Está en la página 1de 11

El gran viaje atávico: Suecia y León de Greiff, Vásquez, Julian L.

, Medellín: Biblioteca
Pública Piloto, Editorial El tambor Arlequín, 2006

 «Entre junio de 1959 y septiembre de 1963 correspondió a León de Greiff


desempeñar el cargo de “primer secretario” de la embajada de Colombia ante el
gobierno sueco. Poco después de haber concluido su cargo, y en reconocimiento a
sus labores diplomáticas, el rey de Suecia le nombró “caballero de primera clase” de
la prestigiosa orden real “Nordstjärneorden” (“Órden de la Estrella Polar”)». pág. 14
 «La participación de Johan Ludvig von Greiff en el destronamiento de Gustavo
Adolfo IV fue, por ejemplo, el último suceso político desempeñado por un miembro
de esta familia en Suecia». pág. 16
 Carl Sigismund von Greiff (1793-1870) y Lovisa Petronella Faxe (1797-1860),
bisabuelos de León de Greiff.
 «El viernes 8 de febrero de 1957 apareció un artículo en uno de los diarios más
prestigiosos de Suecia, el Svenska Dagbladet, gracias al cual muchos suecos
entraron por vez primera en contacto cultural con León de Greiff y su obra. El
artículo lleva por título “Svenskättling fin Colombiapoet” (“Descendiente de suecos,
distinguido poeta colombiano”). Allí leemos: “Fue de seguro una noticia para la
mayoría de los suecos la que don Fernando Arbelaéz, escritor y encargado de
negocios de la embajada de Colombia en Suecia, entregó en la noche del jueves en
el Instituto Iberoamericano al presentar a uno de los poetas más conocidos de
Colombia, León de Greiff, como descendiente de la ya, en Suecia, extinguida
estirpe guerrera von Greiff”. A continuación el periodista se refiere a la llegada
desde Pomerania de los von Greiff a Suecia, comentando que miembros de la
estirpe sirvieron a los monarcas Gustavo Adolfo II, Carlos X y Carlos XII. Luego
pasa a referirse, dando especial énfasis a sus palabras, que entre “los descendientes
del literato colombiano” se halla Johan Ludvig Bogislaus von Greiff, aquel que
“durante la revolución del 13 de marzo 1809” capturó al rey Gustavo Adolfo IV
cuando trataba de huir del castillo. Y a partir de este dato el periodista concluye que
“fue un hijo de este Johan Ludvig, casado con la hija del obispo de Faxe de Lund e
ingeniero en una empresa en Colombia” el encargado de iniciar la rama colombiana
de los von Greiff. El artículo finaliza elogiando la obra del escritor colombiano no
sin antes advertir que León de Greiff, “según los expertos”, es uno de los “skalder”
más difíciles de las letras hispanoamericanas». pág. 17
 El escritor y traductor Artur Lundkvist (1906-1991) efectuó un viaje a Suramérica
entre diciembre de 1956 y diciembre de 1957. Publíco sus impresiones en el libro
Vulkanisk kontinent, En resa i Sydamerika (Continente volcánico, un viaje a
Suramérica). En Bogotá conoce a León de Greiff y lo describe como un “fauno”, un
bohemo nihilista de ojos azules.
 «Tanto el reporte de Artur Lundkvist como el publicado (anónimamente) por el
periodista del Svenska Dagblabet (1957/02/8) ofrecen la particularidad de haber
sido presentados al público lector de Suecia antes del arribo de León de Greiff a la
patria de sus antepasados». pág. 18
 Artur Lundkvist elaboró el estudio Gigantism i sydamerikansk poesi, donde estudia
la obra de De Greiff y otros poetas suramericanos. Tradujo, en compañía de María
Torres, el “Relato de Sergio Stepansky”. Véase “Sergio Stepanskys berättelse” en
Bonniers Literrära Magasin, nr. 2 (Stockholm. feb. 1965) pp. 92-95.
 «León de Greiff, mitificado como bardo “vikingo”, pasa a ser patrimonio cultural de
Suecia, pese a haber nacido fuera de sus fronteras». pág. 19
 «El 9 de abril de 1960, ya radicado en Suecia, León de Greiff escribe: “Retorno
ahora a mis recuerdos infantiles […] yo tenía nueve años […] llegó ante mis ojos
una revista en la que nuestro pariente don Estanislao Gómez Barrientos parlaba de
don Carlos Segismundo, el Capitán, mi ilustre bisabuelo” (Obra dispersa IV: 92).
La “revista” a la cual se refiere León de Greiff corresponde a las llamadas
“memorias” de Carl Sigismund von Greiff publicadas por primera vez en 1898 a
manera de “biografía”. Consta de una serie de segmentos redactados (o dictados) en
español por Carl Sigismund, probablemente en 1835, en los cuales se refiere a su
participación en las guerras napoleónicas, describe su llegada a Colombia en 1826 y
las vicisitudes de sus primeros nueve años en tierras suramericanas». pp. 20-21.
Véase El montañés. Revista de Literatura, artes y ciencias. nr.6-nr.7 (Medellín
1898).
 Existe una edición monográfica de las memorias de Carl Sigismund, titulada
Documentos biográficos relativos a Carlos S. de Greiff y sus hijos (Medellín:
Editorial de Bedout,1955).
 Véase Luis Suardíaz, El múltiple rostro de León de Greiff (Editorial Arte y
Literatura, Habana/Universidad del Valle, Cali 1995). pág. 52. Allí dice: «Cuando
conocí a León de Greiff, yo acababa de descubrir la poesía de Fernando Pessoa y
me asombré al saber que el antioqueño había superado al portugués en eso de
inventar poetas que le representaran». Citado por Vásquez. pág. 25.
 «Gaspar de la Noche […] ha de ser estudiado como el enigmático personaje de una
de las fábulas “metapsíquicas” más enigmáticas en la obra del escritor colombiano:
la “fuga rimbaldiana” de Gaspar a la población sueca de Korpirombolo. A esta
“fábula”, autobiográfica en muchos de sus aspectos, hemos de dedicar especial
atención pues por intermedio de ella León de Greiff une, míticamente, la pequeña
aldea tropical de Bolombolo, al Korpilombolo escandinavo». pág. 27.
 Revisar Gabriel Giraldo Jaramillo, Colombia y Suecia. Relaciones culturales
(Ínsula, Madrid 1960). Véase cap. V “Los suecos en Colombia” pp. 117-138.
 «León de Greiff viajó por primera vez primera a Suecia casi a los 63 años de edad.
Lo hizo en julio de 1958 como representante de Colombia al llamado “Congreso
Mundial de Paz” reunido en Estocolmo (13-15 de julio). Pero luego del congreso,
dio inicio a un extenso viaje que lo llevó por territorios de la antigua Unión
Soviética, la República Popular de China, Alemania, Austria, Yugoslavia y Francia.
Meses después, en tres crónicas literarias escritas para sus lectores radioyentes en
Colombia menciona, en forma retrospectiva, detalles de su largo viaje. En el texto
de la primera crónica, la transmitida el 6 de noviembre de 1958 (para la
Radiodifusora nacional de Colombia) comenta: “[…] todos los viajes, todos los
nuestros viajes, todos los viajes míos son viajes de regreso, han sido viajes de
regreso, viajes serán de regreso, siempre. Hasta aquéste lo ha sido, el único de
regreso en realidad”». pp. 29-30.
 Abylund es el sitio donde nació Carl Sigismund von Greiff.
 «Hace dos días se cumplió el aniversario de la muerte de uno de los hombres más
rectos, más nobles y más puros que hayan sido. Llegué yo, Leo, hace cuatro meses a
la tierra donde nacieron sus abuelos de él, mis bisabuelos, los tatarabuelos de mis
hijos, y los átavos de mis nietos. A la tierra de Suecia y a su historia heróica se
incorporó, hacia 1620, el primero de los de mi apellido. Ernst Bogislav von Greiff,
barón con bé y varón con vé, miembro de la corte del duque Bogislav de Pomerania,
capitán de su caballería, más tarde teniente coronel del regimiento del conde
Könisgsmark. Combatió luego al mando de Gustavo Segundo Adolfo, el Grande, el
rey del Hielo, el rey de Suecia, codo a codo con él, en Leipzig y en Lützen —en
1632— y murió en la toma de Praga, en 1648» (Obra dispersa, pp. 280-281).
Crónica de noviembre 13 de 1958. Citado por Vásquez. pág. 42.
 «En 1932, cuando publica en Bogotá los versos del llamado “Relato de Hárald el
Obscuro”. En dicho texto emerge, con especial énfasis poético, la máxima “todos
los viajes míos son viajes de regreso”». pág. 31.
 «En Suecia se extinguió el apellido von Greiff. Pero allí mi vive mi hijo Axel von
Greiff. Y de los 2 suecos llegados a Colombia en 1826, estamos vivos algo más de
315 bisnietos, tataranietos, choznos y vicechoznos» Citado por Vásquez. pág. 44.
León de Greiff, “La familia von de Greiff en Suecia”, publicado en Actualidades de
Ecopetrol (Bogotá, 1966)
 El segundo viaje a Suecia lo hizo en compañía de su hijo Áxel, quien cumplió 21
años mientras estaban en París.
 «El golpe de estado contra Gustavo IV tuvo su inicio el 7 de marzo de 1809,
cuandro las tropas del general Georg Adlersparres se revelaron contra la autoridad
del rey y tomaron la ciudad de Karlstad, al occidente de Suecia. Adlersparre y sus
tropas partieron luego para Estocolmo. En aquel entonces, Suecia se encontraba en
guerra con Rusia y su independencia como reino soberano —ya había perdido a
Finlandia— peligraba, según la opinión de muchos. La rebelión alcanzó su grado
máximo la mañana del 13 de marzo de 1809 cuando un grupo de altos oficiales del
ejército, bajo el liderazgo del general mayor Carl Johan Adlercreutz, arrestaron al
rey en el castillo. El rey, sin embargo, logró huir pocos momentos después de su
arresto, armado con la espada de uno de los sublevados (el general Strömfeldt), y
estuvo a punto de llegar hasta las tropas de su guardia personal de no haber sido por
la actitud intrépida de Johan Ludvig Bogislaus von Greiff, quien solo y sin ayuda de
nadie (pues un joven oficial que le acompañaba huyó al ver al rey armado)
interceptó a Gustavo IV en el patio del castillo. Allí el rey le atacó y le hirió
levemente en el brazo, pero Johan Ludvig von Greiff hábilmente, y a la fuerza,
obligó al monarca a rendirse pese a sus gritos. Minutos después llegaron otros
oficiales, y junto con Johan Ludvig llevaron a Gustavo IV, cargado, al interior del
castillo. Al día siguiente, y bajo estricta vigilancia de más de 50 hombres, Gustavo
IV fue conducido preso a otro de los castillos reales (Drottningholm, a las afueras
de la ciudad). Entre la comitiva iba Johan Ludvig Bogislaus von Greiff, sentado en
el mismo carruaje que transportaba al rey depuesto». pág. 52
 Gustavo IV escribió unas memorias desde el exilio, donde menciona el episodio con
Johan Ludvig Bogislaus von Greiff.
 «Otro derrocamiento real en Suecia, esta vez en 1792 contra el padre de Gustavo
IV, el controvertido Gustavo III (1746-1792). Los hechos tuvieron lugar el 16 de
marzo de 1792 cuando Gustavo III, durante el baile de máscaras organizado por él
en los locales de la Opera, recibió un tiro por la espalda […] De todos los arrestados
por el atentado contra el rey, el único que sufrió la pena de muerte fue Jacob Johan
Anckarström, capitán del ejército, decapitado el 27 de abril de 1792 [Entre los
nobles acusados] figura el nombre de Carl Gustaf von Greiff […] hermano de Johan
Ludvig Bogislaus von Greiff». pp. 54-55.
 «Luego de la catastrófica quiebra financiera de la sociedad de minas B.A.
Goldsmith [empresa con la que había firmado contrato Carl Sigismund antes de
partir hacia Colombia] en 1826 (Londres), es decir, el mismo año del arribo de Carl
Sigismund von Greiff y Petronella Faxe a Colombia, el pequeño grupo de
emigrantes suecos (liderados por Pedro Nisser, Carl Ulric von Hauswolff y Carl
Sigismund von Greiff) se vio obligado a replantear sus planes drásticamente. Por
tales motivos se asentaron en la pequeña aldea de Anorí, zona muy rica en oros
fluviales, donde von Greiff y Nisser asociaron a cuatro empresas mineras. Una de
ellas, la del “Cerro Anorí, quedó en manos de Nisser y von Greiff en 1832. Y con el
nombre de de “Río Anorí Gold Stream-Works Company” fundaron su propia
asociación. Carl Sigismund se encargó entonces de prospectar la zona, levantando
mapas topográficos; pero al “cerro Anorí” le cambiaron de nombre: pasó a llamarse
“Oscarberg”, que en castellano significa la “la montaña Oscar” […]». pág. 56.
 «La verdad empírica de los marcadores textuales sobre los cuales descansa la
autobiografía imaginaria de Bogislao, presentada poéticamente a la manera de un
“sueño”, nos revela cuan influido estuvo el escritor colombiano de la historiografía
de sus antepasados, la cual, de diversas maneras, transformó en material estético».
pág. 56.
 El hotel Malmén fue la residencia inicial de León de Greiff durante la segunda
estadía en Estocolmo. pág. 59.
 «[El Correo de Estocolmo] es el conjunto de crónicas radiales enviadas desde
Suecia a la emisora H.J.C.K de Bogotá, entre septiembre 6 de 1959 y mayo 14 de
1962. Fueron publicadas en su conjunto en forma póstuma bajo el rótulo “Décimo
Quinto Mamotreto”; editor, Hjalmar de Greiff (Medellín 1999)». pág. 198 nota 72.
 León de Greiff escribe sobre el encuentro con el monarca Gustavo Adolfo VI:
«Nosotros políglotos mudos, cómo diablos nos vamos a desenredar para decirle dos
o tres frases de las hechas (prefabricadas) a Su Majestad Gustavo VI Adolfo? Y hay
qué ver el atuendo!!! La cantidad de garambainas, imprescindibles para la vaina,
que hemos tenido que adquirir! (No es grave el mercarlas sino el cómo llevarlas!)
Claro que nos vemos muy pimpinantes, currutacos, majísimos, con semejante
vestimenta! Y el viaje hasta el Palacio en carroza arrastrada por no sé cuántos
caballos (no de ajedrez): por fortuna, como no somos sino secretario, iremos en
carroza de segunda, con algunos caballos menos. Si le pudiéramos hablar en
antioqueño raizal o en el leogreffiano básico: pero en el francés de Villon tratado
mallarmeanamente… Horror! […] Volviendo al debate, a los debates sucesivos y a
su resultado: a su ningún resultado: Treinta y Seis rotundos noés. Se sorteó la
dificultad salomónicamente: sorteándola. Sorteando la designatura. A que desidiera
la Suerte. Treinta y Seis frijolillos echáronse en el kolpák, en la ushanka o boina en
la boina de Sergio Stepánovich Stepánski: treinta y cinco frijolillos eran liborinos y
un frigolillo cargamento —o viceversa— porque ya no recordamos cuáles son los
unos y cuáles los otros. Le correspondería vestirse los arreos e ir a saludar a su
Sacarrial Majestad al sacara el frijolillo sarabiado de la boina de o la ushanka o el
kolpák: y lo sacó Bogislao, Bogislao von Griphius, Bogislaus Herr von Greiff
(gráif) como decimos en Estocolmo. Y el flamante traje de luces le quedó a
Bogislao como hecho a la medida de su garbo donairoso (Había sido hecho a la
medida de Lao Leo). La verdad es que todos los Treinta y Seis de la trinca
greiffiana aquí presentes tenemos el mismo cuerpo jarifo, aún esbelto, y todavía no
se nos ve tan avanzado el vientre […] Antes de entrar al Palacio se le dá la vuelta
completa. Se penetra en él por la poterna amplia que dá a la Plaza de Armas.
Fanfarria de trompetas al aparecer las carrozas. Presentación de armas y saludo a la
bandera sueca. La entrada del Palacio, luego. Descenso de las carrozas.
Presentación de armas de la guardia. Chambelanes y otros funcionarios a recibirnos,
cuenta Bogislao. Más presentaciones y saludos mudos. Yo, más serio que el Capitán
Carl Sigismund Fromholdt von Greiff y más bravo que su padre el Coronel Johan
Ludwig Bogislaus von Greiff, mi ilustre tocayo y tatarabuelo, el que agarró al Rey
Gustavo Cuarto Adolfo en 1809 […] Otros funcionarios subalternos nos
desembarazan de nuestros abrigos, de nuestos cúbilos, de nuestras altísimas
bufandas y de nuestros guantes. Y nos dejan vikingos, con nuestros fraques. Los dos
únicos de negro, el Embajador y el Secretario (Mora y yo —Bogislao—). Los
demás, la Corte, con qué uniformes divertidísimos y qué cúmuo de
condecoraciones! Y yo, dice Bogislao, que dejé, con los trebejos y demás
impedimenta de mi cubil, mis condecoraciones: la del Dragón Enfermo, la de la
Foca Sitibunda, la del Búho Paralelo, la del Pingüino Peripatético, la del Gato que
pelotea, la de la Cruz Lánguidos Camellos, la de la Serpiente Emplumada y la del
Rampante Griffo familiar…! Pasamos al salón B. Allí me quedé yo, Bogislao, en
cuarentena entre otra cuarentena de altos dignatarios de la Corte, mientras el
Embajador entraba al despacho del Rey […] A poco se abre el despacho del Rey y
se me llama. Entra Bogislao. Le extiende su mano el Rey y se la estrecha Bogislao.
He sabido que el señor secretario es de origen sueco, díseme, luego de que yo le
presentara mi saludo respetuoso. Sí, Majestad, tengo el orgullo de ser de origen
sueco y me siento feliz de estar en Suecia, país que admiro y venero, y que amo
tanto como a mi tierra natal. Es la segunda vez que viene a Suecia? Sí, Majestad.
Era sueco su padre? No, Majestad… Mi padre no…, y le dije en sueco que lo fueron
mis bisabuelos y bisabuela paternos, es decir: Non, Sa Majesté, pas mon père,
mais… min farfarsfar och min morfarsfar… Sonríe el Rey. Dos frases más.
Extiende su mano. Y nos venimos» (Obra dispersa IV: 42, 49 y 50).
 «Apartes del llamado “diario de viaje” de Carl Sigismund von Greiff fueron
publicados, en varias entregas, en el Lunds Weckoblad, uno de los semanarios más
importantes de la Suecia de entonces. La primera entrega tuvo lugar el 18 de abril
de 1827 bajo el título de “Utdrag ur Herr Capitain von Greiffs Dagbok, under dess
resa till Columbien (“Extractos del diario del Señor Capitán von Greiff durante su
viaje a Colombia”)». pág. 67.
 «La publicación en serie del llamado “diario de viaje” de Carl Sigismund debió ser,
para la época, un éxito periodístico porque su contenido circuló paralelamente en
dos ciudades: en Lund y en Estocolmo. En Lund circuló, casi sin interrupciones
notables, en 17 entregas; la primera, el miércoles 18 de abril de 1827; la última, el
miércoles 20 de febrero de 1828. La edición de Estocolmo apareció en el
Conversations – Bladet, y circuló entre el 3 de mayo de 1827 y 13 de septiembre de
1827. Es decir, el primer número de la edición de Lund (miércoles 18 de abril de
1827) apareció primero que el de Estocolmo (jueves 3 de mayo de 1827), pero el
último número de la edición de Estocolmo (jueves 13 de septiembre de 1827)
apareció primero que el último de la edición de Lund (20 de febrero de 1828) […]
El hecho de que el “diario” de Carl Sigismund haya sido editado fuera de Lund,
tiene su razón de ser. Su viaje a Colombia, muy desde sus inicios, fue objeto de
reflexiones en los altos círculos sociales de la capital sueca, incluyendo los
comentarios del príncipe heredero en el castillo». pág. 109.
 Los extractos del diario de von Greiff cubrieron el viaje desde Suecia hasta Santa
Marta, y desde Santa Marta a Medellín, destino final. pág. 68
 «Poco más de 130 años después, uno de los descendientes de Wilhelm Faxe, el
colombiano León de Greiff, ya para entonces residente en Estocolmo, emprende
viaje a la ciudad de Lund [de donde era originaria Petronella Faxe]. Pero no viajó
solo; su hijo Axel de Greiff le acompañó. El 26 de octubre, envía a sus lectores en
Colombia el siguiente segmento de crónica, verdadero reporte autobiográfico:
“Hubo un viaje a Lund, diminuta gran ciudad que se sitúa al sur de la península
escandinava, como a la altura de la capital danesa. Fuimos a Lund (Tórsten y yo)
(sin la reata de los Otrosyoés, sin la recua de Sosías, mayúscula impedimenta). Con
todos ellos a la vera se hubiera copado la capacidad de los coches del tren […]
Además, Tórsten y yo fuimos a Lund, no tanto como turistas —que apenas sí lo
seremos—, cuánto como prosecutores de algo muy subjetivo —de interés
(desinteresado) muy personal—: Fuimos a visitar a nuestra parentela, a los
descendientes de la otra hija del Obispo Wilhelm Faxe: bisabuelo y tatarabuelo
(entonces) de nos y de ellos”». (Obra dispera III: 377). Citado por Vásquez. pág.
70.
 «Pero León de Greiff y su Axel no sólo visitaron la ciudad de Lund. También
estuvieron en Fjelie y Malmö, lugares de obligada referencia en lo que atañe a la
historiografía del viaje de emigración de Petronella y Carl Sigismund. Fjelie, por ser
la aldea donde Petronella y Carl Sigismund contrajeron matrimonio, y Malmö, el
puerto desde el cual embarcaron hacia Colombia». pp. 70 – 71.
 «Nótese que León de Greiff tilda su estadía en Lund, Malmö y Fjelie de “Viaje
Sentimental”, especia de ambulación geográfica donde una necesidad íntima y
personal es por fin satisfecha: retornar a un punto de partida. Estas circunstancias
bien encajan en su enigmática máxima “todos los viajes, todos los nuestros viajes,
todos los viajes míos son viajes de regreso, han sido viajes de regreso, viajes serán
de regreso, siempre” […] León de Greiff, de hecho, recorre los pasos de sus
antepasados, pero al mismo tiempo cierra un círculo histórico y un ciclo literario».
pág. 71.
 El viaje de Petronella Faxe y Carl Sigismund fue patrocinado por el padre de
aquella, el obispo Wilhem Faxe. Por noticias de sus contemporáneos, se sabe que el
viaje fue de un costo elevadísimo. pág. 73. Wilhem Faxe, por lo demás, siempre
añoró el regreso de su hija y esposo a Suecia, regreso que nunca tuvo lugar.
 El 7 de agosto de 1825 se casan Petronella y Carl Sigismund en la iglesia de Fjelie.
Oficia la ceremonia el padre de Petronella. El 7 de septiembre están en Malmö —
acompañados por Wilhelm—, puerto del que parten hacia Colombia.
 El 14 de enero de 1826 están en Santa Marta. Véase León de Greiff, “La familia von
de Greiff en Suecia”, publicado en Actualidades de Ecopetrol (Bogotá, 1966)
 Esaias Tegnér (1782-1846), amigo del obispo Wilhem y renombrado poeta, además
de hacer las gestiones para el viaje del matrimonio von Greiff, escribió un poema de
despedida para la jóven pareja. En los últimos dos versos del poema, titulado “Till
de resande” (“a los viajeros”), comenta: «Minnes blott i nya verlden / gamla vänner;
gammal Nor (llevad tan sólo al Nuevo Mundo / el recuerdo de viejos amigos, / la
memoria del viejo Norte). Memoria que encarnará en el antioqueño León de Greiff,
quien conoció los poemas de Tegnér relacionados con su familia. pág. 76.
 Viaje de esposos von Greiff Santa Marta–Ciénaga–Puerto Nare-Rionegro–Medellín.
 «No es casual que el primer libro de León de Greiff lleve por título
“Tergiversaciones” (1925). El título del libro ya nos está señalanado un hecho: la
inclinación de su autor por la técnica literaria de “tergiversar”». pág. 86.
 «Carl Sigismund y Lovisa Petronella, junto con Johanna Adolfsson (criada de la
pareja) iniciaron el largo viaje hacia Colombia en 1825. Ya en Colombia y a
principios de 1826, se reunieron con Carl Ulric Von Hauswolff y su esposa, Marie
Von Greiff (hermana de Carl Sigismund) y demás suecos integrantes del consorcio
minero de Hauswolff». pág. 202. nota 129.
 Escribe Carl Sigismund en sus “memorias”: «Un mes antes de embarcarme me casé.
Tomé el camino de por Dinamarca y Alemania, y en Hamburgo comencé una
travesía dilatada y peligrosa para ir á Santomas, de donde vine á Santamarta á
principios de mil ochocientos veintiséis. Llegué á Medellín cuatros días antes que el
aviso de la muerte de Goldsmith y la bancarrota de la casa. En Medellín me reuní
con mi hermana María, después de una separación de varios años, y vine á conocer
á mi cuñado y á otros compañeros, tan extraños para mí como los mismos
colombianos. Consideraciones particulares me detuvieron los primeros años, y,
visto que fueron vanas mis reclamaciones á la casa de Goldsmith, resolví quedarme
en este país; el motivo fue una falsa ambición; y por no confesar que habían tenido
razón mis parientes en oponorse á mi viaje, he tenido la consideración de no aceptar
los repetidos y generosos ofrecimientos que me han hecho, y he supuesto hallarme
en la abundancia y bienestar, para disminuirles el disgusto que sienten con nuestra
ausencia» (El Montañés, nr. 6 1898 pp. 250-251). Citado por Vásquez. pág. 127.
 María von Greiff y su esposo (Carl Ulric von Hauswolff), en compañía de otros
suecos, llegaron a Medellín en 1825, un año antes que el matrimonio de Carl y
Petronella. pág. 127.
 Cuando se encuentran en Estocolmo, Gaspar quiere ponerse al día con sus
compañeros y conocer la producción poética realizada durante su ausencia.
 Escribe León de Greiff: «“Después de tántas y de tan pequeñas cosas busca el
espíritu mejores aires” (Texto de Gaspar el Errabundo o de Ene Ene) y en ésas
anduve siempre —veces a pié, veces a “gatas”, veces por entre las nubes—, desde
hace lustros de lustros o milenios, y ando aún ahora arréo, “recorriendo los pasos”
(o los recogiendo y archivando) seguramente, ya en viaje —ahora sí de todas veras
— de auténtico regreso y no más salidas. De regreso a parte alguna concreta,
preelegida: de regreso —a secas— en abstracto, y ya sin albur —ni propósito— de
ulterior media-vuelta y vuelta a las andadas /…/ El Poeta. El Poeta que acaso fui, el
Poeta que fuérase (sin “haberse ido” todavía) o el Poeta que se es aún… (sin haber
sídolo nunca jamás), continúa —si ausente de sí mismo— yuxtaponiéndole naderías
sin cuento a la nonada, verbeo o verborreo al vacío conceptual o sensosrio /…/».
(Marzo 29 de 1962. Obra dispersa IV: p. 381). Citado por Vásquez. pp. 191-192.

Diario de lectura III: León de Greiff, quintaescencia de la poesía, Macías, Luis


Fernando, Medellín: Hilo de plata editores, 2015

 «La poesía de León de Greiff era una fuga nos permite reunir su vida y su obra en
un solo campo de comprensión, donde se hace posible hallar sentido coherente a
cada uno de sus versos en relación con el todo y, acaso, a cada uno de sus actos».
pág. 27.
 «El poeta no es referido como el poeta en sí, sino como el vate que él mismo y cada
uno de sus seudónimos, heterónimos o átler egos». pp. 42 – 43.
 «La valoración de la León de Greiff en Colombia ha sido múltiple y contradictoria
desde un comienzo. Lo más común, ha sido la ignorancia de su obra y, por ende, el
aislamiento progresivo que paulatinamente conduce al olvido. No obstante, hubo
una época en que un grupo de poemas suyos llegó a ser tan popular que se les
escuchaba en todo tipo de veladas y algunos bohemios declamaban sus versos
después de unos cuantos tragos. Este dominio popular lo alcanzaron básicamente
dos poemas: “El relato de Sergio Stepansky” y el “Rondel” (Esta rosa fue testigo).
No imaginaba León de Greiff que su estrofa contundente:

Juego mi vida,
cambio mi vida,
de todos modos
la llevo perdida…

retrataría a su pueblo antioqueño de un modo tan profundo, desde la bohemia


existencialista de comienzos de siglo hasta la trágica condición de sicario de las
últimas décadas». pág. 43.
 «Primero, pocos poetas alcanza obras gigantescas como León de Greiff. Esto
dificulta tanto la tarea de su lectura como la de su divulgación y, a veces, solo unos
poco lectores especializados se miden a una empresa de tal magnitud. De hecho,
aunque León de Greiff murió hace casi treinta años, gran cantidad de textos y
poemas suyos permanecieron inéditos o dispersos hasta hace muy poco. Segundo,
el vocabulario utilizado en la composición de sus obras ha cumplido la función de
apartar a los lectores: Para el asombro de las greyes planas / suelo surcir
abstrusas cantinelas, / para el mohín de lo leyente docto (leyente docto abléptico
pedante) / tizno mis versos de bizarro rictus […], del mismo modo que en las
antiguas fortalezas una muralla espantaba a los agresores. Es paradójico que se
haya escrito tanto sobre una obra asimismo ignorada, pero es lógico que si su
propio pueblo la ignora, con mayor razón la ignore el resto de la humanidad. No
obstante estas palabras pueden ser vanas, porque quizá apenas esté empezando la
verdadera valoración de León de Greiff; ya en la celebración del centenario de su
nacimiento Serguéi Goncharenko decía que León de Greiff era el poeta de la
galaxia y que los demás eran los poetas de este mundo». pág. 55.
 «Así, gracias a su afición a la música, la fuga —en todas sus acepciones— se
convirtió en la esencia de su poesía, del mismo modo que ya era esencia de su
vida». pág. 56.
 «El nombre de Gaspar de la Noche es un homenaje a Aloysius Bertrand, quien con
su libro Gaspar de la Nuit dio origen a la llamada poesía en prosa. [Del Gaspar
greiffiano] podemos decir que es una novela viva, un extraño juego de seducción
entre la realidad y la fantasía». pág. 89.
 «Es posible que no haya en la historia de la literatura universal un escritor tan
prolijo en álter egos como León de Greiff». pág. 98.
 «Tres días antes de la visión de la luna chata en Ümeå, íbamos en un bus de
vikingos adolescentes por el camino del salmón, entre abetos y alerces. Las niñas
eran casi transparentes de mirada azul y pelo amarillo, y cantaban el sueño de
Gaspar von der Nacht, con voces de soprano y contralto, tan rosadas como la carne
de los salmones que iban saltando, corriente arriba, por los helados ríos poblados
de silencio. El viento frío cruzaba también la calle de un bosque a otro, como si el
mugido del suave reno buscara en el musgo las cavernas de los gnomos o los
refugios de las hadas. ¿Por qué nos habíamos metido en el sueño de Gaspar? Esa es
otra de las formas del misterio trémulo. En 1926 Gaspar von der Nacht, alias
Gaspar de la Nuit, alias Gaspar de la Noche, el errabundo, que entre otras cosas no
era un ser humano de carne y hueso, sino un álter ego, es decir, el sueño de uno
cuya identidad había explotado en múltiples sosías, sueño de innumerables
nombres, se sintió ahíto de los trujamanes, cansado de los gansos de capitolio, hasta
el cuello de los macuqueros, de los engibacaires que la vida había puesto en torno a
León de Greiff, el que sí era cierto, y a Leo Legrís, que también era un sueño como
Gaspar, como Matías Aldecoa, y decidió fugarse… Desaparecer, perderse, meterse
en su sueño de fuga definitiva, ya que él podía hacerlo, puesto que él mismo era un
sueño. Nos dejó el testimonio de sus relatos, donde dice muy claro que después de
tantas y de tan pequeñas cosas, busca el espíritu mejores aires, mejores aires; donde
afirma que la música y la poesía son la quintaescencia del sentir y del pensar,
lauticia, letación inefable, y partió en busca de su “sueño de la fuga”, que lo
llevaría a ese feérico país hasta donde nos había arrastrado ahora a nosotros, setenta
y siete años después en su búsqueda. Pero quizá no sea posible explicar por qué
unos ilusos lectores buscan el sueño de un autor leído y en esa búsqueda concretan
una realidad tan palpable como la vida que duele y vibra, que canta y sueña». pp.
99 – 100.
 «Septiembre 5 de 2004, diez y cinco de la mañana. El autobús se detiene frente a
la valla que anuncia el círculo polar ártico. La carretera es un largo silencio de
asfalto. A ambos lados se extienden los bosques de abetos y alerces, como si
estuvieran bajo la nieve, como si todo hubiera permanecido desde siempre bajo la
nieve gris, como si a los bosques los albergara una densa sombra de plata. Entre los
árboles, de pronto, la milagrosa aparición de un reno que mira asombrado la, para
él, extraña presencia humana. En la orilla izquierda, hacia el fondo, se ve la
transparencia sin mácula de las aguas del río y se siente el hielo de sus aguas. Lo
que más se oye es el silencio. Todo en el paisaje parece virgen, menos los pasajeros
del autobús que se han detenido a tomar fotografías desde el pequeño muelle de
madera, bajo la valla que anuncia el paso por el círculo polar. En el autobús se han
quedado los estudiantes rubios de la universidad de Ümeå y siguen cantando la
versión coral de los poemas de Gaspar von der Nacht. Hace setenta y nueve años,
León de Greiff imaginó un paisaje desconocido entre los hielos del norte sueco.
Describió este paisaje en la nota de pie de página de uno de los relatos de Gaspar y
lo anunció como el destino de ese álter ego suyo. Mientras él, León de Greiff, se
dirigía de Bogotá hacia Bolombolo, el otro yo, Gaspar, se perdía en un lugar
desconocido, al norte de la Laponia sueca, que después resultó ser Korpilombolo,
ubicado arriba de Luleå, en la municipalidad de Pajala. Los hombres que ahora
miran hacia las cámaras fotográficas han venido hasta el lugar que en ese tiempo
era solo una fantasía del poeta, un mero juego de la imaginación. Ellos están
comprobando que la descripción correspondía a la realidad». pp. 101 – 102.
 «La historia de Gaspar de la Noche como álter ego de León de Greiff constituye
una novela que, como todo lo que concierne a su obra, es al mismo tiempo juego y
sustancia». pág. 113.
 León de Greiff escribe sobre el surgimiento de Gaspar de la Noche: «… bautizado
por Nos, el Padre de los Búhos, como Gaspar de la Nuit, en homenaje a Aloïsius
Bertrand, en 1914, en el Café de El Globo, en Medellín. Fueron testigos Tisaza,
Rendón, Jovica, Pepe Mexía y Rafael Jaramillo Arango. Matías Aldecoa le recitó el
Credo [¿cuál credo? ¿especie de doctrina o manifiesto poético?], en vascuense
(como era obvio) ya que Aldecoa es de Azpeitia. Por doce años [Gaspar] vagó y
divagó con Nos y con Matías, como consta en muchos papeles impresos». (En: De
Greiff, León. Obra dispera. vol. 3, p. 337.). Citado por Macías, Luis Fernando.
 Ricardo Rendón le vació, a manera de bautizo, un aguardiente a León de Greiff
cuando nació Gaspar de la Noche. pág. 119.
 «En la cita de la Obra dispersa que acabamos de hacer, el que habla es Leo Legrís
y dice que Gaspar vagó con Nos y con Matías durante doce años, tiempo suficiente
para desarrollar una personalidad y una obra. Como otros yoes, es claro que cada
uno debe configurar una labor desemejante y al lado de la de los demás. Después
podrá verse que los álter egos de León de Greiff presentan temáticas distintas y
responden a biografías y características de personalidad diferenciadas, pero el estilo
de la poesía sigue siendo único. Esta es una diferencia clara con los heterónimos de
Fernando Pessoa que, además de biografías diferentes, responden por diferentes
estilos en su escritura». pág. 114.
 «Al llegar a Bolombolo solo hay tres: Matías Aldecoa, Leo Legrís y León de
Greiff. Gaspar ha desaparecido. Lo último que se supo de él fueron los tres
“Relatos de Gaspar”, en los que se despide de Netupiromba y parte en busca del
silencio […] A partir de allí, se da por muerto a Gaspar y en los libros aparece una
cruz al lado de su nombre». pág. 115.
 «[León de Greiff] cansado de la capital […] su plan consistía en abandonar la
poesía como lo había hecho Arthur Rimbaud cuando desapareció del mundo visible
y no volvió a escribir. Para él, esta era la prueba máxima de perfección, la
autocrítica que lo supera todo». pág. 115.
Valoración múltiple entorno a León de Greiff. Alape, Arturo et al., La Habana: Casa de las
Américas, 1995.

 «Desde su juventud era conocedor de Góngora, Quevedo y Cervantes; entre los


autores franceses prefería a Baudelaire […], Verlaine, Rimbaud, Víctor Hugo,
Aloysius Bertrand […] y el Conde de De Lautreamont; entre los poetas de habla
inglesa leía apasionadamente a Poe y entre los alemanes a Heine. Pero es obvio que
sus lecturas habituales también se especializaron por largos períodos en otros
géneros literarios como la novela (en donde Balzac, Stendhal, Tolstoi y
Dostoievski, eran los autores dominantes). […] Amante del exotismo lingüístico
era un conocedor de obras casi imposibles de conseguir por su rareza como el
famoso diccionario “Covarrubias” […] Entre los poetas latinoamericanos, admiró
especialmente a Rubén Darío y Porfirio Barba Jacob». pp. 155 – 156 (Gómez,
Eduardo).
 «Legris es un artista del verbo, un cerebral que pone la emoción estética por sobre
la emoción afectiva o sentimental». pág. 39 (Castillo, Eduardo).
 «Composiciones brumosas, sibilinas, casi criptográficas». pág. 39 (Castillo,
Eduardo).
 El amor de las palabras en sí mismas es un claro rasgo parnasiano.
 «Tergiversaciones es un “manual poético”, por la diversidad métrica de sus
composiciones». pág. 48 (Vásquez, Rafael).
 «No creer en nada es frecuentemente el secreto para construirlo todo». pág. 81
(Maya, Rafael).
 «Más mar que en todos los mares había y hay en esa balada [Balada del mar no
visto]». pág. 72. (Arciniegas, Germán).
 «Matías Aldecoa, bardo inédito, truculento, gerifáltico, pristino, ácrata, rimador de
libres fantasías; Leo Legrís, taciturno, lunar, hameltiano; y Gaspar von der Nacht,
atediado, brumoso, musicalizante, fáustico, en perenne trance de fuga…» pág. 192
(García-Prada, Carlos).
 « […] De Greiff trata de relacionar cada uno de esos yoes a un instrumento musical
[…] el fagot, de esplendentes resonancias, expresa el ánima de Matías Aldecoa; la
viola, de queja masculina, susurrante, expresa el ánima de Leo Legris; la tuba,
honda, monótona, obsesionante, expresa el ánima de Gaspar […]». pp. 192 – 193
(García-Prada, Carlos).

También podría gustarte