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REVISTA
CONTEMPORÁNEA
DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
PIZARRO, 17, PRINCIPAL
OFICINAS
PARÍS, R. SERRANO, 4 2 , RUÉ LAFONTAINE
DERECHOS RESERVADOS
MADRID, 1887
TIPOGRAFÍA D E MANUEL G. HERNÁNDEZ
Libertad, 16 duplicado, tajo
BRIHUEGA Y SU FUERO
Tagonio de los romanos, citado por Plutarco. Recuerda el mismo Cortés que
en la edición del historiador romano de Francfort (l5oo) al hablarse de cierto
encuentro entre los de Caraca y Sartorio, no se refiere al Tagonio, sino al
Tajo, y cree que Caraca no era Guadalajara, sino Carabafía, situada ji\^to al
Tajuña, según opinó ya el Conde de Mora en su Historia de Toledo.
El Arzobispo D. Rodrigo (De rebus Hispanice) llamaba al TajuHa Tevinia,
( I ) Valdeatienza, llamado así porque por él iba el camino para Atienza.
El nombre de Quiñoneros figura ya en algunos instrumentos antiguos del ar-
chivo de Brihuega. Colmenares, en su Historia de Segovia, y Román Contre-
BRIHUEGA Y SU FUERO 7
ras en las Noticias genealógicas del linaje de Segovia^'h-iAAva. de que en^ esta
ciudad hubo, cuando era frontera de moros, cuatro compafiias de caballeros
de á 25 hombres, que corrían el campo, mientras el pueblo estaba en misa,
para impedir las algaradas de los moros que bajaban de la sierra. A estos
caballeros llamaban quiñoneros y quiñón á cada compañía. {Acaso en Brihue-
ga hubo algo semejante y de aquí viene el nombre del valle? O, tomando la
palabra qulfioneros en sentido puramente gramatical, jse trata de copartícipes
en alguna heredad de aquel valle? Consta, como diré más adelante, que hubo
ballesteros en Brihuega, pero no quifloneros de orden militar.
8 REVISTA CONTEMPORÁNEA
II
( I ) De este erudito dice Fr. Francisco Béjar que seüamabaD. Manuel An-
tonio Ossorio, rector y catedrático del estudio de humanidades que había en Bri-
huega, de ilustre nacimiento, de muchas letras, y que por no sabidos azares
de la vida se retiró á dicha villa, donde vivió muchos años, € venerado como
oráculo.» Añade que habiéndose descubierto en Almadrones, lugar de aquella
comarca, un sepulcro antiguo con su lápida en caracteres ininteligibles, se la
BRIHUEGA Y SU FUERO II
III
brega (campo 6 heredad). Plinio llama Briocce á la que hoy es San Brien en
la Bretaña francesa. Dejo íntegra la cuestión á los etimologistas.
Mi malogrado amigo el Sr. D. Fernando Sepiílveda y Lucio, cronista que
fué de Brihuega, me dedicó hace algunos años, y en prenda de buen afecto,
un estudio de las variantes del nombre de su villa natal. De sus observaciones
y de las mías, hechas en los documentos, resultan estos nombres: Brioca,
Briga, Brihuega, Brinega, Brioga, Castrum Brige, Viruega, Virhuega, Uriega,
Briaga y otras menos comunes.
( I ) Hay quien cree- que estuvo donde hoy Brihuega, la antigua Rhigusa.
Esta opinión sostenía con calor mi amigo, el Sr. D. Fernando Sepúlveda y Lu-
cio, cronista que fué de la villa. Acerca de este parecer, que en manera alguna
aceptó por falta de pruebas, dice Cortés en su Diccionario de la España anti-
BRIHUEGA Y SU FUERO 13
IV
VI
brar una feria en el día de San Pedro y San Pablo. Lleva esta
concesión la fecha de Valladolid á 17 de Setiembre de la era
1253 (año de 1215). Mas.adelante daré algunas noticias inte-
resantes acerca de las ferias de Brihuega y de la protección
que las dispensaron los Reyes de España.
{Coniümard.)
Al c-tro lado estos versos, algo incompletos, por hallarse un poco 'car-
comida la piedra:
ALFONSVS MVNOZ MVLTA PRECE MVLTA...
LAVS CHRISTI PRONA FVIT ISTE DIGNA CORONA.
IVLIVS EST MENSIS, TERDENA DIES FVIT ENSIS,
DEDIT HVMO CORPVS, ANXMAM CHRISTO FVGITE...
MIELE DVCENTEM SVNT MONAGINTA SETENI.
CVM TVA MORS PATRIS DOLOR ES TV...
1846-1850
SECCIÓN QUINTA
II
III
IV
VI
{Se continuará.)
ESTUDIOS
ACERCA
DE LA EDAD MEDIA
Contirmación (i)
VIII
SAN A N S E L M O . EL ONTOLOGISMO
FERINO GONZÁLEZ:
( I ) IÍ. Bouchité\í\7,o una versión de las dos principales obras de San An-
selmo, que es lo único que de este Santo conocen los racionalistas, bajo el
título particular y engañador Le rationalisme chretien a la fin dü onuieme
siecle 6 Monologium et Froslogium de Saint Anselme. París, 1842. Acerca de
esta obra hizo sutil y profundo análisis la Billioteque Universelle de Geneve.
Vol. 51, año 1844. Bousselot, en la obra citada, cap. VIII, razona de San
Anselmo como Bouchité, y con él la mayor parte de los filósofos de la es-
cuela ecléctica.
Después de haber entrado en caja este capítulo, ha llegado á nuestras ma-
nes el libro de Mr. Charles de Remusat, titulado Saint Anselme de Cantor-
béry... París, 1856, y en el que con espíritu racionalista, aunque moderado,
hace este docto académico un estudio de la vida y doctrina del ilustre filósofo
cristiano. La importancia de las afirmaciones sentadas por Mr. Remusat, la
grandeza del asunto, de un lado, y la premura del tiempo, por otra parte, me
impiden añadir, por el momento, nuevas consideraciones á las que quedan
expuestas, prometiéndome ampliar considerablemente este capítulo de mis
Estudios sobre la Edad Media^ cuando, ya en breve plazo, los coleccione y pu-
blique formando libro.
CARTAS D E PARÍS
« *
nen del cabdillamiento.^'En las Partidas (II, tít. 23) se ve: «On-
de los cabdillos que en todas estas maneras de cabalgadas no
supiesen bien cabdülay á los que con ellas fuessen.» A. de Ca:r-
tagena en el libro antes citado: «E ha de cabdülar á sí, y á
otros muchos,» y «Cuáles deben ser escogidos para cabdillos
de la guerra...»
Juzgúese de la sinceridad de Escalada leyendo las líneas
siguientes: «Y aun valía más, dice, que omitieran otras mu-
chas palabras que no las definieran tan mal como la CABE-
LLBRA, por ejemplo, de la que dicen que es «pelo posti-
zo.» Cállase el crítico que la primera definición que del voca-
blo CABELLERA da el Diccionarift, es como sigue: «Pelo de la
cabeza, especialmente el largo y tendido sobre la espalda.» Y
que data de muy antiguo el uso de la voz CABELLERA como
sinónima de peluca, se infiere con sólo recordar á Quevedo,
quien en La fortuna con SÍSO dice: «A los calvos se les huye-
ron las cabelleras con los sombreros en grupa y quedaron me-
lones con bigotes.» D. Jerónimo Cáncer, en sus obras, se
expresa así: «Conoció que era D. Francisco de Roxas, que
la priesa no le había dado lugar de ponerse la cabellera.r>
Luego sostiene que no hay la frase levantar uno de su ca-
beza alguna cosa,» porque no «se debe levantar sino sacar.D
Ahora bien; Fray Jerónimo Gracián dice en el folio 333 de
sus obras: «He querido nombrar estos autores porque no
piensen los idólatras de su honra que lo que aquí resumiere
lo levanto de mi cabeza.)) Y en Anastasio Pantaleón, se lee:
«.Albanega de villano
la vista esconde en buriel.»
R. ÁLVAREZ SEREIX.
REVISTA DE TEATROS
*
*m
En la Zarzuela han deshecho El Salto del Pasiega, única
novedad teatral que se han permitido estos quince días, y en
el Teatro de la Princesa hemos visto una inocentada femenil,
que si no tiene nada de literaria, abunda en gracia y está muy
bien interpretada.
De todo lo dicho se deduce bien á las claras que no puede
ser peor ni más lamentable el estado de nuestro teatro.
RAMIRO.
EL MOSÉN (I)
CONTINUACIÓN
CAPÍTULO IV
Nuevo silencio.
—¿Y dice V. que... se fué Jaime?...
—Sí.
—¿Y que se fué con él?
-Sí.
—Pero volverán.
—Justo.
—Y... volverán... los dos.
—Claro.
T—¿Es que lo he soñado, 6 realidad?...
—¿El qué?
—Que Augusto y Jaime se han batido... y... ¡qué horor!...
¿uno de los dos ha muerto?...
—No; eso es un sueño.
—Y Augusto me quiere... ¿verdad, Sedini?...
—Mejor que yo debes tú saberlo.
—Sí; yo lo sé... pero no acabo de convencerme. Porque,
¿entonces, por qué se fué?,
—Porque tu hermano le hizo irse.
—¿Cree V. que Augusto abjurará sus errores y pedirá per-
dón á Jaime?...
—No es imposible.
—¿Y que Jaime olvidará sus odios para perdonarle?...
—No es tampoco difícil...
—¿Fácil?—dijo ella.
—No; fácil no es.
—Pero al fin será mi esposo... Lo he soñado. Todo aca-
bará en paz...
—Con tal que no sea la paz de los sepulcros—murmuró
Sedini.
—¿Qué dice V.?...
—Nada. Que así será. Ahora sin alterarte y con mucha
calma, me vas á contar cómo ha sucedido todo, porque su-
pongo que tú estarías presente á la decisión de marcharse.
María cogió la, mano de Sedini y le atrajo hacia sí con
suavidad.
—Mira—^la dijo el bondadoso doctor.—Es una cosa que
necesito saber para ponerme al tanto de tu situación. Com-
EL MOSÉN gS
prendo que recordándolo vas á sufrir; pero no hay más reme-
dio. Ea. Aquí me siento, y espero... Habla despacio, que yo
ninguna prisa tengo.
El doctor cogió una silla y tomó asiento en ella á la ca-
becera del lecho.
—Déjame la mano, y tápate. Soy todo oídos.
Nueva pausa de silencio reinó en la alcoba.
Dos lágrimas gruesas y brillantes fueron los batidores de
amargura que precedieron á la comitiva de hechos que con
voz entrecortada y débil María hizo pasar ante el pensamien-
to de Sedini.
Al cabo de un rato, el doctor sabia minuciosamente todas
las causas que mediaron para irse Augusto. Quedó pensati-
vo, mustio, sin atreverse á levantar la vista del suelo.
María de la Paz, fatigada de hablar, cayó también en un
sopor de muerte.
Oyóse entonces el galope de un caballo.
Y el ruido cesó de repente.
La Caspia gritaba en el piso bajo:
—¡El señor, el señor!...
Sedini se puso rápidamente en pie, y sé dijo:
—¿Sería el Melolontha un aviso del cielo, notificándome
que venía Jaime?...
Y salió á la escalera.
CAPÍTULO V
LA ACUSACIÓN
—Sí.
—¿El qué?
—Una cosa naturalísima.
—¿Natural?...
— S í , señor. María de la Paz ama áAugusto, y...
—¿Que María de la Paz ama á Augusto?...—repitió Jaime
con un grito ahogado, mientras sus ojos relampagueaban
como los del lobo entre tinieblas.—¡Mentira! ¡Mentira!—
decía.—Eso sí que es imposible. Ahora sí que V. se ha equi-
vocado, y que ignora mucho... que no sabe que antes de
que eso fuera verdad, tenía que hundirse el firmamento... y
yo, ¡no ser yo!... y ella, ¡no ser ella!... y él, no ser infame;
cosa tan absurda, ¡tan imposible!, como el que no haya
Dios. Ahora mismo va á negarlo la misma María.
-—¿Y si lo afirmara?
—¡Si lo afirmara!—dijo Jaime sintiendo correr por sufren-
te un sudor frío, que apesar de ser tan frío como el hielo,
no era bastante á apagar el fuego que dentro del cerebro le
abrasaba...
Su gesto, su expresión, todo él era terrible en aquel ins-
tante: el médico leyó en su sombrío entrecejo la palabra que
seguía á Jaime como á la voz del caminante el eco de la
montaña. ¡Venganza!
—Si confesara que es así—dijo Sedini,—supongo que no
había V. de vengarse en ella, porque sería vengar su propia
sangre de V... Tomar represalias de una hermana porque,
débil, fué vencida; inocente, fué engañada; amante, cayó en
brazos de un hombre...
—¡Basta! ¡Basta!... ¡Qué afán de repetir la misma histo-
ria!... Suponer que yo he de hacerla ningún mal, es no cono-
cerme. Y ahora, amigo mío, déjeme V. subir, que ya tengo
ansia de abrazarla, y cualquiera diría al ver el empeño que
muestra por impedirme el paso, que María de la Paz se
había muerto.
—Lo que V. la diga—repuso Sedini, separándose al fin
de en medio de la escalera—ha de influir mucho en su salud.
Subieron uno tras de otro.
El Mosén iba delante.
EL MOSÉN 99
Entró, ni veloz ni pausado, emocionado ni indiferente,
con la cabeza, más en postura de juez que de reo, las faccio-
nes tranquilas en apariencia, y una sonrisa tan irónica en
los labioSj de mordérselos ensangrentados y rotos, que le
daba al rostro, si no aspecto feroz, un tinte de lucha con el-
interior, que horrorizaba y daba frío al mismo tiempo.
Avanzó resuelto hasta la mitad de la estancia, que su en-
trada había hecho llenar de pavor y de congoja, y después
de detenerse, midiendo con la vista el espacio que le separa-
ba de su hermana, se llegó al lecho, la miró con unos ojos
que lanzaban centellas de fuego en vez de miradas, y forzan-
do aún más su tétrica sonrisa, la dijo al agacharse para darla
un beso en la despejada frente:
—María, Dios te guarde.
Y calló.
María abrió los ojos desmesuradamente; los fijó en el hom-
bre que acababa de besarla, y extrañándola el frío que en su
frente dejaron sus labios, le respondió con tristeza mientras
llevaba su mano á la parte manchada.
—¡Jaime!... ¿Me has llenado de sangre?...
El Mosén se enjugó la boca.
Luego hubo un instante en que queriendo hablar los dos,
guardaron los dos silencio: pero en la mente de María surgió
como un relámpago una idea que encontrando abiertas las
puertas de la boca se lanzó al aire envuelta en dos palabras,
y dijo:
—¿Vienes solo?....
Y entonces, la sonrisa de Jaime Parolla se agrandó; se hi-
zo inmensa, como si quisiera arrojar con ella fuera del cuerpo
toda su alegría, para no dejarle mas que la amargura y la
pena de quien ha perdido lo único que amaba.
—¿Tú?...—fué á decirla inclinándose sobre ella...
Pero sin duda su rostro se demudó de modo tan espanta-
ble, que dejó entrever algún pensamiento tan horrible y
amenazador, que María, asustada, se arrebujó con las sába-
nas, ocultándose la cara y dando un grito.
El doctor Sedini, mudo testigo de aquella escena de su-
prema espectación, aseveró entonces:
100 REVISTA CONTEMPORÁNEA
—Amigo mío: tenga V. en cuenta que María de la Paz
está enferma y que no puede soportar ciertas emociones.
Volvió la cara Jaime, al escuchar esto, calmándose cada
vez más, hasta quedar tranquilo. Y como para dar la razón
á lo que el médico acababa de decir, pronunció en tono com-
pletamente natural, cual contestando á la primera pregunta
de su hermana:
—Solo.
Y se quitó la empolvada boina.
Si Paz ó Sedini hubieran estado para reparar en detalles,
hubiesen visto la cabeza del Mosén más canosa que nunca:
parecía en dos días haber envejecido doce años.
Tomó la palabra Jaime, y comenzó á decir lentamente,
dirigiéndose á los dos que le escuchaban:
—¿Quién más había de venir conmigo?... El heredero del
autor de nuestra orfandad, autor también de otras desdi-
chas nuestras, se fué para no volver jamás. Ahora bien, Paz
querida y amigo doctor, he aquí que yo debiera mostrarme
ofendido con ustedes. Verdaderamente no sé qué mal les he
podido hacer yo, para que me hayan envuelto hasta ahora
en una atmósfera que siempre me ha sido asfixiante, que
siempre he odiado, la de la mentira. ¿Qué especie de conju-
ración trabaron contra mí para no presentarse ante mí más
que fingiendo?...
Sedini se inmutó y miro de reojo á Paz.
—¿Por qué tanta mentira?—continuó el Mosén.—Primero
se fraguó aquella invención de que el capitán se llamase Ju-
lio Alvarez... Es decir—dijo corrigiéndose.—Primero fué
lo otro: primero ha sido el silencio guardado sobre un hecho
que yo antes que nadie debí saber. ¿Crees tú, María, que por-
que hubiese tenido conocimiento de ello, hubiera dejado de
amarte como te amo?... No. Que el que brutalmente te
violó fuera un Monpavón, es cosa que debimos suponerlo....
ANTONIO VASCÁNO.
{Se continuará.)
CRÓNICA POLÍTICA
INTERIOR
• *
*
* «,
*
* *
( i ) Los autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio crí-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
no REVISTA CONTEMPORÁNEA
lid y los pinares m á s importantes. JLa índole de estas notas bibliográ-
E n el capítulo que dedica al exa- ficas, que obligan á brevedad suma,
men del suelo en que el pino piñone- nos h a n hecho que tan sólo enume-
r o se desarrolla, demuestra con ra- remos muy á la ligera los puntos
zonamientos irrebatibles que para principales de que trata en su exce-
impedir los estragos de las arenas lente libro el Sr. D , Felipe R o m e r o
sueltas, hácese preciso efectuar plan- Gilsanz. Estribando el porvenir de
taciones de pino, porque dichas are- E s p a ñ a en la mejora de la agricultu-
nas n o sirven para el cultivo de la ra, y habiendo de preceder á ésta la
vid, c o m o equivocadamente se h a su- repoblación de nuestras cordilleras,
puesto. Este solo capítulo basta para son de g r a n d e utilidad los trabajos
que el libro del Sr. R o m e r o Gilsanz que, como el que nos ocupa, pueden
sea merecedor de lectura muy dete- d a r mucha luz y servir de provechosa
nida. guía cuando se acometa con varonil
E n capítulos sucesivos expone el empeño la empresa de devolver á los
a u t o r ordenadamente cuanto se rela- montes su perdida vegetación.
ciona con la propagación del pino Reciba nuestra enhorabuena el en-
pifionero p o r medio de la disemina- entendido y diligente ingeniero señor
ción natural, de las siembras y de las Gilsanz, que h o n r a al respetable Cuer-
plantaciones, con una riqueza de da- po á que pertenece, y esté seguro de
tos y u n a finura de observación es- que n o le h a n de faltar la simpatía y
pecialísimas. Concluye la Primera el aplauso de cuantos se interesan
parte del libro con el estudio del mé- p o r el adelantamiento y ventura de
t o d o de beneficio, cortabilidad, tur- España.
n o , cortas de repoblación, de mejo- A.
r a y cortas discontinuas.
E n la Segunda parte, destinada á I n f l u e n c i a ae las costas y fronte-
ras en la política y engrandecimiento
los aprovechamientos en los montes
de los Estados.—Í)iscursos leídos ante
d e p i n o piñonero, h a y los capítulos la Real Academia de Ciencias morales
denominados Maderas, Leñas, Cor- y políticas en la recepción pública del
tezas, Fruto, Fastos y caza y Otros Excmo. Sr. D, Servando Ruiz Gómez.
aprovechamientos que podrían utili- Asunto es muy poco tratado y d e
zarse, tales como la carbonización, la importancia suma en la historia de la
pasta y pavimentos de madera, las r e - h u m a n i d a d , desde que los hombres
sinas , la coniferina y la lana de p i n o . constituidos en sociedades diferentes
E n la Tercera parte, en que refie- sintieron la necesidad de ampliar sus
r e las causas que se o p o n e n á l a relaciones entre sí, á medida que la
prosperidad de los montes de p i n o industria se desarrollaba, la población
piñonero, estudia en capítulos sepa- crecía y el poder consiguiente de los
rados las Influencias perjudiciales de pueblos, estrecho en sus límites pri-
clima y suelo, los Incendios fortuitos mitivos, p o r ley natural, tenía que pe-
i intencionados, las Roturaciones y recer 6 extenderse á distancias le-
descuájeselos Abusos y contravencio- janas.
nes d¿ aprovechamientos, Ataques de Sin costas era imposible conseguir-
algunos mamíferos y Plagas de in- l o fácilmente; con larga extensión d e
sectos. fronteras, dudoso y aventurado, aun-
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO III
A I . MUY HONORABi.n H E R R J O H A N N E S G O L D S C H M I D T
De la Uni-verstíiad df
Colonia
** *
* **
* *
««
CERVÁNTICOS
CORREOS Y FILATELIA
VARIOS
» «
1846-1850
SECCIÓN SEXTA
II
III
IV
VI
(5í continuará.')
BRIHUEGA Y SU FUERO
Continuación (i)
VII
(i) Para que se conozca qué eran los ballesteros de Brihuega y cuáles sus
oficios, exenciones, etc., puede verse la confirmación de los privilegios que
dio á los ballesteros de Talavera Alfonso XT, hecha por Pedro I, y que exis-
tía original en dicha población. Copia en el tomo DD, 121 de la tantas veces
citada colección del P. Burriel.
(2) Se publicó esta carta de obediencia en las Memorias de Fernando IV,
tomo II, pág. 161,
(3) Inserto en la pág. 38 de dicho tomo y obra. Está fechado en Valla-
dolid á 14 de Agosto de 1295.
BRIHUEGA T SU FUERO 167
VIII
(j) Terminan con estas palabras, escritas por otra mano, aunque en el
mismo carácter de letra, y con tinta más clara:
«Et nos capitulum clericorum briocense Statuimus quod nullus laycus in
nostra confraternitate usque ad tricesimum annum recipiatur. Et qui cumque
capitulum pro illo rogare temptanerit quod in fraternitate predicta recipiatur
precium uiginti morabetinorum soluere peintus teneatur. Hec institutio facta
fuit XV° kalendas octobris anno domini Millesimo CC" octogésimo nono.
(La palabra c octogésimo > va entre renglones, sin duda por descuido del co-
pista ó escribiente.) Domno ferrando iohanis garcie filio et portionario ecclesie
sancti petri existente prepósito capituli supra dicti.»
(2) Camero.—Historia de Toledo.
BRIHUEGA Y SU FUERO I69
( I ) Según una nota enviada por los archiveros del de Simancas al señor
Septílveda y Lucio, resulta de los papeles guardados en aquel riquísimo depó-
sito, que cuando en 1585, como veremos oportunamente, se desmembró Bri-
huega de la dignidad arzobispal para unirse á la Corona, el comisionado reali
Hernando de Salazar, tomó posesión de la villa y de su fortaleza, de las armas
y pertrechos en ésta existentes, así como de dos arcas que había en la iglesia
(supongo que sería en la de Santa María de la Peña) llenas de papeles y antigua-
llas, que eran los privilegios de la villa, muchos de ellos en pergamino, con
sellos de cera y de plomo pendientes de hilos de seda. Todo esto ha desapare-
cido no se sabe cuándo.
170 REVISTA CONTEMPORÁNEA
debda conoscida o por ffiadura que ayan fecho. Mas los que
querella ovieren dellos que gelo demanden ante los jurados de
su logar et ellos que lo cumplan de derecho segunt se contiene
en las cartas sobredichas. Et no fagan ende al. Como mando
a los Congeios de las villas et de los logares de las vezindades
de Brihuega que gelo non conssientan et si contra ello les
quissiáren passar que les peyndren por la pena que en las
dichas cartas dice. Et non fagan ende al. Como a los cuerpos
et a quanto oviessen me tornarla por ello. Dado en Burgos
veynte e tres dias de Julio. Era de mil CCC et quarenta
aflos ( I ) . Yo Johan Sánchez la fiz escreuir por mandado del
Rey.
Pedro Gonzalez.^ii
IX
Libro dit cuentas de Sancho IV, cuyo original existe en el archivo de la cate-
dral de Toledo. Corresponde á los aBos 1293 y 1294.
En él se lee lo siguiente:
«En Sant Fagund XII días de Desiembre. Era de M é CCC é XXXI años,
vino á cuenta Alfon Martinez de lo que recabdó de la sisa en la feria de Bri-
huega, que fué por Todos Sanctos desta misma era. Et monto tanto como
aquí dirá segund lo mostré por un quaderno quel tien firmado del escribano
público de Brihuega Pero Simón é D. Gutierre, alcalle dése lugar.
Jueves V días de Noviembre.—CIII maravedís et VIH sueldos.
Viernes VI días.—CCLXV maravedís.
Sábado VII días.—CCCCIC maravedís, VIII dineros.
Domingo VIII días—DCLXXIIII maravedís, VIII dineros.
Lunas IX días.—MDCXXXVIII maravedís, VIH sueldos.
Martes X días.—UCICI maravedís, IX sueldos.
Miércoles XI días.—MI maravedís, XIII sueldos.
Jueves XII días.—DCXCI maravedís et tercia.
Viernes XIII días.—DCXXV maravedís et IX sueldos.
Sábado XIV días.—CCCIII maravedís et III meaías.
Domingo XV días.—MDCCCCXLIIII maravedís, dos sueldos medio.
Lunes XVI días.—XXXVI maravedís, VI sueldos medio.
Martes XVII días.—VIII maravedís, XII sueldos.
Miércoles XVIII días, XI sueldos.
Suma VIIIMCCCCLXIIII maravedís, XIII sueldos (8.464 maravedís y 13
sueldos). >
Resulta, pues, y esto da la medida de su importancia, que duraban las fe"
rías desde 5 de Noviembre á 18 del mismo.
174 REVISTA CONTEMPORÁNEA
{Se continuará.)
R. ÁLVARBZ SEREIX.
EL M O S É N (O
CONTINUACIÓN
CAPÍTULO VI
LO Q U E S E DECÍA
CHUBIRI Y PERENANTE
AEDATJE -f CHICOLISE -f POUCHIE + SAN&MSIÉ
iSe continuará.)
Á^
M^mm.
REVISTA DE TEATROS
RAMIRO.
*
* *
*
* *
(1) Los autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio cri-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
222 REVISTA CONTEMPORÁNEA
RAFAEL GONZÁLEZ.
Granada.—Enero de zSSy.
CARAMILLO Y SISALLO
sacan del Dice, de los nomb. vulg. de much. plant. usual., que
D . Miguel Colmeiro publicó en Madrid el año 1871, |y del
Trat. práct. de ¿a determ. de las plant., dado á luz por D. Ga-
briel de la Puerta en 1876, porque en entrambas obras, pá-
ginas 31 y 38 y pág. 335 respectivamente, sólo se dice que
los nombres caramillo, carambillo y tarrico, corresponden á la
Salsola vermiculata.
Y ya desde aquí puede pasarse sin temor de incurrir en
ninguna omisión de bulto al año 1883, en que D . Máximo
Laguna, el discretísimo botánico de nuestros días, dio á la
estampa su notable F/ora forestal española. En esta obra, pá-
gina 3o5, se aplican á la Salsola vermiculata los mismos, exac-
tamente los mismos nombres vulgares usados por Lagasca, y
se indican también iguales localidades, sobre que parece tra-
tarse así de restablecer la claridad que resplandece en las
acotaciones de Lagasca y de volver á la limitación local del
uso de aquellos vocablos, por no estar probada aun la mayor
generalización de los mismos, ni aun dentro de la provincia
de Madrid.
Con esto creo dejar saldada la cuenta con los naturalistas
y paso á entendérmelas con los ñlólogos, entre los que puede
decirse que en esto anda la de maiagatos, por la disconformi-
dad de pareceres y resoluciones. Por de pronto, pasemos de
un salto por encima de Aldrete, Cobarrubias, Rosal, Terreros
y Cabrera, sin olvidar á la Real Academia española en todas
las ediciones de su Diccionario, exclusión hecha de la co-
rriente. Ninguno ^e estos señores se acuerda de mentar el
caramillo 6 carambillo, como planta. Estos nombres los apa-
drinó Velázquez de la Cadena (A pronouncing diciionary of the
Spanish and English languages.—New York. i852) diciendo en
el tomo Español-Inglés esto: «CaramiUo (Bot.)» v. Barrilla»
y mencionando en este articulo, como una de las plantas dis-
tinguidas con dicho nombre vulgar, la Barrilla carambillo ó ca-
ramillo.—Semoll leaved salt-wort.—Salsola vermiculata, L.»Igno-
ro de quién tomaría Velázquez de la Cadena el nombre vul-
gar en cuestión, pero es probable que lo hiciera de alguna
obra botánica, puesto que expresa con claridad el nombre
cientiñco de la planta.
CARAMILLO Y SISALLO aj9
ALTÍSIMO POHTA
CAPÍTULO II (O
(l) Publicamos hoy otro de los más salientes capítulos de la novela que,
-con el título de Amparo, está para concluir nuestro querido amigo y colabo-
rador el Sr. Sandoval (D. Adolfo).
248 REVISTA CONTEMPORÁNEA
ADOLFO DE SANDOVAL.
• *
(Continuación.)
Dr. Lenz, que nos trataba á todos con igual cariño que si
fuéramos sus hijos y que él era siempre el último en todo
todo menos en el peligro, fuera maltratado por el Butaleb, que
por medio quería desprenderse de nosotros ó someternos á
servirle como esclavos.
En este incidente hubo mucho de farsa, que para el Butci'
leb era verdad; farsa que yo ejecuté para que apareciera el
doctor como mediador en mis contiendas con nuestro acom-
pañante, y quedando reconocido á él le evitara los peligros
y recayera la odiosidad sobre raí; así que, al ver al doctor
revólver en mano, le quité éste, y, dirigiéndome al Butaleb
para hacerle comprender iba á descargarle á quemaropa para
no errar el tiro, dije:—Doctor, no manche V. sus manos en
ese miserable; déjeme que yo le extermine para que no vol-
vamos á tener cuestiones en lo que nos queda de viaje.
Penetrado el Dr. Lenz de esta farsa, de agresor se con-
virtió en mediador, interviniendo para que yo no asesinara
al Butaleb, que, pidiéndole perdón de su falta y disculpándose
de ella, le quedó, al parecer, agradecido.
Después de este lance continuamos en silencio nuestra
marcha, sin cuidarme de otra cosa que de llevar delante de
mí á el Butaleb, para impedirle cualquier acción que en nues-
tro perjuicio tratara de ejecutar, y á las cuatro de la tarde lle-
gamos al pozo que había de servirnos para reponer nuestra
provisión de agua, que se llama Tagmenart, á cuyos bordes
descargamos nuestros camellos é instalamos nuestras tiendas
para pernoctar y descansar todo el día siguiente, á fin de re-
ponernos de la fatiga que nuestra penosa marcha nos había
proporcionado, y que los camellos pudieran recuperar algún
tanto sus perdidas fuerzas.
Los tres pozos que en aquel punto existen sólo tienen tres
brazas de profundidad, y, más que pozos, son agujeros hechos
en el suelo sin que sus paredes estén defendidas con obra al-
guna que evite el que se d^rumben; sus bocas están al des-
cubierto y al nivel del suelo, sin que por esta causa hayan
sido cegados ni obstruidos por la finísima arena que el aire
mueve constantemente.
Después de instaladas las tiendas, y al acercarme á los
VIAJE POR MARRUECOS 293
(Se continuará.)
EL MOSÉN (I)
CONTINUACIÓN
CAPÍTULO VII
UNO MENOS
TOMO LXV.—VOL. I H .
306 REVISTA CONTEMPORÁNEA
CAPÍTULO VIII
EL CONVENTO
* *
* *
*
* *
314 REVISTA CONTEMPORÁNEA
Cansado, sin duda^ parte del público que asiste á los tea-
tros de obras traspirenaicas, ó deseosos de armar alguna
juerga, tan en moda hoy en día como impropia de un pueblo
culto y civilizado, recibió con injusto desagrado y grosera
impaciencia en el popular y bullanguero Circo de Price, el
esfreno de la obra del maestro Audrán, titulada Serment
d'atnour, traducida con el título de Juramento de amor.
Separado el compositor francés de la senda que hasta aho-
ra ha seguido, su última producción carece de los tintes pe-
culiares que hasta ahora ha impreso en sus obras; sin em-
bargo, no merece la acogida ni la lucha que se entabló entre
el público, porque la música es aceptable, por más que, á
decir verdad, el libro es malo y la traducción peor que el
libro.
La interpretación, encomendada á la regular compañía que
actúa en dicho teatro, fué muy admisible, distinguiéndose
notablemente el maestro Cátala, que dirigió la orquesta á la
perfección; la Sra. Méndez y los Sres. Guerra, Bueso y Ló-
pez, que hicieron lo que pudieron.
RAMIRO.
i^i*
CRÓNICA POLÍTICA-
INTERIOR
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^ ^
I^^^b ^R
( i ) Los autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio crí-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
REVISTA CONTEMPORÁNEA
tro ciudades que son más célebres en publicado nada parecido, por las ex-
Suropa; Roma, que representa la an- celentes condiciones tipográficas y
tigüedad y el arte; Berlín, solio del hermosos grabados, y por la baratura
moderno poderío militar y político;' de la misma, nos parece que el pú-
Londres, mercado del mundo, y Pa- blico sabrá premiar los afanes de la
rís, centro de la vida y de las artes activa casa editorial de Barcelona.
modernas. La religión, la ciencia, la
política y el arte, vuelven la mirada
á esos poderosos iniciadores del pro- Idilio l ú g u b r e , novela original
greso. Nadie hay que no sierita su dejosí ORTEGA MUNILLA.—Barce-
imaginación ávida de espaciarse por lona, Daniel Corteío y compañía, edi-
los grandes monumentos y ruinas de tores. Calle de Pallars {Salón de San
la Ciudad Eterna; que no admire los Juan), J8S7.— Un tomo en 8.» de
encantos de la capital de Francia; S17 páginas. Precios', 10 reales por
que no se sienta «traído por el em- suscrición y la sueltos.
porio de la industria ó por la cátedra Recordarán nuestros lectores que
universal de la ciencia y el trono de la «Biblioteca de novelistas espafíoles
hierro del poder. contemporáneos > la inauguró la casa
En la serie que ya ha empezado á editorial de Daniel Cortezo con la
salir á luz, se reparten las obras si preciosa novela de Emilia Pardo
guientes: Bazán titulada Los Pazos de Ulloa.
París, por Dulaure, Drumont, Cou- Todavía habrá muchos que saboreen
lin, P. L. Jacob, Pelletán, Renán, las bellezas del trabajo de la insigne
Littré, Texier, Ducamp, Sainte-Beuve, escritora gallega, y ya se reparte otro
Michelet, Gautier, Saint-Victor, Taine, libro del cual es autor un literato que
Dumas y otros, con un prefacio de goza de merecido renombre, el sefior
Víctor Hugo.—Edición ilustrada con Ortega Munilla.
más de 400 grabados. Idilio lúgubre es un trabajo notable
Roma, por Francisco Wey.—Ilus- por la corrección y elegancia del es-
tración de P . Baudry, Delaunay, tilo, la verdad de las descripciones
Neuville, Regnault, Vióllet-le-Duc, y de los caracteres, el interés de la
etcétera.—Primera edición espafiola, trama y el espíritu de fina observa-
con 320 grabados. ción que demuestra en todo él su joven
Londres, por P. Villars.—Edición autor. Estas sencillas notas biliográ-
con 600 grabados de Boudier, Deroy, ficas no permiten que nos detengamos
Danger, Dosso, Lebonis, etc. á dar idea del argumento, ni á se-
Berlín, por Max-Ring.—Edición con ñalar los trozos más bellos del libro
más de 300 grabados. —paralo cual experimentaríamos V em-
Las grandes capitales se publican en barras du choix.—Baste saber á todos
pliegos de á ocho páginas en folio; cuantos sean amigos de leer las obras
cada cuatro pliegos forman un cuader- bien escritas y profundamente pen-
no de 32 páginas, al precio de cuatro sadas, que deben apresurarse á de-
reales en toda España. vorar las 317 páginas de la novela
Por el interés grandísimo que esta Idilio lúgubre, la cual ha de acrecer
obra entraña, por su misma novedad, la fama de su autor D. José Ortega
puesto que en nuestro país no se ha Munilla.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
Nuestros plácemes á éste j al se- Verdaderamente dudamos pueda
Sor Cortezo^ que cada día da á luz encontrarse vocablo tan propio del
más y mejores obras. concepto que se quiere expresar, como
el puesto á la Memoria,-for más sea
oscuro para la mayor parte de los lec-
tores. Alguno agradecerá que, omi-
L e s p h é n o m e n e s aífectifs e t tiendo alardes gramaticales, les diga-
l e s lois de l e u r a p p a r i t i o n , por mos que su significado es: manía de
F R . PAULHAN.—París, Félix Akátt, estar ausente, aplicándose á los pro-
ediUr, iSSj. — Un tomo en 8.° de pietarios de campos y fincas rústicas
164páginas. Precio, 10 reales. en Espafia, por la oposición que tie-
Este libro pertenece á la c Biblio- nen á residir en ellos.
teca de filosofía contemporánea> que
La Real Academia de Ciencias Mo-
publica en París Mr. Félix Alean, uno
rales y Políticas ha obrado con acier-
de los editores más acreditados en la
to al escoger el tema; el autor de la
gran capital.
Memoria ha elevado un monumen-
La cuestión que en aquél se trata
to imperecedero á su nombre, coló
es de las que han sido menos estudia-
cándele al par de los estadistas que
das por los psicólogos que se han de-
ya en tiempo de los Reyes de la di-
dicado principalmente al examen de
nastía austríaca, con tanta exactitud
los fenómenos intelectuales. Las leyes
exponían los males de nuestra nación,
de los sentimientos presentan, sin em-
como en el siglo pasado y al comen -
bargo, excepcional interés. Mr. Paul-
zar el presente, los expusieron Maca-
han empieza dicho estudio determi-
naz, Gándara, Jovellanos y D. Javier
nando las leyes de su aparición; in-
de Burgos.
vestiga las condiciones y caracterea
El Sr. Gómez Pizarro ha dado
generales de estos fenómenos y sus
muestras de conocer á fondo el asun^
modificaciones particulares, dancjo
to que trataba, ha expuesto los males
origen á cada uno de los principales
uno por uno en toda su intensidad,
grupos de los fenómenos afectivos,
en lenguaje sencillo las más veces,
pasiones, sentimientos, impulsos, sen
galano y hasta sublime cuando el caso
saciones, afecciones y emociones. Se-
lo requería, filosófico y convincente
gún él, todo fenómeno afectivo es
siempre; mas todo ello nos causa el
señal de una alteración que puede
efecto que nos causaría el parecer de
llegar á una sistematización del orga-
un sabio médico que á la cabecera del
nismo,, pero es siempre sedal de una
enfermo indicase los remedios más
imperfección ó desorden de la ac-
opoiitunos de combatir la enferme-
tividad.
dad, si bien desconfiando que en la
A.
naturaleza del individuo, viciada por
excesos anteriores, causase' efecto la
El Ansenteismo en España.— medicina.
Memoria premiada por la Real Aca- Es tan antiguo el ausenteísmo en
demia de Ciencias Morales y Políticas, España, se explica tan perfectamente,
en el concurso ordinario de i88¿, es- conocido su remoto origen, son tan
crita por JOAQUÍN G . GÓMEZ P I - poco eficaces los medios que se han
ZA.RRO. empleado para combatirle, que sólo
332 REVISTA CONTEMPORÁNEA
1846-1850
SECCIÓN SÉPTIMA
digna cosa recibir paga por sus visitas, volvían para atrás la
mano. Entregábase en Barcelona la moneda al doctor por con-
ducto del criado ó de la criada, al llegar á la puerta y en el mo-
mento de despedirse. Cuenta cerrada y laus Deo. Conocí un
comerciante que todavía encontraba manera de escatimar algo
en los honorarios; por cada cinco visitas daba un napoleón,
con su rpalito de menos. Una vez tropezó con cierto médico
andaluz que, al verse timado en ocho cuartos y medio, le dijo
con toíca la sal de la tierra: «diga ozté, ¿eze borriquiyo viene zin
albarda?
Vivíamos y moríamos en plena polifarmacia: cada receta
era un variado menn, con guisos de todas clases, á ver cuál
petaba. Nos sangraban á cubos: con crémor y ruibarbo nos
daban en las tripas cada baldeo que temblaba el mundo; nos
crucificaban á ventosas , y cantáridas: golpe de sanguijue-
las, el redañito, y en doliéndonos una uña, el régimen de
dieta farHes. Cuando soltabais las sábanas se os transparenta-
ba la pelleja. Tan flojos, que de un capirotazo dabais en el
suelo con los desvencijados huesos.
Curar enfermedad con enfermedad, enfermedad vieja con
enfermedad nueva; curiosa aplicación del similia hecha por
los hombres del contraria. Historia de la Medicina, historia
de las tentativas: anima nobilis ó anima vilis. Con que saque-
mos adelante un paciente entre ciento, el honor de la cien-
cia está salvado. Ciencia, empirismo, probémoslo todo. Se-
guro estoy de que, al verse tan á menudo chasqueados en su
conciencia científica, muchos de aquellos distinguidos Escu-
lapios se dirían por lo bajo, como en D. Gil de las calzas
verdes:
Cobrado habéis harta fama,
y demasiado sabéis
para lo que aquí ganáis.
II
III
IV
IV
VI
CONTINU4CIÓN ( l )
( I ) Dicen las cláusulas relativas al asunto: <Ita tamen quod idem Deca-
nus et capitulum postquam prasdictum Castrum (de Paracuellos) seupecuniam.
recuperavint leneantur de reditibus suis quos habent in viUa de Briocha To-
letanse Diócesis et ejus territorio daré et solvere singulis amis priori et Con-
ventuí Monasterii beati Blasii de Villadelitiosa dúo millia morapetinorum...»
Loperraez (historia del Obispado de Osma, t. I, pág. 297) dice que había
llegado á sus manos la escritura de fundación hecha por D. Gil.
(2) Entre los documentos que existen en el archivo parroquial de Villa-
viciosa, salvados del monasterio cuando ocurrió la exclaustración, hay uno en
pergamino, falto del sello pendiente que tuvo, y que es la escritura de anexión
del curato al monasterio, dado por D. Gil en Santorcaz el 13 de las kalendas
de Octubre de 1348. Para la congrua sustentación de la parroquia, asignaba
al monasterio unos huertos en Alcalá, junto á la puerta de Burgos, unas casas
en la misma villa de Alcalá, otras en Toledo, cerca de .Santa Leocadia, unas
viñas en Brihuega y Viliaviciosa, junto al palacio del Arzobispo, y otras
heredades y ñucas en varias partes. Comisionaba el prelado al vicario de
Brihuega para que ejecutase en parte aquellas disposiciones.
BRIHUEGA T SU FUERO 201
de D. Sancho, abad de Santo Tomé del Puerto, junto á Sepiilveda, y otra del
Arzobispo Tenorio. La primera, del abad, hacía saber que no pudiendo man-
tenerse los canónigos que había en Santo Tomé, y siendo grande la necesidad
que padecían, uno de ellos, Diego Ferrandes, le había pedido licencia para
buscar donde establecerse mejor, y se la concedía.
(1) Una fde las casullas era clabrada á grifo con filos de oro, con sus
dos cenefas estoriadas de apóstoles.! (Otra casulla estaba empei5adal
Se menciona también una arqueta de cerraduras con armas de castillos, y
leones y calderas, «en que está el cuerpo de Dios:> otra más pequeña, cu-
bierta con un paño morisco, viejo y roto; cítanse también varias cruces y
crucifijos de «latón,> un «guadalmescid,» una sábana de lino con cenefa «do-
rada estoriada de apóstoles, bordada con borlas de plata> y «un frental de
lienzo figurado de santos.»
(2) Hoy no queda del monasterio otra cosa que unos lienzos de muro,
una portada de piedra de fines del siglo XVIII, y la torre desmochada, en que
se ve la obra de dos épocas distintas. En su pie hay abierta una estancia, con
entrada y bóveda ogival, que sin duda fué la capilla embestida en la torre de
que habla el proceso.
(3) Esto es, una sala ó estancia.
BRIHUEGA Y SU FUERO 263
( I ) Esto debe ser error del notario. En Brihuega nunca hubo parroquia
de Santa Cruz. La de Villaviciosa sí llevaba y lleva esta advocación.
(2) Entre los cargos aparecen éstos: que no había el número de canóni-
gos reglares establecido por D . Gil de Albornoz; que el prior andaba casi
siempre fuera del monasterio; que los edificios de éste se arruinaban, sin que
nadie acudiese á su reparo; que la iglesia, así como la aneja de Cobatillas,
estaban también casi arruinadas; que la pila bautismal de Villaviciosa se en-
contró rota; que las casas de la Ferretiuela, lugar puesto en frente y al otro
lado del rio, estaban caídas, etc.
(3) Termina el expediente ó proceso con un auto del Arzobispo Tenorio,
fechado en el Prado á 17 de Mayo de 1397, confirmando y aprobando todo lo
hecho por el Obispo de Sigüenza.
BRIHÜEGA Y SU FUERO 205
(i) He visto entre otros documentos, aparte de los que cito especialmente.
266 REVISTA CONTEMPORÁNEA
los siguientes, que con estos otros se guardan atín en el archivo parroquial de
Villaviciosa, y los cuales, sin duda, fueron salvados de la ignorancia y las
malas pasiones cuando la desamortización:
—Traslado de una bula de Benedicto XIII (el antipapa Luna), para que
este monasterio de San Blas pueda gozar de los privilegios y gracias de la
orden de San Jerónimo. (En pergamino.)
—Sentencia condenando á dos beneficiados de PeBalver á que paguen al
monasterio por razón del beneficio que en ella tienen. i8 de Setiembre era
1408. (En pergamino muy destrozado.)
—Traslado de una bula del antipapa Luna, concediendo varias gracias al
monasterio. 4 de Octubre de 1406. (En pergamino.)
—Traslado de una bula de Pío II contra los que pasan de una Orden á
otra, y decisión respecto 4 la aprehensión de los fugitivos. 8 de Agosto de
1463. (En pergamino.)
—El Arzobispo D. Alfonso Catrillo trascribe una bula del Papa, de l.° de
Junio de 1467, eximiendo á la Orden del pago de alcabalas y otros pechos.
Fechada en Alcalá á 10 de Octubre de 1480. (En pergamino.)
—Bula original del aptipapa Luna comisionando á los Obispos de Sigüenza
y Plasencia y deán de Sigüenza, para aprobar y confirmar la fundación, insti-
tución ó anexión de este monasterio. Nonas de Setiembre del 12.° afio de su
pontificado. Hace en ella una ligera referencia al cambio de los canónigos
regulares por los monjes Jerónimos. (En pergamino.)
—Traslado de una bula del mismo para que los frailes puedan ordenarse
sin licencia de los Obispos. 7 de Noviembre del 24.° afio de su pontificado.
(En pergamino.)
—Documento latino, en pergamino, falto del sello que tuvo, por el cual
D. Gil de Albornoz anexionó el curato de Villaviciosa al monasterio. Aflo de
' 3 4 8 . 13 de las kalendas de Octubre. Es muy curioso.
Hay otrc-s varios que no menciono para no dar más extensión á estas notas.
( i ) D. Juan Martínez de Contreras fué Arzobispo primado desde 1422
á 1434-
El pie del cáliz está formado por segmentos de círculo y ángulos salientes.
Tres secciones del pie van caladas y cada uno de los huecos ostenta una hoja
repujada, de arte ogival, como todo el cáliz. Alternan con estas secciones
otras tres: en una hay grabado en caracteres góticos el monograma IHS; en
BRIHUEGA Y SU FUERO 267
{Se continuará.)
MÁS SOBRE EL DOCTOR THEBUSSEM
Madrid,
JH. GOLDSCHMIDT.
A. M.
De Colonia; 2j de Febrero de iSSj.
APLICACIÓN
Continuación (i)
EPIGRAMA
AL SR....
VÍCTOR SUÁREZ C A P A L L E J A .
e^
LOS PAZOS DE ULLOA"
««
Diciembre 24 de 1886.
EL MOSEN (i1
CONTINUACIÓN
Y salió de la celda.
Cuando María de la Paz escuchó los pasos que todos pro-
ducían pisando las losas del corredor, tendió una mirada ago
nizante á aquella puerta que quedó entornada, cerrándola
sus deseos, semejante al postrer rayo del sol que se pone, dan-
do paso á la noche más negra. Levantóse de nuevo, y anduvo
de un lado á otro toda la pieza.
Al poco rato volvió la superiora, y la dijo:
—Ea; véngase ahora conmigo, y la presentaré á toda la
comunidad.
CAPÍTULO IX
LA VÍSPERA DE LA ASUNCIÓN
CAPITULO X
ANTONIO VASCÁNO.
{Se continuará.)
REVISTA DE TEATROS
INTERIOR
*
* *
* *
*
««
* *
442 REVISTA CONTEMPORÁNEA
S.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO (1)
(i) Los autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio crí-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
REVISTA CONTEMPORÁNEA
444
zan los astrónomos más célebres de blicado ya los resultados de las do-
otras naciones. bles nivelaciones de precisión en la
Si es novedad importante la de co- Península, que comprenden una ex-
menzar la publicación de esas opera- tensión de 8.947 kilómetros y 1.917
ciones, mayor lo es aún la de incluir, sefiales permanentes de b r o n c e , cuya
p o r partes, en el repetido t o m o VI, utilidad, se infiere p o r el frecuente
la notabilísima tarea de compensar uso que se hace de las altitudes p a r a
los errores angulares de la red geodé- ellas determinadas, en muchos traba
sica de primer orden de la Península^ jos relativos á obras públicas, agri-
para lo que se h a dividido en ocho cultura é industria.
trozos. Insértase, p o r hallarse ya ter- Dedúcese de las observaciones he-
minado, el segundo, que comprende chas en los tres mareógrafos que el
31 vértices, enlazados por 82 direc- Instituto tiene en Alicante, Cádiz y
ciones, de las cuales 78 fueron obser- Santander, combinándolas con las
vadas recíprocamente, dando lugar líneas niveladas y t o m a n d o p o r cero
á 71 ecuaciones de^condición. Así h a el nivel medio del ¡Mediterráneo en
podido averiguarse que no se h a co- Alicante, que el nivel medio del Océa-
metido ningún error excepcional en n o en S a n t a n d e r es de 0^1,621, y en
las observaciones angulares de la re- Cádiz de 010,385.
gión correspondiente, puesto que el Recuerda el General Ibáñez que en
error probable, en más ó en menos, los dos últimos años se h a determi-
n o excede de treinta y cinco centési- n a d o la diferencia de longitudes geo-
mas de segundo. gráficas entre Madrid y París, en CC'-
Actividad no menor demuestra la laboración con el Ministerio de la
brigada que tiene á su cargo las nive- Guerra de Francia y con el auxilio de
laciones de precisión, puesto que h a los cuerpos de Telégrafos de ambas
terminado otras cinco líneas, la pri- naciones. Que h a proseguido ¡a ob-
mera de Tordesillas á Salamanca, la servación en los grandes cuadriláteros
segunda de L u g o á la Coruña, la ter- de primer orden, formados por las
cera de Zamora á la Corufla, la cuar- cadenas geodésicas. Que en el mismo
ta de Ponferrada á Orense y la quinta tiempo se h a n observado 512 estacio-
de Avila á la Fregeneda, que miden nes en 72 vértices de segundo orden
en j u n t o 1.180 kilómetros y compren- y en 4 4 0 de tercero. Que para formar
den 294 sefiales de b r o n c e . H a n s e el plano topográfico de las provincias
efectuadlo además diversas nivelacio- de Albacete y Ciudad Real, asciende
nes con el objeto de referir á las lí- á 229.537 el n ú m e r o de estaciones de
neas generales de precisión las esta- brújula; á 12.455 el de kilómetros
ciones m á s próximas de ferrocarril y nivelados con 489.232 estaciones d e
colocar en cada una de éstas una nivel, y á 32.104 el de kilómetros
plancha metálica que indica, en ca- medidos, habiéndose levantado ade-
racteres muy visibles, la altitud sobre más 133 planos de otras tantas po-
el nivel medio del Mediterráneo en blaciones.
Alicante, á semejanza de lo que acos- Oblíganos la índole de esta reseña
tumbran hacer otras naciones, para á no h a b l a r de otras tareas también
que el público en general pueda apro- importantes, como son las relativas
vecharse de los trabajos. Se h a n pu- al censo y movimiento de la pobla-
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 445i
ciún; emigraciones é inmigraciones; tempsícosis es un cuento escrito cori
propaganda del sistema métrico deci- la soltura, facilidad y corrección que
mal, etc., etc. avaloran todo el libro, el cual tiene
Bástenos decir que el tomo VI de además en su favor el hallarse ele-
las Memorias del Instituto está lleno gantemente impreso, con preciosos
de centenares de miles de cifras, ilus- dibujos y elegantes tapas.
trado con hermosos mapas, é impre- También acaba de repartir la men-
so con singular pulcritud, y da gallar- cionada casa editorial el tomo II de
da muestra de la fecunda actividad de las Comedias escogidas de D. Juan
aquel centro y del acierto con que lo Ruiz de Alarcón, que pertenece á la
dirige el General D. Carlos Ibáñez, Biblioteca «Clásica española;> cons-
tan entendido como infatigable. ta de 276 páginas y contiene las afa-
madas comedias Ganar amigos, El
examen de maridos y Los pechos pri-
vilegiados.
E l A n a c r o n ó p e t e .—Viaje á Aunque pecando de monotonía,
China.—Metempsícosis, por DON tenemos que enviar un aplauso á don
ENRIQUE G A S P A R . Ilustración de Daniel Cortezo, que con tanto empe-
F . GÓMEZ SOLER.—Barcelona, i88y. ño como buena suerte se afana por
— Un torno en <y." de jg6 faginas.— contribuir á la cultura de nuestro
Precio, s pesetas. país, habiendo logrado resolver el
Forma parte este libro de la Bi- difícil problema de publicar obras
blioteca cArte y Letras,» que publi- bien escritas, impresas y encuader-
can los ilustrados editores de Barce- nadas, por escaso precio.
lona Daniel Cortezo y Compañía,, y
es un volumen por todo extremo in-
teresante. El conocido autor dramá-
tico Enrique Gaspar derrocha su fe-
cundo ingenio en £1 Anacronópete, E l a ñ o pasado.—Letras y artes
título de su relación tan extraño como en Barcelona, por J. YXART.—Barce-
la relación misma, pero que se lee lona, establecimiento tipográfico edito-
con especial deleite por lo fantástico rial de Daniel Cortezo y Compañía,
de los cuadros, lo excéntrico de las calle de Pallars [Salón de San Juan).
ocurrencias y el donaire, buen gusto i88j.— Un tomo en 8. ° de jjo pági-
y esprit que rebosan de todas sus nas,—Precio, 2 pesetas.
páginas. Más de una vez nos hemos dolido
Como E. Gaspar, á más de literato de que actualmente apenas haya
excelente es diplomático, y ha resi- quien se dedique con fe y aptitud ai
dido algunos años en el celeste I m - difícil ministerio de la crítica, hoy
perio, no extrañará á nadie que las como nunca necesario para concluir
«cartas á un amigo> en las cuales con esa extremada benevolencia que
describe su viaje á China y las singu- hace poner por las nubes á escritores
lares costumbres y modo de ser de á quienes, para bien suyo y honra de
esta vasta nación, resulten verdade- las letras, debiéranles enviar á que
ras fotografías, pero fotografías con estudiaran humanidades. ¿Dónde es-
el colorido y la vida del natural. Me- tán, nos preguntábamos, los sucesores
446 REVISTA CONTEMPORÁNEA
del insigne Fígaro y del malogrado imaginación, la ciudad ideal de su pen-
Manuel de la Revilla? samiento.
Y, aHadíamos, tan sólo dos ó tres cEn los mostradores de las libre-
nombres vienen á la memoria, coma rías—dice—habías de hallar sema-
presuntos continuadores de aquellos nalmente nuevas obras de fondo no
ilustres ingenios. Otro hemos de afia- traducidas ni zurcidas con retazos
dir á tan breve lista, el de D. José extranjeros , sino escritas en vista
Vxart, quien ya ha conseguido envi- de nuestro país y para nuestro país,
diable fama en la hermosa ciudad de y universalmente celebradas... y com-
los condes. Apesar de que la asfixiante paradas. Ni de sus autores, siendo mu-
centralización ó un exceso de amor chos, dirían sus conocidos «creo que
propio, hacen que Madrid crea tener escribe» como quien dice «creo que
encerrado dentro de sus muros todo se entretiene en criar canarios,» por-
el movimiento literario, es imposible que el escribir y publicar libros, no
que pase inadvertido para el aficio- sería cosa del otro jueves; ni á los
nado al estudio la actividad de Bar- muy superiores dejaría de respetárse-
celona, actividad que ya no se ciñe á les, por lo menos, por lo menos, como
sus industrias, sino que invade tam- á un concejal: ya ves que es bien poco.
bién el campo de la literatura dando En lugar de decirse: «¿ves á aquel
á luz muchas y buenas obras. caballero que pasa por allí? es Fula-
Como es grande el poder del ta- lano, que tiene dos millones,» lo
lento, se ve que, cual acontece con cual, si e.: muy satisfactorio para él,
Yxart, son algunos catalanes maestros sólo importa á los necesitados, se
en el manejo del idioma castellano. señalaría en todas partes con el dedo
Porque en el librito El año pasado, á quien valiese de veras, y se le abri-
se saborean á la par que el buen jui- ría calle, y le .saludaríamos agitando
cio y la erudición, el elegante es- los pañuelos muy satisfechos todos de
tilo del autor. Las consideraciones que nos glorificase á los ojos de los
que hace sobre el teatro actual, sus extraños, lejos de afectar no verle,
críticas bibliográficas y los preciosos como si nos rebajara su superioridad.
cuentos que intercala, contienen nú- La aptitud literaria hallaría empleo,
mero extraordinario de reflexiones, colocación y estímulo lo mismo que
que encantan por lo juiciosas y ati- cualquier otra, en vez de ser como
nadísimas. Tenemos la antigua cos- secreta flaqueza ni más ni menos que
tumbre, al leer un libro, de ir aco- la pasión por la caza ó el juego, y
tando al margen todos los párrafos así no veríamos á tantos que compar-
que más nos gustan. ¿Creerá el lec- ten su afición artística con el ejerci-
tor que hubimos de renunciar á ha- cio de su carrera, y no medran ni en
cer lo propio con El año pasado, una ni en otra, condenados á la ex-
para no llenar de líneas todas sus pá- traña tortura de maldecir como carga
ginas ó sufrir las molestias que pro- una facultad superior que debiera dar-
duce tembarras du choix? He aquí les honra y provecho...»
por qué no trascribimos de cuanto Nuestros plácemes al ilustrado cri-
Yxart dice más que una página del tico Sr. Yxart, que con tanta fortuna
ocurrente prólogo en que, á grandes ha establecido su observatorio en
rasgos, dibuja la Barcelona de su Barcelona. Mucho nos alegraría que,
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 44^
provisto de un buen telescopio, alar- de cálculos matemáticos, circunstan-
gase sus observaciones hasta Madrid, cia que hace apartar los ojos de las
donde, al lado de cosas dignas de Memorias relativas á esta materia, los
aplauso, hay muchas otras que han que no están versados en las mate*
menester se las fustigue con dureza y máticas superiores. Esta consideración
acierto. ha movido á Mr. Moutier á contestar
en su obra lo más sencillamente po.
sible á estas cuatro preguntas. ¿Qué
La Thermodynamiqne et ses es la Termodinámica? ¿Cual es su ob-
principales applications, par J. jeto? ¿Cuál es su utilidad? ¿Cuáles
MoUTlER, examinateur a VEcole Po- son sus principales aplicaciones? El
lytechnique.—París, Gauthier- Villars, autor, que demuestra un gran domi-
Quai des Augustins, jjí.— í/n tomo nio del asunto, lleva como por la
en 4° de ¿68 páginas y g4 figuras.— mano, explicándole todas las cuestio»
Precio, 12 pesetas. nes que se refieren á la Termodiná-
Aun cuando hace pocos años que mica; fiel á su programa, deja á un
ha nacido la Termodinámica, es ya lado las fórmulas, y, valiéndose de
una ciencia importante, porque ha figuras, que cualquiera puede com^
progresado con rapidez extraordina- prender, logra explicar la repelida
ria, merced á los trabajos incesantes ciencia de un modo que se halla al
de algunos hombres de gran saber y alcance de todos.
á las fecundas aplicaciones que aqué- Estudia en la primera parte del li-
lla ofrece. Uno de los más ilustres, bro la temperatura; la compresibili-
Mr. Moutier, publicó ya en 1872 un dad y dilatación de los gases, los ca-
librito en el cual daba en resumen la lores específicos de los sólidos, lí-
teoría mecánica del calor, reuniendo quidos y gases, las trasformaciones
las fórmulas más importantes con ob- adiabáticas, el equivalente mecánico
jeto de propagar el uso de una cien- del calor, el calor de trasformación,
cia que interesa á la vez para el estu- los gases perfectos, las trasformacio-
dio de los fenómenos naturales y para nes isodinámicas, el teorema de Car-
el arte del ingeniero. not y sus aplicaciones, la evapora-
Mucho, como antes decimos, ha ción, calores específicos de los vapo-
adelantado la Termodinámica, influ- res, máquinas de vapor, fusión y di-
yendo en el progreso de la física y de solución, ciclos irreversibles jy diso-
otras ciencias; pero todavía están poco ciación. En la segunda parte, trata
extendidos sus principios fundamen- del calor específico absoluto, calor y
tales y son poco conocidas las apli- luz, ley de Dulong y Petit, movimien-
caciones de la teoría. Puede asegurar- to estacionario y presión interna.
se que la noción del equivalente me- La obra, que es notable por sí
cánico del calor es la única que se ha misma, está perfectamente impresa
generalizado, y esto gracias á la sen- en la tipografía de Mr. Gauthier-Vi
cillez de su principio. Uars, que es, con justicia, uno de
El retraso que experimenta en su los primeros y más afamados edito-
expansión la Termodinámica debe res dé París, donde hay tantos y tan
atribuirse á que, por lo común, se buenos.
presentan sus teorías con gran lujo R. A.
448 REVISTA CONTEMPORÁNEA
Colección de escritores c a s t e - nes 6 tuvieron que arrepentirse de Su
llanos. —Historiadores, — Juan de Cándida seguridad, 6 bien adoptaron
Castellanos.—Historia del nuevo rei- muy luego diferente conducta de la
no de Granada.—Publícala por pri- qué en un principio creyeron era
mera vez D. ANTONIO PAZ Y H E - justo seguir á los conquistadores.
LIA.— Tomo /, en S.°—Precio, ¿Pe- El mismo Castellanos lamenta aquel
setas. desdichado trabajo de diez años que
Entre los libros y manuscritos que, empleó en cambiar toda su obra en
en número de cuatro mil trescientos versos, á menudo prosaicos, y no
veinte, donó el Virrey D. Pedro de siempre correctos, y hagamos recaer
Aragón al monasterio de Poblet des- gran parte de la culpa sobre aquellos
de 1602 á 1677, guardó el célebre amigos suyos, de quienes se queja en
santuario largos tiempos la obra de estos términos, aludiendo á la com-
Juan de Castellanos, que hoy, por posición de toda su obra: «La salida
primera vez, sale á luz conforme á de este laberinto fuera menos difícil,
su original. si los que en él me metieron se con-
Dejando aparte la eruditísima in- tentaran con que los hilos de su tela
troducción del tomo, acerca de cuán- se tejieran en prosa; pero enamora-
do, cómo y qué razones movieron al dos, con justa razón, de la dulcedum-
autor á escribir su obra, diremos que, bre del verso con que D. Antonio de
entre las de la conquista de América, Ercilla celebró las guerras de Chile,
será siempre de las más apreciables, quisieron que las del mar del Norte
por hallarse escrita por quien tomó también se cantaran con la misma
parte en los sucesos que refiere, cir- ligadura, que es en octavas ríthmicas.»
cunstancia que otros tuvieron, pero Y todavía debe agradecérseles que,
muy escasos, la imparcialidad de Cas- viéndole cansado y viejo, le aconse-
tellanos al censurar las atroces cruel- jaran, según él refiere, la variación
dades de algunos de sus compañeros, de las macizas octavas reales, por la
disculpando el rigor usado en ocasio- más descansada compostura del verso
nes contra los indios, y burlándose libre.
no pocas de las sensiblerías de quie- D. G H .
1846-1850
SECCIÓN OCTAVA
II
III
IV
VI
{Se continuará.)
BRIHUEGA Y SU FUERO
CONTINUACIÓN ( l )
XI
XII
(i) Existe en mi poder, en papel escrito por una sola cara. Tuvo sello en
lacre rojo al dorso.
480 REVISTA CONTEMPORÁNEA
(Conímuard.)
CONCLUSIÓN (l)
* *
*
* *
DE LA EDAD MEDIA
Continuación (i)
IX
SAN BERNARDO Y SU SIGLO
(1) V. Gilí, de Tir.— Vita et res gesta. Lib. XII, cap, VII.
(2) V. un artículo referente á San Bernardo, publicado en la Revue Fran-
caise, aflo 1838.
TOMO UCV.—YOL. V. 33
5T4 REVISTA CONTEMPORÁNEA
ADOLFO DE SANDOVAL.
(5á continuará.)
REVISTA DE TEATROS
Si en mi albedrio reside
el menor de los deseos,
se discute, pesa y mide,
y después de mil rodeos
hago... lo que se decide.
Y siendo tal mi poder,
¿cómo me voy á imponer,
ni á tomar la iniciativa,
tratándose de ejercer
la real prerrogativa?
»
« *
*
* *
CONTINUACIÓN
(Se continuará.)
CRÓNICA POLÍTICA
INTERIOR
*
* *
542 REVISTA CONTEMPORÁNEA
( I ) LOS autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio cri-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
554 REVISTA CONTEMPORÁNEA
de su parecer y para ilustrar tan im- de las regiones á que se contraem
portante materia. describe su monumentos, traza los
Es verdaderamente honroso para planos de las capitales y poblaciones
KspaCa que un naturalisla tan ilustre de alguna importancia, recuerda las
como el Dr. Brown se fije en nuestra vicisitudes por que las diferentes co-
Escuela del Escorial y quiera que sir- marcas han pasado, da una idea de la
va como tipo para la de su patria. topografía general, ilustra con profu-
Hombres de la fe del respetable doc- sión de excelentes grabados el texto,
tor Brovín, que ha escrito muchas y estudia las carreteras y las produc-
notables obras científicas, y que en el ciones naturales, el comercio y la in
prólogo de la que motiva estos ren- dustria, demostrando la variedad y
glones anuncia ya que está terminan- amplitud de sus conocimientos, y la
do otra, aparte de las que tiene pre • suma diligencia con que reúne toda
paradas, son, por desgracia, bien es- suerte de datos y noticias para el
casos. La constancia con que persi- mejor éxito de su obra.
gue el establecimiento de una Escuela Al volumen I, que es el relativo á
de Montes en Edimburgo, y la bon- las zonas central y septentrional,
dad de su causa, nos hacen confiar precede un discreto prólogo en el
que no tarde en ver realizados sus cual refiere los esfuerzos que ha ne-
deseos. cesitado hacer y señala como posible
la existencia de algunos lunares en
su obra, modestia que es digna de
Nueva Guia de! viajero en Es- encomio. Después hace una breve re-
paña y PurtngaA, pur D. EMILIO seña histórica é incluye además uu
VALVERDE Y ÁLVAREZ.—Midrid, mapa general de la Península, de co
JSS7. lores y bien grabado.
Antes de ahora hemos tenido oca- A no haberse prodigado tanto la
''ión de aplaudir el acierto con que frase, diríamos que la Guía del señor
trabaja el entendido oficial Sr. Val- D . Emilio Valverde ha venido á lle-
verde, auien echó sobre sus hombros nar un vacío, que há bastante tiempo
la tarea de componer una guía com- se dejaba sentir, porque no teníamos
pleta y fiel de nuestro país. ningún libro que en pequeño volu-
A más de los cuadernos de que men, describiera nuestro país, por lo
anteriormente hablamos, ha dado á cual había que recurrir á guías ex-
luz los tres correspondientes á las tranjeras, rara vez exactas.
Provincias Vascongadas y Navarra; ¿Cómo no hemos de aplaudir al
antiguo reino de Galicia y principado ilustrado oficial Sr. Valverde después
de Asturias, que comprende las pro- de haber apreciado las cualidades que
vincias de Coruña, Lugo, Pontevedra, avaloran su trabajo y le hacen com-
Orense y Oviedo; y antiguo reino de parable con el que para otros países
Aragón, que comprende las de Zara- ha hecho el célebre B^deker?
goza, Huesca y Teruel. Con los dos
primeros, termina el primer volumen,
de 915 páginas, y con el tercero, Théorie et applications des
comienza el segundo. En todos los equipollences, par C.-A. Laisant,
cuadernos hace breve reseña histórica député, doteeur es Sciences, anden
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 555
éíeve dítEcole Polytechnique.—París, cualesquiera; luego, representándolas
GAUTHlKR-Virx\KS, Quai des Au- por notaciones, que implican á la vez
gustíns^js, i88y. — Un tomo en 4." la magnitud y la dirección y tratando
de sgg páginas y ys figuras.—Precio, de expresar las relaciones geométri •
6 pesetas. cas que ligan entre sí á las diferentes
Muchas veces al pasar la vista po^^ partes de las figuras planas, se llega
notables obras que se publican fre- á establecer un cálculo que está so-
cuentemente en Francia y en Italia, metido á las mismas reglas que el al-
naciones que tantos puntos de contacto gébrico ordinario. Infiérese de aquí,
tienen con la muestra, nos hemos pre- que de este modo se posee un instru-
guntado: jpor qué serán tan pocas mento analítico fácil de manejar y
las obras de valer que acerca de asun- cuyo uso es muy general en lo que á
tos científicos se publican en nuestro la geometría plana se refiere.
país? ¿Cuál será la causa de que allen- En el libro, objeto de esta nota
de el Pirineo salgan á luz cien obras bibliográfica, representa Mr. Laisant
sobre matemáticas por cada una de las cantidades imaginarias por medio
las que en español se escriben? V, de rectas inclinadas, trazadas en un
francamente lo confesamos, todavía mismo plano, colocándose francamen-
no hemos acertado á encontrar la te en el campo de la geometría sin
explicación de ésta, á nuestro juicio, preocupaciones analíticas.
chocante anomalía. Acaso no dejen En la primera parte estudia la adi-
de influir en aquel resultado la mane- ción, suslración, multiplicación y di-
ra como está organizada la ensenan - visión de rectas, presentando los prin-
za y el poco aprecio que suele hacer- cipios en que se funda esta ciencia,
se de los libros que los españoles pu- relativamente moderna, y distinguién-
blican. dose el autor por la sencillez y ele-
En Francia hasta los hombres po- gancia con que expone y demuestra
líticos, como M. C. A. Laisant, no los teoremas. En la segunda parte,
dejan absorber toda su atención por consagrada á las aplicaciones de las
la cosa pública y redactan libros tan equipolencias, describe los procedi-
interesantes y meditados como la mientos generales, considera diver-
Teoría y aplicaciones de las equipo- sos ejercicios y examina las aplica-
lencias. Tiene por objeto este método caciones al triángulo y á los polígo-
constituir un sistema de geometría nos, áreas de las figuras planas, cues-
analítica que permita expresar direc- tiones de geometría superior, aplica-
tamente las propiedades de una figu- ciones á la teoría de las curvas, trans-
ra plana por relaciones sometidas á formaciones, y, finalmente, aplica-
las reglas del cálculo algébrico. Be- ciones cinemáticas.
llavitis, en Italia, y Laisant en Fran- Se deduce de esta rapidísima enu-
cia, son los que más poderosamente meración de los asuntos en que se
han contribuido á que se conozca y ocupa M. C.-A. Laisant, que su libro
acredite el método de las equipolen- sóbrela Teoría y aplicaciones délas
cias. equipolencias, encierra especial interés
Digamos, en esencia, á lo que se para cuantos deseen estar al corriente
reduce éste. Se consideran rectas tra- del progreso de las matemáticas en
zadas en un plano en direcciones la época actual, porque si al pronto
556 REVISTA CONTEMPORÁNEA
parece extraña aquella teoría por su el otro, y de que esté empotrada por
novedad, se consigue dominarla en los dos extremos; vigas rectas conti-
breve, y enamora por la fecundidad nuas: principios generales relativos á
de sus aplicaciones. las vigas de sección constante ó va-
La hermosura de los tipos y del riable, con apoyos de nivel ó no, con
papel y la perfección de las figuras, ó sin empotramiento; principios ge-
dicen á voces que la obra se ha im- nerales relativos á las vigas de sec-
preso en los talleres del célebre edi- ción constante, en iguales condicio.
tor Mr. Gauthier-Villars. nes que las anteriores. Pasa después
á estudiar la influencia de una carga
dada y la influencia del desnivel de
los apoyos sobre una viga de sección
L a Statique graphique e t ses constante empotrada ó no por sus
applications a u x constructions, extremos; resuelve gráficamente los
par ÍAS.. MAURICE L Í V Y , membre de problemas más comunes relativos á
i Instituto ingénieur en chef des ponts las vigas continuas de sección cons-
et chaussées, etc. Deuxihne édition. tante que están sometidas á cargas
II partie. París, Gauthier-Villars, fijas; hace atinadas consideraciones
iSSó. Un tomo en 4° deJ4¿ pági- acerca del empleo del cálculo en el
nas y un atlas de XXXII láminas. estudio de una viga, puntos y líneas
En la REVISTA CONTBMPORXNEA de iníiuencia, convoy móvil sobre
correspondiente al 15 de Diciembre una viga continua, vigas de secciones
último se trató extensamente de la variables, y, por último, expone en
magnífica obra de Mr. Lévy sobre una nota el método de Mohr para la
Estática gráfica, y se indicó el obje- construcción gráfica de los momentos
to de este cuerpo de doctrina, que ha de flexión sobre los apoyos de una
venido á facilitar en sumo grado la viga continua.
resolución de importantes problemas. En armonía con el mérito singular
Ahora ha salido á luz la segunda de la obra de Mr. Maurice Lévy,
parte, que dedica el sabio ingeniero están las condiciones tipográficas con
al estudio de la flexión plana, líneas que la presenta Mr. Gauthier-Villars.
de influencia y vigas rectas. Tanto las figuras intercaladas en el
Empieza exponiendo los principios texto, como las láminas, son una ma-
de resistencia de materiales que se ravilla de buen gusto y perfección.
refieren á la flexión plana en general, Antes de concluirnos cumple hacer
fijándose en cuantas circunstancias una declaración. Hemos sabido con
se relacionan con los mismos; trata júbilo que en la Academia de Inge-
á continuación de las líneas de in- nieros de Guadalajara hace años que
fluencia y de su empleo en el proble- se estudia buena parte de las cuestio-
ma general de la investigación de las nes que Mr. Lévy trata en su notable
posiciones peligrosas de un convoy. obra, y que sirve de texto en aquélla.
Hace aplicación á los problemas re-
lativos á la resistencia de materiales,
estudiando por separado los casos de
que la viga esté empotrada por un La Photographie astronomi-
extremo y apoyada simplemente por que a l'Observatoire de Paris et
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 557
la Carte du Ciel, par MR., LE CON- Mr. Augusto Dietrich, el excelente
TRE A M I R \ L E . MOÜCHEZ.—Paris, editor de las Poesías de Jacques Ri-
Gauthier- Villars, iSSy. — Un tomo chard, acaba de publicar una traduc-
en 8." de loy páginas y siete láminas ción de Las Mentiras convencionales
fotogí'ájicas. de nuestra civilización, por Max Nor-
El sabio director del Observatorio dau. El libro del médico filósofo ha
de París, reúne en un precioso tomito logrado en Alemania un éxito extraor-
una serie de notables observaciones dinario. En menos de dos afios se han
ilustradas con fotografías muy perfec- agotado doce copiosas ediciones. El
tas. Hace un resumen de los trabajos autor pasa en él revista á las princi-
anteriores, advirtiendo que es mucho pales instituciones del mundo moder-
lo que en estos dos últimos años se ha no: la constitución política, la monar-
adelantado en la aplicación de la foto- quía, la aristocracia, el matrimonio y
grafía al estudio del cielo, principal- las religiones, indicando con resolu-
mente por la habilidad de los señores ción cuales son las mentiras que, á su
Pablo y P. Henry que han ideado apa- juicio, se ocultan detrás de todas esas
ratos muy ingeniosos. Merced á esto, variadas formas de la vida moderna.
se ha podido acometer la colosal em- Debe el libro parte de su éxito á que
presa de formar un mapa completo de está escrito con mucha gracia, apesar
todas las estrellas, el cual constará de de lo seriamente que el autor estudia
1800 á 2000 hojas. Asi podrá estu- el asunto, como si haciendo traición á
diarse la distribución de las estrellas sus inquebrantables opiniones, hubie-
en el espacio, esto es, la coustitución ra querido escribir una brillante y
del universo visible, abriéndose nueva paradógica improvisación.
era para la ciencia astronómica. Mr. Dietrich ha tenido la fortuna
Trata Mr. Mouchez de los traba- de traducir correctamente la obra de
jos notabilísimos de los Sres. Henry, Max Nordau sin que pierda nada de
indica Lo que, á su parecer, guarda el su doble carácter. Muy al corriente de
porvenir á la fotografía del cielo, y las cosas de Alemania, opina, con
habla en detalle de la carta de éste. fundamento, que cuanto ocurre en es-
Como pensamos incluir en uno de los te país deben estudiarlo las naciones
próximos nitmeros de la Rf.vtSTA que deseen conocer bien la marcha de
CONTEMPORÁNEA una reseHa más de- aquel país.
tallada de la curiosa obrita del Almi- No Cabe duda de que se presta á
rante Mr. Mouchez, por eso nos con- acaloradas controversias el libro de
cretamos hoy á estas ligeras indica- Max Nordau, que puede combatírsele
ciones. desde diferentes puntos de vista; pero
R. A. nadie negará que es un trabajo nota-
ble, que se sale con mucho de lo vul-
gar, y que debe ser leído aun cuando
Les mensoTiges conventionnels no se compartan las ideas del autor.
de notre civilisation, ouvrage tra- S.
duit sur la douziéme édition alleman-
de,par AUGüSTE DIETRICH.—París,
IV, Hinrichsen, editor.— Un tomo en Felipe IV y Sor María cl«>
4.° de 400páginas,—Precio, 6pesetas. Agreda.—Estudio crítico por]OK-
558 REVISTA CONTEMPORÁNEA
ENSAYO HISTÓRICO
E L PRINCIPE GUILLERMO
1797 á 1861
«Nuestro hijo Guillermo será,
si no me equivoco, sencillo, leal y
de muy buen sentido.»
( D e Jtna carta de la Reina
Luisa á su padre,—iSoS.)
{Se continuará.)
MIS MEMORIAS (O
1846-1850
SECCIÓN NOVENA
II
III
IV
mi alma
Ser herida podrá, mas no doblada.
VI
{Se continuará.)
LA LUCHA ECONÓMICA DE LAS NACIONES
II
inglesas con un derecho de entrada de 23 por 100, que era el vigente en 1684-
é Inglaterra por su parte se compromete á recibir los vinos portugueses con
un tercio de rebaja sobre los de las demás procedencias. Pero con razón enal-
teció Inglaterra el tratado de Methuen como una de las obras maestras de la
política comercial. En él la fingida reciprocidad se reducía á una mera perfi-
dia. Inglaterra, que obtenía un privilegio exclusivo para sus productos indus-
triales, mientras se mantenía la prohibición con respecto de los demás países,
no concedía nada de retorno; pues lo que cedía á Portugal como un favor, lo
hacía en realidad en interés propio. Los vinos que en el mercado inglés com-
petían con los de Portugal eran los de Francia; y cuando ésta, por las orde-
nanzas de Colbert, no sacó ya paños de Inglaterra, para restablecer la balan-
za, se puso un elevado derecho á los vinos franceses. Podía por lo tanto In-
glaterra, sin el menor perjuicio, admitir los vinas portugueses con una rebaja
de un tercio en los derechos. En cuanto á la f upuesta reciprocidad, basta para
apreciarla formular estas dos preguntas; I.» ¿Qué industria vinícola tenía que
perder Inglaterra, cuando Portugal comprometía toda su industria fabril na-
ciente? 2.° ¿Equivalía el consumo de vinos en Inglaterra al de Portugal y sus
colonias en lanerías?
No es extraño, por lo tanto, que al poco tiempo de firmado el tratado com-
prendiera Portugal que en él había recibido un golpe de muerte su indepen-
dencia económica. Desde entonces se vio sometido á Inglaterra por un avasa-
llamiento económico, que la redujo á condición todavía peor que cualquiera
de las colonias inglesas respecto de su metrópoli. Toda su industria fabril na-
ciente quedó completamente arruinada. Verdad que Inglaterra no había pacta-
do nada masque sobre tejidos de lana; pero cuando un pueblo rico, activo é
604 REVISTA CONTEMPORÁNEA
inteligente, avasalla una gran industria de otro país, es seguro que más ó me-
nos pronto se apoderará también de las industrias accesorias. Esto fué lo que
Inglaterra hizo con Portugal. Y no fué sólo la industria, sino también toda la
vida comercial, la que quedó trasplantada del Tajo al Támesis. Portugal fué
una sucursal de la Banca inglesa. Se tomaba el dinero en Londres á 3 y 3 ¿
por loo, y se colocaba en Lisboa al 10 por 100. Las importaciones anuales
de Inglaterra en Portugal excedían á las exportaciones de éste en un millón de
libras esterlinas, que se saldaba al contado con oro del Brasil, porque Ingla-
terra no tomaba ni azúcar, ni tabaco, ni demás productos ultramarinos, en
cuyos artículos daba la preferencia á sus colonias. Esta falta de equilibrio ha-
cía subir el cambio de 1$ por lOO sobre Lisboa; y si favorecía el consumo del
Oporto y demás vinos portugueses en Inglaterra, acrecentaba también con
más incontrastable impulso el monopolio británico en el comercio interior de
Portugal. Los apellidos portugueses sólo figuraron por mera fórmula en las
operaciones mercantiles interiores y exteriores. Se calculaba en 2.400 millo-
nes de pesetas el oro extraído del Brasil en los sesenta años consecutivos al
descubrimiento de las minas; y sin embargo, en 1754 no circulaba en Portu-
gal numerario por más de i j ó 20 millones y debía 72. Era aquel país como
una criba, por la cual pasaban inmensas riquezas sin dejar rastro. Este desas-
troso tratado se mantuvo intacto hasta 1810. Pero aun cuando Portugal no
hubiera estado sometido á él más que un tercio de siglo, difícilmente pudiera
reponerse en 200 afios de la extenuación económica que le produjo, y que le
tiene aún respecto de Inglaterra en menos ventajosa situación que el Canadá
6 la Australia.
LUCHA ECONÓMICA DE LAS NACIONES 6o5
bición de Luis XIV para caer en el vasallaje comercial de
Inglaterra. Del mismo modo, á la conclusión de las guerras
napoleónicas, el continente no se dio cuenta del yugo econó-
mico que se le había impuesto, hasta que en el comercio, en
la industria y en la navegación, vio alzarse con una suprema-
cía ya por largo tiempo incontrastable á la nación que había
sido el alma de todas las coaliciones.
Así, por derecho de conquista correspondía la supremacía
económica al pueblo que con el baluarte de sus fronteras ha-
bía sabido vencer entre las brumas del Norte la agricultura
de los países más privilegiados, é impuesto sus tejidos de lana
á Flandes, derrocado el comercio marítimo de Holanda, tras-
portado á su suelo la industria algodonera de la India, la se-
dería, la fabricación del papel y demás industrias de Francia
que le enseñaron los proscritos del edicto de Nantes, la cuchi-
llería y el acero que aprendió á fabricar con artífices alema-
nes. Inglaterra que, con la fluctuación de sus tarifas aduaneras
entre los decretos de prohibición y los derechos de la reci-
procidad mercantil, había convertido en indígenas á casi to-
das las industrias extrañas (i), se sentía al fin con fuerzas
productoras bastante potentes para inundar á todos los mer-
cados de tejidos, hierros, aceros y carbones, presentando
al consumidor en cualquier parte del globo, en cuanto se le
franqueaban las fronteras, los artículos de sus ramos fabriles
en mejores condiciones de precio y calidad que cualquiera de
sus rivales. Sentía cimentada esta supremacía en el comercio
universal establecido por ella con recursos navales superiores
á los de las demás naciones; en escuelas y procedimientos de
fabricación por nadie igualados; en un proletariado de habili-
dad industrial sin ejemplo; en instituciones de crédito y orga-
nismos económicos que todavía los otros pueblos tenían que
crear á costa de laboriosos experimentos y difíciles tanteos.
El único peligro verdadero que había de conjurar en lo sucesi-
vo la industria británica consistía en que el mercado de la
metrópoli y de las colonias, así como el de los pueblos avasa-
llados por pactos de comercio leoninos, no resultara demasia-
J. S. DE TOCA.
{Se co7ttmuará.)
BRIHUEGA Y SU FUERO
CONTINUACIÓN ( l )
XIII
para un logar del Arzobispo de Toledo que dicen Brihuega, que es buen logar
en el verano, ca era ya el mes de Junio deste aHo sobredicho.» Crónica de
Juan /, por Pero López de Ayala.
( I ) Se llamaba este personaje D. Alvaro Pérez Carmelo.
(2) Debían acompañarle en estas excursiones los Embajadores del Rey de
Navarra, que vinieron á visitar á D. Juan á las Cortes de Guadalajara, pro-
poniendo ciertos tratos importantes, puesto que la crónica casi lo dice, al
hablar de que partieron con el Rey, para Roa, dichos enviados.
(3) De un documento en pergamino, muy borroso, que existe en el archivo
del cabildo de curas, resulta, entre otros datos, que en la era de 1387 se
BRIHUEGA Y SU FUERO 609
nombres de calles y términos que aún los conservan (i), y el
cabildo eclesiástico aumentaba de día en día sus pertenenciasi
que debían formar un patrimonio cuantioso, creciente cada
vez más, por virtud de donaciones y compras.
Pero aun de antes de mediar el siglo XIV hay noticias
acerca de esa riqueza colegiada y eclesiástica. Consta, en efec-
to, que en 1339 había unas casas propias del cabildo, donde
éste se congregaba en juntas y que estaba en la calle de la
Fuente del Freile [7). Otras escrituras, no muchas, de la mis-
ma índole, de fecha muy anterior y en pergamino tiene el
mismo archivo (3).
(l) En 1407 era vicario de Brihuega Juan Ruiz, á quien no debe confun-
dirse con el célebre arcipreste de Hita, del mismo nombre, de! que hasta aho-
ra no he hallado rastro alguno en mis investigaciones en los srchivos de
esta comarca, y que se cree murió corrida la primera mitad de la centuria
anterior.
BRIHUEGA Y SU FUERO 6ll
para la cámara real, ordenando á la vez á los alcaldes del reino que, so pena
de perder sus oficios, procediesen en justicia y sin tardanza á cumplir esta ley.
No debió tener eficaz cumplimiento, como los clérigos de Brihuega decían cu
su escrito, y debió ir el mal en creciente, cuando los oidores del Rey procn-
raban que se llevase á cabo esta resolución en 1408.
6l4 REVISTA CONTEMPORÁNEA
( I ) Está incompleto el sentido. Sin duda quiso decir que habían entrado
en las posadas de los clérigos á prender á las caseras.
(2) Al menos, de los documentos que existen en mi poder.
BRIHUEQA Y SU FUBKO 6l5
XIV
«Dióse por libre á Brihuega y sus moradores de pagar toda cabeza, mone-
das y pechos, en remuneración de la defensa que hicieron y pérdidas que tu-
vieron al tiempo que el Rey de Navarra pretendió tomar la villa, y no lo pudo
lograr por la resistencia de dichos moradores, afio de 1345.»
Sigue luego el documento ilegible, y al fin va una nota del escribano Cris-
tóbal de Fuentes, de Valladolid, dando fe del traslado del privilegio. De este
traslado debió tomar el P. Béjar su copia.
BRIHUEGA Y SU FUERO 617
(1) Vez hubo en que los navarros, escondiéndose por las malezas y mon-
tes que llegaban en aquella época hasta las puertas de Guadalajara, entraron
en su arrabal y penetraron en las huertas vecinas á su muralla,
(2) En algunas de estas relaciones se mencionan estas excursiones de loa
navarros, y se describen con igual negros colores que las correrías de aquel
célebre Comendador Mayor de Calatrava D. Juan Ramírez de Guzmán, Carne
dt Cabra, que tantas tropelías cometió en el mismo reinado, en la región infe-
rior de la Alcarria. Véase mi opúsculo El Madroñal de Auñón.
(3) Refiere el P. Béjar que admirados los navarros de la fidelidad y for-
taleza de los brihuegos, para eterna memoria de su valor dejaron escritas estas
palabras: Invenimusfortes viros Virocenses, quos nunquam superare potuimus.
Y afiade: cEste título se leía pocos afi'os há en el Monasterio de San Blas de
Villaviciosa, y se conserva tan bien en la memoria de los brihuegos, que le
saben hasta los muchachos, y cada instante le repiten.)
BRIHUEGA Y SU FUERO 619
J U A N CATALINA GARCÍA.
{Se continuará.)
(1) Zurita, que había dicho antes que, entregada Torija, au defensor,
Juan de Fuelles, se retiró á Aragón, dice luego, al hablar del viaje de Justicia
i. Castilla, en entrando en Guadalajara, y aposentado en Casa del Marqués de
Santillana ó de un hijo suyo, quiso ver á Juan de Fuelles, <que estaba preso
en el Alcázar de Guadalajara. > Farece que hay contradicción entre esta pri-
sión y lo dicho antes de haberse retirado á Aragón el fortlsimo caudillo, i. no
ser que en alguna otra contienda fuera hecho prisionero.
LAS CIENCIAS EN 1887
(PRIMER TRIMESTRE)
J H . MORE.
EL M O S É N (')
CONTINUACIÓN
CAPITULO XI
TREGUA
ANTONIO VASCÁNO.
{Se continuará.)
REVISTA DE TEATROS
nal, algunos chistes de rojo color con que su autor Sr. Pina
y Domínguez la ha salpicado, algunos números de música
agradable de su cómplice Sr. Nieto, y los esfuerzos un tan-
to exagerados y grotescos de las Sras. D.*^ Lucia Pastor,
Baeza, y los Sres. Riquelme, Manini, Escriu y todos los de-
más actores que pasan por las vías láctea, angosta, ancha y
respiratoria, que conducirán seguramente á la taquilla del
despacho de billetes, pero no á los emolumentos de una fama
bien adquirida.
En Variedades el Cuento del año aumentó considerable nú-
mero de revistas del mismo género, cortadas por igual patrón,
proporcionando algunos aplausos más á los obligados maes-
tros Rubio y Espino, y al autor del libro, Sr, Navarro y Gon-
zalvo, que se nos figura se ha dormido sobre los laureles,
poco envidiables por cierto, que le proporcionó El puesto de
las castañas.
En Martín se presentó una compañía, dirigida por el señor
Portes, que murió al nacer; no llegará á la pubertad la que
ha seguido y en la que figura como actor conocido el Sr. Alba.
* «
RAMIRO,
CRÓNICA P O L Í T I C A
INTERIOR
A.
SOI
P*Í::1
REVISTA EXTRANJERA
*
* *
S.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO ^^>
( l ) Los autores y editores que deseen se haga de sus obras un juicio crí-
tico, remitirán dos ejemplares al director de esta publicación.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 665
riore^, de la atmósfera, si la aurora el tratar de la aurora b o r e a l tan
boreal no nos hubiese demostrado su clara y extensamente como el estado
existencia. L a aurora boreal, p o r con- actual de la ciencia lo permite, y ex-
siguiente, ocupa u n lugar importante p o n e r u n a teoría que, fundándose en
en los fenómenos eléctricos de las re- las sólidas bases de la experiencia, dé
giones superiores de la atmósfera y la verdadera explicación de u n o de
desempeBa p r o b a b l e m e n r e un g r a n los fenómenos más interesantes de la
papel en la economía de la natura- meteorología.
leza. Numerosas expediciones y largos
Pero si el trueno y la aurora bo- estudios ha hecho Mr. L e m s t r o m an-
real pertenecen á la misma familia, tes de publicar su obra.
¿cómo es que sus manifestaciones son T u v o la fortuna de formar parte
tan diferentes? de la expedición polar sueca que se
Se h a dicho con razón que la na- verificó en 1868 bajo la dirección del
turaleza no camina á saltos. Esto se célebre Nordenskiold. L o s resultados
justifica aquí observando que entre el de dicha expedición fueron tan nota-
relámpago y la aurora boreal hay un bles, que la Sociedad Geográfica de
intermediario que se llama relámpago París concedió e n 1869 á M r . Ñ o r -
de segundo orden ó relámpago de den."kio!d la medalla de o r o , y la
calor, y proviene de un movimiento Real Sociedad Geográfica de L o n d r e s
eléctrico más lento que el del relám- le concedió otra medalla al a ñ o si-
pago, pero más rápido que el de la guiente.
luz polar. T o d o el m u n d o h a podido D u r a n t e esta expedición, el doctor
observar, en el otoño, esos resplan- L e m s t r o m , que fué con el fin de es-
dores súbitos, de color violeta rojizo, tudiar el magnetismo terrestre, hizo
que iluminan el cielo, desaparecen respecto á la aurora boreal muchas
con rapidez y no van acompañados observaciones que modificaban gran-
de trueno. Hacia el N o r t e , se ven á demente la opinión hasta entonces
veces relámpagos extensos sin oír el admitida. Sus observaciones, publica-
trueno. Esas especies de relámpagos das en francés en los Archives des
constituyen el intermediario de que Sciences physiques et naturelles de Ge-
acabamos de hablar. nevé (1870), llamaron la atención.
H a y , pues, en la atmósfera tres M r . Lemstrom pudo, además, bajo
clases de movimientos de la electri- los auspicios de la Sociedad de Cien-
cidad: el relámpago del trueno; el re- cias de Finlandia, visitar en 1871 la
lámpago de calor y la aurora boreal. L a p o n i a finlandesa, en donde per
E n el conjunto de esos fenómenos, maneció seis semanas, repitiendo las
ocupa un lugar importante el magne- obáervaciones precedentes y haciendo
tismo terrestre, aun cuando es de otras nuevas. T o d o s sus resultados
muy distinta naturaleza que la e l e c - fueron confirmados, y se reunieron
tricidad atmosférica. El influjo im- nuevos hechos p o r otros observado-
p o r t a n t e que ejerce en los fenónv^nos res, durante la expedición sueca que
que estudia e n su l i b r o Mr. L e m s - pasó e n las regiones polares el in-
trom, le obliga á dedicarle un capí- vierno de 1872 á 7 3 .
tulo especial. T r a t a n d o de construir un a p a r a t o
E l objeto que se h a propuesto es que reprodujese artificialmente la au-
666 REVISTA CONTEMPORÁNEA
rora boreal, observó el autor que se buen gusto con que acostun^ra ha-
podían obtener fenómenos lumínicos cerlo el famoso editor de París mon-
continuos en un tubo de Geissler co- sieur Gauthier-Villars.
locado cerca de una máquina eléc-
trica en actividad. Partiendo de este
hecho, construyó en 1871, después
de una serie de investigacienes, un Víctor, novela madrileña,por Tiot^
aparato para la reproducción expe- ÁNGEL SALCEDO Y RUIZ.—Madrid,
rimental de la luz polar, que, con el 1887,— Un tomo en 8° de jóo pági-
nombre de aparato de la aurora bo- nas.—Precio, 3.JO pesetas.
real, se describe en el libro. Sabíamos que el Sr. Salcedo, to •
A mediados de 1870, después del davía muy joven, pronunciaba elo-
regreso de la expedición austriaca, cuentes discursos; sabíamos que en
tan desgraciada como gloriosa, mis- unas oposiciones, á las que concu-
ter Weyprecht, animado por la gene- rrieron multitud de abogados, logró
rosidad del célebre Conde Wilezeck, obtener, por la brillantez de sus ejer-
propuso una empresa internacional cicios, el número primero; no igno-
con el objeto de hacer investigaciones rábamos tampoco que era un buen
físicas simultáneas en las regiones periodista, y ahora se nos revela ade-
polares. Sabido es que esta empresa, más como novelador excelente.
que honra á la humanidad, se ej ecutó Porque su libro Víctor es un inge-
en i88z á 83. Fué recibida con ge- nioso estudio de las costumbres ac
nerales simpatías, y los resultados tuales de la corte. Hay en él carácter
de las diferentes estaciones se publi- res perfectamente dibujados; la trama
carán en breve. Entre las once nacio- de la novela es interesante, y el estilo
nes que tomaron parte, se hallaba correcto, y á las veces fluido y ele-
también la Finlandia, que estableció gante. El Sr. Salcedo ha cuidado, muy
una estación en la Laponia finlande- acertadamente, de no afiliarse en nin-
sa, en Sodankylü. guna de las dos escuelas en que hoy
Mr. Lemslrom, elegido por la So- se divide el campo literario. Víctor
ciedad de Ciencias de Finlandia para es una obra idealista sin ser extrava-
dirigir los trabajos de esta estación, gante, y es naturalista sin las exage.
tuvo ocasión de continuar sus in- raciones de Zola y de sus discípulos.
vestigaciones acerca de la aurora Quien de tan lucido modo empie-
boreal. za, hácenos concebir la esperanza de
Como consecuencia de todos estos que no tardará en formar al lado de
trabajos, se ha podido trasladar la los principales novelistas espafloles.
cuestión de la naturaleza de la aurora
boreal del dominio de la hipótesis al
de la realidad, y en vez de conjeturas
más ó menos probables, se tienen C a r t a s á P a c a P é r e z , dadas á
ahora hechos científicos incontes- luz por £ / D R . THEBÜSSEM.—Madrid,
tables. iSS'j. — Un folleto en 8° de ¿i pági-
La obra de Mr. Lemstrom, ilustra- nas.—Precio, 1,2S pesetas.
da con muchos grabados y preciosas Es un precioso folleto formado
cromolitografías, está impresa con el por tres cartas escritas con la inten-
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO bby
ción y la gracia que son proverbiales de Vilaniu en un lenguaje que sólo
en el insigne Dr. Thebussem. De- es conocido de los catalanes y de al-
cir que aquéllas son modelos del ha- gunos aficionados, como nosotros, á
bla castellana es ocioso, tratándose la literatura de aquel pais. Si Vilaniu
de una producción que firma el in- se hubiese publicado en castellano,
cógnito literato de Huerta de Cigarra, ocuparía uno de los primeros lugares
maestro peritísimo; hablar del inge- entre las novelas contemporáneas,
nio que brilla en las tres epístolas es como lo alcanzó La Papallona, tan
tan innecesario como entretenerse en pronto como el Sr. D. Felipe Benicio
ponderar la sal de una mujer anda- Navarro tuvo la feliz idea de tradu-
luza. cirla.
Y antes de concluir, permítanos el Conste que Vilaniu es un libro ex-
Dr. Thebussem que le supliquemos celente, lleno de color y rico de ob-
acometa pronto la tarea de publicar servación, y quedamos en el uso de
coleccionados sus trabajos, y que la palabra para examinar detenida-
abandone la costumbre de hacer tira- mente el primer nuevo trabajo que
das cortas y no ponerlas á la venta. dé á luz el autor de Croquis del natu-
Muchos son los que ansian propor- ral. Notas de color., TJ'Escanya pobres
cionarse el deleite que da la lectura y tantas otras notables producciones.
de todos los escritos de aquel sabio
alemán.
T r a t a d o de Á l g e b r a , con arre-
Vilanin, novela de costums del glo á las teorías modernas, por don
nosire temps, por D. Narciso Oller.— Z. G. DE GALDEANO, doctor gra-
Barcelotia, iSS6. Un tomo en S." de duado, licenciado en Ciencias exactas.
40-^ páginas. Precio, 4 pesetas. Izarte segunda: tratado superior, Sec
Llegamos ya muy tarde para ha- ción i.^'. Teoría de la continuidad.—
blar de esta excelente novela del afa- Toledo, iSS^. Un tomo en 4." de 228
mado autor de La Mariposa.^ la cual, páginas. Precióos pesetas.
como saben nuestros lectores, fué tra- El docto catedrático del Instituto
ducida al francés y al castellano, y de Toledo, Sr. Galdeano, persistiendo
mereció cumplidos elogios de E. Zola, en su loable propósito de dotar á su
nada fácil, por cierto, en conce- país de un tratado completo de ma-
derlos. temáticas, original, circunstancia muy
Los amantes del renacimiento que apreciable, acaba de dar á la estampa
en la literatura catalana se advierte la sección primera de la obra en que
de algunos años á esta parte, pueden piensa desarrollar las teorías del Al-
estar orgullosos de contar con pala- gebra superior.
dines tan esforzados como Narciso Aquí en España donde, tratándose
Oller. Nosotros, aunque miramos con de obras científicas, no basta que
simpatía esa tendencia, porque deno- sean de mérito para que logren la
ta actividad y movimiento, y el mo- aceptación y el aplauso sincero, qui-
vimiento es vida, nos dolemos de que zás porque desde muchos aflos hace,
ingenio tan eximio como el de Oller está declarada la corriente hacia el
escriba novelas del interés y alientos extranjero, Francia especialmente, se
668 REVISTA CONTEMPORÁNEA
necesita la fe y el entusiasmo del se- catedrático Sr. Muñoz trata en este
ñor Galdeano para proseguir la reali- trabajo de la descomposición de las
zación de una empresa en la que tie- rocas, formación de las tierras é in-
ne que luchar con toda clase de obs- fluencia de los componentes de éstas
táculos. en sus propiedades. En realidad di-
Porque en nuestro país se leen po- cho folleto es la reproducción am-
cas obras c¡entific;as, y muchos de los pliada de uno de los capítulos de H
que por obligación han de hacerlo, concienzuda obra que, con el nombre
apenas se dignan fijar la atención en de Petrografía aplicada publicó hace
ninguna que no sea traducción, pa- algunos años el Sr. Mufloz, repro-
gándose mucho de que el autor tenga ducción que tiene por objeto el que
un apellido raro y sea anden eleve de pueda servir para el estudio de los
tal ó cual establecimiento de ense- alumnos de la clase de Geología.
ñanza más ó menos conocido. Muy digna de apkuso es la inteli-
¿No será posible modificar esta gente actividad del Sr. Mufioz de
tendencia que todo lo avasalla? Cree- Madariaga.
mos que sí, siempre que haya unos *
cuantos hombres tan estudiosos y de « -»
la firme voluntad del Sr. Galdeano, Mapa topográfico de Españíi,
que no desmayen al chocar con las en escala de i : jo.ooo, publicado por
contrariedades, y logren disipar esa el Instituto Geográfico y estadístico,
atmósfera creada por nosotros mis- Activamemte continúan los traba-
mos, de que en Espafla no hay nin- jos para la formación del mapa de
gún buen autor de matemáticas. Espafla, obra importantísima que tan
Tristes son estas consideraciones, útil es en diversas aplicaciones de
pero exactas. Nos las han sugerido carácter científico, agrícola é indus-
las obras del Sr. D. Zoel G. de Gal- trial. Se publica en hermosas hujas á
deano , porque tememos que hasta seis tintas con las curvas de nivel de
ahora no hayan obtenido la acogida diez en diez metros y han salido ya á
que merecen. Respecto á su tratado luz doce entregas, que comprenden las
de Algebra superior^ haremos algunas hojas denominadas Colmenar Viejo,
indicaciones cuando haya concluido Madrid, Getafe, Navalcarnero, San Lo-
de publicarlo. renzo, Torrelaguna, Villaviciosa de
Por hoy, reciba el Sr. Galdeano Odón, Arganda, Alcalá de llenares-
nuestros plácemes y el testimonio de Aranjuez, Buitrago, Algete, Villa-
nuestra simpatía. luenga, Chinchón, Toledo, Escalona,
Yepes, Sonseca, M o r a , Villacañas
Ocafla, Lillo, Turleque, Orgaz, Tala
vera de la Reina, Torrijos, Gálvez,
Aplicaciones de la geología, Navamorcuende, Madridejí s, Quinta
por D. JUAN JOSÉ MUÑOZ DE MA- nar de la Orden, Navahermosa, Los
DARIAGA, ingtniero jefe de Montes y Navalmorales, Las Guadalerzas, Al -
profesor de la escuela especial del cazar de San Juan, Campo de Cripta-
na y La Alameda de Cervera.
Ctterpo.—Madrid, 1887,—Un folleto
en 8." de 8j páginas. Además hay otras muchas en curso
El diligente ingeniero y antiguo de publicación, lo cual acredita la ac-
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 669
tividad que sabe imprimir á los traba- más interesante puede exponerse hoy
jos del Instituto Geográfico y Estadís- en aquel ramo, no sólo en el relativo
tico su ilustre director el General al cultivo de las diferentes plantas
0 . Carlos Ibáfiez. que adornan los parques y jardines
R. (más numerosas hoy, por haber au-
mentado grandemente las aclimata-
ciones y las exploraciones), mas tam-
M n ñ o z y R u b i o (PEDRO JULIÁN). bién en lo concerniente al arte de
—Tratado de jardinería y Jlorícultu- proyectar, crear y desarrollar aque-
ra. — Madrid 18'rj. — Un volumen llos predios, en todos tiempos objeto
en 8° mayor de ji8 páginas, con predilecto de los magnates y pode-
numerosos grabados intercalados en rosos.
el texto. Esta parte de la obra y lo concer-
Los señores hijos de D. J. Cuesta, niente á la historia y clasificación de
que con gran perseverancia y patrio- los jardines, constituye lo que pudie-
tismo siguen publicando el notable ra llamarse teoría del arte del jardi-
Diccionario enciclopédico de agricul- nero, y es, á nuestro juicio, tanto más
tura^ ganadería é industrias rurales^ estimable cuanto que no te encuen-
del cual son editores, y cuya impor- tra bien expuesta esta doctrina en
tantísima obra ha merecido el elogio muchas obras de la misma índole,
de las personas más entendidas en publicadas anteriormente.
agronomía, no descuidan por eso el No hay que decir que el Sr. Muñoz
enriquecer su abundante biblioteca y Rubio se ha ocupado también con
rural, por medio de obras sueltas preferencia, además del de las plantas
correspondientes á los diversos ra- usuales, del culiivo de las que por
mos que se relacionan con el cidtivo sus condiciones de adorno, belleza li
de la tierra. Pruébalo hoy el Tratado otras circunstancias, la moda y el
de que damos cuenta en este apunte gusto han introducido y propagado
bibiográfi^co, escrito, y esto solo abo- en los parques y jardines de todas
na su mérito, por el reputado inge- clases y extensiones.
niero y publicista agronómico, señor Lo dicho revela la utilidad y méri-
Muñoz y Rubio, cuya competencia en to de la obra, y esto basta para reco-
estas materias está justificada además mendarla á cuantos amen el inocen-
por los muchos afios que viene ejer- te y agradable placer del cultivo de
ciendo el profesorado en el Instituto las flores y árboles de adorno, en
Agrícola de Alfonso XII. cualquiera de las formas prácticas
Siguiendo el Sr. Muñoz y Rubio con que su cultivo tiene lugar hoy
la marcha trazada por los mejores desde la capital más populosa, hasta
tratadistas extranjeros en la materia la más humilde aldea.
elegida para su estudio, y no desme- J.
reciendo en nada, en punto á previ-
sión científica y pureza de estilo, de
los mejores escritores españoles que, ¿Religión ó fanatismo?—Drama
á partir del sabio Boutelou, de jardi- en tres actos y en prosa, original
nería se han ocupado, ha conseguido de J. R A.
recopilar en su libro todo lo que de Según declaración del autor, su ob-
670 REVISTA CONTEMPORÁNEA
jeto ha sido poner en relieve el fana- ción á sus ideas, aunque se detienen
tismo religioso, y en verdad lo ha demasiado en disertar. Es de las
logrado, quizá más de lo que espera- obras que podrán tener lectores, si
ba; porque gran fanático necesitaba bien representada, el autor la creyó
ser el canónigo Ignacio de su drama, de éxito dudoso.
para considerar como invención dia-
bólica los ferrocarriles y telégrafo,
olvidando que la Iglesia los bendice
al maugurarse una linea, y que el Boletín de la p r o p i e d a d i n t e -
Pontífice trasmite sus bendiciones por lectual, publicado por el Ministerio
medio de telegramas. de Fomento.— Tomo 1° Registro ge-
Otro pobre clérigo que juega un neral, iS^g, 1880, 1881.— Un tomo
importante papel en la obra, aunque de cerca de soo páginas en folio.
no apareee escena, ya es más digno Precede al Boletín la legislación
de disculpa, por entender el famoso acerca de propiedad literal ia, así como
texto de Josué al pie de la letra. Sa- también los tratados coa los países
biendo de antemano que era de cor- extranjeros relativos á la misma. Cir-
tos alcances y apenas leía nada, no cunstancia bastante para hacer apre-
es extraño ignorase que el P. Secchi ciable la obra, cuando no lo fuese el
ha sido el astrónomo más sabio de catálogo minucioso del movimiento
nuestros días, y bien puede asegurar- intelectual en nuestro país por arios y
se que nunca mortificó su conciencia provincias, inscripciones, nombres de
^a interpretación de las palabras al autores, títulos de las obras, datos,
sol del primer juez de los hebreos. por último, como es fácil compren-
Son dos tipos de fanatismo perfec- der, para formar ¡dea exacta del mo-
tamente escogidos, como lo fuera de vimiento literario en España, útiles
ignorancia en historia militar aquel é indispensables para cuantos en él se
soldado que preguntaba si Luis XIV interesan.
había ganado alguna victoria contra Merece elogios el Ministerio de
Alejandro el Grande. Fomento por haberla emprendido y
Por lo demás, el drama está es- la perfección con que la continúa.
crito en buen castellano; los perso-
najes discurren lógicamente con rela- D. CH.
ÍNDICE DEL TOMO LXV
15 ENERO 1887
Páginas
Brihuega y su fuero, por D. Juan Catalina García 5
Mis memorias (continuación), por D. Joaquín María Sanromá 27
Estudios acerca de la Edad Media, por P . Adolfo de Sandoval 46
Cartas de París, por D. Leopoldo García Ramón 54
Revista crítica, por D. R. Alvarez Sereix 67
Revista de teatros, por Ramiro, 84
El Mosén (novela, continuación), por D. Antonio Vascáno 88
Crónica política, por A 101
Revista extranjera, por S; 105
Boletín bibliográfico 109
3 0 E N E R O 1887
15 FEBRERO 1887
15 M A R Z O 1887
3 0 MARZO 1 8 8 7