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LA ESTRATEGIA NAVAL SOVIETICA DEL ALMIRANTE SERGUEI

GORHSKOV

Introducción.

Rusia tanto ahora como en su época soviética, ha sido una potencia principalmente
continental, paradójicamente pese a su inmensa extensión, no cuenta con buenas salidas
al océano, el Mar Báltico es fácilmente controlable para salir al Atlántico, el Mar Negro
ni que decir, y sus costas en el Océano Pacífico son de climas extremos, por otro lado
nunca consolido posiciones en ultramar que sirvieran como buenas bases para
operaciones navales.

Es por estas razones que durante muchos años la Marina de Guerra Soviética solo
cumplió misiones de apoyo a las fuerzas terrestres, y en menor cantidad operaciones
relacionadas con el control del mar y de rutas mercantes, situación que se mantuvo hasta
el termino de la Segunda Guerra Mundial.

Solo con los descubrimientos tecnológicos generados por los esfuerzos de Guerra, es
que la entonces URSS pudo romper este indeseado encierro y transformarse en una
potencia marítima y naval capaz de amenazar los intereses de las otras potencias en el
mundo.

La visión para esta formidable transformación fue generada por el Almirante Sergey
GORSHKOV, importante personaje del siglo XX al cual hemos estudiado para el
desarrollo del presente trabajo.

El Almirante Sergey Georgiyevich GORSHKOV, nació el 26 de Febrero de 1910;


ingresó en 1927 a la Escuela Naval de Frunze. Sirvió como oficial en destroyer
operando en el Mar Negro y en el Pacífico durante la década de los 30, durante la
Segunda Guerra mundial se distinguió comandando diversas flotillas en el Mar Negro, a
los 31 años de edad llegó a ser el Almirante más joven de la Marina Soviética. Luego de
la guerra trabajo en la Comandancia General, y fue Vice-Ministro de Marina, en 1956
fue nombrado como Comandante en Jefe de la Marina Soviética, cargo que ocupó por
mas de 20 años, periodo en que transformo su institución convirtiéndola en un real
poder naval capaz de disputar la hegemonía en el mar a las flotas de occidente.

El desarrollo de este ensayo presenta un resumen de los principales contenidos de la


obra fundamental del Almirante GORSHKOV, “El poder naval del Estado”, y
finalmente algunos comentarios personales sobre los planteamientos estratégicos
existentes en dicha obra.

EL PODER NAVAL DEL ESTADO

Desarrollo de la armada soviética después de la Segunda Guerra Mundial

La concepción del desarrollo de las fuerzas navales las determinaron por cierto período
la experiencia de combate adquirida, reconociéndose la creciente importancia de los
portaviones, los submarinos y las fuerzas anfibias. El empleo de la bomba atómica
originó un estado de shock entre los teóricos navales de los Estados marítimos
tradicionales. Debido a esto, después de la guerra, durante unos 10 años, la construcción
de las armadas prácticamente cesó.

Muchos especialistas militares sentían preocupación por los problemas de la estabilidad


de la marina en las condiciones de la guerra nuclear. Al principio surgió la tendencia a
enfocar el problema desde un punto de vista negativo para que hasta negaba la
posibilidad de la que las marinas actuaran en caso de empleo de medios nucleares. Sin
embargo, en aquellas fechas, el arma nuclear estadounidense estaba muy lejos de ser
perfecta. Se trataba de una bomba atómica que su único portador, el avión, podía
utilizarla solo a distancias relativamente cercanas del objetivo, debiendo penetrar
prácticamente en la zona de defensa antiaérea más fuerte del enemigo.

La propaganda intencionadamente contribuyó en gran medida a difundir la opinión de


que la bomba atómica era omnipotente, con la intensión del atemorizar y afianzar la
imagen de superioridad militar de los Estados Unidos, imagen considerada
importantísima para controlar políticamente el mundo entero.

La exaltación irrestricta y la hiperbolización intencionada de las capacidades se


convirtieron paradójicamente en su negación. En muchos países comenzaron a oírse con
frecuencia e intensidad crecientes las voces de quienes buscaban los límites y las
condiciones reales en que las fuerzas armadas pudieran actuar, no solo con los medios
nucleares, sino también con los convencionales. Al respecto fue importante la opinión
del Almirante frances P. Barjot, quien afirmó que, “... las pruebas del arma atómica en
el atolón de Bikini no colocaron a las armadas en un callejón sin salida, sino, al
contrario, les abrió de par en par llas puertas hacia alta mar”.

La creación del arma nuclear en la Unión Soviética cambió todo el enfoque del
problema de la guerra atómica. Puede considerarse que entonces empezó una nueva
etapa en la estructuración de las fuerzas armadas de los países más importantes del
mundo, recuperados de la deprimente influencia provocada por la propaganda de
superioridad norteamericana absoluta. Se revisaron el papel y lugar de los distintos tipos
de fuerzas armadas en los combates, se hallaron nuevos medios para hacer llegar el
arma nuclear al objetivo y medios de defensa contra sus efectos.

Este proceso significaba el comienzo de la revolución técnico – militar, lo que


incremento su influencia gracias a la utilización de motores atómicos en la construcción
naval, por los descubrimientos en la radioelectrónica y en cohetería. Surgió la necesidad
de cambiar radicalmente la estructura de las fuerzas armadas, el sistema de armamento,
la dirección y organización del sistema logístico. La ciega postración ente la
omnipotencia de la bombas atómicas y de hidrógeno originaron la tendencia a
desarrollar las fuerzas armadas de modo unilateral. Todo esto provocó cierta erosión de
la teoría militar soviética, pero a la vez, dio lugar a discusiones útiles entre las distintas
categorías de especialistas militares.

La doctrina militar soviética, rechaza el subjetivismo y se apoya en la dialéctica


marxista leninista, el materialismo histórico y la teoría leninista de la guerra y el
ejército, abriendo el camino para el desarrollo impetuoso de concepciones nuevas.

En los años de posguerra, al desatarse la guerra fría, se cernía cada vez más clara una
amenaza contra la seguridad del País Soviético desde el océano. ¿Acaso podía la Unión
Soviética, ante semejante amenaza, conformarse con el dominio de las potencias
navales occidentales sobre mares y océanos, especialmente cuando extensas regiones
oceánicas se convertían en áreas de lanzamiento del arma coheteril nuclear enfilada
contra la URSS? ¡Por supuesto que no!. Había que obligar al Pentágono a tomar
conciencia de que el océano, otrora pantalla del continente Americano contra las
represalias por parte de las víctimas de la agresión, había perdido totalmente su pasado
papel de barrera defensora.

El desarrollo posbélico de la Marina de Guerra Soviética puede dividirse en dos etapas.

En la primera etapa, que abarca el primer decenio que siguió a la guerra, la construcción
de la marina marchaba en lo fundamental, por la vía de las creación de escuadras de
buques de superficie. La armada seguía siendo, en le plano operativo - estratégico,
factor defensivo.

En 1947, el Gobierno soviético declaró que ya no existía el secreto de la bomba


atómica, en Setiembre del 49 se efectuó la primera explosión atómica realizada en la
Unión Soviética, lo que transformo toda la situación político – militar. Todo el
equilibrio de la política mundial sufrió un cambio violento y tremendo. Fue una crisis
intelectual, moral y técnica, muy superior a las crisis ordinarias de las relaciones
internacionales.

Aproximadamente a mediados de los años cincuenta comenzaron en la URSS los


trabajos para la creación de una poderosa armada oceánica coheteril nuclear. Con ello
inició la segunda etapa en el desarrollo de las fuerzas navales soviéticas.

Además, en el curso de la construcción de buques submarinos y de superficie y armas


cualitativamente nuevas, se aprovecharon todos los últimos logros de la ciencia, la
técnica y la producción.

La creación de una marina oceánica en condiciones de impedir la agresión desde los


océanos a la Unión Soviética se complicaba por el hecho de que el país no disponía de
territorios y bases ultramarinos en los que pudieran apoyarse la marina al rechazar los
golpes. El camino hacia la superación de las dificultades, relacionadas con la
permanencia prolongada de los buques soviéticos separados de sus bases, se halló
mediante soluciones ingeniero – técnicas y de diseñó. El País Soviético construyo una
marina oceánica moderna y la dirigió al mar abierto para asegurar sus intereses
estatales.

Las fuerzas armadas deben ser un seguro escudo, una barrera infranqueable en el
camino de los nuevos pretendientes al dominio mundial. El acontecimiento más
importante de esta etapa fue la liquidación del monopolio nuclear de Estados Unidos.

Esto determina el inicio de la nueva etapa de desarrollo de la Marina Soviética, la etapa


de la creación y el desarrollo de la marina atómica oceánica, equipada con el arma
coheteril nuclear y la consolidación de las posiciones de la URSS como gran potencia
marítima, ha desempeñado un enorme papel en el fortalecimiento de la capacidad
defensiva de la URSS y de toda la comunidad socialista.

Uno de los más importantes logros del progreso científico – técnico fue el
descubrimiento y la elaboración de los procedimientos de empleo de una fuente de
energía prácticamente inagotable y de una potencia entonces desconocida y también los
medios de propulsión atómica para los buques de guerra, así como la quimización de la
producción moderna que permitió la fabricación de nuevas sustancias y materiales
artificiales; las conquistas en el campo de la radioelectrónica fueron también de gran
importancia.

Las principales vías por las que marchó la transformación cualitativa de la marina, bajo
el influjo de la revolución científico–técnica, fueron el paso a la construcción de una
flota atómica submarina; la introducción del arma coheteril y nuclear y la creación de
sistemas submarinos nucleares–coheteriles de función estratégica; el armamento de la
marina con una aviación de gran autonomía: la aviación oceánica; medios de aviación
embarcados; cambio cualitativo en la exploración subacuática antisubmarina; variados
medios radioelectrónicos; la automatización del control de las armas y los métodos
matemáticos de investigación con el empleo de computadores electrónicos.

Entre los factores que determinan el desarrollo posbélico de la marina, el decisivo es la


economía del País Soviético, su potencial económico-militar en su conjunto. En relación
a esto, Engels dijo, “Nada hay que tanto dependa de las condiciones económicas previas
como, precisamente, el ejercito y la marina. El armamento, la composición del ejercito,
la organización, la táctica y la estrategia dependen ante todo del grado de producción
imperante y del sistema de comunicaciones.”

El potencial económico militar de un Estado se determina por índices tales como: La


preparación de los recursos humanos, el grado de desarrollo de la ciencia y la técnica, y
las reservas materiales del Estado. Los niveles de tales índices básicos garantizan la
creación de la marina oceánica necesaria para la defensa del País Soviético.

Las condiciones geográficas militares se han manifestado siempre como uno de los
principales factores del desarrollo de cualquier tipo de fuerzas armadas, pero para la
Marina de Guerra tienen especial significación, por cuanto sus fuerzas heterogéneas
deben actuar en la superficie acuática, en variadas condiciones climáticas, así como de
día o de noche. La importancia de este factor se debe también a la naturaleza de la
distribución de fuerzas en el océano, el desarrollo del sistema de bases de las fuerzas
del adversario, la mutua disposición de las posiciones estratégicas que aseguren el
despliegue y el empleo de las fuerzas y los medios llamados a cumplir el conjunto de
misiones operativas estratégicas.

Desde este punto de vista, las armadas de los países imperialistas disponen de
posiciones ventajosas en los océanos. Al establecer el control sobre estrechos y pasos
angostos ya en tiempos de paz se esfuerzan por crear las premisas para lograr el
dominio en estas regiones desde el mismo comienzo de la guerra.

Los Estados imperialistas aprovechan con ventaja sus posiciones también al construir
sus buques y crear sistemas de bases y abastecimiento multilateral. El vasto sistema de
bases, que abarca casi todos los océanos, permite asegurar a sus buques todo lo
necesario y en el plazo más corto.

Históricamente, se ha creado una situación en que la Marina de Guerra soviética, se ve


obligada a hacer largos recorridos, superar estrechos y angostidades, bien controladas
por las marinas de los Estados imperialistas. Además, la mayoría de las bases soviéticas
se encuentran en regiones de climas extremos, lo que dificulta la maniobra.

Desde este punto de vista, adquiere importancia especial no sólo la navegabilidad de los
buques, sino también el alcance de travesía, su autonomía, la capacidad para enfrentarse
a numerosos golpes del enemigo; es decir una gran estabilidad combativa, una
seguridad excepcionalmente alta de sus sistemas y mecanismos y grandes reservas de
fuerza motriz. A mismo tiempo presionada por las condiciones geográfico-militares, la
armada soviética tiene que crear fuerzas y medios especiales para el aseguramiento
logístico.

Las principales armas de la Marina soviética son las fuerzas submarinas y la aviación
naval, equipados con las armas más modernas, en que los cohetes figuran en primer
lugar. Para dar a los submarinos estabilidad combativa y garantizar su abastecimiento,
contando para esto con diversos buques de superficie y aviones de combate. En la
Marina hallan vasto empleo los medios radiotécnicos y los de dirección y control
basados en las computadoras electrónicas y dispositivos analógicos y modeladores.

La originalidad del modelo de la Marina soviética esta basada en lo específico de la


construcción y el empleo de sus fuerzas en la lucha armada marítima, estrictamente
tomados en consideración de forma científica. Se manifestó en las peculiaridades de la
estructura de buques y aviones y en el carácter equilibrado de las fuerzas de la Marina
de Guerra soviética y de su organización.

Perfeccionamiento de las fuerzas y los medios de la Marina.

Submarinos. Durante la Segunda Guerra Mundial, los submarinos fueron reconocidos


como arma de la Marina de Guerra capaz de operar activamente en los océanos y mares
para el cumplimientos de misiones importantes.

Demostraron una alta eficacia cuando se emplean de modo correcto y con adecuada
seguridad combativa. Esta conclusión resultó particularmente convincente respecto a los
submarinos de propulsión atómica.

Una circunstancia de bastante importancia fueron también las razones económico-


militares, que favorecían asimismo la orientación de la Marina soviética a la
construcción, ante todo de fuerzas submarinas. El hecho que los países imperialistas,
que habían emprendido la preparación de una guerra de agresión contra la URSS,
gozaran de una flota de superficie colosal y una potente industria de construcción naval;
priorizaron el desarrollo de las fuerzas submarinas, permitiendo aumentar en cortísimo
tiempo y con menos costo, el poderío combativo de la Marina soviética.

Pero el significado de la marina coheteril nuclear, cuyo grueso eran los submarinos
atómicos, no terminaba con eso, ni mucho menos. La base técnica, cualitativamente
nueva, permitió acabar con la larga sujeción de la Marina soviética a las regiones
costeras y los teatros cerrados, extender considerablemente su esfera de acción en los
océanos y, en caso de que los imperialistas desataran la guerra, oponer la debida
resistencia a la marina del agresor en las diversas zonas del océano, incluidas las zonas
muy alejadas. Pero tenía especial importancia el que, al contar con nuevos medios de
lucha, la Marina de Guerra soviética adquiría capacidad para cumplir las misiones
estratégicas de la defensa del país desde las direcciones oceánicas.
En le desarrollo de los submarinos después de la guerra se pueden marcar dos etapas.
En la primera, que duró cerca de diez años, se crearon submarinos perfeccionados de
propulsión Diesel. En la segunda, que continúa en el presente, se constituyen en lo
fundamental submarinos de propulsión atómica.

La construcción de los nuevos submarinos de propulsión Diesel oceánicos y marítimos,


su asimilación por las flotas durante la preparación combativa, la navegación y las
largas travesías crearon todas las premisas para pasar a la segunda etapa de desarrollo de
las fuerzas submarinas después de la guerra. Esta etapa se caracteriza por la
construcción de submarinos de propulsión atómica. La disponibilidad de grandes
cantidades de energía, le permitía a los submarinos estar en los océanos mucho tiempo,
gran velocidad sostenida y alta capacidad de ocultación, permaneciendo en estado de
alerta para asestar golpes contra el enemigo. Los nuevos sistemas hidroacusticos
garantizaban una elevada capacidad de exploración y, por consiguiente, considerables
posibilidades para la lucha contra submarinos contrarios.

Estos submarinos concentran todas las características del poderío de la Marina de


Guerra: Gran fuerza de choque, alta movilidad, elevada ocultación de movimiento,
capacidad de operar a escala global para destruir blancos terrestres, submarinos y
buques de superficie del enemigo.

En la actualidad, en la construcción mundial de submarinos se han definido dos líneas


fundamentales: la de construcción de portacohetes submarinos y la de submarinos
polivalentes.

Los portacohetes submarinos llevan cohetes estratégicos de largo alcance y están


destinados a destruir importantes objetivos terrestres del adversario. A su vez estos son
los buques más jóvenes y concentran los adelantos más recientes de la construcción
naval.

La necesidad de limitar rígidamente las características de masa y dimensiones de los


cohetes para submarinos obligó a construir cohetes balísticos navales especiales, con
dimensiones relativamente pequeñas; los que son perfeccionados sin cesar en cuanto al
aumento del alcance de vuelo, precisión del impacto y potencia de las ojivas. Solo
Estados Unidos, Francia, y la URSS tienen hoy producción propia de cohetes balísticos
navales.

Submarino AS ECHO II

Los submarinos atómicos polivalentes están destinados a destruir los buques de


superficie y transportes enemigos, así como a luchar contra los submarinos; las
dimensiones fundamentales de los submarinos polivalentes son mucho menores que en
los submarinos portacohétes, y forman parte importante del escudo nuclear estratégico
del Estado soviético.

La perfección técnica de los submarinos modernos permitió examinar de forma


totalmente nueva las cuestiones de organización de sus operaciones de combate, debido
a su alta velocidad sostenida, ahora se puede lograr que los submarinos y buques de
superficie cooperen estrechamente, lo que ha elevado considerablemente su eficacia
combativa.

Buques de superficie. En la segunda etapa del desarrollo posbélico de la Marina de


Guerra, la construcción de buques de superficie, particularmente de los oceánicos,
comenzó a limitarse. Como se dijo antes, los especialistas militares extranjeros, estaban
persuadidos de que los buques de superficie habían perdido todo significado. Se
exceptuaban sólo los portaviones. Sólo un pequeño número de esos especialistas veían
en las movilidad elevada de la marina el medio para eludir los ataques del enemigo y
para conservar la capacidad de cumplir las misiones combativas. Al respecto el
Almirante francés Barjot escribió: “El hecho dominante es que en el siglo atómico el
futuro del buque está asegurado, por cuanto el buque encuentra en el seno de mar
mismo, en cantidad ilimitada, la materia (agua no contaminada) gracias a la cual podrá
subsistir en las zonas radioactivas....... La doctrina naval moderna debe partir de que la
marina necesita buques de tipos variados con gran radio de acción y gran movilidad”.

El eslabón más vulnerable de estos buques era la defensa antiaérea, cuyo desarrollo se
había rezagado respecto al crecimiento de la potencia de choque de la avioación.

Los medios modernos de lucha dieron propiedades de combate nuevas a las unidades de
buques de superficie, empleo combinado de cohetes de largo alcance de diferentes
función, artillería y torpedos, gracias a lo cual son capaces de combatir eficazmente
contra las agrupaciones mixtas que utilizan conjuntamente fuerzas de superficie,
submarinas y la aviación.

Los buques se superficie siguen siendo el medio fundamental, a menudo el único, para
asegurar el despliegue de las principales fuerzas de choque de la marina, los
submarinos.

Una importante cualidad positiva de los buques de superficie consiste en que pueden ser
apoyados por los puestos de mando costeros mediante la comunicación bilateral
ininterrumpida. Por otro lado estos buques constituyen el grueso de los medios anfibios
y de las fuerzas de apoyo del desembarco. Les pertenece el papel principal en la lucha
contra el peligro de minas y la protección de las comunicaciones propias.

Los conflictos del período de posguerra han evidenciado que los buques de superficie
son capaces de cumplir un amplio abanico de misiones en las guerras locales.

Al crear la marina equilibrada coheteril nuclear moderna, el desarrollo y la construcción


de los buques de superficie se efectúan a tenor con sus capacidades. El grupo más
numeroso es el de los buques de superficie antisubmarinos. Se dividen en buques
capaces de operar en el océano durante mucho tiempo y buques para operaciones
litorales.

Las potentes armas antiaéreas artilleras y coheteriles nucleares, así como los radares de
detección de objetivos aéreos y de control de tiro instalados en los cruceros
lanzacohétes permiten rechazar eficazmente las ataques aéreos enemigos.

Durante la Segunda Guerra Mundial la Marina soviética sintió la necesidad de contar


con buques de desembarco especiales, requerimiento que recién se comenzó a cubrir
durante el segundo decenio posbélico.
El proceso científico-técnico ha brindado la posibilidad de crear buques de superficie
básicamente nuevos y con varios índices tácticos imposibles de lograr en buques con
desplazamientos de superficie como las naves con sustentación dinámica: hidroaletas,
colchón de aire, etc. Estos buques están libres del ataques con torpedos y minas.

El principio del colchón de aire es aplicable a buques de distinto desplazamiento,


incluidos los oceánicos. Desarrollando velocidades superiores a 100 nudos, un buque de
este tipo puede cruzar el Atlántico en 30 0 40 horas, mientras que los transportes
comunes lo hacen en 8 o 9 días. Por otro lado no presentan problemas para desplazarse
en agua, tierra e incluso hielo, lo que ofrece varias ventajas tácticas. La construcción de
este tipo de buques es ya un hecho. No hay duda de que la aparición en masa de estos
buques en la marina aumentará sus capacidades de combate.

Al examinar el periodo posbélico del desarrollo de buques de superficie, es necesario


notar la prioridad de las construcciones hacia los buques portacohetes armados con
misiles de diverso alcance, y de cruceros antisubmarinos armados con helicópteros.

El proceso, comenzado en su tiempo, de fusión de la aviación con los buques de


superficie, cuya expresión fue la construcción de portaviones, continua, junto con la
creciente dedicación al diseño de helicópteros para que se conviertan en parte integrante
de los buques se superficie modernos de diferente empleo, dándole cualidades de
combate totalmente nuevas (exploración antisubmarina). Así mismo los helicópteros
embarcados aportan muchos cambios, esenciales, a la táctica de las operaciones
anfibias. Los helicópteros se han convertido en un medio insustituible en el combate
naval moderno, en primer término para la exploración y el señalamiento de objetivos
para las armas.

Aviación naval. Antes de aparecer los cohetes, la aviación era el portador principal y
único del arma nuclear. La nueva posibilidad de actuar eficazmente contra objetivos
fijos permitió eximir a la aviación naval de la misión de atacarlos. Esto no significa,
naturalmente, que en el futuro no se incorpore a la aviación naval para atacar objetivos
fijos costeros; pero tales operaciones no deben considerarse regla, sino, más bien,
excepción, por cuanto las misiones que debía cumplir la aviación en un pasado reciente,
han cambiado en la actualidad. Ahora puede orientar sus esfuerzos fundamentales
contra las unidades de choque de los buques de superficie, submarinos y transportes,
incluidos los que llevan tropas y cargamentos, tanto en travesías como en puertos, y
destruir en el mar los más diversos objetivos móviles, de alta maniobrabilidad y
pequeño tamaño.

Dada la aparición de submarino estratégico, el papel de la aviación naval se ha elevado


rápidamente, buscando destruir a los submarinos en las zonas lejanas de los teatros
marítimos y oceánicos, es lógico pensar que este papel de la aviación naval
incrementará su importancia con el transcurrir del tiempo.

El desarrollo de la técnica y del armamento aéreos ejerció gran influencia en las


posibilidades de la aviación, siendo característico que en casi todos los países se definió,
en primer lugar, la tendencia a la especialización, es decir, a construir aviones para
cumplir misiones muy concretas. Estos sistemas garantizarán que la aviación actúe
según el principio “realizo la búsqueda – detecto – bato yo mismo”.
Las capacidades de combate de la aviación naval constituyen uno de los índices
principales del poderío de choque de la Marina de Guerra soviética. Se ha convertido de
hecho en aviación oceánica, importantisimo medio de la lucha armada en el mar.

Armas y medios técnicos de combate. Inmediatamente después de la Segunda Guerra


Mundial, en muchos países se desplegaron extensamente los trabajos dirigidos a crear
medios de lucha armada cualitativamente nuevos; entre ellos, los medios utilizados en el
mar.

En los Estados Unidos, el Almirante Recover desarrollo el submarino con propulsión


atómica, luego el Almirante Roborne que empezó el diseño del cohete “Polaris” para las
fuerzas navales. Como es natural, la Unión Soviética se vio obligada a tomar las
necesarias medidas de defensa ante tan peligrosa amenaza.

Hubo que tener en cuenta también que la sustitución de la artillería por el arma nuclear
requería vencer grandes dificultades relacionadas con la instalación de cohetes de gran
tamaño en los buques existentes entonces. Pero la cuestión se planteaba así: o hallar la
posibilidad de sustituir la artillería por el arma nuclear o, si no se consigue, construir
buques cualitativamente nuevos.

Otro trabajo importante realizado por esas fechas era el de construir el cohete alado para
la aviación naval y las unidades coheteriles costeras. Dicha labor marchaba bien, en lo
fundamental, y a mediados de la década del cincueta, el cohete de este tipo entro en
servicio.

Gracias a esta arma, hasta las lanchas artilleras, que antes no podían emplearse en modo
alguno para la lucha contra los buques se superficie, resultaron aptas para batir
prácticamente buques de cualquier clase.

Unicamente después del exitoso empleo de las lanchas coheteriles (misileras) en la


guerra árabe – israeli (hundimiento del destructor Elat), los cohetes alados fueron
debidamente apreciados en las armadas de las potencias navales tradicionales y
empezaron a acelerar los trabajos de construcción de estos misiles para los buques de
superficie de las distintas clases.

Experimentó también cambios cualitativos el armamento antiaéreo de los buques, que


hoy es fundamentalmente coheteril, creando las condiciones para poder cumplir con
éxito la misión de combate lejos de los límites del alcance de los medios de su propia
defensa antiaérea continental, confiando en la seguridad de su defensa antiaérea de
abordo.

El arma coheteril de los submarinos se desarrollaba en dos sentidos. El primero preveía


la construcción de misiles alados para batir buques de superficie grandes y destruir
objetivos terrestres.

La segunda línea independiente en el desarrollo de los misiles para submarinos consistió


en la creación de cohetes balísticos de gran alcance de tiro a principios de la década del
cincuenta, sobre esta base se crearon cohetes balísticos más perfectos para los
submarinos, lo que se concreto a finales de la misma década, pero con el defecto del
necesario lanzamiento en superficie. Gracias a las intensas investigaciones y numerosos
experimentos, la flota submarina soviética obtuvo cohetes que pueden ser lanzados bajo
el agua; con ello comenzó la creación del sistema nuclear submarino estratégico de las
fuerzas armadas de la URSS.

La Marina es hoy capaz de cumplir con éxito no solo misiones estratégicas, destruyendo
los objetivos importantes en el territorio enemigo, sino también de aniquilar los
portadores submarinos enemigos del arma nuclear en el mar.

El intenso desarrollo de los submarinos y, particularmente, la aparición de submarinos


de propulsión atómica, dio vital importancia a la lucha contra ellos, lo que puso al
orden del día el problema de seguir elevando geométricamente la eficacia del arma
antisubmarina.

En el proceso del desarrollo posbélico de la marina se manifestó con particular fuerza la


necesidad de emplear en los buques de combate instalaciones propulsoras de gran
potencia específica, lo que se resolvió introduciendo la propulsión nuclear, así como el
diseñó de modernas instalaciones de turbina a vapor, turbinas a gas y Diesel de potencia
específica elevada.

La energía nuclear, que aumentó notablemente la duración y la distancia de navegación


de los buques, aumentó también en considerable medida sus capacidades de combate.
Pero confiere cualidades esencialmente nuevas, ante todo, a los submarinos,
convirtiéndolos en verdaderos buques submarinos. Estos también se convierten en
buques antisubmarinos, capaces de detectar los portacohetes submarinos enemigos,
seguirlos prolongadamente y, en caso de necesidad atacarlos.

La modernización de las turbinas de vapor, de gas y de propulsores Diesel, que tienen


hoy rendimientos más altos, permitió construir buques de superficie esencialmente
nuevos. La electrónica ocupó también un importante papel, todos los tipos de
actividades de la Marina de Guerra están ligados, en mayor o menor grado, pero
necesariamente, a la utilización de los medios electrónicos. Es fundamental para los
sistemas de dirección (C3I) y se convierte en uno de los factores decisivos,
determinantes de la correlación real de fuerzas y medios de las partes beligerantes.

En las actuales condiciones, han adquirido también significado transcendental los


medios de exploración de la situación submarina, entre los cuales se cuentan los sonares
y sistemas de sonares destinados a detectar submarinos y buques de superficie.

Así mismo, en las actuales operaciones de guerra, en cualquier nivel, tienen especial
significado la precisión, operatividad e ininterrupción de la dirección. La lucha armada
en el mar se caracterizará por la envergadura global; todo esto obliga a enfocar también
de otro modo los aspectos más importantes de la lucha en el mar; los medios, los
métodos y la organización de la dirección de las fuerzas navales, pero es el radio de
acción de las comunicaciones lo que tiene importancia vital en la marina, ya que
requiere comunicaciones globales capaces de garantizar la dirección de fuerzas alejadas
a decenas de kilómetros de sus bases y ubicadas en diferentes medios: bajo el agua, en
la superficie, en el aire y en tierra. Las transmisiones deben ser rápidas, permanentes,
resistentes a las interferencias del enemigo y necesariamente bilaterales.
El proceso de dirección se podría reducir a la evaluación de la situación, la preparación
y adopción de decisiones por le jefe. Es evidente que el cumplimiento de estos
requisitos en el proceso de organización y planificación de la actividad combativa y
cotidiana de la marina, es inconcebible sin el empleo extenso del medios técnicos
modernos, basados en los equipos computadores electrónicos.

Los cambios cualitativos operados en las fuerzas navales modificaron también el


enfoque de la apreciación del poderío comparativo de las armadas y sus agrupaciones de
combate en cuanto a las posibilidades de lograr determinados objetivos: hubo que
renunciar a una comparación básicamente numérica y pasar a una mas compleja, pero
más correcta, de la potencia de choque y defensiva de los buques, sobre la base del
análisis matemático de sus posibilidades y características cualitativas.

Al cambiar el pertrechamiento técnico de las fuerzas navales, se amplió el área de su


empleo y de las tareas a cumplir. Pero los objetivos de la lucha armada en el mar siguen
siendo los mismos: derrotar al enemigo, destruir sus fuerzas vivas y medios materiales,
es decir, sus buques con las tripulaciones y existencias de armas o los objetivos costeros
situados al alcance de los sistemas navales de armas desde las direcciones oceánicas.

No es fácil decir como serán los buques en el futuro, pero en todo caso, deberán reflejar
el nivel de la ciencia y la industria de su país; lo que es evidente es que los buques del
futuro se diferenciaron mucho de los actuales, con la inclusión de nuevos cohetes,
sistemas electrónicos, empleo del láser en general y de láser de alta energía en
particular, estos sistemas requerirán instalaciones energéticas de potencia colosal. Los
portaviones y buques de combate en general emplearan más aviones de despegue
vertical y helicópteros modernos. Las operaciones irán pasando en grado ascendente al
área submarina y aérea. Lo que esta claro es que la importancia absoluta y relativa de la
lucha en el mar en el curso general de la guerra ha crecido.

Las Fuerzas Armadas soviéticas cuentan hoy con una marina oceánica plenamente
moderna, para defender sus intereses en el mar. Las fuerzas navales de los Estados
imperialistas son instrumentos de la política de agresión, del dictado y del
neocolonialismo; la Marina soviética, en cambio, es factor importante de contención del
agresor, de creación de condiciones favorables para la edificación del socialismo y el
comunismo, factor de defensa activa de la paz y fortalecimiento de la seguridad
internacional.

Problemas del arte naval. El arte naval como cualquier otra teoría científica, tiene
estrecha vinculación con la práctica y se apoya en la experiencia de la pasadas guerras y
la experiencia multilateral de la preparación operativa y combatiente realizada en
tiempos de paz. La práctica es el criterio de la verdad. Sin estudio de la experiencia de
las pasadas guerras y sin su asimilación crítica no puede lograrse el desarrollo del arte
naval.

El desarrollo del arte naval tiene estrecha relación con el desarrollo del arte de conducir
las operaciones militares en los teatros terrestres, aunque, teniendo las tropas terrestres y
la Marina de Guerra comunidad de objetivos, las misiones y modos de actuar de ambos,
determinados por el entorno y los medios de lucha, se diferencian sustancialmente.
Armada contra armada y armada contra la costa

En este caso, la misión de las operaciones de las tropas terrestres en su aspecto


puramente militar podría expresarse de manera figurada con la formula de “soldado
contra soldado”, aplicada a la marina sería “armada contra armada” y “armada contra la
costa”.

Brillantes ejemplos de esto, fueron las campañas, operaciones y combates marítimos de


la Primera Guerra Mundial, durante la cual la marina apenas actuó contra la costa. Pero
la historia conoce muchos ejemplos de operaciones activas de las marinas contra la
costa.

Han sido tradicionales los desembarcos navales, los ataques artilleros contra costa,
bombardeos de costa con aviación embarcada, y golpes coheteriles nucleares de
submarinos.

Como quiera que los objetivos de la guerra se logran en su mayor parte dominando el
territorio del enemigo, las operaciones de la marinas contra la costa proporcionaban
mayores resultados que en las acciones de flota contra flota. La victoria sobre las
marinas enemiga solo creaba las premisas para el sucesivo cumplimiento de las
misiones territoriales. Cierto es también que tales premisas tenían en ocasiones una
importancia dominante en comparación con las acciones de las tropas terrestres
relacionadas con las marinas.

Los resultados finales de las operaciones de flota contra flota se lograban por distintos
métodos, determinados por la base técnica material de casa marina en determinado
período de la historia.

Para las marinas del pasado, lo característico era el choque de masas de buques que se
convertían en una gresca desordenada, luego cada vez adquirió mas importancia la
combinación de la maniobra y el fuego de las fuerzas de línea. Esta peculiaridad se
conservó en la etapa inicial de las flotas a vapor. Con el desarrollo de la marina, la
creación de fuerzas heterogéneas (sumergibles y aéreas) y también con la ampliación
del arsenal del arma naval, la lucha de las armadas en le mar fue adquiriendo nuevas
peculiaridades, las operaciones de marina contra marina se hicieron multifacéticas. La
Táctica naval comenzó a considerar el combate de fuerzas heterogéneas en su vasta
cooperación combinada con grandes medidas de defensa y otras clases de
aseguramiento, detectando la tendencia a una mayor complicación de este proceso.

Actualmente, el criterio en la confrontación de las capacidades de las marinas reside en


la correlación del poder combativo total en las diferentes combinaciones de fuerzas y
medios heterogéneos para las diversas variantes de la situación. El enfoque objetivo en
la estimación del poder combativo de la armada permite determinar el contingente
necesario y suficiente de fuerzas con la combinación más racional, que llamamos
equilibrada.

El análisis individual de las acciones bélicas en el mar, señalan que por lo común, estas
no adquirieron significado estratégico. Al mismo tiempo, el conjunto de acciones de las
flotas contra las del enemigo en las guerras ha tenido con frecuencia significación
estratégica.

Una de las importantes peculiaridades de las fuerzas en las acciones de una armada
contra las del enemigo es su independencia relativamente mayor que en las acciones
contra las costas, donde en lo fundamental, son las fuerzas de la Marina de Guerra las
que cumplen las misiones de combate. En la lucha en el mar, vence por lo general la
parte que supo aprovechar con más acierto estas cualidades para alcanzar el objetivo de
la guerra.

Las operaciones de una marina contra otra pueden considerase como una encarnizada
lucha en los teatros marítimos y oceánicos, realizada en dos direcciones principales.

La base de la primera son las acciones de las fuerzas de la marina contra la marina en su
forma pura, es decir, no relacionadas directamente con el cumplimiento de otras
misiones, ni de los teatros marítimos ni de los continentales. La última de estas batallas
fue la de Jutlandia. El resultado final de esta batalla fue completamente distinto al que
deseaba cada una de las partes contendientes. En esto se manifestó la ley objetiva de
desarrollo de las marinas y el arte naval, consistente en que las batallas generales que
antes podían cambiar radicalmente la situación en el mar a favor de una de las partes en
pugna, no solo habían perdido su significado, sino que se habían hecho prácticamente
irreales.

Se fortalecía cada vez más la tendencia que consistía en aumentar la magnitud general
de las operaciones de las fuerzas de la flota contra otra flota, mediante operaciones y
combates sucesivos y simultáneos en distintas direcciones o teatros, realizadas de forma
independiente y en cooperación con otros tipos de fuerzas armadas. Como ejemplos
tenemos las acciones contra la Marina Italiana en Tarento y el ataque de la aviación
naval japonesa a Pearl Harbor. La Segunda Guerra Mundial, salvo pequeñas
excepciones, no ofreció de hecho ejemplos clásicos de operaciones independientes de
las flotas con el fin de conquistar y mantener su dominio en el mar.
La segunda dirección de este tipo de operaciones combativas de una marina contra otra
son las acciones relacionadas con las operaciones contra la costa y también de
aseguramiento de las comunicaciones transoceánicas o marítimas. Puede asegurarse sin
exageración que la mayoría de los choques de combate entre grandes fuerzas de las
marinas contendientes en esta guerra pertenecen precisamente a este dirección.

En las condiciones actuales, las formas y métodos de empleo de las fuerzas


directamente relacionadas con las operaciones contra la costa ejercerán una creciente
influencia en todas las esferas de la confrontación de las fuerzas de las armadas. Tales
acciones de la marina, al adquirir con el arma coheteril significado estratégico,
prevalecen sobre todas las demás, incluidas las dirigidas a al conquista del dominio en
el mar.

Es también importante notar el impetuoso desarrollo de la aviación y la construcción


naval condujo en los años de la Segunda Guerra Mundial a la aparición de nuevas
formas de empleo de las fuerzas de la marina contra la costa, con los ataques de la
aviación embarcada sobre el territorio y las tropas del enemigo.

Como vemos, las acciones de la marina contra la costa han cobrado un significado
básicamente nuevo en la guerra en su conjunto. Se han integrado como elemento
importante de su estrategia. En este sentido, las acciones de la marina contra la costa
adquirieron importancia dominante en la lucha armada en el mar, esto se confirma en el
hecho que en EE.UU. los submarinos atómicos portacohetes se consideran integrantes
de las fuerzas estratégicas y, todos los demás buques, como fuerzas de aplicación
general.

Derivada de estas posibilidades se han determinado la naturaleza de los principales


esfuerzos de la armada en la lucha contra la armada del enemigo. El más importante de
ellos es el empleo de las fuerzas de la armada contra los sistemas nucleares navales
estratégicos del adversario; por consiguiente la lucha de armada contra armada , se ha
transformado en misión secundaria en comparación con las acciones de marina contra la
costa.

Las armadas en tiempos de paz

A lo largo de toda la historia de su existencia, las fuerzas armadas han sido un medio
eficiente de la política de los Estados no solo en tiempos de guerra, sino también de paz.

Tanto en los años cuarenta como en los cincuenta, los ideólogos del imperialismo
norteamericano proclamaban con bastante descaro su empeño por dominar el mundo, y
aquí se apoyaban fundamentalmente en el arma nuclear y en la marina. Pero la URSS
por su enorme crecimiento del poderío militar cambio la correlación de fuerzas, ya que
con las armas estratégicas, especialmente los cohetes instalados en los submarinos, los
Estados Unidos se hallaban ahora abiertos y vulnerables para un ataque directo. Por lo
tanto las fuerzas armadas de la URSS y especialmente la marina garantizan la seguridad
de los países hermanos y sirve a los intereses de la paz general, de la libertad general ,
de la libertad y la independencia de los pueblos.

Por otro lado, la política como enseñaba V.I. Lenin, es la expresión concentrada de la
economía, cuyo estado se determina, ante todo, por el poderío de un instrumento tan
importante de la política como son las fuerzas armadas del Estado. La potencia
económica de éste se reflejan en el estado de las fuerzas armadas del país dado.

La creación de toda una armada que disponga de todo lo necesario para cumplir sus
misiones, con todos los medios de aseguramiento requeridos para su normal
funcionamiento, sólo está al alcance de un Estado con una poderosa economía.

A la Marina de Guerra, como parte integrante de las fuerzas armadas de un Estado, le es


inherente otra propiedad más: la capacidad para demostrar de hecho la verdadera
potencia real de su Estado en la arena internacional.

Como es conocido, cada año se realizan exposiciones de diversos tipos de armas, lo que
es también una forma de ejercer presión psicológica con la potencia de las armas al
demostrar su potencial. Otra forma es a través de los buques que aparecen en la propia
costa son una amenaza real del acciones, cuyos momentos y forma de realización los
determinan su mando.

Las acciones demostrativas de la marina dieron en muchos casos la posibilidad de lograr


los objetivos políticos sin recurrir a la lucha armada, sólo ejerciendo presión con su
poderío potencial y con la amenaza de comenzar las acciones militares, lo que
demuestra el importante apoyo de la marina a la diplomacia en tiempo de paz.
Adicionalmente, la neutralidad de los espacios oceánicos permite realizar los
desplazamientos y la concentración de fuerzas de las armadas sin violar los postulados
del derecho internacional.

Cambian los tiempos y cambian también los modos de empleo de las armadas por los
Estados en calidad de importante instrumento de la política en condiciones de paz. Los
círculos reaccionarios y militaristas de los países del capital recurren a métodos cada
vez más refinados de demostración de fuerzas y de disuasión, y al chantaje nuclear en
sus intentos de conservar o recuperar su dominio sobre los pueblos independizados y de
otros países que han emprendido el camino del desarrollo independiente.

La Marina de Guerra soviética también se emplea en actividades de política exterior del


Estado. Pero los objetivos de este empleo se distinguen radicalmente de los objetivos de
las potencias imperialistas. La Marina de Guerra de la URSS es un medio de la política
de paz y de amistad de los pueblos, es un medio de la política de paz y de amistad de los
pueblos, de una política de freno de las aventuras militares y de contraposición resuelta
a las amenazas para la seguridad de los pueblos por parte de las potencias imperialistas.

Con la salida de la Marina de Guerra soviética a los espacios oceánicos, la Unión


Soviética ha obtenido nuevas y más amplias posibilidades para su empleo en tiempos de
paz con los fines de proteger sus intereses estatales. Y estas posibilidades se realizan
con éxito. Cuando se encuentran en puertos extranjeros, los marinos de guerra
soviéticos se sienten representantes plenipotenciarios de su país. Al mismo tiempo, los
marinos soviéticos ven los logros de los pueblos de los países amigos que han
conquistado el derecho a disponer de sus propios destinos, las consecuencias del
mangoneo secular de los colonizadores y los contrastes sociales en los países
capitalistas, que la propaganda burguesa enmascarada con tanto esmero. Contribuyendo
además a fortalecer la amistad con los pueblos de estos países y al desarrollo de los
lazos internacionales de la Unión Soviética con varios Estados soberanos en vías de
desarrollo.

Problemas del equilibrio de las fuerzas de la marina

En la construcción de la marina soviética se ha dedicado gran atención a que todos los


elementos componentes de su potencia combativa estén siempre combinados del modo
más racional o, como se dice ahora, equilibrados.

El problemas del equilibrio es materia de la ciencia naval contemporánea, que abarca


ramas importantísimas, tales como el arte, la historia y la técnica naval; el desarrollo
equilibrado de la marina debe basarse en la doctrina militar. Presupone en determinado
período histórico un desarrollo preferente de las armas capaces de cumplir con mayor
eficiencia las misiones fundamentales planteadas a la marina.

En la actualidad, la marina cumple importantes misiones estratégicas destinadas a minar


el potencial económico-militar del adversario y destruir su poderío naval nuclear, las
fuerzas asignadas para tal misión son los submarinos armados con cohetes balísticos y
alados, la aviación naval portacohetes y la antisubmarina. Esta concepción lejos de
excluir, presupone el desenvolvimiento coordinado de otras armas de la marina, sin las
que es inconcebible el empleo exitoso de las fuerzas principales y el cumplimiento de
las misiones planteadas a la armada en la guerra moderna.

El carácter equilibrado de la marina consiste en que todos los componentes de su


potencia de combate y todos los medios que los aseguran tengan siempre la
combinación más ventajosa, considerando que el cumplimiento de misiones es muy
variado tanto en caso de guerra nuclear como en cualquier guerra posible.

Otro aspecto del problema es la determinación del contingente cuantitativo de la marina,


el requisito es su aptitud para cumplir las misiones con los elementos existentes en
tiempos de paz. No debe olvidarse que la reproducción de las fuerzas navales en
condiciones de guerra nuclear será prácticamente imposible, por consiguiente, el
problemas de crear una marina equilibrada moderna se resuelve principalmente en el
proceso de su construcción en tiempo de paz.

El carácter del equilibrio de la marina no es permanente, puede cambiar en


determinadas condiciones históricas. Los factores principales que prescriben estos
cambios son: La situación política general, las posibilidades económicas, el desarrollo
de la ciencia y la tecnología, y la modificación de las misiones asignadas; las más
relevantes son la modificación de las misiones y el nivel económico del país.

Es erróneo tratar de crear una marina a imagen y semejanza ni siguiera de la potencia


naval mas fuerte. Cada país tiene su demanda específica de fuerzas navales, necesidad
que influye sobre su desarrollo y se determina por las tareas de la defensa.

Ocupan un importante lugar los métodos científicos de dirección (comando). El


principal contenido de dichos métodos consiste en el enfoque estructural y funcional de
las búsquedas e investigaciones realizadas con medios modernos (computadores) para
establecer la cantidad óptima de buques, aviones, sistemas de armas y equipos de
combate, así como la correlación entre ellos que permita cumplir con éxito las misiones
planteadas a la marina en las diferentes situaciones de la guerra moderna.

La historia es rica en ejemplos aleccionadores en cuanto la subestimación o el


menosprecio de los problemas del equilibrio de la marina, particularmente en los casos
de posibilidades económicas limitadas, lo que condujo o bien a la derrota de las armadas
en la guerra o bien a la tensión excesiva de la economía de esos países, obligándolos a
corregir ya durante la guerra los errores cometidos antes.

Un ejemplo de ello es el desarrollo del poder submarino alemán antes y durante los
primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Luego de la Batalla de Jutlandia en la
Primera Guerra Mundial, ambas partes del conflicto llegaron a la conclusión que era
necesario ampliar el circulo de misiones de sus marinas en la lucha armada en el mar.

El mando Alemán, decidió que podía lograr grandes éxitos con los submarinos en
acciones contra las comunicaciones oceánicas y marítimas del enemigo. La tensión
económica generada en los aliados, especialmente a los Estados Unidos, se calculó que
el costo de los medios de combate necesarios para luchar contra los submarinos
superaba en 19 veces los gastos requeridos para construir los submarinos.

La cuestión del desarrollo equilibrado de la marina, de la distribución precisa de sus


fuerzas a tenor con las tareas y zonas de acción fundamentales no se planteó ni siquiera
en el plano teórico ni se tomó en cuenta al analizar la experiencia combativa de la
Primera Guerra Mundial. En los principales astilleros del mundo, continuaron
construyendo nuevos buques de línea con artillería de gran calibre.

Después del fracaso de la operación de los Dardanelos, el Mando naval ingles y francés,
como ya hemos señalado, consideraba las operaciones de la marina contra la costa, si no
imposibles, por lo menos extraordinariamente difíciles.

Solo a finales de la Segunda Guerra Mundial, Inglaterra gracias a la ayuda de los


Estados Unidos, consiguió equilibrar más o menos la marina a tenor con las misiones
que tenía planteadas.

A su vez, el éxito de los aliados en la lucha armada en el mar se explica en gran medida
por la falta de equilibrio de la Marina alemana, que se utilizó para cumplir una solo
misión (operaciones submarinas). Tampoco se puede decir que la armada de los Estados
Unidos entró en la guerra estando ya equilibrada a tenor de sus objetivos y misiones. Se
requirió el combate en el Mar del Coral para cerciorarse de que los buques de línea
habían perdido definitivamente su papel rector, cediéndoselo para siempre a los
portaviones.

La falta de equilibrio de la Marina japonesa por objetivos y misiones se manifestó desde


el inicio mismo de las hostilidades en el Océano Pacífico y fue una de las causas de su
derrota en la Segunda Guerra Mundial. Para eliminar las consecuencias de los errores
cometidos en el equilibrio de las fuerzas de la marina, el mando naval nipón incorporó a
la lucha contra los submarinos norteamericanos gran número de barcos pesqueros de
vela y motor no acondicionados para esa misión.

Lo antes expuesto permite concluir que, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el


problema del equilibrio de las fuerzas de la marina de las potencias navales
imperialistas beligerantes no estaba resuelto. Las verdaderas causas de tal situación son:

Los graves e irremediables errores de la política exterior de los círculos gobernantes y la


dirección militar estadounidenses e ingleses, que no supieron detectar oportunamente en
la Alemania hitleriana un enemigo potencial, determinar el carácter de la Segunda
Guerra Mundial y el lugar y papel de sus armadas en esa conflagración.
El aventurerismo de la política y estrategia de la Alemania fascista y el Japón
militarista; la aspiración, condenada al fracaso, de lograr el dominio mundial por medio
de la guerra.
El menosprecio, por los dirigentes militares de ambas coaliciones, de la rica experiencia
de la Primera Guerra Mundial; la sobreestimación de las capacidades combativas de los
grandes buques artilleros; la subestimación del poderío de choque y las perspectivas del
desarrollo de los submarinos y la aviación, que se convirtieron de hecho en las
principales fuerzas de la armada en la lucha en el mar.

La Marina de Guerra es uno de los tipos de fuerzas armadas más difíciles de restablecer;
la reposición de las bajas, de los buques de combate y las armas conlleva grandes gastos
de tiempo y recursos materiales. Solo la industria de los Estados Unidos fue capaz de
resolver este problema. A ello contribuyó el hecho de que el continente americano
estaba fuera del alcance de los medios de lucha existentes en esas fechas, así como las
grandes capacidades y el alto nivel de la economía y la industria militar de Estados
Unidos.

Cuestiones del equilibrio de la Marina de Guerra soviética en los períodos prebélico y


bélico (1921 – 1945). En el inicio de esta etapa, el país podía asignar sólo medios muy
reducidos al desarrollo de las fuerzas armadas, medios evidentemente insuficientes para
producir buques nuevos.

Su base eran entonces las fuerzas de corto radio de acción. Recién en 1926 el Consejo
de Trabajo y Defensa aprobó el primer programa sexenal de construcción naval militar,
que estipulaba la producción buques de superficie y submarinos destinados,
fundamentalmente, para operaciones en las aguas litorales propias. Como ya se ha
dicho, en 1928 la función principal de la marina era la ayuda al ejército de tierra.

El programa de construcción de una gran flota oceánica, aprobada en 1938, estipulaba la


producción de grandes buques artilleros, capaces de enfrentar a un enemigo fuerte en
alta mas. Las cuestiones del equilibrio de las fuerzas de la marina a tenor con las nuevas
condiciones no se resolvieron debidamente ni en las teoría ni en la practica de la
construcción naval.

El cambio del carácter del equilibrio de la marina en el curso de la Gran Guerra Patria
se realizó parcialmente a expensas de la movilización e incorporación a la Marina de
Guerra de navíos de las flotas marítima y fluvial, la construcción de buques y aviones
nuevos en las fábricas de la URSS y el envío de cierto número de buques por los
aliados.

Cuestiones del equilibrio de la Marina de Guerra soviética en le período posbélico. Solo


en le segundo decenio posbélico, es decir, despues de restablecer la industria y empezar
la revolución técnica en el arte militar, resultó posible determinar con precisión las
exigencias fundamentales del equilibrio de la marina.

Sobre la base de investigaciones científicas profundas de las capacidades de combate


de las fuerzas y los medios nuevos de la marina, del análisis del desarrollo posbélico de
las fuerzas navales en los Estados capitalistas restores y de la experiencia de
preparación combativa de las marinas soviética y extranjeras, se determinaron todas las
líneas de la ciencia naval, se elaboraron las exigencias operativo - tácticas para las
nuevas fuerzas de la marina y s formó una teoría armónica del arte naval que revela las
vías de planificación del desarrollo de dichas fuerzas y de su empleo en la guerra. Las
exigencias operativo – tácticas se basaron en la tesis acerca de que la marina moderna,
debido a la variedad de sus misiones debe constar de fuerzas heterogéneas de función
especial, y que la correlación cuantitativa óptima de submarinos, buques de superficie,
unidades de aviación, infantería de marina, tropas artilleras coheteriles costeras, así
como de buques auxiliares y otros medios de aseguramiento, debe permitir a las
unidades y a los grupos tácticos formados vencer, independientemente o con la
cooperación de las unidades de las otras Armas, la resistencia del adversario y cumplir
con éxito las misiones encomendadas a la marina.

Las investigaciones científicas confirmaron que sólo una marina equilibrada puede
satisfacer estas exigencias. La marina soviética es ya básicamente una armada de este
tipo.
CONCLUSIONES

Desde tiempos inmemoriales, la Marina de Guerra lo mismo que los ejércitos de tierra,
son parte componente de un todo - las Fuerzas Armadas del Estado - y constituyen uno
de los instrumentos importantes de su política.

El peso específico de las armadas en el balance general de los esfuerzos militares de los
Estados ha sido distinto en las diferentes etapas de la historia y situaciones político -
militares. Cambiaba a tenor con las posibilidades económicas, la distribución de
fuerzas en la arena internacional, los objetivos políticos de las guerras, la situación
geográfica de las partes beligerantes, el armamento y sus propiedades de combate.

En muchas guerras, particularmente en las que los adversarios fundamentales estaban


separados por espacios marítimos, las armadas han desempeñado, por lo común, un
papel decisivo en la conquista de la victoria.

Durante la Primera Guerra Mundial, pese al crecimiento de la escala de las operaciones


en el mar, el aporte de la marina al logro de resultados estratégicos decisivos fue
relativamente menor. Análoga situación se puede observar en la Segunda Guerra
Mundial, aunque la envergadura y la eficacia de la lucha en el mar continuaron
creciendo.

El período posbélico, que empezó en esencia en la segunda mitad de nuestra centuria,


constituye una etapa importantísima en la historia del desarrollo de las armadas.
Justamente en esta época se produjeron los cambios cualitativos más notables y
profundos de la base material de la lucha en el mar y los métodos de operación de las
marinas. Los cambios radicales habidos en los medios de conducción de la guerra,
especialmente la entrada masiva en servicio del arma nuclear coheteril, condujeron al
crecimiento en vertical de la potencia combativo de la marina y ampliaron
extraordinariamente sus capacidades para el cumplimiento de misiones de carácter
estratégico. Apareció y cobró creciente fuerza la tendencia al incremento constante del
papel de la Marina de Guerra en el conjunto general de la lucha armada.

Los submarinos se convirtieron en los portadores más perfectos del arma estratégica
moderna; sus posiciones de lanzamiento pueden estar rápidamente en todo el espacio
oceánico. Los portadores marítimos de medios estratégicos poseen capacidad de
maniobrar en la profundidad, ocultándose bajo la capa de agua y empleándola no sólo
para la protección, sino también para el enmascaramiento, lo que eleva en gran medida
la vitalidad de los sistemas estratégicos del arma.

Las capacidades de combate de los buques de superficie y la aviación embarcada han


aumentado también notablemente. Como resultado, las fuerzas navales han adquirido
capacidad para asestar potentes golpes desde las direcciones marítimas contra las
agrupaciones de tropas y los objetivos vitales dislocados en el territorio del enemigo, e
influir de manera decisiva en el curso de la lucha armada prácticamente en cualquier
teatro de operaciones.

En estas condiciones, la influencia de la lucha armada en el mar sobre el curso de la


guerra en su conjunto se podrá expresar, ante todo, en la medida en que se realice la
capacidad de la marina de batir los objetivos terrestres y minar el potencial nuclear del
enemigo en el mar.

Las marinas de guerra que se apoyan en numerosas bases y ocupan posiciones


estratégicas ventajosas para hacer la guerra, constituyen un importantísimo componente
del poderío militar de los países que están a la cabeza en las coaliciones agresivas y, en
primer término, en la OTAN. Estas armadas se perfeccionan sin cesar y, a tenor con la
estrategia oceánica, se convierten en uno de los principales medios de empleo del arma
nuclear estratégica. Está claro totalmente que el Estado soviético no podía permanecer
imparcial ante este grave peligro.

Al mismo tiempo la marina se emplea constantemente en calidad de instrumento de la


política de los Estados en tiempos de paz. El mar no pertenece a nadie, y por eso la
marina no tropieza en su actividad con muchas de las restricciones que impiden la
utilización de las otras armas con fines políticos en tiempos de paz. En este aspecto, las
armadas adquirieron particular significado en las condiciones actuales debido al
crecimiento de su fuerza de choque. La movilidad de la marina y su flexibilidad en caso
de madurar conflictos militares limitados le permiten influir sobre los países costeros,
emplear y extender la amenaza militar a cualquier nivel, empezando por demostraciones
del poderío militar y terminando con desembarcos

Sin embargo, tampoco aquí terminan los motivos conducentes a la sucesiva elevación
del papel de la Marina de Guerra. En la actualidad se registra una etapa nueva de la
lucha por el reparto y la potenciación de los océanos propiamente dichos con propósitos
económicos y militares. El océano se convierte en objeto de peculiar expansión de los
Estados imperialistas. En esta lucha, las armadas, como instrumento de la política,
ocupan un importante lugar.

La Marina soviética, como parte integrante de las fuerzas armadas, es un medio seguro
de protección del país y uno de los factores que refrenan a los agresores. Sirve de
importante instrumento de la política en tiempo de paz, salvaguardando los intereses de
la URSS y apoyando a los países amigos.

Al establecerse las vías de desarrollo de la marina, en la URSS no se partió de la simple


copia de la armada de la potencia marítima más poderosa del mundo. El contingente de
la marina, su armamento, la estructura de los buques y la organización de las fuerzas se
determinaron, en primer término, sobre la base de las misiones planteadas por la
dirección política del país ante las fuerzas armadas y, en consecuencia, ante la marina,
sus posibilidades económicas y las condiciones en que la armada debe cumplir dichas
misiones. Los métodos de solución de muchos problemas técnicos de la construcción
de los buques y el armamento naval de la Marina soviética tienen evidente carácter
específico. Los buques de la Marina de Guerra de la URSS y sus armas representan una
línea nueva, original, en el desarrollo de las armadas de] mundo.

La revolución en el arte militar conllevó cambios sustanciales en todas las ramas de la


teoría y la práctica militares. así como en la organización de la Marina de Guerra;
penetró en la teoría naval y en el contenido del arte naval, desde la táctica hasta el
empleo estratégico de las fuerzas navales. Esto condujo a la elaboración del arte naval
moderno, que se caracteriza por nuevas categorías y una original interpretación de los
anteriores principios y conceptos.
En la actualidad, la línea general en la construcción de las fuerzas navales está orientada
a crear una marina desarrollada polifacéticamente, equilibrada. La Marina soviética
dispone de su teoría de empleo de las fuerzas en las condiciones actuales y cuenta con
cuadros altamente calificados de todas las especialidades necesarias.

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