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12 de abril del 2012.

Sres.
COMISIÓN INTERAMERICANA
de DERECHOS HUMANOS
de la ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS.
S. / D.

Por la presente cumplo en hacer llegar a la Comisión Interamericana


de Derechos Humanos (en adelante “la Comisión”) la presente
DENUNCIA en contra de la REPÚBLICA ARGENTINA, por la
violación de los DERECHOS HUMANOS que se mencionarán a
continuación, en el marco de las previsiones de los artículos 33, 41 inciso
f) y 44 de la Convención Americana de Derechos Humanos, a fin de que el
Estado responsable restablezca el goce de los derechos conculcados, y en
su caso para que se repare el perjuicio (“disponer una investigación seria
y objetiva” en relación a los hechos que se mencionarán a continuación)
que dicha trasgresión ha ocasionado.

Con el objetivo de sistematizar adecuadamente los requisitos


contenidos en la reglamentación dispuesta por los artículos 31, 32 y 33 de
la CADH y 28 del Reglamento de la CIDH, a continuación concretaremos
la petición respetando el formato impuesto en el “formulario” elaborado
por el Secretariado Ejecutivo de dicho organismo, sin perjuicio de las
aclaraciones y/o ampliaciones que puedan requerirse en el curso del trámite
de la petición.

I. PERSONA, GRUPO DE PERSONAS U ORGANIZACIÓN QUE


PRESENTAN LA PETICIÓN.

Nombre: Sandra Mónica RODRIGUEZ, por su propio derecho y en


representación de sus hijas Camila y Ariadna Fuentealba.
Dirección postal: Formosa 463, de la Ciudad de Neuquén.
Teléfono: 54.0299. 4475862
Fax: 54.0299.4422034.
Correo Electrónico: monyrodry67@hotmail.com , asistido legalmente por
los Dres. Ricardo Jorge MENDAÑA y Gustavo Eduardo PALMIERI,
abogados, con domicilio legal en la calle Presidente ILLIA No. 1040,
Planta Baja, de la Ciudad de Neuquén, Provincia de NEQUEN,
2
República Argentina, telefax 54.0299.442/2034, correo electrónico:
palmieri.gustavoeduardo@gmail.com y rjmend2004@hotmail.com.

¿Desea usted que la CIDH mantenga su identidad como peticionario en


reserva durante el procedimiento?
No es necesario.

II. NOMBRE DE LA PERSONA O PERSONAS AFECTADAS POR


LAS VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS.

Nombre: Sandra Mónica RODRIGUEZ, por su propio derecho y en


representación de sus hijas Camila y Ariadna Fuentealba.
Dirección postal: Formosa 463, de la Ciudad de Neuquén.
Teléfono: 54.0299.4475862
Fax: 54.0299.4422034
Correo electrónico: monyrodry67@hotmail.com.

III. ESTADO MIEMBRO DE LA OEA CONTRA EL CUAL SE


PRESENTA LA DENUNCIA.
República Argentina.

IV. HECHOS DENUNCIADOS.

a) Relato de las “circunstancias fácticas” más significativas que se


vinculan con la presente denuncia:

Teniendo en cuenta la entidad y naturaleza de las afectaciones que se


ponen en conocimiento de la Comisión, consideramos indispensable
realizar a continuación una descripción cronológica y sistematizada de la
secuencia de actos procesales que fueron dándose con el transcurso del
tiempo en el hecho que se denunciará a continuación, para destacar – en el
3
apartado correspondiente – bajo que modalidad y en que medida se
corresponden unas con otras.

1. Que el proceso penal en el que se producen las groseras


violaciones a los DERECHOS HUMANOS que se denuncian en esta
petición, se corresponde con los hechos sucedidos en la Provincia de
Neuquén, en cercanías de la localidad de Arroyito, más precisamente en la
Ruta Nacional No. 22, el día 04 de abril de 2007, oportunidad en la que se
produjo el asesinato de Carlos Fuentealba, de profesión docente,
domiciliado en la Ciudad de Neuquén Capital, consecuencia del impacto
que recibió en su cráneo, producto de un disparo de una pistola lanzagases
del tipo 12.70, realizado por un efectivo de la policía de la Provincia de
Neuquén – el Cabo Darío Poblete - , a una distancia aproximada a los 3 a 5
mts., y en momentos en que la víctima Fuentealba se encontraba en el
interior de un vehiculo Fiat modelo 147, alejándose del lugar.

2.Resulta conveniente el destacar inicialmente ciertos aspectos de las


circunstancias que rodearon el crimen, para que se tome una adecuada
dimensión del hecho que correspondía fuera adecuadamente
investigado, y que hasta el día de la fecha, luego de más de cinco años de
ocurrido, aún no ha sido esclarecido en forma completa en relación a las
responsabilidades de naturaleza penal en lo que sucedió en dicha ocasión.

3.A comienzos del año 2007 el sindicato que agrupa a los


trabajadores de la educación de la provincia de Neuquén A.T.E.N
(Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén) mantenía con el
Poder Ejecutivo Provincial una conflicto gremial relacionado con
reivindicaciones salariales, edilicias y otras de diversa naturaleza.

4.El conflicto a comienzos de abril de ese año superaba ya los 40


días, en el que los trabajadores de la educación llevaron adelante una
acciones sindicales de distinto tipo, entre ellas, suspensión del dictado de
clases, varias movilizaciones por las calles de la ciudad, numerosos pedidos
de entrevistas con las autoridades provinciales para generar una mesa de
reunión en búsqueda de una solución.

5.El Poder Ejecutivo Provincial a cargo en aquella época del Sr.


Jorge Omar Sobisch se negó sistemáticamente a aceptar reunirse con las
autoridades del sindicato.
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6.Con el correr de los días el conflicto se fue agravando, obligando a
los trabajadores de la educación a radicalizar la protesta para poder ser
oídos en sus reclamos. Es así que durante varios días dispusieron el corte
del tránsito vehicular en el puente carretero que une las localidades de
Neuquén y Cipolletti, que sirve de límite interprovincial entre las
provincias de Rio Negro y Neuquén; insistimos sin que el Gobierno
Provincial hiciera alguna propuesta sobre el reclamo de los trabajadores.

7.En ese contexto de silencio oficial, de días que transcurrían sin el


dictado de clases, de un aumento de la presión de los trabajadores por
recibir una propuesta a sus reclamos, es que el gremio A.T.E.N. toma la
decisión, por intermedio de sus organismos estatutarios (plenario de
secretarios generales, asambleas de trabajadores en cada una de las
localidades, etc.) el realizar una manifestación en el paraje denominado
Arroyito, en proximidades del km.1270 de la Ruta Nacional No. 22, y que
sirve de nexo para el turismo hacia la zona de la cordillera de las provincias
de Neuquén y Río Negro (entre otras hacia las localidades de San Carlos de
Bariloche, San Martin de los Andes, Junín de los Andes, Villa La
Angostura, Alumine,etc.),para el día 04 de abril de 2007, y que coincidía
con el inicio de la celebración de la denominada “Semana Santa”.

8.Merece destacarse que la decisión de convocar a una movilización


en dicho lugar (distante aproximadamente a unos 50 kms. de la Ciudad de
Neuquén, Capital de dicha provincia) fue debidamente comunicada a las
autoridades del Gobierno Provincial, precisamente como una forma de
asegurar una mesa de diálogo que ya a esa altura de los acontecimientos la
casi totalidad de las organizaciones políticas, sociales, sindicales y de
derechos humanos (a excepción claro del partido político a cargo de la
gobernación, M.P.N. – Movimiento Popular Neuquino) reclamaban.

9.Por el contrario, la respuesta desde dicha agrupación política era la


cerrada negativa a efectuar una propuesta para que fuera evaluada por los
trabajadores.

10.A primeras horas del día 04 de abril de 2007 trabajadores de la


educación de distintas localidades de la Provincia de Neuquén comenzaron
a trasladarse hacia la zona de Arroyito, de manera individual o grupal y por
sus propios medios.
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11.Al arribar al lugar se encontraron con la presencia de una gran
cantidad de personal policial, de los denominados “grupos especiales”, con
carro hidrante, quienes portaban armas de disuasión y también armas
reglamentarias, apostados en cercanías de un puente que se encuentra en el
lugar y que había sido anunciado como el punto de reunión o encuentro de
los trabajadores para iniciar la protesta.

12.Se encontraron también con la presencia de una gran cantidad de


jefes policiales, de vehículos carrozados, y de armamento.

13.En cuanto arribaron al lugar, los trabajadores se entrevistaron con


los jefes policiales quienes ya se encontraban apostados en la Ruta
Nacional No. 22, es decir, que efectivamente al comienzo de la
manifestación el tránsito vehicular se encontraba interrumpido por la
presencia de los efectivos policiales.

14.Luego de una breve charla con estas autoridades policiales, en la


que se le insistía a los trabajadores que no podían permanecer en el lugar,
sin que se generara ningún altercado violento ni agresión de parte de los
manifestantes (como no sea la discusión que comenzó frente a la solicitud
de la policía de Neuquén de que se retiraran del lugar) se dio la orden de
reprimir a los docentes mediante el uso de gas lacrimógeno, continuando
con una persecución que se extendió, en un primer momento, hasta una
estación de carga de combustible que se encontraba aproximadamente a
unos 2 kms del primer lugar. La persecución y la violencia con la cual se la
llevó a cabo obligo a los trabajadores a albergarse en el interior de dicho
comercio, y algunos de ellos a huir a campo traviesa por los alrededores
para no ser alcanzado por los gases lacrimógenos.

15.Este tramo del accionar policial se extendió por varios minutos,


debiendo destacarse que tal como se dieron los acontecimientos a
excepción de ese breve lapso de tiempo en el que mantuvieron lo charla
con las autoridades policiales, es obvio que el anunciado “corte de ruta” no
se concretó.

16.Luego de un tiempo y frente a la violencia exhibida por la policía,


los trabajadores decidieron replegarse hacia la localidad de Senillosa, en
dirección a la Ciudad de Neuquén, haciéndolo en algunos casos a pie y
también en vehículos por la Ruta Nacional No. 22, acompañados en el final
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de la columna ya dispersa de manifestantes por efectivos de la policía de
Neuquén.

17.Nuevamente de manera inesperada y sin que se presentara


ninguna circunstancia que lo justificara, los efectivos policiales iniciaron
una nueva ofensiva de represión en contra de los manifestantes, lo que
obligó a estos últimos a huir del lugar de la manera más rápida que podían
hacerlo. Esta nueva andanada represiva lo fue mediante el uso de gases
lacrimógenos, de manera indiscriminada, masiva, y en algunos casos en
dirección o apuntando hacia los vehículos que se retiraban del lugar.

18.Una vez que los manifestantes se alejaron del lugar, y se


reagruparon, continuaron trasladándose en dirección a la Ciudad de
Neuquén, es decir, se retiraban.

19.Lamentablemente, en forma sorpresiva y sin que nuevamente se


presentara ninguna actitud de los manifestantes, se produjo lo que podría
denominarse el “tercer tramo represivo”.En esta oportunidad un grupo de
policías que se movilizaban en vehículos carrozados avanzaron por sobre
los manifestantes, produjeron una “encerrona” con una hilera de efectivos
policiales colocados sobre la Ruta impidiendo el regreso de los
manifestantes, provocando un congestionamiento en el transito de los
vehículos que circulaban, y ello respecto del ultimo grupo de personas que
se retiraban, entre los cuales se encontraban los dirigentes del sindicato.

20.De ese grupo de efectivos policiales (en un número aproximado a


los 12, en todos los casos fuertemente armados), se desprendió uno de
ellos, quien se apostó en el lado Sur de la Ruta Nacional, para luego
colocarse en posición de tiro y efectuar un disparo hacia uno de los
vehículos que circulaban, precisamente en cuyo interior y en el asiento
trasero lo hacia el docente Carlos Fuentealba.

21.El disparo lo realizó con una pistola lanzagases, calibre 12,70


mm., a una distancia no superior a los cinco metros, en dirección directa
hacia el vehículo y a su interior, lo que produjo el ingreso del proyectil, que
impactó en la parte trasera del cráneo de Carlos Fuentealba.

22.En el instante preciso en que se produce el disparo el resto de los


efectivos policiales ya mencionados se encontraban apostados en la cinta
asfáltica observando lo que sucedía a muy escasa distancia.
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23. Luego del impacto el vehículo avanzó unos pocos metros, para
detenerse y en donde se advierte la herida mortal que presentaba Carlos
Fuentealba. Fue ayudado por sus compañeros a salir del vehículo, colocado
en el asfalto a la espera de la llegada de una ambulancia.

24. Mientras tanto los efectivos policiales formaban un cordón en la


Ruta Nacional, e incluso arrojan desde el hidrante agua hacia el lugar en el
que yacía el cuerpo herido del docente.

25.Trasladado al Hospital de la localidad de Senillosa y luego al


Hospital Regional de la Ciudad de Neuquén, por la gravedad de las lesiones
recibidas Carlos Fuentealba fallece a las pocas horas.

26.Cabe el mencionar que de tales referencias fácticas existen video


filmaciones, una de ellas en las que se puede apreciar el mismo momento
en que se produce el disparo mortal. Naturalmente que habremos de
aportarlas para su evaluación por la Comisión.

27.Frente a lo sucedido se inicia una investigación penal para


deslindar las responsabilidades de lo ocurrido, el autor directo del disparo,
el comportamiento de los jefes policiales que se encontraban a cargo del
operativo, la de los dirigentes políticos que también se encontraban en el
escenario de los hechos, etc.

28. Desde allí se dio inicio a la causa penal que aún a la fecha se
encuentra en desarrollo y que es la que motiva la formalización de esta
denuncia por ante “la Comisión”.

29.Nuevamente nos vemos en la necesidad de dar cuenta de algunos


aspectos de la investigación que se llevó adelante para poder precisar las
afectaciones que luego denunciaremos en relación a las víctimas de este
más que lamentable episodio, sólo entendible desde la irracionalidad y el
desprecio de la vida humana.

b) Reseña de la actividad judicial que se llevó a cabo en relación al


crimen:
8
1.La inicial investigación quedó radicada por ante el Juzgado de
Instrucción No. 4 de la Ciudad de Neuquén, registrada como “Poblete José
Darío –s/ homicidio calificado”, expediente No. 37831/7, interviniendo
como representante del Ministerio Público Fiscal la titular de la Fiscalía de
Graves Atentados Personales, Dra. Sandra Gonzalez Taboada.

2.Frente al masivo clamor de justicia que desde la sociedad


Neuquina se generó desde el mismo momento en que ocurrieron los hechos
(multitudinarias movilizaciones diarias, pedidos de renuncia a las
autoridades políticas, repercusión en todo el país frente al asesinato) y
teniendo presente el que autor material del disparo mortal luego de
efectuarlo regresó a la formación de policías que se había dispuesto, luego
de 48 hs. efectivos policiales prestaron testimonio por ante la Fiscalía
mencionando que uno de los efectivos podría haber sido el autor.

3.Creemos oportuno ir señalando que los primeros pasos de la


investigación la Fiscalía delegó a personal de la misma Policía de la
Provincia de Neuquén, cuando teniendo en cuenta que el crimen ocurre
precisamente en el marco de un operativo llevando adelante por efectivos
de esta misma fuerza, lo conveniente para asegurar objetividad y eficiencia
en la labor investigativa y en la pesquisa hubiera sido convocar a otras
fuerzas de seguridad para que actuaran en respaldo a la labor judicial.

4.Aún así finalmente el Sr. Darío Poblete fue detenido a disposición


de la investigación, y luego de algunas diligencias judiciales realizadas, el
estado de sospecha inicial se fue consolidando, hasta quedar formalmente
imputado como autor material del disparo mortal.

5.En la oportunidad en la cual se le formularon los cargos (en el


diseño procesal de la provincia de Neuquén denominado “declaración
indagatoria”) el Sr. Poblete en ejercicio de su garantía constitucional
guardó silencio. Dicha decisión se mantuvo a lo largo de todo el proceso
penal hasta el día de la fecha.

6.En la etapa de investigación del caso (etapa de instrucción) luego


se dispuso su procesamiento con prisión preventiva, y las partes acusadores
(pública y privada) mas adelante requirieron la elevación a juicio de la
causa.
9
7.La esposa de Carlos Fuentealba junto con sus hijas Camila y
Ariadna se constituyeron como “querellantes particulares” en ese proceso
penal.

8.De manera paralela a esa causa y por intermedio de un


requerimiento de instrucción formulado por el Ministerio Público Fiscal, se
dio inicio a una segunda causa penal respecto de dicha “ilegítima
represión”, sustancialmente en orden a determinar otras probables o
posibles responsabilidades de tipo criminal, siendo investigados un total de
15 efectivos policiales a los cuales se les imputó inicialmente en algunos
casos la figura de “encubrimiento” (prevista en el artículo 277 del Código
Penal Argentino), en otros la de incumplimiento de los deberes de
funcionario público (prevista en el artículo 248 del mismo cuerpo legal), en
este último caso en relación a los Jefes Policiales de mayor jerarquía.
También se requirió la investigación de quien en aquella ocasión cumplía
funciones de Secretario de Seguridad, Sr. Jorge Pascuarelli, pues se pudo
verificar que efectivamente mientras estos hechos ocurrían se encontraba
presente en el lugar.

9.En esta segunda investigación las víctimas directas del suceso


también se constituyeron como “querellantes particulares”.

10.En la denominada causa “Poblete…” el tribunal de juicio (Cámara


Criminal Primera de la Primera Circunscripción Judicial de Neuquén,
expediente No. 93, año 2007) dispuso realizar el juicio oral y público en los
primeros días del mes de Junio de 2008. El debate se realizó en
instalaciones especialmente acondicionadas a tal fin (recinto de sesiones de
la ex Legislatura Provincial) y se extendió por espacio de casi un mes.

11.Luego de dichas jornadas, en oportunidad de presentar sus


conclusiones finales los representantes del Ministerio Público formalizaron
la acusación contra el Sr. Poblete considerándolo autor materialmente
responsable del delito de homicidio agravado por la condición de integrante
de las fuerzas de seguridad (artículos 80 inciso 9 del Código Penal).

12.Por su parte la “querella particular” hizo lo mismo a su tiempo,


aunque entendiendo que la teoría legal que correspondía aplicar era la de
homicidio agravado por la condición de integrante de las fuerzas de
seguridad y por alevosía (artículos 80 incisos 2 y 9 del Código Penal).
10
13.La sentencia fue leía en audiencia pública el día 08 de julio de
2008 y por unanimidad en lo que se refiere a la materialidad de los hechos
y a la acreditación de la autoría y responsabilidad penal del Sr. Poblete, el
tribunal lo consideró responsable. En relación a la calificación de su
conducta por mayoría el tribunal lo consideró responsable del delito de
homicidio agravado por ambas calificantes, tal como lo había solicitado la
acusación particular. La pena que se le impuso al Sr. Darío Poblete es la de
prisión perpetua.

14.La defensa del acusado impugnó la decisión. En un primer


momento a través de un recurso de casación por ante el Tribunal Superior
de Justicia de la Provincia de Neuquén, en el que la sentencia fue
confirmada, al rechazarse por inadmisible dicho recurso.

15.Más tarde hizo lo propio con esta última decisión interponiendo


un Recurso Extraordinario Federal por ante la Corte Suprema de Justicia de
la Nación, que en un primer momento fue declarado inadmisible por el
Tribunal Superior de Justicia de Neuquén, y más tarde quedó el fallo
definitivamente confirmado al rechazar la Corte Suprema de Justicia de la
Nación un recurso de queja por recurso extraordinario federal denegado.

16.La segunda investigación continuó con su trámite en forma


paralela, disponiéndose diversas diligencias probatorias, en su casi
totalidad requeridas por el representante de la Fiscalía.

17.A partir de la gran cantidad de testimonios reunidos en el juicio


oral de la causa “Poblete…”, de la evidencia científica y material que fue
presentada en aquella, es que en fecha 04 de diciembre de 2008 la
“querella particular” requirió en dicha segunda investigación no sólo
nuevas diligencias sino especialmente que se avance en la investigación
de eventuales responsabilidades de las personas que ya se encontraban
involucradas, agregando a quien en su momento cumpliera la función de
Gobernador de la Provincia, Sr. Jorge Omar Sobisch, ya que en el
requerimiento de la Fiscalía dicha persona no había sido siquiera
mencionada como posible responsable de lo ocurrido.

18.Dicha presentación se formalizó a casi cinco meses de que se


dicara la sentencia en el caso Poblete. En los antecedentes que pusimos a
consideración del titular de dicho Juzgado de Instrucción – Dr. Cristian
Piana – dimos cuenta de las razones por las cuales dicha petición se
11
concretaba. Es de mencionar que al momento en que se realiza tal
presentación, la investigación se encontraba con algunas diligencias
pendientes, y desde la fecha en que los cargos habían sido formulados a los
investigados, había transcurrido casi dieciséis meses.

19.Es a partir de esta petición (especialmente la que se vincula con la


intención y necesidad de investigar al que fuera entonces mayor
responsable político de la Provincia, y muy especialmente quien era el Jefe
de la Policía de la Provincia de Neuquén) que el devenir de la investigación
se transformó en un “complejo entramado de obstáculos” que en los hechos
y en la actualidad son los que nos obligan a llevar adelante esta denuncia
por ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

20.Destacaremos a continuación algunos de los antecedentes de lo


que no tenemos dudas en afirmar resulta ser una “ESTRATEGIA
POLÍTICA DE IMPUNIDAD”, para evitar que el Sr. Sobisch pueda ser
siquiera investigado, y en la cual el PODER JUDICIAL DE NEUQUEN
hasta el momento ha sido una “pieza indispensable” para que sea
instrumentada.

c) Principales fundamentos por los cuales la querella particular


requirió una ampliación de la investigación que se venía llevando
adelante:

1.Cabe el mencionar que frente a una larga serie de recursos y


petición es que debieron instrumentarse desde aquella oportunidad,
nuevamente la querella particular insistió en la necesidad de avanzar en la
INVESTIGACIÓN COMPLETA de los hechos, proponiendo nuevamente
diligencias de prueba a cumplir, y destacando nuevos antecedentes respecto
de las personas a investigar, las que se corresponden con los cargos de
mayor responsabilidad funcional, de conducción política en la Provincia.

2.Por ello, mencionaremos a continuación los aspectos más


significativos de la ultima presentación en la medida en que contiene
referencias a la primera de ellas, claro luego de transcurrido casi tres años.

3.Anticipamos que los que se indicaran coinciden en su casi totalidad


con sus predecesores, aunque frente al devenir del proceso, aportamos
mayores y mejores elementos de análisis en orden a persuadir al mismo
12
Juez de Instrucción que finalmente admita el avanzar en una investigación
seria y objetiva.

4.Por razones de brevedad, nos remitimos a los mismos antecedentes


que podrán analizarse de las anteriores presentaciones, y que habremos de
adjuntar como anexo documental a esta presentación.

5.Del mismo modo, creemos conveniente el así hacerlo, en la medida


en que en esta segunda presentación efectuamos un pormenorizado detalle
de las evidencias que en la propia investigación se habían acumulado
(siempre con anterioridad a nuestra primera presentación de fecha 04 de
diciembre de 2008, pues desde esa ocasión la “investigación” tanto para el
Juez de Instrucción como para los Fiscales que intervenía, culminó).

6.Al igual que en cada oportunidad en que requerimos una decisión


favorable a los intereses de nuestra representada, destacamos que
correspondía que se modifiquen algunas de las conductas reprochadas,
ya que entendemos que las hasta el momento impuestas no satisfacen en
plenitud el “derecho a la verdad” que corresponde le sea reconocida a la
víctima (nuestra representada), a lo que se agrega que surge de una
interpretación errónea e incompleta de los antecedentes informativos
disponibles en la causa.

7. Agregamos que el aporte – básicamente – de la prueba testimonial


recopilada, nos ofrece “nuevos elementos” a considerar, detallando en
cada caso cuales eran en nuestra opinión aquellos, y que – en función de
esas valoraciones, autorizan a reprocharles conductas a nuestro
entender penalmente relevantes.

8. Así, respecto del Sr. Aquiles Atreo GONZALEZ dimos cuenta


que hasta el momento se le atribuye en la oportunidad que da cuenta el acta
de fs.1306/12 vta., centralmente, “…el haber ayudado dolosamente al cabo
primero José Poblete a eludir la investigación de la justicia y no haber
denunciado el accionar delictual del nombrado en perjuicio de Carlos
Fuentealba, hecho que presenció y que ocurrió en el Km 1263
aproximadamente de la Ruta Nacional No. 22 en horas del mediodía…esto
fue visto y no denunciado ni declarado testimonialmente en sedes policiales
y judiciales, ocasiones en las que deliberadamente omitieron decir la
13
verdad o falsearon las versiones sobre las circunstancias en que fue
agredido el docente finalmente fallecido…”.

9.Es evidente que dicha descripción fáctica se correspondería con las


teorías legales tipificadas en el artículo 277 apartado 1, incisos a), y/o b),
y/o c), en su caso en función de las agravantes contenidas en el apartado 3,
incisos a), y/o d) del Código Penal.

10.Puntualizamos que del propio descargo presentado por el propio


Sr. Gonzalez y el resto de la evidencia que citamos seguidamente permite
el establecer a su respecto un reproche penal diverso.

11.En ese camino dimos cuenta de las imágenes que hemos


incorporado con dicha presentación, que nos aproximan a la ocasión en la
que se produce el disparo que impacta en el cuerpo de Carlos Fuentealba y
que causa su muerte.

12.Ya en la instancia de debate en la causa “Poblete” se trató de


dilucidar cual había sido el “motivo” por el cual este tramo del operativo-
represión había sido dispuesto, quien la ordenó, quien la ejecutó, y quien
tuvo sobre estas circunstancias fácticas el “control y dominio” de lo que
sucedía.

13.Recuérdese que los efectivos que integran la hilera que atraviesa


el carril Norte de la Ruta Nacional 22 a dicha altura, aparecen en esta causa
como imputados de la misma conducta que el Sr. Aquiles Gonzalez.

14.Ahora bien, aquellas “dudas” con el testimonio del Sr. Gonzalez


comienzan a despejarse.

15.Es así que en el ejercicio de su derecho constitucional a ser oído


nos reconoce que fue él quien ordenó a los grupos especiales llevaran a
cabo dicha acción, y que ello es derivación de una orden que el propio Jefe
de Policía (Zalazar) encontrándose dentro de una camioneta y en la zona,
en compañía del Sr. Pascuarelli, le transmitió.

16.El Sr. Aquiles Gonzalez en el ámbito de su responsabilidad


funcional así la ejecutó, disponiendo la ubicación de los efectivos en la
modalidad que ilustran las imágenes que adjuntamos.
14
17.Nos explica (ello es coincidente con la versión introducida en la
causa “Poblete”) que el vehículo Fiat 147 de color blanco lo golpea a
Gonzalez “en la parte posterior de su pierna derecha”, que sigue su marcha,
que otro efectivo es golpeado, y que en ese contexto da la orden de que lo
detengan (“deténganlo o párenlo”).

18.Alude a que así lo dispuso “atento la velocidad que se


transportaba…que considero era el doble de los demás rodados…se temía
que más adelante produjera un accidente o efectivos que se encontraban
allí…”, y aduce que en dicho momento “…ese vehículo no fue atacado ni
golpeado por parte de ningún efectivo…en el momento no se produjeron
disparos con cartuchos de gas ni cartucho de escopeta…”.

19.Es decir, que la evidencia que contamos en la actualidad, ubican a


esta persona como la ejecutora de una orden que en el escenario de los
acontecimientos aparecía en función de su propio devenir (manifestantes
retirándose hacia la localidad de Senillosa) como francamente injustificada,
circunstancias que evidentemente impuso un “aumento del riesgo creado
en el marco del propio procedimiento policial”, y ello como “condición
objetiva” del accionar del agresor.

20.En el mismo contexto, y aún cuando consideramos que existen


sobrados sospechas acerca de la real existencia del aludido golpe del Fiat
147 hacia su persona o respecto de otro efectivo policial, la circunstancia
de haber “ordenado” (según sus expresiones) la detención del vehículo,
nuevamente impuso el “incremento indebido de la situación riesgosa
misma”, directamente relacionada con el resultado lesivo que más
tarde aconteció, a propósito de la “orden” que dio por su propia
decisión, y en nuestra opinión mediando un actuar claramente
negligente, incumpliendo los deberes que se encontraban a su cargo
(artículos 8 inciso a), 18 incisos e) y g) de la Ley No.2081).

21.Más allá de las condiciones de ejecución del disparo de parte de


Poblete (en dirección a persona determinada), la posición funcional del
Sr. Gonzalez y su ubicación en el lugar, permiten atribuirle una
violación al deber objetivo de cuidado en la conducción de las acciones
y un aumento innecesario del riesgo permitido,  contribuyendo de esa
forma con la muerte de Fuentealba.
15
22.La violación al deber objetivo de cuidado es haber dispuesto una
acción de alto riesgo e innecesaria, y la contribución aparece patente, pues
sin esa directiva, el resultado no se habría producido.

23.Aparece aquella “orden” como injustificada y por ello ilegal,


desencadenando los sucesos posteriores, sobre los cuales omitió el
adecuado control que le correspondía, en función de su “posición de
garante específica”, con el consiguiente “deber de custodiar una fuente de
peligro”.

24. En lo que se corresponde con el Sr. Carlos David Zalazar, al que


se le atribuye en la oportunidad que da cuenta el descargo de fs. 1467/8
vta., centralmente, el “…haber actuado con negligencia en el cumplimiento
del mandato legal establecido en los artículos 166 y 167 del CPP, 274 del
C.P. y 12 de la Ley 2081, como garante para la preservación de los bienes
jurídicos vida, integridad física, libertad y seguridad pública, puestos en
riesgo, en forma cierta y concreta, hecho acaecido el día 4 de abril de
2007…Dicho procedimiento…aún después de logrado el fin que se
pretendía cumplir, devino en un operativo de represión policial…en todo
este contexto tuvo un rol activo en materia de supervisión, decisión y
control…presente en el escenario de los hechos…junto con el entonces
Subsecretario de Seguridad Raúl Pascuarelli… …”.

25.Se advierte de dicha descripción ·”proposiciones fácticas” que


deben diferenciarse: 1) cuando se le imputa actuar negligente en el mandato
legal de las normas ya aludidas, 2) sin el adecuado grado de precisión,
cuando idéntico actuar negligente parecería se lo relaciona al invocársele la
posición de garante para la preservación de los bienes puestos en riesgo,
más puntualmente en la referencia “…aún después de logrado el fin que se
pretendía cumplir…”, seguramente con la intención de acreditar la
ilegitimidad de la acción desplegada y por esta persona supervisada y
controlada.

26.Es claro que nos encontramos frente a dos “teorías legales”


diversas: 1) la primera en cuanto refiere a la figura del artículo 274 del
Código Penal, por lo que ello dice relación cuando el resultado lesivo ya se
había producido; 2) y la restante – “actuar negligente”- pero en lo que se
refiere a la modalidad en que el procedimiento se fue llevando a cabo,
naturalmente antes de que la agresión contra Carlos Fuentealba se
produjera.
16

27.En nuestra opinión, teniendo en cuenta la afirmación del Sr.


Aquiles Atreo Gonzalez – y sin perjuicio del resultado que arrojen las
diligencias de prueba que se requirieron en esta misma presentación – ,
creemos que estamos en condiciones de precisar en la imputación nuevas
acciones comprobadas.

28.Nos referimos concretamente a que el Sr. Zalazar resultó ser


quien comunicó a un Oficial que intervenía en el operativo (Aquiles
Gonzalez) la orden de que se produjera el tercer tramo del operativo, en
circunstancias en que el procedimiento policial había logrado su objetivo,
por lo que cualquier acción dispuesta como continuidad en tales
condiciones, representa un actuar negligente, ya no en el cumplimiento del
mandato legal mencionado en la imputación que se le formuló hasta el
momento, sino en directa relación con el resultado lesivo.

29.Frente al contexto en el cual dicha “orden” fue dada (en compañía


del Sr. Pascuarelli, y en circunstancias en que el procedimiento era
supervisado por el entonces Gobernador de la Provincia de Neuquén a
través de dicho funcionario y en función de expresas directivas emanadas
de áquel), entendemos que la imputación satisface respecto de su anterior
los requisitos de plenitud y taxatividad, precisando de manera concreta
cuales son las “conductas” que observó en la ocasión, y con el propósito de
que pueda ejercer adecuadamente su derecho de defensa en juicio.

30.Para no reiterar, consideramos que los antecedentes que dimos


cuenta en el pedido formulado inmediatamente antes en relación al Sr.
Gonzalez – nos referimos a aquellos que se corresponden con las
“infracciones normativas y al deber de cuidado específico” que le
competían, le resultan plenamente aplicables, razón por la cual nos
remitimos expresamente a ellas por razones de brevedad.

31.En lo que se refiere al Sr. Raúl Pascuarelli, hasta este momento se


le atribuye (en aquello que consideramos de trascendencia) en la
oportunidad que da cuenta el descargo de fs.1469/70, centralmente, el “…
haber actuado con negligencia en el cumplimiento del mandato legal
establecido en los artículos 166 y 167 del CPP, 274 del C.P. y la Ley
Orgánica de Ministerios No. 2487, como garante para la preservación de
los bienes jurídicos vida, integridad física, libertad y seguridad pública,
puestos en riesgo, en forma cierta y concreta, hecho acaecido el día 4 de
17
abril de 2007…Dicho procedimiento…aún después de logrado el fin que se
pretendía cumplir, devino en un operativo de represión policial…en todo
este contexto tuvo un rol activo en materia de supervisión, decisión y
control…presente en el escenario del precitado operativo junto con el
entonces Jefe de la Policía Provincial…”.

32.Al igual que el supuesto del Sr. Zalazar, creemos que surgen
descriptas conductas y omisiones que se vinculan con momentos anteriores
y posteriores a la agresión a Carlos Fuentealba en el procedimiento
policial .

33.También creemos nos encontramos frente a un funcionario


público que en el ejercicio de sus funciones, actuó negligentemente
respecto de la “posición de garante específico” que ostentaba.

34.Más allá de que el cargo concreto que ostentaba en la estructura


de la Ley de Ministerios a la fecha de los hechos vigente lo ubicaba en un
rango de inferior jerarquía, consideramos que dicha “obligación de
garantía” igualmente le incumbía, en la medida en que reemplazaba a la
titular del Ministerio (Sra. Arévalo) que se encontraba en uso de licencia.
(artículo 23 de la Ley No. 2487)

35.En primer lugar porque puede acreditarse sin dificultad que en


esos días se encontraba reemplazando a la entonces Ministro de Seguridad,
ya que participó de la reunión previa que se realizó en la residencia del
Gobernador el día anterior, oportunidad en la cual se nos informa se había
adoptado la decisión política (de parte del entonces Gobernador) de llevar
adelante el operativo policial.

36.Del mismo modo, porque es indudable se encontraba en el lugar


de los hechos cumpliendo el rol de representante del Poder Ejecutivo, más
directamente, del Sr. Jorge Omar Sobisch, sobre el cual a continuación nos
detendremos.

37.De tal forma, su “presencia activa” se corresponde con la


modalidad en que el operativo policial fue diseñado y decidido, es decir, en
el marco de la “orden” dispuesta por el máximo referente del Poder
Ejecutivo Provincial, que obviamente el Sr. Pascuarelli representaba en el
escenario de los hechos.
18
38.Téngase presente que tal como lo refiere el propio Sr. Pascuarelli
en la conferencia de prensa que en persona dio el día 4 de abril de 2007, a
las 19 hs., al entonces Gobernador “se lo mantuvo plenamente informado
de lo que sucedía”, circunstancia que podrá ser acreditada con mayor
rigurosidad con la producción del “informe técnico” peticionado en esta
presentación con anterioridad.

39.Consideramos que es claro que la presencia del Sr. Pascuarelli en


el lugar tuvo como objetivo el servir de “enlace” entre el titular del Poder
Ejecutivo y el Jefe de la Policía de la Provincia, en la medida en que el
operativo fue decidido en dichas estructuras, y con el fin de “mantenerlo
informado” de lo que sucedía.

40.De tal forma, la “orden” que el Sr. Zalazar le transmitió al Sr.


Aquiles Gonzalez y ejecutada por el grupo de Policías que se encontraba a
cargo de éste último (entre ellos José Darío Poblete), fue adoptada en
dichas circunstancias, entre el Sr. Pascuarelli (representante del Poder
Ejecutivo), el entonces Jefe de Policía, a partir de las directivas que
recibiera del entonces Gobernador de la Provincia.

41.Dicha decisión en circunstancias en que el procedimiento policial


había logrado su objetivo, en la medida en que impuso un nuevo tramo de
“represión injustificada”, representa un actuar negligente, y un claro
incumplimiento de los deberes que se encontraban a su cargo en la ocasión,
ya no en el cumplimiento del mandato legal mencionado en su indagatoria
anterior, sino en directa relación con el resultado lesivo.

42.Para no reiterar, consideramos que los antecedentes que dimos


cuenta en el pedido formulado inmediatamente antes en relación al Sr.
Gonzalez y al Sr. Zalazar– nos referimos a aquellos que se corresponden
con las “infracciones normativas y al deber de cuidado específico” que le
competían - , le resultan plenamente aplicables, razón por la cual nos
remitimos expresamente a ellas por razones de brevedad.

43.Igualmente nos referimos a que somos de la opinión de que el


decurso de este proceso penal , aún con las limitaciones y las restricciones
que a la hora de investigar las distintas agencias judiciales le han impuesto,
ha ido incorporando y estamos persuadidos nos encontramos en
condiciones de continuar aportando “valiosa información” en orden a
investigar y determinar –finalmente – si han existido en el procedimiento
19
policial del día 4 de abril de 2007, responsabilidades de tipo criminal en la
acción desplegada por los grupos especiales, específicamente vinculadas al
resultado lesivo que sin dudas representa la agresión recibida por el docente
Carlos Fuentealba que le costó la vida.

44.Centralmente destacamos que ser jefe policial, secretario de


seguridad o titular del Poder Ejecutivo Provincial, no significa ser
responsable por todos los actos de los subordinados, pero si implica tener
—por institución legal— un poder de decisión más amplio que el de
cualquier ciudadano respecto de la actuación de los demás. Y esto
justifica, sin lesión alguna al principio de culpabilidad, que pueda
afirmarse en ciertos casos que el superior es responsable de algunos
actos que ejecutan sus subordinados.

45. Reiteramos nuestra afirmación de que en nuestra opinión


constituye también un incremento del riesgo de afectación de bienes
jurídicos el haber dispuesto la actuación represiva de los subordinados de
manera imprecisa, facilitando la llegada de los manifestantes al lugar
previsto para la protesta gremial (para ello vale la pena tener en cuenta que
según refieren inequívocamente diversos testimonios, en el traslado desde
Neuquén a dicho sector, existían varios puestos de control policial –
incluso en algunos casos disponiendo la demora de aquellos vehículos que
presumiblemente transportaban manifestantes o elementos para la
manifestación – tales como un camión cargado de cubiertas, parlantes, etc.
- , disponiendo que los efectivos policiales “operen” (en el lenguaje de
dicha fuerza de seguridad) sin razón atendible alguna (como lo es la clara
especificación que se da cuenta en el requerimiento de instrucción
formulado en su momento por el Ministerio Público, y en el detalle dado a
conocer a cada uno de los imputados al momento de convocarlos a prestar
declaración indagatoria), como lo se dispuso su persecución por las zonas
del campo cercanas a la Ruta Nacional No. 22, o en momentos en que las
personas que se habían congregado se trasladaban hacia la localidad de
Senillosa con claras intenciones de finalizar la actividad; sin controlar los
medios a utilizar y sin prever el adecuado arsenal de los subordinados, etc.

46. Recalcamos que consideramos que en el suceso ocurrido el día 4


de abril de 2007, los funcionarios antes mencionados y el Sr. Jorge Omar
Sobisch – cuya vinculación al proceso insistentemente pretendimos durante
todo este tiempo – tenían el deber de custodiar la “fuente de peligro”
20
que ellos mismos habían generado, según se nos dice en una reunión
llevada a cabo el día anterior con funcionarios del Poder Ejecutivo y
obviamente el propio Sobisch; mereciendo destacarse que tal como lo da
cuenta las manifestaciones del Sr. Pascuarelli que adjuntamos en copia con
la presente, reconociendo haber estado presente en forma personal en el
lugar, aceptó que el “corte de ruta” en ningún momento se había
materializado, sino que la actuación del personal policial lo fue en
“términos preventivos”.

47.La “posición de garante genérico” de estos funcionarios se


corresponde con el deber de control sobre las decisiones que adoptan (o
consienten en que se adopten) y con la obligación de intervenir ante los
excesos de la fuerza policial, en la medida en que contaban con
información instantánea, directa y pormenorizada de lo que ocurría, con
capacidad de generar en lo inmediato un curso de acción diferente.

48. Concreta y específicamente respecto del Sr. Sobisch estamos


persuadidos que fue su propio comportamiento el creador de un peligro
para la vida y la integridad física de los manifestantes (disponer
personalmente la orden de que se concrete el operativo, dar instrucciones
precisas sobre sus objetivos, tener conocimiento directo por intermedio de
uno de sus funcionarios políticos de lo que iba aconteciendo, de que –
como lo reconoce dicho funcionario – en lo concreto el “corte de ruta” en
ningún momento se había realizado, y en el tramo final del procedimiento
cuando ya no tenía justificación alguna dar directivas al funcionario de su
gabinete que se encontraba en el lugar por su expresa indicación) por lo
cual estaba obligado a evitar que ese peligro se concretara – o siguiera
haciéndolo – en lesiones concretas (Stratenwerth, Gunter, “Derecho Penal,
Parte General I, El Hecho Punible, Fabián J. Di Plácido Editor, Buenos
Aires, 1999,m pág. 296).

Y A pesar de ello, no adoptó recaudo alguno para evitarlo.

49.Muy por el contrario, el “riesgo aceptado de afectación de bienes


o personas” surge aún reconocido luego del resultado lesivo, en
afirmaciones dadas a conocer a la prensa, tales como “lo volvería a hacer”.
21
50.La circunstancia de que el Sr. Sobisch tuvo aquel conocimiento
directo, inmediato e instantáneo de lo que sucedía, se infiere de las propias
expresiones (nuevamente) del Sr. Pascuarelli , al reconocer – en la
conferencia de prensa que diera el día 4 de abril de ese año,
aproximadamente a las 19,00 hs. – que el operativo fue “monitoreado desde
la casa de Gobierno por el propio Sobisch”, de que “el Jefe de Policía no
lleva adelante ninguna acción que no cuente con el conocimiento del Sr.
Gobernador”, que “El Gobernador estaba al tanto de lo que se iba a hacer”,
que “El Jefe de Policía lo mantiene informado al Gobernador”, etc.; lo cual
nos habla de que aún sin encontrarse presente en el lugar, efectivamente
se encontraba en condiciones de evitar el resultado lesivo, impartiendo
directivas precisas en lo que se refiere a como debía cumplirse, lo que
habría ocurrido con sólo así expresarlo en cualquiera de las
comunicaciones que el propio Pascuarelli con sus afirmaciones deja
traslucir tuvieron en la ocasión.(cuesta pensar sino como fue que el Jefe
de Policía no adoptaba ninguna decisión – como efectivamente lo fue la
impartida a Aquiles Gonzalez – sino no lo fue con el “conocimiento
previo” y “directivas precisas” de Sobisch).

51.En el mismo contexto, como se acredita las declaraciones que


nuevamente el propio Pascuarelli efectuó en una entrevista en el Canal de
Noticias TN, el día 04 de abril de 2007, a las 19,00 hs., en donde vuelve a
reconocer que los docentes “…no estaban haciendo un corte de rutas…”,
“…que la acción de la Policía era preventiva…”, que el que estaba “…a
cargo del operativo era el propio Jefe de Policía y el Subjefe…”, que las
acciones “…las ordenó la Jefatura de Policía…”, y que “…hay que resaltar
la actitud del Gobernador de apoyar la acción de la Policía…” (pueden ser
consultadas las mismas, en el video designado con el No.01, publicado en
el link http://www.clarin.com/diario/2007/04/04/um/m-01393614.htm).

52.La muerte de Carlos Fuentealba el día 4 de abril de 2007 fue el


“final anunciado” de una larga serie de acontecimientos vinculados con el
conflicto gremial del gremio ATEN y la política que sobre dicho conflicto
llevó adelante la administración a cargo en esa época del Sr. Sobisch.

53. En ese “contexto” la necesidad de profundizar la


investigación aún en desarrollo se corresponde con las de arrojar luz
acerca del grado de intervención o conocimiento que el propio Sobisch
22
tenía del procedimiento cuya decisión política reconoció haber
adoptado (y que lo haría nuevamente), pues entendemos que no resulta
posible el cierre de una investigación hasta tanto todos los cursos
posibles de acción no se hayan agotado.

54.Aunque se considere que desde el punto operacional (en el


escenario de los hechos) la “orden” cuestionada le pudiera resultar ajena,
ello se neutraliza en la medida en que normativamente tenían a su cargo la
conducción de la institución policial, que un representante de su propio
gobierno allí se encontraba, de que “se lo mantuvo informado de todo lo
que sucedía”, y de que “ninguna decisión se adoptaba sin su conformidad”.

55.El análisis de su razonable “participación penalmente


cuestionable” se complementa con:a) las condiciones y circunstancias en
las cuales el operativo fue planificado, ordenado, ejecutado y coordinando
por las personas antes mencionadas, b) las características propias del
conflicto, de larga duración, en las que las posturas se radicalizaban, y en
donde las respuestas del poder político se vinculaban más con la utilización
de la fuerza que con el diálogo para superarlo, c) los diversos tramos del
procedimiento, que dan cuenta de que la decisión de llevar el aspecto
represivo a la práctica, no se correspondía con su “objetiva justificación”
(recordemos que el ,propio Sr. Pascuarelli aceptó que el “corte” no se había
concretado), sino con una “decisión política” y no “operacional”, esta
última probablemente la que hubiera evitado el resultado lesivo conocido,
d) decisiones políticas tomadas por la misma administración del Sr.
Sobisch, cuando en relación también a un conflicto sindical con el mismo
gremio, un año antes, también intervino “de manera directa” en ocasión de
los incidentes en la localidad de Plaza Huincul, oportunidad en la que –
nuevamente – desoyendo el mandato legal que le imponía asegurar y
preservar la producción de resultados lesivos respecto de personas,
impartió una “orden” a la misma Policía de la Provincial para que “no
intervenga” (precisamente en orden a dicha conducta, el Sr. Sobisch se
encuentra formalmente acusado de “incumplimiento a los deberes de
funcionario público”, con el proceso elevado a la instancia de juicio oral y
público y a la espera de la designación de la audiencia de debate respectiva,
e) un conjunto de acciones desplegadas por el partido político al cual
pertenece el Sr. Sobisch, las que lejos de buscar resolver el diferendo
gremial a través de los canales institucionales adecuados, buscaba aumentar
23
el nivel de conflictividad, y generando un escenario de enfrentamientos,
incluso públicos y mediáticos, de significación.

56.Dichos “antecedentes” nos hacen concluir que la conducta que


denunciamos y precisamos del Sr. Sobisch, merece que sea objeto de
reproche penal, por el momento en los términos del artículo 273 del CPP.

57.Sobre la cuestión basta el mencionar que las referencias


dogmático conceptuales y los motivos por los cuales las conductas de
algunos de los imputados corresponden sean reformuladas, ninguna de las
cuales mereció de parte del Juez Piana (a cargo aún de la
investigación) valoración de ningún tipo.

58.Se limitó en mencionar que “no existían nuevos elementos” y que


su “evaluación” acerca del mérito de la investigación se encontraba
convalidada. Ninguna apreciación tampoco realiza en lo que se
corresponde con los cambios que hemos introducidos a las “nuevas
imputaciones” propuestas (tanto en lo que se refiere a las personas ya
indagadas o respecto de la nueva persona que se persigue sea incorporada a
la investigación).

59. Como lo mencionáramos ya la información disponible en este


proceso penal hasta el momento se encuentra integrada – básicamente – por
: a) declaraciones testimoniales aportadas por quienes se manifestaron en
aquella ocasión (la mayoría de los cuales fueron incorporados en la
investigación y en el debate de la causa “Poblete”, y que se agregaron, ya
sea mediante las copias de sus declaraciones en la instrucción o mediante
las aportadas y acreditadas en la video grabación del debate) casi en su
totalidad docentes, b) por manifestaciones de integrantes de la fuerza
policial que participaron del denominado “operativo” (no sólo en el
formato de testimonios en sede judicial, sino también en el marco de las
actuaciones policiales administrativas que se derivaron del asesinato de
Carlos Fuentealba -igualmente incorporadas a esta investigación-), y c) por
los dichos (contraversion) aportados por algunos de los imputados en esta
causa.
24
60.A pesar de ello, igualmente le propusimos al Juez de Instrucción
la realización de diligencias de acreditación que en nuestra opinión resultan
útiles en orden a una correcta investigación, las cuales rechazó por
considerar que no las compartía.

61.Parte de la evidencia con la que contamos es la que hemos


obtenido fragmentando el video que adjuntamos en copia en el DVD
(Anexo “A”), y denominado “Videos para Palmieri/Video del
disparo/Todas las fotos”, logrando así obtener imágenes específicas de los
momentos previos, del momento muy cercano del disparo y de los
momentos posteriores.

En las mismas se da cuenta: a) del sentido y condiciones de


circulación previas del Fiat 147 en el que se encontraba en su asiento
posterior Carlos Fuentealba, b) el momento en que el mismo vehículo se
aproxima al cordón o grupo de policías que se habían apostado sobre la
cinta asfáltica (en el que es bueno mencionar se encontraban el primer
grupo de imputados de este caso), c) luego el momento en que el aludido
Poblete se ubica en la banquina Sur de la Ruta 22 (sentido de circulación
hacia Senillosa, la contraria a la que se encontraba los restantes integrantes
del grupo), y de otro uniformado que se lo observa en actitud de trasladarse
en el mismo sentido que el Fiat 147, d) la siguiente imagen nos ilustra
sobre el momento mismo del disparo. Puede destacarse a la misma persona
(con la mica de su caso levantada, tal como lo refieren los testigos de la
agresión), el humo provocado por el disparo, y – particularmente – la
distancia desde la cual se efectuó, e) en la siguiente como ese efectivo, en
las mismas condiciones, se retira en dirección al grupo desde el cual
provino, y a los uniformados claramente observando lo que sucedía (la
mayoría de ellos igualmente con las micas levantadas), f) Idéntica situación
en las restantes, cuando el autor del disparo letal se sigue acercando al
grupo, y de cómo los vehículos continúan su marcha, g) en un determinado
momento como el agresor toma contacto con varios de los uniformados, y
de cómo seguidamente se confunde con el resto del personal que se
encontraba allí, h) finalmente, como se retira de la escena del crimen, en
dirección Este y por la banquina Norte de la Ruta, i) se destacan también
(una vez ocurrido el hecho) la presencia en lugar cercano a donde se
encontraba el cuerpo de Carlos Fuentealba, de funcionarios policiales, de la
ubicación de uniformados y de las condiciones en que este procedimiento
policial concluyó.
25

62.Las imágenes obtenidas de tal forma, arrojan un “manto de


sospecha” acerca de la veracidad de la “versión” introducida por el
personal policial acerca de la “orden” de detener al Fiat 147 porque había
atropellado o golpeado a algún efectivo policial (se nos informa de nombre
Vazquez Salinas y al propio Aquiles Gonzalez, ambos imputados en esta
investigación).

Seguramente la tecnología disponible (de ahí la importancia de las


diligencias que venimos reclamando se realicen) nos permitirá dilucidar si
es posible que ello haya ocurrido, ya que si se toma en cuenta la toma
fotográfica identificada como VTS_01_18669, el Fiat 147, si bien avanza
en cercanías al grupo de policías que se encontraban apostados, no se
evidencia ninguna maniobra brusca ni golpe respecto a estas personas.

De tal forma, es indudable que la intervención de profesionales y


expertos en dicha materia, mediante la producción de la “reconstrucción
animada” aportará “información claramente relevante” en lo que se
corresponde con la investigación y con la determinación o no de
responsabilidades criminales complementarias o no a las del autor directo
del disparo.

63.Como una clara demostración del “desinterés en la


investigación” que los representantes del Ministerio Público asumieron
con el transcurso del tiempo en este proceso, vale tener en cuenta que en el
marco de la investigación preliminar fiscal que culmina con el
requerimiento de instrucción de esta causa, en fecha 19 de junio de 2007
(fs. 875)quien intervenía cumpliendo funciones de Agente Fiscal, requirió
el listado de llamadas entrantes y salientes del teléfono móvil que se le
atribuyó al Comisario General Carlos David Zalazar (0299-154550667),
correspondientes al día 04 de abril de 2007, librándose el correspondiente
oficio, si bien a la fecha desconocemos el resultado de dicha gestión.

64. Reiteramos que hasta la resolución de fecha 18 de diciembre de


2008 el tribunal y el Ministerio Público intentaron avanzar sobre la
producción de una prueba que consideran de trascendencia, y que desde el
26
inicio de la propia instrucción habían ya transcurrido más de diecisiete (17)
meses.

d) Razones que se invocaron hasta el momento para no aceptar el


requerimiento de la Acusación Particular:
1.Como señalamos en los parágrafos que anteceden, un planteo
similar formulado por la Acusación Particular había sido ya desestimado
por el mismo Juez de Instrucción mediante una providencia de fecha 19 de
diciembre de 2008.

2.Dicha circunstancia nos obligó a interponer, en primer término, un


recurso de apelación por ante la Cámara de Apelaciones en lo Penal de la
Ciudad de Neuquén, que desestimó nuestra presentación (nos remitimos
por razones de brevedad a los antecedentes que surgen de la presentación
que igualmente acompañamos)

3.En la segunda resolución, a casi tres años de la primera,


nuevamente se impidió avanzar en la investigación en la modalidad
propuesta por la querella particular, en función básicamente de los mismos
argumentos de la primera ocasión, y entre otras razones:

a.Al entender el Juez de Instrucción que la presentación guarda


“estrecha coincidencia” con la efectuada en fecha 04 de diciembre de 2008,
dispone su rechazo “…por los fundamentos y motivos extensamente
detallados en dicha oportunidad (la del 18/12/08)…a los que nuevamente
me remito…”.

b.Por considerar que “…la propuesta de la querella no constituía una


simple ampliación del objeto, sino que se trataba de uno totalmente distinto
y que su resolución no se agotaba con simples ampliaciones de indagatoria
ni nueva imputación…ello se encuentra firme…el objeto de la presente se
encontraba por demás definido en esta causa, era por demás acotado y a su
vez diverso, en relación a las imputaciones sostenidas por la querella…”.(el
subrayado me corresponde)

c.Se reitera la referencia a que dicha decisión “…se encuentra firme


y nada nuevo como elemento objetivo probatorio se ha incorporado…”.
(nuevamente el destacado nos corresponde)
27
d.Nuevamente se hace mención a que “…los Tribunales Colegiados
Superiores…han rechazado los planteos efectuados, convalidando así lo
hasta aquí actuado…” (desde su particular visión e interpretación de lo
sucedido en este caso y del contendido de tales decisiones)

e) Estado del tramite de este proceso luego de las resoluciones


adoptadas en los recursos deducidos por la querella particular.
El estado actual de la causa penal denominada Fuentealba 2:

1.Desde la presentación de fecha 04 de diciembre de 2008 el largo


camino recorrido de impugnaciones en la búsqueda de obtener el
reconocimiento del “derecho de la víctima” a “conducir la investigación”
en la medida en que aporte elementos informativos relevantes, culminó con
una decisión adoptada por el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén, en
las actuaciones cuyas constancias documentales se adjuntan con la
presente.

2.Entendemos conveniente, igualmente, el destacar algunas de las


manifestaciones que surgen del voto del Dr. Labate en el Acuerdo No.
36/2011, de fecha 10 de junio de 2011, dictada en el marco del recurso de
casación antes mencionado.

3.Dicho integrante del Tribunal Superior de Justicia considera que la


pretensión de la parte querellante “…resultaría aceptable dentro de las
atribuciones que le otorga el art. 181 y ctes. del código adjetivo…sin
mengua de la facultad de requerir…tal como lo hizo el avance de la
investigación por el sendero que estima acertado y sin que implique la
pérdida de la chance de recurrir esa decisión judicial (art.8.2.h C.A.D.H….)
…”

Agregando, “…la ausencia de recurso que marca el Código


Procesal…a ese tipo de peticiones…no resulta absoluta, al punto que
necesariamente debe matizarse conforme el tipo de diligencia de que se
trate y a la etapa en la cual el proceso transita…en ese contexto la
inapelabilidad se relativiza pues, una vez concretada la vista (del art. 311 y
que resulta ser la misma que se dispone nuevamente en esta ocasión) no
habría posibilidad de volver a peticionar la realización de otras pruebas, y
28
en esa dirección, la más distinguida doctrina ha reconocido el derecho a
impugnar en esos supuestos (que luego cita y a los que me remito)…”.

Para culminar: “…de allí que la Cámara haya saneado aquel primer
obstáculo, al menos en apariencia…no trató el mérito de su petición y en su
lugar nulificó de oficio la última parte del decreto de fs. 2066/2071,
reeditando así la oportunidad prevista en el art. 311…donde…la querella
bien podría insistir con su planteo, y llegado el caso, recurrir ante la
Cámara para que se pronuncie sobre tal temática…”.(continúa el voto al
que vengo haciendo mención puntualizando otros pronunciamientos en el
mismo sentido).

4. Cabe el consignar, en el mismo entendimiento, de que las


peticiones y requerimientos que se consignan en la presentación de esta
parte querellante de fecha 30 de agosto de 2011, que nuevamente el Juez
de Instrucción rechaza y que nos encuentra en la necesidad de recurrir,
conforman un “bloque de requerimientos” que cabe el analizarlos de
manera conjunta, en el sentido, de que tanto los pedidos de reformulación
de imputaciones, la nueva imputación propuesta, y las diligencias
probatorias en cuya producción se insiste, se entrelazan en su valoración
unas con otras, más allá de la fundamentación que propiciamos respecto
de la procedencia de las primeras, y de la justificación en términos de
obtención de información de relevancia para la investigación, en las
restantes.

5.Participamos del criterio de que si la acción penal en este proceso


ha sido debidamente instada (a partir del requerimiento de instrucción
propiciado por la agencia fiscal entonces interviniente) no existe obstáculo
procesal alguno que impida el ejercer el “derecho de investigación
autónomo” de la víctima. De tal forma, propiciamos se reconozca el
objeto de la presentación formalizada por esta querella particular en la
causa, como igualmente subsumible en las previsiones del art. 171 del
C.P.P., como un “requerimiento ampliatorio” de aquel, especialmente
en casos como el presente en el cual la “querella particular” sostiene
una posición procesal diversa a la del Ministerio Público Fiscal, y como
doctrina que asegure los principios constitucionales en juego: del
debido proceso legal, de igualdad, de bilateralidad, de tutela judicial
efectiva, de acceso a la justicia y de jurisdiccionalidad.
29
6.Así lo entendemos en función del denominado “Nuevo Bloque
Constitucional y los Principios de Protección de los Derechos Humanos”,
a los que aludiremos más adelante.

7.El “entramado judicial” en el cual la investigación complementaria


por el crimen de Carlos Fuentealba desde la oportunidad en que reclamaos
un nuevo direccionamiento en lo actuado por el Juez de Instrucción y por el
Ministerio Público, en la actualidad se encuentra pendiente de resolución
un nuevo recurso de apelación presentado por la acusación particular en
contra de la segunda decisión del juez que NO admite las diligencias y
citaciones a indagatoria que le reclamamos.

8.Recuérdese que aquel primer recurso de apelación sustanciado por


ante el mismo tribunal de impugnación, mereció una respuesta negativa,
entendiendo los integrantes de la Cámara de Apelaciones que sin el
acompañamiento del Ministerio Público en el pedido de investigación, la
víctima NO cuenta con facultades para hacerlo, ello más allá de las razones
o motivos que invoquen o aleguen, en el entendimiento de que la “acción
procesal” es “patrimonio” de uno de los órganos estatales ( la paradoja en
este caso es que los funcionarios investigados y pendientes de investigación
son también o lo fueron representantes del mismo estado).

9.El largo período de tiempo que consumió la sustanciación del


recurso de casación por ante el Tribunal Superior de Justicia, finalmente
generó la “doctrina legal” contraria, es decir, que en el razonamiento de los
Jueces Massei y Labate (aunque destacando algunas imprecisiones
terminológicas, ambigüedades y falsedades, en especial en el primero de
ellos) aluden a lo que corresponde es que el planteo se reedite por ante el
Juez de Instrucción y eventualmente recurrir si la decisión resulta
desfavorable, como efectivamente sucedió.

10.Es precisamente esa la etapa en la cual nos encontramos en esta


tediosa e ineficaz investigación.

11.Como dijéramos adjuntamos copia de cada una de las


presentaciones para una mejor ilustración de los argumentos, fundamentos
y razones que durante más de tres años y casi cinco meses hemos utilizado
para lograr que se asegure una INVESTIGACIÓN COMPLETA de las
responsabilidades criminales complementarias o coadyuvantes a la del
autor material en el crimen de Carlos FUENTEALBA.
30

12.Anticipándonos de algún modo a lo que mencionaremos a


continuación, estamos persuadidos que en función de tales circunstancias
en ESTADO ARGENTINO, y más específicamente el ESTADO DE LA
PROVINCIA DE NEUQUEN (en función de la estructura federal de
nuestro país) NO ASEGURA LAS CONDICIONES POLÍTICAS Y DE
INDEPENDENCIA JUDICIAL AL PODER POLITICO, para avanzar
en la obligación de asegurarles a las víctimas Una INVESTIGACIÓN
SERIA y OBJETIVA, que les permita conocer la VERDAD de lo
ocurrido, y determinar TODAS LAS RESPONSABILIDADES
vinculadas con el accionar ilegítimo del ESTADO DE NEUQUEN
cuando se produjo la injustificada represión del día 04 de abril de 2007.

13.Precisamente en función del “laberinto” en el cual la acción


judicial quedó atrapada en los tribunales de la PROVINCIA DEL
NEUQUEN, y a partir de la estructura propia de los recurso extraordinarios
de nuestra legislación nacional, NOS RESULTA DE MOMENTO (y
entendemos por un largo período más de tiempo) ACCEDER A
NUESTRO MAXIMO TRIUNAL FEDERAL (CORTE SUPREMA
DE JUSTICIA DE LA NACIÓN) para reencausar con seriedad la
investigación que el PODER JUDICIAL DE LA PROVINCIA DE
NEUQUEN A NEGADO SISTEMÁTICAMENTE POR ESPACIO DE
MÁS DE CINCO AÑOS.

14.Por este anticipada razón y por las que detallaremos a


continuación, es que hemos decidido DENUNCIAR estas recurrentes
VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS de nuestra
representada, por ante “la Comisión”, en orden a obtener el resguardo
que los ORGANISMOS JUDICIALES DE LA PROVINCIA DE
NEUQUEN NO ASEGURAN, CON LA INTENCIÓN DE SUPERAR
LA “ESTRUCTURA DE IMPUNIDAD DE FACTO” QUE SE HA
CONSOLIDADO MUY ESPECIALMENTE EN RELACIÓN A LA
FIGURA DEL ENTONCES GOBERNADOR, que valga la pena
mencionar es en la actualidad una de las autoridades del Partido
Gobernante (Movimiento Popular Neuquino, M.P.N.), que ocupa el Poder
Ejecutivo Provincial (sea en épocas dictatoriales o democráticas, hace más
de cincuenta años).

f) Pruebas disponibles:
31

A más de los documentos que se adjuntan con la presente en copia


simple, la evidencia de las afectaciones que seguidamente se mencionarán
se encuentran acreditadas en los siguientes expedientes penales: 1)
“Poblete, José Darío –s/ homicidio calificado”, expediente No. 37831, año
2007, del Juzgado de Instrucción No. 4 de la Ciudad de Neuquén;
2)”Púlete, José Darío –s/ homicidio calificado”, expediente No. 93, año
2007, de la Cámara Criminal Primera de la Ciudad de Neuquén; 3)”
“Fiscalía de Cámara –s/ investigación”, expte. No. 38.150, año 2007, del
Juzgado de Instrucción No. 4 de la Ciudad de Neuquén.

a) Autoridades Responsables por los Hechos Denunciados:

Teniendo en cuenta el desarrollo que continúa en cuanto a las


afectaciones denunciadas, consideramos que las mismas se corresponden
centralmente con las decisiones adoptadas por las siguientes autoridades
judiciales (hasta el momento): Dr. Cristian Piana, titular del Juzgado de
Instrucción No. 4 de la Ciudad de Neuquén, Dr. Alfredo Velazco Copello,
Fiscal de Cámara que intervino en el tramo final de la investigación de la
denominada causa “Fiscalía de Cámara…”, propiciando el sobreseimiento
de todos los allí imputados y generando presentaciones judiciales
obstaculizando el derecho de nuestra representada, Dr. Ignacio Dimaggio
Agente Fiscal, quien intervino en el trámite de denuncias penales
formuladas a fin de que el Ministerio Público intervenga en la investigación
del crimen y que las desestimó en base a un dictamen decididamente
infundado y arbitrario (que igualmente acompañamos) y que fuera
convalidado por el Dr. Velazco Copello, Dr. Horacio Maitini, Agente
Fiscal quien interviniera junto con el Fiscal Velazco Copello en el pedido
de sobreseimiento ya mencionado.

V. DERECHOS HUMANOS VIOLADOS.

a) Consideraciones acerca de la “Legitimación Ad Causam” del


presentante. Acerca del “Derecho de Petición Individual”.
32
1.Toda vez que la presente denuncia la formaliza la persona
individual que se vio afectada por el accionar ilegítimo y arbitrario de las
autoridades judiciales de la Provincia de Neuquén de la República
Argentina, consideramos altamente conveniente el ocuparnos en unos
breves párrafos del denominado “derecho de petición individual” en el
marco del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos
Humanos.

2.Teniendo en cuenta que la sentencia de un tribunal internacional de


derechos humanos sirve el amplio propósito no sólo de resolver las
cuestiones jurídicas planteadas en un caso concreto, sino también de aclarar
y desarrollar el sentido de las normas del tratado de derechos humanos en
aprecio, y de contribuir de ese modo a su observancia por los Estados
Partes, resulta conveniente detenerse brevemente en lo que se refiere a la
naturaleza jurídica y el alcance del derecho de petición individual bajo el
artículo 44 de la Convención Americana.

3.Se ha afirmado que el “derecho de petición individual” es una


conquista definitiva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Es de la propia esencia de la protección internacional de los derechos
humanos la contraposición entre los individuos demandantes y los Estados
demandados en casos de supuestas violaciones de los derechos protegidos.
Fue precisamente en este contexto de protección que se operó el rescate
histórico de la posición del ser humano como sujeto del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, dotado de plena capacidad
procesal internacional.

4.Tres siglos de un ordenamiento internacional cristalizado, a partir


de los tratados de paz de Westfalia (1648), con base en la coordinación de
Estados-naciones independientes, en la juxtaposición de soberanías
absolutas, llevaron a la exclusión de aquel ordenamiento de los individuos
como sujetos de derechos. En el plano internacional, los Estados asumieron
el monopolio de la titularidad de derechos; los individuos, para su
protección, fueron dejados enteramente a merced de la intermediación
discrecional de sus Estados nacionales. El ordenamiento internacional así
erigido, - que los excesos del positivismo jurídico intentaron en vano
justificar, - de él excluyó precisamente el destinatario último de las normas
jurídicas: el ser humano.
33
5.Tanto tiempo en el que el ordenamiento internacional estuvo
signado por el predominio de las soberanías estatales y por la exclusión de
los individuos, fueron incapaces de evitar las violaciones masivas de los
derechos humanos, perpetradas en todas las regiones del mundo, y las
sucesivas atrocidades de nuestro siglo, inclusive las contemporáneas ( J.
Humphrey, "The Right of Petition in the United Nations", 4 Revue des
droits de l'homme/Human Rights Journal (1971) p. 463).

6.Tales atrocidades despertaron la conciencia jurídica universal para


la necesidad de reconceptualizar las propias bases del ordenamiento
internacional, restituyendo al ser humano la posición central de donde
había sido desplazado. Esta reconstrucción, sobre bases humanas, tomó por
fundamento conceptual cánones enteramente distintos, como lo son los de
la realización de valores comunes superiores, de la titularidad de derechos
del propio ser humano, de la garantía colectiva de su realización, y del
carácter objetivo de las obligaciones de protección.

7.Dicha profunda transformación del ordenamiento internacional,


desencadenada a partir de las Declaraciones Universal y Americana de
Derechos Humanos de 1948, no se ha dado sin dificultades, precisamente
por requerir una nueva mentalidad. Pasó, además, por etapas, algunas de las
cuales ya no más suficientemente estudiadas en nuestros días, inclusive en
lo referente a la consagración del derecho de petición individual.

8.Ya en los inicios del ejercicio de este derecho se enfatizó que,


aunque motivado por la búsqueda de la reparación individual, el derecho de
petición contribuye también para asegurar el respeto por las obligaciones
de carácter objetivo que vinculan los Estados Partes, por ejemplo, bajo el
artículo 25 de la Convención Europea de Derechos Humanos (cf. H. Rolin,
"Le rôle du requérant dans la procédure prévue par la Commission
européenne des droits de l'homme", Revue hellénique de droit international
(1956) pp. 3-14, esp. p. 9).

9.En varios precedentes el ejercicio del derecho de petición ha ido


más allá, ocasionando cambios en el ordenamiento jurídico interno y en la
práctica de los órganos públicos del Estado. En consecuencia, la
significación del derecho de petición individual sólo puede ser
apropiadamente evaluada en su perspectiva histórica (N. Feinberg, "La
pétition en droit international", 40 Recueil des Cours de l'Académie de
Droit Internacional de La Haye (1932) pp. 576-639).
34

10.En efecto, revela la historia juris de algunos países que el antiguo


derecho de petición (right to petition), en el plano interno, a las autoridades
centrales, como expresión o manifestación de la libertad de expresión, se
desarrolló gradualmente en un recurso legal accionable ante los tribunales
para la reparación de daños. Sólo en una época más reciente el derecho de
petición (right of petition, no más right topetition) vino a formarse en el
seno de organizaciones internacionales. Surgieron las primeras distinciones
clásicas, como la elaborada por Feinberg y endosada por Drost, entre
pétition plainte, basada en una violación de un derecho privado individual
(v.g.,un derecho civil) y en búsqueda de reparación por parte de las
autoridades, y pétition voeu, atinente a los intereses generales de un grupo
(v.g., un derecho político) y en búsqueda de medidas públicas por parte de
las autoridades (P.N. Drost, Human Rights as Legal Rights, Leyden,
Sijthoff, 1965, pp. 67-75, y cf. pp. 91-96 y 101).

11.La pétition voeu evolucionó para lo que se pasó a denominarse


“comunicación”; ejemplos, a su vez, de pétitions plaintes - o “peticiones”
stricto sensu - se encuentran, por ejemplo, en los sistemas de minorías y
mandatos bajo la Sociedad de las Naciones y en el sistema de tutela bajo
las Naciones Unidas. Fueron estos algunos de los “Commission européenne
des droits de l'homme", in Grundprobleme des internationalen Rechts –
Festschrift für Jean Spiropoulos, Bonn, Schimmelbusch & Co., 1957, p.
121; F. Durante, Ricorsi Individuali ad Organi Internazionali, Milano,
Giuffrè, 1958, pp. 125-152, esp. pp. 129-130; K. Vasak, La Convention
européenne des droits de l'homme, Paris, LGDJ, 1964, pp. 96-98; M.
Virally, "L'accès des particuliers à une instante internationale: la protection
des droits de l'homme dans le cadre européen", 20 Mémoires Publiés par la
Faculté de Droit de Genève (1964) pp. 67-89; H. Mosler, "The Protection
of Human Rights by Internacional Legal Procedure", 52 Georgetown Law
Journal (1964) pp. 818-819. 10. Cf., v.g., J. Stone, "The Legal Nature of
Minorities Petition", 12 British Year Book of International Law (1931) pp.
76-94.

12.Es que hay que tener siempre presente que, distintamente de las
cuestiones regidas por el Derecho Internacional Público, en su mayor parte
planteadas horizontalmente sobre todo en el plano inter-estatal, las
cuestiones relativas a los derechos humanos se sitúan verticalmente en el
plano intra-estatal, en la contraposición entre los Estados y los seres
humanos bajo sus respectivas jurisdicciones. Por consiguiente, pretender
35
que los órganos de protección internacional no puedan verificar la
compatibilidad de las normas y prácticas del derecho interno, y sus
omisiones, con la normativa internacional de protección, sería un
contrasentido.

13.También aquí se evidencia la especificidad del Derecho


Internacional de los Derechos Humanos. El hecho de que este último vaya
más allá que el Derecho Internacional Público en materia de protección, al
abarcar el tratamiento dispensado por los Estados a los seres humanos bajo
sus jurisdicciones, no significa que una interpretación conservadora deba
por eso imponerse; todo lo contrario, se impone una interpretación en
conformidad con el carácter innovador - en relación con dogmas del
pasado, como el de la "competencia nacional exclusiva" o dominio
reservado de los Estados, como emanación de la soberanía estatal, - de la
normativa internacional de protección de los derechos humanos.

14.Con el desarrollo del Derecho Internacional de los Derechos


Humanos, es el propio Derecho Internacional Público que se enriquece, en
la afirmación de cánones y principios propios al presente dominio de
protección, asentados en premisas fundamentalmente distintas de las que
han orientado sus postulados en el plano de las relaciones puramente inter-
estatales. El Derecho Internacional de los Derechos Humanos viene, así, a
afirmar la aptitud del Derecho Internacional Público para asegurar, en el
presente contexto, el cumplimiento de las obligaciones internacionales de
protección de los Estados vis-à-vis todos los seres humanos bajo sus
jurisdicciones.
.
15.Con la consolidación de estos mecanismos, concediendo acceso
directo a los individuos a las instancias internacionales, se evidenciaba de
manera patente el reconocimiento, también en el plano procesal, de que los
derechos humanos, inherentes a la persona humana, son anteriores y
superiores al Estado y a toda otra forma de organización política, y
emancipándose el ser humano del yugo estatal, siempre y cuando se
mostrase éste arbitrario. Recuperaba el individuo su presencia, para la
vindicación de sus derechos, en el plano internacional, presencia ésta que le
fuera negada en el proceso histórico de formación del Estado moderno pero
que se manifestara en la preocupación inmediata con el ser humano en los
manuscritos originales de los llamados fundadores del derecho
internacional(el derecho de gentes),destacadamente en las lecciones
36
perennes - sobre todo la De Indis - Relectio Prior, de 1538-1539 - de
Francisco de Vitoria, el gran maestro de Salamanca.

16.A ello cabe agregar otros sistemas de peticiones (como los de


Alta-Silésia, de las Islas Aaland, del Sarre y de Danzig), el sistema de
navegación del río Reno, la experiencia de la Corte Centroamericana de
Justicia (1907-1917), la jurisprudencia de los Tribunales Arbitrales Mixtos
y de las Comisiones Mixtas de Reclamaciones, además del Tribunal
Internacional de Presas propuesto en la II Conferencia de Paz de la Haya de
1907. Cf. C.A. Norgaard, The Position of the Individual in International
Law, Copenhagen, Munksgaard, 1962, pp. 99-172; y, anteriormente, J.-C.
Witenberg, "La recevabilité des réclamations devant les juridictions
internationales", 41 Recueil des Cours de l'Académie de Droit
International de La Haye (1932) pp. 5-135; C.Th. Eustathiades, "Les sujets
du Droit international et la responsabilité internationale - nouvelles
tendances", 84 Recueil des Cours de l'Académie de Droit International de
La Haye (1953) pp. 401- 614.

17.Esta transformación, propia de nuestro tiempo, corresponde al


reconocimiento de la necesidad de que todos los Estados, para evitar
nuevas violaciones de los derechos humanos, respondan por la manera
cómo tratan todos los seres humanos que se encuentran bajo su
jurisdicción. Esta “prestación de cuentas” simplemente no hubiera sido
posible sin la consagración del derecho de petición individual, en medio al
reconocimiento del carácter objetivo de las obligaciones de protección y a
la aceptación de la garantía colectiva de cumplimiento de las mismas. Es
este el real sentido del rescate histórico del individuo como sujeto del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos (quelques-unes de ses
insuffissances", 40 Revue générale de Droit international public (1933) pp.
257-272; J. Beauté, Le droit de pétition dans les territoires sous tutelle,
Paris, LGDJ, 1962, pp. 1-256. 12. Cf. M.E. Tardu, Human Rights - The
International Petition System, binders 1-3, Dobbs Ferry N.Y., Oceana,
1979-1985; Tom Zwart, The Admissibility of Human Rights Petitions,
Dordrecht, Nijhoff, 1994, pp. 1-237).

18.Aún así, en el plano global, fue necesario esperar hasta la primera


mitad de los años setenta para que se concretara el derecho de petición, en
los mecanismos tanto convencionales (tratados y convenciones de derechos
37
humanos) como extraconvencionales (establecidos por resoluciones) en el
ámbito de las Naciones Unidas.

19.Paralelamente, en el plano regional europeo, el derecho de


petición individual, juntamente con la noción de garantía colectiva, pasaron
a constituir dos de los trazos más distintivos del nuevo sistema de
protección inaugurado por la Convención Europea de Derechos Humanos
de 1950, y, a fortiori, de todo el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.(Para un estudio general, cf. Francisco de Vitoria, Relecciones
del Estado, de los Indios, y del Derecho de la Guerra, México, Porrúa,
1985, pp. 1-101; P.P. Remec, The Position of the Individual in
International Law according to Grotius and Vattel, The Hague, Nijhoff,
1960, pp. 1-245; F.S. Ruddy, International Law in the Enlightenment,
Dobbs Ferry N.Y., Oceana, 1975, pp. 1-364; Association Internationale
Vitoria-Suarez, Vitoria et Suarez -Contribution des théologiens au Droit
international moderne, Paris, Pédone, 1939, pp. 1- 278).

20.En el sistema interamericano de protección de los derechos


humanos, el derecho de petición individual se ha constituido en un medio
eficaz de enfrentar casos no sólo individuales sino también de violaciones
masivas y sistemáticas de los derechos humanos, aún antes de la entrada en
vigor de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (i.e., en la
práctica inicial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos). Su
importancia ha sido fundamental, y no podría jamás ser minimizada. La
consagración del derecho de petición individual bajo el artículo 44 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos se revistió de
significación especial.

21.No sólo fue su importancia, para el mecanismo de la Convención


como un todo, debidamente enfatizada en los travaux préparatoires de
aquella disposición de la Convención, como también representó un avance
en relación a lo que, hasta la adopción del Pacto de San José en 1969, se
había logrado al respecto, en el ámbito del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos.

22.De todos los mecanismos de protección internacional de los


derechos humanos, el derecho de petición individual es el más dinámico,
inclusive al atribuir la iniciativa de acción al propio individuo (la parte
38
ostensiblemente más débil vis-à-vis el poder público), distintamente del
ejercicio ex officio de otros métodos (como los de investigaciones e
informes) por parte de los órganos de supervisión internacional. Es el que
mejor refleja la especificidad del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos, en comparación con otras soluciones propias del Derecho
Internacional Público (como se puede desprender de la sentencia de 1995
de la Corte Europea de Derechos Humanos en el importante caso Loizidou
versus Turquía, que ciertamente se tornará locus classicus sobre la materia)

23.El derecho de petición individual es una cláusula pétrea de los


tratados de derechos humanos que lo consagran, - a ejemplo del artículo 44
de la Convención Americana, - sobre la cual se erige el mecanismo jurídico
de la emancipación del ser humano vis-à-vis el propio Estado para la
protección de sus derechos en el ámbito del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Otra cláusula pétrea es la de la aceptación de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que no admite limitaciones otras que las expresamente
contenidas en el artículo 62 de la Convención Americana.

24. Ello ya que no es función de la Corte asegurar la debida


aplicación por el Estado Parte de su propio derecho interno, sino más bien
asegurar la correcta aplicación de la Convención Americana en el ámbito
de su derecho interno, de modo a proteger todos los derechos en ésta última
consagrados. Cualquier entendimiento en contrario sustraería de la Corte
las facultades de protección inherentes a su jurisdicción, privando
indebidamente a la Convención Americana de efectos en el derecho interno
de los Estados Partes. Así siendo, más allá de lo que expresamente
disponen los tratados de derechos humanos al respecto, tales cláusulas
pétreas no admiten restricciones de derecho interno.

25.Las referidas cláusulas pétreas - el derecho de petición individual


y la jurisdicción compulsoria en materia contenciosa de la Corte
Interamericana - constituyen materia de ordre public internacional, que no
podría estar a merced de limitaciones no previstas en los tratados de
protección, invocadas por los Estados Partes por razones o vicisitudes de
orden interno. Si de ese modo no hubiese sido originalmente concebido y
consistentemente entendido el derecho de petición individual, muy poco
habría avanzado la protección internacional de los derechos humanos en
ese medio siglo de evolución.
39
26.El derecho de petición individual, tan amplia y liberalmente
reconocido bajo la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
constituye, como ya se ha señalado, una conquista definitiva del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, a ser siempre decididamente
resguardada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como lo
viene a hacer en la presente Sentencia sobre excepciones preliminares en el
caso Castillo Petruzzi.

27.El derecho de petición individual es una cláusula pétrea de los


tratados de derechos humanos que lo consagran, - a ejemplo del artículo 44
de la Convención Americana, - sobre la cual se erige el mecanismo jurídico
de la emancipación del ser humano vis-à-vis el propio Estado para la
protección de sus derechos en el ámbito del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Otra cláusula pétrea es la de la aceptación de la
competencia contenciosa de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, que no admite limitaciones otras que las expresamente
contenidas en el artículo 62 de la Convención Americana.

28.Las consideraciones que preceden acreditan a nuestro entender, de


manera inequívoca y concreta, que me asiste el derecho de impulsar por
ante “la Comisión” la evaluación del desconocimiento que en el caso
judicial mencionado, el Poder Judicial de la Provincia de Río Negro (más
tarde avalado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el marco de
los remedios federales correspondientes), de las “Garantías Judiciales” que
se detallarán a continuación, con el objetivo de que se restablezca la
afectación denunciada, en la medida y con los alcances que “la Comisión”
considere adecuadas.

b) Especificación de los Derechos Humanos Vulnerados. Las


Garantías Procesales Desconocidas.

Afectación a la garantía de la tutela judicial efectiva, del debido


proceso legal y de la defensa en juicio. Inobservancia de la Obligación
de asegurar una investigación seria y exhaustiva, Derecho a la
Justicia , Derecho a la Verdad y Derecho a la Jurisdicción (arts. 7 y 8
de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre; arts. 1.1, 1.2, 2,
8.1, 25.1, 62 y 64 de la CADH; arts. 2.3 y 14.1 del PIDCyP).
40

1.Desde aquí buscaremos enunciar los “argumentos centrales” que


en el caso puesto a consideración de “la Comisión” acreditan la
inobservancia de la obligación del Estado Argentino de asegurar el
“DERECHO A UN PROCESO PENAL REGULAR”, en el marco de lo
dispuesto en los arts. XVIII y art. XXVI de la Declaración Americana de
los Derechos Humanos, y de corroborar que en el supuesto que se denuncia
se ha vulnerado seriamente la obligación del Estado Argentino de asegurar
una “Administración de Justicia Seria, Objetiva y Predecible”.

2.Precisamente, en orden a efectivizar en el caso concreto la


enunciación del Preámbulo de la Convención Americana de Derechos
Humanos en cuanto establece la necesidad de “…justificar la protección
internacional de naturaleza complementaria o coadyuvante de la que ofrece
el derecho interno…”.

3.Que ello determina el incumplimiento de la “obligación” asumida


por el Estado Argentino en el artículo 1.1 de la Convención que establece:
Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los
derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones
políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición
económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

4.De manera complementaria el incumplimiento de la disposición del


artículo 2 de la Convención en cuanto dispone: Si el ejercicio de los
derechos y libertades mencionados en el artículo 1 no estuviere ya
garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los Estados
Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos
constitucionales y a las disposiciones de esta Convención, las medidas
legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer efectivos
tales derechos y libertades.

5.Sobre la cuestión se ha considerado que “…[e]n el derecho de


gentes, una norma consuetudinaria prescribe que un Estado que ha
celebrado un convenio internacional, debe introducir en su derecho interno
las modificaciones necesarias para asegurar la ejecución de las obligaciones
asumidas. Esta norma aparece como válida universalmente y ha sido
calificada por la jurisprudencia como un principio evidente (“principe
41
allant de soi”; Echange des populations grecques et turques, avis
consultatif, 1925, C.P.J.I., série B, no. 10, p. 20).

6.En este orden de ideas, la Convención Americana establece la


obligación de cada Estado Parte de adecuar su derecho interno a las
disposiciones de dicha Convención, para garantizar los derechos en ella
consagrados. (Caso Garrido y Baigorria. Reparaciones. Sentencia de 27 de
agosto de 1998. Serie C No. 39, párr. 68).

7.En el mismo sentido, en otro caso el Tribunal manifestó que “…


[e]l deber general del artículo 2 de la Convención Americana implica la
adopción de medidas en dos vertientes. Por una parte, la supresión de las
normas y prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las
garantías previstas en la Convención. Por la otra, la expedición de normas y
el desarrollo de prácticas conducentes a la efectiva observancia de dichas
garantías. (Caso Castillo Petruzzi y otros, supra nota 8, párr. 207).

8.A su vez el artículo 8.1 de la Convención Americana guarda


relación directa con el artículo 25 en relación con el artículo 1.1, ambos de
la misma, que asegura a toda persona un recurso rápido y sencillo para
lograr, entre otros resultados, que los responsables de las violaciones de los
derechos humanos sean juzgados y para obtener una reparación por el daño
sufrido.

9.Tal como lo ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos


Humanos (denominada indistintamente en adelante “la Corte”), el artículo
25 “constituye uno de los pilares básicos, no sólo de la Convención
Americana, sino del propio Estado de Derecho en una sociedad
democrática en el sentido de la Convención”, toda vez que contribuye
decisivamente a asegurar el acceso a la justicia (Caso Castillo Páez,
Sentencia de 3 de noviembre de 1997. Serie C No. 34, párrs. 82 y 83; Caso
Suárez Rosero, Sentencia de 12 de noviembre de 1997. Serie C No. 35,
párr. 65; Caso Paniagua Morales y otros, Sentencia de 8 de marzo de
1998. Serie C No. 37, párr. 164; Caso Loayza Tamayo, Reparaciones,
supra 31,párr. 169 y Caso Castillo Páez, Reparaciones, supra 31, párr.
106).

10.Es que el artículo 25 de la Convención Americana dispone que:


1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier
otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la
42
ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos
por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
2. Los Estados Partes se comprometen:
a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del
Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que interponga tal
recurso;
b) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial; y
c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda
decisión en que se haya estimado procedente el recurso.

11.En el mismo sentido “la Corte” ha considerado que “…artículo 25


se encuentra íntimamente ligado con la obligación general del artículo 1.1
de la Convención Americana, al atribuir funciones de protección al derecho
interno de los Estados Partes, de lo cual se desprende que el Estado tiene la
responsabilidad de diseñar y consagrar normativamente un recurso eficaz,
pero también la de asegurar la debida aplicación de dicho recurso por parte
de sus autoridades judiciales. (cfr. Caso Castillo Petruzzi y otros, supra
nota 8, párr. 128, ibidem cfr. Caso Villagrán Morales y otros, supra nota
10, párr. 237; Caso Cesti Hurtado. Sentencia de 29 de septiembre de 1999.
Serie C. No. 56, párr. 121; Caso Castillo Petruzzi y otros, supra nota 8,
párr., ibidem. Caso Castillo Páez, supra nota 11, párr. 83; Caso Paniagua
Morales y otros, supra nota 8, párr. 164; ibidem. Caso Blake, supra nota
10, párr. 102; y Caso Suárez Rosero, supra nota 9, párr. 65.

12.La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha señalado que


el proceso "es un medio para asegurar, en la mayor medida posible, la
solución justa de una controversia", a lo cual contribuyen "el conjunto de
actos de diversas características generalmente reunidos bajo el concepto de
debido proceso legal".

13.Que en el capítulo correspondiente habremos de desarrollar los


antecedentes que sustentan dicho agravio, el que a su vez se desagrega en
otras sustanciales violaciones, sostenidas en una interpretación antojadiza,
anacrónica y distorsionada de normas de carácter supra legal, y que en
el caso concreto conduce a una “efectiva denegación de justicia”.

14. Los organismos jurisdiccionales que hasta el momento han


intervenido en el “caso Fuentealba” han desconocido y transformado en
43
letra muerta la vigencia de los Tratados internacionales de derechos
humanos y su equiparación con la Constitución de la Nación Argentina,
conformando con ello lo que en la doctrina y jurisprudencia se ha
denominado un “Bloque de Constitucionalidad” (Cfr. v. gr., Verbitsky,
Horacio s/ hábeas corpus, 03.05.05; Llerena, Horacio Luis s/ abuso de
armas y lesiones -arts. 104 y 89 del Código Penal -causa N° 3221-,
17.05.05; Dieser, María Graciela y Fraticelli,Carlos Andrés s/ homicidio
calificado por el vínculo y por alevosía -causa N° 120/02-, 08.08.06. En
estos fallos se utiliza frecuentemente la acepción “Bloque de
Constitucionalidad” para establecer la competencia de la Corte Suprema
en un asunto concreto. Por ejemplo, en el fallo Verbitsky la Corte afirma
que “existe cuestión federal suficiente [si] se cuestiona la inteligencia y el
alcance otorgado al art. 43 de la Constitución Nacional, como así también
la violación al art. 18 in fine del mismo cuerpo, y a diversas normas
contenidas en los tratados, convenciones y documentos internacionales
que forman parte del bloque constitucional”. Cabe destacar que a pesar
de que la reforma constitucional se remonta a 1994, sólo a partir de 2000
se comienza a usar jurisprudencialmente la acepción “Bloque de
Constitucionalidad” para referirse al fenómeno bajo estudio)

15.Han desconocido, igualmente, el carácter vinculante de los


precedentes de los tribunales internacionales, la Corte lo estableció desde el
ya mencionado caso “Giroldi”: recordando que la “jerarquía
constitucional” de la Convención Americana sobre derechos Humanos
(considerando 5°) ha sido establecida por voluntad expresa del
constituyente, “en las condiciones de su vigencia” (artículo 75, inc. 22, 2°
párrafo), esto es, tal como la Convención citada efectivamente rige en el
ámbito internacional y considerando particularmente su efectiva aplicación
jurisprudencial por los tribunales internacionales competentes para su
interpretación y aplicación. (confr. arts. 75 de la Constitución Nacional, 62
y 64 Convención Americana y artículo 2° ley 23.054).

16. Han desmerecido la vigencia del precedente “Bramajo”, la Corte


consideró que las opiniones de la Comisión debían cumplir similar
cometido en la interpretación de los instrumentos interamericanos: “…L]a
“jerarquía constitucional” de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos ha sido establecido (sic) por voluntad expresa del constituyente,
“en las condiciones de su vigencia” (art. 75, inc. 22, párr. 2°) esto es, tal
como la convención citada efectivamente rige en el ámbito internacional y
considerando particularmente su efectiva aplicación jurisprudencial por
44
los tribunales internacionales competentes para su interpretación y
aplicación. De ahí que la opinión de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos debe servir de guía para la interpretación de los
preceptos convencionales en la medida en que el Estado argentino
reconoció la competencia de aquélla para conocer en todo los caso
relativos a la interpretación y aplicación de la Convención Americana, art.
2° de la ley 23.054…”1

17.Es bueno recordar previamente que la acción es una garantía


constitucional consistente en la potestad de reclamar la actuación de los
órganos jurisdiccionales para que diriman los conflictos dados en las
relaciones intersubjetivas, a pesar de lo cual – y en lo que se vincula con el
tema que nos convoca en este recurso -, tal como lo afirma Cevasco “…el
Código Procesal Penal de la Nación restringió al querellante a una
actividad adhesiva a la del fiscal, limitando la autonomía de la querella al
impulso del Ministerio Público…” 2.

18.Ahora bien, estrechamente vinculado con los derechos que


paulatinamente se han ido reconociendo a favor de la víctima, se ha
desarrollado una construcción conceptual a partir de la voz “derecho a la
jurisdicción”, entendiéndolo como una garantía de seguridad jurídica que
permite a los justiciables someter a la consideración de un órgano
jurisdiccional la resolución definitiva y válida de sus pretensiones.

19.En ese camino y en primer término, cabe el puntualizar expresas


previsiones de la “Declaración sobre los principios fundamentales de
justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder “, adoptada por la
Asamblea General en su resolución 40/34, de 29 de noviembre de 1985:
bajo el subtítulo Acceso a la justicia y trato justo: art.4: “… Las víctimas
serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán derecho al
acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del daño
que hayan sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional…”, art. 6:
“…Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y
administrativos a las necesidades de las víctimas…” (inc. b): “…

1
(confr. doctrina de la causa G:342.XXVI, “Giroldi, Horacio D. Y otros s/ recurso de
casación”, sentencia del 7 de abril de 1995)
2
En “La querella y el ejercicio de la acción”; Cevasco, Luis; en Doctrina Judicial del
1/12/99,
Año XVI, nro. 1.
45
Permitiendo que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean
presentadas y examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones siempre
que estén en juego sus intereses, sin perjuicio del acusado y de acuerdo con
el sistema nacional de justicia penal correspondiente…”

20.En palabras del maestro cordobés Cafferata Nores y como


respuesta al interrogante de si ¿se terminó el monopolio del Ministerio
Público Fiscal sobre la acción penal? entiende que se vigorizó la posición
de la víctima del delito al expresar que proteger los intereses generales
de la sociedad no es monopolio del Ministerio Público cuando el interés
particular del damnificado se canaliza mediante la querella, expresando –
en relación a la incorporación de la figura del querellante particular por la
reforma de la ley 8123 al Código Procesal de Córdoba, que se buscó “…
procurar dar una mayor tutela al ofendido por el delito, y dotar al proceso
de un elemento dinamizador incluso en el aspecto probatorio, poniéndolo
a tono con los actuales requerimientos de justicia que surgen de la
sociedad. Se parte de la idea de dar mayor protagonismo a la víctima y a
la posibilidad, (demostrada en algunos casos judiciales de los últimos
tiempos), de que su intervención sea un aporte a la eficacia de la
persecución penal, mediante el control del órgano estatal que la realiza y
el ofrecimiento de pruebas que, quizá, conoce mejor que nadie, en el
marco de su interés particular en el resultado del proceso que se agrega,
reforzándolo, al interés general de la justicia” 3. (el resaltado nos
pertenece).

21.En ese contexto la figura del querellante autónomo se constituye


como parte en el proceso penal “con facultades persecutorias autónomas a
lo largo de todos los estadios del proceso. Su actividad no dependía de los
límites que el fiscal imponía a la acción penal. Sus facultades recursivas
eran plenas. Incluso en la generalidad de las reglamentaciones de fines y
principios de siglo se le otorgaba injerencia en aspectos coercitivos.
Tratábase de un acusador autónomo al que se le retaceaban muy pocos de
los poderes de acción propios del Ministerio Público” 4.

3
En Introducción al Derecho Procesal Penal, Marcos Lerner Editora Córdoba, 1.994,
pág. 33
4
Creus, Carlos. “Reparación del daño producido por el delito”, Ed. Rubinzal-Culzoni,
1.995, pág. 55 y ss.
46
22.Tal como lo sostiene Bovino5, la víctima fue motivo de exclusión
y olvido por varios siglos. En nuestro país, esta tendencia se vio reforzada
a partir de la reforma constitucional de 1994 que incorporó diversos
Tratados Internacionales de Derechos Humanos (art. 75 inc.22) los que
consagraron en forma expresa el derecho de las víctimas a obtener una
“tutela judicial efectiva”, (CADH.25) obligando a los Estados a proveer a
los ciudadanos una debida protección judicial cuando alguno de sus
derechos haya sido violado.

23.Ahora bien, la participación del ofendido como querellante


particular ha conocido, en el derecho comparado, tres principales modos de
configuración:6 el querellante autónomo, el querellante subsidiario y el
querellante adhesivo. Al Querellante autónomo 7 se le concede facultades
para acusar como para impugnar resoluciones judiciales,
independientemente de la decisión adoptada por el órgano público de la
acusación. El Querellante subsidiario 8 sólo puede actuar como querellante
cuando el acusador público abandona temporaria o definitivamente el
ejercicio del poder de acción. Por último, al Querellante adhesivo se le
permite intervenir sólo en la medida en que colabore con la persecución
oficial y la controle, lo que importa cierta accesoriedad de la persecución
penal del ofendido, que depende, en último término, de la persecución
penal oficial.

24.No obstante, como ya se adelantó, en los últimos tiempos y


fundándose en el nuevo orden jurídico constitucional argentino a partir de
la reforma de 1994, tanto la doctrina como la jurisprudencia han ampliado
el espectro de facultades otorgadas al querellante particular argumentando
que los Tratados incorporados incluyen garantías bilaterales, es decir que
tienen como beneficiarios de las mismas no sólo al imputado de un hecho
delictivo, sino también a sus víctimas.

5
“La participación de la victima en el procedimiento penal”, en Problemas
del Derecho Procesal Penal Contemporáneo, pág. 87, Ed. Del Puerto,
Buenos Aires, 1998.
6
Cfr Arocena, Gustavo en: “La víctima del delito, el querellante particular
y la coerción personal del imputado” en “En Torno al Querellante
Particular”, pág. 35, Advocatus, 2003
7
Modelo que adopta el Código procesal Penal de Portugal
8
Adoptado por el Procedimiento Penal Austríaco, cfr. Balcarce, Fabián,
“El querellante particular”, Foro de Cba. Nº 74, 2001, pág. 33
47
25.Sin dudas el precedente de la C.S.J.N. que ha marcado un
verdadero cambio de paradigma en el tema de referencia, ha sido el caso
“Santillán, Francisco Agustín…”S. 1009. XXXII, de fecha 13 de agosto de
1998, destacando inicialmente que la “lesión constitucional” se había
configurado en la falta de cumplimiento de parte del tribunal de grado de
ejercer su jurisdicción cuando estaba en condiciones de hacerlo,
conculcando el “derecho a la igualdad” y al “debido proceso” (arts. 16 y 18
de la Constitución Nacional)

Para llegar a dicha conclusión tuvo en cuenta: “….que esta Corte, al


precisar qué debe entenderse por procedimientos judiciales a los efectos del
art. 18 de la Constitución Nacional, ha dicho que esa norma exige la
observancia de las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación,
defensa, prueba y sentencia dictada por los jueces naturales (Fallos: 125:10;
127:36;189:34; 308:1557, entre muchos otros), y dotó así de contenido
constitucional al principio de bilateralidad sobre cuya base, en
consecuencia, el legislador está sujeto a reglamentar el proceso criminal
(doctrina de Fallos:234:270)…” 9

Que “…de ello se sigue que la exigencia de acusación, como forma


sustancial en todo proceso penal, salvaguarda la defensa en juicio del
justiciable, sin que tal requisito tenga otro alcance que el antes expuesto o
contenga distingo alguno respecto del carácter público o privado de quien
la formula (Fallos: 143:5)…”.10.

Que “…si bien incumbe a la discreción del legislador regular el


marco y las condiciones del ejercicio de la acción penal y la participación
asignada al querellante particular en su promoción y desarrollo, desde que
se trata de lo atinente a la más acertada organización del juicio criminal
(Fallos: 253:31), todo aquel a quien la ley reconoce personería para actuar
en juicio en defensa de sus derechos está amparado por la garantía del
debido proceso legal consagrada por el art. 18 de la Constitución Nacional,
que asegura a todos los litigantes por igual el derecho a obtener una
sentencia fundada previo juicio llevado en legal forma…”(Fallos: 268:266,
considerando 2°)…”.

“…Ello en el marco del derecho a la jurisdicción consagrado


implícitamente en el art. 18 de la Carta Magna y cuyo alcance, como la
9
(considerando 9 del voto de la mayoría)
10
(considerando 10)
48
posibilidad de ocurrir ante algún órgano jurisdiccional en procura de
justicia y obtener de él sentencia útil relativa a los derechos de los litigantes
(Fallos:199:617; 305:2150, entre otros), es coincidente con el que
reconocen los arts. 8°, párrafo primero, de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos y 14.1. del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos…” 11.
Que “…es misión de los jueces contribuir al eficaz y justo
desempeño de los poderes atribuidos al Estado para el cumplimiento de sus
fines del modo más beneficioso para la comunidad y los individuos que la
forman (confr. doctrina de Fallos: 315:1922), y en el logro de este
propósito de asegurar la administración de justicia no deben estar cegados
al principio de supremacía constitucional para que esa función sea plena y
cabalmente eficaz (confr. doctrina de Fallos: 308:490 y 311:2478, entre
otros)…”.12Que “…ello es así aun cuando el a quo estimase, en el marco de
atribuciones que le competen en materia no federal, que la norma procesal
ofrece distintas interpretaciones posibles, caso en el cual no debió optar por
aquélla que -como en el sub lite- ha ido en desmedro de una adecuada
hermenéutica de las normas en juego, con serio menoscabo de los derechos
asegurados por la Constitución Nacional al privar al particular querellante,
a quien la ley le reconoce el derecho a formular acusación en juicio penal,
de un pronunciamiento útil relativo a sus derechos, pues esta interpretación
dejaría a aquél vacuo de contenido…” 13.

26.De esta manera, y como bien lo apunta – nuevamente - José


Cafferata Nores, la Corte en este importante precedente “(...) ha reconocido
que la víctima de un delito tiene una facultad autónoma de reclamar ante
los tribunales la aplicación, al partícipe de aquel, de la sanción, prevista en
la ley penal, atribución que se le reconoce solo a ella por su condición de
tal, es decir, por haber sido lesionado en su interés o en su derecho concreto
(...)”14.

27.Dicha “doctrina legal” aparece luego reafirmada en el precedente


“Quiroga”15.

11
(considerando 11)

12
(considerando 12)
13
(considerando 15)
14
Cafferata Nores, José, ¿Se terminó el “monopolio” del Ministerio Público Fiscal sobre la
acción penal?, artículo publicado en La Ley, 1998-E-329 y ss.
15
“Quiroga, Edgardo Oscar S/causa N° 4302", Q. 162, XXXVIII, rta. el 23/diciembre/2004.
49
En dicho sentido, resulta enriquecedor el voto del Dr. Maqueda, en
cuanto afirmó que “(...) en antiguos precedentes la Corte negaba que el
ofendido por el delito de acción pública tuviese derecho a procurar la
investigación y castigo del autor del delito, al considerar que esa intención
no constituía ‘un derecho de propiedad en el sentido de la ley civil’ sino
una mera concesión legal -de la ley procesal- susceptible de suprimirse en
todo tiempo (Fallos: 243:5), consecuentemente lo ‘atinente a la obtención
de una condena criminal no es susceptible de amparo en beneficio de los
particulares y con fundamento en los arts. 14, 17 y 18 de la Constitución
Nacional’ (Fallos: 252:193). Ello cambió en el caso ‘Santillán’ donde el
Tribunal expresó que el derecho ‘a la jurisdicción consagrado
implícitamente en el art. 18 de la Carta Magna (...) consiste en la
posibilidad de ocurrir ante algún órgano jurisdiccional en procura de
justicia y obtener de él sentencia útil relativa a los derechos de los litigantes
(...), derecho que tiene un alcance coincidente con el que reconocen los
arts. 8°, párr. 1° de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos’ (...)”
(Considerando 21° de su voto).

Luego continúa explicando el Dr. Maqueda que de este modo, “(...)


la Corte Suprema de Justicia de la Nación incorpora los principios sentados
por la Comisión Interamericana (de Derechos Humanos) al interpretar el
art. 25 del Pacto en cuanto a que ‘el derecho a la tutela judicial efectiva’
implica que la razón principal por la que el Estado debe perseguir el delito
es la necesidad de dar cumplimiento a su obligación de ‘garantizar el
derecho a la justicia de las víctimas ...’ entendiendo a la persecución penal
como un corolario necesario del derecho de todo individuo a obtener una
investigación judicial a cargo de un tribunal competente, imparcial e
independiente en que se establezca la existencia o no de la violación de su
derecho, se identifique a los responsables y se les impongan las sanciones
pertinentes (Bulacio; CIDH Informe n° 34/96, casos 11.228, Informe n°
5/96, caso 10.970)…”.16.

Y concluye sosteniendo que “(...) ya no basta contraponer el interés


legítimo estatal con el de la persona que soporta la restricción sino que
debe ponderarse los derechos de las víctimas de los actos cuestionados
motivos de la persecución penal (...)”, por lo que “(...) no sería objetable
desde un punto de vista de la imparcialidad que el querellante sea el que
reclame ante el tribunal su derecho de elevar la causa a juicio, para ejercitar
16
(Considerando 23° de su voto)
50
el derecho a ser oído en juicio oral y público, que es el verdadero
“juicio”…”17.

28.En ese orden de ideas, no cabe dudas que el quid la decisión está
en el “derecho a la jurisdicción” , derecho que en relación a nuestro
sistema (legislación federal) ha sido reconocido por la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, con especial referencia a la facultad
de querellar en juicio penal, como “un derecho fundamental del
ciudadano” 18; por lo que haciendo jugar los principios de progresividad,
irreversibilidad e interacción entre derecho interno e internacional de los
derechos humanos, y sobre la base de la fuerza asignada por la Corte
Suprema de Justicia de la Nación a los pronunciamientos de la Comisión 19,
el derecho de la víctima a la jurisdicción sea un nuevo derecho
fundamental del ciudadano (...)”.

29.Cuesta el comprender como podría una víctima que interviene


activamente en el proceso y se encuentra constituída como parte en el
mismo, podría llegar a avanzar hasta tales etapas, sino no se le reconoce
con anterioridad similar “capacidad de autonomía”. Tal como se
presente en el caso que nos ocupa, la intervención claramente ineficiente
(por no decir obstructiva) del Ministerio Público Fiscal, representa un
verdadero “obstáculo” a la posibilidad de que en una instancia procesal
posterior la particular ofendida puede desarrollar dicha “intervención
diferenciada”.

30.Cuando nos encontramos en presencia de una investigación


signada por la ineptitud, negar como se pretende que la víctima lleve
adelante una “acción autónoma” para “impulsarla”, transforma en letra
muerta los derechos a los que hemos hecho mención en los capítulos que
anteceden; si le es permitido “acusar” (y ello más allá del acto procesal al
cual le acordemos dicha definición procesal) ello sólo será posible si le es
permitido hacerlo desde su propia “teoría del caso”, en función de las
conductas fácticas que considere relevantes desde el punto de vista de
la responsabilidad penal (que pueden o no ser coincidentes con las del
Ministerio Público), desde las “subsunciones” (teorías legales) que la
propia víctima estime adecuadas, y todo ello en función de los medios

17
(Considerandos 23° y 24° de su voto)
18
(Informe 28/92 -2/10/92-)
19
(los ya citados Fallos 318:314 -Giroldi- y 319:1840 -Gramajo-)
51
de acreditación que a su cargo se encuentran para sostener una
“hipótesis delictiva” con un “altísimo grado de probabilidad”.

31.Y ello no sólo porque el propio Código Procesal Penal


expresamente NO lo prohíbe, sino especialmente porque resulta como la
única “consecuencia aceptable” del “estándar” impuesto en los
precedentes ya aludidos.

32.Incluso, utilización mediante de un claro yerro en el contenido


etimológico de los términos empleados en el art.70 del C.P.P. (haciendo
mención a las facultades del fiscal) y la del art.70 del mismo cuerpo legal
(al aludir al querellante particular”), a saber, facultades de “promover” e
“impulsar”.

33.Recurriendo, en primer lugar, al Diccionario de la Real Academia Española


(www.rae.es) encontramos que la voz “promover” aparece definida como (Del lat.
promovēre).1. tr. Iniciar o impulsar una cosa o un proceso, procurando su logro.2. tr.
Levantar o elevar a alguien a una dignidad o empleo superior al que tenía.3. tr. Tomar la
iniciativa para la realización o el logro de algo; e “impulsar” De impulso).1. tr. impeler., y a
su vez esta última (Del lat. impellĕre).1. tr. Dar empuje para producir movimiento.2. tr.
Incitar, estimular.

34.Del mismo modo, profundizando en la acepción gramatical de


ambos términos encontramos que “impulsar” posee como sinónimos las
voces: impeler, propulsar, empujar, arrojar, rechazar, echar, despedir,
sacudir , fomentar, promover, desarrollar, potenciar, activar, intensificar,
provocar, incitar ; y , a su vez, “promover”: fomentar, impulsar, favorecer,
proteger, apoyar, organizar, promocionar ,provocar, causar, iniciar, crear,
originar, fundar, inspirar, y en el cual el prefijo latino pro- tiene el sentido
de ‘ir hacia delante’, como en promover 20.

35.Ahora bien, en casos como el que nos ocupa, en el cual se


encuentra seriamente comprometido el accionar mismo del Estado en la
producción del daño, entender que sólo agencias del propio Estado se
encuentren - “sólo ellas” - en condiciones de “ir hacia delante”, supone
relegar a la víctima directa a un “rol pasivo y secundario”,
“condicionado” por la actividad de los funcionarios de dichas agencias, y
ello más allá de actúen con eficiencia y correctamente, o lo hagan de un

20
(cfr. Diccionario de sinónimos y antónimos © 2005 Espasa-Calpe)
52
modo negligente y hasta incluso disfuncional con la búsqueda de la verdad
y de la acreditación de las responsabilidades en el suceso.

36.En primer lugar,. porque los antecedentes que ya hemos puesto de


manifiesto vinculados a la “nueva intervención” de la víctima en el proceso
penal, parten precisamente del presupuesto de que la “resolución o
reconfiguración del conflicto” NO puede quedar supedita a la “exclusiva”
voluntad de una persona, porque aparece como escasamente respetuoso del
principio republicano de contralor de los actos de gobierno (incluso en
función de la ausencia de “recursos reparadores” con los que los propios
modelos inquisitivos mixtos o reformados reglamentan la cuestión).

37.Y en segundo lugar, porque supone el “convalidar” omisiones,


ausencias de compromiso en la investigación, procederes ineficaces u
obstruccionistas, sin remedio posible (nuevamente porque el “código no lo
dice”), todo lo cual trasunta en “costos de altísimo valor” en términos de la
política criminal que un Estado Democrático de Derecho DEBE asegurar.

38. Hasta el momento, entonces, la actuación de la Justicia Penal de


la Provincia de Neuquén ha buscado sostenerse en resoluciones adoptadas
en función de “rigorismos formales”,. “vacíos de contenidos”, que en el
caso concreto conducen a la IMPUNIDAD de las conductas denunciadas,
cuando le correspondía actuar como “factor de corrección” de las
intervenciones de los operadores de las agencias penales que adolecen de
seriedad, transparencia y compromiso republicano con una Justicia Penal
Independiente y Democrática.

b.1.Componentes de los Instrumentos Internacionales de


Protección de los Derechos Humanos que se consideran
aplicables al caso y vulnerados:

1.Deber de Garantía:

1.Bajo esta denominación se han englobado todas aquellas


“obligaciones” asumidas por los Estados en relación al “marco de
protección internacional” de los Derechos Humanos, razón por la cual es
considerada como una “noción nuclear” de la posición jurídica del Estado
en dicha materia, la que a su vez surge desdoblada en un “deber de
abstención” (de que efectivamente se infrinjan) y en otro “deber de
garantía” (posición de garante), en lo que se corresponde con su adecuado
53
resguardo, encontrándose establecido en la Convención Americana sobre
Derechos Humanos en su artículo 1.

2.Es así que a nivel interamericano, algunos Estados se han


comprometido (mediante la ratificación) a aceptar las obligaciones
generales establecidas en el artículo 1.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (en adelante CADH). El mismo que al ser analizado
por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante Corte IDH)
en el caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras, ha recordado que los
Estados Partes han contraído la obligación general de proteger, respetar y
de garantizar cada uno de los derechos establecidos en la CADH, de tal
modo que “todo menoscabo a los derechos humanos reconocidos en la
Convención que pueda ser atribuido, según las reglas del Derecho
internacional, a la acción u omisión de cualquier autoridad pública,
constituye un hecho imputable al Estado que compromete su
responsabilidad en los términos previstos por la misma Convención” 21

3.En ese sentido, y en virtud del citado artículo 1.1 de la CADH, la


primera obligación asumida por los Estados Partes, es “respetar los
derechos y libertades reconocidos en la Convención”, lo cual implica el
deber de los Estados de asegurar la vigencia, el goce y disfrute de los
derechos humanos mediante un sistema jurídico, político e institucional
adecuado.

4.El ejercicio de la función pública tiene unos límites que derivan de


que los Derechos Humanos son atributos inherentes a la dignidad humana
(superiores al poder del Estado) que no pueden ser legítimamente
menoscabados por el ejercicio del poder público, en tal sentido, ninguna
actividad del Estado puede fundarse sobre el desprecio a la dignidad
humana.

5.La segunda obligación de los Estados Partes según la CADH es


“garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos reconocidos en la
Convención a toda persona sujeta a su jurisdicción, sin discriminación
alguna”, en virtud de la cual, los Estados deben de asegurar el ejercicio de
los derechos humanos procurando los medios jurídicos adecuados de
protección.

21
Corte I.D.H., Caso Velásquez Rodríguez. Sentencia de Fondo del 29 de julio de 1988.
Serie C. Nº 4, párr. 164.
54
6.Como bien lo ha reiterado la Corte IDH: “Esta obligación implica
el deber de los Estados Partes de organizar todo el aparato gubernamental
y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se manifiesta el
ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de asegurar
jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos”.22

7.Obligación que no se agota con la existencia de un orden


normativo interno, sino que es necesario también, una conducta por parte
del Estado que asegure la existencia de una eficaz garantía del libre y pleno
ejercicio de los derechos humanos. En ese sentido, el Estado se encuentra
obligado a tomar las medidas adecuadas e idóneas, incluso debiendo
remover los obstáculos (físicos o jurídicos) existentes para que las personas
sujetas a su jurisdicción puedan disfrutar de sus derechos humanos, a fin de
evitar que en caso se cometa tal violación, esta no quede impune.

8.Ambas obligaciones generales van de la mano con el deber que


tienen los Estados según el artículo 2 de la CADH de adoptar las
disposiciones necesarias en el derecho interno para hacer efectivos tales
derechos humanos y libertades fundamentales, en caso el ejercicio de los
mismos no se encuentre garantizado de manera satisfactoria.

9.De otro lado, de ambas obligaciones generales derivan ciertas


obligaciones especificas de los Estados, entre las cuales podemos
mencionar la obligación de prevenir las violaciones de los derechos
humanos; la obligación de investigar seriamente las violaciones cometidas
en su ámbito de jurisdicción; la obligación de identificar, procesar y
sancionar a los responsables de las mismas; la obligación de reparar los
daños producidos por la violación de los derechos humanos, así como
procurar el restablecimiento, si es posible, del derecho conculcado; y la
obligación de establecer la verdad de los hechos.

10.Estas obligaciones específicas son independientes y autónomas,


de naturaleza complementaria, no siendo alternativas ni sustitutivas; en tal
sentido, el Estado debe de cumplir todas y cada una de ellas, es inadmisible
que realice una elección sobre las mismas.

11.Si bien todas las obligaciones específicas antes mencionadas son


fundamentales para el cabal respeto y garantía de los derechos humanos,
así como para su correcta protección y la lucha contra la impunidad, como

22
Ib., párr. 166.
55
parte del presente trabajo de investigación sólo vamos a analizar la
obligación de investigar y la obligación de establecer la verdad sobre los
hechos, la cual ha venido a configurar el derecho a la verdad, el mismo que
como ya lo mencionáramos antes, no es una obligación alternativa a las
demás obligaciones del Estado antes expuestas, no significa que si se
establece la verdad de los hechos las demás obligaciones puedan dejar de
ser cumplidas obligatoriamente por el Estado.

12.Es que “…existe un interés jurídico de todos los Estados a que


estos derechos sean protegidos: las obligaciones son consideradas erga
omnes 23

13.Precisamente porque es un elemento que se encuentra orientado


“… más que a establecer un equilibrio de intereses entre Estados, a
garantizar el goce de derechos y libertades del ser humano…” 24

14.A su respecto la CIDH consideró que: “El Estado está en el deber


jurídico de prevenir, razonablemente, las violaciones de los derechos
humanos, de investigar seriamente con los medios a su alcance las
violaciones que se hayan cometido dentro del ámbito de su jurisdicción a
fin de identificar a los responsables, de imponerles las sanciones
pertinentes y de asegurar a la víctima una adecuada reparación” 25

15.Es que la responsabilidad del Estado no sólo se encuentra


comprometida cuando el Estado a través de la conducta activa u omisiva de
sus agentes lesiona en cabeza de un individuo un derecho, sino también
cuando el Estado omite ejercer las acciones pertinentes en orden a
investigar, reprimir y reparar. Así, la transgresión o inobservancia por el
Estado de este Deber de Garantía compromete su responsabilidad
internacional. Este principio fue establecido tempranamente en el Derecho
Internacional, y uno de los primeros precedentes jurisprudenciales lo

23
(Corte Internacional de Justicia, obiter dictum en el asunto Barcelona Traction Light
and Power Company, fallo de 5 de febrero de 1970’, párrafo 32, en Recueil des Arrets
de la Cour Internationale de Justice – 1970)
24
(Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-1/82, de 24 de
septiembre de 1982, Otros tratados objeto de la función consultiva de la Corte, en Serie
A: Fallos y Opiniones - N 1, párrafo 24)
25
(caso Velázquez Rodríguez, Sentencia de 29 de julio de 1988, en Serie C:
Resoluciones y Sentencias, Nº 4, párrafo 174)
56
constituye el laudo arbitral proferido el 1 de mayo de 1925, por el profesor
Max Huber en el asunto de las reclamaciones británicas por daños causados
a los súbditos británicos en la zona española de Marruecos 26

16.De tal forma, la no observancia de este Deber de Garantía no se


limita entonces a los aspectos de prevención, como lo describiera la Misión
de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (ONUSAL): “la
responsabilidad del Estado puede resultar no sólo de la falta de vigilancia
en la prevención de los actos dañosos, sino también de la falta de
diligencia en la persecución penal de los responsables y en la aplicación
de las sanciones civiles requeridas” .

2. Obligación de investigación seria y exhaustiva:

1.Esta obligación constituye “uno de los principales pilares de la


protección efectiva de los derechos humanos“ 27, y considerada como una
de aquellas obligaciones entendidas como “de medio” 28

2.Es que el Relator Especial sobre las Ejecuciones extrajudiciales,


sumarias o arbitrarias de las Naciones Unidas, ha venido reafirmando la
existencia de esta obligación de investigar según el derecho internacional.
“Es obligación de los gobiernos investigar en forma exhaustiva e
imparcial toda denuncia de violación del derecho a la vida” 29.

3.Las autoridades deben investigar diligente y seriamente toda


alegación de violación de los derechos humanos ya que, como lo señaló La
Corte Interamericana de Derechos Humanos, “el Estado está en el deber
jurídico de [...] investigar seriamente con los medios a su alcance” 30

26
(Nations Unies, Recueil de sentences arbitrales, vol. II, págs. 615 a 742.)

27
(cfr. Relator Especial sobre las Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de
las Naciones Unidas, Informe a la Comisión de Derechos Humanos, doc.
E/CN.4/1993/46, párrafo 686)
28
(Méndez, Juan, "Accountability for Past Abuses", en Rev. Human Rights Quartely,
Volumen 19, N 2, 1997, pág. 264 y ss)
29
(Relator Especial sobre las Ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de las
Naciones Unidas, Informe a la Comisión de Derechos Humanos, doc. E/CN.4/1997/60,
párrafo 46)
57
4.En consecuencia, el incumplimiento de las normas enunciadas en
tales Principios constituye un “indicio de responsabilidad gubernamental”
aunque no se pueda probar que en las ejecuciones sumarias o arbitrarias de
que se trate han estado directamente implicados los funcionarios
gubernamentales 31.

5.El Estado se encuentra obligado a realizar investigaciones prontas,


diligentes, serias, exhaustivas, imparciales e independientes frente a toda
violación de los derechos humanos que se hayan cometido dentro del
ámbito de su jurisdicción. Mediante este deber de investigar, el Estado se
encuentra obligado a desplegar motu proprio las actividades necesarias
para esclarecer los hechos y las circunstancias que los rodearon, pues a fin
de cuentas se trata de una obligación jurídica y no de una mera gestión de
intereses particulares. En ese sentido, se configura como una obligación de
medio o comportamiento que no es incumplida por el solo hecho de que la
investigación no produzca un resultado satisfactorio.

6.Así lo ha entendido la Corte Interamericana de Derechos Humanos


en el caso Velásquez Rodríguez, en donde manifestó que dicha obligación
de investigar “debe emprenderse con seriedad y no como una simple
formalidad condenada de antemano a ser infructuosa, debe tener un
sentido y ser asumida por el Estado como un deber jurídico propio y no
como una simple gestión de intereses particulares, que dependa de la
iniciativa procesal de la víctima o de sus familiares o de la aportación
privada de elementos probatorios, sin que la autoridad pública busque
efectivamente la verdad”.32

7.Precisando un poco más el contenido de dicha obligación, la Corte


IDH ha señalado en la misma sentencia que:

“El deber de investigar hechos de este género


subsiste mientras se mantenga la incertidumbre sobre la
suerte final de la persona desaparecida. Incluso en el
supuesto de que circunstancias legítimas del orden jurídico
interno no permitieran aplicar las sanciones
30
(Corte Interamericana de Derechos Humanos, Sentencia de 29 de julio de 1988, doc.
cit., párrafo 174)
31
(Relator Especial sobre Ejecuciones sumarias o arbitrarias de las Naciones Unidas,
Informe a la Comsisíon de Derechos Humanos, doc. E/CN.4/1991/36, párrafo 591 y
doc. E/CN.4/1990/22, párrafo 463).
32
Ib., párr. 177.
58
correspondientes a quienes sean individualmente
responsables de delitos de esta naturaleza, el derecho de
los familiares de la víctima de conocer cuál fue el destino
de ésta y, en su caso, dónde se encuentran sus restos,
representa una justa expectativa que el Estado debe
satisfacer con los medios a su alcance”.33

8.Esta obligación del Estado de investigar es indelegable e


irrenunciable, en el sentido de que es necesario que se realice
ineludiblemente como medio idóneo para combatir la impunidad de la
violación a los derechos humanos, pues si la misma queda impune y no se
restablece a la víctima la plenitud de sus derechos vulnerados, se ha
incumplido una obligación general de los Estados (el deber de garantizar su
libre y pleno ejercicio a las personas sujetas a su jurisdicción), incluso esta
obligación es incumplida, si se tolera que particulares actúen libre o
impunemente vulnerando derechos humanos.

9.En ese sentido, para Juan Méndez 34“el derecho a la verdad es


inseparable del derecho a la justicia de un contenido más general y que
implica obligaciones por parte del Estado”.

10.La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe Nº


28/92, Casos 10.147, 10.181, 10.240, 10.262, 10.309 y 10.311 (Argentina),
de fecha 2 de octubre de 1992, vinculado a la denuncia por la declaración
de constitucionalidad de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida, las
denunció como “incompatibles”: 1) Con respecto a las garantías judiciales
(art. 8 de la Convención Americana): El derecho de los peticionarios a una
investigación judicial imparcial y exhaustiva que esclarezca los hechos –
garantizado por la Constitución y la legislación interna argentina- se vio
vulnerado con las leyes y el decreto cuestionados (Ibid., párrafos 32-34); 2)
Con respecto al derecho a la protección judicial (art. 25 de la Convención
Americana): Con la aprobación de las leyes y el decreto, Argentina faltó a
la obligación de garantizar los derechos consagrados en el articulo 25.1 y
violó la Convención (Ibid., párrafo 39).

3. Derecho a la Justicia:

33
Ib., párr. 181.
34
MENDEZ, Juan. Op.cit., p. 527.
59
1.Se lo ha considerado como un derecho humano consagrado en
numerosos instrumentos. En el ámbito americano, así lo establece la
Declaración Americana de Derechos Humanos, artículo 18, y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, artículos 8 (1) y 25.
Igualmente consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos,
artículo 8; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Artículo
2 (3); la Convención Europea de Derechos Humanos, artículo 13 y la Carta
Africana de los derechos del hombre y de los pueblos.

2.Resulta también una consecuencia del Deber de Garantía de que


toda pretensión de que se ha lesionado alguno de estos derechos, implica
también necesariamente, la de que se ha violado la obligación general de
impartir justicia.

3.El Derecho a la Justicia, por tanto, esta en estrecha relación con el


principio de legalidad 35. La doctrina considera que "conforme a la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y a los Convenios
Internacionales en la materia [...] el acceso a la administración de justicia
como conjunto de garantías jurídicas internas para la salvaguarda de los
derechos humanos es un derecho humano internacionalmente reconocido
como derecho humano fundamental; derecho que no solo afecta a toda
persona que es su titular, sino que compromete directamente la
organización interna del Estado y el funcionamiento de su propia
administración de justicia. Es decir, el reconocimiento internacional del
Derecho Humano a la Justicia lleva aparejada la necesidad lógica de
afirmar que la organización y funcionamiento de las instituciones estatales
de administración de justicia no es una facultad discrecional del Estado
sino que existe un límite: asegurar el Derecho a la Justicia en la forma en
que el mismo es reconocido por el Derecho Internacional” 36

4.De tal modo que la justicia debe ser organizada de forma que
garantice la existencia de tribunales independientes e imparciales. En ese
sentido, la Asamblea General de las Naciones Unidas, al adoptar su
Resolución intitulada “Los Derechos Humanos en la Administración de
35
Senese, Salvatore, "Pouvoir judiciaire, droit à la justice et impunité" en Impunity,
Impunidad, Impunité, ed. Lidlip, Ginebra 1993, págs. 85-86
36
Abellán Honrubia, Victoria, "Impunidad de violación de los derechos humanos
fundamentales en América Latina: Aspectos jurídicos internacionales", en Jornadas
iberoamericanas de la Asociación española de profesores de derecho internacional y
relaciones internacionales - La Escuela de Salamanca y el Derecho Internacional en
América, del pasado al futuro, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1993, pág. 203.
60
Justicia”, recordó que “un poder judicial independiente e imparcial y una
profesión jurídica independiente son requisitos previos esenciales a la
protección de los derechos humanos” 37. Tal como lo expresara el Relator
Especial sobre la Independencia y la Imparcialidad de los magistrados,
jueces y abogados de las Naciones Unidas: “la noción general de justicia tal
como esta concebida en la carta [de las Naciones Unidas] y en los trabajos
de las Naciones Unidas comprende el respeto a los derechos humanos y
esta condicionada por la independencia y la imparcialidad de la justicia
como tal y como medio para proteger los derechos de la persona humana”
38
.

5.Pero, por otra parte, la doctrina considera que se consagra un


Derecho a la Justicia específico en los casos de violaciones a los derechos
humanos.39 Los derechos humanos se conciben por los instrumentos
internacionales en la materia como esencialmente justiciables, pues toda
violación a los derechos humanos debe ser sometida a la justicia. Si la
violación, por tanto, implica una infracción penal, surge la obligación
internacional y no sólo interna de juzgarla y sancionarla. Los instrumentos
internacionales de derechos humanos consagran en consecuencia, un
derecho humano a la justicia en caso de violación de estos derechos.

6.Es que “…conforme a la Declaración Universal de los Derechos


Humanos y a los Convenios Internacionales en la materia [...] el acceso a
la administración de justicia como conjunto de garantías jurídicas internas
para la salvaguarda de los derechos humanos es un derecho humano
internacionalmente reconocido como derecho humano fundamental;
derecho que no solo afecta a toda persona que es su titular, sino que
compromete directamente la organización interna del Estado y el
funcionamiento de su propia administración de justicia. Es decir, el
reconocimiento internacional del Derecho Humano a la Justicia lleva
aparejada la necesidad lógica de afirmar que la organización y
37
Asamblea General de Naciones Unidas, Resolución 46/120, 17 de diciembre de 1991
38
Relator Especial sobre la Independencia y la Imparcialidad de los magistrados, jueces
y abogados de las Naciones Unidas, doc. E/CN.4/1995/39, párrafo 36, original en
francés, traducción libre
39
Abellán Honrubia, Victoria, doc. cit.; Mattarollo, Rodolfo, "La problemática de la
impunidad", en Rev. Cuadernos Centroamericanos de Derechos Humanos, N 2, Ed.
Codehuca, San José, Costa Rica, 1991; Méndez, Juan, "Accountability for Past
Abuses", doc. cit.; Senese, Salvatore, doc. cit.; Valiña, Liliana, "Droits intangibles dans
le cadre du système interamericain des droits de l'homme", en Droits intangibles et états
d'exception, Ed. Bruylant, Bruxelles, 1996.
61
funcionamiento de las instituciones estatales de administración de justicia
no es una facultad discrecional del Estado sino que existe un límite:
asegurar el Derecho a la Justicia en la forma en que el mismo es
reconocido por el Derecho Internacional...“ 40

7.El connatural nexo entre el Derecho a la Justicia y la obligación de


impartir justicia es evidente. El deber de impartir justicia que le compete al
Estado tiene su asidero en normas convencionales, pero también en el
carácter justiciable que tienen los derechos humanos.

8.Tal como lo expresara el Experto sobre el derecho de restitución,


indemnización y rehabilitación de las Naciones Unidas “resulta difícil
imaginar un sistema judicial que vele por los derechos de las víctimas y se
mantenga al mismo tiempo indiferente e inactivo ante los flagrantes delitos
de quienes los han violado“ 41

9.En el ejercicio de esta obligación de impartir justicia el Estado


debe actuar diligentemente. No basta la existencia de recursos judiciales y
estructuras jurisdiccionales formales: “[...] para la real protección judicial
de los derechos humanos no es suficiente, y por lo contrario es peligroso,
sólo cumplir formalidades judiciales, tener una apariencia de protección
judicial, que adormece la vigilancia y que no es, todavía más que una
ilusión de justicia” 42

10.No obstante, como lo señaló la Comisión Interamericana de


Derechos Humanos, en determinados contextos “la prolongación en el
tiempo de las actuaciones judiciales [...] podría transformarse en un recurso
dirigido más a obtener la impunidad“ 43.

40
(Abellán Honrubia, Victoria, "Impunidad de violación de los derechos humanos
fundamentales en América Latina: Aspectos jurídicos internacionales", en Jornadas
iberoamericanas de la Asociación española de profesores de derecho internacional y
relaciones internacionales - La Escuela de Salamanca y el Derecho Internacional en
América, del pasado al futuro, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1993, pág. 203).
41
(cfr. doc. E/CN.4/Sub.2/1992/8, párrafo 5.5)

42
De Abreu Dallari, Dalmo, "Jurisdicciones nacionales y derechos humanos", en
Jornadas Internacionales contra la Impunidad, Comisión Internacional de Juristas y
Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos de Francia, París, 1993
43
(Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Resolución N 01a/88, de 12
septiembre 1988, Caso 9755 Chile, Informe anual 1987-1988, pág. 142)
62

4.Derecho a la Verdad:

1.La titularidad del Derecho a la Verdad o el derecho a saber, según


el término empleado por el Experto sobre la cuestión de la impunidad de
los autores de violaciones de los derechos civiles y políticos de las
Naciones Unidas, no se agota en la víctima y/o sus familiares y allegados.
La sociedad, como tal, tiene un derecho a saber la verdad sobre las
exacciones de los agentes estatales, sobre la suerte corrida por las víctimas,
sobre el trato reservado por las autoridades encargadas de fiscalizar y
controlar los funcionarios públicos. “El derecho a saber es también un
derecho colectivo que hunde sus raíces en la historia, para evitar que
puedan reproducirse en el futuro las violaciones” 44.

2.Este Derecho a la Verdad ha sido reconocido por la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos en distintas ocasiones 45.

3.“La lucha contra la impunidad tiene su origen en la necesidad de


que se haga justicia, pero no puede centrarse únicamente en ese objetivo:
castigar a los culpables. Debe responder a tres imperativos: sancionar a los
responsables, pero también satisfacer el derecho de las víctimas a saber y
obtener reparación y, además, permitir que las autoridades desempeñen su
mandato como poder público que garantiza el orden público” 46.

4.El Experto sobre la impunidad ha considerado que varios


“instrumentos internacionales [...] consagran la obligación imperativa de
luchar contra la impunidad", entre los que destacó la Declaración Universal
de Derechos Humanos (artículos 7 y 8); el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (artículo. 2 ); la Convención contra la Tortura y Otros
Tratos y Penas Crueles, inhumanos o degradantes, (artículos 4 y 5) y la
Declaración sobre la protección de todas las personas contra las
desapariciones 47.

44
(cfr. doc. E/CN.4/Sub.2/1997/20, párrafo 17)
45
(Comisión Interamericana de Derechos, Informe Anual 1985-1986, pág. 205, e
Informe No. 29/92, caso 10.029 y otros)
46
(Experto sobre la cuestión de la impunidad de los autores de las violaciones de
derechos civiles y políticos de las Naciones Unidas, doc. E/CN.4/Sub.2/1993/6, párrafo
16)
47
(Ibid., párrafo 46 y ss.)
63
5.De tal forma, la impunidad es, como lo llamara el propio Experto
sobre este tema, un "fenómeno de geometría variable", en tanto que
expresa distintas formas y vías de transgredir obligaciones del Estado en
materia de derechos humanos. La doctrina habla de impunidad de derecho,
en referencia aquella originada directamente en normas legales como las
amnistías, e impunidad de hecho, para englobar las demás situaciones. Así,
la impunidad de hecho tiene varias modalidades: "inercia cómplice de los
poderes públicos", "la frecuente pasividad de los investigadores", "la
parcialidad", "la intimidación", "la corrupción [del poder judicial]“ 48.

6.Es que emerge la impunidad de hecho cuando llana y sencillamente


se niega el Derecho a la Justicia de las víctimas de violaciones de
derechos humanos al no garantizar la existencia de juicio imparcial e
independiente, pues la ausencia de estos dos elementos “conlleva a la
denegación de justicia y compromete la credibilidad del proceso judicial”
49
.

7.De tal forma la impunidad es un fenómeno contrario a la vigencia


del Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Por ello, los Estados
en la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, celebrada en junio de
1993, al adoptar la Declaración y Programa de Acción de Viena,
concluyeron que “los gobiernos deben derogar la legislación que favorezca
la impunidad de los autores de violaciones graves de derechos humanos,
como la tortura, y castigar esas violaciones, consolidando así las bases del
imperio de la ley” 50.

8.Hoy día, a la luz del desarrollo del Derecho Internacional de los


Derechos Humanos, es claro que la IMPUNIDAD constituye una abierta
denegación de justicia y del Derecho a la Verdad, una negación del carácter
justiciable de los derechos humanos, garantía esencial para su goce efectivo
y plena vigencia. Pero si la impunidad constituye una trasgresión del Deber
de Garantía que le incumbe a los Estados, tiene además una dimensión
política-jurídica perversa: su existencia significa que una facción de la
sociedad se encuentre por encima de la justicia y del imperio de la ley.

48
(Ibid, párrafo 32 y ss.)
49
(Relator Especial sobre la independencia e imparcialidad del poder judicial, los
jurados, y asesores y la independencia de los abogados de las Naciones Unidas, doc.
E/CN.4/Sub.2/1985/18, original en francés, traducción libre)
50
(Conferencia Mundial de Derechos Humanos, doc. cit., párrafo 60)
64
9.El derecho a la verdad en un primer momento estuvo vinculado al
Derecho Internacional Humanitario, en la medida en que se reconocía el
derecho de los familiares a conocer la suerte corrida por sus familiares
víctimas de desaparición en tiempos de conflictos armados 51. Esto fue
empleado por la doctrina y la jurisprudencia internacional como el punto de
partida y sustento de tal derecho.

10.Progresivamente, el derecho a la verdad se reconocería primero,


respecto de las víctimas de desapariciones forzadas (en donde la víctima es
detenida arbitrariamente, para posteriormente ocultase la suerte o el
paradero de la misma a los familiares como a la sociedad en general) para
luego ampliarse a toda víctima de graves violaciones a los derechos
humanos.

11.La Corte IDH, en un primer momento reconoció la existencia del


derecho que le asiste a los familiares de víctimas de desaparición forzada
de conocer el destino o suerte corrida por el desaparecido52, pero no ha
limitado este derecho a los casos de desapariciones forzadas. En la
sentencia sobre reparaciones del caso el Caracazo (en donde numerosas
personas fueron ejecutadas por las FFAA y los cuerpos de seguridad del
Estado Venezolano), la Corte afirmó que “los resultados de las
investigaciones deberán ser públicamente divulgados, para que la
sociedad venezolana conozca la verdad” 53.

12.Pese a que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos


no hace referencia expresa al derecho a la verdad, el Comité de Derechos
Humanos, ha reconocido también “la obligación de los Estados de
garantizar que las víctimas de violaciones a los derechos humanos
conozcan la verdad respecto a los hechos cometidos”. En posteriores
ocasiones, ha reconocido expresamente la existencia del derecho a la
verdad de los familiares de víctimas de desaparición forzada.

51
El artículo 32 del Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra es la primera
norma convencional que explícitamente reconoce tal derecho a la verdad. Si bien es
cierto que el concepto de desaparición en el Derecho Internacional Humanitario es más
amplio, cubre todas aquellas situaciones en las que la suerte o paradero de una persona
es desconocido en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
52
Para tal efecto, véanse los casos Velásquez Rodríguez, Godínez Cruz, Castillo
Páez entre otros.
53
Corte I.D.H., Caso del Caracazo. Sentencia sobre Reparaciones de 29 de agosto de
2002. Serie C. Nº 95, párr. 118.
65
54
13.Para Carlos Chipoco , la búsqueda de la verdad es importante,
por un deber moral hacia las víctimas, los familiares y los deudos, para
descubrir y sancionar a los culpables, para afirmar la democracia y el
control ciudadano de las instituciones públicas y para evitar que las
violaciones se repitan. Además, el respeto del derecho a la verdad es
importante para abrir la posibilidad del perdón y la reconciliación, y para
cumplir con el Derecho Internacional.

14.En similar medida, la Comisión Interamericana de Derechos


Humanos ha manifestado que “El derecho a conocer la verdad con
respecto a los hechos que dieron lugar a las graves violaciones de los
derechos humanos que ocurrieron (…), así como el derecho a conocer la
identidad de quienes participaron en ellos, constituye una obligación que
el Estado debe satisfacer respecto de las familias de las víctimas y a la
sociedad en general”.55

15.El alcance y contenido del derecho a la verdad ha ido


ampliándose en la medida en que se ha fundamentado tal principio en
diversos niveles internacionales como nacionales. En un primer momento,
fue definido como el derecho a conocer la verdad de lo ocurrido, así como
las razones y circunstancias en las cuales estas violaciones llegaron a
cometerse.

16.En la actualidad se acepta que el derecho a la verdad implica


conocer la verdad íntegra y completa sobre los hechos ocurridos, así como
conocer las circunstancias específicas en las que se cometieron y quiénes
participaron en ellos. En virtud de la jurisprudencia y la práctica nacional
como internacional, la doctrina, resoluciones de determinados organismos
u organizaciones internacionales, así como opiniones de diversos relatores
especiales sobre el tema, se puede afirmar que el derecho a la verdad
constituye en la actualidad, una norma del derecho internacional
consuetudinario.

54
CHIPOCO, Carlos. "El derecho a la verdad". En Paz, Nro. 28. Para tal efecto,
véanse los casos Velásquez Rodríguez, Godínez Cruz, Castillo Páez entre otros.
Corte I.D.H., Caso del Caracazo. Sentencia sobre Reparaciones de 29 de agosto de
2002. Serie C. Nº 95, párr. 118.
marzo de 1994. pp. 83- 106.
55
Informe Nro. 136/99, de fecha 22 de diciembre de 1999, Caso Ignacio Ellacría y
otros, párr. 221.
66
17.Como fue mencionado líneas arriba, la obligación del Estado de
garantizar este derecho a la verdad no es sustitutiva o alternativa de las
demás que le incumben en el marco del cumplimiento de su deber de
garantía. La obligación de dar a conocer la verdad, existe y se mantiene
independiente del cumplimiento o no de las demás.

18.En ese sentido, el experto sobre la impunidad de autores de


violaciones a los derechos civiles y políticos, de la Subcomisión de
Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías, el señor Louis
Loinet, ha considerado que el derecho a la verdad o el derecho a saber,
existe como tal y es un derecho inalienable.56

19.El derecho a la verdad nace muy ligado a otros derechos humanos


como el derecho a la protección legal, el derecho a las garantías judiciales,
el derecho a la protección judicial y el derecho a la información. En ese
sentido, se podría afirmar que el derecho a la Verdad proviene de
desagregar una serie de obligaciones impuestas a los Estados en los casos
de violaciones a los derechos humanos de las personas sujetas a su
jurisdicción.

20.La Corte IDH en el caso Blake, 57 ha realizado un profundo


análisis sobre esta relación intrínseca del derecho a la verdad con otros
derechos contemplados en la CADH, estableciendo que el derecho a las
garantías judiciales (art. 8 de la CADH) comprende el derecho de los
familiares de la víctima a que la desaparición y muerte de sus seres
queridos sea efectivamente investigada.

21.En el mismo caso, dicho Tribunal Internacional manifestó que en


virtud del derecho a la protección judicial (art. 25 de la CADH) es deber
del Estado proveer los recursos internos eficaces para determinar el
paradero de las personas privadas de libertad y prevenir las desapariciones
en toda circunstancia.

22.Así lo ha entendido la CIDH en uno de sus últimos informes, en


el cual expresa que “el derecho que tiene toda persona y la sociedad a
conocer la verdad integra, completa y pública sobre los hechos ocurridos,
sus circunstancias especificas y quiénes participaron en ellos, forma parte

56
Documento de Naciones Unidas, E/CN.4/Sub.2/1993/6, párr. 101.
57
Corte I.D.H., Caso Blake. Sentencia de Fondo del 24 de enero de 1998. Serie C.
Nº 36, párr. 97 103.
67
del derecho a reparación por violaciones de los derechos humanos, en
modalidad de satisfacción y garantías de no repetición”.58

23.Esto ha sido reafirmado por la CIDH al considerar que “toda


sociedad tiene el irrenunciable derecho de conocer la verdad de lo
ocurrido, así como las razones y circunstancias en las que aberrantes
delitos llegaron a cometerse, a fin de que esos hechos no vuelvan a ocurrir
en el futuro”.59

24.Años después, y reafirmando su posición inicial, la misma CIDH


ha considerado que: “el derecho a la verdad es un derecho de carácter
colectivo que permite a la sociedad tener acceso a la información esencial
para el desarrollo de los sistemas democráticos y a la vez un derecho
particular para los familiares de las víctimas, que permite una forma de
reparación”.60

25.Reafirmando dichas consideraciones y en lo que se refiere


estrictamente a la “impunidad”, se la entiende como un fenómeno
antijurídico y ha sido definido por el Experto sobre la cuestión de la
impunidad de los autores de violaciones de derechos civiles y políticos de
las Naciones Unidas como “una infracción de las obligaciones que tienen
los Estados de investigar las violaciones, adoptar las medidas apropiadas
respecto de sus autores, especialmente en la esfera de la justicia, para que
sean procesados juzgados y condenados a penas apropiadas, de garantizar a
las víctimas recursos eficaces y la reparación del perjuicio sufrido y de
tomar todas las medidas necesarias para evitar la repetición de dichas
violaciones” 61.

26.La impunidad de los autores de violaciones de derechos humanos


constituye en si misma una violación al Deber de Garantía que le incumbe
al Estado en materia de derechos humanos. Como lo expresara el Experto
sobre la cuestión de la impunidad: “[L]a impunidad está en conflicto con el
deber de enjuiciar y castigar a los autores de violaciones graves a los
derechos humanos, que es un deber inherente al crédito que tienen las
víctimas respecto del Estado, no solo para obtener una reparación material,
58
Informe Nro. 37/00 de fecha 13 de abril de 2000. Caso 11.481. Monseñor Oscar
Arnulfo Romero y Galíndez – El Salvador, párr. 148.
59
Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 1985-1986.
p.205.
60
Informe Nro. 136/99. Op.cit., párr. 224.
61
Naciones Unidas, E/CN.4/Sub.2/1997/20, doc. cit., Principio 18
68
sino también en virtud del Derecho a Saber o más precisamente del
Derecho a la Verdad” 62.

27.En general existe impunidad de hecho cuando, para usar la


expresión del Experto sobre el derecho de restitución, indemnización y
rehabilitación de las Naciones Unidas, “las autoridades del Estado
renuncian a investigar los hechos y a determinar responsabilidades penales”
63
.

28.Así, en la vasta esfera de la impunidad de hecho, esta puede


configurarse cuando las autoridades no investigan las violaciones de
derechos humanos o aún cuando investigando no lo hacen de manera
pronta y diligente y acatando los estándares internacionales en la materia.
Igualmente, la impunidad de hecho se perfila, no solo cuando el Estado no
traduce ante los estrados judiciales a los autores de violaciones de derechos
humanos, sino cuando solo persigue judicialmente a algunos.

29.Pero también se configura la impunidad de hecho cuando las


autoridades no investigan la totalidad de las violaciones de derechos
humanos cometidas en un caso ni procesan a los responsables por la
totalidad de las infracciones cometidas. Otra de las maneras como emerge
la impunidad de hecho ocurre cuando los responsables de un caso de
violación de derechos humanos no son castigados con penas apropiadas
con la gravedad de la violación o su imposición no es asegurada por las
autoridades.

30.O cuando llana y sencillamente se niega el Derecho a la Justicia


de las víctimas de violaciones de derechos humanos al no garantizar la
existencia de juicio imparcial e independiente, pues la ausencia de estos
dos elementos “conlleva a la denegación de justicia y compromete la
credibilidad del proceso judicial” 64.

31.El efecto perverso de la impunidad respecto de las violaciones de


derechos humanos a sido abundantemente ilustrado tanto por la Comisión
62
Experto sobre la cuestión de la impunidad de los autores de violaciones de derechos
civiles y políticos de las Naciones Unidas, doc. E/CN.4/Sub.2/1995/18, párrafo 13.
63
Experto sobre el derecho de restitución, indemnización y rehabilitación de las
Naciones Unidas, doc. E/CN.4/Sub.2/1992/8, párrafo 5.2
64
Relator Especial sobre la independencia e imparcialidad del poder judicial, los
jurados, y asesores y la independencia de los abogados de las Naciones Unidas, doc.
E/CN.4/Sub.2/1985/18, original en francés, traducción libre
69
Interamericana de Derechos Humanos como por distintos mecanismos e
instancias del sistema universal de protección de derechos humanos. Nadie
puede dudar hoy que la impunidad constituye el principal factor que
permite la repetición de prácticas como la tortura, la ejecución extrajudicial
y la desaparición forzada de personas. 65

32.El Comité de Derechos Humanos ha considerado que frente a la


impunidad de hecho, “es imperativo adoptar medidas estrictas para hacer
frente a la cuestión de la impunidad, garantizando que las denuncias de las
violaciones de derechos humanos se investiguen de forma inmediata y
completa, que se enjuicie a los autores, que se impongan las penas
apropiadas a los que sean declarados culpables y que se indemnice en
forma adecuada a las víctimas”.66

b.2) La actuación de la Justicia Penal de la Provincia de Neuquén


vulnera la vigencia de la “tutela judicial efectiva, del “debido proceso
legal”, de “defensa en juicio” y del “derecho a la jurisdicción” de la
parte ofendida en el caso.

1. Es que hasta esta ocasión la actuación de los diversos organismos


jurisdiccionales y del Ministerio Público de la Provincia de Neuquén han
desoído sin brindar fundamentos consistentes y de rango constitucional
sólidos se complementa con el criterio de que “…si bien incumbe a la
discreción del legislador regular el marco y las condiciones del ejercicio de
la acción penal y la participación asignada al querellante particular en su
promoción y desarrollo, desde que se trata de lo atinente a la más acertada
organización del juicio criminal 67, todo aquel a quien la ley reconoce
personería para actuar en juicio en defensa de sus derechos está
amparado por la garantía del debido proceso legal consagrada por el art.
65
Como ya lo han señalado los Relatores Especiales sobre Tortura, doc.
E/CN.4/1990/17, y sobre Ejecuciones Extrajudiciales, docs.E/CN.4/1990/22 y
E/CN.4/1991/36, y el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias
de Personas, docs. E/CN.4/1990/22/Add.1 y E/CN.4/1991/20, todos estos de las
Naciones Unidas.
66
Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas: Observaciones y
Recomendaciones a los Estados de Perú, CCPR/C/79/Add.67, párrafo 9, y de
Guatemala, CCPR/C/79/Add.63, párrafo 25 y Observación General N 20, párrafo 15
67
(Fallos: 253:31)
70
18 de la Constitución Nacional, que asegura a todos los litigantes por
igual el derecho a obtener una sentencia fundada previo juicio llevado en
legal forma…” 68

2.Se reafirmó el reconocimiento “…del derecho a la jurisdicción


consagrado implícitamente en el art. 18 de la Carta Magna y cuyo alcance,
como la posibilidad de ocurrir ante algún órgano jurisdiccional en procura
de justicia y obtener de él sentencia útil relativa a los derechos de los
litigantes 69, es coincidente con el que reconocen los arts. 8°, párrafo
primero, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.1. del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos…”

3.Del mismo modo, brinda una pauta hermeneútica clara dirigida a la


propia función jurisdiccional al destacar que “…es misión de los jueces
contribuir al eficaz y justo desempeño de los poderes atribuidos al Estado
para el cumplimiento de sus fines del modo más beneficioso para la
comunidad y los individuos que la forman 70, y en el logro de este propósito
de asegurar la administración de justicia no deben estar cegados al
principio de supremacía constitucional para que esa función sea plena y
cabalmente eficaz…” 71.

4.En definitiva porque “…es principio aceptado que jamás la


inconsecuencia o falta de previsión pueden suponerse en el legislador, por
lo que el a quo debió, frente a los diversos intereses en juego que surgen
de la normativa constitucional a aplicarse en el sub examine, interpretar
las normas del Código Procesal Penal de la Nación de modo que
armonizasen con el ordenamiento jurídico restante y con los principios y
garantías de la Constitución, evitando darles un sentido que pone en
pugna sus disposiciones, destruyendo las unas por las otras y adoptando
como verdadero el que las concilie y deje a todas con valor y efecto…” 72.

5.Consecuencia de ello, es que provoca una “limitación sustancial”


en la modalidad de intervención en el proceso penal (ello en relación a la
afectación del debido proceso) de la víctima, en condiciones en las cuales
la participación de los funcionarios judiciales en este caso – hasta el

68
(Fallos: 268:266, considerando 2°)
69
(Fallos:199:617; 305:2150, entre otros)
70
(confr. doctrina de Fallos: 315:1922)
71
(confr. doctrina de Fallos: 308:490 y 311:2478, entre otros)
72
(Fallos: 297:142; 300: 1080; 301:460; 310:192, entre otros)
71
momento - generaron un “laberinto procedimental” dirigido a entorpecer su
actuación (respecto a su detalle nos remitimos por razones de brevedad a
las afirmaciones contenidas en las presentaciones ya formalizadas en esta
causa), y en donde la “inercia” –hasta el momento puesta de manifiesto en
la actuación de la justicia penal provincial en este caso , NO puede ser
imputada a insolubles dificultades probatorias; antes bien se corresponde
con la desidia en desplegar los medios necesarios para esclarecer los
hechos.

6.Del mismo modo, no se manifiestan antecedentes relevantes en


relación a cual sería la razón por la cual el “estímulo externo”
indispensable en el ejercicio de la acción penal no pueda provenir de la
propia víctima, probablemente tan o más interesada en la resolución del
caso que el propio representante del Ministerio Público Fiscal.

7.Ello incide de manera irreparable en el “derecho a la igualdad”, en


el reconocimiento del “derecho a la verdad íntegra” de las víctimas, ya que
el “efecto” que provoca la decisión adoptada por la Cámara de Apelaciones
Provincial , no hace sino ratificar el tránsito hacia una “IMPUNIDAD
DISFRAZADA”, sólo explicable desde cierto nivel de condescendencia
de sus protagonistas con personas dignas de reproche penal en el caso
(¿sería idéntica la decisión si la petición de esta querella particular
hubiera omitido la investigación de la conducta del Sr. Sobisch,
reformulando las conductas atribuídas sólo respecto de los Jefes
policiales que actuaron en los hechos?)

8.Surge igualmente desconocido el “derecho a una investigación


seria y exhaustiva”.

9.Como lo hemos sostenido de manera reiterada y persistente la


intervención - hasta el momento - de la justicia penal provincial en este
caso, estuvo al servicio del diseño y puesta en práctica de un proceso cuyo
objetivo estaba representado en establecer un PUNTO FINAL a la
investigación de la TOTALIDAD de sus responsables. Se ha buscado
“frustar” una investigación “A FONDO” de las conductas denunciadas
como “directamente vinculadas” con las del autor inmediato, incumpliendo
con el mandato de hacerlo de acuerdo al “derecho constitucional
internacional”
72
10.De lo que no hay duda es de que no existe un solo Fiscal en la
Provincia de Neuquén (al menos hasta ahora) que esté dispuesto a
asegurar objetividad y eficacia en tal sentido.

11. Pero lo que NO puede aceptarse de ningún modo – y en función


de ninguna “doctrina” - es impedirle a la directamente afectada a
reclamar de las agencias judiciales una respuesta acorde con sus
expectativas e intereses, luego del tramitar de un procedimiento “en
igualdad de condiciones”, sin restricciones formalistas y producto de
“esquemas de interpretaciones inquisitivos “ y desautorizados por las
“nuevas corrientes” de la dogmática procesal, del reconocimiento de
los Tratados Internacionales y de la jurisprudencia de la actual
conformación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

15. Es que consideramos NO puede quedar dudas de que las


afectaciones denunciadas – y antes resumidas – que produce la resolución
del tribunal en el “interés” de la víctima, se traduce adecuadamente en la
voz “agravio” en la medida en que “…desmejora o contradice la
expectativa de la parte frente a aquella, lo que equivale a afirmar una
hipotética afectación al interés que se pretende hacer prevalecer…” 73.

16.En ese “catálogo” de Derechos consagrados normativamente y


objeto de su “interpretación adecuada” de parte de los organismos de
protección Interamericana de los Derechos Humanos, consideramos que las
“afectaciones específicas” en el presente caso pueden agruparse en las
siguientes:

17. Nuevamente en palabras de los Organismos Internacionales de


Protección de los Derechos Humanos”... toda persona, incluyendo a los
familiares de víctimas de graves violaciones de derechos humanos, tiene el
derecho a conocer la verdad. En consecuencia, los familiares de las
víctimas, y la sociedad como un todo, deben ser informados de todo lo
sucedido con relación a dichas violaciones. Este derecho a la verdad se ha
venido desarrollando por el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos; al ser reconocido y ejercido en una situación concreta constituye
un medio importante de reparación. Por lo tanto, en este caso, “…el
73
Cfr. AGRELO, Emilio, “ El concepto de gravamen en el proceso penal”,
en “Revista de derecho procesal” argentina, argentina, citado por MAIER,
Julio (comp.) en la obra “Los recursos en el procedimiento penal”, editores
Del Puerto, año 1999, p. 28, cita No. 23.
73
derecho a conocer la verdad da lugar a una expectativa que el Estado debe
satisfacer a los familiares de las presuntas víctimas…” 74.

18.De tal forma “... los familiares de las presuntas víctimas tienen el
derecho, y los Estados la obligación, a que lo sucedido a estas últimas sea
efectivamente investigado por las autoridades del Estado; se siga un
proceso contra los presuntos responsables de estos ilícitos; en su caso, se
les impongan las sanciones pertinentes, y se reparen los daños y perjuicios
que dichos familiares han sufrido…” 75.

19.Sobre el deber de investigar, “…el Tribunal ha especificado


previamente los principios rectores que es preciso observar cuando se
considera que una muerte pudo deberse a una ejecución extrajudicial. Las
autoridades estatales que conducen una investigación deben intentar como
mínimo, inter alia: a) identificar a la víctima; b) recuperar y preservar el
material probatorio relacionado con la muerte, con el fin de ayudar en
cualquier potencial investigación penal de los responsables; c) identificar
posibles testigos y obtener sus declaraciones en relación con la muerte que
se investiga; d) determinar la causa, forma, lugar y momento de la muerte,
así como cualquier patrón o práctica que pueda haber causado la muerte; y
e) distinguir entre muerte natural, muerte accidental, suicidio y homicidio.
Además, la Corte hace notar que: a) se debe investigar exhaustivamente la
escena del crimen, y b) profesionales competentes deben llevar a cabo
autopsias rigurosamente, así como análisis de restos humanos, empleando
los procedimientos más apropiados…” 76.

20. La actuación de los organismos denunciados de la Justicia de la


Provincia de Neuquén se corresponde con una “pérdida de autonomía e
independencia” respecto del Poder Político, teniendo en cuenta que el Sr.
Sobisch (Gobernador de la Provincia en el momento en que se produce el
crimen de Carlos Fuentealba), pues curiosamente, la investigación transitó
las dificultades a las que hacemos mención precisamente a partir del
momento en que fue formalmente imputado de conductas criminales por
esta querella.

21.La independencia de los tribunales alude al grado de relación que


existe entre los magistrados de las diversas instancias del Poder Judicial,
74
Caso Hermanas Serrano Cruz, párrafo 62.
75
Caso Hermanas Serrano Cruz, p. 64.
76
Caso Comunidad Moiwana, párrafo 149.
74
respecto a los demás órganos del Estado, en especial los de carácter
político, como lo son el Ejecutivo o el Legislativo. En este sentido, los
jueces se encuentran obligados a dar respuesta a las pretensiones que se les
presentan, únicamente con arreglo a derecho, sin que existan otros
condicionamientos para tal efecto. Asimismo, en el ejercicio de la actividad
jurisdiccional, ningún juez o tribunal se encuentra sometido a la voluntad
de las instancias superiores, debiendo en consecuencia mantener también
su independencia respecto a todos los demás órganos judiciales.

22.Ahora bien, en el caso sometido a la consideración de “la


Comisión” se violentaron groseramente tales previsiones.

VI. RECURSOS JUDICIALES DESTINADOS A REPARAR LAS


CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS DENUNCIADOS

1.El artículo 46.1.a de la Convención establece que para que una


petición o comunicación presentada a la Comisión Interamericana de
acuerdo con los artículos 44 ó 45 de la Convención resulte admisible, es
necesario que se hayan interpuesto y agotado los recursos de la jurisdicción
interna. La Corte estima necesario destacar que, en relación con la materia
a que hace referencia la excepción planteada por el Estado, ha establecido
criterios que deben tomarse en consideración en este caso.

2. Sin embargo en su inciso 2 el mismo artículo dispone que este


requisito no se aplicará cuando: a)no exista en la legislación interna del
Estado de que se trata el debido proceso legal para la protección del
derecho o derechos que se alega han sido violados;b)no se haya permitido
al presunto lesionado en sus derechos el acceso a los recursos de la
jurisdicción interna, o haya sido impedido de agotarlos; y,c)haya retardo
injustificado en la decisión sobre los mencionados recursos.

3.La regla del previo agotamiento de los recursos internos permite al


Estado resolver el problema según su Derecho interno antes de verse
enfrentado a un proceso internacional, lo cual es especialmente válido en la
jurisdicción internacional de los derechos humanos, por ser ésta
"coadyuvante o complementaria" de la interna (Convención Americana,
Preámbulo). ("Velásquez Rodríguez, 26 de junio de 1987).
75
4.Proporcionar tales recursos es un deber jurídico de los Estados,
como ya lo señaló la Corte en su sentencia de 26 de junio de 1987, cuando
afirmó:"La regla del previo agotamiento de los recursos internos en la
esfera del Derecho internacional de los derechos humanos, tiene ciertas
implicaciones que están presentes en la Convención. En efecto, según ella,
los Estados Partes se obligan a suministrar recursos judiciales efectivos a
las víctimas de violación de los derechos humanos (art. 25), recursos que
deben ser sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso
legal (art. 8.1), todo ello dentro de la obligación general a cargo de los
mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos
reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre bajo su
jurisdicción (art. 1) ("Velásquez Rodríguez, Excepciones preliminares",26
de junio de 1987).El articulo 46.1 a) de la Convención remite "a los
principios del Derecho internacional generalmente reconocidos". Esos
principios no se refieren sólo a la existencia formal de tales recursos, sino
también a que éstos sean adecuados y efectivos, como resulta de las
excepciones contempladas en el artículo 46.2.("Velásquez Rodríguez, 26
de junio de 1987).

5.Que sean adecuados significa que la función de esos recursos,


dentro del sistema del Derecho interno, sea idónea para proteger la
situación jurídica infringida. En todos los ordenamientos internos existen
múltiples recursos, pero no todos son aplicables en todas las circunstancias.
Si, en un caso especifico, el recurso no es adecuado, es obvio que no hay
que agotarlo. Así lo indica el principio de que la norma está encaminada a
producir un efecto y no puede interpretarse en el sentido de que no
produzca ninguno o su resultado sea manifiestamente absurdo o
irrazonable. ("Velásquez Rodríguez, 26 de junio de 1987).

6.Un recurso debe ser, además, eficaz; es decir, capaz de producir el


resultado para el que ha sido concebido ("Velásquez Rodríguez, 26 de junio
de 1987). El asunto toma otro cariz, sin embargo, cuando se demuestra que
los recursos son rechazados sin llegar al examen de la validez de los
mismos, o por razones fútiles, o si se comprueba la existencia de una
práctica o política ordenada o tolerada por el poder público, cuyo efecto es
el de impedir a ciertos demandantes la utilización de los recursos internos
que, normalmente, estarían al alcance de los demás. En tales casos el acudir
a esos recursos se convierte en una formalidad que carece de sentido. Las
excepciones del articulo 46.2 serían plenamente aplicables en estas
76
situaciones y eximirían de la necesidad de agotar recursos internos que, en
la práctica, no pueden alcanzar su objeto. ("Velásquez Rodríguez”).

7.El artículo 46.2.a se refiere a aquellas situaciones en las cuales la


ley interna de un Estado Parte no contempla el debido proceso legal para
proteger los derechos violados. El artículo 46.2.b es aplicable en aquellos
casos en los cuales sí existen los recursos de la jurisdicción interna pero su
acceso se niega al individuo o se le impide agotarlos. Estas disposiciones se
aplican, entonces, cuando los recursos internos no pueden ser agotados
porque no están disponibles bien por una razón legal o bien por una
situación de hecho. (Opinión Consultiva 11/90, 10 de agosto de 1990).

8.La Corte debe tener en cuenta, al realizar este análisis, las


disposiciones de los artículos 1.1, 24 y la parte pertinente del artículo 8 de
la Convención, que se relacionan íntimamente con el tema en cuestión, por
lo que la protección de la ley la constituyen, básicamente, los recursos que
ésta dispone para la protección de los derechos garantizados por la
Convención, los cuales, a la luz de la obligación positiva que el artículo 1.1
contempla para los Estados de respetarlos y garantizarlos, implica, como ya
lo dijo la Corte el deber de los Estados Partes de organizar todo el aparato
gubernamental y, en general, todas las estructuras a través de las cuales se
manifiesta el ejercicio del poder público, de manera tal que sean capaces de
asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos
( Caso Velásquez Rodríguez, Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No.
4, párr. 166; Caso Godínez Cruz, Sentencia de 20 de enero de 1989. Serie
C No. 5, párr. 175 ). (Opinión Consultiva 11/90; 10 de agosto de 1990).

9. Tal como se ha sostenido "... cuando se demuestra que los recursos


son rechazados sin llegar al examen de la validez de los mismos, o por
razones fútiles, o si se comprueba la existencia de una práctica o política
ordenada o tolerada por el poder público, cuyo efecto es el de impedir a
ciertos demandantes la utilización de los recursos internos que,
normalmente, estarían al alcance de los demás... el acudir a esos recursos se
convierte en una formalidad que carece de sentido. Las excepciones del
artículo 46.2 serían plenamente aplicables en estas situaciones y eximirían
de la necesidad de agotar recursos internos que, en la práctica, no pueden
alcanzar su objeto" ( Caso Velázquez Rodríguez, supra 23, párr. 68; Caso
Godínez Cruz, supra 23, párr. 71 y Caso Fairén Garbi y Solís Corrales,
Sentencia de 15 de marzo de 1989. Serie C No. 6, párr. 93 )." (Opinión
Consultiva 11/90; 10 de agosto de 1990).
77

10. De ahí que el profesor Faúndez Ledesma expresa “que la


exigencia del agotamiento previo de los recursos internos, busca preservar
la soberanía del Estado presuntamente responsable de una violación de
derechos humanos, permitiéndole demostrar que sus tribunales son
capaces de hacer justicia; en caso contrario puede asumirse que es un
acto deliberado del Estado, que compromete su responsabilidad
internacional”.

11.De la misma forma, la Corte y la Comisión han considerado que


la efectividad o inefectividad de un recurso no se mide por el simple hecho
que la decisión del tribunal interno del Estado parte sea contraria a las
pretensiones de las víctimas y no produzca el resultado que ellos esperaban.
Sin embargo, si han dejado claro que podrá medirse la efectividad o
inefectividad de un recurso cuando no exista decisión por parte de los
tribunales internos; es decir, para que un recurso sea efectivo, el mismo
debe
dar respuesta a las violaciones de los derechos humanos contemplados en la
Convención, así dicha decisión sea contraria a las pretensiones de las
víctimas, siempre y cuando hayan sido rechazadas con fundamentos legales
y no arbitrarios. COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS. Petición 0581, Gustavo Trujillo Prolegómenos - Derechos y
Valores Bogotá, D.C. Colombia - Volumen XIII - No. 26 - Julio -
Diciembre 2010 - ISSN 0121-182X 249 Andrés González Serano Sentencia
de junio de 1987. Serie C No. 3, párrafo 93.

12. En el mismo sentido, CORTE INTERAMERICANA DE


DERECHOS HUMANOS. Caso Bayarri Vs Argentina. Sentencia de
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Serie C No. 187
de octubre de 2008. Párrafo 2. La demanda de la Comisión Interamericana
se relaciona con la alegada detención ilegal y arbitraria del señor Juan
Carlos Bayarri el 18 de noviembre de 1991 en la Es ubicada en la parte
izquierda de la construcción de la línea jurisprudencial por ser sentencia
confirmadora de principio, debido que la decisión de la Corte responde de
forma concreta la pregunta planteada y reitera la ratio decidendi del caso
Moiwana, es decir, insta uno de los criterios que deben tenerse en cuenta al
momento de proponer la excepción de falta de agotamiento de recursos
internos “para que proceda la excepción debe proponerse en el primer
momento procesal ante la Comisión. De lo contrario se configura una
renuncia tácita por no haberla planteado en tiempo”.
78

13. Con fundamento en lo anterior el máximo tribunal desestimó la


excepción planteada porque el Estado alegó ante la Comisión la excepción
de falta de agotamiento de recursos internos pero lo hizo después que
emitió el informe de admisibilidad. Teniendo que incoarla en el primer
momento que el Estado contesta la petición presentada por las víctimas,
que a la vez debe ser antes que la Comisión emita el informe de
admisibilidad, para que la misma sea interpuesta en el momento oportuno y
pueda ser estimada.Teniendo en cuenta los dieciséis casos antes analizados,
la línea la línea jurisprudencial construida sería: provincia de Buenos Aires,
Argentina, sus supuestas tortura, prisión preventiva excesiva y subsiguiente
denegación de justicia, en el marco de un proceso penal seguido en su
contra por la supuesta comisión de secuestros extorsivos reiterados. La
Comisión indicó que el señor Bayarri estuvo privado de su libertad por casi
13 años sobre la base de una confesión que fue obtenida bajo tortura. No
obstante que la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional Federal de Argentina consideró probada la tortura a la que fue
sometido, transcurridos casi 16 años desde que ocurrieran los hechos, el
Estado argentino no ha provisto de una respuesta judicial adecuada al señor
Bayarri respecto de la responsabilidad penal de los autores, ni lo ha
remediado de modo alguno por las violaciones sufridas.

14.Si bien la legislación del Estado Argentino como de la Provincia


de Neuquén prevén los mecanismos recursivos para agotar la instancia
frente a las autoridades locales, es claro que luego de más de cinco años
de producido el crimen de Carlos Fuentealba, la desidia, ineficacia y
ausencia de compromiso de las autoridades del Poder Judicial de la
Provincia de Neuquén, importan la imposibilidad de agotar los
recursos internos, al resultar claramente ineficaces en orden a tutelar
los derechos vulnerados a las víctimas del accionar represivo e
injustificado del Estado Provincial.

VII. INDIQUE SI HAY ALGÚN PELIGRO PARA LA VIDA, LA


INTEGRIDAD O LA SALUD DE LA VÍCTIMA. EXPLIQUE SI HA
PEDIDO AYUDA A LAS AUTORIDADES, Y CUÁL FUE LA
RESPUESTA.
No.
79

VIII. INDIQUE SI EL RECLAMO CONTENIDO EN SU PETICIÓN


HA SIDO PRESENTADO ANTE EL COMITÉ DE DERECHOS
HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS U OTRO ÓRGANO
INTERNACIONAL
No.

FIRMA:
...........................................................................................................
Sandra Mónica RODRIGUEZ
D.N.I. No. 18.433.286

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