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El 

tabaquismo es la adicción al consumo de tabaco.1 El tabaquismo es uno de los efectos del


tabaco en la salud. El consumo habitual de tabaco es una enfermedad que produce diferentes
enfermedades, como cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias. Es
particularmente perjudicial durante el embarazo. El tabaquismo contribuye a un deterioro
general de la salud y puede causar discapacidad.

La Organización Mundial de la Salud define al tabaquismo como una epidemia.2 Según datos


de la OMS, el tabaco es la primera causa de invalidez y muerte prematura,3 y la primera causa
de muerte evitable a nivel mundial.4 Más de 8 millones de personas fallecen cada año como
consecuencia del tabaco, de las cuales 1,2 millones fallecen como resultado de la exposición
al humo de segunda mano.5

Diversos estudios revelan que pocas personas comprenden los riesgos específicos para la salud
que entraña el consumo de tabaco.567 Aquellos fumadores que entienden los riesgos del
tabaco para la salud tienen más probabilidades de intentar dejar de fumar.89 El conocimiento
sobre los hábitos de fumar disminuye las probabilidades de que las personas se inicien en el
hábito de fumar.10

Las políticas públicas de salud que buscan disminuir la prevalencia del consumo del
tabaco incluyen medidas como el control del tabaco, incluyendo prohibiciones de fumar en
espacios públicos y el empaquetado neutro, junto con el desarrollo de programas
profesionales de cesación tabáquica.11

El tabaquismo requiere a menudo tratamiento medicinal, rehabilitación psicológica y re-


educación social. El asesoramiento profesional, las terapias de cesación del tabaquismo y la
medicación pueden duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea
abandonar el tabaco lo consiga512 y mejora el pronóstico del paciente de no
experimentar recaídas a largo plazo.131415 Sin embargo, a 2019, según la OMS, solamente 23
países ofrecían políticas completas de apoyo al abandono del tabaco; 116 países ofrecían algún
tipo de apoyo en centros de salud con los costos total o parcialmente cubiertos, y 32 países
ofrecían servicios de apoyo pero no cubrían su costo.11 No hay ningún tipo de asistencia para
dejar de fumar en una cuarta parte de los países de bajos ingresos.5

El tabaco es una sustancia adictiva, debido principalmente a su componente activo, la nicotina,


que actúa sobre el sistema nervioso central.16 El fumador sufre una dependencia física y
psicológica que genera un síndrome de abstinencia cuando el fumador no consume la
sustancia. Esta enfermedad es lo que se denomina tabaquismo.

Test de Fagerström

Test de Fagerström

El test de Fagerström es una prueba que creó en el año 1978 el doctor Karl Fagerström,19 uno
de los mayores expertos del mundo en tabaquismo con el nombre de Cuestionario de
tolerancia de Fagerström y es utilizada para medir por medio de seis preguntas el nivel de
adicción en los fumadores.20 El test se utiliza para evaluar el grado de dependencia física de un
fumador a la nicotina.
Fumar compulsivamente[editar]

Fumar un cigarrillo tras otro o en cadena, es la práctica de fumar varios cigarrillos en sucesión,
a veces encendiendo el siguiente con la colilla encendida del cigarrillo terminado. A menudo el
término fumador empedernido se refiere a una persona que fuma de forma constante,
aunque no necesariamente encadenando un cigarrillo detrás de otro. El término se aplica
principalmente a los cigarrillos, aunque también puede ser utilizado para describir la acción de
fumar cigarros y pipas de forma incesante o compulsiva. Es una forma común de adicción.22
Coloquialmente se usa la expresión fumar como un carretero (España), como un escuerzo
(Argentina), como un condenado (Chile), como chino en quiebra (Perú), o como un chacuaco
(México), y a veces se compara a la persona con una chimenea.

Fumar compulsivamente es un ejemplo de comportamiento adictivo excesivo en el Manual


diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales

Efectos del tabaco sobre la salud

Esta sección es un extracto de  Efectos del tabaco en la salud

Pulmón de un fumador enfermo de cáncer de pulmón. Las áreas negras están cubiertas por los
componentes de tabaco y han quedado endurecidas, mientras que la mancha blanca es el
cáncer producido por el tabaco.

Los efectos del tabaco en la salud son aquellas complicaciones derivadas del consumo del
tabaco. Es la acción prolongada y continuada de las distintas sustancias que componen los
cigarrillos sobre el organismo humano lo que desencadena el desarrollo de patologías severas
como tumoraciones, problemas cardiovasculares, respiratorios, etc. Tal es el caso, por
ejemplo, del cáncer de labio en los fumadores de pipa, el cáncer de vejiga y el cáncer de
esófago. En este último, se aprecia un mayor riesgo de padecerlo en pacientes adictos al
tabaco negro. Los alquitranes y otras sustancias químicas que acompañan a la nicotina en la
composición del cigarrillo son considerados altamente nocivos, siendo los principales
responsables del desarrollo de tales complicaciones. Sin embargo, está demostrado también
que el tabaco mascado «sin humo» también produce cáncer de la cavidad oral.

El tabaco puede provocar enfermedades del aparato respiratorio. Las patologías más


frecuentes asociadas al tabaquismo son la bronquitis y el enfisema. Se trata de dos fenómenos
esencialmente de tipo inflamatorio y destructivo, pero que pueden complicarse con lesiones
obstructivas, de fibrosis alveolar e incluso de neumotórax. La nicotina tiene también un efecto
directo sobre el sistema vascular, pudiendo producir gangrena como complicación de
la enfermedad de Buerger. Por otra parte, se considera que el hábito del tabaquismo puede
influir negativamente en la potencia sexual masculina.24

El uso simultáneo del alcohol aumenta la carcinogenicidad del tabaco respecto al cáncer de


cabeza y cuello.25 El tabaco es el responsable del diagnóstico de casi la totalidad de casos de
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), de enfisema y de cáncer de pulmón.

No existe ningún nivel seguro de consumo de tabaco.2627 Incluso el tabaco consumido en


cigarrillos de liar o en cigarrillos electrónicos causan daño irremediable. La única opción que
minimiza el riesgo de padecer enfermedades asociadas al tabaquismo es simplemente no
fumar.
Según la OMS existen en el mundo más de 1250 millones de fumadores (2010), lo que
representa aproximadamente un tercio de la población mayor de 15 años. Por sexos el 47 % de
los hombres y un 11 % de las mujeres en este rango de edad consumen una media de
14 cigarrillos por día, lo que supone un total de 5827 billones de cigarrillos al año. El 74 % de
todos los cigarrillos se consumen en países de bajo-medio nivel de ingresos (Banco Mundial)
(hay que tener en cuenta que la mayor parte de la población mundial vive en países de bajo-
medio nivel de ingresos). Tanto para hombres como para mujeres, el segmento de edad en la
que fuma mayor proporción es el comprendido entre 30 y 49 años.

Las mayores prevalencias mundiales se encuentran en Vietnam, Chile,28 parte


de África y República Dominicana en hombres (73, 68 y 66 %, respectivamente), mientras
que Dinamarca y Noruega la presentan en la población femenina (37 y 36 % respectivamente).
[cita  requerida]
 Por su elevado volumen poblacional, China, India y Rusia son las que agrupan la
mayor parte de fumadores del mundo.

En la Unión Europea existe una reducción progresiva del consumo, se mantiene la mayor


prevalencia en hombres que en mujeres, excepto en Suecia, donde el consumo es algo mayor
en mujeres (22 % hombres, 24 % mujeres). La mayor proporción de fumadores se encuentra
en los países mediterráneos.[cita  requerida] La prevalencia en España para mayores de 16 años
(2003) es del 31% de la población.29 Desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía
Torácica (SEPAR) se hace especial hincapié en el carácter crónico del tabaquismo.30 El alto
poder adictivo de las sustancias que contiene el tabaco disminuye exponencialmente las
posibilidades de lograr mantener la abstinencia durante un tiempo prolongado tras una
primera tentativa de abandono. El paciente tiende a desarrollar numerosas características
propias de otras patologías no reversibles. La lucha contra la adicción al tabaco debe, pues,
plantearse en un marco de acción a largo plazo. Se requiere una interacción estrecha entre los
profesionales sanitarios y el fumador, siendo necesario actuar sobre determinados patrones
educacionales, al mismo tiempo que se programa una terapia conductal adecuada y se lleva a
cabo un seguimiento personalizado del enfermo. Si bien hasta el momento los profesionales
sanitarios tendían a mostrarse reacios a la hora de asesorar a los pacientes sobre cuestiones
de tabaquismo al considerar poco eficaz su labor en esta materia (la concienciación suele ser
menor que en otras patologías crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial), la
situación tiende a revertirse.

Iniciación[editar]

La mayoría de los fumadores comienzan a fumar durante la adolescencia o los primeros años
de la edad adulta. Algunos estudios muestran que el hábito de fumar también puede estar
relacionado con diversas complicaciones de salud mental.31 El consumo de tabaco tiene
asociados elementos de riesgo y de rebeldía, que a menudo atraen a los jóvenes. La presencia
de compañeros que fuman y los medios de comunicación con modelos de alto estatus
asociados al tabaco también pueden alentar a fumar. Debido a que los adolescentes están más
influidos por sus compañeros que por los adultos, los intentos de los padres, las escuelas y los
profesionales de la salud para evitar que las personas prueben cigarrillos a menudo no tienen
éxito.3233

Los hijos de padres fumadores tienen más probabilidades de fumar que los niños con padres
no fumadores. Así mismo, los hijos de padres que fuman tienen menos probabilidades de dejar
de fumar.34 Un estudio comprobó que cuando alguno de los padres deja de fumar, los
adolescentes suelen reducir el consumo, excepto cuando el otro progenitor continuaba
fumando.35 Otro estudio probó la relación del tabaquismo adolescente con las reglas que
regulan en qué lugares se permite fumar a los adultos en el hogar. Los resultados mostraron
que las políticas restrictivas de fumar en el hogar se asociaron con una menor probabilidad de
intentar fumar tanto para estudiantes de secundaria como de bachillerato.36

La investigación conductual generalmente indica que los adolescentes comienzan sus hábitos
de fumar debido a la presión de grupo y a la influencia cultural ejercida por los amigos. Sin
embargo, también se encontró que la presión directa para fumar cigarrillos jugó un papel
menos significativo en el tabaquismo entre los adolescentes, con los propios adolescentes
percibiendo niveles bajos tanto de presión directa como de prohibición, para fumar o no
cigarrillos.37 La simple exposición a vendedores u otros consumidores puede motivar el
comportamiento de fumar en adultos.38 Un estudio similar sugirió que las relaciones
personales pueden desempeñar un papel más activo para comenzar a fumar de lo que se
pensaba anteriormente, y que también deben tenerse en cuenta procesos sociales distintos a
los de la presión de grupo.39 Los resultados de otro estudio indicaron que la presión de los
semejantes se asoció significativamente con el comportamiento de fumar en todas los grupos
de edad y género, pero que los factores intrapersonales fueron significativamente más
importantes para el comportamiento de fumar en las niñas de 12 a 13 años que en los niños de
la misma edad. Dentro del grupo de edad de 14 a 15 años, la variable de la presión de grupo
surgió como un predictor significativamente más importante del tabaquismo en las niñas que
en los niños.40 Se debate si la presión de grupo o la libre elección es la causa mayor de
tabaquismo en los adolescentes.

Pacientes psiquiátricos[editar]

A pesar de la progresiva disminución de la prevalencia de fumadores en la población general,


estudios clínicos han mostrado un aumento de la prevalencia de fumadores entre los pacientes
psiquiátricos, existiendo una relación entre la intensidad del cuadro clínico y la gravedad de la
dependencia al tabaco.41 En MEDLINE se registran 356 artículos científicos publicados entre
2001 y 2011 centrados en la relación entre el tabaquismo y la esquizofrenia.42 La Sociedad
Psiquiátrica Europea emitió una declaración en 2009 reconociendo que ciertos trastornos
psiquiátricos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar y la depresión son factores de
riesgo para padecer tabaquismo, entre otras patologías.43

En un estudio realizado en el Reino Unido en 1993 se concluyó que el 31 % de la población


general era fumadora, pero esta cifra se elevaba al 74 % de los pacientes con esquizofrenia u
otros trastornos delirantes, el 69% de quienes sufren psicosis afectiva y el 74% de los pacientes
con neurosis.44 Otro estudio realizado en 1986 en Estados Unidos obtuvo los siguientes
resultados relativos a la extensión del tabaquismo en pacientes psiquiátricos: esquizofrenia,
88%; manía, 70%; depresión mayor, 49 %; trastornos de ansiedad, 47 %; trastorno de
personalidad, 46% y trastornos adaptativos, 45 %.45 Se han propuesto tres posibles causas
básicas para esta relación: la hipótesis de la automedicación, según la cual la enfermedad surge
en primer lugar y luego la persona se vuelve fumadora por los efectos beneficiosos de
la nicotina en el tratamiento del cuadro principal; la hipótesis neuroquímica, según la cual el
consumo crónico de productos que contienen nicotina altera la química del cerebro
predisponiendo a padecer cuadros depresivos o maníacos y la hipótesis de la vulnerabilidad
común, según la cual ninguna de las patologías predispone a la otra sino que existe un tercer
factor, ya sea social o genético, que las predispone a ambas.45
En el caso particular de la esquizofrenia, la alta prevalencia solo se puede explicar por
motivos fisiopatológicos, sin descartar una predisposición genética.46 Además, esta relación es
independiente de los factores socioculturales.47 Debido a esto, se ha sugerido que en familias
con predisposición a esta enfermedad, se considere al tabaquismo como un marcador de
riesgo para padecer la misma.46 El consumo de tabaco en este tipo de pacientes presenta tanto
efectos positivos como negativos. Entre los positivos se pueden citar: mejora de los síntomas
negativos, disminución de los efectos secundarios de los medicamentos y sentimiento de
placer. Entre los negativos están que interfiere con las drogas utilizadas en el tratamiento y
agrava la presentación del trastorno.42 Los hidrocarburos aromáticos policíclicos del humo del
tabaco aumentan el metabolismo de la clozapina, la olanzapina y los antipsicóticos típicos.47
Entre los fumadores que padecen esquizofrenia o trastorno bipolar, la probabilidad de
contraer una enfermedad coronaria es de 2 a 3 veces superior a la media, elevando la tasa de
mortalidad y disminuyendo la esperanza de vida.43 Esta población es la que presenta menor
tasa de éxito cuando intentan dejar de fumar (11%), excepto quienes están bajo tratamiento
con clozapina.47

El tabaquismo produce en la actualidad la muerte prematura de 53.000 fumadores en


España, más de 500.000 en Europa y aproximadamente 3 millones de personas a nivel
mundial.

Aproximadamente el 33% de las enfermedades cardiovasculares se atribuyen directamente


al consumo del tabaco. Entre éstas cabe destacar: cardiopatía isquémica, enfermedad
cerebro-vascular, enfermedad vascular periférica, aneurisma de aorta, etc. El CO del humo del
tabaco es el principal responsable de estos procesos. Esta sustancia es capaz de unirse a la
hemoglobina sanguínea y producir carboxihemoglobina. (HbCO). La HbCO altera las células
endoteliales de la capa intima de la pared vascular produciendo necrosis de las mismas. Dicha
necrosis lleva a que aparezcan calcificaciones y depósito de colesterol. En consecuencia se
producen placas de ateroma. Los sujetos fumadores tienen en sus arterias un número de
placas de ateroma considerablemente mayor que el que tienen los sujetos no fumadores. Es
por ello, que en aquellos las enfermedades cardiovasculares que comentábamos antes
aparecen con mayor frecuencia. 

El alquitran y las nitrosaminas son las sustancias responsables de que la patología tumoral


aparezca con mayor frecuencia entre los fumadores. Estas sustancias alteran los genes
celulares bien inhibiendo a los genes supresores tumorales o bien acelerando la división celular
atípica. Incluso pueden manifestarse como sustancias que al unirse con otras las dotan de la
capacidad suficiente para convertirlas en sustancias carcinogenéticas.

Las sustancias oxidantes entre las que destacan los radicales tóxicos del oxígeno son las
principales causantes de los procesos de afectación bronquial. Todas las enfermedades
respiratorias sufren empeoramiento de su pronóstico como consecuencia del consumo de
tabaco, pero algunas de ellas, están directamente causadas por el tabaco. Entre estas merece
especial mención la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La EPOC está causada
en el 80-85% de los casos como consecuencia del consumo del tabaco.

Tratamientos para el tabaquismo.


Todo fumador debe recibir intervención terapéutica para incitarle, animarle o ayudarle a dejar
de fumar. La forma e intensidad del tratamiento que se brinde a cualquier fumador depende
de las características de cada fumador. El grado de motivación que el sujeto tenga para dejar
de fumar, así como, su grado de dependencia física y psíquica deben ser adecuadamente
valorados para proporcionarle el mejor tratamiento.

El tratamiento que debe recibir cualquier fumador que quiera realizar un serio esfuerzo por
dejar de fumar incluye una combinación de tratamiento farmacológico para aliviar la
dependencia que el sujeto tiene por la nicotina y asesoramiento psicológico para combatir la
adicción que el fumador tiene por el consumo inhalado de tabaco.  

Los programas comunitarios de prevención del tabaquismo han sido impulsados por la OMS


(Organización Mundial de la Salud), y otras Asociaciones Científicas, destinados a sensibilizar a
los líderes sociales y a la población general (medio escolar y laboral) y grupos de riesgo a fin de
convencerles de la necesidad de adoptar hábitos de vida saludables. Para que estos programas
obtengan resultados aceptables, es necesario que cumplan al menos, los siguientes aspectos:
prolongación en el tiempo, implicación de los profesionales, participación de los medios de
comunicación y establecimiento de normas restrictivas sobre el consumo de tabaco en las
instalaciones, donde se celebren estos actos.

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