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Caracas, Mayo de 2016

LA PIRÁMIDE DEL MIEDO

La denominada “Pirámide del Miedo”, es una escala que muestra los niveles de
alerta que pudiese tener un individuo, también denominada Pirámide de Colores, ésta,
mediante el uso de colores clasifica los niveles de alerta a los que puede estar
sometida una persona.

Claramente, dicha pirámide ayuda al estudio del uso progresivo y diferenciado de la


fuerza policial, ya que, dependiendo del tipo de acción desplegada por el ciudadano o
ciudadana abordada, así será la respuesta del efectivo policial, todo esto de
conformidad con los principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad que deben
ser sine quanon en lo que respecta al uso progresivo y diferenciado de la fuerza.

En la Pirámide del Miedo, podemos observar una serie de estados de alerta, los
cuales determinarán las acciones a tomar por el ciudadano o ciudadana; en la parte de
la base (o de abajo para ser más específicos) logramos observar que el estado
expuesto es el de relajación, el cual es representado con el color blanco;
seguidamente, un peldaño arriba en la pirámide logramos divisar el estado de
prevención, el cual es representado con el color amarillo, arriba de este logramos
observar el estado de alerta, representado con el color naranja; siguiendo este orden
ascendente logramos encontrar ya el estado de planificación, el cual es representado
con el color rojo, y finalmente, en la cúspide de la pirámide logramos observar el estado
de ejecución, el cual es representado con el color negro. Esta se trata de la pirámide
básica de estado de alerta.

servicio de policía y el uso progresivo y diferenciado de la fuerza, logrando crear la


Pirámide de Resistencia – Control; la cual deja reflejar el nivel de las acciones que
puede tomar un determinado sujeto en contra de la comisión policial y de terceros
involucrados en un determinado procedimiento y las acciones proporcionales que el
funcionario o funcionaria policial debe tomar con respecto a éstas. Recordemos que
toda acción desplegada por los efectivos policiales debe estar siempre ajustada a los
principios de legalidad, necesidad y proporcionalidad.
Ahora bien, podemos observar que en esta pirámide, a diferencia de la primera
explicada (la de los estados de alerta), ya no se encuentra el estado de relajación
representado con el color blanco; esto tiene una obvia explicación; la relajación de la
persona es inviable cuando se está tratando una situación determinada en la que
intervenga la autoridad policial; más claramente explicado; el ciudadano ejerce una
acción determinada; así que, la relajación queda fuera de este contexto de acción.

Más bien, en la base de la pirámide se encuentra el primer accionar negativo


(digámoslo así, porque de otra manera no necesitara regulación por parte de la
autoridad policial) se trata de la intimidación psicológica, la cual es representada con un
color verde claro, teniendo como respuesta proporcional policial la presencia policial;
continuando progresivamente con un estado de indecisión, representado con un color
verde un poco más obscuro, teniendo ésta como actuación proporcional el despliegue
táctico.

Continuando con las agresiones de tipo verbal, representada con el color verde
obscuro, teniendo ésta como actuación proporcional por parte de la autoridad policial el
diálogo. Estas tres etapas de uso progresivo y diferenciado de la fuerza policial,
representadas en los peldaños posteriores de la pirámide se relacionan con los Niveles
Ordinarios de Actuación Policial.

Siendo ello así, nos adentramos en los niveles de transición (continuamos subiendo
peldaños en la pirámide); logrando observar en este nivel un grado de resistencia
pasiva por parte del sujeto activo, siendo representada con el color amarillo, siendo la
actuación proporcional idónea el uso de técnicas suaves de control físico; continuando
en orden ascendente, nos encontramos con una resistencia defensiva, la cual es
representada con el color naranja y requiere como uso proporcional técnicas duras de
control físico, las cuales ya tratan de neutralizar al sujeto mediante diversos tipos de
sumisión. Finalmente, nos encontramos con los Niveles Extraordinarios de Fuerza;
siendo denominados así porque, los funcionarios y funcionarias policiales al usar estos
niveles deben encontrarse ciertamente en situaciones en que peligren su vida o la de
terceros.

Empezando con las acciones desplegadas nos encontramos con las agresiones
activas, las cuales son representadas con el color rojo y deben obtener como respuesta
proporcional el uso de armas intermedias, es decir, armas no potencialmente mortales,
por ejemplo, el bastón de mando, el Taser en otros países, los cuales al ser utilizados
buscan la neutralización del sujeto, sin embargo, en determinados casos podrían
ocasionar lesiones medianas, de consideración o inclusive, en casos atípicos, la
muerte.

Por último, en la cúspide de la pirámide logramos observar el último nivel de


resistencia, el cual trata de las agresiones con fuerza mortal, representadas con el color
negro (véase la similitud entre los últimos colores citados entre las dos pirámides
previamente analizadas), las cuales requieren una respuesta proporcional contundente,
la cual no es otra que el uso de la fuerza potencialmente mortal.

El estudio de las pirámides expuestas y el uso proporcional y diferenciado de la


fuerza policial nos da herramientas como funcionarios y funcionarios policiales para así
poder dar una respuesta oportuna a la ciudadanía, mediante actuaciones ajustadas a
los principios suficientemente expuestos, evitando así el uso excesivo de la fuerza
policial, o en contraparte, una respuesta policial por debajo de la requerida en una
determinada situación, arriesgando así la vida propia y la de terceros.

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