Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Preparación de la cavidad
de acceso coronal
E. Brau Aguadé
Etapa de perforación
Durante esta etapa de perforación se crea una comunicación
entre la cámara pulpar y la cavidad bucal a partir de la cara
oclusal o la palatina. En el primer caso (grupo bicúspide-molar),
FIG. 14-9 Caries proximal y subgingival.
la dirección de perforación será prácticamente paralela a la
del eje dentario; en el segundo caso, en cambio, en los dientes del
del eje de acceso respecto al eje radicular, lo que crearía graves grupo anterior, la perforación tendrá una angulación apro-
interferencias en la zona coronal y no permitiría un correcto ximada de 45° respecto al eje del diente. Esta primera etapa
limado, conformación y limpieza del conducto radicular. finalizará cuando, en condiciones normales, se note la «caída
al vacío» que comporta el cambio de resistencia al fresado
Debe eliminarse la totalidad del techo cameral4. La ubica- entre el tejido dentinario y el conectivo laxo que conforma la
© Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
ción del límite de la apertura de acceso al ángulo que forman pulpa. Sin embargo, deben considerarse muy especialmente
las paredes proximales con el techo cameral es fundamental por aquellos casos en que, por patología pulpar previa, exista una
diferentes motivos: permite la remoción de todo el contenido disminución considerable de la distancia entre el techo y el
cameral, es decir, los restos del tejido conectivo, ya sean vitales suelo de la cámara o que exista una degeneración cálcica pulpar,
o necróticos, así como las virutas y restos pulpares radiculares con lo que no se apreciarán cambios notables en la resistencia
que se generan durante la instrumentación, lo que además de al fresado, por lo que es fundamental el estudio de la radiología
facilitar la asepsia, imprescindible en cualquier terapéutica diagnóstica previa. El instrumental empleado para esta etapa
endodóncica, soluciona un problema de estética, ya que si dependerá del material que se vaya a perforar, ya sea tejido
no se limpia toda la cámara y quedan residuos en los cuernos dentario, restauraciones de amalgama o composite, coronas
pulpares, pueden, por transparencia, generar cambios de color de porcelana o metal. En cualquier caso se utilizan fresas a alta
en la corona dental. En resumen, la apertura cameral debe velocidad, ya sean diamantadas —para el esmalte o dentina—
situarse en el límite que logre la extirpación de todo el techo y o de carburo de tungsteno —para la perforación del metal—.
los cuernos pulpares. La forma de la fresa será redondeada o cónica, y pueden uti-
lizarse formas mixtas diseñadas expresamente para tal fin. En
Debe facilitar la introducción de los instrumentos y per- esta fase de penetración todas las fresas serán de corte activo
mitir el acceso más rectilíneo posible al eje radicular para en la punta (fig. 14-10).
favorecer la instrumentación y la obturación subsiguiente4. En algunos casos en que se considere la posibilidad de la
Las paredes laterales de la cámara, por su forma convexa, incre- presencia de cálculos pulpares en la cámara por la radioo-
mentada algunas veces por aposiciones dentinarias secundarias pacidad de la radiografía diagnóstica, debe procederse con mu-
ocasionadas por caries proximales, dificultan la localización y el cha cautela, pues el tacto del cálculo y de la dentina son muy
acceso, y provocan interferencias para cateterizar los conductos parecidos y, por consiguiente, si se pretende extraer el cálculo
radiculares y, posteriormente, instrumentarlos y obturarlos co- con fresas activas en la punta es muy posible que se provo-
148 Endodoncia
FIG. 14-10 Fresas empleadas para iniciar la apertura cameral: etapa FIG. 14-11 Fresas empleadas para la delimitación de contornos en la
de perforación. apertura cameral y trépano de Peeso.
quen deformaciones; por este motivo es importante inundar Por estos motivos se debe rectificar y alisar las paredes de
la cámara con agentes quelantes (ácido etilendiaminotetraa- la cámara, una vez se hayan comprobado las interferencias o
cético, ácido cítrico) a fin de provocar decalcificaciones del roces que provocan y que dificultan el paso del instrumento a
mismo que, mediante raspado con la propia sonda o utilizando través del conducto radicular. Las interferencias dependen de
ultrasonidos con puntas específicas, permitirán despegar los la morfología del diente, de la forma de la cámara pulpar y del
cálculos de las paredes camerales sin cambiar la morfología grado de curvatura de las raíces.
de las mismas. En esta etapa se deben utilizar fresas de punta inactiva,
como las citadas (Zekrya Endo o Batt). También se pueden
emplear los trépanos de Peeso, a baja velocidad, lo que ofrece
Etapa de delimitación de contornos5 mejor sensación táctil, y el diseño inactivo de su punta permite
Una vez obtenida la comunicación con la cámara pulpar, a con- ubicarla en el orificio de entrada del conducto, a fin de obtener
tinuación debe realizarse la extensión de la misma en sentido un punto de apoyo que permita realizar las maniobras de giro
horizontal hasta conseguir llevar el contorno de la apertura a la necesarias para extirpar la zona de interferencia de la pared,
periferia del techo cameral, para tener la seguridad de haberlo debilitándola al mínimo.
eliminado en su totalidad, así como los cuernos pulpares. Mediante irrigación profusa con hipoclorito sódico y ex-
En esta fase se deben utilizar fresas de punta no activa; de tirpación del tejido pulpar con excavadores, se obtiene una
esta forma, dejando resbalar la fresa por el suelo cameral, se cámara suficientemente limpia y modelada para poder acceder
remodelarán las paredes laterales dándoles una forma recta, es fácilmente a los conductos y realizar correctamente las fases
decir, eliminando la convexidad que normalmente presentan, sucesivas del tratamiento de conductos radiculares.
y con una ligera divergencia hacia oclusal con el fin de poder
observar en su totalidad el suelo cameral y la entrada de los Errores en la preparación
conductos, ya sea mediante visión directa o refleja.
Las fresas más utilizadas para esta manipulación son las de de la cavidad
turbina de carburo de tungsteno (Zekrya Endo, Maillefer, o si- Durante la preparación de la cavidad de acceso pueden presen-
milares) o fresas de contraángulo de acero, todas ellas de forma tarse varios posibles problemas que, básicamente, se deben al
cónica y no activas en la punta (fresas de Batt) (fig. 14-11). desconocimiento morfopatológico de las estructuras dentarias
y a la utilización indebida del instrumental rotatorio.
Etapa de rectificación y alisado
Aperturas insuficientes
Una vez llegados a esta fase de la apertura cameral, se iniciará
la localización de los conductos radiculares —que resultará Pueden crear tres tipos de problemas. El primero de ellos es la
fácil si es visible el orificio de entrada de los mismos— y su no ubicación del contorno de la apertura en la zona correcta,
cateterización. Al intentar introducir el instrumento, es posible lo que conlleva no poder remodelar las paredes laterales de la
que roce con algunas de las paredes laterales de la cámara o que cámara y obliga al instrumento endodóncico a entrar forzado
encuentre algún escalón que provoque el enclavamiento de la en el conducto radicular, lo que acarrea durante la instrumen-
punta del instrumento, lo que dificultará su entrada. tación la imposibilidad de limpiar la totalidad de las paredes
14 Preparación de la cavidad de acceso coronal 149
del conducto y crear en ella zonas de desgaste innecesarias que problemas en la localización de los conductos radiculares es
se traducirán en deformaciones de la zona final del conducto. fácil pensar en disposiciones anómalas de la ubicación de los
El segundo problema es la falta de visualización del suelo orificios de entrada de los conductos, lo que puede dar lugar
cameral y su incorrecta exploración con sonda, lo que puede a un ensanchamiento de la cámara totalmente innecesario y
impedir la localización de algún conducto radicular. Es rela- que se hubiese podido obviar. Se debe limpiar correctamente
tivamente frecuente la no localización del segundo conducto la cámara, utilizando fresas no activas en la punta para remo-
en los segundos bicúspides superiores, especialmente en los delar las paredes laterales, irrigando la cavidad con quelantes
casos que son monorradiculares y en los incisivos inferiores, y utilizando una sonda de exploración o excavadores después
el segundo conducto en la raíz mesiovestibular de los molares de esperar algún tiempo, para despegar posibles aposiciones
superiores, sobre todo en el primero, y el segundo conducto de cálcicas que dificultan la correcta limpieza de la cámara pulpar.
la raíz distal de los molares inferiores (fig. 14-12).
El tercer problema consiste en los cuernos pulpares, que
la mayoría de las veces persisten por el hecho de no levantar
Aperturas inadecuadas6
totalmente el techo cameral. En estos recovecos quedan restos Aprovechar destrucciones de la corona por la patología exis-
de tejido pulpar y virutas de dentina durante la preparación tente (caries, abrasiones cervicales, etc.) como vía de acceso a
biomecánica, así como restos de cementos selladores que son los conductos es un error que conduce a graves interferencias
difíciles de limpiar. Ello conlleva una disminución de la asepsia coronarias, amén de posibles filtraciones por falta de ajuste del
y tinciones dentarias que, si bien en el grupo bicúspide-molar dique, que conduce a contaminación durante el tratamiento.
tiene una importancia relativa, es considerable cuando se tratan En estos casos, como ya se ha comentado en el capítulo 13,
dientes del grupo anterior, ya que provoca cambios de colora- debe limpiarse perfectamente la cavidad careosa y realizar
ción de la corona dental (fig. 14-13). su obturación, ya sea temporal con ionómeros de vidrio, o
definitiva.
Siempre que sea posible, debe eliminarse todo el material
Aperturas demasiado grandes empleado en restauraciones antiguas (amalgamas, composites,
Al realizar la delimitación de contornos o la remodelación etc.) para evitar una posible filtración marginal antes de la
de las paredes laterales puede caerse en el error de desplazar definitiva restauración postendodoncia. Si es factible, es mejor
demasiado los límites de la cavidad. Cuando se presentan levantar las coronas protésicas de recubrimiento total, ya que la
radioopacidad del material imposibilita el estudio radiográfico
de la zona cameral del diente que se desea tratar. En el caso de
prótesis antiguas en las que se sospeche filtración marginal por
la destrucción del borde de la corona es preferible eliminarlas
antes de iniciar el tratamiento de conductos.
También debe tenerse en cuenta que el tallado protésico de
una corona puede provocar alteraciones pulpares defensivas,
tipo calcificación o disminución volumétrica de la cámara, y
que debido a la radioopacidad del material protésico no podrán
visualizarse en la radiografía diagnóstica.
Escalones7
© Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
Perforaciones8
La perforación es una consecuencia del problema anterior. Si,
FIG. 14-13 Tinción por restos ubicados en la cámara pulpar. una vez iniciado el escalón, no nos damos cuenta de ello y
150 Endodoncia
creemos no haber alcanzado todavía la cámara pulpar, se puede Preparación de la cavidad de acceso
llegar a la perforación, que puede ser vestibular, mesial o distal,
según los casos. En los molares, las que se presentan con mayor coronal en los distintos grupos
frecuencia son las perforaciones del suelo cameral con ubica- dentarios
ción en furca, especialmente en los casos en que la distancia
En las figuras 14-16 a 14-22 se muestra, mediante cortes es-
entre el techo y el suelo es muy reducida por aposiciones de
quemáticos vestibulolinguales y mesiodistales, la técnica para
dentina o por cálculos pulpares inadvertidos radiográficamente
cada grupo dentario, a fin de conseguir la forma idónea que
antes de iniciar la apertura de la cámara pulpar (fig. 14-15).
FIG. 14-14 Destrucción del suelo cameral por utilización incorrecta FIG. 14-15 Perforación del suelo cameral.
de fresas.
FIG. 14-16 A-D Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en dientes del grupo anterosuperior.
14 Preparación de la cavidad de acceso coronal 151
© Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FIG. 14-17 A-E Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en dientes del grupo anteroinferior.
152 Endodoncia
FIG. 14-18 A-F Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en los primeros premolares superiores.
14 Preparación de la cavidad de acceso coronal 153
© Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FIG. 14-19 A-F Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en los segundos premolares superiores.
154 Endodoncia
FIG. 14-20 A-C Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en dientes del grupo premolar inferior.
14 Preparación de la cavidad de acceso coronal 155
© Elsevier. Es una publicación MASSON. Fotocopiar sin autorización es un delito.
FIG. 14-21 A-F Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en dientes del grupo molar superior.
156 Endodoncia
FIG. 14-22 A-F Fases de la apertura cameral, ilustradas de modo esquemático, en dientes del grupo molar inferior.
permita la correcta preparación de los conductos radiculares. 3. Castelluci A. Endodonzia. Prato: Il Tridente; 1993. p. 204-83.
Los esquemas ilustran las etapas seguidas en la formación de 4. Stock Ch, Gulabivala K. Endodoncia. Madrid: Mosby; 1996. p. 98-101.
5. Romani NF, Carlic J. Texto y atlas de técnicas clínicas endodónticas.
las cavidades de acceso coronal, así como los errores más fre- México: Interamericana; 1994. p. 103-26.
cuentes que se presentan durante la ejecución de la técnica. 6. Leonardo MR, Leal JM. Endodoncia. Buenos Aires: Panamericana; 1983.
p. 168-78.
7. Beer R, Baumann MA. Atlas de Endodoncia. Barcelona: Masson; 1998.
BIBLIOGRAFÍA p. 94-5.
1. Ingle J, Bakland L. Endodoncia. México: McGraw-Hill; 1996. p. 98-237. 8. Lasala A. Endodoncia. Barcelona: Masson; 1992. p. 299-306.
2. Basrani E. Endodoncia. Técnicas en preclínica y clínica. Buenos Aires:
Panamericana; 1988. p. 68-91.