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AGRICULTURA TRADICIONAL

Alrededor del 60% de la tierra cultivada del mundo todavía se explota mediante métodos de
agricultura tradicional. Este tipo de agricultura se ha beneficiado gracias a siglos de evolución
cultural y biológica, mediante lo cual se ha adaptado a las condiciones locales. Así, los pequeños
agricultores han creado y/o heredado sistemas complejos de agricultura que, durante siglos, los
han ayudado a satisfacer sus necesidades de subsistencia, incluso bajo condiciones ambientales
adversas (en suelos marginales, en áreas secas o de fácil inundación, con pocos recursos) sin
depender de la mecanización o de los fertilizantes y pesticidas químicos. Generalmente, dichos
sistemas agrícolas consisten en una combinación de actividades de producción y de consumo.

Las comparaciones de productividad entre la Revolución Verde y los sistemas agrícolas


tradicionales han sido parciales y poco justas ya que ignoran el hecho que los agricultores
tradicionales valoran la totalidad del sistema productivo agrícola y no sólo los rendimientos de
un solo cultivo como es
el caso del sistema de la
Revolución Verde.
Muchos científicos de
los países desarrollados
están comenzando a
mostrar interés en la
agricultura tradicional,
especialmente en los
sistemas diversificados
de pequeña escala,
buscando formas para
remediar las deficiencias
de la agricultura
moderna. Muchas
prácticas agrícolas, que
una vez fueron Ilustración 1: Impacto de la Revolución Verde
consideradas como
primitivas o erradas, se reconocen hoy como modernas y apropiadas por los investigadores.

Los agricultores tradicionales han superado las limitaciones ambientales de sus sistemas de
producción de alimentos, concentrándose en algunos procesos y principios (Knight 1980):

• Continuidad y diversidad espacial y temporal (Policultivos)


• Uso óptimo del espacio y los recursos
• Reciclaje de los nutrientes
• Conservación y/o manejo del agua
• Control de la sucesión y protección de los cultivos

Los términos conocimiento tradicional, conocimiento nativo técnico, conocimiento rural y


etnociencia (o la ciencia de los pueblos) han sido utilizados en forma intercambiable para
describir el sistema de conocimiento de un grupo étnico rural que se ha originado local y
naturalmente. Este conocimiento tiene muchas dimensiones, incluidos la lingüística, botánica,
zoología, agricultura, artesanía, y proviene de la interacción directa entre los seres humanos y
el medio ambiente.

Para los agroecólogos, varios aspectos son los más relevantes de estos sistemas tradicionales de
conocimiento:

1. Conocimiento acerca del ambiente físico (suelos, clima, etc.)


2. Taxonomías folclóricas biológicas o sistemas de clasificación popular
3. El conocimiento sobre prácticas de producción.
4. La naturaleza experimental de este conocimiento tradicional

El estudio de los agroecosistemas tradicionales puede proporcionar invaluables principios


agroecológicos, que son necesarios para desarrollar agroecosistemas más sustentables tanto en
países industrializados como en aquellos en vías de desarrollo. Realmente necesitamos modelos
de agricultura sustentable que combinen elementos de ambos conocimientos, el tradicional y el
moderno científico. Complementando el uso de variedades convencionales e insumos
comerciales, con tecnologías ecológicamente correctas se puede asegurar una producción
agrícola más sustentable.

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