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Violación

de los
derechos

PROFESORA: ESTUDIANTE:

LILIANA SANCHEZ GARCIA ANIUSKA. CI: 28280866

SECCION M-02

SEGUNDO AÑO DE DERECHO

BARINAS; 18/06/2020
Los derechos humanos están consagrados en las leyes de todas las naciones y tratados
internacionales, son indivisibles, interdependientes, inalienables y universales. Esto significa que
deben cumplirse en su cabalidad (y no parcialmente), que deben cumplirse todos siempre, que no
pueden quitársele a nadie por ninguna circunstancia y que aplican a todos los seres humanos sin
distingo. Estos derechos, además, estarían por encima de cualquier tipo de ordenamiento jurídico.

Estos se proclamaron por primera vez en la Revolución Francesa de 1789, bajo el título
“Declaración de los derechos del hombre en sociedad”.

La situación de los derechos humanos en América Latina varía mucho de país a país. En
algunos, como en Colombia, las desapariciones, las ejecuciones sumarias y la tortura han
alcanzado proporciones epidémicas. En otros, como en Perú, cientos de presos inocentes
continúan en la cárcel, falsamente acusados de "actividades subversivas". En otros más, las
violaciones más comunes son la brutalidad policial, las condiciones inhumanas en las cárceles, y
las violaciones a los derechos económicos y culturales. Si hay una violación que es común, hoy
en día, a la mayor parte de los países de América Latina, es la impunidad, la falta de castigo - y a
menudo de investigación - a aquellos que son responsables por cometer los abusos más viles
contra los derechos humanos.

En los últimos meses diversas naciones de América Latina y El Caribe han visto convulsionada
su tranquilidad por una importante oleada de manifestaciones y protestas pacíficas en reclamo por
reivindicaciones y justicia social. Estas protestas han sido irrumpidas con extrema violencia por
los cuerpos de seguridad administrados por el Estado. Bolivia, Chile, Ecuador y Colombia son
algunos de los países latinoamericanos que sufrieron la aplicación exagerada del cerco policial y
armado para evitar que se escuchara la voz de los más vulnerables. A pesar del reconocimiento
de estos derechos, la humanidad sigue actuando en función de sus instintos primarios, sin
importarle trasgredir los derechos de otro ser humano, con tal de obtener su propio beneficio, ya
sea económico, moral o de otra índole. A pesar del reconocimiento de estos derechos, la
humanidad sigue actuando en función de sus instintos primarios, sin importarle trasgredir los
derechos de otro ser humano, con tal de obtener su propio beneficio, ya sea económico, moral o
de otra índole.

La desigualdad, la corrupción, la violencia, la degradación medioambiental, la impunidad y el


debilitamiento de las instituciones continuaron siendo una realidad habitual en toda la región de
las Américas, lo que para miles de personas se traducía en violaciones de derechos humanos
cotidianas. A lo largo del año varios países de la región se vieron sacudidos por manifestaciones
multitudinarias, al tomar la gente las calles para exigir rendición de cuentas y que se respetaran
sus derechos humanos. Salvo escasas excepciones, la mayoría de los gobiernos respondieron a
estas protestas con represión y haciendo uso excesivo de la fuerza, en un intento de silenciar las
reivindicaciones de mayor justicia social. En lugar de establecer mecanismos para promover el
diálogo y abordar los motivos de preocupación de la ciudadanía, las autoridades recurrieron a la
violencia en las actuaciones policiales durante las manifestaciones y, en algunos casos,
incrementaron la militarización de las operaciones de orden público. Durante el año, al menos
210 personas murieron a consecuencia de la violencia en el contexto de las protestas.

La región de las Américas continuó siendo la más peligrosa del mundo para los defensores y
defensoras de los derechos humanos y para quienes ejercían el periodismo. En 2019, 208
personas perdieron la vida de manera violenta por su labor de defensa de los derechos humanos, y
muchas otras sufrieron hostigamiento, criminalización y desplazamiento forzado. En algunos
países se siguió sometiendo a acoso, detenciones arbitrarias y ejecuciones extrajudiciales a
periodistas. Por ejemplo, en México murieron de manera violenta durante el año al menos 10
periodistas a consecuencia de su trabajo.

Los defensores y defensoras de los derechos humanos y los líderes y lideresas indígenas que
luchaban para defender derechos de acceso a la tierra, el territorio y el medioambiente figuraban
entre las personas con mayor riesgo de sufrir violencia y hostigamiento. En el contexto de
proyectos de infraestructura y del profundo impacto de las industrias extractivas, la mayoría de
los gobiernos no respetó ni garantizó el derecho de los pueblos indígenas al consentimiento libre,
previo e informado sobre el uso de sus tierras ancestrales.

En definitiva, los derechos humanos son violados. Muchas de las gravísimas violaciones que
han ocurrido son propias de los estados autoritarios, donde predominan la represión y la censura a
toda forma de oposición. En cambio, violaciones como el terrorismo y la discriminación surgen
de la sociedad, quien haciendo diferencias entre las personas viola la igualdad de todos los
hombres y en el primer caso, además, lastima a gente que no tiene ninguna relación con el
conflicto en cuestión.

Los derechos del niño, la miseria y la ignorancia provienen de injusticias sociales de las cuales
se puede culpar tanto a la sociedad como al estado.

Todo esto nos lleva a una conclusión importante. La democracia es la mejor forma de vida. Esta
requiere eliminar toda clase de violaciones a los derechos humanos, ya que se basa en su respeto,
defensa y promoción de desarrollo, de paz y de seguridad para todos los hombres.

Es fundamental destacar que hay miles de programas y planes para el restablecimiento de los
derechos humanos, y que son muchas las organizaciones encargados de llevarlas a cabo.

Creo que lo que falta es concientizar más a la gente de las violaciones que sus derechos están
sufriendo así esta puede participar en el respeto y la defensa de los derechos humanos.

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