Está en la página 1de 407

i ji!

Я К .

to •2-.' '

i
к
f '•4'
*

I
J
i

ISP,

Ш
1 Ш
ta N
"N Í

" 4. ; m

y.
y"

¿%

, К s~ ­~ '"" <
}
••• ~ Vf* ' ­к

' . -W/r- ¿f- tk . '.j - ,,-••• V


;
­У. : é ;\ s
\- 3 o -¿ p Vj '
."V-"'"' . - •"•>/.4'" , Ч .>:>' /-^'

i %
v/x Л&< -4/^. ^ ¿ f - i^Y>- Ä , A
ELEMENTOS
DE

•SICOLOGÍA
POR EL

P. J O S É MENDIVE
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS

CON U C E N C I A DE LA A U T O R I D A D E C L E S I Á S T I C A

V A L L A D O L I D
IMP. Y L I B . D E LA V I U D A D E C U E S T A É H I J O S
calle de Cantarranas, núm. 40
NOCIONES GENERALES.
i.—Psicología es lo mismo que tratado del alma.
Esta es la definición nominal; mas si queremos saber
la real, diremos que. la Psicología es aquella parte de
la Filosofía que trata de las principales verdades relati-
vas á la naturaleza y propiedades del alma humana. La
Anatomía y la Fisiología también tienen por objeto el
estudio del hombre; pues la primera considera la es-
tructura del cuerpo humano y de sus diferentes par-
tes, y la segunda el uso natural de estas mismas partes
y sus funciones vitales. Mas ni la una ni la otra se re-
montan á la sublime esfera en que se halla la Psicolo-
gía, porque ésta mira al hombre por el lado más no-
ble y perfecto, cual es el de su inteligencia.
2.—Por esta causa la Psicología forma un tratado
aparte y distinto de la Cosmología, no obstante ser el
hombre una parte de este Universo sensible y hallar-
se dotado de un cuerpo organizado lo mismo que el
de los demás vivientes sensitivos. El hombre por su
razón é inteligencia se distingue sustancialmente de
los demás animales y se aproxima á la sublime cate-
goría délos espíritus puros é invisibles. Por tanto la
ciencia que bajo este aspecto le considera, con razón
es mirada como distinta de las otras que solo contem-
plan en él lo que tiene de común con los demás seres
de la tierra, y como superior á todas.ellas.
3.—Pero si bien la Psicología por razón del objeto
sobre que versa es una ciencia nobilísima, mas tam-
bién se halla herizada de dificultades á causa de la
continua reflexión sobre sí mismo que exige á quien
la estudia. Nada más difícil que esta reflexión: porque
todos los objetos del mundo externo nos están llaman-
do de continuo hacia sí y nuestro ánimo es inclinado
por su misma naturaleza á contemplarlos; por donde
es preciso hacerse violencia para aislarse de este mun-
do exterior y reconcentrarse en sí mismo, para ver lo
que pasa en el otro interior que. llevamos dentro de
nosotros mismos. Sin embargo, gran parte de este
trabajo ya le tenemos adelantado por los grandes es-
fuerzos que han hecho en este estudio los filósofos de
todos tiempos y principalmente los escolásticos, cuyas
profundas observaciones deben servir de guia á todo
el que desee hacer algún progreso en esta ciencia.
Ellas serán nuestra más segura norma en este escrito.
4.—Para tener algún orden en nuestras investiga-
ciones dividiremos el presente tratado en dos partes,
la primera de las cuales versará sobre el alma huma-
na en sí misma y absolutamente considerada y la se-
gunda sobre esta misma alma mirada bajo un aspecto
relativo.
PRIMERA PARTE.
DEL A L I A HUMANA ABSOLUTAMENTE CONSIDERADA,
El alma humana mirada desde este punto de vista
se nos presenta como un ser sustancial, uno é idénti-
co consigo mismo, activo, simple, espiritual y apto de
suyo para vivir perpetuamente. Además, así conside-
rada suscita naturalmente en nosotros la cuestión re-
lativa á su esencia metafísica. Por consiguiente de
todas estas materias debemos tratar en esta primera
parte, empleando al efecto otros tantos capítulos, des-
pués de haber probado en uno especial y separado su
existencia.

CAPÍTULO PRIMERO.
D e la existencia del alma humana.

5.—Antes deponernos á estudiar las propiedades


esenciales de nuestra alma, es preciso que probemos
su existencia, para quenosenos diga que toda nuestra
disquisición procede en un falso supuesto. Esta prue-
ba no es difícil de darse ciertamente, una vez enten-
dido lo que queremos significar con el nombre del
alma humana. Sea pues la siguiente
PROPOSICIÓN.

La existencia del alma humana es un hecho cierto


y evidente.
6.—Demostración.—Existe en nosotros manifiesta-
mente un principio activo, en virtud del cual sen-
timos, entendemos y queremos. Es así que por alma
humana entendemos precisamente el principio activo
de nuestras sensaciones, intelecciones y voliciones. Lue-
go la existencia del alma humana es un hecho cierto
y evidente por sí mismo.
7.—La evidencia de este argumento no puede ser
más manifiesta. Solo los ocasionalistas pueden tener
contra él alguna dificultad: pero el error de estos au-
tores ya queda suficientemente refutado en la Onto-
logía (O. 500). Además, entre las operaciones vitales
procedentes de nosotros mismos deben contarse los
actos con que afirmamos ó negamos alguna cosa.
Ahora bien, estas operaciones requieren un principio
pensante en nosotros; puesto que nosotros no las po-
demos producir, si no tenemos un principio interno
y activo de donde emanen. Por consiguiente, como
discurre muy bien el P. Cuevas ( 1 ) , es imposible
negar la existencia de nuestra alma sin que por el'
mismo hecho implítamente la admitamos; porque en
el mismo acto de negarla, afirmamos de la manera
indicada que este acto vital de negar procede de nues-
tra actividad interna. Siendo pues una cosa tan evi-
dente la existencia de nuestra alma, no nos detendre-
mos más largo tiempo en hablar acerca de ella. Pasemos
á tratar de su naturaleza en los capítulos siguientes.

(1) Cuevas, Psicología, n. 4.


CAPÍTULO II.
D e la sustancialidad del alma humana.

8.—En el capítulo precedente hemos visto cómo el


alma humana es algo real y existente en nosotros.
Resta ahora saber si este algo es una cosa sustancial
ó accidental, ó en otros términos una sustancia ó un
accidente (O. 344). Entre los antiguos filósofos gentiles
hubo algunos que hacían consentir el alma humana
en la armonía y conveniente disposición de las cuali-
dades de nuestro cuerpo, por la razón de que con la
variación ó desaparición del temperamento corporal
varían también ó desaparecen las pasiones del áni-
mo (1). Entre los materialistas modernos unos la con-
funden con el cerebro, diciendo que el pensamiento
humano no es sino una simple secreción de esta vis-
cera; otros con el temperamento ó la estructura ó el
movimiento del cuerpo; y todos finalmente hacen de
ella tma cierta manera de ser de la materia organizada
ó un simple accidente material, pues nada admiten que
no sea ó pura materia ó modo de ser de la misma.
Esta doctrina es manifiestamente absurda; y sea cual
fuere la naturaleza de nuestra alma, es menester con-
fesar que el principio interno y activo de nuestros
pensamientos y voliciones no es un accidente sino una
verdadera sustancia, como lo vamos á probar en la si-
guiente

(1) Véanse sobre esto los Conimbricenses, in 2. de anima, c.


1, q. 1, art. 3.
— 8-

PROPOSICION.

El alma humana es verdadera sustancia.

9.—Demostración.—Nuestra alma no es un principio


cualquiera de las operaciones vitales con que senti-
mos, imaginamos, entendemos y queremos, sino el
principio primero; pues la razón última porque ejer-
cemos todos estos actos, no es otra sino porque existe
en nosotros este principio vital, fuente y raiz de todos
ellos. Es así que el primer principio de las operacio-
nes de un ser es necesariamente algo sustancial y no
accidental; porque el accidente no obra como primer
principio sino como un instrumento de la sustancia
de quien recibe toda su entidad y virtud. Luego el
alma humana es verdadera sustancia.
10.—Débese notar sin embargo que nuestra alma
no es una sustancia completa sino incompleta (O. 378);
porque, como veremos más adelante, por su intrínse-
ca naturaleza está ordenada á formar parte del todo
físico llamado hombre, en lo cual se diferencia de los
espíritus puros.
11.—Á la razón que alegan los materialistas para
afirmar que es un simple accidente de la materia ó el
mero temperamento del organismo, debemos decir
que el temperamento es una pura condición apta para
que nuestra alma pueda ejercer convenientemente
sus propias funciones; ya porque las acciones intelec-
tuales superan manifiestamente á las de la materia
bruta, las cuales ni siquiera son capaces de producir
acción alguna vital déla más ínfima especie (C. 194-2 57);
ya también porque el alma racional del hombre do-
mina las pasiones que nacen del temperamento, re-
frenándolas y haciéndolas servir á sus particulares
-9 —
miras, lo cual es señal manifiesta de su grande supe-
rioridad sobre todo lo material y terreno. Pero de esto
ya trataremos más largamente hablando de su simpli-
cidad yespiritualidad, las cuales son otras tantas prue-
bas de la sustancialidad de nuestra alma (i).

CAPÍTULO III.
D e la unidad é identidad del alma
humana.

12.—Uno es lo mismo que indiviso (O. 114), é idénti-


co lo mismo que indistinto de si mismo (O. 124). Por
tanto para probar que nuestra alma racional es una,
es preciso que probemos que el principio de donde
emanan nuestras sensaciones, intelecciones y volicio-
nes no se halla dividido en varios, sino que es uno solo:
y para hacer esto mismo respecto de su identidad,
debemos demostrar que esta sustancia pensante una
é indivisa persiste en nosotros siempre la misma en el
flujo y reflujo de acciones y pasiones que continua-
mente la están modificando. Esta prueba la podemos
dar fácilmente atendiendo á los fenómenos que se su-
ceden de continuo en el retrete de nuestra concien-
cia (L. 452), como se verá en la siguiente

(1) Véase sobre esto Santo Tomas, lib. 2. cont. gent. cap. 64.
PROPOSICIÓN.

EL principio de nuestras sensaciones, intelecciones y vo-


liciones es uno solo y permanece siempre realy físicamen-
te el mismo.

13.—Prueba déla p.—El principio de nuestras


sensaciones, intelecciones y voliciones es aquel, cuya
existencia y acción se nos revelan á nosotros median-
te estas mismas sensaciones, intelecciones y volicio-
nes; puesto que las causas no se nos dan nunca á co-
nocer sino mediante sus actos propios 3^ peculiares, y
por tanto aquel debemos decir que es el principio ó
causa de los actos mencionados, de cuya virtud los
sentimos emanar ó proceder (L. 450). Es así que el
principio cuya existencia y acción se nos revelan me-
diante los fenómenos indicados, es uno solo y no va-
rios. Luego el principio de nuestras sensaciones, etc.,
es uno solo.
14.—Prueba de la menor.—Cada uno puede observar
dentro de sí mismo, mediante el testimonio que de
ello le da el sentido íntimo, que puede comparar lodo
él tu. una unidad indivisa todas y cada una de sus sen-
saciones, intelecciones y voliciones y dar su juicio so-
bre ellas. Luego todas estas sensaciones y voliciones
deben hallarse en un mismo sujeto pensante que las
experimente como suyas ó sea como emanadas de su
actividad; puesto que de lo contrario unas sensacio-
nes, intelecciones y voliciones serían de un sujeto pen-
sante y otras de otro, y por lo tanto ninguno de ellos
podría experimentarlas todas sino solo las suyas pro-
pias. Es pues evidente lo que intentábamos probar en
esta menor, á saber: que el principio viviente, cuya
existencia y acción se nos revelan á nosotros median-
II —

te sus sensaciones, intelecciones, y voliciones, es uno


solo y no varios.
15.—Prueba de la 2. p.~Por el mismo testimonio
a

del sentido íntimo percibimos con la mayor evidencia


que se reúnen en la unidad indivisa de nuestro yo pen-
sante no solo las sensaciones, intelecciones y volicio-
nes de un momento dado sino también las de los tiem-
pos pasados. De aquí proviene la facultad llamada
memoria, en virtud de la cual nos acordamos de que
en los tiempos pasados existia este nuestro sujeto pen-
sante sintiendo, entendiendo y queriendo de la mis-
ma manera que ahora. Luego es manifiesto que en
nosotros persiste siempre el mismo, sin variación al-
guna física en su ser, el principio y sujeto de todos es-
tos fenómenos psicológicos, á que damos el nombre de
alma humana.
]6.—La doctrina encerrada en esta proposición es
evidente á todas luces; sin embargo, no han faltado
algunos filósofos extravagantes que han tratado de
destruirla. Los maniqueos ponían en nosotros dos al-
mas, una buena y otra mala; y los materialistas, para
discurrir conforme á sus pestilentes principios, deben
decir que nuestro sujeto pensante de hoy nó es el
mismo que el délos tiempos pasados: porque las mo-
léculas, de cuya disposición y arreglo resulta la ar-
monía y temperamento de nuestro cuerpo, en los
cuales hacen ellos consentir la esencia de nuestra alma,
se están renovando continuamente. Ambos errores son
crasísimos por extremo: el de los maniqueos; porque
por el testimonio de la conciencia sabemos que tanto
las acciones buenas como las malas proceden en nos-
otros de un mismo principio activo, unas con libertad
otras sin ella: el de los materialistas; porque la persis-
tencia física del mismo sujeto pensante en todos los
tiempos y lugares nos la está atestiguando de contí-
— 12—
nuo la conciencia, en la cual se reúnen así la percep-
ción de lo presente como la memoria de lo pasado.

CAPÍTULO IV.
D e la actividad del alma humana.

17.—Entiéndese por actividad la virtud operativa de


un ser cualquiera. Que nuestra alma esté dotada de
esta virtud es cosa manifiesta; pues de ella proceden
los actos de entender, sentir, vegetar y moverse de un
lugar á otro que producen todos los hombres. Esta
virtud operativa se suele designar con los nombres de
fuerza, potencia y facultad, siempre que se trata del
alma humana; y este mismo lenguaje emplearemos
nosotros usando indiferentemente los sobredichos
nombres. Para estudiar la naturaleza de esta activi-
dad, es preciso que dividamos el presente capítulo en
varios artículos; porque la materia en él contenida es
demasiado.amplia para ser tratada de otro modo.

ARTÍCULO PRIMERO.
Clasificación de las potencias del alma humana.
18.—Que nuestra alma tenga diversas potencias
operativas lo vemos claramente atendiendo á la múl-
tiple variedad de objetos sobre que versan los actos
procedentes de la humana naturaleza; pues por una
parte, de todos es primer principio nuestra alma, por
ser la forma sustancial del cuerpo humano, como se
probará más adelante, y por otra, de la diversidad
de objetos formales resulta la diversidad de las po-
tencias, no porque éstas estén constituidas por aque-
llos, sino porque la naturaleza de cada potencia con-
— 13 —
síste en decir orden y relación trascendental al objeto
sobre que versa (i).
ig.—Para hacer la clasificación mencionada debe-
mos considerar los tres diferentes grados de acciones
que en nosotros ejerce nuestra alma. El primero com-
prende todas aquellas acciones en que obra á la ma-
nera de la naturaleza insensible ó sea inconsciente-
mente, cuales son las que tiene comunes con las
plantas. El segundo es de aquellas que se ejecutan ex-
perimentalmente y dan á los objetos materiales por
ellas representados bajo formas finitas y concretas un
modo de ser inmaterial (2) en nuestra alma más per-
fecto que el que tienen en sí mismos. Éstas son todas
aquellas percepciones sensibles que nos son comunes
con las que pertenecen á los brutos. El tercero final-
mente contiene las que no solo se ejecutan de una
manera experimental, sino que representan los obje-
tos de la naturaleza sensible bajo formas universales
é ilimitadas, dándoles por consiguiente un modo de
ser en nuestra alma más inmaterial todavía que el que
reciben en las anteriores. Éstas son las percepciones
intelectuales, propias y características de la naturale-
za humana, en las cuales nos. asemejamos de alguna
manera á los espíritus puros.
20.—Todos estos tres géneros de acciones tienen al-
gún grado de inmaterialidad y vencen en perfección

(1) Véase sobre esto Santo Tomas, Qucest, disfiut. quoest.


única de anima, art. 1 3 . ; item Suarez, de anima, lib. 2. cap. 2.
(2) No quiere decir esto que nuestras percepciones sensiti-
vas sean independientes de la materia, porque bajo este aspecto
los tales actos son materiales. L o que únicamente significa es,
que superan en perfección á los actos de la materia bruta; y así
en este sentido no solo las sensaciones sino aun los mismos
actos de la vida vegetativa tienen algún grado de inmaterialidad.
— 14 —
á las de la materia bruta; porque éstas últimas se eje-
cutan de una manera mecánica y no son vitales, mien-
tras que las otras proceden de un principio vital y son
por lo tanto inmanentes y perfectivas (C. i8ó). Las se-
gundas sin embargo son más inmateriales y más per-
fectas que las primeras, y las terceras que las segun-
das; porque por medio de las percepciones sensibles
las cosas materiales están en el alma sin sus propias
materias pero con su singularidad y con las condicio-
nes individuantes que se siguen ala materia, y por las
intelectuales están en el alma no solo sin sus materias
pero aun sin las condiciones individuantes propias de
la materia y con la ilimitacion y universalidad que
corresponden á los actos de los espíritus. Las fuerzas
productoras del primer género de acciones se llaman
potencias naturales, las segundas sensitivas, las terceras
intelectivas.
21.—A las potencias sensitivas é intelectuales de
nuestra alma corresponden otras que llamamos ape-
titivas sensibles, apetitivas intelectivas y locomotrices.
«Porque, para usar de las mismas palabras del Angé-
lico Doctor, así como por su naturaleza ó forma na-
tural tienen los seres inclinación á alguna cosa y ejer-
cen por conseguirla sus movimientos ó acciones; de la
misma manera á la forma sensible ó inteligible se si-
gue la inclinación al objeto aprehendido por el senti-
do ó por el entendimiento, la cual pertenece á la po-
tencia apetitiva; y en su consecuencia debe haber algún
movimiento por el cual se llegue á la cosa deseada, y
esto pertenece á la potencia locomotora (i).» Así pues
es preciso distinguir en el alma humana cinco géneros
de potencias ó facultades: las naturales, las sensitivas,
las intelectivas, las apetitivas y las locomotrices. Cada

(t) S . Tomas, 1. cit.


— 15 —
uno de estos géneros encierra varias especies, las cua-
les vamos á enumerar brevemente para que la clasifi-
cación sea completa.
22.—El género de las naturales comprende la gene-
rativa, la aumentativa y la nutritiva; la primera de las
cuales es necesaria para que los hombres se propa-
guen dando uno á otro el ser por medio de la genera-
ción, la segunda para que después de nacidos adquie-
ran su conveniente volumen y estatura, la tercera para
que conserven el ser adquirido reparando con el ali-
mento las pérdidas continuas que sufren en el cuerpo.
23.—En eldelas sensitivas sehallanloscinco sentidos
externos, vista, oido, olfato, gusto y tacto; y los cuatro
internos, que son: el sentido común ó interno, la imagi-
nación ó fantasía, la estimativa natural llamada razón
particular, y la rememorativa ó reminiscencia conocida
también con el nombre de memoria sensible. Sobre
estas dos clases de sentidos ya quedan hechas algunas
explicaciones en la Lógica (L. 469 y siguientes; 491 y
siguientes) y de los internos también hemos hablado
en la Cosmología (C. 216). Por lo cual no nos deten-
dremos por ahora en más largas consideraciones acer-
ca de ellos.
24.—En el de las intelectivas se encuentran el enten-
dimiento, la razón, la memoria intelectual y la concien-
cia. Con la primera de estas facultades formamos los
conceptos universales y los juicios inmediatos en que
no interviene discurso alguno. Con la segunda discu-
rrimos aplicando los principios generales del entendi-
miento á alguna materia determinada y comparamos
unos conceptos con otros sacando de ellos consecuen-
cias.. Con la tercera comparamos lo presente con lo
pasado bajo la idea general del tiempo. Con la cuarta
entramos en las profundidades de nuestro propio ser
y nos percibimos existentes.
—16—
25.—El género de las apetitivas contiene dentro de
sí á la apetitiva sensible llamada apetito sensitivo y á
la apetitiva racional conocida con el nombre de volun-
tad. La primera de estas facultades obra regulada y
movida por la aprehensión sensible; sus actos los po-
demos llamar apeticiones ó apetencias y aversiones ó re-
pugnancias. La segunda se mueve regulada y excitada
por la aprehensión intelectual; sus actos se llaman
generalmente voliciones y noliciones.
26.—Finalmente, «la fuerza motriz, escribe Santo
Tomas, como de suyo está ordenada al movimiento,
no se diversifica sino según la diversidad de los movi-
mientos que corresponden, ya álos diferentes anima-
les, de los cuales unos son reptiles, otros volátiles,
otros andadores, etc., ya á las diversas partes de un
mismo animal, porque cada una de ellas tiene sus
movimientos peculiares (1)». Qué género de distinción
exista entre las diferentes potencias que acabamos de
enumerar en este artículo lo veremos más adelante
al tratar de cada una de ellas en particular. Lo que
ahora nos interesa saber es, si sé distinguen ó no real-
mente de la esencia del alma; pero esta es cuestión
que pertenece al artículo siguiente que ponemos á con-
tinuación.

ARTÍCULO II.
La esencia del alma humana y sus potencias.
27.—La comparación de la esencia con las poten-
cias del alma da origen á las cuestiones siguientes:
i. ¿Cómo se distingue el alma de sus potencias? 2 ¿Cómo
a

emanan éstas de aquélla? 3. ¿Cómo obra el alma con sus


a

potencias? Para resolverlas dividiremos el presente


artículo en otros tantos párrafos separados.

(1) S. Tomas, cit.


§ 1. CÓMO S E DISTINGUE E L ALMA HUMANA DE SUS
POTENCIAS.

28.—Sobre esta materia hay tres opiniones: la pri-


mera es de los que ponen con Durando distinción real
entre la esencia del alma y sus potencias sensitivas é
intelectivas y distinción de razón entre la dicha esencia
y las potencias naturales. La segunda es de los que
opinan con Escoto que ninguna potencia del alma se
distingue realmente de la esencia sino que todas ellas
son esta misma esencia en cuanto apta para producir
acciones diferentes. La tercera finalmente es de los
que juzgan con Santo Tomas que existe distinción
real éntrela esencia y todas las potencias de nuestra
alma.
29.—De estas tres opiniones escribe sabiamente el
P. Valencia las siguientes palabras: «Las tres son pro-
bables y ninguna de ellas puede ser demostrada ma-
nifiestamente, ni importa mucho tampoco conocer
con perfección cuál de ellas sea la más probable (1).»
En los mismos términos se expresa el P. Suarez,
añadiendo que es inútil y trabajoso poner demasiado
empeño en defender en esta cuestión las razones de
Santo Tomas, porque no son demostrativas sino me-
ramente probables (2). A Sanseverino sin embargo le
parecen estas razones de sumo peso y juzga ser pan-
teística la doctrina contraria que no admite la distin-
ción real (3). Con Sanseverino opinan los que en nues-
tros dias quieren que no nos apartemos ni en una sola

(1) Valentia, in i.p. D. Thorn, torn. 1 . disp. 6, q. 3, punct. 2.


(2) Suarez, Metaphys. disp. 18, sect. 3, n. 18.
(3) Sanseverino. Philos. Christ, cum ant. et nova comfiar.
Dinanilogia, pars gener. cap. 1, art. 1 .
Psicologìa, o
- i 8 -
tilde del Angélico Doctor. Nosotros que no gustamos
de tal género de exageraciones,' estamos muy lejos de
pensar que por no admitir la distinción real hayamos
de caer irremisiblemente en el vergonzoso error del
panteismo; si bien juzgamos con los dos referidos doc-
tores ser la más probable la doctrina del Aquinense.
Esto es lo que vamos á probar en las siguientes pro-
posiciones.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La negación de la distinción real entre la esencia y las


potencias del compuesto humano no conduce en manera
alguna al panteísmo.

30.—Demostración.—De negar la tal distinción no se


sigue en manera alguna que nuestra alma sea acto
puro sin mezcla de potencialidad, como pretenden San-
severino y los demás partidarios de su doctrina. Lue-
go con la tal negación podrá quedar todavía nuestra
alma á infinita distancia de la naturaleza divina, que
es acto purísimo, y por lo tanto con ella no se tiende
en manera alguna al panteismo.
31.—Prueba del antecedente.—1.° No obstante la tal
negación, el alma humana queda criatura y por con-
siguiente compuesta de acto y potencia (O. 31-32).
Luego la negación dicha no lleva consigo la actuali-
dad pura propia del Ser increado. 2° De la susodicha
negación no se sigue que en nuestra alma sean una
misma cosa los actos de ser y obrar; porque en tal
caso la esencia, en razón de tal, se distinguirá virtual-
mente de sus potencias y por tanto será capaz de di-
versos actos. Luego, no obstante la negación dicha,
podrá tener nuestra alma, ademas del acto de existir,
una multitud indefinida de actos sucesivos, realmente
- i n -
distintos los unos de los otros, y por tanto estar
compuesta de potencialidad verdadera. 3. Con la ne-
0

gación mencionada no solo podrá tener el alma hu-


mana pluralidad de actos realmente distintos, sino
que la tal pluralidad le será connatural y debida. Por-
que con ella no dejará de ser limitada en su ser criado
y por consiguiente también en su obrar; la cual limi-
tación es la fuente primordial de la pluralidad de ac-
tos en las criaturas, así como la infinidad contraria
la hace en Dios de todo punto imposible. Luego etc.
4. Aunque supusiéramos una alma siempre puesta
0

en acto de conocer, de forma que este acto fuese único


y perenne; todavía no por esto la podríamos en ma-
nera alguna confundir con Dios: porque el tal acto
seria tan contingente como ella y tan recibido de otro
como ella y por lo mismo infinitamente inferior al de
la naturaleza divina.
Ni se diga que dicho acto sería esencial por emanar
inmediatamente de la esencia: porque con tal género
de argumento se incurre en el mismo sofisma que
hemos deshecho en la Ontología al hablar de la dis-
tinción éntrela esencia y la existencia (O. 33). Propia-
mente hablando, ni físicamente esencial podría lla-
marse, sino meramente natural: porque la criatura de
suyo no tendría sino inclinación física á producirlo de
hecho con el concurso libre del Criador. Queda pues
evidentemente demostrado que la negación sobre-
dicha nada tiene que ver con el error torpísimo del
panteísmo.
PROPOSICIÓN SEGUNDA.

3y\? es cierto que entre la esencia y las potencias del


compuesto humano exista verdadera distinción real
y física.

32.— Demostración.—Ninguno de cuantos argu-


mentos suelen aducirse en pro de la tal distinción,
es más que probable, como lo vamos á ver examinan-
do los aducidos por el Ángel de las Escuelas, que son
á lo que parece los más poderosos y eficaces. Estos
argumentos son los siguientes: i.° La diversidad de
actos exige diversidad de potencias; porque todo el
ser de la potencia está en su orden trascendental al
acto. Es así que en las criaturas el. acto de la esencia
ó sea el ser es realmente distinto del acto de la poten-
cia ó sea el obrar. Luego en toda criatura la esencia
se distingue realmente de sus potencias operativas (1 j .
2. La potencia y el acto deben pertenecer al mismo
0

género; porque la potencia y el acto son las diferen-


cias inmediatas que dividen la noción cuasi genérica
del ser. Es así que en solo Dios pertenece al género de
la sustancia el acto de su potencia, porque en solo
Dios se identifica con el ser su acción productora.
Luego en solo Dios es sustancia la potencia operativa
y en todas las criaturas ésta se distingue realmente de
aquella (2). 3. Si la esencia del alma y sus potencias
0

fueran una misma cosa, estas potencias siempre se


hallarían en acto completo y pleno; porque la esencia
del alma es acto completo y no ordenado á otra cosa
ulterior. Es así que las potencias de nuestra alma no

(1) S. Tomas, Summ. Theol. 1, p. q. 54, art. 3.


(2) Id. ibid. q. 77, art. 1.
— 21 —
están siempre en acto completo, porque es cosa evi-
dente que estamos pasando de continuo de la poten-
cia al acto con nuestras sensaciones, intelecciones y
voliciones sucesivas. Luego en nuestra alma son cosas
realmente distintas la esencia y las potencias, (i).
33.—Estos son los argumentos del Angélico Doctor:
veamos ahora su solución probable. Al primero po-
demos responder con el Cardenal Toledo (2) que la
causa es más simple que sus efectos y por consiguien-
te la diversidad de actos no arguye necesariamente
diversidad real de potencias. Ciertamente la omnipo-
tencia divina, siendo una y simplicisima en sí misma
por razón de su perfección suma, produce una innu-
merable variedad de cosas. ¿Por qué, pues, no podrá
haber alguna criatura que se asemeje en esto á la
esencia divina, produciendo con una sola potencia
simplicisima y perfectísima algún número limitado
de efectos. diversos? Ademas, podemos añadir con
Suárez (3) que el producir los actos sin intervención
de potencia alguna realmente distinta déla sustancia
y con la dependencia de sus propios motores que es
esencial á todo agente criado, no envuelve en su
concepto formal una virtud infinita, y por lo tanto
con dificultad se podrá probar la repugnancia intrín-
seca de tal género de acción con respecto á todas las
criaturas posibles como en el citado argumento se
pretende. Finalmente podemos decir con el P. Hur-
tado: «Es falso que la diversidad de actos arguya
siempre diversidad de potencias: ya porque las mis-
mas potencias vitales son actos primeros diversos,
cuya potencia es una sola y misma alma; ya porque

(1) S. Tomas, Summ. Theol. 1. p. q. 77, art. T.


(2) Toledo, Comment, in 1. p. D. Thorn, q. 54, art. 3.
(3) Suarez, Metaph. disp. 18, sect. 3, n. 18.
— 22—
la simple aprehensión y el juicio son también actos
diversos' de un solo entendimiento; ya finalmente
porque la luz y el calor son efectos de una sola y
misma lumbre (i).»
34.—Al segundo se puede dar la respuesta del P. Va-
lencia, diciendo que «aunque en sentido formal la po-
tencia no sea sustancia, pero sí puede serlo en sentido
real é idéntico, como otros muchos accidentes son en
este segundo sentido una cosa misma con la sustancia
én sentir de los discípulos de Santo Tomas, v. gr. la
relación, el movimiento, etc. (2)» Es. decir que en las
criaturas la sustancia se puede concebir como vir-
tualmente distinta de las potencias, lo cual no sucede
en Dios; por donde la acción divina será siempre
formalmente sustancial y en las criaturas formal-
mente accidental y distinta de la sustancia. Ademas,
podemos responder con el P. Hurtado en esta forma:
«De que en ninguna sustancia criada sean una misma
cosa la acción y la sustancia no se sigue que suceda
lo mismo á ésta con respecto á sus potencias: ya
porque la acción con que la sustancia del alma hace
brotar de su seno las potencias no se identifica con
ella á pesar de que aun en sentir del mismo Santo
Tomas emana inmediatamente de ella misma; ya
también porque el identificarse con su acción es una
actualidad suma que no conviene á las criaturas;
entre las cuales la razón de potencia tiene mucho de
potencialidad, como se ve en las mismas potencias,
las cuales se identifican consigo mismas pero no con
sus actos (3).

(1) Hurtado, Disputât., de Anima, disp. 4, sect. 1 , § 8.


(2) Valencia, Comment, in 1. p. tom. 1. disp. 6, q. 3.
p U I l C t . 2. -
(3) Hurtado, /. oit. § 9.
— 23 —
3$.—Al tercero finalmente podemos responder con
el P. Valencia en esta forma. «Aunque el alma bajo la
razón de forma sustancial es acto y no está ordenada
á la operación, pero material é idénticamente tiene la
propiedad de ser al mismo tiempo potencia para
producir acciones de que algunas veces carece (i).»
Es decir que el alma bajo la razón deforma sustancial
del cuerpo humano es acto completo y no ordenado
á otra cosa ulterior; pero bajo la otra razón formal de
activa dice orden á la acción de que muchas veces ca-
rece y que nunca puede producir sin hallarse conve-
nientemente preparada por medio de los motores
externos.
Dice muy bien el P. Losada á este propósito: «El
alma es principio inmediato de vivificación en el
orden de causa formal; la cual, una vez unida al
sujeto, no puede menos de darle su efecto formal,
puesto que el tal efecto no se distingue de la misma
forma en cuanto unida: pero en cuanto principio
activo, ó sea en el orden de causalidad eficiente,
requiere ademas de la unión sustancial varias condi-
ciones para obrar, cuales son el ser aplicada á su
objeto, el decreto divino de concurrir Dios con ella á
la acción, etc.; de forma que, faltándole estas condi-
ciones, no estará su actividad en ejercicio (2).»
Ninguna persona que quiera mirar las cosas con
ánimo tranquilo y libre de preocupaciones dejará de
ver que estas respuestas son verdaderamente sólidas
y probables y que por tanto las razones de Santo
Tomas distan mucho de ser demostrativas. Esto no
quita que la doctrina por él defendida sea más pro-

(1) Valencia, /. cit.


(2) Losada, Cursus philos, secunda pars continens P h y s i -
cam, tract. 2, disp. 6, cap. 1, n. 23.
-24-
bable que la de sus contrarios, y esto es lo que vamos
á probar en la siguiente

PROPOSICIÓN TERCERA.

La doctrina que pone distinción real entre la esencia y las


potencias del hombre, es más probable que su contraria.

36.—Esta es la misma tesis sentada por el Eximio


Suarez en el tratado de anima, lib. 2. cap. 1. n. 5, con
el cual argumentaremos en esta forma: i.° Tan gran-
de multitud de operaciones diversas, como es la que
existe entre las potencias de nuestra alma y entre el
conocimiento y el amor, no parece que pueda tener
su origen inmediato en el alma sola sino en otros prin-
cipios inmediatos de acción distintos realmente de
ella que le ayuden á obrar y sean como otras tantas
fuentes de la variedad dicha. Porque tan grande sim-
plicidad y perfección como son las que se requieren
para que de la sustancia del alma procedan inmedia-
tamente tantos y tan diversos actos, no parecen com-
patibles con las imperfecciones y limitaciones esencia-
les á toda criatura. Luego debemos pensar que en
Dios solo por razón de su simplicidad absoluta es la
esencia el fundamento de la variedad mencionada y
que en todos los seres finitos esta variedad nace de la
multitud de principios operativos, realmente distintos
de la sustancia, que de ella reciben su virtud y en
ella tienen su raíz y fundamento.
37.—2. Además, entre la esencia y los atributos de
0

Dios es necesario reconocer algún género de distinción


virtual; porque la misma multitud de actos diversos
que emanan de la Divinidad, nos da motivo suficiente
para que los concibamos con conceptos formalmente
distintos (O. 130). Ahora bien, parece que otro género
- 2 5 -
de distinción mayor que este debe existir entre la
esencia y los atributos de las criaturas; porque de lo
contrario serian por este lado tan simples y perfectas
como el mismo Dios. Luego la distinción que reina
entre la esencia y las potencias operativas de toda
criatura, es más que virtual ó sea real y física.
38.—3. Los hábitos que perfeccionan al alma dán-
0

dole una cierta inclinación y facilidad para obrar en


alguna determinada materia, son realmente distintos
de la misma alma; puesto que sin adquirir ella ni per-
der nada de su sustancia, se adquieren y pierden, se
aumentan y disminuyen, según sean los actos que li-
bremente ejercemos. Además, se distinguen realmen-
te entre sí, porque sirven de perfección ya á diversas
potencias ya á una misma, según sus diversas opera-
ciones. Luego esto mismo parece que debemos afirmar
de las potencias mismas; porque ellas también son
virtudes operativas, como los hábitos, destinadas á
producir un género determinado de operaciones.
39.—4. Finalmente, los actos que emanan de la ac-
0

tividad del alma, son realmente distintos de ella.


Ahora bien, lo mismo parece que debemos afirmar
de las potencias con que son producidos: porque, una
vez reconocida la distinción dicha, es mucho más fácil
explicar la diversidad de los tales actos poniendo en
el alma principios operativos realmente distintos que,
haciéndola brotar de uno solo, cual es la esencia men-
cionada. Luego la razón dicta que consideremos nues-
tras potencias como realmente distintas unas de otras
y de la esencia de nuestra alma.
La distinción sin embargo entre el alma y sus po-
tencias no es tal, que éstas puedan producir sus actos
sin el concurso activo é inmediato de aquella. La sus-
tancia del alma concurre inmediatamente á la pro-
ducción de todos y cada uno de los actos producidos
— 26 —
por sus potencias, como se probará más adelante; y
así bajo esté aspecto la distinción entre el alma y sus
potencias no es adecuada sino inadecuada.

§ I I . CÓMO PROCEDEN D E L ALMA S U S POTENCIAS.

40.—Acabamos de ver en la última tesis del parágrafo


precedente que la doctrina de Santo Tomas relativa
á la distinción de nuestra alma y sus potencias es más
probable que la de Escoto y de cuantos no admiten
otro género de distinción entre ellos que la meramen-
te lógica. En esta suposición ocurre preguntar: ¿con
qué clase de acción son producidas estas potencias?
¿Cuál es la causa eficiente de donde inmediatamente
proceden? La respuesta es, que las tales potencias pro-
ceden de la actividad interna del alma, la cual les da y
conserva el ser que tienen por un linaje de acción lla-
mada emanativa ó emanación. Esto es lo que vamos á
probar en la siguiente

PROPOSICIÓN.

Las potencias del alma proceden de ella por una acción


emanativa distinta de aquella con que es producida
ella misma.

41.—Prueba de la i.*p.— Acción emanativa es aque-


lla cuyo término producido se queda en el mismo
producente formando con él un solo ser. Es así que
las potencias del alma son producidas por ella y se
quedan en la misma alma formando con ella un solo
ser. Luego las potencias del alma humana proceden
de ella por una acción emanativa.
La menor de este silogismo no puede ofrecer nin-
guna dificultad en su segunda parte: porque todas las
-27 —
potencias operativas humanas existen en la esencia
del hombre formando con ella un solo ser activo y por
consiguiente existen también de esta misma manera
en el alma. Es verdad que algunas de estas potencias
no existen en el alma sola sino en el compuesto de
alma y cuerpo; pero esto no se niega con decir que
existan en el alma formando con ella un solo ser. La di-
ficultad pues está en la primera parte y ésta se prueba
con el argumento siguiente, que es del Angélico
Doctor. La forma sustancial que da el ser primero y
propiamente dicho al compuesto, debe ser principio
productivo de las perfecciones que de por sí le con-
vienen; porque en las cosas por su misma naturaleza
subordinadas lo que es primero en el género debe ser
causa de lo posterior, y la forma sustancial es lo pri-
mero de todas las cosas que de suyo pertenecen á la
naturaleza del compuesto. Es así que el alma humana
es la forma sustancial del hombre y sus potencias ope-
rativas le convienen de por sí y no por acaso, puesto
que sin ellas no puede moverse hacia el fin á que es
impelida por su naturaleza. Luego el alma humana
es principio productivo de las tales potencias (i).
42.—Este argumento lo podemos confirmar con este
otro que en el citado lugar indica el mismo Santo
Doctor. Más plena y más perfecta causalidad ejerce la
esencia de una cosa sobre sus atributos y propiedades
naturales que sobre los accidentes comunes; porque
éstos, como extrínsecos ó extraños á la naturaleza es-
pecífica de cada individuo, le vienen de un principio
también extrínseco, mientras que aquellos, como in-
trínsecos y propios, son reclamados por la misma na-
turaleza del sujeto. Es así que en orden á los acciden-
tes comunes la esencia del hombre y por consiguiente

(1) Santo Tomas, Summ, theol, 1. p. q. 77, art. ó.


— 28 —
también el alma es causa material y final, porque tam-
bién ellos existen en el compuesto humano y miran de
suyo á su perfección. Luego la causalidad ejercida por
el alma sobre estas potencias es más perfecta que la
material y la final y por lo tanto es una causalidad efi-
ciente.
43.—Prueba de la 2." p.—1.° La naturaleza racional,
como acabamos de probar en la primera parte, ejer-
ce verdadero influjo físico en la producción de sus po-
tencias. Luego así como esta naturaleza es un efecto
producido por Dios, de la misma manera las poten-
cias dichas son un efecto nuevo producido por ella; y
por tanto la acción con que son producidas estas po-
tencias, es también nueva y distinta de aquella á que
debe su existencia la naturaleza mencionada. 2."Las
potencias son real y verdaderamente producidas por
el alma. Luego ésta ejerce una verdadera acción para
producirlas, porque producción sin acción es una cosa
inconcebible. Ahora bien, esta acción es distinta de
aquella con que es producida la misma alma; porque
supone ya existente al alma y producida por su prin-
cipio propio. Luego etc. 3. El alma no ejerce influjo
0

físico para producirse á sí propia y sí para producir


sus potencias: luego la acción ejercida por Dios para
producir el alma humana es distinta de la que ejerce
para producir sus potencias; porque la primera no de-
pende del alma y la segunda sí. 4. En tanto no pro-
0

duciría el alma sus potencias con una acción nueva y


distinta de aquella por la cual ha recibido ella misma
su propio ser, en cuanto que la emanación probada en
ia primera parte no fuese sino una natural resultan-
cia. Es así que esto no impide que la emanación dicha
sea una verdadera acción nueva: porque siempre es un
influjo físico y activo que ejerce el alma en las poten-
cias mencionadas. Luego etc. El alma pues en el mis-
mo momento de ser producida por Dios y unida ai
cuerpo arroja naturalmente sus potencias á la mane-
ra que un árbol sus hojas, y con ellas queda habilita-
da y perfectamente dispuesta para obrar, siempre que
sea convenientemente movida ó excitada por sus co-
rrespondientes motores externos.
44.—Contra lo dicho en esta proposición se podrá
objetar aquel axioma de los filósofos: El que da la for-
ma á un ser, le da también las propiedades que de ella se
siguen. Pero esta dificultad es de ningún valor; por-
que el que da la forma dicha, da virtual y remotamen-
te^ las propiedades que de ella resultan; al modo que
quien da el árbol, da por esto mismo de una manera
virtual y remota los frutos por él producidos. Por esta
causa, aunque la acción con que brotan las potencias
de la sustancia es entitativamente distinta de la otra
con que es producida la misma sustancia, sin embar-
go no se considera sino como una especie de prolon-
gación suya, de suerte que las dos juntas forman como
una acción total atribuida al agente externo causador
de la sustancia.
45.—Más apariencia tienen las dificultades siguien-
tes: i." Si el alma ejerciere influjo activo en sus facul-
tades, las podría recobrar cuando se las quitan; lo
cual es contra la experiencia. 2. El tal influjo indica
a

que la sustancia de nuestra alma es inmediatamente


operativa, pues produce con su acción propia y natu-
ral sus potencias. Ahora bien, una vez concedida esta
clase de acción á la sustancia de nuestra alma, la dis-
tinción real entre ella y sus potencias cae por su base;
porque lo mismo podrá producir ella inmediatamente
por sí misma los actos que las potencias y por tanto
ella sola bastará, para ser principio inmediato y total
de todas nuestras operaciones. 3. En tal caso el alma
1

obrará sobre sí misma, lo cual es imposible; porque


- 3 0 -
éntre ei agente y el paciente media la acción y el me-
dio no puede existir sino entre dos extremos realmen-
te distintos.
46.—Veamos de responder á cada una de ellas bre-
vemente. A la primera decimos que nuestra alma nun-
ca pierde sus naturales facultades. Algunas veces se
pierde ó inutiliza algún órgano del cuerpo que entra
como elemento parcialmente constitutivo de alguna
facultad suya: entonces esta facultad queda radical-
mente en el alma; y no se torna completa, porque e]
alma no tiene virtud para construirse nuevos órganos
ni para renovar los que por cualquier circunstancia
han sido deteriorados.
Á la segunda se responde que la sustancia del alma
es en efecto inmediatamente operativa, puesto que es
principio productivo de sus potencias. Ni en esto tie-
nen por qué oponerse á nuestra tesis los tomistas;
puesto que Santo Tomas lo enseña expresamente, di-
ciendo que la esencia del alma es «causa de todas sus
potencias, en cuanto que es fin y principio activo de
ellas (1).» Pero de esto no se sigue la consecuencia que
en el argumentóse pretendeinferir, á saber: que sien-
do inmediatamente operativa nuestra alma, ya las
potencias realmente distintas de ella están de sobra.
Porque pueden necesitarse estas potencias por la falta
de simplicidad y perfección en la sustancia, que sea
incapaz de producir sin su auxilio tan grande multitud
de actos diversos, al modo como el principio vital de
las plantas es incapaz de producir la grande multitud
de flores y frutos sin haber dado primero el ser á las
ramas y tallos que le ayuden á elaborar los tales efectos.

(1) «Esentia animse est causa omnium potentiarum, sicut


finís et sicut principiumactivum(S. Tomas, Summ.theol. 1. p.
q. 77, art. 6, ad 2.™).»
- 3 * -
A la tercera finalmente respondemos que el agente
y el paciente no deben ser realmente distintos sino en
las acciones transeúntes. En las acciones inmanentes,
cuales son la emanación dicha y los actos vitales de
los seres vivientes, no es necesario que el agente sea
un s e r realmente distinto del paciente; y asi, la acción
no media propiamente entre ellos, cuando en realidad
no se distingue el uno del otro, sino que es la razón
formal del acto emanado y recibido en la sustancia
de donde brota. Aún más: en la emanación de que
vamos tratando, se puede conceder que hay verdade-
ra distinción real entre el agente y el paciente; porque
el alma no obra en ella sino como instrumento del
agente principal, que es Dios, el cual la mueve á aque-
lla acción dándole una esencia necesariamente deter-
minada á ella. Por esta razón dice muy bien elP. Sua-
rez que «en la resultancia natural, aunque acaezca que
el agente próximo no se distinga realmente del pa-
ciente, sin embargo aquel efecto se reduce simplemen-
te á una causa eficiente distinta del paciente (i)»; y
nosotros también hemos observado más arriba (44) que
la acción emanativa mencionada es una cierta especie
de prolongación de la otra con que es producida la
sustancia emanante.

§ III. CÓMO OBRA E L ALMA HUMANA CON SUS POTENCIAS.

47.—Acabamos de ver en el precedente parágrafo


que nuestra alma es principio activo inmediato de las
potencias con que obra. De aquí resulta naturalmente
la cuestión que va á formar el objeto de nuestro es-
tudio en el presente, á saber: ¿Es la esencia de nuestra
alma principio activo inmediato de los actos de sus

(1) Suarez, Metahp. disp. 18, sect. 7. n. 9 - 1 0 .


potencias? Ó en otros términos: ¿En la producción de
nuestros actos obra el alma humana solamente con-
servando en su ser las fuerzas que de ella emanan ó
por el contrario además de esta conservación obra jun-
tamente con ellas siendo comprincipio inmediato de
sus actos?
48.—En esta cuestión se dividen nuevamente los
que admiten la distinción real entre la esencia del
alma y sus potencias. Unos piensan que el alma no in-
fluye en la producción de sus actos sino de una ma-
nera remota ó sea conservando las potencias emana-
das de ella, las cuales en sentir suyo son el principio
eficiente total de los actos referidos. La razón princi-
pal en que se apoyan, es la autoridad de Santo Tomas,
á quien se figuran tener en su favor. Otros por el con-
trario opinan con el P. Suarez que el alma es principio
no solo mediato sino también inmediato de los actos
dichos y en este sentido explican las palabras del
Doctor de Aquino. Entre estas dos opiniones la segun-
da es la que á nosotros nos parece más probable por la
gran solidez de las razones en que está fundada. Es-
tas razones quedarán expuestas en la siguiente

PROPOSICIÓN.

El alma' humana concurre inmediatamente con sus


potencias a la producción de sus actos, .

49.—Demostración.—1.° Por el testimonio de la con-


ciencia puede cada uno conocer, como argumentába-
mos más arriba (14), que iodo él en una unidad indi-
visa puede comparar unos con otros los actos de
todas las percepciones y apeticiones así sensitivas como
volitivas. Ahora bien, este fenómeno no se concibesin
que todos estos actossean experimentados y por con-
— 33 —
siguiente producidos también por la sustancia del
alma; porque solo ella tiene esta unidad indivisa atesti-
guada por la conciencia, siendo realmente distintas del
alma y entre sí las diferentes potencias. Luego los ta-
les actos son producidos no solo por su potencia res-
pectiva sino también por la misma sustancia, que
obra como comprincipio común de todas ellas.
50.—2. La acción vital depende esencialmente de
0

la sustancia del alma, de forma que no puede ser


vital sino procediendo de ella; por donde, si Dios con
su omnipotencia absoluta separase de su sustancia.el
entendimiento de alguna criatura y lo conservase así
separado, como conserva los accidentes eucarísticos,
este entendimiento no podría producir acciones vita-
les, como lo confiesan los mismos adversarios (1). Es
así que si no influyera inmediatamente en ella la sus-
tancia del alma, no dependería de ella en esta forma;
porque la potencia vital, ora sustentada por la sus-
tancia, ora conservada fuera de ella milagrosamente
por Dios, siempre sería la causa total de la acción
dicha y le daría por tanto la mismísima entidad.
Luego las acciones de nuestras potencias vitales pro-
ceden también inmediatamente de la sustancia de
nuestra alma.
51.—3,° Si el alma no influye inmediatamente en
la producción de nuestros actos sino solo de una
manera remota conservando la existencia de nuestras
potencias, nuestra voluntad amará los objetos sin
conocerlos; porque la intelección no será recibida en
la esencia del alma sino en la sola potencia intelectiva
totalmente distinta de la voluntad y por tanto esta
potencia no conocerá en manera alguna su objeto. Es
así que la voluntad para amar su objeto debe cono-

(1) V . Losada, de anima, disp. IV, cap. I, n. 2.


Psicología.
. —34- ,
cerlo primero; ya porque á ella principalmente debe
referirse aquel axioma; «Nihil volitum quin praecogni-
tum» nada es querido sin ser primero conocido; ya
porque el objeto no puede ser amado sin ser aplicado
á la voluntad y hacérsele íntimamente presente, lo
cual es lo mismo que ser conocido por ella; ya porque
la voluntad debe ser dirigida é ilustrada por el cono-
cimiento, el cual por lo mismo debe existir en ella y
ser percibido por ella, porque de otra suerte siempre
se quedará ciega y en tinieblas; ya finalmente porque
ella es la que debe elegir libremente entre uno y otro
objeto y esta elección no es posible sin un conocimien-
to de la cosa elegida, intrínseco á la misma facultad
electora. Luego la esencia de nuestra alma es com-
principio inmediato de.todos los actos ejercidos por
nuestras potencias. De esta manera la voluntad no
obra ciegamente; porque uno de los comprincipios
eficientes de los actos volitivos es la sustancia del
alma, la cual es al mismo tiempo comprincipio tam-
bién de los actos intelectivos.
52.—Ni se diga contra este argumento que una
potencia puede ser dirigida por el acto de otra, cuan-
do ambas pertenecen á un mismo supuesto, por
razón de la simpatía y subordinación que existe entre
las potencias de un mismo ser. Porqué esta simpatía
será suficiente en los actos necesarios y espontáneos,
y á ella hemos recurrido en la Cosmología (C. 236)
para explicar los diferentes actos de las bestias sin
poner en ellas una alma simple é inextensa: pero no
tiene ningún valor en los actos libres de la voluntad,
la cual queda libre para abrazar ó rechazar el objeto,
aun después que se le ha hecho íntimamente presen-
te por medio de la aprehensión. «La.simpatía, como
escribe el P. Losada respondiendo á este argumento,
no puede ser sino la necesaria determinación de una
' - 3 5 -
cosa, ya por su naturaleza propia, ya por alguna
Oculta impresión, á obrar en la suposición de que
otra obre (i).» Mas esta determinación no tiene lugar
en los actos libres de la voluntad con respecto á los
conocimientos previos de la inteligencia; porque,
aún después de producidos los tales actos, ella to-
davía queda plenamente libre para ejercer los suyos
propios. Por consiguiente no por la simpatía de las
facultades sino por el conocimiento de los objetos que
tiene la voluntad en uno de sus comprincipios, que es
la esencia del alma, es como puede ser racionalmente
explicada su elección libre y razonada.
53.—4. Si nuestra alma no influye inmediatamen-
0

te con su sustancia en la producción de sus actos, no


será libre en ninguno de ellos; porque toda su activi-
dad estará reducida á conservar necesariamente la
existencia de la voluntad y por tanto á ella no se le
puede atribuir el que esta facultad se determine más
bien en un sentido que en otro; así como el simple
acto de conservar esta misma voluntad ejercido por
Dios no hace que él sea el principio determinante de
nues.tos actos libres. Es así que nuestra alma es ver-
daderamente libre en todos los actos libres de la vo-
luntad, como los mismos adversarios lo confiesan.
Luego hace algo más que conservar la existencia de
la voluntad, ó lo que es ló mismo condetermina con
esta facultad las acciones con influjo verdaderamente
activo; porque determinar no es otra cosa que obrar
libremente el acto que ejecutamos.
54.'—5. Finalmente, si el alma ejerce verdadera ac-
0

tividad en la producción de sus potencias, como con


el Ángel de las Escuelas hemos probado en el párrafo

(1) Losada, Cursus finios, tertia pars, de anima, disp. 4.


cap. 1, n. 1 1 .
-36-
precedente, no hay razón ninguna para que se la ne-
guemos con respecto á los actos de estas potencias. Su
imperfección, esencial á toda criatura, exige que no
pueda producir los tales actos sin haber dado primero
la existencia á las sobredichas facultades; porque estas
fuerzas han de formar juntamente con su virtud sus-
tancial las potencias íntegras y completas. Pero junta-
mente con esto hay que confesar que, como es prin-
cipio inmediato y total de sus potencias, así también
lo es parcial de los actos por ellas ejercidos.
55.—Con lo que acabamos de decir, en el número
anterior bien podemos pensar que Santo Tomás no
es contrario sino favorable á la opinión por nosotros
sostenida. Porque el Santo Doctor no niega en abso-
luto que la sustancia de nuestra alma sea inmediata-
mente activa, antes reconoce claramente esta activi-
dad con respecto á sus potencias: de lo Cual podemos
inferir que al enseñar en los lugares arriba citados (32)
que ninguna sustancia criada puede ser principio in-
mediato de sus operaciones, habló, no del principio
incompleto que nosotros hemos defendido en este
párrafo, sino del completo y perfecto. Éste solo haría
que las acciones de nuestra alma fuesen en algún mo-
do semejantes á las de Dios por razón de la simplici-
dad suma del principio de donde en tal caso procede-
rían, pero no el otro incompleto, el cual es sumamente
inferior á la simplicidad divina.
56.—Respondamos ahora á algunas objeciones que
oponen los adversarios. Dicen en primer lugar: Nin-
guna sustancia tiene por fin propio la operación. Es así
que si fuese inmediatamente operativa, tendría por fin
propio la operación; puesto que toda potencia es por
el acto. Luego ninguna sustancia es inmediatamente
operativa. La respuesta es sumamente fácil. Ninguna
sustancia tiene por fin propio, a que esté ella ordenada,
— 37-
la operación; pero sí tienen todas las sustancias por
fines propios sus operaciones como efectos que han de
ser producidos por ellas para perfeccionarse á sí propias
ó perfeccionar á los demás. Por lo cual dijo Aristóteles:
Unumquodque est propler suam operalionem ut finem:
La sustancia humana tiene por fin sus operaciones, no
como cosas á que ella esté subordinada y sometida,
sino por el contrario como cosas que están subordina-
das y sometidas á ella misma, lo cual es evidente-
mente verdadero.
57.—En segundo lugar argumentan diciendo: El
acto que corresponde á la esencia, es la existencia; el
que corresponde á la potencia, es la acción. Luego si
la esencia fuera principio inmediato de acción, tendría
por acto una cosa contradictoria in terminis 6 sea una
existencia sustancial que fuese al mismo tiempo acción
accidental. La solución de este argumento es tan fácil
como la del anterior. Es de dos maneras; launa indi-
recta y la otra directa. La indirecta consiste en que, si
algo valiera, la esencia nopodría ser principio inmedia-
tamente activo de sus potencias, contra lo que enseña
Santo Tomás, maestro de los que así nos objetan.
Porque la producción emanativa de las tales fuerzas
no la puede ejecutar sin una verdadera acción distinta
realmente de su existencia sustancial. La directa se
reduce á observar que la esencia por sí sola no es po-
tencia operativa sino juntamente con sus potencias;
por donde aun cuando el acto propio de la esencia sola
y en sí misma considerada sea la existencia sustancia],
muy bien puede suceder que el acto ulterior de esta
esencia, en cuando ayudadade sus potencias, sea una ac-
ción accidental. Añádase á esto que el argumento, aun
contra los que niegan la distinción real entre la esencia
y las potencias delalma, no es más que probable, como
queda demostrado en este mismo artículo (33). La
- 8 -
3

misma solución podemos aplicar al que se toma de la


razón de formasustancial que pertenece á nuestra alma.
Porque ésta, en cuanto forma sustancial, informa y
anima el cuerpo dándole la vida sustancial;- pero,
en cuanto comprincipio activo de operaciones vitales,
obra juntamente con sus potencias siguiéndola natu-
raleza de toda potencia activa criada (35).
58.—La tercera objeción es que conforme á nuestra
doctrina amaríamos con el entendimiento y entende-
ríamos con la voluntad; porque el entendimiento y la
voluntad están constituidos en parte por la esencia
del alma, la cual es común á las dos potencias. Á esta
objeción se responde que la esencia por sí sola no es
potencia operativa sino juntamente con las potencias
que la completan formando con ella varias potencias
totales realmente distintas. Por donde no es verdad
que en nuestra opinión entendamos con la voluntad
y amemos en el entendimiento; porque estas po-
tencias, en cuanto completas y verdaderamente tales,
son realmente distintas las unas de las otras. Hemos
dicho más arriba (51) que nuestra voluntad conoce su
objeto; pero este conocimiento no lo produce la volun-
tad como tal, sino que lo lleva consigo la esencia des-
pués de haberlo producido juntamente con la fuerza
intelectiva y por tanto, aunque existente en uno de los
elementos constitutivos de la voluntad, siempre per-
tenece á la inteligencia. Además, aunque la esencia
fuese el principio total de los actos, no tendría fuerza
alguna esta dificultad. Porque en Dios el entendi-
miento y la voluntad son realmente una misma, cosa
y sin embargo no podemos decir de él que entienda
con la voluntad y ame con el entendimiento; porque
estos dos atributos se distinguen entre sí con distinción
virtual ó de razón raciocinada, lo cual es bastante para
qué al concepto objetivo del uno no se le puedan atri-
— 39— -
buir las cosas pertenecientes al concepto objetivo del
otro. Omitimos otras dificultades de menos peso en
atención á la brevedad y porque su solución es casi
de ningún trabajo aun para los mismos alumnos (i).

ARTÍCULO III. '


Potencias naturales del alma humana, llamadas
con otro nombre vegetativas.

59.—Hemos dicho al clasificar las potencias del alma


humana que las potencias en que convenimos con las
plantas se llaman naturales, porque con ellas obra
nuestra alma á la manera de la naturaleza (19). En
efecto; estas operaciones las ejerce nuestra alma, no
solo inconscientemente y sin conocimiento alguno
previo, sino también mediante el influjo de las cuali-
dades corporales que le sirven de instrumento, lo cual
es propio de la naturaleza bruta. «Llámanse naturales
estas fuerzas, escribe á este propósito Santo Tomás, ya
porque tienen un efecto semejante al de la naturaleza,
la cual da también el s e r , la cantidad y la conservación,
aunque estas fuerzas producen los efectos dichos de
otra manera más elevada, ya porque ejercen sus ac-
ciones instrumentalmente por medio délas cualidades
activas y pasivas que son los principios de los agentes -
naturales (2).»
60.—El objeto de estas potencias es dar la existen-
cia al hombre por medio de la generación, llevarlo á
conveniente desarrollo por medio de la acción au-
mentativa y conservarlo en su s e r mediante la nutri-
ción- ó acción nutritiva; de aquí las tres potencias

(1) Véase sobre esta materia el P. Losada en el lugar arriba


eitado y el P. Suarez en"su Metafísica, disp. i8,sect. j . n n . 2 - 3 ,
(2) S. Tomas, Summ. theol. 1. p. q. 78. art. 2.
- o -4

generativa,, aumentativa y nutritiva causadoras de


estos tres géneros de acciones. Sobre la distinción
real entre estas potencias y la sustancia del alma
basta lo que hemos dicho en el articulo precedente.
Ni á negar esta distinción nos debe mover el que con
las tales potencias se produce algo, no accidental,
sino sustancial,- porque los accidentes unidos á la
sustancia, cuales son estas fuerzas, bien pueden
producir por vía de instrumentos suyos este género
de. efectos, como prueba Suárez en su Metafísica,
disp. i8,-sect. 2. retractando lo que á propósito de
estas potencias había escrito antes en el tratado de
anima, lib. 2. cap. 9. Lo que resta pues tratar ahora
es ver qué género de distinción es el que existe entre
ellas mismas y qué clases de actos ejercen para con-
seguir sus propios objetos.
- 61.—En cuanto á lo primero, parece cierto que la
potencia aumentativa y la nutritiva no son sino una
misma considerada bajo dos diferentes aspectos.
Porque, como argumenta muy bien Suárez ( 1 ) , con
la misma virtud que se convierte el alimento en la
sustancia del ser alimentado, se adquiere también la
cantidad ó mole corpórea, la cual, si es mayor que la
sustancia perdida, se llama crecimiento ó aumento.
Además, la mole del cuerpo no se produce sino jun-
tamente con la. sustancia: por consiguiente la misma
virtud que sirve para adquirir la sustancia, produci-
rá también el crecimiento.
Dicen los que ponen distinción real entre una y
otra que la virtud nutritiva opera durante toda la
vida del ser viviente, mientras que la aumentativa
no tiene sino un cierto período de desarrollo. Pero
esta no es razón suficiente para que las hagamos

(1) Suárez, de Anima, lib. 2. cap. o, n. 17.


— 4i —
realmente distintas; porque el crecer en talla ó en
volumen el ser viviente en un período más bien que
en otro es debido á la facilidad mayor ó menor que
hallan los jugos para dilatarse y correr en dichos
períodos. En la puericia todos los miembros son
blandos y así los jugos alimenticios pueden correr
con facilidad por todos ellos, con lo cual el creci-
miento entonces es muy notable. Después se van
endureciendo poco á poco los huesos y el crecimiento
longitudinal es cada vez más lento; pero la carne que
todavía queda blanda, puede ir en aumento, con lo
cual crece el hombre en volumen y se hace cada día
mas grueso. Por fin los tejidos carnosos se endurecen
también y no dan libre paso al jugo alimenticio, lo
cual da.origen al aumento de los adiposos y lleva
consigo más tarde ó más temprano la muerte.
La potencia generativa tampoco parece realmente
distinta de las otras dos; porque obra como ellas abso-
lutamente para elaborar la materia espermática de
que se sirve para la generación. Cómo obra sin em-
bargo esta materia para dar origen al nuevo viviente
no se sabe: la generación es un misterio que el Autor
de la naturaleza se ha reservado, para que los hom-
bres no puedan perturbar sus sapientísimas leyes con
su voluntad perversa.
62.—Las funciones con que alcanzan su objeto las
facultades indicadas, son: la digestión, la absorción, la
circulación de la- sangre, la respiración, la secreción, la
nutrición, la calorificación y la reproducción. Cada una
de ellas envuelve una serie de actos que nosotros no
explicaremos en nuestro tratado porque su estudio
pertenece á otras ciencias distintas de la Filosofía.
63.—El primer motor en orden á los actos de nues-
tra vida vegetativa es el corazón con sus movimientos
naturales de sístole y diástole. Con el de sístole se en-
— 42 —
coge y arroja fuera de sí la sangre á las venas y arterias
para que circule por el cuerpo, con el de diástole se
ensancha y da lugar á la sangre que vuelve á él des-
pués de haber recorrido su camino. Como la sangre
lleva consigo las partículas que han de ser absorbidas
por los diferentes órganos y que constituyen por lo
tanto su alimento, con este movimiento del corazón se
ponen en ejercicio todos los aparatos orgánicos de la
vida vegetativa. ¿Quién mueve el corazón? El Autor
de la naturaleza que le ha dado esta inclinación natu-
ral á moverse, como se la ha impreso á los cuerpos
para que se atraigan unos á otros. El corazón no es
una máquina muerta sino una viscera viva; y así como
el ojo puesto en contacto con la luz produce natural-
mente la visión, de la misma manera el corazón co-
locado en el lugar que Dios le ha señalado, ejecuta
naturalmente sus movimientos.
64.—En cuanto á la naturaleza de las acciones de la
vida vegetativa debemos observar que no son tran-
seúntes propiamente hablando, como algunos han
querido suponer sino inmanentes: de lo contrario no
serían vitales sino mecánicas é iguales á las de la
materia muerta. El principio operativo de las opera-
ciones de la vida vegetativa no es el alma sola sino el
compuesto de alma y cuerpo; lo mismo que el de las
sensacioness y por tanto las tales acciones son recibi-
das en el mismo sujeto que las produce. Si el alma
humana no.fuera sino simple motor del cuerpo y no
. formara con él"un solo ser y una sola naturaleza, en-
tonces las acciones de la vida vegetativa serían verda-
deramente transitivas para ella; pero esto es comple-
tamente falso, como se demostrará más adelante, y
por tanto no es el alma sola la que las produce ni el
órgano solo sino el compuesto de entrambos ó sea el
órgano animado.
— 43 —

ARTÍCULO IV.
Potencias sensitivas.
65.—Potencias sensitivas son aquellas con que per-
cibimos los objetos materiales bajo formas determi-
nadas y concretas mediante el influjo de los órganos
del cuerpo. Las potencias sensitivas se llaman sentidos
y el acto perceptivo ejercido por ellas recibe los nom-
bres de. sensación y percepción sensible. Los sentidos,
comoyalodejamosindicado másarriba (23), se dividen
en externos é internos. Para guardar el debido orden
en la vasta materia que ños ofrece este artículo, lo di-
vidiremos en tres párrafos; el primero de los cuales
versará sobre la naturaleza de la sensación, el segundo
sobre los sentidos externos y el tercero sobre los
internos.

§ I . NATURALEZA DE LA SENSACIÓN.

66.—Sobre la naturaleza de la sensación yerran en


primer lugar los materialistas confundiéndola torpe-
mente con el movimiento local de los órganos á con-
secuencia de haber confundido nuestra alma con la
armonía y conveniente disposición de las cualidades
del cuerpo, según lo que dejamos indicado más arriba
(8). Los cartesianos han dado en el extremo contrario,
considerando nuestra alma como un espíritu puro
encerrado en la vivienda del cuerpo y puesto en co-
municación con el mundo externo mediante las im-
presiones orgánicas producidas por los cuerpos y
trasmitidas por medio de los nervios sensitivos al ce-
rebro, donde ella tiene su asiento. Según estos auto-
res, el alma y el cuerpo son dos seres yuxtapuestos,
que viven en sociedad ayudándose el uno al otro para
-44-
sus actos pero sin ejercer un acto común á entram-
bos: el cuerpo recibe mecánicamente las impresiones
de fuera y las trasmite en la misma forma al cerebro
por medio de los nervios llamados sensitivos que unen
á todas las partes del cuerpo con esta viscera: enton-
ces el alma percibe esta conmoción cerebral y de ella
infiere raciocinando la existencia del cuerpo exterior
que la causa, manda que se pongan en movimiento
los nervios motores que van del cerebro á los diversos
miembros, y los-tales nervios se mueven de la misma
manera mecánica y muerta que se habían movido los
sensitivos. Así, en el cuerpo no hay sino movimientos
mecánicos y muertos, en el alma no existen más que
percepciones y voliciones espirituales; percepciones y
voliciones que se llaman sensibles ó racionales, según
la materia sobre que versen y no por razón del prin-
cipio orgánico ó inorgánico que las produzca; porque
todas las percepciones y apeticiones del alma son in-
trínsecamente inorgánicas, como todas las operacio-
nes del cuerpo son intrínsecamente mecánicas y
muertas.
67.—Con esta falsa doctrina de los cartesianos tiene
muy grande parentesco la opinión de aquellos filóso-
fos que ponen el sujeto de la sensación en el alma sola;
de forma que la sensación, según ellos, es en sí misma
un acto simple y espiritual de nuestra alma con que
percibimos directamente los objetos exteriores, pero
requiere como condición previa la impresión orgá-
nica del cuerpo, la cual le sirve como de instrumento.
De aquí es que, como la acción perceptiva del alma es
naturalmente imposible sin la previa conmoción me-
cánica del órgano, entienden por sensación el conjun-
to de estos dos actos realmente distintos pero ordenados
á un mismo fin. «Con el nombre de Sensación, escribe
el P. Cuevas, defensor de esta doctrina, se significan
.-—45 —
dos cosas, la conmoción mecánica del órgano y la
percepción del alma; al modo que en la ira, la cual es
un apetito de venganza, no solo experimentamos el
deseo del alma sino también el hervor corporal de la
sangre (i)». La única diferencia que existe entre esta
opinión y la de los cartesianos, es que estos últimos
no señalan á la acción perceptiva del alma otro objeto
directo que las impresiones orgánicas, mientras que
los otros la hacen versar directamente sobre los obje-
tos del mundo externo causadores de las tales impre-
siones y juzgan por lo mismo que la existencia de este
mundo sensible no la conocemos por raciocinio sino
por intuición directa.
68.—Contra todas estas maneras de explicar la na-
turaleza de la sensación está la antigua y verdadera
délos escolásticos, los cuales enseñan: i.° que la sen-
sación no es un simple movimiento local del organis-
mo sino una acción viva é inmanente en el principio
sensitivo; 2° que no es tampoco un conjunto de accio-
nes diversas sino una sola; 3. que no es producida
0

por el alma sola sino por el compuesto de alma y


cuerpo; 4. que no tiene su asiento precisamente en
0

el cerebro sino en los diferentes órganos sensorios y


en todo cuanto vive en el hombre; 5. que no tiene
0

finalmente por objeto directo la conmoción orgánica


y muerta del organismo sino el cuerpo externo cau-
sador de la conmoción dicha. Esta es la doctrina que
vamos á demostrar en las proposiciones siguientes: '

(1) Cuevas, Psycolog. n. 1 1 . Este es también el sentir de los


P P . Tongiòrgi y Palmieri y de otros muchos autores aficiona-
dos más ó menos á las doctrinas de Descartes.
-46-

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La sensación no consiste en el movimiento local de las


moléculas orgánicas.

69.—Demostración.—i.°Las propiedades del movi-


miento local son absolutamente diversas de las de la
sensación ó percepción sensible: luego también lo son
sus particulares esencias, puesto que la esencia de
cada ser se revela por medio de sus propiedades. El
antecedente.de este entimemano puede ser más ma-
nifiesto. Porque las propiedades del movimiento local
son: su dirección de izquierda á derecha, de arriba á
bajo, etc., su capacidad de aumento y disminución en la
velocidad, su aptitud para ser trasmitido de un cuerpo á
otro, la incompatibilidad de dos movimientos diferentes
en un mismo sujeto, la elisión de entrambos ó de uno
solo cuando chocan entre si dos cuerpos movidos en
direcciones opuestas, según sean iguales ó desiguales
sus velocidades, etc. Las de la sensación ó percepción
sensible son por el contrario: su permanencia en uñ
mismo sitio mientras existe, su pugna intrínseca con
todo género de velocidad, su aptitud para crecer ó dismi-
nuir en la intensidad solamente, su incapacidad de ser
trasmitida de un sujeto á otro, la compatibilidad de va-
rias y opuestas sensaciones en un mismo sujeto, etc. No
se puede dar más abierta pugna entre unas y otras
propiedades: luego debemos concluir con absoluta
certeza que la sensación es una cosa esencialmente
diversa del movimiento local de los órganos.
70.— 2. Los materialistas se obstinan en confundir
0

la sensación con el movimiento local, porque esto lo


necesitan para que nuestra alma no sea otra cosa que
la armonía y conveniente disposición de las cualida-
-47-
desde nuestro cuerpo. Es así que nuestra alma es una
verdadera sustancia y se distingue por lo tanto de la
armonía mencionada, como queda más arriba eviden-
ciado (9). Luego etc.
71.—3.° Si fuera verdadera la doctrina sostenida
por los materialistas de que nuestra alma es una cier-
ta disposición de la materia y nuestras percepciones
y voliciones una cierta clase de movimientos locales,
todos cuantos actos se ejecutan en nosotros y en los
animales, deberían ser explicados por las leyes mecá-
nicas del movimiento. Es así que estas leyes son abso-
lutamente impotentes para explicar los actos dichos;
ya porque unas veces á la presencia de un objeto al
instante nos ponemos en movimiento y otras estamos
largo tiempo mirándolo, oyéndolo ó sintiéndolosin que
su sensación nos determine á poner en ejercicio n uestra
fuerza locomotora; ya porque la impresión que produ-
cen los objetos exteriores en el cerebro délos hombres
y de los animales, es demasiado pequeña para que de
ella resulten mecánicamente movimientos tan pode-
rosos como son los que en consecuencia ejecutan mu-
chas veces unos y otros, como cuando por ejemplo
riñen furiosamente dos hombres ó dos animales ene-
migos por solo haber tropezado casualmente el uno
con el otro en su camino; ya finalmente porque tan
grande variedad de movimientos como se advierte así
en los animales como en los hombres y tan estupenda
unidad en medio de esta variedad no pueden ser de-
bidas al ciego acaso y al casualentrechocarse.de las
moléculas sino á un principio interno á los hombres
y á los animales, distinto de toda combinación mecá-
nica. Luego etc.
72.—4. En la hipótesis materialista los hombres
0

todos estaríamos destituidos de libertad y ejecutaría-


mos todos nuestros actos con una necesidad inflexible
— ¡ 8 -
sin dominio alguno sobre ellos; porque toda percep-
ción y volición nuestra no es según estos autores sino
puro movimiento mecánico. Es así que todos por el
contrario nos sentimos dotados de esta libertad y los
mismos materialistas se ofenderían, si aplicándolos á
ellos sus principios los quisiéramos tratar como má-
quinas, descargando en ellos fieros golpes, ó llenán-
dolos de injurias y diciéndoles al mismo tiempo que
á ello somos impelidos irresistiblemente por las im-
presiones orgánicas que nos vienen de fuera. Lue-
go etc.
73.—5. Con la doctrina materialista que todo lo re-
0

duce al movimiento mecánico de nuestros órganos


caen por su base las leyes de los pueblos, los premios
y las penas, etc.; porque todas estas cosas están fun-
dadas en la responsabilidad de los actos consiguiente
á la libertad que el hombre tiene en ejercerlos. Es así
que la sociedad de los hombres es una cosa natural; y
sin leyes, premios y castigos, etc., no puede subsistir
absolutamente. Luego todas estas cosas son también
naturales y por tanto verdaderas, siendo por conse-
cuencia falso el materialismo.
74.—Dicen los materialistas: Cuando se destruye ó
se corrompe un órgano, se hace imposible la sensa-
ción correspondiente ó sale viciada é imperfecta. Lue-
go señal es que la sensación es una mera afección
material del órgano y por consecuencia un puro mo-
vimiento local; porque las afecciones de los cuerpos
todas están reducidas á movimiencos de esta especie.
Este argumento no prueba que la sensación sea
una cosa puramente material yorgánica, lo cual sin
embargo se necesita para probar que es un simple
movimiento local de nuestros órganos sensorios; sino
lo que únicamente demuestra, es que los órganos del
cuerpo influyen de alguna manera en su producción,
-49-
lo cual no ha sido negado nunca por ningún espiri-
tualista. Pero ¿influyen como agentes meramente
mecánicos, recibiendo el movimiento local causado
en ellos por los objetos exteriores y preparando de
este modo al alma para que ella sola con su actividad
natural produzca la acción vital y perceptiva, como
opinan los cartesianos, ó como agentes vivos, produ-
ciendo juntamente con el alma que los informa y
anima el acto cognoscitivo, como enseñan los esco-
lásticos? Esto segundo es lo que sucede sin género
alguno de duda, como quedará evidenciado en la
siguiente

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

La sensación no consta de dos actos realmente distintos,


el único mecánico y muerto consistente en el movimiento
local de los órganos y el otro vital y perceptivo produ-
cido por el alma sola, sino de uno solo causado por el
compuesto de alma y cuepo y recibido en el mismo.

75.—Prueba de la 1." p.—Esta primera parte va


contra la tercera opinión, cuyo parentesco con la car-
tesiana pura dejamos explicado más arriba (67). Se
demuestra con los argumentos siguientes: i.° La sen-
sación es un acto vital y perceptivo. Es así que la
conmoción orgánica que antecede y acompaña al
acto de percibir los objetos materiales, es puramente
mecánica y muerta. Luego esta conmoción no forma
parte alguna intrínseca y constitutiva déla sensación
misma, la cual por tanto consta únicamente del acto
perceptivo mencionado. 2.° Con solo concebir la
percepción que en nosotros se sigue á la conmoción
orgánica, ya tenemos concebida la sensación: por el
contrario por más que concibamos como existente la
Psicología. A
-50-
conmocíon dicha, si no juntamos á ella la percepción
mencionada, nunca tendremos una verdadera sensa-
ción. Luego la sensación consiste en este solo acto
perceptivo y de ninguna manera entra á formarla
como elemento suyo el movimiento local del órgano.
De aquí es que aun cuando sin ningún movimiento
local de los órganos se produjera en nosotros la per-
cepción sensitiva, todavía esta acción sería una sen-
sación verdadera. Esta hipótesis no la pueden recha-
zar los autores aquí combatidos: porque como ellos
ponen la percepción sensitiva en el alma^sola, están
obligados á sostener que nuestra alma puede produ-
cir, aun separada del cuerpo, esta percepción, su-
pliendo Dios con su omnipotencia infinita el influjo
que pueda ejercer en su producción el movimiento
local de los órganos. 3. La conmoción orgánica no es
0

sino un requisito previo al acto de sentir, como la


efervescencia de la sangre no es sino un efecto natural
del acto vital y apetitivo en que propiamente consiste
la ira. Luego aunque en el concepto de sensación
vaya envuelta de una manera indirecta la conmoción
del órgano, esta conmoción no forma parte intrínseca
y constitutiva de la sensación misma, sino que es un
movimiento local del órgano sensitivo íntimamente
relacionado con ella á causa de la unión sustancial
que existe entre el alma y el cuerpo.
76.—Prueba de la 2." p.—En ella vamos a refutar
así á los cartesianos puros como á los defensores dé-
la tercera opinión arriba expuesta, pues unos y otros
consideran la percepción sensitiva como una casa_
producida por el alma sola y no por el compuesto de
alma y cuerpo. i.° De lo que dejamos demostrado en
la Cosmología (226) consta que la percepción sensitiva
de los brutos es un acto animal en cuanto tal ó sea-en
cuanto dotado de alma y cuerpo. Es así que la sensa-
- 5 i -
cion de la misma manera se ejerce en nosotros que en
los animales. Luego también en nosotros es produ-
cida por el compuesto de alma y cuerpo ó sea por
una potencia orgánica y viva.
77—2. Nuestros sentidos, para obrar, necesitan
0

ser movidos y excitados por los objetos exteriores


que ejerzan en ellos su acción. Es así que estos objetos
no pueden ejercer acción alguna sobre una potencia
puramente espiritual y simple, siendo ellos extensos
y corporales. Luego la potencia sensitiva por ellos
movida y excitada debe también ser extensa y corpó-
rea no menos que cognoscitiva y viva, ó bien debe ser
una cosa compuesta de alma y cuerpo.
En vano niega el P. Rothenflue la necesidad de esta
acción por parte de los objetos, diciendo que el alma
por su misma actividad intrínseca está determinada
á percibirlos siempre que los tenga convenientemente
presentes (i); porque esta doctrina es la misma de
los platónicos, como puede verse en Santo Tomas (2),
y su falsedad será demostrada en el párrafo siguiente
cuando hablemos de las especies sensibles.

( 1 ) «Corpus humanum, escribe en la Psicologia sect. 2."


cap. 1, art. 1, § III, nota, in animam non ita agere putamus,
ut Ipsa materia corporis in anima sensationem producat, sed
hoc tantum sensu ad sensationes proprie dictas actione sua
concurrere, quod impressionem ab objectis acceptam per connio-
tionem ad sensorium commune transmittal atque anima; suffi-
cienter praesentem sistat, ut hcec vi sibi intrinseca illam, et per
illam objectum, ad quod refertur, pcrcipiat.s
(2) «Sensum etiam posuit, dice hablando de Platon, virtu-,
tern quandam per se operantem. Unde nec ipse sensus, cum sit
qucedam vis spiritualis, immutatur a sensibilibus,. sed organa
sensuum a sensibilibus immutantur. E x qua immutatione a n i -
ma'quodammodo excitatur, ut in se species sensibilium formet,
( S . Thomas, Summ. theol. q. 84, art. 6).»
- 5 2 -
78.-3.° Sí la potencia' con que producimos las
sensaciones no es orgánica, tampoco lo será el apetito
sensitivo que á ella corresponde. Es así que este ape-
tito es una potencia orgánica; porque si estuviera en
el alma sola, no podría estar nunca en pugna con
la voluntad como originado de un mismo principio,
que sería la esencia del alma puramente espiritual y
simple. Luego la pugna que muchas veces existe
entre la parte inferior del hombre y la superior ó sea
entre el apetito sensitivo y la razón, demuestra con
toda claridad que esta segunda tiene su asiento en
un principio espiritual é inorgánico, cual es la esen-
cia del alma, y el primero en un principio compuesto
de alma y cuerpo, y que por consiguiente las sensa-
ciones y apeticiones sensibles son actos intrínseca-
mente vitales y orgánicos.
79.—4. Nuestras sensaciones tienen una depen-
0

dencia más intima de la materia que las intelecciones.


Es así que éstas dependen de ella indirectamente;
porque en el estado de unión no las puede producir
nuestra alma sin el ministerio de la fantasía. Luego
las sensaciones dependen de la materia directamente
y por lo tanto son producidas por ella, porque la ac-
ción no es otra cosa que la dependencia directa que
tiene el efecto de su causa. (O. 537).
80.—5. Si la sensación es producida por el alma
0

sola, no solo el alma humana sino también la de los


brutos podrá obrar separada de la materia; porque
Dios puede suplir con su omnipotencia tanto el oficio
de la conmoción orgánica como el del fantasma,
aproximando convenientemente á la potencia percep-
tiva de una y otra sus objetos. Aún más: en tal caso
entre la percepción sensitiva y la intelectiva no habrá
diferencia esencial; puesto que ambas serán intrínse-
camente independientes de la materia y por tanto no
- 5 3 -
hay razón ninguna para decir que para la una es con-
dición previa esencial la conmoción del órgano y
para la otra no, como hacen gratuitamente algunos
filósofos. Luego tanto las almas de los brutos como
las de los hombres serán naturalmente inmortales y
por lo tanto vivirán perpetuamente; porque Dios en
la conservación de las cosas se acomoda á la natura-
leza de cada una y nada deja de conservar sino cuan-
do no puede seguir obrando en el mundo. Ahora
bien, la perpetuidad del alma de los brutos con difi-
cultad la podrá admitir ningún filósofo y está expre-
samente reprobada en la Escritura, la cual nos enseña
que es diferente la muerte de los hombres de la de
los animales (i).
81.—6.° Si el alma sola es la que produce la percep-
ción sensible, es absolutamente inútil tanta diversi-
dad de órganos sensorios, como discurre muy bien
el P. Suarez (2); porque uno solo basta para que por
medio de él trasmitan los objetos la impresión al
cerebro y éste avise con su conmoción al alma de su-
actual presencia.
82.—7. La sensación no solo en cuanto al 'objeto
0

por ella representado sino en sí misma es una cosa


extensa; pues cada uno experimenta en sí propio la
extensión mayor ó menor que ocupan en su cuerpo
las sensaciones. Luego debe también emanar de una
cosa formalmente extensa, cual no es el alma sola
sino el órgano animado.
83.—8.° Finalmente, si la sensación está producida
por el alma sola, ninguna acción del hombre tendrá
por causa física al compuesto humano. Porque la
causa física é inmediata de las acciones pertenecien-

(1) Eclesiastes, cap. 3 .


(2) Suarez, de anima, lib. 2. cap. 3 ,
-54-'
tes á la vida vegetativa deberán ser en tal caso ó las
puras fuerzas moleculares ó el principio vital de las
plantas distinto de nuestra alma, según las conside-
remos como mecánicas ó como vitales; y todas las
demás provendrán del alma sola, la cual por consi-
guiente las podrá producir mediante el auxilo de la
Causa primera, a u n después de separada del cuerpo.
Es así que con esto cae por tierra la unión sustancial
de nuestra alma con el cuerpo; porque toda unión
sustancial de una forma con una materia lleva consi-
go una naturaleza nueva y con esta naturaleza accio-
nes también nuevas y esencialmente diversas de las
que corresponden á cada uno de los elementos sepa-
rados, las cuales faltan en la suposición mencionada.
Luego etc.
84.—A este último argumento responden los carte-
sianos que la sensación del alma unida es esencialmen-
te distinta de la que la misma alma puede tener en el
estado de separación; porque en nosotros el sujeto de
la sensación de tal manera siente las cosas extensas,
que al mismo tiempo se siente á sí propio extenso, lo
cual no sucedería hallándose el alma separada del
cuerpo. Pero esta réplica es absolutamente de nin-
gún valor: porque el sujeto de la sensación según
su doctrina es el alma sola, la cual no puede sen-
tirse extensa en cuanto causa y sujeto de las sen-
saciones sino solo en virtud de cierta denominación
extrínseca que le viene del cuerpo á que está unida.
Por consiguiente la sensación del alma unida al cuer-
po no es en si. sustancialmente distinta de la que
tendría en el estado de separación; la diferencia, que
hay entre una y otra, es meramente accidental, y
toda ella está reducida á que con la una el alma per-
cibe, no solo el objeto externo, sino también el cuerpo
á que está unida y las impresiones orgánicas de esta
- 5 5 -
su comparte, mientras que en la otra no habría nada
de esto.
85.—Replican diciendo: El cuerpo también es com-
principio de nuestras sensaciones, no por via de cau-
sa enciente, sino de condición esencial para qae el
alma sola las produzca. Luego estas sensaciones son
esencialmente diversas de las que tendría el alma sola
separada del cuerpo.—Vana dificultad, que ya queda
preocupada en la solución de la propuesta en el nú-
mero anterior. La diferencia que hay entre unas y
otras sensaciones no es mayor que la que existe entre
las ideas que produce ahora nuestra inteligencia y las
que producirá cuando se vea separada del cuerpo.
Ciertamente, nuestras sensaciones de ahora dicen
relación al cuerpo como á una cosa unida con el alma
y que contribuye instrumentalmente á su producción
poniendo dentro de la esfera de su actividad el objeto
sensible. Bajo este aspecto bien podemos decir que
en la hipótesis cartesiana el cuerpo es comprincipio
de dichas sensaciones por vía de condición necesaria.
Pero el que la aplicación del objeto se haga por me-
dio de las vibraciones orgánicas ó por la Causa pri-
mera y el que por consiguiente la percepción sensible
del mismo exprese este ó aquel modo de aplicación,
es una cosa meramente accidental para ella; porque
en ambos casos el principio eficiente es el alma sola y
el término de la acción es una percepción concreta
que expresa lo que de hecho hay en el objeto. En este
sentido también podríamos decir que los fantasmas
de la imaginación son una condición esencial para la
producción de nuestras ideas actuales; porque ningu-
na de éstas puede tener la tendencia que de hecho le
pertenece, sino en el estado de unión del alma con el
cuerpo. Pero no por esto dirá ningún filósofo que es-
tas nuestras ideas difieren esencialmente de las que
- 5 6 -
tendrá nuestra alma cuando se vea separada del cuer-
po. Para probar pues que la union del alma con el
cuerpo trae á aquella acciones verdaderamente nue-
vas, es preciso que prueben los cartesianos que nues-
tra alma no puede en manera alguna sentirla presen-
cia de los objetos materiales sin el adminículo del
cuerpo. Mas esto no lo podrán conseguir nunca, pues
de su doctrina se sigue con toda evidencia lo contra-
rio; porque la aproximación del objeto llevada á cabo
por el cuerpo con sus conmociones orgánicas la pue-
de suplir la Causa primera con su influjo, lo mismo
que suple con respecto al entendimiento del alma se-
parada el concurso que á la producción de nuestras
ideas presta en nosotros la fantasía.
86.—Finalmente, para probar que la sensación no
puede ser producida sino por el alma sola, arguyen
en esta forma: La sensación es un acto inmanente en
la misma facultad que lo produce. Es así que no pue-
de ser recibida en una facultad extensa, cual seria el
órgano vivo; porque la sensación es en si misma un
acto simple é indivisible y ninguna cosa simple puede
tener por sujeto á otra extensa. Luego la sensación no
puede ser producida por el compuesto de alma y
cuerpo.
87.—Este argumento que á los cartesianos parece
tan poderoso, en nuestro juicio es de muy poco peso.
En primer lugar, por el solo hecho de ser simple la
sensación no tenemos derecho para afirmar que su
sujeto no puede ser extenso; puesto que el alma hu-
mana es simple é indivisible en sí misma, como se
probará más adelante, y sin embargo tiene por suje-
to á la materia extensa, á la cual está unida sustan-
cialmente en clase de forma. Luego el tal argumento
ya flaquea por este lado. Pero es enteramente falso
que la sensación sea inextensa é indivisible; porque
-57-
su extensión y divisibilidad son cosas patentes á todo
el mundo. Si meto la mano en el agua caliente por
ejemplo, experimentaré una sensación de calor que
se halla difundida por toda la mano. Por consiguien-
te esta sensación está dotada de verdadera extensión,
como la misma mano donde se halla localizada. Si
después, dejando quieta la mano dentro del agua ca-
liente, impido que llegue á una parte de ella este lí-
quido, la otra parte quedará con la misma sensación
parcial que antes tenia; puesto que en ella no se ha-
brá ejecutado mudanza alguna. Luego la sensación
total habrá sufrido una verdadera división, como la
sufriría la misma mano si fuese cortada por aquella
parte.
88.—Los partidarios de la doctrina cartesiana pien-
san que aducen un argumento demostrativo en favor
de la simplicidad mencionada, cuando dicen que la
sensación es «un acto con el cual son reducidas for-
malmente á la unidad de identidad las varias y dis-
tintas impresiones de lo extenso (i)», y cuandoañaden
que «uno mismo es el sujeto que siente, que se perci-
be sintiendo y que juzga de las sensaciones (2).» Mas
semejantes razones no deben de ser tan evidentes como
ellos se imaginan, cuando los grandes maestros de la
filosofía escolástica, que las conocieron perfectamen-
te, sostuvieron sin embargo que la sensación es un
acto formalmente extenso (3). Algunos animales, como

(1) Palmieri, Anthropologia, cap. 2, thes. 2 . demonst. I


a

part.
(2) Cuevas, Psycologia, n. 1 3 .
(3) Véase Aristóteles, de anima, lib. 1. cap. 1. y lib. 2. text.
122; S . Tomas, Summ theolog. 1. p. q. 77, aa 5 y 8; Suarez,
de anima, lib. 2, cap. 3 ; Valencia, Comment in Summ, D. Thom.
tom. 1, disp. 6, q. 3. punt. 3 ; Hurtado de anima, disp. 4, sect.
'3; Losada, de anima, disp. 3, cap. 1.
- 8 -
5

las lombrices y las hidras, tienen sus almas tan exten-


sas y divisibles como puede serlo el principio vital de
las plantas; puesto que con solo dividirlos en diversas
partes resultan tantos animales nuevos, cuantas son
las partes formadas, sin que esta acción meramente
mecánica haya dado origen á alma alguna de cuantas
animan á aquellos cuerpos.'Sin embargo, los dichos
animales sienten y su sensación no puede menos de
ser extensa. Luego la'sensacion, como tal y en cuanto
común al hombre y á los brutos, no exige ser produ-
cida por un principio simple.
89.—-El que en nuestra sensación se reduzca la
múltiple impresión del órgano á la unidad no arguye
que su principio total sea uno con unidad de identi-
dad ó simple, sino cuando-más que esté compuesto
de dos comprincipios parciales, el uno simple y fuen-
te de la unidad y el otro extenso y fuente de la mul-
tiplicidad. Porque si la sensación es esencialmente
una, también es esencialmente múltiple; y si la pri-
mera propiedad requiere unidad en su principio
eficiente, la segunda exige multiplicidad. Por consi-
guiente de que para la sensación se necesite un prin-
cipio simple no se sigue que no entre en ella ya nin-
gún principio extenso; antes la naturaleza extensa
de este acto exige perentoriamente que su principio
eficiente sea material y extenso, ora sea simple é
indivisible el otro comprincipio de donde recibe su
unidad, ora extenso y divisible. .
-90. Tampoco es más poderoso lo que se dice de
que «uno mismo es el sujeto que siente, que percibe
sus sensaciones y que juzga de ellas». Porque el su-
jeto que. ejecuta todas estas acciones es el hombre y
no el alma sola; y las ejecuta, no con una facultad sola,
sino con muchas, como dejamos probado más arri-
ba (36). El mismo hombre siente con los sentidos
-59-
externos los objetos del mundo sensible, percibe con
el interno la sensación de los externos y juzga con la
inteligencia de las diversas sensaciones. Todas estas
facultades radican en una misma esencia y en virtud
de esta radicación las operaciones de las unas llevan
consigo las operaciones de las otras.
Es verdad que hemos probado más arriba contra
los tomistas (49 y siguientes) que no solo las potencias
de nuestra alma sino también su esencia misma in-
fluye inmediatamente en la producción de todas
nuestras percepciones; pero este argumento no lo
hemos fundado en la naturaleza de la sensación en
general sino en el testimonio de nuestra conciencia
intelectiva (L. 452); la cual nos dice que lodo nuestro
principio pensante en una unidad indivisa conoce
las sensaciones y las intelecciones y las apeticiones de
todas clases y compara todos.estos actos unos con
otros dando de esta suerte testimonio de su naturale-
za espiritual y simple. De forma que el argumento
verdaderamente sólido para probar la simplicidad del
alma humana no es el que aducen hoy dia muchos fi-
lósofos apelando á la naturaleza de la sensación en
general, sino el que empleaban los escolásticos sacado
de la consideración de nuestra facultad intelectiva,
del cual haremos también nosotros uso en su lugar
correspondiente.
91.—Prueba déla y. p,—Es evidente, supuesta la
a

anterior. Porque la sensación es un acto inmanente ó


sea recibido en la misma potencia con que ha sido
producido. Es así que la potencia productora de la
sensación es el compuesto de alma y cuerpo. Luego
este mismo compuesto es el sujeto por ella informa-
do y no el alma sola ni el organismo solo. Además, el
cuerpo solo no es capaz de recibirla en sí; porque él
sin la vida del alma es una cosa muerta y destituida
— 6o —
por lo mismo de todo acto vital. Tampoco puede ser
recibida en el alma sola; porque en tal caso en ella
sola estaría la razón total de sentir, ella sola sería
atormentada con las sensaciones dolorosasy recreada
con las deleitables: lo cual no puede ser; porque, así
como el hombre discurre y piensa por razón del alma
espiritual, de la misma manera es atormentado con
las sensaciones dolorosas por razón del cuerpo. Fuera
de que, si el alma sola fuera la que recibe las sensa-
ciones, todas ellas le deberían ser agradables y ningu-
na dolorosa. Porque la sensación con respecto al alma
sola no tiene otra relación que la de una simple noti-
cia y toda noticia, como tal, es buena y agradable
á la facultad perceptiva. Las sensaciones no pueden
ser dolorosas sino al compuesto: porque solo con
respecto á él son malas y nocivas por la descom-
posición orgánica que consigo llevan. Luego es
evidente que el sujeto de la sensación no es el alma
sola ni el cuerpo solo sino el compuesto de en-
trambos.
9 2 . — C O R O L A R I O . — L u e g o el alma separada del cuerpo
es incapaz de sentir. La consecuencia es evidente: por-
que el alma separada del cuerpo carece de órgano con
que pueda producir y recibir el acto referido. Dice
muy bien Santo Tomas: «Todas-las potencias se com-
paran al alma sola como á principio. Pero algunas,
como el entendimiento y la voluntad, se comparan á
ella como á sujeto, y éstas necesariamente deben per-
manecer en el alma después de destruido el cuerpo.
Mas otras están en el compuesto como en sujeto, lo
cual acaece á todas las de la parte sensitiva y de la
nutritiva. Y como destruido el sujeto de un accidente,
no puede este seguir existiendo, de aquí el que estas
potencias perezcan con la destrucción del cuerpo y no'
permanezcan en el alma sino de una manera virtual,
- Ó I -
como en su fuente y raiz (i).» Es decir que las poten-
cias sensitivas, lo mismo que las vegetativas, son en sí
mismas materiales y orgánicas; razón por la cual tie-
nen capacidad de recibir en sí la sensación material y
extensarpero toda su virtud vital y perceptiva tiene
su origen en el alma que informa al cuerpo y lo hace
vivo y capaz de sentir. Por donde ni el órgano puede
producir la sensación cuando se halla separado del
alma, porque entonces es una cosa muerta y le falta
la fuerza vital emanada del alma, ni ésta tiene en sí
otra cosa en tal estado de separación sino intrínseca
aptitud para que emane de ella la virtud dicha apenas
sea ella misma unida sustancialmente á la materia.

§ I I . SENSIBILIDAD EXTERNA.

93.—Examinada ya la naturaleza de la sensación en


general, resta ahora tratar dé sus dos especies, que
son la sensación externa y la interna. Dejando ésta úl-
tima para el párrafo siguiente, estudiaremos en el
presente la primera, la cual nos ofrece las cuestiones
siguientes: 1." Cuáles son los órganos en que se halla
localizada la sensibilidad externa; 2." Cuáles son las
condiciones necesarias para que los sentidos externos
puedan producir sus actos; 3. Cuál es el objeto sobre
0

que versan estos actos.


94.—Sóbrela primera cuestión los cartesianos ense-
ñan que el lugar donde siente el alma, es el cerebro;
porque allí es donde tiene ella su asiento, á donde
concurren de las diferentes partes exteriores del cuer-
po los nervios llamados sensitivos, y de donde parten
á la superficie del cuerpo los otros llamados motores
con que pone en movimiento los miembros (66). Sobre

(1.) Santo Tomas. Summ, theol. 1. p. q. 77, art. 81


— 62 —
ía segunda sostienen que el objeto de la sensación no
ejerce ningún influjo físico sobre la facultad percepti-
va, porque ésta en su sistema es una cosa puramente
espiritual y los cuerpos no pueden imprimir ímpetu
alguno á los espíritus; pero ponen entre la conmoción
mecánica del órgano y la percepción á ella consi-
guiente alguna especie de conexión para que á la pre-
sencia de la una resulte la producción de la otra. Esta
conexión es extrínseca ó intrínseca, según el modo de
unión que cada uno de ellos atribuye al alma y al
cuerpo. Los malebranquistas y los leibtnizianos la
hacen extrínseca, porque sus doctrinas sobre las cau-
sas ocasionales y sobre la armonía preestablecida así
lo reclaman: por el contrario para los partidarios del
influjo físico es intrínseca, porque su teoría exige la
conmoción orgánica en clase de condición previa para
que el alma pueda percibir el objeto teniéndolo á
conveniente distancia y dentro de la esfera de su ac-
tividad (76).
Ademas, sobre esta segunda cuestión así en los
tiempos presentes como en los pasados ha habido
siempre diversidad de pareceres por otra parte. Por-
que unos opinan que entre las condiciones necesarias
para el ejercicio de los sentidos es preciso poner
las especies impresas, ó sea ciertas cualidades físicas
causadas por los objetos ó por Dios, en las potencias
sensitivas para darles el último complemento en
razón de seres activos y ponerlas de este modo en acto
primero próximo respecto del acto cognoscitivo que
han de producir ( O . 522). A otros por el contrario no
agradan estas epecies y les parece que los sentidos y
toda potencia cognoscitiva en general tienen en sí mis-
mos suficiente virtud para percibir su objeto propio
sin necesidad de especie alguna, con tal que lo tenga
á competente distancia ó sea dentro déla esfera de su
-Ó3-
actividad; de modo que no necesitan para producir
sus actos perceptivos sino la aproximación convenien-
te del objeto, como el fuego por ejemplo no necesita
para quemar la estopa sino tenerla cerca de sí (i).
Finalmente, en orden á la tercera cuestión los refe-
ridos autores enseñan que el objeto propio y directo
de la sensación es la conmoción del cerebro producida
por los objetos exteriores mediante la acción que im-
primen en los órganos de los diversos sentidos y que
luego el alma infiere con el raciocinio de este efecto
orgánico la causa material y extensa que la ha pro-
ducido.
95.—Los escolásticos, como lo dejamos observado
en el parágrafo precedente, profesaron en estas cues-
tiones una doctrina diametralmente contraria; y en
cuanto á las especies sensibles, si bien Durando,
Ocam, Gabriel, Biel, Gregorio Ariminense y algunos
otros las tuvieron por cosas puramente ficticias juz-
gando que á los sentidos les basta tener el objeto á
conveniente distancia para percibirlo con su virtud
nativa (2); pero la generalidad estuvo por ellas y

(1) Sobre las diversas opiniones de los filósofos acerca de


las especies sensibles puede verse la Dynamilogia de Sanseve-
rino, vol. I , pars specialis, cap. I I , art. I I I .
(2) Negantem hujusce qucestionis partem, escriben los C o -
nimbricenses, in 2. lib. Aristot. de anima, cap. 6. q. 2 art. 1, se-
cuti fuere, non modo qui animara ex elementisconcretarci esse
fabulati sunt, ut ex eorum, qua: ipsi inessent, cognatione om-
nia intelligeret, sed etiam Porphyrkis in libro de sensu, Plo-
tinus Enn. 4. lib. 5, Galenús Hb. y. de decretis Hippoct.
cap. 6., et ex Peripateticis Duraiidus in 2. dist. 3. q. 6.; idém-
qüc, quod ad sensus externos attinet, tuetur Ochamus in 2 .
q. 1 7 et 18., Gabriel q. 2., Gregorius in primo disp. 3. q. 1. et
in 2. dist. 7. q. 3., qui ut sensus in objecta sua ferantur, sat
esse putant, si intra debitara distantiam constituta sint.
_ ó 4 -
opinó que los sentidos, lo mismo que el entendimien-
to, necesitan de estas especies, para producir su acto
perceptivo. A nosotros nos parece verdadera en todas
sus partes la doctrina de los escolásticos y asi para
defenderla trataremos de probar las proposiciones
siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La sensación externa no se ejecuta en el cerebro sino en


los órganos propios de cada sentido.

96.—Demostración.—1.° Cada uno experimenta en


sí mismo que ve con los ojos, oye con los oidos, huele
con las narices, gusta con la lengua, palpa con las
manos y siente la impresión de los objetos exteriores
en toda la superficie de su propio cuerpo. Luego en
estos órganos debemos decir que se ejecuta la sensa-
ción externa y no precisamente en el cerebro. 2. Si0

el cerebro fuera el único órgano donde se hallan loca-


lizadas las percepciones de los sentidos externos, sería
inútil tanta variedad de órganos para recibir las im-
presiones de los cuerpos y trasmitirlas á aquella vis-
cera, porque para esto podrían bastar uno ó dos.
Luego etc. 3. el argumento fundamental en que se
0

apoyan los cartesianos para opinar lo contrario, cual


es el de. suponer á nuestra alma existente en el cere-
bro y nada más que en esta parte de nuestro cuerpo,
es enteramente falso, como se probará más adelante.
Luego...
97.—Decimos: el fundamental, porque todos los
otros que sacan los cartesianos de la Anatomía y de
la Fisiología, diciendo que del cerebro parten los
nervios sensitivos á los diferentes órganos, recepto-
res inmediatos de las impresiones externas, y aña-
_6 - 5

diendo que la sensación no puede tener lugar sino


•cuando estos nervios se hallan en disposición de
poder trasmitir las impresiones á ,1a masa encefálica,
no tienen-valor alguno. Lo que prueban únicamente
es, que los órganos sensorios no pueden producir la
sensación sin recibir del cerebro la fuerza necesaria
para ello. Dice muy bien á este propósito el P. Suárez:
«El principio y raiz de la sensación está en el cerebro
y de allí se comunica á los sentidos exteriores. Por-
que en primer lugar, por la anatomía consta que en
el cerebro tienen su origen aquellos nervios que sir-
ven de instrumento para comunicar los espíritus
animales (ó sea elfluido nervioso como ahora los llaman).
Además, se sabe que con la lesión del cerebro el ani-
mal queda privado de sentido y movimiento; por-
que entonces sufre también lesión la facultad de sen-
tir, lo cual es signo de que esta facultad tiene su
origen en el cerebro, etc. (i).» Luego nota el sapien-
tísimo filósofo, cómo entre los antiguos enseñaron
varios autores la doctrina que ahora estamos refu-
tando; y contra ella emplea el argumento siguiente:
«Los órganos de los sentidos externos no son supér-
fluos sino que están ordenados á las facultades sen-
sitivas: luego en ellos están las potencias sensitivas y
en ellos tienen lugar las sensaciones; lo cual nos lo
enseña la misma experiencia (2).»
Para que los nervios mencionados pudieran tras-
mitir al cerebro las impresiones orgánicas á manera
de cuerdas vibrantes, según habían imaginado los
cartesianos, deberían estar fijos en los dos extremos
y hallarse suficientemente tirantes y libres para po-
der vibrar, lo cual les falta por completo juntamente

(1) Suárez, de anima, lib. 3, cap. 1 3 , 11. 4.


(2) Suárez, 1. cit. n. 9.
Psicología, c
-66-
con otras cosas necesarias para este efecto.-Por esta
causa la hipótesis de considerar al cerebro como el
asiento de las sensaciones externas, y á los nervios
sensitivos como otras tantas cuerdas vibrantes por
los cuales se trasmite al cerebro la conmoción impre-
sa en los órganos por los objetos exteriores, se halla
ya hoy dia generalmente abandonada.

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Los sentidos externos, para producir sus actos percepti-


vos, necesitan ser excitados con las especies impresas
causadas en ellos por los objetos de estos actos.

98.— Demostración.—1.° Para que los sentidos per-


ciban un objeto cualquiera, no basta que este objeto
se halle delante de él, sino que además debe obrar en
ellos moviéndolos y determinándolos á aquella par-
ticular percepción; porque de -lo contrario no hay
razón ninguna porque haya de ser percibido á una
distancia y no á otra, ó en la luz más bien que en las
tinieblas, etc. Es así que esta moción y determinación
es una verdadera especie impresa; puesto que es una
cualidad producida en la potencia sensitiva por el
objeto, semejante á él como todo efecto es semejante
á su causa, y ordenada de suyo á producir la percep-
ción. Luego los sentidos externos, para producir sus
actos sensitivos, necesitan recibir en sí primero la
especie mencionada.
99.—2. Los sentidos, aunque cada uno por su.na-
0

turaleza intrínseca está determinado en general á


buscar su objeto propio, en lo cual consiste su apeti-
to innato; pero de suyo están indiferentes á percibir
en un momento dado un objeto singular ú otro..
Luego esta indiferencia les debe ser quitada por una
-67-
causa extrínseca que obre en ellos no moviéndolos y
determinándolos en un particular sentido y produ-
ciendo por lo tanto en ellos una cualidad ó especie de
la naturaleza indicada. Ahora bien, que esta causa ex-
trínseca deba ser el mismo objeto y no la Causa pri-
mera, es manifiesto; porque el objeto sensible tiene
virtud suficiente para imprimir en la potencia sensiti-
va su acción por la parte en que esta potencia comu-
nica con el mundo inorgánico, y Dios no obra por sí
solo en orden á los efectos naturales, sino cuando las
causas segundas son impotentes para producirlos.
Luego.
ioo.—3.° Los sentidos para percibir un objeto cual-
quiera, deben unirse intencionalmente con él, forman-
do una cómo imagen suya llamada especie sensible
expresa: puesto que todo conocimiento es una cierta
asimilación intencional entre la potencia y el objeto;
y por esta causa á la acción con que lo formamos, le
damos los nombres de aprehensión y percepción del
objeto. Es así que esta unión no la pueden ejecutar
sino siendo actuados por el objeto exterior, que im-
prima en ellos una cierta semejanza suya; porque los
sentidos de suyo no representan nada determinado,
ni son por consiguiente imágenes de ningún objeto en
particular. Luego para percibir un objeto determina-
do y formar de este modo una especie ó imagen inten-
cional expresa suya, deben recibir primero de este
mismo objeto la especie impresa. Por esta causa dice
San Agustín y con él la generalidad de los filósofos,
que el conocimiento es producido por el objeto y la
potencia, ab objecto el potentia paritur notitia. Y esta
procedencia la indica la misma naturaleza de este acto;
pues en cuanto vital, debe proceder de la potencia; y
en cuanto imagen, debe provenir del ejemplar ú
objeto.
-68-
5oi.—Finalmente, la experiencia continua nos dá
manifiesto testimonio de que los sentidos no pueden
producir sus actos perceptivos sin ser primero actua-
dos por el objeto mediante la impresión material que
en ellos causa con su acción. Porque en la vista influye
el objeto visible mandándole los rayos que recibe de
los cuerpos luminosos, en el oido el objeto sonoro co-
municándole por medio del aire atmosférico sus pro-
pias vibraciones, en el gusto el objeto sabroso exci-
tando con su acción las papilas de la lengua y así en
los demás sentidos. Luego etc.
102.—Dicen los enemigos de las especies impresas:
i.° Toda potencia está inclinada por su intrínseca na-
turaleza hacia su propio objeto; y para unirse á él, no
necesita otra cosa que tenerlo á conveniente distancia
ó sea dentro de la esfera de su actividad. Luego al
sentido, para unirse con su objeto por medio de la
percepción, le basta que este objeto se le aproxime
suficientemente sin que ejerza en él acción alguna.
2. Esta pretendida acción del objeto no se dice ser
0

necesaria sino para que la potencia reciba la virtud


de hacerse formalmente semejante á él por medio de
su propio acto representativo llamado especie expresa
ó imagen del objeto. Es así que la potencia tiene vir-
tud en sí misma para producir esta representación;
ya porque el acto perceptivo no es una imagen ver-
dadera sino una simple relación entre la potencia y
el objeto, ya también porque la potencia de suyo es
una fuerza representativa y por consiguiente en sí
misma debe tener virtud suficiente para representar
los objetos de su. propia esfera. Luego la acción suso-
dicha es absolutamente supérflua. 3. Finalmente, si
0

el sentido para producir su acto perceptivo hubiera


de recibir primero en sí la impresión del objeto, esta
impresión seria el medio en el cual percibimos los
— 69 —
.seres del mundo sensible; porque sin ser conocida no
nos podría llevar al conocimiento de su causa. Es así
que con esto se cae en el idealismo de Berkeley, pues
de la presencia de esta imagen subjetiva no podemos
inferir con certeza la existencia de una sustancia ma-
terial y extensa que la cause. Luego es preciso recha-
zar las especies mencionadas.
103.—Respuesta.—A la primera de estas razones se
responde que la inclinación natural de las potencias
en orden á su propio objeto, conocida entre los mo-
dernos con el nombre de conato y entre los antiguos
con el de apetito natural ó innato, no es un cierto acto
imperfecto é inicial producido por ellas, como falsa-
mente creen algunos siguiendo á Leibnitz, sino la
simple atemperación que todas ellas tienen con res-
pecto á sus propios actos; atemperación, que no es
otra cosa sino estas mismas ' potencias en cuanto
aptas para buscar cada una á su modo su propio ob-
jeto (1). Por consiguiente con ella se compadece muy
bien el que para obrar necesiten ser excitadas y mo-
vidas por algún agente externo, lo cual hemos expli-
cado en la Ontología (O. 224). La aproximación del

( 1 ) «Appetitus innatus, escribe Suarez (Metafth. disp. 1 .


sect. 6. n. 3), improprie, ac metaphorice dictus est appetitus;
proprie vero nihil aliud est quam naturalis propensio quam
anaqureque res habet in aliquod bonum: quas inclinado in p o -
tentiis passivis nihil aliud est quam naturalis capacitas et pro-
portio cum sua perfectione, in activis vero est ipsa naturalis
facultas agendi.» De la misma manera se expresan todos los
demás escolásticos con el Angel de las Escuelas Santo Tomás
de Aquino. Véase sobre esto el artículo de Sanseverino intitu-
lado «De conatu potentiis insito,» Dynamilogía, vol. I , pars
general, cap. I , art. 7. pag. 3 5 1 y siguientes. Más adelante
diremos también nosotros algo sobre esta materia en un párra-
fo separado.
objeto para nada sirve, si no ha de ejercer éste nin-
gún influjo en la potencia ni ella tampoco lo ha de
ejercer en él, como sucede en el caso presente, en
que el alma sola se supone producir la percepción
inmanente en sí m i s m a . P o r donde distingo la p r i -
mera parte del antecedente en esta forma: Toda p o -
tencia está determinada en general hacia su propio
objeto, lo concedo; en particular y respecto de cada obje-
to determinado, lo niego. Ahora bien, la necesidad de
las especies viene de esta indeterminación precisa-
mente.
104.—A la segunda se contesta negando la menor
del silogismo con que viene formulada: ni para per-
suadirla sirven g r a n cosa los dos motivos que aducen
los adversarios. Porque el p r i m e r o , fundado en que
nuestros actos cognoscitivos no son verdaderas imá-
genes sino simples relaciones entre la potencia cog-
noscitiva y el objeto conocido, solo prueba que los
tales actos no son imágenes como estas materiales y
corpóreas, en que se representa el ejemplar con sus
mismos colores}?facciones, y que necesitan ser vistas
p a r a conducir al conocimiento del objeto p o r ellas r e -
presentado, sino de otra clase m á s alta y m á s perfecta.
Porque en el conocimiento brilla el objeto de una ma-
nera intencional é incorpórea, sin color propiamente
dicho ni otra alguna cualidad sensible; y con él se pone
la facultad perceptiva en relación directa con el objeto
sin necesidad de mirar primero á otra cosa alguna. P o r
lo cual dicho acto bien puede llamarse relación entre
la potencia y el objeto; puesto que así lo es en efecto.
Pero no por eso deja de ser u n a representación v e r -
dadera y sui generis; pues con el solo hecho de infor-
m a r á la potencia hace el m i s m o efecto que las imá-
genes materiales al ser vistas por vía de objeto. E l se-
g u n d o demuestra que nuestras facultades perceptivas
~7i-
pueden formar sus actos representativos pero no por
si solas y sin ser fecundadas por el objeto. Éste las
debe actuar primero con su acción, depositando en
ellas la cualidad llamada especie impresa, con la cual
vengan determinadas al acto y como fecundadas, á la
manera que las plantas por ejemplo, para producir el
fruto de que son capaces, necesitan recibir primero en
sí el polen fecundante.
104.—A la tercera finalmente decimos que la especie
impresa no necesita ser vista para conducirnos al co-
nocimiento del objeto; porque ella hace este oficio,
no presentándose á la potencia por vía de objeto, sino ac-
tuándola é informándola por vía de forma que constituye
con ella un solo y total principio de conocimiento; al mo-
do que el polen en las plantas constituye con ellas un
solo y total principio engendrante del fruto. Y con esto
se ve cuan distante se halla esta doctrina del idealismo
que se le objeta. Porque los idealistas ponen por objeto
del acto perceptivo la especie impresa; y luego racio-
cinando no puede inferir de ella con certeza la natura-
leza de su verdadera causa; mas los escolásticos jamás
admitieron que la tal cualidad sea vista por nosotros,
antes notaron expresamente- que no se puede conocer
sino por vía de raciocinio (1). Esto nos conduce á la
tercera cuestión arriba propuesta, la cual quedará
resuelta con la siguiente

(1) V. Suarez, de anima, lib. 3 . cap, 2. n. 1 J .


-73-

PROPOSICIÓN TERCERA.

Los sentidos externos no tienen por objeto de sus actos la


especie impresa ni la conmoción meramente mecánica
del órgano sino los mismos cuerpos.

105.—Observación.—Damos por supuesto en esta


proposición que la especie impresa es cosa realmente
distinta del movimiento puramente local del órgano;
pues este movimiento lo mismo puede existir en el
órgano vivo que en el órgano muerto, mientras que
la especie impresa es por su naturaleza una cualidad
de la potencia vital y existe en ella como en su propio
sujeto.
106.—Prueba de la i . p.—La especie impresa es el
a

último complemento de la potencia en cuanto percep-


tiva y por.consiguiente entra como comprincipio con
ella en la producción del acto perceptivo. Luego este
acto no la puede tener por objeto, como ni tampoco á
la potencia misma. En otras palabras: la especie im-
presa no es sino la misma potencia en cuanto deter-
minada y movida hacia un objeto particular; luego
este objeto debe ser algo realmente distinto de ella;
porque de lo contrario la potencia sensitiva se tendría
á si propia por objeto de su acto, lo cual es un absur-
do manifiesto.
107.-—Dice muy bien Stiarez á este propósito: «Las
especies impresas son ciertas como semillas de los
objetos depositados en el seno de las potencias cog-
noscitivas para la formación de los conceptos, y de
ello dan manifiesto testimonio los mismos nombres
de concepto, generación espiritual, parto, etc., que se
suelen dar con frecuencia á los actos. Y es que así
como la semilla contiene en sí una virtud formatriz
- —73-
y generadora del nuevo viviente, de la misma manera
las especies impresas tienen por objeto propio produ-
cir el acto cognoscitivo juntamente con la potencia (i).»
Si pues la especie impresa forma parte del principio
total enciente de la sensación externa, ¿cómo ha de
tener ésta por objeto ala tal especie? Esto equivaldría
á decir que el objeto de la potencia visiva son los mis-
mos ojos con los cuales se ha de ejercer la visión, el
de la potencia auditiva el mismo oido, etc. Luego la
especie impresa es el medio por el cual percibimos los
objetos del mundo sensible. No es un espejo á donde
debamos dirigir la vista para ver en él dibujado el
objeto, sino un instrumento activo con cuyo auxilio
forma la potencia perceptiva su acto cognoscitivo y
formalmente representativo del objeto externo.
108.—Prueba de la 2. p.—1.° En todos los actos de
a

los sentidos externos nos dirigimos, no á la conmo-


ción orgánica de nuestro propio cuerpo, sino álos ob-
jetos exteriores que la causan. Así, cuando vemos,
oimos, palpamos, etc., no decimos que percibimos el
movimiento vibratorio de nuestra retina ó del tímpa-
no del oido ó de las moléculas de la mano, etc., sino
los mismos objetos visibles, oíbles, tangibles, etc. Lue-
go estas cosas son las que directamente percibimos
con los sentidos externos y no la conmoción de nues-
tros órganos. 2 . Esta conmoción molecular, lo mismo
0

que la especie impresa, es el instrumento de que se


sirve el objeto para producir juntamente con la po-
tencia el acto cognoscitivo que intencionalmente lo
representa. Luego ni una ni otra pueden ser el objeto
del tal conocimiento sino solamente el cuerpo externo
á cuya representación intencional están ordenadas
ambas por su misma naturaleza. 3. Decir que el ob-
0

(1) Suarez, lib. 3 . de anima, cap. 2. n. 22.


— 74 —
jeto de nuestros sentidos externos son las impresio-
nes orgánicas de nuestro cuerpo es suprimir la sensi-
bilidad externa y reducirlo todo á la interna; porque
en tal caso no percibiremos con los sentidos otra cosa
que las modificaciones de nuestro cuerpo, las cuales
son objeto del sentido interno. Es así que esto es un
absurdo manifiesto, como queda demostrado en la
Lógica (L. 479).
1 0 9 . — C O R O L A R I O . — L u e g o no percibimos los objetos
del mundo externo en sus imágenes llevadas al cerebro.
Algunos al ver que en la retina del ojo se forma, lo
mismo que en una cámara oscura, una imagen ma-
terial de los objetos corporales, han creido que el
objeto propio de la visión es esta imagen y no el
cuerpo iluminado que la causa. Pero esto es un
error: la tal imagen no es percibida por nosotros,
como sería necesario para que en ella viéramos el
cuerpo exterior de donde proviene. Y que no la per-
cibamos, es cosa clara: i.° porque de lo contrario
tendríamos conciencia de esta percepción tan conti-
nua y constante, lo cual á ninguno sucede;2."porque
la tal imagen es pequeña y plana, siendo así que nos-
otros percibimos con la vista los cuerpos con su vo-
lumen propio; 3. porque, á ser ella el objeto directo
0

de la vista, los objetos del mundo externo se nos


deberían presentar invertidos como aparecen en la
cámara oscura. La imagen en cuestión no es otra
cosa que una condición previa para que la potencia
visiva sea actuada por la especie impresa del objeto
exterior y se ponga en relación con él representán-
dolo intencionalmente por medio del acto cognosci-
tivo ó especie expresa.
110.—Pero se dirá: ¿Cómo puede unirse la potencia
con el objeto exterior cuando éste se halla á veces á
tan grande distancia, como acaece en los astros? El
— 75 —
alma no sale de su cuerpo para realizar esta unión,
luego señal es que se ejecuta uniéndose á la imagen
dicha.
Esta dificultad nace de no entender la manera de
unión que debe haber entre la potencia y el objeto,
para que éste sea percibido por aquella. La tal unión
no debe ser precisamente física sino intencional. El
objeto si, para obrar físicamente en la potencia produ-
ciendo en ella la especie impresa, debe unírsele con
unión física, ya por sí mismo, ya por alguna virtud
suya que lo represente. Pero la potencia, una vez
actuada con la especie impresa y determinada por
ella á su acción vital, no necesita juntarse de una
manera física con el objeto sino solo de una manera
intencional, recibiendo dentro de sí el acto cognosci-
tivo, el cual es una representación formal de tal ob-
jeto. Es decir, que la potencia se pone en relación
directa con el objeto exterior por ella conocido con
solo recibir en sí su propio acto, sea cual fuere la
distancia física que entre ambos media. El objeto
debe estar á conveniente distancia de nuestros senti-
dos, no para ser percibido precisamente, sino para
producir en nosotros la especie impresa.
De aquí es que si en lugar de ser producida en
nuestros ojos esta especie por un objeto cualquiera,
la produjera en ellos Dios nuestro Señor con su om-
nipotencia, veríamos este objeto donde quiera que
estuviese, aunque se hallara en el Sol ó en el centro
de la Tierra (i). Por esta causa dice muy bien Santo
Tomas de los ángeles, que estas sublimes sustancias
no tienen necesidad de aproxirmarse á nosotros para
vernos, porque la especie impresa con que ha de ser
determinado su entendimiento á percibirnos, no es

(i) Suárez, de anima, lib. 3, cap. 12, n. 5.


producida por acción alguna que en ellos ejerzamos
nosotros sino por la omnipotencia divina (i).
n i . — S e replicará: Si viéramos los objetos exter-
nos directamente en sí mismos, con frecuencia los
percibiríamos donde no están. Porque muchas veces
se nos presentan encima del horizonte, cuando están
debajo; y detras del espejo, cuando están delante.
Luego señal es que no vemos los objetos sino sus
imágenes.
La respuesta es fácil. El ojo ve el objeto en sí mis-
mo; puesto que con él y no con su imagen se pone
en relación directa mediante el acto perceptivo. Solo
que la especie impresa con que viene determinado á
la visión es en tales casos refractada ó reflejada; por-
que los rayos luminosos pasan por un medio desi-
gual ó sufren una reflexión al caer sobre la superficie
del espejo, y así hacen que el ojo perciba equivocada-
mente como existente en un lugar lo que de hecho
existe en otro. «La especie, escribe sabiamente Suá-
rez á propósito de esta dificultad, se refleja en' el es-
pejo y llega al ojo; éste entonces por medio de ella ve
inmediatamente el objeto, cuya especie es reflejada
por el espejo (2)».
112.—Insta. Condillac diciendo: Si exceptuamos la
sensación del tacto, todas las demás son subjetivas.
Porque ¿qué percibimos con los ojos, oidos, narices y
lengua sino los colores, los sonidos, los olores y los
sabores? Ahora bien, todas estas cosas, en cuanto
existentes fuera de nosotros, no son sino puros movi-
mientos locales de las moléculas corpóreas; los cuales
no pueden confundirse con los colores, sonidos, olo-
res y sabores mismos, que son cosas psicológicas.

(1) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q. art. 2, ad 3 /


(2) Suärez, de anima, Hb. 3, cap, 2, n. 1 5 .
-77-
Luego los colores, los sonidos, etc., son coáas pura-
mente subjetivas y por lo tanto con ningún sentido
externo, excepto el tacto, percibimos algo que exista
fuera de nosotros mismos.
113.—Esta dificultad tiene más apariencia que so-
lidez: toda ella nace de considerar falsamente como
seres abstractos los colores, sonidos, olores y sabores.
Los sentidos no perciben estas cosas en abstracto
sino en concreto; ó bien perciben los cuerpos colora-
dos, sonoros, olorosos y saporíferos, no los colores,
los sonidos, los olores y los sabores precisamente.
Ahora bien, estos objetos tan extrínsecos son á nues-
tros sentidos como los resistentes; porque todos ellos
causan en nosotros las acciones de ver, oir, gustar y
tocar, lo mismo que la de resistir á la presión. Luego
las sensaciones de todos los sentidos externos son
tan objetivas como las del tacto. Bien es verdad sin
embargo que las sensaciones del gusto y clel olfato y
aun quizas también las del oido no perciben el objeto
externo con tanta claridad como las del tacto y
la vista; pero esto no impide el que sean verdadera-
mente objetivas.

III. SENSIBILIDAD INTERNA,

114.—La necesidad de admitir la sensibilidad inter-


na ya la dejamos probada en la Lógica al hablar de
las fuentes de la certeza (L. 491 y siguientes). En el
mismo lugar expusimos las cuatro formas diferentes
en que esta sensibilidad se nos muestra, cuales son
la clel sentido común ó interno, la de la imaginación 6
fantasía, la de la estimativa ó cogitativa y la de la me-
moria ó reminiscencia, dejando para el presente el
averiguar si todas ellas pertenecen á una misma fa-
cultad ó por el contrario constituyen potencias real-
-78-
ftlente distintas. Resta pues tratar ahora de esta
cuestión, así como también examinar la naturaleza y
los actos de la sensibilidad mencionada, á cuyo fin
intentamos probar las proposiciones siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

Las potencias de la sensibilidad interna son todas


orgánicas.

115.—Demostración.—i." Todos los sentidos inter-


nos versan únicamente sobre objetos materiales y fi-
nitos, sin que se puedan levantar jamás á la sublime
región de las ideas puras y universales. Luego todas
ellas son también potencias materiales; puesto que en-
tre el objeto y la potencia debe haber proporción, y una
potencia que nunca se levanta sobre lo material y
finito, debe ser también en sí misma material y finita.
116.—2. Todas las potencias de la sensibilidad in-
0

terna requieren el influjo de un órgano corpóreo. Por-


que el sentido común ó interno no percíbelos objetos
de los sentidos exteriores ni sus actos sino determina-
do por las acciones orgánicas de estas potencias y por
consiguiente debe ser él en sí mismo orgánico. La
imaginación recibe y conserva las especies del sentido
interno y con ellas percibe los objetos de esta facultad
cuando están de tal manera distantes, que no pueden
obrar sobre el organismo: luego también ella debe ser
orgánica. De lo cual es signo nada oscuro el cansan-
cio que experimentamos en la cabeza cuando imagi-
namos fuertemente alguna cosa. La cogitativa, aun-
que conoce en los objetos materiales algunas propie-
dades que no pueden percibir los sentidos externos,
sin embargo este conocimiento no lo adquiere sino
mediante la especie material y orgánica que recibe de
-79-
estos sentidos, y por lo tanto debe ser también orgáni-
ca. Asi por ejemplo, la oveja con los sentidos externos
no ve al lobo sino como un ser dotado de tal determi-
nado color y figura; pero mediante esta especie lleva-
da á la estimativa natural, que corresponde á nuestra
cogitativa, lo percibe como enemigo de su naturaleza
y huye de él apenas lo encuentra. La reminiscencia
finalmente conserva las especies de la cogitativa y con
ellas conoce como percibidos en otro tiempo los obje-
tos sensibles; luego también ella es orgánica como las
demás. De aquí es que con el ejercicio de esta facultad
se nos fatiga la cabeza no menos que con el de la
imaginación, y sus actos tienen íntima dependencia
de los órganos corporales (i).

(i) «Que la memoria, escribe muy bien el P. Cuevas (Psy-


colog. n. 7 3 ) , está sujeta á las condiciones del cuerpo y que
dependa de ellas en el ejercicio de sus actos, es un axioma co-
munmente recibido entre los filósofos y comprobado con los e x -
perimentos y observación de todos los hombres. Porque en los
niños se aumenta de día en día, en los viejos se debilita y en la
edad decrépita llega á perderse en gran parte.. De Newton 'se
cuenta que en sus últimos años no entendía una obra de filosofía
que él mismo había escrito antes. Otro tanto acaeció á Jorge
Trapezuntino, el cual olvidó* las letras que había aprendido y
esto mismo le pasó á Cornelio Jansenio tan conocido por sus
Comentarios de los Psalmos. Además, con las enfermedades y
las heridas se han visto grandes alteraciones en la memoria;
tanto que uno, según cuenta Plinio, con la caida de un tejado
se olvidó hasta de los nombres de su madre y de sus parientes.
Por el contrario, el Papa Clemente V I , de resultas de una h e -
rida que recibió en la cabeza, adquirió una memoria tan prodi-
giosa, que todo cuanto leía se le quedaba firmemente grabado
en ella. Un cierto alemán de nombre Clérico (*) con una sangría
que se le hizo perdió el hábito de leer y escribir sin olvidar

(') Hcrvás. El hombre físico, T o m . 2 trat 5, c. 3 , ?. 4, n, 4 3 7 ,


— So —
117.—Añádase á esto que todas estas potencias in-
ternas se hallan también en los brutos, aunque no con
la misma perfección que en nosotros, por no pertene-
cer á un alma racional como la nuestra. Luego, si no
queremos hacer incorruptibles é inmortales por natu-
raleza las almas de todos estos seres irracionales, de-
bemos decir que las tales potencias son tan orgánicas
como los sentidos externos, de donde resulta que tam-
bién en nosotros son orgánicas, porque en ellas con-
venimos con los brutos.

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Las potencias de la sensibilidad interna no parece que


sean realmente distintas entre sí.

' 118.—Demostración.—La imaginación, la estimativa


y la memoria no se distinguen realmente del sentido
común ó interno: luego tampoco se distinguen entre
sí y por lo tanto las cuatro potencias mencionadas no
son sino una misma presentada bajo diferentes formas
por la diversidad de actos que produce.
119.—El antecedente de este entimema quedará
patentizado, si probamos que las tres potencias men-
cionadas producen las mismas clases de actos que los
del sentido interno (1). Porque si esto conseguimos,
con razón podemos concluir que cada una de eílas es
el mismo sentido interno en cuanto apto para produ-
cir, además de los actos que generalmente se le atri-
buyen, los propios y característicos de estas potencias.

nada de las demás cosas que sabía, y al año con otra sangría
recobró la facultad perdida.»
(1) Sobre el objeto y actos del sentido interno ya hemos ha-
blado suficientemente en la Lógica,
- —81— '
Comencemos pues por la imaginación. Esta potencia
tiene la cualidad de conservar las especies de los ob-
jetos percibidos con los sentidos externos y de percibir
estos mismos objetos, cuando se hallan ausentes y no
ejercen acción alguna sobre los sentidos exteriores.
Es así que también los percibe cuando están presentes
y obran sobre los órganos de los sentidos dichos;
puesto que entonces es cuando llega á ella la espe-
cie de estos objetos y estando atenta no puede menos
de ser determinada por ella á representarlos. Luego
la imaginación, además de su acto característico, ejer-
ce el que corresponde al sentido interno y por tanto
es el mismo sentido interno en cuanto apto para ejer-
cer las dos especies de actos sobredichos.
De la misma manera podemos probar nuestro aser-
to con respecto á la estimativa. El acto propio de esta
potencia-consiste en percibir la razón de convenien-
cia ó desconveniencia concretas que no son conocidas
por los sentidos exteriores. Es así que esta razón no
la'percibe la estimativa sino percibiendo juntamente
lo mismo que percibe el sentido interno; porque la
oveja por ejemplo, al percibir al lobo como enemigo
de su naturaleza, no conoce la enemistad en abstrac-
to sino en concreto en aquel lobo particular que se-
presenta ante sus ojos, y por lo tanto individualizada
en aquel ser individual dotado de tal color, figura, etc.,
que es lo que constituye el objeto de los sentidos ex-
teriores y del interno. Luego también la estimativa
es el mismo sentido interno en cuanto apto para cono-
cer, ademas de las propiedades representadas por los
sentidos externos, las otras que ellos no conocen.
Finalmente, respecto de la memoria podemos dis-
currir en la misma forma que con respecto á la ima-
ginación. Porque ella también debe recibir las espe-
cies de sus objetos, cuando obran sobre los sentidos,
Psicología, - 6
- 8 2 -
y estando atenta, no puede menos de percibirlos efl
aquel momento. Ahora bien, la tal percepción es de
la misma clase que las del sentido común ó interno;
porque representa los objetos materiales presentes y
es por lo tanto una verdadera intuición de los mis-
mos. Luego la memoria tampoco es otra cosa que el
sentido interno en cuanto apto para percibir como
anteriormente conocidos sus objetos.
120.—De aquí es que el sentido común ó interno ejer-
ce algunas veces sus actos lo mismo que la imagina-
ción, esto es, hallándose ausentes los objetos sobre que
versa, como sucede en los sueños; y esto lo notó sabia-
mente Santo Tomas (i), el cual dice ademas con San
Agustín, que esta propiedad de percibirlos objetos en
ausencia es común á todos los sentidos internos (2).
Si pues tanto el sentido interno como la estimativa
pueden percibir los objetos en ausencia lo mismo que
la imaginación y la memoria, y estas dos á su vez tam-
bién los perciben en presencia de la misma manera
que las dos facultades mencionadas; es cosa manifies-
ta que todas ellas no son sino una misma en cuanto
apta para producir actos de diferentes clases. Y esto
es lo que prueba con gran solidez y copia de razones
el exinio Suarez en su tratado de anima, lib. 3. capí-
tulo 30, donde puede estudiarse con más amplitud la
materia (3).
121.—Contra la razón en que hemos fundado nues-
tra tesis se podría argüir diciendo que á ser eficaz,
habríamos de confundir el sentido interno con los

(1) Santo Tomas, Summ. Theol. 1. p. q. 84, art. 8, ad 2. 111,1

(2) Id. ibid. q. 78, art. 4, ad 6 .


u m

(3) También sirve para el mismo efecto lo que escribió el P.


Losada en su tratado de anima, dip. V , cap. IV, n. 108 y s i -
guientes.
mismos sentidos exteriores. Porque todo cuanto per-
ciben éstos, lo conoce también él y ademas tiene
un género de percepción que en ninguno de ellos se
encuentra.
Á esta dificultad responde muy bien Suarez con
estas palabras: «Los sentidos exteriores son ciertas
potencias particulares, á las cuales se les debía añadir
la universal del sentido interno para que las corrobo-
rase y juzgase de todo lo percibido por ellas, y esta
necesidad no tiene lugar en los interiores. Ademas,
los sentidos externos son inmediatamente inmutados
por los objetos, pero no los internos: de donde resul-
ta que, aun cuando el sentido interno conozca todo
lo que los externos; pero necesita que éstos ejerzan
primero su acción, siendo inmutados por el objeto,
para que él pueda producir la suya, y por tanto no
puede ser confundido en ninguna manera con ellas (i).»
122.—Dicen los partidarios de la opinión contraria:
El sentido interno recibe las especies de los sentidos
externos y la imaginación las conserva. Es así que en
las cosas corporales la facultad de recibir es distinta de
la de retener; pues algunas como la cera reciben bien
la forma que se les imprime, pero la retienen con di-
ficultad, y en otras sucede lo contrario. Luego el sen-
tido interno y la imaginación son potencias realmente
distintas y se hallan localizadas en diversos órganos.
123.—Respuesta.—La imaginación también debe re-
cibir las especies, porque de otra suerte no las podría
retener. Por consiguiente en esto no se pueden dife-
renciar las dos potencias mencionadas. El que la ima-
ginación retenga lo que no puede conservar el sentido
interno, no prueba sino que esta facultad, en cuanto
sentido interno, no retiene nada sino en cuanto ima-

(1) Suarez, de anima, lib. 3. cap. 30, n. 1 1 .


glnacíon ó memoria. Por lo demás también es falso
el principio en que está fundada la objeción, á saber;
que las cosas que reciben con facilidad una forma,
fácilmente la pierden y viceversa. Porque muchas la
reciben con facilidad y la pierden con dificultad y en
otras sucede lo contrario. Fuera de que los sentidos
no son casas meramente corpóreas para que sobre
ellos hayamos de discurrir lo mismo que sobre los
cuerpos. En la misma memoria, que es facultad re-
tentiva, se notan grandes diferencias. Porque unos
retienen bien y reciben mal; en otros sucede todo lo
contrario; otros reciben bien y conservan perfecta-
mente lo recibido; otros finalmente tienen gran difi-
cultad para aprender y al instante olvidan todo lo
aprendido.
124.—Añade Sanseyerino: Parece evidente que la
estimativa es potencia realmente distinta del sentido
interno y de la fantasía; porque estas facultades no
aprehenden sino lo percibido por los sentidos externos,
mientras que aquella percibe lo que ellos no al-
canzan (1).
Respuesta.—Esta razón es tan insubsistente como la
anterior. Para que dos potencias se distingan con
distinción real, no basta que la una no pueda produ-
cir los actos de la otra; pues de lo contrario debería-
mos decir que el entendimiento se distingue real-
mente, de la razón. Lo que se necesita es, que ios
actos de las dos sean incompatibles en una sola. Aho-
ra bien, el acto de percibir las cualidades materiales
inaccesibles á los sentidos exteriores no es incompati-
ble en la estimativa con el de conocer las accesibles á
los mismos; antes, como dejamos observado, la so-
bredicha potencia no puede percibir las unas sin las

(1) Sanseverino, Dynamilogia, pars speoialís, cap. V., art. 1 .


otras. Luego debemos decir que la estimativa no se
distingue del sentido interno y de la fantasía sino en
la misma forma que la razón de la inteligencia; por-
que una sola facultad basta para explicar todas las
clases de actos que á ellas pertenecen.

PROPOSICIÓN TERCERA.

El órgano de la sensibilidad interna es principal-


mente el cerebro.

125.— Demostración.—1.° La sensibilidad interna es


la fuente y raiz de la externa (1). Es así que los senti-
dos externos tienen su fuente y raiz en el cerebro;
porque todos ellos tienen comunicación con esta vis-
cera y necesitan de su.influjo para sentir (97). Luego
el cerebro etc. 2. La lesión del cerebro trae al ser
0

sensitivo la privación del sentido y del movimiento.


Luego señales que en él está la raiz de la sensibilidad
y que con él ejerce el ser mencionado sus sensaciones
internas. 3. La atención demasiado intensa nos pro-
0

duce dolor de cabeza; lo cual también es señal de que


el cerebro es el órgano que entonces ejercitamos para
producir los actos sensitivos. Luego etc. 4. La inte-0

rior experiencia nos dice que en la cabeza y no en


otra parte del cuerpo producimos las imágenes de las
cosas con la fantasía. Luego etc. 5. El sueño es la
0

privación de las operaciones del sensorio principal;


pues cuando éste no se baila ligado y puede funcio-
nar libremente, entonces tenemos también libre y

(1) Dice Santo Tomas (Summ, theol. 1. p. q. 78, art. 4.


ad. i . " ) : «Sensus interior non dicitur communis per prasdica-
m

tionem, sicut genus, sed sicut communis radix et principium


exteriorum sensuum.»
. —.86-'-
desembarazado el juicio. Es así que en el sueño el
sistema nervioso y principalmente el cerebro es el
que descansa. Luego este sistema y principalmente
el cerebro es el que trabaja y se fatiga cuando esta-
mos entregados á las operaciones mentales y tene-
mos en ejercicio la sensibilidad interna. '
126.—6.° Finalmente los estudios de la Fisiología y
las observaciones de la Medicina han venido á confir-
mar plenamente esta doctrina; pues es ya cosa averi-
guada que los centros motores de varios órganos se
encuentran en ciertas partes determinadas del cere-
bro, y lo mismo sucede álos centros de la sensibili-
dad (1).

(1) «Los lóbulos occipitales y tempero-parietales, escribe el


Dr. Cuylits (Revue des quest.scient. avril, 1880, pag. 515), pre-
siden á la percepción de las sensaciones. S i ciertos hechos pa-
recen limitar á la región del hippocampo, ó porción temporal de
la circunvolución del cuerpo calloso, los centros que presiden á
la sensibilidad táctil, es muy difícil sin embargo localizar estos
centros no mirando la cosa sino desde el punto de vista de la
clínica. El centro de la visión según M. Ferrier debe estar en el
pliegue curbo. y el del oído en la primera circunvolución tem-
poral. Por lo que atañe al gusto y al olfato, sería necesario bus-
car su asiento cortical en una parte de la circunvolución del
hippocampo.
L a lesión de los centros del oido y de la vista ha presentado
en ciertos casos manifestaciones muy interesantes. Las lesiones
unilaterales de estos centros pueden producir lo que se ha llama-
do una, cegueía ó una sordera subjetivas, estado fácil de confun-
dirse con la ofasia, aunque es muy distinto de ella. Con razón se
le ha dado el nombre de ceguera y sordera de las palabras. És-
tos dos términos pueden hallarse juntos en un mismo individuo.
¿Qué es la sordera de las palabras? E n este caso singular el
hombre puede leer, aunque no entiende las palabras habladas.
E n la ceguera de las palabras, aunque puede hablar y escribir.
-87-

PROPOSICION CUARTA.

El sentido común ó interno no ejeice sus junciones con


dependencia de un cierto sentido jundamental ideado por
algunos filósofos.

127.—Observación.—El P. Tongiorgi con otros au-


tores modernos opina que á nuestra alma le es esen-
cial el actual sentimiento de sí misma, con el cual se
experimenta á sí propia anteriormente á toda otra ac-

no puede traducir en ideas las palabras escritas. S i se le repiten


de viva voz las mismas palabras, las entenderá fácilmente.
En ninguno de estos casos hay insensibilidad verdadera del
ojo ó del oido. Hé aqui una prueba citada por M. Ferrier. «Des-
pués de un agudo ataque cerebral, imposibilidad absoluta de
leer las palabras escritas é impresas. El enfermo podia sin em-
bargo escribir corx-ectamente al dictado,'componer y escribir
cartas, cuando se le ayudaba un poco. Imposibilidad de traer á
la memoria el nombre de los objetos más familiares, cuando se
los ponían delante. Sin embargo, hablaba de una manera inte-
ligente, empleando un vocabulario extenso y variado, cometien-
do pocas faltas, pero olvidándose de cuando en cuando de los
nombres de las calles, de las personas ó de los objetos». De este
hecho y de otros semejantes ha nacido la idea de que los cen-
tros sensitivos son el substrato de la memoria y de la ideación
sensitiva correspondiente. De esta suerte cabe quizás llegar por
deducción á señalar en el cerebro un lugar á la memoria. E n
efecto; cuando habia lesión del centro auditivo, se podia notar
la parálisis de la ideación auditiva; cuando la lesión ocupaba el
centro visual, habia parálisis de ideación visual, sobre todo en
orden á los signos articulados ó á sus equivalentes visibles.
«Quien desee ver cosas curiosas sobre esta materia, lea el artí-
culo entero del citado Doctor Cuylits, donde se hallan resumi-
dos los docubrimientos más modernos de las ciencias fisiológica
y médica relativas á este asunto.
-88-
cion suya. De aquí infiere que, al ser unida nuestra
alma al cuerpo, al instante se siente unida y presente
á él; porque sintiéndose siempre á sí propia, no pue-
de menos de experimentar el estado de unión con el
cuerpo que le sobreviene. Este sentimiento perenne
de su propio cuerpo y anterior también á toda acción
del humano compuesto es lo que él llama sentido funda-
mental; porque, según su doctrina, él es la base y raiz
de todas las facultades humanas, las cuales no pue-
den producir acto alguno sino en cuanto habilitadas
por el sentido mismo. «El sentido de sí misma, escri-
be, no lo tiene el alma á modo de potencia, sino que
es un acto perpetuo. Sin embargo, porque con este
acto queda habilitada para sentir sus afecciones, se
puede y debe decir que el sentido íntimo es una cier-
ta potencia; pero se debe advertir al mismo tiempo
que esta potencia consiste en el actual sentimiento de
sí misma que posee el alma. Este sentido es la base y
raiz de todas las facultades humanas: del sentido in-
terno, como acabamos de explicar; del sentido externo,
porque este se halla fundado en el sentido interno; de
la inteligencia, porque esta potencia no es sino la fa-
cultad de representarse el alma á sí propia las esencias
de las cosas, y esta representación no se la puede ha-
cer si no se siente ya á sí misma de antemano; del ape-
tito finalmente, porque toda apeticion está fundada
en un conocimiento (i)».
Esta doctrina la tenemos por absolutamente falsa
y la tendrá también todo el que considere con un
poco de atención las razones que vamos á presentar
en la siguiente
128.—Demostración.—No existe el sentido funda-
mental que suponen los autores aludidos: luego es

(1) Tongiorgi, Psycología, lib. 3. cap. 2. art. 2. n. 276.


- 8 -
9

claro que el sentido interno no ejerce sus actos con


dependencia alguna de él.
El antecedente de este entimema quedará eviden-
ciado, si demostramos que son falsos todos los prin-
cipios en que esta fundada la doctrina de tal sentido.
Porque si estos principios son falsos, tendremos de-
recho para concluir que dicha doctrina está en pugna
abierta con el modo natural de entender que corres-
ponde á la naturaleza humana. Vamos pues á hacer
patente su falsedad.
129.—1.° Es falso que el acto de sentirse á sí misma
sea esencial, ni al alma humana, ni á otra criatura
alguna, como se probará más adelante. 2° Es falso
que dicho acto sea ni siquiera natural á nuestra alma,
como se verá en su lugar. 3. Es falso que el tal acto
0

emane de la sola sustancia del alma, como parecen


suponer los autores en cuestión; porque el alma no
es principio inmediato total de acto alguno suyo,
como consta de lo probado más arriba (37).
130.—4. Es falso que la sensación de su propio
0

cuerpo la ejerza y reciba en sí el alma sola; lo cual


sin embargo se necesita, para que el alma, al ser
unida á su cuerpo, sienta este modo de ser suyo y
por otra parte es enseñado por dichos autores, para
quienes la conmoción orgánica no es más que un
requisito esencial de nuestras sensaciones actuales.
(76 y siguientes).
131.—5. Es falso que el alma por el mero hecho de
0

estar materialmente presente á si misma ya lo esté en


razón de objeto. Puesto que el ojo, por ejemplo, se
halla también presente á sí mismo en la primera
manera sin estarlo en la segunda. Para estarlo en
esta segunda manera, necesita, además de Ja presen-
cia material, obrar sobre la potencia visiva produ-
ciendo en ella su especie impresa. El alma humana
- c o -
se debe sentir á sí propia por medio de la inteligencia
y ésta no puede ser actuada en orden al tal senti-
miento por la esencia misma del alma sino por sus
actos, como se probará más adelante y lo enseñan
generalmente los escolásticos con Santo Tomás.
132.—6.° Es falso que si el alma no se siente á sí
misma anteriormente á toda afección causada en ella
por los objetos exteriores, no podrá experimentar
como suyas estas afecciones. Porque el alma siente
las tales afecciones en concreto y por consiguiente las
siente como emanando de su actividad propia y sien-
do recibidas en ella; de manera que el conocer las
tales afecciones es para el alma la razón formal de
percibirse intuitivamente á sí misma como causa y
sujeto de ellas (L. 450).
133.—7. Es falso que el sentido interno sea la base
0

y raíz del externo en la manera defendida por estos


autores y falsamente atribuida por ellos á Aristóteles
y Santo Tomás (1). Porque Aristóteles y Santo Tomás
no dicen que el sentido interno sea raíz del externo
en cuanto que éste no pueda ejercer sus actos sin ha-
ber ejercido aquél primero los suyos, puesto que en-
señan todo lo contrario; sino en cuanto que los sentidos
externos reciben físicamente su virtud perceptiva del
interno, como los arroyos reciben su agua del manan-
tial. Mal podian pensar el uno ni el otro que los senti-
dos externos no son capaces de percibir objeto alguno
sin haber ejercido primero su acto sobre el mismo
objeto el sentido interno, cuando ambos escriben que

(i) «Hic porro corporis sensus (fundamental-is), escribe el


P. Tongiorgi (Psycol. n. 279, i.°), non differì quoad rem ab eo
interiori sensu quern Aristótelcs sensum communem appellat;
quia est communis radix et principium exleriorum sensuum.
ut S. Thomas dicit.»
- 9 i -
el sentido interno no recibe las especies con que ha de
ser determinado á obrar sino mediante la acción per-
ceptiva de los sentidos externos.
134.—El P. Suarez trata de propósito sobre la ma-
nera en que el sentido interno comunica su virtud á
los externos y todo lo reduce á la elaboración de los
espíritus animales producida por el cerebro, asiento
de dicho sentido, y al influjo que la imaginación ejer-
ce sobre los tales sentidos para que estén atentos al
tiempo de recibir la especie del objeto externo. «Juz-
go pues, escribe después de haber refutado las maneras
diferentes de influir excogitadas por otros autores,
que la virtud de que tratamos, la comunica el cerebro
por medio de los espíritus animales, fomentando con
ellos los^órganos de los sentidos y conservándolos en
disposición conveniente para sus propias funciones,
y que estos espíritus dependen del actual influjo del
cerebro, razón por la cual carecen de ellos los sentidos
externos cuando se obstruyen las vías conductoras.
Quizás también esta virtud es comunicada por vía de
atención; porque el sentido no puede obrar si el alma
no atiende, y la atención es cosa que depende de la
fantasía (1).»
135.—8.° Finalmente es falso que la inteligencia no
pueda hablarse á sí misma sin que primero tenga co-
nocimiento de su existencia; porque esta habla no es
como la otra exterior que ejercemos los hombres
unos con otros, sino que toda ella está reducida á la
simple aprehensión del objeto, la cual se ejecuta con
solo que éste obre sobre la inteligencia y la determine
apercibirlo. La inteligencia con sus actos aprehensivos
no se dirige hacia sí misma sino hacia el objeto: lo que
busca es ponerse en relación con él, no hablar consigo

(1) Suarez, de anima, lib. 3. cap. 1 3 , n. 7.


- 9 2 -
misma. Solo que esta relación ñola puede alcanzar
sino representando idealmente el objeto con un acto
que se queda inmanente en ella, y que se le hace
presente en razón de modificación suya causada y re-
cibida por ella. Y en este sentido se dice que la mente
se representa á sí misma el objeto aprehendido; por-
que la aprehensión intelectual, en razón de modifica-
ción subjetiva de la inteligencia, hace que ésta se co-
nozca á sí misma como poseedora de tal objeto.
136.—Dice el P. Tongiorgi: ¿Cómo puede el alma
sentir sus sensaciones ni referirlas á los órganos sin
sentir primero, por lo menos con prioridad de natura-
leza, su propio cuerpo como suyo unido á ella? (1)
Respuesta.—¿Cómo? Muy fácilmente; sintiéndolas
en concreto como ellas son, ó sea como emanadas de
su causa y recibidas en su sujeto. De esta manera el
alma, experimentando las tales sensaciones, se expe-
rimenta á sí misma como causa y sujeto de ellas: las
sensaciones y el alma forman el objeto total de la ex-
periencia interna, pero esta segunda es experimentada
por razón de aquellas primeras; ó en otros términos,
las sensaciones son el objeto formal de la experiencia
dicha y el alma el objeto simplemente material. ¿No
conocemos así la presencia de los seres concretos del
mundo sensible y exterior á nosotros? Pues de la mis-
ma manera conocemos la del nuestro; porque nuestra
alma no es un espíritu puro y no se conoce como los
espíritus puros por su misma esencia sino por sus
actos.
137.—Se replicará: Según esto, si el alma no tuvie-
ra ningún acto sensitivo ó intelectual con que se di-
rigiese hacia los objetos externos, no se sentiría tam-
poco á sí misma.

(1) Tongiorgi, PsycologLx, n. 278. 3,"


Respuesta.—Precisamente: mas no hay peligro de
que por eso cese en ella ni por un solo momento el
sentimiento de su propia presencia, porque en todos
los momentos producimos actos, tanto intelectuales
como sensitivos; los cuales son por necesidad experi-
mentados por el sentido íntimo juntamente con el al-
ma que los causa y los recibe; pues ya hemos visto en
la Lógica (L. 442) que el sentido íntimo, como acto,
no es otra cosa que las mismas-modificaciones del
alma, en cuanto presentes á ella, y que por lo tanto
se distingue no menos de la conciencia que del senti-
do común ó interno.

PROPOSICIÓN QUINTA.

La fantasía se distingue de los sentidos externos, no en


cuanto que éstos perciben los objetos sensibles y aquella
sus imágenes, sino en cuanto que la una los percibe en
ausencia y los otros en presencia.

138.—Observación.—Algunos autores piensan que


los fantasmas de la imaginación no son otra'cosa que
sensaciones pálidas y tenues de los objetos sensibles,
por lo que no ponen esencial diferencia entre la fan-
tasía y los sentidos externos. Otros admiten su distin-
ción, pero afirman que ésta consiste en que los senti-
dos tienen por objeto las cosas sensibles en sí m i s m a s
y la fantasía sus imágenes (1). A m b a s opiniones las
tenemos por falsas; pues j u z g a m o s por una parte que
entre los fantasmas de la imaginación y las sensacio-
nes d é l o s sentidos externos hay diferencia esencial, y
por otra que la tal diferencia consiste en que los actos

(1) Sanseverino, Dvnamilogia, vol. I, pars specialis, cap. IV,


art. IV.
-94-
de los sentidos son intuiciones de objetos presentes y
los de la imaginación conocimientos abstractos de ob-
jetos ausentes, que no obran á la sazón en el sentido.
139.—Prueba de la i.'p.—i." Cada uno experimenta
en sí que se diferencian muchísimo el dolor sufrido
en alguna parte del cuerpo y su representación ima-
ginaria; pues el primero nos molesta y la segunda no.
Asimismo, de una manera muy diferente nos afecta
la vida real de un hermoso jardín y la vista imagina-
ria del mismo. Luego es evidente que entre la sensa-
ción de un objeto sensible y su representación fantás-
tica hay diferencia más que de grados y verdadera-
mente esencial. 2. El objeto de las representaciones
0

fantásticas son las cosas ausentes que muchas veces


no existen: el de las sensaciones por el contrario son
las presentes y actualmente existentes. Luego los ta-
les actos envuelven en sí esencial diferencia en la ma-
nera de representar y por lo tanto son esencialmente
diversos. Es verdad que la fantasía representa muchas
veces los objetos ausentes como si estuvieran presen-
tes: mas esto no la confunde en manera alguna con
los sentidos externos,-antes la distingue de ellos; por-
que en tales actos la imaginación se engaña, tomando
por cosa presente la que no lo es en realidad; lo cual
nunca puede acaecer á los sentidos mencionados, al
menos cuando obran normalmente y no de una ma-
nera sobrenatural.
140.—Prueba de la 2." p.—1.° Si la imaginación tu-
viera por objeto directo de sus actos perceptivos, no
los objetos externos, sino alguna imagen suya, á esta
imagen se referiría y no á los objetos dichos; pues to-
da potencia se refiere primariamente á lo que forma
el objeto directo de sus actos. Es así que la imagina-
ción en sus actos no se refiere á imagen alguna inte-
rior percibida por ella sino á los objetos externos,
-95-
corrió consta por la experiencia de lo que sucede á los
hombres tanto en él estado de vigilia, como en los de
sueño y de delirio, en que siempre se refiere la ima-
ginación á lo exterior solamente. Luego la imagina-
ción no percibe con sus actos imagen ó ídolo alguno,
sino que se refiere con ellos á los objetos exteriores
percibidos por los sentidos. 2 . Si el objeto de la
0

imaginación es una imagen de los objetos exteriores


y no estos mismos objetos, será preciso explicar quién
forma esta imagen y qué clase de entidad física es la
que á ella le pertenece. Es así que es imposible la tal
explicación, porque ni la forman los sentidos exter-
nos, ni la imaginación; y su entidad física ni se con-
funde con la sensación, ni se puede decir que sea cosa
distinta de ella. Luego la tal imagen es una cosa me-
ramente supuesta y así no puede ser objeto real de la
imaginación.
14T.—Que la tal imagen no sea producida por los
sentidos externos, es manifiesto; porque éstos no ha-
cen sino producir su acto perceptivo cuando se hallan
bajo la influencia del objeto. La especie con que son
determinados á la acción, pasa ciertamente al sentido
interno y es conservada por la fantasía; pero esta es-
pecie no entra como objeto en la producción de los
fantasmas sino como comprincipio eficiente, y así la
imagen en cuestión es cosa absolutamente distinta de
ella. Tampoco puede ser producida por la imagina-
ción misma; pues en tal caso la imaginación, para
percibir los objetos externos, se formaría primero un
ídolo de ellos y este ídolo sería lo que ella contempla-
ría, no los tales objetos, contra lo que sucede en rea-
lidad.
Además, qué la tal imagen no puede ser una sen-
sación, es cosa clara; porque muchas veces se forma,
cuando los sentidos externos no tienen presente el ob-
a—0,6 — 4

jeto, cómo en los casos de sueño y de delirio. V que


no puede ser considerada como una cosa distinta de
la sensación también es evidente; porque ¿qué otra
cosa puede ser y á qué prototipo actual se puede
referir? Dígase pues que la tal imagen es un puro
figmento y que la imaginación con sus actos no per-
cibe sino los mismos objetos que han sido en algún
tiempo percibidos por los sentidos externos (i).
142.—Si en algún sentido podemos decir que la
fantasía percibe los objetos del mundo externo, no en
si mismos, sino en sus imágenes, este debe ser en
cuanto que los tales objetos no necesitan estar pre-
sentes ni aun existir siquiera para ser imaginados,
una vez que hayan producido su especie en los sen-
tidos externos. Pero esto nada tiene que ver con la
cuestión que ahora nos ocupa; porque la tal especie
no es contemplada jamás por la imaginación, sino
que obra con ella para producir el fantasma. El fan-
tasma sí es una imagen real y verdadera; pero él
necesita su objeto, y de este objeto tratamos en la
cuestión presente, el cual no puede ser el mismo
fantasma. Con el fantasma de la imaginación nos
representamos, no las imágenes de las cosas ausentes,
sino estas mismas cosas. Luego el objeto de esta
potencia son las cosas mismas y no sus imágenes.
143. —Se dirá: Cuando un delirante toma por rea-
lidades los objetos imaginados lanzándose hacia ellos
como si fueran reales, algo objetivo contempla. Aho-
ra bien, este objetivo no puede ser otra cosa que una
imagen. Luego el objeto propio de la imaginación es
la semejanza ó imagen de los seres externos y no
estos mismos seres.
Respuesta.—Lo objetivo que contempla el delirante

(1) Véase el P. Cuevas, Psycologia, n. 27,


-97-
eñ estos casos, es una cosa real al menos en sus ele-
mentos componentes; solo que la fantasía se equivo-
ca juzgándola presente. A la fantasía de los delirantes
y de los que sueñan sucede lo que á los ojos de uno
que está en sano juicio y despierto cuando ve un ob-
jeto reflejado en un espejo: ambos perciben el objeto
inmediatamente en sí mismo, pero se equivocan atri-
buyéndole una presencia local que no le corresponde,
144.—Pero ¿no hay inconveniente en conceder á la
imaginación conocimientos abstractivos? La diferen-
cia entre los sentidos y el entendimiento está en que
los primeros no pueden tener sino intuiciones de los
objetos y el segundo conceptos abstractos. Luego la
imaginación, como potencia sensitiva, no puede abs-
traer de la existencia y por lo tanto debe versar sobre
alguna imagen actualmente presente ante sus ojos y
no sobre objetos ausentes.
Respuesta.—«Se niega semejante diferencia, respon-
de muy bien Suarez á esta dificultad; porque el cono-
cimiento abstractivo puede ser común al sentido y al
entendimiento (1).» La diferencia verdadera entre el
entendimiento y la imaginación consiste en que el
primero puede prescindir por completo de la existen-
cia de las cosas, concibiendo solamente su esencia ili-
mitada y abstraída de toda circunstancia de tiempo
y lugar; mientras que la imaginación siempre percibe
las cosas como existentes y concretas y por consi-
guiente como afectadas de sus particulares límites y
determinaciones propias. Los objetos de la imagina-
ción siempre son cosas materiales y limitadas por to-
das partes: ella podrá agrandar cuanto quiera sus
dimensiones, apartando más y más sus límites, pero
siempre, lo que conciba, será material, existente en un

(1) Suarez, de anima, lib. 3 , cap. 12, 11. 8.


Psicología,
-98-
lugar y tiempo determinado, concreto y completa-
mente limitado. Los objetos de la inteligencia son ver-
daderas razones universales, de las cuales están re-
movidos los límites por medio de la abstracción
precisiva; y por lo mismo distan infinitamente de los
objetos de la fantasía, los cuales son siempre finitos y
existentes, real ó imaginariamente, en un punto de-
terminado del tiempo y del espacio.

PROPOSICIÓN SEXTA.

La memoria sensitiva no solo percibe lo anteriormente


conocido sino también la razón concreta del tiempo
pasado.
145.—Observación.—Algunos filósofos juzgan que
la memoria sensitiva no percibe en manera alguna
la razón del tiempo, fundados en que este objeto
envuelve una relación y el sentido es incapaz de per-
cibir las relaciones (1). De aquí es que para explicar
la memoria de los brutos recurren á la consociacion
de las percepciones en virtud de la cual la reproduc-
ción de una de ellas llama á aquellas que en otro
tiempo le fueron compañeras y aliadas. «La memoria
de los brutos, escribe el P. Cuevas, no consiste en el
conocimiento de lo pasado como tal, puesto que un
acto de esta especie es intelectual y superior á las
fuerzas de todos los sentidos, sino en una nueva per-
cepción del objeto anteriormente conocido, la cual
tiene virtud para hacer que renazcan las percepcio-
nes que en otro tiempo acompañaron á la nuevamen-
te reproducida (2).» Esta doctrina la tenemos por
falsa y contra ella va dirigida la presente tesis, en

(1) Cuevas, Psycologta, n. 67.


(2) Cuevas, Cosmología, n. 85.
— 99 —
cuyo favor militan Aristóteles, Santo Tomas, Suarez,
y generalmente los escolásticos.
146.—Demostración.—1.° La razón concreta del
tiempo pasado es una cosa material singular. Es así
que los sentidos pueden percibir las cosas materiales
singulares. Luego la memoria sensitiva puede per-
cibir y percibe en efecto la razón dicha. 2." En tanto
no podría percibir la memoria sobredicha los objetos
materiales como pasados ó anteriormente conocidos,
en cuanto que para este conocimiento se necesitase
una comparación formal del tiempo pasado con el
presente y por lo tanto la idea general del tiempo.
Es así que el conocimiento de la razón concreta del
tiempo pasado no envuelve comparación formal
de un tiempo con otro, ni supone por consiguiente,
noción alguna general del tiempo; porque para esto
basta una comparación virtual come en todos los
demás juicios virtuales que forman las bestias. Lue-
go etc. 3.° Los animales conocen la relación concreta
de los medios con los fines, cuando con la estimativa
juzgan sobre la conveniencia de ciertas acciones que no
llevan consigo ni deleite ni pena, sin que este conoci-
miento arguya en ellos ideas universales ni verdadera
inteligencia. Luego también podrán conocer, con la
sola memoria sensitiva y sin necesidad de formar
idea alguna universal acerca del tiempo, la relación
concreta de lo pasado con lo presente.
147.—De aquí es que este ha sido siempre el modo de
pensar de los graneles sabios sobre la presente mate-
ria. Aristóteles en el libro de la memoria y de la remi-
niscencias expresa en este sentido: Santo Tomas dice
claramente que la memoria sensitiva percibe la razón
del tiempo pasado (2). Lo mismo enseña Suarez, di-

(2) Santo Tomas, Svmm. theol. 1. p, q. 78, art. 4.


—í no-
ciendo que el sentido puede conocer en concreto ó in
actu exercilo el tiempo pasado, recordando el lugar y
tiempo en que existió la cosa (i); y así podríamos ir
nombrando los demás autores de más nota.
148.—Sin embargo, no quiere decir esto que la
razón concreta del tiempo no pueda ser objeto del
entendimiento sino de sola la memoria sensitiva.
Esto, cuando más, será verdad hablando del objeto
directo del entendimiento; el cual, según algunos, no
conoce directamente los singulares materiales, pero
no tratándose del objeto en general; porque el en-
tendimiento en sentir de todos los filósofos conoce los
singulares dichos, y por lo tanto también el tiempo
pasado como tal, al menos con un conocimiento in-
directo. Y en este sentido debemos explicar á Santo
Tomás, cuando dice: «Si de ratione memoria; sit quod
ejus objectum sit praeteritum, ut prseteritum, memo-
ria in parte intellectiva non erit, sed sensitiva tantum,
quas est apprehensiva particularium. Prasteritum
enim, ut prasteritum, cum significet esse sub deter-
minato tempore, ad ccnditionem particularis per-
tinet (2)».

ARTÍCULO V.
Potencias intelectivas.
149.—Potencias intelectivas son aquellas facultades
cognoscitivas por las cuales nos distinguimos de los bru-
tos. Estas potencias son mucho más nobles y perfec-
tas que las sensitivas; pues por'ellas nos levantamos
á la sublime región del mundo ideal y suprasensible,
nos aproximamos á los espíritus puros en su modo

(1) Suarez, de anima, lib. 3 . cap. 1 2 , ti. 8.


(2) S . Thomas, Stimm. theol.i. p. q. 7 9 . art. 6,
— 101 —
de existir y de obrar independiente de la materia y
somos capaces, á imitación de Dios nuestro S e ñ o r , de
ejercer verdadero dominio en el m u n d o , sujetando á
nuestro poder las cosas de la tierra. S u existencia
nadie la puede poner en duda; pues es un hecho in-
contestable que con ellas concebimos ideas universa-
les, discurrimos acerca de Dios, del mundo y de nos-
otros mismos é inventan los hombres obras m a r a v i -
llosas, cosas todas que superan con mucho á las
fuerzas sensitivas, de los brutos. S u naturaleza espi-
ritual é inorgánica solamente es la que desconocen
algunos filósofos, no poniendo diferencia esencial
sino de grados entre ellas y las de los animales; por
lo cual han recibido el nombre de sensistas. Por tanto
antes de tratar sobre cada una de estas potencias en
particular, es preciso que demostremos la falsedad
del sensismo, haciendo ver la diferencia esencial que
media entre las potencias mencionadas y los sentidos
tanto internos como externos de los brutos.

§ I. FALSEDAD DEL SENSISMO.

150.—El sensismo, como acabamos de explicar,


consiste en no poner diferencia esencial sino de gra-
dos entre las potencias intelectivas del hombre 3' las
sensitivas de los animales. S e g ú n esta doctrina, nues-
tra inteligencia y razón no son otra cosa que el sentido
interno y la estimativa de los brutos llevados á un
cierto grado de desarrollo: que es lo que cabalmente
sustentan hoy dia los secuaces del darwinismo para
poder derivar al hombre del mono. Con ella cae por
tierra la espiritualidad de nuestra alma y el h o m b r e
con la muerte queda convertido en un puro montón
de ceniza, sin tener nada que esperar ni que tener
en la otra vida. P o r q u e si hasta su inteligencia y
razón dependen intrínsecamente de la materia en
el ejercicio de sus actos, el alma humana, lo mismo
que la de los brutos, no puede producir acto alguno
sin el auxilio de los órganos corporales y por tanto
debe naturalmente perecer con la disolución del
cuerpo, según lo dicho en la Cosmología (233). Para
demostrar pues la falsedad- de la doctrina sobredicha,
bastará que hagamos ver cómo las potencias intelec-
tivas de nuestra alma, á saber: la inteligencia, la razón,
la memoria y la conciencia, son espirituales é inorgá-
nicas. Ni es necesario que probemos esto de cada una
de ellas en particular; porque, como veremos más
adelante, entre ellas no existe distinción real y así
lo que se dice de una hay que afirmarlo de las otras
en esta materia. Sea pues la siguiente

PROPOSICIÓN.

Las potencias intelectivas son inorgánicas, de forma que


no proceden inmediatamente del compuesto como las
sensitivas, sino del alma.sola,y en ella residen como en su
propio sujeto.

151.—Demostración.—1.° Las potencias orgánicas,


como compuestas ele materia, que es principio de in-
duviduacion por excelencia (O. 141), no pueden natu-
ralmente percibir sino cosas materiales y singulares ó
individuas. Es así que las potencias intelectivas perci-
ben objetos inmateriales, como son por ejemplo Dios,
los espíritus, la virtud, la justicia, el honor, etc., y
universales v. gr. el bien, la verdad, la bondad, el ser,
el hombre, el caballo, etc. Luego las tales potencias no
son orgánicas sino espirituales.
152.—2. Las mismas cosas materiales, como son por
0

ejemplo el árbol, el león, la pantera, la piedra, etc., las


— io3 —
percibe el entendimiento á manera de universales, re-
moviendo de ellas los límites con su virtud abstractiva
y dándoles en su interior un modo de ser ideal mucho
más perfecto que el que pueden tener en sí propias.
Porque las cosas materiales en su ser natural se hallan
sujetas por necesidad á las condiciones variables, con-
contingentes y limitadas del tiempo y del espacio,
mientras que en cuanto representadas idealmente ad-
quieren un carácter de inmovilidad, necesidad ó infi-
nidad propio de lo perteneciente á los espíritus. Luego
la inteligencia humana, á cuyo natural modo de obrar
deben ellas tal modo de ser espiritual, es también en
sí misma espiritual y superior á todo organismo cor-
póreo; porque de otra manera no podría imprimir á
sus actos las cualidades tan perfectas, de que ella
misma careciese.
15-5.—La facultad orgánica con la acción demasiado
fuerte del objeto sufre lesión y se hace menos apta
para percibir los objetos; porque entonces pierde el
órgano el temperamento conveniente para las funcio-
nes vitales. Además, es de tal manera pasiva, que su
acción se halla completamente determinada por el
influjo del objeto exterior que obra físicamente sobre
ella. Finalmente, no puede percibir sino aquellas
cosas que imprimen en ella su acción obrando sobre
los órganos del cuerpo. Es así que en la inteligencia
sucede todo lo contrario: porque cuanto mayor es la
evidencia de las cosas conocidas por ella, tanto más
apta se hace para percibir otras nuevas; en la contem-
plación de los objetos no se halla meramente pasiva,
sino que reacciona sobre ellos con la análisis y la sín-
tesis infiriendo de estemodo unasverdadesdeotras y
creando con su actividad las ciencias;,finalmente su
mirada escudriñadora no se limita á las cosas materia-
les y concretas que actúan sobre los sentidos, sino que
— 104 —
pasa mucho más adelante, investigando las esencias de
las cosas, estudiando las relaciones de unas con otras,
subiendo al mismo fundamento de todas ellas, que es
Dios absolutamente inaccesible á los sentidos, pene-
trando en la región de la posibilidad pura, etc. etc.
Luego las potencias intelectivas son totalmente diver-
sas de las sensitivas y orgánicas; } en su constitución
r

interna no entra de ninguna manera la materia, sino


que son intrínsecamente espirituales.
154.—4. En virtud de las potencias intelectivas el
0

hombre hace una reflexión total sobre sí mismo; de


manera que, no solo percibe con una potencia los actos
ejercidos por otra, lo cual pueden hacer los animales,
sino que con el entendimiento revuelve sobre el mismo
entendimiento y sobre sus actos pensando en ellos é
investigando su intrínseca naturaleza. Es así que tan
grande perfección no puede convenir á sentido alguno;
pues el objeto propio de todo sentido es una cesa ma-
terial y menos perfecta que los actos perceptivos, los
cuales son de un orden más alto y se aproximan más á
la espiritualidad de losseresinmateriales(i). Luego etc.
Dice muy bien Suarez á este propósito: «Así como
el cuerpo no puede moverse á sí mismo primaria-
mente y de por si, ó sea según una misma parte; de
la misma manera la potencia corpórea, (cual es la de
iodo sentido), no puede reflejar sobre sí propia cono-
ciéndose á sí misma. Por consiguiente cuanto mayor
y más sutil sea esta reflexión, tanto más espiritual
será la facultad que la practique. Porque el entendi-
miento no solo refleja sobre sí mismo sino sobre su
propio acto; pues conoce que conoce y con cuánta cer-
teza y evidencia ha conocido, é inquiere sobre la
esencia de este conocimiento y reflexiona sobre los

(r) Suarez, de anima, lib. 3 , cap. i r . n. 3 .


- i o s -
principios de tal acto; cosas todas que en ninguna
manera pueden ser atribuidas á una facultad orgáni-
ca, cual es la estimativa ó cogitativa (i).»
155.—5.°" El objeto del entendimiento es el ser en
toda su latitud, como explicaremos más adelante. Es
así que una potencia de objeto tan lato y tan univer-
sal no puede ser orgánica: primero, porque por razón
de su naturaleza material y limitada no puede me-
nos de estar también limitada y circunscrita á un
cierto número de objetos; segundo, porque la misma
potencia intelectual de los espíritus más puros no
puede versar sobre un objeto más amplio, siquiera lo
conozca de una manera más perfecta por razón de su
espiritualidad más pura; tercero finalmente, porque,
como nota Santo Tomas (2), todo conocimiento en
los seres nace de cierto grado de inmaterialidad, por
el cual se hacen aptos para recibir en sí por vía de
representación las formas de otros seres. Por donde
cuanto mayor sea el número de objetos á que pueda
extenderse una potencia, será tanto más inmaterial,
porque podrá recibir en sí las forma de más seres; y
siendo el entendimiento humano capaz de recibir las
formas de todos los seres cognoscibles, su inmateria-
lidad debe ser absoluta, de suerte que en sus actos
sean intrínsecamente independientes de la materia.
Las inteligencias de los Ángeles, como más inmateria-
les que nuestra alma, serán capaces de recibir las for-
mas representativas de los objetos de una manera más
simple y más perfecta que ella. Pero en lo de tener
aptitud intrínseca para recibir en sí las formas de toda

(1) Suarez, de anima, lib. 1. cap. 9, n. 1 1 .


(2) Santo Tomás, Summ. theol. 1. p. q. 14, art. 1.; de Ve-
rítate, q. 2, art. 2. Véase el P. Toledo en su Comentario al
artículo de la Suma aqui citado.
—' i o6-.—•
clase de seres conviene nuestra inteligencia con las de
todos los puros espíritus y por tanto es inorgánica ó
intrínsecamente independiente de la materia en el
ejercicio de sus actos intelectuales lo mismo que ellas.
Luego etc.
156.—6.° Si la inteligencia, fuera una potencia orgá-
nica, no podría juzgar sino según las apariencias de
-las cosas. Porque su acción seria necesariamente de-
terminada por la impresión que los objetos materia-
ríales hiciesen en el órgano; como vemos acaecer á los
brutos, que por esta causa, son tan fácilmente enga-
ñados por los hombres. Es así que nuestra inteligen-
cia juzga muchas veces en manera diferente de lo que
le anuncian los sentidos y corrige las apreciaciones
torcidas de estas potencias. Porque, si la fantasía por
ejemplo nos representa á los Angeles como á unos
jóvenes alados y á Dios como un fluido inmenso di-
fundido por todas partes; la inteligencia corrige este
juicio y dice que Dios es puro espíritu y el Ángel una
cosa distinta de toda realidad corpórea: si los ojos nos
dicen que el Sol no tiene sino pié y medio de diámetro,
que un palo sumergido en el agua está quebrado, que
un objeto cuyos rayos visuales se reflejan en un espejo
ó se refractan en una lente se halla en cierta parte
del espacio; la inteligencia va contra todas estas apa-
riencias y pronuncia con la mayor seguridad que .el
Sol es mucho mayor que la Tierra, que el palo sobre-
dicho no está quebrado sino recto, que el objeto puesto
ante los ojos no ocupa el lugar que estos le señalan
sino otro muy diferente. Luego etc.
157.—7. Finalmente, la libertad de nuestra volun-
0

tad es una prueba manifiesta y evidente de la natura-


leza inorgánica así de esta facultad misma como de
las potencias intelectivas por las cuales está inmedia-
tamente dirigida. Porque si la voluntad es una poten-
— 107 —
cía espiritual é intrínsecamente independiente de la
materia en el ejercicio de sus funciones, esta misma
espiritualidad debe convenir á la inteligencia que es
su motor nato y la luz que le sirve de guia. Ahora
bien; la libertad es imposible en una potencia orgá-
nica; porque toda potencia de esta clase, como com-
puesta de un elemento material, está por naturaleza
inclinada á una sola cosa en sus actos y por lo mismo
no tiene dominio sobre ellos para poder ejercerlos ó
dejarlos de ejercer á su arbitrio. Luego es manifiesto
que la inteligencia humana es inorgánica.
Añádase á esto que la libertad se encuentra en los
seres cuyas potencias intelectivas son manifiestamen-
te inorgánicas, cuales son Dios y los espíritus puros,
y falta en aquellos cuyas potencias cognoscitivas son
claramente orgánicas, cuales son los brutos. Luego la
razón pide que á nuestra alma la coloquemos entre
los seres de la primera clase, pues es verdaderamente
libre como los espíritus en muchas operaciones.
158.—Dicen los sensistas: i.° Cuando pensamos mu-
cho sobre alguna cosa, se nos cansa la cabeza, lo mis-
mo que si hubiéramos estado haciendo grandes es-
fuerzos con la imaginación. Luego tan orgánica es la
inteligencia como la fantasía. 2 . La inteligencia hu-
0

mana en tal manera depende de los sentidos externos


que ninguna idea puede adquirir sin su auxilio. De
aquí aquel axioma tan recibido entre los antiguos:
Nada hay en el entendimiento, que antes no hubiere es-
tado en el sentido. Y es cosa averiguada que quien ca-
rece de algún sentido, por ejemplo el de la vista ó el
del oido, no puede formarse ideas sobre las cosas per-
tenecientes á aquel sentido. Luego señal es que entre
los sentidos y la inteligencia no existe diferencia esen-
cial sino de grados y que tan orgánica es esta segunda
come aquellos primeros, 3.° Esta misma dependencia
— io8 —
tiene con respecto á la imaginación: porque sin los
fantasmas de esta facultad no puede ordinariamente
pensar en nada, ni aun siquiera sobre los objetos an-
teriormente pensados. De aquí nace el diferirse el uso
de la razón en los niños, el irse aumentando en los
adultos y el faltar por completo en los fatuos, en los
amentes y en los decrépitos. Luego esto también sig-
nifica que nuestra inteligencia es tan orgánica como
otra potencia cualquiera. 4. Entre los fantasmas de la
0

imaginación y las ideas del entendimiento no hay más


diferencia que entre estos mismos fantasmas- y las
percepciones de los sentidos externos. Porque si el
entendimiento prescinde de los límites que van siem-
pre anejos á los objetos de la fantasía, ésta á su vez
prescinde de los que pertenecen á los de los otros sen-
tidos. Porque ella también hace abstracción de las
particularidades con que percibe cada sentido su ob-
jeto propio y lo reviste de otras cualidades nuevas,
llegando hasta á formarse el fantasma de un cuerpo
matemático destituido de color, sabor, peso, resisten-
cia, etc. Luego debemos concluir que la inteligencia
no.es sino una potencia más perfecta que la imagina-
ción pero del mismo género; así como sucede esto
con la imaginación respecto de los sentidos externos.
5. Con razón pues podemos decir que nuestras ideas
0

no son otra cosa que sensaciones trasformadas ó bien


ciertas percepciones sensibles que superan en perfec-
ción á las de la fantasía pero sin salir de la esfera de
sensibles; lo mismo que los actos de esta facultad son
superiores á los de los sentidosexternos pero sin de-
jar de ser materiales y orgánicos.
159.—Estas son las principales razones en que los
sensistas fundan su inmundo sistema, queriendo re-
bajar al hombre á la humilde condición de los brutos
para tener el gusto de poder vivir y morir como ellos
sin cuidarse de otra cosa que de los placeres sensuales.
Veamos de responder á cada una de ellas con la ma-
yor claridad y brevedad posibles. Y comenzando por
la primera, .decimos que el cansancio de la cabeza no
viene del ejercicio de la inteligencia precisamente sino
del de la imaginación, la cual debe elaborar los fan-
tasmas á dicha facultad para que concurran con ella
á la producción de sus ideas. Porque los fantasmas
de la imaginación influyen de alguna manera en los
actos intelectuales y por tanto deben preexistir en la
fantasía para que puedan ejercer su influjo. Por con-
siguiente el fatigársenos la cabeza cuando pensamos
intensamente en alguna cosa, no prueba nada en con-
tra de la tesis por nosotros defendida; porque es cosa
de la imaginación y no de la inteligencia.
ióo.—Tampoco tiene valor alguno la segunda razón. •
La dependencia que el entendimiento tiene con res-
pecto á los sentidos, mientras nuestra alma se halla
unida al cuerpo, no es intrínseca y directa sino extrín-
seca é indirecta. Necesita de los sentidos y de la ima-
ginación como de criados que le traigan la materia,
por decirlo así, con que ha de fabricar sus artefactos;
á la manera que un pintor necesita para producir sus
pinturas del concurso de su criado que le prepara los
colores y le suministra los lienzos donde ha de es-
tampar sus imágenes. Si el criado no prepara los
colores ni trae lienzos al amo para que pinte en ellos
sus ideales, el pintor permanecerá ocioso. Pues de la
misma manera, si los sentidos externos no perciben
los objetos del mundo exterior; los tales objetos no
llegarán á la inteligencia ni podrán obrar en ella exci-
tándola y determinándola á concebirlos. Porque el
objeto ha de influir en la producción de nuestras
ideas lo mismo que en la de las sensaciones y en la
de los fantasmas, y no tiene otro medio de hacer
— lio— '
llegar su acción á la inteligencia,, mientras nuestra
alma está unida al cuerpo, sino el de imprimir su
especie en los sentidos, logrando de este modo ser
representado por la imaginación. De aquí el que,
cuando uno viene al mundo destituido de algún sen-
tido, carezca siempre de las ideas correspondientes á
las percepciones de aquel sentido.
ibi.—Y esto quiere decir solamente aquel famoso
axioma alegado en la objeción, en que se dice que
nada hay en el entendimiento que no haya estado antes.
en el sentido. El tal axioma no significa-que nuestro
entendimiento sea incapaz de percibir cosa alguna
que no haya sido primeramente conocida por los
sentidos externos; pues hasta la misma estimativa de
los brutos mediante las especies que le suministran
los sentidos dichos percibe en sus objetos algunas
cualidades á que ellos no alcanzan, como hemos
notado más arriba (119). Lo que solo quiere decir es
que nuestra inteligencia en la formación de sus ideas
depende de los sentidos y por lo tanto nada puede
percibir que de algún modo no le haya sido suminis-
trado por estas potencias. Por donde debe distinguir-
se en esta forma: Nada hay en el entendimiento por
vía de objeto, que no haya existido también de algún
modo por vía de objeto en el sentido; lo concedo. Nada
hay en el entendimiento absolutamente que no haya
sido primero percibido de una manera formal y ex-
presa por el sentido, lo niego.
162.—Con esto ya podemos responder á la terce-
ra dificultad, la cual en realidad no es distinta .de
la segunda. Aunque la inteligencia humana, mientras
está unida al cuerpo, necesita de los actos previos
de los sentidos y de la imaginación para formar sus
ideas, no por eso es material y orgánica como estas
potencias. Porque el objeto sobre que versa, no es
— íti —
material y concreto como el suyo, sino espiritual,
universal y abstracto como el de los espíritus. Depen-
de ciertamente de los sentidos y dé la imaginación
para producir sus actos, y en esto se diferencia de la
inteligencia angélica; lo cual nace de que los ángeles
son sustancias espirituales completas é incapaces por
lo mismo de informar cuerpo alguno, mientras que
nuestra alma es por su naturaleza forma del cuerpo y
por tanto está ordenada de suyo á informar una ma-
teria constituyendo una parle del compuesto humano.
Pero esta dependencia no es esencial é intrínseca sino
natural y externa; porque toda ella está reducida á que
los sentidos le suministren la materia sobre la cual
haya de fijar primariamente su atención, aunque per-
cibiéndola de una manera espiritual é inorgánica, y á
que la imaginación le aproxime esta materia concu-
rriendo con sus fantasmas á la producción de sus
ideas, cosas ambas que pueden ser suplidas en otra
forma por el Criador cuando el alma se vea separada
del cuerpo, y que deben serlo en efecto por razón del
nuevo modo de ser que con la separación ha de sobre-
venir á nuestra alma.
163.—En virtud de esta dependencia que tiene la
inteligencia con respecto á la fantasía, sucede que se
difiere en los niños el uso ele la razón, se aumenta en
los adultos, y se destruye en los fatuos, en los amentes
y en los decrépitos. La virtud intelectiva en sí misma
no sufre aumento ni disminución en esta clase de per-
sonas; porque es inorgánica y no consta de materia
alguna. Lo que se crece ó se disminuye ó aun perece
por completo en ellas, es el uso de dicha facultad por
el aumento, disminución ó falta completa de fantas-
mas que pueden tener en algún tiempo á causa de
hallarse impedido el uso de la fantasía, que es facul-
tad orgánica é intrínsecamente dependiente de las
'• - — l l á —

disposiciones, del cuerpo. Cuando no faltan estos fan-


tasmas, la inteligencia ya forma también sus ideas
universales, sea cual fuere la edad del hombre que la
posee. Y asi se ve muchas veces que en medio de la
debilidad y de las enfermedades del cuerpo la inteli-
gencia permanece robusta, porque la imaginación
está bastante sana para producir sus fantasmas ó re-
presentaciones imaginarias.
164.—La cuarta razón no deja de tener alguna apa-
riencia; pero se suelta con reflexionar un poco sobre
los diversos modos de prescindir usados naturalmen-
te por la imaginación y por la inteligencia. Aquélla
deja siempre su objeto concreto, contingente, material
y finito, sin poder nunca sacarlo de las condiciones
esenciales á todo cuerpo: ésta por el contrario con su
abstracción espiritual prescinde por completo de to-
das las circustancias individuales de la materia y los
reviste de los caracteres inmateriales de universali-
dad, necesidad, é infinidad propios de los espíritus y
contempla ademas todo un mundo de seres espiritua-
les á donde ni por asomo puede llegar sentido alguno.
Por tanto la diferencia que reina entre la inteligencia
y la fantasía, no es simplemente de grados sino esen-
cial, como fundada en la perfección de una y otra fa-
cultad totalmente diversa. No sucede así respecto de
la diferencia que existe entre la imaginación y los sen-
tidos; porque el objeto de todas estas facultades es
siempre uno mismo, aunque percibido de una manera
algún tanto más perfecta por la fantasía.
165.—La quinta dificultad ya queda del todo suelta
con lo dicho en los números anteriores, ni se ofrece
en ella un argumento nuevo. Condillac quiso expli-
car el origen de nuestras ideas, reduciéndolas á sim-
ples sensaciones más ó menos perfectas y haciendo
de nuestro entendimiento una potencia sustancial-
-liS-
mente igual á la de los brutos. Pero su vanísimo sis-
tema ya se ve c u a n fútil y absurdo es con lo que
dejamos escrito en este párrafo. Al hablar sobre el
origen de las ideas trataremos de él más detenida-
mente; por ahora baste lo dicho para ver su completa
insubsistencia.
166.—ESCOLIO.—Disputan los filósofos sobre el gra-
do de dependencia que tiene nuestro entendimiento
con respecto ala fantasía en la producción desusactos-
Algunos piensan que esta dependencia está reducida
á que el entendimiento no pueda adquirir las especies
inteligibles de los objetos sin el influjo actual de los
fantasmas que concurren con él á producirlas. Pero
en el uso ulterior de estas especies no creen que sea
necesario el concurso de la fantasía. Fúndanse para
opinar de este modo en que la imaginación puede hacer
uso de las especies ya adquiridas, sin que sea necesa-
rio para ello el ejercicio de los sentidos exteriores,
concluyendo de aquí que esto mismo se debe afirmar
del entendimiento con respecto á la facultad dicha.
A esto añaden que el entendimiento, adquirida la
idea ó especie de un objeto, ya tiene virtud plena para
pensar en él y por lo tanto no necesita de fantasma
alguno para hacer uso de ella. Finalmente en favor
de su opinión alegan la experiencia; pues en los rap-
tos y éxtasis dicen que el alma entiéndelos objetos
sin representación imaginaria de ninguna clase.
167.—Ciertamente esta doctrina no deja de ser sóli-
damente probable, como lo prueban las razones nada
despreciables que acabamos de indicar; y en su favor
tiene el testimonio de Santa Teresa, la cual en mate-
ria de raptos y éxtasis merece todo crédito (1). Sin

(t) Santa Teresa de Jesús, Castillo interior, Morada sexta,


cap. 8, n. 2.; cap. 10. n. 2.
Psicología. g
—'íí-4— -
embargo la doctrina común y sin duda también más
probable es que el entendimiento no puede natural-
mente hacer nunca uso de las especies adquiridas sin
que concurran de nuevo los fantasmas de la ima-
ginación; y así lo enseñan expresamente entre otros
Aristóteles (i), Santo Tomas (2) y Suarez (3). Las razo-
nes principales en que seapoyanson dos, ambas saca-
das de la experiencia. La primera consiste en que im^
pedida por cualquiera causa la operación del cerebro
con que produce el alma las representaciones fantás-
ticas, como sucede en los casos de apoplegía, letargo,
sueño profundo, etc., las operaciones del entendimien-
to también se suspenden: lo cual no sucedería, si esta
potencia pudiera hacer uso délas especies dichas sin
el concurso de la fantasía. La segunda es, que cuantas
veces pensamos en alguna cosa, aun espiritual y ya
en otro tiempo pensada, sentimos representársenos
en nuestro interior algo corpóreo que aparece allí
como símbolo ó imagen de lo que pensamos idealmen-
te con la inteligencia; lo cual es signo de que esta facul-
tad en el estado presente de nuestra alma no puede
pensar en nada sin que le acompañe la representación
imaginaria de aquel mismo objeto.
168.—El Padre Losada añade otra razón a priori
tomada de la interna naturaleza del alma; la cual, por
ser forma del cuerpo, no puede naturalmente en el
estado de unión producir acto alguno que no perte-
nezca en alguna manera á todo el compuesto. «Es una
ley general de la naturaleza, escribe, que "ninguna
forma produzca operación alguna inmanente, la cual
no dependa en algún modo del sujeto de esta misma

(1) Aristóteles, lib. 3 . de anima, cap. 8, text. 3 9 .


(2) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q, 8 4 , art. 7.
(3) Suarez, de anima, lib. 4. cap. 7.
—115 —
forma, como se ve por inducción considerando las
otras formas tanto sustanciales como accidentales.
Como pues la intelección en el estado presente no
puede, porser espiritual, depender del sujeto del alma
ó sea del cuerpo como de sustentante ó de cosa que
influya en ella de otra manera alguna, es necesario
que dependa de alguna operación corpórea como de
condición previa ó concomitante ó subsiguiente. El
alma racional en efecto no debe depender menos del
cuerpo en sus operaciones que en su existencia. Ahora
bien; en ésta de tal suerte depende del cuerpo como
de condición, que ni puede ser criada fuera de él, ni
existir en parte alguna sin su compañía, mientras
dura este estado de unión. Luego este mismo género
de dependencia deberá tener con respecto á todas sus
operaciones, de forma que no las pueda ejercer sin el
ejercicio de alguna facultad corpórea. Por tanto esta
dependencia en el entendimiento que se halle ya su
posesión de la especie del objeto no proviene de falta
de virtud sino de la condición de su estado. El alma
separada, así como en su existencia no depende del
cuerpo, tampoco en sus operaciones; porque entonces
ya no ejerce el oficio de forma sino de espíritu (i).»
Santo Tomas funda esta dependencia en que el uni-
versal, que es el objeto propio y directo del entendi-
miento, no lo podemos entender sino por abstracción
del singular, el cual pertenece á los sentidos, conclu-
yendo de aquí que para pensar de hecho en un objeto
cualquiera necesita el entendimiento la previa pro-
ducción de la representación imaginaria (2).

(1) Losada, de anima, disp. 7. cap. 2. n. 4 4 .


(2) S . Tomas, Summ. theol. 1. p. q . 8 4 , art. 7.
§ II. NATURALEZA, OBJETO Y ACTOS DEL E N T E N D I -
MIENTO HUMANO.

169.—Tres son, como se ve, las cuestiones que se


han de tratar en este párrafo. La primera se refiere á
la naturaleza de nuestro entendimiento; en la cual
yerran por una parte los poligenisias modernos, para
quienes hay tantas especies de hombres cuantas son
las razas del género humano, y por otra los averroistas
los cuales piensan que todos los hombres del mundo
tienen un mismo entendimiento no solo especifico
sino también numérico. La segunda versa sobre
el objeto de nuestro entendimiento y sobre la manera
con que esta facultad conoce los objetos así universa-
les como singulares: en cuya resolución no están
acordes los filósofos; pues mientras el Angélico Doc-
tor no le atribuye sino un conocimiento indirecto y
secundario de los singulares, Suarez sostiene que este
conocimiento es en él directo y anterior al de los uni-
versales. La tercera finalmente pertenece á la natura-
leza del acto cognoscitivo llamado verbo y á la del
juicio, sobre cuyas materias hay también diferentes
opiniones entre los autores. Para exponer con la ma-
yor claridad y brevedad posibles lo que nos parece
más fundado en estas difíciles cuestiones, trataremos
de probar las proposiciones siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.
El entendimiento humano es específicamente uno
y numéricamente múltiple,
170.— Demostración de la iS p.—1.° Todas cuantas
razas de hombres pueblan la haz de la tierra, tienen
ideas universales, como lo muestran claramente sus
— 117 —
obras de industria, su aptitud mayor ó menor para
las letras, artes y ciencias, su capacidad de progresar
en la via de la civilización, siempre que se hallan
puestas eñ circunstancias convenientes. Es así que
la formación de las ideas universales es la que carac-
teriza y especifica al entendimiento humano: pues
por estas ideas es como se distinguen los hombres de
los brutos, los cuales obran guiados por conocimientos
particulares y concretos y por esta causa son incapa-
ces de progreso alguno en sus obras. Luego es cosa
manifiesta y evidente que el entendimiento de todos
los hombres es específicamente uno.
171.—2. En todos los hombres del globo se advier-
0

te cierta tendencia espontánea á asociarse unos con


otros y á comunicarse sus ideas y afectos por medio
del habla. Ademas, todos son capaces de aprender
la lengua hablada por los de otras tribus y á comuni-
car por medio de ella sus pensamientos, como si fuera
la suya propia. Luego en todos existe manifiesta-
mente una misma clase de inteligencia; pues de otra
manera esta comunicación de pensamientos por una
misma clase de signos convencionales y esta inclina-
ción expontánea á comunicarlos serían imposibles,
como se ve entre los animales y los hombres y entre
los animales mismos que pertenecen á diferentes
especies.
172.—3. La inferioridad que se nota en algunos
0

pueblos, como los negros, los bosquimanos, los aus-


tralianos, etc., por parte de su inteligencia, no es
motivo suficiente para que supongamos con los poli-
genistas ser esta facultad en ellos específicamente
inferior á la nuestra. Primero; porque en todas estas
razas hay hombres de tan buena y aun mejor inteli-
gencia que muchas de las europeas. Segundo; porque
discurriendo de otro modo, deberíamos decir que
— lig-
ios antiguos galos y germanos, por ejemplo, padres
de los actuales franceses, alemanes y prusianos, difie-
ren específicamente de estos sus descendientes por
razón de su inteligencia. Tercero; porque esta misma
diferencia específica deberíamos reconocer entre los
miembros de unas mismas familias y tribus, por
razón de ser mucho mayor la distancia que hay por
esta parte entre ellos que la que media entre varios
de ellos y otros pertenecientes á las tribus que llaman
degradadas; porque también entre estas tribus se han
visto hombres de esclarecido ingenio, siquiera no
abunden tanto como entre las civilizadas. Cuarto
finalmente; porque la degradación de las tribus hay
que atribuirla, no á disminución alguna de fuerza
intelectual propiamente dicha, la cual es simple y por
lo tanto no admite en su entidad intrínseca variación
alguna, sino á las condiciones extrínsecas del medio
en que el hombre se desarrolla, las cuales influyen en
el alma obrando en el organismo. Porque una misma
inteligencia, según sean más ó menos perfectos los
fantasmas de la imaginación, la cual es una potencia
orgánica, formará también con mayor ó menor per-
fección sus ideas. Luego etc. (i).
173.—Demostración de la 2.° p.—1.° Si el entendi-
miento humano fuera numéricamente el mismo en
todos los hombres, una sería también de la misma
manera el alma racional de todos ellos. Porque el en-
tendimiento ó se identifica realmente con la sustancia
del alma, según la opinión de los que no admiten
distinción real entre el alma y sus potencias, ó es una
emanación suya recibida en ella misma, y por tanto

(1) Puede verse sobre esto nuestra obra «Là Religion cató
lica vindicada de las imposturas racionalistas,» cap. X X V I ,
pag. 668 y siguientes.
•— 11Q —
el alma racional de donde emane y en donde exista
será también necesariamente una, Es así que en cada
uno de nosotros es numéricamente distinta el alma
racional; puesto que el alma racional es la forma
sustancial del compuesto humano, como se probará
más adelante y es imposible que resulten muchos
compuestos humanos ó individuos racionales, sin que
la forma sustancial de cada uno sea numéricamente
distinta de la de los demás. Luego es evidente que
el entendimiento humano es numéricamente distinto
en cada hombre.
Si el entendimiento humano fuera numéricamente
el mismo en todos y cada uno de los hombres, en
realidad no habría sino una sola alma racional unida
á muchos trozos de materia. Luego no habría verda-
dera multiplicidad de individuos humanos sino uno
solo con diferentes partes materiales; al modo que
la unión del alma con las diferentes partes del cuerpo
no hace que haya muchos individuos racionales sino
uno solo que se sirve de ellas como de otros tantos
instrumentos.
174.—2. En la hipótesis averroística un mismo
0

entendimiento existiría en tantos lugares cuantos


son los diferentes individuos humanos y esto peren-
nemente desde que ha comenzado á existir el género
humano. Es así que este no puede tener lugar sino
en la doctrina panteista de que los particulares espí-
ritus no son otra cosa que ciertas manifestaciones
limitadas del espíritu universal é infinito; porque
ningún espíritu finito puede tener tal modo de exis-
tencia. Luego el entendimiento universal de Averroés
es una quimera tan absurda como el panteísmo que
en ella se encierra. Así se explica cómo Cousin ha
querido en nuestros tiempos resucitar la doctrina
de Averroes. Porque Cousin era panteista y por tanto
— 120 —
no podía menos de abrazar el error del filósofo ma-
hometano.
3.° Si- uno mismo fuera el entendimiento que
existe y piensa en todos los hombres, cada uno ten-
dría en sí mismo los pensamientos de todos y así
sería imposible la diversidad de pareceres entre unos
y otros; porque todos pensarían una misma cosa.
El cuerpo de cada hombre sería un simple instru-
mento para que el entendimiento universal existente
en todos ellos fuese excitado á formar estas ú otras
ideas; pero siempre las ideas formadas estarían en el
solo entendimiento dicho y por lo mismo cada hom-
bre tendría conciencia de ellas. Sucedería en tal caso
con los diversos hombres lo que ahora acaece á nues-
tra inteligencia en orden á los diversos sentidos de
nuestro cuerpo. Pues por razón déla unión física que
tendría con ellos, recibiría de cada uno ocasión para
producir dentro de sí mismo varias ideas; como por
razón de la unión física que tiene nuestra alma con
los diversos sentidos, es incitada por cada uno de
ellos á formar diversos conceptos. Pero siempre las
ideas estarían en solo ella y así cada hombre, cuya
parte racional estaría constituida por este entendi-
miento, tendría en sí las ideas de todos, pensaría
como los demás y no podría disputar con ellos. Ahora
bien; excusado es decir que todo lo contrario sucede
entre los hombres. Luego es una cosa tan clara como
la luz del dia que el entendimiento con que piensa
cáela'uno, es real y verdaderamente distinto del de
los demás.
175.'—4. En la hipótesis mencionada no solo el en-
0

tendimiento sino también la voluntad seria una mis-


ma para todos los hombres; porque la voluntad co-
rresponde al entendimiento y si éste es universal,
ella también lo debe ser por fuerza. Es así que en los
— 121
hombres hay diversidad de voluntades como la hay
de pareceres. Luego la tal hipótesis es manifiesta-
mente absurda.
176.—Dicen los averroistas: i.° Si los entendimien-
tos de ios hombres fuesen particulares y distintos unos
de otros, las ideas de cada uno serían también parti-
culares y distintas y así no podríamos conocer con
ellas las ideas universales sino solo los particulares:
2. En tal caso no sería una misma la verdad que co-
0

nocemos todos los hombres; porque el entendimiento,


al entender algún objeto, se hace una misma cosa con
él y por consiguiente los objetos conocidos deberán
ser tan distintos entre sí como los mismos entendi-
mientos. 3." Cuando uno enseña á otro una ciencia,
no produce la verdad en él; porque de lo contrario
con su ciencia produciría en el discípulo otra ciencia,
al modo que un fuego con su calor produce en el leño
otro calor, lo cual es un absurdo. Luego debemos de-
cir que el maestro no hace otra cosa cuando enseña
que traspasar sus ideas de su mente á la del discípulo;
lo cual significa que esta mente es en uno y otro nu-
méricamente la misma.
177.—Estas son las razones principales en que fun-
daban los averroistas su absurdo sistema. No tenemos
necesidad de grandes esfuerzos para hacer ver su nu-
lidad. A la primera se responde que las ideas, subjeti-
vamente y en sí mismas, todas son cosas particulares,
ora existan en el entendimiento universal soñado por
Averroes, ora en los particulares y finitos. La univer-
salidad de una idea se toma, no de su entidad física,
sino del objeto sobre que versa. Por consiguiente,
aunque nuestros entendimientos sean entidades par-
ticulares, ya podrán percibir objetos universales, si se
hallan revestidos de ideas subjetivamente particulares
y objetivamente universales.
— 122 — ,
178.—Á la segunda decimos que el objeto conocido
no se hace una misma cosa físicamente con el entendi-
miento que lo conoce sino inlencionalmente ó sea por
via de representación. La intelección se ejecuta unién-
dose el entendimiento con la cosa conocida por medio
de una imagen ideal suya, que es el acto cognosci-
tivo. Este acto en razón de imagen, expresa la misma
forma que el objeto conocido y bajo este aspecto se
puede decir que es una misma cosa con él; mas, en
razón de conocimiento, es la misma mente conocien-
do el objeto y por tanto se distingue de él real y ver-,
daderamente. Por lo cual ya se ve cómo, por razón
de las dos propiedades, subjetiva y objetiva, que
encierra en sí el dicho acto, el entendimiento cognos-
cente se hace en cierta manera una misma cosa con
el objeto conocido, sin que para esto hayamos de
apelar á la idea panteística y averroística de hacer
uno mismo el entendimiento de todos. Cuando mu-
chos hombres miran con sus ojos corporales un objeto
visible cualquiera, ¿no se une su potencia visiva con
él directamente mediante el acto visivo, que es una
imagen intencional suya? Pues esto mismo sucede
con el acto cognoscitivo del entendimiento.
179.—La tercera finalmente se refuta diciendo que
el maestro causa instrumentalmente en el discípulo las
ideas por él adquiridas con la enseñanza; al modo que
el médico causa la salud del enfermo con las medici-
nas ayudando á la naturaleza. La verdad objetiva con-
templada por el maestro y el discípulo es una misma,
pero no los actos cognoscitivos con que cada uno de
ellos la contempla y en que consiste la ciencia. Estos
actos los produce el maestro en el discípulo, como sa-
biamente advierte Santo Tomás (1), aplicando ordena-"

(t) «Cuna autem aliquis, escribe en la Suma Teológica (.1.


-123-
damente los principios generales, que el discípulo ya
conoce antes de ponerse á estudiar, á otros objetos
más recónditos y oscuros; de modo que quien produ-
ce físicamente la ciencia en el discípulo, es el mismo
discípulo con su natural actividad intelectiva, y al
maestro solo se le debe la dirección de esta actividad
mediante la ordenada proposición de las verdades ob-
jetivas que va ofreciendo sucesivamente á su consi-
deración (i).

PROPOSICIÓN S E G U N D A .

El objeto adecuado de nuestro entendimiento es el ser


considerado en toda su latitud; pero el connatural ó pro-
porcionado, mientras se halla el alma unida con el cuer-
po, está constituido por las esencias de las cosas
materiales.

•180.—Observación.—Llámase objeto adecuado del


entendimiento al que de alg una manera se adecúa
ó puede adecuarse esta potencia, conociéndolo aunque

p. q. 1 : 7 , art. r), hujusmodi universalia principia applicai ad


aliqua particularia, quorum memoriam et experimentum per
sensum accipit, per inventionem propriam adquirit scientiam
eorum q u a 3 nesciebat, ex novis ad incognita procedens. Unde
et quilibet docens ex his qnce discipulus novit ducit eum in cog-
riitionem eorum quce ignorabat, secundum quoddicilur in i. Pos-
ter: «quod omnis doctrina et omnis disciplina ex preexistentes
jìt cognitione.»
(i) Véase sobre esta segunda parte de la proposición lo que
escribe Santo Tomas en la primera parte de su Suma teológica,
q. 76, art. 2., donde trata expresamente de esta materia. T a m -
bién puede servir para aclarar más las ideas sobre este asunto
lo que nosotros hemos escrito en el capítulo X X de «La Reli-
gión católica vindicada de las imposturas racionalistas. »
— 124 —
imperjectamente; pues todo conocimiento es una cier-
ta adecuación entre la potencia cognoscitiva y el ob-
jeto conocido. Por el contrario, objeto connatural
ó proporcionado es aquel que puede ser conocido por
nuestro entendimiento, no como quiera, sino con concep-
tos propios. Un concepto puede ser propio de dos ma-
neras; ó representando inmediatamente como es en sí
á un objeto, sin usar de negaciones ó analogías y por
cierta especie de intuición; como por ejemplo, el con-
cepto que tenemos acerca del hombre; ó haciendo esta
representación de una manera mediata, merced á
ciertas negaciones ó analogías ó á la combinación de
ciertos conceptos universales más simples, los cuales
juntos sirven para expresar un objeto determinado y
distinto de los demás, como son los que tenemos en
orden á los espíritus y á Dios nuestro Señor. Los con-
ceptos propios que se refieren al objeto connatural y
proporcionado en cuestión, son los de la primera clase
y se llaman estrictamente propios; los de la segunda
pertenecen al objeto adecuado y se conocen con el
nombre de propios jormados de comunes.
Decimos: mientras esté el alma unida con el cuerpo:
porque cuando se halle separada de él, entonces su ob-
jeto proporcionado será el que corresponde á los espí-
ritus; porque el alma separada vive á la manera de los
espíritus puros.
181.—Prueba de la i." p.—Nuestro entendimiento
tiene aptitud intrínseca para conocer, al menos de una
manera imperfecta y por medio de conceptos análo-
gos, todo cuanto tenga razón de sí, sea material ó in-
material, creado ó increado, natural ó sobrenatural,
con tal que le sea convenientemente manifestado.
Porque si conoce la razón del ser en general, necesa-
riamente debe conocer también de algún modo, siquie-
rasea imperfecto, todo cuanto participe de esta razón,
siempre que aparezca ante su -vista. Así es que de está
manera imperfecta conocemos, no solo las cosas del
mundo visible, sino también á Dios mismo y á sus
Ángeles, y los misterios de la revelación, y formamos
concepto hasta délas mismas negaciones y carencias,
que no son seres sino negaciones de seres. Ni por eso
se iguala nuestro entendimiento al divino ni al angéli-
co siquiera; porque en la manera de conocer unos
mismos seres somos superados inmensamente por
ellos, y muchos seres para nosotros no son cognoscibles
sino por vía de revelación sobrenatural, mientras que
los Ángeles ven muchas cosas en virtud de su propia
esencia espiritual y Dios por su misma Esencia está
determinado á conocer con un conocimiento único
todas las cosas cognoscibles. Luego etc.
Í82.—Prueba de la 2. p.—En primer lugar, que el
a

objeto connatural del entendimiento humano sean


las esencias de las cosas, es evidente. Porque su ten-
dencia natural en todo cuanto se propone á su consi-
deración es averiguar qué cosa sea ó cuál es su esen-
cia. Por eso hasta los niños hacen sus preguntas
diciendo: ¿Qué es eslo? iqué cosa es? Y el mismo nom-
bre de entendimiento indica bien á las claras que el
objeto propio y proporcionado de esta facultad son
las esencias de las cosas, al paso que el de las faculta-
des sensitivas son los hechos y los accidentes de estas
esencias, Porque entendimiento viene de intus le-
gere, que significa recoger mentalmente las internas
propiedades de los seres, lo que se halla bajo las apa-
riencias sensibles, ó sea la esencia. Dice muy bien á
este propósito Santo Tomas: «La palabra entendi-
miento significa un cierto conocimiento íntimo. Por-
que intelligere es lo mismo que intus legere: y esto se
hace patente á cuantos consideran la diferencia que
existe entre.el entendimiento y los sentidos. Porque-
— I2Ó —
el conocimiento sensitivo se ocupa en las cualidades
sensibles externas; mas el intelectual penetra en la
misma esencia de la cosa; pues, como dijo Aristóteles
(lib. 3, de anima, text. 26), el objeto del entendimiento
es lo esencial á las cosas (1)».
183.—En segundo lugar, que estas esencias no
sean otras que las de las cosas materiales, se prueba
muy fácilmente. Porque el objeto proporcionado de
una potencia es aquel que corresponde al estado na-
tural de esta potencia. Es así que el estado natural
del entendimiento humano, cuando el alma está
unida al cuerpo, es existir en el alma, que es forma
del cuerpo, y por. consiguiente tener alguna depen-
dencia de la materia en su manera de ser. Luego su
objeto proporcionado no puede ser una forma abso-
lutamente inmaterial, como la de los entendimientos
angélicos, sino una forma que sea algo mezclado de
materialidad é inmaterialidad, cuales son las esen-
cias de las cosas materiales; las cuales son materiales
en sí mismas y solo gozan de inmaterialidad en cuan-
to idealizadas por el entendimiento y abstraídas por
él todas sus condiciones individuales y concretas.
Dice muy bien Santo Tomas: «La operación guarda
proporción con la virtud y la esencia: ahora bien lo
intelectivo del hombre está en lo sensitivo: luego su
propia operación es entender las cosas inteligibles en
los fantasmas (2).» Y en otra parte. «La potencia
cognoscitiva es proporcionada al objeto cognoscible.
Por donde el entendimiento del Ángel, que está to-
talmente separado del cuerpo, tiene por objeto pro-
porcionado las sustancias inteligibles separadas del
cuerpo, y por medio de esta clase de cosas inteligibles

(1) Santo Tomas, Summ. theol,, 2. , 2." q. 8, art. 1.


A

(2) Id. De Memor. et Reminisc, leet. 1,


— Í27 —
Conoce los objetos materiales. Mas el objeto propio
del entendimiento humano, que está unido al cuerpo,
son las esencias ó naturalezas existentes en la mate-
ria corpórea , y por estas naturalezas de las cosas
-

visibles es como llega á adquirir algún conocimiento


de las invisibles (i).»
184.—De aquí es que ninguna idea podemos adqui-
rir que no tenga alguna relación á ios sentidos, como
cada uno lo puede observar examinando las ideas que
posee; y los que desde el vientre de sus madres vie-
nen privados de algún sentido, carecen durante toda
su vida de aquellas ideas universales que dicen rela-
ción á aquel sentido, como lo nota muy bien S. Agus-
tín con estas palabras: «Los ciegos de nacimiento,
cuando son interrogados acerca de la luz y de los co-
lores, no hallan cosa que responder. Porque no ha-
biendo tenido nunca sensación alguna délo colorado,
tampoco se lo pueden imaginar (2).»
La inteligencia no usa de órgano corporal en sus
actos; pero necesita de las representaciones imagina-
rias para qua pueda formar sus ideas, y así éstas no
pueden menos de versar directa y primariamente so-
bre los mismos objetos que han sido aprehendidos
con los sentidos. Aún más; hasta para usar de las es-
pecies ya adquiridas, necesita el entendimiento de la
presencia del fantasma, como hemos observado más
arriba (167). Lo cual es signo manifiesto de que el ob-
jeto propio y proporcionado de nuestro entendimien-
to, no es lo inmaterial puro, sino lo mezclado de ma-
terialidad é inmaterialidad, ó sea la esencia de las co-
sas materiales abstraída de sus condiciones propias,
que son las notas individuantes; pues la materia, como

(1) Santo Tomas, Summ, theol., 1. p. q. 8 4 , art. 7.


(2) San Agustín, Epist. 7. ad Ncbrid. n. 6.
tal, dice individualidad, por ser el primer sujeto de
las formas.
185. Sobre esto se debe notar que nuestra inteli-
gencia no llega al conocimiento de la sustancia sino
mediante el de sus manifestaciones ó accidentes; y por
tanto la esencia de éstos es la que principalísimamente
pertenece á su objeto propio y proporcionado. Pero
no es la esencia sola de los accidentes la que forma y
constituye este objeto, sino que también entra en él
la sustancia en la manera que puede ser conocida por
el entendimiento; porque esta potencia con su incli-
nación primaria y principal tiende á conocer cuál sea
la esencia del ser mismo y no precisamente la de sus
accidentes, siquiera no la pueda conocer sino median-
te el conocimiento de ellos.

PROPOSICIÓN TERCERA.

Nuestro entendimiento primaria y directamente no apre-


hende sino lo universal; lo singular no lo percibe sino
por cierta especie de reflexión sobre los actos de la
sensibilidad.
186.—Observación.—En esta tesis seguimos la opi-
nión del Algélico Doctor por parecemos mejor funda-
da que la del eximio Suarez, quien con otros muchos
filósofos atribuye á nuestro entendimiento un cono-
cimiento directo de los singulares y aun pretende que
lo singular es conocido antes que lo universal por esta
potencia (1).
187.—Prueba de la i." p.—i.'De lo demostrado en
la precedente tesis consta que el objeto propio y con-

( 1 ) Puede verse largamente defendida su opinión en su tra-


tado de Anima, lib. 4, cap. -3.
— ISO —

natural de nuestro entendimiento son las esencias de


las cosas materiales. Es así que las esencias, en cuan-
to tales, prescinden de los particulares y son por lo
tanto verdaderos universales directos, de los cuales
estamos ahora tratando. Luego el objeto primario y
directo de nuestro entendimiento son los universales
y no los singulares.
Ni vale decir que las esencias á que mira con su ac-
to primario el entendimiento, son particulares y con-
cretas; porque en este su acto primario y espontáneo
no las mira por.el lado de su singularidad, lo cual es
propio de los sentidos, sino por el de su entidad sim-
plemente tal, y por lo tanto indiferente de suyo para
ser predicada de uno ó de muchos, que es lo que
constituye el verdadero universal directo.
188.—2.° Nuestro entendimiento, como potencia es-
piritual é incorruptible, debe versar primaria y direc-
tamente sobre un objeto que sea á su vez espiritual
é incorruptible; porque el objeto propio y connatural
de una potencia debe guardar proporción con ella.
Por otra parte, si nuestro entendimiento perteneciera
á un espíritu puro, cuales son los Angeles, el dicho
v

objeto sería también espiritual puro, y el acto prima-


rio y directo de nuestra potencia intelectiva versaría
sobre los singulares incorruptibles, que son las sus-
tancias angélicas. Pero como pertenece á un alma
que es forma del cuerpo, el objeto sobre que primaria
y directamente versa, es lo espiritual é incorrupti-
ble mezclado de materialidad y corruptibilidad. Es
así que lo espiritual é incorruptible mezclado de mate-
rialidad y corruptibilidad son solo las esencias de las
cosas materiales ó sea lo universal; porque los singu-
lares materiales son formalmente corruptibles. Luego
estas esencias^ y no los individuos corruptibles bajo
la razón formal de singulares, son lo que nuestro en-
Psicología. q
tendkníento aprehende con sus actos primeros y di-
rectos.
] 89.-3.° Si nuestro entendimiento percibiera pri-
maria y directamente el singular, por él deberían
comenzar sus actos primeros, y así no solo con los
sentidos sino también con la inteligencia percibiría-
mos antes lo singular que lo universal. Es así que
la marcha que lleva naturalmente nuestra inteligen-,
cia en el conocimiento de las cosas, es enteramente
opuesta; pues primero las percibimos confusamente
con conceptos muy vagos y generales, y después, á
medida que vamos perfeccionando nuestro concepto,
lo vamos concretando y circunscribiendo y de esta
manera nos vamos acercando hacia el singular. Luego
lo que primaria y directamente percibe nuestro en-
tendimiento en las cosas materiales, no es lo singular
sino lo universal: y aun entre los mismos objetos
universales aquellos han debido ser percibidos prime-
ro en el orden cronológico, que están dotados de ma-
yor universalidad por la mayor vaguedad é imperfec-
ción que encierra esta clase de conceptos naturales y
espontáneos. Aunque, una vez adquirida la noticia
de estos objetos, no es menester que para percibir
una esencia cualquiera los vuelva á percibir de nuevo;
pues basta que tenga de ellos un conocimiento ha-
bitual.
190.—Dice muy bien á este propósito Santo Tomas:
«Todo lo que pasa de la potencia al acto, primero
llega al acto incompleto, que es una cosa intermedia
entre la potencia y el acto, que al acto completo.
Ahora bien, el acto perfecto á que llega el entendi-
miento, es la ciencia completa, con la cual son cono-
cidas distinta y determinadamente las cosas; y acto
incompleto es la ciencia imperfecta, por la cual se
saben las cosas sin ser distinguidas unas de otras
- 1 3 1 -
sino con cierta confusión. Porque lo que es conocido
de esta manera, bajo un cierto aspecto es conocido de
hecho, perojoajo otro está todavía en potencia para
ser conocido. Por donde dice Aristóteles en el libro
primero de los Físicos (text. 3) que lo que primero se
presenta á nuestro entendimiento, y lo más cierto para
nosotros son las cosas más confusas, y que nuestros co-
nocimientos ulteriores se hacen distinguiendo los princi-
pios y los elementos (1).
De aquí infiere con mucha razón que tanto los sen-
tidos como el entendimiento perciben primero lo más
común é indeterminado y después lo más determina-
do y concreto. De donde resulta que antes de percibir
'el entendimiento un singular cualquiera ya ha debido
formarse los conceptos des¿7-, de sustancia, de cuerpo,
de viviente, de animal y de hombre;- porque todos ellos
son más vagos é indeterminados que los de un indi-
viduo cualquiera; si bien, como decíamos poco ha,
para percibir la esencia del cuerpo no necesita pensar
de nuevo de una manera formal y expresa en el ser,
en la sustancia, etc., sino que le basta darlos por su-
puestos.
191.—4. Si percibiéramos directamente con la in-
0

teligencia los singulares, tendríamos idea propia de


la singularidad de cada uno y sabríamos por consi-
guiente en qué consiste; así como, porque percibimos
directamente las esencias de las cosas materiales, sa-
bemos en qué consiste cada una de ellas. Es así que
no sabemos en qué consiste la singularidad de ningún
individuo material; pues no los podemos distinguir,
uno de otro sino por un cierto conjunto de notas in-
dividuales, en las cuales no consiste su singularidad,
puesto que sin ninguna de ellas podría haber existido

(i) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q. 85, art.


el individuo que las posee. Luego solo lo universal es
lo que percibimos con el entendimiento de una ma-
nera directa.
192.—5. Si percibiéramos directa y primariamente
0

el singular, no podríamos nunca con estas, especies


singulares formar un solo concepto universal directo.
Porque estas especies, por más que se multipliquen
en el entendimiento, siempre conservan su tendencia
primera, que es la de determinar la inteligencia á la
percepción de los singulares, en cuanto tales, y por
consiguiente en cuanto distintos los unos de los otros.
Ni el entendimiento puede ser tampoco movido por la
voluntad á que considere lo que hay en ellos de co-
mún y forme de esta manera el universal directo;
porque para esto debe ser conocido ya á la voluntad
el universal, por la sencilla razón de que nada puede
ser querido sin que sea previamente conocido. Fuera
de que en tal caso todas nuestras ideas universales se
formarían, no por espontánea abstracción de nuestro
entendimiento, sino por la corporación de unos indi-
viduos con otros debida al libre ejercicio de la volun-
tad, lo cual en ninguna manera puede ser admitido.
Luego etc.
193;—Dice ciertamente el P. Suarez, que el enten-
dimiento, cuando ha sido informado por las especies
impresas de varios singulares semejantes, en virtud
de su natural fuerza abstractiva tiene poder para
considerar, ora los individuos como tales, ora lo que
todos ellos tienen de común, y formar de este modo
por abstracción el universal directo (1). Pero ¿cómo
es determinada esta potencia á que produzca más
bien el concepto universal que el particular? La de-
terminación le debe venir ó de la voluntad ó de las '

(1) Suarez, de anima, lib. 4, cap. 3, n. 13.


—133 —
especies mismas; porque ella no es capaz de elegir
un acto más bien que otro. Ahora bien; esta deter-
minación no son capaces de producirla ni las especies
de los singulares ni el libre albedrio. Luego la forma-
ción de los conceptos universales es absolutamente
imposible en la hipótesis de que el objeto primario
y directo de nuestro entendimiento sean los singula-
res y de que á la percepción intelectual de éstos haya
de seguirse la de los universales.
194.—Prueba de La 2." p.—Esta segunda parte se
deduce evidentemente de la anterior. Porque, por
una "parte nuestro entendimiento conoce algunos
objetos singulares, puesto que sobre ellos forma sus
juicios, ya especulativos, ya prácticos; y por otra no
los puede conocer directamente y movido por su es-
pecie propia ó bien representativa de su singulari-
dad. Luego es claro que los debe conocer por cierta
especie de reflexión sóbrelos actos de sensibilidad;
pues ésta es la que tiene por objeto percibir los singu-
lares, en cuanto tales.
195.—Cómo haga esta reflexión el entendimiento y
cómo perciba mediante ella el singular, en cuanto
tal, no es cosa fácil de entender y mucho menos de
explicar. La dificultad grande que en ello se encierra,
es la que movió principalmente al eximio Suarez á
decidirse por la opinión contraria. Santo Tomas dice
que siendo propio de las esencias materiales existir
en los singulares, cuya percepción corresponde á los
sentidos y á la fantasía, el entendimiento para cono-
cer el singular, en cuanto tal, necesita convertirse
hacia el fantasma de la imaginación. Así debe ser sin
duda; pues no se ve otro modo cómo pueda conocer
el singular (1). Pero contra esta explicación insta

(1) Santo Tomas, Summ. theo!. 1. p. q. 84, art. 7.


• —134 —
Suarez, diciendo que también el fantasma es una
cosa material y por lo tanto no podrá ser conocido
directamente por el entendimiento (i).
Quizás se podrá responder que el fantasma, en
razón de hecho psicológico, puede ser conocido por
la inteligencia merced á la radicación que todas las
potencias tienen en una misma alma, máxime siendo
la sustancia de ésta comprincipio de-todas ellas,
como queda probado más arriba (49 y siguientes).
De todos modos, aunque tuviéramos por insoluble
esta dificultad, no por eso deberíamos abandonar la
doctrina probada en la tesis con razones poderosas.
Porque lo único que se podría inferir de ella, es que
no sabemos cómo perciba nuestro entendimiento los
objetos singulares convertiéndose á los fantasmas en
que están representados. Esto es mucho menos duro
ciertamente que el gran inconveniente de no poder-
se explicar en manera alguna la espontánea forma-
ción de los universales, si nuestro entendimiento ha
de versar primero sobre el singular, como argüíamos
en el argumento quinto.
.196. Pero se dirá: La materialidad délos objetos
singulares no impide que nuestro entendimiento los
conozca directamente; puesto que también en su na-
turaleza abstracta y universal tienen materia y sin
embargo son percibidos de la manera dicha. Además,
los Angeles perciben los singulares materiales direc-
tamente y esto mismo acaece á los sentidos. ¿Por qué
pues hemos de-negar esta perfección á nuestro enten-
dimiento?
197.—A la primera de estas dificultades responder»-
mos que la materia abstracta y propia de las esencias
materiales ya está espiritualizada, por decirlo así, y

(1) Suarez, de anima, lib. 4, cap. 3 , n . 7 .


reducida á la condición inmoble é incorruptible de lo
espiritual puro, lo cual no se halla en la materia in-
dividual y corruptible (i).
A la segunda tomada del conocimiento angélico de-
cimos que las especies comunicadas por Dios á los
Ángeles son mucho más perfectas que las que puede
formar nuestra inteligencia con la abstracción espon-
tánea; y así no es maravilla que la misma especie con
que conocen las esencias materiales, les sirva también
para conocer directamente los individuos singulares
de éstas esencias.
Á la tercera finalmente diremos con Santo To-
mas (2) que la virtud superior puede lo que la infe-
rior, pero de una manera más alta y elevada. Por don-
de lo que el sentido percibe concreta y materialmente,
el entendimiento lo aprehende de una manera uni-
versal y abstracta. Nuestro entendimiento es de una
perfección media entre el entendimiento de los Án-
geles y las facultades perceptivas de las bestias; y así
no es extraño que siendo superior á éstas en percibir
las intrínsecas esencias de las cosas con conceptos
universales, sea inferior á los Ángeles en no poder
percibir directamente Ios-individuos de estas esencias
con las especies universales de las mismas.
El P. Valencia, sin embargo, equipara en estonues-
tro entendimiento al angélico, diciendo que la espe-
cie inteligible y abstraída del fantasma sensible de-
termina primariamente á nuestro entendimiento á
formar el concepto universal, y después de una mane-
ra secundaria, aunque también directa, á producir el
del singular. «La-diferencia que hay, escribe, entre la

(1) Véase sobre esto Santo Tomas, de Veritáie, qua:st, 10,


de mente, art. 5, ad. i . "
m

(2) Id. Summ. teheol. q. 86. art. 1. ad 3 . " ' "


—136 —
especie inteligible y el fantasma; entre el entendimien-
to y el sentido, consiste en que el fantasma represen-
ta el objeto solamente en cuanto singular y el sentido
lo percibe bajo la misma forma; al paso que la espe-
cie inteligible lo representa ademas como universal
bajo cuya forma es percibido primariamente por el
entendimiento (1).»
En este sentido no tenemos dificultad en conceder
á nuestra inteligencia el conocimiento directo de los
singulares materiales; porque el tal conocimiento
siempre es secundario y supone ya formado el concep-
to universal á que de suyo y primariamente conduce
la especie inteligible.
t
PROPOSICIÓN T E R C E R A .

ü^juestro entendimiento entiende las cosas representán-


doselas idealmente en su interior: pero esta representa-
ción, llamada verbo, concepto y especie expresa, no le
sirve de imagen en que las contemple como en un espe-
jo, sino que es el mismo acto cognoscitivo con que se
pone en comunicación inmediata y directa con el
objeto percibido.

198.-- Observación.—El cardenal Cayetano y otros


muchos de su escuela opinan que nuestro entendi-
miento, para entender los objetos, forma en"su inte-
rior una cierta imagen ideal de los mismos, llamada
verbo, concepto y especie expresa, y luego dirige hacia
ella su .atención para verlos en ella representados, re-
sultando de aquí que nuestro entendimiento no co-
noce los objetos en sí mismos sino en sus imágenes y

(1) Valencia, Comment. in 1. p. D. Thom. disp. 6, q. 7,


puncto 1. Secunda assert.
— 137 —
que el verbo de la mente esdistinto del mismo acto de
entender.
Esta doctrina la ha profesado también nuestro in-
signe Balmes en nuestros tiempos (i) y ella le hizo
abrazarse con el instinto reidiano, el cual era el único
medio que se le ofrecía para explicar el tránsito de
la idea al objeto. Por el contrario el Cardenal Tole-
do (2), Suarez (3), Lugo y generalmente todos los au-
tores de la Compañía de Jesús, así como también los
Escotistas, rechazan tal modo de conocimiento media-
to y sostienen que el verbo de la mente es el mismo
acto cognoscitivo con que directa é inmediatamente
percibimos los objetos y esto es lo que nosotros vamos
á probar en la proposición enunciada.
199.—Prueba de la 1.* p.—El entendimiento, al en-
tenderlos objetos, se hace idealmente semejante á ellos
aprehendiendo en su interior de una manera.espiritual
é intencional su forma ó esencia. Por eso se dan co-
munmente al acto de entender los nombres de apre-
hensión, concepto, verbo mental, etc.; porque con la inte-
lección la mente aprehende la forma del objeto exterior
y se la representa á sí propia, viniendo de esta mane-
ra en conocimiento suyo. Luego es evidente que la
potencia sobredicha entiende las cosas representán-
doselas en su interior ó sea formando una imagen in-
tencional suya llamada verbo ó especie expresa.

(1) «Es la idea, escribe en la Ftlosojia fundamental (lib. 1.


c. 1 1 . n. 1 1 6 ) , un espejo, que será tanto más perfecto, cuanto
más perfecta produzca su ilusión. E s necesario que preséntelos
objetos solos á conveniente distancia, sin que el ojo vea nada
del cristalino plano que los refleja.»
(2) Toledo Comment. in Samm. theol. D. Thom. 1. p. q. 27,
art. 1. QUESTIO I.
(3) Suarez, de anima, lib. 3 , cap. 5.
— I3S—
200.—Prueba de la 2.° p.—1.° Si la representación
ideal de los objetos nos sirviera de espejo en que los
viéramos y contempláramos nosotros, deberíamos
dirigir nuestra vista intelectual hacia esta imagen y
verla y conocerla, como sucede cuando dirigimos la
vista corporal hacia los espejos materiales. Es así que
nosotros no vemos, ni conocemos esta imagen, como
á cada uno se lo dice su propia experiencia y como lo
confiesan los mismos autores aquí aludidos; los cuales
no fundan su doctrina en la vista experimental que
tengamos de este fenómeno sino en ciertos raciocinios
que serán muy pronto refutados. Luego la represen-
tación ideal en cuestión no es sino el mismo acto inte-
lectivo con que conocemos directamente el objeto.
201.—2. Si la representación dicha nos sirviera de
0

imagen para contemplar en ella su prototipo ú objeto


externo, no solo deberíamos ver esta representación
ó imagen, sino que la deberíamos ver con más clari-
dad que el objeto por ella representado. Porque de la
tal imagen tendríamos un conocimiento intuitivo y
del objeto por ella representado un conocimiento me-
ramente abstractivo, el cual por fuerza debe ser mucho
más pálido é imperfecto. Es así que sucede todo lo
contrario; pues la vista del objeto todo el mundo la
siente en.sí mismo, más la de la imagen por nadie es
sentida. Luego....
Dice el Cardenal Cayetano que esto proviene de que
el verbo mentales contemplado por nuestra inteligen-
cia en razón de imagen y no en razón de entidad física.
Pero á esto responderemos con el Cardenal Toledo:
«Es imposible que sea vista la imagen en razón de tal,
sin que sea vista también la entidad física de que ella
consta, como es claro á todos (1).» Y añadiremos con

(1) Toledo, /. cit.


• —139-
el P. Suarez: «La referida entidad es esencialmente
imagen y la tal imagen es esencialmente entidad física:
luego es imposible que el verbo sea conocido en razón
de imagen y-no en razón de entidad física. Por esta
causa, cuando tratamos del verbo por medio de un
acto reflejo, entonces lo conocemos bajo las dos razo-
nes dichas (i).»
202.—3.° En la hipótesis mencionada no percibiría-
mos propiamente los objetos sino sus imágenes; como
cuando percibimos el. retrato de un amigo, no vemos
propiamente al amigo sino su imagen. Luego toda
nuestra ciencia versaría sobre lasimágenes intelectua-
les de las cosas y no sobre las cosas mismas, y toda la
Filosofía estaría reducida al puro idealismo.
Dice muy bien á este propósito Santo Tomás: «Si
lo que nosotros entendemos, son las especies ó imá-
genes de las cosas, las ciencias no tratarán de las
cosas que están fuera de nuestra alma, sino sola-
mente de las especies inteligibles que en ella existen;
como decían los platónicos que todas las ciencias
versan sobre las ideas, las cuales, según ellos, son lo
que de hecho entendemos (2).»
Es verdad que el Santo Doctor ..no habla aquí de
las especies expresas- ó verbos mentales sino de las
impresas, por las cuales es determinado nuestro en-
tendimiento á formar las expresas, como lo hemos
explicado más arriba al hablar de los sentidos (98).
Pero su argumento prueba lo mismo con respecto á
las expresas que á las impresas. Por esto escribe en
la Suma contra los gentiles: «Llámase intención enten-
dida lo que el entendimiento concibe en sí mismo de
la cosa entendida: la cual intención en nosotros no es

(1) S u a r e z , / . cit. n. 17.-


(2) Santo Tomás, Summ. Iheol. 1. p. q. 85, art. 2,
—140 —
ni la misma cosa que es entendida, ni la misma sus-
tancia del entendimiento, sino cierta semejanza de la
cosa entendida, concebida por el entendimiento y
significada por las palabras exteriores; razón por la
cual recibe el nombre de verbo ó palabra. Y que en
nosotros la tal intención ó verbo no sea lo que enten-
demos, se demuestra con observar que una cosa es
entenderla realidad objetiva y otra entender la inten-
ción dicha. Esto segundo lo hace el entendimiento,
cuando convierte la atención hacia su propio acto:
por donde entre las ciencias unas versan sobre las co-
sas y otras sobre las ideas ó intenciones entendi-
das (i).»
203.—4. La razón de poner tal modo de percepción
0

mediata en nuestro entendimiento la fundan los au-


tores mencionados en que la intelección se hace unién-
dose la potencia intelectiva con su objeto. «Porque,
dicen, los objetos los conoce nuestro entendimiento,
no por intuición, sino por abstracción y por consi-
guiente en ausencia de los mismos. Ahora bien; es-
tando el objeto ausente, el entendimiento no se puede
unir á él sino uniéndose á su imagen. Luego la mente,
para percibir sus objetos, primero forma una ima-
gen suya, que es el verbo ó especie expresa, y des-

(1) «Dico autem intentionem intellectam id quod intellectiis


in se ipso concipit de re intellecta. Qua: quidem in nobis neque
est ipsa res quae intelligitur, neque est ipsa substantia intellectus;
sed est quaedam similitudo concepta intellectu de re intellecta,
quam voces cxteriores significant; unde et ipsa intentio verbum
interius' nominatur, quod est.exteriori verbo significatum. Et
quidem quod prasdicta intentio noil sit in nobis res intellecta,
inde apparet quod aliud est intelligere rem; et aliud est intelli^
gere ipsam intentionem intellectam, quod intellectus facit, dum
super opus suum reflectitur. (S. Thom. S u m m , cont. gent. lib.
4, cap. 11).»
- M í -
pues al Instante los contempla en esta imagen dírí-"
giendo á ella su vista intelectiva.» Por eso en la visión
beatífica, con que los bienaventurados ven á Dios por
intuición, no admiten verbo alguno los tales autores.
Y esto mismo hacen con el sentido de la vista, al paso
que en las percepciones imaginarias, por ser represen-
taciones abstractivas y versar sobre objetos ausentes
lo mismo que los actos intelectuales, ponen también
una imagen interna, que llaman ídolo y en la cual
como en un espejo ve, según ellos, la imaginación sus
objetos. Es así que para unirse la potencia cognoscitiva
con el objero no necesita fabricarse semejanteidolillo;
porque le basta producir y recibir en sí el acto cog-
noscitivo; el cual, por el mero hecho de informarla y
actuarla", la pondrá en relación directa é inmediata con
el objeto. Luego la unión mencionada no exige que
nuestra percepción sea mediata.
204.—Dice muy bien el P. Suarez respondiendo á
este argumento de los adversarios; «La terminación
del conocimiento en el objeto no se debe entender ma-
terialmente como se termina la linea en el punto, sino
que se la debe entender de un modo intencional y-es-
piritual. Por tanto el terminarse él conocimiento en
el objeto no es otra cosa que ser conocido este objeto;
lo cual puede hacerse, no solo cuando el objeto está
ausente, sino aun cuando no existe... En cierto sentido
lato se puede decir, sin embargo, que la cosa ausente
es conocida por nosotros en su idolillo ó imagen, en
cuanto que á esta imagen se debe el que percibamos la
cosa (1).» Esta imagen en efecto, que es el mismo acto
cognoscitivo producido por nuestro entendimiento,
actúa é informa á esta potencia, la cual entonces se

(1) Suarez, l. cit. n. 1 7 .


-143—
halla puesta en relación inmediata y directa con el
objeto.
205.—La necesidad del verbo mental no nace en nos-
otros de que necesitemos de ella para contemplar
en sus facciones la de los objetos ausentes, sino de que
nada podemos entender, ausente ó presente, sin un
acto cognocitivo conque conozcámosla cosa y quesea
una cierta imagen intencional de esta misma cosa.
Por eso Santo Tomas pone el verbo de la mente en
todo acto cognoscitivo, ya sea una intuición, ya una
abstracción. «Todo el que entiende, dice, por el mero
hecho de entender forma en sí un cierto concepto de
la cosa entendida, el cual toma su origen de la misma
fuerza intelectiva y procede de su acción perceptiva.
Este concepto es significado por la palabra articulada
y se llama verbo ó palabra del corazón significado con
la palabra de la voz (1).»
Si Santo Tomas no hubiera tomado el verbo men-
tal en este sentido y solo lo hubiera creído necesario
para percibir en él los objetos ausentes y abstractos,
mal hubiera podido inferir de la producción de nues-
tro verbo la del Verbo divino como allí pretende;
puesto que la percepción de que procede el Verbo di-
vino no es abstractiva como la nuestra sino comple-
tamente intuitiva. Santo Tomas pues enseñó en las
referidas palabras que todo acto cognoscitivo, por el
mero hecho de ser cognoscitivo, es en sí mismo una
imagen intencional del objeto conocido, ora esté pre-
sente el tal objeto, ora ausente; y que por lo tanto
aun el mismo acto de ver á Dios producido por los
bienaventurados en virtud del hábito sobrenatural
llamado lumen gloria;, con que se halla confortado su

(1) Santo Tomas, Summ. theoL 1. p. q. 27, art. í .


-V ^ - 1 4 3 - '
entendimiento, es un verdadero verbo ó imagen in-
tencional déla divina Esencia por ellos vista.
Este verbo se diferencia de la acción intelectiva,
como el término se distingue de su acción; por eso
dice el Agéíico Doctor que «procede de la acción inte-
lectiva. La acción intelectiva es el conocimiento in
fieri; el verbo es el conocimiento in Jacto esse. Por esta
causa á la acción dicha le da Santo Tomas el nombre
de noticia; porque en efecto es una noticia incoada ó
in fieri y tiende esencialmente á la noticia perfecta ó in
fado esse, que es el verbo.

PROPOSICIÓN CUARTA.

El juicio es un acto del entendimiento, distinto de las


simples percepciones que le preceden, pero dependiente
de. ellas y. verdaderamente cognoscitivo.

206.—Observación.—Esta proposición tiene cuatro


partes. La primera es contra Descartes y sus secuaces,
los cuales enseñan que el juicio es un acto de la vo-
luntad y no del entendimiento. En la segunda sos-
tenemos la opinión generalmente recibida entre los
modernos de que el juicio es en sí mismo un acto
simple y no una cierta colección de actos subordina-
dos entre sí, como pensaron muchos escolásticos de
gran nota, tales como Suarez (1), Vázquez (2), etc. En
la tercera se defiende contra los reidianos y los con-
simianos la necesidad de la previa aprehensión para
la formación de todo juicio, tanto ¡mediato como me-
diato y obtenido con el discurso. Por fin la cuarta va
dirigida contra los que-afirman que el juicio no es un

(1) Suarez, de anima, lib. 3 . eap. 6, 11. 5.


(2) Vazquez, Comment, in 1 . 2 . D.Thomœ, disp. 79, cap 3,
acto estrictamente cognoscitivo sino simplemente ex-
presivo de la identidad ó no identidad del sujeto y del
predicado (i). En lo cual tenemos por defensores á
Santo Tomas (2), á Suarez (3), á Vázquez (4) y á otros
muchos autores antiguos, siendo por consiguiente
inexacto lo que escribe un autor moderno, diciendo
que Loke es á quien debe su aceptación entre los fi-
lósofos.
207.—Prueba de la i.° p.—1.° El juicio es un acto
que versa sobre la verdad. Es así que los actos de esta
especie pertenecen al entendimiento, así como los
que versan sobre el bien pertenecen á la voluntad.
Luego el juicio es un acto del entendimiento. 2. En 0

los juicios hay verdad y falsedad. Es así que la verdad


y falsedad son propias del entendimiento, así como
la bondad y la malicia lo son de la voluntad. Luego etc.
3 . El juicio es un acto cognoscitivo ó expresivo de
0

la verdad. Es así que el conocer corresponde al enten-


dimiento y no precisamente á la voluntad. Luego etc.
208.—Dicen los cartesianos: i.° El juicio consiste
en el asentimiento que damos á una verdad conocida
ó en el disentimiento de alguna doctrina falsa. Es así
que asentir y disentir son actos de la voluntad; por-
que valen lo mismo que aprobar y reprobar, lo cual
es propio de esta potencia. Luego el juicio es un acto
de la voluntad y no del entendimiento. 2. El juicio 0

(1) «Potcritne, escribe el P. Tongiorgi, Psycol. n. 492, 3."


compositio hasc (el juicio) dici cognitio? Poterit sane, si cogni-
tionem latisime sumas pro actu, quo mens aliquod verbum e x -
prim it. »
(2) Santo Tomas, Sitmm. Iheol. 1. p. q. 1 6 , art. 2.
(3) Suarez, de anima, lib. 3, cap. 6, n. 4, y Metaphy. disp.
8, sect. 4, n. 5.
(4) Vazquez, 1. cit.
-M5-
es el descanso del ánimo deseoso de saber. Es así que
el deseo de saber es un acto de la voluntad. Luego
también la satisfacción de este deseo ó sea el juicio.
209.—Fácilmente se responde á estos argumentos.
Al primero decimos que el asentir y disentir son actos
del entendimiento y no de la voluntad, á la cual co-
rresponde consentir y repugnar. Tanto el entendi-
miento como la voluntad aprueban y reprueban;
pero las aprobaciones y reprobaciones del primero
son muy distintas de las de la segunda.
Al segundo respondemos que la voluntad desea la
ciencia bajo la razón de bien y por lo mismo se goza
en la posesión de ella. Pero esto no hace que el juicio
en sí mismo verse sobre el bien, lo cual se necesitaría
para que fuese producido por la voluntad. El juicio
intrínsecamente versa sobre la verdad y por tanto
debe emanar del entendimiento. Solo que el conocer
la verdad también es apetecible para la voluntad,
porque la verdad es un bien de los seres racionales;
y en razón de bien es apetecible para ella. Fuera de
que el deseo natural de saber no pertenece solamente
á la voluntad sino también y con más propiedad al
entendimiento; el cual con respecto á la verdad tiene
el mismo apetito innato que la voluntad con respecto
al bien. De aquí es que la satisfacción producida con
el conseguimiento de la verdad mediante el juicio
cierto y evidente reside propiamente en la inteligen-
cia; aunque por la radicación que todas las potencias
tienen en un mismo sujeto, esta satisfacción se difun-
de por la voluntad y á veces hasta redunda en las
mismas potencias sensitivas.
210.—Prueba de la 2. p.—El juicio es un conoci-
a

miento comparativo, con que conocemos y expresa-


mos la conveniencia ó la desconveniencia entre el
sujeto y el predicado. Es así que esta comparación no
Psicología. jQ
-— í4Ó —
puede pertenecer á varios actos sino á uno solo; poi-
que la relación de una cosa con otra no puede ser
percibida sino por un acto que vea los dos extremos,
correlacionados. Luego el juicio es un acto único y
distinto de las simples percepciones que le acom-
pañan.
211.—La razón fundamental en que se apoyaban
los Escolásticos para afirmar que el juicio no puede
consistir en un acto único, era porque este acto debe-
ría tener por objeto al sujeto, al predicado y á la có-
pula. Lo cual lo tenian por imposible, porque nuestro
entendimiento no puede percibir muchas cosas, como
muchas, según enseña Santo Tomas (i). Pero esta
razón no parece que pueda tener gran peso; porque
nuestro entendimiento, al conocer la conveniencia ó
desconveniencia del sujeto ó del predicado, conoce
los tres elementos mencionados como partes de un
todo. Así es que el Angélico Doctor en el mismolugar
arriba citado enseña expresamente nuestra misma
doctrina, diciendo: «Cuando el entendimiento entien-
de la diferencia ó la comparación de una cosa á otra,
conoce los dos extremos diferentes ó comparados; pero
los conoce bajo la razón de la misma comparación ó
diferencia, como acabamos dedecir queconoce las par-
tes bajo la razón del todo (2).»
Primero percibe el sujeto, luego el predicado bajo
una forma absoluta; después estas percepciones ha-
cen brotar en él la percepción del predicado en ó fue-
ra del sujeto, y entonces forma el juicio. Porque el en-
tendimiento, como enseña allí mismo Santo Tomas,
nunca tiene dos actos á un mismo tiempo; y así, cuan-
do juzga, no está informado sino por el solo acto de

(1) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q. 85, art. 4.


(2) Id. ib. resp. ad 4.°'"
-í-¡7~
juzgar, que es un acto comparativo y verdaderamen-
te único. i
212.—Prueba de la p.—i." Nuestro entendimien-
to es una patencia progresiva, que comienza por la
carencia completa de conocimientos y después va
perfeccionándose sucesivamente, pasando de los actos
más imperfectos á los más perfectos: en lo cual se di-
ferencia de los Ángeles, que, como espíritus puros y
formas subsistentes por sí mismas, toda la ciencia la
recibieron al ser criados y no la adquirieron con el
discurso. Es así que la simple aprehensión de un ob-
jeto es un acto menos perfecto que el juicio sobre el
mismo objeto; porque con la primera el entendimien-
to no tiene.sino una conformidad incoada con la cosa
conocida y con el juicio la adquiere completa, razón
por la cual la verdad solo en el juicio se halla de una
manera perfecta (L. 299). Luego el entendimiento,
para juzgar sobre una cosa, primero la ha debido per-
cibir con una aprehensión simple.
213.-—2. La experiencia misma nos está diciendo
0

cada dia que, antes de juzgar, necesitamos llamar la


materia del juicio ante el tribunal de nuestra inteli-
gencia, proponiéndonosla ante los ojos de esta facul-
tad por medio de una aprehensión simple. Luego el
juicio requiere como condición previa la simple apre-
hensión del objeto.
214.—3. Nuestro entendimiento forma sus juicios
0

componiendo y dividiendo. Pues, como sabiamente


advierte Santo Tomas (1), nuestra inteligencia en su
manera de adquirir sus conocimientos se asemeja á
las cosas generables; las cuales no adquieren sino su-
cesivamente y por grados su perfección. Por donde,
al percibir por primera vez un objeto, no adquiere

(1) Santo Tomas, Summ, theol. 1 . p. q. 8 5 , art. 5.


—148—
conocimiento completo de él, sino que en esta su pri-
mera aprehensión percibe algo suyo solamente, v. gr.
su esencia, la cual es su primero y principal objeto.
Después percibe sus propiedades, sus accidentes y las
habitudes diversas que acompañan á la esencia y por
tanto tiene necesidad para esto de juntar en uno por
medio de la síntesis ó composición estos segundos
conocimientos con el primero. Es así que en la síntesis
precisamente es donde reside el juicio y no en la sim-
ple aprehensión. Luego ésta es con respecto á nuestro
entendimiento condición previa para aquélla, y por
tanto todo juicio nuestro depende por necesidad de la
simple aprehensión del objeto sobre que ha de versar
el tal juicio.
215.—Por aquí se ve que la primera operación de
nuestro entendimiento no es el juicio, comofalsamente
han opinado Cousin y otros varios filósofos que le han
seguido en esta parte. «La idea ó simple aprehensión
de un objeto, según escribe García Luna (1), es siempre
formada por el juicio; porque los objetos no son cono-
cidos sino mediante sus propiedades y así en la per-
cepción de estas propiedades va envuelto el juicio con
que se las atribuimos al sujeto.» Esto mismo enseña
también el Ilustrísimo Señor Arbolí (2).
Ciertamente, hay muchas ideas que deben su exis-
tencia á juicios anteriormente formados; pero esto no
quita que estos mismos juicios hayan dependido en
su formación de otras ideas más vagas é imperfectas.
El conocer el objeto por sus propiedades no implica
anterioridad deljuicio con respecto á la idea, ó simple
aprehensión, sino antes bien todo lo contrario. Porque

(1) Tomas García L u n a , Lecciones de Filosojia eléctica,


tom. 2. lecc. 16, pág. 127.
(2) Arbolí, Psicol. 1. p. secc. 2 . lecc. 2. n. 52,
a a
- 1 4 9 -
ántes que estas propiedades hayan sido percibidas bajo
una forma relativa, ó como propiedades de un sujeto,
en lo cual consiste el juicio, el entendimiento las ha
debido conocer bajo una forma absoluta, vaga é im-
perfecta, que es lo que constituye la simple apre-
hensión.
216.—Aun cuando queramos opinar con Suarez y
otros varios que nuestro entendimiento percibe los
singulares antes que los universales, todavía siempre
será verdad que la simple aprehensión es anterior al
juicio y que éste depende de aquella. Porque en este
caso el entendimiento en su primer acto percibirá el
singular al modo de los sentidos, esto es, represen-
tándoselo confusamente como un todo concreto, sin
distinguir entre el sujeto y sus cualidades. Aquella
mirada primera encerrará una Vision total y confusa
del objeto, sin distinguir partes de partes, y por lo
tanto no pasará los límites de una aprehensión sim-
ple. La podemos llamar, si queremos, juicio virtual é
implícito; pero en ninguna manera juicio formal y ex-
plícito. Y aun entonces con prioridad de naturaleza
siempre será anterior la simple aprehensión al juicio;
porque el concepto absoluto es anterior al relativo.
Lo único por consiguiente que se tendrá en la opinión
de Suarez, es que este juicio virtual é implícito pre-
cederá á la formación de la idea ó aprehensión uni-
versal, pero no á la idea ó aprehensión particular.
217.—Prueba de la i." p.—1.° El juicio es un acto in-
telectivo, puesto que procede del entendimiento. Es
así que un acto intelectivo que nada entiende, es una
pura quimera. Luego con el acto de juzgar entende-
mos algo y por lo tanto el juicio es un acto verdade-
ramente cognoscitivo.
2. El juicio es el acto con que el entendimiento se
0

dice á sí propio que á un sujeto conviene ó repugna


•"-150-
un predicado. Es así que el tal acto es el verbo men-
tal con que conoce la conveniencia ó repugnancia
mencionadas; pues el entendimiento no se habla á sí
propio sino representándose mentalmente el objeto
expresado por su idea. Luego el juicio es un acto ver-
daderamente cognoscitivo.
3. En el juicio se hallan plenamente la verdad y la
0

falsedad, como lo hemos notado en la Lógica (L. 299).


Es así que la verdad y la falsedad son propiedades del
conocimiento propiamente dicho; puesto que el cono-
cimiento, y no otro acto distinto de él, es el que se
denomina verdadero ó falso por razón de su confor-
midad ó desconformidad con el objeto. Luego el acto
de juzgar es propia y estrictamente cognoscitivo del
objeto sobre que versa.
4. Si la adhesión de la mente al objeto conocido,
0

en la cual consiste el juicio por confesión de todos los


filósofos fuera un conocimiento ó sea una expresión
ideal del objeto, tendría que ser por fuerza una cierta
inclinación ó impulso del entendimiento hacia el ob-
jeto ya presente, para unirse con él y poseerlo al mo-
do que se inclina la voluntad hacia el bien; pues no
se ve que otra cosa pueda ser la adhesión dicha. Es
así que la inclinación é impulso son incapaces de ver-
dad y falsedad, pues no expresan en su concepto for-
mal ninguna conformidad ó desconformidad con res-
pecto al objeto. Luego, consistiendo el juicio en .una
cosa distinta del conocimiento propiamente dicho, la
adhesión mencionada no puede ser verdadero juicio.
5. Finalmente, en la hipótesis contraría los juicios
0

ciegos de Reid no repugnarían absolutamente, antes


se darían muchos juicios de esta clase; á saber, todos
aquellos que son imperados por la voluntad. Por don-
de el P. Tongiorgi, que defiende la doctrina por
nosotros aquí refutada, no condena en absoluto los
-151-
juicios no comparativos sino solo de una manera
restringida (i). Ahora bien; de aquí podrían tomar
ocasión los reidianos para decir que todos los juicios
primeros llamados por ellos instintivos se deben al
influjo de la voluntad y que por lo tanto los hace el
entendimiento sin comparar unas ideas con otras.
218.—Contra lo que acabamos de probar en el nú-
mero precedente dicen algunos: i.°No todo acto de
la inteligencia debe ser conocimiento, como no todo
acto de la facultad de juzgar es juicio, ni todos los
de la de discurrir ó amar son discursos ó amores.
2. El acto de juzgares lo que en el exterior viene
0

expresado con las palabras es y no es, las cuales no


significan nada por sí solas; luego tampoco el juicio
es por sí solo expresivo de ninguna cosa. 3. Si el 0

juicio fuera expresivo del objeto, él solo lo enunciaría


todo entero y así las percepciones del sujeto y del
predicado serían inútiles (2).
219.—Respuesta.—Á lo primero se responde: i.°
que las facultades de juzgar, discurrir y aprehender
simplemente son en realidad una sola, la cual en
todos sus actos conoce de una manera ú otra el obje-
to sobre que versa: 2. que si no todo acto de la vo-
0

luntad es amor formal, pero todos ellos son afectos


prosecutivos ó aversativos de amor ó de odio: de
donde resulta que también todos los actos de la inte-
ligencia deben ser conocimientos prosecutivos ó
aversativos de afirmación ó negación, ora sean estas
afirmacones y negaciones explícitas, como sucede en
el juicio propiamente dicho, ora sean implícitas como
acaece en la simple aprehensión, que es un juicio
incoado ó implícito.

(1) Tongiorgi, Psycolog. lib. 3 . cap. 10, art. 4, n. 494.


(2) Benedicti, Philoscphia peripatética, lib. 3 , q. 2, cap. j .
220.—A lo segundo decimos que el juicio expresa
directamente la cópula; pero como ésta es una rela-
ción y las relaciones no pueden ser conocidas sin ser
conocidos al mismo tiempo los términos correlacio-
nados, por esta causa expresa también de una manera
indirecta y oblicua al sujeto y al predicado. Esto mis-
mo hacen á su modo en la enunciación externa del
juicio las palabras es y no es; porque expresan formal-
mente una relación de conformidad ó desconformi-
dad. Solo que no lo hacen de una manera expresa
como el acto interno; porque éste enuncia por sí solo
claramente el objeto entero del juicio y las palabras
mencionadas no son capaces de tanto, por no sernos
á nosotros posible enunciar el acto formal de juzgar
sin enunciar también los conocimientos formales y
expresos del sujeto y del predicado que han debido
preceder al de la relación de entrambos.
221.—Á lo tercero finalmente se contesta que las
aprehensiones del sujeto y del predicado son necesa-
rias para' que el entendimiento pueda aprehender la
relación de entrambos; porque en el orden cronoló-
gico antes que el conocimiento relativo es el absoluto,
y así no podría conocer los términos del juicio bajo
una forma relativa, si antes no los hubiera percibido
bajo una forma absoluta.
222.—El P. Tongiorgi recurre á otra clase de argu-
mentos diciendo: i.° El conocimiento de la conve-
niencia ó discrepancia del sujeto y del predicado es
causa de la afirmación y negación. Luego éstas son
cosas distintas del conocimiento dicho. 2.° Si el juicio
no fuera cosa realmente distinta del conocimiento de
la conveniencia ó discrepancia mencionadas, no po-
dría haber juicio alguno temerario, todos los juicios
serían verdaderos, ningún juicio podría ser imperado
por la voluntad, no podrían finalmente darse los di-
- i n -
versos estados de ignorancia, duda, certeza, etc., que
en nosotros esperimentamos (i).
223.—Toda esta serie de argumentos que con gran-
de fuerza desarrolla el sobredicho autor, en nuestro
juicio es de muy poca consistencia. El primero solo
prueba que entre las aprehensiones de la convenien-
cia ó discrepancia mencionadas y la afirmación y
negación hay realmente alguna distinción. Pero esta
distinción no es necesario que sea real y física, bas-
tando para ello la lógica y de razón. Así como la evi-
dencia de un juicio es causa de su certeza y sin em-
bargo estas dos cosas no se distinguen realmente
del mismo acto evidente y cierto; de la misma mane-
ra la aprehensión dicha es causa de la adhesión, pero
ambas en realidad se identifican con el acto de cono-
cer y de adherirnos á la verdad conocida. Porque
esto tiene el juicio sobre la simple aprehensión; que
con él conocemos no solamente el objeto sino tam-
bién la conformidad de nuestro conocimiento con el
objeto, y así en este sentido nos adherimos á la ver-
dad conocida (L. 302). El juicio es una aprehensión,
pero de tal naturaleza no deja suspenso al entendi-
miento como las simples aprehensiones, sino que lo
une á uno de los dos extremos contradictorios (2).
224.—Los demás se disipan, si mucho no nos equi-
vocamos, con una sencilla observación. Nuestro en-
tendimiento puede concebir como imidos dos objetos
que en realidad están separados, ó como separados dos
objetos que en realidad están unidos: en esta compo-
sición y división de conceptos es donde está colocado

(1) Tongiorgi, Psiscologi*,, lib. 3 . cap. 10.


(2) Véase sobre esto el P. Alfonso Malpartida, dispút, in
tres Aristot. lib. de anima, disp. 14, sect. 3 . y el P. Suarez en
los dos lugares arriba citados.
el juicio. Ahora bien; cuando forma este género de
composiciones y divisiones, entonces su concepto re-
presenta el objeto al revés de lo que es en sí, y es por
lo tanto falso (i).
Véase pues cómo el acto del entendimiento, sin ser
cosa realmente distinta del conocimiento, puede ser
falso; antes, como hemos probado más arriba, para
que pueda ser falso el juicio, debe consistir en un co-
nocimiento. Con esto ya se ve cómo puede ser tam-
bién imperado por la voluntad y temerario, y cómo
podemos hallarnos en los diversos estados de duda,
ignorancia, certeza, etc. con respecto á algún objeto.
Porque la composición y división de los conceptos no
siempre se hace de manera, que resulte clara la rela-
ción de conformidad ó desconformidad entre ambos;
ni siempre tampoco se hace bajo el solo influjo del
objeto, sino que puede influir, é influye de hecho, mu-
chas veces la voluntad en la inteligencia para que
componga idealmente las cosas á su gusto y las con-
ciba por consecuencia de una manera falsa y diversa
de lo que son en sí. En todos estos casos el conoci-
miento adquirido ósea el juicio formado por el enten-
dimiento podrá ser falso, temerario, etc.; porque es
un acto imperado por la voluntad y acomodado al
gusto y capricho de esta potencia.

(i) V . Santo Tomas, Summ, theol. i. p. q. 17, art. 3 .


PROPOSICION QUINTA.
'Repugnan los juicios sintéticos á prior i de Kant y los
instintivos de Reid-
225.—Observación. — Llámanse juicios sintéticos
aquellos cuyos términos no se incluyen uno á otro en el
orden de las ideas; de suerte que ni analizando el suje-
to podemos llegar á la noción del predicado ni en la
idea de éste se encuentra tampoco la de aquél. Los jui-
cios de la experiencia son todos de esta clase; pues en
ellos sabemos que el predicado conviene al sujeto, no
porque sea de su noción ó esencia, sino porque así nos
lo atestigua la experiencia. Los filósofos no habían co-
nocido otra clase de juicios sintéticos que estos; á los
demás los dieron el nombre de analíticos; de suerte
que para ellos analítico y a priori eran una misma
cosa, lo mismo que sinténlico y a posteriori. Kant sin
embargo pretendió haber hallado una clase de juicios
sintéticos, cuya conveniencia entre el sujeto y el pre-
dicado no nos consta por la experiencia ni por la sim-
ple análisis, sino que es afirmada sin ser vista por
irresistible impulso de nuestra naturaleza; y por esta
causa dio á estos juicios el nombre de sinténticos a prio-
ri. Reid enseñó también como Kant que ciertos jui-
cios los formamos y tenemos por verdaderos, no por-
que percibamos su verdad en manera alguna, sino
porque á ello somos arrastrados por el ímpetu ciego
de nuestra razón, que está de suyo inclinada á la ver-
dad aun sin percibirla ni sentirla. Ambos en el fondo
profesaron una misma doctrina; por consiguiente uno
y otro pueden ser refutados con los mismos argumen-
tos, si bien á cada uno se le puede atacar además en
particular por razón de su peculiar sistema, como he-
mos hecho en la Lógica.
- I 5 6 -
226.—Demostración.—1.° Según lo demostrado en
la tercera parte de la tesi s precedente, el acto de juz-
gar depende délas aprensi ones previ as del sujeto y
del predi cado. Es así que estas aprehensi ones no son
necesarias si no por vía de di sposi ci ón previ a para
que el entendimiento pueda ver la relaci ón de los dos
términos del jui ci o y asi afi rmarla. Luego el entendi -
miento no forma ni ngún jui ci o i nsti nti vo y ci ego,
sino que antes de juzgar i nvesti ga la relaci ón de un
término con otro y después la afi rma según que se le
muestra, ya por el orden analítico de las i deas, ya por
el sintético de los hechos.
2. Los jui ci os si ntéti cos apriori de Kant y los i ns-
0

tintivos de Rei d conducen derechamente al escepti -


cismo que son destructores de toda ci enci a, como lo
hemos demostrado en la Lógi ca (402 y si gui entes).
Luego no puede menos de repugnar al humano en-
tendimiento.
3. Fi nalmente, los juicios que llama Kant sintéticos
0

a priori, son ó analíti cos ó sintéticos aposteriori; y los


que consi dera Rei d como i nsti nti vos y ci egos, son en
realidad de verdad evi dentes, al menos con evi denci a
lata. Luego los fundamentos en que uno y otro se
ароз'ап para establecer sus rui nosos si stemas son
completamente falsos.
227.—Por lo que hace á los de Rei d, basta lo que
sobre ellos hemos escri to en la Lógi ca (196 y si gui en-
tes). En orden á los de Kant son manifiestamente ana-
líticos los siguientes: No existe efecto sin causa.—Siete
y cinco son lo mismo que doce.—La linea recta es el ca­
mino má s corto que hay entre dos extremos. Porque en
la idea de efecto va incluida la de causa; en la de 7+5 la
de 12, y en la de línea recta la de la menor distancia
entre dos puntos. Asi mi smo, son si ntéti cos ó experi -
mentales los si gui entes, contados por Kant entre los
— í 57 —
sintéticos a priori. En todas las mudanzas corpóreas
siempre permanece la misma cantidad de materia.—La
acción y la reacción son iguales en lodos los movimien-
tos corporales (i): porque la verdad de ambos juicios
no la sabemos sino por la experiencia.

§111. NATURALEZA, OBJETO Y ACTOS DE LA RAZÓN HUMANA.

228.—Sobre la naturalaza de la razón humana al-


gunos yerran suponiendo que la razón es una poten-
cia realmente distinta del entendimiento. En orden
al objeto de la facultad mencionada claro está que el
formal es el representado en las premisas y el material
el representado en la conclusión; puesto que á este
segundo nos adherimos por la adhesión que presta-
mos al primero (L. 349). Lo que resta por consiguien-
te averiguar es si con el acto de la conclusión perci-
bimos el objeto representado en las premisas ó lo
suponemos simplemente ya percibido. Sobre esto no
están acordes los filósofos y no se sabe nada de cier-
to; lo cual no nos debe dar gran pena, porque la cosa
es de poca importancia. Sobre los actos finalmente
conviene investigar: 1." si el entendimiento, asintien-
do á las premisas, puede dejar de asentir á la conclu-
sión, y 2. si para asentir á la conclusión debe tener
0

un conocimiento reflejo de la verdad de la ilación.


Sean pues las siguientes proposiciones.

(1) Véase sobre estos juicios del filósofo alemán la Filosofía


fundamental de Balmes, lib. 1. cap. 29.
PROPOSICIÓN PRIMERA.

La razón humana no es una facultad realmente distinta


del entendimiento.

229.—Demostración.—Llámase razón la facultad de


discurrir pasando de uno ó varios juicios á otro. Es
asi que una facultad de esta clase no se distingue real-
mente del entendimiento, sino que es esta potencia
misma en cuanto apta para conocer un objeto me-
diante el conocimiento ya adquirido de otro. Lue-
go etc.
La mayor no necesita de prueba; porque es la mis-
ma definición de la razón admitida por todos. La
menor se prueba con mucha facilidad eh esta forma:
Uno mismo es el móvil en el punto de partida, en el
camino por donde se mueve y en el término del viaje.
Es así que la razón con sus discursos se mueve men-
talmente de unos juicios á otros y se identifica con el
entendimiento no solo en el punto de partida sino
también en el último término del viaje; puesto que en
su movimiento progresivo arranca de los principios
conocidos con el entendimiento y con su movimiento
reflexivo y científico termina en estos mismos princi-
pios. Luego la razón no es en realidad sino el mismo
entendimiento, en cuanto apto para conocer una ver-
dad mediante el conocimiento de otras (1).

(1) Véase sobre esto Santo Tomas, Summ. theol. 1. p. q. 79,


art. 8.
PROPOSICIÓN SEGUNDA.

En la conclusion es conocido formalmente de una ma-


nera confusa el objeto de las premisas.

. 230.—Observación.—Esta proposición la defende-


mos como más probable que su contraria sostenida
por los Escotistas. Enseñaba expresamente Santo
Tomas con estas palabras: «Nuestro entendimiento
entiende primero los principios en sí mismos, y des-
pués en las conclusiones, en cuanto que asiente á las
conclusiones por los principios (1).» Con el Angélico
Doctor están los Tomistas generalmente, y muchos au-
tores de la Compañía de Jesús (2).
231.—Pruebas.—1.° Repugna un asentimiento con
que no veamos en el objeto razón alguna para ser
abrazado; porque todo asentimiento debe mirar su
objeto como digno de ser abrazado por el entendi-
miento y por consiguiente como provisto de razo-
nes suficientes para ser admitido. Es así que la razón
suficiente por la cual es admitido el objeto de la con-
clusion, es el objeto representado en las premisas.
Luego el acto con que nos adherimos á la conclusion,
debe representar, no solo el objeto de esta conclusion,
sino también al menos de una manera confusa el re-
presentado en las premisas.
2. Repugna un efecto sin su causa correspondiente.
0

Es así que la conclusion de todo silogismo tiene por


causa ó por principio determinante al objeto repre-
sentado en las premisas. Luego este objeto debe

(1) Santo Tomas, Summ. theol. i . 2. q. 8 , art. 3 .


a A

(2) Véase el P. Losada, de anima, disp. 8, cap. 4 , n. 9 6 ,


quien también está en favor de esta opinión.
— i6o—
influir inmediatamente en ella, siendo conocido al
menos de una manera confusa. Porque la razón obje-
tiva de un conocimiento no mueve sino en cuanto co-
nocida de algún modo al menos confuso.
3 . La conclusión no es un juicio absoluto sino re-
0

lativo á los dos emitidos en las premisas y esta rela-


ción viene indicada con la partícula Luego. Es así que
lo relativo, como tal, no puede ser conocido sin que
se conozca con el mismo acto el otro término de la
relación y este término con respecto al objeto de la
conclusión es el objeto de las premisas. Luego la
mente no puede conocer el objeto de una conclusión
sin que con este mismo acto conozca, al menos de
una manera indirecta y confusa, el objeto de las pre-
misas.
232.-—Dicen los adversarios: i.° Si la conclusión re-
presenta de una manera formal, el objeto de las pre-
misas, todas las conclusiones serán juicios causales,
en que digamos A = C porque A = B y B = C . 2. En esta
0

hipótesis el medio entraría en la conclusión contra


lo que dicen los lógicos. 3. Nunca podría seguirse un
0

consiguiente verdadero de un antecedente falso. Por-


que, como acabamos de observar, en la suposición
mencionada todas las conclusiones serían juicios cau-
sales. Ahora bien, en el juicio causal el consiguiente
ó causado no puede ser verdadero sino siéndolo tam-
bién el antecedente ó causa. 4. Finalmente, siempre
0

que volviéramos á adherirnos á alguna proposición


demostrada, deberíamos pensar por esto mismo en
toda la serie de raciocinios por los cuales habla sido
demostrada, lo cual raras veces sucede.
233.—Respondamos brevemente á estas razones.
Á la primera negamos que tal consecuencia se infiera
de nuestra doctrina. Porque para que una proposi-
sicion sea propiamente causal, se necesita que tanto
— IÓI —
la-causa como el causado sean percibidos y afirmados
directa y explícitamente. Ahora bien, el conocimiento
del objeto de las premisas que nosotros ponemos en
la conclusión es sólo indirecto é implícito. Luego...
Á la segunda se responde que el medio no debe en-
trar en la conclusión de una manera explícita y direc-
ta, pero sí implícita é indirectamente como razón de
conveniencia ó discrepancia de los extremos, lo cual
viene indicado con la partícula: Luego.
A la tercera decimos que el consiguiente, en cuanto
tal, ó sea en cuanto deducido de un antecedente falso,
siempre debe ser falso por la razón sencilla de que lo
falso no puede ser raiz y fuente de lo verdadero. Se
dice sin embargo que de un antecedente falso se pue-
de seguir un consiguiente verdadero; porque éste,
como proposición absoluta y no deducida de las pre-
misas falsas, puede ser verdadero.
Á la cuarta respondemos que cuantas veces volve-
mos á admitir mentalmente una verdad por nosotros
demostrada, percibimos también la demostración
pero de una manera muy oscura, acordándonos, por
ejemplo, de que en otro tiempo la demostramos ó ha-
ciendo otra cosa parecida; y de esto nos da testimonio
la experiencia.

PROPOSICIÓN T E R C E R A .

El entendimiento, asintiendo d las premisas, no puede


menos de asentir á la conclusión, con tal que sea clara
la conexión entre ésta y aquéllas.

234.—Demostración.—'El entendimiento, indepen-


dientemente de la voluntad y sin ser movido por ella,
asiente al objeto que se le presenta como evidente;
porque entonces el objeto obra sin obstáculo alguno.
Psicología. II
IÓ2

y con toda su fuerza natural en la potencia natural-


mente inclinada á lo verdadero en general. Es así que,
cuando la conexión entre las premisas y la conclusión
es manifiesta, ésta última se presenta como claramen-
te verdadera ante los ojos del entendimiento que admi-
te como verdaderas las primeras. Luego, admitidas las
premisas, no podrá menos de admitir la conclusión.
Si las premisas son evidentes y las admite por
lo tanto sin restricción alguna, la conclusión la admi-
tirá en la misma forma; si por el contrario son sola-
mente probables, la conclusión será admitida necesa-
riamente por él como probable. Así, por ejemplo,
nadie opina que Pedro perdió los ojos sin juzgar
al mismo tiempo que se quedó ciego, ó que todos
los asistentes á un convite se pusieron beodos sin
juzgar esto mismo de Juan que fué uno de ellos, etc.

PROPOSICIÓN CUARTA.

El entendimiento, para asentir á la conclusión después


de admitidas las premisas, no necesita conocer con un
acto reflejo la legitimidad de la ilación, sino que le basta
un conocimiento directo de la misma.

235.—Demostración.—Al entendimiento que admite


como verdaderas las premisas de un raciocinio, para
asentir á la conclusión le basta que se le muestre
claramente la conexión que existe entre el objeto de
la conclusión y el de las premisas. Porque con esto
solo no podrá menos de admitir como verdadera
la conclusión, según lo dicho en la proposición pre-
cedente. Es así que el acto de conocer la conexión
dicha es directo y no reflejo; porque no versa sobre
acto alguno anteriormente producido sino sobre
la conexión objetiva y externa entre el objeto de la
- I Ó 3 -

conclusión y el de las premisas. Luego para poder


asentir el entendimiento á la conclusión de un racio-
cinio después de admitidas las premisas, le basta sin
hacer reflexión alguna sobre sus propios actos cono-
cer directamente la conexión necesaria que existe en-
tre el objeto de la conclusión y el de las premisas.
236.—Este conocimiento directo de la ilación obje-
tiva, como nota muy bien el P. Losada (1), lleva ne-
cesariamente consigo un conocimiento indirecto de
la buena ilación formal de nuestros actos. Porque
mientras representa expresa y señaladamente in actu
signato la evidente conexión objetiva que existe entre
la conclusión y las premisas, anuncia también exercite
ó. por vía de hechos que los tres actos internos con que
ha sido formado el raciocinio están en perfecta armo-
nía con las reglas de la Lógica y que por consiguiente
el tercero se sigue legítimamente délos dos anteriores.
En virtud de esta noticia implícita que nos trae el
conocimiento dicho, nuestro entendimiento, sin hacer
reflexión sobre sus propios actos, está dispuesto para
dar cuenta de la legitimidad de su raciocinio. Porque
con ella ya puede reflejar sobre sí mismo, mediante el
imperio de la voluntad, y ver de una manera expresa
y formal que su rociocinio ha sido conforme á las re-
glas de la Lógica.

§ IV. NATURALEZA, OBJETO Y ACTOS DE LA MEMORIA


INTELECTIVA.

237.—La memoria intelectiva se suele tomar en dos


sentidos. En el primero significa la facultad de retener
las ideas ó especies de los objetos ya entendidos y de usar
de ellas para volverlos á pensar de nuevo. En el segundo

(1) Losada, Lógica fusior, tract. 1. disp. 1. cap. 7. n. 22.


- 1 0 4 -
es lo mismo que la facultad de recordar ó de reconocer
las ideas anteriormente adquiridas, conociéndolas, no
como quiera, sino como pasadas ó bien como en otro
tiempo presentes al espíritu.
238.—Que se den estas dos clases de memoria inte-
lectual, es evidente. Porque por lo que hace á la pri-
mera, la ciencia que adquiere un hombre cualquiera
con el frecuente y repetido estudio sobre algún objeto,
en realidad no es otra cosa que una cierta colección de
especies ó ideas que sucesivamente se ha ido él for-
mando y que sehanido depositando en su inteligencia
de una manera ordenada (1). Y por lo que atañe á la
segunda, es cosa clara que recordamos no solo las co-
sas anteriormente sentidas, lo cual pertenece á la me-
moria sensitiva, sino también los actos puramente
espirituales que ejercimos en otro tiempo, lo cual no
lo puede practicar sino la memoria intelectiva. Su-
puesta pues la existencia de esta facultad, vamos á
estudiar su naturaleza, su objeto y sus actos valién-
donos al efecto de las proposiciones siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La memoria intelectiva no se distingue realmente del


entendimiento,
239.—Demostración.—1.° Cuando una potencia versa
sobre algún objeto, considerándolo naturalmente bajo
cierta razón genérica y común á varias diferencias, á
esta misma potencia corresponden como objeto tam-
bién propio estas diferencias. Así, porque la vista, por
ejemplo, tiene por objeto propio lo colorado, como tal,
á ella pertenece percibir las diferentes especies de lo

•(1) • V . Losada, de anima, cap. 4, n. 104.


-165- .
colorado, ó sea lo blanco, lo verde, lo amarillo, etc. Es
así que la inteligencia versa sobre sus objetos propios
considerándolos naturalmente bajo la razón genérica
del ser, común á todas las clases de seres, ora presen-
tes, ora pasados, ora futuros. Luego á ella correspon-
de como objeto propio conocer, tanto lo pasado como
lo presente y lo futuro; y por tanto, la memoria intelec-
tiva no es sino el mismo entendimiento, en cuanto apto
-

para conocer espiritualmente los hechos pasados (i).


240.—2. El entendimiento, siendo como es una fa-
0

cultad cognoscitiva más perfecta que la imaginación


y la memoria sensitiva, no debe tener menor virtud
que ellas para conservar y reproducir las especies de
los conocimientos por ella producidos. Es así que la
imaginación y la memoria sensitiva conservan y re-
producen las especies de sus propios actos. Luego esto
mismo debemos afirmar de la inteligencia y por con-
siguiente la memoria intelectiva no es una cosa natu-
ralmente distinta de ella. k

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

El objeto propio y directo de la memoria intelectiva son


los actos perceptivos y apetitivos del sujeto pensante; mas
los objetos concretos y materiales de estos actos no perte-
necen sino al objeto secundario é indirecto.

241.—Prueba de la 1." p.—El objeto propio y directo


de la memoria intelectiva, en cuanto facultad recor-
dativa, debe ser algo singular pasado que pueda ser
percibido directamente por el entendimiento bajo la
razón de singular; puesto que solo lo sigular en razón
de tal puede ser percibido como pasado, á causa de

(1) S . Tom. Summ. theol. 1. p. q. 7 9 , art. 7.


— ¡66—
que todo lo universal prescinde de las circunstancias
particulares del tiempo determinado y concreto. Es así
que los actos perceptivos y apetitivos del sujeto pen-
sante son directamente percibidos, en cuanto singu-
lares, por la inteligencia á causa de su inmaterialidad,
como sucede á las intelecciones y voliciones, ó por ra-
zón de hallarse radicados en el alma espiritual que es
el principio y raiz de todos ellos y de las potencias con
que son producidos. Luego los actos dichos forman el
objeto propio y directo de la memoria intelectiva (i).
242.—Prueba de la 2. p.—Los objetos materiales y
a

concretos, en cuanto tales, no pertenecen al objeto


primario y directo d é l a inteligencia, según lo ante-
riormente probado (187-y siguientes). Luego ni en
cuanto presentes, ni en cuanto pasados, ni en cuanto
futuros pueden ser objeto primario y directo de la
memoria intelectiva. Por otra parte son conocidos por
ella, puesto que hablamos de ellos y emitimos nues-
tros juicios acerca de ellos en cuanto anteriormente
pensados. Luego por fuerza deben pertenecer á su ob-
jeto secundario é indirecto.

PROPOSICIÓN T E R C E R A .

Las especies de la memoria intelectiva no se borran


nunca; pero no pueden ser excitadas en la presente vida,
sin el concurso de la memoria sensitiva.

243.—Prueba de la 1.* _p.— Las especies impresas en


la memoria intelectiva no tienen ningún principio de
corrupción; puesto que el sujeto donde residen, es
incorruptible y siempre permanece el mismo y ellas
por otra parte carecen de contrario que tienda á

(1) S . Tom. Summ. theol. art. 6. ad 2 . U M


- i ó 7 -
destruirlas. Luego, una vez impresas en la memoria
mencionada, deben permanecer en ella perpetua-
mente. Así es que esta doctrina es comunmente ad-
mitida por-la generalidad de los filósofos.
El P. Arriaga con los Nominales opina que las tales
especies son de tal naturaleza, que exigen ser conser-
vadas por algún espacio de tiempo y nada más;
como sucede al ímpetu impreso á los cuerpos y á las
vibraciones sonoras del aire (i). Pero estos ejemplos,-
que podían tener algún valor en la Física de su tiem-
po, en el presente estado de la ciencia son entera-
mente insuficientes para tal propósito; porque el
ímpetu dicho tiene en contra la gravedad de la tie-
rra y las vibraciones sonoras tienen que extinguirse
con la difusión continua de su movimiento, nada de
lo cual puede suceder á las especies dichas (2).
244.—Prueba de la 2. p.—La experiencia cuotidiana
a

nos está diciendo que nos es imposible recordar


muchas cosas que habíamos sabido en otro tiempo.
Esto no puede provenir de que carezcamos de sus
especies intelectuales, como acabamos de probar en
la primera parte de está tesis. Luego debe ser atri-
buido á que se nos han debido borrar las especies de
la memoria sensitiva, sin cuyo concurso no puede
funcionar la inteligencia ni usar de sus especies ó
ideas adquiridas, como lo dejamos ya probado más
arriba (167 y siguientes). Tanto más, que la misma
experiencia nos atestigua que nuestra memoria inte-
lectual depende de la sensitiva en el ejercicio de sus
funciones, como también lo dejamos observado en el
presente tratado (116).

(1) Arriaga, Cursus philos., disput. 6, de anima, sect. 6.


(2) Véanse sobre esto el P . Losada, Cursus pililos., tértia
pars, tract. de anima, disp. V I , n. 47, y el P . Quirós, de ani-
ma, disp. 92, sect. 3.
— 168 —

PROPOSICIÓN CUARTA.

La excitación de las especies ó ideas en la memoria es


debida: i." á la conmoción natural de los humores del
cuerpo; 2.° á la asociación de unas ideas con otras;
y." al imperio de la libre voluntad.

245.—Prueba de la i. p.—La excitación de las espe-


a

cies en la memoria no es otra cosa que la determina-


ción de las mismas á obrar produciendo juntamente
con la potencia intelectiva actos cognoscitivos seme-
jantes á los anteriormente habidos. Es así que en esta
determinación influyen naturalmente los humores
del cuerpo puestos en conmoción por una causa cual-
quiera; pues así se ve que los. melancólicos, por ejem-
plo, son inclinados á pensar cosas tristes, los sanguí-
neos por el contrario cosas alegres y los coléricos
atroces; por donde sobre estas mismas materias sue-
len también versar sus sueños con mucha frecuencia.
Luego...
246.—Prueba de la 2." p.—La asociación de las ideas
consiste en la afinidad ó conexión que tienen unas
con otras; ya por la afinidad, semejanza ó conexión
de sus objetos, ya también por el modo en que han
sido adquiridas. Es así que esta afinidad y conexión
hacen que unas ideas llamen á otras, cómo cada uno
lo puede experimentar en sí mismo. Luego...
Así, por ejemplo; la sola vista de uno que nos ha
ofendido, nos trae á la memoria la serie entera de las
injurias que ha cometido contra nosotros: las prime-
ras.pálabras de un discurso suscitan en nosotros las
especies de las otras que vienen inmediatamente des-
pués, y éstas las de las siguientes, hasta llegar al fin;
— i6g —
porque al. mandarlas á la memoria miramos de una
manera refleja al orden con que van colocadas.
En general podemos decir que, en virtud de esta
afinidad y conexión natural de unas ideas con otras,
el objeto de una percepción pasada se presenta todo entero
á nuestro entendimiento, cuantas veces se nos ofrece una
parte suya. Y como lo que forma un todo con respecto
á las partes que lo componen, puede formar parte á
su vez de otras clases de todos diferentes; de aquí es
que con mucha facilidad puede pasar nuestra mente
de un objeto á otro, y aun discurrir de la manera más
disparatada del mundo, sin orden ni concierto, si la
voluntad, que tiene influjo sobre las demás potencias,
no dirige su actividad y la hace pensar en un cierto y
determinado sentido.
247.— Prueba de la 3. p.—El influjo de la voluntad
a

para excitar las especies de algún objeto es evidente


por sí mismo, pues cada uno tiene poder para poner-
se á pensar en lo que quiere y para renovar los pen-
samientos que sobre algún asunto ha tenido en algún
tiempo. Merced á este poderoso influjo fijamos la
atención de nuestra mente en un objeto determinado
ó en algunas partes de él por todo el tiempo que que-
remos; y así, concentrando nuestra actividad en algún
punto particular sin dejarla esparramarse y distraer-
se á otras cosas, logramos adquirir ideas claras y pre-
cisas de los objetos y nos hacemos poco á poco posee-
dores de las ciencias. De él viene también aquel conato
de la mente y de la imaginación, con que algunas ve-
ces andamos como buscando las especies perdidas y
discurriendo de un lado á otro para encontrarlas.
248.—Sin embargo, es preciso advertir, que para
que la voluntad pueda imperar á la inteligencia que
aplique su atención á un objeto determinado, ya debe
tener de antemano alguna noticia vaga y confusa
— i o~7

acerca de él; porque es imposible querer lo que en


ninguna manera es conocido. Algún conocimiento
vago por lo tanto siempre precede al imperio de la
voluntad, y ésta con su influjo soberano no puede ha-
cer más en estaparte sino que veamos claro lo que
antes conocíamos confusamente, ó que nos pongamos
á pensar en un objeto ya conocido para que la mente
descubra en él las relaciones que hasta entonces le ha-
bían sido desconocidas y pase de este modo de lo co-
nocido á lo desconocido con la fuerza del raciocinio.
Por eso se dice con mucha razón qué las primeras
ideas no están en nuestra mano.

§ V . NATURALEZA, O B J E T O S Y ACTOS D E LA CONCIENCIA.

249.—La definición de la conciencia ya la dejamos


explicada en la Lógica (441 y siguientes). En ella he-
mos observado que hay dos especies de conciencia,
una directa llamada sentido intimo, por la cual expe-
rimentamos como nuestros todos los fenómenos psico-
lógicos que se pasan dentro de nosotros mismos, y
otra refleja, llamada generalmente con el solo nombre
de conciencia; por la cual, reflejando sobre nosotros
mismos, nos conocemos como causas y sujetos de
nuestros pensamientos directos. Cúmplenos ahora
examinar la naturaleza, objetó y actos de estos dos
géneros de conciencia, para lo cual nos serviremos de
las proposiciones siguientes:
PROPOSICIÓN PRIMERA.

La conciencia no se distingue realmente de la


inteligencia.

250.—Demostración.—La conciencia es aquella fa-


cultad con que entendemos que entendemos. Es así
que la facultad con que entendemos que entendemos,
es manifiestamente la inteligencia; pues ella es la que,
revolviendo sobre sus actos, los toma por objeto de
su consideración y los percibe como suyos propios
y como existentes en el mismo sujeto pensante. Lue-
go

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

ü\¡jingun acto de la conciencia directa es esencial al


alma humana.
251—Observación.—Descartes hizo esencial al alma
el pensamiento. Esta misma doctrina han profesado
después muchos discípulos suyos, señalando como
objeto de este pensamiento esencial la misma Esencia
divina. Por esta causa se les da generalmente el nom-
bre de Entistas ú Ontólogos; pues Dios es el Ente por ex-
celencia y ellos sostienen que nuestra alma, en virtud
de su propia esencia, está en perpetuo y perenne co-
nocimiento directo de este Ser purísimo. Otros, que
participan más ó menos de las ideas cartesianas, no
se atreven á tanto; pero ponen como esencial á nues-
tra alma la conciencia directa de sí misma, y este
sentimiento perenne y constante de su propio ser lo
consideran como primera raiz y fundamento de cuan-
tos actos perceptivos y apetitivos puede ella ejercer,
— ¡72 —
ora por sí sola, ora en unión con el cuerpo, según que-
da explicado más arriba (127). Contra estos últimos va
dirigida principalmente la presente tesis; si. bien los
argumentos con quesera probada, demuestran igual-
mente contra toda clase de cartesianos que ningún
pensamiento es esencial á nuestra alma.
252.—Demostración.—1.° El sentido íntimo ó con-
ciencia directa es un acto vital emanado de nuestra
alma. Es así que ningún acto es esencial á criatura al-
guna; porque en toda criatura la acción se distingue
realmente de la misma sustancia productora, y no es
por lo tanto sino un simple accidente suyo, sin el cual
puede ella existir absolutamente. Luego la tal concien-
cia no es esencial al alma humana.
2. El acto de experimentarse el alma humana á sí
0

propia no puede ser producido por ella sin el concurso


de la Causa primera. Es así que Dios no está obligado
á concurrir con criatura alguna, por más que ella ten-
ga inclinación natural á la acción, y por razón de su
independencia absoluta puede querer la conservación
de una sustancia criada negándole el concurso para
toda acción suya. Luego
3. Solo se podría decir que la conciencia ú otro
0

acto cualquiera es esencial á nuestra alma, cuando se


probase que su acción no es cosa realmente distinta
de su esencia ó sustancia; porque solo entonces donde
existiese la sustancia, existiría también la acción iden-
tificada con ella. Pero la identidad de la sustancia y de
la acción es cosa propia y exclusiva del Ser por esen-
cia, el cual solo es acto puro y no está compuesto de
potencialidad alguna (1). Luego...
253.—Dicen los cartesianos: i.° Al viviente intelec-
tual le es esencial la vida del mismo género. Es así

(i) V . Santo Tomas, Summ theoL 1. p. q, 54, art. 1.


— 173 —
que la vida no existe sin un acto vital. Luego á nuestra
alma le es esencial algún acto intelectivo. 2. Al alma
0

le es esencial el poder obrar. Es así que no estando en


acto no puede obrar; porque en tal caso estará en sim-
ple potencia con respecto á los actos que haya de pro-
duciry será menos perfecta que ellos, por ser más per-
fecto el acto que la potencia. Luego al alma le es esen-
cial estar en acto ó en actual ejercicio de su actividad.
254.—Respuesta.—La primera de estas facultades
confunde la vida sustancial con la vida en ejercicio. La
primera es esencial al alma, mas no la segunda,
(C. 185). La sustancia vital por el solo hecho de ser
existente y no meramente posible, ya es un acto vital
aun anteriormente á toda acción suya; porque el acto
se dice en contraposición á la potencia; y por tanto,
respecto de la sustancia vital posible, la sustancia vi-
tal existente es un acto, no accidental, como lo son
todas las acciones vitales de las criaturas, sino sustan-
cial. Así pues se suelta muy fácilmente distinguiendo
la mayor del silogismo en esta forma: Al viviente in-
telectual le es esencial la vida sustancial del mismo
género, lo concedo; la vida en ejercicio ó alguna acción
de la vida, lo niego.
La segunda confunde el acto segundo de la potencia
operativa con el primero (O. 522). Para que una poten-
cia operativa pueda producir un acto, no es necesario
que se halle en acto segundo con respecto á él sino
solo en acto primero; antes solo estando en acto pri-
mero es capaz de darle la existencia, porque el acto
segundo ya la supone dada. De donde se deduce que
nuestra alma, antes de producir el primero de todos
los actos que han emanado de su actividad, á lo me-
nos con prioridad de naturaleza (O. 465), ha debido
estar en acto primero con respecto á él ó sea con sim-
ple poder de producirlo. •
— 174 —
255'—Es completamente falso que el alma, antes
de producir un acto cualquiera, se halla en simple
potencia con respecto á él; porque esto significa que
no tiene entonces sino una mera capacidad pasiva de
recibirlo, como si fuera una pura materia prima, lo
cual no puede ser más absurdo. Lo que únicamente
se debe decir es, que antes de producir el acto segun-
do está en acto primero, próximo ó remoto, para
producirlo; y así, cuando obra, no pasa de la simple
capacidad resceptiv-a al acto, sino del acto primero al
segundo, como toda causa naturalmente activa que
se halla dotada de todos los requisitos necesarios
para poder producir su acción.
256.—Es también inadmisible la otra razón que
aducen para probar su tesis, diciendo que el aclo es
más perfecto que la potencia, y que por consiguiete, no
estando ésta en acto, no puede dar la existencia á
acto alguno. Con este argumento probarían los car-
tesianos que nuestra alma no puede producir abso-
lutamente ningún acto; porque antes de dar á un
acto la existencia no tiene sino potencia para produ-
cirlo, y la potencia, ségun ellos, es menos perfecta
que el acto. La potencia en acto primero próximo no
es menos perfecta que su acto segundo; puesto que
entonces lo contiene virtualmente y es capaz de
darle la existencia. Se dice que el acto es más perfecto
que la potencia, en cuanto que la potencia con el acto
envuelve mayor perfección extensiva que la potencia
sola, y en cuanto que la acción es de alguna manera
perfección de la causa de donde emana (O. 540).
257.—Pero añaden los defensores del sentido fun-
damental: i.° Nuestra alma se tiene á sí propia ínti-
mamente presente: por otra parte no carece de vir-
tud para conocerse. Luego no puede menos de expe-
rimentarse y sentirse. 2. Si el alma no se sintiera en
0
-175-
virtud de su propia esencia, se debería sentir en
cuanto que siente sus propias afecciones Es así que
éstas no las puede sentir como propias sin tenerse
primero sentida y experimentada directamente á sí
propia. Luego el alma se siente á sí misma indepen-
dientemente de toda afección que le sobrevenga y en
virtud de su propia esencia, y por lo tanto el senti-
miento de su propio ser le es esencial (i).
258.—Estos argumentos ya quedan refutados más
arriba en lo que dejamus escrito contra el sentido
fundamental (131-132). Por lo demás, si algo proba-
ran, probarían solamente que el alma se siente á sí
misma independiente de toda afección suya y en
virtud de su propia esencia: lo cual no quiere decir
que el sentimiento de su propio ser, ó sea la concien-
cia directa la sea esencial sino solamente natural y
necesario, como es natural al fuego el quemar. Pero
aun esto mismo es falso, como lo vamos á demostrar
en lá siguiente

PROPOSICIÓN T E R C E R A .

cA nuestra alma no le es natural ó necesaria la concien-


cia directa de si misma independientemente de toda
afección interna, sino que para sentirse ó experimentarse
necesita ser afectada por algún fenómeno psicológico.

259.—Demostración.—1.° Si á nuestra alma le fuera


natural ó necesaria la conciencia directa de sí misma
independientemente de toda afección que la modifi-
case, este acto le debería producir con el entendi-
miento; puesto que en sentir délos defensores del
sentido fundamental el alma se siente á sí propia por

(1) Tongiorgi, PsycoL, lib. 3, cap. 2, art. 2, n. 275.


— 176 —
sí misma y antes de ser unida al cuerpo, porque el
ser unida ya es una modificación ó modo de ser
suyo (1). Es así que nuestro entendimiento no puede
naturalmente producir acto alguno sin ser excitado
por la acción de los sentidos; pues esto se sigue nece-
sariamente de que nuestra alma no es un espíritu
puro sino un espíritu que es al mismo tiempo forma
sustancial de la materia. Luego nuestra alma en
tanto puede sentirse á sí propia, en cuanto se halla
actuada por algún acto psicológico que la haga sen-
sible.
260.—Dice muy bien Santo Tomas: «El antendi-
miento humano se ha en el género de las cosas inte-
ligibles como un ente en pura potencia, del mismo
modo que se ha la materia prima en el género de las
cosas sensibles; por lo cual es llamado posible. Por
tanto, considerado en su propia esencia, se ha como
inteligente en potencia y de aquí es que tiene de suyo
virtud para entender, pero no para ser entendido
sino bajo aquel respecto particular de la forma por
que está actuado. Ahora bien, á nuestro entendi-
miento en el presente estado de unión le es connatu-
ral el no entenderse á sí mismo sino según que se
halla en acto por las especies abstraídas de los senti-
dos mediante su virtud abstractiva. Luego no se
conoce en virtud de su esencia sino en virtud de su
acto (2).»
Este argumento que el Angélico Doctor aduce para
probar que nuestra alma no se puede conocer á sí
misma en virtud de su propia esencia sino mediante
sus actos, prueba de la misma manera que tampoco
puede sentirse sino en la forma dicha. Ciertamente,

(1) Tongiorgi, Psycol., lib. 3 , cap. 2 , art. 2, n. 2 7 5 .


(2) Santo Tomas, Summa theol. i . p . q. 87, art. 1.
— 177 —
si la actuación para entenderse á sí propia no la tiene
de suyo sino de las especies intencionales abstraídas
de los sentidos y en virtud de las cuales entiende las
esencias de las cosas; esta misma actuación será ne-
cesaria para sentirse y experimentarse á sí misma,
porque al fin también este es un acto cognoscitivo,
aunque más oscuro que los otros.
261.—2.° Y esto nos proporciona un segundo y po-
derosísimo argumento sacado del fundamento mismo
en que apoyan su doctrina los partidarios del sentido
fundamental. Porque estos autores, para probar que
el alma no puede menos de sentirse á sí propia, di-
cen que estando íntimamente presente á sí misma, no
puede menos de tener expedita la potencia de sentir-
se, por no haber cosa que se interponga entre la po-
tencia y el objeto. Ahora bien; tan presente y tan
inmediata está nuestra alma á su inteligencia para
ser entendida como para ser sentida por ella. Luego,
si por hallarse íntimamente presente é inmediata el
alma á la inteligencia, debe ésta sentir su presencia
directa é inmediatamente y sin necesidad de afección
alguna, de la misma manera deberá conocerla; y así
nuestra alma se conocerá á sí misma en virtud de su
propia esencia y sin necesidad de determinación al-
guna extrínseca, lo mismo que los espíritus puros.
Lo cual en ninguna manera puede ser admitido;
porque en tal caso no necesitaría nuestra alma de los
sentidos para formar sus ideas, ni por consiguiente
estaría ordenada por su intrínseca naturaleza á ser
forma sustancial del cuerpo humano.
Fuera de que el sentirse el alma espiritualmente
no es otra cosa en realidad que conocer intuitiva-
mente su presencia, como el sentir los sentidos los
objetos materiales es lo mismo que conocer intuitiva-
mente su presencia. Por donde el alma conocerá la
Psicología. - 12
- 1 7 S -
presencia de su propio ser lo mismo que los espíritus
puros; esto es, por la determinación espontánea de
su propia esencia, sirviéndole ésta de especie inteli-
gible é impresa y sin necesidad por consiguiente de
reflejar sobre sus propios actos, lo cual es un error,
como acabamos de observar.
262.—3. Es verdad que con la conciencia directa
0

nos esperimentamos á nosotros mismos de una ma-


nera muy oscura, y que no nos percibimos con tanta
claridad como percibimos con los sentidos los objetos
materiales. Pero esto viene de que el acto de la con-
ciencia dicha no tiene á nuestra propia alma por
objeto propio y directo sino á algún ser material dis-
tinto de nosotros mismos. Y esto nos ofrece un tercer
argumento tan irrefragable como los dos primeros
contra la doctrina aquí combatida. Porque si la expe-
riencia que tiene nuestra alma de sípropia, fuera un
acto cognoscitivo que tuviese por objeto propio y
directo al alma misma y no á otra cosa externa dis-
tinta de ella, como dicen los secuaces del sentido
fundamental, el alma debería adquirir con este acto
un conocimiento de su existencia por lo menos tan
claro como es el que adquieren los sentidos al expe-
rimentar la presencia de un cuerpo cualquiera. Pues-
to que el alma está presente á sí misma y.por otra
parte tiene plena y expedita potencia de sentirse,
como ellos afirman, resultando de aquí que puede
percibir experimentalmente este objeto, al menos con
la misma perfección que los sentidos el suyo propio.
Es así que la experiencia en cuestión es mucho más
oscura que la de los sentidos materiales con respecto
á sus propios objetos. Luego es evidente que los actos
con que el alma tiene conciencia directa de sí misma,
no tienen por objeto propio y directo á la misma
alma sino á otros seres distintos de ella.
PROPOSICIÓN CUARTA.

El alma humana en tanto conoce su existencia por medio


de la conciencia refleja, en cuanto que se percibe como
causa y sujeto de sus propios actos: mas este conoci-
miento no es discursivo sino intuitivo.

263.—Observación.—Sobre la primera parte de-esta


proposición los partidarios del krausismo opinan que
nuestra alma se conoce á sí propia en virtud de su
misma esencia y sin ser excitada á este conocimiento
por acto- alguno suyo anteriormente producido, al
modo que los defensores del sentido fundamental di-
cen que se siente y experimenta independientemente
de todo acto con que es modificada y afectada. Sobre
la segunda Cousin y otros varios racionalistas juzga-
ron que con la.conciencia mencionada solo percibi-
mos las modificaciones internas de nuestra alma y
que en seguida de la existencia de estas modificacio-
nes inferimos la del alma misma. Los Reidianos con-
vienen con Cousin en afirmar que con la conciencia no
percibimos sino las solas modificaciones del alma;
pero niegan que la existencia de ésta la podamos in-
ferir de la de aquellas con el raciocinio, y sostienen
con su maestro Reid que la existencia cíe nuestra
alma la afirmamos instintivamente al sentir sus mo-
dificaciones llevados de aquel juicio instintivo y ciego
con que pronunciamos que no existen modificaciones
sin un sujeto modificado por ellas. Entre estas doctri-
nas opuestas y manifiestamente falsas está la doctrina
media y verdadera de los Escolásticos enunciada en la
tesis, con la cual decimos que nuestra alma conoce su
propia existencia con aquel mismo acto con que co-
noce sus propias modificaciones, haciendo reflexión
— iSo— •
sobre ellas; de suerte que las modificaciones dichas y
el alma de donde proceden y en donde son recibidas,
forman el objeto total é inmediato de la tal conciencia,
aunque las modificaciones entran en él como objeto
formal y el alma como objeto material (L. 349).
264.—Prueba de la j . p.—1.° El modo natural y
a

propio de nuestra inteligencia es que no pueda enten-


der sino recibiendo sus conocimientos délos sentidos;
lo cual hace que sus actos primeros y expontáneos
versen sobre los objetos materiales, y solo revolviendo
sobre estos actos por medio déla reflexión psicológica
pueda formar el acto de la conciencia refleja. Luego
nuestra alma en tanto conoce su propia existencia
con un conocimiento expreso y formal, que la tenga
á ella por objeto, en cuanto que al revolver sobre los
actos con que contempla los objetos externos se per-
cibe á sí misma como causa y sujeto de estos actos.
265.—2. La misma noción que todos tenemos de
0

nuestra alma, está indicando claramente que no la


conocemos con la conciencia sino en la manera dicha.
Porque nos es imposible definir nuestra alma con
conceptos que no digan relación á sus actos; y así
todos decimos que el alma es el principio de nuestras
operaciones vitales, aquello en virtud de lo cual sentimos,
entendemos y queremos, etc.; que son todas disposicio-
nes a posteriori, basadas en el conocimiento que tene-
mos de nuestros propios actos.
266.—3. Si el alma se conociera así misma en virtud
0

de su propia esencia y no por sus actos propios, ten-


dría un conocimiento perenne de sí misma. Porque
la potencia cognoscitiva tanto tiempo permanece en
el conocimiento de un objeto, cuanto es el que este
objeto se halla unido á ella actuándola y determinán-
dola á la acción; y el alma está siempre y déla misma
manera presente y unida á la inteligencia, de forma
— i8i —
q u e si en u n m o m e n t o d a d o la d e t e r m i n a á c o n o c e r l a
con u n c o n o c i m i e n t o e x p r e s o y f o r m a l s u y o , esto m i s -
m o d e b e r á h a c e r s i e m p r e en t o d o s l o s d e m á s . E s así
q u e n o s o t r o s n o t e n e m o s este c o n o c i m i e n t o p e r e n n e
y nunca i n t e r r u m p i d o de nuestra propia alma, como
c o n s t a p o r la e x p e r i e n c i a . L u e g o e t c .
267.— 4. Si el a l m a fuera d e t e r m i n a d a á c o n o c e r s e
0

á sí p r o p i a p o r su m i s m a esencia, é s t a h a r í a con ella


p a r a el tal a c t o las veces d e especie i m p r e s a y p o r lo
t a n t o d e t e r m i n a r í a el a l m a á u n c l a r o é i n s t i n t i v o c o -
n o c i m i e n t o d e s u esencia. P o r q u e así c o m o la especie
i m p r e s a d e los colores, p o r e j e m p l o , h a c e q u e el ojo
c o r p o r a l los vea c l a r a m e n t e c o m o son en si; d e la m i s -
m a m a n e r a la esencia del a l m a , q u e en la s o b r e d i c h a
h i p ó t e s i s d e s e m p e ñ a r í a con n u e s t r a i n t e l i g e n c i a el
m i s m o oficio q u e la especie i m p r e s a d e los colores con
r e s p e c t o á l o s o j o s m a t e r i a l e s , h a r í a q u e la i n t e l i g e n c i a
la conociese c l a r a m e n t e cual es en si sin o r d e n á s u s
actos. E s así q u e e s t o n o s u c e d e ; p o r q u e si s u c e d i e r a ,
t o d o s los h o m b r e s c o n o c e r í a n p e r f e c t a m e n t e en q u é
c o n s i s t e la esencia d e n u e s t r a a l m a y p o r lo t a n t o n o
p o d r í a h a b e r e n t r e ellos d i s p u t a s acerca de. esto. L o
cual está en p u g n a con los h e c h o s ; p o r q u e l o s filósofos
de t o d o s t i e m p o s h a n d i s p u t a d g a c é r r i m a m e n t e s o b r e
este p a r t i c u l a r y a l g u n o s h a n llegado h a s t a á confun-
d i r n u e s t r a a l m a con las f u e r z a s d e la m a t e r i a . L u e g o
es cosa m a n i f i e s t a q u e el a l m a h u m a n a n o se c o n o c e
á sí p r o p i a i n m e d i a t a m e n t e en sí m i s m a , s i n o en los
actos d e su e s p o n t á n e a a c t i v i d a d con q u e s e ' n o s p r e -
senta como embozada y encubierta.
268.—Prueba de la 2. p.—Si el c o n o c i m i e n t o q u e
0

a d q u i e r e n u e s t r a a l m a d e su p r o p i a existencia p o r m e -
dio d e la conciencia fuera d i s c u r s i v o , e n t o n c e s d e la
conciencia d e l a s m o d i f i c a c i o n e s d e n u e s t r a a l m a ' i n -
f e r i r í a m o s r a c i o c i n a n d o la existencia d e ésta. E s así
—182-
q u e la conciencia d e las tales modificaciones n o s e p u e d e
inferir c o n v e r d a d e r o r a c i o c i n i o la e x i s t e n c i a d e l a l m a .
P e r q u é , ó la c o n c i e n c i a las p e r c i b e como nuestras, o no..
Si lo primero, y a e n el c o n c e p t o d e las d i c h a s modifi-
caciones va e n v u e l t o p o r v í a d e objeto f o r m a l y e x p r e s o ,
a u n q u e o s c u r o y e ó n f u s o , n u e s t r o Yo,y p o r c o n s i g u i e n -
-te t a m b i é n nuesti'a a l m a . L u e g o lo m á s q u e p o d r e m o s
h a c e r d e s p u é s c o n la i n t e l i g e n c i a en o r d e n á la exis-
tencia d e n u e s t r a a l m a , s e r á c o n v e r t i r en c l a r o y d i s -
t i n t o p o r m e d i o d e la análisis y d e la síntesis el c o n o -
c i m i e n t o o s c u r o y confuso q u e d e ella n o s d a el a c t o
d e la c o n c i e n c i a , p e r o n o i n f e r i r l a c o n u n v e r d a d e r o
raciocinio. P o r q u e en el r a c i o c i n i o v e r d a d e r o p r o c e -
d e m o s s i e m p r e d e lo c o n o c i d o á lo d e s c o n o c i d o , y e n
la h i p ó t e s i s s o b r e d i c h a c o n o c e m o s y a c o n la m i s m a
c o n c i e n c i a , a u n q u e d e u n a m a n e r a o s c u r a y confusa, la.
e x i s t e n c i a d e n u e s t r a a l m a . Si lo segundo, n o p o d e m o s
i n f e r i r l e g í t i m a m e n t e sino la e x i s t e n c i a d e alguna
alma en g e n e r a l , q u e sea sujeto d e las m e n c i o n a d a s
m o d i f i c a c i o n e s ; lo c u a l n o es inferir la e x i s t e n c i a d e
nuestra a l m a . P o r q u e en esta s e g u n d a h i p ó t e s i s el
ú n i c o raciocinio l e g í t i m o q u e p o d r í a m o s f o r m a r , s e r í a
el s i g u i e n t e . No existen pensamientos sin un sujeto que
piense: es asi que existen tales ó cuales pensamientos:
luego existe algún sujeto que piensa. E s p u e s e v i d e n t e
q u e el c o n o c i m i e n t o de la existencia d e n u e s t r o Yo, y
d e n u e s t r a a l m a , n o le p o d e m o s h a b e r a d q u i r i d o p o r
m e d i o de u n raciocinio p r o p i a m e n t e dicho.

269.—Prueba de la y. p.—Esta se s i g u e manifiesta-"


a

m e n t e d e la a n t e r i o r . P o r q u e , si el c o n o c i m i e n t o q u e
t e n e m o s d e n u e s t r a a l m a n o es d i s c u r s i v o ó f o r m a d o -
con-el d i s c u r s o , p o r fuerza d e b e s e r i n t u i t i v o ; p u e s
v e r s a s o b r e u n objeto a c t u a l y p r e s e n t e y c u y a p r e -
sencia influye e n n u e s t r a i n t e l i g e n c i a p a r a s e r c o n o -
cido p r o p i a y v e r d a d e r a m e n t e sin d i s c u r s o .
— i8i —
Los R e i d i a n o s dicen q u e el t a l c o n o c i m i e n t o n o es
i n t u i t i v o sino instintivo; p o r q u e el a l m a , sin v e r con
la conciencia o t r a cosa q u e las m o d i f i c a c i o n e s , a f i r m a
i n s t i n t i v a y c i e g a m e n t e q u e ella es el sujeto d o n d e
e x i s t e n . P e r o s e m e j a n t e s juicios i n s t i n t i v o s y a q u e d a n
a b u n d a n t e m e n t e r e f u t a d o s c o n lo q u e s o b r e ellos
d e j a m o s e s c r i t o así en la Psicología c o m o e n la L ó -
gica (i).
2 7 0 . — E S C O L I O . — P a r a t o m a r s e el a l m a á sí m i s m a
c o m o objeto d e s u c o n s i d e r a c i ó n p o r m e d i o d e la con-
ciencia refleja, ejecuta d o s g é n e r o s d e a c c i o n e s , d e l a s
c u a l e s y a h e m o s d a d o a l g u n a n o t i c i a en la L ó g i c a
( 3 4 - 3 5 ) . E s t a s son la atención y la reflexión. C o n la pri-
mera c o n c e n t r a s u fuerza intelectiva en u n d e t e r m i -
n a d o objeto, p r e s c i n d i e n d o d e los d e m á s p a r a e n t e n -
d e r l o m á s c l a r a m e n t e . E n la segunda r e v u e l v e s o b r e
sí m i s m a , d e j a n d o á u n l a d o los objetos del m u n d o
e x t e r i o r y fijando s u a t e n c i ó n en las modificaciones
i n t e r n a s p o r las c u a l e s se h a l l a a f e c t a d a , c o m o c u a n -
d o , p o r e j e m p l o , p i e n s a q u e p i e n s a , q u e está j u z g a n d o ,
d u d a n d o , a m a n d o , a b o r r e c i e n d o , e t c . E s t a clase d e
reflexión con q u e el a l m a t o m a p o r objeto s u s a c t o s
p r o p i o s en r a z ó n d e m o d i f i c a c i o n e s s u y a s s u b j e t i v a s ,
se suele l l a m a r psicológica, p o r q u e c o n ella el a l m a r e -
fleja s ó b r e l a m i s m a a l m a . M a s h a y o t r a reflexión con la
c u a l v o l v e m o s á p e n s a r d e n u e v o las cosas a n t e s p e n -
sadas p a r a penetrarlas mejor y conocer m á s clara-
m e n t e s u s p r o p i e d a d e s . E s t a recibe el n o m b r e d e 011-
tológica, p o r q u e v e r s a sobre las e s e n c i a s d e l a s cosas.
A l g u n o s d a n á la reflexión psicológica el n o m b r e d e
conciencia y r e s e r v a n el d e reflexión p a r a solo la

( 1 ) Puede verse lo que sobre este particular hemos impreso


en el cap. X V I I I de nuestra obra intitulada: La Religion cató-
lica vindicada de las imposturas racionalistas.
— 184—
o n t o l ó g i c a y en esto, s u m o d o d e h a b l a r es b a s t a n t e
e x a c t o (1).

- ARTÍCULO VI.
Potencias apetitivas.

271.—Entiéndese por apetito en Filosofía la inclina-


ción ó propensión de una cosa á su propio bien. El a p e -
t i t o p u e d e s e r elícito ó innato. El p r i m e r o se l l a m a así,
p o r q u e es u n acto p r o d u c i d o p o r u n a p o t e n c i a a p e t i -
t i v a y d i s t i n t o p o r lo t a n t o d e ella; p u e s elícito es u n
p a r t i c i p i o pasado, d e l v e r b o l a t i n o elido, q u e significa
sacar fuera. El s e g u n d o n o es cosa r e a l m e n t e d i s t i n t a
d e la m i s m a p o t e n c i a y p o r esto se l l a m a innato ó na-
tural; p u e s n a c e c o n el m i s m o ser y p o r lo t a n t o es
d a d o p o r el A u t o r d e la n a t u r a l e z a . El a p e t i t o i n n a t o
es u n a c o n s e c u e n c i a n e c e s a r i a d e la esencia d e c a d a
ser; p o r q u e t o d o s ellos t i e n e n p r o p o r c i ó n n a t u r a l con su
p r o p i o b i e n y á él p o r su p r o p i o p e s o se i n c l i n a n . El
elícito es u n a c o n s e c u e n c i a e s p o n t á n e a d e la a p r e h e n -
sión d e u n bien, y p o r q u e esta a p r e h e n s i ó n p u e d e s e r
sensitiva ó intelectual, p o r eso él t a m b i é n se d i v i d e en
sensitivo é intelectivo, s e g ú n q u e sea i n m e d i a t a m e n t e
e x c i t a d o p o r u n a p e r c e p c i ó n sensible ó p o r u n a i d e a .
P a r a t r a t a r c o n v e n i e n t e m e n t e la m a t e r i a d e este a r -
t í c u l o la d i v i d i r e m o s en t r e s p á r r a f o s ; en el p r i m e r o
d e los cuales c o m p a r a r e m o s e n t r e sí los a p e t i t o s elíci-
t o é i n n a t o ; en el s e g u n d o e s t u d i a r e m o s el a p e t i t o
sensitivo, y en el t e r c e r o finalmente c o n s i d e r a r e m o s
el r a c i o n a l ó intelectivo.

(1) V . Cuevas, Psycol. n. 35.


§ I. APETITO ELÍCITO Y APETITO INNATO.

272.—Poco h a y q u e d e c i r e n e s t e p á r r a f o s o b r e el
a p e t i t o 'elícito, p u e s t o q u e es u n a cosa m u y c o n o c i d a .
Nuestra atención debe dirigirse m á s principalmente
hacia el a p e t i t o i n n a t o , c u y a n a t u r a l e z a h a s i d o d e s -
figurada y o s c u r e c i d a c o n lo q u e s o b r e él escribió
L e i b n i t z . El a p e t i t o elícito, c o m o h e m o s d i c h o en el
n ú m e r o precedente, es u n acto p r o d u c i d o p o r u n a
p o t e n c i a a p e t i t i v a m o v i d a p o r la p e r c e p c i ó n d e u n
bien sensible ó i n t e l i g i b l e . E s t e a c t o p u e d e s e r d e
s i m p l e amor, d e deseo ó d e gozo, s e g ú n q u e el objeto
r e p r e s e n t a d o en la p e r c e p c i ó n se ofrezca á la p o t e n c i a
a p e t i t i v a c o m o s i m p l e bien y sin c i r c u n s t a n c i a a l g u n a
d e e s t a r p r e s e n t e ó a u s e n t e , ó c o m o bien t o d a v í a n o
p o s e í d o ó a u s e n t e , ó finalmente c o m o b i e n q u e ya
p o s e í m o s y q u e p o r lo t a n t o está p r e s e n t e á n u e s t r o
e s p í r i t u . P o r q u e amamos lo q u e se n o s p r e s e n t a bajo
la f o r m a d e bien, deseamos el bien d e q u e t o d a v í a c a -
r e c e m o s , }f n o s gozamos con el bien q u e y a p o s e e m o s .
273.—El a p e t i t o i n n a t o c o n o c i d o e n t r e los filósofos
con los n o m b r e s d e fuerza, apetito natural, inclinación,
propensión, intención, conato, y o t r o s p a r e c i d o s , es
s e g ú n L e i b n i t z u n a cosa m e d i a e n t r e el a c t o y la p o -
t e n c i a ; u n cierto acto inicial é imperfecto e m a n a d o
c o n t i n u a m e n t e d e la p o t e n c i a , con el cual é s t a se u n e
d e h e c h o i m p e r f e c t a m e n t e á s u objeto. P e r o esta d o c -
t r i n a es e n t e r a m e n t e i n a d m i s i b l e : i.° P o r q u e el acto
e m a n a d o d e u n a p o t e n c i a y con q u e ella se' u n e d e
h e c h o i m p e r f e c t a m e n t e á su objeto, p o d r á s e r inicial
é i m p e r f e c t o con r e s p e c t o á o t r o m á s p e r f e c t o y c o m -
p l e t o ; p e r o en sí es u n v e r d a d e r o a c t o elícito y t a n
elícito c o m o p u e d e s e r l o o t r o c u a l q u i e r a : 2. P o r q u e
0

el a p e t i t o i n n a t o es c o m ú n n o solo á las p o t e n c i a s
— JS6—
i n t e l e c t i v a s y a p e t i t i v a s d e los s e r e s r a c i o n a l e s s i n o
t a m b i é n á t o d a s las d e los a n i m a l e s y d e t o d o s los
s e r e s en g e n e r a l ; los cuales, c o m o o r d e n a d o s p o r
el C r i a d o r á u n fin, t i e n e n en sí m i s m o s u n a i n c l i n a -
ción i n t e r n a con q u e se m u e v e n n a t u r a l m e n t e h a c i a
este fin. P u e s de ser c o m ú n á t o d a clase d e p o t e n c i a s
y á t o d o linaje de s e r e s se s i g u e m a n i f i e s t a m e n t e q u e
n o es cosa a l g u n a e m a n a d a de la p o t e n c i a , s i n o la p o -
tencia m i s m a en cuanto p r o p o r c i o n a d a y o r d e n a d a
p o r su n a t u r a l e z a i n t r í n s e c a á s u p r o p i o y c o n v e n i e n -
te b i e n . E n efecto: el a p e t i t o i n n a t o q u e t i e n e n t o d a s
las p o t e n c i a s en g e n e r a l n o v e r s a s o b r e n i n g ú n objeto
s i n g u l a r d e t e r m i n a d o , sino sobre el objeto f o r m a l y
especificativo d e la t a l potencia^ el cual es c o m ú n á
t o d o s los objetos p a r t i c u l a r e s q u e d e él p a r t i c i p a n .
Así, p o r e j e m p l o , la vista n o a p e t e c e n a t u r a l m e n t e
ver este ó a q u e l d e t e r m i n a d o objeto sino lo visible e n
g e n e r a l ; p u e s á v e r t o d o lo visible e s t á i n c l i n a d a p o r
n a t u r a l e z a . A h o r a b i e n ; u n a p e t i t o de e s t a especie n o
p u e d e ser a c t o e m a n a d o d e las p o t e n c i a s c r i a d a s e n
g e n e r a l s i n o las p o t e n c i a s m i s m a s , e n c u a n t o p r o p o r -
c i o n a d a s y n a t u r a l m e n t e o r d e n a d a s á su bien c o n v e -
n i e n t e ; p o r q u e solo ellas g u a r d a n p r o p o r c i ó n con el
t a l objeto y los a c t o s d e t o d a s ellas, si e x c e p t u a m o s
algunos de nuestro entendimiento y de nuestra vo-
l u n t a d , ya sean i m p e r f e c t o s , y a perfectos, v e r s a n
ú n i c a m e n t e s o b r e objetos p a r t i c u l a r e s y c o n c r e t o s .
L u e g o el a p e t i t o i n n a t o n o p u e d e s e r o t r a cosa q u e
la p o t e n c i a m i s m a .
274.—Dice m u y bien á este p r o p ó s i t o el P . L o s a d a :
«El a p e t i t o i n n a t o es la e x i g e n c i a n a t u r a l q u e t o d a s
las cosas t i e n e n con r e s p e c t o á s u s b i e n e s c o n v e n i e n -
t e s , c o m o c u a n d o lo l i g e r o e x i g e ser llevado hacia
a r r i b a y lo p e s a d o hacia abajo. E s t a e x i g e n c i a y a p e -
t i t o c o n s i s t e en la c o n n a t u r a l i d a d d e u n a cosa c u a l -
q u i e r a r e s p e c t o d e a q u e l l o q u e le es c o n v e n i e n t e s e g ú n
su n a t u r a l e z a . M a s la con n a t u r a l i d a d n o es o t r a cosa
q u e la p r o p o r c i ó n y o r d e n a c i ó n n a t i v a d e la cosa á su
b i e n c o n v e n i e n t e ; p r o p o r c i ó n y o r d e n a c i ó n , q u e son
c i e r t a m e n t e cosas r e a l e s , v e r d a d e r a s y p r o p i a s , p e r o
q u e e s t á n , m e t a f ó r i c a é i m p r o p i a m e n t e significadas
con el n o m b r e d e apetito p o r la s e m e j a n z a q u e t i e n e n
c o n el a p e t i t o elícito: c o m o la a m e n i d a d d e los p r a d o s
es en v e r d a d p r o p i a , p e r o i m p r o p i a m e n t e es signifi-
c a d a c o n el n o m b r e d e risa p o r la a n a l o g í a q u e t i e n e
con la risa h u m a n a (i).»
La d o c t r i n a p r o f e s a d a a q u í p o r el r e f e r i d o a u t o r es
la del P . S u a r e z , q u e la e n s e ñ a c l a r a m e n t e en la M e -
tafísica (2), y la d e t o d o s los escolásticos g e n e r a l m e n -
t e y a u n la d e t o d o s los filósofos d e la a n t i g ü e d a d (3).
P o r d o n d e sin n i n g u n a r a z ó n p r e t e n d i ó L e i b n i t z i n -
t r o d u c i r o t r a o p u e s t a y e n d o sin f u n d a m e n t o a l g u n o
c o n t r a el m u y f u n d a d o p a r e c e r d e los s a b i o s .
275.—Pero dice L e i b n i t z : L a s i m p l e f a c u l t a d d e s n u -
d a d e t o d o a c t o n o es s i n o u n a c r e a c i ó n p u r a d e la

(1) «Appetitus innatus est exigentia naturalis, quam res


omnes habent ad bona sibi convenientia, ut cum levia exigunt
ferri sursum, gravia deorsum. Consistit hujusmodi exigentia
et appetitus in connaturalitate cujuscumque rei ad id, quod est
sibi conveniens secundum suam naturam. Connaturalitas autem
nihil est aliud, quam proportio et ordinatio nativa rei ad b o -
num sibi conveniens: quse proportio, et ordinatio vera quidem
est et propria, sed metaphorice et improprie significatur nomi-
ne » ^ e f i ' f a s ob proportionem, quam habet cum appetitu elicito:
sicut amtenitas pratorum propria quidem est, improprie tarnen
ob analogiam cum risu humano significatur nomine risus (Lo
sada. Cursus fihilosoph., secunda pars. disp. 3. cap. 1 . n. 2).»
(2) Suarez, Metafihys, disp. 1. sect. 6, n. 3.
(3) Vease Sanseverino, Dynamit, vol. I. pars gener. cap. I,
art. V I I .
-i8S —
i m a g i n a c i ó n y u n a cosa m e r a m e n t e a b s t r a c t a . — P e r o
esta es u n a s i m p l e aserción sin p r u e b a a l g u n a q u e la
justifique. L a p o t e n c i a es u n a cosa r e a l m e n t e d i s t i n t a
del a c t o e m a n a d o d e ella y n o d e p e n d e d e él p a r a exis-
t i r , c o m o n i n g u n a c a u s a d e su efecto. P o r c o n s i g u i e n -
t e n o h a y r a z ó n n i n g u n a sólida p a r a a f i r m a r q u e n o
p u e d e existir sin p r o d u c i r l o . H a y d o s clases d e a c t o s
c o n r e s p e c t o á u n a p o t e n c i a o p e r a t i v a ; el a c t o primero
y el acto segundo. S i n el a c t o p r i m e r o n o p u e d e exis-
tir la p o t e n c i a m e n c i o n a d a , p o r q u e este a c t o se i d e n -
tifica c o n ella m i s m a ; p e r o sin el a c t o s e g u n d o p o d r á
existir d u r a n t e t o d o el t i e m p o q u e n o se halle a d o r n a -
d a d e las d e b i d a s c o n d i c i o n e s p a r a p o d e r p o n e r s e en
ejercicio: ¿Se d i r á , p o r e j e m p l o , q u e la inteligencia del
h o m b r e y a está a c t u a d a y c o n o c i e n d o , a u n q u e d e u n a
m a n e r a i m p e r f e c t a y confusa, la v e r d a d d e s d e el
m i s m o m o m e n t o e n q u e es p r o d u c i d a ? E s t o es a b s o -
lutamente inadmisible; porque d u r a n t e m u c h o tiem-
p o los ó r g a n o s del n i ñ o n o e s t á n e n disposición d e
p o d e r c o n c u r r i r á la e l a b o r a c i ó n d e los f a n t a s m a s ,
sin los c u a l e s la i n t e l i g e n c i a n o p u e d e p r o d u c i r a c t o
a l g u n o . S i n e m b a r g o la i n t e l i g e n c i a , c o m o f a c u l t a d ,
e x i s t e en el n i ñ o d u r a n t e t o d o a q u e l t i e m p o . Dígase
o t r o t a n t o d e la v o l u n t a d y d e o t r a s f a c u l t a d e s así d e
los h o m b r e s c o m o d e o t r o s s e r e s .
276.—La c o n n a t u r a l i d a d en q u e consiste el a p e t i t o
i n n a t o , c o m o escribe el m i s m o P . a r r i b a c i t a d o ( 1 ) ,
á veces n o lleva c o n s i g o n e c e s i d a d d e o b t e n e r el
t é r m i n o á q u e dice r e l a c i ó n , c o m o p o r e j e m p l o la c o n -
n a t u r a l i d a d d e l a i r e r e s p e c t o d e la l u z . E n t a l caso el
t a l a p e t i t o p u e d e r e c i b i r el n o m b r e d e ineficaz y c a p a z
d e h a l l a r s e s e p a r a d o d e s u efecto. P o r lo r e g u l a r , sin
e m b a r g o , s u c e d e lo c o n t r a r i o y e n t o n c e s se l l a m a

(i) Losada, /. cil. n. 3.


— i8g— -
eficaz. P e r o e s t a eficacia t a m b i é n t i e n e s u s g r a d o s ;
p o r q u e a l g u n a s veces p u e d e s e r f r u s t r a d a p o r l o s
a g e n t e s n a t u r a l e s y o t r a s p o r solo el C r i a d o r , c o m o
s u c e d e r e s p e c t o del a p e t i t o i n n a t o q u e t i e n e n t o d a s
las s u s t a n c i a s i n c o r r u p t i b l e s e n orden á la e x i s t e n c i a
perpetua.
2 7 7 . — F i n a l m e n t e , s o b r e este a s u n t o d e b e m o s h a c e r
c u a t r o a d v e r t e n c i a s c o n el m i s m o a u t o r . L a primera
es, q u e las cosas n a t u r a l e s n o a p e t e c e n c o n a p e t i t o
i n n a t o sino el b i e n n a t u r a l m e n t e p o s i b l e s u y o ; p o r q u e
solo c o n él y n o c o n o t r o m á s a l t o y m á s s u b i d o
g u a r d a n n a t u r a l p r o p o r c i ó n . L a segunda c o n s i s t e e n
q u e p a r a el a p e t i t o i n n a t o n o b a s t a l a m e r á c a p a c i d a d
p a s i v a ó r e c e p t i v a , p o r q u e é s t a la t i e n e n los s e r e s a u n
e n o r d e n á a q u e l l a s cosas q u e n o s o n d e b i d a s á s u
n a t u r a l e z a ; s i n o q u e se r e q u i e r e la c o n n a t u r a l i d a d
a r r i b a e x p l i c a d a . L a tercera es, q u e en t o d a s l a s cosas
h a y t a m b i é n o d i o , fuga y a v e r s i ó n i n n a t o s r e s p e c t o
d e los m a l e s q u e les s o n c o n t r a r i o s ; p o r q u e el o d i o ,
la fuga y la a v e r s i ó n c o r r e s p o n d e n al a m o r ó a p e t i t o
q u e p o r c i e r t a a n a l o g í a con n u e s t r o s a c t o s p o n e m o s
en ellas. F i n a l m e n t e , la cuarta n o s dice q u e el a p e t i t o
elícito, c o m o d i r i g i d o p o r el c o n o c i m i e n t o p r e v i o del
ser a p e t i t i v o , p u e d e ser d e s o r d e n a d o y s u p é r f l u o y
d e s e a r cosas i n ú t i l e s ; p e r o el i n n a t o ó n a t u r a l , c o m o
d a d o p o r Dios y r e g u l a d o c o n s i g u i e n t e m e n t e p o r la
sabiduría divina, n o p u e d e menos d e ser siempre or-
d e n a d o y v e r s a s o b r e cosas c o n v e n i e n t e s ó n e c e s a r i a s .

§ II. APETITO SENSITIVO.

278.—La p a l a b r a apetito se p u e d e t o m a r p o r el a c t o
d e a p e t e c e r y p o r l a f a c u l t a d p r o d u c t o r a d e este a c t o .
E n el p r e s e n t e p á r r a f o la t o r n a m o s en este s e g u n d o
s e n t i d o , y significa la facultad de apetecer el bien pro-
—190 —
puesto por los sentidos. S o b r e e st a f a c u l t a d d e b e m o s
i n v e s t i g a r : i.° s u e x i s t e n c i a ; 2. su n a t u r a l e z a ; 3 . s u
0 0

objeto; 4. s u s a c to s ; 5. s u m a n e r a d e s u b o r d i n a c i ó n
0 0

r e s p e c t o d e la v o l u n t a d y d e la r a z ó n ; p a r a lo c u a l
p r o b a r e m o s las siguientes proposiciones.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

En el hombre existe el apetito sensitivo, el cual es una


facultad orgá nica, cuyo asiento está principalmente
en el cerebro.
279.—Prueba de la i . p.—Á t o d a f o r m a ó esencia se
a

s i g u e n e c e s a r i a m e nt e a l g u n a i n c l i n a c i ó n d e l m i s m o
g é n e r o . Así. p o r e j e m p l o , á la esencia d e l a s cosas p e ­
s a d a s se s i g u e n a t u r a m e n t e la i n c l i n a c i ó n d e p o n e r s e
d e b a j o d e l a s l i g e r a s y á la d e e s t a s s e g u n d a s la d e p o ­
n e r s e e n c i m a . d e las m á s p e s a d a s . E s así q u e e n el
h o m b r e , a d e m a s d e su f o r m a ó esencia física, e x i st e n
p o r v í a d e r e p r e s e n t a c i ó n o t r a s d o s especies d e for­
m a s , c u a l e s s o n l a s sensibles y l a s i n t e l e c t i v a s ; p u e s el
a l m a h u m a n a p o r m e d i o d e las p e r c e p c i o n e s s e n s i ­
bles é i n t e l e c t u a l e s t i e n e en sí las s e m e j a n z a s d e t o d a s
las c o s a s . L u e g o en el h o m b r e , a d e m a s del a p et it o
n a t u r a l , d e b e n d a r s e el s e n s i t i v o é i n t e l e c t i v o , con los
c u a l e s se m u e v a v it a l m e nt e haci a los objet os v it a l ­
m e n t e a p r e h e n d i d o s (1). 2. La e x i s t e n c i a del a p et it o
0

s e n s i t i v o c a d a u n o la e x p e r i m e n t a d e n t r o d e sí m i s ­
m o . P o r q u e con el a p e t i t o s e n s it i v o a p et e c e m o s las
cosas sensibles y con el i n t e l e c t i v o las e s p i r i t u a l e s ; d e
f o r m a q u e a l g u n a s veces h a y l u c h a y oposición e nt r e
u n o y o t r o , q u e r i e n d o la s e n s i b i l i d a d u n a cosa é i m ­
p e r a n d o la v o l u n t a d o t r a c o n t r a r i a . L u e g o . . . .

(1) Santo Thomas, Summ, theol. 1. р. q. 80, art. 1.


— I I 9 —

280.—Prueba de la 2. p.—Las p o t e n c i a s s e n s i t i v a s á
a

q u e c o r r e s p o n d e el a p e t i t o sensitivo y p o r las c u a l e s
está i n m e d i a t a m e n t e r e g i d o , s o n o r g á n i c a s (115). L u e -
g o él t a m b i é n d e b e s e r l o : p o r q u e las f a c u l t a d e s a p e -
titivas d e b e n c o r r e s p o n d e r á las a p r e h e n s i v a s y n o
p u e d e n s e r m á s p e r f e c t a s q u e ellas.
281.—Prueba de la 3." p.—El a p e t i t o sensitivo d e b e
h a l l a r s e d o n d e e s t á la s e n s i b i l i d a d i n t e r n a , p o r la
cual es i n m e d i a t a m e n t e r e g i d o . P o r q u e la acción d e l
a p e t i t o es u n a especie d e r e a c c i ó n c o n s i g u i e n t e á la
acción del objeto a p r e h e n d i d o , y la acción y la r e a c -
ción d e b e n h a l l a r s e en u n a m i s m a p a r t e d é l a s u s t a n -
cia. F u e r a d e q u e el a p e t i t o n o p u e d e m o v e r s e h a c i a
lo d e s c o n o c i d o y p o r c o n s i g u i e n t e en a l g u n a m a n e r a
d e b e s e r u n a m i s m a cosa c o n la facultad p e r c e p t i v a
del m i s m o g é n e r o y e s t a r í n t i m a m e n t e u n i d o á ella.
E s así q u e la s e n s i b i l i d a d i n t e r n a r e s i d e p r i n c i p a l -
m e n t e en el c e r e b r o (125). L u e g o el c e r e b r o t a m b i é n
es d o n d e d e b e r e s i d i r el a p e t i t o s e n s i t i v o .
De a q u í es q u e las o b s e r v a c i o n e s p r a c t i c a d a s e n
e s t o s ú l t i m o s t i e m p o s p o r los fisiólogos y los clínicos
t i e n d e n c l a r a m e n t e á p r o b a r q u e el a p e t i t o m e n c i o -
n a d o r e s i d e en el c e r e b r o lo m i s m o q u e la sensibili-
d a d i n t e r n a , c o m o p u e d e v e r s e en el a r t í c u l o d é l a
Revista Belga d e q u e h e m o s h a b l a d o m á s a r r i b a (126).
Y e s t a e r a ya. la o p i n i ó n c o m u n m e n t e r e c i b i d a p o r
los filósofos en el siglo p a s a d o , c o m o escribe el P . Lo-
s a d a (1).
282.—Sin e m b a r g o , A r i s t ó t e l e s y o t r o s m u c h o s filó-
sofos c r e y e r o n q u e el a p e t i t o s e n s i t i v o t i e n e s u asien-
to e n el c o r a z ó n ; y las r a z o n e s q u e t u v i e r o n p a r a
o p i n a r d e e s t a m a n e r a , s o n las s i g u i e n t e s : i . P o r -
a

q u e las p a s i o n e s d e este a p e t i t o las e x p e r i m e n t a m o s

(i) Losada, de anima, disp. 3. n. 33, y disp, 5, n. 129.


—192 —
e n e s t a viscera, la c u a l se d i l a t a c o n la a l e g r í a , se
a p r i e t a con la t r i s t e z a y se a g i t a c o n la i r a . 2.* P o r q u e
t o d o s colocan el a m o r y el odio en el c o r a z ó n , d i c i e n -
d o : Le amo, le aborrezco de todo corazón: 3. P o r q u e a

el a s i e n t o d e l a p e t i t o ' m e n c i o n a d o d e b e s e r a q u e l l a
p a r t e del c u e r p o , q u e es el p r i m e r p r i n c i p i o del m o v i -
m i e n t o i n t e r i o r q u e h a y en el c u e r p o h u m a n o , la c u a l
es el c o r a z ó n ; p u e s s u m o v i m i e n t o n a t u r a l d e l sísto-
le y d e d i á s t o l e es el q u e p o n e en circulación la s a n -
g r e p o r t o d o el c u e r p o , a c a r r e a n d o á t o d a s las p a r t e s
la m a t e r i a del a l i m e n t o .
283.—Pero n i n g u n a d e ellas es y a d e v a l o r a l g u n o
e n el p r e s e n t e e s t a d o d e las ciencias. L a primera solo
p r u e b a q u e el c o r a z ó n t i e n e í n t i m a r e l a c i ó n con la
f a c u l t a d a p e t i t i v a p o r la c o n m o c i ó n d e la s a n g r e y
d e los e s p í r i t u s a n i m a l e s q u e sufre el c u e r p o con los
a c t o s d e l a p e t i t o m e n c i o n a d o . De a q u í el q u e n o solo
el c o r a z ó n sino t a m b i é n o t r a s p a r t e s del c u e r p o se
a g i t e n c o n estos a c t o s , c o m o los i n t e s t i n o s , el dia-
f r a g m a , los ojos, la c a r a , e t c .
La segunda solo i n d i c a q u e los h o m b r e s t o m a n la
p a l a b r a corazón p a r a significar esta v i s c e r a en r a z ó n
de s í m b o l o y s e ñ a l d e los a c t o s e s p i r i t u a l e s q u e se
p r o d u c e n en el a p e t i t o i n t e l e c t i v o ; p o r q u e las c o n -
m o c i o n e s del c o r a z ó n s o n c o m o la m a n o del reloj,
q u e i n d i c a e x t e r i o r m e n t e lo q u e d e n t r o d e él se eje-
c u t a . E n este s e n t i d o y n o en o t r o u s a m o s a q u e l l a s
frases: Le amo, le aborrezco de todo corazón; p u e s c o n
ellas h a b l a m o s d e actos p u r a m e n t e e s p i r i t u a l e s ejer-
cidos sin ó r g a n o a l g u n o , los cuales se nos hacen sensi-
bles e n los m o v i m i e n t o s d e l c o r a z ó n .
L a tercera finalmente es falsa d e l t o d o ; p o r q u e el
c o r a z ó n con s u m o v i m i e n t o n a t u r a l d e sístole y d i á s -
t o l e d a p r i n c i p i o al m o v i m i e n t o n a t u r a l i n t e r n o , q u e
es c o n d i c i ó n p r e v i a p a r a l a s funciones d e la v i d a
v e g e t a t i v a ; p e r o el p r i m e r m o t o r d e los m o v i m i e n t o s
e x p o n t á n e o s y d e p e n d i e n t e s d e la a p r e h e n s i ó n d e los
objetos d e b e s e r la s e n s i b i l i d a d i n t e r n a , la c u a l se h a -
lla l o c a l i z a d a e n el c e r e b r o .
2 8 4 . — E S C O L I O . — A d e m a s d e e s t e a p e t i t o general c o -
r r e s p o n d i e n t e á la s e n s i b i l i d a d i n t e r n a , es p r e c i s o
r e c o n o c e r o t r o s a p e t i t o s particulares a c o m o d a d o s á
c a d a u n o d e los s e n t i d o s e x t e r n o s y l o c a l i z a d o s e n
aquellas m i s m a s p a r t e s del cuerpo, d o n d e tienen lu-
g a r las s e n s a c i o n e s . L a s r a z o n e s en q u e se f u n d a e s t e
a s e r t o , s o n las m i s m a s q u e h e m o s a d u c i d o en favor
d e la t e r c e r a p a r t e d e la tesis; p u e s t i e n e n i g u a l v a l o r
a p l i c a d a s á los p a r t i c u l a r e s s e n t i d o s . A d e m a s , c a d a
u n o d e estos s e n t i d o s ama la p e r c e p c i ó n d e u n o s o b -
jetos y aborrece la d e o t r o s , r a z ó n p o r la c u a l el ojo, p o r
e j e m p l o , se deleita con la vista de- u n o s o b j e t o s y se en-
tristece c o n la d e o t r o s ; y en t o d o el c u e r p o s e n t i m o s los
afectos d e dolor y d e placer, q u e n o s o n s i n o a c t o s d e l
a p e t i t o p a r t i c u l a r c o r r e s p o n d i e n t e al s e n t i d o d e l t a c t o .
. El P . S u a r e z n o q u i e r e a d m i t i r estos a p e t i t o s p a r -
t i c u l a r e s ; p o r q u e en s e n t i r s u y o n o p o d r í a n f u n c i o n a r
sin u n c o n o c i m i e n t o p r e v i o d e o t r a s i m a g i n a c i o n e s
particulares q u e residiesen t a m b i é n en diversos órga-
nos del cuerpo (1). Pero n i n g u n a necesidad h a y de
semejantes imaginaciones particulares; pues basta
p a r a los tales a p e t i t o s la p e r c e p c i ó n c o r r e s p o n d i e n t e .
O t r o s d i c e n q u e las s e n s a c i o n e s e x t e r n a s p o r sí m i s -
m a s son f o r m a l m e n t e g r a t a s ó i n g r a t a s y p o r c o n s i -
g u i e n t e n o h a y n e c e s i d a d d e p o n e r e n el h o m b r e t a n -
to n ú m e r o de apetitos. P e r o á estos d e b e m o s respon-
d e r q u e el deleite y el dolor s o n a c t o s d i s t i n t o s d e
a q u e l l o s c o n q u e los s e n t i d o s p e r c i b e n s u s objetos, y
p e r t e n e c e n manifiestamente á alguna facultad apeti-

(1) Suarez, de anima, lib. 5, cap. 5, n. 6.


Psicología. j
- a l -
tiva. P o r esto E s c o t o , M a i s t r i o , Cotnptotí, Q u i r ó s y
o t r o s p r o f e s a n la d o c t r i n a s o s t e n i d a a q u í p o r n o s o t r o s ,
y aun el m i s m o S u a r e z viene á d e c i r en s u s t a n c i a lo
m i s m o c o n las s i g u i e n t e s p a l a b r a s . «Quizas n o se d i -
ría m a l q u e la fuerza p e r f e c t a d e esta clase d e p o t e n -
cias r e s i d e e n u n a p a r t e d e t e r m i n a d a d e l c u e r p o y
l u e g o d e allí se c o m u n i c a d e a l g u n a m a n e r a al c u e r -
p o e n t e r o , lo cual se p o d r í a p e r s u a d i r c o n el e j e m p l o
d e los a n i m a l e s i m p e r f e c t o s , y esta p a r e c e h a b e r sido
la o p i n i ó n d e R i c a r d o ( i ) .

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

El apetito sensitivo del hombre se divide en concupiscible


é irascible; pero no parece que esta segunda parle del tal
apetito sea realmente distinta de la primera.

285.—Prueba de la i." p.—En los seres n a t u r a l e s co-


r r u p t i b l e s , c o m o escribe s a b i a m e n t e S a n t o T o m a s (2),
d e b e n e x i s t i r fuerzas, n o solo p a r a b u s c a r l a s cosas
c o n v e n i e n t e s y h u i r d e l a s nocivas, s i n o t a m b i é n p a r a
r e s i s t i r á las c o n t r a r i a s , q u e p o n e n i m p e d i m e n t o alas
convenientes y producen daño; porque de unas y
otras necesitan p a r a conservarse p o r algún tiempo
e n su p r o p i o s e r . E s así q u e el h o m b r e es u n ser d e
esta especie. L u e g o d e b e h a b e r en él, n o solo u n a p e -

(1) «Fortasse autem non male diceretur perfectam vimejus-


modi potentiarum residere in parte corporis determinata: c o m -
municari vero aliqualiter universo corpori: possetque suaderí
exemplo animalium imperfectorum, et ita videtur opinari R i -
c h a r d u s i n j . distinct. 1 5 , art. 4, qùsest. i. (Suarez, de anima,
lib. 5, cap. 5, n. 6).» Véase sobre esto el P . Losada, de anima,
disp. 5, n. 132 y siguientes.
(2) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q. 8 1 , art. 3.
-195- .
tito concupiscible con q u e b u s q u e n a t u r a l m e n t e las
cosas c o n v e n i e n t e s á s u n a t u r a l e z a c o r r u p c i b l e y h u y a
d e las n o c i v a s , sino t a m b i é n u n a p e t i t o irascible con
q u e l u c h e c o n t r a los i m p e d i m e n t o s q u e se o p o n e n al
bien d e esta n a t u r a l e z a y t i e n d e n á h a c e r l e d a ñ o c o n
su acción d e s t r u c t o r a . P o r eso se suele d e c i r q u e el
objeto d e la p a r t e irascible es el bien arduo; en c u a n t o
q u e los i m p e d i m e n t o s c o n t r a q u i e n e s h a d e l u c h a r p a r a
c o n s e r v a r la v i d a del c u e r p o , r e q u i e r e n p a r a s e r v e n -
cidos u n cierto d e s a r r o l l o d e fuerza q u e no t e n g a p o r
objeto f o r m a l lo d e l e i t a b l e en r a z ó n d e t a l sino o t r a
cosa d i f e r e n t e .
286.—Prueba de la 2. p.—1.° La s e n s i b i l i d a d i n t e r n a
a

p o r la c u a l está m o v i d o y r e g i d o el a p e t i t o sensitivo
g e n e r a l d e q u e a h o r a t r a t a m o s , es r e a l m e n t e u n a sola
facultad cognoscitiva, c o m o q u e d a p r o b a d o m á s a r r i -
ba (118 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o u n a t a m b i é n d e b e ser la
facultad apetitiva correspondiente.
2. L o s a c t o s del a p e t i t o c o n c u p i s c i b l e y los d e l
0

irascible se h a l l a n t a n í n t i m a m e n t e t r a b a d o s y o r d e -
n a d o s e n t r e sí, q u e n o p a r e c e se los p u e d a a t r i b u i r s i n o
á u n a sola p o t e n c i a q u e los ejecute s e g u n i a n e c e s i d a d
de las c i r c u n s t a n c i a s . P o r q u e el c o n c u p i s c i b l e n o o p e r a
sino p a r a a l c a n z a r el bien d e s e a d o p o r el c o n c u p i s c i b l e
ó p a r a q u e n o se p i e r d a el bien y a o b t e n i d o y en c u y a
p o s e s i ó n se g o z a esta facultad, r a z ó n p o r la c u a l t o d a s
las, p e l e a s q u e n a c e n así e n t r e los h o m b r e s c o m o e n t r e
los a n i m a l e s , t i e n e n su p r i m e r a r a i z en las c o n c u p i s -
cencias d e l bien d e l e i t a b l e . L u e g o el a p e t i t o irascible
p a r t e en t o d o s s u s a c t o s d e la a p e t i c i o n d e u n bien d e -
leitable y t i e n e p o r ú l t i m o t é r m i n o la c o n s e c u c i ó n ó la
c o n s e r v a c i ó n d e u n bien d e e s t a m i s m a especie; y p o r
c o n s i g u i e n t e , lo m i s m o q u e a r g ü í a m o s m á s a r r i b a h a -
b l a n d o d e la i d e n t i d a d r e a l d e l e n t e n d i m i e n t o y d e la
r a z ó n (229), el a p e t i t o i r a s c i b l e n o d e b e ser c o n s i d e r a d o
— iq6—
sirio c o m o el m i s m o a p e t i t o c o n c u p i s c i b l e en c u a n t o
d i s p u e s t o p a r a l u c h a r c o n t o d o s los e n e m i g o s q u e
t i e n d a n á d i s p u t a r l e la p o s e s i ó n ó la c o n s e c u c i ó n d e
u n bien deleitable.
287.—Otros sin e m b a r g o j u z g a n s e r r e a l m e n t e d i s -
tintas estas dos potencias, apoyados p r i n c i p a l m e n t e
e n las d o s r a z o n e s s i g u i e n t e s : i." L a p o t e n c i a irascible
m u c h a s veces v a c o n t r a el b i e n d e la concupiscible;
p o r q u e p a r a h a c e r frente á los c o n t r a r i o s a m a l a s cosas
t r i s t e s y d u r a s , las c u a l e s s o n o p u e s t a s á la c o n c u p i s -
cible q u e a p e t e c e lo s u a v e y d e l e i t a b l e . L u e g o l a s tales
p o t e n c i a s s o n r e a l m e n t e d i v e r s a s . 2. L a s p a s i o n e s d e
0

e s t a s p o t e n c i a s s o n t a m b i é n c o n t r a r i a s ; p o r q u e la i r a
a r d i e n t e d i s m i n u y e la c o n c u p i s c e n c i a : L u e g o e t c .
288.—Pero e s t a s r a z o n e s n o s o n suficientes p r u e b a s
d e d i s t i n c i ó n real y física sino t a n solo d e d i s t i n c i ó n d e
razón raciocinada y lógica. P o r q u e la facultad irascible
n u n c a v a absolutamente c o n t r a el bien d e la c o n c u p i s -
cible, a n t e s s u fin ú l t i m o es a l c a n z a r ó c o n s e r v a r este
b i e n . P o r c o n s i g u i e n t e , el q u e a t r e p e l l e c o n a l g ú n b i e n
deleitable p a r a c o n s e g u i r ó c o n s e r v a r o t r o del m i s m o
género, no arguye q u e s e a facultad realmente distinta
d e la c o n c u p i s c i b l e sino al c o n t r a r i o i d é n t i c a ; p o r q u e
t o d a facultad t i e n e p o r ú l t i m o t é r m i n o d e s u acción
u n b i e n s u y o p r o p i o y a q u í el t é r m i n o m e n c i o n a d o es
u n bien d e la c o n c u p i s c i b l e . L a s e g u n d a r a z ó n solo
p r u e b a q u e l a s f u e r z a s del a p e t i t o sensitivo s o n l i m i -
t a d a s y q u e p o r lo t a n t o , c o n c e n t r á n d o s e en u n objeto
p a r t i c u l a r , t i e n e q u e d i s m i n u i r su e n e r g í a en orden á
o t r o s (1).

(1) V . Suarez, de anima, ¡ib. 5, cap. 4-


PROPOSICIÓN TERCERA.

El objeto adecuado del apetito sensitivo es el bien sensible,


el cual pertenece á la parte concupiscible bajo la razón de
deleitable y á la irascible bajo la de defendible.

289.—Prueba de la i." p.—Tan u n i v e r s a l d e b e s e r el


a p e t i t o s e n s i t i v o en su p r o p i o o r d e n c o m o el s e n t i d o
c o m ú n ó i n t e r i o r e n el s u y o . E s así q u e este s e g u n d o
p e r c i b e t o d o lo q u e t i e n e r a z ó n d e s e n s i b l e . L u e g o el
referido a p e t i t o p u e d e a p e t e c e r esto m i s m o bajo la
r a z ó n d e bien c o n v e n i e n t e á la n a t u r a l e z a sensible.
290.—Prueba de la 2. p.—La c o n c u p i s c i b l e m i r a el
a

bien e n c u a n t o a p e t e c i b l e e n sí m i s m o y d i g n o d e s e r
a m a d o ; la irascible e n c u a n t o d i g n o d e s e r d e f e n d i d o
c o n t r a los e n e m i g o s q u e t i e n d e n á d e s t r u i r l o . L u e g o
es e v i d e n t e q u e el bien sensible p e r t e n e c e á la p r i m e r a
bajo la r a z ó n d e deleitable; p u e s e s i n c a p a z d e l h o n e s -
t o ; y el ú t i l , c o m o t a l , n o es a m a b l e p o r sí m i s m o ; y la
s e g u n d a lo m i r a bajo la r a z ó n d e d e f e n d i b l e De a q u í
es q u e . l a c o n c u p i s c i b l e v e r s a f o r m a l m e n t e s o b r e e\ fin
del a p e t i t o s e n s i t i v o y la i r a s c i b l e s o b r e l o s medios
p a r a c o n s e g u i r l o y poseerlo c o n s e g u r i d a d p l e n a . L o
cual es u n a n u e v a p r u e b a d e q u e l a s t a l e s f a c u l t a d e s
n o se d i s t i n g u e n r e a l m e n t e e n t r e sí; p o r q u e el a m o r
del fin y la elección d e l o s m e d i o s p e r t e n e c e n á u n a
m i s m a potencia.
—198 —

PROPOSICIÓN CUARTA.

Los actos de la concupiscible son seis: el amor, el odio,


la fuga, el deleite y la'tristeza. Los de la irascible son
cinco: la esperanza, la desesperación, la audacia,
el temor y la ira.

291.— Prueba de la isp.—El bien y el m a l sensible,


s o b r e los cuales p u e d e v e r s a r el a p e t i t o sensitivo,
p u e d e n s e r r e p r e s e n t a d o s p o r la p e r c e p c i ó n sensible,
ya c o m o s i m p l e s b i e n e s ó m a l e s en sí m i s m o s sin rela-
ción a l g u n a á su a u s e n c i a ó p r e s e n c i a , y a c o m o cosas
f u t u r a s , y a finalmente c o m o p r e s e n t e s ; p o r q u e lo p a -
s a d o , c o m o t a l , n o t i e n e r a z ó n d e b i e n p a r a el s e n t i d o .
La r e p r e s e n t a c i ó n d e la p r i m e r a clase h a r á n a c e r e n el
a p e t i t o s e n s i t i v o los a c t o s d e amor ó d e odio; la d e l a
s e g u n d a los d e deseo ó d e fuga; la d e l a t e r c e r a l o s d e
deleite ó d e tristeza, s e g ú n sea u n b i e n ó u n m a l lo
q u e v i e n e e n ella r e p r e s e n t a d o . L u e g o los a c t o s del
a p e t i t o sensitivo, en r a z ó n d e c o n c u p i s c i b l e , s o n los
seis m e n c i o n a d o s .
C o n el a m o r a p e t e c e m o s el b i e n sensible p o r s u i n -
t r í n s e c a b o n d a d real ó s u p u e s t a , con el odio a b o r r e - -
c e m o s el m a l c o n t r a r i o : c o n el deseo a s p i r a m o s h a c i a
u n b i e n q u e se n o s p r e s e n t a á d i s t a n c i a c o m o a s e q u i -
ble, c o n la fuga h u i m o s d e u n m a l q u e se n o s v i e n e
e n c i m a y q u e t r a t a m o s d e e v i t a r : c o n el deleite final-
m e n t e se c o m p l a c e el a p e t i t o s e n s i t i v o e n u n bien
p r e s e n t e y c o n v e n i e n t e á la , n a t u r a l e z a sensible, c o n
la t r i s t e z a n o s d o l e m o s d e la p r e s e n c i a d e u n m a l q u e
h a caido sobre n o s o t r o s .
292.—Prueba de la 2. p.—El bien sensible, p a r a s e r
a

a l c a n z a d o ó c o n s e r v a d o , p r e s e n t a dificultades q u e se
d e b e n s u p e r a r ó v e n c e r . Si estas dificultades se ofrecen
— i d -
e ó m e s u p e r a b l e s , el a p e t i t o lucha c o n t r a ellas y el a c t o
e n t o n c e s ejercido se l l a m a esperanza, la cual viene en
auxilio del d e s e o . Si p o r el c o n t r a r i o a p a r e c e n c o m o
i n v e n c i b l e s , - e l a p e t i t i t o cesa d e l u c h a r y p r o d u c e u n
a c t o d e desesperación, el c u a l es u n a especie de deseo
i n c a p a z de ser r e a l i z a d o p o r la dificultad del objeto.
A s i m i s m o , el m a l , p a r a ser e v i t a d o , p r e s e n t a dificul-
t a d e s q u e vencer. Si é s t a s son i n s u p e r a b l e s , n a c e en
el a p e t i t o el temor; si vencibles, la audacia p a r a aco-
m e t e r l a s (i). F i n a l m e n t e , d e la a p r e h e n s i ó n del m a l
p r e s e n t e y ya i n f e r i d o r e s u l t a e n el a p e t i t o sensitivo
la ira, q u e es u n d e s e o d e v e n g a n z a . L u e g o los a c t o s
d e la i r r r a s c i b l e n o s o n m á s q u e cinco; p o r q u e el a c t o
d e gratitud ó r e c o m p e n s a d e u n bien, q u e es el q u e
d e b e r í a c o r r e s p o n d e r á la ira c o m o c o n t r a p u e s t o á
ella, n o p e r t e n e c e á la irascible sino á la c o n c u -
piscible.

PROPOSICIÓN QUINTA.

El apetito sensitivo es movido por el racional por medio


de la razón, el cual por lo tanto ejerce en él dominio po-
lítico y no despótico.

293—Prueba de la r . p.—La v o l u n t a d n o p u e d e m o -
a

v e r al a p e t i t o sensitivo s i n o p r o p o n i é n d o l e u n bien sen-


sible, al c u a l t e n g a él n a t u r a l p r o p e n s i ó n . E s así q u e
esto n o lo p u e d e h a c e r p o r sí m i s m a ; p u e s t o q u e p r o -
p o n e r el bien á las f a c u l t a d e s a p e t i t i v a s c o r r e s p o n d e á
las a p r e h e n s i v a s . L u e g o la v o l u n t a d n o p u e d e i m p r i m i r
movimiento a l g u n o al a p e t i t o m e n c i o n a d o sino p o r
m e d i o ^e" las f a c u l t a d e s a p r e h e n s i v a s q u e t e n g a n en
él a l g ú n i n f l u j o . É s t a s s o n la s e n s i b i l i d a d ' i n t e r n a y

"V
(1) V . S a n o Tomas, Swnm. iheol., i." a." q . 45.
— 200 —
la r a z ó n : la primera es es s u m o t o r i n m e d i a t o , p u e s á
ella t o c a p r o p o n e r l e el bien sensible q u e h a d e s e r a p e -
t e c i d o : la segunda es u n m o t o r m e d i a t o y r e m o t o ,
p u e s la r a z ó n c o n s u s d i s c u r s o s e s p i r i t u a l e s y u n i v e r -
sales p u e d e h a c e r q u e la e s t i m a t i v a ó c o g i t a t i v a sen-
sible a p r e h e n d a y j u z g u e d e los objetos sensibles e n
m a n e r a d i v e r s a d e la q u e t e n d r í a , si q u e d a r a a b a n d o -
n a d a á sí p r o p i a . Así, c o m o n o t a s a b i a m e n t e S a n t o
T o m a s , c a d a u n o p u e d e e x p e r i m e n t a r en sí m i s m o
q u e a p l i c a n d o a l g u n a s c o n s i d e r a c i o n e s p r o p i a s d e la
r a z ó n , se m i t i g a la i r a , ó el t e m o r , ú o t r o afecto d e l
a p e t i t o sensitivo ó p o r el c o n t r a r í o se a u m e n t a n t o d o s
estos a c t o s .
294.—Prueba de la 2." p.—La v o l u n t a d n o m u e v e al
a p e t i t o sino c o m o p o r vía d e consejo p o r m e d i o d é l o s
d i s c u r s o s d e la r a z ó n . E s así q u e estos d i s c u r s o s n o
l o g r a n p e r s u a d i r al a p e t i t o en c u e s t i ó n , d e m a n e r a ,
q u e deje d e resistir y r e c a l c i t r a r á las veces á c a u s a
del b i e n sensible c o n t r a r i o q u e t o d a v í a le p r e s e n t a la
sensibilidad i n t e r n a ó p o r efecto d é l a s c u a l i d a d e s n a -
t u r a l e s con q u e se halla a f e c t a d o . L u e g o el i m p e r i o
q u e en él ejerce la l i b e r t a d , n o es a b s o l u t o ó d e s p ó t i c o ,
c u a l es el q u e ejecutan los s e ñ o r e s c o n s u s siervos y la
m i s m a v o l u n t a d con los m i e m b r o s del c u e r p o p a r a
m o v e r l o s , sino político y l i b r e , p a r e c i d o al q u e t i e n e n
los s o b e r a n o s con r e s p e c t o á s u s s u b d i t o s , los cuales
a l g u n a s veces les o p o n e n resistencia n e g á n d o s e á c u m -
plir sus órdenes. . y'
295.—No q u i e r e decir esto, sin e m b a r g o , q u e el ape-
t i t o sea v e r d a d e r a m e n t e libre en estos a c t o s ; p o r q u e
de lo c o n t r a r i o p e c a r í a m o s con ellos sin t e n e r ec tales
p e c a d o s n i n g u n a p a r t e la v o l u t a d , lo c u a l es a b s o l u -
t a m e n t e falso. L o q u e ú n i c a m e n t e significa e¿, q u e en
su m a n e r a d e o b e d e c e r á la v o l u n t a d y á U r a z ó n se
a s e m e j a el a p e t i t o sensitivo á los c i u d a d a r o s libres d e
u n r e i n o y g o z a p o r lo t a n t o d e u n m o d o d e o b e d i e n -
cia analógicamente político y libre.
E s v e r d a d q u e S a n t o T o m á s d a el n o m b r e d e peca-
dos veniales á los a c t o s s o b r e d i c h o s (i); p e r o el m i s -
m o n o m b r e d e p e c a d o n o lo u s a e n t o n c e s sino e n u n
c i e r t o s e n t i d o a n a l ó g i c o , t o m á n d o l o p a r a significar
cierta cosa imperfecta en el género de pecado. P o r d o n d e
el m i s m o S a n t o D o c t o r e n s e ñ a en o t r a p a r t e (2) q u e
p o r los a c t o s del a p e t i t o s e n s i t i v o , c o n s i d e r a d o s en sí
m i s m o s , n i n g u n o es d i g n o d e a l a b a n z a ó v i t u p e r i o ,
s i n o solo en c u a n t o q u e e s t á n r e g i d o s p o r la r a z ó n ;
lo c u a l q u i e r e decir q u e ellos en sí m i s m o s n o son m o -
ralmente libres.
296.—ESCOLIO.—El apetito sensitivo suele d e s i g n a r -
se con los n o m b r e s d e sensualidad y concupiscencia. E n
su u s o m á s f r e c u e n t e , sin e m b a r g o , e s t o s d o s n o m -
b r e s s u e l e n t o m a r s e en m a l s e n t i d o p a r a d e s i g n a r el
a p e t i t o s e n s i t i v o , en c u a n t o o p u e s t o á la r a z ó n é i n -
d u c t i v o á l o s b i e n e s del c u e r p o c o n t a r i o s e n a l g u n a s
c i r c u s t a n c i a s á los del e s p í r i t u . A s i m i s m o , los a c t o s
del a p e t i t o sensitivo se c o n o c e n c o n el n o m b r e d e
afectos; y c u a n d o s o n v e h e m e n t e s y llevan c o n s i g o u n a
f u e r t e con m o c i ó n d e la s a n g r e y d e los h u m o r e s , c o m o
s u c e d e p o r e j e m p l o en la i r a y en o t r o s a c t o s s e m e j a n -
tes, se l l a m a n g e n e r a l m e n t e pasiones p o r la p a s i ó n fí-
sica q u e p r o d u c e n en el c u e r p o . El n o m b r e d e afectos
se suele t o m a r s i e m p r e en u n s e n t i d o i n d i f e r e n t e ; d e
s u e r t e q u e n o significa en el o r d e n d e la m o r a l i d a d
cosa a l g u n a ni m a l a ni b u e n a , s i n o u n a c t o q u e p o d r á
ser b u e n o ó m a l o s e g ú n v a y a bien ó m a l d i r i g i d o pol-
la r a z ó n . . P e r o el n o m b e d e pasiones s u e l e significar
o r d i n a r i a m e n t e los afectos v e h e m e n t e s del a p e t i t o

(1) Santo Tomas, Stimm theol. i.° 2. K


q. 74, art. 3, ad 3.
(2) Id. ibid q. 24, art. 1. ad 3 . ™
— 2 0 2 — .
sensitivo q u e i n d u c e n á p e c a r ó el m i s m o a p e t i t o c a u -
s a d o r de estos actos, y en este s e n t i d o se dice q u e laspa-
siones necesitan de freno. L a s p a s i o n e s sin e m b a r g o , e n
si m i s m a s n o son m a l a s ; p o r q u e solo i n d u c e n á la p r o -
secución d e u n b i e n sensible, sin s a b e r si es b u e n o ó es
m a l o p a r a el e s p í r i t u e n a q u e l l a s c i r c u n s t a n c i a s d e -
t e r m i n a d a s y d e j a n d o á la r a z ó n el c u i d a d o d e m i r a r .
q u é es lo q u e d i c t a n las leyes d e la m o r a l i d a d . A ú n
m á s : lejos d e ser m a l a s , en m u c h a s ocasiones, bajo el
influjo y la sabia d i r e c c i ó n d e la r a z ó n , p u e d e n s e r i n s -
t r u m e n t o s m u y p o d e r o s o s d e acciones ú t i l í s i m a s y h o -
n e s t í s i m a s q u e llenen de g l o r i a á q u i e n las p r o d u c e p o r
t r a e r g r a n d e s b i e n e s así á lá R e l i g i ó n c o m o á la p a t r i a .

§ III. APETITO RACIONAL Ó VOLUNTAD.

297.—Entiéndese p o r a p e t i t o r a c i o n a l la facultad de
apetecer el bien dirigida inmediatamente por el conoci-
miento de la ra^on. El a p e t i t o sensitivo e n el h o m b r e
t a m b i é n p u e d e s e r d i r i g i d o p o r la r a z ó n , p e r o solo d e
u n a m a n e r a m e d i a t a , e n c u a n t o q u e la r a z ó n con s u s
d i s c u r s o s u n i v e r s a l e s p u e d e i m p r i m i r cierta dirección
á las a p r e h e n s i o n e s d e la e s t i m a t i v a sensible y h a c e r
así q u e el a p e t i t o m e n c i o n a d o ejerza m á s bien u n
acto q u e o t r o . El m o t o r n a t o del a p e t i t o r a c i o n a l ó
v o l u n t a d es la r a z ó n , c o m o f a c u l t a d a p r e h e n s i v a de
su m i s m o g é n e r o ; y p o r lo t a n t o la d i r e c c i ó n q u e s o -
b r e él ejerce, es i n m e d i a t a .
298.—Que exista en n o s o t r o s este a p e t i v o es eviden-
te: p u e s á las facultades aprehensivas deben corres-
p o n d e r n e c e s a r i a m e n t e las a p e t i t i v a s , y p o r lo t a n t o á
n u e s t r a r a z ó n d e b e c o r r e s p o n d e r u n a p e t i t o d e la
m i s m a clase ó sea r a c i o n a l y s u p e r i o r al sensitivo. E s t e
a p e t i t o es u n a p o t e n c i a i n o r g á n i c a "ó e s p i r i t u a l , lo
m i s m o q u e la r a z ó n , y ejerce t o d a s las clases de a c t o s
— 203 —
q u e p e r t e n e c e n á la c o n c u p i s c i b l e y á l a irascible;
a u n q u e t o d o s ellos s o n t a m b i é n i n o r g á r n i c o s ó e s p i r i -
t u a l e s , p o r s e r h e c h o s sin .el c o n c u r s o i n t r í n s e c o d e la
m a t e r i a . Asi, con la v o l u n t a d amamos ó n o s complace-
mos en u n a cosa y la aborrecemos ú odiamos, deseamos
p o s e e r el bien n o a l c a n z a d o y huimos del m a l q u e n o s
a m e n a z a n o s gozamos en. el bien q u e h e m o s a d q u i r i -
;

d o y n o s entristecemos en el m a l q u e h a caido s o b r e
n o s o t r o s , n o s animamos p a r a v e n c e r p o r m e d i o d e la
e s p e r a n z a las dificultades q u e n o s i m p i d e n la conse-
cución del b i e n y desconfiamos d e v e n c e r l a s , c u a n d o se
nos presentan como insuperables, etc. Lo q u e resta
p u e s a h o r a en e s t e p á r r a f o es e x a m i n a r el objeto d e
esta facultad y la n a t u r a l e z a d e s u s a c t o s , p a r a lo c u a l
t r a t a r e m o s d e p r o b a r las p r o p o s i c i o n e s s i g u i e n t e s .

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La voluntad no puede amar sino el bien conocido con la


inteligencia y representado en alguna manera
como propio.

299.—Observación.—La p r e s e n t e p r o p o s i c i ó n c o n t i e -
n e t r e s p a r t e s . E n l a p r i m e r a s o s t e n e m o s c o n t r a l o s No-
m i n a l e s q u e la v o l u n t a d n o p u e d e a m a r n a d a c o m o
m a l o ; sino q u e t o d o c u a n t o a m e , lo d e b e q u e r e r bajo la
r a z ó n d e b i e n . E n la s e g u n d a d e c i m o s con la g e n e r a l i -
d a d d e los filósofos q u e la v o l u n t a d n o p u e d e a m a r el
b i e n sino en c u a n t o c o n o c i d o , y . q u e p o r c o n s i g u i e n t e
el c o n o c i m i e n t o p r e v i o del objeto es u n a c o n d i c i ó n
esencial p a r a q u e p u e d a s e r a d m i t i d o ó r e c h a z a d o p o r
' ella. E n la t e r c e r a finalmente s e g u í r n o s l a d o c t r i n a c o -
m ú n d e los s a b i o s , en q u e se dice q u e á Ja v o l u n t a d
p a r a a m a r el bien se le d e b e p r e s e n t a r c o m o conve-
n i e n t e y en a l g u n a m a n e r a p r o p i o .
— 204—
300.—Prueba de la jsp.—1.° E s i m p o s i b l e q u e el
a p e t i t o i n n a t o se incline al m a l bajo la r a z ó n d e t a l ,
p o r q u e la n a t u r a l e z a n o le d a s i n o p o r la perfección
del sujeto. L u e g o t a m b i é n es i m p o s i b l e q u e el a p e t i t o
elicitivo, sea s e n s i t i v o , sea r a c i o n a l , se i n c l i n e al m a l
bajo el a s p e c t o d i c h o ; p o r q u e el a p e t i t o elicitivo es
d a d o p o r la n a t u r a l e z a al sujeto p a r a q u e se incline á
su p r o p i o bien en u n a m a n e r a m á s perfecta q u e con
el a p e t i t o i n n a t o . 2° L a v o l u n t a d p a r a a m a r a l g u n a
cosa d e b e s e r e s c i t a d a y m o v i d a á este a c t o p o r el o b -
jeto, c o m o p r o b a r e m o s d e n t r o d e p o c o . E s así q u e
solo el bien, real ó a p a r e n t e p u e d e p r o d u c i r e n ella
esta escitacion; p o r q u e el m a l , c o m o t a l , n o t i e n e
a t r a c t i v o p a r a la v o l u n t a d s i n o al c o n t r a r i o m o t i v o d e
r e p u l s i ó n y d e odio. L u e g o la v o l u n t a d n o p u e d e q u e -
r e r cosa a l g u n a s i n o bajo la r a z ó n d e bien; y p o r c o n -
s i g u i e n t e el m i s m o m a l q u e a l g u n a s veces escoge
f a l t a n d o á las r e g l a s d e la m o r a l i d a d , lo a b r a z a bajo-
la r a z ó n d e bien. 3. L a v o l u n t a d en t o d o s s u s a c t o s
0

o b r a llevada d e su n a t i v a p r o p e n s i ó n al b i e n , en lo
c u a l c o n s i s t e su a p e t i t o i n n a t o . E s así q u e su n a t i v a
p r o p e n s i ó n al b i e n n o la p u e d e i n c l i n a r s i n o al bien.
L i i e g o la v o l u n t a d en t o d o s s u s a c t o s d e b e b u s c a r for-
m a l ó v i r t u a l m e n t e u n bien y p o r lo t a n t o en n i n g u n o
d e e l l o s p u e d e a m a r el m a l c o m o t a l .
301.—Dicen los N o m i n a l e s : i.° Si la v o l u n t a d n o
p u e d e a m a r el m a l , t a m p o c o p o d r á o d i a r el bien, lo
c u a l es u n a b s u r d o . 2.° P u e d e u n o p a r a h a c e r u s o d e
su l i b e r t a d a m a r el m a l c o m o t a l , v. g r . s u i c i d á n d o -
se. 3. L o s c o n d e n a d o s en el Infierno d e s e a n s e r r e -
0

d u c i d o s á la n a d a , lo cual es u n p u r o m a l p a r a
ellos. 4.° M u c h o s q u i e r e n el m a l d e s u s e n e m i g o s p r e -
c i s a m e n t e p o r q u e es m a l . 5. P o d e m o s a m a r l a s c o -
0

sas i m p o s i b l e s , en l a s c u a l e s n o se ve n i n g u n a r a z ó n
de bien. Luego...
— 205 —
302.—Respuesta. —i." L a v o l u n t a d p u e d e o d i a r el
bien bajo la r a z ó n d e m a l ; p o r q u e n o se le p r e s e n t a
b i e n a l g u n o q u e bajo a l g ú n a s p e c t o n o se le ofrezca
r e v e s t i d o d e a l g ú n m a l . De la m i s m a m a n e r a p u e s
p u e d e a m a r el m a l bajo la razón de bien, y bajo esta
r a z ó n s o l a m e n t e . 2. Q u i e n se s u i c i d a , b u s c a e q u i v o -
0

c a d a m e n t e u n b i e n , c u a l es el d e s u s t r a e r s e á los m a -
les q u e le a q u e j a n . Y si a l g u n o q u i s i e r a h a c e r e s t e
a c t o p o r el solo m o t i v o d e ejercer c o n él s u l i b e r t a d ,
e n este m i s m o ejercicio v e r í a e q u i v o c a d a m e n t e u n
bien, y así n o e l e g i r í a el m a l c o m o m a l s i n o bajo
la r a z ó n d e b i e n . 3. L o s c o n d e n a d o s ven en s u a n i -
0

q u i l a c i ó n a l g o d e b i e n r e l a t i v o ; p o r q u e j u z g a n q u e es
m e n o r d e s g r a c i a no e x i s t i r q u e e x i s t i r en m e d i o d e t a n -
t o s t o r m e n t o s ; y este bien es el q u e a p e t e c e n c u a n d o d e -
sean ser aniquilados p o r completo dejando de existir.
4. L o s q u e se c o m p l a c e n en el m a l d e s u s e n e m i g o s ,
0

b u s c a n en ello la satisfacción d e su p r o p i a v e n g a n z a ,
lo c u a l c o n s i d e r a n c o m o u n bien; y así n o a m a n el
m a l p o r el m a l sino p o r el bien. 5. El bien q u e m i r a -
0

m o s c o m o i m p o s i b l e , n o lo p o d e m o s a m a r c o n u n
a m o r eficaz y a b s o l u t o ; p o r q u e v e m o s q u e n o lo p o -
d e m o s a l c a n z a r . L o q u e ú n i c a m e n t e n o s es posible
con r e s p e c t o á esta clase d e b i e n e s , es a m a r l o s con
c i e r t o a m o r ineficaz y d e s i m p l e c o m p l a c e n c i a , r e p r e -
s e n t á n d o n o s l o s c o m o h i p o t é t i c a m e n t e posibles, ó
a m a r l o s c o n a m o r eficaz p o r p a r t e n u e s t r a y c o n d i -
c i o n a d o p o r p a r t e d e ellos. Así, al a r r e p e n t i m o s d e
n u e s t r o s p e c a d o s d e c i m o s : Si estuviera en mi mano des-
hacer lo hecho, lo desharía haciendo que nunca hubiese
pecado. P e r o en t o d o s e s t o s c a s o s s i e m p r e se n o s p r e -
s e n t a el o b j e t o c o m o posible e n a l g ú n m o d o (1).

(t) ' V . Losada, de aniina, dip. 7, cap. 3, IIti. 53-60.


— 20Ó —
303.—Prueba de la 2." p.—La v o l u n t a d , p a f a a m a r
u n objeto, d e b e s e r a t r a í d a y m o v i d a p o r él; p o r q u e
a u n q u e en sí t i e n e c a p a c i d a d i n t r í n s e c a p a r a a m a r
t o d o lo q u e e n v u e l v e r a z ó n d e b i e n , p e r o ella d e s u y o
está i n d i f e r e n t e p a r a a m a r de hecho en u n m o m e n t o
d a d o tal objeto m á s b i e n q u e tal otro. E s así q u e el
objeto n o p u e d e m o v e r y solicitar á la v o l u n t a d sino
en c u a n t o r e l u c e en la i d e a , p u e s t o q u e n o influye e n
ella sino en el g é n e r o d e c a u s a final (O. 599). L u e g o
la v o l u n t a d n o p u e d e a b s o l u t a m e n t e a m a r s i n o el bien
c o n o c i d o . 2. El acto elícito d e a p e t e c e r n o se s i g u e
0

i n m e d i a t a m e n t e d e la f o r m a c o n s t i t u t i v a del ser
a p e t i t i v o sino d e la f o r m a a c c i d e n t a l y a p r e h e n d i d a
p o r la facultad c o g n o s c i t i v a ; p o r q u e t o d a inclinación
es c o n f o r m e á su f o r m a c o r r e s p o n d i e n t e , la i n n a t a
c o n f o r m e á la s u s t a n c i a l y la elícita c o n f o r m e á la
a p r e h e n d i d a y r e p r e s e n t a d a en la p e r c e p c i ó n . E s así
q u e r e p u g n a i n t r í n s e c a m e n t e el a p e t i t o i n n a t o sin
u n a n a t u r a l e z a real y física d e d o n d e e m a n e . L u e g o
d e la m i s m a m a n e r a r e p u g n a la p o t e n c i a elícita sin
u n a f o r m a a c t u a l m e n t e r e p r e s e n t a d a en la p e r c e p c i ó n
q u e influya en s u existencia. De a q u í a q u e l refrán t a n
c o n o c i d o e n t r e los filósofos: «Nihil v o l i t u m . q u i n pree-
c o g n i t u m , » nada hay querido sin ser previamente cono-
cido (1).
304.—Prueba de lay.'p.—1.° El apetito innato no
p u e d e i n c l i n a r s e sino hacia el b i e n c o n v e n i e n t e al
sujeto q u e lo p o s e e . L u e g o t a m p o c o el elícito p u e d e
•tender sino al b i e n q u e la facultad c o g n o s c i t i v a le
p r e s e n t e c o m o c o n v e n i e n t e ; p o r q u e t a n t o el u n o c o -
m o el o t r o h a n s i d o d a d o s p o r la n a t u r a l e z a p a r a
la perfección d e l sujeto. 2 . E l a m o r es u n a cierta in-
0

clinación y g r a v i t a c i ó n hacia el objeto c o m o ' hacia el

(1) V . Suarez, Melaphys. disp. 23, sect. 7. n. 5 y siguientes.


— 207 —
c e n t r o e n q u e d e s c a n s a el s u j e t o a m a n t e . E s así q u e
el a m a n t e n o p u e d e d e s c a n s a r en u n c e n t r o q u e n o
e n v u e l v a c o n f o r m i d a d d e c o n v e n i e n c i a con su n a t u -
r a l e z a . L u e g o es d e e s e n c i a d e l b i e n p a r a s e r a m a d o
q u e se p r e s e n t e c o m o c o n v e n i e n t e al sujeto q u e lo
a m a y en a l g u n a m a n e r a s u y o . P o r eso decia A r i s t ó -
teles: Amabile quidem bonum, uniciáque autem pro-
priui7i(i)Y S a n t o T o m a s : (J-Iay u n a u n i ó n , escribe,
en la c u a l c o n s i s t e e s e n c i a l m e n t e el a m o r ; y e s t a
u n i ó n es s e g ú n la c o a p t a c i ó n del afecto, la c u a l se
a s e m e j a á la u n i ó n s u s t a n c i a l en c u a n t o q u e el a m a n -
t e se h a con r e s p e c t o al a m a d o , en el a m o r d e a m i s -
t a d , c o m o si el a m a d o fuera él m i s m o , y en el d e c o n -
c u p i s c e n c i a c o m o si fuera algo d e su p r o p i o ser (2).»
305.—No se s i g u e d e a q u í , sin e m b a r g o , q u e t o d o s
n u e s t r o s a c t o s d e a m o r sean d e concupiscencia y n i n -
g u n o d e benevolencia ó de amistad. P o r q u e con el a m o r
de concupiscencia de tal m a n e r a a m a m o s u n bien,
q u e c o n el tal a c t o b u s c a m o s n u e s t r o p r o p i o p r o v e c h o ,
en c u a n t o f í s i c a m e n t e c o n d i s t i n t o s d e los d e m á s s e -
r e s c a p a c e s d e p a r t i c i p a r d e a q u e l bien; ó en o t r o s
t é r m i n o s , lo q u e r e m o s para nosotros mismos. M a s c o n
el a m o r d e b e n e v o l e n c i a y d e a m i s t a d el bien p o r n o s -
o t r o s a m a d o lo q u e r e m o s para otro, por el provecho
suyo y no nuestro. Solo q u e p a r a p o d e r ejercer esta
s e g u n d a clase d e a c t o s es p r e c i s o q u e c o n s i d e r e m o s
la p e r s o n a a m a d a c o m o u n i d a en a l g u n a m a n e r a c o n

(1) - Aristoteles, $ Ethic, cap. 8.


(2) «Quasdam vero unio est essentialiter ipse amor; et hasc
est unio secundum coaptationem affectus, qua? quidem assimi-
litatur unioni substantiali, in quantum amans se habet ad
amatum, in amore quidem amicitia;, sicut ad seipsum, in amo-
re autem concupiscentioe. ut ad aliquid sui (Santo Tomas,
Stcmm. theol. 1. 2. q. 28, art. 1. ad 2. » ura
— 2o8 — •
n o s o t r o s y f o r m a n d o c o n n u e s t r o p r o p i o s e r u n a cier­
t a especie d e u n i d a d m o r a l , h a b i é n d o n o s c o n r e s p e c t o
á ella c o m o si se ident ificara c o n n u e s t r a p r o p i a p e r ­
sona ó c o m o si fuera algo d e n u e s t r o p r o p i o ser. Y
así, a u n c u a n d o u n o se forjara con la i m a g i n a c i ó n al­
g ú n objet o h e r m o s o y d e l e i t a b l e q u e n a d a t u v i e r a
q u e v e r con él, t o d a v í a n o p o d r í a c o m p l a c e r s e e n e s t a
h e r m o s u r a fingida s i n o e n c u a n t o q u e se la r e p r e s e n ­
t a e n a l g u n a m a n e r a u n i d a á él p o r m e d i o d e c i e r t a
proporción y conveniencia (i ).

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

La voluntad humana no puede sufrir coaccionen nin­


guno de sus actos elicitos pero si necesidad.

306.—Observación.—Entre la coacción y la simple


necesidad h a y m u c h a diferencia. La p r i m e r a c o n s i st e
en la fuerza que se hace á un ser imprimiéndole una
tendencia contraria á su naturaleza, d e m a n e i ; a ­ q u e en
e s t e m o v i m i e n t o él se h a y a c o m o m e r a m e n t e p a s i v o
y t o d a la exist encia del ta l a c t o sea d e b i d a á la acción
d e u n a g e nt e e xt e r n o . T a l es, p o r e j e m p l o , el m o v i ­
m i e n t o i m p r e s o á u n c u e r p o en u n s e nt i d o e nt e r a ­
m e n t e c o n t r a r i o al d e su n a t u r a l g r a v e d a d . L a n e c e ­
s i d a d es u n a i n v e n c i b l e d e t e r m i n a c i ó n á u n a c t o p r o ­
d u c i d o p o r el m i s m o s e r n e c e s i ta d o , c o m o c u a n d o , p o r
e j e m p l o , la p i e d r a se m u e v e en v i r t u d d e s u p r o p i o
p e s o h a c i a el c e n t r o d e a t r a c c i ó n ó el e n t e n d i m i e n t o
j u z g a d e u n objet o e v i d e n t e en v i r t u d d e la clara p e r ­
cepción q u e lo d e te r m i n a á a q u e l a c t o .

(1) V . Losada, de anima, di sp. 7. cap. 3. nn. 61-63. У S u a -


rez. de anima, li b. 5, c. 2, n. 7.
— 209 —
307-—Prueba de la i.° p.—Acto elícito es a q u e l q u e
e m a n a d e la i n t r í n s e c a a c t i v i d a d d e la potencia. E s
así q u e en la coacción el a c t o n o e m a n a d e la p o t e n -
cia q u e p a d e c e fuerza s i n o d e o t r o p r i n c i p i o e x t r í n -
seco, c o m o c u a n d o la p i e d r a es llevada h a c i a a r r i b a
c o n t r a su n a t u r a l i n c l i n a c i ó n , q u e es i r h a c i a a b a j o .
L u e g o es m a n i f i e s t o q u e n i n g ú n a c t o elícito d e la v o -
l u n t a d h u m a n a p u e d e s e r efecto d e la coacción ó
fuerza.
O t r a cosa sería h a b l a n d o d e los a c t o s imperados y
e x t e r n o s , c u a l e s son los q u e la v o l u n t a d suele i m p e -
r a r á la p o t e n c i a l o c o m o t r i z d e los m i e m b r o s del cuer-
p o . E n éstos p u e d e sin d u d a sufrir coacción; p o r q u e
c o n t r a t o d a su v o l u n t a d é i m p e r i o p u e d e i m p r i m i r
u n a c a u s a e x t r í n s e c a m á s p o d e r o s a á los m i e m b r o s
del c u e r p o u n m o v i m i e n t o d e t e r m i n a d o , c o m o c u a n -
d o u n o c o n t r a t o d a su v o l u n t a d es llevado en u n co-
c h e , ó a r r a s t r a d o á la cárcel.
308 Prueba de la 2. p.—En p r i m e r l u g a r la v o l u n -
a

t a d h u m a n a p a d e c e n e c e s i d a d negativa en o r d e n á la
felicidad en g e n e r a l y con r e s p e c t o á t o d o c u a n t o se
le p r e s e n t a c o m o e s e n c i a l m e n t e r e l a c i o n a d o con ella;
p o r q u e le es i m p o s i b l e i r c o n t r a la felicidad así c o n -
s i d e r a d a , a b o r r e c i é n d o l a con u n a c t o p o s i t i v o , c o m o
p r o b a r e m o s m á s a d e l a n t e . A d e m a s , los b i e n a v e n t u -
r a d o s c o n la v i s t a clara d e la d i v i n a E s e n c i a se s i e n t e n
positivamente n e c e s i t a d o s á a m a r d e h e c h o á a q u e l l a
B e l d a d s o b e r a n a , sin p o d e r r e p r i m i r este a c t o ; p o r q u e
a q u e l p e r f e c t í s i m o Bien visto en t o d a su c l a r i d a d los
a r r e b a t a p o r c o m p l e t o h a c i a sí, sin q u e p u e d a n d e j a r
d e a m a r l o ni s i q u i e r a p o r u n solo m o m e n t o . L u e g o
es claro q u e n u e s t r a v o l u n t a d p u e d a p a d e c e r t a m b i é n
n e c e s i d a d y n e c e s i d a d positiva p o r esta p a r t e ; p u e s
Dios N u e s t r o S e ñ o r , p u e d e m a n i f e s t á r s e l e , y en efecto
se m a n i f i e s t a á l a s a l m a s b i e n a v e n t u r a d a s , en t o d a s u
Psicología, IA
— 210 —
h e r m o s u r a p o r m e d i o d e la c l a r a visión d e su E s e n c i a .
F i n a l m e n t e , p u e d e Dios i n f u n d i r á la v o l u n t a d h u m a -
n a a l g u n a c u a l i d a d q u e la d e t e r m i n e n e c e s a r i a m e n t e
á p o n e r con s u a c t i v i d a d p r o p i a u n a volición ó n o l i -
ción d e t e r m i n a d a ; p u e s e n esto n o se ve r e p u g n a n c i a
a l g u n a y Dios es a b s o l u t a m e n t e p o d e r o s o p a r a h a c e r
t o d o c u a n t o n o e n v u e l v a r e p u g n a n c i a i n t r í n s e c a . Así,
p o r e j e m p l o , si Dios i m p r i m i e r a á n u e s t r a v o l u n t a d
la p r e d e t e r m i n a c i ó n física q u e defienden los B a ñ e c i a -
n o s , n u e s t r a v o l u n t a d p o n d r í a c i e r t a m e n t e con s u
a c t i v i d a d p r o p i a el a c t o á q u e fuese p r o m o v i d a , p e r o
lo p o n d r í a con n e c e s i d a d y .sin t e n e r p o d e r p a r a d e j a r
d e o b r a r a q u e l l o á q u e la tal p r e m o c i ó n la d e t e r m i n a .
Luego...
309.— L o s B a ñ e c i a n o s n o a d m i t e n q u e en esta ú l t i -
m a m a n e r a p u e d e ser n e c e s i t a d a n u e s t r a v o l u n t a d ;
p o r q u e j u z g a n q u e u n a c t o d e esta especie s e r í a esen-
c i a l m e n t e i r r a c i o n a l y ciego, y p o r lo m i s m o n o e m a -
n a d o d e la v o l u n t a d , la c u a l es u n a p o t e n c i a ciega r a -
cional y n a d a p u e d e o b r a r sin el c o n o c i m i e n t o p r e v i o
d e la r a z ó n (1). P e r o e s t a s r a z o n e s n o s p a r e c e n a b s o -
l u t a m e n t e d e n i n g ú n valor; p o r q u e el tal a c t o no s e r í a
n i i r r a c i o n a l ni ciego, sino s o l a m e n t e i n n a t u r a l y con-
t r a r i o al m o d o o r d i n a r i o d e o b r a r q u e t i e n e la v o l u n -
t a d ; la c u a l n u n c a a m a con n e c e s i d a d , c u a n d o el o b -
jeto se le p r e s e n t a r e v e s t i d o d e a l g u n a s c u a l i d a d e s
p o r las cuales p u e d a s e r r e c h a z a d o . En el caso q u e
a h o r a d i s c u t i m o s , la v o l u n t a d a m a r í a u n objeto c a p a z
d e ser a m a d o y c o m o t a l p r o p u e s t o p o r la r a z ó n . P o r
c o n s i g u i e n t e , el acto d e a m o r con q u e lo a b r a z a s e , n o
s e r í a a b s o l u t a m e n t e ciego, p u e s la v o l u n t a d n o iría
con él á lo d e s c o n o c i d o .

(1 Billuart, Cursus theol.—Tract, de actibus humarás, dis-


sert. 2. art, 5.
- 2 1 1 -

P o r l a m i s m a razón tampoco seria esencialmente


i r r a c i o n a l ; p u e s t o q u e n o p u e d e l l a m a r s e con este
n o m b r e u n acto q u e r e q u i e r e e s e n c i a l m e n t e p o r p a r t e
d e la razón u n c o n o c i m i e n t o p r e v i o del objeto y d e s u
a m a b i l i d a d i n t r í n s e c a . E s v e r d a d q u e esta a m a b i l i d a d
n o s e r í a e n t o n c e s la c a u s a total del tal a c t o , ni á ella
se d e b e r í a su n e c e s i d a d s i n o á la c u a l i d a d subjetiva y
p r e t e r n a t u r a l d e q u e la v o l u n t a d e s t a r í a afectada;
p e r o n o p o r eso d e j a r í a d e s e r c a u s a v e r d a d e r a del
a c t o volitivo, ni la v o l u n t a d d e j a r í a t a m p o c o d e p o -
n e r l o con c o n o c i m i e n t o p r e v i o , p o r m á s q u e n o fuese
d e t e r m i n a d a y n e c e s i t a d a á p o n e r l o p o r este conoci-
m i e n t o sino p o r la c u a l i d a d s u s o d i c h a .
310.—Dice m u y bien á este p r o p ó s i t o el P . S u á r e z :
« P a r a q u e la v o l u n t a d sea n e c e s i t a d a p o r Dios, n o es
n e c e s a r i o q u e ella q u i e r a ser n e c e s i t a d a s i n o q u e sea
n e c e s i t a d a á q u e r e r ; c o m o c u a n d o la v o l u n t a d q u i e r e
l i b r e m e n t e , . n o . es n e c e s a r i o q u e q u i e r a d i r e c t a m e n t e
el m o d o d e o b r a r con l i b e r t a d , sino q u e d e h e c h o
quiera libremente. Por donde puede suceder que uno
o b r e l i b r e m e n t e y esté i g n o r a n t e d e ello ó a u n j u z g u e
e r r ó n e a m e n t e q u e obra sin l i b e r t a d , c o m o s u c e d e á
los herejes. De la m i s m a m a n e r a p o r el l a d o c o n t r a r i o ,
p u e d e ser a l g u n o n e c e s i t a d o p o r Dios á q u e r e r , i g n o -
r a n d o esta n e c e s i d a d y n o a b r a z á n d o l a con la v o l u n -
t a d sino q u e r i e n d o d i r e c t a m e n t e el objeto p r o p u e s t o ;
y p o r lo t a n t o n a d a i m p o r t a q u e n o s u p o n g a e n t o n c e s
c o n o c i d o el objeto bajo la f o r m a l i d a d d e n e c e s a r i o .
Y no p o r esto i r á la v o l u n t a d á lo d e s c o n o c i d o ; p o r -
q u e n o a m a la n e c e s i d a d del a c t o n i la del objeto sino
solo la b o n d a d d e este s e g u n d o . Ni la indiferencia del
objeto c o n o c i d a p o r la i n t e l i g e n c i a p u e d e o b s t a r t a m -
p o c o á la n e c e s i d a d del a c t o e m a n a d a d e u n a m o c i ó n
e x t r í n s e c a . P o r q u e , a u n q u e es i n d i f e r e n t e el juicio del
o b j e t o c o n o c i d o ; sin e m b a r g o , p o r la eficacia d e u n
— 212 —

a g e n t e e x t r í n s e c o es i m p e d i d a la v o l u n t a d d e p o d e r
s u s p e n d e r el a c t o , t e n d i e n d o c o n n e c e s i d a d h a c i a la
b o n d a d del objeto y n o c u r á n d o s e d e su indiferen-
cia (i).»

PROPOSICIÓN TERCERA.

La voluntad humana en muchísimos actos goza de


verdadera libertad de indiferencia.

311.—Observación.—Libre e s l o m i s m o q u e inmune
de necesidad ó de invencible determinación á alguna
cosa; p o r d o n d e l i b e r t a d en g e n e r a l e s lo m i s m o q u e
inmunidad ó exención de necesidad. Un s e r p u e d e e s t a r
invenciblemente d e t e r m i n a d o á a l g u n a cosa, y a p o r
a l g u n a fuerza e x t r í n s e c a q u e lo c o m p e l e á ella, y a
p o r u n a fuerza intrínseca é interior á su propia n a t u -

( 1 ) «Ad tertium de objecto cognito respondetur, ut voluntas


necessitetur a Deo, non oportere ut ipsa velit necessitari, sed
solum quod necessitetur ut velit; sicut quando voluntas libere
vult, non oportet ut modum ipsum libere operandi directe velit,
sed ut in actu exercito libere velit. Unde fieri potest, ut quis libe-
re velit, et id ignoret, imo erret credens non libere operari, ut
heeretici errant. E t similiter e converso, potest quis a Deo neces-
sitari advolendum, ipsoneque sciente, neque volente, sed solum
directe volendo objectum propositum; et ideo nihil refert quod
objectum nonsupponatur cognitum vel judicatum necessarium.
Neque propterea voluntas feretur in incognitum, quia nonfertur
in necessitatem actus rei objecti, sed in ejus bonitatem. Neque
edam indifferentia cognita obstare potest necesitati actus ab
extrinseca motione provenienti; quia, licet sit indifferens judi-
cium objecti cogniti, per efficaciam extrinseci agentis impeditur
voluntas ne actum circa tale objectum suspendere possit, tenden-
do necessario in bonitatem objecti, nihil curando de indifferentia
ejus. (Suarez, Prolegomen. I de gratia, cap. 4, n. 18).»
— 2Í 3 —

raleza. De a q u í d o s clases d e l i b e r t a d , á saber: la li-


b e r t a d d e coacción y la d e indiferencia. L a p r i m e r a
c o n s i s t e en la inmunidad de toda fuerza ó necesidad ex-
trinsica; la s e g u n d a en la inmunidad de toda necesidad
tanto intrínseca como extrínseca. De la v o l u n t a d h u m a -
n a y a h e m o s p r o b a d o en la p r i m e r a p a r t e d e la tesis
p r e c e d e n t e q u e está libre d e t o d a coacción; r e s t a p u e s
a h o r a p r o b a r en la p r e s e n t e q u e p o r lo m e n o s e n
m u c h í s i m o s a c t o s e s t á a d e m a s d e hecho libre d e n e -
cesidad i n t r í n s e c a , ó bien, q u e es l i b r e c o n l i b e r t a d de
indiferencia.
312.—La l i b e r t a d d e i n d i f e r e n c i a , n u e v a m e n t e se d i -
v i d e en l i b e r t a d d e contradicción, d e especificación y d e
contrariedad. L a p r i m e r a c o n s i s t e en \& inmunidad de
necesidad en orden aponer ó dejar de poner un acto deter-
minado, c o m o c u a n d o d e c i m o s q u e P e d r o es libre e n
sentarse ó no sentarse: la s e g u n d a e n la inmunidad de
necesidad en orden á la posición de un acto ú otro pertene-
cientes á diferentes especies, c o m o c u a n d o se dice q u e
P e d r o es l i b r e p a r a sentarse ó estar de pié; p a r a leer ó es-
cribir; p a r a s e g u i r esta carrera ó agüella otra, e t c . : la
t e r c e r a finalmente en la inmunidad de necesidad en or-
den á la posición de cualquiera de dos actos contrarios
relativos á un mismo objeto; v. g r . , la q u e t i e n e - P e d r o
p a r a amar á J u a n ó aborrecerle; p a r a s e g u i r la virtud ó
el vicio; p a r a dormir ó velar, e t c . , q u e son cosas c o n -
t r a r i a s . T o d a s e s t a s clases d é l i b e r t a d e s t á n c o m p r e n -
d i d a s bajo la l i b e r t a d d e indiferencia y t o d a s t r e s p e r -
t e n e c e n á n u e s t r a v o l u n t a d , al m e n o s con r e s p e c t o á
m u c h í s i m o s objetos; a u n q u e p a r a s e r v e r d a d e r a m e n -
te libre con r e s p e c t o á ellos n o es n e c e s a r i o q u e t e n g a
las t r e s , b a s t á n d o l e t e n e r solo la d e c o n t r a d i c c i ó n .
R e u n i e n d o las t r e s clases d i c h a s en u n a sola defini-
ción, p o d e m o s definir con la g e n e r a l i d a d d e los filóso-
fos la l i b e r t a d de indiferencia: Aquella cualidad ó dote
— 214—;
de la voluntad, por la cual esta potencia, adornada de to-
das las condiciones necesarias para obrar, puede obrar ó
no obrar, obrar este acto ó aquel otro .de diferente especie }

tal acto ú otro de especie contraria. P o r q u e , como h e -


m o s i n d i c a d o en la O n t o l o g í a (O. 531), la diferencia
q u e s e p a r a á las c a u s a s libres d e las n e c e s a r i a s e s .
q u e e s t a s s e g u n d a s , u n a vez p u e s t a s e n acto p r i m e r o
p r ó x i m o c o n t o d o s los r e q u i s i t o s n e c e s a r i o s p a r a
Obrar, n o p u e d e n c o n t e n e r s u acción, m i e n t r a s q u e
las p r i m e r a s , a u n p u e s t a s en a c t o p r i m e r o p r ó x i m o
y asistidas p o r c o n s i g u i e n t e d e t o d a s las c o n d i c i o n e s
q u e d e b e n p r e c e d e r al ejercicio d e su acción, t o d a v í a
s o n d u e ñ a s d e p o n e r l a ó no p o n e r l a .
313.—Niegan la l i b e r t a d h u m a n a q u e t r a t a m o s d e
p r o b a r en la p r e s e n t e tesis: i.° los fatalistas, s e g ú n los
c u a l e s t o d a s las cosas h u m a n a s s o n c o n d u c i d a s p o r
l a ley i n d e c l i n a b l e y fatal d e la n e c e s i d a d : 2. los 0

panleislas, los materialistas y los positivistas; p u e s los


p r i m e r o s n o a d m i t e n o t r a cosa q u e la s u s t a n c i a d i v i n a
p u e s t a p o r su m i s m a esencia en u n c o n t i n u o é i r r e s i s -
tible d e s a r r o l l o , y p a r a los o t r o s n a d a h a y r e a l y físico
q u e n o sea p u r a m a t e r i a d e s t i t u i d a d e l i b e r t a d en s u s
a c t o s : 3. los jansenistas y t o d o s c u a n t o s c o n f u n d e n
0

c o m o ellos lo e s p o n t á n e o y v o l u n t a r i o con lo v e r d a d e -
r a m e n t e libre; p o r q u e t o d o s estos a u t o r e s n o c o n c e d e n
á n u e s t r a v o l u n t a d o t r a l i b e r t a d q u e la l l a m a d a espon-
taneidad ó inmunidad de coacción, la c u a l c o n v i e n e
t a m b i é n á las b e s t i a s . P u e s estos seres en m u c h o s
a c t o s o b r a n sin p a d e c e r fuerza a l g u n a p o r p a r t e d e los
a g e n t e s e x t e r i o r e s y solo p o r el i m p u l s o e s p o n t á n e o
d e su p r o p i a n a t u r a l e z a ; á p e s a r d e q u e , u n a vez m o -
v i d o s p o r el objeto q u e h a c e en ellos m a y o r i m p r e s i ó n ,
lo s i g u e n i r r e s i s t i b l e m e n t e sin s e r d u e ñ o s d e c o n t e n e r
su acción: 4. finalmente los q u e con L e i b n i t z a f i r m a n
0

q u e n u e s t r a v o l u n t a d es s i e m p r e i r r e s i s t i b l e m e n t e
— 2i5 —
d e t e r m i n a d a p o r el b i e n m a y o r d e c u a n t o s en c a d a
m o m e n t o la solicitan.
314.—Demostración.—1.° E l s e n t i d o í n t i m o le a n u n -
cia á c a d a u n o la í n t i m a p e r s u a s i ó n en q u e c o n t i n u a -
m e n t e vive d e q u e es l i b r e con l i b e r t a d d e i n d i f e r e n -
cia p a r a q u e r e r y n o q u e r e r , p a r a q u e r e r e s t a s cosas
ó a q u e l l a s , p a r a a m a r ó a b o r r e c e r los objetos q u e a n t e
su c o n s i d e r a c i ó n se p r e s e n t a n . E s así q u e esta í n t i m a
p e r s u a s i ó n en q u e c a d a u n o vive d e s u p r o p i a l i b e r t a d
n o p u e d e m e n o s d e e s t a r f u n d a d a en la v e r d a d . P o r q u e
ella es el f u n d a m e n t o d e t o d a n u e s t r a v i d a r a c i o n a l ,
m o r a l y civil; p o r ella d e l i b e r a m o s en c a d a u n a d e
n u e s t r a s acciones p a r a v e r l o q u e d e b e m o s h a c e r ; p o r
ella n o s r e c o n o c e m o s m o r a l m e n t e r e o s ó i n o c e n t e s
d e s p u é s d e h a b e r l a p r a c t i c a d o ; p o r ella c o m p r o m e t e -
m o s n u e s t r a p a l a b r a p a r a en a d e l a n t e con n u e s t r o s
i g u a l e s , s u p e r i o r e s é inferiores, s e g u r o s d e q u e e n
n u e s t r a m a n o e s t a r á el c u m p l i r l a ó n o c u m p l i r l a , e t c .
A h o r a bien; d e c i r q u e el f u n d a m e n t o d e t o d a n u e s -
t r a v i d a r a c i o n a l , m o r a l y civil d e s c a n s a e n t e r a m e n t e
e n u n a p u r a i l u s i ó n d e n u e s t r a fantasía y n o en la r o c a
firme d e la r e a l i d a d , es p r o c l a m a r a b i e r t a m e n t e el
e s c e p t i c i s m o ó ir d e r e c h a m e n t e c o n t r a el d i c t a m e n
d e la s a n a r a z ó n . L u e g o la p e r s u a s i ó n í n t i m a d e q u e
á c a d a u n o le d a t e s t i m o n i o el s e n t i d o í n t i m o , e s t á
f u n d a d a en la v e r d a d y p o r lo t a n t o es cosa c i e r t a y
e v i d e n t e q u e n u e s t r a v o l u n t a d g o z a d e la l i b e r t a d
dicha.
315.—2. E l a r g u m e n t o t o m a d o d e l t e s t i m o n i o del
0

s e n t i d o í n t i m o r e c i b e n u e v a c o n f i r m a c i ó n con el q u e
n o s s u m i n i s t r a el t e s t i m o n i o u n á n i m e d e t o d o s los
p u e b l o s y n a c i o n e s . P o r q u e en t o d o s ellos h a h a b i d o
s i e m p r e leyes en q u e se m a n d a b a á los h o m b r e s h a c e r
u n a s c o s a s y e v i t a r o t r a s ; penas con q u e se c a s t i g a b a
á s u s i n f r a c t o r e s , y premioscon q u e e r a n r e m u n e r a d o s
'—aló-
los fieles s e r v i d o r e s del E s t a d o . E n t o d o s ellos t a m b i é n
h a h a b i d o s i e m p r e alabanzas p a r a los b u e n o s c i u d a -
d a n o s y vituperios p a r a los m a l o s . E n t o d o s ellos final-
m e n t e los h o m b r e s h a n s e n t i d o en s u i n t e r i o r al p r a c -
t i c a r u n a acción p e c a m i n o s a los remordimientos d e la
c o n c i e n c a y al e j e c u t a r u n a c t o d e v i r t u d la satisfac-
ción y el contento del e s p í r i t u p r o p i o s d e q u i e n o b r a
con i n m u n i d a d d e n e c e s i d a d e x t r í n s e c a é i n t r í n s e c a .
A h o r a b i e n ; d e c i r q u e t o d o el g é n e r o h u m a n o h a
vivido s i e m p r e en u n e r r o r t a n g r a v e y t a n f u n d a m e n -
t a l c o m o éste, c r e y é n d o s e los h o m b r e s d u e ñ o s d e s u s
acciones y r e s p o n s a b l e s p o r lo m i s m o d e ellas a n t e
Dios y la s o c i e d a d , c u a n d o en r e a l i d a d n o h a c í a n sino
ser a r r e b a t a d o s d e la e s p o n t a n e i d a d ó n e c e s i d a d i n -
t r í n s e c a , á la m a n e r a q u e p o r s u p r o p i o p e s o es a r r e -
b a t a d a la p i e d r a h a c i a el c e n t r o d e a t r a c c i ó n , es d a r
e n u n a m a n i f i e s t a l o c u r a . L u e g o el t e s t i m o n i o c o n s -
t a n t e , u n i v e r s a l y p e r e n n e d e l g é n e r o h u m a n o es u n
a r g u m e n t o irrefragable d e esta verdad.
316.—3. E l s e n t i d o í n t i m o d a á c a d a u n o c l a r o t e s -
0

t i m o n i o d e la a u s e n c i a d e n e c e s i d a d t a n t o i n t r í n s e c a
c o m o e x t r í n s e c a con q u e ejerce s u s voliciones. P o r -
q u e c a d a u n o s i e n t e d e n t r o d e sí q u e los objetos s i e m -
p r e se le m u e s t r a n c o m o a p e t e c i b l e s p o r u n l a d o y
c a p a c e s d e s e r r e c h a z a d o s p o r o t r o ; p u e s t o d o s ellos
presentan á nuestra consideración ventajas ¿ i n c o m o -
d i d a d e s y p o r c o n s i g u i e n t e ofrecen m o t i v o s d e a t r a c -
ción y d e r e p u l s i ó n . P o r d o n d e v e m o s q u e p o r p a r t e
d e los objetos n u e s t r a v o l u n t a d n o e x p e r i m e n t a n e -
c e s i d a d n i n g u n a q u e la lleve i r r e s i s t i b l e m e n t e á n i n -
g u n a cosa d e t e r m i n a d a . T a m p o c o s e n t i m o s e s t a
necesidad p o r parte de nuestra m i s m a alma ó de
a l g ú n a g e n t e e x t r í n s e c o q u e la d e t e r m i n e . P o r q u e
n u e s t r a a l m a d e suyo no se siente irresitiblemente
i n c l i n a d a sino h a c i a la felicidad e n g e n e r a l , la c u a l
— 217 —
ninguno de nosotros puede aborrecer deseando ser
infeliz ó d e s v e n t u r a d o ; y p o r lo q u e toca á los a g e n t e s
e x t e r n o s , ni d e Dios ni d e s u s c r i a t u r a s r e c i b i m o s fuer-
za a l g u n a con q u e n o s o t r o s n o s s i n t a m o s i n v e n c i -
blemente a r r a s t a d o s hacia algún d e t e r m i n a d o objeto.
A h o r a b i e n , esta a u s e n c i a d e n e c e s i d a d q u e s e n t i m o s
en n u e s t r a s a c c i o n e s , n o s d a s o l i d í s i m o f u n d a m e n t o
p a r a j u z g a r f i r m í s i m a m e n t e q u e las e j e r c e m o s de hecho
sin n e s c e i d a d a l g u n a y q u e p o r c o n s i g u i e n t e t e n e m o s
una-libertad plena para ponerlas ó dejarlas de poner.
P o r q u e si las e j e r c i é r a m o s c o n a l g u n a n e c e s i d a d o c u l t a
y p o r n o s o t r o s i g n o r a d a , esta n e c e s i d a d n o p o d r í a
v e n i r sino d e q u e la C a u s a p r i m e r a i m p r i m i e s e e n
n u e s t r a voluntad a l g u n a cualidad insensible p a r a n e -
c e s i t a r n o s con ella sin s a b e r l o n o s o t r o s . M a s esto e s
a b s o l u t a m e n t e i n a d m i s i b l e p o r lo q u e a t a ñ e al h e c h o ,
a u n q u e á Dios n u e s t r o S e ñ o r n o falta p o d e r p a r a o b r a r
de este m o d o , como dejamos p r o b a d o m á s a r r i -
ba (308-310). P o r q u e t a l m a n e r a d e n e c e s i t a r á n u e s t r a
v o l u n t a d n o es c o n f o r m e sino c o n t r a r i a á n u e s t r a n a -
t u r a l e z a y Dios e n el o b r a r c o n las c a u s a s s e g u n d a s se
a c o m o d a o r d i n a r i a m e n t e á la c o n d i c i ó n d e c a d a u n a .
L u e g o la a u s e n c i a c o m p l e t a d e n e c e s i d a d q u e e x p e r i -
m e n t a m o s e n n u e s t r a s voliciones es u n t e s t i m o n i o
i r r e f r a g a b l e d e n u e s t r a l i b e r t a d ; .y e n ella v e m o s j u s -
tificada la c o n s t a n t e , u n i v e r s a l y p e r e n n e p e r s u a s i ó n
en q u e viven t o d o s los h o m b r e s d e q u e t i e n e n v e r d a -
d e r a l i b e r t a d d e i n d i f e r e n c i a c o n r e s p e c t o á las accio-
nes dichas.
317.—4. F i n a l m e n t e , la r a z ó n c o n f i r m a a priori los
0

tres a r g u m e n t o s que acabamos de hacer sacándolos


d e la e x p e r i e n c i a i n t e r n a . P o r q u e p a r a a r g u m e n t a r
con las p a l a b r a s d e S u a r e z , «al c o n o c i m i e n t o u n i v e r -
sal y en c i e r t a m a n e r a i n d i f e r e n t e c o r r e s p o n d e u n a p e -
t i t o t a m b i é n u n i v e r s a l é i n d i f e r e n t e . E s así q u e el c o -
— 2l8 —
ñ o c i m í e n t o i n t e l e c t u a l es t a n u n i v e r s a l y p e r f e c t o , q u e
p e r c i b e la p r o p i a r a z ó n d e l fin y d e los m e d i o s ; p u e d e
a d e m á s p o n d e r a r en c a d a u n o q u é b o n d a d y m a l i c i a ,
q u é u t i l i d a d ó i n c o m o v i d a d se e n c i e r r a n ; finalmente
p u e d e c o n o c e r q u é m e d i o es n e c e s a r i o p a r a el fin y q u é
otro no, por haber varios q u e pueden ser empleados.
L u e g o el a p e t i t o q u e c o r r e s p o n d e á este c o n o c i m i e n t o
ó sea la v o l u n t a d , t i e n e t a l i n d i f e r e n c i a ó t a n perfecta
p o t e s t a d en el a p e t e c e r , q u e n o a m a c o n n e c e s i d a d
t o d o bien ó t o d o m e d i o , sino q u e á c a d a cosa se d i r i g e
s e g ú n la r a z ó n del bien e n él p e n s a d a ; d e f o r m a q u e
el bien q u e es j u z g a d o i n d i f e r e n t e y n o n e c e s a r i o , lo
a m a c o n l i b e r t a d y sin n e c e s i d a d , r e s u l t a n d o d e esta
s u e r t e q u e á la d e l i b e r a c i ó n d e la r a z ó n se s i g u e la li-
b r e elección d e la v o l u n t a d (i).»
318.—Después d e lo d i c h o en los p r e c e d e n t e s n ú m e -
r o s n o s e r a difícil s o l t a r los a r g u m e n t o s q u e en c o n t r a
d e n u e s t r a tesis p r o f i e r e n los e n e m i g o s d e la l i b e r t a d
h u m a n a . Dicen en p r i m e r l u g a r : El t e s t i m o n i o d e la
c o n c i e n c i a es i n e p t o p a r a p r o b a r n u e s t r a l i b e r t a d ;
p o r q u e la c o n c i e n c i a n o d a t e s t i m o n i o s i n o del p u r o
f e n ó m e n o i n t e r n o , el cual es u n a cosa física, m i e n t r a s
q u e la l i b e r t a d es u n a cosa moral.
A este a r g u m e n t o r e s p o n d e m o s d e este m o d o : El
t e s t i m o n i ó d i c h o es i n e p t o por si solo p a r a p r o b a r
n u e s t r a l i b e r t a d , lo concedo: el t e s t i m o n i o m e n c i o -
n a d o junio con el discurso de la razón, lo niego. El t e s -
t i m o n i o d e la conciencia p o r sí solo n o n o s dice s i n o
dos c o s a s , á s a b e r : i . q u e n o s o t r o s no experimentamos
a

n i n g u n a n e c e s i d a d , ni objetiva ni subjetiva, en la p r o -
d u c c i ó n d e n u e s t r a s voliciones y noliciones; 2 . q u e a

j u n t o con esta c a r e n c i a d e e x p e r i e n c i a a b r i g a m o s la
í n t i m a convicción d e q u e v e r d a d e r a m e n t e o b r a m o s

(1) Suarez, Metaphys., disp. 1 9 . sect. 2 , n. 1 7 .


— 2ig —
sin n e c e s i d a d a l g u n a y q u e p o r lo m i s m o s o m o s libres
p a r a o b r a r d e la m i s m a m a n e r a en a d e l a n t e . E s t o s
son d o s h e c h o s físicos i n t e r n o s , d e los c u a l e s p u e d e n
d a r c o m p e t e n t e t e s t i m o n i o el s e n t i d o í n t i m o y la con-
ciencia. A h o r a b i e n ; d e e s t o s h e c h o s i n c o n c u s o s y
m a n i f i e s t o s infiere con i n v e n c i b l e r a z o n a m i e n t o el
filósofo q u e n u e s t r a v o l u n t a d es v e r d a d e r a m e n t e li-
b r e en s u s a c t o s , c o m o del p r i m e r o d e ellos infieren
con facilísimo r a c i o c i n i o y casi e s p o n t á n e o g e n e r a l -
m e n t e los h o m b r e s el juicio firmísimo y c e r t í s i m o d e
q u e t i e n e n r e a l y v e r d a d e r a l i b e r t a d d e ejercicio; el
c u a l juicio firmísimo y c e r t í s i m o es p r e c i s a m e n t e el
s e g u n d o - h e c h o físico i n t e r n o d e q u e n o s d a infalible
t e s t i m o n i o la c o n c i e n c i a . P o r c o n s i g u i e n t e , a u n q u e el
s e n t i d o í n t i m o p o r sí solo n o b a s t a p a r a p r o b a r el
ejercicio n a t u r a l d e la l i b e r t a d , n o p o r esto deja esta
d o t e d e n u e s t r a v o l u n t a d d e ser c o n o c i d a e v i d e n t e -
m e n t e p o r los h o m b r e s ; p o r q u e t o d o s ellos ven clarí-
s i m a m e n t e con el juicio n a t u r a l d e s u r a z ó n q u e si
s u v o l u n t a d n o sufre n e c e s i d a d a l g u n a p o r p a r t e del
objeto, t a m p o c o la d e b e sufrir, s e g ú n el c u r s o n a t u -
r a l d e las c o s a s , p o r p a r t e d e la C a u s a p r i m e r a , q u e
es la ú n i c a q u e la p o d í a h a c e r q u e r e r n e c e s a r i a m e n t e
imprimiéndole alguna cualidad oculta y contraria á
s u n a t u r a l e z a (i).

(i) Esta es nuestra manera de exponer el argumento fundado


en el testimonio de la conciencia. Otros opinan que la conciencia
siente.inmediatamente y por sí misma la actual contingencia y
libertad de los actos libres, aunque esta contingencia y libertad'
en los tales actos sea una cosa moral y no física. Nosotros les
dejaremos pensar de este modo; pero no creemos que estén en
lo verdadero. S i Dios me diera la premoción tomística en algún
caso determinado, yo pondría sin libertad el acto á que fuese
promovido y sin embargo la conciencia nada advertiría en él
— 220 —

319.—Por a q u í se v e r á c u a n i n e p t a m e n t e a r g ü í a
B a y l e c o n t r a los a r g u m e n t o s a r r i b a e x p u e s t o s , dicien-
d o q u e si u n a p i e d r a al c a e r al suelo ó la aguja m a g -
n é t i c a al d i r i g i r s e hacia el polo t u v i e r a n conciencia de
s u s a c t o s , t a m b i é n se c r e e r í a n libres c o m o n o s o t r o s ,
s i e n d o así q u e o b r a n con v e r d a d e r a n e c e s i d a d i n t r í n -
seca. Si la p i e d r a ó la a g u j a i n d i c a d a s t u v i e r a n c o n -
ciencia d e s u s a c t o s , s e n t i r í a n t a m b i é n la acción i r r e -
sistible con q u e son solicitadas d e f u e r a , y d e é s t e sen-
t i m i e n t o inferirían con inflexible raciocinio q u e los
t a l e s a c t o s n o e r a n en ellas l i b r e s sino n e c e s a r i o s y
e s p o n t á n e o s . E n la s o b r e d i c h a h i p ó t e s i s s u c e d e r í a á
los d o s c u e r p o s m e n c i o n a d o s lo m i s m o q u e n o s a c a e -
ce á n o s o t r o s con r e s p e c t o á los juicios e v i d e n t e s d e la
i n t e l i g e n c i a y al a m o r con q u e a m a m o s la felicidad,
en los cuales e x p e r i m e n t a m o s n u e s t r a e s p o n t a n e i d a d
i n t e r n a y la falta c o m p l e t a d e l i b e r t a d v e r d a d e r a .
320.—Dicen e n s e g u n d o l u g a r : L o s b r u t o s carecen
d e l i b e r t a d d e i n d i f e r e n c i a y sin e m b a r g o t a m b i é n
t i e n e n á su m o d o s u s p r e m i o s y s u s p e n a s , s u s ala-
b a n z a s y s u s v i t u p e r i o s , con q u e se m u e v e n á a b r a z a r
u n a s cosas y r e c h a z a r o t r a s .
A ésto r e s p o n d e r e m o s q u e la f a c u l t a d a p e t i t i v a d e
los b r u t o s e s t á s i e m p r e i n r e s i s t i b l e m e n t e d e t e r m i n a d a
á la acción p o r el c o n o c i m i e n t o p r e v i o d e la sensibili-
d a d i n t e r n a , lo cual n o s u c e d e á n u e s t r a v o l u n t a d
c o n r e s p e c t o al c o n o c i m i e n t o p r e v i o d e la r a z ó n . A
las b e s t i a s p o r m e d i o de las p e n a s y d e los r e g a l o s se
les m u e v e á q u e se r e p r e s e n t e n con la i m a g i n a c i ó n
c i e r t o s objetos p o r los cuales s e a n i n v e n c i b l e m e n t e
d e t e r m i n a d a s á cierto g é n e r o d e acciones; p e r o n o

distinto de los demás actos realmente libres, como poco ha no-


tábamos con Suarez ( 3 1 0 ) .
— 221 —
s u c e d e o t r o t a n t o con los h o m b r e s m e d i a n t e los j u i -
cios d e la r a z ó n .
Dice m u y bien e l P . S u a r e z s o l t a n d o e s t a d i f i c u l t a d :
«Si q u e r e m o s c o n s i d e r a r p l e n a m e n t e n u e s t r o m o d o
d e o b r a r , f á c i l m e n t e s a l d r e m o s al e n c u e n t r o d e las
objeciones p r o p u e s t a s . P o r q u e n o solo e x p e r i m e n t a -
m o s q u e está e n n u e s t r a m a n o s e n t a r n o s ó e s t a r d e
pié, i r p o r este c a m i n o ó p o r a q u e l , y h a c e r o t r a s co-
sas s e m e j a n t e s c a m b i a n d o d e i d e a s con q u e n o s r e -
p r e s e n t e m o s el objeto, sino q u e p o d e m o s h a c e r e s t o
m i s m o p e r s i s t i e n d o la m i s m a idea y r e p r e s e n t a c i ó n
del objeto. P o r c o n s i g u i e n t e este-vario m o d o de o b r a r
n o c o n s i s t e formal y p r ó x i m a m e n t e en la s u c e s i ó n de
los d i s c u r s o s d e la r a z ó n s i n o en la l i b e r t a d é indife-
rencia d e la v o l u n t a d . A d e m a s , e x p e r i m e n t a m o s q u e ,
a u n d e s p u é s de c o n o c i d a la c o n m i n a c i ó n d e la p e n a ó
la p r o m e s a del p r e m i o , e s t á p u e s t o e n n u e s t r a p o t e s -
t a d m o v e r n o s ó n o m o v e r n o s d e este m o d o ; y lo m i s -
m o se d i g a de los r u e g o s , de las e x h o r t a c i o n e s y d e
las o t r a s cosas s e m e j a n t e s . F i n a l m e n t e , d e s p u é s d e la
c o n s u l t a c i ó n d e los m e d i o s m u c h a s veces e l e g i m o s
u n o m á s bien q u e o t r o solo p o r q u e así lo q u e r e m o s .
Y p o r esto se ve q u e es cosa d i f e r e n t e lo q u e en con-
t r a se a d u c í a del m o d o de o b r a r d e los b r u t o s (i).»
321.—Arguyen a d e m a s diciendo: Nuestra voluntad
es s i e m p r e d e t e r m i n a d a é i n v e n c i b l e m e n t e a r r e b a t a d a
p o r la m a y o r b o n d a d del objeto; de f o r m a q u e d e d o s
ó m á s objetos q u e la soliciten a q u e l se llevará infali-
b l e m e n t e la v i c t o r i a , q u e le p r e s e n t e u n bien m a y o r ;
y n o s i e n d o s i n o u n o solo el q u e la m u e v a , é s t e la
a r r a s t r a r á h a c i a sí n e c e s a r i a m e n t e . La r a z ó n d e esto
es; p o r q u e de lo c o n t r a r i o la elección de n u e s t r a v o -
l u n t a d sería u n efecto sin r a z ó n suficiente, y n u e s t r a

(1) Suarez, Metaphys., disp. 19, seet. 2, n. 1 5 .


voluntad además obraría de u n a m a n e r a irracional
p r e f i r i e n d o el b i e n m e n o r al m a y o r y p o r c o n s i g u i e n -
t e el m a l al b i e n ; p o r q u e el b i e n m e n o r r e s p e c t o d e l
m a y o r es u n a especie d e v e r d a d e r o m a l . L u e g o la li-
b e r t a d d e n u e s t r a v o l u n t a d es u n a cosa d e p u r o n o m -
b r e , p u e s esta p o t e n c i a obra con t a n t a n e c e s i d a d c o m o
la v i r t u d a p e t i t i v a d e los b r u t o s .
322.—Esta es la t e o r í a L e i b n i t z s i a n a en o r d e n á
n u e s t r a l i b e r t a d . C o n ella n o p u e d e m e n o s d e p e r e -
cer, c o m o se v e , la l i b e r t a d h u m a n a ; p u e s n u e s t r a
voluntad está reducida á u n a simple balanza pasiva,
q u e p o r c o n d i c i ó n d e su i n t r í n s e c a n a t u r a l e z a n e c e s a -
r i a m e n t e se inclina á a q u e l l a p a r t e d o n d e se p o n e
m a y o r peso. E s v e r d a d q u e los L e i b n i t z i a n o s , p a r a
m i t i g a r u n p o c o la c r u d e z a d e su d e t e r m i n i s m o fatal,
dicen q u e n u e s t r a v o l u n t a d s i e m p r e t i e n e en s u p b d e r
el e n t a b l a r n u e v a s d e l i b e r a c i o n e s acerca d e l o s m o t i -
vos q u e la i m p e l e n á o b r a r y a u n el a p a r t a r l a . m e n t e
d e ellos y b u s c a r o t r o s p o r m e d i o d e la r a z ó n . P e r o
c o n t r a el t a l efugio está su "mismo a r g u m e n t o ; s e g ú n
el cual, p a r a m a n d a r las d e l i b e r a c i o n e s n u e v a s , d e b e -
r á s e r d e t e r m i n a d a la v o l u n t a d p o r el bien m a y o r q u e
le h a b r á ' r e p r e s e n t a d o el e n t e n d i m i e n t o , cliciéndole
q u e su b i e n m a y o r hic elnunc está en m a n d a r q u e se
e n t a b l e d e n u e v o la c o n s u l t a ó q u e se e x c o g i t e n o t r o s
m o t i v o s , d e j a d a á u n l a d o la c o n s i d e r a c i ó n d e los ya
p e n s a d o s . P o r c o n s i g u i e n t e la l i b e r t a d h u m a n a es en
r e a l i d a d d e v e r d a d u n p u r o n o m b r e en la. d o c t r i n a
L e i b n i t z i a n a , c o m o se dice en la objeción p r o p u e s t a .
Lo q u e d e b e m o s p u e s a f i r m a r , es q u e n u e s t r a v o -
l u n t a d n o está sujeta á la d e t e r m i n a c i ó n objetiva q u e
se le q u i e r e i m p o n e r , c o m o si fuera u n a p o t e n c i a p a -
siva s e m e j a n t e al e n t e n d i m i e n t o ó á los s e n t i d o s .
N u e s t r a v o l u n t a d e s t á d o t a d a d e indiferencia activa
p a r a d e t e r m i n a r s e á sí p r o p i a en el s e n t i d o q u e m á s
—-223 —
le a g r a d e , u n a vez q u e el e n t e n d i m i e n t o le h a y a a p l i -
c a d o c o n v e n i e n t e m e n t e los o b j e t o s s o b r e q u e h a y a d e
r e c a e r su elección p r e s e n t á n d o s e l o s c o m o c o n v e n i e n -
t e s p o r un l a d o y c o m o d e s c o n v e n i e n t e s p o r o t r o , ó sea
c o m o capaces de ser a c e p t a d o s y r e c h a z a d o s p o r ella.
323.—Pero se dice: L a v o l u n t a d p a r a d e t e r m i n a r s e
á si m i s m a en u n s e n t i d o m á s bien q u e en o t r o d e b e
t e n e r a l g u n a r a z ó n suficiente y e s t a r a z ó n n o se p u e -
d e h a l l a r sino en la m a y o r b o n d a d del elegido c o m p a -
r a d a con la b o n d a d de los d e m á s .
Á esto r e s p o n d e r e m o s q u e h a y dos especies d e r a -
z ó n suficiente: una i n f a l i b l e m e n t e u n i d a con el r a z o -
n a d o , d e f o r m a q u e n o p u e d a existir ella sin q u e p o r
esto m i s m o exista t a m b i é n este s e g u n d o ; otra d e s t i -
t u i d a d e esta infalibilidad y s o l a m e n t e a p t a p a r a
u n i r s e de h e c h o con él. Si se h a b l a d e la p r i m e r a
clase de razón suficiente d e n u e s t r o s a c t o s l i b r e s , la
t a l r a z ó n n o es o t r a q u e la libre d e t e r m i n a c i ó n d e
n u e s t r a v o l u n t a d , q u e ha p u e s t o tal a c t o m á s bien
q u e tal o t r o p o r q u e así lo h a q u e r i d o con la v i r t u d
perfectísima de su i n d i f e r e n c i a activa. L a v o l u n t a d ,
p u e s t a en a c t o p r i m e r o p r ó x i m o p a r a o b r a r y m o v i d a
p o r t o d o s los m o t o r e s q u e c o r r e s p o n d e n á s u n a t u r a -
leza, t o d a v í a q u e d a d u e ñ a de su a c t o y es libre p a r a
d e t e r m i n a r s e en u n s e n t i d o ó en o t r o ; p u e s d e lo con-
t r a r i o su l i b e r t a d q u e d a r í a r e d u c i d a á un p u r o n o m -
b r e y el acto p r o d u c i d o p o r ella n o sería libre s i n o p a r a
a q u e l a g e n t e e x t r í n s e c o q u e l i b r e m e n t e le h u b i e r a
i m p r e s o la d e t e r m i n a c i ó n d i c h a . P o r c o n s i g u i e n t e la
r a z ó n suficiente i n m e d i a t a de c a d a u n o de n u e s t r o s
a c t o s libres, t o m a d a la r a z ó n suficiente en el s e n t i d o
q u e a h o r a s u p o n e m o s y q u e es el L e i b n i t z i a n o , n o es
o t r a q u e la l i b r e d e t e r m i n a c i ó n de n u e s t r a p r o p i a vo-
l u n t a d a y u d a d a d é l o s d e m á s a g e n t e s q u e son n e c e s a -
rios p a r a la d e t e r m i n a c i ó n m i s m a .
Si se h a b l a d e la s e g u n d a clase d e r a z ó n suficiente,
c a d a u n o d e los objetos finitos e n c i e r r a en sí suficiente
motivo p a r a poder ser admitido ó rechazadolibremente
p o r la v o l u n t a d . P o r q u e t o d o s ellos se p r e s e n t a n d o t a -
d o s de a l g ú n bien p e r o finito y n o r e l a c i o n a d o n e c e s a -
r i a m e n t e con la felicidad; y p o r lo r e g u l a r , a d e m á s d e
su finitud, ofrecen c i r c u n s t a n c i a s de conveniencia y d e
d e s c o n v e n i e n c i a bajo d i f e r e n t e s a s p e c t o s , y así la v o -
l u n t a d e n c u e n t r a e n ellos m o t i v o suficiente p a r a aficio-
na rseles ó r e c h a z a r l o s , s e g ú n fuere d e su m a y o r a g r a d o .
•524.—Pero se a ñ a d e t o d a v í a : Si la r a z ó n suficiente
d e la libre d e t e r m i n a c i ó n de la v o l u n t a d n o es la es-
pecial b o n d a d del objeto sino la v o l u n t a d m i s m a q u e
así h a q u e r i d o l i b r e m e n t e d e t e r m i n a r s e m á s bien q u e
d e o t r a m a n e r a ; e s t e a c t o s e r á i r r a c i o n a l y p u e s t o sin
r a z ó n suficiente, p o r q u e la t a l d e t e r m i n a c i ó n libre
n o es r a z ó n suficiente d e sí m i s m a .
A esto d e c i m o s q u e el t a l a c t o n o es i r r a c i o n a l en
el s e n t i d o d e q u e la v o l u n t a d a b r a c e ó r e c h a c e u n ob-
jeto n o p r o p u e s t o p o r la r a z ó n . P o d r á s e r i r r a c i o n a l
en c u a n t o q u e la v o l u n t a d se m u e v e l i b r e m e n t e con-
t r a el d i c t a m e n d e la r a z ó n ; p e r o esto n o h a c e n a d a
c o n t r a la d o c t r i n a a q u í d e f e n d i d a : p o r q u e tal m o d o
d e i r r a c i o n a l i d a d lo t i e n e la v o l u n t a d s i e m p r e q u e p e -
ca a b u s a n d o d e su l i b e r t a d .
P o r lo q u e h a c e á la réplica q u e d e n u e v o se n o s
h a c e d i c i é n d o s e n o s q u e con tal m o d o de o b r a r la d e -
t e r m i n a c i ó n l i b r e d e la v o l u n t a d es un r a z o n a d o sin
r a z ó n suficiente, la objeción n o p u e d e s e r m á s i n f u n -
d a d a ; p o r q u e la tal d e t e r m i n a c i ó n libre t i e n e su r a z ó n
suficiente i n m e d i a t a en la n a t u r a l e z a i n t r í n s e c a de la
v o l u n t a d h u m a n a , la cual es libre y d u e ñ a d e su acción
y t i e n e p o r c o n s e c u e n c i a perfección suficiente p a r a
h a c e r l a e m a n a r d e sí c o n t i n g e n t e m e n t e y de m a n e r a
que pudiera no haber emanado,
325.—La r a z ó n d e c o n t i n g e n c i a q u e e s t á d e u n a
m a n e r a f o r m a l y p a s i v a en el efecto, se h a l l a d e u n a
m a n e r a e m i n e n c i a l y activa en la perfección d e la
c a u s a ; y del m o d o d e o b r a r l i b r e m e n t e elegido p o r
ésta se d e r i v a y c o m u n i c a á a q u e l . A h o r a , si q u e r e -
m o s s u b i r á o t r a r a z ó n suficiente r e m o t a y m á s a l i a ,
q u e sea r a z ó n suficiente d e la m i s m a v o l u n t a d l i b r e
del h o m b r e y d e q u e ella se d e t e r m i n e l i b r e m e n t e en
un s e n t i d o m a s bien q u e en o t r o , esta r a z ó n la d e b e -
r e m o s h a l l a r fuera d e la v o l u n t a d h u m a n a y en la
p r o v i d e n c i a s a p i e n t í s i m a del C r i a d o r ; el cual h a t e n i -
d o p o r c o n v e n i e n t e c r i a r c a u s a s libres en este m u n d o ,
y p r o v e e r l a s d e los m e d i o s q u e le dicta su a l t í s i m a
s a b i d u r í a p a r a q u e t o d a s ellas, si q u i e r e n , t i e n d a n c o n '
el b u e n u s o d e s u l i b e r t a d a y u d a d a s d e los a u x i l i o s
c o n v e n i e n t e s á su fin p r o p i o , q u e es la felicidad e t e r n a .
326.—Con lo d i c h o p a r a r e s p o n d e r á esta t e r c e r a
dificultad b a s a d a e n la d o c t r i n a del d e t e r m i n i s m o
L e i b n i t z i a n o q u e d a al m i s m o t i e m p o Y e f u t a d a la o p i -
n i ó n d e a l g u n o s d o c t o r e s católicos; los cuales a d m i t e n
c i e r t a m e n t e la l i b e r t a d h u m a n a , p e r o l u e g o la expli-
c a n d e m a n e r a q u e n o p a r e c e n dejarle sino el p u r o
n o m b r e ; p u e s s o s t i e n e n q u e t o d o s los a c t o s d é l a v o l u n -
t a d s i g u e n n e c e s a r i a m e n t e á c i e r t o juicio p r á c t i c o d e
la r a z ó n q u e los i m p e r a . C o n s i s t e este juicio en cierto
a c t o con q u e el e n t e n d i m i e n t o , p e s a d a s t o d a s las r a -
z o n e s q u e h a y en favor y en c o n t r a d e u n objeto
c u a l q u i e r a , dice á la v o l u n t a d : Pensadas todas las co-
sas, esto es Jo que se debe hacer h i c et nuncy no otra cosa.
E s t a d o c t r i n a p o d r í a s e r a d m i t i d a sin dificultad
a l g u n a , si se s o s t u v i e s e q u e la . v o l u n t a d , . m e d i a n t e
a l g ú n a c t o p r e v i o y n o i m p e r a d o p o r juicio p r á c t i c o
a l g u n o , t i e n e e n s u m a n o h a c e r q u e la i n t e l i g e n c i a
f o r m e m á s b i e n u n juicio p r á c t i c o q u e o t r o ; ó bien
q u e , aun d e s p u é s d e este m i s m o juicio p r á c t i c o , q u e d a
Psicología. ¡j
— 226 —
t o d a v í a l i b r e p a r a o b r a r s e g ú n él ó i m p e r a r l i b r e m e n -
t e o t r o n u e v o y d e p e n d i e n t e d e s u libre elección.
P o r q u e e n c u a l q u i e r a d e estos d o s casos la v o l u n t a d
seria v e r d a d e r a m e n t e d u e ñ a d e s u s d e t e r m i n a c i o n e s
y n o n e c e s i t a r í a p a r a todos s u s a c t o s u n juicio p r á c t i -
co p r e v i o q u e l a d e t e r m i n e . P e r o e n t e n d i d a c o m o
la e n t i e n d e n , al m e n o s m u c h o s d e s u s d e f e n s o r e s ,
el t a l juicio p r á c t i c o es a b s o l u t a m e n t e c o n t r a r i o á
la l i b e r t a d h u m a n a y en r e a l i d a d n o es o t r a cosa q u e
el m i s m o d e t e r m i n i s m o L e i b n i t z i a n o . E n efecto: Leib-
n i t z , c u a n d o dice q u e n u e s t r a v o l u n t a d d e b e s e r d e -
t e r m i n a d a p o r el objeto, s o l a m e n t e e n s e ñ a q u e este
objeto, e n c u a n t o m a n i f e s t a d o p o r la r a z ó n c o m o
la cosa m e j o r d e c u a n t a s p u e d e n s e r e l e g i d a s hic el
nunc, se h a c e a b r a z a r n e c e s a r i a m e n t e p o r la v o l u n -
t a d . A h o r a b i e n , e n esto m i s m o c o n s i s t e el juicio
p r á c t i c o m e n c i o n a d o ; p o r q u e c o n él n o i n t i m a la r a -
z ó n á la v o l u n t a d la n e c e s i d a d d e h a c e r t a l ó cual cosa
d e t e r m i n a d a s i n o e n c u a n t o se la p r e s e n t a c o m o lo
m e j o r d e c u a n t o p u e d e s e r a b r a z a d o p o r ella hic et
nunc. P o r c o n s i g u i e n t e d e c i r q u e todos los a c t o s libres
d e la v o l u n t a d e s t á n a b s o l u t a m e n t e d e t e r m i n a d o s
p o r el t a l juicio, es a r r u i n a r del t o d o la l i b e r t a d h u -
mana.
327.—Ademas, la falsedad d é l a referida d o c t r i n a se
evidencia con el s i g u i e n t e a r g u m e n t o : E l tal i m p e r i o
s e g ú n los d o c t o r e s m e n c i o n a d o s e s t á i n t r í n s e c a m e n t e ,
u n i d o con el p r i m e r a c t o d e la v o l u n t a d . E s así q u e
ni es en sí i n m e d i a t a m e n t e l i b r e , p o r q u e los a c t o s del
e n t e n d i m i e n t o son t o d o s n e c e s a r i o s en sí m i s m o s ; ni
es l i b r e t a m p o c o d e u n a m a n e r a m e d i a t a , en c u a n t o
q u e p a r t i c i p e d e la l i b e r t a d d e a l g ú n a c t o l i b r e d e
la v o l u n t a d á q u e d e b a su existencia; p o r q u e es a n t e -
r i o r á t o d o a c t o l i b r e d e la v o l u n t a d . L u e g o d e s t r u y e
p o r c o m p l e t o la l i b e r t a d h u m a n a .
— 227 —
328.—Responden los a u t o r e s a l u d i d o s q u e d i c h o
juicio es libre, e n c u a n t o q u e la v o l u n t a d , sin ejercer
acto alguno positivo, p o r medio de u n a omisión p u r a ,
libremente p e r m i t e su existencia. Pero entonces t o d a
nuestra libertad quedará reducida á u n a s ciertas omi-
siones p u r a s sin a c t o s p o s i t i v o s p o r p a r t e d e la v o -
l u n t a d . L o cual en n i n g u n a m a n e r a p o d e m o s a d m i t i r ;
e n t r e o t r a s r a z o n e s , p o r q u e la p o s i b i l i d a d d e las t a l e s
o m i s i o n e s p u r a s es m u y c o n t r o v e r t i b l e y l a n i e g a n
a u t o r e s g r a v í s i m o s , y-por t a n t o con la r e f e r i d a r e s -
p u e s t a q u e d a r í a m u y c o m p r o m e t i d a la c a u s a d e
nuestra libertad.
A d e m a s , si el tal i m p e r i o d e la i n t e l i g e n c i a es vo-
l u n t a r i o , y l i b r e , sin q u e p r e c e d a á él o t r o i m p e r i o ,
¿por q u é n o p o d r á s u c e d e r esto m i s m o con los a c t o s
d e la v o l u n t a d ? F i n a l m e n t e , si la v o l u n t a d p u e d e
o p o n e r s e á la e x i s t e n c i a d e d i c h o i m p e r i o con u n a
omisión p u r a , t a m b i é n p o d r á hacer esta oposición
con u n a c t o positivo; p o r q u e en la o m i s i ó n p u r a
la v o l u n t a d t i e n e l i b e r t a d p a r a , p o n e r ú o m i t i r s i m -
p l e m e n t e u n acto p o s i t i v o . L u e g o la v o l u n t a d p o d r á
e j e r c e r e s t e a c t o l i b r e sin q u e á él h a y a s i d o d e t e r m i -
n a d a p o r juicio p r á c t i c o a l g u n o ; p u e s el t a l a c t o s e r á
a n t e r i o r al p r i m e r juicio p r á c t i c o d e c u a n t o s h a y a n
p o d i d o d e t e r m i n a r l a . V é a s e 16 q u e s o b r e e s t e p a r -
t i c u l a r e s c r i b e el P . S u a r e z en s u Metafísica, d i s p . 19,
sect. 6.
PROPOSICIÓN CUARTA.

La voluntad humana no es libre con libertad de contra-


riedad con respecto á su último pin considerado en gene-
ral, pero si con libertad de contradicción ó de ejercicio.
329.—Prueba de la i. p.—1.° El ú l t i m o fin del
a

h o m b r e c o n s i d e r a d o en g e n e r a l es la felicidad..Es así
q u e con r e s p e c t o á la felicidad en sí m i s m a c o n s i d e -
rada nadie tiene libertad de contrariedad para recha-
z a r l a y o d i a r l a ; p u e s t o q u e la felicidad e n sí m i s m a
n o e n c i e r r a sino bien sin m e z c l a d e m a l y p o r t a n t o
no tiene p o r d o n d e p u e d a ser odiada. Luego sobre
el fin. ú l t i m o c o n s i d e r a d o en la f o r m a d i c h a n o t e n e -
mos libertad de contrariedad.
2. T o d o lo q u e p o d e m o s a m a r y o d i a r , lo p o d e m o s
0

- l l a m a r á la c o n s u l t a d e n u e s t r a r a z ó n p a r a v e r lo q u e
n o s c o n v i e n e h a c e r a c e r c a d e él.-Es así q u e s o b r e la feli-
c i d a d en g e n e r a l n o c a b e d e l i b e r a c i ó n a l g u n a , p o r q u e
á ella s o m o s i m p e l i d o s a n t e s d e t o d a d e l i b e r a c i ó n p o r
la m i s m a n a t u r a l e z a . L u e g o . . .
3.
0
L a v o l u n t a d se h a con r e s p e c t o á la felicidad
e n g e n e r a l c o m o el e n t e n d i m i e n t o r e s p e c t o d e los
primeros principios; puesto q u e t a n t o aquélla como
éstos d e b e n s e r el p r i m e r m o t o r i n m ó v i l , en v i r t u d
del c u a l se m u e v a n a m b a s f a c u l t a d e s h a c i a los p a r t i -
c u l a r e s objetos d e su p r o p i a esfera. E s así q u e el e n -
t e n d i m i e n t o n o p u e d e m e n o s , d e a d m i t i r la v e r d a d
d e los p r i m e r o s p r i n c i p i o s . L u e g o la v o l u n t a d t a m -
p o c o es d u e ñ a d e r e c h a z a r la felicidad c o n s i d e r a -
d a al m o d o d i c h o . De a q u í es q u e c o m o s a p i e n t í s i m a -
m e n t e observa S a n A g u s t í n (1), c u a n d o á los h o m b r e s

(1) S . Agustín, lib. 1 3 , de Trinitate, cap. 4, y en los libros


de libero arbitrio por todas partes.
—-22Q—

se les p r e g u n t a si q u i e r e n s e r felices, n a d i e d e ellos


es c a p a z d e r e s p o n d e r q u e n o a m a t a l cosa, sino lo
q u e h a c e n t o d o s es ó callarse ó r e s p o n d e r q u e esto lo
d e s e a n en g r a n m a n e r a (i).
330.—Prueba de la 2." p.—1.° L a . v o l u n t a d c o n el in-
flujo q u e t i e n e en el e n t e n d i m i e n t o p u e d e h a c e r q u e .
esta facultad p i e n s e en u n objeto p a r t i c u l a r finito y
n o en la felicidad ó en el bien en g e n e r a l . E s así q u e
n o p e n s a n d o el e n t e n d i m i e n t o s o b r e la felicidad, la
v o l u n t a d n o p u e d e ejercer a c t o a l g u n o p o s i t i v o d e
a m o r c o n r e s p e c t o á ella. L u e g o la v o l u n t a d es i n d i -
r e c t a m e n t e l i b r e p a r a a m a r de /techo c o n u n a c t o r e a l
y positivo su ú l t i m o fin c o n s i d e r a d o d e u n a m a n e r a
general.
2. 0
No solo i n d i r e c t a sino d i r e c t a m e n t e p u e d e la vo-
l u n t a d p o n e r ó d e j a r d e p o n e r el a c t o con q u e a m a la
felicidad ó el bien en g e n e r a l . P o r q u e a u n q u e l a felici-
d a d es p a r a ella u n b i e n n e c e s a r i o , y p o r c o n s i g u i e n t e
n u n c a la p u e d e o d i a r ó a b o r r e c e r , p e r o el acto d e
a m a r l a e n u n m o m e n t o d a d o n o se n o s p r e s e n t a c o m o
n e c e s a r i o é i m p r e s c i n d i b l e p a r a la c o n s e c u c i ó n d e la
felicidad m i s m a . L u e g o en n u e s t r a m a n o e s t á el p o -
n e r l o ó d e j a r l o d e p o n e r ; p o r q u e el a p e t i t o i n n a t o d e
la felicidad solo n o s necesita á p o n e r en c a d a m o m e n -
t o a q u e l l o s a c t o s q u e e n a q u e l m i s m o m o m e n t o se
nos presentan como medios.absolutamente necesarios
para su conseguimiento.
331.—Dice m u y bien S u á r e z á este p r o p ó s i t o : «La
v o l u n t a d , c u a n d o se inclina á u n objeto, n o solo q u i e -
r e este objeto, sino q u e a d e m a s q u i e r e v i r t u a l m e n t e
el ejercicio d e s u p r o p i o a c t o ; p o r q u e é s t e es i n t r í n s e -
camente voluntario, como arriba queda declarado.
P o r t a n t e , p a r a q u e la v o l u n t a d sea n e c e s i t a d a en o r d e n

(1) V . Santo Tomas, Stimm. ieol. 1. p. q. 82, art. r.


— 230 —
al ejercicio, es n e c e s a r i o q u e el l i o m b r e a p r e h e n d a y
j u z g u e s e r el t a l ejereici® hic et mine u n bien a b s o -
i u t a m e n t e n e c e s a r i o ; d e f o r m a q u e la c a r e n c i a d e
d i c h o a c t o n o p u e d a s e r bajo n i n g ú n a s p e c t o a p r e -
hendida como buena. Esto empero no acontece n u n -
ca e n e s t a vida con a c t o a l g u n o , c o m o c o n s t a p o r la
e x p e r i e n c i a y p o r la m i s m a r a z ó n ; la c u a l n o s dice n o
d a r s e n i n g ú n m o t i v o ni ocasión d e la t a l n e c e s i d a d (1).»
E n la m i s m a f o r m a se e x p r e s a S a n t o T o m a s , d i c i e n -
d o : «De d o s m a n e r a s p u e d e s e r m o v i d a la v o l u n t a d :
•primera, en c u a n t o al ejercicio del a c t o ; segunda, en
c u a n t o á la especificación d e l a c t o , la c u a l v i e n e d e l
objeto.. E n la p r i m e r a m a n e r a la v o l u n t a d n o es m o -
v i d a con n e c e s i d a d p o r n i n g ú n objeto; p o r q u e p u e d e
u n o a p a r t a r su p e n s a m i e n t o d e c u a l q u i e r objeto y
p o r c o n s i g u i e n t e n o a m a r l o d e h e c h o . . . P o r d o n d e si
se le p r o p o n e á la v o l u n t a d a l g ú n objeto q u e sea b u e -
n o p o r t o d a s p a r t e s y bajo t o d a s c o n d i c i o n e s , la vo-
l u n t a d p o r n e c e s i d a d t e n d e r á á él en el caso de querer
algo; p o r q u e n o p o d r á q u e r e r lo o p u e s t o (2).»

(1) «Voluntas quando fertur in objectum, non solum vult


objcctum sed edam virtute vult exercitium sui actus; quia est
intrinsece voluntarius, ut supra declarantum est; et ideo, ut
voluntas necessitetur quad exercitium, necessarium est ut
homo apprehendat et judicet tale exercitium hic et nunc ut
bonum simpliciter necesarium, ita ut carentia talis actus sub
nulla ratione boni apprehendi possit; hoc autem in hac vita
numquam accidit circa aliquen actum voluntatis, ut experientia
notum est, et quia nulla est ratio vel occasio necesitatls. (Sua-
rez, Mètaphys. disp. 19, sect 8, n. 14).»
(2) «Voluntas movetur dupliciter. Uno modo, quantum ad
exercitium actus. Alio modo, quantum ad specificationem actus,
quae est ex objecto. Primo ergo modo voluntas a nullo objecto
ex, necessitate movetur. "Potest enim aliquis de quocumque ob-
jecto non cogitare et per consequens neque actu velie illud...
ARTÍCULO VII.

Potencias locomotrices.

332.—Potencia l o c o m o t r i z ó l o c o m o t o r a , c o m o el
m i s m o n o m b r e lo i n d i c a , es la fuerza anímica produc-.
lora de los movimientos locales en el hombre. E s t o s m o -
v i m i e n t o s u n o s s o n naturales é i n d e p e n d i e n t e s del c o -
nocimiento y p o r consiguiente también del apetito;
o t r o s animales y d e p e n d i e n t e s del c o n o c i m i e n t o y del
a p e t i t o bajo c u y o influjo se ejercen. De a q u í la divi-
sión d e las p o t e n c i a s l o c o m o t r i c e s d e l h o m b r e e n na-
turales y animales, s e g ú n q u e c o n ellas se p r o d u z c a n
los m o v i m i e n t o s n a t u r a l e s del c o r a z ó n , d e las v e n a s y
a r t e r i a s y d e los p u l m o n e s , ó los a n i m a l e s g e n e r a l -
m e n t e l l a m a d o s progresivos d e los pies y d e m á s
m i e m b r o s del c u e r p o .
Sobre estas facultades vamos á examinar brevemen-
te: i.° si se d i s t i n g u e n ó n o d e las a p e t i t i v a s : 2° c u á l
es el ó r g a n o d o n d e r e s i d e n : 3. q u é g é n e r o d e relación
0

existe e n t r e el a p e t i t o t a n t o s e n s i t i v o c o m o r a c i o n a l
y l a s d i c h a s f a c u l t a d e s . E s t o f o r m a r á el objeto d e las
proposiciones siguientes.

Unde si proponatur aliquod objectum voluntati, quod sit uni-


versaliter bonum et secundum omnem consid'erationem, ex
necessitate voluntas in illud tendit, si aliquid velit: non enim
poterit velie oppositum. (Santo Tomas, Summ. theol., 1." 2 . , 0

q. 1 0 , art. 2).» .
— 232 —

PROPOSICIÓN PRIMERA.

U\[o solo las potencias locomotrices naturales sino


también la% animales se distinguen realmente
de las apetitivas.
333.—Prueba déla i.*p.—Las p o t e n c i a s l o c o m o t r i c e s
n a t u r a l e s ejercen s u s f u n c i o n e s i n d e p e n d i e n t e m e n t e
d e la v o l u n t a d y del a p e t i t o sensitivo; p u e s t o q u e el
h o m b r e n o t i e n e p o d e r p a r a i m p e d i r con solo el i m -
p e r i o d e la v o l u n t a d ó el d e s e o del a p e t i t o los m o v i -
m i e n t o s del c o r a z ó n , d e los p u l m o n e s , e t c . , q u e p e r t e -
n e c e n á la v i d a v e g e t a t i v a . L u e g o es claro q u e la fuer-
za p r o d u c t o r a d e e s t o s a c t o s es r e a l m e n t e d i s t i n t a d e
las facultades dichas.
334.—Prueba de la 2."p.—Ésta n o e s t á n c l a r a c o m o
la a n t e r i o r ; sin e m b a r g o , se p r u e b a con las r a z o n e s si-
g u i e n t e s : i." El a p e t i t o con s u s a c t o s i m p e r a , n o solo
los m o v i m i e n t o s d e los m i e m b r o s , sino t a m b i é n las
p e r c e p c i o n e s sensitivas d e la fantasía y las i n t e l e c t u a -
les de la i n t e l i g e n c i a . L u e g o así c o m o las tales p e r -
cepciones n o e m a n a n i n m e d i a t a m e n t e de su a c t i v i d a d
ni son actos elícitos s u y o s sino i m p e r a d o s y p r o d u c i -
d o s f í s i c a m e n t e p o r o t r a s f a c u l t a d e s , de la m i s m a
m a n e r a d e b e m o s d e c i r q u e los m o v i m i e n t o s d i c h o s
n o son actos elícitos s u y o s sino s i m p l e m e n t e i m p e r a -
d o s y e j e c u t a d o s p o r o t r a fuerza d i s t i n t a del a p e t i t o y
s u b o r d i n a d a á él en el ejercicio d e s u s f u n c i o n e s .
2. El a p e t i t o n o t i e n e p o r t é r m i n o i n m e d i a t o é in-
a

t r í n s e c o de su acción sino el afecto con q u e i n t e n c i o -


n a l í ñ e n t e se u n e al objeto a p r e h e n d i d o con la facul-
t a d c o g n o s c i t i v a . P o r q u e , c o m o escribe m u y b i e n
S a n t o T o m a s (1), «asi c o m o d e la acción i n t e l e c t i v a

(1) Santo Tomas, Summ, theol. 1. p. q. 37, art. 1.


—233-
r e s u l t a en el i n t e l i g e n t e u n c i e r t o c o n c e p t o i n t e l e c -
t u a l , l l a m a d o verbo; así t a m b i é n d e la acción d e a m a r
u n o a l g u n a cosa r e s u l t a e n el a m a n t e u n a c i e r t a i m -
p r e s i ó n d e la cosa a m a d a , p o r m e d i o d e la c u a l é s t a
se h a l l a en el a m a n t e al m o d o q u e lo e n t e n d i d o está
en el c o g n o s c e n t e . » E s así q u e el afecto d i c h o es cosa
r e a l m e n t e d i s t i n t a del m o v i m i e n t o p r o g r e s i v o d e los
m i e m b r o s ; p u e s t o q u e m u c h a s veces, e x i s t i e n d o el t a l
afecto en el a p e t i t o t a n t o r a c i o n a l c o m o s e n s i t i v o , los
m i e m b r o s sin e m b a r g o n o se m u e v e n , c o m o s u c e d e ,
p o r e j e m p l o , á l o s p a r a l í t i c o s . L u e g o la fuerza p r o d u c -
t o r a d e los tales m o v i m i e n t o s es r e a l m e n t e d i s t i n t a
del a p e t i t o m i s m o , a u n q u e s u b o r d i n a d a á él en s u s
funciones (i).
3 3 5 . — A l g u n o p o d r í a c r e e r q u e S a n t o T o m a s es
c o n t r a r i o á lo d e f e n d i d o en la s e g u n d a p a r t e d e e s t a
tesis, p o r c u a n t o e n s e ñ a en la Suma teológica (2) q u e
el a p e t i t o es el q u e i m p e r a el m o v i m i e n t o d e los
m i e m b r o s y q u e á la fuerza m o t i v a n o p e r t e n e c e sino
el ejecutarlo, habilitando los miembros para obedecer
al apetito, de forma que su acto no sea mover sino ser
movido. P e r o el Angélico D o c t o r n o q u i e r e d e c i r c o n
esto q u e ,1a p o t e n c i a m o t i v a sea m e r a m e n t e p a s i v a ,
sino solo q u e ejecuta s u s a c t o s con d e p e n d e n c i a del
a p e t i t o , el c u a l p o r c o n s i g u i e n t e h a c e c o n ella el oficio
d e m o t o r , así c o m o el m i s m o a p e t i t o n o o b r a sino
m o v i d o p o r la p e r c e p c i ó n d e l objeto.

( 1 ) Véase el P. Suarez en el tratado de anima, lib. 5, cap.


10, n. 5 y siguientes.
(2) S. Tomas, Summa theol. 1 . p. q. 75, art. 3, ad ^ . mn
PROPOSICIÓN SEGUNDA.

El asiento de las potencias locomotrices tanto naturales


como animales son los músculos del cuerpo en que se
ejercen sus actos.

336.—Prueba de la 1." p.—Las p o t e n c i a s m o t i v a s


n a t u r a l e s ejercen s u s a c t o s i n d e p e n d i e n t e m e n t e del
a p e t i t o , y p o r t a n t o n o se p u e d e decir q u e su p r i m e r
m o t o r esté en el c e r e b r o sino q u e ellas m i s m a s c o -
m i e n z a n su acción c o n v e n i e n t e m e n t e e x c i t a d a s p o r los
a g e n t e s e x t e r n o s . A h o r a b i e n , c a d a u n o d e los ó r g a -
n o s c o n q u e ejercen s u s actos t i e n e s u s f u n c i o n e s vi-
tales p r o p i a s y a c o m o d a d a s á la e c o n o m í a d e l a n i m a l
p o r disposición d e l A u t o r d e la n a t u r a l e z a . L u e g o e n
ellos y n o en o t r a p a r t e d e b e m o s p e n s a r q u e e s t á n
localizadas las t a l e s f u e r z a s . Así, e n el c o r a z ó n y en los
p u l m o n e s , p o r e j e m p l o , d e b e m o s p e n s a r q u e existen
l a s f u e r z a s c o n q u e se m u e v e n n a t u r a l m e n t e e s t a s
visiones; p o r q u e s u s m o v i m i e n t o s n a t u r a l e s v a n d i -
r e c t a m e n t e al fin d e t o d o el c o n j u n t o , q u e es la v i d a
v e g e t a t i v a , y ellos en sí m i s m o s s o n r e a l m e n t e vitales.
337.—Prueba de la 2." p.—Las p o t e n c i a s m o t i v a s
a n i m a l e s t i e n e n c i e r t a m e n t e su p r i m e r m o t o r en el
c e r e b r o ; p e r o ellas e n sí m i s m a s s o n v e r d a d e r a m e n t e
a c t i v a s , c o m o c o n s t a d e lo d i c h o en la tesis p r e c e d e n t e ,
y p o r lo t a n t o d e b e n t e n e r t a m b i é n s u s ó r g a n o s p r o -
pios, d o n d e se hallen localizadas. A h o r a bien; n i n g u n a
r a z ó n h a y p a r a p e n s a r q u e estos ó r g a n o s n o s e a n
a q u e l l o s m i s m o s e n q u e s e n t i m o s s u s efectos, antes p o r
el c o n t r a r i o estos efectos n o s c o n d u c e n á j u z g a r q u e
allí m i s m o e s t á s u c a u s a d o n d e ellos se m a n i f i e s t a n .
L u e g o , m a n i f e s t á n d o s e t o d o s ellos en los m ú s c u l o s
del c u e r p o , en estos m i s m o s m ú s c u l o s d e b e m o s s u p o -
— 23?-
rier q u e se h a l l a n l o c a l i z a d a s las f u e r z a s q u e los p r o -
d u c e n : y p o r esta c a u s a d e b e m o s t e n e r á los tales m o -
v i m i e n t o s p o r a c t o s v e r d a d e r a m e n t e vitales, p u e s t o
q u e s o n r e c i b i d o s en la m i s m a p o t e n c i a q u e los p r o -
d u c e y t i e n d e n d e s u y o á la perfección d e la m i s m a .
338,—Sin e m b a r g o , se d e b e o b s e r v a r q u e las p o t e n -
cias m o t i v a s n a t u r a l e s n e c e s i t a n p a r a f u n c i o n a r q u e
los ó r g a n o s en q u e r e s i d e n se h a l l e n en l i b r e c o m u -
nicación c o n el s i s t e m a n e r v i o s o g a n g l i o n a r , q u e es
el q u e r i g e l a s funciones d e la v i d a o r g á n i c a ; y esto^
m i s m o acaece á las m o t i v a s a n i m a l e s con r e s p e c t o al
s i s t e m a - n e r v i o s o c e r e b r a l , del cual d e p e n d e la s e n s i -
bilidad e x t e r n a (97).

PROPOSICIÓN TERCERA.

El apetito sensitivo tiene virtud suficiente para poner en


ejercicio á la potencia motriz animal, pero no puede
conseguir este efecto oponiéndose á ello la voluntad.

339.—Prueba de la /. p.—El a p e t i t o sensitivo en los


a

b r u t o s es el q u e p o n e en ejercicio á la p o t e n c i a m e n -
c i o n a d a . E s así q u e este a p e t i t o n o es m e n o s perfecto
en el h o m b r e q u e e n los a n i m a l e s s i n o al c o n t r a r i o
m á s p e r f e c t o . L u e g o él d e s u y o tiene v i r t u d suficiente
p a r a p o n e r e n ejercicio la f a c u l t a d d i c h a y la p o n d r á
e n efecto c u a n t a s veces lo necesite p a r a c o n s e g u i r lo
q u e d e s e a , con t a l q u e la v o l u n t a d n o se o p o n g a c o n
un acto contrario á sus intentos.
340.—-Prueba de la 2 . p . — 1 . ° L a v o l u n t a d ejerce e n
0

el h o m b r e v e r d a d e r o influjo físico s o b r e las o t r a s p o -


, t e n c i a s ; c o n el cual las p o n e en ejercicio, a p l i c á n d o l a s
á a q u e l l o s p a r t i c u l a r e s objetos q u e s o n d e s u m a y o r
a g r a d o . L u e g o en fuerza d e este d o m i n i o a l t o q u e
s o b r e ellas t i e n e , p u e d e i m p e d i r con su i m p e r i o , el
ejercicio d e s u s actos; y así, a u n q u e el a p e t i t o q u i e r a
p o n e r en a c c i ó n á la f a c u l t a d m o t r i z d e q u e v a m o s
h a b l a n d o , n o la p o n d r á d e h e c h o si á ello se o p o n e la
v o l u n t a d . 2. L o s a c t o s d e la p o t e n c i a d i c h a son l i b r e s
0

é i m p u t a b l e s ; p u e s c a d a u n o es libre e n m o v e r s e d e
u n l u g a r á o t r o y en d a r á los m i e m b r o s de s u c u e r p o
la posición q u e se le a n t o j a . E s así q u e si el a p e t i t o
s e n s i t i v o p u s i e r a en acción á la f a c u l t a d s u s o d i c h a
c o n t r a el i m p e r i o d e la v o l u n t a d , los tales a c t o s n o
s e r í a n l i b r e s ni i m p u t a b l e s , p o r q u e n o s e r í a n v o l u n -
tarios. Luego...

PROPOSICIÓN CUARTA.

La voluntad puede poner por si sola en acción á la po-


tencia motriz animal, aun repugnando el apetito sensi-
tivo; pero ordiñariamenie la mueve por medio del apetito
susodicho.

341 •—Prueba de la 1.*p.-—i.° No se ve r a z ó n a l g u n a


p o r la c u a l h a y a d e d e p e n d e r la v o l u n t a d del a p e t i t o
s e n s i t i v o p a r a p o d e r p o n e r en acción á la p o t e n c i a
m o t r i z m e n c i o n a d a . L u e g o d e b e m o s decir q u e p u e d e
m o v e r l a p o r sí sola, p u e s á esto n o s i n d u c e el s a b e r
q u e la v o l u n t a d es el p r i m e r m o t o r y el p r i m e r p r i n -
cipio d e los actos h u m a n o s . 2. L a v o l u n t a d t i e n e i m -
0

p e r i o d e s p ó t i c o s o b r e los m i e m b r o s del c u e r p o , c o m o
c o n s t a p o r la e x p e r i e n c i a ; p u e s los m u e v e á su a r b i -
t r i o sin q u e le o p o n g a n la m e n o r r e s i s t e n c i a . E s así
q u e si d e p e n d i e r a del a p e t i t o sensitivo en esta p a r t e ,
n o p o d r í a m o v e r l o s d e esta m a n e r a ; p o r q u e él a p e t i t o
sensitivo p u e d e hacerle resistencia y p o r consiguiente
n e g a r s e á p o n e r en acción á la p o t e n c i a m o t r i z . L u e -
g o la v o l u n t a d p u e d e i m p e r a r p o r sí sola y s i n el con-
c u r s o del a p e t i t o sensitivo los m o v i m i e n t o s d i c h o s .
3 4 ' — Prueba de la 2. p.—i.° L a v o l u n t a d t i e n e d o -
2 a

m i n i o despótico' s o b r e los m i e m b r o s del c u e r p o . L u e -


g o p u e d e m o v e r l o s e f i c a z m e n t e , a u n á d e s p e c h o del
a p e t i t o sensitivo. 2° E s t o m i s m o c o n s t a p o r la e x p e -
riencia. Así, el m i e d o por e j e m p l o , i n c i t a á la fuga en
m u c h o s casos, y las reflexiones d e la i n t e l i g e n c i a y el
d e c r e t o firme d e la v o l u n t a d h a c e n q u e la p o t e n c i a
m o t r i z ejerza u n m o v i m i e n t o c o n t r a r i o .
343.—Prueba de la y." p. —Lo o r d i n a r i o en t o d o s los
seres es lo r e g u l a r y bien o r d e n a d o . E s así q u e el
b u e n o r d e n d e las p o t e n c i a s h u m a n a s e x i g e q u e las
s u p e r i o r e s o b r e n en las i n f e r i o r e s m o v i e n d o i n m e -
d i a t a m e n t e á las m á s a l t a s y p r ó x i m a s á ellas. L u e g o
la v o l u n t a d o r d i n a r i a m e n t e n o m u e v e los m i e m b r o s
del c u e r p o sino e x c i t a n d o al a p e t i t o p o r m e d i o d e la
e s t i m a t i v a p a r a q u e la p o n g a en ejercicio. P o r esto
escribe s a b i a m e n t e S a n t o T o m a s : «La o p i n i o n u n i -
versal n o m u e v e sino m e d i a n t e la p a r t i c u l a r ; y d e la
m i s m a m a n e r a el a p e t i t o s u p e r i o r m u e v e m e d i a n t e el
inferior (1).»

( T ) «Opinio universalis non movetnisi mediante particular!;


et similiter appetitussuperior movet mediante inferiori.» (S. Tho-
mas, Summ. iheol. 1. p. q. 80, art. 2 . ad 3 . ™ ) . Véase sobre la
materia de este párrafo el P. Suarez, de anima, lib. 5, cap. 10.
— 238—

CAPÍTULO V.
D e la simplicidad, espiritualidad é in-
mortalidad del alma humana.

J u n t a m o s estas tres propiedades d e nuestra alma


en u n solo c a p í t u l o p o r la í n t i m a c o n e x i ó n q u e e n t r e
sí t i e n e n y p o r s e r u n o s m i s m o s los a r g u m e n t o s c o n
q u e d e b e n s e r p r o b a d a s . C a d a u n a d e ellas s i n e m -
b a r g o s e r á t r a t a d a en u n a r t í c u l o s e p a r a d o .

ARTÍCULO PRIMERO.
Simplicidad del alma humana.
' 344.—Simple es lo que no está compuesto de elemen-
tos diferentes ( 0 . 310). Q u e el a l m a h u m a n a n o sea
a b s o l u t a m e n t e s i m p l e es cosa m a n i f i e s t a ; p u e s t o q u e
n o solo t i e n e v e r d a d e r a c a p a c i d a d p a s i v a c o n r e s p e c t o
á la c o n t i n u a c i ó n d e su existencia, en c u y o s e n t i d o se
dice con t o d a v e r d a d q u e está c o m p u e s t a d e esencia
y e x i s t e n c i a (O. 31), s i n o q u e a d e m á s h a y en ella c o m -
p o s i c i ó n así d e esencia y p o t e n c i a s c o m o d e s u j e t o y
accidentes. Pero a d e m a s de estos géneros de c o m p o -
sición h a y o t r o s d o s á s a b e r : la composición sustancial
r

y la integral, y n i n g u n o d e ellos conviene-al a l m a h u -


m a n a . Nuestra alma no consta sustancialmente de
e l e m e n t o s d i v e r s o s , c o m o s u c e d e á t o d o s los c u e r p o s ;
los c u a l e s se h a l l a n c o m p u e s t o s d e materia y forma.
T a m p o c o está compuesta de distintas p a r t e s integran-
t e s , c o m o lo e s t á t o d o s e r m a t e r i a l y e x t e n s o , i n c l u s o s
los m i s m o s c u e r p o s s i m p l e s d e la Q u í m i c a , l l a m a d o s
así á c a u s a d e n o e n t r a r en s u c o m p o s i c i ó n m o l é c u l a s
h e t e r o g é n e a s . L a c a r e n c i a d e estos d o s g é n e r o s d é
c o m p o s i c i ó n d a á n u e s t r a a l m a u n cierto linaje d e
simplicidad relativa, q u e la coloca p o r e s t a p a r t e en la
c a t e g o r í a d e los espíritus y la s e p a r a t o t a l m e n t e d e l o s
c u e r p o s . P a r a p r o b a r l a a s e n t a r e m o s la s i g u i e n t e

PROPOSICIÓN.

El alma humana es sustancial é integralmente simple.

345.—Prueba de la 1."p.—1.° Si la esencia d e n u e s -


t r a a l m a c o n s t a r a d e d o s ó m á s e l e m e n t o s diferen-
tes, ó c a d a u n o d e ellos sería primer principio d e
n u e s t r a s p e r c e p c i o n e s y voliciones ó u n o s o l a m e n t e .
Si esto segundo, la esencia d e n u e s t r a a l m a n o c o n s -
t a r á sino d e a q u e l e l e m e n t o q u e fuese el p r i m e r
p r i n c i p i o d e las t a l e s p e r c e p c i o n e s y voliciones (9) y
p o r lo t a n t o n o sería s u s t a n c i a l m e n t e c o m p u e s t a s i n o
s i m p l e . Si lo primero, h a b r í a en n o s o t r o s t a n t o s s u j e -
tos p e n s a n t e s , c u a n t o s fuesen los p r i n c i p i o s p r i m e r o s
de las p e r c e p c i o n e s y voliciones. P o r q u e c a d a u n o d e
ellos r e c i b i r í a e n sí c o m o en p r i m e r o y f u n d a m e n t a l
sujeto t o d a s las p e r c e p c i o n e s y voliciones d e q u e
fuese p r i n c i p i o p r i m e r o . M a s e s t o r o m p e la u n i d a d
de nuestro primer principio pensante que dejamos
p r o b a d a m á s a r r i b a (13), y p o r lo t a n t o es m a n i f i e s t a -
m e n t e falso: L u e g o la esencia d e n u e s t r a a l m a n o
puede estar compuesta de elementos realmente dis-
t i n t o s . P o d r í a d e c i r a l g u n o c o n t r a esto q u e el p r i m e r
p r i n c i p i o d e los a c t o s d i c h o s es el c o m p u e s t o físico
d e los d o s e l e m e n t o s . P e r o e n t a l caso n u e s t r a a l m a
sería u n c o m p u e s t o s u s t a n c i a l d e m a t e r i a y f o r m a ,
c o n t r a lo c u a l va d i r i g i d o el a r g u m e n t o s i g u i e n t e . .
346.—2. E n t a n t o p o d r í a m o s p e n s a r q u e n u e s t r a
0

a l m a está c o m p u e s t a d e e l e m e n t o s d i v e r s o s , en c u a n t o
— 240 — • • •
estos e l e m e n t o s los s u p u s i é r a m o s u n i d o s e n t r e sí
á m a n e r a de materia y forma; p o r q u e no estando
u n i d o s de este m o d o , n o se ve c ó m o p o d r í a n f o r m a r
u n a s u s t a n c i a d o t a d a d e u n i d a d v e r d a d e r a . E s así
q u e n u e s t r a a l m a n o p u e d e ser en sí m i s m a u n c o m -
p u e s t o s u s t a n c i a l d e m a t e r i a y f o r m a ; primero, p o r -
q u e e n t o n c e s ella d e s u y o s e r í a u n a s u s t a n c i a c o m -
p l e t a y no o r d e n a d a á i n f o r m a r la m a t e r i a d e n u e s t r o
c u e r p o ; segundo, p o r q u e sería i n c a p a z d e i n f o r m a r
á este c u e r p o , p u e s n i n g u n a f o r m a s u s t a n c i a l p u e d e
i n f o r m a r al m i s m o t i e m p o d o s m a t e r i a s d i f e r e n t e s .
P o r d o n d e n u e s t r a a l m a n o e s t a r í a u n i d a c o n el c u e r -
p o s u s t a n c i a l m e n t e y en u n i d a d d e s u p u e s t o s i n o c o n
c i e r t a especie d e u n i ó n m o r a l , c u a l es l a q u e e x i s t e
e n t r e el g i n e t e y s u caballo, ó e n t r e el p i l o t o y el n a -
vio, .ó finalmente e n t r e la cárcel y el r e o m e t i d o
d e n t r o d e ella; cosas t o d a s e n t e r a m e n t e falsas, c o m o
se p r o b a r á m á s a d e l a n t e ; tercero, p o r q u e el c o m p u e s t o
s u s t a n c i a l d e m a t e r i a y f o r m a es n a t u r a l m e n t e cuanto
ó extenso, y así n u e s t r a a l m a , sería u n v e r d a d e r o
c u e r p o y se hallaría c o m p u e s t a d e p a r t e s c u a n t i t a t i v a s
é i n t e g r a n t e s c o m o t o d o s los seres d o t a d o s d e c u a n -
t i d a d , lo c u a l es a b s o l u t a m e n t e falso, c o m o l o p r o b a -
r e m o s a h o r a m i s m o en la s e g u n d a p a r t e d e la p r e -
s e n t e tesis. L u e g o . . . (1)
347.—Prueba de la 2.' p.—1.° Si n u e s t r a a l m a e s t u -
viera compuesta de diferentes partes cuantitativas ó
integrantes, n o podría c o m p a r a r u n a s sensaciones
con o t r a s ; p o r q u e c a d a u n a d e ellas se h a l l a r í a en d i -
f e r e n t e p a r t e d e u n t o d o e x t e n s o ; ni l a s - s e n s a c i o n e s
p r e s e n t e s con las p a s a d a s , p o r q u e n o c o e x i s t i r í a n t o -
d a s j u n t a s en un m i s m o sujeto; ni las s e n s a c i o n e s c o n
las i n t e l e c c i o n e s , ni é s t a s con las voliciones, p o r q u e

(T) V . Santo Tomas, Summa iheol. 1 . p. q. 75, art. 5.


todos estos actos se hallarían localizados en distintas
partes de la materia y.por lo mismo no podrían reu-
nirse en un solo sujeto. Es así que nuestra alma com-
para en sí todas estas cosasyjuzgadeellas hallándolas
todas reunidas en la unidad indivisible de la concien-
cia. Luego nuestra alma no es un principio extenso
sino simple y exento de extensión cuantitativa. El hom-
bre, siendo en sí compuesto y extenso, hace la compa-
ración dicha, pero la hace por razón del principio
simple y espiritual de que consta y en que inmediata-
mente son recibidos los actos de comparar unas per-
cepciones y voliciones con otras. Sin este principio espi-
ritual y simple la tal comparación le sería imposible.
348.—2. Si nuestra alma estuviera compuesta de
0

diversas partes integrales, se hallaría sujeta á las con-


tinuas mudanzas que vemos realizarse en los cuerpos;
porque siendo en tal caso un verdadero cuerpo, de-
bería seguir la condición natural de estas sustancias
y ser por lo tanto corruptible como ellas y sufrir las
alteraciones físicas que en ellas causan los agentes ex-
ternos. Es así que con esto perecería la identidad pe-
renne del principio pensante que en nosotros existe,
la cual dejamos evidenciada más arriba siguiendo el
evidente testimonio déla conciencia (15). Luego nues-
tra alma es en sí simple y no consta de diversas par-
tes integrantes.
. 349.—2.° Nuestra alma hace una reflexión /o/a/sobre
sí misma, pensando con el entendimiento sobre el
mismo entendimiento; de forma que el yo pensante
todo entero se toma á sí mismo todo entero por ob-
jeto de su consideración. Es así que esto no lo podría
practicar nuestra alma, si estuviera compuesta de
diversas partes cuantitativas; pues en tal caso una
podría volver sobre la otra, mas no el todo sobre el
mismo todo ni cada parte sobre sí propia. Luego...
Psicología. l()
— 242
35 -—4-° F i n a l m e n t e , las f a c u l t a d e s i n t e l e c t i v a s d e
o

n u e s t r a a l m a son i n o r g á n i c a s ; y c o m o tales, c a r e c e n
d e diferentes p a r t e s c u a n t i t a t i v a s , las c u a l e s solo p e r -
t e n e c e n á los c u e r p o s (151 y s i g u i e n t e s ) . E s asi q u e ca-
r e c i e n d o ellos d e e s t a s p a r t e s , t a m b i é n al a l m a d e b e
c o r r e s p o n d e r esta m i s m a perfección, p o r q u e l a s tales
p o t e n c i a s , ó se identifican r e a l m e n t e con el a l m a m i s -
m a , ó son u n a s s i m p l e s e m a n a c i o n e s s u y a s y p o r lo
t a n t o n o p u e d e n t e n e r la perfección d e q u e ella c a r e -
ce. L u e g o . . . (1).
3 5 1 . — C o n t r a la tesis q u e a c a b a m o s d e p r o b a r , se
p o d r í a o b j e t a r en la f o r m a s i g u i e n t e : i.° Si n u e s t r a
a l m a fuera s i m p l e é indivisible, se p o d r í a m o v e r á u n
m i s m o t i e m p o con m o v i m i e n t o s c o n t r a r i o s , lo c u a l
r e p u g n a . 2. La m a t e r i a y la f o r m a deben, g u a r d a r
0

p r o p o r c i ó n e n t r e sí. E s así q u e la m a t e r i a d e n u e s t r o
cuerpo consta de partes cuantitativas. Luego también
d e b e c o n s t a r d e ellas el a l m a , q u e es su f o r m a s u s -
t a n c i a l . 3. S e g ú n lo d e m o s t r a d o m á s a r r i b a , t o d a s
0

las f a c u l t a d e s s e n s i t i v a s son o r g á n i c a s y m a t e r i a l m e n -
t e e x t e n s a s , lo m i s m o q u e los actos p r o d u c i d o s p o r
ellas (65 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o el a l m a t a m b i é n d e b e s e r
e x t e n s a , p o r q u e d e lo c o n t r a r i o n o p o d r í a s e r sujeto
primero d e e s t a s f a c u l t a d e s .
352.—Respuesta.—1.° E l a l m a se p u e d e m o v e r con
m o v i m i e n t o s c o n t r a r i o s s e g ú n las d i v e r s a s p a r t e s del
c u e r p o i n f o r m a d a s p o r ella, en lo cual n o h a y n i n g u -
n a dificultad. 2. L a m a t e r i a y la f o r m a d e b e n g u a r -
0

d a r p r o p o r c i ó n no en todas las cosas sino s o l a m e n t e en


la capacidad de entrambas para estar sustancialmente
unidas y f o r m a r d e esta m a n e r a un c o m p u e s t o físico

(1) Véase sobre esto Santo Tomas, Contra gentes, lib. 2. ce.
49 Y 65; ítem Suarez, Metaphys. disp. 1 3 , sect. T 4 , nn 3 y 4 de
angelis,-lib. 1 . cap. 7.
—243 —
c a u s a d o r d e c i e r t a s a c c i o n e s , las c u a l e s n o p u e d e n
ser p r o d u c i d a s n i p o r el a l m a sola n i p o r el c u e r p o
solo; y esto s u c e d e e n el c o m p u e s t o h u m a n o . 3 . L a s 0

f a c u l t a d e s s e n s i t i v a s n o t i e n e n p o r sujeto al a l m a sola
sino al c o m p u e s t o (75). P o r c o n s i g u i e n t e n i n g u n a difi-
c u l t a d existe en q u e n u e s t r a a l m a sea s i m p l e y s u s p o -
tencias sensitivas extensas; puesto q u e éstas no resi-
d e n p r o p i a m e n t e e n ella sino e n el c o m p u e s t o . S i
n u e s t r a a l m a n o t u v i e r a o t r a s f a c u l t a d e s q u e las s e n -
sitivas, n o se p o d r í a p r o b a r , al m e n o s con e v i d e n c i a ,
s u s i m p l i c i d a d c u a n t i t a t i v a ; p o r q u e h a y filósofos g r a -
v í s i m o s q u e o p i n a n s e r e x t e n s a el a l m a d e l o s b r u t o s ,
a u n la d e los m á s p e r f e c t o s , y esta opinión es la q u e n o s
p a r e c e á n o s o t r o s t a m b i é n la m á s p r o b a b l e . P e r o el
a l m a h u m a n a , a d e m á s d e las o p e r a c i o n e s s e n s i t i v a s ,
t i e n e t a m b i é n l a s i n t e l e c t i v a s y e n ellas es en d o n d e
con los escolásticos n o s h e m o s f u n d a d o ú n i c a m e n t e
p a r a p r o b a r la s i m p l i c i d a d m e n c i o n a d a .
353.—Instan los m a t e r i a l i s t a s d i c i e n d o : i.° El a l m a
h u m a n a t o c a al c u e r p o á q u e está u n i d a , p u e s t o q u e
lo m u e v e . L u e g o e s ^ x t e n s a c o m o él, p u e s el c o n t a c t o
n o es p o s i b l e sino e n t r e cosas e x t e n s a s . 2. Si n u e s t r a
0

a l m a fuera s i m p l e c o m o los e s p í r i t u s , p o d r í a v e n c e r
c o m o ellos la r e s i s t e n c i a d e c u a l q u i e r c u e r p o p o r g r a n -
d e q u e fuese. 3 . N u e s t r a a l m a e s t á c o e x t e n d i d a c o n
0

t o d o el c u e r p o : l u e g o es e x t e n s a .
354.—Respuesta.—1.° H a y d o s especies d e c o n t a c t o :
u n o de cuantidad y o t r o d e virtud. Con el p r i m e r o se
t o c a n d o s c u e r p o s j u n t a n d o s u s superficies.de m a n e r a ,
q u e n o m e d i e d i s t a n c i a a l g u n a e n t r e ellas. Con el s e -
g u n d o i m p r i m e u n e s p í r i t u s u acción e n u n c u e r p o
p o n i é n d o l o e n m o v i m i e n t o ; p a r a lo cual n o n e c e s i t a
s e r e x t e n s o c o m o él, sino q u e le b a s t a e s t a r p r e s e n t e á
su s u s t a n c i a y a p l i c a r l e s u v i r t u d ó f u e r z a m o t r i z e n -
t e r a m e n t e i n o r g á n i c a . 2. N u e s t r a a l m a n o llega en s u
0
s i m p l i c i d a d á la perfección d e los e s p í r i t u s puros.
P o r q u e é s t o s , n o solo, e s t á n sin m a t e r i a en sí m i s m o s ,
sino q u e s o n i n c a p a c e s d e s e r u n i d o s s u s t a n c i a l m e n t e
á ella y así s u v i r t u d m o t r i z es p u r a m e n t e e s p i r i t u a l
y s u p e r i o r á la r e s i s t e n c i a d e c u a l q u i e r c u e r p o . M a s
n u e s t r a a l m a es sí i n m a t e r i a l y s i m p l e , p e r o e x i g e n a -
t u r a l m e n t e e s t a r u n i d a á la m a t e r i a y p o n e r c o n ella
u n s e r c o m p l e t o y d o t a d o d e fuerzas n u e v a s ; p o r d o n d e
s u v i r t u d m o t r i z , al m e n o s m i e n t r a s vive u n i d a al
c u e r p o , n o es p u r a m e n t e e s p i r i t u a l sino m a t e r i a l y
o r g á n i c a lo m i s m o q u e la d e las p o t e n c i a s s e n s i t i v a s ,
y así n o es e x t r a ñ o q u e n o p u e d a v e n c e r la r e s i s t e n -
cia d e c u a l q u i e r c u e r p o y q u e sea en esto inferior á
los e s p í r i t u s p u r o s . 3 . P a r a c o e x t e n d e r s e n u e s t r a
0

a l m a c o n su c u e r p o , n o n e c e s i t a t e n e r u n a s , p a r t e s
fuera d e o t r a s c o m o él y ser p o r lo t a n t o formalmente
e x t e n s a ; sino q u e le b a s t a la e x t e n s i ó n virtual y e q u i -
v a l e n t e á la d e los c u e r p o s , p o r lo cual t i e n e p r e s e n t e
toda s u s u s t a n c i a á t o d a s y c a d a u n a d e las p a r t e s d e l
c u e r p o . Dios n u e s t r o S e ñ o r , sin t e n e r o t r a e x t e n s i ó n
q u e esta v i r t u a l , se halla s u s t a n c i a l m e n t e p r e s e n t e á
t o d a s y c a d a u n a d e s u s c r i a t u r a s ; 3^ en esto el a l m a
h u m a n a , lo m i s m o q u e t o d a s l a s s u s t a n c i a s i n m a t e -
r i a l e s , i m i t a d e a l g ú n m o d o á s u C r i a d o r , q u e es p u r o
e s p í r i t u y no se halla c o m p u e s t o d e p a r t e s .

ARTÍCULO II.

Espiritualidad del alma humana.

355.—Espiritual n o es lo m i s m o q u e simple. M u c h o s
j u z g a n q u e las a l m a s d e los b r u t o s son s i m p l e s y sin
e m b a r g o n o las t i e n e n p o r e s p i r i t u a l e s . M u c h o s t a m -
b i é n son d e p a r e c e r q u e los ú l t i m o s e l e m e n t o s d e los
c u e r p o s s o n s i m p l e s y e s t á n m u y lejos d e c o n c e d e r l e s
— 245 —
p o r esto la e s p i r i t u a l i d a d . C o m o el cuerpo y el espíritu
son dos cosas c o n t r a p u e s t a s y solo c o n v i e n e n en la
r a z ó n de sustancia; p a r a s a b e r q u é es lo q u e se e n t i e n d e
p r o p i a m e n t e p o r espíritu, b a s t a r á ver q u é e n t e n d e m o s
con la p a l a b r a cuerpo. P o r c u e r p o se e n t i e n d e g e n e -
r a l m e n t e la sustancia dotada de extensión y de impene-
trabilidad y dependiente en sus operaciones de la materia.
P o r c o n s i g u i e n t e e s p í r i t u será toda sustancia simple y
penetrable é independiente de la materia en sus operacio-
nes; y e s p i r i t u a l s e r á todo aquello que corresponda á
esta sustancia por vía, ya de acto, ya de hábito, ya de po-
tencia (i).
3 5 6 . — S e g ú n e s t a s definiciones el á t o m o m a t e r i a l é
i n e x t e n s o , si es q u e se d a n e n la n a t u r a l e z a esta cíase
de entidades, no puede ser un espíritu; porque, a u n -
q u e p o n e la s i m p l i c i d a d y q u i z a s t a m b i é n la p e r í e t r a -
b i l i d a d , p e r o e n s u s o p e r a c i o n e s n o es i n d e p e n d i e n t e
d e la m a t e r i a ó sea d e u n o d e los e l e m e n t o s p o r los
c u a l e s e s t á n c o n s t i t u i d o s los c u e r p o s . T a m p o c o es cosa
espiritual s i n o corporal; p o r q u e n o e n t r a en la c o n s t i -
t u c i ó n d e los e s p í r i t u s sino d e los c u e r p o s ; ni es p r o -
p i e d a d d e a q u e l l o s sino d e é s t o s . P a r a p r o b a r p u e s q u e
n u e s t r a a l m a es v e r d a d e r a m e n t e e s p i r i t u a l b á s t a n o s
en este a r t í c u l o d e m o s t r a r su i n d e p e n d e n c i a i n t r í n -
seca d e la m a t e r i a en el o b r a r ; p u e s t o q u e y a q u e d a
p r o b a d o en el s e g u n d o c a p í t u l o d e este t r a t a d o q u e
es s u s t a n c i a , y en el p r i m e r a r t í c u l o del p r e s e n t e q u e
es s i m p l e y p e n e t r a b l e p o r r a z ó n d e c a r e c e r d e e x t e n -
sión y h a l l a r s e u n i d a á l a s d i v e r s a s p a r t e s del c u e r p o .
S e a p u e s la s i g u i e n t e

(1) Sobre las nociones del espíritu y del cuerpo véaselo que
con mucha precisión y exactitud escribe el P. Losada en su tra-
tado de anima, disp. 2. cap. r. nn. 1 2 - 2 1 .
PROPOSICIÓN.
El alma humana es espiritual.
357.—Demostración.—Las f a c u l t a d e s i n t e l e c t i v a s del
a l m a h u m a n a son e s p i r i t u a l e s ó sea i n t r í n s e c a m e n t e
i n o r g á n i c a s é i n d e p e n d i e n t e s d e la m a t e r i a en s u s
o p e r a c i o n e s , c o m o lo h e m o s d e m o s t r a d o m á s a r r i b a
(151 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o t a m b i é n d e b e s e r e s p i r i t u a l la
s u s t a n c i a del a l m a ; p u e s , o r a se i d e n t i f i q u e n r e a l m e n -
con ella, o r a n o , las tales p o t e n c i a s n o p u e d e n s u p e r a r
e n perfección á la s u s t a n c i a , q u e es el p r i n c i p i o d e
donde emanan.
35S.—Las dificultades q u e c o n t r a la p r e s e n t e p r o -
posición se suelen o p o n e r , y a las h e m o s suelto m á s
a r r i b a al r e f u t a r la d o c t r i n a del s e n s i s m o (158 y si-
g u i e n t e s ) . A q u í n o s b a s t a t a n solo a d v e r t i r q u e , sien-
d o n u e s t r a a l m a i n t r í n s e c a m e n t e i n d e p e n d i e n t e d e la
m a t e r i a en el ejercicio d e s u s o p e r a c i o n e s i n t e l e c t u a -
les, p o r fuerza lo d e b e s e r t a m b i é n en su existencia
m i s m a . P o r q u e la o p e r a c i ó n d e c a d a ser es c o n f o r m e
á la n a t u r a l e z a d e este m i s m o ser y d e ella d a t e s t i m o -
n i o c o m o el efecto lo d a d e s u c a u s a ; y p o r t a n t o ^ si
de u n s e r c u a l q u i e r a s a b e m o s q u e n o necesita a b s o -
l u t a m e n t e del c o n c u r s o d e la m a t e r i a p a r a ejercer al-
g u n o s actos, con toda evidencia debemos concluir
q u e t a m p o c o l e e s necesario este c o n c u r s o p a r a exis-
tir en la n a t u r a l e z a .
3 5 9 . — E S C O L I O . — C o n ocasión d é l a e s p i r i t u a l i d a d d e
n u e s t r a a l m a l a n z ó L o c k e al m u n d o u n a d u d a q u e se
h a h e c h o f a m o s a en la Filosofía, c a u s a n d o g r a n d e
regocijo á los m a t e r i a l i s t a s . I-Ié a q u í las p a l a b r a s con
q u e la e x p r e s a el filósofo inglés: « N o s o t r o s t e n e -
m o s i d e a s d e la m a t e r i a y del p e n s a m i e n t o ; m a s
q u i z a s n o s es i m p o s i b l e c o n o c e r si u n s e r p u r a m e n t e .
— 247 —
m a t e r i a l piensa ó n o ; p u e s t o q u e n o p o d e m o s d e s c u -
b r i r p o r el e s t u d i o de n u e s t r a s p r o p i a s i d e a s , sin el
a u x i l i o d e la r e v e l a c i ó n , si h a d a d o Dios á c i e r t a s p o r -
c i o n e s "de m a t e r i a d i s p u e s t a s en m a n e r a c o n v e n i e n t e
la facultad d e p e n s a r , ó si h a j u n t a d o y u n i d o á la m a -
t e r i a así d i s p u e s t a u n a s u s t a n c i a i n m a t e r i a l q u e p i e n -
sa (i).» E s t o es d e c i r c o n o t r a s p a l a b r a s q u e la r a z ó n
h u m a n a p o r sí sola es i n c a p a z d e c o n o c e r con c e r t e z a
la e s p i r i t u a l i d a d d e n u e s t r a a l m a y q u e esto solo lo
s a b e m o s p o r la revelación d i v i n a . M a s c o m o e s t a reve-
lación es n e g a d a g e n e r a l m e n t e p o r los m a t e r i a l i s t a s
y p o r los s e n s i s t a s , r e s u l t a r í a d e la d o c t r i n a L o c k i a n a
q u e t o d o s ellos s o n i n c a p a c e s d e c o n o c e r si su a l m a
r a c i o n a l y l i b r e es en r e a l i d a d o t r a cosa q u e u n p u r o
m o n t ó n d e m a t e r i a d i s p u e s t o en m a n e r a c o n v e n i e n t e
para producir pensamientos.
360.—La i m p o s i b i l i d a d d e f o r m a r c o n o c i m i e n t o s
t a n t o sensibles c o m o i n t e l e c t u a l e s es i n t r í n s e c a á la
m a t e r i a b r u t a , c o m o y a lo d e j a m o s d e m o s t r a d o c o n
a r g u m e n t o s filosóficos en lo q u e en e s t e m i s m o t r a t a d o
l l e v a m o s e s c r i t o - a c e r c a d e las p o t e n c i a s del a l m a . E n
el a r t í c u l o IV del c a p í t u l o a n t e c e d e n t e (69-74) h e m o s
p r o b a d o c o n t r a los m a t e r i a l i s t a s q u e la sensación es
cosa e s e n c i a l m e n t e d i s t i n t a del m o v i m i e n t o local d e
las m o l é c u l a s o r g á n i c a s d e n u e s t r o c u e r p o . Con lo
c u a l se h a c e e v i d e n t e q u e la m a t e r i a , c o n l a s f u e r z a s
n a t u r a l e s q u e le c o r r e s p o n d e n , es a b s o l u t a m e n t e i n -
capaz de p r o d u c i r percepción alguna sensible; p o r q u e
los a c t o s d e e s t a s fuerzas n o v a n m á s allá d e los p u r o s
m o v i m i e n t o s locales ú o t r a s cosas p a r e c i d a s , t a n d e s -
t i t u i d a s d e vida c o m o ellos. E n el a r t í c u l o V del m i s m o
c a p í t u l o (151-165) h e m o s d e m o s t r a d o c o n t r a los s e n -
sistas q u e n u e s t r a s facultades intelectuales son intrín-

(1) L o c k e , Essai sur V entend, hum. lib. 4 , ch, 3 , § 6 .


— 2^8 —
secamente inorgánicas y exentas de toda concreción
c o r p ó r e a . Con lo cual ya se ve q u e , sin r e c u r r i r al
auxilio d e la revelación y a t e n i é n d o n o s t a n solo á los
a r g u m e n t o s d e la r a z ó n h u m a n a , - s a b e m o s con t o d a
c e r t e z a q u e el p r i n c i p i o d e m u c h a s o p e r a c i o n e s intelec-
t u a l e s n o es ni p u e d e s e r u n p u r o m o n t ó n d e m a t e r i a ,
p o r m á s perfecta q u e se la q u i e r a s u p o n e r , s i n o u n a
sustancia verdaderamente espiritual é infinitamente
s u p e r i o r á la m a t e r i a , a u n q u e u n i d a f í s i c a m e n t e á ella.
361.—Dice L o c k e p a r a justificar su d u d a : 1.° Dios
d a á la m a t e r i a la p r o p i e d a d d e v e g e t a r en las p l a n t a s
y d e s e n t i r en los a n i m a l e s . ¿ P o r q u é p u e s n o le p o d r á
c o n c e d e r t a m b i é n la d e e n t e n d e r y r a c i o c i n a r en el
h o m b r e ? 2.° T o d o el f u n d a m e n t o en q u e n o s a p o y a -
m o s p a r a n e g a r la facultad d e p e n s a r á la m a t e r i a ,
c o n s i s t e en q u e en el c o n c e p t o d e m a t e r i a n o va e n -
v u e l t o el d e p e n s a m i e n t o . M a s esto solo p r u e b a q u e
n o s o t r o s n o s a b e m o s si la m a t e r i a es en sí c a p a z ó n o
d e e m i t i r p e n s a m i e n t o s . 3. P o r q u e n o s o t r o s n o v e a -
0

m o s c ó m o p u e d a p e n s a r la m a t e r i a , n o p o r eso d e b e -
m o s n e g a r á la d i v i n a o m n i p o t e n c i a el p o d e r d e co-
m u n i c a r l e esta p r o p i e d a d . T a m p o c o s a b e m o s c ó m o se
a t r a e n los c u e r p o s , y sin e m b a r g o n o p o d e m o s m e n o s
de c o n c e d e r fuerza a t r a c t i v a á la m a t e r i a . 4. P u e d e 0

Dios c r i a r u n a s u s t a n c i a m a t e r i a l e n t e r a m e n t e i n a c t i v a
y un e s p í r i t u d e s t i t u i d o d e t o d a a c t i v i d a d . A h o r a b i e n ,
á este s e g u n d o le p u e d e d a r d e s p u é s la fuerza i n t e l e c -
tiva. ¿Por q u é p u e s n o se la p o d r á d a r t a m b i é n á la
primera?
362.—Respuesta.—Estas r a z o n e s s o n t o d a s a b s o l u t a -
m e n t e v a n a s y p r u e b a n bien a l a s claras la s u p e r f i -
cialidad g r a n d e d e L o c k e en m a t e r i a s d e Filosofía.
R e s p o n d a m o s b r e v e m e n t e á cada u n a d e ellas. Y
c o m e n z a n d o p o r la p r i m e r a , la p r o p i e d a d d e v e g e t a r
n o v i e n e á la m a t e r i a d e las p l a n t a s , ni la d e s e n t i r á la
— 249 —
d e los a n i m a l e s de alguna cualidad accidental q u e la
deje en el e s t a d o d e m a t e r i a b r u t a , sino del p r i n c i p i o
vital y del a l m a s e n s i t i v a , los c u a l e s son formas sus-
tanciales d e u n o r d e n s u p e r i o r al d e los p u r o s c u e r -
pos. E n v i r t u d d e e s t o s p r i n c i p i o s d o t a d o s d e cierto
g r a d o d e i n m a t e r i a l i d a d , v e g e t a la m a t e r i a e n las
p l a n t a s y s i e n t e en los a n i m a l e s , n o en v i r t u d d é l a
m i s m a m a t e r i a . A m b o s c a r e c e n d e perfección sufi-
c i e n t e p a r a e j e c u t a r s u s a c t o s p o r sí solos y sin t e n e r
c o m o c o m p r i n c i p i o á la m a t e r i a ; p e r o n o son s i m p l e s
c u a l i d a d e s ó a c c i d e n t e s d e é s t a , s i n o v e r d a d e r a s sus-
tancias, a u n q u e i n c o m p l e t a s y e s e n c i a l m e n t e d e p e n -
d i e n t e s d é l a m a t e r i a en el e x i s t i r y en el o b r a r . C o m o
e s t á n ellos u n i d o s á la m a t e r i a , así lo está t a m b i é n
n u e s t r a a l m a , la cual p o r lo t a n t o es i g u a l m e n t e s u s -
t a n c i a i n c o m p l e t a y n a t u r a l m e n t e o r d e n a d a á infor-
m a r su c u e r p o ; si b i e n n o d e p e n d e d e él en t a l m a -
n e r a , q u e n o p u e d a ejercer sin el c o n c u r s o s u y o s u s
a c t o s i n t e l e c t u a l e s , p o r q u e estos a c t o s los ejecuta con
u n a potencia intrínsecamente inorgánica, siendo por
c o n s i g u i e n t e ella m i s m a t a m b i é n i n o r g á n i c a ó e s p i r i -
t u a l , l i é a q u í p o r q u é la m a t e r i a p u e d e v e g e t a r en las
p l a n t a s y s e n t i r en los a n i m a l e s , y sin e m b a r g o n o
p u e d e e n t e n d e r ni en el h o m b r e n i e n o t r a c r i a t u r a
a l g u n a . Lo q u e p u e d e h a c e r ú n i c a m e n t e en el h o m -
b r e es p r e p a r a r los m a t e r i a l e s , p o r decirlo así, p a r a la
intelección y p o r c o n s e c u e n c i a e n t e n d e r á la m a n e r a
q u e t o c a el ó r g a n o el q u e n o h a c e sino t i r a r s i m p l e -
m e n t e los fuelles.
363.—Por lo q u e h a c e á la s e g u n d a , es c o m p l e t a -
m e n t e falso q u e la r a z ó n d e n e g a r á la m a t e r i a la fa-
cultad de pensar ó de formar conceptos universales
la f u n d e m o s en q u e el c o n c e p t o d e materia n o e n c i e r r a
d e n t r o d e sí al d e pensamiento, s i n o en q u e a m b o s
c o n c e p t o s se excluyen positivamente c o m o lo redondo y
— 250 —
lo cuadrado. Ya h e m o s v i s t o al p r o b a r la n a t u r a l e z a
i n o r g á n i c a y e s p i r i t u a l d e n u e s t r a s p o t e n c i a s intelec-
t u a l e s , q u e e s t a s p o t e n c i a s se l e v a n t a n - m u c h o m á s
a r r i b a d e c u a n t o p u e d e s u b i r con su v i r t u d n a t u r a l
c u a l q u i e r a p o t e n c i a o r g á n i c a . P o r q u e la p o t e n c i a d e
e s t a especie, p o r m u y perfecta q u e s e a , s i e m p r e s e r á
m a t e r i a l y c o n c r e t a y p o r lo t a n t o n u n c a p o d r á v e r s a r
sino s o b r e objetos m a t e r i a l e s y c o n c r e t o s , m i e n t r a s
q u e la i n t e l i g e n c i a se r e m o n t a á la s u b l i m e r e g i ó n d e
las i d e a s p u r a s y v e r s a s o b r e lo u n i v e r s a l y s o b r e lo
p u r a m e n t e espiritual é incorpóreo.
Dice m u y bien S a n t o T o m a s : « S i el a l m a h u m a n a
e s t u v i e s e c o m p u e s t a d e m a t e r i a y f o r m a (y fuese pol-
lo tanto algo material), l a s f o r m a s d e las cosas s e r í a n
r e c i b i d a s en ella en c u a n t o i n d i v i d u a l e s . Y d e esta
s u e r t e n o c o n o c e r í a s i n o lo s i n g u l a r ; c o m o a c o n t e c e á
las p o t e n c i a s s e n s i t i v a s , las c u a l e s r e c i b e n á las for-
m a s d e l a s cosas en el ó r g a n o c o r p ó r e o . P o r q u e la
m a t e r i a es el p r i n c i p i o d e i n d u v i d u a c i o n d e l a s for-
m a s . P o r c o n s i g u i e n t e t a n t o el a l m a i n t e l e c t i v a del
h o m b r e como otra sustancia intelectual cualquiera
q u e c o n o z c a l a s f o r m a s ó esencias d e u n a - m a n e r a a b -
s o l u t a , c a r e c e n d e m a t e r i a en sí m i s m a s (i).»
364.—La tercera ya q u e d a r e c h a z a d a con lo q u e aca-
b a m o s d e e s c r i b i r r e s p o n d i e n d o á la s e g u n d a . Nos-
o t r o s n o n e g a m o s á la o m n i p o t e n c i a divina el p o d e r
d e c o m u n i c a r á la m a t e r i a la f a c u l t a d d e p e n s a r , p o r -

(r) « S i enim anima intelectiva esset composita ex materia


et forma, formce rernm reciperentur in ea, ut individuales. E t
sic non cognosceret nisi singulare; sicut accidit in potentiis
sensitivis quae recipiunt formas rerum in órgano corporali. Ma-
teria enim est principium individuationis formarum. Relim-
quitur ergo quod anima intelectiva et omnis intelectualis subs-
tantia cognoscens formas absolute, earet compositione formas et
materias. ( S . Thomas, Summ. theol., 1. p. q. 75, art. 5).»
-251-
q u e n o v e a m o s c ó m o p u e d a ella ejercer estos a c t o s
e s p i r i t u a l e s , sino porque vemos positivamente que á la
materia le repugna tal linage de acciones n o m e n o s q u e
la c u a d r a t u r a al círculo. C o n e s t o n o l i m i t a m o s el
p o d e r o m n i p o t e n t e del C r i a d o r , p o r q u e la o m n i p o t e n -
cia d i v i n a solo se e x t i e n d e á lo i n t r í n s e c a m e n t e p o s i -
ble, y la m a t e r i a p e n s a n t e es t a n i m p o s i b l e c o m o u n
b r u t o r a c i o n a l , ó u n c u e r p o sin m a t e r i a , ó u n c í r c u l o
c u a d r a d o . L a a t r a c c i ó n q u e c o n v i e n e á los c u e r p o s ,
n o p r o d u c e o t r o s efectos i n m e d i a t o s sino los m o v i -
m i e n t o s locales, los c u a l e s son m u y p r o p i o s d e las
s u s t a n c i a s c o r p ó r e a s ; y así, a u n q u e n o s e p a m o s c o n
t o d a e v i d e n c i a c ó m o se e j e c u t a n l a s a t r a c c i o n e s , b i e n
c o n o c e m o s q u e la v i r t u d d e p r o d u c i r l a s n o s u p e r a l a
perfección d e los c u e r p o s .
365.—La cuarta finalmente ó c o n t i e n e u n a b s u r d o
m a n i f i e s t o ó e n u n c i a u n a cosa i m p e r t i n e n t e . P o r q u e ,
ó p r e t e n d e a t r i b u i r á Dios el p o d e r d e c r i a r c u e r p o s y
espíritus a b s o l u t a m e n t e inactivos y m e r a m e n t e p a -
sivos p o r su p r o p i a n a t u r a l e z a , ó solo q u i e r e d e c i r
q u e Dios á las tales s u s t a n c i a s , a u n q u e activas d e s u y o ,
las p u e d e c r i a r d e s n u d a s d e s u s fuerzas n a t u r a l e s é
i m p o t e n t e s p o r lo m i s m o p a r a s u s acciones p r o p i a s .
Si lo primero, la t a l r a z ó n e n v u e l v e u n a b s u r d o , p o r -
q u e u n a s u s t a n c i a i n a c t i v a p o r s u p r o p i a n a t u r a l e z a es
u n a p u r a quimera. Todo ser criado debe ser intrínse-
c a m e n t e c a p a z d e m o v e r s e h a c i a el fin q u e le c o r r e s -
p o n d e p o r su p r o p i a n a t u r a l e z a y de c o n t r i b u i r con
estos m o v i m i e n t o s á la m a n i f e s t a c i ó n d e las d i v i n a s
perfecciones, q u e es el fin ú l t i m o d e l a c r e a c i o n e n t e r a .
P o r c o n s i g u i e n t e t o d a s u s t a n c i a c r i a d a , sea m a t e r i a l
ó e s p i r i t u a l , d e b e s e r i n t r í n s e c a m e n t e activa; p u e s la
facultad d e m o v e r s e con s u s p r o p i o s actos-hacia s u
fin c o r r e s p o n d i e n t e es lo q u e se l l a m a actividad. Un
ser m e r a m e n t e p a s i v o n o se m o v e r í a hacia s u p r o p i o
— 252 —
bien, sino q u e sería s i m p l e m e n t e m o v i d o p o r u n p r i n -
cipio e x t r í n s e c o , y p o r lo t a n t o él d e s u y o sería del
t o d o i n ú t i l en el U n i v e r s o . La m a t e r i a p r i m a c i e r t a -
m e n t e p o r sí sola es m e r a m e n t e p a s i v a ; p e r o n o es
u n a s u s t a n c i a c o m p l e t a sino i n c o m p l e t a , d e s u e r t e
q u e p a r a e x i s t i r necesita s e r i n f o r m a d a p o r u n a for-
m a . El c u e r p o q u e r e s u l t e d e la u n i ó n í n t i m a d e la
m a t e r i a con u n a f o r m a , será u n a s u s t a n c i a c o m p l e t a ;
p e r o t a m b i é n t e n d r á d e s u y o la a c t i v i d a d suficiente
p a r a o b r a r a q u e l l o s a c t o s c o n los cuales h a y a d e con-
s e g u i r el fin p r o p i o d e su p a r t i c u l a r especie.
Si se dice lo segundo, Dios p o d r á c r i a r u n c u e r p o y
u n e s p í r i t u d e s n u d o s d e s u s fuerzas n a t u r a l e s , u s a n -
d o d e s u d o m i n i o a b s o l u t o y n o a c o m o d á n d o s e á las
e x i g e n c i a s d e e s t o s s e r e s , p e r o n o p o r eso d e j a r á n
ellos d e s e r i n t r í n s e c a m e n t e activos y d e r e c l a m a r
p a r a sí a q u e l l a s fuerzas q u e p o r n a t u r a l e z a les c o r r e s -
p o n d e n . Si d e s p u é s Dios d a al e s p í r i t u así c r i a d o s u s
fuerzas i n t e l e c t u a l e s , n o p o r eso p o d r á d a r estas m i s -
m a s fuerzas al c u e r p o d e s t i t u i d o d é l a s s u y a s p r o p i a s ;
p o r q u e el c u e r p o n o t i e n e c a p a c i d a d i n t r í n s e c a sino
p a r a e s t a s s e g u n d a s , q u e s o n l a s q u e á él le p e r t e n e c e n . .
Lo q u e ú n i c a m e n t e p o d r á h a c e r Dios, será i n f u n d i r
u n a l m a r a c i o n a l á este c u e r p o p a r a q u e lo i n f o r m e
s u s t a n c i a l m e n t e y c o n s t i t u y a con él el c o m p u e s t o físi-
co q u e l l a m a m o s hombre, p o r q u e p a r a esto y a t i e n e
c a p a c i d a d la m a t e r i a . P e r o el h o m b r e así f o r m a d o t e n -
d r á la facultad d e p e n s a r , n o p o r r a z ó n d e la m a t e r i a
corporal de q u e consta, sino p o r e l alma espiritual q u e
le p e r t e n e c e y q u e h a b r á i n f u n d i d o Dios al c u e r p o en
c u e s t i ó n s a c á n d o l a d e la n a d a (1).

( T ) Sobre la espiritualidad del alma humana puede verse lo


que hemos publicado en el capítulo X I X de nuestra obra inti-
tulada: La Religión católica vindicada de las imposturas racio-
nalistas.
ARTÍCULO III.

- Inmortalidad del alma humana.


366.—Inmortal se l l a m a lo que está vivo y no se halla
sujeto á la muerte. P o r c o n s i g u i e n t e p a r a q u e d e u n a
cosa p u e d a d e c i r s e con p r o p i e d a d y sin m e t á f o r a q u e
es i n m o r t a l , n o b a s t a q u e n o m u e r a n u n c a , p u e s d e
este m o d o las p i e d r a s t a m b i é n serían i n m o r t a l e s ;
s i n o q u e a d e m á s d e b e e s t a r viva ó p e r t e n e c e r al g é -
n e r o de los seres v i v i e n t e s . H a y t r e s m a n e r a s d e i n -
m o r t a l i d a d , u n a esencial, o t r a natural y otra gratuita.
La esencial está r e c l a m a d a p o r la esencia metafísica
del ser vivo: d e s u e r t e q u e el vivir p e r p e t u a m e n t e e n -
t r a c o m o e l e m e n t o c o n s t i t u t i v o y f o r m a l s u y o al m o -
d o q u e en la esencia metafísica del círculo p o r e j e m -
plo e n t r a f o r m a l m e n t e la r e d o n d e z . E s t a m a n e r a d e
i n m o r t a l i d a d n o p e r t e n e c e sino á solo Dios, al c u a l solo
c o n v i e n e p o r r a z ó n d e su p r o p i a esencia el e x i s t i r y
el vivir y el t e n e r t o d a s c u a n t a s perfecciones se encie-
r r a n en el p i é l a g o i n s o n d a b l e d e su infinidad a b s o l u t a .
La natural c o n s i s t e en la a p t i t u d i n t r í n s e c a y p o s i -
tiva del s e r vivo p a r a s e g u i r v i v i e n d o p e r p e t u a m e n t e ,
sin q u e ni a g e n t e a l g u n o n a t u r a l lo p u e d a d e s t r u i r , ,
ni a u n el m i s m o Dios, s i e m p r e q u e q u i e r a o b r a r en
el m u n d o c o n f o r m e á la n a t u r a l e z a d e las cosas y n o
u s a r d e su d o m i n i o a b s o l u t o , q u e es lo q u e suele h a -
cer g e n e r a l m e n t e . E s t a clase d e i n m o r t a l i d a d es la
q u e c o r r e s p o n d e á los e s p í r i t u s c r i a d o s ; los cuales n o
t i e n e n en sí m i s m o s n i n g ú n e l e m e n t o d e c o r r u p c i ó n
y ni a u n p o r el m i s m o Dios p u e d e n s e r d e s t r u i d o s
c u a n d o en su acción c o n s e r v a d o r a q u i e r e a c o m o d a r s e
á la n a t u r a l e z a d e las cosas; p e r o n o son a b s o l u t a m e n t e
i n d e s t r u c t i b l e s , p o r q u e Dios p u e d e o b r a r con ellos
c o m o s e ñ o r a b s o l u t o y n e g a r l e s el c o n c u r s o q u e t o d o s
ellos n e c e s i t a n p a r a c o n t i n u a r en s u e x i s t e n c i a . N u e s t r a
a l m a , c o m o v e r d a d e r o e s p í r i t u , g o z a d e esta s e g u n d a
clase d e i n m o r t a l i d a d , c o m o s e p r o b a r á d e n t r o - d e poco.
La gratuita finalmente es la q u e p u e d e c o n c e d e r
Dios p o r vía d e d o n s o b r e n a t u r a l á u n ser vivo d e s u y o
c o r r u p t i b l e y p e r e c e d e r o ; c o m o si Dios, p o r e j e m p l o ,
u s a n d o d e s u infinito p o d e r y n o a c o m o d á n d o s e á la
n a t u r a l e z a d e las cosas, c o n s e r v a s e p e r p e t u a m e n t e e n
vida, por medios sobrenaturales é indebidos, á u n
v i v i e n t e c o r r u t í b l e c u a l q u i e r a . T a l es el d o n q u e fué
c o n c e d i d o al p r i m e r h o m b r e en el p a r a í s o y q u e h u -
b i e r a él c o n s e r v a d o p a r a sí y p a r a s u s hijos, si h u b i e r a ,
s i d o fiel á los d i v i n o s p r e c e p t o s .
367.—La i n m o r t a l i d a d del a l m a h u m a n a fué n e g a d a
en los t i e m p o s a n t i g u o s p o r los S a d u c e o s y p o r los
E p i c ú r e o s ; y o t r o t a n t o h a c e n en el n u e s t r o , n o solo los
M a t e r i a l i s t a s , s i n o t a m b i é n los P a n t e i s t a s ; s e g ú n los
c u a l e s , n u e s t r a a l m a d e s p u é s d e la disolución del
c u e r p o e n t r a en el s e n o d e la D i v i n i d a d p e r d i e n d o
su individualidad propia. Los Estoicos juzgaron que
el a l m a h u m a n a s u b s i s t e a l g ú n t i e m p o d e s p u é s d e
a b a n d o n a r el c u e r p o , p e r o n o p e r p e t u a m e n t e . P o r el
c o n t r a r i o e n t r e los m o d e r n o s h a y a l g u n o s , s e g ú n los
cuales Dios es l i b r e en c r i a r ó no c r i a r n u e s t r a s a l m a s
con el a p e t i t o n a t u r a l d e la f e l i c i d a d . q u e t o d a s ellas
t r a e n á este m u n d o , p e r o n o p u e d e ni a u n u s a n d o d e
su p o t e n c i a a b s o l u t a a n i q u i l a r l a s , p o r q u e e s t o s e r í a i r
c o n t r a el a p e t i t o m e n c i o n a d o q u e él m i s m o les h a i m -
p r e s o al c r i a r l o s . Á n o s o t r o s e m p e r o t o d a s e s t a s d o c -
t r i n a s n o s p a r e c e n m a n i f i e s t a m e n t e falsas, y p a r a
r e f u t a r l a s p r o c u r a r e m o s p r o b a r las s i g u i e n t e s p r o p o -
siciones.
-255-

PROPOSICIÓN PRIMERA.

El alma humana es de suyo inmortal ó apta para vivir


perpetuamente.

368.—Demostración.—1.° El a l m a h u m a n a , c o m o
c o n s t a d e lo d e m o s t r a d o en los d o s a r t í c u l o s a n t e c e -
d e n t e s , es u n a s u s t a n c i a s i m p l e y e s p i r i t u a l ó i n d e p e n -
d i e n t e d e la m a t e r i a en s u s o p e r a c i o n e s y en su e x i s t e n -
cia. Es así q u e u n a s u s t a n c i a d e esta clase t i e n e a p t i t u d
i n t r í n s e c a y positiva p a r a p o d e r vivir p e r p e t u a m e n t e .
L u e g o el a l m a h u m a n a es i n m o r t a l p o r n a t u r a l e z a .
Prueba de la menor. L a s u s t a n c i a s i m p l e y e s p i r i t u a l
n o p r e s e n t a n i n g ú n e l e m e n t o q u e exija n a t u r a l m e n t e
su d e s t r u c c i ó n . P o r q u e , en c u a n t o s i m p l e , es i n d i v i -
sible en p a r t e s é i n c a p a z d e s e r d e s h e c h a con la acción
d e a g e n t e a l g u n o q u e t i e n d a á su d e s c o m p o s i c i ó n ; en
lo cual se diferencia d e las s u s t a n c i a s c o m p u e s t a s , las
cuales p u e d e n p e r e c e r i n t r o d u c i e n d o en ellas la des-
composición algún agente extrínseco suficientemente
p o d e r o s o p a r a s e p a r a r u n a s p a r t e s . d e o t r a s . Y en c u a n -
t o e s p i r i t u a l , es i n d e p e n d i e n t e de la m a t e r i a en el exis-
t i r y en el o b r a r , y p o r lo m i s m o p u e d e s e g u i r vivien-
d o p e r p e t u a m e n t e sin c o n c r e c i ó n a l g u n a c o r p ó r e a y
con sola s u r e a l i d a d e s p i r i t u a l y s i m p l e . E s así q u e
t o d a s c u a n t a s s u s t a n c i a s n o ofrecen á s u C r i a d o r n i n -
g ú n e l e m e n t o p o r el cual exijan n a t u r a l m e n t e s e r
d e s t r u i d a s con Ja s u s p e n s i o n del c o n c u r s o d i v i n o q u e
las m a n t i e n e en s u existencia, tienen a p t i t u d i n t r í n s e c a
p a r a s e g u i r e x i s t i e n d o y o b r a n d o sin t é r m i n o a l g u n o .
L u e g o t o d a s u s t a n c i a s i m p l e y e s p i r i t u a l es p o r su
n a t u r a l e z a i r i m o r t a l ó a p t a p a r a vivir p e r p e t u a m e n t e .
369.—2. N u e s t r a a l m a n o p u e d e s e r d e s t r u i d a , n o
0

solo p o r n i n g ú n a g e n t e c r i a d o , p e r o n i . a u n p o r el
— 25^—'
m i s m o Dios, o b r a n d o su d i v i n a M a j e s t a d c o n su p o -
tencia o r d i n a r i a y a c o m o d a d a á l a s e x i g e n c i a s n a t u -
r a l e s d e l a s cosas. L u e g o es i n m o r t a l p o r n a t u r a l e z a ;
p u e s en esto c o n s i s t e la i n m o r t a l i d a d n a t u r a l , q u e
p r e t e n d e m o s d e m o s t r a r en esta tesis.
L a p r i m e r a p a r t e del a n t e c e d e n t e se e v i d e n c i a :
i.° P o r q u e el ú n i c o m e d i o q u e p o d r í a n t e n e r los a g e n -
t e s d e la n a t u r a l e z a c r i a d a p a r a d e s t r u i r n u e s t r a a l m a ,
es s e p a r a r l a del c u e r p o c o n l a d i s o l u c i ó n del c o m p u e s -
t o h u m a n o é i m p o s i b i l i t a r l e d e esta s u e r t e l a s funcio-
n e s d e la v i d a i n t e l e c t i v a ; p u e s , s i e n d o s i m p l e é i n d i -
visible, n o la p u e d e n a t a c a r d i r e c t a m e n t e s e p a r a n d o
u n a s p a r t e s s u y a s d e o t r a s , A h o r a bien; la d i s o l u c i ó n
del c u e r p o no i m p o s i b i l i t a en m a n e r a a l g u n a las fun-
ciones i n t e l e c t u a l e s d e n u e s t r a a l m a , p o r q u e é s t a s
funciones son i n t r í n s e c a m e n t e i n o r g á n i c a s é i n d e p e n -
d i e n t e s d e la m a t e r i a . 2. P o r q u e , a u n q u e n u e s t r a
0

a l m a se h a l l a r a ' c o m p u e s t a d e m a t e r i a y f o r m a , t o d a -
vía n i n g ú n a g e n t e físico la p u e d e d e s t r u i r c o n su a c -
ción; p u e s t o q u e n i n g u n o le es n a t u r a l m e n t e c o n t r a r i o
y p o r lo t a n t o su acción n o p u e d e ir c o n t r a ella y des-
t r u i r l a . P a r a m a y o r a m p l i a c i ó n d e esta s e g u n d a p r u e -
b a p u e d e v e r s e el P . S u a r e z en s u t r a t a d o de anima,
lib. 1, c a p . 10, n n . 26-2S.
Dice m u y bien S a n t o T o m a s á este p r o p ó s i t o : «La
c o r r u p c i ó n n o existe d o n d e n o h a y c o n t r a r i e d a d ; p o r -
q u e las g e n e r a c i o n e s , y las c o r r u p c i o n e s n a c e n d e l a s
cosas c o n t r a r i a s y en ellas se t e r m i n a n . A h o r a b i e n :
e n el a l m a intelectiva n o p u e d e h a b e r c o n t r a r i e d a d
a l g u n a ; p o r q u e t o d a s las cosas las r e c i b e s e g ú n el m o d «5
d e su p r o p i o s e r (esto es, espiritualménte): y las c o s a s
r e c i b i d a s en ella existen allí sin c o n t r a r i e d a d a l g u n a ;
p u e s las m i s m a s r a z o n e s ó i d e a s d e las cosas c o n t r a -
r i a s , en el e n t e n d i m i e n t o no son c o n t r a r i a s , sino q u é
u n a m i s m a es la c i e n c i a q u e v e r s a s o b r e t o d a s ellas.
-257-
L ü e g ó es i m p o s i b l e q u e el a l m a i n t e l e c t i v a sea i n c ó L

r r u p t i b l e (i).»
L a s e g u n d a p a r t e del a n t e c e d e n t e a r r i b a e n u n c i a d o
es e v i d e n t e p o r sí m i s m a . P o r q u e , no t e n i e n d o el a l m a
en sí n i n g ú n e l e m e n t o d e c o r r u p c i ó n , d e f o r m a q u e
ni la acción d e a g e n t e a l g u n o c r i a d o t i e n d e d e s u y o
á d e s t r u i r l a , ni ella m i s m a e x i g e s u d e s t r u c c i ó n con
s u i n c a p a c i d a d d e o b r a r sola-y sin el c o n c u r s o d e los
ó r g a n o s c o r p o r a l e s , c o m o s u c e d e á las a l m a s d e los
b r u t o s , n o ofrece al C r i a d o r r a z ó n a l g u n a p a r a q u e le
n i e g u e el d i v i n o c o n c u r s o con q u e es c o n s e r v a d a en la-
e x i s t e n c i a y así Dios p a r a d e s t r u i r l a d e b e r í a u s a r d e
su d o m i n i o a b s o l u t o y n o o b r a r c o n f o r m e á s u p o t e n -
cia o r d i n a r i a . M a s esto n o lo suele h a c e r Dios n u e s t r o
s e ñ o r ; p o r q u e su m o d o o r d i n a r i o es n o d e j a r p e r e c e r
á criatura alguna sino cuando, ó algún agente criado
la d e s t r u y e con su acción, ó ella m i s m a q u e d a en u n
estado de impotencia intrínseca para seguir o b r a n d o
en la n a t u r a l e z a . P o r esta c a u s a en las g e n e r a c i o n e s y
c o r r u p c i o n e s d e los s e r e s la m a t e r i a q u e d a s i e m p r e
la m i s m a ; p o r q u e las g e n e r a c i o n e s y c o r r u p c i o n e s
n o v a n c o n t r a ella ni d e m a n d a n s u d e s t r u c c i ó n , sino
p o r el c o n t r a r i o s u p e r m a n e n c i a , y ella p o r o t r a
p a r t e en t o d o s los c o m p u e s t o s n u e v a m e n t e f o r m a -
d o s ejerce s i e m p r e el m i s m o oficio, q u e es e s t a r

( i ) «Non invenitur corruptio nisi ubi invenitur contrarietas.


Generationes enim et corruptiones ex contrariis et in contraria
sunt In anima autem intellectiva non potest esse ulla con-
trarietas. Recipit enim ea, quae recipit, secundum modum sui
esse. E a v e r o q u a s i n ipsa recipiuntur, sunt absque contrarietate,
quia etiam rationes contrariorum in intellectu non sunt con-
traries, sed est una scientia contrariorum. Imposibile est igitur
ut anima intellectiva sit corruptibilis. ( S . Tomas, Summ, theol,
i. p.~q. 75, art. 6).»
Psicologia. _ 17 .
. —258—
u n i d a á l a f o r m a y c o n s t i t u i r c o n ella u n s e r físico y
activo.
370.—Contra estos d o s a r g u m e n t o s se p o d r á a r g ü i r
d i c i e n d o : i.° E l a l m a h u m a n a c o n la disolución d e l
c u e r p o q u e d a i m p o s i b i l i t a d a p a r a las m i s m a s a c c i o n e s
i n t e l e c t u a l e s . P o r q u e , a u n q u e é s t a s l a s p r o d u c e c o n la
i n t e l i g e n c i a ' q u e es facultad i n o r g á n i c a , p e r o d e p e n d e n
e s e n c i a l m e n t e d e los f a n t a s m a s d e la i m a g i n a c i ó n
como de condición previa y p o r tanto n o pueden ser
ejercidas sino p o r el a l m a u n i d a á la m a t e r i a . 2. El 0

a l m a h u m a n a s e p a r a d a d e l c u e r p o viviría en u n e s t a d o
violento; p o r q u e , c o m o p o r su i n t r í n s e c a n a t u r a l e z a es
forma sustancial d e l c u e r p o h u m a n o y parte d e l c o m -
p u e s t o , su e s t a d o n a t u r a l es el de u n i ó n con la m a t e r i a .
E s así q u e n a d a v i o l e n t o h a y p e r p e t u o , p o r q u e t o d a s
las cosas t i e n d e n d e s u y o á a d q u i r i r s u e s t a d o n a t u -
r a l y a l g u n a vez p o r fuerza lo d e b e n a l c a n z a r . L u e g o
n u e s t r a a l m a , ó d e b e p e r e c e r con el c u e r p o , ó c u a n d o
m á s d e b e a n d a r e n u n a c o n t i n u a serie d e e n c a r n a c i o -
nes y r e e n c a r n a c i o n e s , c o m o p i e n s a n los e s p i r i t i s t a s .
3. E l a l m a h u m a n a n a c e c o n el c u e r p o , crece y se
0

envejece c o n él, se h a l l a sujeta á t o d a s s u s c o n m o -


ciones y p e r t u r b a c i o n e s . L u e g o c o n él d e b e t a m b i é n
p e r e c e r y p o r c o n s i g u i e n t e n o es i n m o r t a l p o r n a t u -
raleza.
371.—Respuesta.—Respondamos á c a d a u n o d e estos
a r g u m e n t o s b r e v e m e n t e . Al primero d e c i m o s q u e
n u e s t r a inteligencia n o d e p e n d e d e la fantasía en
s u s a c t o s esencial sino naturalmente y esto en el e s t a d o
d e u n i ó n , m i e n t r a s n u e s t r a a l m a h a c e el oficio d e
forma sustancial respecto de su cuerpo. Los fantasmas
d e la i m a g i n a c i ó n n o le s o n n e c e s a r i o s sino p a r a e x c i t a r
s u n a t u r a l a c t i v i d a d , d e f o r m a q u e ella m i s m a así e x -
c i t a d a p r o d u z c a c o n s u sola v i r t u d s u s i n t e l e c t u a l e s
c o n o c i m i e n t o s . A h o r a bien; e n el e s t a d o d e u n i ó n este
-259-
m o d o d e excitación es n a t u r a l á n u e s t r a a l m a , p o r q u e
t o d o s s u s actos d e b e n s e r en a l g u n a m a n e r a del c o m -
p u e s t o , c o m o lo d e j a m o s o b s e r v a d o m á s a r r i b a (168).
P e r o c u a n d o se r o m p a este n u d o q u e la t i e n e a t a d a al
c u e r p o y q u e d e a b a n d o n a d a a s í p r o p i a , a n t ó n c e s el
m o d o n a t u r a l d e s e r e x c i t a d a s e r á el q u e c o r r e s p o n d e
á los e s p í r i t u s y así n o n e c e s i t a r á d e los f a n t a s m a s
p r e v i o s d e la i m a g i n a c i ó n p a r a p r o d u c i r s u s p e n s a -
m i e n t o s : c o m o el m o d o n a t u r a l d e m i r a r al c a m p o
p a r a u n o q u e se halla d e n t r o d e a l g u n a casa es a s o -
m a r s e á la v e n t a n a , y el d e p r o d u c i r este m i s m o a c t o
fuera d e casa es a b r i r s i m p l e m e n t e los ojos á la luz
del d i a .
372.—Dice m u y bien S a n t o T o m a s : « N i n g u n a cosa
o b r a sino en c u a n t o e s t á en a c t o ; y d e a q u í se s i g u e
q u e el m o d o d e o b r a r es c o n f o r m e al m o d o d e s e r .
A h o r a b i e n ; u n m o d o d e s e r t i e n e el a l m a c u a n d o se
h a l l a u n i d a al c u e r p o y o t r o c u a n d o q u e d a s e p a r a d a
de él; á p e s a r d e q u e en a m b o s e s t a d o s p e r m a n e c e s u
n a t u r a l e z a u n a m i s m a , n o d e s u e r t e q u e el s e r u n i d a
al c u e r p o le sea a c c i d e n t a l , p u e s la tal u n i ó n le c o r r e s -
ponde p o r razón de su intrínseca naturaleza. Como ni
se m u d a la n a t u r a l e z a d e lo l i g e r o c u a n d o está en s u
p r o p i o l u g a r , lo c u a l le es n a t u r a l , y c u a n d o se h a l l a
fuera d e él, lo c u a l le es p r e t e r n a t u r a l . P o r t a n t o al
. a l m a , s e g ú n el m o d o con q u e e s t á u n i d a al c u e r p o , le
c o r r e s p o n d e el m o d o d e e n t e n d e r c o n d e p e n d e n c i a d e
los f a n t a s m a s q u e e x i s t e n en los ó r g a n o s c o r p o r a l e s .
P e r o c u a n d o se halla s e p a r a d a d e l c u e r p o , s u m o d o
n a t u r a l es e n t e n d e r c o n v e r t i é n d o s e , c o m o las i n t e l i -
gencias separadas, hacíalo intelectual p u r o . P o r don-
de el m o d o d e e n t e n d e r p o r m e d i o d e la c o n v e r s i ó n
hacia los f a n t a s m a s es n a t u r a l al a l m a , d e la m i s m a
m a n e r a q u e el ser u n i d a al c u e r p o : m a s el e s t a r s e p a -
r a d a del c u e r p o es p a r a ella p r e t e r n a t u r a l y lo m i s m o
"-260-*
el e n t e n d e r s i n la c o n v e r s i ó n h a c i a el f a n t a s m a . Y poi*
e s t o es u n i d a a l c u e r p o p a r a q u e así o b r e s e g ú n s u
n a t u r a l e z a (i).»
373.—Al segundo r e s p o n d e r e m o s q u e el e s t a d o d e s e -
p a r a c i ó n c o n v i e n e t a m b i é n á n u e s t r a a l m a p o r la m i s -
m a n a t u r a l e z a d e l a s c o s a s ; p u e s t o q u e el h o m b r e es
n a t u r a l m e n t e m o r t a l c o m o t o d o s los d e m á s s e r e s vi-
vientes de este m u n d o sensible. P o r c o n s i g u i e n t e , h a -
b l a n d o con p r o p i e d a d , el e s t a d o d e s e p a r a c i ó n d i c h o
n o se p u e d e l l a m a r violento, s i n o preternatural ó m e -
j o r q u i z a s secundariamente natural; p o r q u e la i n t e n -
ción p r i m e r a d e la n a t u r a l e z a d e l a l m a e s e s t a r u n i d a
al c u e r p o y solo p o r la c o r r u p t i b i l i d a d n a t u r a l del
c o m p u e s t o h u m a n o le c o n v i e n e d e u n a m a n e r a s e -

(0 « E t ideo ad hanc difficultatem tollendam considerandum


est, quod cum nihil operetur, nisi in cuantum est actu, modus
operandi uniuscujusque rei sequitur modum essendi ipsius.
Habet autem anima alium modum essendi, cum unitur corpori,
et cum fuerit a corpore separata; manente tamen eadem animae
natura: non itaquod uniri corpori sit ei accidentale, s e d p e r r a -
tionem sua? natura? corpori unitur. Sicut nec levis natura m u -
tatura cum est in loco proprio, quod est ei naturale, et cum est
extra proprium locum, quod est ei preter naturam. Änimceigitur
secundum ilium modum essendi, quo corpori est unita, competit
modus intelligendi per conversionem ad phantasmata corporum,
quae in corporeis organis sunt. C u m autem fuerit a corpore s e -
parata, competit ei modus intelligendi per conversionem ad ea,
quae sunt intelligibilia simpliciter. sicut et aliis substantiis se-
paratis. Unde modus intelligendi per conversionem ad phan-
tasmata est a n i m a naturalis, sicut et corpori uniri: sed esse
separatami a corpore est proter rationem sua? natura?: et simi-
liter intelligere sine conversione ad phantasmata est ei pra?ter
naturam. E t ideo ad hoc unitur corpori, ut sic operetur secum-
dum naturam suam. (Sanctus Thom. Stimm, theol. 1. p. q. 89,
art. 1).»
— 2ÓI —

c u n d a r i a , a u n q u e t a m b i é n n a t u r a l , el vivir s e p a r a d a
d e la m a t e r i a .
Ni d e q u e el a l m a h u m a n a sea p o r n a t u r a l e z a parte
del c o m p u e s t o h u m a n o , n o se s i g u e q u e s i e m p r e h a y a
de estar unida á algún cuerpo, reencarnándose repe-
t i d a s veces, c o m o q u i e r e n los e s p i r i t i s t a s . P o r q u e la n a -
t u r a l e z a n u n c a t i e n d e á r e c o m p o n e r los s e r e s c o m -
p u e s t o s d e d i f e r e n t e s e l e m e n t o s , c u a n d o p o r la acción
d e los a g e n t e s físicos h a n sido n a t u r a l m e n t e d e s t r u i -
d o s , s i n o q u e á c a d a u n o d e e s t o s e l e m e n t o s lo deja
a b a n d o n a d o á s u p r o p i a c o n d i c i ó n p a r a q u e así siga
e x i s t i e n d o s e p a r a d o , si la n u e v a e x i s t e n c i a le es posi-
ble, ó p e r e z c a p o r c o m p l e t o en el caso c o n t r a r i o .
374.—El tercero finalmente es d e l t o d o n u l o y solo
p r u e b a q u e n u e s t r a alma, como forma del cuerpo é
í n t i m a m e n t e u n i d a c o n él en. u n i d a d d e s u s t a n c i a ,
d e p e n d e en a l g ú n m o d o d e las c o n d i c i o n e s d e la m a -
t e r i a p o r ella a n i m a d a , a u n c o n r e s p e c t o á s u s m i s -
m a s o p e r a c i o n e s i n t e l e c t u a l e s . P o r lo d e m á s n o s i e m -
p r e q u e e n f e r m a y se debilita el c u e r p o , se h a l l a n
d e b i l i t a d a s las f u e r z a s del á n i m o , a n t e s m u c h a s veces
s u c e d e lo c o n t r a r i o . L o q u e n e c e s i t a el a l m a p a r a la
r o b u s t e z d e las fuerzas i n t e l e c t u a l e s , es q u e los s e n t i -
d o s estén s a n o s y f u n c i o n e n d e u n a m a n e r a conve-
n i e n t e . Si esto t i e n e , ella, f o r m a r á con la m a y o r fir-
m e z a s u s i d e a s y d i s c u r s o s , a u n q u e el c u e r p o esté
l l e n o d e e n f e r m e d a d e s g r a v e s (163).
PROPOSICIÓN SEGUNDA.
Dios puede con su poder absoluto destruir, cuando le
plazca, el alma humana; pero consta por la razón natural
con toda certeza que no usará nunca de este poder
y que por lo tanto las almas de los hombres
seguirán viviendo perpetuamente después
de la disolución de sus cuerpos.

375.—Prueba de la i." p.—1.° E l a l m a h u m a n a , lo


mismo que toda otra criatura, depende esencialmente
d e Dios, n o solo e n s u p r o d u c c i ó n , sino t a m b i é n e n
su c o n s e r v a c i ó n , c o m o se d e m u e s t r a en la T e o d i c e a .
E s así q u e Dios le ofrece l i b r e m e n t e el c o n c u r s o c o n
q u e la m a n t i e n e en la e x i s t e n c i a , c o m o l i b r e m e n t e le
aplica s u acción c r e a d o r a p a r a s a c a r l a d e la n a d a .
L u e g o , si q u i e r e , p u e d e a b s o l u t a m e n t e n e g a r l e el
c o n c u r s o m e n c i o n a d o y r e d u c i r l a d e este m o d o á s u
propia nada.
376.—2. La c o n s e r v a c i ó n , p o r t e s t i m o n i o d e t o d o s
0

los filósofos y t e ó l o g o s , y a u n d e t o d o el g é n e r o h u -
m a n o , es u n d o n r e a l m e n t e d i s t i n t o d e la c r e a c i ó n .
E s así q u e n o lo s e r í a , si Dios fuese libre p a r a c r i a r el
alma h u m a n a y luego no tuviese poder p a r a destruir-
la; p o r q u e el a c t o c r e a t i v o llevaría en t a l caso n e c e s a -
r i a m e n t e consigo, la c o n s e r v a c i ó n d e la cosa c r i a d a .
Luego....
377.—3. Dios es d u e ñ o a b s o l u t o d e s u s o b r a s n o
0

m e n o s q u e u n artífice finito lo es c o n r e s p e c t o á los


a r t e f a c t o s q u e fabrica con s u a r t e . E s así q u e los a r t í -
fices c r i a d o s , e n v i r t u d del d o m i n i o a b s o l u t o q u e t i e -
n e n s o b r e s u s o b r a s , las p u e d e d e s t r u i r c u a n d o se les
a n t o j e , p o r m á s q u e ellas t e n g a n a p t i t u d i n t r í n s e c a
p a r a s e g u i r e x i s t i e n d o p o r a ñ o s sin c u e n t o . L u e g o c o n
m u c h a m a y o r r a z ó n p o d r á h a c e r esto m i s m o Dios
— 263 —
N u e s t r o S e ñ o r con t o d a s s u s c r i a t u r a s , p o r m u y
a p t a s q u e ellas s e a n d e s u y o p a r a e x i s t i r p e r p e t u a -
m e n t e y p o r m á s q u e a l g u n a s d e ellas, con su a p e t i t o
n a t u r a l y elícito, e x p o n t á n e a m e n t e d e s e e n p o s e e r l a
v i d a e t e r n a , q u e n a t u r a l m e n t e c o n o c e n y p a r a lo c u a l
t i e n e n a p t i t u d i n t r í n s e c a . P o r q u e el d o m i n i o q u e Dios
t i e n e s o b r e t o d a s s u s c r i a t u r a s , es m u c h o m á s perfecto
y c o m p l e t o q u e el q u e p u e d e t e n e r c u a l q u i e r artífice
finito s o b r e s u s p r o p i o s a r t e f a c t o s .
378.—4. E n t a n t o n o p o d r í a Dios c o n s u p o t e n c i a
0

a b s o l u t a a n i q u i l a r el a l m a h u m a n a , en c u a n t o q u e
é s t a desea con a p e t i t o i n n a t o la felicidad p e r f e c t a y
p o r c o n s i g u i e n t e t a m b i é n la v i d a p e r p e t u a , q u e es con-
dición n e c e s a r i a p a r a ella. E s así q u e Dios, t r a t á n d o s e
d e la p o t e n c i a a b s o l u t a , n o está o b l i g a d o á a c o m o d a r -
se al a p e t i t o i n n a t o d e c r i a t u r a a l g u n a y p u e d e o b r a r
a b s o l u t a m e n t e . c o n t r a él, c o m o o b r a e n efecto s i e m p r e
q u e p r o d u c e en el m u n d o a l g ú n m i l a g r o . L u e g o . . .
Así, a u n q u e el f u e g o p o r e j e m p l o t e n g a inclinación
n a t u r a l á q u e m a r y t o d o s los c u e r p o s en g e n e r a l á
m o v e r s e h a c i a el c e n t r o d e a t r a c c i ó n , Dios n o está obli-
g a d o á a c o m o d a r s e á e s t e a p e t i t o y p u e d e con s u d o -
m i n i o a b s o l u t o p r i v a r á t o d o s ellos d e s u s efectos p r o -
p i o s y c o n n a t u r a l e s . A s i m i s m o , a u n q u e la m a t e r i a
p r i m a , s e g ú n los escolásticos, y los p r i m e r o s e l e m e n -
t o s d e los c u e r p o s , s e g ú n los a t o m i s t a s , s e a n intrín-
s e c a m e n t e i n c o r r u p t i b l e s y p o r lo t a n t o t e n g a n e n sí
a p e t i t o i n n a t o d e la p e r p e t u i d a d , n o p o r eso está Dios
obligado absolutamente á conservar p e r p e t u a m e n t e
e s t a s c o s a s , sino q u e en v i r t u d d e su d o m i n o a b s o l u t o
p o d r í a a n i q u i l a r l a s t o d a s ellas, h a c i e n d o q u e se vol-
viese á la n a d a d e d o n d e salió t o d o este U n i v e r s o s e n -
sible. L u e g o d e la m i s m a m a n e r a p o d r á h a c e r o t r o
t a n t o e n v i r t u d del m i s m o d o m i n i o con t o d a s las cria-
t u r a s intectuales; p u e s su incorruptibilidad y su
— 264 —
a p t i t u d i n t r í n s e c a p a r a existir p e r p e t u a m e n t e n o s o n
m a y o r e s q u e las d e la m a t e r i a p r i m a ó la d e los á t o -
mos indestructibles.
379.—Se d i r á q u e l a s s u s t a n c i a s i n t e l i g e n t e s , a d e -
m á s de su a p t i t u d intrínseca p a r a seguir existiendo
p e r p e t u a m e n t e , d e s e a n c o n a p e t i t o e s p o n t á n e o y elí-
cito la v i d a p e r p e t u a , q u e n a t u r a l m e n t e c o n o c e n ; lo
c u a l n o se e n c u e n t r a en la m a t e r i a b r u t a . P e r o e s t a
réplica es a b s o l u t a m e n t e d e n i n g ú n v a l o r , t r a t á n d o s e ,
d e la p o t e n c i a a b s o l u t a del C r i a d o r ; p o r q u e Dios n o
está o b l i g a d o , h a b l á n d o s e d e esta p o t e n c i a , á satisfacer
de hecho e s t e a p e t i t o , q u e es elícito y e m a n a d o d e la
a c t i v i d a d d e la c r i a t u r a y n o p o n e n i n g u n a obligación
estricta en Dios p a r a q u e n o p u e d a ir c o n t r a él c u a n -
tas, veces q u i e r a u s a r d e s u d o m i n i o a b s o l u t o . T a n t o
m á s q u e este a p e t i t o v e r s a , n o p r e c i s a m e n t e s o b r e la
v i d a p e r p e t u a , sino s o b r e la felicidad p l e n a ; y así, d e
p o n e r obligación en Dios, lo h a b r í a d e o b l i g a r á q u e
p o r fuerza hiciese p e r f e c t a m e n t e felices de hecho á
t o d a s l a s c r i a t u r a s r a c i o n a l e s , lo c u a l es u n a b s u r d o
manifiesto.
380.—Algunos p o n e n e n n u e s t r a a l m a y en t o d o s
los s e r e s r a c i o n a l e s , a d e m á s d e la a p t i t u d i n t r í n s e c a
p a r a p o d e r vivir s i e m p r e , y a d e m á s d e l a p e t i t o elícito
con q u e t o d o s ellos d e s e a n e s p o n t á n e a m e n t e la vida
perfecta, u n c i e r t o a c t o inicial é i m p e r f e c t o c o n q u e
sin i n t e r r u p c i ó n a l g u n a y d e s d e el p r i m e r i n s t a n t e d e
su ser d e s e a n e s e n c i a l m e n t e ó en v i r t u d d e su m i s m a
e s e n c i a la v i d a p e r e n n e . E s t e a c t o , s e g ú n ellos, f o r m a
p a r t e d e la esencia d e e s t o s s e r e s y c o n s t i t u y e s u a p e -
t i t o i n n a t o d e la felicidad y así e s t a les es esencial,
u n a vez q u e c o m i e n c e n á e x i s t i r en el m u n d o . P o r lo
cual c o n c l u y e n , ni el m i s m o Dios los p u e d e d e s t r u i r
con su p o t e n c i a a b s o l u t a , u n a vez q u e los h a y a s a c a d o
d e l a n a d a . P o r q u e lo esencial, d i c e n , n o p u e d e s e r
— 265 —
q u i t a d o á n i n g u n a esencia y la v i d a p e r p e t u a es esen-
cial á las c r i a t u r a s r a c i o n a l e s , c o m o t é r m i n o d e l a c t o
esencial con q u e ellas la d e s e a n .
381.—"Este d i s c u r s o es e m i n e n t e m e n t e a b s u r d o y
contiene varios errores q u e no podemos menos de r e -
chazar p o r q u e son de s u m a trascendencia y van con-
t r a las d o c t r i n a s m á s capitales d e la Filosofía. P r i m e -
r a m e n t e , en él se a t r i b u y e n á ios seres r a c i o n a l e s
c r i a d o s a c t o s c o g n o s c i t i v o s y v o l i t i v o s esenciales, lo
cual n o es p r o p i o sino d e solo Dios, c o m o lo h e m o s
n o t a d o m á s a r r i b a (251). P o r q u e la volición esencial
d e la felicidad s u p o n e n e c e s a r i a m e n t e c o m o a c t o p r e v i o
al c o n o c i m i e n t o t a m b i é n esencial d e f e l i c i d a d ; y e n v u e l -
ve en sí los a c t o s esenciales d e c o n o c e r s e y a m a r s e el
m i s m o s e r q u e desea s e r feliz, p u e s t o q u e la felicidad
la d e s e a para sí mismo. A d e m á s , á este a c t o esencial,
q u e es u n s i m p l e d e s e o , se le s e ñ a l a c o m o t é r m i n o
esencial la v i d a p e r p e t u a efectiva y n o m e r a m e n t e p o -
sible, c u a n d o en b u e n a Lógica n o le c o r r e s p o n d e o t r a
q u e esta s e g u n d a . P o r q u e , h a b l á n d o s e d e los s e r e s
c r i a d o s , al a p e t i t o i n n a t o , p o r m á s esencial q u e se le
quiera suponer no c o r r e s p o n d e como t é r m i n o correla-
tivo s i n o el b i e n posible y capaz d e s e r a l c a n z a d o p o r
el s e r q u e lo a p e t e c e . Con solo q u e s e a posible este b i e n ,
ya el s e r q u e lo desea con a p e t i t o i n n a t o p u e d e m o -
v e r s e hacia él y h a c e r l o efectivo c o n s u s a c t o s . E n t e r -
c e r l u g a r , se p o n e c o m o objeto p r o p i o y f o r m a l d e
d i c h o a p e t i t o la v i d a p e r p e t u a , c u a n d o e n r e a l i d a d d e
v e r d a d él d e s u y o d i r e c t a m e n t e n o versa sino s o b r e la
felicidad y solo t i e n d e á la v i d a p e r p e t u a , en c u a n t o
q u e é s t a es u n a c o n d i c i ó n n e c e s a r i a p a r a la p o s i b i l i d a d
de a q u e l l a . P o r d o n d e si a l g u n a n e c e s i d a d h u b i e r a d e
r e s u l t a r d e él, ésta h a b r í a d e s e r , n o p r e c i s a m e n t e la
q u e en el a r g u m e n t o se p r e t e n d e , sino la d e o b l i g a r
a b s o l u t a m e n t e á Dios N u e s t r o S e ñ o r á h a c e r de hecho
— 266 —
felices á c u a n t o s s e r e s r a c i o n a l e s se d i g n a s e c r i a r , lo
c u a l es u n g r a n d í s i m o a b s u r d o . E n c u a r t o l u g a r , se
h a c e c o n s i s t i r el a p e t i t o i n n a t o en u n a cosa q u e j a m á s
. h a sido t e n i d a p o r tal e n t r e los sabios y q u e n o lo es e n
efecto; p u e s el t a l a c t o , a u n q u e inicial é i m p e r f e c t o ,
s i e m p r e es u n a cosa e m a n a d a de la p o t e n c i a y p o r
c o n s i g u i e n t e u n v e r d a d e r o a p e t i t o elícito. L e i b n i t z fué
q u i e n , c o m o d e c í a m o s m á s a r r i b a (273), e n t e n d i ó m a -
l a m e n t e p o r a p e t i t o i n n a t o el tal a c t o inicial, siguién-
dolo d e s p u é s a l g u n o s a u t o r e s p o c o c o n o c e d o r e s d e la
v e r d a d e r a Filosofía (1). F i n a l m e n t e , se q u i t a á Dios el
p o d e r d e d e s t r u i r las esencias físicas d e los s e r e s i n -
t e l i g e n t e s p o r la a b s u r d a r a z ó n d e q u e d i c h o a c t o ini-
cial es p a r t e de su esencia; c u a n d o , a u n d a d o caso q u e
el t a l a c t o fuera p a r t e d e la esencia, t o d a v í a s i e m p r e
sería a l g o físico y c a p a z d e ser d e s t r u i d o j u n t a m e n t e
con la s u s t a n c i a d e d o n d e e m a n a p o r el p o d e r abso-
l u t o y e n t e r a m e n t e i n d e p e n d i e n t e del C r i a d o r . P o r
d o n d e la tal d o c t r i n a , n o solo es a b s u r d a en Filosofía,
sino t a m b i é n e r r ó n e a en la fé, c o m o n o t a s a b i a m e n t e
Suarez.
382.—Dice el a u t o r c i t a d o : «Es c i e r t o q u e el ángel
p u e d e s e r p r i v a d o d e su e x i s t e n c i a p o r su C r i a d o r , y
e n e s t e s e n t i d o n o es a b s o l u t a m e n t e i n c o r r u p t i b l e , si
con esta voz se e x c l u y e t o d o m o d o d e p e r e c e r , i n c l u s o
el d e la a n i q u i l a c i ó n , y q u e p o r lo t a n t o en el s e n t i d o
c o n t r a r i o p u e d e ser l l a m a d o c o r r u p t i b l e . E s t o es cierto
con certeza d e fé: p o r q u e de fé es q u e los á n g e l e s d e p e n -
d e n d e Dios, n o solo en su o r i g e n , s i n o t a m b i é n en s u
c o n s e r v a c i ó n ; y a s i m i s m o , es c i e r t o con c e r t e z a de fé
q u e Dios, así c o m o crió l i b r e m e n t e - los á n g e l e s , así
t a m b i é n l i b r e m e n t e los c o n s e r v a y p u e d e n o c o n s e r -

(1) Véase sobre esto Sanseverino, Dynamüogia,\o\. I., pars


gêner, cap. I, art. V I L
— 267 —
v a r i o s , si así le p l a c e , h a b l a n d o a b s o l u t a m e n t e y c o n -
f o r m e al i n t r í n s e c o o r d e n d e las cosas. E s t o es c o m ú n
á t o d a s l a s cosas c r i a d a s y lo m i s m o p r u e b a h a b l a n d o
d e los á n g e l e s (1).»
383.—Prueba de la 2. p.—1.° A u n q u e Dios a b s o l u -
a

t a m e n t e hablando tiene poder p a r a aniquilar todas


las cosas, s i n e m b a r g o , en el c o n s e r v a r s u s c r i a t u r a s se
a c o m o d a á la n a t u r a l e z a d e c a d a u n a : d e f o r m a q u e á
n i n g u n a n i e g a s u c o n c u r s o , sino c u a n d o así lo exige la
acción d e s t r u c t o r a d e a l g ú n a g e n t e c r i a d o ó la i n c a -
p a c i d a d d e o b r a r y s u b s i s t i r p o r sí sola y s e p a r a d a d e l
todo físico d e q u e f o r m a b a parle. E s así q u e n i n g u n a
acción d e a g e n t e c r i a d o exige la d e s t r u c c i ó n del a l m a
h u m a n a , p o r q u e n i n g u n o d e ellos le es n a t u r a l m e n t e
c o n t r a r i o ; y a d e m á s s e p a r a d a d e l c u e r p o t i e n e ella,
p o r r a z ó n d e su e s p i r i t u a l i d a d , c a p a c i d a d i n t r í n s e c a
p a r a s e g u i r s u b s i s t i e n d o en sí m i s m a y ejercer s u s
p r i n c i p a l e s o p e r a c i o n e s . L u e g o es c i e r t o c o n c e r t e z a
p l e n a q u e Dios n o a n i q u i l a r á n u n c a el a l m a h u m a n a
y q u e ésta, d e s p u é s d e la d e s c o m p o s i c i ó n del c u e r p o ,
seguirá viviendo p e r p e t u a m e n t e .
384.—2. Si n u e s t r a a l m a p e r e c i e r a con la m u e r t e
0

del c u e r p o ó m á s t a r d e en u n t i e m p o c u a l q u i e r a , s e r i a n

(1) "Certum est angelum posse a Creatore suo privari suo


esse et hae ratione non esse omnino incorruptibilem, si htec vox
omnem desitionis modum etiam anihilationem excludat, ac
proinde in contrario sensu posse dici corrutibilem. Hoc de fide
certum est; quia de fide est angelos a Deo pendere, non solum
in fieri sed etiam im conservari, et similiter de fide certum est
Deum, sicut libere creavit angelos, ita libere etiam eos conser-
vare, et posse Deum eos non conservare, si velit, absolute et per se
loquendo. Qua; omnia generalia sunt omnibus creatis et eandem
rationem habent in angelis. (Suarez, de angelis, lib. 1. cap. 9,
n. 5).»
— 268-
í r r i t o s y v a n o s m u c h o s d e s e o s n a t u r a l e s elícitos q u e
la n a t u r a l e z a p o n e e n n o s o t r o s n e c e s a r i a m e n t e al
m e n o s con n e c e s i d a d d e especificación. P o r q u e con
deseo n a t u a l elícito d e s e a m o s la felicidad p e r f e c t a ,
l i b r e d e t o d a a n s i e d a d del á n i m o y llena d e t o d o s
aquellos bienes que corresponden'á nuestra n a t u r a -
leza. C o n el m i s m o a p e t i t o a m a m o s la posesión p l e n a
del s u m o b i e n , en q u e esta felicidad consiste ó sea el
c o n o c i m i e n t o c l a r o y p e r f e c t o del C r i a d o r a c o m p a ñ a -
d o del a m o r y g o z o q u e le son c o n s i g u i e n t e s . E s t e
m i s m o a c t o elícito d e a m o r n a t u r a l y n e c e s a r i o e x p e -
r i m e n t a m o s con r e s p e c t o á la v i d a p e r p e t u a , la c u a l
s e n o s p r e s e n t a c o m o u n g r a n bien a c o m o d a d o á
n u e s t r a n a t u r a l e z a e s p i r i t u a l y n e c e s a r i o p a r a la p o -
sesión d e n u e s t r a felicidad. Con el m i s m o g é n e r o d e
a m o r finalmente a p e t e c e m o s la m e m o r i a p o s t u m a , d e -
s e a n d o vivir d e s p u é s d e la d i s o l u c i ó n d e n u e s t r o c u e r -
p o en la m e m o r i a d e los h o m b r e s ; a m o r , q u e s u p o n e
e n n o s o t r o s u n a v i d a d e u l t r a t u m b a , p o r q u e la m e -
m o r i a d e los h o m b r e s p a r a q u i e n n o existe es u n a v a -
n i d a d necia y d e s p r e c i a b l e .
T o d o s e s t o s bienes los a m a m o s n a t u r a l m e n t e con
u n a p e t i t o r a c i o n a l elícito, d e f o r m a q u e n o p o d e m o s
i r c o n t r a ellos; y p o r c o n s i g u i e n t e el a m o r con q u e
los a m a m o s , lo t e n e m o s i m p r e s o p o r la m i s m a n a t u r a -
leza. P o r d o n d e , si n u e s t r a a l m a p e r e c i e r a j u n t a m e n -
t e con el c u e r p o ó n o d u r a r a p e r p e t u a m e n t e , es c l a r o
q u e t o d o s e s t o s d e s e o s i m p r e s o s en ella p o r la m a d r e
naturaleza serían vanos é írritos, p o r q u e no podrían
s e r s a t i s f e c h o s . E s así q u e la m a d r e n a t u r a l e z a n a d a
h a c e v a n o é í r r i t o y p o r c o n s i g u i e n t e los tales d e s e o s
d e b e n p o d e r ser satisfechos; p o r q u e la n a t u r a l e z a "es
d e s u y o s i e m p r e r e c t a y o r d e n a d a , c o m o salida d e las
m a n o s d e su s a p i e n t í s i m o Artífice, q u e , es el C r i a d o r
d e t o d a s l a s c o s a s . L u e g o los s o b r e d i c h o s d e s e o s d e b e n
— 2Óq —

p o d e r s e r satisfechos y p o r c o n s i g u i e n t e n u e s t r a a l m a
d e b e vivir p e r p e t u a m e n t e .
385.—3. T o d a p e r s u a s i ó n n e c e s a r i a p a r a c u m p l i r
0

m u c h o s a c t o s á q u e e s t a m o s o b l i g a d o s p o r la v i r t u d ,
está f u n d a d a en la v e r d a d . P o r q u e , asi c o m o las c o s a s
v e r d a d e r a s t i e n e n c o n s o n a n c i a y a r m o n í a u n a s con
o t r a s , así t a m b i é n lo b u e n o y h o n e s t o t i e n e esta m i s -
m a a r m o n í a con la v e r d a d . De lo c o n t r a r í o d e b e r í a m o s
d e c i r q u e la v i r t u d y h o n e s t i d a d e s t á n f u n d a d a s e n
la m a t e r i a y q u e la n a t u r a l e z a , p a r a h a c e r n o s v i r t u o -
sos, t i e n e n e c e s i d a d d e e n g a ñ a r n o s con b i e n e s fingidos
y v a n o s , lo cual es u n a b s u r d o . E s así q u e p a r a c u m -
plir m u c h o s actos á q u e nos sentimos obligados p o r
el d e b e r m o r a l d e la v i r t u d , n e c e s i t a m o s e s t a r p e r s u a -
d i d o s d e q u e n u e s t r a a l m a vivirá p e r p e t u a m e n t e d e s -
p u é s d e d e s h e c h a la casa d e n u e s t r o c u e r p o . P o r q u e
la m a y o r p a r t e d e los a c t o s á q u e s o m o s o b l i g a d o s p o r
el d e b e r d e la v i r t u d , r e q u i e r e n d e n u e s t r a p a r t e cier-
t o d e s p r e c i o y d e s c u i d o d e los b i e n e s d e e s t a v i d a , y
a l g u n o s d e ellos h a s t a el sacrificio d e la vida m i s m a .
A h o r a bien; sin la e s p e r a n z a d e o t r a v i d a m e j o r q u e
la p r e s e n t e q u e se n o s d é c o m o p r e m i o d e la o b e d i e n -
cia p r e s t a d a á los p r e c e p t o s del C r i a d o r , es i m p o s i b l e
q u e los h o m b r e s se r e s u e l v a n á p r a c t i c a r los a c t o s
m e n c i o n a d o s ; a n t e s p o r el c o n t r a r i o con r a z ó n se p o -
dría cada u n o persuadir de que muchos actos q u e
a h o r a son t e n i d o s g e n e r a l m e n t e p o r v i r t u o s o s , s o n
e n r e a l i d a d viciosos; y viceversa o t r o s q u e son c o n s i -
d e r a d o s c o m o viciosos, son r e a l m e n t e h o n e s t o s .
P o r q u e en tal caso n u e s t r o ú l t i m o fin lo t e n d r í a m o s
c o l o c a d o en los b i e n e s d e esta v i d a y á ellos d e b e r í a m o s
sacrificar t o d o o t r o bien q u e e s t u v i e s e en p u g n a con
ellos, c o m o son la m a y o r p a r t e d e los actos q u e h o y
dia son t e n i d o s p o r v i r t u o s o s . Y p o r esta c a u s a los q u e
n i e g a n la e x i s t e n c i a d e la o t r a vida y p i e n s a n q u e t o d o
— 270—
a c a b a con el c u e r p o , c o n s i g u i e n t e m e n t e t i e n e n p o r u n
n o m b r e v a n o la v i r t u d y n o b u s c a n e n s u s a c t o s s i n o
la satisfacción d e los s e n t i d o s . L u e g o la p e r s u a s i ó n d e
la v i d a p e r p e t u a d e n u e s t r a a l m a , sin la c u a l s o n i m -
p o s i b l e s e n t r e los h o m b r e s el ejercicio d e la v i r t u d y
el c u m p l i m i e n t o d e los d e b e r e s p e n o s o s á q u e m u c h a s
veces n o s obliga la ley n a t u r a l , está f u n d a d a en v e r -
d a d ; y p o r lo t a n t o n o p u e d e c a b e r la m e n o r d u d a d e
q u e n u e s t r a a l m a d e s p u é s d e la m u e r t e del c u e r p o vi-
virá p e r p e t u a m e n t e .
386.—4." N a d a q u e d e s d i g a d e la b o n d a d y b e n e v o -
lencia d e Dios con los h o m b r e s se d e b e p e n s a r q u e
e x i s t e n a t u r a l m e n t e en el m u n d o . P o r q u e Dios es
p r ó v i d o g o b e r n a d o r d e t o d a s las c r i a t u r a s y m u y
p r i n c i p a l m e n t e d e las r a c i o n a l e s , y p o r c o n s i g u i e n t e
n o se p u e d e p e n s a r d e él q u e h a y a o r d e n a d o cosa al-
g u n a d e este m u n d o en u n a m a n e r a i n d i g n a d e s u s
d i v i n o s a t r i b u t o s . E s asi q u e si n u e s t r a a l m a n o h u -
b i e r a d e s o b r e v i v i r á la m u e r t e del c u e r p o , existiría
n a t u r a l m e n t e en el m u n d o u n a cosa s u m a m e n t e
m o n s t r u o s a é i n d i g n a d é l a b o n d a d y benevolencia de
Dios p a r a con los h o m b r e s . P o r q u e é s t o s p o r la m i s -
m a espontaneidad de su naturaleza racional y recta
e s t á n p e r s u a d i d o s d e la e x i s t e n c i a d e o t r a v i d a m e j o r
q u e la p r e s e n t e , y en v i r t u d d e esta p e r s u a s i ó n se a n i -
m a n á d e s p r e c i a r los p l a c e r e s y c o m o d i d a d e s d e los
s e n t i d o s y á a r r o s t r a r h a s t a la m i s m a m u e r t e p o r
o b r a r c o n f o r m e al d i c t a m e n d e la r a z ó n ; t o d o lo c u a l
en el caso d e n o s e r i m p e r e c e d e r a n u e s t r a a l m a s e r i a
u n a m a n i f i e s t a l o c u r a c a u s a d a p o r la h u m a n a n a t u -
raleza y p o r c o n s i g u i e n t e p o r el m i s m o Dios q u e es s u
autor. Luego...
387.—Dice m u y b i e n el P . Valencia: «Es cosa a v e r i -
g u a d a q u e e n t o d o s los siglos t a n t o m á s p r e p a r a d o s y
d i s p u e s t o s p a r a s u f r i r l a m u e r t e se h a n m o s t r a d o s i e m -
—27I —
p r e los h o m b r e s p o r la firme e s p e r a n z a y p e r s u a s i ó n
de q u e eran inmortales sus almas, cuanto mayores
h a n sido s u p r o b i d a d , p r u d e n c i a y a m o r d e Dios, c o m o
se ve e n S a n P a b l o y e n o t r o s S a n t o s , p o r n o d e c i r
n a d a de otros varones ilustres cuyos esclarecidos
e j e m p l o s h a n sido d i l i g e n t e m e n t e r e c o g i d o s y ele-
g a n t e m e n t e n a r r a d o s p o r Cicerón e n el libro p r i m e r o
d e las Cuestiones Tusculanas. A h o r a b i e n , ¿qué d e c e p -
ción m á s f u n e s t a y h o r r i b l e p u e d e h a b e r q u e la s u f r i d a
p o r ellos, si el a l m a p e r e c e j u n t a m e n t e c o n el c u e r p o ?
¿Ó q u é cosa h a y m á s a j e n a d e la d i v i n a b o n d a d q u e el
n o h a b e r Dios h e c h o i n m o r t a l al h o m b r e , t e n i e n d o s i n
d u d a a l g u n a p o d e r p a r a ello y h a b i é n d o l o h e c h o p o r
o t r a p a r t e t a n vivaz, s a g a z y p e r s p i c a z , q u e con r a z ó n
p u e d e n p e n s a r t o d o s c u a n t o s se a v e n t a j a n á los d e m á s
en b o n d a d y s a b i d u r í a q u e s u a l m a es i n m o r t a l é i r
a l e g r e s á la m u e r t e l l e v a d o s d e esta e s p e r a n z a ? C i e r t o ,
n o sería esto o t r a cosa q u e s e r i n d u c i d o s c o m o d e i n -
t e n t o p o r Dios, c r i a d o r d e n u e s t r a s a l m a s , a u n e r r o r
exicial a q u e l l o s h o m b r e s , q u e p o r r a z ó n d e s u s escla-
r e c i d a s v i r t u d e s y d e s u s m é r i t o s p a r a con el m i s m o
Dios, e r a n los q u e en n e g o c i o t a n g r a v e d e b e r í a n h a -
b e r e s t a d o m á s e x e n t o s d e e n g a ñ o (1).»

(1) «Compertum estomnibus sosculis eo quemque alacriorem


ct paratierem fuisse ad oppetendam mortem, ob spem et per-
suasionem firmam immortalitatis animi, quo fuit melior, et
sapientior, et Dei amantior; ut D. Paulus et alii Sancti, ne mihi
iam commemoranda sint externa prophanorum etiam hominum
exempla, qua; in hoc genere diligenter collecta et elegantissime
narrata sunt a Cicerone in I. qucest. Tusad. ¿Qua: autem funes-
tior, horribíliorquedeceptio e s s e possit, quam isto'rum, si animns
perit una cum corporé? ¿Aut quid magis a divina benitate
abhorrens, quam quod Deus animum hominis immortakm (ut
sine dubio potuit) non fecerit, et tamen illiim et tam vivacem.
*-272-"-
388.—5." La justicia d e Dios en el g o b i e r n o d é l o s
h o m b r e s r e c l a m a q u e á l o s b u e n o s se les d e su d i g n a
r e t r i b u c i ó n y á los m a l o s su c o n v e n i e n t e c a s t i g o ; á los
p r i m e r o s p o r ser celosos g u a r d a d o r e s d e su s a n t a ley
y á los s e g u n d o s p o r h a b e r s e a t r e v i d o á q u e b r a n t a r l a
s i g u i e n d o s u s g u s t o s y c a p r i c h o s . E s así q u e los p r e -
m i o s y c a s t i g o s q u e r e c i b e n u n o s y o t r o s en esta v i d a
p o r lo r e g u l a r n o s u e l e n c o r r e s p o n d e r á lo q u e c a d a
u n o m e r e c e . P o r q u e con frecuencia se ve al j u s t o o p r i -
m i d o d e m a l e s é i n f o r t u n i o s , á veces p o r efecto d e su
m i s m a justicia; al p a s o q u e m u c h o s m a l o s en m e d i o
de sus abominaciones y pecados triunfan, gozan y
p e n , y n o p o c a s veces d e b i e n d o t o d a su felicidad t e -
r r e n a p r e c i s a m e n t e á su m i s m a i n i q u i d a d y malicia.
L u e g o es cosa m a n i f i e s t a q u e t a n t o á los u n o s c o m o á
los o t r o s les e s p e r a d e s p u é s d e esta v i d a o t r a en q u e
c a d a u n o reciba su m e r e c i d o . A h o r a bien; si el a l m a
h u m a n a h a ele e x i s t i r p o r espacio d e a l g ú n t i e m p o
p o r lo m e n o s p a r a q u e la justicia d i v i n a sea satisfecha;
es c l a r o q u e su e x i s t e n c i a n o t e n d r á fin j a m á s en el
m u n d o . P o r q u e , u n a vez q u e c o m i e n c e á vivir fuera
del c u e r p o con la vida p r o p i a d e los e s p í r i t u s , ella d e
s u y o n o ofrece al C r i a d o r m o t i v o a l g u n o p a r a q u e s e a
a n i q u i l a d a , sino a n t e s bien le p r e s e n t a m u c h o s p a r a
q u e s e a p e r p e t u a m e n t e c o n s e r v a d a ; p u e s su i n c o r r u p -
t i b i l i d a d n a t u r a l la h a c e a p t a p a r a la dicha v i d a , la

tamque sagacem perspicacemque fecerit, ut merito possint sa-


pientissimi quique ac optimi existimari illum esse immortalem,
eaque persuasione commoti, laeti et alacres mortem oppetere?
Certe, nihil aliud hoc esset quam ab ipso acutore et conditore
animi Deo, in exitialem errorem veluti de industria induci eos,
quos ob prasclaras virtutes et in ipsum Deum merita minime in
re tanta decipi, fallique oportebat. (Valencia, Comment. in i.p.
D. Thom., disp. 6, q. 1 , punct. 3 . § 1 1 1 , argumento sexto.)»
~ 373 -
cual p o r esta c a u s a es u n b i e n n a t u r a l s u y o y a d a p t a d o
p e r f e c t a m e n t e á su i n t r í n s e c a n a t u r a l e z a .
389.—Ni se d i g a q u e la satisfacción i n t e r n a q u e siem-
p r e a c o m p a ñ a á l a s b u e n a s a c c i o n e s y los r e m o r d i -
m i e n t o s q u e s i g u e n al vicio s o n p r e m i o s y p e n a s s u -
ficientes con q u e q u e d a c o n v e n i e n t e m e n t e s a n c i o n a d a
la ley n a t u r a l . P o r q u e en p r i m e r l u g a r , c o n el h á b i t o
del b i e n y d e l m a l o b r a r v a n s i e m p r e m e n g u a n d o y
h a c i é n d o s e m e n o s s e n s i b l e s t a n t o la satisfacción p o r
lo bien h e c h o c o m o el r e m o r d i m i e n t o p o r lo m a l o b r a -
d o ; y así, n o h a b i e n d o o t r a sanción q u e ésta, c u a n t o
m á s b u e n o fuese u n o , e s t a r í a m e n o s p r e m i a d o ; y
c u a n t o m á s m a l o y p e r v e r s o , m e n o s c a s t i g a d o ; lo c u a l
es u n a b s u r d o m a n i f i e s t o . A d e m á s si n o h a y o t r a vida
q u e la p r e s e n t e , d e b e m o s t e n e r p o r v a n o s , así los r e -
m o r d i m i e n t o s , c o m o la satisfacción dicha. P o r q u e n o
o b r a r e m o s en t a l caso c o n f o r m e á las leyes d e la s a n a
p r u d e n c i a , si t o d a la p r á c t i c a d e la v i d a y la m i s m a
p r o s e c u c i ó n d e l bien m o r a l n o la o r d e n a m o s á los goces
y satisfacciones d e este m u n d o , t o m a n d o p o r r e g l a y
m e d i d a d e n u e s t r a h o n e s t i d a d el p l a c e r y los goces
s e n s u a l e s . L o c u a l ya se ve cuan r u i n o s o y a b o m i n a b l e
sea y c u a n c o n t r a r i o á la s u b l i m e condición d e n u e s t r a
n a t u r a l e z a e s p i r i t u a l y s u p e r i o r á la m a t e r i a . P o r t a n -
t o es e v i d e n t e á t o d a s luces q u e la vida p r e s e n t e n o es
p a r a n u e s t r a a l m a sino el c a m i n o p a r a llegar á o t r o
e s t a d o d e s u y o m a s feliz, e s p i r i t u a l é i n c o r p ó r e o . De
a q u í es q u e t o d o el m u n d o h a t e n i d o s i e m p r e g r a b a d a
en s u á n i m o esta firme p e r s u a s i ó n d e u n a v i d a p e r -
petua, s i n q u e la h a y a n p o d i d o d i s i p a r los vicios y los
e r r o r e s d e los h o m b r e s ; lo c u a l es u n a p r u e b a m a n i -
fiesta d e q u e á este juicio s o m o s i n d u c i d o s e s p o n t á n e a -
m e n t e p o r el peso d e la m i s m a n a t u r a l e z a .
390..—Contra la i n m o r t a l i d a d d e l a l m a a r g u m e n t a n
los m a t e r i a l i s t a s y los s e n s i s t a s e n esta f o r m a : 1.° E l
Psicología. j8
— 374 —
n a c i m i e n t o y la m u e r t e d e l h o m b r e y o t r a s v a r i a s o p e -
r a c i o n e s s u y a s se e j e c u t a n d e la m i s m a - m a n e r a en los
b r u t o s . L u e g o n o h a y r a z ó n p a r a a f i r m a r q u e el a l m a
del p r i m e r o s u b s i s t a d e s p u é s d e la m u e r t e d e l c u e r p o
m á s b i e n q u e la d e los s e g u n d o s . 2. L o m i s m o se
0

q u e d a e x á n i m e el c u e r p o d e u n h o m b r e q u e el d e u n
b r u t o ; d e m a n e r a q u e c o n los s e n t i d o s n o p e r c i b i m o s
d i s t i n c i ó n a l g u n a en la m a n e r a c o n q u e se a p a g a la
v i d a e n el u n o y en el o t r o . 3. Ni s i q u i e r a p o d e m o s
0

p e n s a r cuál s e r á la c o n d i c i ó n d e n u e s t r a a l m a d e s p u é s
d e la m u e r t e , en q u é l u g a r v i v i r á , q u é o p e r a c i o n e s
e j e c u t a r á y c ó m o se m o v e r á d e u n l u g a r á o t r o . 4. Si 0

hubiera otra vida para nuestra alma, no nos parecería


n a t u r a l m e n t e t a n h o r r i b l e la m u e r t e c o m o g e n e r a l -
m e n t e p a r e c e á los h o m b r e s . P o r q u e e n t a l caso la
m u e r t e se n o s p r e s e n t a r í a c o m o u n a cosa d e s u y o a p e -
tecible, p o r s e r en sí el t r á n s i t o á o t r o e s t a d o m á s
feliz, cual es el d e los e s p í r i t u s p u r o s ; p u e s n u e s t r a
a l m a h a b r í a d e vivir s e p a r a d a del c u e r p o y en c o m u n i -
d a d c o m o los s e r e s e s p i r i t u a l e s , m á s perfectos y exce-
l e n t e s q u e los d e e s t e m u n d o m a t e r i a l y c o r r u p t i b l e .
L u e g o es u n a v a n a e s p e r a n z a la q u e a b r i g a n g e n e r a l -
m e n t e los h o m b r e s c o n r e s p e c t o a la e x i s t e n c i a d e la
vida futura.
391.—Respuesta.—Estas dificultades e m p e r o p o c o
p u e d e n m o v e r á los q u e , c o n o c i e n d o la e s p i r i t u a l i d a d
d e n u e s t r a a l m a , s a b e n q u e n o se d e b e j u z g a r con el
s e n t i d o s i n o c o n el e n t e n d i m i e n t o a c e r c a d e l e s t a d o
q u e e s p e r a d e s p u é s d e e s t a m u e r t e c o r r u p t i b l e al al-
ma" del h o m b r e y á la d e las b e s t i a s .
Á la primera p u e s r e s p o n d e r e m o s q u e n u e s t r a a l m a ,
c o m o f o r m a s u s t a n c i a l q u e es d e l c u e r p o h u m a n o ,
t i e n e m u c h a s cosas en q u e c o n v i e n e c o n el a l m a d é l o s
b r u t o s : cuales s o n ; i.° el c o m e n z a r á existir, c u a n d o
las c i r c u s t a n c i a s d e la g e n e r a c i ó n lo e x i g e n , s e g ú n l a s
— 375 —
leyes d e la n a t u r a l e z a o r g a n i z a d a ; 2. el d e j a r d e a n i -
0

m a r la m a t e r i a , c u a n d o é s t a n o se p r e s e n t a y a a p t a
p a r a l a s f u n c i o n e s d e la v i d a ; 3. el d e p e n d e r esencial-
0

m e n t e d e l c u e r p o p a r a las o p e r a c i o n e s d e los s e n t i d o s ;
4. el t e n e r finalmente c i e r t a d e p e n d e n c i a d e l a s c o n -
0

d i c i o n e s m a t e r i a l e s d e los ó r g a n o s p a r a las m i s m a s
o p e r a c i o n e s i n t e l e c t u a l e s , m i e n t r a s se h a l l a ejerciendo
el oficio d e alma ó f o r m a s u s t a n c i a l y viva d e la m a -
t e r i a . P e r o a d e m á s d e e s t a s cosas, t i e n e o t r a s m á s
a l t a s y perfectas, [por las c u a l e s se s e p a r a i n m e n s a -
m e n t e del a l m a d e l a s b e s t i a s y e n t r a en la c a t e g o r í a
d e los e s p í r i t u s s u b s i s t e n t e s p o r sí m i s m o s . E s t a s ú l -
t i m a s c u a l i d a d e s h a c e n q u e el a l m a h u m a n a sea a c r e e -
d o r a á u n a v i d a i n m o r t a l d e s p u é s d e la m u e r t e del
c u e r p o , y q u e siga v i v i e n d o la v i d a d e los e s p í r i t u s
sin t é r m i n o a l g u n o , d e lo cual n o s o n c a p a c e s las
almas de las bestias.
392.—Á la segunda d e c i m o s q u e los c u e r p o s lo m i s -
m o se q u e d a n e x á n i m e s c i e r t a m e n t e d e s p u é s d e la
m u e r t e en el h o m b r e q u e en el b r u t o , sin q u e el s e n -
t i d o sea c a p a z d e h a l l a r diferencia a l g u n a e n t r e la
m u e r t e del u n o y la del o t r o . M a s el juicio s o b r e la
s u e r t e f u t u r a d e u n a s y o t r a s a l m a s n o es cosa q u e
p e r t e n e z c a á l o s s e n t i d o s s i n o á la r a z ó n ; y é s t a v e ,
a p o y a d a en a r g u m e n t o s e v i d e n t e s , lo q u e n o s o n ca-
paces de percibir aquellos.
Si p o r q u e n o v e m o s c o n los s e n t i d o s las a l m a s d e
los h o m b r e s , c u a n d o se s e p a r a n d e los c u e r p o s , h u b i é -
r a m o s d e n e g a r su existencia; otro tanto deberíamos
h a c e r c u a n d o viven u n i d a s á s u s c u e r p o s , p u e s e n t o n -
ces t a m p o c o s o n ellas p e r c i b i d a s c o n n u e s t r o s s e n t i d o s ,
sino lo q u e c o n ellos p e r c i b i m o s son s u s a c t o s . M á s :
aun la m i s m a e x i s t e n c i a d e Dios d e b e r í a m o s n e g a r , si
quisiéramos g u i a r n o s p o r t a n absurdo criterio; p o r q u e
Dios n o es cosa q u e p u e d e n p e r c i b i r n u e s t r o s s e n t i d o s ,
3<53-—P° lo q u e h a c e á la tercera, á n o s o t r o s n o s
r

b a s t a s a b e r e n el e s t a d o p r e s e n t e d e u n i ó n al c u e r p o
en q u e se h a l l a n u e s t r a a l m a , q u e ella p o r r a z ó n d e
su e s p i r i t u a l i d a d p u e d e s e g u i r v i v i e n d o sola y sin m a -
t e r i a a l g u n a á la m a n e r a d e los e s p í r i t u s p u r o s , c u a n -
d o se vea d e s a t a d a d e las a t a d u r a s q u e a h o r a la t i e n e n
f u e r t e m e n t e l i g a d a á s u c u e r p o , y q u e en efecto tal
m o d o d e v i d a le s e r a d a d o d e h e c h o . A h o r a , cuál s e r á
el l u g a r d e s u m o r a d a , c ó m o se m o v e r á d e u n l u g a r
á o t r o , c ó m o e n t e n d e r á e n t o n c e s l a s c o s a s , si p o r m e -
dio d e especies i n f u s a s ó d e o t r a m a n e r a á n o s o t r o s
d e s c o n o c i d a , e t c . , e t c . , esto i m p o r t a p o c o p a r a llevar
a q u í u n a v i d a a j u s t a d a y c o n f o r m e á las r e g l a s d e la
s a n a m o r a l ; en lo cual c o n s i s t e la felicidad, d e n u e s t r a
a l m a , m i e n t r a s v i v i m o s a q u í s o b r e la t i e r r a , y p o r lo
t a n t o el i g n o r a r l o n a d a p r u e b a a b s o l u t a m e n t e c o n t r a
la o t r a v i d a .
394.—Á la cuarta f i n a l m e n t e r e s p o n d e r e m o s q u e el
h o r r o r á la m u e r t e solo p r u e b a q u e el e s t a d o p r e s e n t e
d e n u e s t r a a l m a n o es v i o l e n t o , c o m o p i e n s a n los p i -
t a g ó r i c o s , sino n a t u r a l ; lo cual n o q u i t a q u e ella p u e d a
vivir sola y sin c u e r p o a l g u n o , c o m o v i v i r á en efecto,
c u a n d o se v e a d e s a t a d a d e l a s l i g a d u r a s d e la m a t e r i a .
Q u i e n t e m e la m u e r t e , n o es el a l m a p r o p i a m e n t e
h a b l a n d o , sino el c o m p u e s t o físico d e c u e r p o y a l m a
l l a m a d o hombre. Y en v e r d a d t i e n e s o b r a d o m o t i v o
p a r a t e m e r l a ; p o r q u e la m u e r t e le t r a e la d e s t r u c c i ó n ,
q u e es el m a y o r d é l o s m a l e s físicos q u e á é l le p u e d e n
s o b r e v e n i r . M i e n t r a s vive el a l m a u n i d a al c u e r p o , el
h o m b r e es el q u e p r o p i a m e n t e siente con los s e n t i d o s
y piensa c o n la r a z ó n ; y este h o m b r e , q u e es u n s e r
n a t u r a l y n o v i o l e n t o , a b o r r e c e n a t u r a l m e n t e la m u e r -
t e , c o m o t o d o s e r a b o r r e c e de s u y o el n o s e r .
Además, hay otras razones poderosas para que
t e m a n los h o m b r e s la m u e r t e . P o r q u e en p r i m e r l u g a r ,
-377 —
los b i e n e s p r e s e n t e s n o s son m á s c o n o c i d o s q u e los
f u t u r o s ; y así, a u n q u e s e a n i n f e r i o r e s en perfección,
o b r a n sin e m b a r g o en n o s o t r o s con m á s fuerza ó in-
t e n s i d a d q u e ellos. L o cual t a m b i é n n o s s u c e d e con
los b i e n e s m a t e r i a l e s r e s p e c t o d e los e s p i r i t u a l e s ; p u e s
p o r ser m á s c l a r o el c o n o c i m i e n t o q u e t e n e m o s d e l a s
cosas sensibles q u e el d e las e s p i r i t u a l e s , é s t a s s o n
menos poderosas para movernos que aquellas; por
d o n d e á los b i e n e s d e los s e n t i d o s v a m o s e s p o n t á n e a -
m e n t e y sin violencia a l g u n a , m a s los e s p i r i t u a l e s n o
los b u s c a m o s s i n o á f u e r z a d e reflexiones y c o n s i d e -
raciones dirigidas á p e r s u a d i r n o s de su m u c h a ex-
celencia.
E n s e g u n d o l u g a r , los s e n t i d o s son c a u s a m u y p o -
d e r o s a p a r a q u e e x p e r i m e n t e m o s el h o r r o r á la m u e r t e
d e q u e v a m o s t r a t a n d o . P o r q u e la m u e r t e es p a r a
ellos s u d e s t r u c c i ó n c o m p l e t a y p o r t a n t o n o p u e d e n
m e n o s d e a b o r r e c e r l a con t o d a s las fuerzas h a c i e n d o
q u e el h o m b r e , c u y a s son e s t a s p o t e n c i a s , la m i r e n a -
turalmente como un mal grandísimo y sumamente
temible.
F i n a l m e n t e , la m i s m a r a z ó n influye t a m b i é n á su
m a n e r a en el j u s t o t e m o r d e la m u e r t e . P o r q u e ella
n o s dice q u e á la m u e r t e se s i g u e el juicio j u n t a m e n t e
con la c u e n t a q u e t o d o s h e m o s d e d a r á Dios n u e s t r o
S e ñ o r d e la c o n d u c t a o b s e r v a d a en esta v i d a , p a r a
r e c i b i r en la o t r a el p r e m i o ó el c a s t i g o d e n u e s t r a s
acciones. Ahora bien; n i n g u n o p u e d e saber n a t u r a l -
m e n t e con c e r t e z a p l e n a si el e s t a d o q u e le e s p e r a en
la o t r a v i d a , s e r á feliz ó d e s g r a c i a d o ; sino lo ú n i c o q u e
p u e d e a d q u i r i r s o b r e e s t e p a r t i c u l a r son c i e r t a s c o n -
j e t u r a s m á s ó m e n o s f u n d a d a s . L u e g o es n a t u r a l - q u e
la r a z ó n t a m b i é n n o s r e p r e s e n t e c o m o t e m i b l e el t r a n -
ce d e la m u e r t e . C u a n t o iruryor es la perfección m o r a l
d e u n h o m b r e , t a n t o m e n o r es el m i e d o d e la m u e r t e
— 378 —
p o r esta p a r t e , y así las p e r s o n a s v i r t u o s a s q u e h a n p r o -
c u r a d o la s a n t i d a d en esta v i d a con g r a n c u i d a d o , n o
t e m e n la m u e r t e , a n t e s la r e c i b e n c o n a l e g r í a y la sa-
l u d a n con regocijo; p o r q u e s a b e n q u e es p a r a ellas la
p u e r t a d e la b i e n a v e n t u r a n z a ( i ) .

PROPOSICIÓN TERCERA.

El alma humana después de la muerte' del cuerpo con-


servará siempre su individualidad propia; ni volverá á
reencarnarse en otro, sino que vivirá desnuda de toda
materia hasta el dia de la resurrección universal, en que
tornará á animar para siempre el suyo propio.

395.—Observación.—La p r i m e r a p a r t e d e e s t a p r o -
p o s i c i ó n es c o n t r a los p a n t e i s t a s ; los c u a l e s n o c o n c e -
d e n á n u e s t r a a l m a sino u n a c i e r t a i n m o r t a l i d a d ficticia
y d e p u r o n o m b r e , d i c i e n d o q u e , aL d e s c o m p o n e r s e
el h o m b r e , la p a r t e m a t e r i a l vuelve al polvo d e d o n d e
h a b í a t o m a d o s u o r i g e n y la e s p i r i t u a l e n t r a en el s e n o
d e l - E s p í r i t u u n i v e r s a l p a r a p e r d e r allí s u c o n c i e n c i a y
s u i n d i v i d u a l i d a d p r o p i a s , h a c i é n d o s e c o n él u n a m i s -
m a cosa. L a s e g u n d a es c o n t r a los p i t a g ó r i c o s , s e g ú n
los c u a l e s las a l m a s d e los h o m b r e s a n d a n c o n t i n u a -
m e n t e p a s a n d o d e u n c u e r p o á o t r o , las m a l a s á c u e r -
pos d e b e s t i a s , ó d e p l a n t a s , ó a u n m i n e r a l e s en p e n a
de sus crímenes, y las buenas y honestas á otros m á s
perfectos y mejor conformados en p r e m i o d e sus bue-
n a s a c c i o n e s . L a t e r c e r a finalmente es el e n u n c i a d o
d e la v e r d a d e r a d o c t r i n a ; a u n q u e e n lo q u e c o n t i e n e

(1) Todo cuanto aquí dejamos escrito acerca de la inmorta-


lidad del alma humana, se halla hermosamente tratado en los
Comentarios del P. Valencia d la Suma teológica de Santo T o -
mas, tom. 1 . disp. 6 , q. 1. punct. 3 . § 3 . -
— 379 —
a c e r c a d e la r e s u r r e c c i ó n u n i v e r s a l , n o p u e d e s e r p r o -
b a d a con a r g u m e n t o s a priori d e la h u m a n a r a z ó n s i n o
ú n i c a m e n t e p o r la revelación s o b r e n a t u r a l ; p u e s t o q u e
la r e s u r r e c c i ó n d e los c u e r p o s c r e í d a p o r los c r i s t i a -
n o s es u n h e c h o , n o d e b i d o á la n a t u r a l e z a d e n u e s t r a s
a l m a s , s i n o g r a t u i t a m e n t e p r o m e t i d o p o r Dios á los
h o m b r e s y p o r lo t a n t o i n c a p a z d e s e r c o n o c i d o p o r
o t r a vía q u e la d e la r e v e l a c i ó n d i v i n a .
396.—Prueba de la 1." p.—Si el a l m a d e s p u é s d e la
m u e r t e del c u e r p o n o c o n s e r v a r a su i n d i v i d u a l i d a d
p r o p i a , n o volvería al E s p í r i t u u n i v e r s a l , c o m o fingen
los p a n t e i s t a s , sino á la n a d a d e d o n d e salió. P o r q u e ,
s i e n d o s u s t a n c i a s i m p l e y s u b s i s t e n t e p o r sí m i s m a ,
n o p u e d e c o m e n z a r á existir sino p o r c r e a c i ó n ni d e - ,
j a r d e s e r lo q u e es sino p o r a n i q u i l a c i ó n , c o m o se
p r o b a r á m á s adelante. Luego su vida p e r p e t u a d e -
m o s t r a d a e n la p r o p o s i c i ó n a n t e c e d e n t e sería u n a
cosa n u e v a m e n t e ficticia y d e p u r o n o m b r e .
397.—2. C u a n d o h e m o s d e m o s t r a d o la i n m o r t a l i -
0

dad de nuestra alma, todos nuestros argumentos


p r o c e d í a n m a n i f i e s t a m e n t e en el s u p u e s t o d e q u e esta
i n m o r t a l i d a d h a b i a d e dejar al a l m a en s u i n d i v i d u a -
lidad p r o p i a . P o r q u e en el o t r o s e n t i d o d e q u e , d e s -
t r u i d a la i n d i v i d u a l i d a d d e u n a cosa e s p i r i t u a l , v u e l v e
e n c i e r t o m o d o al s e n o del E s p í r i t u u n i v e r s a l , en c u a n -
t o q u e e n Dios, e s p í r i t u p o r esencia y c r e a d o r d e t o -
d o s los e s p í r i t u s finitos, se halla s i e m p r e p o r u n a
m a n e r a e m i n e n c i a l y p e r f e c t í s i m a c u a n t o se e n c i e r r e
d e perfección en t o d o e s p í r i t u c r i a d o ; en este s e n t i d o ,
digo, t a m b i é n son inmortales nuestros actos m o m e n -
t á n e o s , y l a s a l m a s d e los a n i m a l e s y a u n las d e las
m i s m a s p l a n t a s . L u e g o a f i r m a r q u e d e s p u é s d e la
m u e r t e de n u e s t r o cuerpo no queda con su indivi-
d u a l i d a d y conciencia p r o p i a s n u e s t r a a l m a , es lo m i s -
m o q u e n e g a r r o t u n d a m e n t e su vida futura.
—380—
398.—3'° N u e s t r a a l m a con su i n d i v i d u a l i d a d y c o n -
ciencia p r o p i a s es c a p a z d e s e g u i r v i v i e n d o p e r p e t u a -
m e n t e d e s p u é s d e la m u e r t e del c u e r p o . P o r o t r a
p a r t e , este m o d o d e vida i n d i v i d u a l y c o n s c i e n t e es el
q u e ella n a t u r a l m e n t e apete,ce con s u s a c t o s elícitos y
el q u e se h a l l a r e c l a m a d o i m p e r i o s a m e n t e p o r los
a t r i b u t o s divinos, como p u e d e verse considerando u n
p o c o los a r g u m e n t o s q u e h e m o s a d u c i d o e n las d o s
tesis a n t e c e d e n t e s . L u e g o es c i e r t o y e v i d e n t e q u e
nuestra alma conservará siempre su individualidad
y c o n c i e n c i a p r o p i a s , c u a n d o se halla s e p a r a d a d e l
cuerpo.
399.—4. No existe ese E s p í r i t u u n i v e r s a l q u e fin-
0

g e n los p a n t e i s t a s , s e g ú n los cuales los e s p í r i t u s fini-


t o s n o s o n sino ciertas m a n e r a s d e ser d e la Divinidad
ó bien la D i v i n i d a d m i s m a , en c u a n t o l i m i t a d a y
c i r c u n s c r i t a bajo a q u e l l a d e t e r m i n a d a p a r t e del S e r ;
p u e s el p a n t e í s m o es u n e r r o r a b o m i n a b l e , c o m o
con a r g u m e n t o s e v i d e n t í s i m o s lo h e m o s d e m o s t r a -
d o en la C o s m o l o g í a (C. 73 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o la
i n m o r t a l i d a d de n u e s t r a alma no p u e d e consistir,
c o m o s u e ñ a n los p a r t i d a r i o s d e este e r r o r p e r n i c i o s o ,
en q u e n u e s t r a a l m a s i e m p r e t e n d r á en el s e n o d e la
D i v i n i d a d la m i s m a r e a l i d a d d e s i e m p r e a u n q u e bajo
u n a f o r m a n u e v a é i n c o n s c i e n t e ; p o r q u e el p a n t e í s m o
en q u e s e m e j a n t e d o c t r i n a está f u n d a d a , es u n a b s u r -
do manifiesto.
400.—Prueba de la 2. p.—1,° E l a l m a h u m a n a es
a

c a p a z d e s e g u i r v i v i e n d o p o r sí sola d e s p u é s d e la d i -
solución d e su c u e r p o . L u e g o en este e s t a d o d e b e s e r
c o n s e r v a d a pof el C r i a d o r ; p o r q u e la ley g e n e r a l d e
t o d a la n a t u r a l e z a p e r p e t u a m e n t e o b s e r v a d a p o r Dios
es, q u e e n la disolución d e t o d o c o m p u e s t o físico c a u -
s a d a p o r la acción d e los a g e n t e s c r i a d o s c a d a u n o d e
los e l e m e n t o s q u e d e a b a n d o n a d o á s u p r o p i a s u e r t e .
4 0 i . — L o s c u e r p o s d e los b r u t o s y d e las p l a n t a s
no presentan u n a materia convenientemente dispues-
t a p a r a q u e p u e d a s e r a n i m a d a . n a t u r a l m e n t e p o r el
alma h u m a n a ; porque cada alma, como limitada q u e
es en s u esencia, t i e n e t a m b i é n s u s l í m i t e s n a t u r a l e s
e n s u m a n e r a d e i n f o r m a r la m a t e r i a y estos l í m i t e s
e s t á n d e t e r m i n a d o s p o r el c u e r p o h u m a n o ; el c u a l
solo ofrece á n u e s t r a a l m a l a s c o n d i c i o n e s n e c e -
s a r i a s p a r a q u e p u e d a ejercer t o d a s s u s o p e r a c i o n e s ,
e l a b o r a n d o los f a n t a s m a s d e la i m a g i n a c i ó n c o n a q u e l
g r a d o d e p e r f e c c i ó n q u e se r e q u i e r e p a r a q u e p u e d a n
c o n c u r r i r á la p r o d u c c i ó n d e l a s i d e a s .
402.—3.° Si el a l m a h u m a n a e s t u v i e r a s u s t a n c i a l -
m e n t e unida á alguna piedra, planta ó bestia, no p o -
d r í a ejercer e n ellas los a c t o s m á s p r i n c i p a l e s , c u a -
les s o n los d e e n t e n d e r , r a c i o c i n a r , y q u e r e r con l i b e r t a d
d e i n d i f e r e n c i a ; p o r q u e n i n g u n o d e ellos se a d v i e r t e
e n las p i e d r a s , n i e n las p l a n t a s , n i en l a s b e s t i a s .
L u e g o c o n t r a t o d a s a n a p r u d e n c i a h a r í a el C r i a d o r t a n
m o n s t r u o s o linaje d e u n i o n e s ; p o r q u é sin m o t i v o n i
utilidad alguna pondría á estas sustancias espirituales
en u n e s t a d o d e n a t u r a l i m p o t e n c i a , i m p i d i é n d o l e s
d e s a r r o l l a r las f u e r z a s m á s n o b l e s y p r i n c i p a l e s q u e
les p e r t e n e c e n .
403.—4. A u n q u e se d i g a q u e el t a l e s t a d o s e i e s d a
0

e n p e n a d e s u s m a l a s a c c i o n e s p a s a d a s , n o se evita el
q u e t a l g é n e r o d e vinion sea a b s o l u t a m e n t e c o n t r a r i o
á la s a b i d u r í a d i v i n a . P o r q u e c o n t r a la s a b i d u r í a d e
Dios es d a r p o r p e c a d o s p e r s o n a l e s t a l g é n e r o d e cas-
t i g o s , q u e ni p u e d e n s e r v i r p a r a la e n m i e n d a del c a s -
t i g a d o , n i c a u s a r en él n i n g u n a clase d e t r i s t e z a ; p u e s
ni las p l a n t a s , n i las b e s t i a s , n i los h o m b r e s c o n o c e n
q u e el p r i n c i p i o v i t a l ó a l m a q u e los a n i m a e s t á s u -
f r i e n d o e n ellos u n c a s t i g o y así m a l se p u e d e n a r r e ^
p e n t i r ó t e n e r t r i s t e z a p o r ello.
— 382 —
404.—5-° Si ' e s t a d o p r e s e n t e d e u n i ó n q u e t i e n e
e

n u e s t r a a l m a c o n s u c u e r p o fuera u n c a s t i g o d e s u s
c u l p a s a n t e r i o r e s , la t a l u n i ó n n o sería n a t u r a l sino
v i o l e n t a ; p o r q u e es p r o p i o d e t o d a p e n a s e r u n a cosa
v i o l e n t a y c o n t r a r i a á la n a t u r a l e z a d e q u i e n la s u f r e .
E s así q u e la u n i ó n m e n c i o n a d a n o es v i o l e n t a á n u e s -
t r a n a t u r a l e z a sino p o r el c o n t r a r i o s u m a m e n t e aco-
m o d a d a á ella, c o m o lo p r u e b a el a m o r n a t u r a l q u e t o -
d o s t e n e m o s á la vida y el h o r r o r t a m b i é n n a t u r a l c o n
q u e m i r a m o s t o d o s la m u e r t e . L u e g o la i n m o r t a l i d a d
d e n u e s t r a a l m a n o c o n s i s t e e n la serie n u n c a i n t e -
rrumpida de encarnaciones y reencarnaciones que
fingen los p i t a g ó r i c o s h o y d i a , c o n o c i d o s c o n el n o m -
b r e d e espiritistas.
405.—6.° L a s r e e n c a r n a c i o n e s m e n c i o n a d a s n o s o n
c o n v e n i e n t e p r e m i o p a r a l o s b u e n o s ni c a s t i g o sufi-
c i e n t e p a r a los m a l o s . P o r q u e l a p r á c t i c a d e la v i r t u d
en m e d i o d e las b a t a l l a s c o n t i n u a s q u e s u s c i t a la con-
c u p i s c e n c i a c o n t r a la r a z ó n , es u n a m u e r t e c o n q u e
t o d o s los d i a s d o l o r o s a m e n t e m u e r e n los b u e n o s á la
v i d a d e los s e n t i d o s y p o r c o n s i g u i e n t e lleva c o n s i g o
g r a n d í s i m a s congojas y m u c h í s i m a s penalidades. P o r
d o n d e d a r p o r p r e m i o d e las b u e n a s a c c i o n e s p r a c t i -
c a d a s d u r a n t e u n a e n c a r n a c i ó n las p e n a s y f a t i g a s q u e
p o r fuerza se h a n d e a r r o s t r a r en la s i g u i e n t e , es u n a
v e r d a d e r a irrisión y u n a burla absolutamente contra-
ria á la d i v i n a s a b i d u r í a . A s i m i s m o s e ñ a l a r c o m o cas-
t i g o d e los vicios c o n t r a i d o s d u r a n t e u n a e n c a r n a c i ó n
el t e n e r q u e r e e n c a r n a r s e d e n u e v o , e s c o m o i n c i t a r á
los m a l v a d o s á q u e los m u l t i p l i q u e n sin cesar. P o r q u e
los h o m b r e s d e esta especie t i e n e n p u e s t a t o d a s u fe-
l i c i d a d e n los p l a c e r e s d e la c a r n e g o z a d o s en esta v i d a ;
y así n o p u e d e n v e r en las d i v e r s a s r e e n c a r n a c i o n e s
sino o t r o s t a n t o s i n s t r u m e n t o s p a r a e n t r e g a r s e d e
n u e v o á s u s vicios.
-383-
406.—7. L a d o c t r i n a s o b r e d i c h a d e s t r u y e la dife-
0

r e n c i a esencial q u e existe e n t r e los c u a t r o r e i n o s d é l a


n a t u r a l e z a ; y así p o r esta p a r t e c o n v i e n e c o n la p r o -
c l a m a d a c o n los p o s i t i v i s t a s y m a t e r i a l i s t a s . P o r q u e
si las a l m a s h u m a n a s s o n c o n d e n a d a s á f o r m a r el
p r i n c i p i o c o n s t i t u t i v o y esencial d e las p i e d r a s y el
vital t a n t o d e las p l a n t a s c o m o d e las b e s t i a s y d e los
h o m b r e s ; la c o n s e c u e n c i a n a t u r a l q u e d e a q u í se d e s -
p r e n d e , es q u e las p i e d r a s , las p l a n t a s , las b e s t i a s y los
h o m b r e s n o se d i s t i n g u e n s u s t a n c i a l m e n t e y q u e e n el
m u n d o no h a y sino materia a n i m a d a de u n a cierta
fuerza d i v e r s a m e n t e m o d i f i c a d a , q u e es lo q u e a f i r m a n
los p r o c l a m a d o r e s del p o s i t i v i s m o y d e l m a t e r i a l i s m o .
407.—8.° F i n a l m e n t e , en la h i p ó t e s i s m e n c i o n a d a
n o s o t r o s d e b e r í a m o s t e n e r c o n c i e n c i a d e los a c t o s es-
p i r i t u a l e s p r o d u c i d o s p o r n u e s t r a a l m a e n las e n c a r -
n a c i o n e s a n t e r i o r e s . P o r q u e la m u e r t e n o d e b e r í a s e r .
e n tal caso s i n o c o m o u n a c i e r t a especie d e l e t a r g o ;
p a s a d o el cual, se r e a n u d a r í a en n u e s t r a conciencia
la v i d a del t i e m p o q u e le h a y a p r e c e d i d o con la d e l
q u e le s u b s i g a . A h o r a bien; t o d o lo c o n t r a r i o se v e r i -
fica en n o s o t r o s , c o m o lo p u e d e n o t a r c a d a u n o c o n -
s u l t a n d o su p r o p i a e x p e r i e n c i a . L u e g o la s o b r e d i c h a
d o c t r i n a , p o r d o n d e q u i e r a q u e se la m i r e , es m a n i -
fiestamente absurda.
408.—Dicen los e s p i r i t i s t a s : i.° S i n la d o c t r i n a p i -
t a g ó r i c a ¿cómo explicar los m a l e s y t r a b a j o s q u e p a s a
el a l m a h u m a n a u n i d a al c u e r p o ? 2. ¿Cómo e x p l i c a r
0

t a m b i é n l a s m u c h a s h a b i l i d a d e s q u e t r a e n al m u n d o
a l g u n o s h o m b r e s d e s d e el m i s m o v i e n t r e d e s u s m a -
dres? 3 . ° D i o s t e n d r í a q u e e s t a r c r i a n d o a l m a s á c a d a
m o m e n t o y s i r v i e n d o n o p o c a s veces á las i n i q u i d a d e s
d e los h o m b r e s .
409.—Respuesta.—Estos son u n o s a r g u m e n t o s v a -
nísimos q u e no p r u e b a n nada absolutamente. El
-384-
primero p r o c e d e d e s u p o n e r con P i t á g o r a s y P l a t ó n
q u e n u e s t r a a l m a está u n i d a á s u c u e r p o c o m o el g i -
n e t e á s u caballo y el piloto á s u n a v i o y n o p o r vía d e
f o r m a s u s t a n c i a l s u y a y f o r m a n d o u n solo ser físico
c o n él. P o r q u e solo e n este s u p u e s t o es posible consi-
d e r a r á n u e s t r o c u e r p o c o m o la m a z m o r r a en q u e
e s t á e n c e r r a d a n u e s t r a a l m a p o r los p e c a d o s p a s a d o s .
Mas esta es u n a d o c t r i n a falsa; p o r q u e la u n i ó n d e l
a l m a h u m a n a con s u c u e r p o es n a t u r a l y n o violenta,
como queda probado m á s arriba. Fuera de q u e ni aun
sirva s i q u i e r a p a r a e x p l i c a r los d o l o r e s y t r a b a j o s s o -
b r e d i c h o s . P o r q u e si fuera v e r d a d q u e n u e s t r a a l m a
es u n e s p í r i t u caido de su antigua dignidad y c o n d e n a -
d o á e x p i a r en este c u e r p o c o r r u p t i b l e los delitos d e
o t r a v i d a a n t e r i o r ; lo ú n i c o q u e le p o d r í a c a u s a r d o -
l o r y t r i s t e z a sería el v e r s e e n c e r r a d a y c a u t i v a en
e l c u e r p o , p e r o noclas p e r c e p c i o n e s q u e a d q u i e r e p o r
m e d i o d e los s e n t i d o s . P o r q u e n i n g u n a d e e s t a s p e r -
cepciones p o d r í a e n v o l v e r r a z ó n d e mal p a r a ella sino
t o d a s p o r el c o n t r a r i o razón d e bien, s i e n d o b u e n o
p a r a u n e s p í r i t u el c o n o c e r la existencia d e las cosas
y n o t e n d i e n d o d e s u y o este c o n o c i m i e n t o á o t r o fin
q u e el d e p r o p o r c i o n a r l e la n o t i c i a d e u n a cosa q u e
ella i g n o r a b a .
410.—Los referidos d o l o r e s y p e n a l i d a d e s d e n u e s -
t r a a l m a se e x p l i c a n f a c i l í s i m a m e n t e con la d o c t r i n a
v e r d a d e r a d e q u e n u e s t r a a l m a f o r m a e n el c u e r p o u n
c o m p u e s t o físico n a t u r a l y n o violento, accesible á los
a g e n t e s d e la n a t u r a l e z a , con los cuales se halla en co-
m u n i c a c i ó n c o n t i n u a y q u e son c a p a c e s de d e s t r u i r l o
c o n s u s acciones d a ñ i n a s . De esta s u e r t e , c o m o cier-
tas acciones d e dichos agentes tienden de suyo á des-
h a c e r el c o m p u e s t o h u m a n o ó á p r e p a r a r p o r lo m e n o s
su d e s c o m p o s i c i ó n ; p o r esta c a u s a l a s t a l e s acciones
c o n t i e n e n r a z ó n d e mal p a r a él y p o r lo t a n t o le c a u -
— 3^5 —
san d o l o r y t r i s t e z a . N o es el a l m a sola la q u e sufre y-
p a d e c e sino el hombre ó sea el c o m p u e s t o n a t u r a l d e
a l m a y c u e r p o ; y á este c o m p u e s t o el s u f r i m i e n t o y el
d o l o r le s o n n a t u r a l e s , c o m o le es n a t u r a l la c o r r u p -
ción y la m u e r t e á q u e c o n d u c e n m á s ó m e n o s r e m o -
t a m e n t e las acciones c a u s a d o r a s d e las p e n a s .
411.—Al segundo d e c i m o s q u e las h a b i l i d a d e s e x -
t r a o r d i n a r i a s d e a l g u n o s n i ñ o s , c o m o el t o c a r el p i a n o
con m u c h a facilidad, el i n v e n t a r p i e z a s d e m ú s i c a s u -
m a m e n t e difíciles a u n p a r a los g r a n d e s m a e s t r o s y
o t r a s cosas p a r e c i d a s , n o son reminiscencias d e la cien-
cia a d q u i r i d a en las r e e n c a r n a c i o n e s p a s a d a s , sino
aptitudes naturales o r i g i n a d a s d e la p a r t i c u l a r y e x -
t r a o r d i n a r i a d i s p o s i c i ó n d e los ó r g a n o s c o r p o r a l e s á
q u e e s t á u n i d a s u s t a n c i a l m e n t e el a l m a h u m a n a . Ya
h e m o s v i s t o q u e n u e s t r a s p o t e n c i a s sensitivas s o n o r -
g á n i c a s y q u e n u e s t r a i n t e l i g e n c i a en la p r o d u c c i ó n y
a u n en el u s o d e s u s i d e a s d e p e n d e d e las r e p r e s e n t a -
c i o n e s i m a g i n a r i a s . P o r c o n s i g u i e n t e la d e l i c a d e z a
del o r g a n i s m o influye d e u n a m a n e r a d i r e c t a en l a s
f u n c i o n e s d e la i m a g i n a c i ó n y d e u n m o d o i n d i r e c t o
en las d e la i n t e l i g e n c i a . Si las tales h a b i l i d a d e s fue-
r a n reminiscencias d e o t r a v i d a a n t e r i o r , n o d e b e r í a n
s e r t a n r a r a s y e x t r a o r d i n a r i a s ; s i n o lo n a t u r a l y o r -
d i n a r i o s e r í a q u e c a d a u n o viniese con los conoci-
m i e n t o s a d q u i r i d o s en las e n c a r n a c i o n e s a n t e r i o r e s y
n o con la i g n o r a n c i a q u e t o d o s t r a e n al n a c e r .
412.—El a r g u m e n t o tercero es u n a n e c e d a d . T a n t o
c u e s t a á Dios u n i r n u e v a m e n t e el a l m a á u n c u e r p o
c o m o c r e a r l a d e la n a d a . P o r c o n s i g u i e n t e el h a l l a r
dificultad en q u e Dios e s t á c r i a n d o a l m a s c o n t i n u a -
m e n t e , es i g n o r a r p o r c o m p l e t o h a s t a los r u d i m e n t o s
d e la Filosofía. Dios ejecuta t o d o c u a n t o a h o r a se p r o -
d u c e en el m u n d o , e n v i r t u d d e u n d e c r e t o ú n i c o q u e
f o r m ó sin n i n g ú n t r a b a j o en s u e t e r n i d a d i n c o n m e n -
. —386 —
surable. Cria con su infinito poder las almas que han
de ser u n i d a s á los c u e r p o s e n g e n d r a d o s por h o m b r e s
p e c a d o r e s , c o m o h a c e n a c e r el t r i g o q u e r o b a el l a d r ó n
y lo s i e m b r a e n s u c a m p o p a r a r e c o g e r d e s p u é s la
c o s e c h a . E s d e c i r q u e en t a l e s casos el C r i a d o r d a su
c u r s o o r d i n a r i o á la acción d e la n a t u r a l e z a , q u e en sí
es b u e n a ; solo q u e p r o h i b e c o n s u s leyes s a n t í s i m a s
p r o d u c i r d i c h a acción en c i r c u n s t a n c i a s r e p r o b a d a s
p o r la r a z ó n y c a s t i g a con s e v e r í s i m a s p e n a s e n esta ó
en la o t r a v i d a á los i n f r a c t o r e s d e e s t a s leyes. O b r a r
d e o t r a m a n e r a a n t e s sería p a t r o c i n a r el vicio q u e cas-
t i g a r l o ; p u e s t o q u e e n t o n c e s n o s a l d r í a á la l u z del
m u n d o el f r u t o del p e c a d o q u e a h o r a a p a r e c e n a t u -
r a l m e n t e con d e s h o n r a y h u m i l l a c i ó n d e los q u e lo
han cometido.
413.—Prueba de la y* p.—Esta es u n a c o n s e c u e n c i a
n e c e s a r i a d e las d o s a n t e r i o r e s . P o r q u e , si n u e s t r a
alma después de separada del cuerpo h a de conservar
s i e m p r e su i n d i v i d u a l i d a d y conciencia p r o p i a s y esto
n o lo h a d e o b t e n e r p a s a n d o d e u n c u e r p o á o t r o , es
c l a r o q u e h a d e p e r m a n e c e r s e p a r a d a d e la m a t e r i a
h a s t a q u e Dios t e n g a p o r c o n v e n i e n t e d i s p o n e r d e ella
en o t r a f o r m a . A h o r a b i e n , s a b e m o s p o r la fe q u e u n
día h a d e s e r r e u n i d a á s u a b a n d o n a d o c u e r p o p a r a
n o s e p a r a r s e d e él j a m á s , y este d i a s e r á el d e la r e -
surrección universal. Luego etc.
CAPÍTULO VI.
D e la esencia metafísica del alma humana.

414.—Por el n o m b r e d e esencia e n t e n d e m o s , c o m o
d e c í a m o s e n la O n t o l o g í a ( 0 . . 13), la raiz primera de
todo cuanto existe en un ser ó es propio suyo. L a esen-
cia s e r á jisica 6 metafísica, s e g ú n q u e la s u p o n g a m o s
e n el o r d e n físico y e n t e r a m e n t e i n d e p e n d i e n t e d e
n u e s t r o s p e n s a m i e n t o s ó en elmetafísico y d e p e n d i e n -
te de nuestro entendimiento en cuanto á su m a n e r a
d e existir ideal y a b s t r a c t a (O. 13). De a q u í el q u e la
esencia metafísica suela definirse: aquello que nosotros
racionalmente concebimos como la primera raiz y fuente
de todas las propiedades de un ser cualquiera.
415.—La esencia metafísica del a l m a h u m a n a u n o s
la colocan en la s i m p l i c i d a d , o t r o s con L o c k e en la fa-
c u l t a d d e p e n s a r , o t r o s c o n D e s c a r t e s en el a c t u a l
p e n s a m i e n t o , o t r o s con R o t h e n f i u e en la a c t i v i d a d
i n t r í n s e c a . N i n g u n a d e e s t a s o p i n i o n e s sin e m b a r g o
es a d m i s i b l e ; p u e s la v e r d a d e r a esencia metafísica d e
n u e s t r a a l m a c o n s i s t e , c o m o e n s e ñ a b a n m u y b i e n los
escolásticos, en s e r u n a s u s t a n c i a e s p i r i t u a l i n c o m -
p l e t a . E s t o es lo q u e n o s o t r o s v a m o s á d e m o s t r a r en
las d o s p r o p o s i c i o n e s s i g u i e n t e s .
— 388 —

PROPOSICIÓN PRIMERA.

La esencia metafísica del alma humana no consiste, ni


en la simplicidad, ni en la facultad de pensar, ni en el
actual pensamiento, ni en la actividad intrínseca.

416.—Prueba de la i. p.—La s i m p l i c i d a d la tiene


a

c o m ú n el a l m a h u m a n a : i.° c o n los p u n t o s m a t e m á -
ticos: 2 . con l a s a l m a s d e las b e s t i a s , si son s i m p l e s ;
0

3. c o n los e s p í r i t u s p u r o s y n o o r d e n a d o s d e s u y o á in-
0

f o r m a r m a t e r i a a l g u n a ; 4. c o n el m i s m o Dios, el cual
0

es a b s o l u t a m e n t e s i m p l e . E s así q u e lo q u e consti-
t u y e la esencia metafísica d e n u e s t r a a l m a , n o p u e d e
ser c o m ú n á ella y á o t r a clase d e s e r e s , s i n o q u e le
d e b e c o n v e n i r á ella sola p a r a q u e la d i s t i n g a d e t o -
d a s las d e m á s esencias. L u e g o la esencia metafísica
d e n u e s t r a a l m a n o p u e d e s e r colocada en s u s i m -
plicidad.
417.—Prueba de la 2." p.—Si bajo el n o m b r e d e pen-
samiento c o m p r e n d e m o s t a m b i é n las p e r c e p c i o n e s
s e n s i t i v a s ; la f a c u l t a d d e p e n s a r c o n v e n d r á , n o solo
al a l m a h u m a n a , s i n o t a m b i é n á la d e las b e s t i a s . Si
p o r el c o n t r a r i o e n t e n d e m o s con este n o m b r e la fa-
c u l t a d d e p e r c i b i r las e s e n c i a s d e las'cosas; en esto n o
se diferencia el a l m a h u m a n a d e los e s p í r i t u s p u r o s y
del m i s m o Dios, p o r q u e t o d o s ellos son c a p a c e s d e
e n t e n d e r las e s e n c i a s d i c h a s . L u e g o t a m p o c o en la
s i m p l e c a p a c i d a d d e p e n s a r p u e d e s e r colocada la
esencia metafísica ó el c a r á c t e r d i s t i n t i v o y p r i m a r i o
d e n u e s t r a a l m a , p o r q u e esta es u n a p r o p i e d a d c o -
m ú n á n u e s t r a a l m a y á o t r o s seres.
418.—Podría e n t e n d e r s e p o r facultad d e p e n s a r la
potencia de entender por discursos. E n e s t e s e n t i d o la
tal facultad e x p r e s a r í a u n c a r á c t e r p r o p i o y d i s t i n t i v o
— 289 —
del a l m a h u m a n a , p e r o n o el primero en el o r d e n d e
la r e a l i d a d ; lo c u a l sin e m b a r g o se n e c e s i t a p a r a q u e
á u n a cosa se le d é el n o m b r e d e esencia metafísica. E n
efecto; "nuestra a l m a e n t i e n d e p o r m e d i o d e c o n c e p -
tos discursivos, porque p o r razón d e su inmateriali-
d a d i m p e r f e c t a d e p e n d e n a t u r a l m e n t e d e la fantasía
en el m o d o d e p r o d u c i r s u s i d e a s . De a q u í le r e s u l t a
el n o p o d e r r e p r e s e n t a r s e las cosas sino bajo a q u e l
a s p e c t o l i m i t a d o y c i r c u n s c r i t o q u e le ofrecen las r e -
p r e s e n t a c i o n e s i m a g i n a r i a s y el t e n e r q u e j u n t a r en
u n o v a r i o s c o n c e p t o s r e l a t i v o s á u n a m i s m a cosa p a r a
p o d e r l a e n t e n d e r p e r f e c t a m e n t e , lo cual h a c e m o s con
los juicios y r a c i o c i n i o s . L u e g o e s t a i n m a t e r i a l i d a d
i m p e r f e c t a q u e es p r e c i s a m e n t e lo q u e d e s i g n a m o s
con l a s p a l a b r a s « s u s t a n c i a e s p i r i t u a l i n c o m p l e t a » , y
n o la s i m p l e f a c u l t a d d e e n t e n d e r p o r d i s c u r s o s , es lo
q u e c o n s t i t u y e la esencia metafísica d e l a l m a h u m a -
n a . P o r q u e el m o d o d e o b r a r e s un efecto metafísico del
m o d o d e s e r y p o r c o n s i g u i e n t e la m e n c i o n a d a facul-
t a d se d e r i v a d e la i m p e r f e c t a e s p i r i t u a l i d a d en el
modo de ser de nuestra alma.
419.—Quizas p r e g u n t a r á a l g u n o : ¿Cómo p u e s defi-
n i m o s al h o m b r e d i c i e n d o q u e es un animal racional
ó discursivo? L a r e s p u e s t a q u e se d e b e d a r á esta
p r e g u n t a , es q u e n o s o t r o s n o c o n o c e m o s l a s esencias
de los s e r e s sino p o r m e d i o d e s u s acciones, y p o r lo
t a n t o es n a t u r a l q u e d e f i n a m o s al h o m b r e e n u m e r a n -
do sus dos caracteres propios de sentir y raciocinar.
P e r o en la c u e s t i ó n r e l a t i v a á la esencia metafísica d e
n u e s t r a a l m a , la c u a l es, n o u n ser p r o p i a m e n t e , sino
u n e l e m e n t o c o n s t i t u t i v o d e l ser h u m a n o , t r a t a m o s
ya d e a v e r i g u a r q u é cosa sea a q u e l l a p o r la c u a l esta
a l m a es f u e n t e del t a l g é n e r o d e acciones, y así n o n o s
p o d e m o s c o n t e n t a r d i c i e n d o q u e el a l m a h u m a n a es
u n a s u s t a n c i a «espiritual discursiva» sino q u e n o s
Psicología. ' IC)
— 290 —»
d e b e m o s r e m o n t a r m á s a r r i b a s e ñ a l a n d o la r a z ó n
p o r q u e u s a d e d i s c u r s o s ; r a z ó n q u e n o es o t r a s i n o
su espiritualidad incompleta.
420.—Prueba de la y. p.—1.° El p e n s a m i e n t o a c t u a l
a

n o es esencial á n u e s t r a a l m a , c o m o lo d e j a m o s p r o -
b a d o m á s a r r i b a (251). L u e g o n o p u e d e c o n s i s t i r en
él s u e s e n c i a metafísica. 2 . ° A u n q u e el p e n s a m i e n t o
a c t u a l f u e r a esencial á n u e s t r a a l m a , t o d a v í a n o p o -
d r í a m o s colocar en él la esencia metafísica e n c u e s -
t i ó n ; y a p o r q u e , e n t a l caso esta p r o p i e d a d s e r í a d e la
m i s m a m a n e r a esencial á los e s p í r i t u s p u r o s y lo es
d e h e c h o al C r i a d o r , y p o r c o n s i g u i e n t e n o c o n v e n d r í a
á n u e s t r a a l m a sola; y a t a m b i é n p o r q u e , s i e n d o el
p e n s a m i e n t o d i c h o u n a c t o del a l m a , t e n d r í a m o s q u e
s u b i r c o n la c o n s i d e r a c i ó n á la n a t u r a l e z a d e e s t a
m i s m a a l m a p a r a v e r p o r q u é el t a l p e n s a m i e n t o le h a -
bía d e s e r esencial; y p o r lo t a n t o el p e n s a m i e n t o a c -
t u a l n o s e r í a y a l a . r a i z y f u e n t e p r i m e r a d e t o d a s las
demás propiedades de nuestra alma. Luego...
421 — Prueba de la 4." p.—1.° L a a c t i v i d a d i n t r í n s e c a
c o n v i e n e n o solo á n u e s t r a a l m a sino t a m b i é n á t o d o s
los e s p í r i t u s en g e n e r a l , á las a l m a s d e los b r u t o s y
a u n á los m i s m o s c u e r p o s ; p u e s t o q u e t o d a s u s t a n c i a
c r i a d a , sea e s p i r i t u a l , sea c o r p ó r e a , d e b e e s t a r a d o r -
n a d a de virtud intrínseca p a r a ejecutar todas aquellas
acciones c o n l a s c u a l e s h a d e m o v e r s e h a c i a s u fin
n a t u r a l é i n t r í n s e c o , q u e ella d e b e b u s c a r en el U n i -
v e r s o . L u e g o t a m p o c o en esta a c t i v i d a d p o d e m o s
colocar la esencia metafísica d e l a l m a h u m a n a ; p o r -
q u e la perfección c o n s t i t u t i v a d e su esencia metafísi-
ca d e b e s e r p r o p i a y e x c l u s i v a d e ella sola. 2.° A u n q u e
la a c t i v i d a d e n u n c i a d a fuera p r o p i a y exclusiva d e
n u e s t r a a l m a , t o d a v í a n o p o d r í a s e r ella la esencia
m e t a f í s i c a d e n u e s t r a a l m a . P o r q u e la a c t i v i d a d e s
u n a c i e r t a colección d e fuerzas y p o r lo t a n t o d e b e
— 291 —
e s t a r r a d i c a d a y f u n d a d a en o t r o p r i n c i p i o m á s a l t o ,
q u e sea su fuente y raiz p r i m e r a . L u e g o este p r i n c i -
pio, y n o la a c t i v i d a d d i c h a , sería el c o n s t i t u t i v o d e
la esencia metafísica q u e n o s o c u p a .

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

La esencia metafísica del alma humana consiste en su


espiritualidad imperfecta, ó sea en que nuestra alma
es una sustancia espiritual incompleta, ordenada
de suyo á formar juntamente con la materia por
ella animada una sustancia física completa^

422.—Demostración.—Nuestra a l m a , en c u a n t o s u s -
t a n c i a , se d i s t i n g u e d e t o d o s los a c c i d e n t e s : en c u a n t o
s u s t a n c i a e s p i r i t u a l , es fuente y raiz d e t o d a s las p o -
t e n c i a s e s p i r i t u a l e s q u e le p e r t e n e c e n y así se d i s t i n -
g u e del a l m a d e los b r u t o s y del p r i n c i p i o vital d e las
p l a n t a s : en c u a n t o s u s t a n c i a e s p i r i t u a l y o r d e n a d a
de s u y o á a n i m a r la m a t e r i a f o r m a n d o con ella u n a
sola s u s t a n c i a c o m p l e t a , se d i s t i n g u e d e los e s p í r i t u s
p u r o s , los cuales son s u s t a n c i a s e s p i r i t u a l e s c o m p l e t a s
é i n c a p a c e s d e a n i m a r m a t e r i a a l g u n a , y es a d e m a s
f u e n t e así d e t o d a s las f a c u l t a d e s s e n s i t i v a s c o m o
de la m a n e r a d e e n t e n d e r p o r d i s c u r s o s , q u e n a t u r a l -
m e n t e compete á n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o á diferencia
de las i n t e l i g e n c i a s a n g é l i c a s . P u e s p o r q u e n u e s t r a
a l m a es d e s u y o f o r m a s u s t a n c i a l del c u e r p o h u m a n o ,
n o p u e d e n a t u r a l m e n t e f o r m a r s u s i d e a s sino m e -
d i a n t e el influjo d e los f a n t a s m a s d e la i m a g i n a c i ó n ;
y t i e n e p o r objeto d e la i n t e l i g e n c i a , n o lo e s p i r i t u a l
p u r o c o m o las i n t e l i g e n c i a s a n g é l i c a s , sino lo e s p i r i -
t u a l m e z c l a d o d e a l g u n a m a t e r i a l i d a d , lo c u a l y a
q u e d a d e m o s t r a d o en los c a p í t u l o s a n t e r i o r e s . L u e g o
— 29a
la razón formal' de su substancialidad espiritual in-'
completa la distingue por una parte de todos los
demás seres pertenecientes á otras especies, y por otra
contiene en sí la raiz y principio fundamental de
todas cuantas propiedades pertenecen al alma huma-
na, y en ella por lo tanto debe ser colocada la esencia
metafísica que ahora nos ocupa.
Esto nos conduce á tratar de nuestra alma bajo
el aspecto relativo de forma sustancial de la materia
y del género de unión que tiene con ella, lo cual per-
tenece ya á la segunda parte de este tratado.
cCb__rftl tÄ-_JEffia-~J^_-JÄL~-£ffii-_l£5-_JÄl_£ffil EffiL.. r f o . - f O T •-C^?-r. lift ., !fr¡_ gPü_

SEGUNDA PARTE.

DEL AIMA HUMANA RELATIVAMENTE CONSIDERADA.

423.—Mirada el a l m a h u m a n a bajo u n a s p e c t o r e -
lativo n o s ofrece las c u e s t i o n e s s i g u i e n t e s : i . ¿Cuál a

es el g é n e r o d e u n i ó n q u e la t i e n e u n i d a al c u e r p o ?
2. ¿Qué clase d e influjo del a l m a e n el c u e r p o y d e l
1

c u e r p o en el a l m a lleva c o n s i g o la u n i ó n s o b r e d i c h a ?
3. ¿Cuál es el o r i g e n del a l m a h u m a n a y el del c o m -
a

p u e s t o físico l l a m a d o hombre, q u e r e s u l t a d e s u u n i ó n
con la m a t e r i a ? 4. ¿ C u á n d o h a sido c r i a d a el a l m a
a

h u m a n a y d e s d e q u é t i e m p o v i e n e n e x i s t i e n d o los
h o m b r e s s o b r e la T i e r r a ? 5. F i n a l m e n t e ¿por q u é
a

m e d i o s llega á f o r m a r el a l m a h u m a n a s u s p e n s a -
m i e n t o s ? ó e n o t r o s t é r m i n o s , ¿cuál es el o r i g e n d e
n u e s t r a s ideas? P a r a r e s p o n d e r á e s t a s c u e s t i o n e s ,
d i v i d i r e m o s la m a t e r i a d e e s t a s e g u n d a p a r t e en
los cinco c a p í t u l o s s i g u i e n t e s .
CAPÍTULO PRIMERO.
D e la union del alma humana con
el cuerpo.

P a r a p r o c e d e r con la c l a r i d a d d e b i d a en esta i m -
p o r t a n t e materia, e x p o n d r e m o s p r i m e r a m e n t e las
d i f e r e n t e s clases d e u n i ó n , d e s p u é s h a r e m o s v e r c u á l
d e ellas es la q u e d e b e a f i r m a r s e del a l m a h u m a n a
e n la c u e s t i ó n p r e s e n t e ; lo cual e j e c u t a d o , r e f u t a r e -
m o s las falsas d o c t r i n a s e n s e ñ a d a s p o r los d i v e r s o s
a u t o r e s e n e s t a p a r t e y d e f e n d e r e m o s la v e r d a d e r a .
Finalmente, e x a m i n a r e m o s las cuestiones relativas
así al n ú m e r o d e f o r m a s s u s t a n c i a l e s d e l c u e r p o h u -
m a n o c o m o al l u g a r ó a s i e n t o q u e o c u p a n u e s t r a
a l m a e n el c u e r p o . Á este fin d i v i d i r e m o s la m a t e r i a
e n los a r t í c u l o s s i g u i e n t e s .

ARTÍCULO PRIMERO.
Noción de la unión y sus diferentes especies.

424.—Union es aquello por lo cual de diversos ele-


mentos resulta un solo ser. Así, p o r e j e m p l o , d e la u n i ó n
d e d i f e r e n t e s s o l d a d o s bajo la dirección d e u n jefe
r e s u l t a u n ejército; d e la d e v a r i a s p i e d r a s c o l o c a d a s
j u n t a m e n t e , u n m o n t ó n ; d e la del a l m a y d e l c u e r p o
h u m a n o , u n solo h o m b r e .
L a s d i f e r e n t e s clases d e u n i ó n p o r fuerza d e b e n
c o r r e s p o n d e r á l a s d i v e r s a s clases d e u n i d a d c o m -
p u e s t a ; p u e s t o q u e , e n los s e r e s c o m p u e s t o s d e dife-
~295 —
r e n t e s e l e m e n t o s , la f o r m a d e d o n d e r e s u l t a la u n i d a d
es la u n i ó n , y los e l e m e n t o s m i s m o s c o n s t i t u y e n la
m a t e r i a . A h o r a b i e n , la u n i d a d c o m p u e s t a p u e d e s e r
moral y similitudinaria ó física y real. La p r i m e r a es
a q u e l l a e n q u e el s e r l l a m a d o u n o es simplemente múl-
tiple, y solo se dice u n o en u n cierto s e n t i d o q u e i m i t a
d e a l g ú n m o d o la u n i d a d física y v e r d a d e r a á c a u s a
d e c i e r t a c o m u n i d a d , y a sea d e l u g a r , y a d e fin, y a
d e t e n d e n c i a , c o n q u e se h a l l a n r e l a c i o n a d o s d i v e r s o s
s e r e s c o m p l e t o s c a d a u n o en s u n a t u r a l e z a y p o r con-
s i g u i e n t e a c r e e d o r e s al n o m b r e d e supuestos ó s u s t a n -
cias c o m p l e t a s . T a l e s s o n , p o r e j e m p l o , u n montón
d e p i e d r a s , u n ejército, u n a casa, u n a familia, u n a '
república. L a s e g u n d a p o r el c o n t r a r i o es a q u e l l a e n
q u e el ser l l a m a d o m ú l t i p l e es simplemente uno, y solo
se dice m ú l t i p l e , en c u a n t o q u e i m i t a la m u l t i p l i c i d a d
v e r d a d e r a á c a u s a d e los d i v e r s o s e l e m e n t o s d e q u e
e s t á c o m p u e s t o ; los c u a l e s n o son p r o p i a m e n t e seres
ó s u s t a n c i a s c o m p l e t a s , c o m o se r e q u i e r e p a r a la m u l -
t i p l i c i d a d v e r d a d e r a , s i n o partes d i s t i n t a s d e u n solo
ser. De a q u í es q u e t o d a s l a s d i v e r s a s p a r t e s del s e r
real y v e r d a d e r a m e n t e u n o participan de u n a m i s m a
r a z ó n d e ser; d e f o r m a q u e el s e r d e la u n a n o es
r e a l m e n t e d i s t i n t o del s e r d e la o t r a ; p o r q u e d e lo
c o n t r a r i o y a en r e a l i d a d d e v e r d a d s e r í a n d i f e r e n t e s
seres ó sustancias completas y no formarían sino
cierta u n i d a d similitudinaria. Ejemplo de u n i d a d ver-
d a d e r a n o s ofrecen los s e r e s d e la n a t u r a l e z a , los
cuales t i e n e n v e r d a d e r a u n i d a d y d a n con ella f u n -
d a m e n t o á la i n t e l i g e n c i a h u m a n a p a r a q u e , conci-
b i é n d o l o s d e u n a m a n e r a a b s t r a c t a , a d q u i e r a el c o n o -
c i m i e n t o d e s u s esencias m e t a f í s i c a s . Así, p o r e j e m p l o ,
t i e n e n v e r d a d e r a u n i d a d física el hombre, el caballo,
el peral, el oro, el mármol, e t c . , los cuales s o n o t r a s
t a n t a s e s e n c i a s c o n c r e t a s c r i a d a s p o r Dios c o n f o r m e
— 296—
á sus divinos ejemplares y constan de diversos ele-
mentos, cuya naturaleza intrínseca y esencial es ser
partes constitutivas de un todo físico y realmente uno
y no sustancias completas.
425.—La unidad física resultante de la composición
nuevamente se divide en sustancial y accidental, según
que los elementos constituyentes sean sustancias in-
completas y ordenadas de suyo á formar una sola
sustancia completa, ó por el contrario uno de estos
elementos sea ya en sí una sustancia completa y los
otros sean meros accidentes suyos. Así, por ejemplo,
el hombre tiene unidad sustancial; porque sus elemen-
tos componentes son el alma y el cuerpo, ordenados
de suyo á formar unidos el ser mencionado. Por el
contrario lo blanco, por ejemplo, tiene unidad acci-
dental; porque el ser en que se halla la blancura, es
ya en sí una sustancia completa en razón de sustan-
cia y solo forma con ella un todo accidental.
La unidad sustancial sobredicha se subdivide de
nuevo en natural y personal. La primera corresponde
á toda sustancia compuesta de varias esencias ó sus-
tancias parciales y completa en razón de naturaleza,
en términos que le es naturalmente imposible el for-
mar parte de otro ser distinto de ella misma. Tal es,
por ejemplo, la unidad de la naturaleza humana, la
cual resulta de la unión de dos sustancias ó esencias
incompletas y es en sí un todo completo é incapaz por
lo tanto de formar naturalmente parte de otro todo
más alto y más perfecto. Así, aunque la naturaleza
humana se halla en Jesucristo unida sustancialmente
al Verbo divino y formando con él un solo ser, no
por eso deja de tener la unidad indicada. Porque
nada le falta en razón de naturaleza humana, y por
tanto el estar sustancialmente unida al Verbo y for-
mando parte del compuesto teándrico es para ella una
— 297 —
perfección s o b r e n a t u r a l . L a s e g u n d a t i e n e l u g a r ,
c u a n d o u n a s u s t a n c i a c o m p l e t a en r a z ó n d e n a t u r a l e z a
está f í s i c a m e n t e u n i d a á u n a p e r s o n a y f o r m a n d o
con ella u n solo ser. T a l es la u n i d a d d e l c o m p u e s t o
t e á n d r i c o ó del H o m b r e - D i o s ; p u e s t o q u e en él la n a -
t u r a l e z a h u m a n a , sin p e r d e r n a d a en r a z ó n d e n a t u -
raleza, f o r m a parte d e l c o m p u e s t o d i c h o , el c u a l es
u n a verdadera persona divina.
C o n esto y a p o d e m o s d i v i d i r f á c i l m e n t e la u n i ó n e n
s u s c o r r e s p o n d i e n t e s especies y e n t e n d e r sin el m e n o r
t r a b a j o la n a t u r a l e z a d e c a d a u n a . Así p u e s , la u n i ó n
se d i v i d e . i.° en moral y física; 2.° e n sustancial y ac-
cidental; 3 . e n natural y personal. L a morales a q u e l l a
0

m e d i a n t e la c u a l los e l e m e n t o s c o m p o n e n t e s n o for-
m a n u n a u n i d a d r e a l y física sino s o l a m e n t e s i m i l i t u -
d i n a r i a ; d e f o r m a q u e e n r e a l i d a d s o n v a r i o s seres
c o m p l e t o s y s u b s i s t e n t e s en sí m i s m o s , y n o t i e n e n
o t r o v i n c u l o d e u n i ó n q u e la c o m u n i d a d d e l u g a r , ó
d e t e n d e n c i a , £> d e fin, e t c . , cosas t o d a s m e r a m e n t e
lógicas y e x t r í n s e c a s al c o m p u e s t o m i s m o . Física es
aquella, m e r c e d á la c u a l los c o m p o n e n t e s f o r m a n u n
ser f í s i c a m e n t e u n o ; d e f o r m a q u e n o h a y a en el c o m -
puesto resultante varios seres completos y subsisten-
t e s e n sí m i s m o s s i n o u n o solo d o t a d o d e d i s t i n t a s
p a r t e s . Sustancial es la u n i ó n física d e v a r i a s s u s t a n -
cias; d e s u e r t e q u e en el c o m p u e s t o r e s u l t a n t e n o h a y a
en r e a l i d a d d e v e r d a d s i n o u n a sola s u s t a n c i a c o m -
pleta, d o t a d a de u n i d a d v e r d a d e r a y no similitudina-
ria. Accidental es a q u e l l a d e q u e r e s u l t a u n solo s e r
físico c o m p u e s t o d e s u s t a n c i a y a c c i d e n t e . L a natural
consiste en la u n i ó n física d e v a r i a s s u s t a n c i a s i n c o m -
p l e t a s y o r d e n a d a s d e s u y o á f o r m a r u n a sola n a t u r a -
leza c o m p l e t a y s u b s i s t e n t e en sí m i s m a . Personal
finalmente es a q u e l l a , m e d i a n t e la c u a l u n a n a t u r a l e -
za c o m p l e t a y u n a p e r s o n a f o r m a n u n ser ú n i c o c o m -
— 298 —
puesto de naturaleza y personalidad. Esto baste p a r a
e n t e n d e r la clase d e u n i ó n q u e m e d i a e n t r e el a l m a y
el c u e r p o del h o m b r e , d e la c u a l h a b l a r e m o s e n el si-
guiente artículo.

ARTÍCULO II.

Naturaleza de la unión que media entre el cuerpo


y el alma humana.

426.—Que el a l m a h u m a n a t e n g a a l g ú n g é n e r o d e
u n i ó n con el c u e r p o es cosa q u e n o necesita de p r u e b a ;
p o r q u e c a d a u n o s i e n t e d e n t r o d e sí m i s m o esta u n i ó n ,
sin p o d e r d u d a r n u n c a a c e r c a d e ella. Lo q u e n o s o t r o s
d e b e m o s i n v e s t i g a r s o l a m e n t e , es su n a t u r a l e z a ; acerca
d e la cual a l g u n o s , t a n t o e n t r e los m o d e r n o s c o m o
e n t r e los a n t i g u o s , h a n o p i n a d o e r r ó n e a m e n t e con
P l a t ó n q u e es m o r a l y n o física. P o r q u e , s e g ú n s e d e s -
p r e n d e de todos sus sistemas, q u e e x a m i n a r e m o s en
el s i g u i e n t e a r t í c u l o , el a l m a h u m a n a n o está u n i d a
al c u e r p o de s u e r t e q u e f o r m e con él u n a sola n a t u r a -
leza s u s t a n c i a l , ni es f o r m a s u y a s i n o e n u n cierto s e n -
t i d o l a t o , e n c u a n t o q u e se h a l l a d e n t r o d e él; le asiste
y le g o b i e r n a , y se a p r o v e c h a d e s u s fuerzas p a r a ejer-
cer s u s o p e r a c i o n e s p r o p i a s , q u e son las p e r c e p c i o n e s
sensitivas é i n t e l e c t u a l e s y las a p e t i c i o n e s c o r r e s p o n -
d i e n t e s . L a v e r d a d e r a d o c t r i n a es, q u e la u n i ó n s o b r e -
d i c h a n o es m o r a l sino física, ni s o l a m e n t e p e r s o n a l
sino t a m b i é n n a t u r a l , c o m o lo v a m o s á d e m o s t r a r en
la s i g u i e n t e
-299-

PROPOSICION.

La unión del alma humana con el cuerpo no es


moral sino física, ni solamente personal
sino también natural.
427.—Prueba de la 1." p.—1.° T a n t o el c u e r p o c o m o
el a l m a r a c i o n a l p e r t e n e c e n á la esencia d e l h o m b r e .
P o r q u e así c o m o p o r r a z ó n del a l m a r a c i o n a l el h o m b r e
es e s e n c i a l m e n t e discursivo y libre, d e la m i s m a m a -
n e r a , p o r r a z ó n del c u e r p o , es g e n e r a b l e y c o r r u p t i b l e
y c a p a z d e v e g e t a r y d e s e n t i r . E s así q u e e s t a esencia
c o m p u e s t a d e los d o s e l e m e n t o s m e n c i o n a d o s t i e n e
u n i d a d física y v e r d a d e r a y n o s i m i l i t u d i n a r i a ; p u e s t o
q u e el h o m b r e ó sea el c o m p u e s t o d e c u e r p o y a l m a
r a c i o n a l es u n ser s i m p l e m e n t e u n o , c o m o lo p u e d e
s e r el caballo, el p e r r o , ú o t r o ser n a t u r a l c u a l q u i e r a .
L u e g o la u n i ó n d e l a l m a h u m a n a c o n el c u e r p o n o es
m o r a l s i n o v e r d a d e r a m e n t e física.
2.0
Si el a l m a h u m a n a n o e s t u v i e r a s u s t a n c i a l m e n -
t e u n i d a al c u e r p o y f o r m a n d o c o n él u n solo s e r , n o
n e c e s i t a r í a d e la m a t e r i a p a r a ejercer s u s p e r c e p c i o n e s
y a p e t i c i o n e s . P o r q u e ella e n tal caso s e r í a u n a s u s -
t a n c i a c o m p l e t a s u b s i s t e n t e en sí m i s m a y n o o r d e n a -
da de suyo á formar p a r t e de compuesto alguno, y p o r
lo t a n t o p o d r í a e n t e n d e r y q u e r e r sin d e p e n d e n c i a
a l g u n a d e la m a t e r i a , lo m i s m o q u e los e s p í r i t u s p u r o s
y d e s n u d o s d e t o d o c u e r p o . E s así q u e n u e s t r a a l m a
n o p u e d e ejercer o p e r a c i ó n a l g u n a sin d e p e n d e n c i a
de los ó r g a n o s c o r p o r a l e s , m i e n t r a s se halla u n i d a al
c u e r p o , c o m o q u e d a p r o b a d o en la p r i m e r a p a r t e d e
este t r a t a d o . L u e g o es e v i d e n t e , q u e su u n i ó n c o n el
c u e r p o es v e r d a d e r a m e n t e s u s t a n c i a l y física.
428.—Prueba de la 2 / p.—Que la u n i ó n d i c h a sea
p e r s o n a l c o n s t a : 1.° P o r q u e el c o m p u e s t o físico d e ella
—3 0 0

r e s u l t a n t e es u n a s u s t a n c i a c o m p l e t a y r a c i o n a l , s u b -
s i s t e n t e en sí m i s m a y n o en o t r o s e r m á s alto q u e ella;
q u e es lo q u e se necesita p a r a q u e u n a s u s t a n c i a r e c i b a
el n o m b r e d e p e r s o n a (O. 382). 2.° P o r q u e n u e s t r a a l m a
está d e t a l m o d o u n i d a al c u e r p o , q u e d e e n t r a m b o s
r e s u l t a u n solo p r i n c i p i o d e acción; p o r d o n d e c o n la
m i s m a v e r d a d d e c i m o s : Yo me muevo, yo empujo, yo
sufro el ímpetu de los cuerpos, yo soy corruptible, e t c . ,
lo cual n o s viene del e l e m e n t o c o r p o r a l , q u e : Yo entien-
do, yo quiero libremente, yo discurro, yo filosofo, yoiefle-
xiono, lo c u a l se n o s c o m u n i c a p o r el e l e m e n t o espi-
r i t u a l ó sea p o r el a l m a r a c i o n a l . L u e g o es e v i d e n t e
q u e la u n i ó n del a l m a c o n el c u e r p o es, n o solo física,
sino también personal.
429.—Prueba de la 3.* p.—1.° De la u n i ó n física del
a l m a c o n el c u e r p o r e s u l t a e n n o s o t r o s u n a esencia
n u e v a y c o m p l e t a , l l a m a d a humanidad; la cual c o n s t a
e s e n c i a l m e n t e d e a l m a y c u e r p o ; y n i es c u e r p o solo,
n i a l m a sola, s i n o u n c o m p u e s t o físico d e e n t r a m b o s .
L u e g o la t a l u n i ó n es v e r d a d e r a m e n t e n a t u r a l . 2. El 0

c o m p u e s t o h u m a n o es c a p a z d e c i e r t a s o p e r a c i o n e s
n u e v a s , q u e n o p u e d e n s e r p r o d u c i d a s ni p o r el c u e r -
p o solo n i p o r el a l m a sola, c u a l e s s o n los a c t o s p e r -
t e n e c i e n t e s á la v i d a v e g e t a t i v a y á la s e n s i t i v a . E s
así q u e l a s o p e r a c i o n e s n u e v a s y e s e n c i a l m e n t e diver-
s a s d e l a s q u e p u e d e n p r o d u c i r p o r sí solo los ele-
mentos constitutivos de u n compuesto, requieren
t a m b i é n u n a n a t u r a l e z a n u e v a , q u e sea p r i m e r p r i n -
cipio s u y o ; p u e s t o q u e n o se p u e d e d a r efecto a l g u n o
sin su c a u s a c o r r e s p o n d i e n t e . L u e g o la u n i ó n s o b r e -
d i c h a es, n o solo p e r s o n a l , sino t a m b i é n n a t u r a l ó
causadora de u n a naturaleza nueva.
430.—De lo d i c h o se infiere q u e n u e s t r o Yo, ó e n
o t r o s t é r m i n o s , la p e r s o n a h u m a n a , n o es el a l m a
sola, s i n o el c o m p u e s t o físico d e a l m a y c u e r p o
—3 0 1
~"
l l a m a d o hombre. A l g u n o s h a n q u e r i d o c o n s t i t u i r la
r a z ó n d e p e r s o n a en el a l m a sola, f u n d a d o s en q u e el
Yo p e n s a n t e es el a l m a y n o los ó r g a n o s , y en q u e
este Yo s u b s i s t e a u n d e s p u é s d e la d e s t r u c c i ó n d e l
c u e r p o ; p o r lo q u e h a n definido al h o m b r e , d i c i e n d o
q u e es « u n a i n t e l i g e n c i a s e r v i d a p o r ó r g a n o s » . N a d a
m á s falso q u e esta d o c t r i n a : el Yo h u m a n o c o n s t a
esencialmente de c u e r p o y alma, y esta s e g u n d a p o r
sí sola n o p u e d e l l a m a r s e persona en t o d o el r i g o r d e
la p a l a b r a . P o r q u e la p e r s o n a es u n a s u s t a n c i a r a c i o -
n a l c o m p l e t a , s u b s i s t e n t e en sí m i s m a y no o r d e n a d a
d e s u y o á f o r m a r parte d e o t r a esencia a l g u n a física:
y al a l m a h u m a n a falta esto ú l t i m o , q u e es lo q u e
p r e c i s a m e n t e la d i s t i n g u e d e los e s p í r i t u s p u r o s , á
los c u a l e s c o r r e s p o n d e con v e r d a d el n o m b r e d e per-
sonas. E l Yo p e n s a n t e en el c o m p u e s t o h u m a n o n o es
el a l m a sola sino el h o m b r e ; el cual s i e n t e con los
s e n t i d o s y d i s c u r r e con la i n t e l i g e n c i a . E l a l m a es la
p a r t e p r i n c i p a l d e la p e r s o n a h u m a n a , y p o r esta r a -
zón suele l l a m a r s e a l g u n a s veces Yo y persona. C u a n -
d o se vea s e p a r a d a del c u e r p o , p o d r á d e c i r c i e r t a -
m e n t e , Yo; p e r o este Yo s i e m p r e e n u n c i a r á u n a s u s -
t a n c i a r a c i o n a l incompleta y o r d e n a d a d e s u y o á for-
m a r parle d e l c o m p u e s t o h u m a n o , y p o r lo t a n t o
n u n c a significará u n a v e r d a d e r a persona. •

ARTÍCULO III.
Diversos sistemas relativos á la unión del alma
humana con el cuerpo.
451.—A seis p u e d e n s e r r e d u c i d o s los s i s t e m a s q u e
h a n sido e x c o g i t a d o s p o r los filósofos p a r a e x p l i c a r la
u n i ó n d e l a l m a h u m a n a c o n el c u e r p o . El p r i m e r o es
g e n e r a l m e n t e a t r i b u i d o á P l a t ó n ; y, s e g ú n él, n u e s t r a
a l m a e n t a n t o e s t á u n i d a al c u e r p o , en c u a n t o q u e se
h a l l a p r e s e n t e á él c o n s u s u s t a n c i a , y le g o b i e r n a y
le m u e v e y se s i r v e d e s u s fuerzas n a t u r a l e s , h a c i e n d o
con él el m i s m o oficio q u e el g i n e t e con su caballo y el
piloto con su navio.
432.—El s e g u n d o fué i d e a d o p o r M a l e b r a n c h e , el c u a l
h a c e consistir la u n i ó n m e n c i o n a d a e n q u e , c o e x i s -
t i e n d o j u n t a m e n t e el c u e r p o y el a l m a , las o p e r a -
ciones p r o d u c i d a s p o r Dios e n u n o d e ellos s e a n oca-
siones p a r a q u e p r o d u z c a t a m b i é n en el o t r o o t r a s
análogas y correspondientes. Porque Malebranche no
creia q u e n i n g u n a s u s t a n c i a c r i a d a p u d i e s e p r o d u c i r
con s u acción efecto a l g u n o físico; y así j u z g ó , c o n -
f o r m e á su d o c t r i n a g e n e r a l , q u e el a l m a h u m a n a d e
s u y o n o h a c e sino d a r ocasión á Dios n u e s t r o S e ñ o r
p a r a q u e p r o d u z c a en ella c i e r t a s p e r c e p c i o n e s y voli-
ciones, á las cuales d e b a n a c o m p a ñ a r c i e r t o s m o v i -
m i e n t o s d e l c u e r p o , y q u e éste se c o m p o r t a d e la
m i s m a m a n e r a en o r d e n á la p r o d u c c i ó n d e s u s p r o -
p i o s m o v i m i e n t o s , con los cuales v a y a n j u n t a s las
p e r c e p c i o n e s y voliciones del a l m a . P o r esta r a z ó n h a
r e c i b i d o este s i s t e m a el n o m b r e d e sistema de las cau-
sas ocasionales.
433.—El t e r c e r o es el d e L e i b n i t z , s e g ú n el cual, t a n -
t o el a l m a c o m o el c u e r p o son c i e r t a s especies d e a u -
t ó m a t a s , q u e p r o d u c e n s u s a c t o s en v i r t u d d e s u
e s p o n t a n e i d a d i n t r í n s e c a , sin l i b e r t a d p r o p i a m e n t e
d i c h a y sin influir n a d a e n t r e si. P o r d o n d e la u n i ó n
del a l m a con el c u e r p o , s e g ú n este filósofo, c o n s i s t e
en la a d a p t a c i ó n p e r f e c t a d é l o s m o v i m i e n t o s a u t o m á -
ticos del c u e r p o á los del a l m a , y viceversa. P o r q u e
Dios, e n t r e los infinitos c u e r p o s y a l m a s posibles, j u n -
t ó en u n o a q u e l l o s q u e p r e v i o h a b í a n d e e j e c u t a r d e
u n a m a n e r a a r m ó n i c a s u s a c t o s en v i r t u d d e s u a c t i -
v i d a d e s p o n t á n e a ; y así o b r a n s i e m p r e a r m ó n i c a m e n -
t e , a u n q u e sin influir el a l m a en el c u e r p o , ni éste en
- 3 0 3 -

aquélla. Por esta causa ha sido dado á éste sistema el


nombre de sistema de la armonía preestablecida.
434.—El cuarto fue defendido por Locke, el cual juz-
gó que" la unión sobredicha consiste en que el cuerpo
con sus movimientos orgánicos obra en nuestra alma
determinándola á formar sus percepciones y volicio-
nes, y el alma á su vez obra en el cuerpo determinán-
dolo al movimiento por medio del fluido nérveo que
le sirve como de instrumento. Consiguientemente este
sistema ha recibido el nombre de sistema del influjo
físico.
435.—El quinto es el de los atomistas, según los
cuales, nuestra alma está unida al cuerpo en cuanto
que las conmociones mecánicas del organismo son
condiciones necesarias para que el alma pueda produ-
cir sus percepciones sensibles. Por donde los tales au-
tores afirman que la unión 'sustancial de que vamos
tratando, consiste en que el alma, compenetrándose
con el cuerpo, junta y mezcla sus fuerzas propias con
las del cuerpo dicho (1). De esta junta y mezcla de
fuerzas dicen que resulta una naturaleza nueva, por-
que sin la cooperación del órgano no es posible que el
alma produzca las sensaciones, y por tanto estas accio-
nes provienen del alma y del órgano juntamente ó sea
del compuesto de cuerpo y alma. Débese notar empe-
ro que en la producción de las acciones sobredichas el
cuerpo no entra sino por vía de condición; porque, en
sentir de los referidos autores, la sensación es un acto
producido por el alma sola y recibido en ella sola, y
el cuerpo con sus conmociones orgánicas no puede.

(1) «Substantialis anima? cum corpore conjunctio, escribe el


P. Tongiorgi (Psycol. n. 167), constituí videtur per hoc, quod
anima corpus pervadens, vim suam vi corporis propria? associct
admisceatque.»
- 3 0 4 -

hacer Otra cofia, que llenar los requisitos necesarios


para que el alma se halle en disposición de produ-
cirla (i). Este sistema debe ser llamado justamente
con el nombre de atómico; si bien sus defensores dicen
que el alma está unida al cuerpo como forma sustan-
cial suya. Pero el sistema de la forma sustancial es
muy diferente, como ellos mismos lo prueban con su
conducta; pues dirigen contra él toda la batería de sus
argumentos.
4 3 6 . — E l sexto finalmente es el de los escolásticos
vulgarmente llamado de la materia y jorma. Según él,
el alma y el cuerpo se hallan unidos sustancialmente,
no por estar compenetrados ni por juntar y mezclar
el alma sus fuerzas propias con las del organismo, que
le sirvan de condición necesaria para producir sus per-
cepciones, sino porque el alma actúa al cuerpo comu-
nicándole su propio ser, de manera que los dos juntos
constituyan un solo ser físico y verdadero, dotado de
una esencia nueva y distinta de la que corresponde al
cuerpo solo y al alma sola; la cual esencia es fuente y
raiz de fuerzas nuevas existentes en el organismo
animado, resultando de aquí que el organismo es com-
principio activo de las sensaciones y no mera condición
para la producción de las mismas. Esta es la verdadera
doctrina, que vamos á defender en este artículo, des-
pués de haber refutado brevemente los otros sistemas.
Á este fin trataremos de probar las siguientes propo-
siciones.

(1) Véase el P. Palmieri, que defiende esto largamente en su


Ánthropologia thes 11. a part. 2."
- 3 0 5 -

PR0P0SICI0N PRIMERA.

El alma humana no está unida á su cuerpo como simple


motor suyo.
437.—Demostración.—La u n i ó n d e l m o t o r c o n el
móvil n o forma u n a u n i d a d real y v e r d a d e r a sino
m e r a m e n t e m o r a l é i m i t a t i v a , c o m o se v e e n la u n i -
d a d f o r m a d a p o r el g i n e t e y el c a b a l l o , p o r el piloto y
la n a v e . E s asi q u e la u n i d a d d e la n a t u r a l e z a h u m a -
n a es física y r e a l , y n o m e r a m e n t e m o r a l é i m i t a t i v a .
Luego....
438.—Para d e c l i n a r la fuerza i n c o n t r a s t a b l e d e este
a r g u m e n t o , e n s e ñ ó P l a t ó n q u e la n a t u r a l e z a h u m a n a
e s t á c o n s t i t u i d a p o r el a l m a sola, y s o s t u v o q u e los
ó r g a n o s d e l c u e r p o n o son s i n o m e r o s i n s t r u m e n t o s
d e q u e n u e s t r a a l m a se s i r v e , así p a r a p e r c i b i r los
objetos, c o m o p a r a e j e c u t a r s u s m o v i m i e n t o s . P e r o
e s t a es u n a d o c t r i n a a b i e r t a m e n t e falsa; p u e s y a h e -
m o s d e m o s t r a d o en el a r t í c u l o p r e c e d e n t e q u e la
n a t u r a l e z a h u m a n a es u n c o m p u e s t o s u s t a n c i a l d e
a l m a y c u e r p o , y q u e p o r c o n s i g u i e n t e , t a n t o éste,
c o m o a q u e l l a p e r t e n e c e n á s u esencia ( 1 ) .

(1) Véase S . Tomas, contra gentes, lib. 2. cap. 5 7 .

Psicología. 20
— 306 —

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Tanto el sistema de las causas ocasionadas como el de la


armonía prestablecida son ineptos para explicar
la unión del alma con el cuerpo, y ademas
absolutamente falsos.

439. —Prueba de la 1.* p.—Son ineptos. P o r q u e ni


en el u n o ni el o t r o la u n i ó n del c u e r p o es física sino
s i m p l e m e n t e m o r a l . E n efecto: la a r m o n í a e n t r e los
m o v i m i e n t o s del c u e r p o y los actos del a l m a , o r a esté
e j e c u t a d a s o l a m e n t e p o r Dios c o m o q u i e r e M a l e b r a n -
c h e , o r a p o r el c u e r p o y el a l m a c o m o a f i r m a L e i b -
n i t z , s i e m p r e es u n a cosa a c c i d e n t a l r e s p e c t o del
c u e r p o y el a l m a m i s m o s , y d e b i d a ú n i c a m e n t e al
C r i a d o r q u e la ejecutó ó la i d e ó . L u e g o ella n o b a s t a
p a r a q u e el c u e r p o y el a l m a p u e d a n ser c o n s i d e r a -
d o s c o m o p a r t e s d e u n solo y ú n i c o ser.
440.—Esto se p u e d e c o n f i r m a r a d e m á s con el m i s -
m o e j e m p l o d e los relojes, q u e se suele t r a e r p o r los
d e f e n s o r e s d e estos s i s t e m a s p a r a e x p l i c a r la u n i ó n
s o b r e d i c h a . P u e s p o r q u e los relojes a n d e n a r m ó n i c a -
m e n t e , c o r r e s p o n d i é n d o s e con p e r f e c t i s i m a e x a c t i t u d
los m o v i m i e n t o s del u n o con los del o t r o , o r a sea la
c a u s a física é i n m e d i a t a d e esta a r m o n í a la m a n o del
relojero q u e á e n t r a m b o s los m u e v e e n e s t a f o r m a ,
o r a la v o l u n t a d del artífice, el cual h a q u e r i d o j u n t a r
en u n m i s m o l u g a r a q u e l l a s d o s m á q u i n a s q u e veia
h a b i a n d e m o v e r s e a r m ó n i c a m e n t e en v i r t u d de s u s
p r o p i a s fuerzas y sin d e p e n d e r p a r a n a d a la u n a de
la o t r a , no p o r eso los relojes d e j a r á n d e s e r d o s seres
c o m p l e t a m e n t e i n d e p e n d i e n t e s y s u b s i s t e n t e s en sí
m i s m o s . L a u n i d a d q u e p r o d u z c a n , s e r á solo d e p r o -
p o r c i ó n y n o física; y lo m i s m o la p o d r í a n e j e c u t a r ,
— 30? —
a u n q u e el u n o e s t u v i e s e en P a r í s y el o t r o en P e k i n .
P u e s d í g a s e o t r o t a n t o del a l m a y del c u e r p o en los
d o s s i s t e m a s m e n c i o n a d o s . L u e g o ni el u n o ni el o t r o
sirven p a r a e x p l i c a r la u n i ó n s u s t a n c i a l del a l m a con
el c u e r p o , la c u a l d e b e s e r física y n o s i m p l e m e n t e
moral é imitativa.
441.—Prueba déla 2. p.—Son a
absolutamentejalsos
en si mismos. P o r q u e t a n t o el u n o c o m o el o t r o
a r r u i n a p o r c o m p l e t o la l i b e r t a d h u m a n a . E n efecto:
en el s i s t e m a d e M a l e b r a n c h e Dios y n o el a l m a es
q u i e n p r o d u c e en e s t a s e g u n d a las voliciones. L u e g o
Dios s e r á el ú n i c o libre en p r o d u c i r l a s ; p o r q u e si el
a l m a n o es c a p a z d e c a u s a r l a s , m a l p o d r á t e n e r liber-
t a d p a r a p r o d u c i r l a s ó d e j a r l a s d e p r o d u c i r . E n el
s i s t e m a d e L e i b n i t z c a d a e s t a d o del a l m a e n t r a ñ a en
sí d e u n a m a n e r a fatal al q u e i n m e d i a t a m e n t e le
s i g u e , p u e s t o q u e es s u r a z ó n suficiente; la c u a l
p u e s t a , n o p u e d e m e n o s d e p o n e r s e el r a z o n a d o .
L u e g o t o d o s ellos s e r á n c o n s e c u e n c i a s n e c e s a r i a s d e
los q u e i n m e d i a t a m e n t e l e s p r e c e d e n y el p r i m e r o
s e r á d e b i d o á la sola l i b e r t a d del C r i a d o r . L a v o l u n -
t a d h u m a n a en d i c h o s i s t e m a t e n d r á l i b e r t a d d e
coacción m a s n o d e i n d i f e r e n c i a (322).
A d e m á s , t a n t o el u n o c o m o el o t r o v a n c o n t r a la
conciencia p r o p i a ; la c u a l n o s dice q u e n o s o t r o s m i s -
m o s s o m o s los que p r o d u c i m o s con n u e s t r a a c t i v i d a d
n u e s t r a s voliciones y noliciones, y q u e n o n o s h a l l a -
m o s a r r a s t r a d o s en el p r o d u c i r l a s p o r ese d e t e r m i -
n i s m o q u e a b s u r d a m e n t e fingen los p a r t i d a r i o s d e la
d o c t r i n a L e i b n i t z i a n a . L u e g o a m b o s s i s t e m a s son en sí
m i s m o s a b s o l u t a m e n t e falsos.
PROPOSICIÓN T E R C E R A .
Tampoco sirven para explicar la unión sustancial del
alma humana con el cuerpo ni el sistema del inffujofísico
ni el sistema atómico.
442.—Prueba de la i." p.—1.° E n el s i s t e m a del in-
flujo físico, lo m i s m o q u e en los t r e s a n t e r i o r e s , el
c u e r p o y el a l m a n o f o r m a n u n a u n i d a d física y v e r -
d a d e r a sino s i m p l e m e n t e m o r a l é i m i t a t i v a . P o r q u e
t a n t o el c u e r p o c o m o el a l m a o b r a n s u s acciones p r o -
pias y p e c u l i a r e s con su a c t i v i d a d i n t r í n s e c a , c o m o
d o s s e r e s c o m p l e t o s en sí m i s m o s y d o t a d o s p o r lo
t a n t o de s u b s i s t e n c i a p r o p i a . L u e g o la u n i d a d q u e
p r o d u c e n , n o es p r o p i a m e n t e de ser sino solo d e p r o -
p o r c i ó n y - d e t e n d e n c i a ; c o m o la u n i d a d q u e p r o d u -
cen el g i n e t e y el caballo, n o es de ser sino de s i m p l e
t e n d e n c i a h a c i a un m i s m o fin, p o r m á s q u e el caballo
excite con s u s m o v i m i e n t o s al g i n e t e á q u e p r o d u z c a
con su a c t i v i d a d tales ó cuales voliciones, y el g i n e t e
m u e v a con el freno y las e s p u e l a s al caballo p a r a q u e
ejecute t a l e s d e t e r m i n a d o s m o v i m i e n t o s .
443.—Dice m u y bien el P . T o n g i o r g i : «La acción
m u t u a (del cuerpo y del alma) n o h a c e q u e d e d o s s u s -
t a n c i a s r e s u l t e u n solo p r i n c i p i o d e acción y d e p a -
sión; c o m o d e q u e en u n a m á q u i n a d o s p i e z a s obren
m u t u a m e n t e la u n a en la o t r a , n o se s i g u e q u e estén
s u s t a n c i a l m e n t e u n i d a s y q u e f o r m e n u n a sola n a t u -
r a l e z a . L u e g o h a b r á en el h o m b r e dos n a t u r a l e z a s e n -
t e r a m e n t e d i s t i n t a s , y p o r lo t a n t o d o s s u p u e s t o s , con-
t r a lo a n t e r i o r m e n t e d e m o s t r a d o (1).»
444.—2. El e j e m p l o d e los d o s relojes p o c o h a m e n -
0

c i o n a d o sirve t a m b i é n p a r a d e m o s t r a r la e x a c t i t u d de

(1) Tongiorgi, Psycolog. n. 178.


-309-
nuestro aserto. Porque el que las tales máquinas ha-
yan sido construidas por el artífice de tal suerte, que
los movimientos de la una dependan físicamente de
los movimientos de la otra, no hace que ellas en sí no
sean completamente distintas. Por esto, aunque un
reloj estuviera en Paris y el otro en Pekin, podría ha-
ber^esta acción y reacción y esta dependencia mutua:
con lo cual ya se ve que no forman ambos la unidad
física de un ser realmente uno. Luego de la misma
manera, el que el cuerpo con sus conmociones orgá-
nicas influya en el alma, para que ella con su activi-
dad propia produzca sus percepciones y voliciones y
el alma á su vez influya en el cuerpo, para que éste
ejecute ciertos y determinados movimientos, no des-
truye la multiplicidad de supuestos en el hombre, an-
tes la establece y confirma.
445.—3. Además, si no todos los defensores de este
0

sistema, muchos por ló menos admiten acción física


y verdadera del cuerpo en el. alma. Ahora bien; esta
acción no puede ser en ninguna manera admitida;
porque el cuerpo no puede ejercer su acción sino por
el contacto de su superficie con la del otro ser, en que
haya de imprimir su ímpetu, y este contacto no lo
puede ejercer con respecto á los espíritus puros, cual
es el alma humana.en esta hipótesis. Porque el espí-
ritu puro ni tiene superficie que pueda oponer á la
superficie del cuerpo, para recibir así su acción, ni es
tampoco impenetrable por naturaleza para que pue-
da recibir en sí el choque de cuerpo alguno y ser de
esta manera determinado á sus percepciones. Luego
es cosa manifiesta que el influjo físico, á que muchos
apelan para explicar la unión sustancial del alma con
el cuerpo, es absolutamente inepto para este fin.
446.—Prueba de la-2. p.—1.° El sistema atómico en
a

realidad no se diferencia del sistema del influjo físico,


—3 1 0

q u e a c í b a m o s d e r e f u t a r . P o r q u e t a n t o los d e f e n s o r e s
del u n o c o m o los del o t r o p o n e n las p e r c e p c i o n e s
s e n s i t i v a s en el a l m a sola, lo m i s m o q u e P l a t ó n , c u y a
d o c t r i n a r e a l m e n t e s i g u e n (77). T a n t o los u n o s c o m o
los o t r o s e x i g e n c o m o c o n d i c i ó n n a t u r a l y n e c e s a r i a
la c o n m o c i ó n del o r g a n i s m o , p a r a q u e p o r ella sea d e -
t e r m i n a d a el a l m a á p e r c i b i r y a p e t e c e r . Así, e n este
s e n t i d o n i n g u n o d e f e n s o r del influjo m e n c i o n a d o t e n -
d r á la m e n o r dificultad en a d m i t i r q u e el c u e r p o h u -
m a n o es c o m p r i n c i p i o d e n u e s t r a s s e n s a c i o n e s y a p e -
t i c i o n é s sensitivas,- c o m o ni t a m p o c o e n a f i r m a r q u e
el a l m a es c o m p r i n c i p i o d e los m o v i m i e n t o s e s p o n t á -
n e o s del c u e r p o , p o r r a z ó n del influjo activo q u e e n
ellos n a t u r a l m e n t e ejerce. L u e g o la d i f e r e n c i a e n t r e
los a t o m i s t a s y los d e f e n s o r e s del influjo físico n o con-
siste sino e n el solo m o d o d e h a b l a r , y p o r t a n t o es
t a n insuficiente el u n o c o m o el o t r o s i s t e m a p a r a e x -
p l i c a r la u n i ó n s o b r e d i c h a .
447.—Algunos d e f e n s o r e s del influjo físico a d m i t e n
c i e r t a m e n t e la acción física del c u e r p o en el a l m a ; p e r o
esto n o es c o m ú n á t o d o s ellos, n i p e r t e n e c e á la e s e n -
cia del s i s t e m a . Lo q u e ellos p r e t e n d e n s o l a m e n t e es,
q u e el c u e r p o d e t e r m i n a con s u s c o n m o c i o n e s o r g á -
nicas las s e n s a c i o n e s y a p e t i c i o n e s s e n s i t i v a s d e n u e s -
t r a a l m a , y de esta m a n e r a influye en ellas, sea o b r a n d o
en el a l m a y p r o d u c i e n d o p o r lo t a n t o f í s i c a m e n t e las
tales p e r c e p c i o n e s y a p e t i c i o n e s , sea e x c i t á n d o l a s i m -
p l e m e n t e y p o n i e n d o d e n t r o d e la esfera d e s u acción
el objeto m a t e r i a l q u e h a d e s e r s e n t i d o ó a p e t e c i d o
p o r ella. E s t o s e g u n d o e n s e ñ a el P . R o t h e n f l u e , y sin
e m b a r g o es p a r t i d a r i o del influjo físico, c o m o b u e n
d e f e n s o r del a t o m i s m o ( 1 ) .

(1) Puede verse la nota que escribe dicho autor sobre el


particular en su Psicología racional, sección 2 . capítulo 1, a
— 3ii-
448.—2. La u n i ó n del c u e r p o y del a l m a e n t e n d i d a
a

á la m a n e r a d e los a t o m i s t a s n o p r o d u c e u n i d a d d e
ser física y v e r d a d e r a en los d o s e l e m e n t o s c o n s t i t u t i -
vos del h o m b r e , s i n o s i m p l e m e n t e d e t e n d e n c i a y de
fin, lo m i s m o q u e en los d e m á s s i s t e m a s q u e h e m o s
r e f u t a d o en este a r t í c u l o . P o r q u e en el s i s t e m a a t ó -
m i c o t a m b i é n , t a n t o el a l m a c o m o el c u e r p o s o n p o r
sí solos s e r e s c o m p l e t o s y d o t a d o s d e s u a c t i v i d a d y
a c c i o n e s p r o p i a s ; si bien p a r a p o n e r en j u e g o esta a c -
t i v i d a d , los d o s se a y u d a n m u t u a m e n t e , c o m o p u e d e n
a y u d a r s e el g i n e t e y el caballo, la n a v e y el p i l o t o , el
a m o y el c r i a d o , e t c . , etc. L u e g o n o f o r m a n u n i d a d
f o r m a l y física e n el o r d e n del s e r sino s o l a m e n t e m o -
r a l é i m i t a t i v a e n el o r d e n del o b r a r , lo c u a l n o b a s t a
p a r a la u n i d a d s u s t a n c i a l d e q u e v a m o s t r a t a n d o .
449.—3. E n la u n i ó n física y v e r d a d e r a las s u s t a n -
0

cias u n i d a s se e x i g e n m u t u a m e n t e ; d e f o r m a q u e su
m o d o c o n n a t u r a l d e ser es e s t a r s u s t a n c i a l m e n t e u n i -
d a s , pa ra q u e de e n t r a m b a s r e s u l t e u n solo ser c o m p l e -
t o , d o t a d o d e fuerzas n u e v a s , q u e n o p e r t e n e c e n ni á
u n a ni á o t r a , sino al solo c o m p u e s t o . E s así q u e n a d a
d e esto s u c e d e en el s i s t e m a a t ó m i c o . P o r q u e , s e g ú n
él, p o r u n a p a r t e los á t o m o s son s u s t a n c i a s t a n c o m p l e -
t a s en sí m i s m a s , q u e n o n e c e s i t a n d e e s t a r u n i d a s á
n i n g u n a cosa p a r a e x i s t i r ni p a r a o b r a r , y p o r c o n s i -
g u i e n t e n o e s t á n o r d e n a d a s de s u y o , ó p o r su i n t r í n s e c a
naturaleza, á formar parte intrínseca y constitutiva de
n i n g ú n o t r o ser real y v e r d a d e r o ; y p o r o t r a el a l m a
n o necesita del c u e r p o ni p a r a e x i s t i r ni p a r a ejercer
a l g u n a d e s u s o p e r a c i o n e s psicológicas, p u e s a u n la
m i s m a s e n s a c i ó n la p r o d u c e el a l m a sola y es r e c i b i d a

art. 1, n. 14, III, nota. S u s palabras nosotros las hemos citado


en la primera parte de este tratado, hablando de la sensación
( 7 7 , nota).
—3 1 2

en el alma sola. Luego la unión que resulta entre el
cuerpo y el alma, según el referido sistema, no es ver-
daderamente sustancial sino meramente accidental.
450.—4. Según los escolásticos, la materia consti-
0

tutiva de los seres sensibles es de tal naturaleza, que,


al menos naturalmente hablando no puede existir sino
actuada por alguna forma; y por esta causa el ser for-
mado por la unión de estos dos elementos es realmente
sustancial. Ahora bien; los átomos de los atomistas
pueden naturalmente existir en sí mismos y obrar por
sí solos como verdaderas sustancias completas: por
donde el estado de unión con otros átomos ó con otra
clase de sustancias les es enteramente accidental.
¿Cómo se podrá pues decir con todo rigor de verdad
que esta unión es sustancial? Si la simple tendencia
armónica de dos sustancias completas á la producción
de un determinado efecto bastara para que estas dos
sustancias formaran una naturaleza nueva, el ginete
y el caballo, el piloto y su navio, el amo y su criado,
el capitán y sus soldados, etc., formarían naturalezas
de esta especie.
Además, si para que un átomo pierda la razón de
supuesto basta que junte su esfera de acción con la
esfera de acción de otro átomo ó de una sustancia
cualquiera, la unión personal del Verbo divino con
la Humanidad santísima de Cristo no tendrá nada de
admirable ni de extraordinario; pues á cada momen-
to estará ejecutando la naturaleza una infinidad de
uniones semejantes en todas cuantas combinaciones
químicas se ejecutan á cada instante en el Universo.
Bien es verdad que las tales combinaciones no siem-
pre dan origen á uniones hipostáticas, porque muchas
veces los elementos combinados son todos puros áto-
mos y ninguno de ellos es de naturaleza racional;
pero tienen por último resultado la producción de un
— 3i3 —
n u e v o supuesto y por t a n t o la n a t u r a l e z a con su p r o -
pia v i r t u d e s t a r á p r o d u c i e n d o á c a d a i n s t a n t e d e d o s
n a t u r a l e z a s completas u n n u e v o s u p u e s t o . Ni se d i g a
q u e en la c o m b i n a c i ó n q u í m i c a las n a t u r a l e z a s u n i d a s
n o p e r m a n e c e n í n t e g r a s c o m o en la u n i ó n h i p o s t á t i c a ;
p o r q u e , s e g ú n los a t o m i s t a s , los á t o m o s s u s t a n c i a l -
m e n t e n o se m u d a n con la c o m b i n a c i ó n , sino q u e p r o -
d u c e n t a n solo efectos, d i f e r e n t e s , p o r j u n t a r s u s
f u e r z a s c o n las d e o t r o s á t o m o s d i v e r s o s .
451.—Es p u e s a b s o l u t a m e n t e c i e r t o q u e el s i s t e m a
a t ó m i c o es del t o d o i n e p t o p a r a el fin s o b r e d i c h o . E n
o r d e n á los c u e r p o s i n o r g á n i c o s s e r á ella lo q u e se
q u i e r a ; p e r o p o r lo q u e h a c e á la c o n s t i t u c i ó n d e l
h u m a n o c o m p u e s t o n o d u d a m o s lo m á s m í n i m o e n
l l a m a r l a a b i e r t a m e n t e falsa. P o r e s t a s m i s m a s r a z o -
n e s q u e a q u í d e j a m o s a p u n t a d a s , escribía á fines del.
siglo p a s a d o c o n t r a el a t o m i s m o el P . L o s a d a las si-
g u i e n t e s p a l a b r a s : «Con dificultad se l i b r a r á d e e s t e
e r r o r d e P l a t ó n (hablo sin i n t e n c i ó n d e c e n s u r a r ) la
d o c t r i n a d e los recientes, a t o m i s t a s , e x p l i c a d a y d e -
f e n d i d a p o r T o s c a , e n orden á la c o n s t i t u c i ó n d e l
c u e r p o h u m a n o en el s e r d e v e g e t a t i v o y a c e r c a d e
s u u n i ó n c o n el a l m a racional» (1).

PROPOSICIÓN CUARTA.

El alma humana está unida al cuerpo como forma


sustancial suya.

452.—Demostración.—1.° El a l m a h u m a n a , s e g ú n
c o n s t a d e lo p r o b a d o e n el a r t í c u l o p r e c e d e n t e , e s t á
s u s t a n c i a l m e n t e u n i d a al c u e r p o ; d e s u e r t e q u e d e la
unión de e n t r a m b o s resulta en realidad de verdad

(1) Losada, de anima, disp. 2. cap. 2. n. 3 7 .


-314 —
u n a sola s u s t a n c i a c o m p l e t a . L u e g o en el c o m p u e s t o
h u m a n o el c u e r p o y el a l m a e n t r a n c o m o d o s c o m -
p a r t e s c o n s t i t u t i v a s d e u n a sola esencia; el c u e r p o
c o m o e l e m e n t o d e t e r m i n a b l e y perfectible ó sea c o m o
v e r d a d e r a m a t e r i a ; el a l m a c o m o e l e m e n t o d e t e r m i -
n a n t e y perficiente ó sea c o m o v e r d a d e r a f o r m a . P o r
eso dice m u y b i e n el P . L o s a d a : «Si el a l m a está u n i -
d a s u s t a n c i a l m e n t e al c u e r p o , lo e s t á d e c i e r t o c o m o
v e r d a d e r a f o r m a s u y a ; p o r q u e ella es la p a r t e m á s
n o b l e , la p r i m e r a raiz d e l a s o p e r a c i o n e s y la p r i n c i -
p a l í s i m a del c o m p u e s t o r e s u l t a n t e » (i).
453.—2. C o m o a d v i e r t e m u y bien S a n t o T o m a s (2),
0

d o s c o n d i c i o n e s se r e q u i e r e n p a r a q u e u n a cosa sea
f o r m a s u s t a n c i a l d e o t r a , á s a b e r : i." q u e le c o m u n i -
q u e la a c t u a l i d a d s u s t a n c i a l , n o p o r vía d e acción,
s i n o d e u n i ó n í n t i m a y f o r m a l ; 2.' q u e a m b o s e l e m e n -
t o s c o n v e n g a n en la p a r t i c i p a c i ó n d e u n a m i s m a a c -
t u a l i d a d , d a d a p o r el u n o y r e c i b i d a p o r el o t r o . E s asi
q u e el c u e r p o y el a l m a h u m a n a c o n v i e n e n en la p a r -
ticipación de u n a m i s m a actualidad sustancial, q u e
es la n a t u r a l e z a h u m a n a , y esta a c t u a l i d a d se la d a el
a l m a al c u e r p o p o r vía d e u n i ó n í n t i m a ; p o r q u e e l a l m a
es el p r i n c i p i o diferencial d e l h o m b r e y á ella se d e b e el
q u e el c u e r p o sea m á s bien h u m a n o q u e bestial ó s i m -
p l e m e n t e v e g e t a l . L u e g o el a l m a h u m a n a está u n i d a
á su c u e r p o c o m o v e r d a d e r a f o r m a s u s t a n c i a l s u y a .
454.—3. C o m o e s c r i b e m u y bien el m i s m o S a n t o
0

Doctor, «El e l e m e n t o con q u e vive el c u e r p o , es el


a l m a . E s así q u e la v i d a es el ser d e los vivientes.
L u e g o el a l m a es el e l e m e n t o con q u e el c u e r p o h u -
m a n o tiene s u ser en a c t o . " A h o r a bien; u n e l e m e n t o

(1) Losada, de anima, disp". 2. cap. 2. n. 3 8 .


(2) S . Tomas, Cont. gentes, lib. 2. cap. 6 8 , n. 2.
— 3iS
d e esta especie es f o r m a s u s t a n c i a l . L u e g o el a l m a
h u m a n a es f o r m a s u s t a n c i a l del c u e r p o » ( i ) .
455.—Por a q u í se v e r á con c u a n g r a n d e s a b i d u r í a
e n s e ñ ó la Iglesia en el Concilio V i e n e n s e q u e el a l m a
h u m a n a es real y v e r d a d e r a m e n t e f o r m a del c u e r p o
con e s t a s p a l a b r a s : « R e p r o b a m o s c o m o e r r ó n e a y
c o n t r a r i a á la v e r d a d católica t o d a d o c t r i n a con la
cual se a f i r m e ó se p o n g a en d u d a q u e el a l m a r a c i o -
n a l ó i n t e l e c t i v a n o es v e r d a d e r a m e n t e y p o r sí f o r m a
del c u e r p o h u m a n o : d e f i n i e n d o q u e sea t e n i d o p o r
hereje t o d o el q u e p e r t i n a z m e n t e p r e s u m i e r e a f i r m a r ,
d e f e n d e r ó t e n e r q u e el a l m a r a c i o n a l ó i n t e l e c t i v a n o
es p o r sí y e s e n c i a l m e n t e f o r m a del c u e r p o h u m a -
n o ( 2 ) . » E s t o m i s m o lo h a v u e l t o á r e p e t i r en n u e s t r o s
d i a s el P a p a Pió IX d e g l o r i o s a m e m o r i a , c o n d e n a n d o
los e r r o r e s d e G u n t h e r y e n s e ñ a n d o á la Iglesia u n i -
v e r s a l q u e el a l m a r a c i o n a l del h o m b r e es verdadera,
por si é inmediata forma del cuerpo (3).
No h a sido c i e r t a m e n t e p o r e s t o c o n d e n a d a la m a -
n e r a d e e x p l i c a r la u n i ó n e m p l e a d a p o r los a t o m i s t a s ,
c o m o p o s t e r i o r m e n t e lo d e c l a r ó el m i s m o P a p a Pió IX

(1) «Id quo corpus vivit, est anima: vivere autem est esse
viventium. Anima igitur est quo corpus humanum habet esse
actu. Hujusmodi autem forma est. E s t igitur anima humana
corporis forma ( S . Tomas, Qq. disp. Qucest. de anima, art. 1).
(2) «Porro doctrinan! omnem seu positionem temeré asse-
rentem, aut vertentem in dubium quod substantia animas ratio-
nalis seu intelectivas vere ac per se humani corporis non sit
forma velut erroneam ac veritati catholicse inimicam fidei, prse-
dicto sacroapprobante concilio reprobamus. (Concil. Viennense
in Clementina de Summa Trinitate et catholicafide.v
(3) Pió IX en su Breve al Arzobispo de Colonia expedido
en 15 de Junio de 1857.
(4) Véase sobre esto el P. Suarez en el tratado de anima,
lib. 1, cap. )2,-nn. 4-6.
— 316—
p o r m e d i o de su s e c r e t a r i o Morís. U l a d i m i r o Czacki
en carta dirigida á Mons. E d u a r d o Hautcour, Rector
d e la U n i v e r s i d a d de Lila. P e r o sin e m b a r g o , n o deja
d e s a c a r s e de las tales definiciones con la r a z ó n n a t u -
ral u n p o d e r o s í s i m o a r g u m e n t o c o n t r a ella; p o r q u e
n o se ve, filosóficamente h a b l a n d o , c ó m o con la d o c -
t r i n a a t ó m i c a p u e d a s u b s i s t i r la u n i ó n v e r d a d e r a m e n -
te s u s t a n c i a l q u e c o m o cosa c e r t í s i m a e s t a m o s obli-
gados" á creer t o d o s los católicos.
456.—Contra la d o c t r i n a p r o f e s a d a en este a r t í c u l o
se p o d r í a a r g ü i r e n esta f o r m a : i.° De d o s s u s t a n c i a s
e x i s t e n t e s en a c t o n o p u e d e r e s u l t a r u n a sola esencia
r e a l y v e r d a d e r a ; p o r q u e t o d a esencia c o m p u e s t a d e b e
p o r fuerza c o n s t a r d e p o t e n c i a y a c t o ó sea de g é n e r o
y diferencia. Es así q u e t a n t o el c u e r p o c o m o el a l m a
del h o m b r e son s u s t a n c i a s a c t u a l m e n t e e x i s t e n t e s .
L u e g o no p u e d e n e s t a r u n i d a s c o m o p o t e n c i a y a c t o
ó sea c o m o m a t e r i a y f o r m a p a r a f o r m a r el c o m p u e s -
t o h u m a n o . 2.° La m a t e r i a y la f o r m a e s t á n c o n t e -
n i d a s bajo el m i s m o g é n e r o ; p u e s t o q u e s o n c o m o
p o t e n c i a y a c t o , y bajo u n m i s m o g é n e r o e s t á n c o n t e -
n i d o s el a c t o la p o t e n c i a . E s asi q u e el c u e r p o y el
a l m a h u m a n a s o n cosas d e g é n e r o d i v e r s o . L u e g o no
p u e d e n e s t a r en r e l a c i ó n d e p o t e n c i a y a c t o ó d e m a -
t e r i a y f o r m a . 3. T o d o aquello c u y o ser está en la m a -
0

t e r i a , es m a t e r i a l . E s así q u e si el a l m a h u m a n a es
f o r m a d e l c u e r p o , su ser e s t a r á en la m a t e r i a . L u e g o
n u e s t r a a l m a en tal caso s e r á m a t e r i a l y p o r lo t a n t o
c o r r u p t i b l e , lo cual es c o m p l e t a m e n t e falso. 4. A q u e -
0

llo c u y o ser está en el c u e r p o , n o p u e d e e x i s t i r s e p a -


r a d o del c u e r p o . E s así q u e n u e s t r a a l m a p u e d e exis-
t i r s e p a r a d a del c u e r p o . L u e g o n o t i e n e su ser en él
s i n o en sí sola, y p o r lo t a n t o n o está u n i d a al c u e r p o
c o m o f o r m a s u y a . 5.° Lo q u e t i e n e con el c u e r p o co-
m u n i d a d d e ser, t a m b i é n t i e n e c o m u n i d a d de acción.
— 317 —
Luego si el alma intelectual tiene comunidad de ser
con el cuerpo, tendrá también con él comunidad de
acción intelectual, y así ésta será material y orgánica
como la sensación de los brutos. 6.° En tanto se podría
decir que el alma racional del hombre es forma sus-
tancial del cuerpo, en cuanto que le comunicase su
propio ser. Es así que no se lo puedo comunicar. Por-
que las cosas de diversos géneros por fuerza han de
tener diverso modo de ser, y por lo tanto el modo de
ser del alma humana necesariamente debe ser gené-
ricamente diverso del del cuerpo. Luego....
457.—Respuesta.— Todas estas dificultades se objeta
á sí mismo Santo Tomas en la Suma contra los genti-
les. Veamos de responder á cada una de ellas, siguien-
do la doctrina del mismo Santo Doctor. Á la primera
decimos que contra los atomistas tiene muchísimo
valor; porque los tales autores ponen al cuerpo y al
alma existiendo por sí mismos, y por consiguiente
formando dos sustancias completas, dotadas cada una
de su subsistencia propia. Mas contra nosotros es
completamente nula; porque en el sistema de la ma-
teria y forma el cuerpo y el alma no son dos sustan-
cias actualmente existentes por sí mismas, sino que
de entrambos resulta una sola sustancia actualmente
existente. Porque, como escribe Santo Tomas (1), el
cuerpo del hombre no es el mismo en acto, cuando
está presente el alma y cuando está ausente, sino que
el alma es la que le da el ser y por tanto un ser debe
tener cuando está vivo y otro cuando está muerto.
458.—Á la segunda responderemos que el cuerpo y
el alma están contenidos dentro de un mismo gé-
nero, como principios constitutivos diversos de una

(t) S . Tomas, Summ. cont. gentes lib. 2 . capp. 5 6 y 6 7 .


— 3i8 —
misma especie, no como especies distintas de un mismo gé-
nero. P a r a q u e el a l m a y el c u e r p o e s t u v i e r a n c o n t e -
n i d o s d e n t r o d e u n m i s m o g é n e r o e n esta s e g u n d a
m a n e r a , s e r í a n e c e s a r i o q u e u n a y o t r o fuesen p o r sí
solos s u s t a n c i a s c o m p l e t a s , p o r q u e solo á l a s s u n t a n -
cias c o m p l e t a s les c o r r e s p o n d e el n o m b r e d e especies.
P e r o el a l m a y el c u e r p o del h o m b r e n o s o n en sí
sustancias completas sino incompletas y o r d e n a d a s
d e s u y o á f o r m a r u n i d a s u n a sola s u s t a n c i a c o m p l e t a .
P o r t a n t o n o p u e d e n s e r especies d i s t i n t a s d e u n mis-
m o g é n e r o sino e l e m e n t o s e s e n c i a l m e n t e d i v e r s o s d e
u n a m i s m a e s p e c i e , e s p i r i t u a l el u n o y m a t e r i a l el
otro.
Así se ve q u e t a m b i é n esta dificultad v a d e r e c h a -
m e n t e c o n t r a el s i s t e m a a t ó m i c o , y n o t i e n e e n él s o -
lución satisfactoria; p o r q u e p r u e b a i r r e f r a g a b l e m e n t e
q u e en la h i p ó t e s i s a t o m i s t a el a l m a y el c u e r p o , p o r
s e r d o s s u s t a n c i a s c o m p l e t a s , n o p u e d e n j u n t a r s e en
u n i d a d d e s u s t a n c i a ni e s t a r c o n t e n i d a s d e n t r o d e u n
m i s m o g é n e r o sin c o n v e r t i r al c u e r p o en e s p í r i t u ó al
e s p í r i t u en c u e r p o : m a s en el s i s t e m a d e la m a t e r i a y
f o r m a la dificultad m e n c i o n a d a q u e d a a b s o l u t a m e n t e
sin v a l o r a l g u n o ; p o r q u e el a l m a y el c u e r p o s o n d o s
elementos esencialmente diversos de u n a m i s m a es-
pecie, y p o r t a n t o en este s e n t i d o p e r t e n e c e n á u n
m i s m o g é n e r o sin c o n f u n d i r s e s u s esencias.
4$Q.—Á la tercera se r e s p o n d e q u e el a l m a n o e x i s t e
d e t a l m a n e r a e n la m a t e r i a , q u e d e p e n d a t o t a l m e n t e
d e ella en el e x i s t i r y e n el o b r a r , c o m o s u c e d e á la
f o r m a s u s t a n c i a l d e los c u e r p o s i n o r g á n i c o s , al p r i n -
cipio v i t a l d e las p l a n t a s y al a l m a s e n s i t i v a d e los
b r u t o s ; sino q u e , p o r r a z ó n d e su e s p i r i t u a l i d a d ,
p u e d e e x i s t i r y o b r a r sin la m a t e r i a , y p o r t a n t o n o
se halla t o t a l m e n t e s u m e r g i d a e n ella ni es m a t e r i a l ó
c o r r u p t i b l e . El a l m a h u m a n a e s t á , c o m o dice m u y
• —319 —
bien el Angélico D o c t o r (i), en el confín d e los seres
c o r p ó r e o s y d e los i n c o r p ó r e o s , en c u a n t o q u e , p o r
ser f o r m a del c u e r p o , c o n v i e n e con l a s o t r a s f o r m a s
m a t e r i a l e s en d e p e n d e r en a l g ú n m o d o d e la m a t e r i a
p a r a ejercer s u s a c t o s ; y p o r ser s u s t a n c i a v e r d a d e r a -
m e n t e e s p i r i t u a l , p u e d e , d e s p u é s d e d e s t r u i d o el c u e r -
p o , s e g u i r v i v i e n d o la vida d e los e s p í r i t u s , a u n q u e
c o n m e n o s perfección q u e ellos. P o r c o n s i g u i e n t e , d e
q u e n u e s t r a a l m a sea f o r m a del c u e r p o , n o se s i g u e
q u e sea m a t e r i a l y c o r r u p t i b l e c o m o las o t r a s f o r m a s ;
sino q u e con esto p u e d e j u n t a r m u y bien su i n m a t e -
rialidad é incorruptibilidad verdaderas.
460.—La cuarta y a q u e d a r e c h a z a d a en lo q u e a c a -
b a m o s d e e s c r i b i r r e s p o n d i e n d o á la t e r c e r a . P o r q u e
n u e s t r a a l m a n o t i e n e d e s u y o u n s e r s e p a r a d o del
c u e r p o c o m o los e s p í r i t u s p u r o s , sino q u e se diferen-
cia d e ellos en q u e su m o d o d e ser n a t u r a l es existir
u n i d a á la m a t e r i a y f o r m a n d o con ella la u n i d a d s u s -
t a n c i a l d e u n solo c o m p u e s t o l l a m a d o hombre ó per-
sona humana. Lo cual n o q u i t a el q u e s e c u n d a r i a m e n -
te y p o r via d e n a t u r a l r e s u l t a n c i a le c o n v e n g a t a m -
b i é n n a t u r a l m e n t e el vivir s e p a r a d a del c u e r p o y sin
. m a t e r i a a l g u n a , u n a vez q u e h a y a s i d o r o t a la u n i ó n
d i c h a , m e r c e d á la acción d e s t r u c t o r a d e los a g e n t e s
físicos, q u e t i e n e n p o d e r s o b r e s u c u e r p o , c o m o lo
h e m o s n o t a d o al h a b l a r d e la i n m o r t a l i d a d del a l m a .
461.—La quinta solo p r u e b a q u e el a l m a h u m a n a ,
p a r a s e r ' f o r m a del c u e r p o , d e b e d e p e n d e r esencial-
m e n t e d e él en algunas operaciones su}'as, m a s n o en
todas. P o r q u e p a r a esto b a s t a q u e t e n g a la tal d e p e n -
d e n c i a en t o d a s a q u e l l a s o p e r a c i o n e s , q u e le c o r r e s -
p o n d e n bajo la r a z ó n d e f o r m a s u s t a n c i a l , q u e le es
c o m ú n c o n las o t r a s f o r m a s , ó sea en los a c t o s d e

(1) S . Tomas, Contra gent. lib. 2, cap, 6 8 ,


— 320 —
s e n t i r , v e g e t a r , etc. P e r o a d e m á s d e f o r m a s u s t a n c i a l es
t a m b i é n espíritu; y bajo este a s p e c t o n o d e p e n d e abso-
lutamente d e la m a t e r i a , y p u e d e existir y o b r a r sin
ella; a u n q u e m i e n t r a s vive u n i d a al c u e r p o , a u n e n
estos m i s m o s a c t o s , t i e n e c i e r t a d e p e n d e n c i a -extrín-
seca d e los s e n t i d o s o r g á n i c o s , p o r s e r n a t u r a l m e n t e
f o r m a s u s t a n c i a l s u y a y parte c o n s t i t u t i v a d e l h u m a n o
c o m p u e s t o , c o m o d e c í a m o s m á s a r r i b a (166 y si-
guientes.)
462.—La sexta finalmente t e n d r í a l u g a r , c o m o n o t a
S a n t o T o m a s (1), si en el h o m b r e el s e r d e la f o r m a
i n t e l e c t u a l se h a l l a s e en ésta d e la m i s m a m a n e r a q u e
e n la m a t e r i a . P e r o n o e s así: p o r q u e el t a l s e r se h a -
lla en la m a t e r i a c o m o en sujeto q u e lo recibe, la cual
p o r esto m i s m o es l e v a n t a d a á u n a esfera s u p e r i o r á
la s u y a p r o p i a ; m a s en el a l m a e s t á c o m o en f u e n t e y
o r i g e n y s e g ú n la c o n v e n i e n c i a d e su n a t u r a l e z a , p u e s
el a l m a c o m u n i c a á la m a t e r i a p o r vía d e u n i ó n el
m i s m o s e r q u e á ella le c o r r e s p o n d e (2).

ARTÍCULO IV.

Cuántas sean las formas sustanciales del cuerpo


humano.
463.—Escoto p u s o en-el h o m b r e , a d e m á s d e l a l m a
r a c i o n a l , f u e n t e d e las v i d a s i n t e l e c t u a l , s e n s i t i v a y ve-
getativa, otra forma sustancial realmente distinta y

(1) S. Tomas coni. gent. lib. 2. cap. 6 8 .


(2) Para la buena inteligencia de esta materia puede servir
de grande utilidad la excelente obra del P. Urráburu S. I., an-
tiguo comprofesor nuestro y ahora profesor de Filosofía en la
Universidad Gregoriana en Roma. S u título es de esentiali
corporum constitutione. Lástima que no se halle sino litografia-
da. Esperamos que pronto la dará el autor á la estampa para
común utilidad de los aficionados á esta clase de estudios,
—3 2 t
~**
s u b o r d i n a d a á ella, á la c u a l dio el n o m b r e d e f o r m a
d e la corporeidad. El oficio d e esta f o r m a , s e g ú n él, es
c o n s t i t u i r la m a t e r i a en el s e r d e c u e r p o físico y o r g á -
nico y o r d e n a d o d e s u y o á r e c i b i r s u ú l t i m o c o m p l e -
m e n t o con la i n f o r m a c i ó n del a l m a h u m a n a . E s t a for-
m a d a el s e r s u s t a n c i a l d e c a r n e , h u e s o , n e r v i o , e t c . ,
q u e p o s e e el c u e r p o h u m a n o ; se h a l l a i n f o r m a n d o la
m a t e r i a del e m b r i ó n , c u a n d o é s t e s i g u e s u n a t u r a l
d e s a r r o l l o , a n t e s q u e h a y a sido i n f o r m a d a p o r el a l m a ,
coexiste d e s p u é s con el a l m a , m i e n t r a s ésta se h a l l a
u n i d a al c u e r p o ; y p e r m a n e c e en el c a d á v e r , c u a n d o
h a sido a b a n d o n a d o p o r el a l m a , h a s t a q u e e n t r a en
él la p u t r e f a c c i ó n y c o m i e n z a á f o r m a r o t r a s s u s t a n c i a s
bajo el influjo d e o t r a s f o r m a s . L a m a y o r p a r t e d e los
q u e s i g u e n esta d o c t r i n a , j u z g a n q u e la f o r m a d e la
corporeidad c o n s t a d e p a r t e s h e t e r o g é n e a s y s u s t a n -
c i a l m e n t e d i v e r s a s ; d e m o d o q u e los h u e s o s del h o m -
b r e y del a n i m a l en g e n e r a l se d i f e r e n c i a n s u s t a n c i a l -
m e n t e d e la c a r n e d e los m i s m o s s e r e s , así c o m o
también u n a s visceras de otras.
464.—Varios a u t o r e s a n t i g u o s n o m b r a d o s p o r S u a -
rez en s u Metafísica (1) s o s t u v i e r o n q u e e n el h o m b r e
h a y t r e s a l m a s r e a l m e n t e d i s t i n t a s , á s a b e r ; la vege-
tativa, la sensitiva y l& racional. E s t a opinión, al m e n o s
p o r lo q u e h a c e á la d i s t i n c i ó n real d e l a s a l m a s s e n -
sitiva y r a c i o n a l , fué s o s t e n i d a s e g ú n escribe S a n J e -
r ó n i m o , p o r m u c h o s d o c t o r e s católicos; los c u a l e s la
q u e r í a n f u n d a r en a l g u n o s t e x t o s d e la E s c r i t u r a (2).
Defendióla t a m b i é n O k c a m , e s c r i b i e n d o q u e en el
h o m b r e el a l m a v e g e t a t i v a y la s e n s i t i v a s o n en reali-
dad u n a misma sustancia, pero distinta realmente del
alma racional.

(1) Suarez, Metaphys. disp. 1 5 , sect 10, n. 16.


(2) S. Jerónimo; epis. 150 ad Hidiriam, quoest. t2,
Psicología, 31
— 322 —
465.—Otros católicos, d e los c u a l e s h a b l a t a m b i é n
el P . S u a r e z (1), r e c h a z a n d o c o m o es d e b i d o , la p l u r a -
l i d a d d e a l m a s e n el h o m b r e y n o a d m i t i e n d o m á s q u e
u n a sola q u e ejerza p o r r a z ó n d e s u e l e v a d a perfección
las f u n c i o n e s d e las v i d a s v e g e t a t i v a , sensitiva y r a -
cional, p o n e n sin e m b a r g o e n las d i v e r s a s p a r t e s d e l
c u e r p o h u m a n o (y lo m i s m o h a c e n con t o d o s los d e m á s
vivientes), d i v e r s a s f o r m a s parciales, q u e s i r v a n c o m o
d e disposición y p r e p a r a c i ó n p a r a la f o r m a total, r e a l -
m e n t e d i s t i n t a d e t o d a s ellas. S e g ú n estos a u t o r e s , las
referidas formas parciales están p o r naturaleza subor-
d i n a d a s á la t o t a l , q u e en el h o m b r e es el a l m a r a c i o -
nal, en los b r u t o s la sensitiva y en las p l a n t a s la v e g e -
t a t i v a ; y su oficio es, n o servir d e e l e m e n t o c o n s t i t u t i v o
y esencial d e n u e s t r a n a t u r a l e z a , p u e s sin ellas p o d r í a
existir absolutamente h a b l a n d o elcompuesto h u m a n o ,
sino p r e p a r a r la m a t e r i a y d a r l e u n a disposición c o n -
v e n i e n t e p a r a q u e p u e d a s e r i n f o r m a d a p o r el a l m a y
ejercer c o n ella las m ú l t i p l e s f u n c i o n e s d e las v i d a s
v e g e t a t i v a y s e n s i t i v a . Á e s t a s e n t e n c i a r e c u r r i ó en el
siglo p a s a d o el P . Ulloa S. P . p a r a satisfacer las exi-
g e n c i a s d e la q u í m i c a m o d e r n a sin r e n u n c i a r á la d o c -
t r i n a A r i s t o t é l i c a d e la m a t e r i a y f o r m a .
466.—Finalmente, Santo Tomas, Suarez, y u n a g r a n
p a r t e d e los Escolásticos r e c h a z a n en g e n e r a l la p l u r a -
l i d a d d e f o r m a s s u s t a n c i a l e s , ya t o t a l e s , y a p a r c i a l e s ,
y n o a d m i t e n en el h o m b r e sino u n a sola; la c u a l , p o r
r a z ó n d e su perfección s u m a e n t r e t o d a s las f o r m a s
s u s t a n c i a l e s d e los s e r e s sensibles, t i e n e v i r t u d p a r a
c a u s a r p o r sí sola en el c u e r p o h u m a n o t o d a la v a r i e -
d a d q u e se halla d i s p e r s a en el m u n d o m a t e r i a l y q u e
es c a u s a p o r las d i v e r s a s f o r m a s i n f e r i o r e s .

(1) Suarez, l. cit. n. 29,


— 32 — 3

467.—De t o d a s e s t a s o p i n i o n e s , la s e g u n d a , q u e
p o n e m u l t i p l i c i d a d d e a l m a s en el h o m b r e , es absolu-
t a m e n t e i n a d m i s i b l e ; y S u a r e z no d u d a en l l a m a r l a -
improbable en Filosofía y poco segura en Teología (1).
Y c i e r t a m e n t e , el Concilio g e n e r a l C o n s t a n t i n o p o l i -
t a n o IV. en el c a n o n 11 a n a t e m a t i z a á t o d o el q u e
p o n g a en el h o m b r e d o s a l m a s . Y en el libro d e los
Dogmas eclesiásticos, c a p . 1 5 , el c u a l s u e l e s e r a t r i b u i d o
á S a n A g u s t í n , se e n s e ñ a c o m o d o c t r i n a c i e r t a q u e en
el h o m b r e n o se d i s t i n g u e r e a l m e n t e el a l m a sensitiva
d e la r a c i o n a l (2). De a q u í es q u e , c u a n d o G u n t h e r
e n n u e s t r o siglo se a t r e v i ó á escribir q u e en el h o m -
b r e h a y d i s t i n c i ó n real y v e r d a d e r a e n t r e el a l m a s e n -
sitiva y la r a c i o n a l , el Pontífice P i ó IX c o n d e n ó s u
d o c t r i n a con e s t a s p a l a b r a s ; « S a b e m o s q u e en e s t o s
l i b r o s (de G u n t h e r ) se h a c e d a ñ o á la católica s e n t e n -
cia y d o c t r i n a , s e g ú n la c u a l el h o m b r e d e t a l m a n e -
r a c o n s t a d e c u e r p o y a l m a , q u e el a l m a r a c i o n a l
es v e r d a d e r a , n a t u r a l (por si) é i n m e d i a t a f o r m a d e l
c u e r p o (3).»

C1) «Hsec vero sententia non solum in philosophiea ratione


improbabilis est, sed etiam in nostra fide parum tuta, quantum
ad earn partem qua ponit in homine plures animas. (Suarcz,
Metaphys., disp. 1 5 , sect. 10, n. 19).»
(2) Ñeque duas animas esse dicimus, (se halla escrito en el
lugar citado), in uno homine, sicut Jacobus et alii Syrorum
scribunt; unam animaletti qua animetur corpus et immixta sit
sanguini, alteram spiritualcm quas rationem ministret; sed dici-
mus unam esse eandemque animam in homine, quaj et corpus
sua societate vivifieet et semetipsam sua ratione disponat. » L o
mismo escriben S a n Agustin en el libro de spirita, et luterà,
cap. 3 . y S a n J u a n Damasceno, lib. 2. de Fide, cap. 1 2 .
(3) «Noscimus iisdem libris lsedi catholicam sententiam et
doctrinam de homine, qui corpore et anima ita absolvatur, ut
anima, eaque rationalis, sit vera, per se atque immediata cor-
— 324 —
468.—Según las p a l a b r a s del i n m o r t a l Pontífice q u e
a c a b a m o s d e c i t a r , el a l m a r a c i o n a l del h o m b r e , n o
•solo es v e r d a d e r a y n a t u r a l ó esencial f o r m a del c u e r -
p o h u m a n o , lo cual y a h a b i a sido d e f i n i d o en el C o n -
cilio V i e n e n s e (458), sino t a m b i é n inmediata; d e s u e r t e
q u e n o lo i n f o r m a m e d i a n t e o t r a a l m a d e n i n g ú n g é -
n e r o , sino q u e ella es la q u e i n m e d i a t a m e n t e p o r sí
m i s m a le d a la r a z ó n d e vivo. P o r d o n d e si es v e r d a d
q u e el p r i n c i p i o v e g e t a l d e las p l a n t a s es v e r d a d e r a -
m e n t e vital, c o m o p i e n s a n los filósofos g e n e r a l m e n t e ,
d e b e m o s d e c i r c o n f o r m e á la d o c t r i n a d e la Iglesia
q u e el referido p r i n c i p i o en el h o m b r e n o se d i s t i n -
g u e r e a l m e n t e d e l . a l m a racional, sino q u e es esta
m i s m a a l m a , en c u a n t o a p t a en v i r t u d d e su i n t r í n -
seca perfección p a r a ejercer en el h o m b r e el m i s m o
oficio q u e ejerce en las p l a n t a s la vida. S i n e m b a r g o ,
c o m o h a y filósofos q u e n i e g a n q u e las p l a n t a s t e n g a n
v e r d a d e r a vida y p r e t e n d e n e x p l i c a r s u s o p e r a c i o n e s
o r g á n i c a s p o r las fuerzas m e c á n i c a s d e los á t o m o s y
en e s t o n o h a n sido r e p r e n d i d o s p o r la Iglesia, n o es
e n t e r a m e n t e cierto q u e e n t r e el a l m a r a c i o n a l del
h o m b r e y el p r i n c i p i o i n m e d i a t o d e su vida v e g e t a t i -
va n o h a y a d i s t i n c i ó n r e a l y v e r d a d e r a . P o r lo q u e á
n o s o t r o s toCa, n o d u d a m o s en a f i r m a r q u e s o n en rea-
lidad u n a m i s m a cosa; p u e s n o t e n e m o s p o r sólida-
m e n t e p r o b a b l e la o p i n i ó n d e los p o c o s filósofos q u e
n i e g a n á las p l a n t a s la v e r d a d e r a vida fi).

poris forma. (Pió IX, Breve al Arzobispo de Colonia dado en 15


de Junio de 1857).»
(1) «Nihilominus et in Theologia certum et in Philosophia
evidens est, (escribe el P. Suarez en el lib. 1. de anima, cap. 4,
n. 14, después de haber aducido los argumentos que ya en su
tiempo traian algunos para negar la verdadera vida de las plan-
tas), et plantas vivere et animam vegetativam esse veram
animam.»
469.—Por lo q u e h a c e á la o p i n i ó n d e E s c o t o , q u e
p o n e d i s t i n c i ó n real e n t r e el a l m a racional del h o m -
b r e y la f o r m a d e la corporeidad, s i e m p r e h a t e n i d o
l i b r e c u r s o en la Iglesia católica, h a b i é n d o l a d e f e n d i -
d o c o n s t a n t e m e n t e los E s c o t i s t a s y o t r o s m u c h o s a u -
t o r e s i l u s t r e s , a n t e s y d e s p u é s del Concilio V i e n e n s e ,
en q u e fue definido q u e el a l m a r a c i o n a l es p o r su i n -
t r í n s e c a n a t u r a l e z a f o r m a s u s t a n c i a l del c u e r p o h u -
m a n o . P o r donde de ninguna manera puede ser apro-
b a d a la c o n d u c t a d e a q u e l l o s , q u e , l l e v a d o s d e u n
f e r v o r e x a g e r a d o , p r e t e n d e n en n u e s t r o s d i a s defen-
d e r d e t a l m a n e r a la o p i n i ó n d e S a n t o T o m a s en esta
p a r t e , q u e t i e n e n p o r c o n d e n a d a i m p l í c i t a m e n t e en el
Concilio V i e n e n s e la d o c t r i n a d e E s c o t o (1). N o : la opi-
nión d e E s c o t o , sea lo .que fuere d e su p r o b a b i l i d a d
intrínseca, puede ser h o y libremente defendida p o r
c u a l q u i e r filósofo c r i s t i a n o , c o m o lo h a sido s i e m p r e ,
p o r lo q u e r e s p e c t a á la d o c t r i n a d e la fe. De su m é -
r i t o filosófico escribía en el siglo p a s a d o el P . L o s a d a
las s i g u i e n t e s p a l a b r a s : «Es sin d u d a m u y p r o b a b l e y
se halla a p o y a d a en g r a v e s f u n d a m e n t o s , a u n q u e n o
son éstos t a n sólidos q u e n o p u e d a n s e r d e s h e c h o s
con o t r o s q u i z á s t o d a v í a m á s p r o b a b l e s , c o m o a h o r a
m i s m o lo v a m o s á v e r (2).» P a r a e x p o n e r n e t a m e n t e
n u e s t r a o p i n i ó n en la m a t e r i a d e l p r e s e n t e a r t í c u l o
n o s s e r v i r e m o s d e las p r o p o s i c i o n e s s i g u i e n t e s .

(1) Véase sobre esto el P. Palmieri en la tesis X I V . a de su


Anthì apologia, donde se halla probado hasta la última eviden-
cia nuestro aserto.
(2) « E s t tarnen sine dubio valde probabilis et gravibus nixa
fundamentis; quamquam non adeo solidis, ut solvi non possint
fortasse probabilius, u t j a m ostendo. (Losada, Cursus philoso-
phicus, secunda pars, tract. I. disp. V , cap. I, n. 6.)»
— 326 —

PROPOSICIÓN PRIMERA.

El alma racional del hombre es fuente y principio inme-


diato no solo de las vidas intelectual y sensitiva, sino
también de la vegetativa: por donde en el hombre
no se distinguen realmente el alma racional,
la sensitiva y la vegetativa.

470.—Prueba de la i." p.—Y en primer lugar, que


el pincipio primero de la vida sensitiva y el de la ra-
cional sean uno mismo en el hombre, ya queda de-
mostrado en lo que dejamos escrito en la primera
parte de este tratado (13-14). Además, que el primer
principio de la vida vegetatativa no se distinga real-
mente del de la vida sensitiva, ya lo hemos probado
en la Cosmología hablando de los animales (232).
A la razón allí expuesta podemos añadir aquí otras
dos, que son las siguientes: 1.* El alma racional del
hombre, por una parte está unida á su cuerpo, no mo-
ral sino físicamente, como queda probado en el ar-
tículo precedente, y por otra es principio inmediato de
la vida sensitiva, la cual es intrínsecamente depen-
diente de la materia, no menos que la vegetativa. Lue-
go no hay razón ninguna para que neguemos al alma
racional la facultad de animar el cuerpo, no solo en
cuanto sensitivo, sino también en cuanto vegetativo; y
por consiguiente debemos decir que á ella se debe in-
mediatamente la vida sensitiva. 2. La continua expe-
a

riencia nos dice que con la meditación intensa de las


cosas espirituales disminuyela intensidad de la vida
vegetativa en el hombre; y viceversa, el demasiado
regalo del cuerpo embrutece el espíritu y lo hace me-
nos apto para las funciones de la vida intelectiva.
Ahora bien; la razón obvia de este hecho no puede ser
— 327 —
o t r a sino el q u e , c o m o la v i r t u d d e n u e s t r a a l m a es
finita, n o p u e d e aplicarse con m u c h a i n t e n s i d a d á u n a
clase d e acciones sin q u e p o r esto m i s m o d e b a sufrir
d e t r i m e n t o la fuerza p r o d u c t o r a d e las o t r a s . M a s e s t o
e q u i v a l e en r e a l i d a d á d e c i r q u e n u e s t r a a l m a r a c i o n a l
es el p r i n c i p i o p r i m e r o d e las o p e r a c i o n e s t a n t o v e g e -
t a t i v a s c o m o s e n s i t i v a s é i n t e l e c t u a l e s . L u e g o el a l m a
r a c i o n a l n o se d i s t i n g u e en el h o m b r e con d i s t i n c i ó n
real y física d e l a l m a v e g e t a t i v a .
471.—Decimos: el principio primero; porque l a s ope-
r a c i o n e s d e la vida v e g e t a t i v a s o n h e c h a s p o r u n a fuer-
za m a t e r i a l y o r g á n i c a , lo m i s m o q u e las d e la v i d a
sensitiva. E s t a s f u e r z a s e s t á n radicalmente e n el a l m a ;
p e r o d e u n a m a n e r a f o r m a l y e x p r e s a n o se e n c u e n -
t r a n s i n o en el c o m p u e s t o d e a l m a y c u e r p o . P o r d o n d e
el a l m a sola n o es c a p a z ni d e v e g e t a r ni d e s e n t i r ,
c o m o d e c í a m o s m á s a r r i b a (92). P o r lo m i s m o q u e e s t a s
fuerzas n o p e r t e n e c e n al a l m a sola s i n o al c o m p u e s t o
o r g á n i c o d e a l m a y c u e r p o , t a m p o c o se ejercen c o n
c o n c i e n c i a s u s a c t o s s i n o q u e en ellos o p e r a n u e s t r a
a l m a i n t e l e c t u a l j u n t a m e n t e con la m a t e r i a á la manera
de los puros vegetales. N u e s t r a a l m a , en c u a n t o f o r m a
s u s t a n c i a l v e g e t a t i v a , s i g u e la c o n d i c i ó n d e l p r i n c i p i o
v i t a l d e las p a l a b r a s ; y así n o p u e d e m e n o s d e o b r a r
i n c o n s c i e n t e m e n t e c o m o él e n t o d a s las a c c i o n e s d é l a
vida p u r a m e n t e orgánica.
472.—Por t a n t o es a b s o l u t a m e n t e i n a d m i s i b l e la
o p i n i ó n d e S t a h l , el c u a l decia q u e el a l m a h u m a n a
ejerce l a s funciones d e la v i d a v e g e t a t i v a p o r m e d i o
d é l a i n t e l i g e n c i a y d e la r a z ó n . E s t o es c o n f u n d i r
t o r p e m e n t e las p o t e n c i a s d e l a l m a u n a s c o n o t r a s , y
h a c e r e s p i r i t u a l e s u n o s a c t o s , q u e en r e a l i d a d d e v e r :

dad son materiales p o r d e p e n d e r intrínsecamente del


c o n c u r s o d e la m a t e r i a . F u e r a d e q u e , si los a c t o s d e
la v i d a v e g e t a t i v a los hiciera n u e s t r a a l m a p o r m e d i o
— 328 —
d e la i n t e l i g e n c i a y d e la r a z ó n , t e n d r í a m o s c o n c i e n -
cia d e ellos y a d e m á s los p o d r í a m o s s u s p e n d e r á n u e s -
t r o a r b i t r i o , p o r q u e serían v o l u n t a r i o s . Mas n a d a d e
esto s u c e d e , sino t o d o lo c o n t r a r i o . L u e g o d e b e m o s
concluir q u e s o n h e c h o s p o r u n a p o t e n c i a r e a l m e n t e
d i s t i n t a d e la r a z ó n y d e la v o l u n t a d , o r g á n i c a é i n -
c o n s c i e n t e ; la cual t i e n e s u raiz y f u e n t e p r i m e r a en
la esencia d e n u e s t r a a l m a e s p i r i t u a l , p e r o n o r e s i d e
s i n o en el c o m p u e s t o d e a l m a y c u e r p o y o b r a d e la
m i s m a m a n e r a q u e la fuerza v e g e t a t i v a d e las p l a n -
t a s . De a q u í es q u e , s e p a r a d a el a l m a d e l c u e r p o , la
v e g e t a c i ó n cesa en el h o m b r e lo m i s m o q u e la s e n s i -
b i l i d a d . Y si h a y c i e r t o s f e n ó m e n o s , los c u a l e s p a r e -
cen significar q u e la v i d a v e g e t a t i v a p e r s i s t e t o d a v í a
p o r a l g ú n t i e m p o en el c a d á v e r , p o r c u a n t o d e s p u é s
d e m u e r t o el h o m b r e se v e n c r e c e r en él las u ñ a s y el
cabello; n o p o r eso d e b e m o s d e c i r q u e a q u e l l o s actos
s o n v e r d a d e r a m e n t e v i t a l e s s i n o m e r o s p r o d u c t o s or-
g á n i c o s e l a b o r a d o s m e c á n i c a m e n t e p o r el c u e r p o
i n e r t e , en q u e s u b s i s t e n t o d a v í a a l g u n a s c u a l i d a d e s
p r o p i a s d e los s e r e s v i v i e n t e s .
473.—Prueba de la 2." p.—Es e v i d e n t e . P o r q u e el
p r i m e r p r i n c i p i o d e la v i d a d e u n ser c u a l q u i e r a es
el a l m a d e este ser. P o r c o n s i g u i e n t e , si el p r i m e r
p r i n c i p i o d e las o p e r a c i o n e s d e la v i d a t a n t o v e g e t a -
tiva c o m o s e n s i t i v a é i n t e l e c t u a l es r e a l m e n t e u n o
m i s m o e n el h o m b r e , n o p u e d e c a b e r la m e n o r d u d a
d e q u e el a l m a r a c i o n a l del h o m b r e n o se d i s t i n g u e
en r e a l i d a d ni d e l a l m a s e n s i t i v a ni d e la v e g e t a t i v a .
-329 —

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

(Además del alma racional parece que se deben admitir


en el hombre otras formas sustanciales parciales; ora
esenciales al compuesto humano y constitutivas de la
forma de la corporeidad, ora meramente integrantes
y necesarias por vía de disposición previa para
la conveniente información de la materia
ejercida por el alma.

474.—Pruebas.—1.° E l h u e s o y la c a r n e difieren
s u s t a n c i a l m e n t e e n el h o m b r e ; p u e s las p r o p i e d a d e s
d e e n t r a m b o s s o n t a n d i v e r s a s e n t r e sí c o m o p u e d e n
serlo l a s del o r o y d e la p l a t a , los c u a l e s en s e n t i r d e
t o d o s son s u s t a n c i a s e s e n c i a l m e n t e d i v e r s a s . E s así
q u e e s t a d i v e r s i d a d s u s t a n c i a l n o Íes-puede v e n i r d e l
a l m a ; p u e s s i e n d o ella en sí u n a sola f o r m a , n o p u e d e
c o n s t i t u i r sino u n a sola s u s t a n c i a u n i f o r m e . L u e g o
los v i e n e d e o t r a s f o r m a s s u s t a n c i a l e s p a r c i a l e s , q u e
ó s o n d i v e r s a s p a r t e s d e la f o r m a d e la c o r p o r e i d a d
y p e r t e n e c e n á la esencia del c o m p u e s t o , ó e n t r a n en
él c o m o p a r t e s m e r a m e n t e i n t e g r a n t e s y n e c e s a r i a s
t a n solo p a r a q u e el a l m a p u e d a i n f o r m a r c o n v e n i e n -
t e m e n t e la m a t e r i a .
475.—2. C u a n d o m u e r e el h o m b r e , el c a d á v e r se
0

h a l l a i n f o r m a d o p o r a l g u n a f o r m a s u s t a n c i a l . E s así
q u e t a l f o r m a n o c o m i e n z a á existir con la s e p a r a c i ó n
del a l m a . Primero, p o r q u e n i n g ú n indicio d e u n a
f o r m a s u s t a n c i a l n u e v a se a d v i e r t e , c u a n d o el h o m b r e
m u e r e d e r e p e n t e , 3'a a h o g a d o en el a g u a , y a h e r i d o
p o r u n a b a l a , e t c . , e t c . Segundo, p o r q u e n o se v e en
tales casos q u é a g e n t e físico p u e d a s e r c a u s a p r o d u c -
t o r a d e la n u e v a f o r m a ; p u e s n o se p u e d e d e c i r q u e
el p u ñ a l q u e a t r e v e s ó el c o r a z ó n , ó la bala q u e t a l a d r ó
— 330 —
la c a b e z a , h a y a n d a d o o r i g e n con s u acción d e s t r u c -
t o r a á la p r o d u c c i ó n d e u n a f o r m a s u s t a n c i a l n u e v a .
Tercero, p o r q u e la i n n u m e r a b l e m u l t i t u d d e c a u s a s
d i f e r e n t e s q u e p r o d u c e n la m u e r t e en el h o m b r e , d e -
b e r í a n d a r o r i g e n á f o r m a s c a d a v é r i c a s d i f e r e n t e s , si
é s t a s fuesen a l g u n a cosa p r o d u c i d a p o r ellas. Lo c u a l
sin e m b a r g o n o s u c e d e , p o r q u e , sea c u a l fuere la cau-
sa q u e t r a e ai h o m b r e la m u e r t e , la f o r m a c a d a v é r i c a
r e s u l t a n t e s i e m p r e es d e la m i s m a especie. L u e g o la
t a l f o r m a y a existía a n t e s en el c o m p u e s t o vivo y p o r
lo t a n t o , ó se identifica con la f o r m a d e la c o r p o r e i -
d a d d e f e n d i d a p o r E s c o t o , ó es el r e s u l t a d o d e las
diferentes formas sustanciales parciales sostenidas
por otros autores.
476.—Este s e g u n d o a r g u m e n t o p a r e c i ó tan f u e r t e
al P . L o s a d a , q u e n o d u d ó en e s c r i b i r las s i g u i e n t e s
p a l a b r a s : «En v e r d a d , p a r e c e p o c o creíble q u e en los
c a d á v e r e s d e los s e r e s v i v i e n t e s y e n la análisis q u í m i -
ca se p r o d u z c a n d e r e p e n t e t a n t a s f o r m a s sin c a u s a
a l g u n a a p a r e n t e . C i e r t a m e n t e , el c o m ú n s e n t i r d e
los h o m b r e s es q u e en t a l e s c a s o s h a d e s a p a r e c i d o
allí a l g o , sin q u e h a y a sido s u s t i t u i d o n a d a n u e v o ,
p e r m a n e c i e n d o t a n solo a q u e l l a s cosas q u e se h a l l a b a n
a n t e s en el c o m p u e s t o . P o r e s t o e n la u v a p a s a , e n la
r o s a seca, en el leño d e c e d r o , n i n g u n o i m a g i n a u n a
n u e v a s u s t a n c i a ; s i n o lo ú n i c o q u e p i e n s a es, q u e
t o d o s estoe s e r e s h a n p e r d i d o la v i r t u d d e v e g e t a r .
Y el m i s m o olor r o s á c e o ó c e d r i n o , q u e d u r a m u c h í -
s i m o t i e m p o , está b a s t a n t e lejano d e la f o r m a c a d a -
v é r i c a (1).»

(1) «Et revera parum videtur credibile, quod in cadaveribus


virentium et in analysi chimica tot formae repente novEe" pro-
ducantur, nulla apparente causa. .Certe communis hominum
apprehensio esse videtur, quod ibi deficit quidem aliquid, nihil
— 33 —
1

477-—El ú n i c o a r g u m e n t o d e a l g ú n p e s o y p o r
el c u a l la opinión c o n t r a r i a es t a m b i é n v e r d a d e r a -
m e n t e p r o b a b l e , se r e d u c e á q u e , p o n i e n d o en el h o m -
b r e d i v e r s a s f o r m a s s u s t a n c i a l e s , a u n q u e sean p a r -
ciales y s u b o r d i n a d a s á la f o r m a p r i n c i p a l , q u e es el
a l m a , n o s e v e b i e n c ó m o el c o m p u e s t o r e s u l t a n t e
será verdaderamente sustancial y no accidental.
P o r q u e en t a l caso el a l m a v e n d r á á la m a t e r i a y a
actuada é informada por otra forma, y por tanto no
p a r e c e q u e p u e d a f o r m a r con ella u n c o m p u e s t o s u s -
tancial v e r d a d e r o .
478.—Este a r g u m e n t o e m p e r o n o deja d e t e n e r s u
s o l u c i ó n p r o b a b l e , p r i n c i p a l m e n t e en la o p i n i ó n d e
a q u e l l o s q u e p o n e n v a r i a s f o r m a s s u s t a n c i a l e s en el
h o m b r e , no como elementos constitutivos del com-
p u e s t o h u m a n o , s i n o c o m o m e r a s d i s p o s i c i o n e s pre-
vias p a r a q u e el a l m a p u e d a i n f o r m a r la m a t e r i a
i n f o r m a d a p o r ellas. P o r q u e , en e s t a o p i n i ó n , t a n t o
el a l m a c o m o las f o r m a s d i c h a s i n f o r m a n i n m e d i a t a -
m e n t e á la m a t e r i a , d á n d o l e c a d a u n a s u d e n o m i n a -
ción p r o p i a , c o m o si ella sola la i n f o r m a s e . P o r c o n -
s i g u i e n t e , el a l m a es t a m b i é n f o r m a d e la corporeidad
del c u e r p o h u m a n o y le d a , n o solo el s e r v i v o , v e g e -
t a t i v o , sensitivo y r a c i o n a l , sino t a m b i é n el s e r s i m -
p l e m e n t e c u e r p o . Solo q u e , p a r a e s t a r u n i d a á la
m a t e r i a , necesita por via de condición q u e l a s o t r a s
f o r m a s p a r c i a l e s d e n t a m b i é n á la m a t e r i a p o r ellas

tamen novi substituitur, sed ea tantum remanent,' quae p e r -


eunti composito inerant. Ideo in uva passa, in rosa sicca, in
Ugno cedrino nemo concipit novam substantiam, sed amissam
tantum vim vegetandi; et odor ipse rosaceus aut cedrinus d i u -
tissime perseverans satis alienus est a forma cadaveris. ( L o s a -
da, Cursus philosoph., pars secunda, tract. I, disp. V , cap. Ili,
n.' 13).»
—332-
i n f o r m a d a el s e r carne, hueso, cartílago, e t c . ; d e la
m i s m a m a n e r a q u e la s u s t a n c i a p a r a recibir en sí
c i e r t o s m o d o s necesita s e r p r e v i a m e n t e m o d i f i c a d a
por otros.
479.—Aun en la m i s m a d o c t r i n a d e E s c o t o , t i e n e el
r e f e r i d o a r g u m e n t o u n a solución n a d a d e s p r e c i a b l e .
P o r q u e el h o m b r e , e n s e n t i r de t o d o s los filósofos, es
un compuesto sustancial de cuerpo y alma; d e la m i s m a
m a n e r a q u e la plata, p o r e j e m p l o , es u n c o m p u e s t o
s u s t a n c i a l d e m a t e r i a p r i m a y f o r m a a r g e n t i n a . De
d o n d e se p u e d e inferir p r o b a b l e m e n t e c o n los Escotis-
t a s q u e , así c o m o la m a t e r i a p r i m a es cosa t o t a l m e n t e
d i s t i n t a d e la f o r m a a r g e n t i n a , q u e la i n f o r m a , d e la
m i s m a m a n e r a el c u e r p o h u m a n o , ó sea el c o m p u e s -
to sustancial de materia p r i m a y forma sustancial or-
g á n i c a y p r ó x i m a m e n t e a p t a p a r a la v i d a , es t o t a l -
m e n t e d i s t i n t o d e l a l m a q u e lo h a c e f o r m a l m e n t e
vivo. Y e n e s t e caso el a l m a h u m a n a le c o r r e s p o n d e r á
p o r r a z ó n d e s u n a t u r a l e z a , n o el d a r el s e r s i m p l e -
m e n t e al c u e r p o , s i n o el c o n s t i t u i r l o vivo. L a f o r m a
d e la corporeidad, en la d o c t r i n a d e E s c o t o , n o h a c e
u n a sustancia completa sino incompleta y o r d e n a d a
de suyo á formar p a r t e d e otra completa y m á s per-
fecta l l a m a d a hombre. P o r c o n s i g u i e n t e , el c o m p u e s t o
q u e r e s u l t a d e la u n i ó n del a l m a con el c u e r p o , s e r á
u n v e r d a d e r o c o m p u e s t o s u s t a n c i a l ; p o r q u e t a n t o el
a l m a c o m o la m a t e r i a i n f o r m a d a p o r la f o r m a d e la
corporeidad s o n s u s t a n c i a s i n c o m p l e t a s , q u e m u t u a -
m e n t e se e x i g e n p o r condición d e su i n t r í n s e c a n a t u -
r a l e z a , p a r a la f o r m a c i ó n d e u n t o d o físico, v e r d a d e r a
fuente de fuerzas nuevas.
480.—Lo q u e a c a b a m o s d e e s c r i b i r a c e r c a d e la for-
m a d e la corporeidad escolástica n o es a p l i c a b l e á.la
d o c t r i n a a t ó m i c a , q u e h e m o s c o m b a t i d o en la p r o p o -
sición t e r c e r a d e l a r t í c u l o p r e c e d e n t e . L o s a t o m i s t a s
— 333 —
defienden con m u c h í s i m o a r d o r q u e el a l m a n o d a al
c o m p u e s t o h u m a n o el s e r cuerpo sino s o l a m e n t e el
ser vivo, h a c i e n d o en e s t o c a u s a c o m ú n con los E s c o -
t i s t a s ; p e r o e n t r e la d o c t r i n a d e E s c o t o y la d e e s t o s
a u t o r e s en o r d e n á la n a t u r a l e z a d e la f o r m a d e la cor-
poreidad m e d i a u n a d i s t a n c i a i n m e n s a . « A u n q u e e n -
t e n d a m o s b e n i g n í s i m a m e n t e con E s c o t o , S u a r e z y
o t r o s , escribe el a t o m i s t a T o n g i o r g i , c u a n t o los E s c o -
lásticos a f i r m a b a n a c e r c a d e la m a t e r i a p r i m a , á s a -
b e r ; q u e d e t a l s u e r t e sea l l a m a d a p u r a p o t e n c i a la
m a t e r i a p r i m a , q u e esto n o o b s t a n t e t e n g a ella su
p r o p i a esencia y e x i s t e n c i a ; s i n e m b a r g o , n o s es i m -
posible a c e p t a r lo q u e los tales a u t o r e s e n s e ñ a n en or-
d e n á la f o r m a s u s t a n c i a l . P o r q u e , si esta f o r m a s u s -
t a n c i a l fuera u n a c i e r t a c o m p o s i c i ó n y o r d e n d e l a s
p a r t e s , c o m o lo es la f o r m a d e las o b r a s artificiales, ó
u n a c u a l i d a d y m o d o d e la s u s t a n c i a , c o m o lo son to-
d a s las f o r m a s a c c i d e n t a l e s , f á c i l m e n t e e n t e n d e r í a m o s
q u é es y c ó m o p u e d e s e r s a c a d a de la p o t e n c i a d e la
m a t e r i a . P e r o s e g ú n los Escolásticos, la f o r m a s u s t a n -
cial d e los c u e r p o s se d i s t i n g u e r e a l y a d e c u a d a m e n t e
d e la m a t e r i a , y esto n o o b s t a n t e es s a c a d a d e ella y
n o es h e c h a d e la n a d a ( i ) .

(i) «Etiamsi q u x de prima materia a scholastieis a s s e r e -


bantur, mitissime intellig'amus cum Scoto, Suaresio aliisque, ut
nempe materia ita pura potentia dicatur, ut tarnen propriam
essentiam et existcntiam sibi vindicet, nihilominus quee de for-
ma corporum substantiali traduntur, recipere non possumus.
S i e n i m substantialis has forma esset compositio et ordo partium,
ut est forma operum artificialium, aut qualitas modusque subs-
tantias, ut sunt accidentales corporum forma;, facile intelligere-
tur quid rei illa esset et quomodo ex materia educi posset. At
juxta scholasticos forma corporum substantialis realiter et adas-
quate a materia distinguitur, educitur tarnen ex illa et non fit
ex nihilo. (Tongiorgi, Cosmologia, lib. i, cap. 2. n. 3 3 ) . »
481.—La f o r m a d e la corporeidad en el s i s t e m a a t ó -
m i c o es u n a s i m p l e c o m p o s i c i ó n y o r d e n d e los áto-
m o s e n t e r a m e n t e a c c i d e n t a l p a r a ellos, c o m o p u e d e
s e r l o p a r a las d i v e r s a s p a r t e s d e u n a r t e f a c t o el m o d o
y o r d e n con q u e son c o l o c a d a s . Ni este ejército d e
á t o m o s así d i s p u e s t o s y a r r e g l a d o s dice o r d e n d e
s u y o y p o r su i n t r í n s e c a n a t u r a l e z a á e s p í r i t u a l g u n o ,
q u e v e n g a á c o m p e n e t r a r s e con ellos y ejercer s u s
percepciones mediante sus conmociones orgánicas.
P o r q u e n o necesita d e t a l e s p í r i t u p a r a existir, ni p a r a
r e c i b i r las i m p r e s i o n e s , ni p a r a t r a s m i t i r l a s á o t r o s
s e r e s ; sino q u e el a d v e n i m i e n t o del tal e s p í r i t u es p a r a
él u n a cosa i n d i f e r e n t e . A lo s u m o lo p o d r á r e c l a m a r
p a r a q u e o b r e en él g u a r d a n d o el e q u i l i b r i o d e los
á t o m o s , c o m o g u a r d a u n h o m b r e la casa en q u e v i v e ,
p a r a q u e n o se v e n g a al suelo con las g o t e r a s n o r e -
p a r a d a s . P e r o esto n o indica o t r o g é n e r o d e relación
e n t r e el a l m a y el c u e r p o q u e la d e u n h a b i t a n t e y s u
p r o p i a cosa. V é a s e p u e s p o r q u e , t e n i e n d o p o r v e r d a -
d e r a m e n t e p r o b a b l e la d o c t r i n a d e E s c o t o r e l a t i v a á
la f o r m a d e la corporeidad, j u z g a m o s al m i s m o t i e m -
p o q u e n o p u e d e s e r a d m i t i d o en a l g u n a m a n e r a s o b r e
este p u n t o el s i s t e m a d e los a t o m i s t a s (1).

ARTÍCULO V.
A s i e n t o del alma.
482.—Los P l a t ó n i c o s y los C a r t e s i a n o s , q u e n o p o -
n í a n v e r d a d e r a u n i ó n s u s t a n c i a l e n t r e el a l m a y el
c u e r p o sino s i m p l e m e n t e m o r a l , cual es la q u e t i e n e
el h a b i t a n t e d e u n a casa con esta m i s m a casa, n a t u -

(1) Véase lo que sobre esta materia de la pluralidad de for-


mas del compuesto humano escribe el P. Losada en el lugar
arriba citado.
'—335-
r a t m e n t e t r a t a r o n d e s e ñ a l a r al a l m a u n l u g a r d e t e r -
m i n a d o del c u e r p o , d o n d e t u v i e s e su m o r a d a , y d e s d e
d o n d e ejerciese s u i m p e r i o en t o d a s las d e m á s p a r t e s ,
al m o d o q u e lo h a c e u n rey en s u s e s t a d o s . N u e s t r a
c o m p a t r i o t a Oliva S a b u c o , a n t e s q u e D e s c a r t e s n a -
ciera, la p u s o en el c e r e b r o ; D e s c a r t e s la colocó en la
g l á n d u l a p i n e a l ; Buffon en el d i a f r a g m a del c e r e b r o , ó
sea en la m e m b r a n a q u e le e n v u e l v e ; P e y r o n en el
c u e r p o calloso. O t r o s , c o m o G u e v a r a , n o le s e ñ a l a r o n
l u g a r d e t e r m i n a d o , sino j u z g a r o n q u e s e g ú n las n e c e -
s i d a d e s o c u r r e n t e s se t r a s l a d a d e u n l u g a r á o t r o d e
s u h a b i t a c i ó n , p a r a ejercer allí las o p e r a c i o n e s q u e
sean necesarias.
483.—Pero t o d a s e s t a s o p i n i o n e s s o n m a n i f i e s t a -
m e n t e falsas, s u p u e s t o lo q u e a c a b a m o s d e p r o b a r en
el a r t í c u l o p r e c e d e n t e . E n efecto: el a l m a r a c i o n a l del
h o m b r e n o se d i s t i n g u e r e a l m e n t e d e su a l m a v e g e -
t a t i v a ; por c o n s i g u i e n t e se d e b e e n c o n t r a r en t o d a s
a q u e l l a s p a r t e s del c u e r p o h u m a n o , q u e g o z a n d e
v e r d a d e r a v e g e t a c i ó n . Y c o m o e s t a s p a r t e s son t o d a s ,
p u e s t o d o el c u e r p o h u m a n o v e g e t a , sin e x c l u i r la
m á s m í n i m a p a r t í c u l a , d e b e m o s c o n c l u i r q u e la s u s -
t a n c i a del a l m a h u m a n a se h a l l a en t o d o el c u e r p o
a b s o l u t a m e n t e . A u n m á s ; si n u e s t r a a l m a e s t u v i e r a
c o m p u e s t a d e p a r t e s , p o d r í a t e n e r u n a en u n a p a r t e
del c u e r p o y o t r a en o t r a . P e r o s i e n d o s i m p l e , p o r
fuerza d e b e e s t a r t o d a e n t e r a en t o d a s y c a d a u n a d e
ellas. E s t o es lo q u e e n s e ñ a r o n s a b i a m e n t e los E s c o -
lásticos, d i c i e n d o q u e n u e s t r a a l m a e s t á e n t o d o el
c u e r p o y en c a d a u n a d e s u s p a r t e s ; p o r q u e t o d a s
ellas e s t á n vivas y la v i d a n o les p u e d e v e n i r sino d e
e s t a r á ellas p r e s e n t e y s u s t a n c i a l m e n t e u n i d a n u e s -
tra alma.
484.—Ni c o n t r a esta d o c t r i n a v a l e n g r a n cosa los
a r g u m e n t o s q u e se s u e l e n o p o n e r . Dicen en p r i m e r
l u g a r s u s a d v e r s a r i o s : S i e n d o el a l m a s i m p l e , ¿cómo
h a d e e s t a r d i f u n d i d a p o r t o d o el cuerpo? V a n a difi-
c u l t a d . Dios es s i m p l i c í s i m o y sin e m b a r g o t i e n e p r e -
s e n t e s u s u s t a n c i a d t o d o s y c a d a u n o d é l o s seres cria-
dos. L u e g o la s i m p l i c i d a d n o se o p o n e á la difusión
m e n c i o n a d a ; p o r q u e la t a l difusión n o es formal c o m o
la d e los c u e r p o s , sino virtual como la d e los e s p í r i t u s .
El a l m a es s i m p l e , n o c o m o el p u n t o m a t e m á t i c o q u e
t i e n e u n l u g a r d e t e r m i n a d o e n la línea, sino c o m o los
e s p í r i t u s i n e x t e n s o s , q u e , en t a n t o e s t á n en a l g ú n lu-
g a r , en c u a n t o lo t o c a n c o n s u v i r t u d , c o m o escribe
s a b i a m e n t e S a n t o T o m a s (i). F u e r a d e q u e , a u n c u a n -
d o q u i s i é r a m o s colocar el a l m a en a l g u n a p a r t e d e t e r -
m i n a d a d e l c e r e b r o , le h a b r í a m o s d e s e ñ a l a r a l g u n a
e x t e n s i ó n ; p o r q u e los n e r v i o s s e n s o r i o s n o confluyen
á u n m i s m o p u n t o m a t e m á t i c o é indivisible d e la c a -
beza; y en t a l caso la dificultad d e p o n e r al a l m a t o d a
e n t e r a en t o d a s y c a d a u n a d e las p a r t e s del c u e r p o se
v u e l v e c o n t r a los m i s m o s a d v e r s a r i o s ; p o r q u e la s i m -
p l i c i d a d d e l a l m a lo m i s m o p u g n a con la existencia d e
la m i s m a en u n a p a r t e d e la cabeza q u e e n t o d o el
cuerpo.
485.—Dicen en s e g u n d o l u g a r : Si el a l m a está t o d a
e n t e r a en c a d a u n a d e l a s p a r t e s del c u e r p o h u m a n o ,
t o d a ella se h a l l a r á en el d e d o ; y así el d e d o solo s e r á
h o m b r e , p o r q u e es un c o m p u e s t o s u s t a n c i a l del c u e r p o
y a l m a r a c i o n a l . A d e m á s , en tal caso el a l m a e n t e n d e r á
en el p i é ; p o r q u e allí t e n d r á t a m b i é n la i n t e l i g e n c i a .
F i n a l m e n t e , al c o r t a r l e á u n h o m b r e la m a n o , el a l m a
se r e t i r a r á d e a q u e l l u g a r ; lo cual es u n a b s u r d o .
486.—Respuesta.—Todas e s t a s s o n t a m b i é n dificul-
t a d e s v a n a s : i.° El a l m a e s t á e n el d e d o como en una
parte del h o m b r e , n o c o m o en u n todo separado é

(1) S. Tomas, Sumnt. theol., 1. p. q. 8, art, 2. ad 2 . ulil


— 357 —
independiente de otro ser. P o r c o n s i g u i e n t e , el d e d o
a n i m a d o p o r el a l m a n o es u n h o m b r e s i n o u n a
parte suya.
487.—2. E l a l m a p r o p i a m e n t e h a b l a n d o n o entien-
0

de, ni en el p i é , ni en la cabeza, ni en p a r t e a l g u n a del


cuerpo; p o r q u e no usa de órgano alguno corporal para
los a c t o s d e la i n t e l i g e n c i a . S e dice q u e e n t i e n d e en la
cabeza y n o en o t r a p a r t e , en c u a n t o q u e en la cabeza
está localizada la i m a g i n a c i ó n , q u e p r o d u c e las r e p r e -
s e n t a c i o n e s i m a g i n a r i a s , l a s cuales le s u m i n i s t r a n la
materia de sus pensamientos.
488.—Dice m u y b i e n á este p r o p ó s i t o S a n t o T o m a s :
«Las p o t e n c i a s del a l m a s o n d e d o s clases: L a s unas
e s t á n en ella, e n c u a n t o q u e e x c e d e e n perfección á
t o d a la c a p a c i d a d del c u e r p o . E s t o s s o n el e n t e n d i -
m i e n t o y la v o l u n t a d , y p o r la r a z ó n i n d i c a d a n o se
dice q u e estén en p a r t e a l g u n a d e l c u e r p o . L a s otras
s o n c o m u n e s al a l m a y al c u e r p o ; y é s t a s n o d e b e n
e s t a r d o n d e q u i e r a q u e el a l m a se e n c u e n t r a , sino solo
en a q u e l l a p a r t e del c u e r p o q u e es p r o p o r c i o n a d a p a r a
la o p e r a c i ó n d e c a d a u n a (1).»
489.—3. C u a n d o se s e p a r a d e lo r e s t a n t e del c u e r p o
0

u n a p a r t e , q u e p o r sí sola n o es a p t a p a r a las f u n c i o n e s
d e la v i d a d e l h o m b r e , e n t o n c e s deja p o r esto m i s m o
d e ser i n f o r m a d a p o r el a l m a ; la cual s i g u e i n f o r m a n d o
á t o d o lo d e m á s . Si p o r e s t a c a u s a se q u i e r e decir q u e

(1) «Potentiarum anima? qucedcim sunt in ea, secundum quod


excedit totani corporis capacitatem; scilicet, intellectus et volun-
tas: unde hujusmodi potentke in nulla parte corporis esse d i -
cuntur. Alice vero potential sunt communes anima? et corpori.
Unde talium potentiarum non oportet quod queelibet sit in
quocumque est anima, sed solum in illa parte corporis, quae est
proportionata ad talis potentiae Operationen!. ( S . Tomas, Summ,
theol. 1. p. q . 77. art. 8, ad 4, »
um

Psicologia, 2 3
Se retira, el a l m a d e la p a r t e c o r t a d a , n o h a y n i n g ú n ,
i n c o n v e n i e n t e en u s a r d e e s t a m e t á f o r a . Lo q u e ú n i -
c a m e n t e se d e b e t e n e r p r e s e n t e e s , q u e el t a l a c t o d e
r e t i r a r s e n o es v o l u n t a r i o p a r a el a l m a ; p o r q u e n o e x -
p r e s a sino la d e s t r u c c i ó n n a t u r a l y n e c e s a r i a d e la
u n i ó n s u s t a n c i a l q u e a n t e s existía e n t r e el a l m a y
a q u e l l a p a r t e del c u e r p o c o r t a d a .
490.—Finalmente, a r g u y e n d i c i e n d o q u e las s e n s a -
ciones e s t á n en el c e r e b r o y p o r c o n s i g u i e n t e allí es
d o n d e d e b e t e n e r el a l m a s u a s i e n t o . P e r o este a r g u -
m e n t o es e n t e r a m e n t e i n ú t i l p a r a el c a s o . P o r q u e , a u n
c u a n d o q u i s i é r a m o s c o n c e d e r q u e el a l m a n o s i e n t e
sino e n el c e r e b r o ; lo ú n i c o q u e d e esto se s e g u i r í a es,
q u e e n el c e r e b r o t i e n e s u s p o t e n c i a s sensitivas. L o
cual n o q u i t a r í a el q u e s u s p o t e n c i a s v e g e t a t i v a s e s t u -
viesen d i f u n d i d a s p o r t o d o el c u e r p o , y p o r c o n s i g u i e n -
t e el q u e en t o d a s y c a d a u n a d e las p a r t e s del c u e r p o
se h a l l a s e la s u s t a n c i a e n t e r a d e n u e s t r a a l m a . El a r -
g u m e n t o e m p e r o f l a q u e a p o r s u b a s e ; p o r q u e las s e n -
s a c i o n e s e x t e r n a s n o t i e n e n l u g a r en el c e r e b r o s i n o
en c a d a u n o d e s u s ó r g a n o s c o r r e s p o n d i e n t e s , c o m o
lo d e j a m o s p r o b a d o m á s a r r i b a (96).

CAPÍTULO II.
D e l mutuo influjo del alma y del cuerpo.

491.—De la u n i ó n s u s t a n c i a l del a l m a con el c u e r p o


p o r fuerza d e b e r e s u l t a r a l g u n a s u e r t e d e influjo del
u n o en el o t r o e l e m e n t o . P o r q u e la u n i ó n m e n c i o n a d a
h a c e q u e t o d a s las p o t e n c i a s del c o m p u e s t o o r g á n i c o
r a d i q u e n en u n m i s m o sujeto y p u e d a n influir las
u n a s con s u s a c t o s e n los a c t o s d e las o t r a s . P a r a exa-
— 339 —
m i n a r la n a t u r a l e z a d e e s t e influjo, d i v i d i r e m o s el
p r e s e n t e c a p í t u l o en d o s a r t í c u l o s ; el p r i m e r o d e los
cuales v e r s a r á s o b r e el influjo del a l m a en el c u e r p o ,
y el s e g u n d o s o b r e el influjo del c u e r p o en el a l m a .

ARTÍCULO PRIMERO.
Influjo del alma en el cuerpo.
492.—La p r i m e r a clase d e influjo q u e ejerce el a l m a
en el c u e r p o , es la d e i n f o r m a r l o y a c t u a r l o c o n su
p r o p i a esencia, e s t a n d o u n i d a á él s u s t a n c i a l m e n t e y
f o r m a n d o así la u n i d a d i n d i c a d a d e u n solo ser físico.
E s t e influjo n o es a c t i v o s i n o s i m p l e m e n t e f o r m a l ,
c o m o lo es el q u e p r e s t a la f o r m a á la m a t e r i a (O. 563-
567). E n v i r t u d d e este influjo, el c u e r p o h u m a n o
a d q u i e r e su e s t a b i l i d a d p r o p i a y g o z a d e perfecta
aptitud para desarrollarse de una m a n e r a convenien-
t e y resistir á los a g e n t e s e x t r í n s e c o s , q u e t i e n d e n á
d e s t r u i r l o . Sin la u n i ó n del a l m a c o n el c u e r p o , éste
p e r d e r í a al i n s t a n t e su f o r m a o r g á n i c a y sería r e d u -
cido á u n m o n t ó n d e m a t e r i a c o r r o m p i d a .
493.—Pero a d e m á s d e este influjo f o r m a l y esencial,
ejerce el a l m a en el c u e r p o o t r o activo p o r m e d i o d e
sus potencias. Porque p r i m e r a m e n t e , por medio de
la v o l u n t a d p o n e en acción á t o d a s las o t r a s p o t e n c i a s
y las h a c e f u n c i o n a r en el s e n t i d o q u e á ella le a g r a d a ,
p e n s a n d o en lo q u e q u i e r e , i m a g i n a n d o lo q u e es de
su g u s t o , a p l i c a n d o los s e n t i d o s á los objetos q u e q u i e r e
é i m p e r a n d o á la p o t e n c i a l o c o m o t r i z , p a r a q u e p o n g a
en m o v i m i e n t o los ó r g a n o s del c u e r p o . E n s e g u n d o
l u g a r , p o r m e d i o de la i n t e l i g e n c i a h a c e b r o t a r en la
imaginación multitud de representaciones imagina-
r i a s , p o r las c u a l e s es c o n m o v i d o y e x c i t a d o el a p e t i t o
s e n s i t i v o , l l e g a n d o á veces la v e h e m e n t e y p r o f u n d a
m e d i t a c i ó n i n t e l e c t u a l d e u n objeto s u p r a s e n s i b l e y
-34°-*
e s p i r i t u a l á c o n m o v e r t o d a la sensibilidad del h o m b r e ,
d e m a n e r a q u e le h a g a b r o t a r c o p i o s a s l á g r i m a s .
F i n a l m e n t e , p o r m e d i o d e la p o t e n c i a n u t r i t i v a p r o d u -
ce en el c u e r p o n u e v a c a r n e y se la a s i m i l a d e m a n e r a ,
q u e se le u n e s u s t a n c i a l m e n t e y f o r m a p a r t e c o n el
c o m p u e s t o h u m a n o . T o d a s e s t a s acciones ejerce en el
c u e r p o p o r r a z ó n d e la u n i ó n s u s t a n c i a l q u e le t i e n e
á él u n i d a ; y así n o c o n s i s t e en ellas la u n i ó n d i c h a ,
sino q u e son u n a s i m p l e c o n s e c u e n c i a s u y a . V e a m o s
a h o r a el influjo del c u e r p o en el a l m a .

ARTÍCULO II.

Influjo del cuerpo en el alma humana.


494.—El influjo q u e ejerza el c u e r p o en el a l m a , n o
p u e d e s e r d e la m i s m a n a t u r a l e z a q u e el ejercido p o r
ella en la m a t e r i a ; p o r q u e la c a u s a l i d a d m a t e r i a l es
r e a l m e n t e d i s t i n t a d e la f o r m a l , c o m o lo d e j a m o s o b -
s e r v a d o en la O n t o l o g í a (O. 567). Sin e m b a r g o , en él
t a m b i é n p o d e m o s s e ñ a l a r d o s clases; la u n a d e influjo
m e r a m e n t e material, y la o t r a d e influjo en c i e r t a m a -
n e r a activo. D i g a m o s d e u n a y o t r a a l g u n a s ' b r e v e s
palabras.
495. —El influjo m e r a m e n t e m a t e r i a l d e l c u e r p o en
el a l m a c o n s i s t e en la a p t i t u d p a r a r e c i b i r en sí al a l m a
h u m a n a y s e r i n f o r m a d o p o r ella. E n v i r t u d d e este
influjo, el a l m a h u m a n a es l l a m a d a á la e x i s t e n c i a ,
c u a n d o la m a t e r i a del e m b r i ó n e s t á y a c o n v e n i e n t e -
m e n t e d i s p u e s t a p a r a s e r i n f o r m a d a p o r ella; p o r q u e
e n t o n c e s la tal m a t e r i a r e c l a m a p a r a sí n a t u r a l m e n t e
c o n a p e t i t o i n n a t o la i n f o r m a c i ó n d e u n a l m a d e esta
especie. E s t a m i s m a a p t i t u d h a c e q u e el a l m a siga i n -
f o r m a n d o y a c t u a n d o la m a t e r i a del c o m p u e s t o h u -
m a n o d u r a n t e t o d o el t i e m p o en q u e ella p e r s i s t e . Y
c u a n d o ella cesa, la u n i ó n d e l a l m a con el c u e r p o se
— 34i —
r o m p e i n m e d i a t a m e n t e , p e r e c i e n d o el h o m b r e y e n -
t r a n d o s u s e l e m e n t o s c o n s t i t u y e n t e s en el l u g a r q u e
á c a d a u n o le p e r t e n e c e .
496.—Á esta m i s m a clase d e influjo se d e b e el q u e
las f a c u l t a d e s o r g á n i c a s del h o m b r e t e n g a n m á s ó
m e n o s perfección; p u e s s e g ú n sea la delicadeza d e los
ó r g a n o s del c u e r p o , las o p e r a c i o n e s d e e s t a s p o t e n -
cias s e r á n m á s ó m e n o s p e r f e c t a s . Y s i e n d o é s t a s m á s
e x q u i s i t a s , t a m b i é n lo s e r á n s u s a c t o s y los a c t o s d é l a
i n t e l i g e n c i a ; p o r q u e e s t a f a c u l t a d e n t i e n d e los objetos
con t a n t a m á s facilidad, e x a c t i t u d y p r o f u n d i d a d ,
c u a n t o m a y o r e s son la viveza, finura y b r i l l a n t e z con
q u e le s e a n p r e s e n t a d o s m e d i a n t e las r e p r e s e n t a c i o -
n e s d e la f a n t a s í a .
497.—El influjo en c i e r t a m a n e r a a c t i v o se h a l l a en
los a c t o s d e las f a c u l t a d e s s e n s i t i v a s ; los cuales s o n
p r o d u c i d o s , n o p o r el a l m a sola, sino p o r el c o m p u e s -
t o del a l m a y c u e r p o , é i n f l u y e n á su m o d o en la p r o -
d u c c i ó n d e los a c t o s i n t e l e c t u a l e s . Sea c u a l q u i e r a la
m a n e r a en q u e se e x p l i q u e el o r i g e n de n u e s t r a s i d e a s ,
n a d i e p u e d e n e g a r q u e la i m a g i n a c i ó n influye g r a n -
d e m e n t e en s u p r o d u c c i ó n , al m e n o s p r e s e n t a n d o á
la i n t e l i g e n c i a la m a t e r i a s o b r e q u e h a y a n d e v e r s a r
s u s a c t o s . Llega á t a n t o e s t e influjo, q u e m u c h o s opi-
n a n , q u e la m a y o r ó m e n o r perfección d e n u e s t r o s
a c t o s intelectivos d e p e n d e t o t a l m e n t e d e la m a y o r ó
m e n o r perfección d e la f a n t a s í a y d e las d e m á s p o -
t e n c i a s o r g á n i c a s ; d e s u e r t e q u e el t e n e r u n o m e j o r
i n t e l i g e n c i a q u e o t r o , n o v i e n e s e g ú n ellos s i n o d e q u e
s u a l m a h a t e m i d o la s u e r t e d e p o s e e r u n c u e r p o
perfectísimamente organizado.
498.—Otros sin e m b a r g o n o c o n c e d e n t a n t o al c u e r -
p o , y p i e n s a n q u e la d i v e r s i d a d d e i n t e l i g e n c i a s v i e n e ,
n o solo d e la d i f e r e n t e perfección o r g á n i c a d e los diver-
sos h o m b r e s , sino t a m b i é n d e la i n t r í n s e c a c o n d i c i ó n
-342 —
d e las i n t e l i g e n c i a s m i s m a s . De este p a r e c e r es el A n -
gélico D o c t o r en las s i g u i e n t e s p a l a b r a s : «Es e v i d e n t e
que á un cuerpo mejor conformado corresponde un
a l m a t a m b i é n m á s perfecta; lo cual m a n i f i e s t a m e n t e se
v e en los seres q u e p e r t e n e c e n á especies d i s t i n t a s . L a
r a z ó n d e esto es, p o r q u e la f o r m a es r e c i b i d a en la m a -
t e r i a s e g ú n la c a p a c i d a d d e ésta s e g u n d a . P o r d o n d e ,
c o m o en a l g u n o s h o m b r e s el c u e r p o se h a l l a m e j o r d i s -
p u e s t o q u e en los d e m á s , t a m b i é n s u a l m a t i e n e m a y o r
v i r t u d p e r c e p t i v a . P o r e s t o se dice e n el s e g u n d o libro
d e A n i m a (text. 94, t o m . 2) q u e los que tienen la carne
blanda gozan también de buena inteligencia. L a perfec-
ción del a c t o i n t e l e c t i v o d e p e n d e a d e m á s d e las p o -
t e n c i a s i n f e r i o r e s , d e q u e necesita la inteligencia p a r a
ejercer s u s o p e r a c i o n e s . P o r q u e a q u e l l o s 'en q u i e n e s
la v i r t u d i m a g i n a t i v a , c o g i t a t i v a y m e m o r a t i v a e s t á
m e j o r d i s p u e s t a , se h a l l a n t a m b i é n m e j o r d i s p u e s t o s
p a r a e n t e n d e r » (1). L a r a z ó n en q u e e s t á f u n d a d a esta
d o c t r i n a , n o es c i e r t a m e n t e d e s p r e c i a b l e .
499.—En la influencia q u e ejerce el c u e r p o en el
a l m a se f u n d a n los d i v e r s o s s i s t e m a s q u e h a n sido
i n v e n t a d o s p o r los filósofos y p o r los n a t u r a l i s t a s p a r a

( 1 ) «Manifestum est enim quod quanto corpus est melius


dispositum, tanto meliorem sortitur animam. Quod manifeste
apparet in his quee sunt secundum speciem diversa. Cujus ra-
tio est, quia actus et forma recipitur in materia secundum ma-
teria capacitatene Unde, cum etiam in hominibus quidam ha-
beant corpus melius dispositum, sortiuntur animam majoris
virtutis in intellegendo. Unde dicitùr in secundo de Anima
(text. 9 4 , tom. 2) quoàmolles came, bene aptos mente videmus.
Alio modo contingit hoc ex parte inferiorum virtutum,. quibus
intellectus indiget ad sui operationem. Uli enim in quibus vir-
tus imaginativa, cogitativa et memorativa est melius disposita,
sunt melius dispositi ad intelligendum. ( S . Thomas, Summ,
theol., i. p. q. 8 5 , art. 7 ) . »
— 343 —
e x p l i c a r la d i v e r s i d a d d e i n g e n i o s y c o s t u m b r e s en los
h o m b r e s . E n t r e estos s i s t e m a s se e n u m e r a n el del á n -
g u l o facial i d e a d o p o r C á m p e r ; el frenológico del Gall;
y el d e los t e m p e r a m e n t o s e x p u e s t o s p o r H u a r t e e n
s u f a m o s o libro i n t i t u l a d o : Examen de ingenios y p u -
b l i c a d o m u c h o s a ñ o s a n t e s q u e los n a t u r a l i s t a s d e
otros reinos ideasen las teorías q u e t a n t a fama h a n
c o n s e g u i d o en el m u n d o .
500.—Cámper p r e t e n d i ó m e d i r la i n t e l i g e n c i a d e l
h o m b r e y d e los a n i m a l e s c o n el á n g u l o facial for-
m a d o en la b a s e d e la n a r i z p o r d o s l í n e a s , d e las cua-
les la u n a se dirija á lo m á s a l t o d e la f r e n t e y la o t r a
p o r el c o n d u c t o a u d i t i v o e x t e r n o . S e g ú n este fisió-
l o g o , la perfección i n t e l e c t u a l d e los d i v e r s o s h o m b r e s
y a n i m a l e s c o r r e s p o n d e á la a b e r t u r a del á n g u l o for-
m a d o p o r d i c h a s líneas, s i e n d o a q u é l l a Uvnto m a y o r
c u a n t o é s t a fuere m á s n o t a b l e .
E s t e s i s t e m a , c o n s i d e r a d o en g e n e r a l , n o deja d e e n -
c e r r a r a l g o d e v e r d a d ; y los m i s m o s e s c u l t o r e s a n t i -
g u o s lo c o n o c i e r o n p o r cierta especie d e i n t u i c i ó n , al
d a r ioo." á las c a b e z a s d e l a s e s t a t u a s d e los dioses y
m e n o r n ú m e r o á los s e m i d i o s e s y á los h é r o e s . N o se
c r e a sin e m b a r g o q u e es u n a m e d i d a e n t e r a m e n t e s e -
g u r a p a r a t o d o s los casos; p o r q u e la perfección d e la
s e n s i b i l i d a d i n t e r n a , q u e es la q u e influye i n m e d i a t a -
m e n t e en los a c t o s d e la i n t e l i g e n c i a , n o d e p e n d e s o -
l a m e n t e d e la c a n t i d a d d e m a s a c e r e b r a l , sino t a m b i é n
d e la c o n t e x t u r a m á s ó m e n o s delicada d e esta m a s a
y d e l t e m p e r a m e n t o q u e d o m i n e en el h o m b r e . A d e -
m á s , h a y o t r a c a u s a d e i n s e g u r i d a d y es, q u e la incli-
n a c i ó n d e la línea v e r t i c a l p u e d e v a r i a r p o r diferentes
c a u s a s , sin q u e p o r e s t o v a r í e la c a n t i d a d d e c e r e b r o
en los d i v e r s o s seres.
501.—Gall localizó e n el c e r e b r o las f a c u l t a d e s p e r -
c e p t i v a s y afectivas del a l m a d e m a n e r a , q u e á c a d a
— 344 —
clase de afectos y p e r c e p c i o n e s le señaló u n a p a r t e
d e t e r m i n a d a . Así e n u m e r ó h a s t a veintiséis f a c u l t a d e s
localizadas en s u s ó r g a n o s c o r r e s p o n d i e n t e s ; el ó r g a n o
d e la amistad, el d e la devoción, el d e la crueldad, e t c .
O t r o s las h a n h e c h o s u b i r h a s t a 35 y 39 con t a n p o c o
f u n d a m e n t o c o m o el m i s m o Gall. S e g ú n los p a t r o c i -
n a d o r e s d e e s t e s i s t e m a , p o r lo a b u l t a d o d e estos ó r -
g a n o s se p u e d e c o n o c e r el g r a d o d e d e s a r r o l l o d e la
f a c u l t a d a n í m i c a á ellos i n h e r e n t e , y e s t e abundamien-
t o se n o t a en el m i s m o c r á n e o t o c á n d o l o p o r su s u -
perficie e x t e r n a . P o r q u e las p r o m i n e n c i a s del c r á n e o
c o r r e s p o n d e n á las d e los ó r g a n o s i n t e r i o r e s q u e e s t á n
debajo.
502.—Este s i s t e m a es m u y p o c o sólido. E n p r i m e r
l u g a r , el n ú m e r o de f a c u l t a d e s a n í m i c a s n o d e b e t o -
m a r s e del n ú m e r o d e objetos s i n o d e las d i f e r e n t e s
clases d e a c t o s , y Gall h a c e t o d o lo c o n t r a r i o . A d e m á s ,
en c a d a ó r g a n o p o n e el n a t u r a l i s t a a l e m á n p e r c e p c i ó n ,
juicio, m e m o r i a y v o l u n t a d , c o m o si c a d a u n o fuese
el a s i e n t o de u n a l m a d i s t i n t a d e las o t r a s , lo cual es
u n a b s u r d o . A ñ á d a s e á esto q u e el r e f e r i d o a u t o r s e ñ a -
la ó r g a n o m a t e r i a l á la m i s m a i n t e l i g e n c i a , c o m o si
fuese m a t e r i a l y o r g á n i c a ; con lo c u a l profesó el m a t e -
r i a l i s m o y a r r u i n ó p o r c o m p l e t o la l i b e r t a d h u m a n a .
La r a z ó n p a r a Gall es el r e s u l t a d o de la acción s i m u l -
t á n e a d e las f a c u l t a d e s p e r c e p t i v a s localizadas en c a d a
ó r g a n o , y á la v o l u n t a d s u c e d e o t r o t a n t o . P o r d o n d e ,
s e g ú n esta t e o r í a , el h o m b r e es u n p u r o a u t ó m a t a , y
s i g u e p o r n e c e s i d a d i n d e c l i n a b l e la r e s u l t a n t e d e las
f u e r z a s q u e en c a d a m o m e n t o lo d e t e r m i n a n . A d e m á s ,
Gall s u p o n e , lo m i s m o q u e C á m p e r , q u e t o d a la p e r -
fección d e las f a c u l t a d e s s e n s i t i v a s e s t á en la c a n t i d a d
d e m a s a c e r e b r a l con q u e f u n c i o n a n , lo c u a l es falso;
p o r q u e la perfección d e la s e n s i b i l i d a d d e p e n d e t a m -
b i é n d e o t r a s c a u s a s , c o m o d e c í a m o s e n el n ú m e r o
— 345 —
a n t e r i o r . A d e m á s , n o s i e m p r e se a d a p t a n al c r á n e o l a s
c i r c u n v o l u c i o n e s i n t e r i o r e s del c e r e b r o ; y éste p o r o t r a
p a r t e , al p a s o q u e es m u y c o m p l i c a d o en su o r g a n i z a -
ción i n t e r i o r , es m u y u n i f o r m e en s u superficie. F u e r a
d e q u e a l g u n o s ó r g a n o s , en q u e se s u p o n í a r e s i d i r t a l
ó c u a l v i r t u d , h a n d a d o el m á s c o m p l e t o m e n t í s á esta
t e o r í a . Así, p o r e j e m p l o , el ó r g a n o d e la teosofía h a
sido h a l l a d o t a m b i é n en la cabeza del c a r n e r o , y el d e
la e s t u p i d e z en la cabeza d e l i n g e n i o s í s i m o L a p l a c e .
O m i t i m o s o t r a s reflexiones q u e c a d a u n o p u e d e v e r e n
los a u t o r e s (i).
503.—Más f u n d a m e n t o lleva el d e los t e m p e r a m e n -
t o s , si bien él t a m p o c o n o s p u e d e s e r v i r sino en g e n e -
r a l p a r a c o n o c e r los c a r a c t e r e s q u e s u e l e n r e i n a r e n
los i n d i v i d u o s , s e g ú n el t e m p e r a m e n t o y la c o m p l e -
x i ó n d e c a d a h o m b r e . El t e m p e r a m e n t o consiste en el
c o n j u n t o d e las c u a l i d a d e s n o t a b l e s p r o p i a s d e la o r -
g a n i z a c i ó n d e c a d a u n o . De él n a c e e n g r a n p a r t e la
e x c i t a b i l i d a d d e la p a r t e sensitiva, y c o n ella la d é l o s
afectos é i n c l i n a c i o n e s , y lo q u e solemos l l a m a r la
índole de cada uno. C u a t r o son los s i s t e m a s ó a p a r a t o s
o r g á n i c o s , q u e se h a l l a n m e z c l a d o s en el c u e r p o h u -
m a n o ; y del p r e d o m i n i o q u e c a d a u n o d é ellos ejerza
s o b r e los d e m á s , n a c e n los c u a t r o t e m p e r a m e n t o s
l l a m a d o s , flemático, sanguíneo, nervioso y bilioso.
504.—En el flemático d o m i n a el s i s t e m a linfático,
s i e n d o los q u e lo p o s e e n d e sensibilidad o b t u s a , escasa
i m a g i n a c i ó n y m e m o r i a frágil, frios, flojos, a m i g o s d e l
ocio y del p l a c e r , e n e m i g o s d e t o d o t r a b a j o , q u e r e -
q u i e r a g r a n d e esfuerzo d e i n g e n i o y m á s a p t o s p a r a
las a r t e s m e c á n i c a s q u e p a r a los e s t u d i o s p r o f u n d o s ;
son sin e m b a r g o de b u e n juicio, a u n q u e t a r d o y l e n t o .

(1) Véase al efecto la Filosofía elemental de Balmes, Psico-


logía, cap. IX.
— 34°—
505.—En el sanguíneo prevalece el sistema vascular.
Los sanguíneos son vivos, de grande imaginación,
prontos en concebir, apasionados y volubles, más ap-
tos para las bellas artes y el trato social que para las
meditaciones profundas y el retiro propio de la con-
templación y del estudio.
506.—En el nervioso lleva la palma el sistema de
los nervios. Los que lo poseen, suelen ser muy sensi-
bles, amigos más de lo subjetivo é ideal que délo real
y objetivo; gustan más de la poesía, de la música y
de las bellas artes en general, que del estudio cons-
tante y profundo de las ciencias.
507.—En el bilioso domina la bilis y los que lo po-
seen en toda su plenitud son de pasiones fuertes y
vehementes, iracundos, taciturnos y fuertes de ca-
rácter, reflexivos, de buen juicio, de concepciones
vastas, de más grande ingenio que imaginación, más
aptos para las ciencias abstractas que para la poesía,
música y otras cosas semejantes. Cuando la bilis no
llega á un predominio tan grande sobre los demás
humores, sino que se queda en otro grado más infe-
rior, resulta el temperamento melancólico. Porque el
hombre melancólico no parece sino un bilioso, en el
cual la bilis no tiene bastante fuerza para empujarle
hacia el mundo exterior. Asi es que los melancólicos
son de muy buen ingenio como los biliosos, más há-
biles para las ciencias que para las ai'tes, y de pasio-
nes vehementes. Lo que es el bilioso en el mundo ex-
terior, esto mismo es el melancólico en el interior,
donde vive á su gusto y de donde sale con dificultad.
$08.—Todos estos temperamentos los da la natura-
leza, pero sin atentar á la libertad humana; pues el
hombre siempre es libre en obrar, siguiendo la co-
rriente de sus pasiones, ú oponiéndose fuertemente á
ellas. Aun más: con el ejercicio déla libertad puede el
— 347 —
h o m b r e m o d i f i c a r m á s ó m e n o s estos t e m p e r a m e n -
t o s ; y así suele a c o n s e j a r s e á los l i t e r a t o s , p o r e j e m p l o ,
q u e a n d e n con m u c h o c u i d a d o e n n o d e j a r s e a r r e -
b a t a r d e la s e n s i b i l i d a d h a c i é n d o s e d e m a s i a d o s u s -
ceptibles. P o r q u e , b u s c a n d o c o n t i n u a m e n t e las d e -
licadezas d e la belleza estética, f á c i l m e n t e p u e d e n
a d q u i r i r c o n exceso el t e m p e r a m e n t o n e r v i o s o y
crearse m u c h o s sinsabores.

CAPÍTULO III.
Del origen así del alma humana como del
compuesto físico que ella forma
con el cuerpo.

E n el p r e s e n t e c a p í t u l o v a m o s á e x a m i n a r el o r i g e n
d e n u e s t r a a l m a y el del c o m p u e s t o h u m a n o , q u e
l l a m a m o s hombre. L a m a t e r i a es d e la m a y o r i m p o r -
t a n c i a : p a r a e s t u d i a r l a c o m o es d e b i d o , la d i v i d i r e -
m o s en los d o s a r t í c u l o s s i g u i e n t e s .

ARTÍCULO PRIMERO.
Origen del alma humana.
509.—Sobre el o r i g e n del a l m a h u m a n a existen d o s
e r r o r e s o p u e s t o s . El primero es el d e los E s t o i c o s y d e
los P a n t e i s t a s , s e g ú n los cuales n u e s t r a a l m a es u n a
p a r t í c u l a d e la D i v i n i d a d y u n a cierta e m a n a c i ó n s u y a .
E n s e n t i r d e los E s t o i c o s , Dios es el a l m a del m u n d o ;
y p o r lo t a n t o , así c o m o el h o m b r e es u n a p a r t e de
t o d o el m u n d o , d e la m i s m a m a n e r a su a l m a es u n a
p a r t e del a l m a t o t a l q u e i n f o r m a y d a la v i d a á t o d a
esta u n i v e r s i d a d d e cosas (1). Los P a n t e i s t a s , s e g ú n

(1) S . Tomas Summ. theol. 1. p. q. 90, art. 1 .


— 348 —
su sistema, hacen de nuestra alma, lo mismo que de
todas las sustancias finitas, una cierta determinación
y modo de ser de la sustancia infinita.
510.—El segundo errores el de los Traducianistas,
los cuales derivan el alma humana, ora del cuerpo,
ora del alma de los padres, diciendo que los padres la
trasmiten al hijo con la generación, al modo que la
llama de una vela se trasmite á otra por medio de la
aproximación local. Esta doctrina, fué sostenida en el
V. siglo de la Iglesia por varios católicos; y el mismo
San Agustín mostró alguna afición á ella, por pare-
cerle la más apta entre todas para explicar el dogma
católico relativo á la trasmisión del pecado original.
En nuestros dias ha sido resucitada bajo otra forma
por el Doctor Frohschammer y por los Positivistas.
El primero enseñó que el alma de cada hombre, lo
mismo que la de los animales, es sacada de la nada
por los padres con su acción generativa. Los segun-
dos sostienen que nuestra alma no es sino una cierta
fuerza cósmica, la cual es trasmitida de los padres á
los hijos al modo que los cuerpos trasmiten unos á
otros sus movimientos. Así como hay, dicen, una
materia universal en el mundo, así también hay una
fuerza universal, y así como en las continuas mudan-
zas, á que están sujetos los seres sensibles, siempre
permanece la misma materia; de la misma manera la
cantidad de fuerzas del universo siempre persiste la
misma, y unas veces se presenta bajo la forma de
alma y otras bajo la de otros agentes diversos.
En medio de estos errores está la doctrina verda-
dera que vamos á probar en este artículo; según la
cual el alma humana es una sustancia criada por Dios
de la nada.
-349-

PROPOSICIÓN PRIMERA.
El alma humana no es ni la sustancia divina ni cosa
alguna emanada de ella.

511.—Demostración.—Esta proposición se demues-


tra con los mismos argumentos con que hemos pro-
bado en la Cosmología que el Mundo no es ni la sus-
tancia divina ni cosa alguna emanada de ella (C. 81 y
siguientes). Porque la sustancia de nuestra alma está,
lo mismo que las demás cosas finitas, sujeta á conti-
nuas mudanzas, compuesta de acto y potencia, indi-
ferente de suyo para ser determinada por unos ú
otros objetos, rodeada finalmente de límites por to-
das partes, en virtud de los cuales puede admitir en
sí tanto el vicio como la virtud: nada de lo cual po-
dría suceder, si fuera, ó la misma sustancia divina, ó
algo emanado de ella.

PROPOSICIÓN SEGUNDA.
El alma humana no existe en virtud de su propia esencia,
sino que debe su existencia á un ser distinto de ella.

512.—Demostración.—El ser que existe en virtud de


su propia esencia, es acto puro, incapaz de mu-
danza alguna, simplicísimo é independiente de otro
en sus acciones, como se demuestra en la Teodicea.
Es así que el alma humana tiene las propiedades en-
teramente opuestas, como cada uno lo puede obser-
varen sí mismo por su propia experiencia. Luego...
— 350 —

PROPOSICIÓN TERCERA.

El alma del hombre no brota ni del alma ni del cuerpo


de los padres, ni es producida por ellos por via
de creación.

513.—Prueba de la 1." p.—Si el a l m a h u m a n a b r o t a -


r a d e l c u e r p o d e los p a d r e s , sería u n a s u s t a n c i a c o r -
p ó r e a . E s así q u e la s u s t a n c i a del a l m a h u m a n a n o es
c o r p ó r e a sino e s p i r i t u a l (357). L u e g o n o p u e d e b r o t a r
de cuerpo alguno.
514.—Prueba de la 2. p.—Si el a l m a del n i ñ o b r o -
a

t a r a del a l m a del p a d r e ó d e la m a d r e , sería u n a p a r -


tícula s u y a y p o r t a n t o c o n s t a r í a d e d i v e r s a s p a r t e s . E s
así q u e el a l m a h u m a n a es s i m p l e y n o c o n s t a d e p a r t e
a l g u n a (345). L u e g o t a m p o c o p u e d e b r o t a r d e l a l m a
de los p a d r e s .
515.—Prueba de lay.^p.—La c r e a c i ó n es p r o p i a y
exclusiva d e la D i v i n i d a d ; p o r q u e solo Dios p u e d e
c r e a r , c o m o se p r u e b a en la T e o d i c e a . L u e g o el a l m a
h u m a n a n o p u e d e s e r p r o d u c i d a p o r los p a d r e s p o r
via d e c r e a c i ó n .

PROPOSICIÓN CUARTA.

El alma humana es criada de la nada inmediatamente


por Dios.

516.—Prueba déla i.*p.—El a l m a h u m a n a , c o m o


s u s t a n c i a e s p i r i t u a l , es u n a s u s t a n c i a s i m p l e y s u b s i s -
t e n t e p o r sí m i s m a ; p u e s t o q u e p a r a existir y o b r a r
n o necesita a b s o l u t a m e n t e del c u e r p o , s i n o q u e p u e -
d e s e g u i r viviendo p o r sí sola d e s p u é s d e d e s a t a d a d e
la m a t e r i a (368). E s así q u e n i n g u n a s u s t a n c i a s i m p l e
y s u b s i s t e n t e p o r sí m i s m a p u e d e recibir la e x i s t e n c i a
d e o t r a m a n e r a q u e p o r via d e c r e a c i ó n ex nihilo, p u e s -
t o q u e n i p u e d e r e c i b i r l a p o r via d e e m a n a c i ó n d e la
s u s t a n c i a d i v i n a , ni p u e d e s e r h e c h a d e o t r a s u s t a n c i a
a l g u n a p r e e x i s t e n t e (C. n S ) . L u e g o el a l m a h u m a n a
d e b e recibir su existencia p o r via d e v e r d a d e r a c r e a -
cionex nihilo, ó en o t r o s t é r m i n o s , es r e a l m e n t e c r e a d a
d e la n a d a .
517.—Prueba de la 2. p.—La c r e a c i ó n es o b r a p r o -
a

pia y exclusiva d e solo Dios. L u e g o , s i e n d o el a l m a


c r i a d a d e la n a d a , d e b e s e r l o i n m e d i a t a m e n t e p o r
Dios.
518.—Contra lo d i c h o se p o d r í a o b j e t a r e n e s t a
f o r m a : i.° Si el a l m a h u m a n a fuera c r i a d a p o r Dios,
los p a d r e s n o e n g e n d r a r í a n á h o m b r e a l g u n o ; p u e s
lo ú n i c o q u e h a r í a n , s e r í a d i s p o n e r la m a t e r i a p a r a
q u e Dios i n f u n d a e n ella el a l m a s a c a d a p o r él d e la
n a d a . 2. Si Dios cria d e la n a d a las a l m a s h u m a n a s ,
0

estarán c o n t i n u a m e n t e naciendo nuevas fuerzas en


el Universo y c o n esto se r o m p e r á el e q u i l i b r i o q u e
fue establecido en u n p r i n c i p i o . 3 . La d o c t r i n a d e l
0

t r a d u c i a n i s m o n o e s t á c o n d e n a d a p o r la Iglesia; y p o r
t a n t o lícito s e r á s e g u i r l a , h a b i é n d o l a p r o f e s a d o e n el
siglo V. m u c h o s católicos.
519.—Respuesta. —1.° L o s p a d r e s , p o r el m e r o h e c h o
d e d i s p o n e r la m a t e r i a d e m a n e r a q u e exija n a t u r a l -
m e n t e s e r i n f o r m a d a p o r u n a a l m a r a c i o n a l , ya p r o -
d u c e n el c o m p u e s t o d e a l m a y c u e r p o l l a m a d o hom-
bre; d e la m i s m a s u e r t e q u e , d i s p o n i e n d o con u n t i r o
ó con u n a p u ñ a l a d a la m a t e r i a d e l c u e r p o h u m a n o
p a r a q u e d e b a s e r a b a n d o n a d a p o r el a l m a , y a p o r
esto el q u e ejerce estos actos d e s h a c e el c o m p u e s t o y
d a al h o m b r e la m u e r t e . La r a z ó n d e esto es; p o r q u e
p a r a p r o d u c i r u n c o m p u e s t o c u a l q u i e r a n o es n e c e s a -
rio d a r la existencia á s u s p a r t e s c o m p o n e n t e s sino á
• - H a -
la u n i ó n d e e n t r a m b a s , y la acción g e n e r a t i v a d e l o s
p a d r e s t i e n e p o r ú l t i m o t é r m i n o á la u n i ó n d e l a l m a
y del c u e r p o p e r t e n e c i e n t e s al hijo e n g e n d r a d o , la
c u a l es v e r d a d e r a m e n t e p r o d u c i d a p o r ellas.
520.—2. El a l m a h u m a n a n o es u n a fuerza y m e n o s
0

u n a fuerza m a t e r i a l , c o m o f a l s a m e n t e s u p o n e n los
p o s i t i v i s t a s en la objeción p o r ellos p r o p u e s t a , sino
u n a v e r d a d e r a s u s t a n c i a . A h o r a bien; Dios es d u e ñ o
de criar cuantas sustancias tenga por conveniente y
no p o r eso p e r d e r á el equilibrio el Universo, c o m o n e -
c i a m e n t e o b j e t a n estos a u t o r e s . F u e r a d e q u e el solo
h e c h o d e a ñ a d i r fuerzas á u n s i s t e m a c u a l q u i e r a , sea
estático, sea dinámico, n o a l t e r a el e q u i l i b r i o ; p o r q u e
éste p e r m a n e c e r á s i e m p r e estable con t a l q u e l a s fuer-
zas a ñ a d i d a s sean i g u a l e s y c o n t r a r i a s .
521.—3. E n t i e m p o d e S a n A g u s t i n n o e s t a b a s u -
0

ficientemente v e n t i l a d a la c u e s t i ó n r e l a t i v a el o r i g e n
del a l m a h u m a n a y así p o d í a h a b e r a l g u n o e n t r e los
católicos q u e se a r r i m a s e al t r a d u c i a n i s m o . P e r o a h o r a
y a ésta es u n a cosa t a n clara y t a n r e c i b i d a p o r o t r a
p a r t e e n t r e los D o c t o r e s católicos, q u e s e r í a v e r d a d e -
r a m e n t e t e m e r a r i o q u i e n a b r a z a s e la referida d o c -
t r i n a , a u n q u e la Iglesia n o h a y a d a d o t o d a v í a u n a d e -
finición e x p r e s a s o b r e ella (1).

ARTÍCULO II.
O r i g e n del hombre.
522.—Tanto los M a t e r i a l i s t a s d e la i n t i g ü e d a d c o m o
los d e n u e s t r o t i e m p o j u z g a r o n q u e el h o m b r e h a
b r o t a d o e s p o n t á n e a m e n t e c o m o los h o n g o s d é l a t i e r r a .

(1) Puede verse lo que sobre esta materia dejamos escrito en


nuestra obra « L a Religión católica vindicada de las imposturas
racionalistas» cap. X X .
El m i s m o A r i s t ó t e l e s dijo q u e , si el h o m b r e n o h a
existido siempre, h a debido nacer n a t u r a l m e n t e de
a l g ú n g u s a n o , m e r c e d á la g e n e r a c i ó n e s p o n t á n e a .
E s t a d o c t r i n a e r r ó n e a fue d e s t e r r a d a del m u n d o con
el a d v e n i m i e n t o del C r i s t i n i a s m o , y a h o r a c o n el r e n a -
c i m i e n t o del p a g a n i s m o a n t i g u o i n t e n t a c o b r a r s u
t e r r e n o p e r d i d o en las m e n t e s d e los sabios. L o s D a r -
w i n i s t a s se e s f u e r z a n p a r a h a c e r q u e t r i u n f e en el
m u n d o , q u e r i e n d o p e r s u a d i r á los h o m b r e s q u e t o -
d o s ellos h a n t e n i d o p o r p a d r e s n a t u r a l e s á ciertos
m o n o s m e n o s perfectos q u e los a c t u a l m e n t e e x i s t e n t e s
y q u e t o d o s e s t o s a n i m a l i t o s son n u e s t r o s v e r d a d e r o s
h e r m a n o s . L a v e r d a d e r a Filosofía e m p e r o , en conso-
n a n c i a con la fe c r i s t i a n a , e n s e ñ a q u e el p r i m e r h o m -
b r e t i e n e s u o r i g e n e n la acción i n m e d i a t a del C r i a d o r
y q u e n o h a p o d i d o p r o c e d e r p o r via d e n a t u r a l des-
c e n d e n c i a d e b r u t o a l g u n o . E s t o es lo q u e v a m o s á
p r o b a r b r e v e m e n t e en la s i g u i e n t e

PROPOSICIÓN.

El hombre no ha procedido de mono alguno por via de


natural descendencia ni de ningún otro animal,
sino que ha recibido su existencia inmediata-
mente del mismo Dios.

523.—Prueba déla 1.' p.—1.° Si el h o m b r e p r o c e d i e -


r a del m o n o p o r via d e n a t u r a l d e s c e n d e n c i a , la con-
f o r m i d a d c o r p o r a l d e u n o y o t r o d e b e r í a s e r en el
f o n d o u n a m i s m a . Es así q u e s u c e d e t o d o lo c o n t r a -
r i o ; p u e s la del m o n o está d i r i g i d a t o d a e n t e r a á
h a c e r d e él u n a n i m a l trepador, m i e n t r a s q u e la d e l
h o m b r e se d i r i g e a b s o l u t a m e n t e á f o r m a r u n a n i m a l
andador. L u e g o el h o m b r e n o h a p o d i d o p r o c e d e r d e l
m o n o p o r via d e n a t u r a l d e s c e n d e n c i a .
Psicología, 2j
-354-
524.—Dice m u y bien á este p r o p ó s i t o M r . d e Q u a -
t r a f a g e s : « E n la t e o r í a d e D a r w i n , las t r a s f o r m a c i o -
n e s n o se efectúan c o m o q u i e r a y en t o d o s s e n t i d o s ,
sino q u e son i m p e r a d a s p o r ciertas necesidades q u e
lleva c o n s i g o la o r g a n i z a c i ó n m i s m a . U n a vez modifi-
c a d o el o r g a n i s m o e n u n s e n t i d o d e t e r m i n a d o , p o d r á
m u y b i e n sufrir t r a s f o r m a c i o n e s s e c u n d a r i a s , t e r -
ciarias, e t c . ; p e r o n u n c a d e j a r á d e c o n s e r v a r los r a s -
g o s d e l t i p o o r i g i n a l . E s t a es la ley de caracterización
permanente, única q u e p e r m i t e á D a r w i n d a r c u e n t a
de la filiación d e los g r u p o s , d e s u c a r a c t e r i z a c i ó n ,
d e s u s r e l a c i o n e s m ú l t i p l e s . E n v i r t u d d e e s t a ley es
c o m o todos los d e s c e n d i e n t e s del p r i m e r m o l u s c o h a n
sido m o l u s c o s , y v e r t e b r a d o s t o d o s los d e s c e n d i e n t e s
del p r i m e r v e r t e b r a d o . Ya se ve q u e ella c o n s t i t u y e
u n o d e los f u n d a m e n t o s d e la d o c t r i n a .
Sigúese de a q u í q u e dos seres pertenecientes á dos
tipos distintos p u e d e n m u y bien retroceder hasta u n
antepasado común, c u y o s c a r a c t e r e s n o e s t a b a n t o d a -
vía bien definidos, p e r o n o d e s c e n d e r el u n o del o t r o .
A h o r a bien; el h o m b r e y los m o n o s e n g e n e r a l , p r e -
s e n t a n , d e s d e el punto de vista del tipo, u n c o n t r a s t e
m u y m a r c a d o . L o s ó r g a n o s q u e los c o n s t i t u y e n se
c o r r e s p o n d e n , c o m o y a lo d e j a m o s indicado,, casi r i -
g u r o s a m e n t e , t é r m i n o p o r t é r m i n o . M a s estos ó r g a -
n o s se h a l l a n d i s p u e s t o s c o n f o r m e á u n p l a n m u y d i -
f e r e n t e . E n el h o m b r e s u c o o r d i n a c i ó n es t a l , q u e d e
ella r e s u l t a p o r fuerza u n andador, y l a d e l m o n o p r o -
d u c e n e c e s a r i a m e n t e u n trepador. E s t a es u n a d i s t i n -
ción a n a t ó m i c a y m e c á n i c a , q u e h a b í a n y a p u e s t o m u y
de relieve, e n o r d e n á los m o n o s , los t r a b a j o s d e Vicq
d' A z y r , d e L a w n u c e , d e S e r r e s , e t c . L o s e s t u d i o s d e
D u v e r n a y s o b r e el Gorilla, los d e G r a t i o l e t y d e M . Aliz
s o b r e el Chimpancé, h a n p u e s t o fuera d e d u d a la
c o n v e n i e n c i a a b s o l u t a d e los antropomorfos e n este
-355 —
carácter fundamental. Basta por otra parte poner los
ojos en el grabado presentado por Huxley, donde figu-
ran los esqueletos de los monos más perfectos al lado
del esqueleto del hombre, para convencerse de esta
verdad.
La consecuencia de estos hechos, en orden á la apli-
cación lógica de la ley de caracterización permanente, es
que el hombre no puede descender de un antepasado
caracterizado ya como mono, ya sea éste un Catarrino
sin cola ó ya con ella. Un animal andador no puede
descender de un animal trepador. Esto lo ha entendido
muy bien Vogt: quien, colocando al hombre en el nú-
mero de los primates, no duda en declarar que los
monos más inferiores han pasado más allá del jalón
(del antepasado común), de donde han salido con di-
rección divergente los diversos tipos de esta fami-
lia (i).»
525.—En la hipótesis mencionada deberían hallarse
los anillos que unen al hombre con el mono; puesto
que los tales anillos son el camino por donde ha de-
bido pasar la naturaleza en su marcha ascendente
hasta llegar al punto en que al presente se encuentra.
Es así que estos anillos no aparecen en ninguna par-
te, puesto que entre el negro, que es el hombre más
imperfecto, y los monos de todas las edades, inclusas
las minuas geológicas, media una distancia grandísi-
ma por confesión de los mismos Darwinistas. Luego:..
526.—3.° Los caracteres psicológicos del mono y los
del hombre son tan distintos, que es absolutamente
imposible haya procedido éste de aquel por vía de na-
tural descendencia. Porque el mono, con toda su ha-
bilidad de imitar, nunca se levanta más arriba de lo

(1) Quatrefages, L ' Espèce humaine, chap. XI, n. 4 . Pa-


ris, 1880.
. — -
Sensible, n u n c a a p r e n d e á hablar, ni á orar, ni á reflexio-
nar y filosofar, n i á o b r a r c o n l i b e r t a d , p o r m á s q u e
viva e n t r e los h o m b r e s ; s i n o q u e s i e m p r e se halla e s -
t a n c a d o en u n a m i s m a cosa, lo m i s m o q u e los o t r o s
b r u t o s , p o r falta d e i d e a s u n i v e r s a l e s . Y al c o n t r a r i o
en t o d a s las clases d e h o m b r e s , a u n las m á s i n f e r i o r e s ,
se n o t a la r e l i g i o s i d a d , el s e n t i d o d e lo m o r a l y d e lo
h o n e s t o , el c o n o c i m i e n t o d e u n o r d e n s u p r a s e n s i b l e ,
la facultad del h a b l a , la d e d i s c u r r i r y filosofar y d e
h a c e r p o r lo m i s m o p r o g r e s o s en s u s c o n o c i m i e n t o s ,
en s u s acciones_y e n s u s i n d u s t r i a s , la d e o b r a r final-
m e n t e con l i b e r t a d y c o n d o m i n i o p l e n o d e t o d o s s u s
a c t o s . L u e g o es e v i d e n t e q u e el h o m b r e f o r m a u n a
especie a p a r t e y e n t e r a m e n t e s e p a r a d a d e t o d a s las
clases d e m o n o s , y q u e n o p u e d e t e n e r c o n ellas n i n -
g ú n p a r e n t e s c o r e a l y efectivo; el cual, sin e m b a r g o ,
existiría, si t a n t o el m o n o c o m o el h o m b r e v i n i e r a n d e
otro animal m á s antiguo.
527.—Prueba de la 2." p.—De t o d o a n i m a l q u e se le
q u i e r a s e ñ a l a r al h o m b r e c o m o t r o n c o d e d o n d e h a y a
él p r o c e d i d o p o r vía d e n a t u r a l d e s c e n d e n c i a , se p u e -
d e d e c i r lo m i s m o q u e a c a b a m o s d e e s c r i b i r acerca d e l
m o n o . P o r q u e su conformación corporal será entera-
m e n t e d i v e r s a d e la d e l h o m b r e ; los anillos q u e le
h a y a n d e u n i r con la especie h u m a n a , p a r a q u e ésta
h a y a p o d i d o d e s c e n d e r d e él m e d i a n t e u n p r o c e s o len-
t o y c o n t i n u o , f a l t a r a n p o r c o m p l e t o ; los c a r a c t e r e s
psicológicos q u e le c o r r e s p o n d a n , s e r á n s i e m p r e b e s -
tiales y p o r lo t a n t o d i s t a r á n i n f i n i t a m e n t e d e los q u e
a n o s o t r o s n o s p e r t e n e c e n . L u e g o con lá m i s m a cer-
teza p o d e m o s concluir q u e el h o m b r e n o es hijo d e
n i n g u n a d e c u a n t a s especies d e a n i m a l e s h a n p o b l a d o
el g l o b o d u r a n t e la d i l a t a d a serie d e los siglos.
528.—Prueba de la 3. p.—Es e v i d e n t e , s u p u e s t a la
a

v e r d a d d e los d o s a n t e r i o r e s . P o r q u e el h o m b r e n o h a
— 357 —
e x i s t i d o s i e m p r e en el g l o b o , c o m o consta d e las o b -
servaciones geológicas; las cuales n o s dicen q u e en u n
p r i n c i p i o el globo t e r r e s t r e carecía d e t o d a s u e r t e d e
v i d a (C. 137); y n o s e n s e ñ a n a d e m á s q u e el h o m b r e es
el ú l t i m o d e los vivientes, q u e e n la sucesión d e los
t i e m p o s h a n v e n i d o á p o b l a r la T i e r r a ; p u e s n o se en-
c u e n t r a n r e s t o s s u y o s sino en s u s c a p a s m á s superfi-
ciales, al p a s o q u e los d e o t r o s a n i m a l e s , i n c l u s o los
m i s m o s m o n o s , a p a r e c e n en c a p a s m á s p r o f u n d a s . P o r
c o n s i g u i e n t e en la serie d e n u e s t r o s a n t e p a s a d o s h a
d e b i d o d e h a b e r a l g u n a p a r e j a , q u e ó vino d e o t r a cla-
se d e a n i m a l e s a n t e r i o r e s p o r vía d e n a t u r a l d e s c e n -
d e n c i a , ó recibió su e x i s t e n c i a i n m e d i a t a m e n t e del
C r i a d o r ; y c o m o es falso lo p r i m e r o , es fuerza confe-
s a r lo s e g u n d o .
E s t o es lo q u e n o s dice t a m b i é n la d i v i n a revelación
en c o n s o n a n c i a con la Filosofía. P o r q u e en los s a g r a -
dos libros h a l l a m o s escrito q u e Dios, d e s p u é s d e h a b e r
p r e p a r a d o al h o m b r e con s u infinito p o d e r esta h e r -
m o s a m o r a d a q u e al p r e s e n t e h a b i t a , lo crió d i c i e n d o :
« H a g a m o s al h o m b r e á i m a g e n y s e m e j a n z a n u e s t r a ;
y m a n d e á los p e c e s del m a r y á los volátiles del cielo,
y á las b e s t i a s , y á t o d a la t i e r r a , y á t o d o s c u a n t o s
a n i m a l e s se m u e v e n s o b r e ella (1).»
529.—Las objeciones q u e c o n t r a esta c e r t í s i m a d o c -
t r i n a o p o n e n los T r a s f o r m i s t a s , son e n t e r a m e n t e fú-
tiles y n o m e r e c e n q u e n o s d e t e n g a m o s ni u n solo i n s -
t a n t e á r e f u t a r l a s . La p r i n c i p a l d e t o d a s ellas se f u n d a
en s u s i s t e m a g e n e r a l del trasformismo; del cual
" p r e t e n d e n h a c e r u n a aplicación al h o m b r e , d i c i e n d o
q u e la ley d e a n a l o g í a exige q u e el h o m b r e h a y a p r o -
cedido de otra especieya extinguida, como ha sucedido
á t o d o s los v i v i e n t e s q u e a c t u a l m e n t e p u e b l a n el g l o b o .

(1) Génesis I, 20.


-358-
P e r o este a r g u m e n t o flaquea p o r s u b a s e , c o m o lo h e -
m o s d e m o s t r a d o en la C o s m o l o g í a (260 y s i g u i e n t e s ) ; y
a d e m á s , a u n q u e valiera p a r a los d e m á s s e r e s o r g á n i -
cos, n o t e n d r í a n i n g u n a aplicación con r e s p e c t o al
h o m b r e , p o r las r a z o n e s q u e a c a b a m o s d e a p u n t a r en
este a r t í c u l o (1).

CAPITULO IV.
D e la antigüedad del alma humana y de la
del compuesto físico que forma con
el cuerpo.

E n el p r e s e n t e c a p í t u l o s e g u i r e m o s el m i s m o o r d e n
q u e e n el a n t e r i o r , y así t r a t a r e m o s b r e v e m e n t e - e n
d o s a r t í c u l o s s e p a r a d o s d e la a n t i g ü e d a d del a l m a
h u m a n a y d e la del h o m b r e .

ARTÍCULO PRIMERO.
Antigüedad del alma humana.
530.—Algunos e n t r e los a n t i g u o s o p i n a r o n q u e las
a l m a s h u m a n a s y t o d a s las s u s t a n c i a s e s p i r i t u a l e s g e -
n e r a l m e n t e han existido p o r necesidad siempre desde
t o d a la e t e r n i d a d (2). P i t á g o r a s y P l a t ó n j u z g a r o n q u e ,
a n t e s d e s e r u n i d a s á los c u e r p o s , e x i s t i e r o n en los as-
t r o s y q u e d e s p u é s p o r s u s p e c a d o s fueron c o n d e n a d a s

(1) Para más amplias explicaciones de esta doctrina se


puede consultar entre otras obras la que nosotros tenemos p u -
blicada con el título de « L a Religión católica etc.» cap X X V ,
donde tratamos largamente de esta materia.
(2) Véase S a n t o Tomas, Summ. cont. gent. lib. 2. cap. 3 3 .
— 359 —
á vivir u n i d a s á los c u e r p o s e n c a r n á n d o s e en ellos r e -
p e t i d a s veces, c o m o h e m o s e x p l i c a d o m á s a r r i b a (394).
L e i b n i t z finalmente e m i t i ó la i d e a d e q u e Dios, al
c r i a r el p r i m e r h o m b r e , crió t a m b i é n é i n f u n d i ó e n
su c u e r p o las a l m a s d e c u a n t o s e n los t i e m p o s p o s t e -
r i o r e s h a b í a n d e n a c e r d e él h a s t a el fin de los siglos,
i n c l u y é n d o l a s en c i e r t o s cuerpecillos s e m i n a l e s p a r a
q u e fuesen t r a s m i t i d a s d e los p a d r e s á los hijos p o r
m e d i o d e la g e n e r a c i ó n . L o s católicos p o r el c o n t r a r i o
t i e n e n t o d o s u n á n i m e m e n t e q u e las a l m a s d e los h o m -
b r e s n o son p r o d u c i d a s a n t e s d e ser u n i d a s á s u s p r o -
p i o s c u e r p o s (1). E s t o es c i e r t a m e n t e lo q u e dicta t a m -
b i é n la s a n a filosofía, c o m o se v e r á e n las proposicio-
nes^siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA. '

Las almas humanas no han debido existir necesariamente


desde toda la eternidad.

531.—Demostración.—Esta tesis se p r u e b a con los


m i s m o s a r g u m e n t o s q u e h e m o s a p u n t a d o en la Cos-
m o l o g í a p a r a p r o b a r q u e el M u n d o n o es n e c e s a r i a -
m e n t e e t e r n o (C. i3oy siguientes). P o r q u e t a m b i é n es
Dios l i b r e p a r a d a r ó n o d a r la existencia á los espíri-
t u s y p a r a d á r s e l a en u n o de los m o m e n t o s del t i e m p o
posible ó en o t r o , s e g ú n su m a y o r a g r a d o . Ni vale

(1) «Omnes eos (Priscillianisias), escribe S a n Leon en su


epistola ad Turibium Asturicensem, cap. 10 (Patr. lat. de Mig-
ne, torn. $4, pag. 68$), catholica fides a corpore suœ unitatis
abscidit, constanter predicans atque veraciter, quod animas ho-
minum, priusquam suis inspirarentur corporibus. non fuere,
nec ab alio incorporantur nisi ab Opifce Deo, qui et ipsarum est
creator e t c o r p o r u m . »
— peo-
n a d a c o n t r a esto el decir q u e los seres e s p i r i t u a l e s
tienen de suyo intrínseca aptitud p a r a existir p e r p e -
t u a m e n t e . P o r q u e esta a p t i t u d n o es u n a cosa r e a l y
p o s i t i v a sino después q u e s o n c r i a d o s , y Dios es l i b r e
p a r a c r i a r l o s ó n o c r i a r l o s , y p a r a c r i a r l o s en u n t i e m -
p o m á s b i e n q u e en o t r o . Antes d e s e r c r i a d o s n o t i e -
n e n sino m e r a p o s i b i l i d a d i n t r í n s e c a p a r a existir; y
e s t a p o s i b i l i d a d n o es n a d a físico, ni en Dios, ni en los
m i s m o s posibles (O. 64-66).

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Las almas de los hombres no son criadas sino en el mo-


mento de ser injundidas á sus cuerpos.

532.—Demostración—Ala s a b i d u r í a d i v i n a p e r t e n e c e
c r e a r c a d a cosa en a q u e l e s t a d o q u e á cada u n a c o r r e s -
p o n d e . E s así q u e el e s t a d o q u e al a l m a h u m a n a co-
r r e s p o n d e p o r n a U í r a l e z a , es el d e u n i ó n al c u e r p o
p o r ella i n f o r m a d o ; p o r q u e ella d e s u y o es u n a sus-
t a n c i a i n c o m p l e t a y n a t u r a l m e n t e o r d e n a d a á vivir y
o b r a r en el todo, q u e es el h o m b r e (421). L u e g o Dios
cria el a l m a d e c a d a h o m b r e en el m o m e n t o d e ser
i n f u n d i d a á su p r o p i o c u e r p o .
533.—Dice m u y bien S a n t o T o m a s : « P o d r í a t o l e r a r -
se c i e r t a m e n t e la o p i n i ó n d e los P i t a g ó r i c o s , s u p o n i e n -
do que el a l m a h u m a n a es en sí u n a s u s t a n c i a c o m -
p l e t a y q u e n o se u n e al c u e r p o c o m o f o r m a s u y a s i n o
solamente p a r a regirlo y gobernarlo. Pero, siendo
c o m o es f o r m a del c u e r p o y p o r lo t a n t o u n a p a r t e
n a t u r a l del c o m p u e s t o h u m a n o , esto es d e t o d o p u n t o
i m p o s i b l e . P o r q u e es cosa m a n i f i e s t a q u e Dios crió
las p r i m e r a s cosas p o n i é n d o l a s en el e s t a d o p e r f e c t o
d e s u n a t u r a l e z a , s e g ú n lo exigía la especie d e c a d a
u n a . A h o r a b i e n ; el a l m a es p a r t e d e la n a t u r a l e z a
—3 —
0 1

h u m a n a , y p o r c o n s e c u e n c i a n o t i e n e su n a t u r a l p e r -
fección sino en c u a n t o e s t á u n i d a al c u e r p o . P o r d o n d e
n o h u b i e r a sido c o n v e n i e n t e q u e el a l m a fuese c r i a d a
sin c u e r p o (i).»
534.—Contra esto p o d r í a a r g ü i r a l g u n o d i c i e n d o q u e
el fin d e b e ser p r o p o r c i o n a d o al p r i n c i p i o ; y q u e p o r
c o n s i g u i e n t e , h a b i e n d o d e e x i s t i r el a l m a d e s p u é s d e
la disolución del c u e r p o , t a m b i é n c o n v e n i a q u e co-
m e n z a s e á e x i s t i r en sí m i s m a y sin c u e r p o a l g u n o .
P e r o á esto r e s p o n d e r e m o s q u e en el o r d e n d e la n a -
t u r a l e z a la s e p a r a c i ó n del a l m a del c u e r p o se d e b e á
la i m p e r f e c c i ó n d e esta p a r t e m a t e r i a l del h o m b r e ,
la c u a l p u e d e ser d e s t r u i d a con la acción d e los a g e n -
t e s e x t e r n o s . P o r d o n d e , si en su e s t a d o p r i m i t i v o
h u b i e r a sido c r i a d a p o r Dios sin c u e r p o a l g u n o esta
s e p a r a c i ó n d e b e r í a ser a t r i b u i d a , n o á los a g e n t e s d e
la n a t u r a l e z a , s i n o al m i s m o Dios, q u e sin m o t i v o
n i n g u n o la h u b i e r a p u e s t o en u n p r i n c i p i o d e s e n c a -
j a d a del l u g a r q u e p o r n a t u r a l e z a le c o r r e s p o n d e .
535.—Dejamos á u n l a d o la idea p e r e g r i n a y e n t e r a -
m e n t e i n f u n d a d a d e L e i b n i t z . P o r q u e ¿qué h a b í a n d e
h a c e r p o r espacio d e t a n t o t i e m p o las a l m a s d e t o d o s
los h o m b r e s m e t i d a s en a q u e l l o s c u e r p e c i l l o s s e m i -
n a l e s sin a c t o a l g u n o d e n i n g u n a especie; p u e s n o

(1) «Posset autem utique hoc tolerari secumdum eos, qui


ponunt quod anima habet per se speciem et naturam comple-
tam; et quod non unitur corpori ut forma, sed solum ad ipsum
administrandum. S i autem unitur corpori ut forma et est na-
turaliter pars humanoe naturai, hoc omnino esse non potest.
Manifestum est enim quod Deus primas resinstituit in perfecto
statu suae naturae, secumdum quod uniuscujusque rei species
exigebat. Anima autem, cum sit pars humanae naturae, non ha-
bet naturalem perfectionen nisi secundum quod est corpori
unita. Unde non fuisset conveniens animam sine corpore creari.
( S . Thomas, Stimm, theol. i. p. q. go, art, 4).»
— 3^2 —

p o d r í a n ni hacer vegetar á sus cuerpos, ni sentir, ni


p o r c o n s i g u i e n t e e n t e n d e r ? La r e c t a r a z ó n d i c t a q u e
c a d a a l m a sea c r i a d a , c u a n d o p u e d e ejercer n a t u r a l -
m e n t e en el c u e r p o p o r lo m e n o s a l g u n a s funciones
vitales, y p o r lo m i s m o c u a n d o es r e c l a m a d a p o r
la m a t e r i a d e l e m b r i ó n q u e e s t á a p t o y d i s p u e s t o p a r a
s e r i n f o r m a d o p o r ella.
536.—Ahora, e n q u é m o m e n t o p r e c i s a m e n t e es
c r i a d a é i n f u n d i d a el a l m a al e m b r i ó n , si c u a n d o
p r i n c i p i a éste á d e s a r r o l l a r s e ó m á s t a r d e c u a n d o h a
a d q u i r i d o y a la figura h u m a n a , es cosa q u e n o se
p u e d e s a b e r á p u n t o fijo. U n o s p i e n s a n lo p r i m e r o y
o t r o s lo s e g u n d o , y t o d o s t i e n e n s u s r a z o n e s p r o b a b l e s
p a r a defender su sentencia.

ARTÍCULO II.

Antigüedad del hombre.

537.—Los E g i p c i o s , los Indios y los C h i n o s a t r i b u y e -


ron á sus pueblos u n a a n t i g ü e d a d fabulosa p a r a ha-
cerlos de esta m a n e r a m á s ilustres. Los Materialistas
d e n u e s t r o s t i e m p o s a v a n z a n m u c h o m á s t o d a v í a lle-
v a d o s d e o t r o s i n s t i n t o s m á s aviesos. M u l t i p l i c a n sin
c u e n t o los a ñ o s del g é n e r o h u m a n o c o n el objeto d e
q u e se h a g a m á s creíble la i n m u n d a d o c t r i n a q u e ellos
s o s t i e n e n e n o r d e n al o r i g e n m o n e s c o del h o m b r e .
P e r o t a n t o las a s e r c i o n e s d e los u n o s c o m o las i m a g i -
n a c i o n e s d e los o t r o s se h a l l a n d e s t i t u i d a s d e f u n d a -
mento.
538.—La h i s t o r i a d e los p u e b l o s e g i p c i o , c h i n o é
i n d i o , q u e m e r e z c a a l g ú n c r é d i t o , n o p a s a m á s allá
de u n o s tres ó c u a t r o mil años antes de Jesucristo.
T o d o lo d e m á s se h a l l a e n v u e l t o en l a ' m á s c o m p l e t a
o s c u r i d a d , s e g ú n c o n s t a del t e s t i m o n i o d e las p e r s o -
— 363 —
ñ a s q u e c o n especial c u i d a d o se h a n e n t r e g a d o á estos
estudios.
539.—Los M a t e r i a l i s t a s f u n d a n su i m a g i n a d a p r e -
h i s t o r i a en los v e s t i g i o s q u e h a n d e j a d o n u e s t r o s a n -
t e p a s a d o s s o b r e la superficie del g l o b o , y p a r a ello
recurren á una multitud innumerable de argumentos,
q u e r e d u c e n á c u a t r o clases, á s a b e r : á los geológicos,
á los arqueológicos, á los paleontológicos, á los antro-
pológicos. N i n g u n o d e ellos e m p e r o d e m u e s t r a q u e el
g é n e r o h u m a n o h a y a v i v i d o s o b r e la t i e r r a m á s t i e m -
p o q u e u n o s seis ú o c h o m i l a ñ o s , q u e es lo q u e s o s -
t i e n e n g e n e r a l m e n t e los h i s t o r i a d o r e s s i g u i e n d o la
c r o n o l o g í a v u l g a r f u n d a d a e n los d a t o s d e la Biblia.
E n t r a r m á s a d e n t r o e n esta c u e s t i ó n n o p e r t e n e c e á la
Filosofía. E n el c a p í t u l o XXIII d e n u e s t r a o b r a v a r i a s
veces c i t a d a h a b l a m o s l a r g a m e n t e s o b r e e s t e a s u n t o .

CAPÍTULO V.
Del origen de los conocimientos humanos.

540.—Los c o n o c i m i e n t o s h u m a n o s u n o s s o n sensi-
tivos, o t r o s intelectivos. E n c u a n t o á la a d q u i s i c i ó n d e
los p r i m e r o s n o p u e d e h a b e r n i n g u n a dificultad, p u e s
ya h e m o s p r o b a d o m á s a r r i b a (98 y s i g u i e n t e s ) q u e
los s e n t i d o s e x t e r n o s s o n d e t e r m i n a d o s á s u s a c t o s
p e r c e p t i v o s p o r la acción q u e ejercen en ellos los o b -
jetos m a t e r i a l e s . L a dificultad t o d a e n t e r a versa s o b r e
la a d q u i s i c i ó n d e los s e g u n d o s , n o v i é n d o s e c o n cla-
r i d a d Cómo los objetos sensibles p u e d a n influir en s u
p r o d u c c i ó n c o n s u acción m a t e r i a l y c o r p ó r e a . L o s
s i s t e m a s q u e p a r a s o l t a r l a h a n sido e x c o g i t a d o s , son
v a r i o s , a l g u n o s d e ellos s o b r e m a n e r a a b s u r d o s . P r o -
—364-
c u r a r e m o s e x a m i n a r en e s t e c a p í t u l o los m á s p r i n c i -
p a l e s , c o n c l u y e n d o con e x p o n e r la d o c t r i n a q u e á
n o s o t r o s n o s p a r e c e m á s a c e p t a b l e en e s t a p a r t e .
P a r a esto n o s s e r v i r á n los a r t í c u l o s s i g u i e n t e s ,

ARTÍCULO PRIMERO.
Sistemas empíricos.
541.—Locke e n s e ñ ó q u e t o d a s n u e s t r a s i d e a s ó c o -
n o c i m i e n t o s i n t e l e c t u a l e s los a d q u i r i m o s c o n la sen-
sación y c o n la reflexión. E n t e n d i ó p o r s e n s a c i ó n la
relación d e los o b j e t o s h e c h a p o r los s e n t i d o s , y a e x -
t e r n o s , y a i n t e r n o s ; y dio el n o m b r e d e reflexión al
a c t o con q u e el a l m a vuelve s o b r e la s e n s a c i ó n fijando
su a t e n c i ó n en ella.
542.—Condillac q u i s o simplificar el s i s t e m a d e Loc-
k e , r e d u c i é n d o l o t o d o á la sensación; y así s o s t u v o
q u e t o d a s n u e s t r a s i d e a s n o son sino s e n s a c i o n e s
t r a s f o r m a d a s , ó sea c i e r t a clase d e sensaciones m á s ó
m e n o s c o m p l i c a d a s . P a r a esto dijo q u e el e n t e n d i -
m i e n t o c o n s t a d e seis f a c u l t a d e s q u e s o n : la atención,
la comparación, el juicio, la reflexión, la imaginación y
el raciocinio. P a r a él la a t e n c i ó n es a q u e l l a sensación
con la c u a l , e n t r e m u c h o s objetos q u e o b r a n s o b r e
nuestros sentidos, percibimos u n o de u n a m a n e r a
p a r t i c u l a r y m á s clara, c o m o si él solo fuera el q u e
está e x c i t a n d o n u e s t r o ó r g a n o s e n s o r i o . L a compara-
ción e s t á c o m p u e s t a d e dos a t e n c i o n e s s i m u l t á n e a s y
p o r lo t a n t o d e d o s s e n s a c i o n e s . El juicio n o es sino la
s e n s a c i ó n d e la c o n v e n i e n c i a ó d i s c r e p a n c i a e n t r e los
objetos de las d o s a t e n c i o n e s ó sensaciones d i c h a s . L a
reflexión es la serie d e juicios q u e h a c e m o s p a s a n d o
de u n o á otro y convirtiendo nuestra atención de
u n o s objetos á o t r o s . El r a c i o c i n i o n o es s i n o la s e n -
sación d e la c o n v e n i e n c i a ó d i s c r e p a n c i a r e i n a n d o
-Vi-
e n t r e los objetos d e d o s s e n s a c i o n e s , c a u s a d a p o r
o t r a s s e n s a c i o n e s con q u e h e m o s c o m p a r a d o e s t o s
objetos con o t r o t e r c e r o . La i m a g i n a c i ó n finalmente
es u n a s e n s a c i ó n con q u e j u n t a m o s i n t e r i o r m e n t e e n
u n solo sujeto los objetos p e r c i b i d o s p o r varias sensa-
ciones. De a q u í c o n c l u y ó C o n d i l l a c q u e la explicación
del o r i g e n d e n u e s t r a s i d e a s es la cosa m á s sencilla
del m u n d o ; p o r q u e t o d a s ellas n o son sino s e n s a c i o -
nes m á s ó menos complicadas.
5 4 3 . — L a r o m i g u i e r e p r o c u r ó m i t i g a r la c r u d e z a sen-
s u a l i s t a del s i s t e m a d e Condillac, y e n vez d e la a t e n -
ción m e r a m e n t e p a s i v a é identificada con la sensación
q u e a d m i t i ó e s t e filósofo, p u s o o t r a clase d e a t e n c i ó n
activa y d i s t i n t a d e la s e n s a c i ó n m i s m a ; y con ella
p r e t e n d i ó explicar la c o m p a r a c i ó n y el raciocinio, d i -
c i e n d o q u e son c i e r t a s clases de a t e n c i ó n , p e r o activa
y d i s t i n t a r e a l m e n t e d e las s e n s a c i o n e s . Con esto en
s u s t a n c i a vino á e n s e ñ a r la m i s m a d o c t r i n a d e L o c k e ;
p u e s este filósofo n o e n t e n d i ó bajo el n o m b r e d e r e -
flexión sino lo m i s m o q u e L a r o m i g u i e r e calificó c o n '
el de a t e n c i ó n . P r o b e m o s a h o r a b r e v e m e n t e la false-
d a d d e t o d o s estos s i s t e m a s : á c u y o fin s e a n las p r o -
posiciones siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

la reflexión de Locke ni la atención activa de Laro-


miguiere son suficientes para explicar el origen de
nuestros conocimientos intelectuales.

544.—Demostración. — N i n g u n o d e los a c t o s m e n -
c i o n a d o s p u e d e d a r o r i g e n á o t r o s c o n c e p t o s q u e los
q u e v e r s e n s o b r e objetos m a t e r i a l e s y c o n c r e t o s ; p o r -
q u e con la a t e n c i ó n n u e v a á los objetos de las s e n s a -
ciones externas ó internas no p o d e m o s hacer otra
— 66—
3

cosa q u e v e r d e u n a m a n e r a a l g ú n t a n t o m á s c l a r a
los objetos m a t e r i a l e s y c o n c r e t o s d e esta's m i s m a s
s e n s a c i o n e s . E s así q u e n u e s t r o s c o n o c i m i e n t o s i n t e -
lectuales v e r s a n p r i n c i p a l m e n t e s o b r e los objetos u n i -
versales y abstractos. Luego...

PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Mucho más insuficiente es todavía para este objeto


la sensación tras]orinada de Condillac.
545.—Demostración.—La s e n s a c i ó n t r a s f o r m a d a d e
Condillac n o es sino u n a v e r d a d e r a s e n s a c i ó n c o n d i -
v e r s a s f o r m a s , y p o r c o n s i g u i e n t e e n t o d a s ellas n o
p u e d e v e r s a r s i n o s o b r e objetos m a t e r i a l e s y c o n c r e -
t o s . E s asi q u e n u e s t r o s c o n o c i m i e n t o s i n t e l e c t u a l e s
v e r s a n s o b r e objetos u n i v e r s a l e s y a b s t r a c t o s , y s o n
p o r lo t a n t o d e u n o r d e n m u c h o m á s p e r f e c t o q u e el
d e l a s s e n s a c i o n e s . L u e g o t a m b i é n es i n e p t a la t a l
s e n s a c i ó n p a r a explicar el o r i g e n d e los c o n o c i m i e n t o s
d i c h o s . Y es m u c h o m á s i n e p t a q u e la reflexión d e
L o c k e y la a t e n c i ó n d e L a r o m i g u i e r e ; p o r q u e estos
dos a c t o s y a i n d i c a n a c t i v i d a d p o r p a r t e d e n u e s t r a
a l m a , s e g ú n la m e n t e d e los d o s filósofos c i t a d o s ; m a s
la sensación, s e g ú n Condillac, es bajo t o d a s s u s f o r m a s
u n acto p a s i v o , c o m o t o d o s los d e los a n i m a l e s , y p o r
lo t a n t o deja a l h o m b r e e n la m i s m a esfera d e l a s
bestias.

ARTÍCULO' II.
Sistema de las ideas innatas.
546.—Platón, p a r a e x p l i c a r el o r i g e n d e n u e s t o s
pensamientos, supuso q u e nuestras almas son espíri-
t u s caídos de su dignidad p r i m e r a y c o n d e n a d o s p o r
—3°7 —
los p e c a d o s q u e c o m e t i e r o n c u a n d o vivían d e s n u d o s
d e t o d a m a t e r i a , á vivir t e m p o r a l m e n t e e n c e r r a d o s
e n e s t o s c u e r p o s . C o n esto e x p l i c a b a el o r i g e n d e n u e s -
t r a s i d e a s , d i c i e n d o q u e t o d a s ellas las t r a e m o s y a al
n a c e r y q u e p o r r a z ó n d e la s e m e j a n z a q u e t i e n e el
m u n d o m a t e r i a l c o n el e s p i r i t u a l s o n e x c i t a d a s e n
n u e s t r o e s p í r i t u c o n la acción q u e ejercen los objetos
materiales en nuestros sentidos. Los Cartesianos, r e -
c h a z a n d o lo d e la v i d a a n t e r i o r á esta p r e s e n t e q u e
h a b í a s e ñ a l a d o P l a t ó n , p o r q u e e s t o lo v e i a n c o n d e n a -
d o p o r la Iglesia, a d m i t i e r o n en lo d e m á s la d o c t r i -
n a d e d i c h o filósofo y s o s t u v i e r o n c o n él q u e las i d e a s
u n i v e r s a l e s d e l a s cosas las t r a e c o n s i g o n u e s t r o espí-
r i t u d e s d e el p r i m e r m o m e n t o d e s u e x i s t e n c i a y q u e
e x i s t e n s i e m p r e e n él á m a n e r a d e h á b i t o s ; d e f o r m a
q u e la acción d e los objetos m a t e r i a l e s s o b r e n u e s t r o s
s e n t i d o s n o h a c e m á s q u e e x c i t a r l a s y p o n e r l a s en
ejercicio. E s t a d o c t r i n a t a m b i é n es falsa y p a r a refu-
t a r l a t r a t a r e m o s d e p r o b a r la s i g u i e n t e

PROPOSICIÓN.

El sistema de las ideas innatas es absolutamente


inadmisible.

547.—Demostración.—1.° S e g ú n los defensores d e


esta doctrina, las tales ideas son, n o actos con q u e
p e r c i b i m o s los objetos ni especies i n t e l i g i b l e s i m p r e s a s
c o n q u e n u e s t r a i n t e l i g e n c i a es m o v i d a y d e t e r m i n a -
d a á f o r m a r s u s c o n c e p t o s , sino v e r d a d e r o s objetos d e
n u e s t r a s p e r c e p c i o n e s i n t e l e c t u a l e s . Así, en el s i s t e m a
de Platón estas ideas n o son sino ciertas formas u n i -
v e r s a l e s , s u b s i s t e n t e s p o r sí m i s m a s y s i e m p r e p r e -
sentes á nuestro espíritu de u n a m a n e r a h a b i t ú a l e
— 368 —
i n c o n s c i e n t e (Ó. 166). S e g ú n los c a r t e s i a n o s son las
m i s m a s i d e a s d i v i n a s bajo l a s r a z o n e s u n i v e r s a l e s d e
ser, verdad, bondad, honestidad, hermosura, e t c . p r e -
s e n t e s s i n i n t e r r u p c i ó n á n u e s t r o e s p í r i t u á la m a n e r a
d i c h a , ó á lo m e n o s c i e r t a s i m á g e n e s e x i s t e n t e s en
n o s o t r o s y e n l a s c u a l e s v e m o s los objetos. E s así q u e
el objeto d e n u e s t r a s p e r c e p c i o n e s i n t e l e c t u a l e s n o s o n
las i d e a s d e las cosas sino l a s cosas m i s m a s (200-202;
O. 165-166; L. 402 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o el s i s t e m a en
c u e s t i ó n es a b s o l u t a m e n t e i n a d m i s i b l e .
5 4 8 . — 2 . Si n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o t u v i e r a a l g u n a s
0

i d e a s i n n a t a s , e s t a s i d e a s n o d e p e n d e r í a n en n i n g u n a
m a n e r a d e l o s s e n t i d o s ; y p o r lo t a n t o n u e s t r o e n t e n -
dimiento, para pensar, no necesitaría absolutamente
del ejercicio d e e s t a s p o t e n c i a s i n f e r i o r e s , ni a u n en el
m i s m o e s t a d o d e u n i ó n . P o r q u e las tales i d e a s , así
c o m o s e r í a n i n d e p e n d i e n t e s d é l o s s e n t i d o s en el e x i s -
tir, t a m b i é n lo s e r í a n e n el o b r a r ; y p o r lo t a n t o t e n -
d r í a n e n sí m i s m a s v i r t u d suficiente p a r a p o n e r á
n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o en r e l a c i ó n con s u s objetos sin
a c t o a l g u n o d e la s e n s i b i l i d a d s o b r e los m i s m o s . E s
así q u e la e x p e r i e n c i a n o s a t e s t i g u a q u e s o b r e n i n g ú n
objeto p o d e m o s p e n s a r c o n la i n t e l i g e n c i a , s i n q u e
c o n c u r r a n t a m b i é n p a r a ello á s u m o d o los a c t o s d e
los s e n t i d o s y d e la f a n t a s í a . L u e g o . . .
549.—3. Si n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o es c a p a z d e
0

f o r m a r s e con s u a c t i v i d a d i n t r í n s e c a las i d e a s d e los


objetos n o h a y r a z ó n a l g u n a p a r a q u e p o n g a m o s en
él n i n g u n a i d e a i n n a t a , sino que- t o d a s las d e b e m o s
c o n s i d e r a r c o m o facticias ó p r o d u c i d a s con la activi-
d a d m e n c i o n a d a . E s así q u e n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o
t i e n e en sí a c t i v i d a d v e r d a d e r a y suficiente p a r a p r o -
d u c i r e s t a s i d e a s , c o m o se p r o b a r á m á s a d e l a n t e .
L u e g o . . . D e j a m o s á u n lado o t r a s c o n s i d e r a c i o n e s
p o r a m o r á la b r e v e d a d .
Los defensores de las ideas innatas pretenden pro-
bar su sistema, diciendo que algún acto es esencial á
nuestro entendimiento, y que por consiguiente nues-
tra alma desde el mismo momento de ser criada ya
debe estar fija en la contemplación de algún objeto,
Pero esta es una doctrina falsa, como consta délo que
más arriba hemos escrito en este tratado (250-258).

ARTÍCULO III.
Sistema exterioristico de los tradicionalistas.

550.—Los Tradicionalistas siguiendo á Bonald pu-


sieron el origen de nuestros conocimientos intelec-
tuales en la revelación divina trasmitida á los hombres
por medio de la tradición oi~al del género humano.
La razón en que fundaron su sistema es, porque
el hombre para pensar necesita absolutamente de la
palabra y ésta no la puede él inventar; porque para
inventarla debería pensar y el pensamiento no es po-
sible en nosotros sin la previa posesión de la palabra.
De aquí concluían que el hombre, sin el auxilio de la
revelación hecha primitivamente por Dios y trasmiti-
da por el género humano mediante el uso de la pala-
bra, carecería por completo de todo concepto uni-
versal.
551.—Esta absurda doctrina la mitigaron después
algún tanto algunos Tradicionalistas más moderados,
diciendo que la palabra no es absolutamente necesaria
para la adquisición de todos los conceptos universales
sino solo para la de aquellos que pertenecen al orden
moral y religioso. Otros todavía conceden mucho
más; y confiesan que, sin el auxilio de la palabra y de
otro cualquiera signo arbitrario, puede el hombre
por si solo adquirir un cierto conocimiento vago y
Psicología. 24
— 39o —
confuso de las verdades racionales, metafísicas y mo-
rales; pero sostienen que la enseñanza externa ejer-
cida, ya por medio de la palabra, ya por los gestos,
ya por otra clase de signos, es absolutamente necesa-
ria por via de condición esencial para que pueda co-
nocer con claridad y certeza la existencia de Dios y
las verdades pertenecientes al orden moral y religioso.
La -refutación de esta última forma del Tradicionalis-
mo la dejaremos para la Teodicea; aquí nos conten-
taremos con demostrar la falsedad de las otras dos. á
cuyo fin estableceremos las proposiciones siguientes.

PROPOSICIÓN PRIMERA.

El entendimiento humano no necesita absolutamente de


la palabra externa para pensar; antes para hacer
uso de ella, debe estar ya en posesión de algunos
conocimientos universales.

552.—Demostración. — 1.° La palabra es un signo


arbitrario, que no significa idea alguna sino por la
libre elección del hombre. Luego éste, para imponerle
libremente la significación de una idea determinada,
debe estar ya en posesión de esta idea; porque no
puede querer con la voluntad sino lo que ya conoce
de antemano con el entendimiento.
553.—2. Ni se diga que esto solo prueba que el
0

hombre, para hacer uso activo de la palabra (L. 125),


necesita estar ya en posesión de la idea por ella signi-
ficada, pero no para entender la significación em-
pleada por otro; porque también para esto ya debe
poseerla de alguna manera. En efecto: el que oye
la palabra empleada por otro para significar una idea,
ó conoce la conexión que ella tiene con esta idea, ó no
la conoce: Si sucede esto segundo, la percepción de
— Vi —
a q u e l s o n i d o m a t e r i a l n o le p o d r á llevar al conoci-
m i e n t o d e la t a l i d e a , p o r q u e a q u e l s o n i d o n o t i e n e
enlace i n t r í n s e c o c o n ella. Si acaece lo primero, esto
n o p u e d e p r o v e n i r sino d e q u e y a , i n d e p e n d i e n t e -
m e n t e d e a q u e l s i g n o a r b i t r a r i o , c o n o c e el objeto s i g -
nificado p o r la p a l a b r a .
554.—Dice m u y bien S a n A g u s t í n : « C u a n d o se m e
d a la s e ñ a l d e u n a cosa, si y o i g n o r o la cosa q u e ella
significa, n a d a m e p u e d e e n s e ñ a r : si la sé ¿qué a p r e n d o
p o r m e d i o del t a l signo? P o r q u e la p a l a b r a saraballa.,
p o r e j e m p l o , n o m e m u e s t r a la cosa significada p o r
ella c u a n d o l e o : Etsaraballceeorumnonsiml immutatce.
(Daniel. III, 94). P o r q u e si este n o m b r e se d a á c i e r t o
g é n e r o d e toca con q u e se c u b r e la cabeza, ¿acaso y o
p o r el solo h e c h o d e oirlo h e a p r e n d i d o q u é cosa sea la
c a b e z a y q u é las tocas? A n t e s conocía y o e s t a s cosas,
y n o c u a n d o e r a n n o m b r a d a s p o r los d e m á s , sino c u a n -
d o y o las vi p o r m i m i s m o , a d q u i r í la noticia d e ellas.
P o r q u e la p r i m e r a vez q u e s o n a r o n en m i s oidos las
t r e s sílabas d e la p a l a b r a cabeza, lo m i s m o i g n o r a b a
lo q u e significaban, q u e c u a n d o oí la p a l a b r a saraballa.
S i n o q u e o y e n d o r e p e t i d a s veces la p a l a b r a cabeza y
o b s e r v a n d o el t i e m p o y c o y u n t u r a en q u e e r a p r o n u n -
c i a d a , h a l l é q u e e r a u n s i g n o e m p l e a d o p o r los h o m -
b r e s p a r a significar lo q u e y a á m í m e e r a m u y c o n o -
cido p o r m e d i o d e la vista. A n t e s d e h a b l a r d e esto, la
t a l p a l a b r a n o e r a p a r a m í sino u n s o n i d o m a t e r i a l ; y
conocí su r a z ó n d e s i g n o , c u a n d o a d v e r t í q u e se la a p l i -
c a b a á significar u n a cosa y a c o n o c i d a p o r m í d e a n -
t e m a n o . P o r c o n s i g u i e n t e , m á s bien es c o n o c i d o el
s i g n o c o n el c o n o c i m i e n t o d e la cosa q u e la cosa c o n
el c o n o c i m i e n t o del s i g n o (1).»

(1) « C u m mihi signum datur, sinescientem me invenit cujus


rei signum sit docerc me nihil potest; si vero seientem; <quid
— 372 —
555-—Éste razonamiento, como se ve, lo mismo se
aplica á los conocimientos intelectuales relativos alas
cosas del orden moral y religioso que á las del orden
sensible; y así en toda clase de materias la enseñanza
que se hace por medio de la palabra, siempre supone
en el discípulo ya un cierto tesoro de verdades inte-
lectuales, las cuales le sirven de base y como de prin-
cipio para poder ponerse en comunicación con su
maestro. Por esto decia Aristóteles y con él Santo To-
mas (i) que toda enseñanza se practica con los conoci-
mientos previos del discípulo, llamando el maestro
ordenadamente por medio de la palabra su atención
hacia los objetos que ya conoce de una manera gene-
ral, para que los considere y observe las relaciones
que entre sí tienen. Este es el servicio prestado por la
palabra, no el de crear propiamente los conceptos.
556. —3. Nuestro entendimiento adquiere las ideas
0

de muchísimas cosas percibidas por los sentidos ó

disco per signum? Non enim mihi rem quam significati, ostcndit
verbum, cum lego: Et saraballce eorum non sunt immutata.
(Dan. III. 9 4 ) . Nam si quaedam capitum tegmina nuncupantar
hoc nomine, ;num ego hoc audito, aut quid sit caput, a u t q u i d
sicut tegmina didici? Ante ista noveram; neque cum appellaren-
tur abalüs, sed cum a me viderentur, eorum est mihi facta noti-
tia.Etenim cum primum istosduas syllabss, cum dicimus caput,
aures meas impulerunt, tarn nescivi quid significarent, quam
cum primo audirem legcremve saraballas. S e d cum saspe dice-
retur caput, notans atque animadvertens quando diceretur, r e -
peri vocabulum esse rei, quse mihi jam erat videndo notissima.
Quod priusquam reperissero, tantum mihi sonus erat hoc ver
bum; signum vero esse didici, quando cujus rei esset signum
invéni; quam quidem, ut dixi, non signiiìcatu sed aspectu didi-
ceram. Itaque magis signum re cognita, quam signo dato, ipsa
res discitur. ( S . Agustin, lib. de Magistro, cap. X).»-
(1) S . Tomas. Summ, theol. 1. p. q. 1 1 7 , art. 1.
-373 -
forjádas p o r la i m a g i n a c i ó n , sin q u e sepa t o d a v í a el
n o m b r e q u e les c o r r e s p o n d e . M u c h a s veces n o s a c o r -
d a m o s d e los c o n c e p t o s a n t e r i o r m e n t e p r o d u c i d o s ,
sin q u e n o s v e n g a n á la m e m o r i a los n o m b r e s con q u e
se l l a m a n los objetos s o b r e q u e v e r s a n . O t r a s m u c h í -
s i m a s a c o n t e c e e s c r i b i e n d o , ó h a b l a n d o , q u e se n o s
v i e n e n á la p l u m a , ó á la b o c a , v a r i a s p a l a b r a s p a r a
e x p r e s a r la idea q u e t e n e m o s en la m e n t e , y las
r e c h a z a m o s p o r i n e p t a s , h a s t a q u e p o r fin h a l l a m o s
u n a q u e s i r v e p a r a m a n i f e s t a r al e x t e r i o r n u e s t r o
p e n s a m i e n t o . A h o r a bien; esto i n d i c a c l a r a m e n t e q u e
n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o e n la f o r m a c i ó n d e s ú s c o n c e p -
t o s n o d e p e n d e d e las p a l a b r a s ó s i g n o s sensibles s u -
y o s , sino p o r el c o n t r a r i o e s t o s s i g n o s son los q u e d e -
p e n d e n de nuestros pensamientos. La representación
sensible q u e necesita n u e s t r a i n t e l i g e n c i a p a r a p e n s a r ,
es el f a n t a s m a d e la i m a g i n a c i ó n y n a d a m á s . P u e s t a
e n el á n i m o la r e p r e s e n t a c i ó n i m a g i n a r i a d e u n obje-
t o , la i n t e l i g e n c i a y a t i e n e lo suficiente p a r a c o n c e b i r
i d e a l m e n t e el objeto s o b r e q u e ella v e r s a , sea c u a l
fuere la m a n e r a con q u e el f a n t a s m a influye en la p r o -
d u c c i ó n d e los a c t o s i n t e l e c t u a l e s . L u e g o es e v i d e n t e
q u e n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o , p a r a a d q u i r i r los conoci-
m i e n t o s d e las cosas, n o d e p e n d e n e c e s a r i a m e n t e d e
n i n g ú n s i g n o a r b i t r a r i o e x t e r n o , s i n o a n t e s al c o n t r a -
r i o e s t o s s i g n o s d e p e n d e n d e los a c t o s d e la i n t e l i -
gencia.
374 -

PROPOSICION SEGUNDA.

El Tradicionalismo es absolutamente inepto para expli-


car el origen de nuestros conocimientos intelectuales.

557.—Demostración.—El T r a d i c i o n a l i s m o c o n s i s t e e n
c o n s i d e r a r c o m o e s e n c i a l m e n t e d e p e n d i e n t e s d e la
palabra externa nuestros pensamientos, haciéndolos
b r o t a r en n u e s t r a m e n t e c o m o b r o t a e n el m u n d o e x -
t e r n o la c o l o r a c i ó n d e los objetos c o n la l u z del S o l
q u e cae s o b r e ellos. E s así q u e s u c e d e t o d o lo c o n t r a -
rio, c o m o a c a b a m o s d e v e r e n la tesis p r e c e d e n t e .
L u e g o el T r a d i c i o n a l i s m o es u n a d o c t r i n a falsa é
i n e p t a p a r a el objeto q u e a h o r a n o s o c u p a .
558.—Dicen los T r a d i c i o n a l i s t a s : i.° Si n u e s t r a m e n -
t e p u d i e r a h a l l a r la v e r d a d s i n el auxilio d e la r e v e l a -
ción y del m a g i s t e r i o h u m a n o , la c r e a r í a p o r sí m i s -
m a . M a s esto es u n a b s u r d o ; p o r q u e la v e r d a d está
p o r e n c i m a d e t o d a i n t e l i g e n c i a finita. 2. El h o m b r e
0

es social p o r n a t u r a l e z a . L u e g o en la s o c i e d a d es d o n -
de debe desarrollarse su inteligencia y p o r medio de
la s o c i e d a d d e b e a d q u i r i r s u s i d e a s . A h o r a b i e n , la
s o c i e d a d se l a s c o m u n i c a p o r m e d i o d e la p a l a b r a .
Luego...
559.—Respuesta. — A m b a s dificultades s o n a b s o l u t a -
m e n t e v a n a s . E n la primera se c o n f u n d e t o r p e m e n t e
la v e r d a d objetiva con la subjetiva ó lógica. La p r i m e r a
n o la p u e d e p r o d u c i r n u e s t r a m e n t e , p e r o sí la s e g u n -
da; p u e s t o q u e n o es sino u n c o n c e p t o s u y o c o n f o r m e
con el objeto, y p a r a p r o d u c i r c o n c e p t o s d e esta clase
t i e n e a p t i t u d i n t r í n s e c a , c o m o h e m o s visto en la L ó -
gica (L. 157 y s i g u i e n t e s ) . L o s T r a d i c i o n a l i s t a s q u i e r e n
h a c e r de nuestra inteligencia u n a facultad p u r a m e n -
t e p a s i v a , a p t a solo p a r a recibir las i d e a s q u e Dios- le
-375 -
i m p r i m a p o r medio de ciertos sonidos materiales,
c o m o si fuera u n a p i z a r r a i n e r t e é i n c a p a z d e p r o d u -
cir en sí m i s m a los n ú m e r o s y l e t r a s q u e en ella e s c r i -
b e el c a l c u l a d o r m a t e m á t i c o . P e r o este es u n e r r o r
g r a n d í s i m o ; p o r q u e n u e s t r a inteligencia t i e n e d e s u y o
i n c l i n a c i ó n n a t u r a l ala v e r d a d , y p o r lo t a n t o , p u e s t a
en c o n v e n i e n t e s c i r c u n s t a n c i a s , p r o d u c e , c o m o t o d a s
l a s d e m á s c a u s a s n a t u r a l e s , s u efecto p r o p i o , q u e es
la v e r d a d lógica ó la n o t i c i a d e los objetos, los cuales
t a m b i é n influyen en su p r o d u c c i ó n . P o r esto dicen los
filósofos c o n S a n A g u s t í n q u e la noticia ó c o n c e p t o in-
t e l e c t u a l es p r o d u c i d a en n o s o t r o s p o r el e n t e n d i -
m i e n t o j u n t a m e n t e con el objeto.
560.—La segunda solo p r u e b a q u e la s o c i e d a d influ-
y e t a m b i é n d e a l g ú n m o d o en la a d q u i s i c i ó n d e n u e s -
t r o s conocimientos, nó produciéndolos todos, sino
p r o p o n i e n d o o r d e n a d a m e n t e á n u e s t r a inteligencia
los objetos, p a r a q u e esta p o t e n c i a con s u n a t u r a l a c -
t i v i d a d a p l i q u e á ellos los p r i m e r o s c o n c e p t o s u n i v e r -
sales q u e a d q u i e r e p o r sí m i s m a al p o n é r s e l e d e l a n t e
este m u n d o e x t e r i o r , y así v a y a p o c o á p o c o a d q u i -
r i e n d o la ciencia.
Dice m u y bien á este p r o p ó s i t o S a n t o T o m a s : "El
h o m b r e , c u a n d o enseña á otros, no hace sino emplear
u n m i n i s t e r i o e x t r í n s e c o , lo m i s m o q u e el m é d i c o
c u a n d o s a n a . Y así c o m o la n a t u r a l e z a i n t e r i o r es la
c a u s a p r i n c i p a l d e la acción s a n a t i v a , d e la m i s m a m a -
n e r a la l u m b r e i n t e r i o r del e n t e n d i m i e n t o es la c a u s a
p r i n c i p a l d e la ciencia (1).» L e a n y m e d i t e n los T r a d i -

(1) «Homo doccns solummodo exterius ministerium adhibet,


sicut medicus sanans. Sed sicut natura interior est principalis
causa sanationis, ita et interius lumen intellectus est principa-
lis causa scientiee. ( S . T h o m a s , Summ. Iheol. 1. p. q. 1 1 7 art. 1,
ad i . ) . »
um
-376-
cionalistas e s t e m a g n í f i c o a r t í c u l o del A n g é l i c o Doc-
t o r y se c o n v e n c e r á n d e q u e la p a l a b r a e x t e r n a d e s -
e m p e ñ a u n p a p e l m u y s e c u n d a r i o en la p r o d u c c i ó n
d e la ciencia y d e q u e el a g e n t e p r i n c i p a l es n u e s t r o
e n t e n d i m i e n t o ; el cual y a t i e n e a d q u i r i d a s las i d e a s d e
l a s cosas significadas p o r las p a l a b r a s , a n t e s q u e e s t a s
le s i r v a n d e s i g n o s p a r a a y u d a r l e á a d q u i r i r conoci-
m i e n t o s m á s perfectos.
5 6 1 . — E S C O L I O . — L a c u e s t i ó n s o b r e el o r i g e n d e la
p a l a b r a n o t i e n e n a d a q u e v e r , c o m o c o n s t a d e lo di-
cho, con la d o c t r i n a t r a t a d a en este a r t í c u l o . Si el
h o m b r e n o p u e d e i n v e n t a r p o r s i s ó l o la p a l a b r a , e s t o
n o s e r á p o r q u e la p a l a b r a le es a b s o l u t a m e n t e necesa-
r i a p a r a p e n s a r , c o m o dicen los T r a d i c i o n a l i s t a s , s i n o
p o r o t r a s r a z o n e s . Lo q u e p a r e c e e m p e r o m á s p r o b a -
ble, es q u e el h o m b r e t i e n e v i r t u d i n t r í n s e c a p a r a esto;
p o r q u e p u e d e u s a r d e s i g n o s a r b i t r a r i o s en" g e n e r a l
con los o t r o s h o m b r e s , t o m a n d o p o r b a s e d e l l e n g u a -
je artificial el n a t u r a l d e los g e s t o s y a c t i t u d e s del
c u e r p o . D e s p u é s con el uso d e u n o s s i g n o s a r b i t r a r i o s
p u e d e v e n i r á o t r o s m á s p e r f e c t o s , h a s t a q u e p o r fin
llegue al d e los s o n i d o s a r t i c u l a r e s . O t r o s sin e m b a r -
g o o p i n a n en s e n t i d o c o n t r a r i o , p a r e c i é n d o l e s d e m a -
siado perfecta la p a l a b r a p a r a q u e p u e d a ser i n v e n t a -
d a p o r el h o m b r e .

ARTÍCULO IV.

Sistema ontológico de la intuición divina.

562.—El O n t o l o g i s m o se o p o n e d i r e c t a m e n t e al T r a -
dicionalismo que a c a b a m o s de refutar. Malebranche,
j u z g a n d o que nuestra inteligencia no p u e d e conocer
á Dios p o r m e d i o d e u n a i d e a d i s t i n t a d e la m i s m a
— 377 —
esencia d i v i n a , e n s e ñ ó q u e n o s o t r o s aun en esta v i d a
vemos directamente, aunque de u n a manera tenue é
i m p e r f e c t a , la esencia d i v i n a e n sí m i s m a y en e s t a
esencia las r a z o n e s e t e r n a s d e las cosas. S e g ú n e s t a
d o c t r i n a , la diferencia q u e h a y e n t r e n o s o t r o s y los
b i e n a v e n t u r a d o s en la m a n e r a d e c o n o c e r á Dios, c o n -
siste ú n i c a m e n t e en q u e la visión d i r e c t a é i n m e d i a t a
d é l a d i v i n a esencia q u e á n o s o t r o s n o s es d a d a , es m u y
débil y n o p r o d u c e p o r lo t a n t o el g o z o s u m o q u e c a u -
sa la d e los b i e n a v e n t u r a d o s con su c l a r i d a d é i n t e n -
sidad sumas.
563.—Gisberti a v a n z ó t o d a v í a m á s q u e M a l e b r a n -
c h e ; p u e s s o s t u v o q u e con la i n t u i c i ó n d i c h a v e m o s
c o n t i n u a m e n t e , n o solo la d i v i n a e s e n c i a y l a s r a z o n e s
e t e r n a s d e las cosas en ella e x i s t e n t e s , sino t a m b i é n
el m i s m o a c t o libre con q u e Dios cria los seres finitos
y p o r c o n s i g u i e n t e e s t o s m i s m o s s e r e s , en c u a n t o
c r i a d o s y p r o d u c i d o s p o r el t a l a c t o . P o r q u e Dios, d e -
cía, es visto c o m o es en sí y en sí es C r i a d o r l i b r e y
a c t u a l d e t o d o s los s e r e s finitos. E s t a i n t u i c i ó n , s e g ú n
él, la t e n e m o s s i e m p r e d e u n a m a n e r a h a b i t u a l : solo
que, por ser m u y tenue, no produce en nosotros con-
ciencia d e sí m i s m a ; a d e m á s , p o r s u m u c h a i m p e r f e c -
ción, n o s p r e s e n t a la t o t a l i d a d del objeto, q u e es Dios
criando las existencias finitas, d e u n a m a n e r a confusa y
sin q u e p o d a m o s d i s t i n g u i r u n a cosa d e o t r a . P a r a
h a c e r esta d i s t i n c i ó n , a ñ a d e , es n e c e s a r i o el auxilio d e
la p a l a b r a e x t e r n a ; la c u a l n o s p r e s e n t a el objeto p o r
p a r t e s , y sin ella n u n c a p o d r í a m o s a d q u i r i r conoci-
m i e n t o p a r t i c u l a r d e n i n g u n a cosa. Así, p o r este l a d o
se u n e el O n t o l o g i s m o con el T r a d i c i o n a l i s m o ; p o r q u e
a m b o s e n s e ñ a n q u e , sin el a d m i n í c u l o d e la p a l a b r a
e x t e r n a , n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o es i n c a p a z d e a d q u i -
r i r c o n o c i m i e n t o a l g u n o determinado d e n i n g u n a cosa.
Solo q u e los T r a d i c i o n a l i s t a s n o a d m i t e n la t a l i n t u i -
- 3 7 8 -
d o n d i r e c t a é i n m e d i a t a d e la d i v i n a E s e n c i a e n esta
v i d a y en esto se diferencian d e los O n t ó l o g o s .
L a refutación d e esta d o c t r i n a la r e s e r v a m o s p a r a
la T e o d i c e a . A q u í e n u n c i a m o s t a n solo n u e s t r a tesis
g e n e r a l , en c u a n t o c o n d u c e á n u e s t r o p r o p ó s i t o , q u e
es e x p l i c a r el o r i g e n d e n u e s t r o s c o n o c i m i e n t o s i n t e -
t e l e c t u a l e s . S e a p u e s la s i g u i e n t e

PROPOSICIÓN.

El entendimiento humano en esta vida no conoce las co-


sas en los ideales eternos de la divina Esencia, y por
consiguiente el Ontologismo es también abso-
lutamente inepto para explicar el origen de
nuestros conocimientos intelectuales.

564.—Demostración.-^-Para q u e el e n t e n d i m i e n t o
h u m a n o e n e s t a v i d a p u d i e r a c o n o c e r l a s cosas en los
i d e a l e s m e n c i o n a d o s , sería p r e c i s o q u e n o s o t r o s e n
esta v i d a t u v i é r a m o s i n t u i c i ó n d i r e c t a é i n m e d i a t a d e
la d i v i n a E s e n c i a , en la c u a l se h a l l a n e s t o s ideales y
con la c u a l ellos en r e a l i d a d se i d e n t i f i c a n . E s así q u e
e n esta v i d a n o t e n e m o s i n t u i c i ó n d i r e c t a é i n m e d i a t a
d e la d i v i n a E s e n c i a , c o m o se d e m u e s t r a en la T e o d i -
cea. L u e g o . . .
565.—Dice m u y bien t r a t a n d o d e esta c u e s t i ó n S a n -
to T o m á s : « C u a n d o se p r e g u n t a si el a l m a h u m a -
n a c o n o c e t o d a s las cosas en las r a z o n e s e t e r n a s , se
d e b e r e s p o n d e r q u e u n a cosa p u e d e s e r conocida
en o t r a d e d o s m o d o s . Primero, c o m o en objeto c o n o -
cido, c o m o c u a n d o u n o ve en el espejo las i m á g e -
n e s d e l a s cosas q u e en él r e s u l t a n . Y d e e s t e m o d o el
a l m a en el e s t a d o d e esta p r e s e n t e v i d a n o p u e d e v e r
t o d a s las cosas en las r a z o n e s e t e r n a s , s i n o q u e el t a l
m o d o d e c o n o c e r c o r r e s p o n d e á los b i e n a v e n t u r a d o s ,
— 379 —
los cuales ven á Dios y e n él v e n t o d a s las cosas. Se-
gundo, c o m o en el p r i n c i p i o d e c o n o c i m i e n t o , c o m o
si d i j é r a m o s q u e e n el S o i v e m o s t o d a s las cosas q u e
son v i s t a s p o r m e d i o d e este a s t r o . Y e n este s e n t i d o
n u e s t r a a l m a c o n o c e t o d a s las cosas en las r a z o n e s
e t e r n a s . P o r q u e la m i s m a l u m b r e i n t e l e c t u a l , q u e e n
n o s o t r o s e x i s t e , n o es s i n o u n a c i e r t a s e m e j a n z a p a r -
t i c i p a d a d e la l u m b r e i n c r e a d a en q u e e s t á n c o n t e n i -
d a s las r a z o n e s e t e r n a s (i).» L a s cosas l a s c o n o c e m o s
en v i r t u d d e la l u m b r e i n t r í n s e c a d e n u e s t r o e n t e n -
d i m i e n t o ; y c o m o este e n t e n d i m i e n t o es u n a cosa
c r i a d a , en c u y a p r o d u c c i ó n influyen los i d e a l e s d e l
Ser i n c r e a d o , p o r esto en este s e n t i d o y a se p u e d e
decir q u e c o n o c e m o s las cosas e n los i d e a l e s d i c h o s .
P e r o e s t e n o es el s e n t i d o d e los O n t ó l o g o s , sino el
o t r o r e p r o b a d o p o r S a n t o T o m á s c o n t o d o s los E s c o -
lásticos.

ARTÍCULO V.

Sistema de la Filosofía trascendental.

566.—Estos s i s t e m a s e s t á n r e p r e s e n t a d o s p o r las
d o c t r i n a s d e K a n t , F i c h t e , S c h e l l i n g , Hegel y K r a u s e ,
d e las cuales v a m o s á d e c i r a l g u n a s b r e v e s p a l a b r a s .
K a n t d i s t i n g u e en t o d o c o n o c i m i e n t o h u m a n o d o s
elementos, u n o variable y esperimental, y otro i n m u -
t a b l e y a priori; a m b o s e m p e r o s o n m e r a m e n t e s u b -
jetivos y r e l a c i o n a d o s c o n l a s solas a p a r i e n c i a s e x t e -
r i o r e s d e las cosas (fenómenos), y n o con s u r e a l i d a d
i n t r í n s e c a (números). E l e l e m e n t o i n m u t a b l e y a prio-
ri c o m p r e n d e s e g ú n K a n t las f o r m a s p u r a m e n t e s u b -
j e t i v a s d e l p e n s a m i e n t o , q u e s o n : la del espacio y la

(1) S . Tomas, Summ. theol. 1, p. q. 8 4 , art. 5 .


— 380 —
del tiempo c o n o c i d a s con el n o m b r e d e formas de la
sensibilidad; las d e la cuantidad, cualidad, relación y
modalidad, a p e l l i d a d a s formas de la inteligencia; las
del ser absoluto, primera causa y absoluta totalidad lla-
m a d a s formas de la razón. T o d a s e s t a s f o r m a s s o n
c o n c e p t o s p u r a m e n t e vacíos, n a c i d o s d e l f o n d o d e
n u e s t r a m e n t e p o r necesidad s u y a i n t r í n s e c a , sin d e -
t e r m i n a c i ó n a l g u n a p r o d u c i d a p o r los objetos y solo
p o r q u e así está d e t e r m i n a d a ella á s a c a r l a s d e s u
propia sustancia.
567.—Fichte s u p r i m i ó el e l e m e n t o v a r i a b l e y e x p e -
r i m e n t a l a d m i t i d o p o r K a n t y se q u e d ó c o n el o t r o
• p u r a m e n t e a priori; el cual, s e g ú n este filósofo, es el
Yo puro, d i s t i n t o del>'0 fenoménico y empírico d e c a r n e
y h u e s o q u e c a d a u n o e x p e r i m e n t a d e n t r o d e sí p r o -
pio. E s t e Yo puro es s e g ú n F i c h t e la f u e n t e d e t o d a
r e a l i d a d ; d e la r e a l i d a d ideal ó e s p i r i t u a l c o n o c i d a c o n
el n o m b r e d e yo empírico, d e la r e a l i d a d m a t e r i a l d e -
n o m i n a d a no yo, y d e la c a u s a d e e s t a s dos r e a l i d a d e s
l l a m a d a Dios.
568.—Schelling p r e t e n d i ó q u e este p r i n c i p i o p r i -
mero, fuente de toda realidad particular, no debe ser
c o l o c a d o en el Yo puro, p o r q u e la i d e a del Yo, 6 sea
del sujeto p e n s a n t e , es f o r m a l m e n t e r e l a t i v a y c o n t r a -
p u e s t a á la del objeto p e n s a n d o , sino en el Absoluto; el
c u a l c o m p r e n d e d e n t r o d e sí al sujeto y al objeto y
p o r c o n s i g u i e n t e al m i s m o Yo puro d e F i c h t e . P o r lo
d e m á s l a s c u a l i d a d e s q u e d a S c h e l l i n g al Absoluto,
son las m i s m a s q u e las a t r i b u i d a s p o r F i c h t e al Yo
puro. E n el Absoluto se identifican el sujeto y el objeto,
el finito y el infinito, el p e n s a m i e n t o y el ser, el e s p í -
r i t u y la m a t e r i a . El Absoluto se p r e s e n t a bajo l a s d o s
f o r m a s c o n t r a p u e s t a s d e idealidad y d e realidad, ó sea
d e espíritu y d e materia, d e yo empírico y d e materia
sensible, si b i e n el filósofo n o d e b e q u e d a r s e e n ellas,
p u e s , n o s o n en sí m á s q u e p u r a s a p a r i e n c i a s ó f e n ó -
m e n o s , sino q u e h a d e esforzarse p a r a l l e g a r con su
c o n s i d e r a c i ó n h a s t a el Absoluto m i s m o , d o n d e r e i n a
la i d e n t i d a d m á s c o m p l e t a d e t o d o lo r e l a t i v o y c o n -
t r a p u e s t o . P o r e s t a c a u s a el s i s t e m a d e S c h e l l i n g s u e -
le l l a m a r s e sistema de la identidad absoluta.
5 6 9 . - E s t a m i s m a e n s u s t a n c i a es la d o c t r i n a d e
Hegel: solo q u e este a u t o r s e ñ a l ó c o m o p r i m e r p r i n -
cipio del p e n s a r y d e l ser, n o el Absoluto sino la Idea.
El Absoluto d e S c h e l l i n g solo e x p l i c a b a la i d e n t i d a d
del s e r y del p e n s a r , d e la m a t e r i a y del e s p í r i t u . H e -
gel t r a t ó d e e x p o n e r el d e s e n v o l v i m i e n t o e s p o n t á n e o
del p r i m e r p r i n c i p i o y p a r a eso lo colocó en la Idea.
P o r q u e la Idea en su noción p u r a e n v u e l v e al sujeto y
al objeto y e n t r a ñ a u n cierto d e s a r r o l l o dialéctico,
con el cual p a s a m o s d e lo m á s i n d e t e r m i n a d o á lo
m á s d e t e r m i n a d o , d e lo m e n o s perfecto á lo m á s p e r -
fecto. Así, esta Idea, s e g ú n Hegel, en su p r i m e r m o -
m e n t o es la i n d e t e r m i n a c i ó n m i s m a ; en ella se i d e n -
tifica el s e r y el p e n s a r el objeto y el sujeto, la m a t e r i a
y el e s p í r i t u . D e s p u é s , en v i r t u d d e s u i n t e r i o r inclina-
ción á d e s a r r o l l a r s e , se d e s e n v u e l v e s u c e s i v a m e n t e , t o -
m a n d o las f o r m a s r e l a t i v a s y c o n t r a p u e s t a s d e mate-
ria y espíritu, d e ser y d e pensar, d e Mundo y Dios, e t c .
570.—Kraüse q u i s o a r m o n i z a r los s i s t e m a s d e t o d o s
los filósofos m o d e r n o s , p r o c l a m a n d o la Filosofía del
armonismo- Así, señaló c o m o p u n t o negativo d e p a r -
t i d a d e la ciencia la d u d a u n i v e r s a l , c o m o p u n t o posi-
tivo la i n t u i c i ó n i n m e d i a t a y d i r e c t a del yo i n d e p e n -
d i e n t e m e n t e de todo acto particular de n u e s t r a alma,
y c o m o ú l t i m o t é r m i n o a n a l í t i c o d e esta i n t u i c i ó n el
Ser p u r o , ó A c t u a l i d a d s u m a . D e s p u é s en la i n t u i c i ó n
y vista real del S e r p u r o , q u e es Dios, colocó el p r i m e r
p r i n c i p i o d e la c o n s t r u c c i ó n d e la ciencia. P o r q u e e s t e
Ser es esencia d e t o d a s las esencias, y f u n d a m e n t o d e
— 3§2 —

t o d o lo f u n d a d o , y en él se identifican el ser y el pen-


sar, el objeto y el sujeto el yo y el no-yo, la materia y
el espíritu, el mundo sensible y la humanidad. E s d e -
cir q u e K r a u s e profesa en s u s t a n c i a la m i s m a d o c t r i -
n a d e los E s c é p t i c o s , d e S c h e l l i n g y d e Hegel, c o m e n -
z a n d o p o r la d u d a u n i v e r s a l y a f i r m a n d o d e s p u é s q u e
el s e r y el c o n o c e r son u n a m i s m a cosa, q u e los seres
y los c o n o c i m i e n t o s p a r t i c u l a r e s n o son sino s i m p l e s
d e t e r m i n a c i o n e s del Ser puro y Conocer puro, q u e es
Dios. Profesa la i n t u i c i ó n d i r e c t a d e l yo empírico y d e l
Ser puro y en e s t o e s t á p o r el O n t o l o g i s m o , j u n t a n d o
así en u n o t o d o s l o s e r r o r e s d e ' l a Filosofía m o d e r n a .
P a r a refutar todos estos sistemas, nos serviremos de
las p r o p o s i c i o n e s s i g u i e n t e s .

PROPOSICIÓN PRIMERA.

El formalismo de Kant es absolutamente inepto para ex-


plicar el origen de nuestros conocimientos intelectuales.

571.—Demostración.—1.° K a n t c o n su f o r m a l i s m o
n o explica c ó m o se f o r m a n en nos'otros esos concep-
t o s u n i v e r s a l e s , q u e l l a m a él formas vacías, s i n o q u e
dice s i m p l e m e n t e q u e n u e s t r a a l m a los p r o d u c e p o r
n e c e s i d a d d e su i n t r í n s e c a n a t u r a l e z a . L u e g o deja sin
explicación el o r i g e n d e n u e s t r o s c o n c e p t o s i n t e l e c -
t u a l e s . 2. A d e m a s , s u s f o r m a s vacías e n c i e r r a n en sí
0

el E s c e p t i c i s m o u n i v e r s a l y a r r u i n a n p o r c o m p l e t o
t o d a ciencia, c o m o q u e d a d e m o s t r a d o en la L ó g i c a
(L. 402 y s i g u i e n t e s ) . L u e g o . . .
PROPOSICIÓN SEGUNDA.

Ni el subjetivismo de Fichte, ni la identidad absoluta


de Schelling, ni la evolución Hegeliana son de utilidad
alguna para explicar el origen de nuestras ideas.

572.—Demostración.—Los t r e s s i s t e m a s m e n c i o n a -
d o s son e v i d e n t e m e n t e a b s u r d o s p o r r a z ó n d e l E s c e p -
t i c i s m o u n i v e r s a l en q u e e s t á n f u n d a d o s y del i n m u n -
d o P a n t e í s m o q u e t o d o s ellos p r o c l a m a n . L u e g o los
t r e s son i n t r í n s e c a m e n t e i n e p t o s p a r a e x p l i c a r el
origen de nuestras ideas. Tanto Fichte, como Schel-
l i n g y Hegel dicen q u e no d e b e m o s h a c e r n i n g ú n caso
d e t o d o esto sensible q u e se n o s e n t r a p o r los s e n t i -
d o s ; y q u e t o d o ello, incluso el m i s m o yo empírico,
es u n a m e r a a p a r i e n c i a , q u e d e b e d e s p r e c i a r el filó-
sofo. T o d o s t r e s e n s e ñ a n a d e m a s q u e lo real en los
s e r e s y lo q u e se o c u l t a bajo t o d a s las a p a r i e n c i a s , es
s i e m p r e u n a m i s m a cosa, o r a se le d é el n o m b r e d e
Yo puro, o r a el d e Absoluto, o r a el d e Idea. L u e g o e s
m a n i f i e s t o q u e t o d o s ellos p r e d i c a n el E s c e p t i c i s m o
u n i v e r s a l y el P a n t e í s m o m á s a b y e c t o , y p o r t a n t o
sus doctrinas eminentemente absurdas no pueden
s e r v i r p a r a explicar el o r i g e n d e n u e s t r o s c o n o c i m i e n -
tos intelectuales.

PROPOSICIÓN T E R C E R A .

La misma ineptitud intrínseca se halla en el armonismo


de Krause.

573'—Demostración.—Krause con su p r e t e n d i d a a r -
m o n í a n o h a h e c h o m á s q u e j u n t a r e n u n o t o d o s los
e r r o r e s q u e c a r a c t e r i z a n á c a d a u n o d e los s i s t e m a s
d e la ñlosofía m o d e r n a con g r a n r u i n a d e la v e r d a d e -
r a Filosofía. P o r q u e K r a u s e señala con t o d o s los E s -
cépticos c o m o p u n t o negativo d e p a r t i d a d e la ciencia
la d u d a u n i v e r s a l , y c o m o p u n t o positivo la i n t u i c i ó n
d i r e c t a del 310 a r r i b a m e n c i o n a d o . A d e m a s , p r e t e n d e
con t o d o s los P a n t e i s t a s a l e m a n e s q u e el ser y el co-
nocer ó sea el objeto y el sujeto son siempre u n a m i s -
m a cosa, a ñ a d i e n d o c o m o ellos q u e t o d o lo finito es
u n a c i e r t a d e t e r m i n a c i ó n y m o d o d e s e r d e lo infinito
y t o d a esencia p a r t i c u l a r u n a d e t e r m i n a c i ó n ó m o d i -
ficación d e la E s e n c i a s u m a ; finalmente profesa c o n
los O n t ó l o g o s la i n t u i c i ó n d i r e c t a d e esta Esencia i n e -
fable, d o n d e se hallan c o n t e n i d a s t o d a s las esencias
finitas c o m o m o d o s y d e t e r m i n a c i o n e s s u y a s . A h o r a
bien; t o d o s estos son e r r o r e s c r a s í s i m o s , r e f u t a d o s y a
p o r n o s o t r o s en d i s t i n t o s l u g a r e s . P o r q u e la a b s u r d i -
d a d d e l E s c e p t i c i s m o q u e d a p a t e n t i z a d a en la Lógica
(L. 671), la d e la i n t u i c i ó n d i r e c t a del yo en la P s i c o -
logía (263 y siguientes), la del P a n t e í s m o en la C o s m o -
logía (C. 73 y siguientes), la d e la i n t u i c i ó n d i r e c t a d e
la Esencia d i v i n a en la T e o d i c e a (T. 17 y siguientes),
L u e g o e t c . (1).

ARTÍCULO VI.
Sistema aristotélico.

574.—En este s i s t e m a n u e s t r a i n t e l i g e n c i a v i e n e á
este m u n d o c o m o u n a t a b l a rasa en la cual a u n n o se

(1) Sobre el panteismo de Krause tenemos publicado un ca-


pítulo en nuestra obra « L a Religion católica etc.» El señor Orti
y L a r a ha hablado más largamente sobre esta materia en dos
libros importantes intitulados «El panteismo de Krause» y
«Lecciones de filosofía krausista.»
ha puesto color alguno, pero tiene intrínseca v i r t u d
p a r a p r o d u c i r e n sí s u s i d e a s m e d i a n t e la d e t e r m i n a -
c i ó n q u e recibe p o r p a r t e del objeto r e p r e s e n t a d o e n
la f a n t a s í a , y l l e n a r así esta t a b l a r a s a d e p e r f e c t í s i m o s
colores. L a m a n e r a d e p r o d u c i r l a s es la s i g u i e n t e . E n
el e n t e n d i m i e n t o h u m a n o h a y d o s p o t e n c i a s , al m e n o s
v i r t u a l m e n t e d i s t i n t a s , q u e s o n el entendimiento posi-
ble y el entendimiento agente. E l p r i m e r o t i e n e v i r t u d
i n t r í n s e c a p a r a p r o d u c i r los c o n c e p t o s u n i v e r s a l e s c o n
q u e a d q u i e r e noticia d e las cosas; p e r o e s t a v i r t u d es
i n c o m p l e t a é i n c a p a z d e p r o d u c i r los c o n c e p t o s d i c h o s ,
si p r i m e r o n o es a c t u a d a y c o m p l e t a d a p o r la especie
inteligible del objeto ó sea p o r u n a cierta c u a l i d a d e s -
p i r i t u a l é i n o r g á n i c a q u e la i n f o r m e y a c t ú e d e t e r m i -
n á n d o l a d e este m o d o a la acción. El s e g u n d o es el q u e
c a u s a esta especie inteligible, d e p o s i t á n d o l a en el e n -
t e n d i m i e n t o posible y h a c i e n d o c o n ella á e s t a p o -
t e n c i a p r ó x i m a m e n t e a p t a p a r a p r o d u c i r e n sí s u s
conceptos.
575.—Asi, e n la p r o d u c c i ó n d e n u e s t r a s i d e a s e n t r a n ,
s e g ú n los p a r t i d a r i o s del s i s t e m a m e n c i o n a d o , t r e s
e l e m e n t o s : i.° las especies i n t e l i g i b l e s q u e t i e n e n el
l u g a r d e los objetos e x t e r n o s y son i m á g e n e s i n t e n -
cionales s u y a s ; 2 . ° la fuerza p r o d u c t o r a d e e s t a s e s -
pecies, q u e es el e n t e n d i m i e n t o a g e n t e ; 3.° la p o t e n c i a
r e c e p t o r a d e las m i s m a s ó sea el e n t e n d i m i e n t o p o s i -
ble. E l e n t e n d i m i e n t o a g e n t e , e n v i r t u d d e s u inclina-
ción n a t u r a l é i n t r í n s e c a p r o d u c e en el e n t e n d i m i e n t o
¡a especie i n t e l i g i b l e del objeto r e p r e s e n t a d o p o r la
i m a g i n a c i ó n , y con ella c o m p l e t a s u v i r t u d y lo d e t e r -
m i n a á p r o d u c i r el c o n c e p t o ideal y u n i v e r s a l del m i s -
m o o b j e t o ; p o r q u e la t a l especie, c o m o e s p i r i t u a l é
i n o r g á n i c a , y p o r lo t a n t o m u c h o m á s p e r f e c t a q u e
las especies sensibles (98), t i e n d e d e s u y o á r e p r e s e n -
t a r el objeto d e u n a m a n e r a u n i v e r s a l y con a b s t r a c -
Psicologia. 25
— p o -
ción cíe las flotas i n d i v i d u a n t e s d e q u e se h a l l a d o t a -
d o e n sí m i s m o .
P a r a d a r a h o r a n u e s t r o juicio a c e r c a d e este s i s t e m a
a s e n t a r e m o s la s i g u i e n t e

PROPOSICIÓN.

El sistema aristotélico en orden al origen de nuestras


ideas en parte parece cierto y en parte es
controvertible.

576.—Demostración.—El s o b r e d i c h o s i s t e m a c o n s i s t e
en c u a t r o cosas, d e las cuales d o s p a r e c e n c i e r t a s y l a s
o t r a s d o s son c o n t r o v e r t i b l e s L a s c i e r t a s s o n : i." q u e
n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o p r o d u c e con su a c t i v i d a d p r o -
pia las i d e a s q u e p o s e e : 2. q u e la a c t i v i d a d con q u e
a

las p r o d u c e e s . u n a fuerza n a t u r a l m e n t e a b s t r a c t i v a .
L a s c o n t r o v e r t i b l e s s o n : i . q u e p a r a p r o d u c i r s u s con-
a

c e p t o s u n i v e r s a l e s necesita p r o d u c i r p r i m e r o las e s -
pecies inteligibles, i m p r e s a s p o r el e n t e n d i m i e n t o
a g e n t e en el posible p a r a c o m p l e t a r la v e r d a d d e e s t e
s e g u n d o : 2. q u e p o r lo t a n t o , a d e m á s d e la p o t e n c i a
a

i n t e l e c t i v a c a u s a d o r a d e los c o n c e p t o s u n i v e r s a l e s lla-
m a d o s especies expresas, es n e c e s a r i o r e c o n o c e r e n
nosotros o t r a potencia intelectiva p r o d u c t o r a de las
d i c h a s especies impresas d e n o m i n a d a entendimiento
agente, o r a sean estas d o s p o t e n c i a s r e a l m e n t e d i s t i n -
t a s c o m o a l g u n o s o p i n a n , o r a m e d i e e n t r e la u n a y la
o t r a d i s t i n c i ó n v i r t u a l s o l a m e n t e , c o m o á o t r o s les
parece. Vamos á decir dos palabras sobre cada u n a de
e s t a s cosas.
577.—I. E n p r i m e r l u g a r , p a r e c e c i e r t o q u e n u e s t r a s
i d e a s s o n p r o d u c i d a s p o r n u e s t r a i n t e l i g e n c i a , p o r la
r a z ó n g e n e r a l d e q u e t o d a p o t e n c i a t i e n e en sí m i s m a
v i r t u d i n t r í n s e c a p a r a p r o d u c i r a q u e l l o s a c t o s con q u e
ha de buscar su propio bien. Pues el bien de la inteli-
gencia es la v e r d a d , y la verdad no puede ser buscada
p o r ella sino formando conceptos conformes á la rea-
lidad de las cosas. Negar á nuestro entendimiento la
facultad de producir sus ideas es lo m i s m o que hacer
de él una potencia meramente pasiva é ir contra la
experiencia; la cual dice á cada uno que tan activo es
en los actos intelectuales como en los voluntarios.
578.—Para esto no es necesario que sea producido
por nuestra mente el objeto; porque el objeto no es la
idea misma sino el término extrínseco sobre que ella
versa; ni tampoco se requiere que el objeto sea ya co-
nocido de antemano por la inteligencia, pues basta
que lo sea por los sentidos. Éstos al percibir un objeto
cualquiera, lo presentan por medio de la imaginación
á la inteligencia para que el alma conozca por medio
de esta potencia superior en una manera más perfecta
lo que por medio de ellos conoce de otro modo menos
perfecto. Por consiguiente es nulo y de ningún valor
lo que objeta contra esta verdad el P. Rothenflue ar-
gu3 enclo en esta forma: Nuestra mente, antes de for-
7

marse la idea de una cosa, ó la conoce y a , ó no la conoce.


Si lo primero, no se forma su idea, sino que la supone
formada. Si lo segundo, la tal cosa con relación á la
mente es como si no fuese, porque no le esta presen-
te (1). E s nulo este discurso, digo: porque la cosa de
que se ha de formar idea la mente es previamente co-
nocida por el sentido y con esto se halla presente á la
inteligencia p a r a que esta facultad pueda ejercer su
acto perceptivo y formarse el concepto de su esencia.
L a inteligencia, lo mismo que la imaginación y los
sentidos, forma sus conceptos ó actos perceptivos sien-
do á ello determinada por el objeto. Ahora bien; el

(1) Rothenflue; Psycolog. ration. sect. 2. cap. 1, art. 2, n. 8,


-388-
objeto produce en ella esta determinación, en cuanto
se halla aproximado y aplicado á la inteligencia por
medio de la fantasía; la cual lo representa imagina-
riamente y lo pone en circunstancias convenientes
para que pueda ser idealmente percibido.
579.—II. En segundo lugar, la actividad con que la
inteligencia se forma las ideas de las cosas, es sin duda
alguna la abstracción natural ó espontánea (L. 40).
Esto se infiere manifiestamente de lo que dejamos
escrito más arriba acerca del objeto proporcionado de
nuestro entendimiento (180 y siguientes). Pues allí de-
jamos demostrado que, mientras los sentidos tienen
por objeto propio los objetos materiales, en cnanto
concretos y singulares, á nuestra inteligencia corres-
ponde conocer estos mismos objetos, en cuanto univer-
sales y abstractos, ó sea penetrar en sus esencias abs-
traídas de la singularidad con que existen en los indi-
viduos. Por donde debemos decir que, así como cada
sentido, al percibir un objeto, abstrae á su modo natu-
ralmente conociendo una propiedad suya sin percibir
las otras que son conocidas por los otros; de la misma
manera la inteligencia, al presentársela por medio de
la imaginación los objetos materiales, hace también na-
turalmente obstraccion de su singularidad, conociendo
sus esencias sin pensar en sus notas individuantes, de
lo cual resultan los conceptos universales, como lo
hemos visto en la Ontología (O. 167 y siguientes).
580.—Del conocimiento de estas esencias, que son su
objeto propio y proporcionado, sube después por vía
de negaciones al conocimiento de los seres espiritua-
les é incorpóreos; al modo que del conocimiento de
las criaturas subimos al conocimiento de Dios, según
lo que se dice en la Teodicea (T. 83 y siguientes). De
aquí es que todos nuestros conceptos relativos á las
cosas espirituales envuelven algo de material negado
-3§9-
del objeto s o b r e q u e ellos v e r s a n ; c o m o c u a n d o c o n -
c e b i m o s al e s p í r i t u en g e n e r a l c o m o u n a s u s t a n c i a in-
d e p e n d i e n t e d e la m a t e r i a en el existir y en el o b r a r
y al e s p í r i t u p u r o c o m o u n a s u s t a n c i a q u e ni está uni-
da á la m a t e r i a ni d e p e n d e d e ella en n i n g u n o de s u s
a c t o s . Véase lo q u e s o b r e esto h e m o s escrito m á s a r r i -
ba en este m i s m o t r a t a d o (183-185). L a s dificultades
q u e s u e l e n p o n e r s e c o n t r a la a b s t r a c c i ó n e s p o n t á n e a ,
ya las h e m o s s o l t a d o én la O n t o l o g í a (O. 174-177) al
h a b l a r d e los u n i v e r s a l e s .
581.—III. E n t e r c e r l u g a r , es c o n t r o v e r t i b l e la n e -
c e s i d a d d e las especies inteligibles i m p r e s a s , e n t e n -
d i e n d o p o r e s t a s especies, n o el a c t o m i s m o d e c o n o -
cer los objetos; p o r q u e é s t e es u n a especie e x p r e s a y
n o i m p r e s a , ni t a m p o c o el f a n t a s m a d e la i m a g i n a c i ó n
en c u a n t o i n d u c t i v o á la p r o d u c c i ó n d e los c o n c e p t o s
u n i v e r s a l e s , s i n o u n a cierta c u a l i d a d e s p i r i t u a l p r o -
d u c i d a p o r el e n t e n d i m i e n t o a g e n t e y r e c i b i d a en el
p a c i e n t e , en v i r t u d d e la c u a l esta s e g u n d a p o t e n c i a
i n t e l e c t i v a r e c i b e su ú l t i m o c o m p l e m e n t o y t i e n e el
p o d e r c o m p l e t o d e p r o d u c i r su a c t o c o g n o s c i t i v o . L a s
especies inteligibles i m p r e s a s e n t e n d i d a s en este sen-
t i d o fueron a d m i t i d a s g e n e r a l m e n t e en v e r d a d p o r los
Escolásticos, p e r o c o m o u n a h i p ó t e s i s y n a d a m á s . E l
P . L o s a d a e x a m i n a u n a p o r u n a en su Filosofía (1) las
r a z o n e s en q u e suelen f u n d a r s e las especies d i c h a s ; y
a p e s a r d e e s t a r en s u favor, confiesa c l a r a m e n t e q u e
n i n g u n a d e ellas es d e m o s t r a t i v a . E n t r e los Escolás-
ticos, D u r a n d o , H e n r i q u e , J u a n B a c o n y a l g u n o s o t r o s
l a s r e c h a z a r o n c o m o i n ú t i l e s : e n t r e los m o d e r n o s nues-
t r o B a l m e s las t i e n e p o r u n i n v e n t o p o é t i c o d e los E s -
colásticos y el P . P a l m i e r i las c o m b a t e en su A n t r o p o -

(1) Losada, Cursus phüosofthicus, disp. VI de anima, cap. II.


-390 —
logia (i). L a cosa n o es d e t a n g r a n d e i m p o r t a n c i a
como h a n querido suponer en nuestros dias algunos
e s c r i t o r e s . E n el a r t í c u l o s i g u i e n t e s d i r e m o s a l g o m á s
s o b r e este a s u n t o .
582.—Finalmente, es t a m b i é n m u y c o n t r o v e r t i b l e
la r e a l i d a d del e n t e n d i m i e n t o a g e n t e , e n t e n d i d a esta
facultad á la m a n e r a a r r i b a d i c h a . P o r q u e el t a l e n t e n -
d i m i e n t o t i e n e por. objeto p r o d u c i r las especies i m -
presas de que acabamos de hablar, y por consiguiente
p o r fuerza d e b e s e r t a n i n c i e r t o c o m o las m i s m a s
especies d i c h a s . Sin e m b a r g o , si p o r e n t e n d i m i e n t o
a g e n t e e n t e n d e m o s , n o p r e c i s a m e n t e la facultad d e
p r o d u c i r las t a l e s especies, sino la a b s t r a c c i ó n e s p o n -
t á n e a d e q u e h e m o s h e c h o m e n c i ó n , p o c o h a (579) y
q u e es c o n o c i d a e n t r e los m o d e r n o s con el n o m b r e d e
fuerza abstractiva y analítica del e n t e n d i m i e n t o , en este
caso n o h a y d u d a q u e d e b e m o s a d m i t i r la r e a l i d a d d e
la tal p o t e n c i a ; p o r q u e n u e s t r o e n t e n d i m i e n t o e n t i e n -
d e a b s t r a y e n d o la esencia u n i v e r s a l d e las i n d i v i d u a -
l i d a d e s p a r t i c u l a r e s c o m o h e m o s o b s e r v a d o en este
m i s m o a r t í c u l o (579).
V e n g a m o s a h o r a á e x p o n e r n u e s t r a o p i n i ó n en esta
difícil m a t e r i a ; p e r o esto y a p e r t e n e c e al a r t í c u l o si-
guiente.

ARTÍCULO VII.
Resolución de la cuestión.
583.—Después d e h a b e r d a d o n u e s t r o juicio s o b r e
los d i v e r s o s s i s t e m a s q u e h a n sido i n v e n t a d o s p o r los
filósofos p a r a e x p l i c a r la difícil cuestión del o r i g e n d e
las i d e a s , r e s t a a h o r a q u e e x p o n g a m o s n u e s t r o h u m i l -
d e p a r e c e r en esta p a r t e . S e a al efecto la s i g u i e n t e

(1) Palmieri, Anthropoid già. thesis X X I . a


- 391 —

PROPOSICIÓN.

Nuestro entendimiento para formar sus conceptos necesita


ser determinado por los objetos; pero esta determinación
no parece que la produzcan ellos por medio de especie
alguna inteligible impresa, sino mediante la
radicación que tienen todas las potencias
tanto sensitivas como intelectivas
en una misma alma.

584.—Prueba de la i. p.—1.° Véase p a r a ello lo q u e


a

c o n t r a K a n t t e n e m o s d e m o s t r a d o en la Lógica (392 y
siguientes.)
585.—Prueba de la 2.° p.—1.° E n v i r t u d d é l a r a d i c a -
ción d e t o d a s las p o t e n c i a s en u n a m i s m a a l m a , p o r
el m e r o h e c h o d e o b r a r el objeto e x t e r i o r s o b r e la p o -
t e n c i a sensitiva ya su acción se t r a s m i t e p o r m e d i o d e
esta facultad al m i s m o e n t e n d i m i e n t o . L u e g o n o h a y
n i n g u n a n e c e s i d a d d e fingir u n e n t e n d i m i e n t o a g e n t e
c a u s a d o r d e especie a l g u n a inteligible i m p r e s a s i n o
q u e b a s t a s u p o n e r p o r u n l a d o la i n t e l i g e n c i a n a -
t u r a l m e n t e activa y a p t a p a r a c o n o c e r los objetos q u e
t i e n e n c o n ella n a t u r a l p r o p o r c i ó n y p o r o t r o la acción
del objeto t r a s m i t i d a á la referida p o t e n c i a m e d i a n t e
la r a d i c a c i ó n d i c h a . P o r q u e así c o m o la acción mecá-
nica del objeto e x t e r n o es r e c i b i d a psicológicamente en
el s e n t i d o c o n f o r m e á a q u e l p r i n c i p i o : Todo lo que se
recibe es recibido á la manera del recipiente, así t a m b i é n
la acción d e los s e n t i d o s es recibida en la i n t e l i g e n c i a
espiritualmente y con ella es d e t e r m i n a d a esta facultad
á p e r c i b i r e s p i r i t u a l m e n t e el tal objeto.
586.—2. E n t a n t o sería necesario r e c u r r i r á la p r o -
0

d u c c i ó n d e la especie m e n c i o n a d a , en c u a n t o q u e la
i m a g i n a c i ó n n o p u d i e s e , p o r ser p o t e n c i a o r g á n i c a ,
— 392 —
influir c o n s u s a c t o s en l o s a c t o s d e la i n t e l i g e n c i a . E s
así q u e esta r a z ó n es s u m a m e n t e débil. i.° P o r q u e ,
así c o m o los objetos muertos del m u n d o e x t e r n o influ-
yen en los a c t o s vivos d e los s e n t i d o s s i n u n s e n t i d o
a g e n t e q u e t r a s f o r m e su acción m e c á n i c a en psicoló-
gica, d e la m i s m a m a n e r a p o d r a n influir en los a c t o s
e s p i r i t u a l e s é i n o r g á n i c o s d e la i n t e l i g e n c i a los f a n t a s -
m a s m a t e r i a l e s y o r g á n i c o s d e la i m a g i n a c i ó n . P o r -
q u e si los s e n t i d o s se c o n t i n ú a n en cierto s e n t i d o con
el m u n d o m a t e r i a l d e los objetos e x t e r n o s , la inteli-
g e n c i a t a m b i é n se c o n t i n ú a e n cierto m o d o con los
s e n t i d o s , y a p o r la r a d i c a c i ó n q u e t i e n e n t o d a s las p o -
t e n c i a s d e n u e s t r a a l m a en u n m i s m o sujeto, y a p o r -
q u e la esencia d e n u e s t r a a l m a influye a c t i v a m e n t e
e n los a c t o s d e t o d a s las p o t e n c i a s t a n t o sensitivas
c o m o i n t e l e c t i v a s (49 y s i g u i e n t e s ) y es p o r lo t a n t o u n
v e r d a d e r o v í n c u l o c o m ú n y activo p a r a t o d a s ellas.
2. P o r q u e , así c o m o en s e n t i r d e los defensores d e la
0

especie m e n c i o n a d a la i m a g i n a c i ó n t i e n e p o d e r p a r a
d e t e r m i n a r al e n t e n d i m i e n t o a g e n t e á f o r m a r la t a l
especie, d e la m i s m a m a n e r a t e n d r á v i r t u d p a r a d e -
t e r m i n a r al l l a m a d o e n t e n d i m i e n t o posible á q u e for-
m e el c o n c e p t o del objeto p o r ella r e p r e s e n t a d o en el
fantasma.
5 8 7 . — C i e r t a m e n t e , t a n e s p i r i t u a l es el e n t e n d i m i e n -
t o a g e n t e c o m o el posible y p o r lo t a n t o t a n i m p o s i b l e
es q u e i n f l u y a n l o s f a s t a s m a s o r g á n i c o s d e la i m a g i n a -
ción en la p r o d u c c i ó n d e las especies inteligibles i m -
p r e s a s c o m o en la d e las e x p r e s a s ó c o n c e p t o s i n t e -
l e c t u a l e s . P o r c o n s i g u i e n t e ó h e m o s d e n e g a r q u e la
i m a g i n a c i ó n influye con s u s a c t o s en la p r o d u c c i ó n d e
la t a l especie i m p r e s a , ó h e m o s d e a f i r m a r q u e esta
p o t e n c i a t i e n e v i r t u d p a r a influir.en la p r o d u c c i ó n d e
la e x p r e s a . Si se dice lo p r i m e r o , e n t o n c e s n u e s t r o en-
t e n d i m i e n t o p o r si solo p r o d u c i r á la especie en cues-
— 393 —
t i o n y p o r lo m i s m o c o n t e n d r á en sí p o r u n a m a n e r a
e m i n e n t e las i m á g e n e s d e t o d o s c u a n t o s objetos p u e d e
conocer, q u e es p r e c i s a m e n t e lo q u e q u i e r e n e v i t a r á
t o d o t r á n c e l o s d e f e n s o r e s del e n t e n d i m i e n t o a g e n t e ;
p u e s t o q u e las especies i m p r e s a s s o n t a m b i é n á su
m o d o i m á g e n e s i n t e n c i o n a l e s d é l o s objetos,"como lo
confiesan los tales a u t o r e s . F u e r a d e q u e en este caso
el c o n o c i m i e n t o i n t e l e c t u a l n o s e r á r e a l m e n t e p r o d u -
cido p o r el objeto, lo c u a l es c o n t r a r i o á la v e r d a d e r a
Filosofía. Si se dice lo s e g u n d o , la i m a g i n a c i ó n p o d r á
influir con s u s f a n t a s m a s i n m e d i a t a m e n t e en los m i s -
m o s c o n c e p t o s i n t e l e c t u a l e s , p u e s t o q u e éstos n o s o n
m á s e s p i r i t u a l e s q u e las especies i m p r e s a s s u s o d i c h a s ;
y p o r t a n t o las t a l e s especies e s t á n d e s o b r a . P o r con-
s e c u e n c i a d e b e m o s d e c i r q u e las r e p r e s e n t a c i o n e s i m a -
g i n a r i a s d e la f a n t a s í a t i e n e n v i r t u d p a r a d e t e r m i n a r
el e n t e n d i m i e n t o á la p r o d u c c i ó n d e s u s c o n c e p t o s
u n i v e r s a l e s , m e r c e d á la r a d i c a c i ó n q u e t o d a s las p o -
t e n c i a s c o g n o s c i t i v a s t i e n e n en u n a m i s m a a l m a y á
la acción i n m e d i a t a q u e la s u s t a n c i a d e n u e s t r a a l m a
ejerce en los a c t o s d e t o d a s s u s p o t e n c i a s .
E s t o es lo q u e á n o s o t r o s n o s p a r e c e con r e s p e c t o á
las especies inteligibles i m p r e s a s ; p u e s p o r lo q u e h a c e
á las sensibles, y a h e m o s p r o b a d o m á s a r r i b a q u e d e -
ben s e r n e c e s a r i a m e n t e a d m i t i d a s (98). R e c o n o c e m o s
n o o b s t a n t e s e r s ó l i d a m e n t e p r o b a b l e la o p i n i ó n c o n -
t r a r i a d e los Aristotélicos, d e q u e n o s h e m o s a p a r t a d o
en este a r t í c u l o ; y así e s t a m o s m u y lejos d e h a b l a r c o n
d e s p r e c i o ó d e s d e n d e las especies inteligibles i m p r e -
sas, a u n q u e l a s c r e e m o s s u p é r f l u a s .
588.—La ú n i c a clase d e especies inteligibles q u e a d -
m i t i m o s y q u e t o d o s d e b e n a d m i t i r , es la d e a q u e l l a s
q u e l l a m a n rememorativas y q u e s i r v e n , n o p a r a l a
p r o d u c c i ó n d e los c o n c e p t o s u n i v e r s a l e s , p u e s s o n
p r e c i s a m e n t e c a u s a d a s p o r ellos, sino p a r a la reproduc-
-394-
cion de los mismos. Después que nos hemos formado
el concepto de u n a cosa, algo queda en nuestra inte-
ligencia relativo al objeto de aquel concepto; porque
después nos acordamos que antes hemos pensado en
el tal objeto; y a u n q u e de hecho no pensamos en él,
lo sabemos p o r via de hábito. Este algo que queda,
es la especie inteligible rememorativa; la cual es cau-
sada, no por el entendimiento agente, sino por el con-
cepto mismo actual que en algún tiempo tuvimos en
la inteligencia.

A. M. D. G.
ÍJXJDIOE.

Págs.

Nociones generales 3

PRIMERA PARTE.

Del alma humana absolutamente considerada.


CAPÍTULO PRIMERO. — De la existencia del alma humana. 5
C A P . II.—De la sustancialidad del alma humana.. . . 7
C A P . III.—De la unidad é identidad del alma humana. . 9
C A P . IV. — De la actividad del alma humana. . . . . 12
Articulo primero.—Clasificación de las potencias del alma
humana 12
Art. II.—La esencia del alma humana y sus potencias. 16
§ I.—Cómo se distingue el alma humana de s u s po-
tencias 17
§ II.—Cómo proceden del alma humana sus poten-
cias . . . . 26
§ III.—Cómo obra el alma humana con s u s potencias. 311
Art. III.—Potencias naturales del alma humana, llama-
das con otro nombre vegetativas 39
Art. /V.—Potencias sensitivas 43
§ I.—Naturaleza de la sensación 43
§ II.—Sensibilidad externa , 61
§ III.—Sensibilidad interna 77
Art. V.—Potencias intelectivas 100
§ I.—Falsedad del sensismo. . . . . . . . . 101
§ II.—Naturaleza, objeto y actos del entendimiento
humano. 116
§ III.—Naturaleza, objeto y actos de la razón humana. 157
Págs.

§ IV.—Naturaleza, objeto y actos de la memoria i n -


telectiva. jó-J
§ V.—Naturaleza, objeto y actos de la conciencia. . 170
Art. VI.—Potencias apetitivas 184
§ I.—Apetito elícito y apetito innato 185^
§ II.—Apetito sensitivo 189
§ III.—Apetito racional ó voluntad 202
Art. VII.—Potencias locomotrices 231
CAP. V.—De la simplicidad, espiritualidad é inmorta-
lidad del alma humana 238
Articulo primero.—Simplicidad del alma humana. . . 238
Art. II.—Su espiritualidad 244
Art. III.—Su inmortalidad 253
CAP. VI.—De la esencia metafísica del alma humana. . 287

SEGUNDA P A R T E .

Del alma humana relativamente considerada.


CAPÍTULO PRIMERO.'—De la-unión del alma humana con
el cuerpo 294
Artículo primero .-^Noción- de la unión y sus diferentes
' especies.... 294
Art. II.—Naturaleza de la unión que media entre el
cuerpo y el alma humana. 298
Art. III.—Diversos sistemas relativos á la unión del
alma humana con el cuerpo 301
Art. IV.—Cuántas sean las formas sustanciales del cuer-
po humano . 320
Art. V.—Asiento del alma -humana 334
CAP. II.—Del mutuo influjo del alma y del cuerpo- hu-
manos 338
Artículo primero.—Influjo del alma en el cuerpo.. . . 339
Art. II.—Influjo del cuerpo en el alma 340
CAP. III.—Del origen asi del alma humana como del com-
puesto físico que ella forma con el cuerpo, . 347
Articulo primero.—Origen del alma humana 347
Págs.

Art. II.—Origen del hombre 352


C A P . I V . — D e la antigüedad del alma humana y de la del
compuesto físico que forma con el cuerpo. . 358
Artículo primero.—Antigüedad del alma humana. . . 358
Art. II.—Antigüedad del hombre 362
C A P . V . — D e l origen de los conocimientos humanos. . . 363
Articulo primero.—Sistemas empíricos 364
Art. II.—Sistema de las ideas innatas 366
Art. III.—Sistema de los Tradicionalistas 369
Art. IV.—Sistema ontológico de la intuición divina. . 376
Art. V.—Sistema de la Filosofía trascendental. . . . 379
Art. VI.—Sistema aristotélico.. 384
Art. VII.—Resolución de la cuestión 390

También podría gustarte