Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La Ley de Registro Público y del Notariado (en adelante, LRPN), publicada en la Gaceta
Oficial N° 37.333 del 27 de noviembre de 2001, mediante la cual se derogó la Ley de
Registro Público del 5 de octubre de 1999. Efectuada la revisión y el estudio
correspondiente observamos lo siguiente:
I. INTRODUCCIÓN
La LRPN fue dictada por el Presidente de la República en ejecución del literal f, numeral 4,
del artículo 1º de la Ley No. 4, que autorizó al Presidente de la República para Dictar
Decretos con Fuerza de Ley en las Materias que se Delegan (G.O. Nº 37.076, 13.11.2000),
en la cual se facultó al Presidente para «Dictar medidas que otorguen seguridad jurídica y
garanticen los principios de libertad contractual y de legalidad de los derechos de las
personas, de los actos, contratos y negocios jurídicos, de las sociedades mercantiles y de
los bienes, muebles e inmuebles, sometidos al régimen de publicidad en los registros y
notarías».
El Título II agrupa en ocho capítulos las normas referidas específicamente a los registros
públicos, los cuales regulan: el Alcance de los Servicios Registrales (arts. 23 al 26, LRPN);
la Organización de los Registros (arts. 27 al 31, LRPN); el Sistema de Folio Real (arts. 32
al 37, LRPN); El Sistema Registral (arts. 38 al 42, LRPN); El Registro Inmobiliario (arts.
43 al 47, LRPN); el Registro Mercantil (arts. 48 al 61) y el Registro Civil (arts. 62 al 66,
LRPN).
En el Título III están comprendidas las normas referidas a la función del notariado,
distribuidas en tres capítulos que contienen Disposiciones Generales (arts. 67 al 73,
LRPN); normas sobre la Función Notarial (arts. 74 al 78, LRPN) y sobre Documentos y
Actas Notariales (arts. 79 al 82, LRPN).
Siguiendo el mismo orden establecido por el legislador, el presente estudio tiene por objeto
revisar y analizar las disposiciones más resaltantes y novedosas de la LRPN.
1. Disposiciones generales
Esta disposición es compatible con las normas contenidas en la Ley de Mensajes de Datos
y Firmas Electrónicas, la cual tiene por objeto «otorgar y reconocer eficacia y valor
jurídico a la Firma Electrónica, al Mensaje de Datos y a toda información inteligible en
formato electrónico, independientemente de su soporte material, atribuible a personas
naturales o jurídicas, públicas o privadas» (art. 1, Ley de Mensajes de Datos y Firmas
Electrónicas). En todo caso, a los fines de que los registros puedan dar validez legal a las
firmas electrónicas, es necesario también que sea creada la Superintendencia de Servicios
de Certificación Electrónica, la cual tiene por objeto «acreditar, supervisar y controlar, en
los términos previstos en este Decreto-Ley y sus reglamentos, a los Proveedores de
Servicios de Certificación públicos o privados» (art. 27, Ley de Mensajes de Datos y
Firmas Electrónicas).
Otra novedad importante, incluida dentro de las disposiciones generales, está referida a los
requisitos de admisión de los documentos a ser presentados ante las Oficinas de Registro o
Notarias. En tal sentido, se deja en claro la necesidad de que los documentos sean
redactados y visados (i.e. certificación del visto bueno) por abogado debidamente colegiado
y autorizado para el libre ejercicio de la profesión (art. 3°, LRPN). De allí que a partir de
la entrada en vigencia de la LRPN, muchas oficinas de Registro y Notarías obligan a que
se indiquen los datos relativos a la colegiación profesional del abogado redactor, los cuales
se hacen constar en la nota de otorgamiento que al efecto se estampa en el documento.
2. Principios registrales
Con el fin de garantizar el fiel cumplimiento de su función, los Registros deben observar en
sus procedimientos los principios registrales previstos en la LRPN (art. 7°, LRPN); estos
principios (i.e. principios de rogación, prioridad, especialidad, consecutividad, legalidad y
publicidad) cumplen una función orientadora de la actuación registral y notarial.
Habida cuenta de los efectos erga homnes que derivan de los instrumentos inscritos por
ante el Registro, se consagra como principio la necesidad de que sean definidos los bienes
y derechos a inscribirse respecto de su titularidad, naturaleza, contenido y limitaciones.
Todo archivo relativo a un mismo bien, deberá resultar coherente, en perfecta secuencia y
encadenamiento del tracto de la titularidad sobre dicho bien, así como de los demás
derechos registrados, de manera que se pueda determinar el orden consecutivo de la cadena
de titularidad. Debe igualmente tenderse a la correlación entre los documentos inscritos y
sus modificaciones, cancelaciones y extinciones.
A través de este principio, se garantiza que los asientos de los Registros son públicos,
pudiendo ser consultados por cualquier persona. Este principio consigue su amparo en la fe
pública registral que tiende a proteger la verosimilitud y certeza jurídica que emana de los
asientos del Registro. El artículo 60 de la LRPN es ejemplo de este principio, ya que en él
se garantiza a cualquier persona el derecho de obtener copia simple o certificada de los
documentos y asientos del Registro Mercantil, e incluso permite el acceso material e
informático a los datos que consten en las oficinas de Registro.
En relación con el régimen funcionarial el artículo 16 de la LRPN establece que tanto los
Registradores como los Notarios y demás funcionarios de sus respectivas dependencias
ocupan cargos de confianza y, en consecuencia, de libre nombramiento y remoción.
4. Comentarios acerca de aspectos tributarios vinculados con la Ley del Registro Público y
del Notariado
Esta fue la posición acogida por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
que en fallo de 24 de mayo de 2002, con ponencia del Magistrado Dr. Jesús Eduardo
CABRERA, declaró que en virtud de la Disposición Derogatoria Primera del vigente Decreto
con Fuerza de Ley de Registro Público y del Notariado, la cual derogó expresamente todas
las normas de la Ley de Registro Público de 1999 «los derechos registrales previstos en la
Ley de Registro derogada no se encuentran vigentes [...]». En ese sentido, precisó la Sala
que según el citado artículo 15 de la LRPN, los aranceles que cancelarán los usuarios por
concepto de registros deben ser fijados por el Presidente de la República en Consejo de
Ministros previa solicitud del Ministro del Interior y Justicia, fijación que para la fecha de
la sentencia no había tenido lugar.
En razón de ello, y hasta tanto los aranceles no sean fijados por el Presidente de la
República, no pueden las Oficinas de Registro Público cobrar aranceles ni derechos
registrales algunos, por concepto de protocolización o registro de documentos de cualquier
naturaleza.
Esta decisión de la Sala Constitucional fue ratificada por el Tribunal Superior Quinto en lo
Contencioso Tributario, quien mediante sentencia de fecha 31 de mayo de 2002 ratificó la
inconstitucionalidad del cobro de derechos registrales. Dicha sentencia fue dictada con
ocasión de una acción de amparo constitucional ejercida contra el Registrador de la Oficina
Subalterna de Registro del Segundo Circuito del Distrito Sucre del Estado Miranda, quien
emitió Planilla de Liquidación a los efectos de la protocolización de un documento de
compraventa y constitución de hipoteca de un inmueble.
Cada registro estará a cargo de un Registrador Titular, quien será responsable del
funcionamiento de su dependencia. La elección de los Registradores Titulares se efectuará
mediante concurso de oposición para cada especialidad registral, conforme a lo establecido
en el reglamento correspondiente, y su nombramiento estará a cargo del Ministro del
Interior y Justicia. La remuneración de los Registradores será fijada por Resolución del
Ministerio de Interior y Justicia (art. 17,LRPN).
Vale la pena destacar la contradicción que existe entre la declaración que hace la LRPN
sobre el carácter de libre nombramiento y remoción de los registradores en el artículo 16 y
la elección mediante concurso que prevé el artículo 17 de la LRPN. No es coherente que
para la provisión de un cargo se establezca un régimen de concurso y que, a la vez, se
disponga que dicho cargo sea de libre nombramiento y remoción.
1. Generalidades
La organización de los Registros es responsabilidad del Ejecutivo Nacional, por órgano del
Ministerio de Interior y Justicia, a través de la Dirección nacional de Registros y del
Notariado (art. 27, LRPN).
Se prevé la creación de una base de datos nacional, para respaldar la información de todas
las materias registrales correspondientes a los registros del país (art. 28, LRPN) y bases de
datos regionales, las cuales serán determinadas por la Dirección Nacional de Registros y
del Notariado (art. 29, LRPN).
Según la Exposición de Motivos de la Ley, el sistema del folio real permitirá que la
información registral se mantenga siempre actualizada y no se requiera recurrir a la
revisión de todo la historia documental del bien que se trate. Habida cuenta de la naturaleza
de este sistema, sólo se aplicará a los bienes inmuebles así como a los derechos reales
vinculados con la propiedad inmobiliaria. En todo caso, aclara el artículo 32 de la LRPN
que la aplicación del Sistema del Folio Real se circunscribirá a las zonas urbanas o rurales
en las que existan levantamientos catastrales ya que en las zonas (urbanas o rurales) en las
que no exista el levantamiento catastral, lo procedente será la aplicación del sistema del
folio personal.
4. El Sistema Registral
El ejercicio de estas potestades por parte del Registrador puede derivar en actos
administrativos negando u objetando la inscripción de algunos documentos. Para estos
casos el artículo 39 de la LRPN dispone un régimen especial de recursos administrativos
para tales casos.
En todo caso, debe advertirse que si se escoge la vía administrativa, ésta deberá agotarse
íntegramente para poder acudir a la vía jurisdiccional.
5. El Registro Inmobiliario
Este registro tienen por objeto todo lo relativo a la inscripción de los actos o negocios
jurídicos vinculados con derechos reales que afecten la propiedad inmobiliaria (art. 43,
LRPN).
En ese sentido, el artículo 43 de la LRPN establece los actos que deben inscribirse en el
registro inmobiliario, contándose entre otros, los siguientes: documentos que contengan
declaración, transmisión, limitación o gravámenes de la propiedad; contratos de cesión,
partición, adjudicación, sentencias ejecutoriadas sobre el dominio de derechos reales; la
constitución de hogar; las declaraciones, los denuncios, permisos, contratos, títulos,
concesiones y demás documentos que conforme a las leyes en materia de minas,
hidrocarburos y demás minerales combustibles deban registrarse; los contratos de opción
de compra-venta de inmuebles; las donaciones inmobiliarias y la separación de bienes entre
cónyuges cuando existan inmuebles o derechos reales.
6. Registro Mercantil
Al regular el tema relativo a las acciones de nulidad de las asambleas de accionistas de las
sociedades anónimas o en comandita por acciones, se amplía a un año el lapso establecido
en el artículo 290 del Código de Comercio2[2] para la acción de nulidad que
tradicionalmente está reconocida a las minorías en el seno de las sociedades.
En cuanto a los aportes efectuados por los socios, en la LRPN se faculta al registrador
mercantil para controlar que los bienes tengan el valor declarado en el documento
constitutivo, en los aumentos de capital, en las fusiones y en cualquier acto de cesión en
general (art. 54, num. 2, LRPN). Para ello, deberá acompañarse un avalúo realizado por un
perito avaluador independiente y colegiado. La LRPN no señala que profesión debe tener
el perito; en todo caso, estimamos que éste avalúo puede ser realizado por contadores
públicos, administradores comerciales o economistas debidamente inscritos en los colegios
correspondientes.
En materia mercantil, el sistema que se aplicará será el del folio personal ya que, como
señalamos anteriormente, el sistema de folio real sólo se aplicará en el caso de inscripción
de bienes inmuebles, mientras que para el Registro Civil y el Mercantil, al tratarse de actos
referidos a personas, lo procedente es la adopción del sistema de folio personal (art. 55,
LRPN).
7. Registros civiles
Se mantienen sin alteración los tipos de actos que deben ser registrados en estas oficinas,
tales como: partidas de nacimiento, matrimonio, defunción, sentencias de divorcio,
separación de cuerpos y bienes, nulidad de matrimonio, adopciones, títulos académicos,
científicos y eclesiásticos; despachos militares, entre otros. Se ratifica además que el
registro civil inscribirá lo relativo a los actos de constitución, modificación, prórroga y
extinción de las sociedades civiles, asociaciones, fundaciones y corporaciones privadas (art.
63, LRPN).
Se declara al Registro Civil como fuente de información del Registro Civil y Electoral (art.
65, LRPN).
1. El Notariado
Los Notarios son funcionarios de la Dirección Nacional de Registros y del Notariado con
potestad de dar fe pública de los actos o hechos jurídicos ocurridos en su presencia física o
a través de medios electrónicos (art. 67, LRPN).
Al igual que en el caso de los Registradores, se declara que la función del notariado que la
elección de los Notarios se efectuará mediante concurso de oposición conforme al
Reglamento que al efecto deberá dictarse. El nombramiento corresponderá al Ministro de
Interior y Justicia y la remuneración será fijada por Resolución del citado despacho
ministerial (art. 68, LRPN).
2. Función Notarial
Se regulan de manera detallada los derechos de los notarios (art. 78, LRPN). Al respecto,
uno de los aspectos que más resalta es la obligación de informar a las partes del contenido,
naturaleza, trascendencia y consecuencias legales de los actos o negocios jurídicos
otorgados en su presencia. Así, se prevé que el Notario debe dejar constancia, en la nota
que estampe en los documentos, de haber dado cumplimiento de esta obligación.
Se trata de una obligación de suma importancia, desde que su omisión puede acarrear la
responsabilidad civil, penal y administrativa del Notario (art. 78, num. 2, LRPN).