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Alcohol y los efectos que causa sobre el organismo 

Todos sabemos a grandes rasgos los efectos de beber más de la cuenta: ese estado de éxtasis
emocional, que tras unas horas se convierte en dolor de cabeza, náuseas y malestar general.
Pero lo cierto es que el alcohol afecta a nuestro organismo de muchas más maneras a largo
plazo, muchas de ellas no visibles en un principio.
Comencemos por el sistema digestivo. El esófago presenta una alteración en su motilidad en
individuos a los que se les administra alcohol ya sea bebiéndolo o por vía intravenosa. Esto,
sumado a una peor acción de los esfínteres esofágicos superior e inferior, contribuye
al reflujo y al vómito de cualquier cosa que ingiramos. Esta motilidad se ve permanente
afectada en bebedores crónicos, si bien en sujetos sanos se revierte pasadas unas cuantas
horas.
En las paredes del estómago tenemos unas células que segregan ácido clorhídrico. Este crea
en el interior estomacal un ambiente tremendamente ácido (pH cercano a 2) necesario para
llevar a cabo la digestión de los alimentos. El hecho de que no se “digiera a sí mismo” se
debe a que está recubierto por dentro por una capa de mucosa que segrega bicarbonato,
logrando un efecto tampón que mantiene un pH estable. Pues bien, el alcohol consume esta
capa mucosa, dejando tejido no resistente a la acidez al descubierto y provocando gastritis
aguda, úlceras o hemorragia (efectos que parecen potenciarse si previamente se han tomado
ácido acetilsalicílico o antiinflamatorios entre otros). De nuevo este efecto revierte al cabo de
unos días en sujetos sanos y es más grave en bebedores habituales.
La velocidad de vaciado gástrico también disminuye con altas cantidades de alcohol. Esto
tiene bastante sentido si consideramos que el primer paso de la digestión del alcohol se da en
el estómago con el enzima alcohol deshidrogenasa (ADH).  La ADH transforma el alcohol en
otras sustancias que deberán ser eliminadas por el hígado, logrando que pase menos alcohol
al intestino que es donde más se absorbe (en el estómago se absorbe una pequeña cantidad).
Este hecho también presenta la paradoja de que las bebidas con más de 400, al quedar más
tiempo retenidas en el estómago, son menos absorbidas que las de 20-300.
También actúa sobre el intestino delgado acelerando el tránsito intestinal, aunque la relación
es bastante multifactorial y no está del todo clara. Se cree que es por efecto directo del etanol
sobre las fibras musculares, así como sobre el sistema nervioso parasimpático. En cualquier
caso la descomposición asociada al alcohol revierte en pocos días.
Más importante es su papel en el flujo de absorción de nutrientes y fluidos. El alcohol
ralentiza este proceso contribuyendo a la malnutrición, especialmente en bebedores crónicos.
Los efectos sobre el sistema circulatorio a largo plazo como la arritmia y la hipertensión,
predisponen a quien los padece a sufrir una insuficiencia cardíaca que puede finalizar en un
infarto. Estos efectos también se dan en intoxicaciones etílicas agudas, si bien se vuelve a la
normalidad bastante deprisa.
El alcohol dilata los vasos sanguíneos periféricos, lo que hace que se pierda calor (otra cosa
es que no sintamos el frío debido al efecto sedante sobre el sistema nervioso).
Aproximadamente el 90% del alcohol que pasa a la sangre es eliminado por oxidación en
el hígado. Esto puede darnos una idea del gran esfuerzo que tiene que hacer para eliminar una
sustancia tóxica. Un consumo excesivo produce en este órgano la famosa cirrosis,
caracterizada por una acumulación de colágeno en el hígado (imaginarlo como “cicatrices”
producidas por el alcohol) que destruye su arquitectura normal hasta producir un fallo
hepático.
En las fases iniciales de la intoxicación etílica aguda aparece un menor autocontrol, mayor
fluidez verbal, sensación de bienestar, risa fácil y desinhibición. Después aparecen los efectos
típicamente sedantes con una reducción de la capacidad de rendimiento y concentración,
torpeza motora, desequilibrio, pérdida de reflejos… Estos efectos tan observables en los
jóvenes de fin de semana son difíciles de explicar a nivel neurológico. Por ejemplo, parece
ser que el alcohol estimula de manera indirecta el centro del placer y la recompensa del
sistema nervioso central, aumentando la liberación de dopamina y produciendo euforia.
Tradicionalmente se viene creyendo que el alcohol destruye neuronas. los científicos
americanos Harper y Krill que, allá por los noventa, llegaron a tal conclusión al observar que
cerebros de alcohólicos tenían menos neuronas que cerebros de gente normal. En un artículo
publicado en abril en la Scientific American Mindel alcohol daña transitoriamente las
dendritas y con ello la sinapsis neuronal.
Otro de los efectos más destacados a nivel cerebral se produce en el hipotálamo. Desde ahí se
controla de manera indirecta la producción de la hormona vasopresina, cuya liberación
contribuye a la retención de líquidos. El alcohol hace que tengamos más ganas de
orinar porque inhibe la producción de esta hormona. Aprovecho para decir, que una de las
teorías actuales de la aparición de la resaca es la deshidratación cerebral causada por este
efecto.
Enfermedades que provoca el consumo de alcohol.
Cirrosis
Las células del hígado sufren un daño irreparable, pero tomar alcohol en grandes cantidades
también puede ocasionar cirrosis. Inhabilita el hígado y en el caso de no tratarse con rapidez
puede llegar a ser mortal. Afecta sobre todo a mujeres, pero también a hombres que se
exceden con las bebidas alcohólicas.
Enfermedades cardiovasculares
La gran ingesta de alcohol puede favorecer la aparición de coágulos de sangre, que en
ocasiones acaban generando derrames cerebrales o ataques al corazón. Un estudio hecho por
la Universidad de Harvard comprobó que las borracheras duplicaban las posibilidades de
fallecer en las personas que habían sobrevivido a un infarto.
Cáncer
También contribuye a incrementar las posibilidades de sufrir cáncer. Entre los bebedores, el
más frecuente suele ser el de laringe, boca, faringe, esófago o hígado. Las opciones de
padecerlo se multiplican si la persona también fuma.
Anemia
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas acaba reduciendo el número de glóbulos rojos,
que son las células encargadas de oxigenar los tejidos. Esto tiene el resultado de una anemia.
Sus síntomas suelen ser cansancio, caída de cabello, dolores de cabeza y problemas para
dificultar. El hierro resulta muy importante para la salud.
Pérdida de memoria
Cuando se toma en grandes cantidades, el alcohol también contribuye a la pérdida de
facultades cerebrales, desencadenando en demencia. Además daña la habilidad para juzgar y
resolver problemas. Sin lugar a dudas se convierte en un enemigo para nuestra salud, sobre
todo cuando nos excedemos con ello.
Una vez que conoces todas las enfermedades que provoca el consumo de alcohol,
posiblemente la próxima vez te lo pienses dos veces antes de tomarte una copa.

DROGAS:
El consumo de drogas es un problema cada vez extendido a nivel mundial, y las
consecuencias de estos acarrean numerosos problemas para las personas a nivel físico,
psicológico y social.
Por lo tanto, el primer paso a la hora de luchar contra la drogadicción en conocer las causas
de esta. 
Causas más comunes de la drogadicción
Entre las causas de la drogadicción más habituales encontramos las siguientes.
1. Curiosidad
Tras numerosas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que la curiosidad es una de
las principales causas que originan las conductas de drogadicción.
Este factor se da sobre todo en la población más joven, lo cuales se inician en el consumo de
drogas influidos por la información recibida del entorno o los medios de comunicación.
2. Vivencias traumáticas
Aunque no todas las personas que han experimentado una vivencia traumática o con un alto
contenido emocional desarrollen conductas o hábitos de drogadicción, muchas otras
encuentran en las drogas una vía de escape que les ayuda a sobrellevar ciertas situaciones
especialmente complicadas.
El objetivo de estas conductas es el de olvidar ciertos recuerdos que torturan la mente de la
persona y así, distraer el intelecto para no tener que enfrentarse a ellos. De esta manera, son
muchas las personas que deciden experimentar con las drogas para conseguir un estado de
relajación o aturdimiento.
3. Alivio del estrés
Este punto está estrechamente relacionado con el anterior. Aquellas personas cuyo ritmo de
vida conlleva una gran presión o estrés, bien a nivel laboral, familiar o social, pueden llegar a
encontrar en las drogas una manera de relajarse y aliviar estar tensión aunque sea por unos
momentos.
No obstante, la propia adicción generará más y más tensión entre un consumo y otro, por lo
que la persona necesitará cada vez más dosis y lo hará de manera más y más recurrente.
4. Mejorar el desempeño
En ciertos ámbitos como los deportivos o académicos, es habitual que algunas
personas recurren al consumo de algún tipo de sustancia estupefaciente para intentar mejorar
su rendimiento.
Lo que estas personas ignoran o piensan que pueden evitar, es que aunque la droga solamente
sea consumida en momentos específicos con algún fin concreto, son muchas las
probabilidades que acabe convirtiéndose en una adicción.
5. Falta de motivación y objetivos
Son numerosos los casos de drogadicción personas que no encuentran ningún tipo de
motivación en su vida, por lo tanto buscan en las drogas la experimentación de sensaciones
agradables o de euforia.
6. Influencia del contexto familiar
Ciertos estudios establecen que la convivencia en un entorno familiar inestable, ser hijo de
padres drogadictos o los trastornos mentales en padres son factores que facilitan el consumo
de drogas en los más jóvenes.
En un entorno familiar en el que el consumo de drogas es algo habitual e incluso está
normalizado, es común que los hijos desarrollen algún tipo de adicción y que los padres, por
su condición de consumidores, no condenen estas conductas.
7. Presión o influencias del círculo de amistades
Una de las causas más frecuentes de la drogadicción en adolescentes es la presión que reciben
de su grupo de amistades para iniciar el consumo. En grupos en los que el consumo es
habitual o frecuente, es muy posible que el menor inicie y mantenga el consumo de drogas
con la intención de encajar o de integrarse en él.
8. Falta de habilidades sociales
Las propiedades de ciertas drogas de abuso facilitan que la persona se sienta desinhibida y
segura. Por lo tanto, aquellas personas de carácter introvertido o con escasas habilidades
sociales tienen más posibilidades de consumir alguna sustancia en los momentos en los que
se tenga que enfrentar a la interacción social.
9. Imitación por admiración
Sobre todo en edades más tempranas, la influencia de ciertas personas conocidas o personajes
públicos puede conseguir que algunas personas quieran imitar algunas de sus conductas entre
las cuales se encuentra la experimentación con las drogas.
10. Problemas de sueño
Los problemas de sueño son cada vez más comunes en muchas personas, asimismo aquellas
personas que necesiten descansar correctamente por cualquier motivo, o que cumplan con su
trabajo en horario nocturno y necesiten dormir por el día, pueden comenzar a consumir
fármacos o compuestos relajantes que les ayuden a dormir.
Sin embargo, si la persona comienza a obstinarse con las horas de sueño y el cansancio, el
consumo repetitivo de estos compuestos o drogas puede llegar a provocar una adicción seria.
11. Prescripción médica
En la mayoría de los casos, cuando pensamos en una adicción, solamente nos vienen a la
mente todo tipo de sustancias ilegales o alcohol. No obstante, aquellos fármacos prescritos
con riesgo de adicción y administrados de forma errónea, son susceptibles de convertirse en
posibles drogas de abuso o, al menos, generar mucha dependencia.
12. Enfermedades mentales
Existen ciertos trastornos y enfermedades mentales cuya sintomatología puede instigar a la
persona a consumir algún tipo de droga. Bien para aliviar el dolor. O bien para aliviar el
malestar psicológico.
13. Factores genéticos
A pesar de que no pueda considerarse una causa directa de drogadicción, existe un extenso
debate entre las investigaciones que defienden la existencia de una predisposición genética a
la drogadicción y aquellas otras que insisten en que esta asociación se debe realmente al
aprendizaje.
No obstante, estudios realizados en hermanos gemelos han encontrado evidencias que
apuntan a una fuerte relación entre la relación parcial entre drogadicción y genética.
14. Mecanismos neuroquímicos
En la mayoría de los casos, el propio mecanismo de placer y recompensa llevado a cabo por
diferentes neurotransmisores implicados en los procesos de adicción, son los que llevan a la
persona a querer volver a experimentar las sensaciones agradables que sintieron durante el
primer consumo.
De esta forma, una persona con un organismo especialmente sensible a la acción de ciertas
sustancias, puede pasar de experimentar con las drogas por primera vez a desarrollar una
adicción que le permita experimentar repetidamente las mismas sensaciones de placer.
Consecuencias negativas del consumo de drogas
Las drogas pueden producir diferentes efectos placenteros, excitantes e incluso alucinógenos,
pero su consumo también provoca consecuencias graves para la salud física y psicológica de
los consumidores, y para su funcionamiento social.
A continuación puedes ver algunas secuelas que la droga puede dejar en los consumidores
habituales.
1. Desajustes neuroquímicos en el cerebro
Un estudio dirigido por Volkow en el año 2003 observó, gracias a estudios de neuroimagen,
que con el consumo de drogas se producen cambios neuroquímicos y funcionales
permanentes en el cerebro de los adictos. El consumo de sustancias psicoactivas provoca la
liberación masiva de algunos neurotransmisores como la dopamina o la serotonina que tanto
a corto plazo como a largo plazo suele tener consecuencias a nivel cerebral. A nivel funcional
también pueden darse problemas debido al desajuste neuroquímico que se produce, por
ejemplo en referencia a la motivación, la memoria y el control cognitivo.
Además, como consecuencia del consumo de drogas, las sinapsis también se ven alteradas.
Los estudios sugieren que, especialmente en el caso del glutamato, las conexiones entre
neuronas pueden modificarse. También se produce pérdida neuronal, daño axonal
generalizado, problemas neurodegenerativos, disminución de proteínas ácidas fibrilares
gliales y otras consecuencias que afectan directamente al cerebro.
2. Alteración del humor
Las alteraciones del humor son frecuentes con el consumo de droga. No solamente a largo
plazo, sino también a corto plazo, lo cual significa que una persona puede pasar de estar
relajada a sentirse irritada y agresiva de manera muy frecuente.
Esto es especialmente destacable en las horas posteriores al consumo de drogas o cuando el
craving tiene un efecto más pronunciado. A largo plazo la personalidad de muchas personas
puede verse alterada con el consumo de sustancias psicoactivas.
3. Problemas familiares, relacionales y sociales
Los problemas a nivel familiar son bastante frecuentes independientemente del tipo de drogas
que se consuman. Claro está que con el consumo de tabaco es poco probable que una familia
se separe, pero sí que lo es por el consumo de alcohol u otras drogas duras como la cocaína.
Los problemas sociales también pueden presentarse cuando una persona es consumidora
habitual de estas sustancias, pudiendo perder amistades e incluso el trabajo. La persona que
consume drogas puede mostrar una pérdida de interés en sus aficiones y otras actividades
favoritas. Los problemas económicos también se asocian a las conductas de drogadicción.
4. Adicción
La adicción es una de las consecuencias del consumo de drogas, y es lo que lleva a las
personas a volver a consumir estas sustancias que provocan un efecto inicialmente agradable
sobre el sistema nervioso. Las drogas afectan de manera notable al sistema de recompensa
cerebral, que está involucrado en las conductas placenteras (por ejemplo, el sexo) y que el
cerebro se encarga de que volvamos a repetir debido a su función de supervivencia.
En el caso de las drogas duras, esta adicción puede provocar que una persona haga lo que esté
en sus manos para obtener la sustancia que tanto quiere. Por ejemplo, robar o tener relaciones
sexuales por dinero o por una dosis.
5. Problemas cardiovasculares
Los problemas cardiovasculares son habituales con el consumo prolongado de la gran
mayoría de drogas, pues estas sustancias alteran el funcionamiento normal del corazón.
Mientras algunos fármacos provocan una actividad muy alta de este órgano, otras hacen todo
lo contrario. En ambos casos se produce una variación de la presión arterial. Abusar de las
drogas puede conducir a ataques cardíacos, infecciones en los vasos sanguíneos y otros
problemas cardiovasculares.
6. Defectos en el embarazo
El consumo de drogas en mujeres embarazadas se ha relacionado con bebés prematuros y
subdesarrollados, porque el abuso de sustancias psicoactivas deteriora la salud tanto de la
madre como del niño. Los estudios científicos muestran que el abuso de drogas por parte de
la madre se relaciona con síntomas de abstinencia en el bebé, defectos de nacimiento,
problemas de aprendizaje y de comportamiento, entre otras consecuencias negativas.
7. Disfunción sexual
El consumo de drogas puede provocar disfunción eréctil tanto aguda como prolongada. Esto
fue comprobado por el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. Para su estudio, los
investigadores comprobaron las consecuencias a nivel sexual de 1.007 hombres, con la
participación de 28 centros de tratamiento para drogodependientes repartidos en toda España.
La mayoría de estos sujetos habían consumido cocaína de manera aislada (50,92%) o bien
combinada con alcohol (11,14%) o con heroína (8,65%). El resto de sujetos consumió:
alcohol (12,54%), heroína (4,97%), cannabis (2,38%), fármacos estimulantes (1,73%),
fármacos depresores (0,43%), y la combinación de 3 o más sustancias (7,24%). Los
resultados parecen confirmar que los varones que han sido consumidores de sustancias
adictivas presentan disfunción eréctil en un porcentaje mayor (un 20,84% más) que los
hombres que no toman droga.
8. Debilitamiento del sistema inmune
Los estudios muestran que la mayoría de las drogas debilitan el sistema inmunológico.
Muchos fármacos como los opiáceos que funcionan como analgésicos, el cannabis, etc;
provocan una serie de reacciones negativas en el sistema inmune, lo que causa que los
consumidores sean más susceptibles a enfermedades e infecciones de todo tipo. Esto puede
manifestarse con simples resfriados o bien con problemas más serios. Algunos estudios
sugieren, por ejemplo, que el consumo de cannabis causa una mayor susceptibilidad al
cáncer.
Las conductas asociadas al consumo de drogas, además, pueden provocar otras
enfermedades, por ejemplo, Sida o Hepatitis en el caso de inyectarse heroína, y llevan a
realizar conductas temerarias que pueden causar otro tipo de consecuencias perjudiciales
como accidentes.
9. Problemas respiratorios
El consumo de drogas causa mayor riesgo a sufrir enfermedades respiratorias como la
neumonía. Los efectos secundarios de algunas drogas incluyen dolores en el pecho y los
pulmones o depresión respiratoria. Además, el consumo de drogas como el tabaco o la
cocaína pueden causar serios problemas de salud pulmonar.
10. Conductas antisociales
El abuso de drogas, como ya he dicho, hace que los consumidores puedan dejar de practicar
actividades de las que disfrutaban con anterioridad, además de tener problemas en el trabajo
como un rendimiento pobre en sus tareas e incluso su abandono o su despido.
En el caso de los jóvenes, el rendimiento en la escuela o el abandono de éstos es una
manifestación más que evidente del consumo de este tipo de sustancias. Asimismo, existe una
estrecha relación entre trastorno antisocial y consumo de estas sustancias tal y como concluye
un estudio de Suelves y Sánchez-Turet.
11. Aislamiento
El aislamiento puede ser una consecuencia directa del consumo de drogas. Por un lado, los
jóvenes pueden aislarse de la familia o del trabajo, y en casos graves como el consumo de
heroína, el drogadicto puede aislarse a nivel social e incluso personal, dejando de preocuparse
por su apariencia física e higiene. Los consumidores pueden vivir por y para la droga.
12. Ansiedad e insomnio
El muy habitual que las personas que consumen drogas con frecuencia sufran ansiedad y
alteraciones del sueño. De hecho, algunos individuos reconocen que son incapaces de
acostarse sin consumir marihuana una vez que se habitúan a consumir esta sustancia antes de
conciliar el sueño. Las drogas como el éxtasis o la cocaína pueden alterar la calidad del
sueño, generando ansiedad nocturna o pesadillas.
13. Otros trastornos psicológicos
Los problemas de ansiedad e insomnio son algunos de los problemas psicológicos que
pueden experimentar los consumidores de droga. En otros casos, además, pueden
sufrir trastornos más serios como la esquizofrenia o el trastorno paranoide. El Síndrome de
Wernicke-Korsakoff, que es un trastorno cerebral debido a la falta de vitamina B1 (también
llamada tiamina), suele asociarse al alcoholismo.
14. Sobredosis
El consumo de drogas es peligroso y puede causar daños irreparables para la salud de los
sujetos que hacen uso de estas sustancias. Son muchos los casos en que las dosis que se
consumen son excesivas, lo que provoca serios problemas para la persona. En algunos casos
la sobredosis simplemente puede hacer pasar un mal rato, al provocar náuseas, vómitos, dolor
de cabeza e incluso alucinaciones (dependiendo del tipo de sustancia psicoactiva).
15. Muerte
Los síntomas de la sobredosis que he mencionado en el caso anterior son los menos graves,
pero, en otras situaciones, la sobredosis puede llevar a la hospitalización del paciente, al
coma e incluso la muerte. Los datos del Informe sobre la Situación de las Drogodependencias
en España remitido por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas a la
Comisión Mixta Congreso-Senado, concluye que en España se producen, cada año, alrededor
de 800 muertes por sobredosis de sustancias ilegales.
Enfermedades asociadas al consumo de drogas.
Los efectos nocivos para la salud del consumo de drogas son de sobra conocidos. Además, el
cerebro es uno de los órganos más afectados ya que alteran su funcionamiento químico y su
estructura y causa unos cambios que perdurarán en el tiempo derivando en daños
permanentes.    Los neurotransmisores son las sustancias químicas que usa el cerebro para
comunicar unas neuronas con otras y transmitir información.
Problemas en el corazón

 El consumo de drogas (como la cocaína) puede causar problemas como ataques al


corazón y presión alta.

Problemas pulmonares y de respiración

 Algunas drogas pueden dañar los pulmones.


 Fumar marihuana puede producir infecciones pulmonares y tos.
 La heroína y los analgésicos pueden hacer que se detenga la respiración.
 Las drogas que se inhalan pueden dañar los pulmones y las vías respiratorias Y
TAMBIÉN detener la respiración.

Problemas estomacales

 Muchas drogas, como la cocaína, la heroína y los analgésicos, pueden causar dolor de
estómago y vómitos.

Problemas en los riñones

 Las drogas como la cocaína y la heroína pueden dañar los riñones.


 Si estos dejan de funcionar, la persona puede morir.

Problemas en el hígado

 El abuso de alcohol y de drogas que se inhalan puede causar enfermedades en el


hígado.

VIH/sida y hepatitis

 Inyectarse drogas con una aguja puede lastimar las venas.


 Al usar jeringas sucias se puede contraer VIH/sida y hepatitis. La hepatitis es una
enfermedad grave del hígado.

La mayoría de estos problemas pueden producir enfermedades graves o causar la


muerte.

Bibliografía:

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27 de Octubre de 2016, de Fundación Española del Corazón.
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 Plazas. C. (2020). Efectos y riesgos del consumo de drogas. Banmédica. Obtenido de:
https://www.banmedica.cl/efectos-riesgos-del-consumo-drogas/

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