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Final - Cartilla Mecanismos Censat PDF
Final - Cartilla Mecanismos Censat PDF
TEXTOS
Diana Milena Murcia Riaño
Abogada Mg en Sociología y miembro del grupo
de investigación Summa Causa, Universidad del
Bosque.
COORDINACIÓN
Tatiana Roa Avendaño
CENSAT Agua Viva
EQUIPO EDITORIAL
Primera Edición
DIRECCIÓN CREATIVA Septiembre de 2014
Johanna Vidal Gómez ISBN: 978-958-58470-4-0
Tales iniciativas heredaron la fortaleza de las luchas locales que vienen desde
tiempo atrás y se amalgamaron con otros repertorios de exigibilidad, enraiza-
dos en el activismo por los derechos en el país, como la movilización social, el
cabildeo ante organismos de presión y la movilización a través del derecho, su-
mando a sectores, grupos y comunidades de diferentes tradiciones de acción:
derechos humanos, ambientalismo y comunidades campesinas.
Es así como nace este documento que presentamos ante ustedes. El texto se
divide en tres secciones: la primera aborda la estructura de las formas de par-
ticipación en Colombia a partir del Artículo 40 de la Constitución Política y de la
Ley 134 de 1994, recopilando los balances que, sobre su eficacia, juiciosamente
se han realizado. En la segunda se describen los mecanismos y procesos más
específicos en defensa del medio ambiente con breves comentarios sobre su
ámbito de aplicación.
Finalmente, la tercera sección ofrece una breve conclusión referida a los apren-
dizajes, significados y horizontes de sentido en la lucha por los territorios y el
agua, a través de los mecanismos de participación en los casos estudiados.
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En cuanto a la participación a través de mecanismos en el ámbito político, la
Ley 134 de 1994 instituyó formas específicas ligadas al voto, a la realización de
consultas, a las iniciativas populares, al cabildo abierto, a la revocatoria del
mandato y a la veeduría ciudadana.
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La relevancia de esta figura, sin embargo, se ha desdibujado en razón a que
durante la vigencia de la Ley 134 ninguna revocatoria ha prosperado. En el
estudio “Mecanismos de participación ciudadana en Colombia, 20 años de ilu-
siones” realizado por la Misión de Observación Electoral (MOE) en 2012, se
estableció que fueron tramitadas 132 propuestas de revocatoria, 130 para al-
caldes y dos para gobernadores, de las cuales no se logró superar la etapa
de recolección de firmas para el caso de los gobernadores, solo el 25% llegó a
votación en el caso de los alcaldes.
Consultas
El mecanismo de la consulta tiene tres modalidades, conforme a la Ley 134 de
1994: el plebiscito, el referendo y las consultas populares.
1. Para efectos del referendo derogatorio son leyes las expedidas por el Congreso o los decretos que dicte el Presidente de la República
en ejercicio de facultades extraordinarias que éste le haya conferido; son ordenanzas las expedidas por las asambleas departamen-
tales y los decretos que dicte el gobernador con fuerza de ordenanza; son acuerdos los expedidos por los concejos municipales y los
decretos que dicten los alcaldes con fuerza de acuerdo; y son resoluciones las expedidas por las Juntas Administradoras Locales y las
resoluciones que dicte el alcalde local, todos de conformidad con las facultades extraordinarias otorgadas para tal evento (Registradu-
ría Nacional del Estado Civil, s/f).
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Esquema 3. Procedimiento para llevar
a cabo un referendo
Entre los motivos identificados para tan absoluta inefectividad, se tiene que
en la etapa de recolección de firmas existe incapacidad para conseguirlas, lo
que -según la MOE (2012)- se debe a: que algunas iniciativas buscaban tener
un efecto político más que llegar propiamente al referendo, que las iniciativas
no eran atractivas para la ciudadanía, que los promotores calcularon mal el
margen de invalidación de apoyos (que en promedio ha llegado a un 52%),
y a la falta de pedagogía ciudadana, pues “muchos no conocían que existen
dos etapas de recolección de apoyos (constitución del comité promotor y con-
vocatoria al referendo) y por ello una vez habían apoyado la primera etapa se
negaban a hacerlo en la segunda, argumentando haber firmado previamente,
cuando en realidad debieron diligenciar los formularios en dos oportunidades
diferentes” (MOE, 2012: 78).
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Tres iniciativas sí alcanzaron las firmas requeridas y llegaron al Congreso: la de
reelección de alcaldes y gobernadores en 2005, el referendo por el derecho
fundamental al agua y la pena de prisión perpetua para castigar delitos atro-
ces contra los niños en 2008, sin embargo la convocatoria a los referendos no se
logró “debido a los intereses políticos, económicos y jurídicos que tocaban las
tres iniciativas y que no concordaron con los intereses del Congreso y Gobier-
no” (MOE, 2012: 79).
Por su parte, con las consultas populares el pueblo se pronuncia ante una pre-
gunta de carácter general sobre un asunto de trascendencia nacional, departa-
mental, municipal, distrital o local, propuesta por el Presidente de la República,
el gobernador o el alcalde, según el caso.
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El asunto en cuestión debe ser competencia de la respectiva autoridad, no ser
un proyecto de articulado (pues para eso está la iniciativa popular normativa),
y no referirse a temas que modifiquen la Constitución.
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En el tema ambiental que interesa, la siguiente tabla resume las iniciativas pre-
sentadas, sin incluir la de Piedras y Tauramena, que se tratarán más adelante:
Tabla 1. Consultas populares municipales en asuntos
ambientales
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Otras consultas se han realizado con el fin de modificar o precisar límites inter-
municipales (de las 8 iniciativas 7 fueron realizadas), de constituir áreas metro-
politanas (tres, de las cuáles solo una prosperó) o de constituir municipios (se
han conformado siete municipios en La Guajira, Sucre, Cauca y Bolívar).
De acuerdo con la MOE, entre 1991 y 2012 se realizaron tres iniciativas popula-
res de acto legislativo, una de ellas no cumplió con las firmas, otra fue desistida
y la que llegó al Congreso -para modificar el régimen constitucional de los ser-
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vicios públicos domiciliarios- fue retirada en el primer debate: “debido al grado
de inmadurez política, la poca visibilidad y el flaco seguimiento al Congreso de
parte de la opinión pública no hubo una reacción fuerte ante la decisión de la
Comisión Primera de no darle trámite a la iniciativa” (MOE, 2012: 51).
Cabildo abierto
Como lo indica la Ley 134 de 1994, este mecanismo es la reunión pública de los
Concejos Distritales, Municipales o de las Juntas Administradoras Locales, en la
cual los habitantes pueden participar directamente con el fin de discutir asuntos
de interés para la comunidad (Art. 9).
El cinco por mil del censo electoral del lugar presenta ante la secretaría de la
respectiva corporación, la solicitud razonada para que sea discutido un asunto
en Cabildo Abierto y dentro de la semana siguiente a su realización; el presi-
dente de dicha corporación da respuesta “escrita y razonada a los plantea-
mientos y solicitudes ciudadanas” (Art. 87).
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La decisión mayoritaria de la Corte […] acepta el sentido democrático y par-
ticipativo de la institución pero, de manera inexplicable, limita sus alcances
hasta considerar que solo tiene efectos deliberantes. En estas condiciones,
el cabildo abierto se confunde con el derecho de petición consagrado por
el constituyente en el Artículo 23 de la Carta. La voluntad popular de insti-
tucionalizar una vía de participación adicional queda entonces desvirtua-
da por la decisión de la Corte de recortar sus alcances hasta confundir su
operatividad con la de otra figura ya existente (Sentencia C-180 de 1994).
Veedurías ciudadanas
Con el fin de vigilar la gestión pública, los resultados de la misma y la presta-
ción de los servicios públicos, la Ley 34 de 1994 previó la figura de las veedurías
ciudadanas. El mecanismo ha sido reglado por la Ley 850 de 2003.
2. Integrada por la Procuraduría General de la Nación, la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General de la República, el Ministerio
del Interior y el de Justicia, el Departamento Administrativo de la Función Pública, la Auditoría General de la República, la Contaduría
General de la Nación y la Escuela Superior de Administración Pública.
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Esquema 6. Actores y materias de las veedurías ciudadanas
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Existe además una multiplicidad de espacios para la rendición de cuentas,
como las audiencias públicas, foros, conversatorios, etc., y de escenarios lo-
cales para la participación como los consejos, comisiones, comités, mesas, nú-
cleos, juntas, etc. que abarcan un portafolio temático y poblacional muy amplio,
pero con enormes dificultades para articularse “en un sistema que tenga senti-
do para la gente” (Velásquez y González, 2003: 364) y que permita conquistar
un nivel de incidencia aceptable en la toma de decisiones.
En líneas generales, puede concluirse que en el país existe una variada gama
de mecanismos de participación ciudadana, diseñados de tal manera que el
derecho a la participación, en sí mismo, no puede concretarse; se trata de “una
especie de ley del embudo en la que el espíritu de la norma que crea el meca-
nismo es amplio, pero va siendo restringido a medida que es reglamentado y
puesto en marcha” (Velásquez y González, 2003: 363).
Resulta significativo que ningún plebiscito o consulta nacional haya sido intenta-
do, que toda revocatoria haya fracasado, que todo referendo constitucional de
iniciativa ciudadana, referendo aprobatorio, consulta departamental e iniciati-
vas populares legislativas y departamentales se hayan caído en la respectiva
corporación.
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II. Mecanismos de participación en defensa del
ambiente y los territorios
En el país “la guerra y el conflicto armado se han institucionalizado, es decir,
comprenden discursos regulares, espacios oficiales de difusión, medios de co-
municación a su servicio, textos y formas de hablar de la guerra que ya hacen
parte de la vida cotidiana” (Estrada, 2004 citado por Olave, 2012), lo que ha co-
pado la agenda social enfocándola en las necesidades de las víctimas de las
violaciones de derechos humanos y en el movimiento permanente por la paz.
Los ejercicios de resistencia han sido repelidos e intentan ser neutralizados con
el uso excesivo de la fuerza en el caso de las manifestaciones; la deslegitima-
ción de las causas de las y los defensores del ambiente y el territorio a través
de los discursos de funcionarios públicos; la estigmatización de su labor por
parte de los aliados de las empresas; su criminalización y judicialización, y los
hostigamientos, amenazas y atentados en su contra, llegando incluso a su ex-
terminio físico.
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Imagen 1. Mapa del aumento de asesinatos contra ambientalistas y
defensores de los territorios (tomado de Global Witness, 2014)
• Entre 2002 y 2013 al menos 908 perso-
nas fueron asesinadas en 35 países pro-
tegiendo los derechos sobre la tierra y el
ambiente, y en los últimos cuatro años el
índice de muertes aumentó a una media
de dos activistas por semana.
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En muchos casos los conflictos ambientales no se evidencian como tales porque
se traslapan con las dinámicas del conflicto, y el temor y el miedo que cunde en
las regiones no permite que se expresen prima facie ni que sean tratados como
tales por parte de las autoridades correspondientes.
Cabe tener en cuenta que este mecanismo “no es una etapa de decisión ni de
debate, es decir, no es vinculante u obligatoria para la administración pública,
es más bien un instrumento de información, socialización y control social” (Pro-
curaduría, 2008: 30) al que puede asistir cualquier interesado, pero en el que
solo pueden intervenir:
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Por derecho propio:
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Para el promotor del proyecto, la audiencia es útil en tanto le permite reconocer
el contexto de conflictividad que genera la iniciativa, y adoptar la medidas
necesarias para contenerla y evitar“que ésta llegue a las instancias guberna-
mentales de control ambiental, convirtiéndola entonces en un problema de in-
cumplimiento de los actos administrativos” (Macías, s/f). Para las comunidades
es una oportunidad de conocer los alcances de los proyectos y -alrededor o a
partir de ellas- consolidar sus estrategias de movilización4.
4. Como la que se gestó alrededor de la iniciativa de instalar la industria minera en los páramos de Santurbán y Almorzadero. Una rese-
ña se encuentra en: Notiagen, Audiencia pública nacional por los páramos Santurbán y Almorzadero, septiembre de 2012, disponible en:
http://notiagen.wordpress.com/2012/09/04/audiencia-publica-nacional-santurban-almorzadero-revive-el-debate-sobre-el-agua-y-la-mi-
neria/
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Sin embargo, el derecho a la consulta en Colombia suele identificarse como
la forma exclusiva en la que los pueblos indígenas y tribales pueden y deben
hacer justiciables sus derechos y defender la especial relación que tienen con
su territorio5, que es la que los define como un sujeto colectivo.
5. En el Sistema Interamericano de Derechos Humanos se ha comprendido que “para las comunidades indígenas la relación con la
tierra no es meramente una cuestión de posesión y producción sino un elemento material y espiritual del que deben gozar plenamente,
inclusive para preservar su legado cultural y transmitirlo a las generaciones futuras”; que “la cultura de los miembros de las comunidades
indígenas corresponde a una forma de vida particular de ser, ver y actuar en el mundo, constituido a partir de su estrecha relación con
sus territorios tradicionales y los recursos que allí se encuentran, no solo por ser éstos su principal medio de subsistencia, sino además
porque constituyen un elemento integrante de su cosmovisión, religiosidad” y, por ende, “de su identidad cultural” (CIDH, 2009: Párr. 56)
6. Específicamente las consultas de proyectos, pues otra ha sido la dinámica, mecanismos e impactos de las de leyes.
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La movilización indígena para demandar que el derecho fundamental a
la consulta se cumplan o ha garantizado a las comunidades un desenlace
satisfactorio. Esto tampoco se ha garantizado en los escenarios jurídicos,
pues a pesar de que sucesivamente los tribunales de justicia le ordenen
al gobierno suspender proyectos para realizar en debida forma la consul-
ta, en los hechos se instrumentan diversas fórmulas como la cooptación
mediante la prebenda o el empleo, la corrupción o las más efectivas: la
amenaza, la violencia y el desplazamiento forzado de la población, para
imponer finalmente el proyecto en detrimento de la territorialidad y la inte-
gridad de los pueblos indígenas.
Quizás por ello para el pueblo U’wa estaba claro que el problema de fon-
do no era si se realizaba o no en debida forma la consulta previa, a la cual
se opusieron de manera persistente.
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constitucionales7 o los autos de seguimiento8 de sus sentencias, que han con-
figurado un activismo judicial muy valorado por las víctimas de las violaciones
de derechos, y muy criticado desde los sectores que validan la política econó-
mica del país.
7. Es una declaración realizada por la Corte cuando concurren estos elementos: “1) La vulneración masiva y generalizada de varios dere-
chos constitucionales que afecta a un número significativo de personas. 2) La prolongada omisión de las autoridades en el cumplimiento
de sus obligaciones para garantizar estos derechos. 3) La adopción de prácticas inconstitucionales, como la exigencia de incorporar
la acción de tutela como parte del procedimiento para garantizar el derecho conculcado. 4) La no expedición de medidas legislativas,
administrativas o presupuestales necesarias para evitar la vulneración de los derechos. 5) La existencia de un problema social cuya
solución compromete la intervención de varias entidades, para la adopción mancomunada de un conjunto de medidas multisectoriales
que exige un nivel de recursos que demanda un esfuerzo presupuestal adicional importante. 6) Si todas las personas afectadas por
el mismo problema acudieran a la acción de tutela para obtener la protección de sus derechos, se produciría una mayor congestión
judicial” (T-068 de 2010).
8. La Corte no desatiende la suerte de las sentencias que emite, por el contrario, mantiene su competencia para verificar que las autori-
dades adopten las medidas necesarias para restablecer los derechos fundamentales vulnerados o se eliminen las causas de la amena-
za. Los autos más famosos son los de seguimiento al cumplimiento de la sentencia T-025 de 2004 en el que se declaró el estado de cosas
inconstitucional frente al desplazamiento forzado en Colombia.
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Sin embargo, aunque su uso es mucho menor que el de la tutela -no más de
15.000 acciones populares presentadas que representan solo un 3% de los pro-
cesos judiciales atendidos en el país (Echeverri, 2011)-, su efectividad se ha
visto minada por una férrea oposición a su consolidación como mecanismo de
protección ambiental.
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Mecanismos de participación en defensa del ambiente y los terri-
torios: los casos de la iniciativa popular en defensa del Páramo El Almorzadero, las
consultas populares de Piedras y Tauramena, y el referendo por el agua
A medio camino entre la democracia representativa y la democracia directa, el
modelo democrático que se quiso establecer en la Constitución de 1991 es de
corte participativo,
Sin embargo, como se vio en la primera parte de este escrito, en general los ciu-
dadanos no han podido definir su destino colectivo a través de los mecanismos
de participación en lo político -revocatoria del mandato, consultas, iniciativas
populares y cabildos abiertos- pues el poder definitorio de temas tan relevantes
como el ambiental, es resguardado y escatimado celosamente por las autori-
dades nacionales.
Así, tanto el Congreso como el Ejecutivo, muy comprometidos con una expan-
siva política minero-energética, vienen desmontando las exiguas barreras nor-
mativas que protegen el ambiente, tal y como lo ha denunciado la Contraloría
General de la Nación (2013: 107):
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toda vez que lejos de representar un avance en la reglamentación
de instrumentos de gestión ambiental, se evidencia su desmonte y
con ello la disminución de mecanismos que favorezcan la adopción y
seguimiento de medidas preventivas al momento de planear el desa-
rrollo de un proyecto, obra o actividad” (CGR, 2010:4).
Ante tal panorama, las autoridades locales tienen un margen de maniobra es-
trecho que solo ha podido expandirse con ocasión de la movilización ciudada-
na en la activación de los mecanismos de participación.
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• Experiencia del Referendo por el Texto del Referendo por el agua
El proceso que llevó a consolidar la idea lectivos de las comunidades negras son parte integrante
de los mismos. Se garantizará además el valor cultural del
del referendo tiene raíces, muchos años agua como elemento sagrado en la cosmovisión de los
les y nacionales en defensa del agua, y TITULO II CAPÍTULO III DE LOS DERECHOS COLECTI-
VOS Y DEL AMBIENTE
se concretó con la creación del Comité Parágrafo nuevo Artículo 80.
Nacional en Defensa del Agua y la Vida Los ecosistemas esenciales para el ciclo del agua deben
gozar de especial protección por parte del Estado y se
(CNDAV) y los correspondientes comités destinarán prioritariamente a garantizar el funcionamien-
promotores regionales, integrados por to de dicho ciclo, sin vulnerar los derechos de las comuni-
dades que tradicionalmente los habitan, procurando mo-
una multiplicidad de sectores sociales de delos de uso sustentable, de tal manera que se disponga
todo el país. de agua abundante y limpia para todos los seres vivos.
teger los ecosistemas que la sustentan dades organizadas para la prestación de estos servicios
se fundamentarán en la autogestión para lo cual todos
para el bienestar no solamente humano, sus integrantes acordarán las modalidades de gestión
sino de todos los seres vivos. económica necesarias para su funcionamiento. Dichas co-
munidades recibirán apoyo del Estado para garantizar la
cobertura y potabilización del agua que suministren.
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Esta pedagogía se concretó en la navegación de la idea por todo el país:
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no decir permanente. En el actual período la plenaria de la Cámara solo
alcanzó el quórum decisorio y lo mantuvo en la sesión del pasado 18 de
los corrientes. En las más de diez citaciones anteriores este quórum no se
completó o se disolvió luego de aprobar el orden del día. Así el ausentismo
parlamentario se sumó a la obsecuencia hacia Gobierno y los intereses
privados y mercantiles en torno al agua para negar el referendo (Comité
de Promotores, 2010).
La amplitud del proceso del Referendo permitió una articulación social en-
tre procesos sociales, que incluían en sus repertorios de contienda el agua:
la defensa de las cuencas y microcuencas en la provincia Guanenta frente
a la industria avícola, la resistencia a la construcción de una hidroeléctrica
y en defensa del río Sogamoso, la lucha por los servicios públicos domici-
liarios, la articulación de los acueductos comunitarios, la defensa de las
ciénagas del Llanito y la Virgen en Barrancabermeja, la lucha de los traba-
jadores en defensa de las empresas públicas, la defensa de los páramos
frente a la minería, entre muchos otros.
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• Experiencia de la iniciativa popu-
lar normativa en defensa del pára- Texto del proyecto de acuerdo
PARÁGRAFO.
La iniciativa normativa fue espe- El páramo El Almorzadero como ecosistema frágil y esen-
cial desde su origen. Se concibió cial para el ciclo del agua debe gozar de especial protec-
ción por parte del Estado, y se destinarán prioritariamente
a través de otro mecanismo de a garantizar el funcionamiento de dicho ciclo, sin vulnerar
participación, un cabildo abierto, los derechos de las comunidades que tradicionalmente
los habitan, procurando modelos de uso sustentable. Se
en el cual diversos sectores socia- garantizará además el valor cultural del agua como ele-
les con la anuencia del Concejo mento sagrado en la cosmovisión de los grupos étnicos.
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con otros procesos comunitarios en los que el valor intrínseco de la naturaleza y
sus componentes son valorados por sobre el criterio de utilidad, como en Ecua-
dor, Estados Unidos y Bolivia.
de quorum
El Gobierno emite el Decreto 0934 para evitar que los gobiernos locales establezcan zonas excluidas de la minería
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En una retrospectiva de diez años, el proceso que llevó a la aprobación de la
iniciativa mezcló muchas estrategias de exigibilidad y vinculó varios mecanis-
mos de participación en el ámbito de lo político, que contrastaron con talan-
queras institucionales que demuestran cómo “pese al discurso de apertura y
transparencia del diálogo social en las Alianzas para la Prosperidad, lo que
ocurre en el escenario público es que progresivamente se mengua el margen
de intervención posible dentro de los espacios oficiales para quienes tienen
una visión de país diferente y el potencial para posicionarla” (Rodríguez, 2013).
De los casos aquí tratados, ninguno como el ejercicio de las consultas populares
ha generado tantas reacciones en contra por parte del Gobierno nacional.
El municipio había sido destinado para asentar la planta de producción del oro
de La Colosa, que implicaría el uso de elementos como el cianuro, susceptible
de contaminar el agua y ambiente del lugar. Ante tal panorama, la comunidad
y las autoridades del lugar iniciaron un proceso de movilización cuya expresión
más visible fue la consulta popular.
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Una vez ésta fue realizada, el gobierno Texto del Decreto del Alcalde Piedras 094 de 2013
te. La Anglogold demandó la nulidad de 1. Que la comunidad del municipio de Piedras en múltiples
la consulta, que fue posteriormente re- expresiones ha manifestado su preocupación y descon-
chazada por el Tribunal Administrativo tento originado por la presencia de la Compañía Minera
Anglogold Ashanti en la Vereda Camao, Predio la Perdiz,
del Tolima, basada en tres argumentos: Jurisdicción de Municipio de Piedras, en donde se preten-
de llevar a cabo actividades complementarias a la fase
de explotación del proyecto la Colosa, como proyecto de
Uno: que la “actividad minera gran minería que se adelanta en la región.
no es competencia de los muni- 2. Esta actividad minera con uso intensivo del cianuro y ex-
cipios”; que éstos solo están fa- posición a materiales químicos nocivos, generan un inmi-
nente riesgo para la comunidad en sus aspectos sociales,
cultados para reglamentar el uso económicos, legales, la vida, la salud, el medio ambiente
del suelo, pero no del subsuelo, y el futuro de la población y demás aspectos del entorno.
que le “pertenece a la Nación”. 3. El uso del suelo y la cantidad de agua para consumo
Dos: se critica la falta de impar- humano sufrirán un cambio significativo con afectación de
la calidad de vida de las personas y la vocación agrícola
cialidad en el texto de la consulta por tradición de la zona.
[…] El tercer y último argumento
4. Las peticiones elevadas no solo fueron aceptadas por
es que hubo vicios en el proceso el Alcalde de Piedras sino aplicadas legalmente acudien-
de la consulta9 (El Espectador, do al mecanismo de participación ciudadana; para este
caso como es la consulta popular regulada en la Ley 134
2014). de 1994, Art. 53 y 105 de la Constitución Nacional, la que
llevará a cabo la Registraduría Nacional del Estado Civil
con sede en el Municipio de Piedras Tolima.
Dos meses antes de la consulta en Pie-
dras, el Gobierno Nacional había emitido 5. En su trámite la alcaldía solicitó al Concejo Municipal
de Piedras mediante Oficio motivado No. 381 de mayo 16
el Decreto 934 por el que radicó exclusi- de 2013, concepto sobre la conveniencia de la consulta.
vamente en el Ministerio del Ambiente, 6. El Consejo Municipal de Piedras emite concepto favora-
las CARs y los Distritos Especiales, la fa- ble de conveniencia para realizar la consulta según oficio
No. 061 de fecha mayo 22 de 2013.
cultad de establecer zonas excluidas y
restringidas de minería, en un intento 7. Dentro de los términos legales para el trámite de la
consulta popular con radicado No. 73001-23-33-005-2013-
dirigido directamente a neutralizar la au- 00317, el Tribunal Administrativo del Tolima discutió y apro-
tonomía territorial de los Concejos Muni- bó en Sala de Decisión l la legalidad del procedimiento
y la constitucionalidad del texto de la pregunta de la
cipales y de las Asambleas Departamen- consulta.
tales, y a tipificar disciplinariamente esa
8. Una vez notificada la Registraduría Nacional del Estado
facultad como un “exceso del ámbito de Civil, mediante oficio NO. DT-2532 de julio 3 de 2013, mani-
sus competencias”. fiesta la viabilidad para llevar a cabo la consulta popular
el día domingo 28 de julio de 2013.
9. Cabe mencionar que ya antes la empresa había usado herramientas DECRETA […]
judiciales ante las protestas de la comunidad en contra de las operacio-
nes exploratorias, presentando una acción de tutela en defensa de los
derechos “de libre locomoción y al trabajo que, según él (representante
de la empresa), le han sido vulnerados directamente por personas inde-
terminadas e indirectamente por el alcalde de Piedras, Arquímedes Ávila
Rendón” (El Nuevo Día, 2013).
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Recordemos que desde 2012 los concejos de Támesis, Urrao y Jardín en Antio-
quia, habían proscrito la actividad minera en sus territorios ya sea declarándo-
los zonas de protección especial o reivindicando su vocación agrícola, y que
esto había generado mucho ruido en los medios de comunicación.
En este caso votaron por el NO 4.610 ciudadanos, número suficiente para que
procediera la consulta, pero esta vez, el Gobierno nacional intentó disuadir a la
comunidad de realizar esta consulta desplegando días antes una delegación
compuesta por los ministros de Minas y Energía, Medio Ambiente, la viceminis-
tra del Interior y el presidente de Ecopetrol.
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El cumplimiento de ambas consultas se Texto del control constitucional realizado por el Tri-
bunal Contencioso del Tolima a la consulta de Taura-
encuentra en ciernes, en primer término mena
lugar, porque la Corte Constitucional al 2. También estima conforme con la Carta y con los li-
revisar una acción contra el Decreto 934, neamientos legales, el contenido de la pregunta que se
someterá a la votación de la comunidad de Tauramena,
declaró su constitucionalidad condicio- en cuanto concierne a la claridad y a la preservación del
nando la realización de un proceso de núcleo esencial de la libertad de los electores para optar
por una respuesta simple: SI o NO, sin condiciones ni agre-
concertación con las autoridades locales, gados que puedan distraer su comprensión o su decisión.
que terminará por sacar del juego a los
3. En lo que atañe al contenido jurídico de la pregunta,
ciudadanos. deja advertido que: i) no presupone ni excluye la fidelidad
de los elementos fácticos inherentes a ella; ii) nada anti-
cipa respecto a la validez de los futuros actos que deba
En este fallo, del que solo se conoce un expedir la autoridad territorial, si los votantes acogen el
comunicado, la Corte determinó: NO, con la participación y la mayoría previstas en el orde-
namiento; iii) en la frontera porosa y por demás compleja
de las competencias de las autoridades nacionales, de-
partamentales y municipales, respecto de la ponderación
[…] en procura de una solución de intereses y valores atinentes a la presunta contraposi-
que permita aplicar de forma ción de la actividad de la industria del petróleo, en toda
su cadena, con la preservación de algunos elementos del
armónica el contenido de los medio ambiente sano (recursos hídricos, bosques, áreas
principios que se encuentran en de reserva forestal) o con otras intervenciones antrópicas
tradicionales (agricultura y ganadería, vivienda rural),
tensión en este caso concreto, se abordó la discusión en uno de los escenarios posibles -el
concluyó que el artículo 37 de la de la duda razonable- para hacer viable la consulta, en
cuanto debe privilegiarse la participación democrática.
Ley 685 de 2001 -Código de Mi-
nas- estaría acorde con la Cons- Ninguna de las tesis radicalmente opuestas que se esgri-
mieron en la audiencia en torno a competencias, pueden
titución, siempre y cuando en el considerarse victoriosa; y iv) aquí se ha ocupado única-
proceso de autorización para la mente del examen constitucional de la consulta popular,
no de las aristas que podría abordar un juez popular en
realización de actividades de ex- torno a un determinado proyecto de “sísmica” o de otras
ploración y explotación minera actividades exploratorias, o en general de la cadena del
petróleo en parte de la jurisdicción de Tauramena.
-cualquiera sea el nombre que se
dé al procedimiento para expedir Como no se trata de un juicio ordinario, no tiene que con-
vocarse a partes ni a terceros interesados; no hay deman-
dicha autorización por parte del da, ni traslados, ni contestación […]
Estado- se tengan en cuenta los
aspectos de coordinación y con-
currencia, los cuales se fundan
en el principio constitucional de
42
autonomía territorial. En este sentido, una autorización al respecto deberá
dar la oportunidad a las entidades municipales o distritales involucradas
de participar activa y eficazmente en dicho proceso, mediante acuerdos
sobre la protección de cuencas hídricas y la salubridad de la población,
así como, del desarrollo económico, social y cultural de sus comunidades
(Corte Constitucional, comunicado 07, 2014).
10. Cuyo texto era: “Está usted de acuerdo con que se ejecuten actividades de exploración sísmica, perforación exploratoria, producción
y transporte de hidrocarburos, en las veredas de Casical, Guayabal, Piñarelar y Guadalito, donde se ubica la zona de recarga hídrica
del municipio de Monterrey Si __ No __.”
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III. Aprendizajes, significados y horizonte de sentido
en la lucha por el ambiente y los territorios a través
de los mecanismos de participación
Los casos y el contexto referido, contrastan con el marco normativo de la par-
ticipación formal en Colombia y son demostrativos de un dramático déficit de-
mocrático. Ante tal estado de cosas podemos concluir que el discurso de los
bienes comunes y del interés público no solo limita la participación y autonomía
territorial11 ligada al destino del subsuelo/suelo, sino que suplanta el marco de
derechos conquistado con la Constitución de 1991.
Esquema 8. Tipos y
ejemplos de efectos de
las decisiones judiciales
conforme a Rodríguez
(2010)
11. Entendiendo por autonomía territorial “la capacidad que tienen los entes locales, por mandato constitucional, para gestionar sus
respectivos intereses a través de sus propios órganos y bajo su propia responsabilidad. Se traduce en el derecho y correlativo deber de
participar en todos los asuntos ya sean de índole nacional, regional, municipal o provincial, que por supuesto, involucre los intereses de
las comunidades” (González, 2012, 11).
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Este modelo de comprensión de los alcances de las decisiones judiciales pue-
de servir de guía para enmarcar los significados y aprendizajes del uso de los
mecanismos de participación ciudadana en la defensa del ambiente y los te-
rritorios.
Salvo el caso del Referendo por el Agua, todos los mecanismos estudiados han
satisfecho el objetivo instrumental: que se apruebe la consulta o que se valide
la iniciativa popular. El éxito instrumental, es el que, de hecho, ha propiciado el
contragolpe estatal vía normativa, jurisprudencial o con la amenaza disciplina-
ria.
12. Libardo Hereño ha trabajado las definiciones tierra/territorio en relación a las comunidades indígenas: “Mientras que ‘tierraʼ a secas
es una idea que remite a un carácter básicamente instrumental, la noción de territorialidad indica procesos complejos de construcción
cultural ligados a la ocupación y al uso de las tierras ancestrales. En tanto, la acepción del ‘territorioʼ si bien conserva un marcado ca-
rácter cultural, su esencia determinante es política pues ha servido para defender el ejercicio de la autonomía por parte de las comuni-
dades originarias frente a la institucionalidad estatal y a la sociedad mayoritaria, concretándose para ello en la demarcación de áreas
territoriales en las cuales los pueblos étnicos pueden desarrollar sus proyectos de vida” (2004: 220).
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3. La recuperación de espacios democráticos fallidos. Si bien en ge-
neral los mecanismos de participación han sido un fracaso, o servido solo
para la redefinición del mapa político, su uso en defensa del ambiente y los
territorios han significado una puja por la democracia, al conquistar esos
espacios fallidos.
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