley, y los dejan escapar. Ocurren generalmente en espacios cercanos al río
Guaire, donde se ocultan. Asimismo, afirma Trapani (ob.cit) que no poseen cifras
actuales sobre delitos cometidos por niños en 2017, pues las estadísticas se manejan
de forma individual por cada subdelegación del cuerpo detectivesco. No hay acceso
de estos datos para la prensa.
Buscando más especificidad para sustentar el presente trabajo de investigación en
el estado Lara, se señala los argumentos dados por la Coordinación del Consejo de
Protección del Niño, Niña y Adolescente del Municipio Iribarren (2018), ha
manifestado que en esta ciudad se concentran más casos de conducta disocial por
rivalidades de poder mayormente entre adolescentes localizados en los diferentes
sectores de la ciudad. Durante el período escolar de enero a junio 2015 se reportaron
ante este ente unos cincuenta casos en liceos, cometidos por adolescentes mayores de
12 años, los cuales fueron muy graves debido al maltrato físico que llegó incluso a la
desfiguración de rostros, también a la destrucción de materiales en los centros
educativos, abuso psicológico a otros jóvenes entre otras manifestaciones, a las
cuales, se les abrió procedimiento para la respectiva responsabilidad penal.
Por otro lado, señalaron que para el año 2015 la policía capturó a 24.000 menores,
y el 2016 a casi 27.000, encontrándose que para el año 2017, se produjeron solo en
los primeros ocho meses del año un total de 20.615 capturas de menores infractores y
aunque el delito más común fue el hurto, seguido de tráfico y porte de estupefacientes
y de armas, las estadísticas de homicidio fueron realmente alarmantes pero las
mismas no se publican por argumentos contemplados en la ley.
Tomando en cuenta lo expuesto anteriormente por diferentes organismos
internacionales, nacionales y regionales se considera la presencia de una situación
problema en el Liceo San Francisco Javier del Municipio Iribarren en Barquisimeto,
estado Lara, donde grupos de adolescentes cursantes entre cuarto y quinto año de
bachillerato se han visto inmersos en acciones delictivas reportadas por la directora
de la institución, los docentes adscritos a la misma y los mismos jóvenes participantes
de estos hechos.
Asumiendo la importancia de los canales regulares de la institución, se sostuvo
conversación con la directora del plantel expresó que al momento de hacerles
llamados de atención a estudiantes del quinto año de las dos secciones abiertas en el
liceo, algunos de ellos abiertamente comentan que son parte de grupos dedicados al
desvalijamiento de vehículos para vender piezas y así obtener recursos económicos.
Por otro lado, en diferentes ocasiones se han presentado peleas entre los jóvenes
donde algunos de los involucrados sacan un arma blanca para herir al otro, lo cual, en
varias oportunidades han conseguido haciéndose necesario llamar a las autoridades
para que controlen la situación.
De igual forma, se establecieron diálogos con docentes de la institución quienes al
ser abordados, indicaron verbalmente que estos adolescentes acostumbran a hacer
burlas muy fuertes a otros jóvenes, les quitan sus pertenencias, los empujan y agreden
verbalmente ofendiéndolos, humillándolos o subestimándolos e incitándolos a que se
unan a sus pandillas y les expresan que lo deben hacer para que aprendan a “ser
hombres” y para que nadie los controle. Por otra parte, en los pasillos de la institución
se escucha a los adolescentes conversar sobre drogas, distribución y consumo de las
mismas.
En consecuencia se abordó a otros actores como son algunos padres o
representantes de los adolescentes reportados por conductas desadaptadas a las
normas sociales con la intención de obtener la mayor cantidad de información
posible. Así mismo, los padres comentaron que desde hace algunos meses sus hijos
han cambiado de comportamientos, se reúnen con otros jóvenes que han tenido
denuncias en el Consejo de protección e inclusive referidos al tribunal de menores,
porque alegan que son sus amigos pero el problema está en que los imitan y tratan de
seguir sus pasos haciendo caso omiso a los consejos que ellos les dan para que eviten
dichas compañías.
Finalmente, en conversación con algunos de los adolescentes con antecedentes en
cuanto a acciones violentas o destrucción y opinaron de sí mismos que les agradaba
verse involucrados en pleitos o discusiones porque así se podían expresar, también
señalaron que tanto en la zona donde viven como en la institución educativa se han
visto casi forzados a participar activamente en peleas para demostrar que se atreven a
ello y que no son cobardes
Señalaron los jóvenes de manera puntual a la investigadora que bien sea por su
propia cuenta o por solidaridad con el grupo o pandilla con la cual interactúan han
destruido pupitres, escritorios, se han metido en casas a hurtar y han robado caucos y
baterías de carros estacionados en diferentes puntos de las adyacencias de la
institución, de hecho comentan que faltan con frecuencia a clases, se jubilan e
inclusive han pensado no volver más porque les parece una pérdida de tiempo
creyendo que graduarse de bachiller no vale de nada y creen que nunca irán a la
universidad.
Durante periodos de observación en el Liceo San Fracisco Javier, se pudo
constatar que estos jóvenes que al momento de sentir impulsos de gritarle, pegarle a
alguien bien sea por defenderse o porque les cae mal, no se pueden controlar cuando
sienten rabia y reaccionan diciendo groserías, insultando o simplemente se golpean
con el otro y si ese no se defiende pues lo pisotean y ya, para demostrar quién es el
que manda. Si los profesores intervienen sencillamente no les prestan atención porque
no se dejan someter por ellos ni por ningún otro adulto.
Es pertinente resaltar como la situación anteriormente descrita, estimula el interés
de la investigadora en analizar las conductas disociales presentes en los adolescentes
de 4to y 5to año que acuden al Liceo San Francisco Javier, planteándose las
siguientes interrogantes que da curso al estudio:
¿Tienen conductas disociales presentes los adolescentes de 4to y 5to año que
acuden al Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara?, ¿Cómo son los
rasgos de conducta disocial presente en los adolescentes de 4to y 5to año que acuden
al Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara?
Objetivos de la Investigación
General
Analizar las conductas disociales en los adolescentes del 4to y 5to año que acuden
al Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara.
Específicos
1. Determinar las conductas disociales presentes los adolescentes de 4to y 5to año
que acuden al Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara
2. Describir los rasgos de conducta disocial presente en los adolescentes de 4to y 5to
año que acuden al Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara
Justificación de la Investigación
La delincuencia juvenil y la conducta antisocial son un problema muy frecuente
en la actualidad, sobre todo en la etapa de la adolescencia , estos casos presentan
mayormente en los jóvenes que cursan la preparatoria la facilidad que presentan a esa
edad convierten a jóvenes en el blanco perfecto para adquirir este tipo de conductas
negativas ya que se atraviesa por un periodo de inestabilidad psicológica que provoca
un sinfín de conflictos tantos internos como externos, también es un periodo en el que
están en busca de su identidad lo cual los lleva a experimentar un sin fin de vivencias,
las cuales pueden ser tantos positivas como negativas.
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación
Bases Teóricas
Revisando la definición de bases teóricas, se considera oportuno sustentar este
aspecto según el criterio de Tamayo y Tamayo (b.cit) quien indica lo siguiente: “las
bases teóricas tiene que ver con las teorías que brindan al investigador el apoyo
inicial dentro del conocimiento del objeto de estudio” (p.107), es decir, cada
problema posee algún referente teórico, lo que indica, que el investigador no puede
hacer abstracción por el desconocimiento, salvo que sus estudios se soporten en
investigaciones puras o bien exploratorias. Por ello, implican un desarrollo amplio de
los conceptos y proposiciones que conforman el punto de vista o enfoque adoptado,
para sustentar o explicar el problema planteado.
Para el desarrollo de las bases teóricas de la presente investigación se tomaron en
cuenta los aspectos referidos a la conducta disocial en su definición, características y
dimensiones como son: el robo y vandalismo, las travesuras, el abandono o deserción
escolar, los pleitos y el uso de armas, el diseño de grafitis y las manifestaciones de la
conducta oposicionista desafiante en el entorno donde interactúa el adolescente
Asimismo se describe la adolescencia como etapa crucial de vida humana seguido de
la teoría cognoscitiva social para explicar el aprendizaje de conductas por
modelamiento. Para finalmente cerrar este apartado con la fundamentación legal y la
operacionalización de la variable.
Conducta Disocial
Robo o Vandalismo. Las personas a lo largo de su vida, pueden ser víctimas de actos
delictivos en donde son despojados de sus pertenencias, donde el agresor puede ser
adolescente o adulto, generando una sensación de miedo e incertidumbre ante tal
situación y del mismo modo, ser objeto de actos donde se observen daños a la
propiedad pública o privada, destrozando paredes, propiedades o cualquier mobiliario
que afecte a la sociedad.
De allí que Yáñez, (2009) define como robo o hurto “la acción de apoderamiento
con o sin violencia, intimidación o fuerza de las cosas de otros”. Sostiene que hurto o
robo “como aquellos de apropiación por medios materiales, suponiendo una actividad
física del agente o sujeto activo que se ejercerá sobre la cosa sustraída, sobre sus
resguardos, o sobre la persona de su titular o de quien puede evitar la acción del
agente”. (p. 88). Los adolescentes que cometen estas infracciones, son penados a
través del Código Penal venezolano (2005).
En cuanto a los actos vandálicos, Calameo (2013) lo define como “aquellas
acciones que son perpetradas por una o varias personas, en torno a destruir y devastar
todo cuanto se enfrente a su paso” (p. 20). Los adolescentes con trastorno disocial,
pueden buscar destruir lo que consigan a su paso, especialmente las entidades o
espacios públicos y de uso común. En el caso de los adolescentes en edad escolar,
comienzan con hurtos de objetos materiales en el aula o de sus compañeros. También
puede que se pierdan cosas en el hogar, todo esto para comerciar o pagar cualquier
acción delictiva que quiera cometerse.
Graffiti. Una de las expresiones del arte urbano más populares en la actualidad es el
grafiti, que en ocasiones es considerada hasta como una obra de arte, la cual se realiza
en paredes, muros o calles. Se trata de la expresión de dibujos o escritos, algunos con
sentido poético, otros más coloquiales o del argot popular de cada región. En muchas
oportunidades se asocia a vandalismo, puesto que se realiza en paredes o calles que
son propiedad privada y rompen con la estética del lugar donde se ubican.
Desde el punto de vista del trastorno disocial, Moral y Pacheco, (ob.cit) señalan
que “son conductas de daños hacia lo ajeno y la propiedad privada a través del dibujo
de pinturas en aerosol”. (p. 28). En los entornos educativos, se observa la presencia
de rayones o expresiones dentro de las paredes del plantel, los baños y hasta en las
afueras de la institución. Algunos alumnos también buscan destruir la propiedad
privada, como los vehículos de los trabajadores de las instituciones, o el mobiliario de
del establecimiento, no solo rayándolos sino también dañándolos y dejándolos
inoperativos. Algunos se limitan solo a la expresión de palabras o dibujos en las
paredes en representación a lo que sienten o a algún símbolo en específico que guarda
relación con lo que sienten o desean expresar.
Adolescencia
Bases Legales
Al respecto del contenido del artículo, del mismo se puede interpretar que las
características y fines esenciales de la educación, están orientados a desarrollar
plenamente la personalidad del individuo convirtiéndolo en un ser apto para la vida
en sociedad y democracia; a través del desarrollo de aspecto tales como: autonomía,
espontaneidad, criticidad; así como también fortaleciendo su sentido de pertenencia
hacia el entorno local, regional y nacional.
De igual forma, en la Ley Orgánica de Protección del Niño, Niña y Adolescente
(2015.) en el Título V, establece lo siguiente:
En este apartado, aparece todo lo referente al sistema penal de
responsabilidad del adolescente. Este sistema está integrado por el
conjunto de órganos y entidades que se encargan del
establecimiento de la responsabilidad del adolescente. El
adolescente que incurra en la comisión de hechos punibles,
responde por su infracción en la medida de su culpabilidad. Se
considera adolescente infractor a aquel que ha cometido actos
previamente definidos como delito o falta según la ley penal.
Definición conceptual
Según Bullones (ob.cit) una conducta disocial representa un comportamiento
recurrente, destructivo, violento y distorsionado que altera y transgrede las normas de
orden social.
Definición operacional
En relación con la variable conducta Disocial, se define de manera operacional por
medio del Cuestionario para medir las conductas disruptivas, creado por Pacheco, M.
y J. Moral, en el año 2010, la misma está compuesta por 27 ítems, con una escala de
respuesta de tipo Likert de cinco puntos que oscilaba la cual presentaopciones de
respuestas que van desde el totalmente de acuerdo hasta el totalmente en desacuerdo a
Además, contiene 6 dimensiones de medición las cuales son: Robo y vandalismo, las
travesuras, pleitos y armas, grafitti, Conducta oposicionista desafiante, abandono
escolar.
Cuadro 1
Operacionalización de la Variable
Variable Dimensión Indicadores Items
Conducta Robo Y Violentamiento O Robo Sin 05,08,18,24,
Disocial Vandalismo Enfrentamiento A La Víctima, 25,26, 27
Fraudulencia.
Travesuras Conducta Y Tendencia Hacia Las 06,07,15,16,
Bromas Pesadas, Alboroto, Reírse De 20,21
Los Demás.
Pleitos Y Fanfarronea, Amenazar O Intimidar A 01,02,19,22,
Armas Otros Iniciar Peleas Físicas, Utiliza 23
Armas Que Pueden Causar Daños
Físicos A Otra Persona.
Graffitis Tendencia Hacia El Uso De Grafitti, 12,13,14
Rayar Paredes Y Dañar Propiedades De
Otra Persona.
Conducta Comportamiento Con Extrema 09,10,11
Oposicionista Desobediencia, Hostilidad Hacia Las
Desafiante Figuras De Autoridad.
Abandono Pensamientos O Ideas De Abandonar 03, 04
Escolar La Escuela
Fuente: Tomado de la Escala de Conducta Disocial Moral y Pacheco (2010)
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
Tipo de Investigación
Diseño de la Investigación
Población y Muestra
Población
Corbeta (2006), plantea que la población de estudio representa, “las unidades de
análisis (personas, organizaciones), a quienes se va a estudiar y que dan origen a los
datos de la investigación”. (p. 85). La población del presente estudio corresponde a
treinta (30) adolescentes de 4to y 5to año que acuden al Liceo San Francisco Javier
del Barquisimeto Estado Lara, por la razón de quince (15) por cada sección.
Muestra
Según Corbeta (op. Cit.), la muestra “es un conjunto de unidades, una porción del
total, que representa la conducta del universo en su conjunto” (p.85). Una muestra es
una porción representativa de la población. Cuando un investigador realiza en
ciencias sociales un experimento, una encuesta o cualquier tipo de estudio, trata de
obtener conclusiones generales acerca de una población determinada. Para el estudio
de ese grupo, tomará un sector, al que se conoce como muestra. Por lo tanto, la
constituyen los treinta (30) adolescentes de 4to y 5to año que acuden al Liceo San
Francisco Javier del Barquisimeto Estado Lara
En este caso, se habla de que el estudio asume una muestran censal, la cual para
Roldan (ob.cit), es aquella donde se selecciona el cien por ciento (100%) de la
población al considerarla un número manejable de sujetos. Por lo tanto, es aquella
donde todas las unidades de investigación son consideradas como muestra y ello, la
hace representativa.
Instrumento
Según Arias (2010),”los instrumentos son los medios materiales que se emplean
para recoger y almacenar la información (pág.53). Para recoger datos e información
relevantes, en el presente estudio se implementará la aplicación de un cuestionario
cerrado, definido por el autor antes citado como un “conjunto de preguntas escritas
utilizadas para obtener información indistintamente para evaluar las respuestas dadas
por una persona respecto a un tema” (p.56).
Cabe destacar, que en este caso, el instrumento para la recolección de datos
corresponde a la modalidad del cuestionario que según Arias (ob.cit), “es la
modalidad que se realiza de forma escrita mediante un instrumento o formato en
papel contentivo de una serie de preguntas” (p.57). Asimismo, plantea que el
cuestionario de preguntas cerradas “son aquellas que establecen previamente las
opciones de respuesta que puede elegir el encuestado”. (p.57)
Por lo tanto, se considera que en el cuestionario de preguntas cerradas cada ítem
plasmado en el cuestionario mide lo estrictamente necesario según el objetivo u
objeto de estudio, es decir, las preguntas son directas y precisas, sin que el
adolescente proveedor de información del Federico Carmona no se les presentara
ambigüedades ni dudas en su interpretación. En el presente, se trabaja la recolección
de datos a través de la Escala de Conducta Disocial (ECODI27; Pacheco, M. y J.
Moral, 2010).
La Escala de Conducta Disocial (ECODI27), fue diseñada en México, por Moral y
Pacheco (2010). Es una escala tipo Likert de 27 reactivos con rangos de 5 puntos (de
1 totalmente de acuerdo a 5 totalmente en desacuerdo). Todos están redactados en
sentido de conducta disocial. Se califican por grado de conformidad en relación con
descriptores de la conducta propia. Así, a mayor puntuación, menor presencia de
conductas disociales, partiendo de los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales en su Quinta versión (DSM – V, ob.cit).
La puntuación en la escala y sus factores se obtiene por suma simple de reactivos.
Presenta una estructura de seis factores correlacionados y distribuidos de la siguiente
manera: robo y vandalismo (5, 8, 17, 18, 24, 25, 26 y 27); travesuras (6, 7, 15, 16, 20
y 21); abandono escolar (3 y 4); pleitos y armas (1, 2, 19, 22 y 23); grafiti (12, 13 y
14); y conducta oposicionista desafiante (9, 10 y 11).
Baremo de Corrección de la Escala
Cuadro 2
Claves de respuesta de la Escala de Conducta Disocial
TA BA nAnD BD TB
Totalmente de Bastante de Ni de acuerdo ni Bastante en Totalmente en
acuerdo acuerdo en desacuerdo desacuerdo desacuerdo
1pto 2 pto 3 pto 4pto 5 pto
Fuente: Moral y Pacheco (2010)
Validez del Instrumento
Según Moral y Pacheco, (ob. cit), los valores de consistencia interna de la escala
ECODI27 (puntuación total), así como de sus factores Robo y vandalismo y
Travesuras son altos (α = 0,70). El factor de Abandono escolar presenta consistencia
interna alta (α = 0,660). El factor de Pleitos y armas tiene consistencia interna alta en
hombres y adecuada en mujeres (α = 0,672). El factor de Grafiti muestra consistencia
adecuada en la muestra de hombres (α = 0,698). El factor de Conducta oposicionista
desafiante cuenta con consistencia interna alta en la muestra de mujeres (α =0,752),
adecuada en la de estudiantes hombres (α =0,681) y baja en la de infractores (α
=0,568). Según los criterios de decisión para la confiabilidad de un instrumento, para
Palella y Martins (ob. cit) los rangos comprenden confiabilidad muy alta (0,81 a 1),
alta (0,61 – 0,80), media (0,41 – 0,60), baja (0,21 – 0,40) y muy baja (0 – 0,20), por
lo que se considera que ambos instrumentos contemplan de alta a muy alta
confiabilidad para cada uno de sus factores.
Conclusión
Para Martins y Palella, (2006) “las conclusiones son el análisis que conforma el
problema y el marco teórico, el cual se caracteriza a través de los datos arrojados por
el instrumento aplicado” (p.14). Es decir, una vez, finalizado el análisis de los datos
obtenidos de la aplicación del instrumento se presentan las conclusiones y
recomendaciones las cuales permiten expresar los resultados de los objetivos
planteados.
Cumpliendo con los alcances del presente estudio, y con el objetivo de esta que es,
Analizar las conductas disociales en los adolescentes de 4to y 5to año que acuden al
Liceo San Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara. se presentan las siguientes
conclusiones:
En cuanto al primer objetivo específico, que pretendía Determinar las conductas
disociales presentes en los adolescentes de 4to y 5to año que acuden al Liceo San
Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara, se concluye que un 70% siendo una
mayoría significativa de la muestra encuestada presenta conducta disocial, es decir,
solo cierta parte de los estudiantes no realizan actividades ilícitas, siendo preocupante
la situación del liceo San Francisco Javier.
En relación al segundo objetivo específico, que era Describir los rasgos de
conducta disocial en los adolescentes de 4to y 5to año que acuden al Liceo San
Francisco Javier de Barquisimeto Estado Lara, donde la conducta disocial se divide
en 6 factores o rasgos, donde se observaron los siguientes resultados: factor robos y
Vandalismo el cual obtuvo una puntuación de 6,9, seguidamente se encuentra el
factor travesura con una puntuación de 14,30, asi pues se tiene al factor pleitos y
armas con 10,20.luego se encuentra el factor graffiti con 14,53, seguidamente el
factor de conductas oposicionista desafiante con 7,3. y por último el factor abandono
escolar con una puntuación de 7,90.
Por lo tanto se encuentra presentes, robo y vandalismo, travesuras, conducta
desafiante, pleitos y armas, por otra parte grafittis y abandono escolar están ausentes.
Cabe acotar que dichas conductas traen consecuencias a futuro debido a que si no se
interviene a tiempo en quienes las presentan pueden incurrir a delitos mayores e
incluso llegar a la cárcel.
Recomendaciones
A la Universidad Yacambú
Proporcionar información de dicha investigación a próximos trabajos de
interés relacionados.
Apoyar a posibles trabajos relacionados o similares a esta investigación:
tomar en cuenta correlaciones entre dos poblaciones diferentes como, por
ejemplo: sexo, año, edad.
Referencias