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Analisis y Resumen Del Libro La Conquista de La Voluntad
Analisis y Resumen Del Libro La Conquista de La Voluntad
Y COMPUTACIÓN
Ciclo 2011-I
Tema:
“Análisis y Resumen del libro La
Conquista de la Voluntad”
ASIGNATURA:
Antropología Filosófica
PROFESOR:
AUTOR:
CHICLAYO - 2011
INTRODUCCIÓN
Una vez educada la voluntad, se podrá autogobernar, y así lograr los objetivos trazados.
Para formarla se debe dejar de lado los aspectos que caracterizan nuestro mundo actual,
como el facilismo y la inmediatez. Se debe renunciar a todo lo inmediato que determine la
forma de realizar nuestras acciones en la actualidad, planteando una forma de vida
constante para desarrollar un proyecto de vida en el cual no exista lugar para la
improvisación.
Ficha Bibliográfica:
La Conquista de la Voluntad, como conseguir lo que te has propuesto, Rojas, E. Madrid,
1998 Ediciones Temas de Hoy, S.A.
La voluntad requiere de la motivación, el motor inicial que te encamina a algo, el acto para
conseguir el objeto querido hacia donde se dirige mi voluntad. Un acto intencional para
dirigirse a algo. Requiere tender un objetivo, tener determinación para conseguirlo, y
finalmente actuar para ello. Mas que un deseo es una emoción, amar y decidir por
hacerlo. Una voluntad mejor dispuesta será siempre la más motivada, pero para ello se
requiere de sacrificio planteando un objetivo con el cual uno se compromete, definiendo
las opciones y finalmente, decidirse a realizarlo.
La voluntad es eje en nuestras vidas porque puede ser inicio, para perseverar, para no
frustrarse y para finalizar algo, puede enmarcarse en todos los ámbitos de la vida (físico,
social, cultural, espiritual, etc.), puede definirse por la cantidad de esfuerzo, por los
objetivos en el tiempo, por su motor de inicio (génesis), y por la manera de compenetrarse
con la realidad (fenomenológico).
Para conseguir que la tarea de educar sea la correcta, y no el mero traslado de datos sin
sentido, tenemos que tomar muy en cuenta que uno educa por lo que se es, por tu actitud,
tus valores, tu vida, no por lo que se dice, pues mucha información aturde al educado e
impide poder tomar una decisión moral respecto a lo aprendido, y baja la educación a un
nivel material. Para ello es necesario que el maestro entusiasme con sus valores, y así el
producto será un ser humano enriquecido, de ahí lo importante de una educación integral.
III. ORDEN
Para una buena voluntad es necesario darle a cada cosa el lugar que le corresponde.
Para conseguir algo uno se motiva, elige entre las opciones mejores para él, y desecha lo
que no le conviene. Una voluntad ordenada, favorece la formación personal y el camino a
ser un hombre mejor, superándose a sí mismo.
En los tiempo actuales vivimos en un mundo donde el orden ha pasado a segundo plano,
por lo que permisividad (hacer todo lo que nos parezca, sin una guía, ni cultural, ni social
ni moral), el relativismo (no existe un orden ni una verdad, todo es de acuerdo a la medida
de cada uno) y finalmente el nihilismo (la nada es todo), hace que la gente no tenga la
posibilidad de mejorar su persona. Es por eso que la voluntad es tan importante, para
luchar contra todo lo que evita el progreso personal y la conquista de tus objetivos.
Para que nuestra voluntad sea firme, requerimos de ordenar nuestros pensamientos, qué
es lo que queremos; nuestras actividades, es decir cómo llevamos nuestra vida; nuestras
cosas, lo material que está a nuestro alrededor, la imagen que la gente ve en nosotros; y
la priorización de objetivos. El efecto final será paz, alegría, eficacia en nuestro actuar,
cuidado con los detalles, responsabilidad, orden y constancia.
Es por eso que se requiere de mucho valor para poder realizar algo que cuesta. Ahí
radica la importancia de la voluntad, que favorece el trabajo. La voluntad fuerte te permite
gozar de tu sacrificio con alegría y con esperanza de que el premio está al final. Por ello
es tan necesario el orden, que te muestra el camino, y la constancia, que te ayuda a
seguir a pesar de los tropiezos. Con ambos elementos como base se desarrolla la
voluntad.
Estas virtudes se consiguen con repetición de actos que nos hagan ser fuertes y que a la
vez demos un verdadero sentido al sacrificio, al esfuerzo, al dolor.
El orden como tal debe ser una horma, mas no una norma por donde todo se filtra, pues
el orden en exceso no permite ser feliz ni mucho menos disfrutar la vida. Ser ordenado
debe facilitar la consecución de nuestros objetivos, jamás limitarnos.
V. CONSTANCIA
Para que el camino hacia la consecución del objetivo sea llevadero, debemos tener
presente que la constancia es fundamental para la voluntad. Debemos evitar caer en el
cansancio o en el agobio rutinario. Lo valioso de nuestra lucha esta en el fin, y aún si
fuera lejano, habrá más satisfacción cuanto más difícil sea el camino.
Solo luchando por lo que se quiere, se conseguirá. Y eso siempre implica luchar con
tesón y pensando en el fin de tu sacrificio. Para ello muchas veces será necesario
renunciar quizás hasta lo que la sociedad te dicta en ese momento, si se quiere conseguir
lo que se busca.
En cuanto al tema de la felicidad, este tiene un fondo interminable, puesto que para llegar
a ser feliz es necesario que la vida tenga argumentos concretos, sólidos, firmes, que
arrastran al hombre hacia lo mejor. La felicidad es la aspiración más completa del
hombre, la más alta, su vocación fundamental, su inclinación primaria, hacia la que
apuntan todos sus esfuerzos. Por lo que el proyecto personal nos debe llevar a la
felicidad; a nuestra plenitud.
Pero, ¿Qué significa tener un proyecto de vida? ¿Qué quiere decir esto? ¿Cómo debe ser
entendido? La felicidad consiste sobre todo en la ilusión. Con ella la vida se vive como
anticipación. La felicidad está basada en encontrar un programa de vida atractivo,
satisfactorio, capaz de llenar la vida y que sea el acompañante esencial de la existencia,
de nuestra biografía. La vida es argumental y el proyecto su contenido. Para que se
desarrolle de forma adecuada el proyecto personal, hay que conocer bien el contexto en
el que nos lo hemos propuesto.
Para una buena convivencia, donde reside la prueba máxima de que una relación
funciona es necesario conocerse, perfeccionarse, conocer la realidad donde una convive,
y dentro de ello las situaciones que se dan en la convivencia y a la persona con la que se
convive, para poder ponerte en el lugar del otro; y, finalmente, poco a poco asumir lo
ajeno como tuyo. Respetar y estimar a la otra persona es un paso básico para tolerar lo
que se vive y finalmente ordenar la relación. Esto presupone un donarse al otro y
viceversa, compartiendo todo y para todos. Cediendo para ganar todos.
Los detalles pequeños hacen de la vida y de la convivencia algo mejor, donde cada cosa
cuenta, y cada actitud ayuda a mejorar, y ¿cómo? Reaccionando positivamente ante todo.
La convivencia favorece el desarrollo de valores. Si es que esos valores no están
presentes, es donde parte la voluntad, para mejorar.
A pesar de todo, en el tiempo actual las relaciones son vanas, y en general el ser humano
prioriza por uno mismo, no por la pareja, hay más diferencia que semejanzas.
Es por ello que se necesita mucha voluntad para continuar hacia la meta sin dejarse
vencer por las dificultades y mejor aun sin reaccionar como los medios y la sociedad nos
enseñan. Uno tiene que actuar con inteligencia para que poco a poco la relación vaya a
un nivel superior, donde no existen dramas, y uno puede solucionar problemas. En
definitiva, todo esto es necesario para compenetrarse y complementarse. Uno debe tener
la voluntad para luchar contra el desgano, la falta de moral de la sociedad y la realidad de
la propia convivencia.
Así mismo la voluntad debe entrenarse para ser fieles y de manera reciproca; porque en
el correr de los años se puede acabar el gran amor que nació.
Existen muchos casos de mala convivencia, pero siempre el renunciar a sí mismo por el
bien superior, que es la relación hace que los problemas se solucionen poco a poco, y en
orden.
Educar los sentimientos parte por poner la razón por encima de los sentidos; esto es regir
nuestra percepción y sentimiento por el orden racional, moral y recto.
IX. VOLUNTAD PARA ESTUDIAR
Cada uno debe educarse a sí mismo, saber cuándo las cosas están mal y poder
corregirlas a tiempo. Educar es hacer que alguien sea mejor, y estudiar es buscar ser
mejor uno mismo.
Es difícil seguir nuestros ideales y cumplir nuestros objetivos, en un mundo marcado por
una cultura llena de valoración del placer, de libertad en exceso y sobre todo del valor
excesivo por las cosas materiales que hacen al hombre esclavo del consumo. Incluso
hemos llegado al valor meramente material del amor, como un elemento de satisfacción
sexual. Con un erotismo excesivo expresado en las artes y en la información. Todo esto
nos hace hombres vulnerables, frágiles, sin fuerzas.
Un hombre vulnerable fracasa, pero un hombre con voluntad no. Es por ello que debemos
tener siempre una actitud positiva ante las dificultades, equilibrio para saber que
requerimos y que no, y ello nos llevará al éxito,
El tipo de vivencia de cada uno marca nuestra personalidad. Es por eso que si uno vive
luchando por lo que quiere, será siempre fuerte y arriesgará todo por ese fin superior.
Pero para eso también se necesita una base formativa, que nuestra cultura hoy no tiene.
De ahí la importancia de la formación familiar y del crecimiento de valores en la escuela.
La antesala del resentimiento es la envidia; pero mientras en ésta el tema queda más en
la interioridad del sujeto, en el resentimiento hay, además, un afán reivindicativo, un
impulso especial con tendencia a la revancha, a la venganza. Mirar hacia el porvenir
significa tanto como ser capaces de aceptar el pasado y asumirlo, es por esto que nuestra
vida tenemos que dirigirla hacia delante.
La envidia es tristeza y pesadumbre ante el bien ajeno. Es cierto que en la vida habitual
existen injusticias continuas, pero la misma justicia está plagada justamente de lo
contrario, de injusticias, es por esto también que llegan a brotar distintos tipos de
resentimiento.
El hombre es el único ser vivo capaz de albergar dos tipos de belleza, Esta belleza,
nosotros debemos perseguirla a través de la coherencia de vida, mezclada con paz
interior, equilibrio psicológico, espiritualidad, sencillez, etc.
Por eso la belleza interior se ha de demostrar en nuestros actos que siempre busquen el
bien y el desarrollo personal y común.
Sus pretensiones pedagógicas se dirigen hacia una permisividad que comienza en el siglo
XVIII y que, más tarde, ha ido adquiriendo una amplitud que hace desequilibrarse al
hombre, ya que permisividad y relativismo forman un dúo muy negativo para fomentar
hábitos que afirmen la voluntad.
Comentario del Libro:
Todos los capítulos merecen atención ya que se tocan diversos puntos que tienen gran
importancia para el desarrollo y mejora de nuestra voluntad y esto nos permita llegar a ser
buenas personas, tanto en el ámbito familiar, social y laboral. Y así mismo poder lograr
nuestros objetivos y/o metas que nos trazamos en la vida con esfuerzo y dedicación.
Así mismo este libro nos permite ejercitar una voluntad ligada a una autentica libertad, así
mismo, aprendemos pautas de cómo entrenar nuestra voluntad, de la mano de la justicia.
Los capítulos resaltan el papel importante de la voluntad en las decisiones a tomar, sobre
todo en la relación con la inteligencia para alcanzar el verdadero bien.
V. CONSTANCIA
La constancia se relaciona con la virtud de la fortaleza pues por esto somos capaces de
enfrentar la adversidad y sobreponernos a las dificultades de la vida. También a la
tenacidad que nos hace luchar para la realización de una meta, así sean los mismos
límites que nos pone la sociedad.
Educar la razón parte por poner la razón por encima de los sentimientos, esto es regir
nuestra percepción y sentimientos por el orden moral, racional basándonos en los valores
y las virtudes forjadas a través de la voluntad, para así no caer en un estado animal, en el
cual el hombre sufre una degradación por dejarse llevar por sus instintos y no a su razón.
Para lograr estudiar, debemos tener una voluntad férrea, ya que este estudiar nos permite
ser racional y objetivo, esto nos llevara al desprendimiento de algunas actividades, es por
ello que al hablar de voluntad, hablamos también de un sacrificio, un ejemplo marcado en
cuanto a que debemos de interponer el estudio sobre el descanso muchas veces
innecesaria, ya que buscamos en el estudio superarnos, teniendo orden planeando las
cosas y no dejando para el final las tardes pendientes.
Hoy en día vemos el deterioro social a cada paso de nuestra vida, este no es más que la
deshumanización del hombre, que ahora solo busca lo fácil, lo placentero, y no educa su
voluntad, y es por ello que se vuelve débil y sucumbe ante cualquier dificultad, este
problema viene desde la formación en el hogar donde muchos veces no se enseñan las
virtudes para obtener una vida plena.
Se debe evitar estos trastornos, fortaleciendo nuestra motivación e ilusión. Para ellos
debemos tener o procurar momentos de éxito y triunfo que nos permitan fortalecernos,
motivarnos e ilusionarnos por alcanzar cada vez más y más.
Hoy en día el ser humano es un ser indisoluble, preocupado por sí mismo y en su fin
personal, debido a los placeres y no a su propia superación, este carece de una
personalidad bien formada ya que siempre está inmerso a ser presa de el facilismo social
que nos rodea.
Para educarla voluntad hacia la cultura es menester estimular la inquietud por sus
distintas fuentes: literatura, el arte, la música. Y todo ello al servicio del ser
humano, para hacerlo más maduro, completo y con un mejor desarrollo en su
totalidad.
Educar la voluntad es instruir, formar, pulir y limar a una persona para que se
vuelva más armónica y sea capaz de gobernarse a sí misma. La mejor educación
pretende construir la felicidad, pero sin olvidar que no hay felicidad sin sacrificio y
renuncias. Quien tiene una buena educación de la voluntad es porque ha
trabajado a fondo en el orden y la constancia, y ha sido capaz de ir dando
pequeños pasos hacia delante, venciendo en unos, y en otros siendo vencido.
El hombre con poca voluntad está amenazado, porque, poco a poco, se vuelve
más frágil y cualquier cosa, por pequeña que sea, le hace desviarse de lo trazado.
La vida merece la pena cuando hay retos, grandes desafíos, y rebeldías nobles
que llevan a apostar por conseguir ser lo mejor posible. Por eso el binomio orden-
constancia es inseparable y habita en el hombre con voluntad, el cual está
gobernado por una capacidad de perspectivas amplias, de ver a lo lejos, pero sin
variar fácilmente los objetivos propuestos.
Querer es verse motivado a hacer algo anteponiendo la voluntad, pues sabemos
que eso nos da plenitud, nos mejora, eleva la conducta hacia planos superiores.
Voluntad en la vida conyugal significa luchar por las cosas pequeñas, concretas,
bien delimitadas, que ponen en peligro cuando surgen la estabilidad de la pareja.
No existe el niño sin voluntad, salvo que padezca una enfermedad física o
intelectual grave, que los problemas familiares hayan hecho mella en él o que en
su ambiente familiar el tema de la voluntad haya estado ausente.
El hombre que tiene bien educada su voluntad está siempre ardiendo, es como un
fuego que abrasa sin quemar y que ilumina todo lo que contempla.
El orden sano agiliza la vida y amplía sus horizontes, y al hombre que lo practica le
sirve para hacer poco a poco lo que debe.