COLEGIO DE ESTUDIOS DE POSGRADO DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Las funciones del orientador educativo y el personal

docente un trabajo interdiciplinario en el bachillerato
general
Mtra. Rosalia Cordoba Callado

«Demasiado a menudo creemos que nuestro categórico

rechazo a la opinión de alguien sirve para reforzar

nuestro particular punto de vista. Sin embargo,

la verdad es que es justamente al revés. De nada

sirve tu opinión si no puede enfrentar un desafío.

si sientes temor hasta de considerar una visión

diferente, significa que tu posición es débil …»

Anónimo.

En este ensayo se hace una invitación a reflexionar sobre lo que hoy en día
esta sucediendo con la práctica de la Orientación Educativa, en el bachillerato gene-
ral, se cuestiona sobre las funciones del orientador y en que medida es consciente 1

de la influencia que puede ejercer sobre el trabajo docente, basado en un trabajo

interdisciplinario.

En las escuelas Preparatoria Oficiales, cada orientador atenderá a dos grupos,

encontrando varios orientadores por cada institución, dándose una característica
en donde los orientadores y docentes solo se buscan por iniciativa propia, cuando
requieren de una información y nunca para dar seguimiento a las problemáticas
que se van detectando, las cuales están obstaculizando su práctica cotidiana.
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Es por lo anterior que, en este ensayo, se abordará la práctica de la Orientación

Educativa y los factores que más influyen en la labor del orientador; se cuestionará
en que medida el orientador educativo es consciente de su práctica orientadora.

En muchos casos los orientadores educativos inician trabajo con descono-

cimiento de las funciones que tendrán que realizar, siendo el principal motivo el
pertenecer a diferentes formaciones profesionales como la pedagogía, psicología,
normalistas o sociólogos, los cuales en ocasiones no han tenido un acercamiento
en el quehacer de orientar, o simplemente en el área educativa. Sin embargo existe
un rasgo peculiar en el trabajo que el orientador realiza, desempeñando su función
dependiendo del contexto en el cual se encuentra, reproduciendo solo lo que a
su vez otros realizan, lo mismo los encontramos realizando tareas de; conserjería,
revisando uniformes, de prefectura, promotor, vendedor, maestros de ceremonias,
organizador de eventos sociales, rifas, maestro de ceremonias, concentrando ca-
lificaciones, cubriendo en grupo a los docentes, entrevistador, realizando trabajo
administrativo; concentrando calificaciones, etc.

“Se habla de la Orientación como e ese “comodín’” del que se echa mano
como retórica ante la evidencia de los problemas de desigualdad sociohistó-
rica; la orientación es disfrazada según se ofrezca…” (Gerardo Meneses 1997:
26).

Las tareas que realizan son diversas y simplemente se van adaptando a un

ambiente de trabajo que surge de la cotidianidad. Actividades que se han realizado
diariamente sin cuestionar, sin saber que es lo que deben o no hacer, por qué hacer-
lo, cuándo y bajo qué condiciones llevarlo a cabo. 2

Lo anterior lleva al orientador difícilmente a darse el tiempo de cuestionar

su práctica, así mismo como de realizar una reflexión y análisis de sus acciones,
incluso están tan involucrados en sus actividades que no tienen asumen el impacto
que su práctica ejerce en los profesores.

• “Resulta paradójico que en una aparente inclinación por ayudar a los

otros, los orientadores no traten de ayudarse a si mismos como gremio.
Atrapado por una lluvia discursiva, que pasa de la moral exacerbada al
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cientificismo y el pensamiento tecnocrático, el orientador avanza dema-

siado lentamente hacia una conciencia “posible”, que le permita una ac-
ción orientadora que comprenda, con mayor amplitud a la actual, la di-
reccionalidad y potencialidad a que puede llegar”. (Gerardo Meneses: 32)

No obstante, será necesario analizar el papel del orientador educativo en el

nivel medio superior, tomando en cuenta que existen documentos normativos que
definen y especifican las funciones de su trabajo.

“Pero dentro de este contexto es necesario analizar la función de la orienta-

ción educativa. Se define como una practica universal, ejercida en su expre-
sión mas sencilla por el hombre que mediante la palabra guía a otro; establece
con su interlocutor una relación ética o pedagógica y un vinculo afectivo, que
permita ayudarlo en el conocimiento de la realidad para logar su ubicación
oportuna en ella y, en ese sentido, cuente con los elementos para desarrollar
su proyecto de vida”. (Muñoz Riverolhl 1993:376)

Así, vemos que al orientador le corresponde interactuar directamente con

los actores principales del proceso educativo, es decir, con los docentes. Le corres-
ponde al equipo de orientación educativa revalorar la su práctica propiciando una
actitud de compromiso por su parte del mismo a su trabajo

Es importante que el orientador educativo reflexione sobre él ¿para qué? de

su quehacer, en el cual se de su compromiso, tanto en la actualización y en el tra-
bajo intelectual, así como la búsqueda de cambios de actitudes, buscar una postura
critica de los que hace y el como se hace, realizar un análisis, para con ello poder
obtener las evidencias para justificar su quehacer laboral.

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A pesar de los obstáculos que se presentan dentro de la institución. Solo así
se podrá entablar el dialogo. Actualmente vemos que en el Bachillerato general en-
contramos desempeñando funciones de docencia a profesionistas como; abogados,
sociólogos, filósofos, historiadores, químicos, biólogos, etc., sin que ninguno de
ellos se haya formado específicamente para ser docentes. Sin embargo todos ellos
son especialistas en cada una de sus disciplinas, donde cada uno de los docentes
puede transmitir su experiencia, par enfrentar los retos que se len van presentando
en el área. Ante esta situación es necesario que trabajen juntos los orientadores y
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docentes.

Al pensar en los resultados de las prácticas de la orientación educativa, nos

percatamos de que es necesario asumir una actitud hacia la vida y frente a la es-
cuela, que permite a los orientadores y a los docentes reconocer que ambos son
capaces de aprender y crecer al mismo tiempo. Ambos toman conciencia de que
están inmersos en un sistema educativo que les permita asumir posturas reflexivas
para lograr sus metas.

Respecto a la práctica de la orientación, considero que para eficientar el papel

motivador del orientador, es preciso que haya coherencia entre lo que dice y lo que
hace. Así, si un orientador educativo no está lo suficientemente motivado por su
labor, difícilmente podrá motivar a sus docentes.

Ante este panorama, es evidente que desempeñar una práctica tan compli-
cada como la orientación desde el sentido común, no es suficiente; les toca a los
orientadores salir al rescate de su propia labor, darle sustento y llevar a cabo accio-
nes que trasciendan para mejorar su desempeño profesional en todos los sentidos.

Entonces, ¿qué hacer? Existen dos posibilidades: primera, que los orienta-
dores y docentes se resguarden bajo el esquema de la simulación e indiferencia,
esperando que alguien solucione sus problemas, o esperar a que otros construyan
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las herramientas que necesitan para llevar a cabo su labor.

La segunda, que haga un análisis de su propia tarea educativa y se cuestio-

nen a sí mismos si cuentan con los elementos que lo lleven a modificar su práctica,
esto es, contar con la teoría, método, estrategias y técnicas que le permitan interve-
nir adecuadamente en su entorno laboral, de manera conjunta haciendo vínculos,
relaciones de cooperación, entre ambos actores en el nivel medio superior.
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En este sentido, es el orientador quien debe optar por el camino de retomar

el proceso de formación, mediante el cual pueda ir adquiriendo lo que le hace falta
para transformar su visión de las cosas y con ello su práctica orientadora.

En este caso hay que reconocer que sólo aquel profesional de la educación,
que después de haber revisado conscientemente su práctica, descubra y acepte que
el trabajo compartido nos lleva a, asumir el compromiso de buscar las respuestas
que nos permitan llegar a nuestras metas, es decir, es una responsabilidad ética
ante sí y ante los demás, que nos permitan el interactuar.

Sin embargo, la corriente disciplinar tiene como objetivo superar una sepa-
ración entre las disciplinas, como en la división del trabajo intelectual. En las Pre-
paratorias Oficiales, encontramos un conjunto de disciplinas que se imparten en el
mismo centro educativo. Nos referimos a las materias incluidas en el bachillerato
general, integradas en campos disciplinares; Comunicación y Lenguaje, Ciencias
Sociales y Humanidades, Matemáticas y Razonamiento complejo, Ciencias Natu-
rales y Experimentales, Componentes cognitivos y Habilidades del pensamiento
y Componentes temáticos. En la práctica diaria de la formación de los diferentes
campos disciplinares, la experiencia de cada uno de los docentes y orientadores,
tendrá que entrelazarse, complementarse y reforzarse mutuamente para contribuir
en la construcción del conocimiento.

La interdisciplinariedad implica vínculos, relaciones y cooperación entre dos 5

o más disciplinas; en donde se refleje la interacción, intercambio y sobre todo el en-
riquecimiento mutuo entre los orientadores y docentes, esperando que el abordaje
colectivo de una problemática en común, requiera de acciones conjuntas desde los
distintos campos disciplinares, donde se expongan los puntos de vista de cada uno,
sobre una realidad.

Pero también es verdad que la interdisciplinariedad enfrenta una serie de

obstáculos entre los cuales podemos destacar una posible oposición entre teorías,
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ideologías disciplinas, lo que obstaculiza el trabajo en grupo, la necesidad de que

cada representante deba estar familiarizado con cada uno de los campos discipli-
nares, además en cada disciplina, otra dificultad se refleja a la hora de traducir las
conclusiones teóricas a términos operativos. Traduciéndose en un problema a la
hora de trabajar.

“La interdisciplinariedad implica una interacción entre dos o mas discipli-

nas, pudiendo ésta ir desde la simple comunicación de ideas a la integración
mutua de conceptos organizadores, metodología procedimientos, etc., lo cual
presupone la organización de la investigación de un campo suficientemente
amplio”. (Sarrate Capdevila: 98).

El grupo interdisciplinar, esta formado por diversas áreas profesionales, con

los cuales se da una intercomunicación y de intercambio, de manera constate entre
cada uno de ellos, como estrategia útil de resolución de problemas, que produce un
enriquecimiento mutuo.

La relación existente entre algunas materias, compartiendo contenidos que

sirvan de apoyo para la comprensión de los contenidos o como antecedente, tam-
bién utilizando sus métodos que benefician y se articulan en torno a la meta de la
materia. Sin embargo esta situación cambia cuando todos trabajamos por caminos
diferentes, en lugar de apunta hacia la transversalidad como desafío educativo per-
manente.

“Hoy mas que nunca, es indispensable que la educación no se traduzca en la

mera culminación de conocimientos desintegrados, es necesario resaltar las
interconexiones subyacentes en los mismos y otorgar especial importancia
a los procesos, esto es lograr capacidades y prácticas intelectuales, como sa- 6
ber buscar, seleccionar, y organizar la información, reflexionar críticamente,
tomar decisiones, comparar, contrastar, evaluar, habilidades imprescindibles
ante la amplia y diversa información disponible sobre cualquier campo del
saber que se produce en nuestros días.” (Sarrate Capdevila: 103).

Lógicamente nos tienen que enseñar a trabajar con otras disciplinas, con otras
formas de entender o captar la realidad, lograr aportaciones y el desarrollo de cada
individuo, logrando un verdadero esfuerzo de integración. Es necesario responder
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a las necesidades de superación profesional de los maestros que comparten tareas

comunes por la materia, semestre o grupo que atienden.

Tomando en cuenta que una finalidad del trabajo interdisciplinario es el in-

tercambio de información y la toma de acuerdos y decisiones, es importante que en
este espacio participen no sólo los profesores de un grado, sino también aquellos
que atienden a otros. Su participación en las reuniones será útil para conocer las ex-
periencias que se van obteniendo al trabajar los nuevos programas de estudio, y to-
mar de ellas algunas sugerencias que permitan contribuir al logro de los objetivos,
logrando cumplir con las funciones que tienen en común orientadores y docentes.

“También es necesario señalar que apostar por la interdisciplinariedad signi-

fica defender un nuevo tipo de persona, más abierta, flexible, solidaria, de-
mocrática y critica. El mundo actual necesita personas con una formación
cada vez más polivalente para hacer frente a una sociedad donde la palabra
cambio es uno de los vocablos más frecuentes y donde el futuro tiene un
grado de imprevisibilidad como nunca en otra época de la historia de la hu-
manidad”. (Torres, 1994:48)

Es un espacio de reflexión y acción que busca desarrollar y configurar en las

personas actitudes y valores específicos de esta dinámica, así como la autodetermi-
nación y la creatividad como profesional de la educación. Esto implica fortalecer en
ellos habilidades como: el trabajo en equipo, asimismo ofrecer la posibilidad para
enfrentar con éxito situaciones complejas y reconocer las necesidades sociales del
entorno.

Para el logro de sus objetivos la orientación educativa, debe abarcar las si-
guientes áreas de intervención. Funciones que se cubrirán a través de las siguientes 7
áreas;

Área Institucional: facilita la integración del alumno con la institución, a par-

tir del fortalecimiento de su sentido de pertenencia.

Área Escolar: proporciona estrategias con el fin de fortalecer hábitos y técni-

cas de estudio, que contribuyan a elevar el aprovechamiento académico.
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Área Vocacional: fortalece el proceso de toma de decisiones, al promover la

reflexión de intereses, valores y aptitudes personales para identificar y elegir las
distintas opciones educativas y laborales que ofrece el entorno. Por otro lado, apo-
ya al alumno en la construcción de un proyecto de vida.

Área Psicosocial: propicia el desarrollo de actitudes, comportamientos y ha-

bilidades favorables para el autoconocimiento, la autoestima y la comunicación.
Con el fin de mejorar la calidad de vida individual y social. Además, proporciona
apoyo de tipo preventivo para enfrentar factores de riesgo psicosocial.

Estas áreas serán abordadas estratégicamente por el orientador, los directivos,

docentes, estudiantes y padres de familia. Esta ayuda solo se lograra si se realiza
mediante una intervención profesionalizada, realizando un trabajo interdiscipli-
nario, en un proceso continuo, que debe ser considerado como parte integrante del
proceso educativo, que implica a todos; pero lo que da identidad a la orientación es
la integración de todos los aspectos en una unidad de acción coordinada.

Necesitamos nuevos términos para comunicarnos sobre los nuevos modelos

de intervención. Por eso, se propone que hablar de psicopedagogía, es referirnos
a la orientación, como término que los incluye a todos, dándoles unidad. La orien-
tación psicopedagógica es un trabajo en equipo que implica a un conjunto de per-
sonas: son los agentes de la orientación. Entre ellos está el orientador. Pero además
del orientador, intervienen los docentes.

“El trabajo interdisciplinar contribuye igualmente a que profesoras y profe-

sares se sientan participes de un equipo con metas comunes. Favorece igual-
mente una formación plural que permita moverse en los distintos campos de
trabajo”. (Albert Gómez: 116). 8

Ese sentido puede ser el que permita al personal dedicado a la orientación,

al asumir esa nueva responsabilidad, tendrá que incorporar nuevos elementos a
su formación con el fin de estar permanentemente actualizado y, sin pretender que
pierda su identidad profesional, deberá desempeñar un papel como factor de en-
lace, de vinculación, de comunicación entre las diferentes instancias que confluyen
en el proceso educativo.
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En este contexto, la orientación, no es una tarea exclusiva de los profesionales

dedicados a esta actividad, corresponde también a los profesores y las autoridades
educativas mediante la conformación de un equipo interdisciplinario de orienta-
ción, capaz de integrar los conocimientos especializados y la experiencia de cada
uno de ellos para atender las diversas necesidades de los jóvenes y de la población
en general.

La conformación de un trabajo interdisciplinario del departamento de orien-

tación en las instituciones educativas permitirá una atención integral a las necesi-
dades e inquietudes de los jóvenes y puede contribuir a lograr la participación de
otros profesionales, especialmente los docentes, en las tareas de orientación.

De esta forma considerarlo como un medio fundamental para conformar un

equipo capaz de dialogar y concertar, de compartir conocimientos, experiencias y
problemas en torno a asuntos y metas de interés común, tiene como base la par-
ticipación comprometida y democrática, que debe realizarse en un ambiente de
respeto a la diversidad, en busca de la colaboración que se requiere para generar
propuestas y solucionar problemas de carácter pedagógico que afectan al conjunto
de la institución.

El clima de trabajo en la escuela mejora cuando los docentes acuerdan for-

mas de trabajos comunes y congruentes, cuando sienten la confianza de acercarse
a unos a otros para solicitar apoyo o llegar a acuerdos. Siendo las principales ra-
zones para la interdisciplinariedad; la motivación, el desarrollo de la creatividad,
la curiosidad, a la necesidad de especialización de los docentes, permite nuevos
descubrimientos, la búsqueda de innovación que responda a sus intereses.

La sistematización es el proceso mediante el cual se articulan las experiencias 9

en la práctica académica; es decir, como acto de construcción de conocimiento, lo
lleva a cabo el personal académico de la institución, las acciones se desarrollan en
espacios intensos de intercambio y confrontación de ideas, concepciones, experien-
cias y expectativas, a través de reconstrucción, análisis, interpretación y transfor-
mación de una realidad institucional concreta, bien sabemos que el trabajo educati-
vo individual y aislado, difícilmente produce resultados plenamente exitosos.
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La tarea no es sencilla pero si resultara gratificante. Mientras que si se trabaja

interdisciplinariamente se promueve el intercambio de experiencias, de soluciones
a situaciones específicas; genera la producción de materiales de apoyo al trabajo de
docencia; favorece el intercambio de información para la investigación en la acción,
enriquece los elementos didáctico-pedagógicos de la actividad docente; fortalece
actitudes de colaboración, flexibilidad, diplomacia, y la comprensión humana.

La idea de realizar un trabajo interdisciplinario en ocasiones puede enfren-

tarnos a serias dificultades; el desconocimiento del cómo de su implementación,
situación que desconcierta y nos provoca incertidumbre. Por lo que es importante
la comunicación permanente y la cooperación entre todos, realizando aportes, así
como disponer de tiempos y de espacios.

Esta ampliación de funciones implica una revisión de las estrategias de orien-

tación educativa hasta ahora utilizadas, con el fin de extender su capacidad de
atención, para ello es fundamental el uso de los medios de comunicación.

Si bien la tarea interdisciplinaria nos llena de desconcierto, esto se marca más

cuando se sugiere realizar un proyecto interdisciplinario. Donde será necesario
destacar la participación conjunta de todas aquellas partes que intervienen en un
proceso de esta naturaleza, con el objeto de establecer un sistema de orientación
que corresponda a las demandas del Bachillerato general, sin olvidar que los orien-
tadores también son responsables de complementar la información y soporte del
trabajo de los docentes, para así mantener una comunicación permanente.

Con esto, se pretende plantear la necesidad del grupo profesional de orien-

tadores educativos para que trascienda su labor hacia el desarrollo de proyectos
de formación interdisciplinaria y didáctica, de las escuelas preparatorias oficiales. 10

Para contar con los recursos necesarios para estas tareas, se requiere de me-
canismos de colaboración interdisciplinaria y didáctica, de manera que sea posible
generar acciones que transciendan en la función del orientador educativo y sobre
todo que esto impacte en el trabajo del docente.

La interacción y vinculación, considerando la necesidad de su asociación es-

trecha de los orientadores y docentes en una planeación educativa, por medio de
la comunicación, seleccionando y difundiendo mensajes, oportunos e integrales,
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acerca de la realidad, utilizando los canales más diversos, especialmente aquellos

de cobertura más amplia, de tal manera que los todos puedan contar con elementos
de información suficientes para encauzar la toma de decisiones y ésta no se realice
a partir de supuestos los cuales casi siempre carecen de evidencias.

De este modo el personal dedicado a la orientación, al asumir esa nueva res-

ponsabilidad, tendrá que incorporar nuevos elementos a su formación con el fin
de estar permanentemente actualizado y, sin pretender que pierda su identidad
profesional, deberá desempeñar un papel como factor de enlace, de vinculación, de
comunicación entre las diferentes instancias que confluyen en el proceso educativo

Pero corresponde también a los docentes y las autoridades educativas me-

diante la conformación de un equipo interdisciplinario en donde la dirección de
esta propuesta sea dada por el departamento de orientación, el cual con apoyo de
todos los involucrados será capaz de integrar los conocimientos especializados y la
experiencia de cada uno de ellos para atender las diversas necesidades de la pobla-
ción en general, de la institución educativa.

Referencias Bibliográficas
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Educativa para el bachillerato propedéutico estatal (DOROE). Toluca.

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versidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid.

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