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¿La UNAL usa eficientemente las estrategias digitales en las artes

escénicas?
Miguelangel Villanueva
mvillanuevan@unal.edu.co
Música instrumental
Yesenia Rincon, profesora
Resumen
[Texto argumentativo] El presente artículo muestra la forma en la que la Universidad Nacional implementó
la educación a distancia, los problemas que se generaron especialmente en las artes escénicas y como estas
metodologías pueden aplicarse de forma efectiva.

Palabras clave: educación virtual, estrategias digitales, artes escénicas, tecnología, virtualidad
La transmisión de conocimiento, a lo largo de la historia ha sido fundamental para el
desarrollo de las artes escénicas, desde sus inicios con la tradición oral, hasta los complejos
programas de estudios superiores que se desarrollan en todo el mundo; una característica de esta
es la interacción, tanto del público con los intérpretes, el impacto sobre sus contextos
socioculturales o la relación entre alumno y maestro. estos procesos de enseñanza también se han
visto influenciada por sus entornos, como por ejemplo la creación de escuelas a lo largo de Europa
en el siglo XIX o las clases y espectáculos privados populares a principios del siglo XVIII.
Las artes escénicas van de la mano con los desarrollos tecnológicos a través de la historia,
como por ejemplo la invención de la bombilla eléctrica la cual revolucionó la escenografía en los
teatros y escuelas más importantes de Europa y Norteamérica, la invención de la imprenta que dio
la posibilidad a los guionistas y compositores de poder diversificar el consumo de sus obras y
tratados, o las nuevas mejoras en instrumentos musicales y vestuarios, Cosas que permitieron un
estudio y desarrollo más profundo de este tipo de arte. (Grout, 1960, pp.643-645)
Por eso es que ahora, tras los nuevos retos que se generaron por la crisis del coronavirus
SARS-CoV-2, que, debido al tipo de propagación del virus, forzó a medidas de contención que
incluyen el distanciamiento social y el cierre de espacios públicos incluyendo escuelas y
universidades, esta tiene que verse más reinventada que nunca ya que ese aspecto tan
fundamental que es la interacción entre individuos es el principal afectado por estas medidas.
La Universidad Nacional de Colombia no es la excepción, y ha tenido que asumir con
responsabilidad la situación emergente de la COVID-19.
Durante este tiempo la universidad adoptó una serie de medidas como son: la no
disponibilidad de clases presenciales en las 9 sedes de la universidad, la utilización de mecanismos
para continuar con los procesos de formación académica virtual, la utilización de plataformas
virtuales como Moodle o Google meet, la suspensión de salidas de campo, la evaluación presencial
de asignaturas, y la restricción de ingreso al campus de personas mayores de 60 años o con
enfermedades crónicas consideradas factor de riesgo adicional. (Montoya, 2020)
La universidad ha entrado en un continuo análisis de la situación y considera que se han
tomado las medidas “pertinentes” para hacer una contención de situación académica de todas las
UAB de la universidad y por lo tanto de la facultad de artes. (García, 2020, pp. 1)

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Según Felipe García, director del conservatorio,
la comunidad educativa se encuentra en una encrucijada. Los maestros están abocados a
enfrentarse a un mundo nuevo, el de trasladar su saber, sus metáforas e historias a un mundo
virtual que exige nuevos conocimientos y perspectivas, Los estudiantes en los diferentes niveles ven
como la virtualidad invade sus espacios familiares, tratan de entender y luchar por adaptarse a un
nuevo ambiente donde en un principio la enseñanza y el ejemplo se traducen en instrucción.

Las plataformas de enseñanza se han venido adaptando muy lentamente a la evolución de los
medios virtuales. Hay un rezago en infraestructura tanto material como virtual. Carecemos de
laboratorios apropiados para el aprendizaje on-line, tenemos una escasa producción en medios
informáticos y la forma de enseñar y aprender aún sigue atada a los cánones y paradigmas del
pasado (García, 2020, pp. 1)

Estas medidas tomadas por la universidad han generado disgusto dentro de comunidad
universitaria y en especial en los cursos donde se desarrollan las artes escénicas de forma práctica.
los estudiantes de la Catedra de Clarinete se niegan rotundamente a este tipo de clases y nos
oponemos a la realización de por lo menos, las clases de “clarinete” y de las demás clases prácticas
de manera virtual. Si bien la virtualidad es una opción, esta no debe ser impuesta unánimemente
por la universidad sino consensuada con cada uno de los actores: estudiantes, docentes,
administrativos y directivas (Cardona, 2020)

“Es claro que cuando se habla de calidad, esta se ha visto desmejorada por la falta
presencialidad.” (García, 2020, pp. 1)
Todos estos hechos demuestran que la las metodologías y herramientas que la
Universidad Nacional planteó para la educación a distancia durante la crisis de la Covid-19, son
ineficientes a la hora de continuar los procesos de formación en las artes escénicas.
La forma de implementar este tipo de estrategias digitales se generan diferentes
dificultades en todo tipo de entorno, desde la forma en la que se plantean los contenidos hasta el
contexto personal del estudiante.
El hecho de que los estudiantes vengan de un sistema educativo tradicional aumenta el
grado de dificultad en la adaptación de la educación a distancia y más cuando esta no es clara y el
estudiante no asume su rol como sujeto activo de su propio aprendizaje. (Atehortúa, 2010, pp. 23-
24) “Si el estudiante no acepta la responsabilidad de asumir el proceso de su aprendizaje, está
condenado al fracaso, por eso el estudiante debe tener la posibilidad de comparar su desempeño
con el estándar más alto posible: el suyo propio.” (Barrón, 2004, pp.13-14) Tal estudiante, al
requerir trabajar sobre su propia responsabilidad, se mantiene en un ambiente caracterizado por
la presencia constante de distracciones “en contra de sus propias tendencias humanas dirigidas al
ocio, que por otro lado deben ser recuperadas por la educación, que en su origen etimológico
refiere precisamente al ocio” (Barrón, 2004, pp.13-14)
Este tipo de educación es considerado más dificultoso por los estudiantes, pues consideran
que aún no se encuentran bien instruidos y familiarizados con la pedagógica virtual, en su gran
mayoría acceden a esta con alto grado de dificultad. (Atehortúa, 2010, pp. 23-24)
La falta de una inducción a los programas básicos de informática y demás softwares que se
pueden llegar a utilizar en los cursos para suplir la falta de presencialidad, implican otra serie de
problemas que afectan el desarrollo normal del curso, esto significa mas carga para el maestro,
desviando el objetivo principal del curso, la dificultad de algunos estudiantes para acceder a estos

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programas, sea gracias a la falta de licencias por parte de la misma universidad o por la falta de
acceso a buenos dispositivos electrónicos, además, el replanteamiento forzoso sobre estos cursos,
los cuales tuvieron que ir probando sobre la marcha que tipo de metodología es la más apropiada,
no favorece el proceso formativo.
La utilización de estos softwares es fundamental, sobre todo en el nuevo entorno
profesional que se esta dando debido a los avances tecnológicos de las ultimas décadas, la falta de
la enseñanza sobre la utilización de estos softwares quedó evidenciada tras la migración de las
clases presenciales a la virtualidad, donde muchos cursos, maestros y estudiantes tuvieron que
implementar estas herramientas desde un conocimiento nulo.
Los problemas de conectividad son otro factor importante a la hora de la implementación
de la educación a distancia, la universidad al ser tan diversa, presenta estudiantes de todo tipo de
origen y con diferentes situaciones socioeconómicas, “la mayoría de estudiantes del conservatorio
afirma tener una red de internet de baja calidad y una parte minoritaria no tiene acceso a
internet” (Prias, consejo estudiantil, 2020)
También hay un porcentaje de maestro los cuales no tiene conocimiento sobre la
utilización de las TICs (Las tecnologías de Información y Comunicación), lo que al inicio de las
clases a distancia fue un problema a la hora de continuar los procesos de formación,
especialmente en las clases prácticas, donde además de replantearse el curso, el maestro tenía
que adquirir conocimiento sobre las TICs que brinda la universidad, esto implicó que muchos
cursos se atrasaran mas de una semana en sus contenidos o incluso se hayan cancelado.
Hace parte del replanteamiento de los diferentes cursos en especial los cursos prácticos,
que al ver como la forma tradicional en la que se llevaban no se podía realizar, comenzaran a
impartir sus temáticas y objetivos desde puntos teórico, lo que implica un fuerte cambio sobre el
plan de estudios que tienen originalmente los programas, lo que genera un desbalance en el
proceso formativo en él, al verse envuelto en temáticas netamente teóricas y estar distanciado de
la aplicación práctica de estos conocimientos.
Las artes escénicas, tiene procesos y programas los cuales van mas allá de los estudios
universitarios, como son el PBEM (programa básico de estudios musicales), los programas de
iniciación musical, los grupos artísticos de la universidad y los programas de extensión, programas
que se ven seriamente afectados, ya que además de ser esencialmente presenciales, al no tener el
mismo estatus que tienen los programas universitarios, son distanciados e incluso abandonados
temporalmente por parte de la universidad.
Queda claro que esta transición desde la enseñanza tradicional, en donde esta interacción
entre alumno y maestro es tan fundamental, a un virtual en donde todo queda resumido a una
simple instrucción, es un proceso complejo el cual requiere de una delicada planeación y tener
que afrontarlo de una forma forzada durante la crisis, se convierte en un reto gigantesco.
Tras todos estos inconvenientes que se generan a partir de la implementación de la
educación a distancia, se da una conversación sobre la calidad de los servicios educativos, en
donde con concepciones, prácticas tradicionales y hasta prejuicios se critica este nuevo tipo de
educación. Según Manuel Castañeda.
Esto, además de obstaculizar las nuevas prácticas, le quita a la educación una de sus cualidades más
atractivas, como es el placer de conocer situaciones nuevas, cuando lo que buscamos es calidad
para: compartir el conocimiento, cerrar brechas, abrir nuevos caminos, atender la diversidad, y

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estar en una constante búsqueda y transformación. La calidad sólo entendida como control
estorba, y lo que se necesita es la calidad innovadora que propicie la creatividad y la capacidad para
enfrentar lo nuevo e incierto que caracteriza a la vida real. (Catañaneda, 2007, p. 21)

La implementación de este tipo de herramientas es muy beneficiosa tanto para


estudiantes como para maestros, “propicia escenarios educativos que trascienden las paredes del
aula para fomentar el aprendizaje en cualquier lugar y a cualquier hora; la web se convierte en el
entorno ideal para la enseñanza en general y, de manera particular, para la enseñanza” (Palazón,
2014, pp. 24-31) además, con la aparición del panorama tecnológico en los últimos años es posible
que según Laura Torres, “tengamos que desarrollar estrategias que permitan valernos de la
educación en línea, Internet, dispositivos móviles, pizarras digitales, etc. para perfeccionar las
anteriores metodologías y desarrollar otras nuevas”. (Torres, 2014, pp. 7-14)
La adopción e implementación de las diferentes estrategias digitales como son los objetos
de aprendizaje (aparatos digitales, softwares y programas, utilizados para la enseñanza) las TICs
(Las tecnologías de Información y Comunicación) los entornos virtuales de aprendizaje y demás
métodos enfocados en la educación a distancia, debe ser un proceso puntual un medio para lograr
un fin, como una herramienta de un proceso de aprendizaje a partir de la previa planeación.
(Borne, 2016, pp. 7-14)
Los cursos deben tener una rigurosa planeación temática de acuerdo a las limitaciones
tecnológicas, es por eso que es fundamental que se tenga un conocimiento previo sobre los
objetos de aprendizaje y las TICs, para hacer un uso efectivo y eficiente de estas mientras se
desarrolla la educación a distancia.
En el documento Estándares de Competencia en TICs para Maestros, elaborado y
distribuido por la Unesco en 2009 las TICs, son divididas entre grupos de herramientas: básicas,
complejas y generales. Estos están vinculados, respectivamente, a tres contextos: alfabetización
en tecnología, profundización del conocimiento y creación de conocimientos (Unesco 2009). Bajo
esta perspectiva, el maestro puede desarrollar la profundización necesaria de acuerdo a las
temáticas y respetando la función de estas herramientas cuando son concebidas para la
alfabetización, profundización o creación de conocimientos. Esto, en consecuencia, permite al
docente la posibilidad de que actúe más bien en otros aspectos del aprendizaje. (Borne, 2016, pp.
7-14)
Los objetos de aprendizaje, se centran, principalmente, en el uso de programas para
ordenador, tanto específicos para la enseñanza, como no específicos pero susceptibles de ser
utilizados en las clases (casanova, 2016, pp. 405-421) a los que se debe abordar con conocimientos
previos, o recibir su respectiva capacitación, entre estos programas encontramos: softwares
destinados a la edición de partituras (Finale), secuenciadores multipista (Cubase), gestión y edición
de imágenes, diapositivas y vídeos (Windows Movie Maker), sincronización de video (sonyvegas)
los cuales permiten un desarrollo eficiente en la enseñanza de las artes escénicas. (casanova,
2016, pp. 405-421)
Claramente, todas estas estrategias digitales no pueden llegar a suplir la educación
tradicional, y menos en las artes escénicas debido a su alto componente practico e interactivo, por
eso es que las metodologías y herramientas que utilizó la UNAL son ineficientes en los procesos de
formación pero, estar en contra de este cambio “quita la posibilidad que tenemos de repensar la
profesión en referencia de lo qué es, lo que se enseña y de cómo se enseña, es la oportunidad de
migrar hacia unas nuevas formas de pensar en nuestro hacer”. (García, 2020, pp. 1) y podemos

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evidenciar que, a través de una correcta implementación de estas herramientas, se pueden llegar
a tener resultados positivos y efectivos a la hora de continuar los procesos educativos.

Referencias
Atehortúa, A. (2010). dificultades de los estudiantes en la adaptación de la metodología de educación a
distancia en la universidad nacional abierta y a distancia UNAD, Ceres villa de San Sebastián de la
Plata, Huila, Revista investigaciones UNAD, pp. 22-23.

Barrón, H. (2004). Seis problemas de los sistemas universitarios de educación en Línea, En: Revista de
Educación a Distancia, (12), pp. 13-14.

Borne, L. (2016). Tecnologías en la educación musical a distancia en contextos universitarios brasileños. Una
mirada hacia la práctica docente. Cuadernos de Música, Artes Visuales y Artes Escénicas. pp. 12-14.

Cardona, R. (2020). Derecho de petición catedra de clarinetes Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

P, 1.

Casanova, O. (2016). Internet, tecnología y aplicaciones para la educación musical universitaria del siglo XXI.
REDU-Revista de Docencia Universitaria, 14(1), pp. 405-421.

Castañeda, M. (2007). La calidad de la educación a distancia en ambientes virtuales, La situación de La


EADAV y sus problemas, Apertura, nueva época (6), p. 21.

García, L. (2020). Comunicado de la dirección del conservatorio del viernes 03 de abril de 2020. Bogotá:
Universidad Nacional de Colombia. P, 1.

Grout, D. (1960). Historia de la música occidental, Revolución y cambio (23), pp. 643-645.

Montoya, D. (2020). Comunicado No. 09 de 2020 de la Rectoría. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Palazón, J. (2014). La web como entorno para la enseñanza musical. Eufonía. Didáctica de la Música, 61, pp.
24-31.

Prias, L (2020). Acto 02 consejo estudiantil 09 de mayo de 2020. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Torres, L. (2014). Educación musical en línea en la sociedad de la información y el conocimiento. Eufonía.


Didáctica de la Música, 61, pp. 7-14.

UNESCO. (2009). Normas de competencia de TIC para docentes, pautas de implementación p. 16.

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