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Caracteristicas de Las Universidades en La Edad Media
Caracteristicas de Las Universidades en La Edad Media
Desde que las universidades dan sus primeros pasos, quedan marcadas por
una serie de rasgos que van a definirlas durante los primeros siglos de su
experiencia. Dentro de dichos rasgos, podemos diferenciar entre aquellos que
determinan y explican su nacimiento y constitución, y aquellos otros que
delimitan y perfilan su ordenación y organización.
EL PROFESORADO:
Pero, con el paso del tiempo, en muchas universidades- como, por ejemplo, en
la de Paris- los maestros se vieron galardonados con beneficios, rentas y
prebendas eclesiásticas. Era un sistema lógico, si se tiene en cuenta el fuero
eclesiástico que afectaba a los profesores. Su uso evitaba las preocupaciones
morales que suscitaba el cobrar unos honorarios por la transmisión del saber,
que, debido a su carácter no material, se consideraba un don celestial; además
de esta forma se reconocía explícitamente el carácter eclesiástico de la
enseñanza. Por último, este procedimiento aseguraba la gratuidad de la
enseñanza a los estudiantes que no tenían recursos económicos.
EL ALUMNADO
Los alumnos tenían una procedencia geográfica muy variada, de acuerdo con
el carácter internacional y cosmopolita que tenían las universidades a lo largo
del Medievo. Sobre todo en aquellas que jugaban un papel más destacado en
el panorama educativo y científico, era posible encontrar alumnos procedentes
de los más diversos rincones del continente europeo, alumnos que acudían a
ellas atraídos por su fama académica.
Los colegios mayores: Uno de los más graves problemas a los que debían
enfrentarse estos alumnos carentes de medios era el de encontrar un techo
bajo el que cobijarse. Aunque las autoridades de las ciudades con carácter
universitario- Bolonia, Oxford…- solían dictar normas para abaratar el alquiler
de casas y habitaciones para estudiantes, estas normas no siempre se
cumplían, y algunos alumnos tuvieron grandes dificultades a la hora de
conseguir un alojamiento digno.
Para remediar este problema nacieron los colegios mayores que, dependientes
de las diversas universidades, permitían, además, un mejor control disciplinar
de los estudiantes. Directamente inspirados en las residencias mantenidas por
las Órdenes Mendicantes, acogían a los estudiantes pobres a cambio de la
realización de una serie de deberes, que se regulaban en los correspondientes
estatutos.
Los primeros colegios mayores surgieron en Paris, en los años de finales del
siglo XII. Se considera que el más antiguo es el Colegio de los Dieciocho,
fundado en fecha tan temprana como la de 1180; muy pronto le siguieron otros,
como el de Montmorency (hacia 1202) y el de San Honorato (1208), aunque el
más emblemático fue el fundado por Roberto de Sorbon en 1257.
Con el paso de los años, la presencia de estos colegios mayores no hizo más
que incrementarse, extendiéndose, como es lógico, a lo largo y ancho del mapa
universitario. En Bolonia el más destacado fue el de San Clemente, fundado
por el cardenal Gil de Albornoz, y destinado a la acogida de alumnos
españoles. En Oxford y Cambridge aparecieron colegios destinados a jugar un
papel muy destacado, como Queens, Oriel y Merton en la primera de ambas
ciudades, o en el Trinity en la segunda. En cuanto a las universidades
españolas, gozaron de especial fama los colegios salmantinos de San
Bartolomé y Anaya.
ESTRUCTURA INSTITUCIONAL
Las universidades gozaron de una completa estructura institucional, cuyas
bases se establecen en el mismo momento en que se produce su nacimiento.
Dicha estructura institucional se mantiene prácticamente inalterada a lo largo
de la Edad Media, y todavía sigue- al menos en gran medida- informando
nuestras instituciones universitarias.
Las facultades: Eran uno de los elementos básicos sobre los que se asentaba
la organización universitaria. Cada universidad estaba dividida internamente en
varias facultades, correspondiendo a cada una de ellas un ámbito concreto del
saber; a la facultad pertencecían, por tanto, todos los maestros y todos los
alumnos que estudiaban una misma materia dentro de una misma universidad,
aunque fuera en distintas escuelas. Para evitar las diferencias que podáin
darse entre éstas, cada facultad imponía unos programas de enseñanza, unos
textos e incluso unos exámenes, que eran idénticos en todas las escuelas.
En cuanto a las facultades, cada una de ellas tenía a su frente un decano, bien
el profesor de más edad, bien el más antiguo. El decano se encargaba de
supervisar el funcionamiento de la facultad, ayudado por el claustro de
profesores en el cual se integran todos los que ejercían la enseñanza en dicha
facultad.
Entre los otros cargos que se fueron estableciendo en relación con la gestión y
organización interna de las primeras universidades, hay que mencionar uno
que, aunque modesto, pronto pasó a ser bastante característico del mundo
universitario: se trataba del bedel, entre cuyas funciones se contaban la de
cuidar del estado de las aulas y de las otras instalaciones universitarias, citar
para las juntas y claustros, informar a los alumnos de cuestiones diversas…
LA DOCENCIA:
En el marco de las universidades medievales, la docencia adquirió
características específicas, que la diferenciaban claramente de la ejercitada en
otros centros de enseñanza de le ápoca. Dos eran los elementos básicos sobre
los que aquélla se apoyaba: los métodos de enseñanza y los ciclos de estudio
que, a su vez, están íntimamente unidos a la colación de los grados.
Este primer ciclo estudiantil duraba seis cursos, que solían corresponderse con
otros tantos años; tras finalizarlo, cada estudiante debía examinarse ante un
tribunal formado por mientos de las distintas naciones, con objeto de obtener
así el título de bachiller, que le permitía iniciarse en la docencia, bajo la tutela
de uno de los maestros de la facultad. Además, tras obtener dio título tenía
unplazo de un año para sostener una disputa sobre un tema de su elección,
apoyado por su mentor. Tras dos preceptivos años de docencia, el bachiller a
accede al título de licenciado, después de obtener la correspondiente “ licentia
docendi”; el así licenciado está obligado a dar una lección inaugural ante los
otros licenciados y ante los bachilleres, seguida a veces de un pequeño
banquete.
Así, hacia los veintidós años, los estudiantes podía continuar- si lo deseaban-
sus estudios en otra facultad; bien en las de derecho o medicina, que suponían
habitualmente, otros seis años de estudio, bien en la facultad de teología, que
implicaba otros doce años de estudio.
No todos los estudiantes que frecuentaban las aulas universitarias obtenían los
correspondientes títulos académicos; muchos de ellos abandonaban la
universidad antes de conseguir alguno, pues los estudios superiores eran muy
largos y muy caros. Tan sólo a partir del siglo XV comienza a invertirse esta
tendencia, en relación con una mejor valoración de los grados académicos.
LA VIDA COTIDIANDA:
Como toda corporación, la universidad fue capaz de crear un determinado
estilo de vida, en el que debían integrarse todos sus miembros, tanto
estudiantes como profesores; un estilo de vida que impregna toda una serie de
detalles relativos a la vida cotidiana.
El calendario escolar: