Cargamos el primer trabajo práctico, que comprende un estudio de casos relativos a

inoponibilidad de la persona jurídica.

En nuestra primera clase tuvimos una aproximación al tema de la personalidad, entendida
como aquella técnica de dotar de personalidad (de subjetividad) a un ente ideal, con los limites
que vimos, su objeto (principio de especialidad) y los fines de su creación.
Así el art. 141 del Código Civil y Comercial de la Nación define a la persona jurídica como ??
todos los entes a los cuales el ordenamiento jurídico les confiere aptitud para adquirir
derechos y contraer obligaciones para el cumplimiento de su objeto y los fines de su
creación??. (Repasar en este punto ¿Qué es el principio de especialidad?).
Asimismo el art. 142 del Código establece que ??la existencia de la persona jurídica privada
comienza desde su constitución. No necesita autorización legal para funcionar, excepto
disposición legal en contrario. En los casos en que se requiere autorización estatal, la persona
jurídica no puede funcionar antes de obtenerla??.
Algo que también fue comentado en clase es lo consagrado en el art. 143 del Código en
tanto ??La persona jurídica tiene una personalidad distinta de la de sus miembros? Los
miembros no responden por las obligaciones de la persona jurídica, excepto en los supuestos
que expresamente se prevén en este Título y lo que disponga la ley especial??.
En concordancia el art. 2do de la Ley General de Sociedades Nro. 19.550 establece que las
sociedades son ??sujetos de derecho con alcance fijado en esta ley??.
Y el art. 148 del Código indica que ??Son personas jurídicas privadas: a) las sociedades??.
De este juego armónico de artículos podrán observar como el legislador dota de personalidad
estos entes colectivos que estudiamos, las sociedades, con una técnica que permite
estructurar actividades económicas, la organización para el cumplimiento de una determinada
actividad, dato que se presenta como fundamental para la creación de este centro de
imputación diferenciado de responsabilidad.
El interrogante se abre cuando se abusa de esa personalidad para violar el orden público, la ley
o frustrar derechos de terceros.
Tal como advertimos este mecanismo de imputación diferenciada que se crea, esto es
la subjetivización de un ente ideal, lo es solo dentro de los límites y los fines de su creación. Es
decir que las personas jurídicas tienen ab initio una limitación de actuación, y por tanto solo
les será reconocida su personalidad, su carácter de sujeto, y un centro de imputación de
responsabilidad diferenciada de los miembros que la integran, siempre y cuando su actuación
se ajuste al fin para al cual fue creado.
La cuestión se suscita cuando se utiliza a la sociedad para violar la ley, el orden público la
buena fe o frustrar derechos de terceros.
Esta teoría que comenzó a desarrollarse en jurisprudencialmente en el derecho anglosajón
para luego ser receptado por nuestros tribunales. 
Dicho esto, el artículo 54 in fine de la Ley General de Sociedades establece que: "...
Inoponibilidad de la personalidad jurídica. La actuación de la sociedad que encubra la
consecución de fines extrasocietarios que constituya un mero recurso para violar la ley, el
orden público o la buena fe o para frustrar derechos de terceros, se imputará directamente a
los socios o a los controlantes que la hicieron posible, quienes responderán solidaria e
ilimitadamente por los perjuicios causados..."
El tema podrán ampliarlo con cualquier autor.