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GORHSKOV
Introducción.
Rusia tanto ahora como en su época soviética, ha sido una potencia principalmente
continental, paradójicamente pese a su inmensa extensión, no cuenta con buenas salidas
al océano, el Mar Báltico es fácilmente controlable para salir al Atlántico, el Mar Negro
ni que decir, y sus costas en el Océano Pacífico son de climas extremos, por otro lado
nunca consolido posiciones en ultramar que sirvieran como buenas bases para
operaciones navales.
Es por estas razones que durante muchos años la Marina de Guerra Soviética solo
cumplió misiones de apoyo a las fuerzas terrestres, y en menor cantidad operaciones
relacionadas con el control del mar y de rutas mercantes, situación que se mantuvo hasta
el termino de la Segunda Guerra Mundial.
Solo con los descubrimientos tecnológicos generados por los esfuerzos de Guerra, es
que la entonces URSS pudo romper este indeseado encierro y transformarse en una
potencia marítima y naval capaz de amenazar los intereses de las otras potencias en el
mundo.
La visión para esta formidable transformación fue generada por el Almirante Sergey
GORSHKOV, importante personaje del siglo XX al cual hemos estudiado para el
desarrollo del presente trabajo.
La concepción del desarrollo de las fuerzas navales las determinaron por cierto período
la experiencia de combate adquirida, reconociéndose la creciente importancia de los
portaviones, los submarinos y las fuerzas anfibias. El empleo de la bomba atómica
originó un estado de shock entre los teóricos navales de los Estados marítimos
tradicionales. Debido a esto, después de la guerra, durante unos 10 años, la construcción
de las armadas prácticamente cesó.
La creación del arma nuclear en la Unión Soviética cambió todo el enfoque del
problema de la guerra atómica. Puede considerarse que entonces empezó una nueva
etapa en la estructuración de las fuerzas armadas de los países más importantes del
mundo, recuperados de la deprimente influencia provocada por la propaganda de
superioridad norteamericana absoluta. Se revisaron el papel y lugar de los distintos tipos
de fuerzas armadas en los combates, se hallaron nuevos medios para hacer llegar el
arma nuclear al objetivo y medios de defensa contra sus efectos.
En los años de posguerra, al desatarse la guerra fría, se cernía cada vez más clara una
amenaza contra la seguridad del País Soviético desde el océano. ¿Acaso podía la Unión
Soviética, ante semejante amenaza, conformarse con el dominio de las potencias
navales occidentales sobre mares y océanos, especialmente cuando extensas regiones
oceánicas se convertían en áreas de lanzamiento del arma coheteril nuclear enfilada
contra la URSS? ¡Por supuesto que no!. Había que obligar al Pentágono a tomar
conciencia de que el océano, otrora pantalla del continente Americano contra las
represalias por parte de las víctimas de la agresión, había perdido totalmente su pasado
papel de barrera defensora.
En la primera etapa, que abarca el primer decenio que siguió a la guerra, la construcción
de la marina marchaba en lo fundamental, por la vía de las creación de escuadras de
buques de superficie. La armada seguía siendo, en le plano operativo - estratégico,
factor defensivo.
Las fuerzas armadas deben ser un seguro escudo, una barrera infranqueable en el
camino de los nuevos pretendientes al dominio mundial. El acontecimiento más
importante de esta etapa fue la liquidación del monopolio nuclear de Estados Unidos.
Uno de los más importantes logros del progreso científico – técnico fue el
descubrimiento y la elaboración de los procedimientos de empleo de una fuente de
energía prácticamente inagotable y de una potencia entonces desconocida y también los
medios de propulsión atómica para los buques de guerra, así como la quimización de la
producción moderna que permitió la fabricación de nuevas sustancias y materiales
artificiales; las conquistas en el campo de la radioelectrónica fueron también de gran
importancia.
Las principales vías por las que marchó la transformación cualitativa de la marina, bajo
el influjo de la revolución científico–técnica, fueron el paso a la construcción de una
flota atómica submarina; la introducción del arma coheteril y nuclear y la creación de
sistemas submarinos nucleares–coheteriles de función estratégica; el armamento de la
marina con una aviación de gran autonomía: la aviación oceánica; medios de aviación
embarcados; cambio cualitativo en la exploración subacuática antisubmarina; variados
medios radioelectrónicos; la automatización del control de las armas y los métodos
matemáticos de investigación con el empleo de computadores electrónicos.
Las condiciones geográficas militares se han manifestado siempre como uno de los
principales factores del desarrollo de cualquier tipo de fuerzas armadas, pero para la
Marina de Guerra tienen especial significación, por cuanto sus fuerzas heterogéneas
deben actuar en la superficie acuática, en variadas condiciones climáticas, así como de
día o de noche. La importancia de este factor se debe también a la naturaleza de la
distribución de fuerzas en el océano, el desarrollo del sistema de bases de las fuerzas
del adversario, la mutua disposición de las posiciones estratégicas que aseguren el
despliegue y el empleo de las fuerzas y los medios llamados a cumplir el conjunto de
misiones operativas estratégicas.
Desde este punto de vista, las armadas de los países imperialistas disponen de
posiciones ventajosas en los océanos. Al establecer el control sobre estrechos y pasos
angostos ya en tiempos de paz se esfuerzan por crear las premisas para lograr el
dominio en estas regiones desde el mismo comienzo de la guerra.
Los Estados imperialistas aprovechan con ventaja sus posiciones también al construir
sus buques y crear sistemas de bases y abastecimiento multilateral. El vasto sistema de
bases, que abarca casi todos los océanos, permite asegurar a sus buques todo lo
necesario y en el plazo más corto.
Desde este punto de vista, adquiere importancia especial no sólo la navegabilidad de los
buques, sino también el alcance de travesía, su autonomía, la capacidad para enfrentarse
a numerosos golpes del enemigo; es decir una gran estabilidad combativa, una
seguridad excepcionalmente alta de sus sistemas y mecanismos y grandes reservas de
fuerza motriz. A mismo tiempo presionada por las condiciones geográfico-militares, la
armada soviética tiene que crear fuerzas y medios especiales para el aseguramiento
logístico.
Las principales armas de la Marina soviética son las fuerzas submarinas y la aviación
naval, equipados con las armas más modernas, en que los cohetes figuran en primer
lugar. Para dar a los submarinos estabilidad combativa y garantizar su abastecimiento,
contando para esto con diversos buques de superficie y aviones de combate. En la
Marina hallan vasto empleo los medios radiotécnicos y los de dirección y control
basados en las computadoras electrónicas y dispositivos analógicos y modeladores.
Demostraron una alta eficacia cuando se emplean de modo correcto y con adecuada
seguridad combativa. Esta conclusión resultó particularmente convincente respecto a los
submarinos de propulsión atómica.
Pero el significado de la marina coheteril nuclear, cuyo grueso eran los submarinos
atómicos, no terminaba con eso, ni mucho menos. La base técnica, cualitativamente
nueva, permitió acabar con la larga sujeción de la Marina soviética a las regiones
costeras y los teatros cerrados, extender considerablemente su esfera de acción en los
océanos y, en caso de que los imperialistas desataran la guerra, oponer la debida
resistencia a la marina del agresor en las diversas zonas del océano, incluidas las zonas
muy alejadas. Pero tenía especial importancia el que, al contar con nuevos medios de
lucha, la Marina de Guerra soviética adquiría capacidad para cumplir las misiones
estratégicas de la defensa del país desde las direcciones oceánicas.
En le desarrollo de los submarinos después de la guerra se pueden marcar dos etapas.
En la primera, que duró cerca de diez años, se crearon submarinos perfeccionados de
propulsión Diesel. En la segunda, que continúa en el presente, se constituyen en lo
fundamental submarinos de propulsión atómica.
Submarino AS ECHO II
El eslabón más vulnerable de estos buques era la defensa antiaérea, cuyo desarrollo se
había rezagado respecto al crecimiento de la potencia de choque de la avioación.
Los medios modernos de lucha dieron propiedades de combate nuevas a las unidades de
buques de superficie, empleo combinado de cohetes de largo alcance de diferentes
función, artillería y torpedos, gracias a lo cual son capaces de combatir eficazmente
contra las agrupaciones mixtas que utilizan conjuntamente fuerzas de superficie,
submarinas y la aviación.
Los buques se superficie siguen siendo el medio fundamental, a menudo el único, para
asegurar el despliegue de las principales fuerzas de choque de la marina, los
submarinos.
Una importante cualidad positiva de los buques de superficie consiste en que pueden ser
apoyados por los puestos de mando costeros mediante la comunicación bilateral
ininterrumpida. Por otro lado estos buques constituyen el grueso de los medios anfibios
y de las fuerzas de apoyo del desembarco. Les pertenece el papel principal en la lucha
contra el peligro de minas y la protección de las comunicaciones propias.
Los conflictos del período de posguerra han evidenciado que los buques de superficie
son capaces de cumplir un amplio abanico de misiones en las guerras locales.
Las potentes armas antiaéreas artilleras y coheteriles nucleares, así como los radares de
detección de objetivos aéreos y de control de tiro instalados en los cruceros
lanzacohétes permiten rechazar eficazmente las ataques aéreos enemigos.
Aviación naval. Antes de aparecer los cohetes, la aviación era el portador principal y
único del arma nuclear. La nueva posibilidad de actuar eficazmente contra objetivos
fijos permitió eximir a la aviación naval de la misión de atacarlos. Esto no significa,
naturalmente, que en el futuro no se incorpore a la aviación naval para atacar objetivos
fijos costeros; pero tales operaciones no deben considerarse regla, sino, más bien,
excepción, por cuanto las misiones que debía cumplir la aviación en un pasado reciente,
han cambiado en la actualidad. Ahora puede orientar sus esfuerzos fundamentales
contra las unidades de choque de los buques de superficie, submarinos y transportes,
incluidos los que llevan tropas y cargamentos, tanto en travesías como en puertos, y
destruir en el mar los más diversos objetivos móviles, de alta maniobrabilidad y
pequeño tamaño.
Hubo que tener en cuenta también que la sustitución de la artillería por el arma nuclear
requería vencer grandes dificultades relacionadas con la instalación de cohetes de gran
tamaño en los buques existentes entonces. Pero la cuestión se planteaba así: o hallar la
posibilidad de sustituir la artillería por el arma nuclear o, si no se consigue, construir
buques cualitativamente nuevos.
Otro trabajo importante realizado por esas fechas era el de construir el cohete alado para
la aviación naval y las unidades coheteriles costeras. Dicha labor marchaba bien, en lo
fundamental, y a mediados de la década del cincueta, el cohete de este tipo entro en
servicio.
Gracias a esta arma, hasta las lanchas artilleras, que antes no podían emplearse en modo
alguno para la lucha contra los buques se superficie, resultaron aptas para batir
prácticamente buques de cualquier clase.
La Marina es hoy capaz de cumplir con éxito no solo misiones estratégicas, destruyendo
los objetivos importantes en el territorio enemigo, sino también de aniquilar los
portadores submarinos enemigos del arma nuclear en el mar.
Así mismo, en las actuales operaciones de guerra, en cualquier nivel, tienen especial
significado la precisión, operatividad e ininterrupción de la dirección. La lucha armada
en el mar se caracterizará por la envergadura global; todo esto obliga a enfocar también
de otro modo los aspectos más importantes de la lucha en el mar; los medios, los
métodos y la organización de la dirección de las fuerzas navales, pero es el radio de
acción de las comunicaciones lo que tiene importancia vital en la marina, ya que
requiere comunicaciones globales capaces de garantizar la dirección de fuerzas alejadas
a decenas de kilómetros de sus bases y ubicadas en diferentes medios: bajo el agua, en
la superficie, en el aire y en tierra. Las transmisiones deben ser rápidas, permanentes,
resistentes a las interferencias del enemigo y necesariamente bilaterales.
El proceso de dirección se podría reducir a la evaluación de la situación, la preparación
y adopción de decisiones por le jefe. Es evidente que el cumplimiento de estos
requisitos en el proceso de organización y planificación de la actividad combativa y
cotidiana de la marina, es inconcebible sin el empleo extenso del medios técnicos
modernos, basados en los equipos computadores electrónicos.
No es fácil decir como serán los buques en el futuro, pero en todo caso, deberán reflejar
el nivel de la ciencia y la industria de su país; lo que es evidente es que los buques del
futuro se diferenciaron mucho de los actuales, con la inclusión de nuevos cohetes,
sistemas electrónicos, empleo del láser en general y de láser de alta energía en
particular, estos sistemas requerirán instalaciones energéticas de potencia colosal. Los
portaviones y buques de combate en general emplearan más aviones de despegue
vertical y helicópteros modernos. Las operaciones irán pasando en grado ascendente al
área submarina y aérea. Lo que esta claro es que la importancia absoluta y relativa de la
lucha en el mar en el curso general de la guerra ha crecido.
Las Fuerzas Armadas soviéticas cuentan hoy con una marina oceánica plenamente
moderna, para defender sus intereses en el mar. Las fuerzas navales de los Estados
imperialistas son instrumentos de la política de agresión, del dictado y del
neocolonialismo; la Marina soviética, en cambio, es factor importante de contención del
agresor, de creación de condiciones favorables para la edificación del socialismo y el
comunismo, factor de defensa activa de la paz y fortalecimiento de la seguridad
internacional.
Problemas del arte naval. El arte naval como cualquier otra teoría científica, tiene
estrecha vinculación con la práctica y se apoya en la experiencia de la pasadas guerras y
la experiencia multilateral de la preparación operativa y combatiente realizada en
tiempos de paz. La práctica es el criterio de la verdad. Sin estudio de la experiencia de
las pasadas guerras y sin su asimilación crítica no puede lograrse el desarrollo del arte
naval.
El desarrollo del arte naval tiene estrecha relación con el desarrollo del arte de conducir
las operaciones militares en los teatros terrestres, aunque, teniendo las tropas terrestres y
la Marina de Guerra comunidad de objetivos, las misiones y modos de actuar de ambos,
determinados por el entorno y los medios de lucha, se diferencian sustancialmente.
Armada contra armada y armada contra la costa
Han sido tradicionales los desembarcos navales, los ataques artilleros contra costa,
bombardeos de costa con aviación embarcada, y golpes coheteriles nucleares de
submarinos.
Como quiera que los objetivos de la guerra se logran en su mayor parte dominando el
territorio del enemigo, las operaciones de la marinas contra la costa proporcionaban
mayores resultados que en las acciones de flota contra flota. La victoria sobre las
marinas enemiga solo creaba las premisas para el sucesivo cumplimiento de las
misiones territoriales. Cierto es también que tales premisas tenían en ocasiones una
importancia dominante en comparación con las acciones de las tropas terrestres
relacionadas con las marinas.
Los resultados finales de las operaciones de flota contra flota se lograban por distintos
métodos, determinados por la base técnica material de casa marina en determinado
período de la historia.
Para las marinas del pasado, lo característico era el choque de masas de buques que se
convertían en una gresca desordenada, luego cada vez adquirió mas importancia la
combinación de la maniobra y el fuego de las fuerzas de línea. Esta peculiaridad se
conservó en la etapa inicial de las flotas a vapor. Con el desarrollo de la marina, la
creación de fuerzas heterogéneas (sumergibles y aéreas) y también con la ampliación
del arsenal del arma naval, la lucha de las armadas en le mar fue adquiriendo nuevas
peculiaridades, las operaciones de marina contra marina se hicieron multifacéticas. La
Táctica naval comenzó a considerar el combate de fuerzas heterogéneas en su vasta
cooperación combinada con grandes medidas de defensa y otras clases de
aseguramiento, detectando la tendencia a una mayor complicación de este proceso.
El análisis individual de las acciones bélicas en el mar, señalan que por lo común, estas
no adquirieron significado estratégico. Al mismo tiempo, el conjunto de acciones de las
flotas contra las del enemigo en las guerras ha tenido con frecuencia significación
estratégica.
Una de las importantes peculiaridades de las fuerzas en las acciones de una armada
contra las del enemigo es su independencia relativamente mayor que en las acciones
contra las costas, donde en lo fundamental, son las fuerzas de la Marina de Guerra las
que cumplen las misiones de combate. En la lucha en el mar, vence por lo general la
parte que supo aprovechar con más acierto estas cualidades para alcanzar el objetivo de
la guerra.
Las operaciones de una marina contra otra pueden considerase como una encarnizada
lucha en los teatros marítimos y oceánicos, realizada en dos direcciones principales.
La base de la primera son las acciones de las fuerzas de la marina contra la marina en su
forma pura, es decir, no relacionadas directamente con el cumplimiento de otras
misiones, ni de los teatros marítimos ni de los continentales. La última de estas batallas
fue la de Jutlandia. El resultado final de esta batalla fue completamente distinto al que
deseaba cada una de las partes contendientes. En esto se manifestó la ley objetiva de
desarrollo de las marinas y el arte naval, consistente en que las batallas generales que
antes podían cambiar radicalmente la situación en el mar a favor de una de las partes en
pugna, no solo habían perdido su significado, sino que se habían hecho prácticamente
irreales.
Se fortalecía cada vez más la tendencia que consistía en aumentar la magnitud general
de las operaciones de las fuerzas de la flota contra otra flota, mediante operaciones y
combates sucesivos y simultáneos en distintas direcciones o teatros, realizadas de forma
independiente y en cooperación con otros tipos de fuerzas armadas. Como ejemplos
tenemos las acciones contra la Marina Italiana en Tarento y el ataque de la aviación
naval japonesa a Pearl Harbor. La Segunda Guerra Mundial, salvo pequeñas
excepciones, no ofreció de hecho ejemplos clásicos de operaciones independientes de
las flotas con el fin de conquistar y mantener su dominio en el mar.
La segunda dirección de este tipo de operaciones combativas de una marina contra otra
son las acciones relacionadas con las operaciones contra la costa y también de
aseguramiento de las comunicaciones transoceánicas o marítimas. Puede asegurarse sin
exageración que la mayoría de los choques de combate entre grandes fuerzas de las
marinas contendientes en esta guerra pertenecen precisamente a este dirección.
Como vemos, las acciones de la marina contra la costa han cobrado un significado
básicamente nuevo en la guerra en su conjunto. Se han integrado como elemento
importante de su estrategia. En este sentido, las acciones de la marina contra la costa
adquirieron importancia dominante en la lucha armada en el mar, esto se confirma en el
hecho que en EE.UU. los submarinos atómicos portacohetes se consideran integrantes
de las fuerzas estratégicas y, todos los demás buques, como fuerzas de aplicación
general.
A lo largo de toda la historia de su existencia, las fuerzas armadas han sido un medio
eficiente de la política de los Estados no solo en tiempos de guerra, sino también de paz.
Tanto en los años cuarenta como en los cincuenta, los ideólogos del imperialismo
norteamericano proclamaban con bastante descaro su empeño por dominar el mundo, y
aquí se apoyaban fundamentalmente en el arma nuclear y en la marina. Pero la URSS
por su enorme crecimiento del poderío militar cambio la correlación de fuerzas, ya que
con las armas estratégicas, especialmente los cohetes instalados en los submarinos, los
Estados Unidos se hallaban ahora abiertos y vulnerables para un ataque directo. Por lo
tanto las fuerzas armadas de la URSS y especialmente la marina garantizan la seguridad
de los países hermanos y sirve a los intereses de la paz general, de la libertad general ,
de la libertad y la independencia de los pueblos.
Por otro lado, la política como enseñaba V.I. Lenin, es la expresión concentrada de la
economía, cuyo estado se determina, ante todo, por el poderío de un instrumento tan
importante de la política como son las fuerzas armadas del Estado. La potencia
económica de éste se reflejan en el estado de las fuerzas armadas del país dado.
La creación de toda una armada que disponga de todo lo necesario para cumplir sus
misiones, con todos los medios de aseguramiento requeridos para su normal
funcionamiento, sólo está al alcance de un Estado con una poderosa economía.
Como es conocido, cada año se realizan exposiciones de diversos tipos de armas, lo que
es también una forma de ejercer presión psicológica con la potencia de las armas al
demostrar su potencial. Otra forma es a través de los buques que aparecen en la propia
costa son una amenaza real del acciones, cuyos momentos y forma de realización los
determinan su mando.
Cambian los tiempos y cambian también los modos de empleo de las armadas por los
Estados en calidad de importante instrumento de la política en condiciones de paz. Los
círculos reaccionarios y militaristas de los países del capital recurren a métodos cada
vez más refinados de demostración de fuerzas y de disuasión, y al chantaje nuclear en
sus intentos de conservar o recuperar su dominio sobre los pueblos independizados y de
otros países que han emprendido el camino del desarrollo independiente.
Un ejemplo de ello es el desarrollo del poder submarino alemán antes y durante los
primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Luego de la Batalla de Jutlandia en la
Primera Guerra Mundial, ambas partes del conflicto llegaron a la conclusión que era
necesario ampliar el circulo de misiones de sus marinas en la lucha armada en el mar.
El mando Alemán, decidió que podía lograr grandes éxitos con los submarinos en
acciones contra las comunicaciones oceánicas y marítimas del enemigo. La tensión
económica generada en los aliados, especialmente a los Estados Unidos, se calculó que
el costo de los medios de combate necesarios para luchar contra los submarinos
superaba en 19 veces los gastos requeridos para construir los submarinos.
Después del fracaso de la operación de los Dardanelos, el Mando naval ingles y francés,
como ya hemos señalado, consideraba las operaciones de la marina contra la costa, si no
imposibles, por lo menos extraordinariamente difíciles.
A su vez, el éxito de los aliados en la lucha armada en el mar se explica en gran medida
por la falta de equilibrio de la Marina alemana, que se utilizó para cumplir una solo
misión (operaciones submarinas). Tampoco se puede decir que la armada de los Estados
Unidos entró en la guerra estando ya equilibrada a tenor de sus objetivos y misiones. Se
requirió el combate en el Mar del Coral para cerciorarse de que los buques de línea
habían perdido definitivamente su papel rector, cediéndoselo para siempre a los
portaviones.
La Marina de Guerra es uno de los tipos de fuerzas armadas más difíciles de restablecer;
la reposición de las bajas, de los buques de combate y las armas conlleva grandes gastos
de tiempo y recursos materiales. Solo la industria de los Estados Unidos fue capaz de
resolver este problema. A ello contribuyó el hecho de que el continente americano
estaba fuera del alcance de los medios de lucha existentes en esas fechas, así como las
grandes capacidades y el alto nivel de la economía y la industria militar de Estados
Unidos.
Su base eran entonces las fuerzas de corto radio de acción. Recién en 1926 el Consejo
de Trabajo y Defensa aprobó el primer programa sexenal de construcción naval militar,
que estipulaba la producción buques de superficie y submarinos destinados,
fundamentalmente, para operaciones en las aguas litorales propias. Como ya se ha
dicho, en 1928 la función principal de la marina era la ayuda al ejército de tierra.
El cambio del carácter del equilibrio de la marina en el curso de la Gran Guerra Patria
se realizó parcialmente a expensas de la movilización e incorporación a la Marina de
Guerra de navíos de las flotas marítima y fluvial, la construcción de buques y aviones
nuevos en las fábricas de la URSS y el envío de cierto número de buques por los
aliados.
Las investigaciones científicas confirmaron que sólo una marina equilibrada puede
satisfacer estas exigencias. La marina soviética es ya básicamente una armada de este
tipo.
CONCLUSIONES
Desde tiempos inmemoriales, la Marina de Guerra lo mismo que los ejércitos de tierra,
son parte componente de un todo - las Fuerzas Armadas del Estado - y constituyen uno
de los instrumentos importantes de su política.
El peso específico de las armadas en el balance general de los esfuerzos militares de los
Estados ha sido distinto en las diferentes etapas de la historia y situaciones político -
militares. Cambiaba a tenor con las posibilidades económicas, la distribución de
fuerzas en la arena internacional, los objetivos políticos de las guerras, la situación
geográfica de las partes beligerantes, el armamento y sus propiedades de combate.
Los submarinos se convirtieron en los portadores más perfectos del arma estratégica
moderna; sus posiciones de lanzamiento pueden estar rápidamente en todo el espacio
oceánico. Los portadores marítimos de medios estratégicos poseen capacidad de
maniobrar en la profundidad, ocultándose bajo la capa de agua y empleándola no sólo
para la protección, sino también para el enmascaramiento, lo que eleva en gran medida
la vitalidad de los sistemas estratégicos del arma.
Sin embargo, tampoco aquí terminan los motivos conducentes a la sucesiva elevación
del papel de la Marina de Guerra. En la actualidad se registra una etapa nueva de la
lucha por el reparto y la potenciación de los océanos propiamente dichos con propósitos
económicos y militares. El océano se convierte en objeto de peculiar expansión de los
Estados imperialistas. En esta lucha, las armadas, como instrumento de la política,
ocupan un importante lugar.
La Marina soviética, como parte integrante de las fuerzas armadas, es un medio seguro
de protección del país y uno de los factores que refrenan a los agresores. Sirve de
importante instrumento de la política en tiempo de paz, salvaguardando los intereses de
la URSS y apoyando a los países amigos.