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10 malos hábitos que estás haciendo y que drenan tu

energía
Una de las mejores formas de incrementar tu productividad diaria es deshacerte de
hábitos que drenan tu motivación. Te quitan energía para enfrentarte a tu día a día y
disminuyen tus niveles de felicidad. Lo complicado es que la vida está llena de
distracciones.
Habiendo dicho esto, si dejas que las distracciones te consuman se te hará mucho más
difícil vivir. En lugar de eso, deberías buscar espacios en tu vida que puedas cambiar
para tener más energía y motivación. Hacerlo aumentará tus resultados y tu bienestar.
Aquí te dejamos 10 hábitos a los que deberías renunciar hoy mismo para incrementar de
manera dramática tu energía y tu motivación, lo que te llevará a tener un estilo de vida
mucho más productivo:

1. Preocuparte por lo que no puedes controlar


A lo largo de tu vida habrá tiempos difíciles y situaciones complicadas. Sin embargo,
preocuparte por lo que no puedes controlar no te sirve de nada.
No puedes controlar las decisiones que toma el gobierno ni un evento desafortunado que
pueda ocurrirte. Lo único que puedes hacer es decidir lo que harás a continuación.
Aunque es complicado deshacerse de la angustia y las perturbaciones de tu mente,
aceptar como inevitable lo que sea que haya pasado liberará una cantidad significativa de
energía y espacio mental.

2. Ser perfeccionista todo el tiempo


No todo será perfecto. Eso es inevitable. Habrá ocasiones en las que la perfección
importe, pero no serán la mayoría. Por lo tanto, no te permitas obsesionarte con la
perfección. Es algo que drena tu energía porque llevar algo del 95 por ciento al 100 por
ciento puede requerir tanto trabajo como llevarlo del 1 por ciento al 95 por ciento. Mejor
elige tus batallas. Liberarás mucha energía y aumentarás tu motivación.

3. Dejarte absorber por lo que les preocupa a otros


Siempre habrá gente hablando o quejándose por algo. Si es algo que a ti no te importa y
te dejas envolver, terminarás agotado.
Hasta pasar 20 minutos con tus amigos mientras se quejan de sus jefes te quitará
energía. Es cansado escuchar a gente negativa. Incluso puedes verte inclinado a pensar
lo mismo de tu jefe, aún cuando no sea tu caso. Si puedes, evita este tipo de situaciones.
No te distraigas ni te canses con cosas que a ti no te importan.

4. Ayudar a personas que no quieren ser ayudadas


Puede que alguien a quien quieras esté pasando por un momento difícil. Apoyarlos en la
medida de tus posibilidades es importante. Una vez dicho esto, es importante señalar
que no puedes cambiar a la gente. El cambio tiene que surgir de su interior.
Además es sumamente cansado apoyar a otros en momentos difíciles. Decidir a quién
ayudar queda a tu discreción, aunque es ilógico intentar ayudar en situaciones en las que
no puedes hacer nada. En ocasiones la gente rechaza la ayuda. En estos casos,
terminarás sintiéndote frustrado y cansado y la otra persona no se sentirá mejor.
Analiza cuándo se trata de una situación así. Hacerlo te ahorrará la energía que hubieras
invertido intentando ayudar cuando no lograrás gran cosa.

5. Poner demasiada atención a las acciones y palabras sutiles de los demás


Las palabras y acciones de los demás pueden desalentarnos. En algunos casos, esas
palabras y acciones pueden enseñarnos cosas sobre nosotros mismos que vale la pena
saber.
Pero en la mayoría de los casos, nos clavamos demasiado con eso. No te preocupes por
el tono del mensaje de texto que te mandó un amigo o por la pequeña interacción que
tuviste con ellos el otro día. Puede ser que sólo tuvieran prisa o estuvieran teniendo un
mal día.
Hay momentos para preocuparnos y pensar en estas palabras y acciones, pero elige tus
batalles y entiende que las cosas pequeñas suelen ser insignificantes.  Si no estás
seguro, en lugar de permitir que esto te moleste, sólo pregúntales si hay algo más de lo
que debas preocuparte.

6. Pasar tiempo con gente que te desmotiva


Desde hace algunos años me he rodeado de personas con las que realmente disfruto
estar. Esto no siempre fue así. Cuando empezaba mi carrera como emprendedor me
rodeaba de personas que sabían hacer dinero. Este fue un enfoque de vida erróneo. Me
odiaba a mí mismo todos los días. Temía no llenar sus expectativas. Esto siempre me
desmotivaba.
Mejor rodéate de personas que te levanten, gente que te acepte por  lo que eres. Yo
incluso sugeriría administrar tu calendario de forma que encuentres el tiempo para
convivir con ellos en persona. Éstos suelen ser los mejores momentos de mi vida.
Momentos por los que vivo y que me ayudan a superar los tiempos difíciles.

7. Hacer un trabajo que no disfrutas


Es inevitable tener trabajos que no nos gustan, de manera ocasional. Pero si se trata de
tu trabajo de tiempo completo, deberías intentar hacer algo al respecto. Trabajamos, en
promedio, 40 horas a la semana. Por lo general, mucho más que eso. Por lo tanto,
recomiendo arduamente encontrar un trabajo que ames. Pasar 8 horas diarias haciendo
algo que te cansa sin darte nada a cambio es sumamente contraproducente.
No digo que renuncies a tu trabajo, sino que trates de encontrar algo que disfrutes más
haciendo.

8. Saltarte el ejercicio
Es muy fácil apretar el botón de snooze en tu alarma o irte directo a tu casa después del
trabajo en lugar de ir al gym. Sin embargo, esto te hará sentir peor. El ejercicio libera
endorfinas, te da tiempo para relajarte y te hace sentir más saludable.
Saltarte el ejercicio es un hábito extremadamente negativo porque te quita todo. Por el
contrario, oblígate a ti mismo a ejercitarte varias veces a la semana. Puede ser difícil
motivarte en el momento, pero siempre valdrá la pena.

9. Pensar sobre eventos desafortunados que ya pasaron


Obsesionarnos con el pasado es fácil. Nos permite señalar culpables, inventar excusas y
desear otros resultados. Es similar a preocuparte por cosas que están fuera de tu control,
pensar en el pasado no te lleva a ningún lado. Sólo te quita la motivación que tienes en
el presente. Te hará sentirte mal sobre tu situación actual y desear que las cosas
hubieran sido diferentes.
Lo único que puedes hacer en este momento es seguir avanzando.

10. No saber decir que no


Todos sentimos esta abrumadora necesidad de complacer a los demás. Por eso es tan
difícil decir que no. Esto puede ser bueno en ocasiones, como cuando nos obliga a salir
de nuestra zona de confort. Sin embargo, la mayor parte del tiempo juega en nuestra
contra porque terminamos asumiendo demasiadas responsabilidades o haciendo
demasiadas cosas que no queremos hacer.
La solución es aprender a decir que no. La transición es difícil al principio, pero la gente
empezará a respetarte por esto. Además te dará mucho más tiempo y poder para
comprometerte con otras cosas que sí quieras hacer.

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