Está en la página 1de 6

Pontificia Universidad Javeriana

Posconflicto y reconciliación
Marzo 4 de 2020
Recomendaciones comisión de la verdad
Stefania Melo Guevara
 
 
 
Para hacerle frente a una transición que pretende dejar atrás un escenario de conflicto
y darle cabida a la ​“paz” ​existen múltiples rutas. Un ejemplo de ello es la adoptada por
Sudáfrica una vez terminó el apartheid, pues bien con la constitución interina se propuso una
suerte de perdón amnésico, que en palabras de Uprimny podría ser entendido como
“amnistías generales, que no contemplan estrategias para el esclarecimiento de la verdad o
para la reparación de las víctimas”(2006, p.23). Lo anterior, fue promovido bajo la idea de
alcanzar, la mayor verdad posible de parte de los victimarios y contener los deseos de
venganza de los sectores enfrentados.

Quizás, el escenario conflictivo y autoritario del que estaba desprendiendo el país


Africano, demandaba esos espacios en los que la verdad fuese protagonista. En efecto,
Aguilar, Barahona y González afirman que los espacios de verdad que se enmarcan en los
regímenes autoritarios generan una suerte de desprecio y revelan la falta de respeto que se
tiene frente a los que han sido víctimas (2003). Por lo anterior, las creencias que se gestan en
torno al desinterés sobre la verdad hacen que los pobladores de una nación, pierdan confianza
en la autoridad y se llame a la desobediencia. De hecho, si la verdad no se consolida como un
eje fundamental para la transición de un régimen autoritario para un democracia, difícilmente
el nuevo régimen político gozará de confianza como garante de virtudes (Aguilar, Barahona y
González, 2003).

Así las cosas, el interés por la verdad se puede ver reflejado en una primera instancia
en la película “​the forgiven” ​, la cual se muestra el deseo profundo por parte del arzobispo
Desmond Tutu de responder las peticiones de la señora Morobe, quien no sabe del paradero
de su hija y que pide así sean sus “huesitos” para poder sepultarla. Con este escenario, Tutu
intenta en repetidas ocasiones acercarse a Blomfeld -​un ex oficial de la Fuerza de Defensa de
Sudáfrica​- no solo para evaluar su posible acceso a la amnistía, sino que además intentaba de
alguna forma acceder a la verdad y al paradero de la hija de la señora Morobe. Después de
considerables intentos la confesión por fin se hace un hecho, si bien no es Blomfeld quien lo
hace, esta es realizada por un oficial quien lo acompañó el día en que asesinaron a la hija de
la señora Morobe, y es ella precisamente quien escucha de primera mano lo que sucedió el
día de su desaparición y quien decide perdonar a sus perpetradores a pesar del daño causado.

En esta misma película, se comprueba el desprecio que tienen las autoridades, vestigio
del régimen autoritario, por la verdad. Esta situación se hace evidente en dos escenarios, el
primero de ellos, frente a los reiterados encuentros entre Tutu y Blomfeld, que no dejaban de
ser verbalmente violentos y sustancialmente diferentes, respecto a sus intereses. Mientras
Tutu buscaba ser empático, insistente y se mostraba renuente a reaccionar pasionalmente a
los relatos de Blomfeld, este por su parte demostraba sevicia en sus relatos junto a una suerte
de goce por el sufrimiento de sus víctimas, y una ausencia certera de arrepentimiento. Pero
además de todas esas actitudes que denotaban, una apatía por lo sucedido, Blomfeld fue
explícito al decir que no quería ser parte de la Comisión y que bajo ninguna circunstancia
hablaría de lo sucedido -posición que cambió a lo largo de la película-.

En segundo lugar, se puede hablar del guardia quien estaba a cargo de la cárcel, en la
que se encontraba Blomfeld como recluso. Este hombre, quien acompañó a Blomfeld en la
operación Hawsack, vivía con un medio permanente a que la confesión de Blomfeld se
hiciese realidad en cualquier momento, tanto que en repetidas ocasiones lo amenazo, y no
contento con eso, en el momento en que definitivamente se vio acorralado, decidió hacer una
redada y acabar con la vida Blomfeld. Lo anterior, una vez más evidencia la ausencia de un
interés por la consolidación de la verdad y por aportar a ella, tanto que se reincide en hechos
atroces sin que estos tengan un impacto moral individual sobre el perpetrador.

Ahora bien, otro ejemplo en donde el perdón se hace protagonista, es el caso de los
padres de Amy Biehl, quienes perdonaron a los asesinos de su hija, pero además le ofrecieron
su amistad y visitaron a su madre en símbolo de un auténtico perdón. Estas acciones las
llevaron a cabo inspirados por su hija, quien antes de morir escribió “el racismo en Sudáfrica
ha sido una experiencia dolorosa tanto para blancos como para negros y la reconciliación
puede ser igual de dolorosa, aún así el vehículo más importante para la reconciliación es un
diálogo abierto y honesto”(citado por ​MonicoABHS​, 2019) apoyando de esta manera, con sus
declaraciones, el proceso al que le había dado inicio Mandela con la comisión.

Con lo anterior, es importante recalcar que ofrecer perdón o estar dispuesto a darlo no
implica inminentemente que se haya reparado un daño, y que si bien puede ser necesario para
la reconstrucción del tejido social, esto debe ser una decisión completamente autónoma y
guiada por los sentimientos que se despierten una vez se conozca la verdad. De hecho, la
dimensión moral del perdón propuesta por Walker explica bastante bien porque el perdón
debe ser una acción meramente individual, para ella, la experiencia individual y los motivos
por los cuales se otorga el perdón, o se condona el daño recibido, responden al deseo de
restaurar relaciones con el ofensor o perpetrador del daño (​perdón reconciliatorio)​ , o dejar la
herida en el pasado y juzgar sin resentimiento lo sucedido o padecido (​perdón
amnésico)​ (2006).

Mientras que por su parte, la búsqueda de la verdad, aunque no garantiza ni


reparación ni enmendar el daño, si debe ser un primer paso para que las víctimas puedan vivir
el duelo de sus familiares asesinados, desaparecidos, o objeto de cualquier hecho
victimizante. En efecto, aunque esto sea un hecho meramente discursivo y catártico, ​alivianan
la sociedad mediante una terapia que airea los traumas sociales del pasado y ofrecen al menos
un cierto grado de seguridad, que en el futuro puede ser mejor para todos ​(Aguilar, Barahona
y González, 2003)​.

Pero además, la construcción de la verdad logra ampliar las preocupaciones


tradicionales de la justicia punitiva y de la correctiva, pueden hacer oportuno castigar a los
que cometieron injusticias hace mucho tiempo y en un contexto muy diferente, de hecho
puede ser imposible bien por falta de pruebas o bien porque los culpables hayan muerto por el
hecho de señalar oficialmente los delitos y los criminales. La verdad, en sí mismas constituye
a la intención de defender una sociedad más justa a partir desde ese momento, de igual forma
es posible que muchas víctimas no pueden ser compensadas y en cualquier caso para hacer
una oferta a sus sufrimientos establecer una tarifa beneficios materiales de compensación,
puede llegar incluso a ser más doloroso, pero como ocurre con los nombres de los caídos en
un monumento que conmemora una guerra el reconocimiento público de los que sufrieron les
otorga ellos y a su familia es un estatus qué es compensación, si las desapariciones son la
marca del desprecio autoritario por la vida humana tal reaparición es una afirmación de la
democracia y una garantía para las generaciones futuras ​(Aguilar, Barahona y González,
2003)​.

Por otro lado, se encuentra otra de las lecciones que deja el proceso de Sudáfrica es el
uso de la justicia restaurativa, pues bien para el Arzobispo Desmond Tutu en el vídeo ​"the
Cradock Four"​, este tipo de justicia era la mejor opción, más allá del uso de la justicia
retributiva, pues en este caso, y según Tutu, qué mayor castigo para los perpetradores que el
escarnio público por sus crímenes. Contrario a esta posición se encuentra Uprimny, para
quien aun cuando los mecanismos propios de la justicia restaurativa –tales como aquellos que
promueven la mediación entre víctimas y victimarios en favor de la reconciliación y en
reemplazo de fórmulas de castigo– son importantes,las transiciones precisan de la existencia
de un castigo a los victimarios de crímenes atroces y delitos de lesa humanidad (2006).

En efecto, no se puede pensar en la justicia restaurativa como un única opción, porque


precisamente en Sudáfrica, existieron víctimas que en un primer momento no quisieron
escuchar a sus victimarios, lo cual es totalmente entendible y respetable. Este es el caso de las
señoras Nyaneka Gonive, viuda de Matthew Gonive y Nomonde Calata, viuda de Fort Calata,
a quienes les asesinaron sus esposos una vez la policía de su pueblo, Cradock , decidió
prenderle fuego al carro en el que se movilizaban. A pesar de que finalmente, estas señoras
decidieron escuchar las confesiones de Eric Taylor -policía quien prendió fuego al carro-,
¿qué hubiera sucedido en el escenario tal en el que las señora Gonive y Calata no hubieran
querido?¿cómo ellas habrían podido acceder a la justicia?¿de qué manera se les habría hecho
saber que su dolor debía ser enmendado ?

Pues bien, frente a estas preguntas la primera respuesta que se debe ofrecer es que en
una comisión de la verdad se debe abandonar la idea de perdones amnésicos y optar por los
perdones responsabilizantes que son entendidos como

La concesión de perdones ha de ser excepcionales e individualizada, y debe regirse


por el principio de proporcionalidad, que indica que el perdón de los victimarios sólo es
justificable cuando constituye la única medida existente para alcanzar la paz y la
reconciliación nacional, y cuando es proporcional a la gravedad de los actos cometidos por el
inculpado, a su grado de mando y a las contribuciones que haga a la justicia (Uprimny, 2006,
p.28)​.

Pero además esa concesión de perdón, una vez más debe ser una decisión que las
víctimas deben tomar por sí mismas. Esto es, que ellas mismas consideren propicio otorgar
esta suerte de perdón moral, para su tranquilidad y la de su victimario.

En segundo lugar, si bien el deseo de Tutu de que las víctimas y los ciudadanos
escuchasen públicamente las declaraciones de los victimarios se centraba en una especie de
sanción social, esuchar este tipo de declaraciones también debe ser una decisión tanto de las
víctimas como de la población en general. De otro modo, un mal manejo de estas
declaraciones pueden suscitar a resentimientos y deseos de venganza.

De la mano de lo anterior, se debe contemplar el pasado y la manera en la se hace


frente al mismo, pues bien, en ocasiones las sociedades comienzan a luchar con el pasado a
través del mismo acto de debatiendo cómo deberían ser sus mecanismos específicos de
justicia de transición y para ser usado. Este debate, es en esencia un primer acercamiento a la
manera en la que el pasado se enfrenta. La pregunta para un comisión debería girar entorno a
cómo llegar al final de la historia momento común, a cómo encontrar espacios en los que
luchar con el pasado de manera que permita diferentes respuestas institucionales, con
diferentes relaciones con el derecho, en diferentes etapas de los procesos de conflicto y de
paz. El pasado necesitará que se enfrentará de forma continua, y de hecho se enfrentará, pase
lo que pase (Bell, 2017).

Finalmente, una construcción de la verdad no debe someterse exclusivamente a las


declaraciones de los victimarios, sino que por el contrario debe contemplar también las
versiones de quienes han sido víctimas. Esto, sin lugar a duda puede crear escenarios en
donde los perpetradores se glorifiquen de sus actos o se sientan orgullosos, y en los que a las
víctimas se les re victimice, no obstante para construir, y triangular versiones, esto es una
labor casi que indispensable. Aunque su carácter casi que obligatorio, no quita la
responsabilidad con la que se debe manejar el tema de las declaraciones y el apoyo que se le
debe prestar a las personas que las hacen, esto es, un acompañamiento casi que permanente
de profesionales que les permitan trabajar sobre sus emociones y que a fin de cuentas estos
procesos no terminen siendo perjudiciales o desencadenando un escenario peor.

Referencias

Barahona de Brito, A., Aguilar Fernández, P., González Enríquez, C., Menezo, C., & Condor,
M. (2002). Las políticas hacia el pasado juicios, depuraciones, perdón y olvido en
las nueva democracías. ​Fundamentos;

Bell, C. (2017). Contending with the past: transitional justice and political settlement
processes. ​Justice Mosaics: How Context Shapes Transitional Justice in Fractured
Societies,​ 92-​93.

Joffé, R. Baumgarten, C. Bhyat, Z. (Productores) & Joffeé, R.(Director).(2018). The


Forgiven [Película]. Estados Unidos:Saban Films.

lindwallreleasing.(28 de Abril de 2009). ​The Cradock Four.​ [Archivo de vídeo]. Recuperado


de ​https://www.youtube.com/watch?v=Azz-F0mbWP8​.

MonicoABHS.(30 de Junio de 2019). Long Night's Journey Into Day The Amy Biehl Story.
[Archivo de vídeo]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=IyQ10zMmYY8

Uprimny, R. (2006).Las enseñanzas del análisis comparado: procesos transicionales, formas


de justicia transicional y el caso colombiano. Dejusticia. ¿Justicia transicional sin
transición?. (pp. 17-44).

Walker, M. U. (2006). ​Moral repair: Reconstructing moral relations after wrongdoing​.


Cambridge University Press.

También podría gustarte