Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
96 97
~
pensamiento sobre las cosas, sino, más bien, para las cosas, para No sería logro menor comenzar por asumir una actitud
usar en las cosas (entendiendo «cosas» como la vida misma). prudente al estilo pirrónico. A esto le sumamos una segunda
De hecho, a Pirrón se le reconoció de manera significativa cualidad vital para poder llevar una buena vida y que se con-
como un gran pensador en su tiempo, probablemente por el virtió en paradigma de los escépticos: la imperturbabilidad
estilo de vida que llevó y gracias al cual muchos otros deci- del carácter, a lo que dedicaremos un apartado específico más
dieron seguirle, de ahí que se hable de una escuela de escepti- adelante. ¿Qué quiere decir esto? Pues algo tan simple como
cismo (seguramente sin la más mínima pretensión por parte no dejar que cualquier cosa nimia e insignificante te altere o
de Pirrón). Por lo que sabemos, Pirrón fue un gran ejemplo modifique el carácter. Frente a la multiplicidad de teorías, a las
para la sociedad del momento porque atesoraba dos cualidades presunciones y prejuicios, a los modelos virtualizados de vidas
que destacan sobre el resto: inteligencia y nobleza, y es más, maravillosas que terminan provocando frustraciones, lo mejor
para sus contemporáneos, tanto Pirrón como los que después es ponerse una coraza para que nada nos afecte. No dejar que
se acercaron al escepticismo eran considerados seres prudentes las especulaciones, fantasías y teorías infundada sobre la vida,
y magnánimos. la felicidad, el éxito, la motivación o la creatividad nos generen
inquietudes y desvelos. Tenemos que mantener nuestro espíritu
calmado, consciente de que no existe una solución a todos los
IMPRUDENCIAS Y PAMPLINAS males, la piedra filosofal para la felicidad. Para los escépticos
lo importante es que esta actitud sea una práctica ante la vida.
Pensar bien requiere dudar bien, pero sobre todo, saber desa- La cuestión es saber cómo se logra semejante hazaña. La
rrollar una actitud escéptica cuando la ocasión lo demande. mejor manera es entrenando el propio carácter por medio
Esto último tiene que ser dominado si queremos alcanzar la de un instrumento muy significativo para los escépticos: la
sabiduría pirronáica. Una de las mejores enseñanzas de los Ataraxia, que no es otra cosa que la tranquilidad del ánimo. En
escépticos para nuestra vida proviene de la actitud prudente este sentido la duda es esencial para entender el proceso de los
que demostraba Pirrón. escépticos, como bien señala el profesor Román:
Prudencia viene del latín, prudentia, que a su vez se deriva
de providentia, es decir, «el que ve por adelantado». La pruden- «La duda pirrónica interviene también en el campo de las
cia es esencial de cara a enfrentarte a determinadas situaciones opiniones, de ahí que Pirrón renuncie a ellas por razón de su
vitales, pues implica templanza, cautela, moderación ... , en defi- aspiración a la Ataraxia: si aspiramos a la paz del espíritu, no
nitiva, buen juicio. Pero también la prudencia es inicialmente podemos dejarnos atrapar por el torbellino de las discusiones
una actitud reflexiva para afrontar un problema o situación, filosóficas».
porque ser prudente significa poner en marcha la capacidad de
análisis, saber discernir lo bueno de lo malo, lo conveniente de La cosa se plantea sencilla: cómo logramos permanecer
lo perjudicial. Si esto lo enlazamos con el siglo XXI, no estaría tranquilos si vivimos en el mundo de la hiperestimulación,
de más adoptar una actitud prudente ante los modelos de vida donde nos bombardean con millones de ofertas materiales y
que se publicitan de manera hiperbólica minuto tras minuto. emocionales, y donde la información se ha desbordado de tal
98 99
manera que nos provoca alteraciones de ánimo constantes. manera de hacer esto es practicarlo a diario, aceptar que la vida
Uno de los consejos más útiles que nos ofrecen estos escépti- acontece como acontece, es como es, y que hay obligaciones y
cos es el de evitar entrar en discusiones especulativas, huir del cosas que debemos hacer y otras que son prescindibles.
mundo de las opiniones infundadas, evitar los charcos que no No sería mala idea añadir a este escepticismo pirrónico un
te aportan nada, en pos de trabajar un espíritu tranquilo y en último elemento de gran utilidad para buscar esa tranquilidad
paz. Como ya hemos mencionado antes, solo tienen que mirar de ánimo que tanto ansiamos en un mundo que nos inquieta
a su alrededor para ver que los desequilibrios emocionales constantemente: la afasia.
aumentan exponencialmente. Desequilibrios que nos indican La afasia no es otra cosa que la «suspensión del juicio», es
que no logramos esa anhelada tranquilidad de ánimo, que no decir, no opinar, no enjuiciar. Este es un instrumento impor-
somos capaces de distinguir lo que realmente es importante de tante para poder alcanzar esa tranquilidad (ataraxia) que
lo que no lo es. ansiamos. En una sociedad como la nuestra, donde tenemos el
1 Tenemos que aprender, al igual que Pirrón, a no adentrarnos
en preocupaciones, en discusiones ni batallas sobre los miles de
dedo a flor de piel, cual gatillo que apretar en las redes socia-
les, nos indignamos con las opiniones de otros y reaccionamos
temas intrascendentes en los que perdemos tiempo y energía. publicando la nuestra, buscando constantemente argumentos
Convertimos en problemas lo que generalmente es anecdó- que la sostengan, peleando por ganar el debate, y no es la pri-
tico, nos ahogamos en un desasosiego innecesario cuando bien mera vez que nos sucede que las consecuencias de opinar nos
podríamos vivir con mucha más tranquilidad de la que mos- provocan malestar y desasosiego porque no son aceptadas o
tramos. Si lo pensamos bien, terminaremos descubriendo que recibidas como pretendíamos. Pirrón lo tenía claro: si quieres
dedicamos mucho tiempo y esfuerzo, muchas horas de pensa- alcanzar esa idea de la vida tranquila contigo y con los demás,
miento y casi de angustia a cosas que no las merecen, a eso que ese ánimo calmado, ese intelecto sereno, evita las opiniones, y
en mi tierra llamamos «pamplinas». si eres capaz, intenta no emitir juicios que puedan perjudicarte.
Tenemos que destacar que el escepticismo de Pirrón es
una actitud a la que él llega y no tanto un punto de partida; es
decir, con la experiencia de la vida, con el interruptor del pen-
samiento crítico encendido siempre, se va dando cuenta de la
dificultad que entraña conocer a fondo las cosas y de la imposi-
bilidad de esta empresa, de modo que concluye que devanarse
la cabeza en asuntos irresolubles, en discusiones en torno a opi-
niones y demás, le provoca más perjuicios que beneficios, así
es que adopta la actitud escéptica. Porque no podemos olvidar
que Pirrón quiere ser feliz, y para ello se da cuenta de algo que
bien podríamos aplicarnos en el siglo XXI: para ser feliz tene-
mos que vivir de manera tranquila y serena, en paz con nues-
tros semejantes, pero sobre todo, con uno mismo, y la mejor
100 101