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DOSSIER

El chivo expiatorio
Julio Valdeón Baruque
pág. 70

Matanza en las
juderías
Emilio Mitre Fernández
pág. 76

Pánico en la aljama
Asunción Blasco
Martínez
pág. 82 Judíos identificados con la rodela obligatoria (Mural del trascoro de la Catedral de Tarragona).

Antisemitismo en la Península
EL AÑO DE LA IRA
En el verano de 1391, el fanatismo de un fraile de Sevilla fue la chispa
que prendió fuego a un rosario de carnicerías y saqueos de las comunidades
judías por los reinos cristianos peninsulares. Miles de personas fueron
asesinadas o vieron sus hogares arrasados por las turbas. Los judíos
españoles nunca se recuperaron del terrible golpe, que precedió en un siglo
a su expulsión definitiva, en 1492
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DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

El chivo
EXPIATORIO
Por su condición de prestamistas o recaudadores de
impuestos, desde el siglo XIII la mentalidad popular
tildó a los judíos de usureros, cobardes y traidores.
Julio Valdeón investiga el caldo de cultivo que
facilitó la explosión de ira antijudía de 1391

E
n el mes de junio de 1391, aceptaba en suelo cristiano era sólo contra los judíos establecidos en los rei-
la ciudad de Sevilla fue testi- porque, según las profecías, llegaría el nos de Castilla y León.
go de una violenta explosión día en que reconocerían sus errores y Paralelamente, fue creciendo la hos-
de antijudaísmo, rápidamen- abrazarían la fe cristiana. Ese argumen- tilidad de la gente menuda hacia los ju-
te propagada al resto de los territorios to, predicado día tras día por los cléri- díos, como consecuencia, ante todo,
hispánicos. Aquel terrible aconteci- gos desde los púlpitos, terminó por al- de la dedicación de ciertos sectores de
miento supuso la ruptura definitiva de canzar un profundo arraigo en la men- la comunidad hebraica al comercio del
la coexistencia que, hasta esas fechas, talidad popular. dinero, lo que los convertía en unos
habían mantenido las comunidades También jugaron su papel las deci- casos en recaudadores de impuestosy,
cristiana y judía de los reinos de His- siones adoptadas en el Concilio de Le- en otros, en prestamistas. Sin duda, los
pania. Sin duda, las predicaciones in- trán del año 1215, entre las cuales fi- judíos de sólida posición económica
cendiarias llevadas a cabo en los años guraba la de exigir a los judíos de to- no pasaban de ser una minoría, pero
anteriores por el clérigo sevillano Fe- dos los territorios cristianos que lleva- ello no impedía que se acusara a la co-
rrán Martínez desempeñaron un papel ran una señal distintiva, con objeto de munidad en su conjunto de lo que só-
decisivo en el estallido de aquel pol- poder reconocerlos públicamente. Es lo era realidad de unos pocos, pues,
vorín. Pero los dramáticos sucesos del evidente que esas medidas no fueron como ha señalado atinadamente el
año 1391 no pueden entenderse si cumplidas en los reinos cristianos de profesor Luis Suárez, “cuando se con-
prescindimos de sus precedentes, los Hispania, pero la Iglesia las recordaba templa una comunidad con recelo, los
cuales, obviamente, hundían sus raí- de cuando en cuando. pecados de unos pocos de sus miem-
ces en anteriores etapas. bros se atribuyen a la totalidad”.
Las comunidades judías, asentadas Un distintivo para los judíos Así las cosas, como mínimo desde el
desde mucho tiempo atrás en los reinos El sínodo de los obispos de la provin- siglo XIII existía una indudable corrien-
cristianos de Hispania, gozaban de am- cia compostelana, que tuvo lugar en te de antijudaísmo popular en los reinos
plia autonomía, tanto en el terreno po- Zamora en el año 1312, pidió, entre cristianos de Hispania. Se había ido
lítico-administrativo como en el judicial otras cosas, una total separación de los construyendo, poco a poco, un estere-
y en el religioso. Ahora bien, la Iglesia judíos, pero también que los hebreos otipo del hebreo, al que se le represen-
no había dejado de recordar que los he- llevaran una señal distintiva y que no taba pictóricamente con aspecto repul-
breos habían sido los culpables de la desempeñaran oficios desde los que sivo y, por supuesto, con la típica nariz
muerte de Cristo, lo que explica que se ejercieran autoridad sobre los cristia- aguileña. Paralelamente, fue cobrando
les denominara “deicidas”. Si se les nos, ni practicaran la medicina sobre cuerpo la idea de que los judíos eran
éstos. Los concilios de los años si- soberbios, sucios, astutos, cobardes y
JULIO VALDEÓN BARUQUE es catedrático de guientes, como el de Valladolid de 1322 traidores, a la par que usureros. Un judío muestra un cuadro de la Virgen robado de una iglesia, en una viñeta de las Cantigas de Santa María, de Alfonso X el Sabio. La ilustración
Historia Medieval, Universidad y el de Toledo de 1323, siguieron en la El judío, identificado con frecuencia de este sacrilegio imaginario da medida de la imagen tópica del judío en el siglo XIII: un enemigo de la Iglesia, distinguible por su enorme nariz.
de Valladolid. misma línea, pidiendo medidas severas con el mismísimo diablo, se convirtió, En la página opuesta, imagen de un judío que ilustra una capitular del Lapidario, también compilado por Alfonso X.

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EL CHIVO EXPIATORIO
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

El origen de la presencia judía

L a presencia judía en España se re-


monta probablemente a la gran
diáspora que siguió a la destrucción del
tanto, un motivo de alegría para la mi-
noría judía en la Península.
Hay pocos datos de la presencia judía
Templo de Jerusalén por el emperador en la España musulmana antes del siglo
Tito, en el año 70 d.C. Para principios X. A partir de esa fecha, las ciudades de
del siglo IV está ya comprobado que la Córdoba, Granada, Sevilla, Lucena, Mé-
presencia de judíos en España era muy rida, Beja, Almería, Jaén o Calsena con-
numerosa, como recogen con preocupa- taban con juderías importantes, como
ción las actas del Concilio de Elvira, ocurría en Toledo, que se mantuvo sin
que piden separar a cristianos y judíos e cambios al pasar la ciudad a manos cris-
impedir el proselitismo de éstos. tianas. Los judíos ocuparon cargos de re-
La discriminación deliberada, sin lieve en la corte califal de Córdoba y en
embargo, no comienza hasta la conver- la administración del Estado y, en gene-
sión de Recaredo al catolicismo. A par- ral, su situación fue privilegiada en los
tir de ese momento, los monarcas visi- reinos de Taifas tras la caída del califato.
godos siguen una política antijudía que El fanatismo religioso de los almorávides
culmina en el año 694, durante el rei- y de los almohades hizo que al final los
nado de Egica, que reduce a la esclavi- judíos escogieran el camino de la huida
tud a toda la población judía y confisca hacia el norte cristiano, con lo que el
sus bienes. centro de la vida judía en la Península
La llegada de los árabes supuso, por pasó así a Castilla y Aragón.

por lo tanto, en el enemigo imaginario el call judío de Barcelona. Posterior- Trastámara, hijo bastardo de Alfonso En 1355, según la versión transmitida
del cristiano. Esa corriente de animad- mente la violencia se desató sobre las XI. El príncipe Enrique ondeó abierta- por el cronista Pedro López de Ayala,
versión popular contra los judíos, sin juderías de Cervera y Tárrega y, en me- mente la bandera del antijudaísmo, los soldados del bastardo que lucha-
embargo, se mantuvo soterrada, debido nor medida, las de Lérida y Gerona. sin duda porque pensaba que con esa ban contra Pedro I por el control de
a la expansión generalizada vivida en la Tal y como señaló en su día el hispa- actitud atraería más fácilmente a su Toledo “comenzaron a robar una jude-
decimotercera centuria, así como a la nista francés Jean Gautier-Dalché, “la causa a las masas populares. ría apartada que dicen el Alcana, e ma-
protección de los reyes a la citada co- peste sirvió de pretexto para arreglar De ahí la afirmación hecha en su taron los judíos que fallaron fasta mill
munidad. cuentas”. Los hebreos se convirtieron día por Américo Castro de que lo ocu- e doscientas personas, omes e muge-
Las cosas cambiaron profundamente, en el chivo expiatorio, al que se acusa- rrido en 1391 pudo ser la consecuen- res, grandes e pequeños”. En 1360, los
no obstante, en el transcurso del siglo ba de haber originado aquella catástro- cia del antijudaísmo exacerbado que combatientes del bando trastamarista,
XIV, que fue testigo de grandes catás- fe. Los judíos, según el cronista francés manifestó Enrique de Trastámara en al llegar a la localidad de Nájera, tam-
trofes, como la difusión de la Peste Ne- Jean de Venette, habían infectado las tiempos de la guerra que sostuvo con bién según la versión de López de Aya-
su hermanastro Pedro I de Castilla. la, “ficieron matar a los judíos”, aña-
Los soldados que combatían al lado diendo a continuación el mencionado
La Peste Negra, las malas cosechas y las del príncipe bastardo ya dieron mues- cronista que “esta muerte de los judíos
guerras intestinas en el siglo xiv tras de hostilidad hacia los judíos en fizo facer el Conde Don Enrique por-
los conflictos que tuvieron lugar en que las gentes lo facían de buena vo-
desenterraron la animosidad antijudía 1355 en la ciudad de Toledo y en luntad”. La violencia desatada contra la
Judíos hispanos del siglo XV, representados por Jaume Huguet con todo detalle en el Retablo de
los Esparteros, que se conserva en el Museo de la Catedral de Barcelona.
1360 en la zona de La Rioja. judería de Nájera se propagó, días des-
gra, la abundancia de “malos años”, lo aguas y los pozos y corrompido el aire. pués, a la de Miranda de Ebro. braica de la sinagoga toledana del judíos, primero en Burgos, luego en
que tenía su traducción en las malas co- La acusación, obviamente, no tenía el Pero fue a raíz de la invasión de Cas- Tránsito, erigida en los años 1357-1358, Toledo y posteriormente en otras jude-
sechas, y la frecuencia de las guerras in- menor fundamento, pero contribuyó a tilla por las tropas trastamaristas y de elogiaba al monarca castellano. ¿No rías. En la primavera del año 1366, des-
testinas, cuyas principales víctimas eran propagar el odio de la gente menuda su aliado, el caudillo bretón Beltrán du dedicó asimismo el rabino Sem Tob de pués de su entrada en Burgos, el bas-
las masas populares. contra los hebreos. Guesclin, acontecimiento fechado en la Carrión sus Proverbios morales a Pedro tardo exigió a la comunidad hebraica
La propagación, a mediados del siglo primavera del año 1366, cuando el an- I de Castilla? El príncipe bastardo utili- la entrega de un cuento de maravedí-
XIV, de la terrible epidemia conocida Guerra dinástica en Castilla tijudaísmo pasó a primer plano. Enri- zó esos argumentos para intentar desa- es. Los judíos burgaleses “se vieron
como Peste Negra, causante de una ele- Pero quizá fue aún más importante, que de Trastámara acusaba al rey don creditar a su hermanastro, al que pre- precisados para ejecutar el pago a ven-
vada mortandad, derivó en muchos te- por lo que al incremento del antijuda- Pedro de proteger descaradamente a la sentaba como filojudío. der todas las coronas y adornos de pla-
rritorios de la Europa cristiana, entre ísmo popular se refiere, la guerra que comunidad judía. Uno de los principa- Mas no sólo se trataba de propagan- ta de los libros de la Ley”, según un
ellos en los países de la Corona de Ara- estalló en la Corona de Castilla, unos les colaboradores con que contó dicho da ideológica por parte del príncipe cronista de la época. Un mes más tar-
gón, en el asalto a las juderías. En mayo años más tarde, entre el monarca Pe- Los enemigos de Pedro I le presentaron como monarca fue el judío Samuel Leví. bastardo. Enrique de Trastámara impu- de, la sanción económica recaía sobre
de 1348, las masas populares asaltaron dro I y su hermanastro Enrique de filojudío. Litografía que representa su muerte. Por otra parte, una inscripción he- so fuertes sanciones económicas a los la judería de Toledo. Nuevas imposi-

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EL CHIVO EXPIATORIO
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

ciones estableció Enrique II, en los ovetense en el año 1377, propiciaron


años siguientes, sobre las principales el violento ataque lanzado por la gente
juderías de la Corona de Castilla. menuda de Valencia de Don Juan con-
Así, por ejemplo, cuando, en la pri- tra la sinagoga de aquella población.
mavera del año 1369, Enrique II logró
entrar en Toledo, exigió a los hebreos Artesanos malqueridos
de aquella ciudad el pago de 20.000 do- Por las mismas fechas, se produjo un
blas de oro. El primer Trastámara esta- conflicto en Logroño entre el cabildo
bleció “que vendades en almoneda pú- de los artesanos cristianos de aquella
blicamente... los cuerpos de todos los ciudad y la comunidad judaica, en con-
judíos e judías de la aljama de Toledo e creto contra determinados hebreos que
los bienes muebles e rayzes fasta con- actuaban como zapateros. Enrique II
plimiento de veinte mil doblas de oro”. falló a favor de los artesanos judíos,
Ahora bien, lo más grave de todo fue pero el concejo de Logroño no acató la
la violencia ejercida por los soldados decisión regia, lo que explica que, ape-
trastamaristas contra diversas juderías. nas elevado al trono Juan I, volviera a
El testimonio más dramático nos lo la carga contra los hebreos.
ofrece la de Briviesca, en donde –según No menos significativo resulta el he-
la versión del cronista hebreo Samuel cho de que la mayor parte de los plei-
ibn Zarza– toda la comunidad hebraica tos habidos entre 1369 y 1391 entre
fue aniquilada, pues “no quedó de ellos cristianos y judíos se fallara a favor de
ni uno solo entre los doscientos padres Representación de un judío, identificable por la rodela obligatoria desde principios del siglo Un matrimonio judío, en una ilustración de Viuda judía, en un manuscrito italiano de los primeros. Así lo vemos en el litigio
de familia que residían allí”. XIV, en el mural del Trascoro de la Catedral de Tarragona. un manuscrito de Parma de 1415. 1470 (Jerusalén, Museo de Israel). mantenido por el deán y cabildo de la
catedral de Sevilla contra un grupo de
Expolio y destrucción ca de la dinastía Trastámara, al mismo propio Enrique II hubo de manifestar, dureza que en la sesión anterior. Los tricida (1369) y el estallido de la vio- judíos de aquella ciudad, resuelto a
Muy representativo del clima creado tiempo, trató de proteger a los judíos en un momento dado, que nunca a procuradores de las ciudades y villas pi- lencia en Sevilla (1391) fueron testi- favor de los cristianos en el año 1377,
en aquella guerra fratricida es lo suce- de los continuos ataques de que eran los reyes de Castilla les habían hecho dieron en esas Cortes, entre otras cosas, gos del imparable progreso de la hos- pero también en el pleito entre la co-
dido en la villa de Valladolid, en don- víctimas. los representantes del tercer estado que los judíos “biviesen señalados e tilidad del estamento popular hacia munidad hebraica de Toledo y el ca-
de importantes sectores del común se Con ello no hacía sino continuar la peticiones similares. En las Cortes de apartados de los christianos... e que tro- los judíos. Los ejemplos que pueden bildo catedralicio de la ciudad del Ta-
manifestaron al grito de “¡Viva el rey política desarrollada por sus anteceso- Toro de 1369, el primer Trastámara se xiesen señales... e que non oviesen aducirse a este respecto son muchos. jo, decidido igualmente, en el año
don Enrique!”, para dirigirse inmedia- res con respecto a la comunidad he- vio obligado a salir en defensa de la ofiçios ningunos... nin fuesen arrenda- En el año 1375, tuvo lugar en la cate- 1385, del lado de los cristianos. Unos
tamente contra la judería, expoliando braica. Pero los ánimos estaban muy comunidad hebraica, afirmando que dores de las nuestras rrentas... nin tro- dral de Ávila una controversia públi- años antes, en 1379, doña Juana, reina
las casas de los hebreos y destruyen- exaltados, en buena medida como “nuestras aljamas de los judíos están xiesen tan buenos paños... nin cabalga- ca con los judíos, en la que intervino de Castilla y señora de la villa de Va-
do sus sinagogas, al tiempo que cogí- consecuencia del antijudaísmo que el pobres e menesterosas, por quanto sen en mulas... e que ningunos... ovie- por parte cristiana el converso Juan lencia de Don Juan, ordenaba que la
an todas las coronas y adornos de pla- propio Enrique había aireado en los non an cobrado ninguna cosa de lo sen nombres de christianos”. Enrique II de Valladolid y por parte hebraica, el sinagoga nueva de aquella localidad
ta y hacían pedazos los libros de la años anteriores. El príncipe bastardo suyo en grant tiempo acá”. accedió a algunas de las solicitudes pre- médico y escritor Moisés ha-Cohen de fuera incautada y convertida en iglesia
Ley judaica que caían en sus manos. había abierto las compuertas del em- sentadas en las Cortes, pero hizo oídos Tordesillas. cristiana.
En definitiva, los años de la guerra balse que contenía las aguas hostiles a Siervos del rey sordos a otras peticiones, como la de Dicha disputa, al igual que las que En definitiva, en las últimas décadas
fratricida entre Pedro I y Enrique de los hebreos y, aunque después del El monarca castellano intentaba prote- del siglo XIV el clima antijudío había
Trastámara fueron –en opinión del año 1369 intentó contenerlas, le resul- ger a un grupo de población, los judíos, cobrado una fuerza increíble en los rei-
cronista hebreo Menahem ben Zerak– tó de todo punto imposible. que tenía una especial vinculación con “Allí vienen los judíos, que están nos hispánicos, y en particular en la
“un tiempo de tribulación para todos
los judíos de Castilla”. Otro cronista
Por de pronto, las Cortes castellano-
leonesas lanzaron una ofensiva contra
él, por cuanto se les consideraba servi
regis. No obstante, las Cortes de 1371
aparejados para beber la sangre de los Corona de Castilla. Así lo puso de re-
lieve, de forma poética, el canciller Pe-
hebreo, Josef ha-Cohen, afirma que los judíos de tal envergadura que el volvieron a la carga, si cabe con mayor pobres cuytados”, escribía López de Ayala dro López de Ayala, en su conocida
“el malvado don Enrique agravó sobre obra Rimado de Palacio, al escribir
ellos –los judíos– su yugo”. que los judíos no tuvieran oficios ni se desarrollaron en años posteriores, aquello de: “Allí vienen judíos, que es-
Ahora bien, desde el momento en el Un rosario de agresiones arrendasen las rentas reales. tanto en la Corona de Castilla como tán aparejados para beber la sangre de
que Enrique II se instaló definitiva- Así pues se había producido una cla- en la de Aragón, sirvió para exaltar los pobres cuytados”.
mente en el trono de Castilla –lo que
sucedió a finales de marzo del año
1369, a raíz del asesinato de Pedro I
L as matanzas de 1391 habían tenido
una larga serie de precedentes en la
península. En 1277 se había llevado a
En 1328, en Estella, un fraile fran-
ciscano amotinó al pueblo acusando a
los judíos de deicidas. Muchos judíos
ra disociación entre la postura del mo-
narca castellano, decidido a proteger a
los hebreos, y el antijudaísmo popular,
hasta límites inverosímiles la fe cris-
tiana, pero al mismo tiempo para con-
denar drásticamente al judaísmo. Un
Las virulentas predicaciones del ecle-
siástico sevillano Ferrán Martínez, lle-
vadas a cabo desde los últimos años
en Montiel– cambió radicalmente su cabo el saqueo del barrio judío de Pam- fueron asesinados y otros huyeron de la cuya fuerza era cada día mayor. Esa di- suceso de naturaleza muy distinta fue del reinado de Enrique II de Castilla,
actitud hacia los judíos. Por de pron- plona. Cincuenta años después, en 1321, ciudad. Veinte años después hubo de sociación se puso asimismo de mani- el que aconteció en el año 1379 en la no hicieron sino avivar la chispa del
to, un miembro de la comunidad he- los últimos participantes en la Cruzada nuevo motines en Tudela. Curiosamen- fiesto en las reuniones de Cortes de los villa de Valencia de Don Juan, locali- fuego que se había encendido años
braica, Yuçaf Pichon, era, en el año de los Pastorcillos, venidos de Francia, te, la paz volvió a Navarra, donde se re- años posteriores, tanto del reinado de dad que pertenecía a la diócesis de atrás contra la comunidad hebraica. Su
1371, contador mayor del rey de Cas- cometieron matanzas de judíos en Jaca, fugiarían muchos judios castellanos y Enrique II como de su hijo y sucesor Oviedo. resultado es de todos conocido: los su-
tilla y, al año siguiente, almojarife ma- Montclús y Pamplona, hasta que fueron aragoneses, huyendo de las persecucio- en el trono de Castilla, Juan I. Las duras disposiciones antijudías cesos que estallaron en la que fuera
yor “e facedor de las rentas de todos rechazados por tropas aragonesas. nes de 1391. Las dos décadas largas que transcu- promulgadas por el prelado don Gu- capital del Imperio almohade en junio
los nuestros reinos”. El primer monar- rrieron entre el final de la guerra fra- tierre, que había accedido al obispado del año 1391. n

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DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

MATANZA
en las juderías
Un judío es entregado
a las llamas en una escena
del Retablo de la Santísima
Trinidad de Vallbona de les
Monges (página opuesta,
Barcelona, MNAC). Viñeta
de las Cantigas, que
muestra judíos matando
un niño y arrastrando
el cadáver, izquierda.

E
xplosiones antijudías en la masas y el de signo culto heredero de pecial protección, de la que se echaba
Península Ibérica se dieron en una tradición que se remontaría a los mano –pese a las reiteradas disposicio-
distintos momentos del Me- Padres de la Iglesia?. Más bien se ali- nes en contra– para funciones tan di-
dievo, pero la de la primave- mentan mutuamente. versas como la gestión de finanzas o el
ra-verano de 1391 fue la de mayor ca- Basta para ello tomar el ejemplo del ejercicio de la medicina. Sus creencias
pacidad de contagio y virulencia más canciller y cronista Pedro López de y sus prácticas religiosas, aunque tole-
desmedida. En la conciencia histórica Ayala, quien redacta el grueso de su radas, merecían una marcada reproba-
del pueblo hebreo, esta fecha tuvo un obra por los años en que se viven los ción; la imagen que de los judíos se da
sentido tan traumático como la del 70 sucesos de 1391 y sus secuelas. Por su en las Partidas no necesita mayores
–destrucción del Templo de Jerusalén nivel cultural y altas responsabilidades comentarios. Legislación civil y legisla-
por Tito– o la del 1096, cuando los desempeñadas, difícilmente podía este ción eclesiástica se hacen mutuos prés-
cruzados populares de Pedro el Ermi- personaje –y otros muchos de signifi- tamos a la hora de definir la política
taño promovieron horribles matanzas. cado similar– dar pábulo a supercherí- hacia ese peculiar pueblo.
Resulta operativo el esquema fijado as que presentaban a los judíos como
por Julio Valdeón, quien habla de la asesinos rituales, envenenadores de Persuadir y no coaccionar
formación de un “frente antijudío” en fuentes, profanadores de hostias, pro- Siguiendo una tradición que, al menos,
cuya génesis no vamos a extendernos. pagadores de la peste, etc... Tampoco se remontaría al papa Gregorio Magno
Nos limitaremos simplemente a desta- podía el canciller –hombre de orden al (en torno al 600), su conversión debía
car el protagonismo de determinadas fin y al cabo– aprobar la violencia in- ser objeto más de la persuasión que de
fuerzas que, dotadas de consistencia ya controlada contra una minoría religio- la coacción. Esa política fue endure-
mucho antes de 1391, tuvieron grave sa. Sin embargo, ello no sería obstácu- ciéndose, en especial a partir de los
responsabilidad en los desgraciados lo para que en una de sus más famosas concilios de Letrán III (1179) y IV
sucesos. obras –el libro Rimado de Palacio– se (1216). Precisamente, pocos años antes
El furor antijudío que, como la pólvora, recorrió Hubo, evidentemente un antijudaís-
mo popular reflejado y difundido en
explayara con algunos tópicos:
“Allí vienen judíos, que están
del estallido de 1391, el concilio “na-
cional” de Palencia de 1388, presidido
en el verano de 1391 la Corona de Castilla, dejó variados testimonios literarios y expre- aparejados por el cardenal don Pedro de Luna
sado, asimismo, en las quejas de los para bever la sangre de los pobres (más adelante, papa de Aviñón Bene-
unos marcados rastros en la sociedad y preludió procuradores en Cortes contra los abu- cuitados... dicto XIII) recuerda que judíos –y sa-
sivos préstamos judíos. ¿Hasta qué e tienen para esto judíos muy sabidos rracenos– no deben ser objeto de abo-
la solución final: la expulsión de 1492. punto difieren este antijudaísmo de las para sacar los pechos e los nuevos minación por parte de los cristianos,
pedidos”. pero éstos deben mantener el menor
Emilio Mitre revive aquellos trágicos meses EMILIO MITRE FERNÁNDEZ es catedrático La actitud de la realeza no fue menos contacto posible con ellos.
de Historia Medieval de la Universidad ambigua. Los judíos era una “propie- Las medidas restrictivas respaldaron
Complutense de Madrid. dad de la Corona”, objeto de una es- un clima de animadversión atizado por

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MATANZA EN LAS JUDERÍAS
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

ciertos predicadores convencidos de cas de Ferrán Martínez. Como lo fue


que el plazo para la conversión de los también la autoridad real que, mal que
judíos había tocado ya a su fin. Para bien, trató de imponer sus derechos
los proselitistas más ardientes, la per- frente a los alegados por el arcediano.
manencia de la fe hebraica era produc- Esas dos barreras cayeron en los meses
to de una obstinación tan perversa co- siguientes. El 7 de julio de 1390, moría
mo la de los herejes en el manteni- Pedro Gómez Barroso y Ferrán Martí-
miento de sus errores. nez se hacía cargo de la administración
A caballo entre la predicación y la de la diócesis. El 9 de octubre del mis-
pura y simple invectiva está la labor mo año, fallecía en accidente ecuestre
acometida, desde mucho antes del de- en Alcalá de Henares Juan I. Dejaba
sastre de 1391, por el arcediano de Éci- como heredero a un niño –Enrique III–
ja Ferrán Martínez, inductor y prota- para cuya regencia se empezó a tejer
gonista de los más execrables hechos. todo tipo de intrigas. La crisis abierta
Su intemperancia le haría acreedor de convertiría a los judíos castellanos en
serios enfrentamientos con sus supe- su principal víctima.
riores jerárquicos y con el poder civil.
Ya en 1378, un albalá de Enrique II le Conmoción religiosa y social
recuerda que “los judíos son de nues- El epicentro de la conmoción antijudía
tra cámara” y que no tenía derecho a solo podía ser Sevilla. Hubo un “ensa-
proceder contra ellos sin mandamien- yo general” promovido el 15 de marzo,

las prédicas de Ferrán martínez en Sevilla


calaron en las turbas de “matadores
Enrique III puso bajo su protección
de judíos” el 6 de junio a los judíos de la aljama de Burgos. Árabes y judíos de Toledo en un mural de la Edad Media, reproducido en una litografía del siglo XIX, que ilustra una obra de J. Amador de los Ríos.

to real. Las admoniciones se repitieron que las autoridades locales lograron so- Palencia y Carrión. Un significativo des- mentos puntuales que el homicidio ge- robar la judería e matar los judíos den- voso, a causa de las últimas aventuras
con Juan I, entre 1382 y 1383. focar. La insistencia de Ferrán Martínez tino será el de la comunidad judía de neralizado. Aunque la ola antijudía, de”. Otros testimonios hablan de los militares de la realeza castellana. Auto-
A ellas, Ferrán Martínez replicaría de- daría su fruto en los meses siguientes: el Burgos. El 16 de junio, en plena ebulli- contagiada a la Corona de Aragón, re- asaltantes de las juderías castellanas res actuales (Valdeón, Monsalvo, McKay
fendiendo su actitud y justificando el 6 de junio, las hordas de “matadores de ción del pogromo, Enrique III escribía mitiera desde mediados de agosto, sus como de “omes rosticos e de poco en- y Wolf) sitúan así el pogromo de 1391
proyecto de destrucción de las “veyn- judíos” tomaban por asalto el barrio ju- al concejo de la ciudad para que toma- efectos serían traumáticos. tendimiento”. Vagabundos y galeotes, en el marco de las conmociones socia-
te e tres sinagogas que están en la ju- dío de Sevilla, causando daños irrepara- ra medidas de precaución. ¿Hasta qué punto los asaltos a las ju- también de ascendencia castellana, ati- les que vive la Europa del Bajo Medie-
dería de esta Cibdat (Sevilla) adeifica- bles. En los días 8 y 9 de junio, la jude- El 20 de julio, el rey colocaba bajo su derías fueron expresión de una con- zarían la furia popular antijudía en ciu- vo. Resulta por ello de interés evaluar
das contra Dios e contra derecho”. En ría de Córdoba sufrió un destino similar. salvaguarda a la aljama de la capital cas- vulsión social, en la que las motivacio- dades de la Corona aragonesa como los comportamientos de las oligarquías
1389, el arzobispo Pedro Gómez Ba- Andújar, Montoro, Jaén, Úbeda, etc... tellana. Que el ayuntamiento se brinda- nes religiosas actuaron sólo como sim- Valencia o Barcelona. locales ante los graves sucesos.
rroso llegó a amenazar de excomunión conocieron también suerte parecida. ra a los regentes del monarca para que ple pretexto para el pillaje y los ajustes En Sevilla, el primer intento fue abor-
al arcediano, no sólo por su intempe- Al norte de Despeñaperros les llegaría en la ciudad se celebrara una reunión de cuentas? El canciller Ayala diría, en Alteraciones en toda Europa tado por el alguacil mayor, Alvar Pérez
rancia verbal sino también ¡por cues- el turno pronto a las comunidades he- de Cortes permite inferir una situación su Crónica de Enrique III, que “la cob- Todo pogromo desata el odio soterrado de Guzmán, secundado por su primo,
tionar que los propios papas tuvieran breas de Ciudad Real, Toledo, Madrid, de relativa calma. Contra lo expresado dicia de robar los judíos crecía cada de unas masas contra quienes, fácil chi- el conde de Niebla, aunque no se atre-
autoridad para conceder a los judíos li- Escalona, Huete y Cuenca. Aunque no por algunos autores judíos –del pasado día”; y que hubo “cobdicia de robar vo expiatorio, consideran causantes de vieran a castigar a fondo a los amotina-
cencia para construir sinagogas! fáciles de evaluar, los daños debieron y del presente– estudiosos como Fran- mas que devoción”. De Mula y Orihue- sus desgracias. Eran, además, hermanos dos. En los meses siguientes, el prime-
El prelado hispalense fue sin duda ser menores al otro lado del Sistema cisco Cantera piensan que en Burgos se la –ésta última, en la Corona de Ara- de religión de quienes actuaban como ro fue sustituido en su cargo por Pedro
una barrera para las incendiarias prédi- Central: casos de Valladolid, Zamora, daría más un robo sistemático en mo- gón– se dice que las turbas “querían agentes de un fisco particularmente gra- Ponce de León, que no pudo –o no qui-

CRONOLOGÍA DE LOS POGROMOS DE 1931

15 de marzo 8 de junio tiva, Gandía, Castellón y Burria- octubre, para mantener su


Hay un ensayo de ataque a la La persecución alcanza la jude- na antes de hacerlo a Mallorca, protección a la aljama de
juderia de Sevilla que fue so- ría de Córdoba. La siguen las Barcelona, Lérida y Gerona. Zaragoza.
focado. de Andújar, Jaén, Úbeda, Ciu-
dad Real, Toledo, Madrid, Esca- 20 de julio Septiembre
6 de junio lona, Huete, Cuenca, Vallado- Enrique III toma bajo su pro- Se tapian y cierran las puertas
La turba hace suya la prédica lid, Zamora, Palencia y Carrión. tección la aljama de Burgos. de la judería de Burgos para
de Ferrán Martínez, que pide mayor seguridad, aunque lo
que se destruyan las 23 9 de julio Finales de agosto peor parece haber pasado.
sinagogas de la ciudad de Judío en una gárgola (Generalitat Los disturbios llegan a Valen- Un rincón del call de Gerona, Juan I decide prolongar su Privilegios de Gerona, Unos judíos recogen dinero, en
Sevilla. de Cataluña, Barcelona, siglo XV). cia. De ahí, pasan a Alcira, Já- construido en el siglo XIII. estancia en Zaragoza hasta recopilación de 1510-1513. una viñeta de las Cantigas.

10 11
MATANZA EN LAS JUDERÍAS
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

so– frenar el desastre. En Murcia, el de malestar social y motivaciones vaga- manejo de cifras. Aún hoy en día, se si- sennal de paño vermejo” que deberían
obispo Fernando Pedrosa y la familia
gobernante en ese momento –el clan de
mente religiosas: algunos barrios de
moros, como los de Escalona y Toledo,
guen repitiendo similares lugares co-
munes. Así, se ha aventurado un nú-
Matar niños y profanar hostias llevar prendida en sus ropas. Netan-
yahu, aunque no aporte pruebas con-
los Manuel– evitaron los excesos. En fueron también víctimas del populacho. mero de 25.000 conversos para Sevilla cluyentes, considera como inductor de
Córdoba y en Jerez, en cambio, los
amotinados asaltaron la judería y ade-
más se levantaron “los menudos contra
La ira contra el musulmán no fue ma-
yor, por miedo –dice Ayala– a represa-
lias contra los cristianos cautivos en el
después de 1391 (Netanyahu), cuando
la población total de la ciudad en
aquellos años (según rigurosas inves-
T anto en España como en Europa,
una de las acusaciones sin pruebas
que se hacía de cuando en cuando con-
ragoza buscaron y encontraron al niño,
que se hallaba en perfecto estado de sa-
lud, y el rey tuvo que reprender severa-
estas medidas al antiguo rabino mayor
de Burgos, Selomoh ha-Levi, converti-
do al cristianismo con el nombre de
los grandes e echaronlos fuera e pusie- reino de Granada. tigaciones de autores como J. González tra los judíos era la de que asesinaban mente al municipio. Pablo de Santa María.
ron ellos otros oficiales por si”. Casi una o A. Collantes de Terán) estaría muy niños ritualmente. En España, la pri- Otra de las acusaciones habituales
revolución social. Las secuelas inmediatas por debajo de esa cifra. mera acusación de este tipo, como estu- contra los judíos era que se entregaban El ascenso del buen converso
Al otro lado de Despeñaperros, los Las referencias a cifras de víctimas son Exageraciones al margen, el pasaje de dia Joseph Pérez, tiene lugar en Zara- a prácticas de profanación de hostias. En Se sigue debatiendo sobre la fecha de
poderes locales actúan de forma desi- siempre vagas y de muy dudosa fiabili- Ha-Kohen muestra cómo impactó el po- goza a mediados del siglo XIII. A fina- 1367 se ejecutó a tres judíos en Barcelo- su deserción, si antes de 1391 o en el
gual. En Hita y Buitrago, los judíos pa- dad. A fines del siglo XV, el cronista Pe- gromo de 1391 sobre la sociedad judía. les de siglo, en 1294, y de nuevo en Za- na basándose en esa suposición. momento mismo del pogromo. En el
recen bien protegidas por la familia de dro de Escavias habló de cuatro mil ase- Hubo un número de victimas mortales ragoza, corrió el rumor de que los judí- Más específicamente española es la segundo de los casos habría primado el
los Mendoza. Negligencia mayor se la- sinados en Sevilla. La cifra se ha repeti- difícil de cuantificar. Hubo una huida os habían matado a un niño cristiano y acusación que se hacía contra los judíos miedo seguido del oportunismo. En
hacia territorios –Granada y Portugal– le habían arrancado el corazón y el hí- de que éstos habían entregado a los mo- efecto, Don Pablo , como cabeza de un
que, por distintas razones, se vieron li- gado. En esa ocasión, los hebreos de Za- ros la ciudad de Toledo en el año 711. potente linaje de conversos, haría una
La comunidad hebrea logró recuperarse bres de las asonadas. Y hubo un eleva- espectacular carrera política, eclesiástica
parcialmente en los años siguientes, pero do número de conversiones que debili- y literaria en las cortes de Enrique III y
taron en extremo numerosas aljamas. de su heredero, Juan II. Daría para la
no pudo olvidar las matanzas de 1391 Documentos de hacia 1400 abundan posteridad la imagen oficial de ese
en una formula referida a distintos ba- buen converso a quien se le abren de
menta en los casos de Madrid o Tole- do de forma un tanto acrítica atribuyén- rrios hebreos: “los judíos eran tornados par en par las puertas de la sociedad
do. En Cuenca, se dará una conniven- dosela, además, al canciller Ayala. cristianos”. El fenómeno causó un pro- cristiana. Un buen converso que a tra-
cia entre depredadores de la judería y El cronista judío Yosef ha-Kohen, cu- fundo impacto en la conciencia moral vés de una de sus obras –Scrutinium
dirigentes locales, que canalizaron así yos antepasados residían en Cuenca y hebraica. Los cronistas del exilio se la- Scipturarum– se convertiría, además,
las inquietudes populares hacia un que escribió en el siglo XVI, dice que mentaban de esas deserciones provo- en feroz debelador de sus antiguos her-
enemigo comúnmente odiado. En Bur- “la matanza fue de ciento cincuenta mil cadas por el pánico que contrastaban manos de religión.
gos, las autoridades tratarán de mante- almas; y los que se descarriaron, unos con el sacrificio martirial de los judíos En 1412, y tras una planificada cam-
ner un orden que temen ver alterado quince mil. Muchos huyeron a tierras de 1096, que prefirieron morir antes de paña catequizadora de Vicente Ferrer,
incluso cuando el peligro mayor pare- de los ismaelitas en aquella época, y renegar de su fe. se produjo una nueva oleada de con-
cía conjurado. Así, en septiembre de otros muchos escaparon a Portugal y versiones a la que se unió la durísima
1391 ordenarán, para mayor seguridad, se quedaron allí”. Reparaciones menores legislación –Leyes de Ayllón– que
tapiar y cerrar “las puertas que salen Este pasaje es una muestra de la for- La lógica reprobación de la Corona an- Dos escenas del Retablo de la Santisima Trinidad de Vallbona de les Monges, con la prohibía a los hebreos ejercer multitud
fuera de la judería”. ma embrollada con la que algunos cro- te los excesos alternó con transaccio- supuesta profanación de la hostia (atribuido a Guillem Seguer, Barcelona, MNAC). de profesiones y les reducía a barrios
Al igual que en otros lugares del Oc- nistas presentan los acontecimientos; y nes frente a los sectores antijudíos más especiales. La conferencia de Tortosa
cidente, es clara en esta fecha la mezcla refleja también la forma arbitraria del concienciados. Sabemos de multas im- de 1413 dio cobertura a estas opera-
puestas a los vecinos de Sevilla, Cór- que ejercen oficios varios... En Sevilla, cas, la conversión debía venir de la li- ciones, avalando lo que se antojaba
doba y Toledo. Sabemos que Ferrán seguiremos viéndolos como arrendado- bre elección del neófito. Ingresado en endeblez teológica del judaísmo.
Martínez fue enviado a prisión duran- res de bienes de propios del concejo o la fe cristiana, la ley le protegía contra La muerte de Vicente Ferrer; la caída
te unos meses; castigo muy suave pa- como pequeños comerciantes. Sin em- “abiltamientos y deshonras” de ciertos del impulsor de esta política –el papa
ra su abominable conducta. Sabemos bargo, la destrucción de los medios de cristianos de viejo cuño tal y como a fi- aviñonense Benedicto XIII– y la laxa
de la devolución de bienes a judíos trabajo de muchos de ellos sería un da- nes del XIII denuncian las Partidas . aplicación de las Leyes de Ayllón, per-
–algunos de Murcia– pero, conocemos ño difícil de reparar para sus economí- ¿Hasta qué punto era posible aplicar mitieron en los años siguientes una
también la entrega de bienes de he- as, tal y como se ha detectado a través esta política después de las conversio- parcial reconstrucción de la comuni-
breos muertos y de aljamas asaltadas a de múltiples quejas. nes masivas de 1391? Pasados algunos dad hebrea y un avance de posiciones
colaboradores del monarca: los de Se- La filosofía que presidía la actuación años, el historiador Fernán Pérez de de los conversos dentro la sociedad
villa, por ejemplo, pasaron al mayor- real era acorde con las viejas pautas. Guzmán daba por hecho que la prime- castellana. Pero la integración no sería
domo Juan Hurtado de Mendoza y al En los peores momentos de 1391, En- ra generación de conversos no podía fácil; sus enemigos llegarán a hablar de
justicia mayor Diego López de Estúñi- rique III recuerda que los judíos “siem- tener sentimientos cristianos arraiga- herejía conversa para definir el su-
ga. Se ha destacado, asimismo, que los pre fueron guidados e defendidos” por dos, pero expresaba su confianza en puesto ejercicio oculto de las viejas
supervivientes que se mantuvieron en los reyes que le habían precedido, en que los tuvieran las sucesivas. No to- prácticas mosaicas. Tampoco –como
la práctica de su fe siguieron ejercien- la forma que lo había ordenado y prac- dos se habían inclinado, sin embargo, hemos indicado al principio– el re-
do sus antiguas profesiones, superados ticado la propia Iglesia. Un comporta- por la templanza. Así lo demostraron cuerdo del pogromo de 1391 y el clima
los efectos del desastre de 1391. miento protector que se hace extensi- disposiciones como las de 1405 y 1412. que le rodeó resultarían fáciles de ol-
Conocemos los nombres de físicos de vo a los conversos y que contrasta con En 1405, las Cortes de Valladolid dic- vidar. Aunque a pie forzado, se con-
algunas destacadas familias, de procura- los recelos que éstos sufrían por parte taron severas medidas contra las prac- vertirían en precedente de la solución
Los judíos trabajaron a menudo como recaudadores de impuestos para los reyes, lo que los dores y administradores de bienes de de la sociedad cristiana. ticas usurarias e impusieron a la pobla- total de 1492: la expulsión de los judí-
asoció en la mentalidad popular a la avaricia y la usura, como los muestran las Cantigas. miembros de la nobleza, de artesanos De acuerdo con las normas canóni- ción mosaica un signo distintivo: “una os de los reinos hispánicos. n

12 13
Pánico en la
Muchos judíos se convirtieron tras las
matanzas de 1391, como éstos, con

ALJAMA
vestimenta de la época (Retablo de
San Marcos, probablemente de Arnau
Bassa, Museo Episcopal de Vic).

En la Corona Aragón, las aljamas de Barcelona


y Valencia desaparecieron y las de Lérida y Gerona
fueron casi destruidas. Asunción Blasco analiza
el alcance de aquella herida

L
a revuelta contra los judíos que las ciudades de Aragón, no tenemos es-
comenzó en Sevilla se propagó trago ni clamor por clemencia de Dios
como un reguero de pólvora hacia nosotros. En todos estos lugares
por toda la Península. El 9 de ha dejado un resto de nosotros después
julio, los disturbios llegaron a Valencia, de eficaz intervención; sin embargo, por
en cuya aljama se registraron más de la gran distribución de nuestra hacien-
cien muertos, y desde Alcira, Játiva, da, no nos han quedado sino nuestros
Gandía, Castellón y Burriana se propa- cuerpos”. Y para evitar que la aljama
garon por tierras aragonesas, mallor- zaragozana corriera la misma suerte que
quinas y catalanas, con una virulencia las de Valencia o Barcelona, los Reyes
especialmente intensa en Mallorca, prolongaron su estancia en esa ciudad
Barcelona, Lérida y Gerona. Los que hasta el mes de octubre.
no lograron hallar refugio y se negaron Don Juan justificaba las razones de su
a recibir las aguas del bautismo fueron proceder en sendas cartas escritas en
masacrados por la multitud exacerba- Zaragoza a finales de agosto: “Tememos
da. Parecía que el momento escatoló- que aquí suceda algo parecido... Hemos
gico de erradicar de la Península la decidido detenernos aquí algunos días
presencia judía había llegado. para poner orden en esta ciudad antes
La aljama de Zaragoza y otras de rea- de partir..." Tenía razón el Rey al mani-
lengo se libraron, porque en el momen- festar temor. Las aljamas de señorío (Al-
to de producirse los citados alborotos la cañiz, Balaguer, Falset y Castelló d’Em-
corte real residía en la capital y la ma- púries) se libraron de los ataques por-
yor parte de los oficiales reales arago- que la protección de sus señores resul-
neses cumplió a rajatabla las órdenes tó ser mucho más eficaz que la estable- se escondieron en las casas de sus ami- grados y temiendo lo peor, comenzaron correligionarios finalmente claudicaron. desde su puesto de aconsejador real,
recibidas del rey Juan I. Así lo reconocía cida para las aljamas de realengo. gos cristianos, después de poner a buen a madurar la idea de convertirse al cris- Mención especial merece el mencio- debió tener una participación muy ac-
el gran filósofo Hasday Crescas, rabino recaudo sus joyas y los objetos de culto; tianismo para asegurar su futuro. nado Hasday Crescas, rabino de Zara- tiva y destacada tanto en las cartas de
principal de Zaragoza, en la carta que La reacción de los judíos otros se limitaron a huir, refugiándose Así, cuando a finales de septiembre goza y hombre de confianza de Juan I apoyo que el rey Juan envió a las alja-
días después escribía a los judíos de Ante la inminencia de los ataques, los en lugares fortificados; algunos se con- de 1391, Salomón Alazar, uno de los ju- que, aprovechando su posición privile- mas como en las misivas dirigidas por
Aviñón relatando los acontecimientos: judíos no se defendieron con armas, virtieron y, en general, todos tomaron díos más prestigiosos de Zaragoza, hizo giada, hizo cuanto estuvo en su mano el soberano a los dignatarios eclesiás-
“Nosotros actualmente aquí, en todas porque no estaban habituados a ello. precauciones. Los más piadosos eleva- donación a sus hijos de unas casas, in- para proteger a sus hermanos. Como ticos y oficiales cristianos, confiándoles
Tampoco permanecieron de brazos cru- ron sus plegarias al cielo para que nun- cluyó una cláusula previendo la posibi- mandatario del Rey, recorrió las comu- la protección de sus judíos.
zados: los más influyentes solicitaron al ca sobreviniera el momento fatídico y lidad de que “los ditos fillos mios o al- nidades judías de Aragón con el fin de Seguramente fue él quien, tras obser-
ASUNCIÓN BLASCO MARTÍNEZ es profesora
titular de Historia Medieval, Rey y a las autoridades cristianas pro- no faltaron quienes, tras escuchar las guno dellos se baptizaran”. No andaba recaudar fondos para satisfacer las ne- var que muchos de estos alborotos se
Universidad de Zaragoza. tección, cuya financiación asumieron, y narraciones terroríficas de algunos inmi- errado Salomón, pues algunos de sus cesidades de los judíos de la Corona y, habían desencadenado por contagio,

14 15
PÁNICO EN LA ALJAMA
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

episodios, más o menos repetitivos pe- de la Historia. Los alborotadores de Te- El clima que se respiraba en muchas
ro no por ello menos luctuosos, de un ruel, Valencia o Barcelona no hicieron ciudades a comienzos de los años no-
intento generalizado de acabar con el sino reproducir en su ciudad lo que venta del siglo XIV estaba marcado por
judaísmo hispano. La aversión del pue- previamente se había hecho en Sevilla. el odio entre estamentos de diferente
blo cristiano hacia los judíos, latente du- Próximo el fin de siglo, que algunos categoría social, tanto en las comunida-
rante buena parte del siglo XIV, se in- hacían coincidir con tiempos apocalíp- des judías como en las cristianas. La
crementó y estalló ocasionalmente en ticos, había sonado la hora de eliminar violencia estaba a la orden del día y el
forma de asaltos y revueltas, alentadas a los judíos de la cristiandad y de ins- terreno se hallaba especialmente abo-
por la predicación exaltada de algunos taurar el orden definitivo. nado para que cualquier chispazo hi-
clérigos, por el odio que muchos cris- Esta consigna gozaba de gran acep- ciera estallar una convulsión social. Los
tianos sentían hacia los prestamistas ju- tación entre las gentes de la Península, acontecimientos de 1391 no se pueden
díos, y por la situación política, econó- especialmente en los grupos de baja desligar del movimiento general de lu-
mica y social creada tras la ascensión al extracción social que no supieron en- cha social que se dejó sentir en los últi-
trono de un rey débil de carácter. tender las llamadas a la cordura formu- mos años del siglo en los territorios del
ladas tanto por intelectuales como por Rey de Aragón y que en algunas ciuda-
La bolsa y el alma teólogos. Para muchos cristianos, los des –Barcelona, Gerona, Palma de Ma-
Las causas que contribuyeron al de- alborotos constituyeron una fecha his- llorca– se puso de manifiesto en el re-
sencadenamiento de los ataques anti- tórica, una fiesta en la que era preciso chazo airado de los nuevos impuestos.
judíos de 1391 esencialmente son de participar para obtener indulgencias y
dos tipos: religioso-culturales y socioe- beneficios espirituales. Pero en el tras- Minoría de financieros
conómicas. fondo había algo más: una forma de Los ataques contra las juderías no pu-
Los alborotos se debieron principal- dar rienda suelta a su fogosa religiosi- dieron ser controlados por las autorida-
Matanza de judíos en el call de Barcelona, en una reconstrucción ideal del siglo XIX. mente a motivaciones religiosas, aun- dad y a sus sentimientos de odio con- des cristianas, porque los ciudadanos
que hoy, cuando tan acostumbrados es- tenido contra una sociedad que no res- menos favorecidos apoyaron en bloque
advirtió al Rey de lo perjudicial que po- rrido y rogándole que, antes de inter- tamos a enfocar los problemas históri- pondía a sus aspiraciones y en la que los disturbios en contra de unas autori-
día resultar la propagación de noticias a ceder en favor de los responsables de cos desde una perspectiva económica o se sentían marginados. dades a las que consideraban enemigas,
veces capciosas, y le alertó acerca de la estos hechos, se pusiera en contacto social, esta interpretación pueda resultar Entre las razones que indujeron a los pues siempre perjudicaban sus intere-
conveniencia de controlar y depurar la con el Rey. cuando menos curiosa. Si repasamos la alborotadores cristianos a erradicar de ses, sea en el reparto de impuestos o en
información, pues el conocimiento de Es justo reconocer que las autorida- Historia occidental, veremos que está sus territorios la presencia judía figura la defensa del pueblo elegido. Es cierto
los desmanes cometidos en otras partes des cristianas encargadas de repeler los cuajada de hechos muy similares a és- su condición de cuerpo extraño, por- que entre los judíos aragoneses había
solía incitar a los cristianos a emularlos, ataques desde un principio se tomaron te. La de 1391 no fue una persecución que, desde el punto de vista cultural, una minoría de grandes financieros y
e incluso a superarlos. muy en serio la defensa del pueblo ele- antisemita al estilo de las emprendidas los judíos eran muy diferentes de ellos, administradores que gozaban de gran
El Rey no permaneció impasible an- gido, aunque en algunos lugares se por los nazis, pues no hubo un deseo Judíos en una obra de Juan Correa de Vivar, no sólo por su religión, sino también impopularidad, tanto entre los cristianos
te estos acontecimientos, que repre- vieran desbordadas por los aconteci- de acabar físicamente con el pueblo ju- de 1510, tras la expulsión de los que no por su lengua, fiestas, ritos y costum- como entre los propios judíos, pues
sentaban un serio peligro para sus in- mientos e impotentes para detener el dío, sino de convertirlo: de ahí la gran habían aceptado convertirse. bres, especialmente las dietéticas. además de ocupar una posición social
tereses patrimoniales, porque los judí-
os eran una regalía: le pertenecían tan-
Algunos creían que había sonado la hora
to sus personas como sus bienes. De
ahí que enviara a los dirigentes de las de eliminar a todos los judíos e La aljama
ciudades y a los dignatarios eclesiásti-
instaurar el definitivo orden cristiano
cos cartas en las que les prevenía para
que tomaran medidas ante los posibles
ataques y condenaba el bautismo for- proceso que, apoyado por gran parte preocupación por bautizar a los niños.
L a institución jurídica que agrupaba a
todos los judíos de un lugar y regía
la vida interna de la judería recibía el
muy entendido en las leyes rabínicas, pe-
ro estaba obligado a asesorarse con los ra-
binos para dictar sentencia. Con lo dicho
judíos del reino; sus funciones se relacio-
naban con la justicia y con el reparto de
impuestos entre aljama y aljama.
zoso de los judíos, al tiempo que de la población cristiana, sólo conce- Los ataques no se realizaron de forma nombre de aljama (en hebreo cahal), se entiende naturalmente que las quere- En Aragón y Cataluña, la organización
anunciaba terribles castigos para los día a los judíos que se empeñaban en indiscriminada, sino que estuvieron per- equivalente al de municipio entre los llas entre judíos se dirimían por sus tri- de las aljamas era más compleja y cada
responsables de los ataques. No obs- seguir fieles a su religión una alterna- fectamente planificados. El primer paso cristianos. Al frente de la aljama, en Cas- bunales propios y sus leyes propias, es una era completamente autónoma.
tante, el carácter débil del monarca y tiva: la conversión. Los oficiales reales –y así lo recoge Hasday Crescas en la tilla, estaban los ancianos, los adelanta- decir, las talmúdicas, aunque quien se La aljama vigilaba estrechamente el
su indecisión impidieron en más de consiguieron recuperar el control de la carta antes mencionada– fue intentar dos, que en hebreo se llamaban muccade- considerase perjudicado tenía el derecho cumplimiento religioso de los habitantes
una ocasión que estas buenas intencio- situación, pero sólo en parte, porque la convencer a los rabinos –líderes espiri- mín, y los jueces (en hebreo dayyanim). a apelar al tribunal real. de la judería y se encargaba de dictar el
nes se llevaran a la práctica. disparidad de intereses entre los miem- tuales de la comunidad– para que abju- Los ancianos y los adelantados eran indi- Los rabinos estaban también autorizados herem, el anatema, contra aquel miembro
bros de la sociedad cristiana seguía raran de su fe y abrazaran el cristianis- viduos pertenecientes a familias distin- a tomar medidas para mantener la discipli- cuyo comportamiento se juzgara peligro-
Contactos con el Papa siendo acusada. En Gerona, centenares mo. Y, como reconoce el propio Has- guidas y en sus manos estaba la adminis- na religiosa y moral de la comunidad. En- so contra el conjunto. También cobraba
También la Reina consorte hizo cuan- de supervivientes permanecieron con- day, algunos –como el rabino Ishaq ben tración de la aljama, la gestión de los tre otros cargos estaba el bedín, una especie sus propios impuestos, ordenaba los pre-
to estuvo en su mano por proteger a finados en una antigua fortificación du- Shéshet Perfet– se bautizaron y su ejem- impuestos y a veces también la adminis- de policía de aljama, los servidores de la si- cios en el mercado de la judería, autoriza-
los judíos, pues era señora de varias al- rante más de un mes en condiciones plo arrastró a algunos a la apostasía, pe- tración de justicia. Por su parte, el day- nagoga, y el sohet o matarife. ba la apertura de nuevas tiendas, regula-
jamas. Cuando los alborotos estaban infrahumanas: en esta situación, mu- ro otros optaron por el martirio. yán o juez era un cargo político deciso- Por encima de las aljamas estaba el rab ba la construcción, se ocupaba de la asis-
en plena efervescencia, Doña Violante chos acabaron abjurando de su fe. Para comprender los hechos, es pre- rio, equivalente al alcalde en el munici- mayor, cargo que instauró Alfonso el Sa- tencia a los pobres y de la enseñanza en el
–señora de la aljama de Gerona– se di- Lo que ocurrió en el verano de 1391 ciso tener presente la concepción pro- pio. No se le exigía ser precisamente bio y que tenía autoridad sobre todos los primer nivel.
rigió al Papa, informándole de lo ocu- en diversos puntos de la Península son videncialista que los coetáneos tenían

16 17
PÁNICO EN LA ALJAMA
DOSSIER: EL AÑO DE LA IRA

dos contra la sociedad que los margi- acontecimientos fueron nefastas, espe-
naba, azuzado por predicadores de ba- cialmente para algunas aljamas –Valen-
ja estofa, se canalizó contra los judíos y cia y Barcelona– que desaparecieron
estalló con virulencia. No resultó difí- para siempre. Otras –Lérida y Gerona–
cil concienciar a los sectores menos quedaron medio destruidas. Y las que
cultos de la ciudad cristiana de la ne- se mantuvieron, como la de Zaragoza,
cesidad de acabar con el judaísmo, si en un primer momento permanecie-
pues desde hacía años esta idea venía ron en pie e incluso se afianzaron, en
fomentándose desde el púlpito con re- los años sucesivos se desmoronaron
lativa asiduidad, especialmente duran- económica y demográficamente.
te la Semana Santa, cuando –en unos
lugares más que en otros– se vitupe- Ruina y apostasía
raba al pueblo deicida y se le sometía a Sus miembros se vieron obligados a
diversas vejaciones. dar cuanto tenían para contribuir al
pretendido resurgimiento de otras más
La responsabilidad de la Iglesia castigadas, mientras contemplaban, im-
La responsabilidad del giro que toma- potentes, la apostasía de muchos fami-
ron los acontecimientos recayó funda- liares y amigos. El sentimiento de inse-
mentalmente sobre la Iglesia, que en guridad y, sobre todo, la constatación
su propósito de atraer a los judíos ha- de que su situación respecto de los
cia la Verdad se encontró en una co- cristianos había empeorado contribu-
yuntura óptima para recuperar a los yeron a que algunos judíos aragoneses Tras los alborotos, las conversiones. Para los que mantuvieron su fe, un siglo después llegó la
cristianos extraviados, incentivar la fe abjurararan de su fe. expulsión, momento que ilustra este grabado de la Historia de España del Padre Mariana (1854).
de los más tibios y dar un sentido más La situación de muchas aljamas se
profundo a la vida de los buenos cre- volvió caótica: en los documentos se cos. El índice demográfico de la judería ciones de fray Vicente Ferrer –era par-
yentes, decepcionados por la actua- habla de despoblación y miseria y se aragonesa se mantuvo estable e incluso tidario de matar a los judíos, no con la
ción de algunos eclesiásticos de vida solicita reiteradamente la reducción de por encima del registrado en el siglo espada sino con la palabra–, y tras la
licenciosa. los censales y de la deuda pública, co- anterior. No obstante, las conversiones Disputa de Tortosa se hundió en el
Los ejecutores materiales de estos ac- mo única solución viable para evitar el continuaron. abismo. Esta contienda dialéctica ten-
tos violentos fueron artesanos y gentes colapso total. De la mano de su rabino dría en el Reino de Aragón una reper-
de los sectores más bajos de la socie- Hasday Crescas, la aljama de Zaragoza La labor de Hasday Crescas cusión muy similar –por el elevado nú-
dad que, dando rienda suelta a sus actuó durante unos años como abande- Los judíos de la Corona de Aragón mero de conversiones registrado– a la
sentimientos, se dejaron arrastrar por rada de la causa judía y se lanzó a reu- consiguieron soportar los embates de que los alborotos de 1391 habían teni-
los predicadores y adoptaron una posi- nir fondos para ayudar a la reconstruc- este primer enfrentamiento con la so- do para el resto de la Península. n
ción de fuerza frente a los judíos. De ción de otras comunidades menos favo- ciedad cristiana, porque varios hechos
nada sirvieron los bandos municipales recidas por la suerte, al tiempo que re- coyunturales habían contribuido a ello:
para recomendar cordura, las insignias cibía, con los brazos abiertos, a los co- contaban con líderes de excepcional PARA SABER MÁS
reales colocadas en las puertas de las rreligionarios que, procedentes de otras valía, como el rabino Hasday Crescas y
BLASCO, A., “El impacto de los ataques de
viviendas de la judería para asegurar la tierras, decidían fijar allí su residencia. Benvenist de la Caballería, miembro de
1391 y del adoctrinamiento de Tortosa en la
protección, ni las medidas adoptadas Finalmente, el deseo de los sobera- la familia franca más prestigiosa de Za- sociedad judía aragonesa”, en La Península
para impedir su entrada en el barrio ju- nos de recuperar su patrimonio, junto ragoza; la Iglesia oficial aún no consti- Ibérica en la era de los descubrimientos
dío. El populacho, alertado por las con el esfuerzo de las aljamas que ha- tuía un verdadero peligro para ellos; y 1391-1492, Sevilla, 1997.
HINOJOSA, J., “La comunidad hebrea en Valencia:
consignas de los predicadores, se lan- bían salido indemnes y el empuje de el Rey, que necesitaba su aportación del esplendor a la nada”, Saitabi, XXXI (1981).
zó a cumplir lo que creía un deber: po- Hasday Crescas que, desde la Corte, no económica, no estaba dispuesto a pres- RIERA, J., “Los tumultos contra las juderías de la
ner fin al judaísmo hispano. regateó esfuerzos para conseguir res- cindir de esta fuente de ingresos. Por Corona de Aragón en 1391”, Cuadernos de
Los castigos ejemplares prometidos taurar el judaísmo hispano en todo su eso, aunque las migraciones y las con- Historia. Anexos de la Revista Hispania, 8,
San Vicente Ferrer era partidario de matar a los judíos no con la espada, sino con la palabra, Madrid, 1977. ID., “Els avalots del 1391 a
como aparece en el óleo del Maestro del Grifo (Valencia, Museo de Bellas Artes). llegaron tarde y mal. Muchos de los in- esplendor, hicieron el resto. versiones a pequeña escala continua- Girona”, en Jornades d'Història dels jueus a
culpados consiguieron salir impunes Juan I trató de armonizar sus ideales ron, a finales de 1391 la tranquilidad Catalunya. Girona, Ajuntament, 1987.
privilegiada solían adoptar una actitud ilustrados, no fueron capaces de apre- tras llegar a un acuerdo económico religiosos, que preconizaban la conver- retornó a las aljamas aragonesas. ROMANO, D., “Judíos hispánicos: coexistencia,
tolerancia, marginación (1391-1492: de los
indiferente ante la religión. ciar estas diferencias. con la Corona. Otra cuestión sería de- sión de sus judíos, con los intereses del La coexistencia más o menos pacífi- alborotos a la expulsión)”, en La Península Ibérica
En este grupo, aunque a otro nivel, El mimetismo antes mencionado fa- terminar si los responsables máximos Estado, que aconsejaban el reforza- ca entre cristianos, conversos y judíos en la era de los descubrimientos 1391-1492,
podía incluirse a los prestamistas y re- cilitó la propagación de los alborotos y pagaron por sus actos. Parece ser que miento de las aljamas. Para asegurar el trató de abrirse camino. Pero el judaís- Sevilla, 1997.
caudadores de impuestos y a algunos les imprimió un vigor nuevo, al tiempo se consideraba más delictivo haber le- control de las principales comunidades, mo había quedado herido de muerte. VALDEÓN BARUQUE, J., El chivo expiatorio. Judíos,
revueltas y vida cotidiana en la Edad Media,
expertos en medicina que, por su pro- que minaba la moral, cada vez más de- sionado los derechos del monarca (ro- los Reyes y el mencionado Hasday, más Años después, sin la dirección espiri- Valladolid, Ámbito, 2000.
fesión, pertenecían a la casa real. En bilitada, de los judíos, que se veían bando a los judíos o adquiriendo sus partidarios de los modelos autocráticos tual de Hasday y sin el respaldo eco- www.redjuderias.org/present.phtml
total, eran sólo unos pocos frente a la abocados a un final sin esperanza. bienes a precios irrisorios) que haber que de los aperturistas, favorecieron la nómico y moral de don Benvenist de www.festejosyeventos.com/turismo/
juderia.asp
enorme masa de población media e in- En un momento dado, todo el des- coaccionado a esos mismos judíos pa- implantación de gobiernos conservado- la Caballería (los dos fallecieron en tor-
www.organizacionislam.org.ar/losjudios.htm
cluso baja que habitaba en la judería. contento –e incluso odio– acumulado ra que aceptaran ser bautizados. res, integrados en gran parte por miem- no a 1410), la judería zaragozana no www.urbancultours.com/Pages/esp/
Pero los alborotadores cristianos, poco por los grupos sociales más deprimi- Las consecuencias que tuvieron estos bros de la mano mayor, es decir, los ri- pudo resistir el acoso de las predica- un_poco_de_historia.html

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