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Todo «juego» tiene sus propias reglas y su propia definición de lo que significa ganar. Algunos equipos miden su éxito
en puntos anotados, otros en utilidades. Aun otros podrían ver la cantidad de personas a las que sirven. Pero no importa
de qué se trate el juego, siempre hay un marcador. Y si un equipo ha de lograr sus metas, debe saber dónde está parado.
Se debe evaluar a la luz del marcador. Los equipos que triunfan hacen ajustes para constantemente mejorarse tanto
ellos mismos como sus situaciones.
Ningún equipo puede ganar si pasa por alto la realidad de su situación Crecimiento = Cambio (en la dirección adecuada).
Evaluándose a sí mismo y a sus compañeros de equipo (Retroalimentación). Si usted dirige el equipo tiene la
responsabilidad primordial de revisar el marcador y de comunicar la situación del equipo a sus miembros. Esto no
necesariamente significa que usted lo obtenga todo por sí mismo, sino que deberá asegurarse de que los miembros del
equipo continuamente evalúen, hagan ajustes y tomen decisiones tan rápido como sea posible. Esa es la clave para
vencer.
Un gran iniciador por sí solo no es suficiente si un equipo quiere ir al nivel superior. Cualquier equipo que desee
sobresalir debe tener tanto buenos sustitutos como buenos iniciadores. Quizás usted pueda hacer algunas cosas
maravillosas con solo un puñado de personas sobresalientes, pero si quiere que su equipo triunfe en un largo trayecto,
debe formar su banca. Un gran equipo sin banco finalmente fracasa.
Iniciadores son los individuos de primera línea que directamente añaden valor a la organización o que influyen en su
curso de forma directa. La banca está constituida por las personas que indirectamente añaden valor a la organización o
que apoyan a los iniciadores con lo que hacen.
“Todo el equipo gana cuando a cada individuo se le permite trabajar en su área de fortaleza”
La ley de la identidad