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Siglo veintiuno editores Argentina

1
I
Traducción de ADA SOLARI

TAQUIGRAFIANDO
LO SOCIAL

por
Renato Ortiz
!

Siglo
veintiuno
editores
Argentina
índice

Siglo veintiuno editores Argentina s. a.


TUCUMÁN 1621 ]Q N (C10S0AAG), BUENQSAIRES, AEPÚBlICAARGENTINA

Siglo veintiuno editores, s.a, de c.v.


CERRO DELAGUA248, DELEGACiÓN COYOACÁN, 04310, M¡;XICO, D. F.

11
Taquigrafiando lo social

La Escuela de Frankfurt Yla cuestión de la cultura 25

301 Ortiz, Renato Durkheim: arquitecto y héroe fundador 73


cnn Taquigrafiando lo social. - 10 ed. - Buenos Aires:
Siglo XXI Editores Argentina, 2004. 109
208 p. ; 21x14 cm. - ( Metamorfosis) Durkheim: un trayecto sociológico
Traducción de: Ada Solari
La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales
ISBN 987-1105-73-8 135
(a propósito de Pierre Bourdíeu)
1. Sociología. L Título.

Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 167

Estudios culturales, fronteras y traspasos 191


cultura Libre
Portada de Peter Tjebbes
203
Homenaje a Octávio Ianni
© 2004, Renato Ortiz
© 2004, Siglo XXI Editores Argentina SAo

ISBN 987-1105-73-8

Impreso en Artes Gráficas Delsur


Alte. Solier 2450, Avellaneda
en el mes de junio de 2004

Hecho el depósito que marca la ley 11,723


Impreso en Argentina - Made in Argentina
A mis amigos latinoamericanos
Taquigrafiando
lo social

Las ciencias sociales viven de los conceptos. Tallados es un


arte. No necesariamente en el sentido artístico de la palabra,
sino en cuanto artesanía, un hacer, como decía Wright Mills.
No pueden ser producidos en serie, según la vieja ortodoxia
fordista; es necesario tomarlos, uno a uno, en su idiosincrasia,
en su integridad. No digo esto de modo nostálgico, como si los
tiempos pasados hubiesen sido mejores que los actuales. No to-
do lo industrial es malo, y lo inverso también es verdadero. Tie-
ne poco sentido buscar una edad de oro que nunca existió y
contraponerla idealmente a una dominación de la técnica, ya
sea mecánica, surgida con la revolución industrial, ya sea infor-
mática, como en los días de hoy. Soy de los que tienen nostal-
gia del futuro, no del pasado. Pero si hablo de artesanía es por-
que el objeto sociológico es un artefacto hecho pieza por pieza,
de allí su dimensión de totalidad. Al formulado, estoy obliga-
do a redondearlo, pulido, a tomar el detalle que contribuye a
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la explicitación del todo. Cada investigación plantea cuestiones satisfactoriamente, una prenda, una toalla, un adorno. Poner
di:erentes de las otras, incluso cuando trata la misma proble- el hilo en la aguja, combinar las telas y efectuar el corte so~ ope-
manca, el mismo tema. Esto nos obliga siempre a "comenzar raciones delicadas que exigen paciencia y concentracion. En
de cero", esto es, a rehacer los pasos iniciales de toda práctica este sentido, la expresión "hilvanar las ideas" revela algo inhe-
sociológica: investigación empírica y bibliográfica, empleo de rente al trabajo intelectual. Se dice que un texto está "deshilva~
las :ue~~es primarias, lecturas, notas, selección del material que nado" de la misma manera que se sugiere que una prenda esta
sera utilizado, elaboración de los conceptos y, por fin, la escri- mal ajustada, inacabada. Weber, en su crítica al desen~anta­
tura. Por eso, el esfuerzo metodológico es continuo, constan- miento del mundo, decía que incluso los grandes msntutos
te. Por cierto, el conocimiento anterior, de la tradición inte- científicos tendían a funcionar corno empresas capitalistas, alie-
lectual,,del repertorio teórico, es fundamental, pero el planteo nando al trabajador de los medios de producción. Para él, los
de los terrninos del problema es algo particular, específico. Los libros poco a poco dejaban de ser propiedades individuales pa-
procedimientos metodológicos pueden variar: testimonios, do- ra acumularse en depósitos colectivos, las grandes bíbliotecas.
cumentos, textos periodísticos, entrevistas, otros libros, foto- El trabajo individual cedería así lugar a' la racionalidad gene~a­
grafías, imágenes, datos estadísticos, etcétera. No hay que pen- lizada en la sociedad. Creo que su pesimismo era en parte m-
sar que los números son necesariamente "fríos" "mecánicos" fundado. Es cierto que autores corno Lazarsfeld soñaban C?~
"industriales", en contraposición al detalle del t~abajo intelec: institutos de investigación en los cuales existiría una gran dIVI-
tual. Aplicadas a los soportes técnicos o a los procedimientos sión del trabajo, una organización jerárquica, racional y eficaz,
analíticos, las dicotomías frío/caliente, racional/emocional, una estandarización de los conceptos y de las técnicas. En su au-
particularmente exploradas por McLuhan (él afirmaba que la tobiografía, él confiesa ser un politico frustra~o, y~ que, al no
r~dio era "caliente" respecto de la "frialdad" de la televisión), tener la posibilidad de dirigir un aparato part.ldan~, tuv~ que
solo llevan a confundir las cosas. Es corno si la cantidad fuese contentarse con la dirección de institutos de mvesugacion en
estructur~lmenteantagónica a la calidad (Hegel decía que la los Estados Unidos. Sin embargo, la presencia de la técnica y de
cahdad solo puede manifestarse corno cantidad). Las técnicas la organización burocrática tiene límites. La computadora es
estadísticas no tienen un valor en sí, no constituyen una teo- un buen ejemplo de esto. Cuando utilizo "cortar y pegar",.'~?a­
ría independiente de la mirada analítica que las emplea; sólo rando un pedazo de mi texto para insertarlo en otra pOslCIO,n,
tienen sentido como procedimientos metodológicos. Al igual retorno las operaciones de corte y costura. Con una ventaja:
que otros procedimientos, a pesar de su complejidad matemá- ahora puedo deshacer la tela innumerables veces y rearmarla
tica, tales técnicas se materializan en un elemento particular: de acuerdo con mis inclinaciones, teóricas o estéticas. El hacer
esta investigación y no aquella, esta reflexión y no cualquier artesanal ve así sus fronteras ampliadas. A cada momento, ree-
otra. Los números son técnicas en la construcción del objeto dito en la pantalla la página escrita, la corto infinitamente, .Ia
sociológico. mutilo, corrigiendo e hilvanando las ideas. Los científicos ~o~la­
~I oficio intelectual puede ser comparado con un tipo es- les insisten en decir que la construcción del objeto sOCIOIOgICO
pecifico de quehacer doméstico: la costura. Coser requiere es fundamental en el movimiento de comprensión de la socie-
habilidad y cierto conocimiento. Yes sólo con la práctica, acu- dad. Tienen razón, pero se olvidan a veces de añadir: ella se rea-
mulada a lo largo de los años, como se llega a confeccionar, liza en el texto. La escritura es el soporte y la concretización del
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recorte conceptual. Las mismas informaciones, los mismos da- preciso diferenciarlas, separarlas del sentido usual en el que se
tos, pueden ser cosidos de manera diferente. No hay objeto fue- las emplea comúnmente. La sociología no tiene, y nunca tuvo,
ra del texto y su contenido, para existir, debe formalizarse. Bue- el monopolio de la interpretación del mundo. Por el contrario,
na parte de la exposición argumentativa es una cuestión de ella nace como un esfuerzo constante de diferenciación respec-
composición. Las informaciones primarias son previamente es- to de otros discursos. Al instituirse como espacio autónomo de
timadas, filtradas, antes de figurar en la página en blanco o en conocimiento, la sociología se separa del periodismo, de la fi-
la pantalla de la computadora. Composición, elemento defini- losofía, de la política, de la religión, en fin, de otros textos y del
torio de la artesanía intelectual. Incluso en las realizaciones más sentido común, pero sin anularlos. Estos discursos permanecen
simples, estandarizadas, como ocurre generalmente en los in- intactos como formas de conocimiento, válidas y distintas y, mu-
formes de investigaciones. Un texto se elabora con una mara- chas veces, en oposición al razonamiento sociológico. Todo el
ña de hilos. Es fruto de lecturas anteriores y de la investigación. problema consiste en saber qué constituye el carácter diferen-
Puedo tejer con pocos hilos: mi tela quedará entonces algo em- cial de las ciencias sociales, cómo se define. El sentido común
pobrecida, monocromática. Cuando junto colores y espesores representa el contrapunto necesario en relación con el cual se
diferentes, altero su granulado, su matiz. Una tela rica posee elabora el pensamiento sociológico. Él es su polo negativo, el
tonalidades y sombras, su superficie es irregular y rugosa. Los desafío que permanentemente se quiere superar. Por un mo-
hilos, o mejor, su entrelazamiento, hacen el resultado final. mento, entre el final del siglo XIX y comienzos del XX, los
Cuando escribimos, trabajamos con un conjunto de ovillos a antropólogos pudieron imaginar que su disciplina, de cierta for-
nuestra disposición. Está claro que siempre existe el riesgo de ma, escaparía a este dilema que echa sombras sobre la sociolo-
perderse en la búsqueda de esas referencias textiles. Por eso se gía. Al fin de cuentas, la llamada antropología clásica se inició
impone una selección juiciosa, se trabaja con un número limi- con el estudio de los pueblos indígenas. El antropólogo debía,
tado de ovillos. La escritura es el resultado de una costura , de al desplazarse hacia un territorio distante, comprender una rea-
la conjunción entre la aguja y los hilos, la problemática teórica lidad extraña a los ojos del mundo industrial. Los mitos, los ri-
y los datos. tuales y las relaciones de parentesco pudieron entonces ser ex-
Todo pensamiento opera con conceptos, incluso el lengua- plicados analíticamente sin la competencia incómoda de ningún
je más simple del día a día. Lo que diferencia a las ciencias so- otro tipo de interpretación. Los indígenas eran considerados
ciales es que ellas deben liberarse de las nociones del sentido apenas como informantes, esto es, relataban algo que debía ser
común, deben depurarlas para transformarlas en abstraccio- decodificado por el especialista, pero, como pertenecían a una
nes más complejas, capaces de funcionar como categorías ana- cultura iletrada, difícilmente podrían ser considerados interlo-
líticas del pensamiento. La ruptura con el sentido común es cutores serios y legítimos. Correspondía a la comunidad antro-
fundamental para el razonamiento científico. Es un paso difí- pológica, y sólo a ella, con sus acuerdos y disputas, dar la últi-
cil, pues el lenguaje, al operar con conceptos abstractos, tien- ma palabra acerca de esas sociedades distantes. El panorama
de a confundirlos, a pesar de sus orígenes e intenciones dife- cambió con las guerras de descolonización, la alfabetización
rentes. Con anterioridad al acto de pensar, es necesaria una de los líderes indígenas, la conquista de la escritura y, final-
operación abstracta preliminar: la definición y el esclareci- mente, el surgimiento de los movimientos políticos, en cuyo
miento de las categorías por medio de las cuales se piensa. Es interior aparece la figura del intelectual indígena, vinculado
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orgánicamente a la lucha de su comunidad. En este contexto, Las ciencias sociales no viven sólo de abstracciones. Cuan-
la palabra oficial de la disciplina, la antropología, es contra- do asistía a las clases de Roger Bastide, recuerdo que él decía,
puesta a otros discursos, incluido un sentido común indígena, con cierta ironía, que hasta los mismos dioses necesitan la ma-
ahora orgánicamente articulado en textos escritos, conferen- teria para vivir. Su ejemplo preferido era el candomblé. Los ne-
cias, encuentros internacionales. Antropólogos y sociólogos se gros que llegaban al Brasil traían consigo los trazos de una me-
hallan así ante un problema análogo: cómo distanciarse de lo moria colectiva africana. En ella residía la fuerza de su cultura.
inmediatamente dado, de la experiencia comprendida y perci- Pero ninguna memoria es capaz de resistir al tiempo, y en par-
bida por las personas. Por eso, las ciencias sociales son una ten- ticular a las transformaciones impuestas por una sociedad es-
tativa permanente de distanciamiento de la realidad inmedia- clavista, como pura abstracción. Para realizarse, en su lucha
ta. Para utilizar una expresión cara a los frankfurtianos, son una constante contra el olvido, tuvo que encarnarse en un espacio
"alienación" necesaria al pensamiento. Es esta capacidad alie- específico, en "nichos" de celebraciones, los candomblés. Allí,
nadara, similar a la del arte, la que le permite separarse del a través de los rituales, los hombres pudieron revivir los gestos,
mundo y aprehenderlo con otros ojos. La mejor metáfora pa- la danza y las costumbres de sus antepasados. Algo semejante
ra expresar tal condición quizá sea la del viaje. No un viaje real sucede con las disciplinas científicas. Los conceptos y las teo-
en el que efectivamente se produce un desplazamiento espa- rías, por más abstractos que sean, deben encarnarse en institu-
cial de un lugar a otro. Se trata más bien de un desplazarse ima- ciones, universidades, centros de investigación, departamentos,
ginario, en el cual el científico social, sin salir del lugar, cons- pues sin todo ello dificilmente llegarian a realizarse. Dicho de
truye otra espacialidad, aparte de su situación presente. Él viaja otro modo, la autonomía del pensamiento presupone la auto-
en esta territorialidad imaginada a través de los conceptos, las nomía de las instituciones que le brindan soporte. Bourdieu
abstracciones que lo hacen trascender su condición específica. tiene razón cuando dice que la historia de las ideas no se limi-
Para "comprender la realidad", o mejor, para captar las articu- ta sólo a las ideas; es necesario, además, comprender cómo son
laciones de elementos de la realidad, es necesario alejarse de trabajadas por la comunidad académica, por el "campo" cien-
ella. Sólo así es posible revelar lo que se encuentra "oculto", "in- tífico. Éste es el nicho en el que se actualizan las abstracciones.
consciente", en fin, lo que permanece más acá y más allá de las Durante el siglo XX, las ciencias sociales se desarrollaron y se
conciencias individuales. Éste es el sustrato al que Durkheim expandieron de forma excepcional. Su movimiento de autono-
llamaba hecho social, es decir, algo que envuelve a la conduc- mización, antes restringido a algunos lugares de Francia, Ale-
ta individual pero que se le escapa en cuanto significado. Si los mania, Inglaterra y los Estados Unidos, se fue generalizando y
hombres hacen la historia pero no tienen conciencia de ello, abarcó los continentes y países más diversos. Pero ¿qué se en-
como decía Marx, es porque las explicaciones dadas por los ac- tiende por "autonomización"? Ya dije que, para existir como
tores sociales son insuficientes para comprender los aconteci- pensamiento original, las ciencias sociales necesitan separarse
mientos. Esto es lo que diferencia a las ciencias sociales del dis- del sentido común y de los otros saberes; deben, por lo tanto,
curso político, religioso o mediático. Ellas consideran a lo trazar los límites de su competencia. Lo que llamamos institu-
inmediatamente dado como algo sospechoso y no como la cionalización no es otra cosa que la delimitación de una terri-
prueba de lo que "realmente pasó", para usar un término del torialidad en cuyo interior son válidas las "reglas del método so-
realismo televisivo. ciológico". Como los artistas, los científicos sociales, al escribir
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para sus pares, se encierran dentro de las fronteras de su disci- una mera descripción administrativa. Pierde así en compren-
plina. Esto sólo es posible cuando los conceptos, los procedi- sión, en densidad analítica.
mientos técnicos, el objeto construido, forman parte de una Las ciencias sociales han progresado: investigaciones, mo-
institución, de una materialidad. Las ciencias sociales han sido nografias, análisis estadísticos y reflexiones teóricas han torna-
capaces de progresar no apenas a causa de las buenas ideas, si- do más denso el horizonte de su conocimiento. Pero su insti-
no también debido al desarrollo de centros de investigación, la tucionalización trajo también problemas. Hubo, primero, un
creación de bibliotecas, la edición de revistas académicas, los intenso proceso de fragmentación. Las especialidades -socio-
congresos de especialistas, en fin, a un conjunto de prácticas logía, antropología, ciencias políticas-, que en cierto momen-
que les dan soporte. "Autonomía" significa, pues, la capacidad to parecían impulsar una mejor comprensión de los fenóme-
de decidir de acuerdo con las reglas del juego sociológico, co- nos sociales, se han multiplicado en pedazos desconectados.
mo caminar en esta o aquella dirección. La universidad y los Cada subtema se tornó una minidisciplina: sindicalismo, parti-
institutos de investigación tal vez sean algunos de los pocos lu- dos, gobierno, cultura popular, arte, rural, urbano, etnia, gé-
gares de la sociedad actual donde este grado relativo de liber- nero, etcétera. De alguna manera, el campo autónomo da la
tad puede expresarse. La empresa, el sindicato, el partido, los idea de un conjunto heteróclito de prácticas. No creo que el
órganos de gobierno, la prensa exigen de sus miembros una ac- avance del conocimiento sea necesariamente la causa de todo
titud práctica dirigida a objetivos precisos. No se puede "per- esto; este argumento revela, en el fondo, una tentativa de au-
der tiempo" en otras cosas. La universidad, al postular como su tojustificación interesada. La razón del estado actual reside más
fundamento el saber científico, libera a sus participantes de la en las reglas y en los procedimientos institucionales que aca-
presión de los objetivos de corto plazo. Su temporalidad es de ban privilegiando el corporativismo de pequeños grupos. Se es-
otra naturaleza. Sin embargo, incluso allí se hacen sentir ten- timulan las redes de investigación, los intercambios académi-
siones contradictorias, debidas principalmente a la presencia cos, y se olvida a menudo el contenido que debería ser tratado.
de una lógica mercantil ajena al trabajo académico y a las exi- La forma predomina sobre lo esencial. Un ejemplo: la relación,
gencias del mundo mediático. En este caso tenemos un conflic- cada vez más dependiente, de la reflexión sociológica con las
to abierto, que pone en cuestión la propia independencia no fuentes de financiamiento, El problema no reside tanto en los
sólo de las instituciones, sino también del acto de pensar libre- recursos que se movilizan; reside en que el tema de la investi-
mente. En realidad, en este comienzo del siglo XXI, las ciencias gación no nace de la maduración de una problemática ante-
sociales se encuentran en una posición bastante diferente de la rior, sino que es propuesto desde afuera, esto es, desde el ám-
que ocupaban con anterioridad, en el momento en que con- bito de las instituciones financiadoras. La construcción del
quistaron su autonomía. Ya no se trata de separarse de otros sa- objeto debe por ello ajustarse a las demandas externas y a la ló-
beres, de delimitar un territorio, sino que es la misma lógica de gica del campo intelectual. Se llega así a una paradoja. Cuan-
algunos saberes, hegemónicos en la sociedad, la que penetra y do se crearon las ciencias sociales, la intención primera era
reestructura el campo académico, alejándolo de sus raíces. La comprender la sociedad en su totalidad. De allí la necesidad de
relación sociología/periodismo, ciencias sociales/ empresa, no autonomizarse. Sin embargo, la hiperespecialización acaba por
constituye simplemente una contraposición de prácticas distin- contradecir los propósitos anteriores, ya que sólo se aproxima
tas; el texto sociológico se torna muchas veces periodístico, o a una parcela de aquello que debería ser aprehendido. Sucede
20 Renato Ortiz Taquigrafiando lo social 21

como si la parte sustituyese al todo. Si los acontecimientos son era luchar contra lo pesado. En el mundo en el que impera la
fenómenos sociales totales, como decía Mauss, que articulan fuerza de gravedad, el lenguaje utilizado para nombrar los ob-
diversos niveles -el político, el económico, el social, el cultu- jetos está siempre envuelto por el peso de las cosas. Su ganga,
ral-, el enfoque parcial, parcelado, tiende a empobrecer su residuo mineral, aumenta su densidad material. Escribir sería
comprensión. Buena parte del debate actual sobre el enfoque tina manera de depurarlos de su condición natural. Puedo de-
multi o transdisciplinario tiene que ver con una profunda insa- cir lo mismo de las ciencias sociales. No sólo pesa la realidad,
tisfacción ante este cuadro. El fordismo intelectual nos hace sino también los conceptos, que a medida que se sacralizan se
perder la perspectiva de una comprensión más abarcadora de tornan cada vez más arraigados, inmóviles. Ellos forman parte
las cosas. Existen además problemas de otra naturaleza. Las de un mobiliario consensuado, de un sentido común académi-
ciencias sociales han constituido una tradición. Las referencias co, cuya función principal es la ritualización de las reglas insti-
existentes ya no se remontan apenas a los fundadores, Weber tucionales.
o Durkheim. Ellas se multiplican: Parsons, Merton, Mauss, Ma- Las ciencias sociales son históricas. La afirmación, en sí, es
linowsky, Radcliffe-Brown, Milis, Pritchard, Turner, Geertz, Ha- banal, pero es preciso extraer de ella sus consecuencias. La his-
bermas, Bourdieu, etcétera. En cada lugar en que se desarro- toricidad, en un primer momento, significa la restricción a
llan, la bibliografía aumenta: Gilberto Freyre, Florestan cualquier pretensión de universalidad total de la explicación
Fernandes, Costa Pinto, Maria Isaura Pereira de Queiroz, Octá- científica (no tengo dudas de que ellas poseen una universali-
vio Ianni. Junto a este movimiento de regionalización -socio- dad parcial). Como el objeto sociológico se encuentra históri-
logía brasileña, japonesa, argentina, norteamericana; antropo- camente delimitado, las categorías de interpretación de lo real
logía británica, francesa, alemana, mexicana-, las generaciones no pueden constituirse en leyes genéricas cuya validez sería
suman nombres, investigaciones, inclinaciones teóricas. Pero to- atemporal. La interpretación se encuentra así sujeta a las reali-
da tradición es ambigua. Por un lado, es fuente de identidad, dades concretas. Por ejemplo, el concepto de trabajo dificil-
el suelo al cual pertenecemos; por otro,las raíces, que son de- mente se aplique a la comprensión de las sociedades indígenas,
masiado profundas, impiden que surjan otros movimientos. El en las cuales la propia noción, tal como la entendemos, no exis-
campo científico, al reproducir las razones de su existencia, te. Si Weber fue capaz de interpretar la sociedad occidental en
consagra determinadas maneras de ver y de proceder que, al términos de racionalización se debe a que ese trazo específico,
legitimarse, funcionan como obstáculos para cualquier aper- que para él se articula conceptualmente, le permite distinguir
tura hacia lo nuevo. En este sentido, hay mucho conservadu- tales sociedades de las otras, en las cuales su existencia es pre-
rismo. La dificultad para innovar es resultado de una estruc- caria. Esto no sucede sólo con relación al pasado; el presente
tura que privilegia la fijeza en detrimento del riesgo. Simmel también viene cargado de historia. De cierta manera, las cien-
asociaba la práctica sociológica con la aventura, con el ejerci- cias sociales, para utilizar una imagen de Octávio Ianni, son una
cio constante de la duda. Los nichos del "candomblé académi- especie de taquigrafía de lo social. El lenguaje taquigráfico es
ca" actúan en la dirección opuesta: como en los rituales reli- por cierto menos extenso, más abstracto que el lenguaje co-
giosos, se celebra la memoria de lo que se conoce desde rriente, es un código simplificado con un número de palabras
tiempo atrás. Italo Calvino, en un capítulo de Seis propuestas pa- más reducido. En este sentido, se aleja de lo real, buscando ci-
ra el próximo milenio, "Levedad", decía que la tarea del escritor frarlo por medio de sus notaciones más genéricas. Pero su uni-
22 Renato Ortiz T.quigrafiando lo social 23

versalidad, para dar cuenta de lo que pasa, remite a la situación de la rebelión" (la simple ideología), "ni al rigor de las cons-
que intenta describir. La taquigrafia es siempre la traducción trucciones científicas". Evidentemente, en el interior de la obra
de alguna cosa determinada: "esta frase", "aquella sentencia". de un autor existe, para usar una expresión de Gurvitch, un
El contexto del enunciado nunca desaparece, es una referen- grado diversificado de coeficiente ideológico. El Manifiesto co-
cia obligatoria, sin la cual la propia idea de lenguaje taquigrá- munista no posee la misma complejidad que El capital. De la
fico no prevalecería. Por eso la historia de las ideas es simultá- misma manera, los escritos de Durkheim sobre el divorcio no
neamente historia conceptual y de los contextos en los cuales retoman, con la misma profundidad, los temas analizados en
se producen las categorías analíticas. Una noción como la de El suicidio. Los elementos ideológicos se insinúan a todo mo-
nación no tiene nada de universal, se aplica apenas a un deter- mento y deben ser controlados mediante una vigilancia episte-
minado tipo de formación social que surge con la revolución mológica permanente. Pero es imposible no reconocer que es
industrial y los cambios políticos de los siglos XVIII y XIX. El justamente ese aspecto el que permite el avance de las ciencias
objeto sociológico, al ser histórico, significa además que se sociales. ¿Cómo pensar las obras de Weber sin su pesimismo en
transforma en el curso de los procesos sociales. El pensamien- relación con la racionalidad capitalista, o las de Marx sin su fe
to debe por tanto estar atento a los cambios. Primero, de las si- revolucionaria? El trabajo intelectual se nutre de una situación
tuaciones, de los contextos; segundo, de las categorías que los ambivalente (y recuerdo, ambivalencia no es sinónimo de am-
aprehenden. El tema de la globalización es un buen ejemplo. bigüedad): el rigor y el control científico y una vinculación vis-
No se trata de un nuevo paradigma, de una nueva teoría, sino ceral con las cosas del mundo. N o creo que la categoría grams-
de una situación que redefine los marcos en los cuales se ma- ciana del intelectual orgánico sea adecuada para describir el
nifiestan los fenómenos sociales. En este sentido, para com- artesanado académico. La política quiebra el aislamiento inte-
prenderla, es necesario inventar o redefinir los elementos teó- lectual, pero su ejercicio prolongado nos empuja hacia las ra-
ricos tradicionalmente disponibles. La imaginación sociológica zones pragmáticas que le son inherentes. De los Cuadernos de la
consiste en percibir los cambios y forjar instrumentos concep- cárcel prefiero el pasaje en el que Gramsci nos habla de la acti-
tuales capaces de analizarlos. El presente, en cuanto historia, vidad intelectual como una ironía apasionada. La ironía me dis-
desafia al pensamiento. tancia de la realidad inmediata, y me permite trascenderla; la
Había dicho que la reflexión sociológica, para comprender pasión me recoloca en el mundo.
la realidad, debería alejarse de ella. Puedo ahora corregir mi
afirmación, pero digo corregir en el sentido de orientarla me- ***
jor, no de anularla. Las ciencias sociales se alimentan del mun-
do, ése es el material de su existencia. El observador, aquel que Los textos reunidos en este libro fueron escritos en momen-
lo analiza, está inmerso en los problemas de ese mundo. Su sen- tos distintos y publicados en revistas y obras. Todos tienen en
sibilidad histórica funciona por tanto como un estímulo inte- común una misma dimensión: la reflexión sociológica. Fueron
lectual. La creatividad sociológica supone, al mismo tiempo, un revisados y rescritos en su totalidad. La versión actual es sustan-
corte con el sentido común y una elaboración permanente y tivamente diferente de las anteriores, pero sin modificarlas en
audaz de nuevas hipótesis. Como observa Pierre Ansart, las IU argumentación ni en su lógica expositiva. Esta introducción
creaciones de los grandes sociólogos no se reducen "ni al grito fue escrita específicamente para el presente libro.
La Escuela de Frankfurt
y la cuestión de la cultura

La influencia de los pensadores frankfurtianos en el Brasil


se inicia a fines de la década de 1960. Entre 1968 y 1969 apare-
cen los primeros comentarios y traducciones de sus escritos. Al-
gunos años más tarde se publican nuevos textos, en particular
el libro Comunicaaio e indústria cultural; compilado por Gabriel
Cohn, y la colección Os Pensadores, de la editorial Abril.! En
líneas generales, las traducciones brasileñas siguen el movi-
miento observado en otros países: los libros se orientan hacia
la critica de la industria cultural y de las artes en las sociedades
industrializadas. En el caso de la cultura de masas, hay que des-
tacar dos puntos. La repercusión de la Escuela se produce en
el momento en que se consolida en el Brasil una industria
cultural. Existe, por lo tanto, una conjunción entre la llegada
de la teoría y el surgimiento de una realidad hasta entonces po-
co debatida entre nosotros. En este caso, diría que los concep-
tos permiten diagnosticar mejor los cambios ocurridos con el
26 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 27

desarrollo de un mercado de bienes culturales. Basta recordar Pero aunque se imponga una delimitación del objeto, es nece-
que el debate cultural en la década de 1960 estaba pautado por sario antes hacer una digresión sobre la perspectiva teórica de
la cuestión nacional, un tema alejado de las preocupaciones los autores, porque de otro modo se corre el riesgo de no inte-
frankfurtianas. Por otro lado, el estudio de los medios de co- grarla a la temática que se desea comprender.
municación de masas es contemporáneo del surgimiento de las
facultades de comunicación, lo que a mi juicio determina, de
manera un tanto esquemática, la forma de percibir la proble- Una filosofía de la historia
mática de la cultura de masas en el pais. Curiosamente, en es-
tas facultades se combinaron los conceptos de la Escuela, los Lo que marca profundamente los análisís de la Escuela de
análisis de contenido de origen francés y la problemática na- Frankfurt es su reflexión sobre un mundo desencantado; en es-
cional, lo que dificultó la comprensión de los textos de los te sentido, está más cerca de Weber que de Marx. No se puede
miembros del Instituto. dejar de entender, y varios autores lo han hecho, que el pesi-
Hay otro aspecto que merece ser destacado. Se puede argu- mismo manifestado en sus escritos se vincula de algún modo a
mentar que, entre los autores que componen la Escuela, exis- la coyuntura política de los años treinta. El fascismo influyó en
ten diferencias de enfoques y de convicciones. Eso es verdad. el tono del análisis. Cuando Adorno afirma que la existencia
Marcuse tiende a ser más positivo en relación con la política de la poesía es imposible después de Dachau, se tiene un ejem-
que Adorno. Benjamin fue siempre una figura aparte dentro plo claro del modo en que el nazismo es pensado como una ex-
del Instituto. Sin embargo, como consideran varios autores, es periencia decisiva, con consecuencias en el plano de la refle-
posible hablar de una perspectiva conjunta de sus miembros. xión. Sin embargo, el pesimismo es más profundo, ya que la
De allí que Horkheimer pensara la teoría crítica como un pro- comprensión de la sociedad norteamericana sigue los pasos de
yecto colectivo y alternativo que el Instituto debía desarrollar. la teoría de la manípulación, que había sido construida con ob-
Destaco además que mi texto se sitúa en un cuadro deliberada- jeto de entender los mecanismos de domínación en Alemania.
mente restringido. La estética no será objeto de un estudío es- Si ya no es posible la poesía en el mundo moderno, esto no se
pecífico, así como tampoco diversas cuestiones de naturaleza debe exclusivamente a las atrocidades de los campos de con-
filosófica. Sé que el universo del arte tiene una importancia centración, sino sobre todo al hecho de que en las sociedades
crucial para los frankfurtianos, pero, en el contexto que elegí muy industrializadas existe poco espacio para el dominio del
explorar, constituye un punto de referencia para una mejor arte. Transitando el camino que había inaugurado Weber, la
comprensión de los análisis de la cultura de masas. Al recortar Escuela pone el énfasis sobre los elementos de la racionalidad
mi objeto de esta manera, estoy privilegiando una fase de la del mundo moderno para denunciarlos como una nueva for-
producción frankfurtiana, la elaborada en el período america- ma de dominación. La Dialéctica del Iluminismo resume de mo-
no y la inmediatamente posterior. Utilizaré, por tanto, además do ejemplar una filosofía de la historia que busca comprender
de los textos más consagrados, las investigaciones sobre la ra- la racionalidad como previsibilidad y uniformización de las
dio llevadas a cabo a fines de los años treinta y los estudios so- conciencias. El libro se aparta de los diagnósticos anteriores,
bre la televisión de la década de 1950, realizados por un grupo basados en el fascismo, integra una comprensíón de la historia
de investigadores en Los Angeles del cual formó parte Adorno. más abarcadora y, lo más importante, escrito en la década de
28 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 29

1940, toma en consideración el contacto de los autores con la diferencias, reduciéndolas al mismo denominador común, lo
sociedad norteamericana. Por primera vez, se habla de indus- que garantizaría la previsibilidad de las manifestaciones socia-
tria cultural, concepto que sintetiza la crítica cultural en las so- les. La critica de la racionalidad administrativa desvela de este
ciedades modernas. modo una crítica del proceso de uniformización. Por eso se con-
Si se acepta la apreciación de E. P. Thompson de que el pro- sidera a la lógica formal de Leibniz como la gran escuela de la
letariado es el heredero del Iluminismo, con la Escuela de uniformización, ya que habría ofrecido a los iluministas el es-
Frankfurt se produce, en el seno de la corriente marxista, una quema de la calculabilidad del mundo. El tema de la estandari-
revaloración radical de ese juicio. Al contrario de la perspectiva zación, fundamental en la definición de la industria cultural, es-
que lo ve como una liberación del yugo de las fuerzas oscuran- tá anclado en la propia visión de los frankfurtianos acerca de la
tistas de la religión, Adorno y Horkheimer lo piensan bajo el sig- historia. En este sentido, la racionalidad inherente al pensamien-
no de la negatividad. Si los historiadores enfatizan los aspectos to burgués impondría una forma de aprehensión de lo social,
positivos de los siglos XVII y XVIII --el surgimiento de la cien- orientándolo hacia un nuevo tipo de dominación.
cia y la creencia en la existencia de un hombre universal-, se Pero el Iluminismo no identifica únicamente una forma de
da ahora una reversión cuando se busca focalizar la dimensión pensar; se corresponde con el movimiento de la sociedad, que
coercitiva que se esconde por detrás del discurso liberador de a lo largo de su historia elimina las diferencias anulando las pa-
la razón." Pero es necesario entender que la crítica es de natu- sibilidades de realización del individuo. Es posible percibir có-
raleza filosófica y no histórica, esto es, no se preocupa por ana- mo se constituye la problemática de la uniformización al con-
lizar, como lo hace el historiador, los meandros de la realidad, siderar, por ejemplo, el papel de la magia en las sociedades
sino que propone una lectura a partir de las premisas filosóficas pasadas. Mauss dice que la magia se asocia a una actividad fun-
de los autores. Se puede decir que existe un concepto de ilumi- damentalmente ligada a la diferencia. Se distingue de la reli-
nismo particular de los frankfurtianos y que no coincide con el gión porque representa la parte y no el todo; en este sentido,
análisis de la historia de la época. En él se distinguen algunos el pensamiento mágico es individualizado y, en tanto diferen-
niveles de comprensión: a) se trata de un saber cuya esencia es cia, puede ser contrapuesto a lo que es totalidad, o sea, la reli-
la técnica; b) promueve la dimensión de la calculabilidad y de gión. Si se considera que durante los siglos XVII Y XVIII tuvo
la utilidad; e) erradica del mundo la dimensión de lo gratuito lugar un retroceso del pensamiento mágico respecto de la ra-
(arte/magia/fiesta); d) es una nueva forma de dominación. cionalidad científica, se puede comprender la posición de los
Cuando Adorno y Horkheimer afirman que el Iluminismo autores. Lo que muchos historiadores ven como una derrota
"se relaciona con las cosas como el dictador con los hombres", del oscurantismo, de la edad de las tinieblas, Adorno y Hork-
que "los conoce en la medida en que los puede manípular'V' de heimer lo interpretan como el fin de las diferencias, el adveni-
cierta forma están condensando su actitud en relación con la sa- miento de una sociedad en la cual la individualidad (la parte)
ciedad moderna. El conocimiento manipulador presupone una se vuelve incapaz de expresarse dentro de un todo orquestado
técnica y una previsibilidad que controlan de antemano el com- por los intereses del capitalismo. Desencantamiento y deshechi-
portamiento social. Para él, el mundo puede ser pensado como zamiento del mundo representan la cara de una misma mone-
una serie de variables que integran un sistema único. El control da. La sociedad moderna se presenta, pues, como totalidad y to-
se vincula con la capacidad que tiene el sistema para eliminar las talítaria, ella "sujeta todas las relaciones y todos los instintos".
30 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 31

No es casual que las referencias a Durkheim sean recurrentes medida en que la perspectiva frankfurtiana elimina de su hori-
y que el capítulo "El iluminismo como mistificación de las ma- zonte, teórico y político, la lucha de clases, se sigue que el es-
sas" se abra con una refutación de sus tesis sociológicas. En efec- quema de dominación esbozado se encierra en los límites de
to, Durkheim creía que el crecimiento de la división del traba- la reproducción de la racionalidad administrada.f No obstan-
jo llevaría a un proceso de diferenciación social que sólo se te, un punto que ha llamado poco la atención de los críticos se
integraría al todo en el seno de un nuevo tipo de solidaridad. refiere al concepto de ideología. Desearía trabajarlo, pues su
El pasaje de la solidaridad mecánica a la solidaridad orgánica esclarecimiento ayuda a comprender las implicaciones teóricas
se correspondería, así, con una aceleración de la complejidad junto a la problemática cultural.
social, de su diferenciación. Desde la perspectiva durkheimia- Es posible distinguir dos niveles de la noción de ideología:
na, la noción de individuo difícilmente podría existir en las sa- uno histórico, otro categorial. El primero pertenece a la filoso-
ciedades "primitivas", en las cuales el proceso de diferenciación fía de la historia y se articula con la visión más amplia de los au-
era incipiente, ya que cada actor se adecuaba a la conciencia tores acerca del mundo. Cuando los frankfurtianos escriben so-
colectiva de la tribu. El surgimiento del individuo sería, por lo bre las sociedades avanzadas, para captar lo que hay en ellas de
tanto, fruto de la historia, y sólo se manifestaria en las socieda- específico, a menudo las comparan con las sociedades pasadas.
des complejas. Adorno y Horkheimer saben que existe una his- Habermas intenta, en efecto, comprender de esta forma la di-
toria del individuo (al fin de cuentas ellos conocen bien a He- ferencia entre la acción-racional-con-arregla-a-fines y la acción
gel), pero, en su argumentación contra el Iluminismo, no es comunicativa. Él considera que el primer tipo de acción es es-
éste el punto que les interesa. Lo que les importa señalar es que pecífico de la esfera del trabajo, en contraposición al compor-
las diferencias, en las sociedades modernas, son mera aparien- tamiento regido por normas, en el cual los agentes participan-
cia. Así, lo que Durkheim percibía como solidaridad orgánica, tes se reconocen en el acto comunicativo. Sobre la base de esta
atestiguaría, en verdad, "la unidad impenetrable entre sociedad distinción, aprehende las diferencias entre la sociedad tradicio-
y dominación". Marcuse llega incluso a invertir la tesis durkhei- nal (anterior a la Revolución Industrial) y la sociedad moder-
miana y se refiere a la "solidaridad mecánica" de la sociedad in- na. Lo característico de la primera sería la existencia de un po-
dustrial, dejando en claro que ella es fruto de una manipula- der cen tral, la separación en clases y la presencia de una
ción organizada. La sociedad industrial avanzada, heredera del imagen central del mundo, mito o religión, dirigida a la legiti-
Iluminismo, aparece por tanto como un sistema integrado en mación del poder. En este tipo de formación social habría, por
el cual el individuo se encuentra, inexorablemente, aprisiona- consiguiente, una preponderancia de la acción comunicativa;
do en sus redes. allí el papel de las ideologías sería hegemónico. El ejemplo clá-
sico es la religión, que ofrece a los individuos una cosmovisión
de los problemas, humanos y celestiales, y los integra mediante
El concepto de ideología un sistema de normas interiorizadas por los agentes sociales. Sin
embargo, en el interior de esas sociedades, Habermas reserva
Son conocidas las críticas a la perspectiva frankfurtiana. un espacio para un subsistema, en el cual se aplicarían los prin-
Dentro de la corriente marxista, el problema que se plantea cipios de la acción-racional-con-arregla-a-fines. De ese modo ga-
de inmediato es el del cambio, de la revolución social. En la rantíza la existencía y el funcionamiento de un determinado
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 33
32 Renato Ortiz

dad. El hombre unidimensional es un producto de la historia,


nivel social, donde se almacenarla el stock de saber técnicamen- él definirla un tipo de humanidad en la cual el acto comunica-
te aplicable y acumulado en la sociedad. El elemento de racio- tivo se encuentra en peligro, pues estaría sometido al poder
nalidad, distinto de las normas y los valores, puede así expresar- abarcador de la acción-racional-con-arreglo-a-fines.
se, pero dentro de los límites precisos que impone la ideología Dije antes que la noción de ideología contenía un nivel ca-
dominante. En la sociedad tradicional, el nivel de racionalidad tegorial. Con eso quería decir que la filosofía de la historia sub-
está controlado por los valores tradicionales. Habermas dirá yacente al pensamiento frankfurtiano lleva necesari,ament~ a
que ese subsistema, "a pesar de progresos considerables, nun- una redefinición del concepto, pues le otorga un caracter dife-
ca alcanzó el grado de propagación a partir del cual su racio- rente del que habitualmente le atribuye la tradición marxista.
nalidad se torna una amenaza abierta a la autoridad de las Por ejemplo, en sus Temas básicos de sociología, Adorno y Hork-
tradiciones culturales que legitiman la dominación"." Sin em- heimer dicen: "Sólo se puede hablar sensatamente de Ideolo-
bargo, con la llegada del capitalismo se instaura un cambio de- gía cuando un producto espiritual surge del proceso social co-
cisivo: el subsistema de la acción-racional-con-arreglo-a-fines mo algo autónomo, sustancial y dotado de legitimidad: Su
subvierte la supremacía del poder tradicional y se expande con falsedad es el precio de esta separación, en la que e! espmtu
el desarrollo de las fuerzas productivas. Dicho de otra mane- pretende negar su propia base material". 7 La ideología presu-
ra, el poder de las legitimaciones de organizar el mundo como pone, por lo tanto, la existencia de un umverso independien-
un todo es puesto en jaque. te, separado de los otros niveles de la reahdad; e~ este punto,
Resta una pregunta: si la ideología no es más el fundamen- los autores siguen el pensamiento de Marx y Lukacs, que con-
to del orden, ¿cómo se da la hegemonía en las sociedades alta- sideraron la oposición realidad/ilusión como un elemento de-
mente industrializadas? Habermas retoma una respuesta que finidor de la falsa conciencia. Por eso se puede aproximar el
ya había sugerido Marcuse mucho antes de que se publicaran concepto de ideología al de alienación, que presupone la no-
sus tesis sobre la sociedad industrial (Unidimensional Man).6 En ción de separación, es decir, lo interno se opone a lo externo,
su artículo sobre las implicaciones de la tecnología moderna, se a lo que es considerado alienado y alienante. Cuando Hegel de-
presenta por primera vez un argumento que teóricamente re- cía que el Ser del esclavo estaba alienado en e! Ser del amo, cap-
suelve, en el interior del sistema frankfurtiano, la cuestión an- taba por un lado la dominación del amo sobre el esclavo, pe~o,
terior. Cuando Marcuse define la tecnología como un modo de por otro, explicitaba una contradicción real entre los d~s ter-
organización que perpetúa las relaciones sociales, como una minos, lo que significa decir que el proceso de superaClon, fi-
forma dominante de pensamiento y de comportamiento, des- losófica o histórica, estaría asegurado en virtud de esta contra-
cubre en la técnica una dimensión hasta entonces reservada a dicción. La ideología es el enmascaramiento de la realidad,
las legitimaciones. En las sociedades actuales ella desempeña- pero es de la distancia entre dominios separados (lo real y lo
ría el mismo papel que ejercían las ideologías en las sociedades ilusorio) de donde ella extrae el precio de su falsedad.
tradicionales. Con e! capitalismo, el saber racional, antes con- La aparición de la sociedad altamente industrial elimi~a la
finado a un subistema, se expande y. poco a poco, se hace car- contradicción señalada por el pensamiento marxista. La critica
go de todo. El espíritu de la racionalidad traspasa los límites de de Marcuse a Lukács no deja lugar a dudas. La tesis lukacsiana
la fábrica, la esfera de! trabajo, para transformarse en la racio- se basa en dos premisas: la objetividad de la clase obrera y la
nalidad tecnológica, que sojuzga incluso a la propia subjetivi-
34 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 35

existencia de una conciencia subjetivamente libre. Al definir el la superación, situada siempre entre el presente y el tiempo
proletariado como clase universal, Lukács rescata la posibilidad futuro, se alimenta de la contradicción. En la dialéctica del
de realizar la revolución, superando así la contradicción entre amo y el esclavo, el esclavo no elimina al amo, pero lo supera.
realidad e ilusión. Dentro de este esquema teórico, el proleta- Esto es, el elemento de humanidad, inmanente a los dos tér-
riado poseería una serie de atributos que históricamente le con- minos, se realizaría una vez pasada esta situación. Para los
feriría el estatus de movimiento universal (capaz de trascender frankfurtianos la sociedad moderna elimina la diferencia en-
el particularismo de la clase burguesa). Ahora bien, los frank- tre los términos, pero no los supera filosóficamente. En este
furtianos cuestionan este punto, pues ya no consíderan a la lu- sentido, es posible decir que nos encontraríamos frente al "fin
cha de clases como principio motor de las sociedades altamen- de las ideologías", pero en una situación, paradójicamente,
te industrializadas. El segundo aspecto reviste un interés aún más "ideologizada", de la cual el individuo ya no tendría
particular para la discusión sobre la cultura. La noción de fal- cómo evadirse."
sa conciencia integra como un dato inmediato un postulado in- Se pueden extraer algunas conclusiones de este razona-
cuestionable, la diferencia entre dominador y dominado; es miento. Al contrario de la tradición marxista, tal vez con la ex-
por medio de la introyección de la ideología dominante, por cepción de Gramsci, el concepto de alienación se reviste de un
parte del dominado, como se establece la legitimación. Existe significado positivo, y es de esta manera cómo los autores con-
por tanto un orden ideológico exterior a la conciencia aliena- sideran el arte. El discurso estético aparece como un esfuerzo
da. Como destaca Marcuse, la falsa conciencia "supone una di- de trascendencia, de distanciamiento de la realidad, por eso es
mensión interior que se diferencia de las circunstancias exte- inmanentemente "revolucionario"; independientemente de su
riores y se contrapone a ellas: una conciencia individual y una contenido, impugna las relaciones concretas de dominación.
conciencia individual independiente de la opinión pública y de Marcuse dirá que "la verdad del arte reside en su poder de que-
la conducta pública".8 Pero es justamente este elemento esen- brar el monopolio de la realidad establecida que define lo que
cial de la teoría marxista clásica el que es denegado. Los frank- es real [oo.] como ideoiogias« opone a la sociedad dada".!OLa se-
furtianos parten de la hipótesis de que la conciencia no es más paración del arte del proceso material le confiere un papel pri-
libre en la sociedad industrial dado que el poder tecnológico vilegiado, el de ser una esperanza, el de significar un cambio.
los envolvió a todos. La unidimensionalidad implica el fin de Para los frankfurtianos tiene poco sentido hablar de "arte po-
la separación entre realidad e ilusión, la ideología ya no se re- pular", el pueblo es parte integrante del sistema de domina-
fiere al mundo de las ideas, sino al mismo proceso productivo. ción. En este sentido, el arte es una alienación positiva, que per-
En el interior de una "sociedad total" no existe ninguna parte mite a los hombres evadirse de la ideologización total de la
autónoma que escape a las relaciones de dominación. Hay, por sociedad. El arte reedita la contradicción entre realidad e ilu-
lo tanto, una reformulación radical de la tradición marxista. sión. Por eso Adorno critica la noción de "arte comprometido",
Realidad e ilusión se identifican, porque la ilusión, al generali- porque al reinsertarse en el mundo reforzaría la preservación
zarse, se transforma en la propia realidad (pero no lo contra- del statu quo.!! Evidentemente la "rebelión" estética no supri-
rio). Esto significa que la contradicción fue eliminada, pero no me la división social del trabajo, ni crea una sociedad más jus-
superada. Hegel, en su visión teleológica, piensa la contradic- ta, pero actúa, como la teoría crítica, negativamente. Al contra-
ción como un elemento necesario para el avance de la historia; decir a la sociedad real, abre el espacio para la utopía, para lo
36 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 37

diferente; en este sentido, todo arte es revolucionario. Al con- se refiere al "engranaje" de la vida social, no está sólo utilizan-
trario, una sociedad "sin ideología" significa que la "aparien- do una figura de lenguaje. El modelo de aprehensión social
cia" se tornó real, que las diferencias se manifiestan apenas en de los frankfurtianos está íntimamente asociado a la idea de
su superficie, mientras encubren la verdad de la uniformiza- máquina, tal como la encontramos en el libro de Huxley, Un
ción generalizada. Así, ante la ausencia de la contradicción en- mundo feliz. 14 Habermas llega a decir que ese tipo de socie-
tre realidad e ilusión, la referencia tradicional a la alienación, dad está regido por "excitantes eternos", que alimentarían
como fuga de lo real, debe ser invertida. En realidad, la "fuga" un tipo de comportamiento condicionado sobre la base de
permite que la intención estética se realice, pues al rechazar a la acción-racional-con-arreglo-a-fines. Esto lo aproxima a Mar-
la sociedad se preserva la potencialidad de la diferencia, del cuse cuando éste habla de reacciones mentales y de comporta-
contraste. En el mundo "sin ideología" el individuo "huye para miento, y no de ideología. U na reacción es un reflejo, un acto
la realidad", aproximándose de lo "ilusorio", un universo capaz condicionado, y no una visión de mundo interiorizada por el in-
de revelarle su estado de sujeción total. dividuo que actúa de acuerdo con su norma. La crítica al ocio
En un artículo sobre la crítica de la cultura, Adorno aclara como diversión proviene de esta percepción. La sociedad se co-
su pensamiento. Dice: "Durante la era burguesa, la teoría era rrespondería con un todo manipulado, en donde la conducta
ideología y se encontraba en contradicción directa con su estaría ajustada de antemano al engranaje del sistema. La indus-
opuesto, la práctica [... ] hoy difícilmente exista la teoría y la tria cultural es el aparato de producción ininterrumpida de "ex-
ideología proviene del engranaje irresistible de la praxis". 12 Es- citantes externos", que garantiza así la "fidelidad de las masas".
to significa que la ideología es la propia praxis, lo que lleva a
Habermas a titular su artículo "La técnica como ideología", y no
"la ideología de la técnica o de los tecnócratas". La diferencia Masas y cultura
es sutil, pero relevante. La técnica es praxis y no legitimación
en el sentido weberiano. Cuando Weber analiza las legitimacio- Cuando los frankfurtianos hablan de cultura, utilizan el tér-
nes del pasado (la religión), intenta considerarlas como uni- mino con un significado diferente del que le otorgan los an-
versos simbólicos que engendran una ética en el mundo; la tropólogos. Cultura no significa prácticas, hábitos o modo de
ideología, para ser dominante, debe ser interiorizada por los vida, y si eventualmente es legítimo referirse a algún tipo de
dominados. Sólo es posible garantizar la fidelidad de las masas antropología, se trata de una antropología filosófica. En reali-
mediante un proceso de inculcación ideológica, en el que los dad, los autores siguen la tradición alemana que asocia la cul-
sacerdotes son ideólogos y desempeñan una función crucial. tura a la Kultur, identificándola con el dominio del arte, la filo-
En las sociedades industrializadas, el aparato tecnológico - sofía, la literatura y la música clásica. Las artes, en sus diversas
los medios de comunicación de masas- "trae consigo actitu- acepciones, expresarían los valores profundos de la sociedad.
des y normas prescritas, determinadas reacciones emociona- Marcuse afirma que la cultura es "el conjunto de fines morales,
les y mentales, ligando más o menos placenteramente a los estéticos e intelectuales que una sociedad considera como ob-
consumidores con los productores y a través de éstos, con el jetivo de la organización, de la división y la dirección del traba-
todo".!' La sociedad no estaría, pues, regulada por las normas, jo,,15 La cultura es un movimiento de humanización que debe
la propia praxis aseguraría su reproducción. Cuando Adorno extenderse hacia toda la sociedad. En este contexto, la Kultur,
38 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 39

como dimensión espiritual del hombre, se opone a la "civili- desde su origen, amenaza su autonomía, aún más si se conside-
zación", una dimensión apenas material y técnica de la vida ran las imposiciones del capitalismo avanzado, en el que la vi-
social. da fuera del trabajo se transforma en tiempo libre, el locus de
En el texto sobre el Iluminismo, el surgimiento de la socie- la reproducción de la dominación abarcadora. En la sociedad
dad burguesa es aprehendido como un elemento negativo, o industrial, hasta los rincones más íntimos del individuo son in-
sea, de dominación. Sería, sin embargo, incorrecto pensar que vadidos por las fuerzas sociales más amplias, lo que hace que el
es visto exclusivamente desde este ángulo. A pesar de la crítica proceso de humanización, que debería ser la transformación
anterior, los autores ven, en el inicio de la sociedad burguesa, de la civilización en cultura, se defina por su contrario. Es la
un espacio creado por ella que escapa del dominio de la racio- cultura, esto es, el mundo espiritual, la que se integra al mun-
nalidad administrativa. En efecto, el arte se autonomiza en los do material, una integración que anula la diferencia entre rea-
siglos XVIII y XIX, Yadquiere una condición de la cual no dis- lidad e ilusión. La cultura pierde así su dimensión "trascenden-
frutaba hasta entonces. Benjamin muestra cómo, al liberarse tal", alienante, barrera a la expansión de la racionalización
de la tradición, el arte pierde su valor de culto, para constituir exacerbada.
un espacio en el que la estética se aleja de su función utilita- Desde esta perspectiva, el término cultura de masas es ne-
ria.!6 Se crea así un dominio de gratuidad que difiere de las le- cesariamente contradictorio, pues la masificación es la nega-
yes de la funcionalidad material. El arte, como expresión de la ción de la Kultur, lo que implica su integración en el engrana-
libertad, sólo es posible debido a las transformaciones históri- je social. Esto nos permite entender mejor la afirmación de
cas que liberan al individuo del poder centralizador del orden Lowenthal de que "el concepto que se opone al concepto de
aristocrático; define una esfera independiente, que permite el cultura popular es el de arte".19 En realidad, la cultura popu-
florecimiento y la realización de la individualidad. Habermas lar, identificada con la cultura de masas, no puede ser distin ta
observa que esa esfera privada es el origen de una opinión pú- de otra, llamada de elite. Aceptar este punto de vista sería acep-
blica democrática, contrapuesta al orden social anterior; y Mar- tar la separación entre lo popular y la elite, lo que implicaría la
cuse no duda en decir que la "liberación burguesa del indivi- existencia de la alienación, negada anteriormente; además, por
duo significa una nueva posibilidad de libertad ".17 Él ve a la cierto, de introducir la separación de clases, un tema incómo-
cultura burguesa como una "cultura afirmativa que separa el do para los frankfurtianos. Significaría incluso decir que es po-
mundo espiritual y moral de la civilización, elevándose por en- sible una autonomía cultural en el seno de la sociedad indus-
cima de ella y constituyendo un dominio de valores específi- trial avanzada. Esta consideración será refutada en varios
cos".!8 Esta dimensión independiente de la Kulturle confiere momentos. Adorno dirá que ella "rechaza la integración pro-
un carácter universal y la aleja de las presiones del mundo ma- gresiva de todos los aspectos de la conciencia en el interior del
terial, que los autores, siguiendo la tradición alemana, llaman aparato material de la produccíón'V" Los productos culturales,
"civilización". Sin embargo, si el ámbito de lo privado circuns- aun los más espiritualizados, cargan consigo la marca del or-
cribe un espacio fuera de las relaciones de trabajo, se sigue que den. Así se refuta a los críticos de la cultura, que no cuestiona-
la cultura debe expresarse como particularidad, y no como uni- rían la raíz de los problemas, la propia sociedad. Según Ador-
versalidad. Es decir, se limita a las fronteras de la vida privada. no, ellos no perciben que la noción de cultura (de elite) con la
Esta oposición entre la parte y el todo, lo privado y lo público, que operan es incompatible con el desarrollo del capitalismo
40 Renato Ortiz
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 41

posindustrial, al suponer un universo ajeno a las fluctuaciones


del mercado. El análisis que hace Adorno de Wagner intenta El arte, la Kultury la teoría crítica deben necesariamente dis-
justamente destacar este aspecto, al mostrar cómo en la estruc- tanciarse de la praxis, considerada estrecha y coercitiva. Todo
tura de su música se inserta una lógica que le es exterior.é! La sucede Como si la realidad social fuese portadora de una cuali-
música wagneriana, al adecuarse a los imperativos de la racio- dad degenerante capaz de contaminar las instancias culturales
nalidad técnica, cumpliría una función de divertimento, anti- "auténticas", para modelarlas como utilidad técnica. El pensa-
cipando así una práctica generalizada de la cultura de masas y miento del Instituto lleva al extremo la polarízación entre liber-
transformando el arte en mercancía. tad y sociedad. Esto nos ayuda a entender por qué Marcuse, al
La comparación con la crítica conservadora plantea un concluir su articulo sobre el concepto de cultura, termina con
punto interesante, el del elitismo. Dificilmente se pueda dejar proposiciones que pueden parecer paradójicas, como la crea-
de enfrentar esta cuestión al considerar los estudios de la Es- ción de universidades de elite, cuyo objetivo sería la teoría pu-
cuela. En efecto, el texto de Adorno sobre la música popular ra, desvinculada de las cuestiones prácticas.F' O incluso que
toma explícitamente como modelo comparativo a la música clá- Adorno, luego de un análisis pertinente de las relaciones entre
sica, considerada como "seria", plena, en contraposición a un cultura y administración, proponga la existencia de especialis-
tipo de música degenerada aceptada por el gusto "popular". Lo tas de la cultura no comprometidos con el orden administrati-
mismo se puede decir de sus análisis sobre el jazz, que él califi- vo o mercadológico como la única forma de defender lo públi-
_. 24 F
ca como una música "bárbara y regresiva".22 MartinJay cree que co d e SI mismo. rente al pesimismo de su filosofia de la
sería equivocado descubrir en los escritos frankfurtianos trazos historia, las reivindicaciones de preservación de un territorio
de elitismo, pues el mismo criticismo aplicado a la industria cul- suenan más simbólicas que efectivas. Nos recuerdan a los sacer-
tural se aplicaría a la cultura de elite. No quedan dudas de que dotes que, a cualquier costo, buscan defender las fronteras en-
la observación de Jay es parcialmente correcta, y el estudio so- tre lo sagrado y lo profano. Un "sagrado" que se diferenciaría
bre Wagner es un ejemplo de ello. Adorno es además un críti- en todo de la estandarización exterior; por consiguiente, Un eli-
co feroz del proceso de mercantilización de las artes. Sin em- tismo retroactivo, que ve la marca de la dominación incluso en
bargo, eso no elimina el problema. Creo que sí existe un las obras acabadas de la cultura universal. Como señala Ador-
elitismo frankfurtiano, pero que sería incorrecto identificarlo no en su crítica al optimismo benjaminiano respecto de la po-
con el elitismo tradicional de cuño conservador. Desearía ar- tencialidad de la técnica junto a la obra de arte, en la sociedad
gumentar que él deriva más del pesimismo de los autores, de industrial, el aura se transforma en "niebla", confirmando la
su filosofia de la historia, que de una división real entre la ma- venganza de lo profano sobre lo sagrado.
yoría inculta y una minoría privilegiada. Llama la atención en la literatura frankfurtiana la forma en
Existen en el discurso frankfurtiano tres elementos que go- que se emplea el término "masa". En sus escritos políticos, Le-
zan de una dimensión adecuadamente positiva. Son ellos el ar- nin lo utiliza con una connotación claramente positiva; habla
te, la Kultury la teoría crítica. Todos son definidos en tanto "ne- del "partido de masas", del "despertar de las masas", significa
gatividad"; esto es, niegan el orden social vigente. Se puede pueblo, agente revolucionario por excelencia. Incluso en Ben-
completarlos si se suman los polos a los que se oponen: arte- jamin la noción no se define exclusivamente por sus trazos ne-
cultura de masas, Kultur-civilización, teoría crítica-positivismo. gativos. Es cierto que en su estudio sobre Baudelaire, al descri-
bir cómo las personas se aglomeran en las ciudades, apunta
42 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 43

hacia la dimensión de la uniformidad y la indiferencia. Al ana- sentantes más expresivos. Le Bon quizás haya sido uno de los
lizar la multitud, afirma que en ella "los transeúntes se compor- prímeros en abordar el problema. Él veía en la multítud una
tan como si estuviesen adaptados para ser autómatas y ya no pu- masa indiferencíada de personas en la que la voluntad indivi-
diesen expresarse sino de forma automática". 25 El tema de la dual se anularía frente a la coerción colectíva. La multítud, for-
sociedad máquina encontraría, así, un precursor en Baudelai- mada por una aglomeración de personas en determínado es-
re: el hombre en la multitud que se identifica con el trabajo pacía físico, poseería, por así decirlo, un "alma colectíva" en la
mecánico del obrero. Pero Benjamin también observa el pro- cual lo heterogéneo se diluiría en lo homogéneo, haciendo que
blema desde otro ángulo y destaca la existencia, en la masa, de todos actuasen de la mísma manera. Más aún, Le Bon asocíaba
un nuevo tipo de sensibilidad; por medio del "efecto de cho- la multitud con el peligro de sublevación del orden, y la iden-
que", busca la chispa que saque a los hombres de su condición tificaba con el movimiento obrero de finales del siglo. Las ma-
de pasividad. El hombre en la multitud y los trabajadores de las sas serían amorfas, no poseerían voluntad propia y necesitaban
fábricas encuentran, así, al menos una posibilidad de liberarse ser c.onducidas P?r un líder carismático. Su libro, fiel a su pers-
de los mecanismos que los aprisionan. pectiva decadentista, termina de manera apocalíptica:
Si es verdad que la tradición política marxista le otorga al
concepto de masa un valor positivo, que un autor como Benja- La plebe reina y los bárbaros avanzan. La civilización aún pue~
min, en su crítica a la modernidad, concibe un espacío de li- de parecer brillante en tanto conserve la fachada exterior crea-
bertad en el seno de la multitud, resta la pregunta: ¿cómo es da por un largo pasado, pero ella es en realidad un edificio co-
rroído que nada sustenta y que se destruirá con la primera
que un grupo de marxistas invierte el significado tradicional-
tempestad. Pasar de la barbarie a la civilización en busca de un
mente atribuido al concepto? Es significativo que la noción de sueño, después declinar y morir una vez que este sueño pierda
clases encuentre poca resonancia entre los frankfurtianos. No su fuerza, éste es el ciclo de la vida deun pueblo.t?
sólo a causa del escepticismo político; la categoría "clase social"
está prácticamente ausente de los estudios analíticos. Adorno Sería un despropósito decir que el concepto que utiliza la
descarta la hipótesis de considerar, en cualquier tipo de análi- Escuela es el mismo que el de Le Bon. Adorno y Horkheimer
sis, una posible relación entre arte y clase (ésta es una crítica explícitamente critican su posición conservadora respecto de
recurrente que se hace a los sociólogos de la literatura) ;26 cuan- la clase obrera. 28 También rechazan la idea de que la multitud
do escribe con Horkheimer el libro Temas básicos de sociología, posea un "alma colectiva", especie de segunda naturaleza del
el concepto es omitido. Hay un capítulo sobre la "masa", pero hombre. Con relación a este punto, ellos oponen Freud a Le
no sobre las "clases". En realidad, en la literatura frankfurtia- Bon, para mostrar que el comportamiento de los hombres en
na, la noción de masa se contrapone a la de individuo, mien- la multitud se origina no en el hecho de que estén allí reuni-
tras que el proceso de racionalización es convergente con el de dos, sino en la constitución del ego de los que la componen.
masificación. No obstante, existen puntos en común. El primero no se refie-
Pero el concepto tiene además la marca de una herencia, re al tema de la cultura, pero es importante destacarlo. El aná-
y los frankfurtíanos encuentran dificultades para diferenciar- lisis de Le Bon acerca del carácter sugestionable de las masas
se de ella. Existe toda una tradición que lo asocia al tema de y de su manipulación por parte de líderes carismáticos tiene
la decadencia. Gustave Le Bon y Ortega y Gasset son sus repre- un paralelo en los estudios sobre el nazismo. El segundo, que
44 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 45

asocia la noción de masa con la disolución de lo heterogéneo civilización actual, como manifestación de la barbarie y de la
en lo homogéneo y el advenimiento de la sociedad de masas decadencia.
con la barbarie, tiene, en mi opinión, una influencia relevante Aun cuando se tomasen todas las precauciones posibles, se--
en los autores de la Escuela. Para comprenderlo retomo algu- ría dificil eludir una comparación. La desconfianza con que los
nos escritos de Ortega y Casset. frankfurtianos ven a la masa encuentra por cierto un antece-
Cuando Ortega y Gasset, en la década de 1930, publica La dente en este tipo de literatura. Por eso Galvano della Volpe
rebelión de las masas, amplía la definición que había propuesto clasifica al texto sobre el Iluminismo como un escrito "tardo-
Le Bon. 29 Al considerar la masa como un factor psicológico, y rrománticor.V En él se manifiestan varios puntos en común
ya no colectivo, él pasa de la noción de multitud a la de hom- con Ortega y Casset, Por ejemplo, la metáfora del oído, impor-
bre medio. Las características anteriores -mediocridad, falta tante para Adorno como símbolo de refugio espiritual ante la
de voluntad propia y uniformidad- pueden encontrarse aho- masificación. Entre todas las manifestaciones artísticas, de mo-
ra ya no en las aglomeraciones públicas, que según Le Bon do coherente con su formación, él elige la música como ejem-
eran fundamentales para la creación de un clima de sugestión plo privilegiado. Benjamín consideraba a la visión como el sen-
masiva. Viviendo en su aislamiento, el hombre masa reprodu- tido humano más agudizado por la modernidad; Adorno
ciría las cualidades colectivas negativas como parte de su pro- acuerda en parte con su afirmación, pero para afirmar que por
pio ser individual. La crítica de Ortega y Gasset, como la ante- esa razón el filme se adapta mejor al racionalismo burgués.
rior, tiene un contenido político claro, ya que, al considerar al "Comparado con mirar, escuchar es algo arcaico y permanece
hombre medio como una consecuencia del liberalismo, se con- un paso atrás de la tecnología. Se podría decir que reaccionar
trapone al movimiento de democratización de la sociedad. La con el oído inconsciente, en lugar de la aprehensión ágil del
crítica se apoya además en la separación de una minoría culta ojo, es una manera de estar en contradicción con la era indivi-
y una mayoría inculta. Reaccionando contra la audacia de es- dual avanzada'<"
ta mayoría de rebelarse contra su propia "naturaleza", la de ser Pero es en la interpretación del mito de Vlises, precursor de
sometida y comandada por los más fuertes, de allí el título de la razón iluminista, donde se explicita la metáfora de la audi-
su libro, afirma: "Lo característico del momento es que el al- ción. Ulises, al tapar los oídos de los remeros, al ser atado por
ma vulgar, sabiéndose vulgar, tiene el denuedo de afirmar el los marineros al mástil del navío, puede por fin escuchar el can-
derecho de la vulgaridad y la impone dondequíera't.P El hom- to de las sirenas sin que ellas logren hechizarlo. Pero las sirenas
bre masa se caracteriza, por lo tanto, por su vulgaridad, su me- significan el llamado de otro orden, y la actitud de Vlises, al
dianía, fruto de la nivelación de las diferencias; por eso la ma- mantenerse ileso, seguro en su navío, sería un rechazo a "e scu-
sa "odia lo que no es ella misma". El diagnóstico elaborado es charlas", a dejarse llevar por ellas, sin poner en riesgo la verdad
claro: "Hoy el hombre medio tiene las ideas más taxativas so- de su propio mundo. En la sociedad industrial, el héroe griego
bre cuanto acontece y debe acontecer en el universo. Por eso ya no necesitaría tapar sus oídos, porque suelto, en "libertad",
ha perdido el uso de la audición. ¿Para qué oír, si ya tiene den- él sería incapaz de reconocer la música del hechizamiento. "Hoy
tro cuanto falta? Ya no es sazón de escuchar, sino, al contrario, la regresión de las masas consisten en la incapacidad de oír lo
de juzgar, de sentenciar, de decidir".3l El tema del retroceso que nunca fue oido, de palpar con las propias manos lo que
cultural, anunciado por Le Bon, brotaría en el corazón de la nunca fue tocado. "34 El hombre masa se confunde entonces
Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 47
46

con su pequeñez, y es incapaz de percibir lo que se delinea fue- tagonismos y la admisión de la posibilidad real de regresión al
barbarismo no eran tomadas lo suficientemente en serio [ ...].
ra de él. Se continuaba aceptando conceptos como .el de cultura en su
Pero no es suficiente señalar lo que hay de común en las sentido positivo, sin que nadie se hiciese cargo de su dialéctica,
dos tradiciones de pensamiento, lo que importa entender es sin comprender que la categoría específica de masa es un pro-
cómo esta aproximación es posible. Cuando la Escuela se ocu- ducto de la reciente fase social, que transforma simultáneamen-
pa del Iluminismo, encuentra un terreno demarcado .por los te a la cultura en un sistema de control.V
románticos y los decadentistas. La Escuela toma en seno algu-
nas de esas críticas, y las integra en su perspectiva. Para hacer- En otro texto se retoma la misma argumentación: "El irra-
lo es necesario refutar algunos argumentos dominantes del cionalismo de la decadencia denunció la ausencia de la razón
marxismo político y de los análisis sociológicos. Horkheimer se sojuzgadora. Para él, la felicidad privada, arbitraria, privilegia-
contrapone así a Marx, cuyo error habría sido pensar que la da, es sagrada. Porque es la única que garantiza el refugio". 38
conciencia sería libre a partir del avance de las fuerzas produc- No se trata, pues, de una simple crítica al progreso; la sociedad
tivas; Marx no habría percibido que la racionalización de la so- industrial es pensada como un retroceso a un estadio anterior.
ciedad "anticipa sus sombras y que de esa manera los hombres Quizá sea prudente, en este punto, establecer algunos ma-
. , . " 35 E
regresarían a un estadio más bárbaro, crue I y pnmltlvo . n tices entre los autores. Marcuse mantiene una actitud diferen-
lugar de sostener una visión reverenciadora del progreso y de te en relación con el desarrollo tecnológico. En varios momen-
la evolución de la humanidad, principalmente Adorno y Hork- tos destaca el potencial de la técnica que, por primera vez en
heimer prefieren dirigirse contra el barbarismo interno del la historia de la humanidad, en su lucha contra la naturaleza,
proceso civilizatorio. No es casual que Adorno retome el tema podría ser bien empleada en la construcción del reino de la li-
de la regresión al estado primitivo en sus comentarios sobre Ve- bertad. De allí su sugestiva distinción entre técnica y tecnolo-
bIen; lo que le interesa de este autor no es su posición política, gía. El tema de la regresión tiene mayor resonancia en los escri-
conservadora, sino el modo en que él percibe y denuncia el ca- tos de Adorno y Horkheimer. No cabe, sin embargo, dado el
rácter bárbaro de la cultura moderna." Pero es, por cierto, en propósito de este texto, profundizar las divergencias existentes,
los comentarios acerca de la actualidad de Spengler y de su li- lo que interesa es entender cómo esta concepción tiene conse-
bro La decadencia de Occidente donde se disciernen con mayor cuencias en el análisis de la cultura. La cultura de masas es per-
claridad sus argumentos. Aun cuando disienta con su filosofía, cibida como un elemento regresivo asociado a la barbarie y al
Adorno enfatiza que su perspectiva de reversión del movimien- primitivismo. Esta visión se refleja incluso en categorías analíti-
to histórico es un antídoto para el optimismo, liberal o marxis- cas como el concepto de la "regresión del oído", que acuña
ta. Dice: Adorno en su ensayo sobre el fetichismo en la música popular.
Existe también otra dimensión que merece ser destacada. Si es
A los adeptos del materialismo histórico, la ideología liberal les innegable que los frankfurtianos comparten un determinado
parecía una falsa premisa. Sus portavoces no cuestionaban la espacio con la visión romántica (si bien creo, a diferencia de De-
idea de humanidad, libertad y justicia, sino, sobre todo, la pre-
tensión de que la sociedad burguesa haya realizado esas ideas.
lla Volpe, que no existe un romanticismo real de su parte), esto
Para ellos las ideologías eran mera apariencia, pero apariencias les posibilita tener una perspectiva radicalmente antagónica al
que contenían verdades [...]. La idea del crecimiento de los an- stat:u qua. Así evitan las ilusiones y los malentendidos contenidos
48 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 49

en la idea de progreso, cultivados tanto por el pensamiento li- la esfera privada, en el capitalismo avanzado, se ve cada vez más
beral como por el marxista. Por cierto, este aspecto confiere invadida por las fuerzas abarcadoras de la sociedad, mientras
una cualidad distinta de la crítica que hacen de la sociedad mo- que el peso de la familia es relativizado como instancia de so-
derna. De cierta manera, el pensamiento de la Escuela es úni- cialización. Horkheimer piensa que "en el último estadio de la
co, singular, en sus equívocos y en sus aciertos. Ella es precur- sociedad industrial incluso los padres más ricos educan a sus
sora de una crítica del mundo hipertécnico, superrnoderno, hijos no tanto como sus herederos, sino para adaptarlos a la cul-
comercial, que veía nacer en sus primeros gérmenes en la so- tura de masas".4Ü El período que Adorno permanece en Nue-
ciedad americana de las décadas de 1930 y 1940. va York, 1938-1941, es decisivo para la maduración de las ideas
d~sarrolladasen la Dialéctica del iluminismo. Horkheimer ya ha-
bía definido los contornos de la teoría crítica, pero, por prime-
Teoría crítica e investigación administrativa ra vez, los miembros del Instituto deben enfrentarse con esos
principios y participar en un tipo de investigación empírica to-
El traslado del Instituto de Alemania a los Estados Unidos talmente ajena. La participación de Adorno en el proyecto so-
tuvo consecuencias relevantes. La realidad norteamericana era bre la radio, que coordinaba Lazarsfeld, es una fuente constan-
radicalmente diferente, y puso a sus miembros en contacto con te de desavenencias. Pero el aprendizaje rinde dividendos. Al
un tipo de capitalismo avanzado que hasta entonces descono- tomar contacto con los datos empíricos, Adorno recibe infor-
cían. A fines de la década de 1930 se consolida en los Estados maciones valiosas, fundamentales para la construcción de su
Unidos un mercado cultural en el cual la presencia de grandes reflexión sobre los medios de comunicación. Como resultado
industrias, como Hollywood, es notable. La radio tiene un de- de la investigación, escribe una serie de ensayos: "El fetichismo
sarrollo enorme como medio de comunicación y, al contrario en la música y la regresión del oído", "La sinfonía en la radio"
de lo que pasaba en la sociedad alemana, donde era sobre to- "La c:,ítica so~ial de la música de radio", "Sobre la música po~
do un instrumento de propaganda política, se encontraba to- pular , ademas de algunas reseñas sobre jazz.
talmente inserta en el ámbito del mercado. No hay que olvidar El proyecto que dirigia Lazarsfeld estaba ligado a la Univer-
que el movimiento obrero, floreciente en los años veinte y tras sidad de Princeton y fue financiado por la Fundación Rockefe-
la crisis de 1929, se halla a fines de los años treinta en plena de- ll.er." Lazarsfeld, que en su juventud había pertenecido a la so-
clinación. Los análisis anteriores ceden el paso a las nuevas exi- cIaldemocracia austríaca, se encontraba en los Estados Unidos
gencias. No quedan dudas de que la idea de manipulación uti- desde mediados de la década de 1930 y había perfeccionado
lizada para la comprensión del fascismo, en caso de que se siga una técn!ca de inv~stigación de m,ercado, que ahora se aplica-
aplicando, debe ser reorientada. Los estudios sobre las relacio- ba .en el ámbito umversrtano. Tema una concepción del traba-
nes de poder, como el de Horkheimer acerca de la familia, cen- JO :ntelect~al bastante instrumental, su instituto de investiga-
trados en una perspectiva psicológica, se vuelven cada vez más Clan era hí bndo, pues se vinculaba simultáneamente con la
de carácter sociológico. Phi! Slater está en lo cierto cuando oh- u.~iversidady la empresa privada. Su interés por la investiga-
serva que en el período norteamericano "las categorías psico- cron aphcada, de carácter administrativo, 10 colocaba en una
lógicas aún tienen un papel, pero el marco general de referen- posición diametralmente opuesta a la de la Escuela. En Austria
cia es ahora el de la cultura popular de masas".39 En realidad, Lazarsfeld ya había realizado un conjunto de estudios para el
50 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 51

partido socialdemócrata con el objetivo de mejorar el conoci- esa investigación es concebida. Adorno participa de un con-
miento sobre las condiciones de la clase obrera. La investiga- junto de otras investigaciones cuando regresa a Alemania, y
ción sobre la radiodifusión se realiza con el mismo interés; él aun en los Estados Unidos publica un libro que se volvería clá-
creía que había una confluencia entre los intereses de la opi- sico: La personalidad autoritaria. 45 Pero las discordancias no se
nión pública y los de la administración privada. No es difícil per- limitan al plano filosófico o político. Es cuestionada la propia
cibir el modo en que esta ideología penetra los diversos textos metodología utilizada. Para él, la investigación, tal como se ve-
publicados como resultado de la investigación. Un ejemplo: el nía realizando, tomaba la respuesta que daba el oyente como
articulo de Edward Suchman sobre la música clásica. 42 De mo- algo incuestionable, como si reflejase el pensamiento verdade-
do manifiesto, el autor intenta hallar soluciones para mejorar ro del entrevistado. Así se dejaban de lado dos puntos funda-
el gusto popular, para concluir con que lo ideal sería transmitir mentales: a) el producto social, en este caso la radio, inmerso
"buena" música a los oyentes. Por su parte, Lasswell considera en las relaciones de mercado; b) el oyente, que ya no tendría la
que ciertos programas de radio son positivos, ya que reducirían libertad de opinar. La comprensión de esos puntos reorienta el
la inseguridad del oyente; a partir de este tipo de constatacio- análisis en el sentido de una crítica de la cultura en la sociedad
nes, él busca articular el dato empírico con una política admi- industrial.
nistrativa más eficaz. En el número de la revista del Instituto,
publicado en inglés, aparece un curioso artículo sobre Holly-
wood, que es sintomático de las investigaciones llevadas a ca- Cultura e industria
bo. 43 Allí, el autor critica el temor de los que pensaban que la
guerra en Europa podría llevar a la industria cinematográfica El artículo "El fetichismo en la música como regresión del
norteamericana al colapso. Ingenuamente, alaba la capacidad oído", escrito en 1938, constituye un marco en la trayectoria
de absorción del mercado norteamericano, y termina propo- de los frankfurtianos. Adorno desarrolla allí, de manera siste-
niendo la reorganización de Hollywood para enfrentar la crisis. mática, la relación entre cultura y mercancía. Retomando la
Cuando se lee el conjunto de los estudios que coordinó La- noción de fetichismo, que Lukács había trabajado, compren-
zarsfeld se tiene la medida exacta del enfrentamiento con de cómo se transforma la cultura de "valor de uso" en "valor
Adorno. Los puntos de vista eran excluyentes. La teoría críti- de cambio". El artículo se contraponía a las hipótesis que ha-
ca, en cuanto "negatividad", les permitía a sus autores escapar bía formulado el equipo de Lazarsfeld, pero era también una
de las trampas de un pragmatismo sociológico interesado ape- respuesta al texto de Benjamin "La obra de arte en la era de su
nas en encontrar soluciones administrativas para las cuestiones reproductividad técnica", que acababa de ser publicado en la
sociales. Esa actitud, generalizada en la academia norteameri- revista del Instituto. Benjamin creía que la aparición del cine
cana, aparece para Adorno como una forma de manipulación. era testimonio del surgimiento de un concepto de arte com-
En su ácida crítica al proyecto de Lazarsfeld, Adorno dice: "El pletamente diferente del tradicional. Él veía la obra cinemato-
interés que guía a este tipo de investigación es básicamente el gráfica como un cruzamiento entre reflexión y diversión. "En
de la técnica administrativa: cómo manipular a las masas't.v' el cine, el público no separa la crítica del goce. Más que en
No hay que confundir su perspectiva con un rechazo de la in- cualquier otra parte, el elemento decisivo aquí es que las reac-
vestigación empírica. El objeto de la crítica es la forma en que ciones individuales están determinadas desde el comienzo por
52 Renato Ortiz
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 53

la virtualidad inmediata de su carácter colectivo. "46 Diversión cultural los integra desde arriba, lo que le confiere al producto
y goce no serían necesariamente términos antagónicos. En su final una nueva cualidad. Mientras que la sociología norteame-
crítica, Adorno dirá que Benjamin olvida el "lado dialéctico" ricana veía al consumidor como un hombre libre, la Escuela lo
de la cuestión: subestima el arte tradicional en lo que tiene de mira como objeto de la estrategia de las grandes empresas. Los
negación de la sociedad real y supervaloriza la dimensión crí- individuos serían "manipulados" para adaptarse al papel de con-
tica de la cultura masíñcada."? Difícilmente Adorno podría sumidores. Como afirma Adorno: "El imperativo categórico de
acordar con que la idea de que la reflexión y el goce convivie- la industria cultural, a diferencia de Kant, no tiene nada en co-
ranjuntos sin contradicción. Sus estudios niegan el estatus de mún con la libertad. Él enuncia: tú debes someterter.t? La crí-
arte a la cultura de masas, cuya función sería apenas "n arcoti- tica a la investigación administrativa deriva de esta perspectiva:
zante", Ella sería, por lo tanto, puro entretenimiento; al diver- los sociólogos norteamericanos observaban la cultura de masas,
tirse, el público, captado por el fetichismo del producto, se ale- "para todos", como sustrato de la democratización; la Escuela,
jaría de toda actividad reflexiva. En este sentido, una crítica de como la negación de la libertad.
la cultura debería necesariamente considerar las transforma- Cuando Adorno y Horkheimer afirman que la civilización
ciones ocurridas con el capitalismo avanzado (que Benjamin actual le confiere a todo "un aire de semejanza", están definien-
no conoció). Para eso es importante analizar algunos puntos: do el rasgo característico de la industria cultural: la estandari-
a) se vive en una sociedad de mercancías; b) existe una ten- zación. Producto del Iluminismo, ésta elimina las diferencias
dencia a la concentración del capital, lo que implica la produc- al uniformizar la vida según los cánones de la racionalidad téc-
ción de bienes estandarizados; c) la estandarización sigue las nica. Por cierto, el pensamiento frankfurtiano considera la di-
condiciones de la economía, estableciendo un modo de pre- versidad de bienes distribuidos en el mercado; sin embargo, tal
servar la sociedad de mercancías; d) los antagonismos ya no se pluralidad reflejaría la mera "apariencia" y no la realidad:
limitan a la esfera del trabajo, sino que se extienden al mundo
de la cultura. La industria cultural surge así como una fábrica Las distinciones enfáticas, como aquellas entre filmes de tipo
de bienes culturales, comercializados a partir de su "valor de A y B o entre las historias de semanarios de distinto precio,
cambio". no están fundadas en la realidad, sino que sirven más bien pa-
ra clasificar y organizar a los consumidores con objeto de es-
De esta manera, la problemática cultural, tal como la consi-
tandarizarlos. Para todos hay algo previsto a fin de que nadie
deraba la sociología norteamericana, es invertida. En efecto, el pueda escapar; las diferencias son acuñadas y difundidas arti-
término "cultura de masas" estaba revestido de un significado ficialmente.P?
claramente ideológico. Presuponía que las masas poseían una
cultura propia, y que los medios de comunicación eran meros En este pasaje se vuelve a encontrar la distinción, cara a la
vehículos para su difusión; las empresas culturales serían ins- filosofía de la historia, entre realidad y apariencia. El consumi-
tancias neutras, que traducían de forma fidedigna y democráti- dor no clasifica nada que el esquema de producción no haya
ca el gusto popular. La noción de industria cultural refuta la considerado antes. El individuo se reduce por tanto a un dato
pretendida neutralidad de los medios de comunicación y re- estadístico, determinado a priori por las empresas, y debe com-
fuerza la idea que ella sería algo fabricado 48 Al agregar los ele- portarse de acuerdo con su nivel de consumo. La estandariza-
mentos heterogéneos, dispersos en la sociedad, la industria ción alcanza, por consiguiente, a la variedad de filmes, westerns
54 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 55

o policiales, a los best-sellers, a los diferentes programas de radio El elemento estandarizador es el dato reconocible de la
y televisión. cultura de masas. Su contrapunto se configura en el arte. La
El texto de Adorno sobre música popular analiza de ma- comparación con la música clásica es reveladora. Adorno se
nera detallada el proceso de estandarización. Él parte del niega a comprender la diferencia entre las manifestaciones
principio de que este tipo de música, al contrario de la clási- musicales, atribuyendo a cada una de ellas un nivel diferencia-
ca, se desarrolla en un mercado competitivo. En cuanto mer- do. Como ya he señalado, la cultura popular no se contrapo-
cancía destinada a venderse, debe llegar a ser un éxito, lo que ne a la cultura de elite. Lo relevante es aprehender su carac-
hace que las agencias busquen repetir los patrones ya consa- terística fundamental, que a menudo alcanza, como en el caso
grados. La música de éxito se identifica así con una fórmula; de Wagner, el universo de la Kultur. Él distingue en la música
al lanzarla, la industria cultural debe producir un estímulo popular la estructura del detalle. De ella formarían parte los
que provoque la atención permanente del oyente. El proble- diversos tipos de canciones hogareñas, maternas, el lamento
ma consiste en hacer reconocible el estímulo producido. El por la muchacha perdida, etcétera. Como en los filmes de cla-
estudio de Mac Dougald, en el que se basa Adorno, muestra se A y B, se trata de contenidos diversificados para el consumo.
empíricamente cómo se fabrica un hit parade/" Retomando el Se interesa, además, en una dimensión que es la del "detalle":
término que utilizan las agencias de mercado, el autor de- las partes que componen el todo musical.
muestra cómo utilizan la táctica del plugging, con el propósi-
to de que el oyente quede pegado a la mercancía ofrecida; la No menos que la forma, los detalles están codificados y existe
toda una terminología para designarlos, como corte, cuerdas
técnica consiste en repetir innumerables veces un determina-
tristes, notas sucias. La estandarización es de esta forma algo di-
do tipo de música para quebrar una eventual resistencia del ferente de la estructura. No está abierta, sino que se esconde
receptor. Una política de las grabadoras y de las distribuido- por detrás de una disposición de efectos individuales que son
ras, de común acuerdo con los radiodifusores, logra que la re- controlados como secretos de especialistas.V
petición transforme al producto que se va a vender en un éxi-
to. Es interesante observar que los estudios de Adorno Su interés por el detalle es comprensible. Los efectos se pre-
anticipan ciertos análisis de Bourdieu sobre las instancias con- sentan en la música como expresión de la individualidad. Por
sagradoras de los bienes culturales. El concepto de industria ejemplo, el músico de jazz, en el acto de la improvisación, esta-
cultural no se restringe a la producción, sino que se extiende ría ejerciendo la plenitud de su libertad como persona. Adorno
a la distribución y a la reproducción. El proceso de estanda- ve en el detalle la sombra de la estandarización, allí se esconde
rización debe contar con el auxilio de los radiodifusores y pe- un mecanismo "pseudoindividualizado", que induce a las per-
riodistas, de modo de reforzar la legitimidad del material dis- sonas a creer en una libertad meramente artificial. En este ca-
tribuido en el mercado. Adorno insiste en el papel que so, la dominación sería más sutil de la que está contenida en la
desempeña la prensa musical especializada en el caso del jazz; estructura musical, pues el propio individuo no la reconoce co-
ese grupo de especialistas actúa en la misma dirección que los mo tal. La investigación sobre la radio había revelado que el
críticos culturales, los comentaristas de cine y teatro, a quie- oyente tendía a concentrarse más en la parte que en el todo mu-
nes Bourdieu les dedica especial atención en su análisis de la sical. Adorno se propone interpretar este dato a la luz de la teo-
legitimación social. 52 ría critica. Según él, el todo estaría predeterminado y aceptado,
56 Renato Ortiz
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 57

antes incluso de la experiencia de la escucha. El oyente sólo


Las reacciones de los oyentes parecen liberarse de la relación
captaría partes de la música, puesto que su estructura estaría es- con la consumación de la música y dirigirse de modo inmedia-
tandarizada y ya habría sido difundida. Con esto, Adorno entien- to para el éxito acumulado, que, por su parte, no puede ser su-
de que el detalle depende mecánicamente del todo. La compa- ficientemente explicado por la espontaneidad de la audición,
ración con la música clásica es iluminadora: "En la música seria, sino que más bien parece estar comandado por los editores,
cada elemento musical, incluso el más simple, es él mismo, y magnates del cine y jefes de la radiodifusión.P''
cuanto más organizada sea la obra, menos posibilidades existe
de sustituir los detalles"; al contrario, en la música popular, O, más aún, la comprensión del proceso de la escucha de-
be "comenzar por la esfera de la reproducción de la obra cul-
[ ...] el inicio del COTO es sustituible por el inicio de innumera- tural a través de la radio en lugar de hacerlo por el análisis de
bles coros. La interrelación entre los elementos o la relación en- la reacción del oyente".56 Esto es así porque la reacción indivi-
tre el elemento y el todo no son afectadas. En Beethoven la po- dual se encuentra premoldeada por la sociedad. Plantear la
sición es importante sólo como relación viva entre la totalidad cuestión de esta forma implica aceptar que el receptor se con-
concreta y sus partes. En la música popular, la posición es abso-
funde con el polo de la producción. De allí la dificultad, en el
luta. Cualquier detalle es sustituible, él desempeña su función
como el tornillo en una máquina. 54 marco de la teoría crítica, de elaborar una verdadera recepción
de los bienes culturales. El oyente carece de autonomía, sim-
Si se cambia "parte" por individuo y "todo" por sociedad in- plemente responde al estímulo provocado por la industria cul-
dustrial, se puede comprender cómo el pasaje revela una filo- tural. La música popular actúa por medio de "mecanismos-res-
sofía de la historia. Decir que el detalle es sustituible significa puesta" similares al reflejo condicionado. Cualquier resistencia
afirmar que la individualidad no existe en el sistema músico-so- posible sería fruto de un ajuste mal coordinado de la máquina
cial. El todo, esto es, la sociedad racionalizada, comanda el po- social, lo que por cierto podría repararse mediante el proceso
sicionamiento de las partes, y no existe, como en la música clá- de plugging descrito antes. La sociedad industrial se presenta,
sica, una armonía entre estructura y detalle. De la misma pues, como un test de opción múltiple, en el cual el repertorio
manera que los individuos se transforman en números estadís- ya ha sido organizado por la industria cultural. Al consumidor
ticos, o sea, son sustituibles, la música popular llena la parte le cabe escoger una de las respuestas sugeridas. Cuando Mar-
con estereotipos estandarizados. La estructura comanda y ma- cuse se refiere a la conciencia unidimensional, a menudo se en-
nipula la individualidad del detalle. tiende su interpretación como si todos los hombres pensasen
Por lo tanto, el proceso de fetichización no se restringe a la de la misma forma. Sería más correcto decir que la unidimen-
esfera de la producción, sino que alcanza al individuo. Al trans- sionalidad de las conciencias consiste en el hecho de estar so-
formarse en mercancía, la cultura le exige al consumidor que metidas a una imposición común. En este caso yo diría que los
la considere como un valor de cambio; la reificación del mun- hombres piensan "con la misma forma", esto es, en la misma
do tiene como consecuencia la cosificación de la conciencia. dirección (independientemente de los contenidos). La diver-
Una vez más se manifiesta el axioma frankfurtiano: la concien- sidad de los productos ofrecidos está organizada por un tipo
cia no puede ser libre en la sociedad industrial. Al estudiar la de opción que se satisface dentro de los límites determinados
fabricación del hit parade, Adorno observa: fuera de ella. Adorno dice que el gusto popular es un mero re-
conocimiento: "gustar de un disco exitoso es casi exactamente
58 Renato Ortiz
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 59

lo mismo que reconocerlo't.f? Se contrapone así el conocimien- formación de las conciencias. Sin embargo, se olvida que en ri-
to, que sería algo nuevo, al simple reconocimiento de lo que ya gor sólo es posible comprender la problemática de la cultura
existe. La "regresión del oído" es característica de un tipo de cuando se la considera como un producto del capitalismo avan-
escucha pertinente en la sociedad moderna. La incapacidad de zado. No se trata de una observación meramente histórica, si-
oír algo nuevo, de abrirse a "otra música", derivaría del auto- no que implica concebirla como una dimensión de la raciona-
matismo con que las masas reconocen lo que es socialmente lidad del sistema tecnológico. Dicho de otra manera, es la
distribuido. racionalidad del todo la que funda su existencia, y no la inver-
Se puede así entender mejor la crítica de la cultura en tan- sa. La cultura industrial tiene evidentemente un papel relevan-
to diversión. El verbo "divertir" tiene un doble significado. En te en la reproducción del orden social: integra a los individuos
cuanto distracción, la industria cultural permite que los indi- en la masa. U na de las características de la sociedad moderna
viduos ocupen sus horas de ocio fuera del tiempo de trabajo. es que constituye una "multitud solitaria". En ella, no existe más
Lo que cuenta no es el contenido particular de cada diversión, la clase social que agrega a los grupos antagónicos de personas.
su "valor de uso", sino el hecho de que las personas estén ocu- El individuo se encuentra alejado de los otros, aislado de sus
padas en algo. Como en el ejemplo de la música popular, el "iguales" en el proceso de indiferenciación social. A la industria
"detalle" es sustituible por cualquier otra actividad, siempre cultural le corresponde desempeñar el papel del cemento so-
que desempeñe la misma función. La tarea de la industria se- cial, unificando lo que se encontraba separado. Pero no es ge-
ría presentar un abanico renovable de productos para consu- neradora, no es la causa de este sistema de dominación; en rea-
mir. Pero ;1 término significa también "desviar". Al proporcio- lidad, la industria cultural se adecua, forma parte de una
nar un estimulo, que el receptor reconoce, la industria cultural racionalidad que le es anterior. En este sentido sería incorrec-
desvia la atención de éste de las cuestiones relativas a su "alie- to decir que ella crea "nuevas" necesidades. La industria cultu-
n.~ción": "?ivertirse significa estar de acuerda".58 La reproduc- ral "organiza esas necesidades en forma tal que el consumidor
cion del sistema estaría asegurada desde el momento en que aprenda a través de ellas que es sólo y siempre un eterno con-
la conciencia está dirigida por el repertorio de la opción, lo sumidor".59 Las necesidades derivan de un modo de vida pecu-
que la desplaza de un horizonte que le permitiría vislumbrar liar de la sociedad industrial y sólo se pueden comprender me-
otra realidad. diante el análisis de su totalidad histórica. Adorno observa que
el problema de las investigaciones sobre los medios de comuni-
cación proviene justamente del hecho de que los sociólogos los
Apariencia y cotidianidad aíslan de la sociedad abarcadora. "De allí la dificultad que ellos
encuentran para decir lo que la televisión hace con el pueblo.
Muchas veces nos enfrentamos con la cuestión de la impor- Porque por más que las técnicas avanzadas de la investigación
rancia de los medios de comunicación en la creación de nuevas empírica aíslen los factores específicos de la televisión, estos mis-
demandas, o mentalidades, junto al público. No es raro encon- mos factores reciben su fuerza de la totalidad del sistema.P'' Por
trar, en los debates que utilizan el marco de referencias frank- lo tanto, si el receptor es parte integrante del polo de la produc-
furtiano, afirmaciones que señalan cierta autonomía de la in- ción, sería contradictorio hablar de creación de necesidades.
dustrial cultural, y que le atribuyen un poder indiscutible en la ¿Cómo podrían ser creadas si la reproducción social encierra
60 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 61

igualmente al sistema y al individuo dentro de un único círcu- U n mundo sin la posibilidad de una alienación real. La
lo? Retomando e! ejemplo de la música, Adorno dirá: comparación de la industria cultural con la commedia dell'artees
reveladora. Adorno observa que e! estereotipo en las narrati-
Si hoy en día los oyentes no se pertenecen ya a sí mismos [... ]
vas televisivas tiende a aproximarse a la realidad; "hasta inclu-
esto significa también que no pueden ser ya influenciados. Los
polos contrapuestos de la producción y el consumo se hallan,
so en la voz y en el dialecto" se asemeja "a fulano y zutano", es-
respectivamente, subordinados entre sí y son dependientes re- to es, a tipos reales que pueden ser identificados por el
cíprocamente de modo aislado.v' telespectador. La commedia dell'arteestá cerca de la alegoría, sus
"tipos estaban tan alejados de la existencia cotidiana del públi-
Hablar de una influencia real de los medios de comunicación co que a nadie se le ocurriría adecuar su propio comportamien-
sería considerar la existencia de un receptor al menos relativa- to conforme a aquellos clowns enmascarados'tv' Donde existía
mente autónomo, justamente e! punto que la teoría niega. Co- diferencia, se tiene ahora adecuación.
mo considera Adorno en sus estudios sobre la televisión, e! me- Puesto que la industria cultural actúa en el sentido de la es-
dio es un producto del "antiespíritu objetivo" y como tal extiende tandarización de las conciencias, que ella confunde realidad e
sus tentáculos "incluso hasta a los productores". Entre emisor y ilusión, resulta que los medios de comunicación son incapaces
receptor no hay, por lo tanto, diferencias fundamentales. de crear una auténtica alienación. En este punto resulta escla-
La contradicción entre realidad e ilusión se extiende enton- recedor el contraste con el arte. El estatus del discurso artísti-
ces a la industria cultural. Adorno afirma que en la sociedad in- co se vincula a la noción de diferencia; el lema de la industria
dustrial "no hay más ideología en el sentido auténtico de falsa cultural es otro. Ella afirma: "Conviértete en aquello que eres".
conciencia, para la existencia de un mundo a través de su du- Donde el arte instaura una ruptura, la industria cultural refuer-
plicación "62 Quiero señalar en este pasaje la idea de duplica- za lo idéntico. Por eso la televisión viene a "dar brillo al cotidia-
ción. Si la distancia entre realidad e ilusión tiende a desapare- no ceniciento", mientras que lo "diferente sería insoportable
cer, tenemos un mundo en el cual la "alienación" (en el sentido porque recordaría (al telespectador) aquello que le está veda-
tradicional de! término) no existe. Por eso es posible decir que do".65 Horkheimer también cree que el arte está mal visto por
"la vida real se está transformando en algo indistinguible del e! pueblo porque "hace que las masas caigan en el horror". La
cine". El análisis de la televisión camina en la misma dirección. negativa de la sociedad a aceptarlo se debe al hecho de que el
Adorno la considera como un medio invasor de la privacidad, arte propone la existencia de un mundo diferente, desnudan-
que disminuye la distancia entre el producto y el telespectador. do la opresión de la vida cotidiana.
A! volverse un hábito cotidiano, la televisión confunde las fron- De esta perspectiva se deriva necesariamente el hecho de
teras entre realidad e imagen. que los análisis de contenido sean considerados secundarios.
En efecto, sólo existe un texto de Adorno dedicado al estudio
La imagen es tomada como una parcela de la realidad, como un de los mensajes televisivos. Y difícilmente podríamos definirlo
accesorio de la casa, que se adquirió junto con el aparato. No como un análisis de contenido en el sentido clásico del térmi-
sería ir demasiado lejos decir que, recíprocamente, la realidad no. El propio autor se ocupa, en la presentación de su argu-
es mirada a través de los ojos de la TV, que el sentido furtiva-
mentación, de llamar la atención del lector acerca de lo incon-
mente impreso en lo cotidiano vuelva a reflejarse en él. 63
veniente de esta metodología: "El análisis de contenido de los
62 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 63

diversos libretos de televisión fracasó, pero es posible leerlos y ejemplo: el uso de la radio. Adorno argumenta que es imposi-
estudiarlos mientras el espectáculo pasa volando'V" Se puede ble transmitir "buena música" en la radio, dado el hecho de
apreciar la desconfianza en el método cuando Adorno sugie- que ésta está marcada por el espíritu de la racionalidad. Llega
re que el material recolectado, 34 sc:ripts de televisión, debería incluso a decir que la radío degenera la sinfonía, que sólo po-
ser sometido a una muestra estadística. Pero añade de inme- dría ser transmitida en su plenitud cuando es ejecutada en vi-
diato que el grado de estandarización es tan alto que se descu- vo (un punto de vista que él mismo corregirá en el futuroj.?"
briría que "es posible completar las categorías que ahora fue- La actitud de Brecht es radicalmente opuesta. En un texto de
ron extraídas, pero que básicamente no se revelaría ningún 1930, él intenta encontrar una función, política y cultural, pa-
resultado nuevo".67 Es decir que la teoría crítica prescinde de ra este medio de comunicación que se está desarrollando rápi-
este tipo de análisis, pues ella descubre los puntos esenciales damente en Alemania."! Su crítica se dirige contra la forma en
del análisis fuera del contenido manifiesto. En realidad, Ador- que se utiliza la radio, pero no contra el medio en sí. Benjamin,
no no se interesa demasiado por los programas transmitidos, que confía en la apertura que propician las nuevas técnicas, es-
sino que es la propia televisión, en su día a día, lo que le impor- cribe una serie de dramas radiofónicos, llevados al aire en la
ta como material de reflexión. "El contenido específico del fe- década de 1920.72 En realidad, Benjamin, Brecht y Eisler creen
nómeno es menos importante que el hecho de que deba exis- que es posible, con los cambios técnicos, crear un arte progre-
tir cualquier cosa que llene el vacío de la conciencia sista. Adorno tiene dificultades para aceptar tal punto de vista.
expropiada y la distraiga del secreto abierto (su sumisión). "68 Para él,
El mismo tipo de observación se encuentra cuando Adorno ha-
ce la distinción entre mensaje abierto, el contenido y el men- [...] el concepto de técnica en la industria cultural sólo tiene en
saje oculto. Básicamente la televisión sería un tipo de empresa común con aquel que es válido para las obras de arte el nombre.
Éste se refiere a la organización inmanente de la cosa, a su lógi-
que se dirige al inconsciente del receptor, captándolo por me-
ca interna. La técnica en la industrial cultural, de su parte, en la
dio de su mensaje oculto. Este mensaje conformaría el compor- medida en que se refiere más a la distribución y reproducción
tamiento de las personas, independientemente de su conteni- mecánica, permanece al mismo tiempo exterior a su objeto. 73
do: "La mayoría de los shows de televisión se dirige a producir,
o al menos reproducir, la pasividad intelectual y la credibilidad Una técnica exterior a un objeto presupone que su conte-
que se une con el credo totalitario, aun cuando el mensaje ex- nido está sometido a una lógica que se halla fuera de él. Desde
plícito de la superficie de los shows sea antiautoritario". 69 Co- esta perspectiva, sería imposible hablar de "usos de la cultura",
mo en su análisis de la música popular, el acto de la escucha se como lo hace Hoggart, o de "táctica", como propone De Cer-
halla predeterminado por el esquema de producción, "antes tau, pues el "valor de uso" es eliminado de la praxis social, ya
que él (espectador) sea enfrentado a cualquier contenido". sea por el productor (artista), o por el receptor (consumidor).
No es casual que la Escuela considere el texto de los men- De cierta forma, el análisis frankfurtiano anticipa algunas tesis
sajes como un elemento secundario. Su concepción de la ideo- de McLuhan. Cuando éste publica más tarde sus ensayos sobre
logía, ya no como universo simbólico, sino como técnica, es sig- los medios de comunicación, Adorno comenta: "Irónicamente
nificativa. Esto queda claro cuando se tratan las diferencias McLuhan tiene razón: el medio es el mensaje. La sustitución
entre Adorno y autores como Benjamín, Brecht y Eísler. Un de los fines por los medíos sustituye las propíedades en los hom-
La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 65
64 Renato Ortiz

bres mismos'V" Una sociedad unidimensional es una sociedad No tengo dudas de que este rasgo de inevitabilidad caracte-
sin "finalidad", en la que los medios determinan la particulari- riza al pensamiento de la Escuela; sin embargo, sería importan-
dad de cada producto. Esto le permitirá a Adorno hablar de la te, en el final de esta reflexión, señalar algunas modificaciones
"televisión como ideología", y no de la ideologia transmitida por eventuales de este cuadro. Para ello desearía considerar dos ar-
la televisión, de la misma manera en que Habermas se refería a tículos de Adorno: 'Transparencias del filme", de 1960, y 'Tiem-
la técnica. po libre", de 1969.
Adorno no suele considerar al cine como un arte. En su po-
lémica con Benjamin deja claro que la técnica cinematográfica
¿Una ruptura del ciclo de reproducción? es exterior al objeto, lo que lo transforma en simple manifesta-
ción de la racionalidad sistémica. En el texto en cuestión, se re-
El análisis frankfurtiano está marcado profundamente por vé esta posición. Adorno establece una distinción entre filme y
su pesimismo. Dificilmente podríamos comprender las relacio- fílmico, retorn~ndo así a los ''viejos'' argumentos anticipados
nes entre cultura y política si quedaran circunscritas a su mar- por Benjamin. El dirá: "La emergencia tardía del filme hace que
co teórico. Conceptos tales como Estado, intelectuales, parti- sea dificil distinguir entre técnica y tecnología con la misma cla-
dos, están ausentes de su propuesta teórica. A veces se tiene la ridad que en el caso de la música". 75 En realidad, el filme no es
impresión de que la imagen del "fin de la historia" es una iro- copia de nada, o como decía Benjamín, la técnica es interior a
nía en relación con la utopía comunista. Una sociedad de ma- su existencia. Es posible, por lo tanto, distinguir entre los aspec-
sas, "sin clases", en la que el conflicto ya no se manifiesta; una tos fílmicos, expresados en un "cine de arte", y la lógica de los
sociedad "sin Estado", en la que la técnica penetra las concien- filmes comerciales. "En este tipo de cine, sorprendente y no pro-
cias individuales. Por lo tanto, una sociedad sin contradiccio- fesional, está inscrita la esperanza de que los llamados medios
nes, "sin alienación", según el marxismo clásico, significa el lleguen a ser eventualmente algo cualitativamente diferente. "76
congelamiento de la historia como fuerza motriz de las trans- Por primera vez se abre el espacio para que se instale una rup-
formaciones sociales. En el terreno de la cultura, el arte es la tura en el interior del proceso de producción.
única dimensión que trasciende la irracionalidad de lo real, Pero el análisis resulta aún más sorprendente cuando acom-
configurando la metáfora de una eventual transformación so- pañamos al autor en su razonamiento sobre la recepción. Al cri-
cial. Como la Escuela se niega a aceptar cualquier tentativa de ticar una vez más los análisis tradicionales de contenido, dirá
politización del arte, su naturaleza emancipadora sería mera- que éstos se fian de la intención del autor e ignoran la distan-
mente potencial. Con este artificio los frankfurtianos eluden cia entre la intención y su efecto sobre el receptor. Adorno lle-
las trampas que coloca el marxismo ortodoxo, y es posible evi- ga incluso a hablar de una ideología heterodoxa transmitida por
tar el tema de la instrumentalización del arte, por ejemplo, en el cine. Al analizar el comportamiento de los jóvenes, dice:
el realismo soviético o en el arte revolucionario. Pero esta con- Si hoy podemos ver en Alemania, en Praga, incluso en la con-
cepción no deja de plantear problemas. Si el arte representa servadora Suiza y en la católica Roma, muchachos y muchachas
el locus potencial del cambio, a los otros elementos de cultura cruzando las calles abrazados y besándose, es que ellos apren-
les resta el estatus de mercancía. El ciclo de la reproducción es dieron esto, y probablemente más, con los filmes [...[. Con la
inexorable. intención de manipular a las masas, la ideología de la industria
66 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 67

cultural se transforma internamente en antagonismo, como la doctorado de KIuge. Por otro lado, la realidad de los medios de
sociedad que ella pretende controlar. La ideología de la indus- comunicación en Alemania difiere de la que había experimen-
tria cultural contiene el antídoto para su propia mentira. Nin-
tado en los Estados Unidos. También en la década de 1960 rea-
gún otro argumento podría hacerse en su defensa.?"
liza una serie de conferencias por radio, lo que supone en cier-
El texto sobre el ocio refuerza este punto de vista. A pesar ta .manera que su actitud se ha modificado. En 1969, por
de que el artículo se dedica fundamentalmente al análisis del pnmera vez, acepta firmar la coautoría de su libro sobre cine y
tiempo libre como prolongación del tiempo del trabajo, se música en compañía de Eisler8 1 El texto había sido publicado
abre hacia una perspectiva diferente. Aquí, explícitamente, el en inglés, en 1947, pero sólo con la firma de Eisler. Según Ador-
axioma de la no libertad de la conciencia es parcialmente cues- no eso se debía a cierta precaución de su parte en relación con
I~ amenaza del macarthismo, que en aquel momento se propo-
tionado. En referencia a la industria cultural y su proceso de
dominación, leemos: "La conclusión debería ser que la indus- ma expulsar al hermano de Eisler, un activista político, de los
tria cultural y los consumidores se adecuan entre sí. Pero la in- Estados Unidos. La explicación es dudosa y envuelve una serie
dustria cultural se hizo total y se puede dudar de si esta ecua- de polémicas entre los exiliados alemanes residentes en los Es-
ción, industria cultural y conciencia de los consumidores, es tados Unidos. Lo que importa destacar es que el libro no era
válida".7s Basado en las investigaciones empíricas producidas "bien visto" por Adorno debido a que Eisler había introducido
en el Instituto en Alemania, Adorno logra captar elementos un "desvio" brechtiano (la cuestión de la función del arte en la
que había ignorado antes. Un ejemplo es el análisis de una se- sociedad). Miriam Hansen está en lo cierto cuando dice que
rie de entrevistas realizadas sobre el casamiento de la princesa Adorno, al asumir la autoría del libro en el final de su vida, tal
Beatriz de Holanda con un joven diplomático alemán. El resul- vez estuviese indicando un acuerdo con un punto de vista simi-
tado de la investigación revela que un número razonable de lar al de los jóvenes autores del nuevo cine alemán.
entrevistados se comporta de manera crítica con relación al Sin embargo, es necesario ser cauteloso. MartinJay piensa
suceso. Eso lo lleva a hablar de "síntomas de una conciencia que sería erróneo hablar de una nueva posición de Adorno
desdoblada", o sea, "las personas consumen y aceptan lo que respecto de la cultura de masas. En realidad, el cine aún es
propone la industria cultural, pero, como una especie de re- considerado un arte menor en relación con las otras artes y el
serva [...], los intereses reales del individuo conservan poder propio autor no aclara la cuestión de la resistencia de una
suficiente para resistir dentro de ciertos límites a su cautiverio eventual "conciencia desdoblada" en el tiempo libre. Creo que
total"."? La conciencia desdoblada se distanciaría así de la con- la vivencia alemana le plantea a Adorno nuevos problemas, pe-
ciencia unidimensional. ro la revisión de su perspectiva teórica como un todo es algo
Esta reorientación del pensamiento se vincula por cierto con que requiere mayor aliento, que implicaría una crítica profun-
el clima de la sociedad alemana en los años sesenta. Miriam da de su propia filosofia de la historia. Marcuse intentó en par-
Hansen llama la atención hacia el hecho de que Adorno, al aso- te enfrentar este desafio cuando, en los años sesenta, buscaba
ciarse con Alexandre KIuge, termina de cierta forma sufriendo en los movimientos alternativos una impugnación del aparato
su ínfluencía.s" Adorno acompaña el surgimiento del nuevo ci- tecnológico. Sin embargo, sus planteos nunca llegaron a cons-
ne alemán, que en su primera generación produce cineastas co- tituir un cuerpo teórico capaz de reformular su diagnóstico de
mo KIuge o Schlondorf. Incluso es el orientador de la tesis de la sociedad industrial. El concepto de industria cultural sigue
68 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 69

siendo, para el pensamiento frankfurtiano, la piedra de toque 10 H. Marcuse, The Aesthetic Dimension: Toward a Critique ofMarxist Aesthe-
para entender la sociedad de masas. Y esto por cierto dificul- uc; Bastan, Beacon Press, 1978, p. 13. Véase también Th. W. Adorno, Théorie
ta la comprensión de la problemática cultural en el mundo esthétique, París, K.linckisieck, 1974. [Teoría estética, Madrid, Taurus, 1971.]

contemporáneo, en el que la propia idea de "masas" se torna 11 Véase Th. W. Adorno, "Engagement". Notas deliteratura, Río de janei-
discutible. ro, Tempo Brasileiro, 1973. [Notas de literatura, Caracas, Monte Ávila, 1975.J
12 Th. W. Adorno, "Cultural criticism", P. Connerton (comp.), Critical So-

ciology. Londres, Penguin Books, 1978, p. 270.


13 H. Marcase, "Acerca del problema de la ideología en la sociedad in-
Notas dustrial altamente desarrollada", ob. cit., p. 357.
14 Adorno incluso escribe sobre Huxley. Véase "Aldous Huxley and uto-

1 El libro de José Guilherme Merquior, Arte e sociedade, es de 1969; el de pía", Prisms, Cambridge, MIT Press, 1982.
Marcuse, A ideología da socíedade industrial, de 1968. En la misma época, Luís 15 H. Marcuse, "Remarques a propos d'une redéfinition de la culture",
Costa Lima compiló el libro Teoría da cultura de massa. En el Brasil, la edito- Culture et société, París, Minuit, 1970, p. 311.

rial Tempo Brasileiro tuvo un papel fundamental en la divulgación del pen- 16 Walter Benjamín, "A obra de arte na época de suas técnicas de re-
samiento frankfurtiano. producáo", Benjamin, Habermas, Horkheimer, Adorno, Colecáo Os Pensado-
2 Para un análisis histórico del Iluminismo, véase, entre otros, Peter Gay, res, ob. cit. ["La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica",
TheEnlightment, Londres, W. W. Norton and Co., 1977. Discursos interrumpidos J, Madrid, Taurus, 1989.]

3 Theodor W. Adorno y Max Horkheimer, "O conceito de iluminismo", 17 H. Marcuse, "Le caractere affirmatif de la culture", Culture et société, ob.
Dialética do esdaredmento; Río de Janeiro,Jorge Zahar, 1985. [Dialéctica del Ilu- cit. Véanse tambiénJürgen Habermas, L'Espace public, París, Payot, 1978, y
minismo, Buenos Aires, Sudamericana, 1978.] "The public sphere", New German Critique, v, 1, n'' 3, otoño de 1971; M. Hork-
4 Véase Phil Slater, A origem e o significado da Escola de Frankfurt, Río de Ja- heimer, "Art and mass culture", Studies in Philosophy and Social Saences, ns 1,
neiro, Zahar; 1978. 1941.
5 Jürgen Habermas, "Técnica e ciencia como ideologia", Benjamin, Haber- 18 H. Marcuse, ob. cit., p. 110.
11UL'i, Horl<heimer; Adorno, Colecáo Os Pensadores, San Pablo, Abril, 1975-a, p. 313. 19 Leo Lowenthal, "Historical perspectives of popular culture", Literature
6 Herbert Marcuse, "Sorne implications of modern technology", Studies and Mass Culture, New Jersey, Transaction Books, 1984, p. 4.

in Philosophy and Social Sciences, n'' 1, 1941. 20 Th. W. Adorno, "Cultural criticism", ob. cit., p. 264.
7 Th. W. Adorno y M. Horkheimer, Temas básicos de sociología, San Pablo, 21 Th. W. Adorno, In Search ofWagner, Londres, NLB, 1981.
Cultrix, 1973, p. 200. Véanse también M. Horkheimer, "Un nuevo concepto 22 Th. W. Adorno, "On popular music", Studies in Philosophy and Social

de ideología", y H. Marcuse, "Acerca del problema de la ideología en la sa- Sciences, n" 1, 1941; "Perenialjazz", Prisms, ob. cito
ciedad industrial altamente desarrollada", Kurt Lenk (comp.), El concepto de 23 H. Marcuse, Culture et société, ob. cit.

ideología; Buenos Aires, Amorrortu, 1971. 24 Th. W. Adorno, "Culture and administration", Telos, ns 37, invierno de

8 H. Marcuse, "Acerca del problema de la ideología en la sociedad indus- 1979.


trial altamente desarrollada", ob. cit., p. 356. 25 W. Benjamin, "Sobre algunos temas en Baudelaire'', Benjamin, Habermas,

9 Véase H. Marcuse, A ideología da sociedade industrial, Río de janeiro, Za- Horkheimer, Adorno, Colecáo Os Pensadores, ob. cit., p. 50. ["Sobre algunos te-
bar, 1968. mas en Baudalaire", Iluminaciones II. Poesía y capitalismo, Madrid, Taurus, 1972.}
70 Renato Ortiz La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura 71

26 Véase cómo Adorno considera la cuestión de la clase en Introduction lo 43 W. Dieterle, "Hollywood and the European crisis", Studies on Philosophy
Sociology o/ Music, Nueva York, The Seabury Press, 1976, o incluso la argumen- and Social Saences, nº 2,1941.
tación de Marcuse contra Lucien Goldman, The Aesthetic Dimension: Toward a 44 Th. W. Adorno, "A social critique of radio music", Kenyon Review, pri-

Critique01Marxist Aesthetic, ob. cito mavera de 1945, p. 208.


27 Gustave Le Bon, La psychologie desJoules, París, Felix Alean, 1913, p. 180. 45Th. W.Adorno (etal.), TheAulhoritarianPersonality, Nueva York, W. W.
[La psicología de las masas, Madrid, Morata, s/d.] Norton & Company, 1950.
28 Th. W. Adorno y M. Horkheimer, Temas básicos de sociología, ob. cit. 46 W. Benjamin, "A obra de arte na época de suas técnicas de reprodu-
29 Sobre las implicaciones del concepto de masa, véase también Gabriel cáo", ob. cit., p. 27.
Cohn, Sociologia da comunicaciio: teoría e ídeología; San Pablo, Livraria Pioneira, 47 Th. W. Adorno, "Letters to Walter Benjamín", Th. W. Adorno (et al.) ,
1973. Aesthetir and Politics, Londres, NKB, 1979.
30 José Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, Madrid, Revista de Occi- 48 Véase Th. W. Adorno, "A indústria cultural", Gabriel Cohn (comp.),
dente, t.IV, 1966, p. 148. Comunicafiio e indústria cultural; San Pablo, Nacional, 1975.
SI ¡bid., p. 188. '·lbid., p. 293.
32 Véase Wilson Pereira (comp.), Della Volpe, San Pablo, Ática, 1979. so Th. W. Adorno y M. Horkheimer, "O iluminismo como mistificacáo
33 Th. W. Adorno, "Transparencies on film ", New gmnan critique, ns 24-25, das massas", L. Costa Lima, Teoria da cultura de massas, p. 160.
otoño-invierno de 1981-1982. 51 Duncan Mac Dougald, "The popular industry", Lazarsfeld y Stanton
34 Th. W. Adorno y M. Horkheimer, "O conceito de iluminismo", ob. cit., (comps.), Radio Research, ob. cit.
p.120. 52 Véase Sergio Miceli (comp.), A economía das trocas simbólicas, San Pa-
55 M. Horkheimer, Apuntes: 195().1969, Caracas, Monte Ávila, 1976, p. 91. blo, Perspectiva, 1975.
36 Th. W. Adorno, "Veblen's attack on culture", Studies on Philosophy and 53Th. W. Adorno, "On popular music", ob. cit., p. 18.
SocialSciences; ns 3, 1941. 54 Ibid., pp. 19 Y22.
37 Th. W. Adorno, "Spengler after the decline", Studies on Philosophy and 55 Th. W. Adorno, "O fetichismo na música e a regressáo da audicáo", Ben-
SocialSciences, n" 2,1941, pp. 65-66. jamin, Habermas, Horkheimer, Adorno, Colecác Os Pensadores, ob. cit., p. 178.
38 Th. W. Adorno, "Progreso", Consignas, Buenos Aires, Amorrortu, 1973, 56 Th. W. Adorno, "The radio symphony", ob. cit., p. 135.

p.36. 57Th. W. Adorno, "O fetichismo na música e a regressáo da audicáo",


39 Phil Slater; A origem e o significado da Escolade Franhfurt, ob. cit., p. 172. ob. cir., p. 173.
40 M. Horkheimer, "Art and mass culture", ob. cit., p. 293. 58 Th. W. Adorno, "La televisión como ideología", Intervenciones: nueve
41 Sobre las relaciones entre Lazarsfeld y el Instituto, véanse David Mo- modelos de critica, Caracas, Monte Ávila, 1969, p. 180.
rrison, "Kultur on culture: the case ofT. W. Adorno y Paul Lazarsfeld", Social 59Th. W. Adorno y M. Horkheimer, "O iluminismo como mistificacáo
Research, v. 45, n'' 2, 1978; Michel Pollak, "Paul Lazarsfeld, fondateur d'une das massas", ob. cit., p. 177.
multinationale scientifique", Actesde la Recherche en SdencesSociales, n'' 25, ene- 60 Th. W. Adorno, "Ielevisáo, consciencia e indústria cultural", Gabriel
ro de 1979; P. Lazarsfeld, "Remarks on administrative and critical communi- Cohn (comp.}, Comunicacdo e indústria cultural; ob. cit., p. 346.
cation research", Studies on Philosophy and SocialSciences, nº 1, 1941. 61 Th. W. Adorno, "O fetichismo na música e a regressáo da audicáo",
42 Edward Suchman, "Invitation to music", P. Lazarsfeld y F. Stanton ob. cit., p. 187.
(comps.), Radio Research, Nueva York, Duell Sloan and Pearce, 1942. 62 Th. W. Adorno, "Cultural criticism ", ob. cit., p. 275.
72 Renato Ortiz

63 Th. W. Adorno, "Televisáo. consciencia e indústria cultural", ob. cit.,


p.349.
64lbid., p. 353.
65 lbíd., p. 349. Durkheim: arquitecto
66 Th. W. Adorno, "La televisión como ideología", ob. cit., p. 75. y héroe fundador
67 Ibíd., p. 76.
68 Th. W. Adorno, "Cultural criticism", ob. cit., p. 271.
69 Th. W. Adorno, "Televisión and patterns of mass culture", Rosenberg El periodo que describe Durkheim, en el cual tuvo un
y White (comps.), Mass Culture, Nueva York, Free Pass, 1964, p. 479. papel tan grande, puede ser llamado como el de los
70 Th. W. Adorno. 'lile radio symphony", ob. cit. fundadores. En eseperiodo la sociología se constituye
como ciencia. Se emancipa de la moral, de la política,
71 Brecht, "Radio as a mean of cornmunication: a talk 00 the function of
de las investigaciones normativas;por un lado, rompe
radio", A. Mattelart y S. Sieglaub (comps.}, Communication and ClassStruggle, con lafilosofía; por otro, con la literatura y la música.
Nueva York, International General, v. 2, 1983. Mareel Mauss
72 W. Benjamin, Tre drammi radiofonici, Tuno, Einaudi, 1978.
73 Th. W. Adorno, "A indústria cultural", ob. cit., p. 290.
74 TIl. W. Adorno, Consignas, ob. cit., pp. 171-172.
75 Th. W. Adorno, "Transparencies on film", ob. cit., p. 200.
76 Ibíd., p. 199.
77 Ibíd., p. 202.
78 Th. W. Adorno, "Tiempo libre", Consignas, ob. cit., p. 62. Desde el regreso de su visita a Alemania, en 1886, Durkheim
79 Ibíd., p. 63. tenía un proyecto: fundar un nuevo campo científico. No es fá-
so Miriam Hansen, "Introduction to Adorno's Transparencies", Ne» Ger-
cil estimar hasta qué punto la estada en el exterior lo influyó
man Critique, n'' 24-25, otoño-invierno de 1981-1982. en esta dirección. Los críticos y comentaristas de su obra han
SI Th. W. Adorno y Hans Eisler, El cine y la música, Madrid, Fundamen-
subestimado o sobrevalorado el viaje. Un autor como Terry
tos, 1976.
Clark considera que L :Année Sociologique toma como modelo de
investigación colectiva a los institutos alemanes, en particular
el laboratorio de psicología de Wudnr.' Otros han ido más le-
jos al decir que la sociología era una ciencia totalmente impor-
tada de Alemanía." Algunas veces es el propio autor quien in-
duce al lector a no considerar la influencia alemana, ya que en
textos posteriores tiende a presentar la sociología como una
"ciencia esencialmente francesa"."
En realidad, a pesar del pasado promisario -Saint-Simon,
Proudhon, Comte-, las ciencias sociales se desarrollaron tar-
díamente en Francia. Durkheim tiene conciencia de eso cuan-
74 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 75

do afirma que él "esperaba las luces" de Alemania." Al reflexio- de la religión al conocimiento de sus funciones. La creencia en
nar sobre el asunto, llega incluso a vincular las causas de ese Dios sería un fenómeno psicológico del fuero íntimo y, por con-
atraso con las condiciones políticas de la época. Su interpreta- siguiente, la nueva disciplina no debería ocuparse de ella. Hay
ción no deja de ser seductora. Durkheim argumenta que el sur- que destacar que los escritos de esa época tratan, sobre todo, acer-
gimiento de la reflexión sociológica se produce con el desmo- ca de la posibilidad de la existencia o no de una ciencia social; el
ronamiento del Antiguo Régimen. La Revolución Francesa autor esboza una respuesta a tal inquietud:
desempeña así un papel fundamental, al desorganizar todo un
[...] discutir para saber si una ciencia es posible y viable es siem-
marco de referencia intelectual y al abrir un espacio para un
pre una pérdida de tiempo. En 10que concierne a la sociología,
nuevo orden de ideas. "Durante los primeros años de la Restau- la cuestión no sólo es innecesaria, sino que es perjudicial. La so-
ración tuvo lugar un verdadero ímpetu de entusiasmo raciona- ciología existe, vive y progresa, tiene un objeto y un método,
lista. Se esperaba que los medios para rehacer la organización comprende una variedad 10 suficientemente amplia de proble-
mas como para justificar desde ya una división del trabajo; ha
moral del país sólo podrían provenir de la razón, esto es, de la
suscitado trabajos notables tanto en Francia como en el extran-
ciencia. De esta efervescencia intelectualista resultaron, simul- jero, y sobre todo en el extranjero."
táneamente, el saintsimonismo, el fourierismo, el comtismo y
la sociología." Pero, con los acontecimientos de 1848, se pro- Palabras apresuradas, que contrastan con la prudencia ex-
duce un "retroceso", porque las "causas profundas que habían hibida en la clase inaugural en Burdeos:
dado origen a la sociología, y que sólo ellas podían mantener
viva, habían acabado por perder su fuerza"." La sociología se Encomendado de enseñar una ciencia nueva y que sólo cuenta
eclipsa para resurgir después de la guerra de 1870, con la mi- con un pequeño número de principios definitivamente estable-
cidos, sería una temeridad de mi parte no sentir recelo ante las
o na del régimen imperial y el ascenso de la Tercera República. dificultades de mi tarea. Además, hago esta confesión sin dificul-
Ante esa ausencia, podía encontrarse una referencia intelec- tad y timidez. Creo, en efecto, que en nuestras universidades, al
tual sólida en los trabajos elaborados en Alemania y, en menor lado de estas cátedras, desde cuya altura se enseña la ciencia ya
medida, en Bélgica e Inglaterra. Si se toma como punto de parti- hecha y las verdades adquiridas, hay lugar para otros cursos en
los que el profesor va haciendo la ciencia a medida que la ense-
da la clase inaugural "Curso de ciencia social" (Burdeos, 1888),
ña; donde encuentra oyentes que no son sólo alumnos sino tam-
se puede decir que el proyecto se cristaliza entre 1885 y 1888. Los bién colaboradores, con los cuales investiga, sondea y a veces tam-
primeros escritos son más bien reseñas críticas de diversos libros bién se equivoca. No vengo, por lo tanto, a revelar una doctrina
que tratan, en general, sobre la existencia y las divisiones de la so- cuyos secreto y privilegio estarían en manos de una pequeña es-
ciologia. Véanse, por ejemplo, los comentarios sobre las obras de cuela de sociólogos, ni menos aún a proponer panaceas para cu-
rar a nuestras sociedades modernas de los males que pueden pa-
Glumplowicz, Schaeffle, Spencer y De Oreef." Sería, sin embar- decer. La ciencia marcha más lentamente; precisa tiempo, mucho
go, prematuro imaginar que sus ideas estaban ya plenamente ela- tiempo, sobre todo para hacerse prácticamente utilizable."
boradas en esa fase. Es posible discernir varias lagunas, que po-
nen de manifiesto las dificultades y contradicciones que Así se explicita el proyecto. Los cursos de Burdeos anticipan
enfrentaba. En un comentario acerca de Spencer, Durkheim los escritos futuros y funcionan como ensayos para las ideas que
plantea que la sociología debería ser una disciplina distinta de la desarrollará más tarde." Hay una lógica secuencial en las prime-
historia de las religiones, lo que significa circunscribir el estudio ras publicaciones: La divísión del trabajo social (1893) establece el
76 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 77

objeto de la sociología, Las reglas delmétodo sociológico (1895) sien- Una universidad mejor equipada, moderna, dotada de ga-
tan las bases de una metodología específica de la nueva ciencia, binete para el rector, salones, sala de consejo y comisiones, au-
El suicidio (1895) aplica el método a un terreno considerado has- ditorios para los estudiantes.
ta entonces ajeno al dominio sociológico. Cuando se crea L'An- Esa reasignación espacial refleja una voluntad más amplia,
née Sociologique en 1898, el pensamiento durkheimiano ya está inserta en una política que percibe a la educación como elemen-
definido; se trata ahora de consolidar y expandir un conoci- to ideológico de cohesión social. En la Tercera República se im-
miento por medio de un equipo de investigadores especializa- plementa una reestructuración total de la enseñanza primaria y
dos en el estudio de diferentes ramas de la sociedad. secundaria, cuya finalidad es integrar las diversas partes del país.
Pero ¿qué es un fundador sino un arquitecto que, al reco- Se puede tener un cuadro de la época cuando se constata que
nocer el terreno existente, derriba antiguos muros para la cons- hasta 1870 la mayoría de las personas habitaba en las zonas ru-
trucción de nuevas fronteras? Varios autores han enfatizado el rales y se encontraba alejada de los destinos nacionales; en 1863,
hecho de que la sociología surgiera con la expansión de la ra- un cuarto de la población no hablaba el francés y vivía en comu-
cionalidad burguesa. lO En este sentido, las ciencias sociales sur- nidades que tenian sus propios idiomas.!" Era común que se ha-
gen como instrumento de reformas políticas. Pero es posible blara de "dos Francias". Una civilizada, culta, heredera de la Re-
utilizar la imagen de "reforma" también en el sentido arquitec- volución y del espíritu iluminista; otra salvaje, ruda, adversa a las
tónico: las transformaciones del espacio urbano, que caracte- transformaciones, conservadora de un modo de ser característi-
rizan a las grandes ciudades europeas en la segunda mitad del co del Antiguo Régimen. En ese contexto la educación adquie-
siglo XIX, expresan un espiritu de modernidad inscrito en la re la función de amalgama entre la diversidad de las partes, lo
materialidad de las calles, plazas, edificios. Los trabajos de que para algunos incluso eliminaría los conflictos sociales. La
Haussmann en Paris o los proyectos arquitectónicos de la función del profesor, sobre todo en las escuelas primarias, ad-
Ringstrasse en Viena traducen la consolidación y la legitimidad quiere así un acentuado carácter ideológico. Es visto como por-
de un gusto y de un imaginario de las clases dirigentes. En el tavoz de una cultura "civilizada y moderna" que debía extender-
caso francés, tales cambios no se limitan a la remodelación de se a los confines del país. La palabra misión adquiere un valor
los grandes bulevares: también afectan a establecimientos es- sagrado, y resurge en varios momentos en los textos del autor.
pecíficos como las universidades. La vieja Sorbona, que había Por ejemplo, cuando se refiere al poder de convicción del pro-
sido fundada por Robert de Sorban en 1303 y remodelada en fesor, portavoz de los valores encarnados en el Estado laico:
1627, es completamente reconstruida. Dirá Durkheim en rela-
ción con sus nuevas funciones: Lo que reviste de autoridad a la palabra del sacerdote es la idea
elevada que él posee de su misión; él habla en nombre de un
dios en el cual cree, de quien se siente más próximo que la mul-
Para colocarla a la altura de su nueva misión, hubo que trans-
formarla. Todos las antiguas edificaciones fueron demolidas, titud de los profanos. El maestro laico puede y debe tener algo
de este sentimiento. De la misma manera que el sacerdote es el
con excepción de la iglesia que había construido Richelieu y
donde se encuentra su tumba. Simultáneamente, la Súrbana fue intérprete de su dios, él es el intérprete de las grandes ideas mo-
ampliada en todos lados; forma un vasto rectángulo de 21.000 rales de su.tiempo y de sus antepasados.P
metros cuadrados, el triple de la superficie que ocupaba la
Sorbona de Richelieu.! 1 Esta ideología moralizante y civilizadora tiene reflejos impor-
tantes en la universidad, dado que ésta es el lugar por excelen-
78
Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 79

cia de la formación de cuadros para la vida social y política. Pe- rior, la consolidan cualitativamente y fortalecen la especialización
ro existe también otra dimensión, de carácter práctico. Jules de las disciplinas. Para tener una idea, las antiguas universidades
Ferry, ministro de Educación, pensaba que el espíritu científico del interior no tenían ni siquiera un público profesional, pero, a
descendería desde las alturas de la universidad hasta los niveles partir de la reformulación de la enseñanza, la docencia y la inves-
inferiores de la sociedad. l ' En este sentido el término "misión" tigación se dirigen a una audiencia calificada. Las cátedras se es-
adquiere otra dimensión, distinta de la anterior, ya que en el nú- pecializan (se eliminan progresivamente materias como literatu-
cleo de la propuesta ideológica residía en un programa de estí- ra extranjera, literatura antigua, historia, filosofia, a favor de una
mulo a la producción científica. Como observa Victor Karady, especialización más acentuada, como literatura griega, literatura
[...] la sociología universitaria está vinculada a una innovación latina, épocas históricas, períodos de historia literaria, etcétera) y
institucion~l que estuvo por completo bajo la responsabilidad se introducen otras disciplinas: geografia, pedagogía, sociología,
de la autoridad administrativa, así como una serie de innovacio- psicología.'? Cuando Durkheim afirma que la sociología vive una
nes paralelas en el tiempo; todas esas innovaciones responden "era de especialidades", en el fondo está traduciendo un movi-
a preocupaciones ideológicas y a un proyecto de renovación
científica de las universidades.t> miento que se realiza en los diferentes campos intelectuales.
Sin embargo, este proceso ha sido descrito muchas veces ca-
Junto a las necesidades políticas se alinean intereses de or- si únicamente en términos de institucionalización y de expansión
den académico. La valorización de la universidad como foyer de de un mercado universitario. No tengo dudas de que en parte es-
vze sCl,:"tifique es vital para el florecimiento de la SOCiología en te tipo de interpretación es útil. Jean Louis Fabiani, por ejemplo,
Francia. No es casual que Durkheim, al hacer el balance de las describe de manera convincente el surgimiento de un mercado
diferentes corrientes sociológicas de fines de siglo, se defina co- de bienes filosóficos que se consolida con las reformas universi-
mo participante del "grupo universitario", un espacio concre- tarías.l'' Pero no se puede perder de vista que el movimiento de
to en el cu~l se ~nserta y que brinda las condiciones objetivas especialización significa también para algunas disciplinas, y éste
para la realízacíón de su ambición personal. es el caso de la sociología, la conquista de una autonomía episte-
George Weiz describe sugestivamente el período de la Terce- mológica. La profesionalización de las ciencias humanas implica
ra República Como el del surgímiento de la moderna universidad también públicos específicos, esto es, un patrón de legitimidad
francesa.!" En efecto, el sistema universitario republicano intro- propio del orden de cada disciplina. Durante el período republi-
duce una ruptura con el pasado. Son varias las transformaciones cano aparecen varias revistas que se esfuerzan por encontrar a es-
llevadas a cabo: implantación de una red de enseñanza nacional te público, que luchan por una delimitación más precisa de sus
que descentraliza el monopolio que ejercía París en relación co~ áreas de acción: en filosofia, la ReouePhilosophique (1876) y la Re-
el,interior (el monopolio pasa a ser hegemonía); expansión del VIle de Métaphysique de la Morale (1893); en psicología, L'Année Psy-
numero de puestos de profesores; construcción de una infraes- chologique (1895); en sociología, La Rejorme Sociale (1881), La Scien-
tructura material (edificios, laboratorios, bibliotecas); creación ce Sociale (1886), la Reoue Internatumale de Sociologie (1893) y
de una carrera universitaria (chargé decours, maestro de conferen- L 'AnnéeSociologique (1898). Muchas de esas publicaciones cargan
c~~' profesor ad~unto, profesor titular); incentivo a la investiga- aún la herencia de cierto eclecticismo, pero sin duda se orientan
cion; introducción de un sistema de becas para los estudiantes. hacia un movimiento de autonomización y profesionalización de
Tales cambios expanden cuantitativamente la enseñanza supe- las diferentes ramas de las humanidades.
81
Durkheim: arquitecto y héroe fundador
80 Renato Ortiz

Un texto que trabaja de manera interesante la especificidad


Límites y fronteras de lo social es la tesis latina, escrita en 1892. Durkheim parte del
Para que exista una verdadera sociología es necesario que se
principio de que toda disciplina científica debe tener un o~je­
produzcan, en cada sociedad, fenómenos de los cuales esta so- to propio. La evaluación de la obra de Montesq':'l~u es realiza-
ciedad sea la causa específica, y que no existirían si ella no exis- da desde esta perspectiva: ¿en qué medida cumph~a con los ~n;
tiese, que son lo que son porque ella se constituye como tal. Só- terios necesarios para el surgimiento de una CIencia de lo sociali
lo se puede fundar una ciencia que posea como materia un
Una primera condición sería la oposición entr: individuo y sa-
factor sui generis, distinto de aquellos que constituyen el objeto
de estudio de las otras ciencias.'? ciedad. Así, en El espíritu de las leyes, Montesquieu no pretende
estudiar a los hombres que gobiernan, sino a las sociedades con-
Hay un término que reaparece con insistencia en los escri- cretas. Por eso construye una tipología que clasifica las diversas
tos durkheimianos: "su; generis". La recurrencia con la que lo formas de gobierno que las constituirian: rep~~lica (democra-
utiliza manifiesta la tenacidad del autor en la prosecución de cia y aristocracia), monarquía, gobierno despotlCo. Sm e.mbar-
su objetivo. Bachelard decía que la física se erigió como cien- go, no es la forma de gobierno la que deter~ma a la sOCled~d,
cia en el momento en que rompió con la alquimia y la explica- sino lo contrario. La república florece en las CIUdades pequenas
ción religiosa del mundo. Esto es, cuando constituyó un corpus (Grecia antigua) y sus límites son estrechos; el volumen de po-
teórico autónomo. La inteligibilidad de los fenómenos natura- blación es limitado y favorece una mayor cohesión social. Pues-
les se da por tanto en el interior de un cuadro que delimita la to que la división del trabajo es reducida, existe mayor control
propia disciplina, independientemente de las demandas y de de la desigualdad entre las riquezas, situación que se caracten-
las especulaciones de orden externo. Durkheim aspira a lo mis- zaría por el hecho de que la vida social forma "un bloque de ele-
"22
mo: explicar lo social por lo social. Lo que admira en Condor- mentas de la misma naturaleza, yuxtapuestos unos a 1as otros.
cet, Saint-Simon, Spencer, Cornte, es justamente el hecho de El cuadro que se presenta en la monarquía es diferente ..Las fun-
que hayan percibido tal especificidad. Sobre los economistas ciones sociales están distribuidas en vanas clases (agncultura,
clásicos dirá lo siguiente: "Fueron los primeros en proclamar comercio, artesanado, etcétera); el volumen medio de la pobla-
que las leyes sociales son necesarias como las leyes físicas y en ción es superior al de las ciudades republicanas; la división del
hacer de este axioma la base de una ciencia".2o Su análisis de trabajo tiende a aumentar, Yse hace necesano un poder c~ntr~­
los pensadores del siglo XVIII pone de relieve la misma proble- lizador. Sin embargo, la competencia entre las partes limitaría
mática. Incluso su lectura de Rousseau, cuya doctrina del con- el poder del monarca y llevaría a que todas ellas co~tribuyes~n
trato social plantea un entendimiento racional entre los indi- a la armonía del todo. Por último, el gobIerno despótico se vm-
viduos, revela que la "sociedad no es natural, sino artificial en cula a un tipo de sociedad que, al haber crecido más allá de los
segundo grado".21 La sociedad conformaría un reino apane del límites de la posibilidad de control, a causa de su volumen, su
"estado de naturaleza" en el que se encontraba sumergida la extensión y el gran número de súbditos, requiere el uso de la
individualidad asocial de las personas. Durkheim valoriza a fuerza como único elemento de cohesión social.
Saint-Simon y a Comte como precursores de la sociología por Se puede percibir cómo Durkheim anticipauna, serie de ar-
la misma razón: por haber explicado lo que hay de particular gumentos que serán mejor elaborados en La dz~zszon del traba¿o
en la sociedad, con lo cual abrieron el camino para una nueva social. El rasgo que define a la república es la solidaridad meca-
esfera del conocimiento (fisiología social y sociología).
82 Durkheim: arquitecto y héroe fundador 83
Renato Ortiz

nica, donde los gobernados participan de manera inmediata de Lo mismo ocurre con la sociología. Se impone ~na ruptu-
una conciencia colectiva que los envuelve; en cambio, la solida- ra con las antiguas formas de conocimiento, lo que SIgnifica u,n
ridad orgánica sería fruto de una estado de desarrollo en el que distanciamiento de la filosofía, que hasta entonces man~e,?'a
las partes de la sociedad se especializan y constituyen el funda- cierto monopolio en la reflexión sobre la sociedad, La distin-
mento del gobierno monárquico. El análisis de la obra de Mon- ción que Durkheim establece entre métodos deductivo e mduc-
tesquieu revela aun otros elementos, como el clima y el suelo, tivo es fundamental. Al proponer que los hec.ho~ sociales se~
que serían causas secundarias en la formación de las sociedades. pensados como "cosas" (y no que son cosas), mV1e:te la pr~ml­
La extensión de las llanuras favorecería el despotismo; las islas sa anterior que los consideraba desde la perspectiva de com.o
y las montañas circunscribirían la autoridad del jefe; la tierra po- "deberían ser". Fundar una ciencia "positiva" impli~aba partir
co fecunda estimularía la frugalidad de la república. Durkheim de la realidad, de la observación de los hechos, alejarse de las
concluye así su razonamiento: "Del tamaño de un pueblo, de la prenociones e imponer un abordaje ind~ctiv~ que lo diferen-
configuración del suelo que ocupa, de la naturaleza y del clima, ciaba del discurso filosófico. En este sentido, m~luso.Comt,:y
se puede deducir a qué genero de sociedad pertenece y cuáles Spencer, a quien Durkheim dispensa gran admiración, seran
son sus leyes y sus instituciones".23 Por lo tanto, es posible leer cuestionados. Al reflexionar sobre el momento ~ue estaban
lo social de modo de extraer de allí determinadas regularidades atravesando las ciencias sociales en el siglo XIX, dice:
(leyes) que serán estudiadas por Una ciencia particular.
Pero una disciplina no debe apenas establecer su objeto. La Fue en vano que Comte y Spencer proclamaran que lo~ hechos
sociales son hechos de la naturaleza, que las ciencias socl~es son
sociología tiene que resolver además una crisis de identidad,
ciencias de la naturaleza. Cuando al salir de esas gener~~dades
pues comparte una herencia intelectual que la confunde can ellos aplicaron sus principios, retornaron a la concep.clOn y al
otros sectores. El problema que enfrenta no es demasiado dife- método antiguos. Para Cornte, la evolución social conSIste. en la
rente de aquellos que encuentran los grupos identitarios. Cuan- fea litzactorr
., d e la idea de humanidad; para
. Spencer,
. la sociedad
~ 25
no es nada más que la realización de la Idea de cooperacron.
do los movimientos negro y feminista perciben la posición que
ocupan en la jerarquía social, sus intelectuales son llevados de
inmediato a reescribir la historia. La expresión "a partir de" ma- En el caso del positivismo había, además,.u~agravante: sus
terializa una visión que se subleva contra la versión oficial de los premisas habían evolucionado hacia una religión de la h.uma-
acontecimientos. Ahora bien, el pensamiento sociológico dis- nidad que las alejaba del ideal trazado en los cursos de Filoso-
ponía hasta entonces de varias versiones. Durkheim tuvo que fía Positiva. Por esa razón Cornte y Spencer so~ conslder~~os
enfrentarlas, criticarlas, para marcar una ruptura entre el pasa- más como filósofos que como sociólogos. Esta mterpr~taclOn,
do ecléctico y el presente "científico". Como él mismo afirma: que ya está presente en la clase inaugural de. Burdeos, tiene, se-
gún mi opinión, un valor estratégico. Per~Il1te que el presente
En un principio todas las ciencias han atravesado una fase que sea orientado "a partir de" un corte qu,: mtroduce la escuela
podríamos llamar ideológica. Éste es el ejemplo de la física, que, durkheimiana. La historia de la sociología ad~,Ule~e un c~ntro
en sus comienzos, intentaba conocer las nociones corrientes de
que ritualmente separa a los precursor~s de los autentic~s pro-
calor y de fria, de peso, de líquido y de sólido, descomponién_
dolas y comparándolas, más que buscando relaciones según las fesionales. Como en todo mito fundacional, se puede ~Iscermr
cuales sus objetivaciones se vinculan a los hechos, de los cuales entre un "antes" y un "después", quedándole a Durkheirn el pa-
derivaban esas representaciones informes.é" pel de héroe fundador de la nueva centralidad científica.
Durkheim: arquitecto y héroe fundador
85
84 Renato Ortiz

Pienso que el debate sobre el individuo y el individualismo en les, éste es el punto que retiene. Seignobos, por ejemplo, defen-
la obra durkheimiana adquiere otra dimensión cuando se lo con- día la tesis de que historia debería limitarse a describir los "acon-
sidera desde esta perspectiva. No tengo dudas acerca de la rele- tecimientos", circunscribiéndose así al análisis de los documentos
vancia de las innumerables críticas que se le han hecho. Su pen- escritos y de los testimonios que dejan conscientemente los agen-
samiento tiene una dificultad real para tratar al individuo como tes sociales. Durkheim se rebela contra esta concepción; para él
categoría sociológica y,en particular, política. Sin embargo, es ne-
cesario entender que la oposición individuo/sociedad no remite [...] las causas, indicadas por los agentes, lejos de tener alguna
importancia, deberían ser genéricamente consideradas como
sólo a una cuestión de naturaleza política, sino que echa raíces hipótesis bajo sospecha. ¿Cómo explicar los hechos si no por
en una táctica cuya intención es circunscribir, de manera inequí- medio de una metodología experimental que opera lenta y ob-
voca, el dominio de la sociología. Es cierto que Durkheim reco- jetivamente? ¿Qué puede saber la conciencia individual de las
noce la importancia de los economistas clásícos como precurso- causas de esos hechos tan considerables y tan complejos?28
res de las ciencias sociales, pero no deja de critícarlos cuando
éstos vinculan la nueva disciplina a la existencia del índividuo ra- En realidad, el debate con los historiadores plantea de ma-
cional. Si la economía política avanza cuando afirma que existe nera clara la pregunta: ¿cómo hacer de la historia una discipli-
una especificidad de lo social, pierde enseguida "todas las venta- na científica? La respuesta es directa: "sólo puede ser una cien-
jas del comienzo. Continúa siendo una ciencia abstracta deducti- cia con la condición de que se eleve por encima de lo
va, ocupada no en observar la realídad, sino en construir un ideal índividual'V'' Para ello debería abandonar la descripción de los
más o menos deseable; porque este hombre en general, este "síntomas", contingentes, y desplazar su explicación hacia un ni-
egoísta sistemático del que nos habla no es más que un ser de ra- vel más profundo, no visible, de modo de captar la estructura y
zón".26 Esto es, los economistas están presos de la ideología libe- las causas de los acontecimientos. El texto sobre Montesquieu
ral, lo que les impide percibir la conducta humana mediada por retoma de manera ejemplar la misma cuestión. La lectura durk-
las fuerzas sociales. El tema del individualismo aproxima incluso heimiana evidentemente privilegia el peso de la sociedad sobre
la perspectiva durkheimiana a la de Marx. En uno de los raros el individuo, pues se trata de demostrar en qué medida Mon-
textos que escribe sobre el materialismo histórico, en un comen- tesquieu sería un precursor de las ciencias sociales. Sin embar-
tario a un líbro de Labriola, dice: "Consideramos fecunda esta go, el propio texto original ofrecía algunas resistencias para la
idea de que la vida social se debe explícar, no por medio de la aceptación irrestricta de esa tesis. Para muchos Montesquieu
concepción que tienen los que participan en ella, sino por las cau- era un defensor del libre arbitrio. En varios pasajes sugiere cier-
sas profundas que escapan a la concíencia",27 O sea, los hombres ta independencia del legislador en relación con la coerción que
hacen la historia sin tener conciencia de eso. No estoy sugirien- ejercen las sociedades. Así, en los países cálidos, que invitan a
do que su análisis se identifique con el marxista; lo que interesa sus habitantes a la pereza, Montesquieu prescribe que ellegis-
señalar es que la oposición entre individuo y sociedad adquiere lador debe actuar con firmeza; entre los pueblos de carácter or-
un valor epistemológico tal que, por medio de ella, el propio au- gulloso e intrépido, es necesario instituir castigos terribles a fin
tor establece conexiones con teorías alejadas de la suya. de contener tal extralimitación. Resta por tanto una duda: ¿en
En una primera aproximación, individual significa contingen- qué medida ellegíslador, como individuo, actúa de manera au-
cia. Cuando Durkheim polemiza con los historiadores tradiciona- tónoma? ¿Es él el creador de las leyes?
Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 87
86

Para Durkheim ésta es una cuestión crucial, de la cual de- El principio se presenta con más fuerza en Las reglas del mé-
pende el fundamento de la ciencia que se busca construir; ~I todo sociológico. En efecto, para que la sociología se vuelva "ver-
fin de cuentas, una "mala" comprensión de Montesquíeu abri- daderamente una ciencia de las cosas [es necesario], que la ge-
ría la posibilidad de que se introdujera un elemento de con- neralidad de los fenómenos sea tomada como criterio de su
tingencia que "podría destruir el fundamento de las ciencias normalidad't.V El capítulo en el que se diferencia lo normal de
sociales".3o Su respuesta es simple. En general, el legislador lo patológico asume el papel de una divisoria de aguas. Si la
sería el instrumento a través del cual se realiza el sentido de anormalidad es vista como accidental, ella forma parte, con el
la sociedad. La expresión jurídica de un pueblo expresaría así individuo, del reino de la contingencia, de modo tal que se en-
la "naturaleza" de su organización social: las leyes no serían cuentra fuera del campo que cubre la sociología.
otra cosa que costumbres codificadas. Según su interpreta- No es dificil hilvanar una serie de críticas al modo en que
ción, retomando el ejemplo anterior, vemos que en los países Durkheim construye su objeto. El lector de La división del tra-
cálidos la firmeza del legislador no es arbitraria, pues deriva- bajosocial percibe claramente cómo algunas hipótesis determi-
ría de una exigencia que se corresponde con la propensión a nan el razonamiento del autor. Todo el libro se estructura a
la pereza en determinados pueblos. Durkheim concede, no partir de la referencia al derecho, con la intención de mostrar
obstante, que en ciertos casos la forma jurídica estaría en de- que el avance de la solidaridad orgánica se corresponde con
sacuerdo con la "esencia" de la sociedad. De la misma mane- una preponderancia del derecho restitutivo respecto del dere-
ra que en la vida individual existen imperfecciones, en la vi- cho coercitivo. En las sociedades llamadas "primitivas", en las
da social ocurrirían desvíos, como las leyes injustas (por cuales los castigos colectivos al "crimen" son una práctica cons-
cierto, entendidas según el patrón de justicia relativo al nivel tante y generalizada, reinarian las técnicas de coerción; en las
al que se refieren) o las instituciones defectuosas. Evidente- sociedades industriales, complejas, el derecho sería de tipo
mente es posible comprender esos hechos, pero ellos están restitutivo y arbitraría las relaciones entre la diversidad de las
determinados por causas fortuitas, accidentales, que Durk- partes. Sin embargo, aun cuando las ciencias jurídicas permi-
heim asociará con la idea de enfermedad, de anormalidad. tan este tipo de comparación, queda claro que a Durkheim se
Como la ciencia se funda sobre la regla, el estado enfermizo le escapa un aspecto esencial del derecho. ¿Cómo pensar el
es visto como una excepción. Este artificio le permite superar universo que los juristas denominan derecho real, que abarca
la eventual contradicción entre individuo y sociedad. Se pue- justamente la relación entre los individuos y las cosas? Una vez
de así aclarar la duda anterior: más Durkheim cree resolver el problema y retoma la oposición
anterior. Según el,
Para Montesquieu, en todos los lugares donde las cosas son nor-
males, éstas se realizan de acuerdo con leyes necesarias, y esta [...] se puede ejercer un derecho real creyendo estar solo en el
necesidad sólo se interrumpe cuando las leyes se alejan del es- mundo, haciendo abstracción de los otros hombres. En conse-
tado normal. Por esa razón, la contingencia no destruye a la cuencia, dado que es sólo por intermedio de las personas como
ciencia social, pero limita su alcance, ya que ésta tiene como úni- las cosas son integradas a la sociedad, la solidaridad que resulta
co objeto las formas normales de la vida en sociedad, mientr:s de esta integración es negativa. No hace que las voluntades se
que las enfermedades, según la opinión de nuestro autor, estan muevan hacia fines comunes, sino apenas que las cosas graviten
casi Iuera de la ciencia.é! en orden alrededor de las voluntades.P
88 Renato Ortiz
Durkheim: arquitecto y héroe fundador 89

El derecho real es visto como parte del orden de la individua-


ro su estudio tiene el mérito de llamar la atención sobre una di-
lidad, por lo que escaparia a los intereses del análisis sociológico.
mensión olvidada. Como diría Bourdieu, las disputas en el inte-
Al contrario del marxismo, que entiende la organización de la so-
rior del campo científico no son apenas de naturaleza teórica,
ciedad a partir del proceso de alienación (el derecho a la propie-
remiten a una estrategia que envuelve las posiciones de los agen-
dad es privado), el mismo tema es visto como "negativo". En este
tes que lo constituyen. En el caso francés existían en efecto va-
sentido, cualquier tipo de reflexión relativa a la reificación de las
rias corrientes, antagónicas, que practicaban la sociología fue-
relaciones sociales, de su cosificación como decía Marx, es expul-
ra de los muros de la universidad: los continuadores de Le Play,
sada del universo durkheimiano. Una vez que se entiende a la di-
el grupo de René Worms, reunido en torno de la Revue Interna-
visión del trabajo como generadora de solidaridad, la tesis pro-
tionale de Sociologie, y un autor de renombre, Gabriel Tarde. La
puesta debe necesariamente omitir los fenómenos "negativo~"
cuestión que se plantea es cómo relacionar la fragilidad de esos
que separan a los hombres en lugar de unirlos. Por eso la anorma
proyectos alternativos con la posición de sus portadores en el
es una pesadilla, una anormalidad marcada por el signo de lo in-
interior del sistema intelectual francés.
dividual, de lo accidental. Pero no se puede perder de vista que
Tras la muerte de Le Play (1882) se produce una escisión en
el artificio durkheimiano aporta algunos beneficios: se trazan, de
su grupo y los representantes de la Reforma Social forman dos
manera inequívoca, las fronteras de un universo científico. Más
tendencias: Science Social.ey Société d'Economie Social.e. La primera,
aún, es posible diferenciarlo de otras disciplinas incipientes, co-
dirigida por Tourville, desarrolla una serie de investigaciones so-
mo la psicología. La polémica con Gabriel Tarde es en este senti-
bre la familia en Francia y en el exterior, pero, de modo coheren-
do reveladora, pero para tratarla de modo apropiado es intere-
te con su opción política conservadora, se vincula al catolicismo
sante retomar algunos puntos relativos a la constitución del
social en el momento en que Francia sufría transformaciones
campo universitario en Francia.
profundas bajo el gobierno republicano. La disputa entre la
Terry Clark muestra que, entre 1870 y 1914, se llevaba a ca-
enseñanza laica y la religiosa marcaba a la sociedad francesa, y
bo una variedad de investigaciones sociológicas; sin embargo,
el movimiento católico iba perdiendo control sobre una serie
sólo la versión durkheimiana logró consolidarse.é" ¿Cómo se en-
de organismos que le garantizaban un relativo monopolio de
tiende lo que ocurrió? La linea de investigación que inaugura
la educación moral y política. No hay que olvidar que uno de
Durkheim, y que otros irán a explorar, encuentra respuesta en
los motivos de la reforma universitaria era impedir la expan-
el proceso de institucionalización de las disciplinas científicas.
sión de la hegemonía católica, la cual se ejercía incluso en al-
En principio, L'Année Sociologique habría formado en el interior
gunas instituciones de nivel superior. Dentro de ese contexto,
del sistema universitario un laboratorio competente y articula-
como observa Antaine Savoye,
do, capaz de reunir a un grupo cohesionado en torno del lide-
razgo de Durkheim. Cuando se lee Prophets and patrons se tiene [...] para los seguidores de Le Play, a la pérdida del monopolio
a veces la impresión de que estamos fren te a una visión un tan- se le agrega la pérdida de la hegemonía. Los tiempos ya no eran
to esquemática de las cosas. Clark, de modo algo obvio, parte aquellos en que Le Playera solicitado por la clase dirigente. ávi-
del siguiente razonamiento: "Para la mayoría de los nuevos cam- da por comprender una realidad que no lograba entender. La
ciencia social ya no podía tener la pretensión de desempeñar 1~
pos [científicos] son esenciales tres elementos: buenas ideas, in- [unción de consejera del príncipe, ahora, su adversario políuco.t"
dividuos talentosos y un soporte institucional adecuado't.P Pe-
90 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 91

La influencia de Tourville y Demolins se debilitará cada vez rentes horizontes para que debatieran problemas coyunturales, so-
más. La tendencia de la Société d 'Économie Soaale tiene un futuro ciales y políticos. Como institución fue un elemento importante
más promisorio, si bien prendido al Estado. Pioneros de la técni-
ca estadística, poco a poco sus miembros se acercan a la Oficina [...] en la popularización creciente de la sociología, pero es im-
probable que haya contribuido en algo para el desarrollo inte-
del Trabajo, órgano del Ministerio de Comercio, la Industria y las lectual de la disciplina. Los asuntos debatidos en las reuniones
Colonias, cuya función era recolectar informaciones sobre el mensuales eran temas sumamente abstractos (las causas del pr<r
mundo obrero: desarrollo de la producción, organización del tra- gresa) y cuestiones de actualidad (Exposición Universal, infor-
bajo, condiciones de vida, relaciones con el capital, etcétera. La mes de viajes). Sin embargo, el discurso, lejos de superar el ni-
vel de la Revue, mostraba la mayoría de las veces la falta de
sociología que se practicaba seguía los moldes de lo que Adorno, profesionalismo de sus míembros."
en su crítica a Lazarsfeld, llamaría "investigación administrativa".
El destino de René Worms es semejante al de los anteriores. Eclecticismo. La palabra surge reiteradamente en la pluma
Junto a la Reoue Internationalede Sociologie, él funda la Biblioteca de Durkheim para descalificar a sus competidores. ¿Pero se tra-
Internacional de Sociología y la Sociedad de Sociología de París taría sólo de eso? Creo que no. Por cierto, el grupo durkhei-
(1885). Pero todas esas instituciones están bajo el signo de una miano se fortaleció a costa de la declinación de sus adversarios.
actividad cientifica débil. Al contrario de L'Année Sociologique, que Sin embargo, la idea de eclecticismo implica cierta arbitrarie-
desde el inicio busca demarcar el campo de la sociología, en la dad, una confusión de fronteras y de actividades. En sí, duran-
Revue Internationale de Sociologie, más ecléctica, en diez años de ac- te siglos, ésa fue la característica saliente de la reflexión sobre
tividad, sólo una tercera parte de los textos publicados se refie- los fenómenos sociales. Se puede incluso decir que la noción
ren de manera directa a la nueva disciplina. La elección del ca- de eclecticismo pasa a existir como contrapunto de alguna co-
rácter internacional que propone Worms tampoco fue de las más sa sólo cuando está asociada al proceso de autonomización de
felices. Los colaboradores extranjeros eran en su mayoría rusos, las ciencias. En este momento, por primera vez, la legitimidad
seguidos de españoles e italianos. Dice Roger Geiger: científica se vuelve un factor de promoción intelectual.
Al final del siglo cohabitaban todavía dos tipos de legítimi-
[...] esta orientación contribuyó poco a que la Revuefavoreciera
el progreso de la sociología. Los participantes europeos prove-
dad: una, heredada del pasado, fundada en la erudición; otra,
nían, sobre todo, de los países menos desarrollados de Europa. emergente, que privilegia el trabajo y la investigación propia-
Todos esos colaboradores tenían un enfoque poco sofisticado mente científica. Las corrientes sociológicas extrauniversitarias
de la sociología y alimentaban una predilección por los filóso- llevan la marca sobre todo del primer tipo de legitimidad. Se
fos científicos. Sus escritos trataban de sus propios sistemas fi-
puede percibir ese rasgo en el origen profesional de sus inte-
losóficos y de los de sus respectivas ciudades de origen. Llama la
atención la ausencia de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, grantes. Mientras que la mayoría de los durkheimianos, agregés
países en los que se desarrollan tradiciones sociológicas parale- de Filosofia o egresados de la École Normal, se dedicaban com-
las a la formación de las sociedades industriales modernas.V pletamente a la investigación científica, los seguidores de Le
Play, que trabajaban con "dedicación parcial", eran banqueros,
La Sociedad de Sociología de París no tuvo mejor suerte. En hombres de negocios o profesionales liberales. Esta indiferen-
realidad, era sólo una más entre las muchas asociaciones existen- ciación en el reclutamiento se reproduce en los debates intelec-
tes en la época. Su función era la de congregar personas de dife- tuales y en los trabajos realizados. Los continuadores de Le Play
92 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 93

combinan a menudo la difusión de un credo político, católico, gone, donde la soledad intelectual lo confina a su biblioteca. De-
con sus análisis sociológicos, siguiendo con aplicación la orien- be su éxito, su celebridad, a sus escritos, solamente a sus escritos.
No teme escribir sobre los dominios más diversos: criminología
tación del maestro, para quien el conocimiento era una forma (un terreno más cercano a su profesión de ahogado), filosofía
directa de acción reforrnista.P? No es casual que ellos escojan (su vocación más antigua, como la poesía), psicología, economía
preferentemente como objeto de estudio a la familia y la vida política, estadística, sociología, ciencia política, estética.t"
rural. Son dos temas clave de una ideología que pretendía or-
ganizar la sociedad a partir de las relaciones familiares y del A esta serie de intereses, dispares y diversificados, se pue-
mundo agrícola. Esto no les impide brindar una contribución den sumar los libros sobre futurología, como Fragments d 'histoi-
importante a la metodología de observación de la sociedad. Sus refuture, que transcurre en el tercer milenio de nuestra era.
estudios, estadísticos y monográficos, anticipan un tipo de tra- Pero ¿en qué medida ese eclecticismo en la formación inte-
bajo que más tarde llevará a cabo con éxito la escuela de Chica- lectual y en la elección de los temas se manifiesta en su propia
go. Pero como estima Antaine Savoye, "respecto de los objetos concepción sociológica? Releer hoy Las leyes de la imitación es, de
de esta ciencia, su campo de aplicación es visto como secunda- cierta forma, un ejercicio de paciencia, pues el libro no tiene la
rio".40 Eso posibilita un margen de inconsistencia bastante gran- misma actualidad de otros clásicos del siglo XIX. No obstante
de. Lo mismo se puede decir en relación con René Worms. A es imposible dejar de notar la relevancia de los problemas que
pesar de su teoría organicista, en declinación a fines de siglo, se plantea Tarde. El primer párrafo del capítulo "La repetición
universal" comienza con la siguiente cuestión: "Existiría una
[...] su sociología carece de un verdadero paradigma. Por eso ciencia, o solo una historia, y en el mejor de los casos, una filo-
las obras producidas no son acumulativas. Cada autor de su gru-
sofia de los hechos sociales't.v' Se trata de una cuestión que si-
po se coloca como sociólogo, pero de manera aislada, 10 que ha-
ce que las cuestiones fundamentales de la disciplina retornen gue, por lo tanto, el mismo camino de los intereses de Durk-
siempre a la empresa de Comte, su punto de partida.!' heim; Tarde también anda en busca de una base científica para
la sociología naciente. Sin embargo, al contrario de Durkheim,
Gabriel Tarde también ocupa una posición marginal res- él cree que los fenómenos sociales tendrían su clave de explica-
pecto del sistema universitario, a pesar de su ingreso al Collé- ción en el concepto de imitación. La teoría tardiana percibe las
ge de France como titular de la materia Filosofia Moderna relaciones sociales como derivadas de un proceso imitativo, cu-
(1900). Su trabajo será, sin embargo, solitario; prácticamente yo foco de irradiación serían las innovaciones. Habría así un mo-
no tiene alumnos, ni continuadores. Como afirma Ian Lubek, mento inicial, marcado por la invención humana, a partir del
"al enseñar fuera de los marcos universitarios clásicos, Tarde cual se inicia una serie imitativa: por ejemplo, la invención de
permanece como un one man shoui sin paradigma/comunidad la pólvora, del molino de viento, del telégrafo. En la fase siguien-
que continúe su pensamiento't.V Pierre Favre lo describe de te, de expansión, el fenómeno se generaliza a toda la sociedad.
manera concisa y consciente: Tarde tiene conciencia de que una ciencia sólo puede existir en
la medida en que se construya sobre la regularidad de los he-
Tarde no era un universitario: su formación se interrumpe pron- chos. Como existe una ruptura entre el hecho inicial (la inven-
to, nunca será doctor es lettres, y comienza a enseñar a los 53 años
de edad. Tarde es, en realidad, parcialmente autodidacta. Es tam-
ción) , que es contingente, y el proceso de imitación derivado
bién un provinciano: vive en un pueblo minúsculo de la Dord- de él, Tarde propone limitar el alcance de la sociología al estu-
94 Renato Ortiz
Durkheim: arquitecto y héroe fundador 95

dio de las regularidades imitativas. Durkheim tiene conciencia Tarde se encuentra comprimido entre las fronteras. Su in-
de la fragilidad de su argumentación. definición epistemológica tiende unas veces hacia la psicología
social, otras hacia la sociología, y no llega nunca a definirse muy
Tarde no llega a sostener que no existe ningún orden en la serie
de los hechos históricos, lo que equivaldría a negar la posibili- bien. A esas dificultades se suman otras. La psicología que se
dad del estudio científico de las sociedades. Todos los hechos so- practica en los medios universitarios franceses es básicamente
ciales derivarían, en efecto, de las imitaciones individuales y se experimental, y ve con desconfianza todo abordaje de tipo so-
generalizarían mediante la vida de la imitación. Ahora bien, la
cial. 47 Su destino es ejemplar. Marginado por las dos disciplinas,
invención es un producto del genio, y el genio es un "accidental
supremo", refractario a toda previsión así como a toda explica-
se encuentra en un terreno movedizo, sin lograr establecer con
ción científica. Nace, aquí o acullá, de la casualidad. La casuali- claridad un paradigma que aprehenda las relaciones entre el in-
dad se encuentra así en el mismo fundamento de la vida social.t" dividuo y la sociedad. Roger Bastide decía que fue Marcel Mauss
quien logró celebrar un tratado de paz entre los "imperialismos"
En realidad, la perspectiva tardeana debilita el suelo episte- sociológico y psicológico.t" En este momento, entre 1920 y 1930,
mológico en el cual se arraiga. Al fundarse en el individuo, en las dos áreas de conocimiento, plenamente maduras, con iden-
la casualidad, se diluye la especificidad de lo social. tidades propias, podían finalmente tener un intercambio real
Pero existen otras implicaciones. Cuando Tarde fundamenta entre ellas. Pero a fines del siglo XIX la realidad era otra.
la existencia de la sociedad en las manifestaciones individuales, Se debe hacer una última referencia, de orden topográfico,
no logra diferenciar su disciplina de otras, como la psicología. en relación con una ciencia que ejerció gran fascinación entre
Ahora bien, esta nueva área de conocimiento surge en Francia los pensadores del siglo XIX: la biología. En su sistema de clasi-
en el mismo momento en que la sociología está buscando legi- ficación, Comte la consideraba como una disciplina abarcada-
timarse. L'Anneé Psychologíque es de 1895, y de inmediato la psi- ra, que incluía también a la sociología. Para este autor la física
cología, como disciplina, pasa integrar el nuevo currículum de social, esto es, el estudio del desarrollo colectivo de la especie
las uníversidades.t" Se tiene así la impresión de que los dos humana, sería una rama de la fisiología, pues la historia de la ci-
campos de estudio, la sociología y la psicología, dividen tácti- vilización sería en realidad una continuación de la historia na-
camente sus objetos, la sociedad y el individuo, y pueden ocu- tural. Spencer también acentúa esta dependencia de las cien-
parse de ellos ignorándose los unos a los otros. Durkheim pen- cias sociales en relación con el mundo fisiológico y llega a
saba que la naturaleza humana estaba regida por una lógica prescribir la necesidad de estudiar a la ciencia biológica como
dual y que podía ser comprendida por medio de oposiciones preparación para el conocimiento de la sociedad.í? El mismo
como cuerpo/alma, sociedad/individuo, sagrado/profano, Durkheim se vio envuelto de alguna manera en la maraña del
moral/fuero íntimo. No hay dudas de que esta manera de con- vocabulario organicista de la época. En La división del trabajo so-
cebir la realidad la empobrece, pero es sumamente convenien- cial son innumerables los pasajes que comparan a la sociedad
te para una disciplina que aún se halla en la fase de formación con un organismo, la vida social con la salud del cuerpo huma-
y tiene ante sí una fuerte competencia de otros campos del co- no, el desarrollo de la sociedad con la evolución de las especies.
nocimiento. De manera un tanto ruda, Durkheim recuerda a La oposición entre lo normal y lo patológico es por cierto una
los pioneros que al repartir los terrenos de ocupación, sus te- deuda pesada en relación con la concepción biologicista de la
rritorios, fijan los límites reconocibles de sus dominios. sociedad. En su clase inaugural en Burdeos, Durkheim valora
96 Durkheim: arquitecto y héroe fundador 97
Renato Ortiz

justamente este aspecto en Spencer, porque él no se habría las propuestas de Comte y Spencer, ya que eso comprometería
completamente al proyecto. Por eso Durkheim se aleja de los es-
"contentado con señalar analogías aparentemente verdaderas
tudios basados en la raza que caracterizaban a la escuela de Lom-
entra las sociedades y los seres vivos: él declara categóricamen-
te que la sociedad es una especie de organismor.P" broso en Italia, o de Lacassagne en Francia. Para él, tales estudios,
que intentaban descubrir las causas del comportamiento crimi-
Steven Lukes observa, sin embargo, que una de las dificul-
nológico en las razas humanas, consistían en un eclecticismo sin
tades que enfrentó Durkheim fue la de liberarse de un estilo
metafórico con el que describía los fenómenos sociales abusan- sentido, que mezclaba concepciones antropológicas con necesi-
dades fisiológicas.P'' La separación entre sociología y biología pue-
do de las analogías orgánicas. Esto obedecía a que su proyecto
era justamente crear un área autónoma de conocimiento.P' En de, de esta manera, ser establecida con seguridad.
realidad, la biología le sirve de modelo científico para pensar
la sociedad, pero al mismo tiempo es necesario separarse de
ella. La distancia no puede quedar comprometida por la pro- Ciencia. sociedad. ideologías
ximidad. Dice Durkheim:
En el epígrafe que escogí Marcel Mauss dice que, a fines del
La analogía es una forma legítima de comparación, y la compara- siglo XIX, la sociología se había emancipado "de la moral, de la
ción es el único medio del que disponemos para hacer las cosas política y de las investigaciones normativas". La cita sugiere al-
inteligibles. El error de los sociólogos bíologicístas fue el de ha- gunos parámetros adicionales en nuestra discusión. ¿En qué me-
berla usado mal. Ellos quisieron, no controlar las leyes de la socio-
dida la ciencia y la ideología se comparan y se interpenetran?
logía por medio de la biología, sino inducir las primeras a partir
de las segundas. Esas interferencias carecen de valor, porque las Durkheim vivió en un tiempo de perturbaciones, cuando, para-
leyes de la vida se encuentran en la sociedad bajo una forma nue- lelamente al ascenso de la burguesía, brotaban los conflictos so-
va y con rasgos específicos que la analogía no permite conjeturar ciales y sindicales. En 1870, Francia fue derrotada en la guerra
y que sólo podemos alcanzar mediante la observación dírecta.v contra Alemania y, en 1871, el episodio de la Comuna de París
puso de manifiesto la lucha de clases con toda su crudeza. Este
Por lo tanto, no es posible confundir los niveles. Pensar la so- clima de crisis se reproduce en dos eventos importantes, el ca-
ciedad como sui generis implica introducir una ruptura entre la so Dreyfus (1898) y la Primera Guerra Mundial. La Tercera Re-
naturaleza y la cultura, lo que impide derivar lo social de lo bio- pública surge como un gobierno de reconstrucción nacional
lógico. Los estudios sobre las "representaciones", llevados a cabo que busca rearticular el consenso en la sociedad francesa. La ge-
por el grupo durkheimiano, reposan todos sobre esta premisa. neración de Durkheim está por tanto educada en un contexto
Por ejemplo, el trabajo de Robert Hertz sobre la polaridad reli- en el que la política estaba en el orden del día. Como sus con-
giosa. Este autor reedita la polémica con los sociólogos biologi- temporáneos, él tenía la impresión de que había algo que "no
cistas, en la medida en que se niega a encontrar las razones de la andaba bien", de modo tal que la inquietud por la cosa pública
asimetría entre derecha e izquierda en argumentos de orden pu- pasaba a ser una necesidad teórica y práctica. Su concepción de
ramente orgánico. Para Hertz, si el desequilibrio no existiese or- las ciencias sociales está impregnada, desde sus estudios en la
gánicamente, "habria que inventarlo". Lo mismo hace Halbwachs École Normale Supérieure, de una perspectiva política. Geor-
cuando considera a la memoria colectiva como algo distinto de ges David recuerda que para él era impensable concebir
la memoria biológica. En realidad, sería inconcebible retornar a
98 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador 99

[...] una filosofía que no desembocase en una aplicación políti-


los términos no es meramente retórica, pues lo aleja de las pre-
ca y social, y de modo inverso, una política que no estuviese fun-
damentada en una filosofía. La sociología sería la filosofía apta
misas de Augusto Comte, quien imaginaba la posibilidad de de-
para asentar definitivamente la República e inspirar sus refor- ducir las reglas de la acción a partir de las ciencias positivas. Hay
mas racionales, al mismo tiempo que le daba un principio de algo que definitivamente separa a Durkheim de su antecesor.
orden y de doctrina moral a la nación. 54 Ciencia y progreso no son necesariamente pensados como un
avance de la humanidad.f" Por otro lado, la ciencia no es perci-
¿Estaría en lo cierto? Sólo en parte, pero para convencerse bida ni como sustituto, ni como superación de las otras fuerzas
de eso es necesario volver a los textos. de cohesión social, en particular la religión. Evidentemente,
Gurvitch decía que Durkheim, al igual que Cristóbal Colón Durkheim cree que la moral laica y racional es superior a la re-
cuando buscaba el camino de las Indias, había encontrado a ligiosa; sin embargo, en ningún momento concibe a la moral co-
América. La boutade tiene mucho de verdadero. Las Indias co- mo un subproducto del pensamiento . . ífiICO. 58
cienn
rresponden a una visión de moralista, un norte ideológico cons- 'Pero cuál sería la relación entre ideología y ciencia? La res-
é
tante a lo largo de su vida. No es casual que su primer texto es- puesta es sugestiva. "La especulación moral, que nos parece te-
crito, cuando regresa de la pasantía en las universidades ner un carácter científico, apunta al mismo tiempo a fines prác-
alemanas, trate sobre la "ciencia positiva de la moral en Alema- ticos. Es obra de la reflexión y del pensamiento, pero es
nia" (l887). La primera edición de La división deltrabajo sociallle- también un elemento de la vida. Por eso se dice que es arte y
va también la marca de la misma preocupación: una larga digre- ciencia. "59 "Arte" no como concepción estética, sino como ofi-
sión sobre la "definición del hecho moral" introduce al lector en cio. Durkheim retoma del pensamiento medieval el concepto
el plan general del libro. Aun en el final de su vida, Durkheim de artesanía, esto es, un conjunto de prácticas tradicionales
hace planes para volver a trabajar la problemática de la moral.P'' ajustadas a determinados fines. El arte sería todo aquello que
Heredero de una tradición positivista, busca en la ciencia una es "práctica pura sin teoría". La "mora] teórica" sería un tipo
base filosófica para el planteo de los problemas sociales. Pero de conocimiento intermediario entre la práctica y la teoría. Co-
¿cuál sería la filosofia capaz de orientar la acción de los hombres? mo parte de la ciencia conserva un elemento de reflexión, pe-
En primer lugar, no debería ser "deducida" de un a priori, ro no cae en la necesidad de autonomizarse. Al fin de cuentas,
como normalmente hacía la filosofia, sino "inducida" de un es- como él mismo aprecia, "la ciencia tiene la obligación de dar
tudio de la realidad. Con este artificio, homólogo al que desarro- soluciones a plazo f~0".60 Como "sistema dejuzgamiento de la
lla en relación con el discurso sociológico cuando critica las ideas realidad" no produce valores, se trata de una "moral sin ética".
preconcebidas, cree estar fundando una propuesta sobre bases Puesto que la idea de ética se articula con la de solidaridad,
verdaderamente "positivas". Como Lévy-Bruhl, cree que es posi- ella rige la interacción entre los hombres. Se sigue que el dis-
ble construir una "moral teórica" a partir del conocimiento de curso científico, encerrado en sí mismo, es incapaz de unir a
la sociedad y del comportamiento de los hombres.P" La ciencias, los individuos en torno de intereses colectivos comunes. Su ob-
en particular las sociales, serían por consiguiente una fuente obli- jetivo es conocer, apenas conocer. La finalidad de la ideología,
gatoria de referencia para la realización de tal proyecto. Sin em- esto es, de la religión y la política, es otra. Se trata de "ideas
bargo, para Durkheim la moral no deriva de la ciencia, lo que se que tienen por objeto no expresar la naturaleza de las cosas,
pretende construir es una "ciencia de la moral". La inversión de sino dirigir la acción"."! Por eso Durkheim distingue entre so-
101
100 Renato Ortiz Durkheim: arquitecto y héroe fundador

ciología y pedagogía. Esta última es una "actitud mental inter- Ella ganará en dignidad y en autoridad lo que pierda en po-
mediaria" entre el arte y la ciencia, "una teoría práctica que pularidad".64 . _ ...
no estudia científicamente los sistemas de educación, pero re- Como conocimiento autónomo, la sociología debe dirigir-
flexiona sobre ellos con objeto de brindar a la actividad del se a un público restringido. L'Année Sociologique es el ejemplo
educador ideas que lo orienten"62 Si el papel del sociólogo es típico de este proyecto. Al alejarse de las demandas de la so-
el de comprender la realidad, el del moralista es el de actuar ciedad, se establece como una empresa académica. Se tiene. así
en ella. Amparado por un sistema teórico, él es un hombre de la impresión de que Durkheim reserva sus estudios estncta-
acción capaz de mirar al futuro, de orientar las decisiones. La mente sociológicos para esta revista, y echa mano de la Reoue
concepción durkheimiana de la praxis está próxima del con- de Métaphysique et la Moral; especializada en filosofia, p~r~ .~e­
cepto de organicidad de Gramsci. Los intelectuales son aque- fender sus posiciones "moralístas"." Se instaura una división
llos que se ocupan de los universos teóricos "intermediarios", del trabajo y de la competencia. .
de las concepciones de mundo que les permiten realizar deter- No se puede olvidar además, a pesar ~e.que el amb~e~te re-
minadas tareas colectivas. En este sentido, Durkheim puede ser publicano favorezca las soluciones ideologIcas durkheírníanas.
caracterizado como un "intelectual orgánico" de la Tercera Re- que la sociología es una disciplina periférica. Comparada con la
pública. Sus cursos y sus producciones en el área de la pedago- geografia y la pedagogía, introducidas en I?s progra~as ~e ~s­
gía tienen como meta inculcar una "filosofía" entre los futuros tudio escolar desde la década de 1880, el SIstema umversuano
agentes sociales del nuevo orden. Desde esta perspectiva se jus- tiene dificultades en asimilar a la sociología. Posiblemente aque-
tifica la enseñanza de la historia y la filosofia en la red de ense- llas dos áreas del conocimiento se vinculasen de manera más di-
ñanza secundaria y universitaria. Son disciplinas cuyo objeto se- recta con las cuestiones de orden práctico-ideológico. El desa-
ría formar una visión consensuada de los grandes temas de la rrollo de la pedagogía está íntimamente ligado al proyecto
sociedad. educacional de la Tercera República. La geografia, tras la gue-
Entretanto, "si los sociólogos nacen como intelectuales or- rra contra Alemania, crece de manera acelerada debido a que
gánicos del orden", como decía Florestan Fernandes, la acti- el conocimiento de los terrenos europeos se vuelve un impera-
vidad ideológica no coincide enteramente con la práctica aca- tivo de seguridad nacional. Asimismo, los geógrafos defienden
démica. 63 Hay fronteras, aun cuando no siempre sean claras, los intereses comerciales y coloniales de Francia.
que separan sus territorios. El camino de las Indias presupo-
Durante la década de 1870 se fundan, en las principales ciuda-
ne a América, o sea, continentes distintos. En Durkheim en-
des comerciales, sociedades de geografia que reunían regular-
contramos una estrategia doble: como científico, se dirige a la mente eruditos y hombres de negocios. Esas socieda~es fi~an­
construcción de un conocimiento específico, como sociólogo- ciaban expediciones para descubrir fuentes de materias pnmas
pedagogo, sus objetivos tienen un cuño claramente político. y nuevos mercados. Se proponen divulgar el c~n.~cimient~ geo-
gráfico, al mismo tiempo que defienden la rmsíon colonial de
Hay un distanciamiento entre Las reglas del método sociológicoy
Francia. Así, en torno de 1880, existe una red institucional de
la Introducción a la moral. Basta recordar que Las reglas termi- sociedades, revistas y congresos nacionales e internacionales
na con la siguiente observación: "Creemos que ha llegado el que ejercen presión para que la geografia sea introducida en las
momento de que la sociología renuncie al éxito mundano, de- facultades. 56
be asumir el carácter esotérico que conviene a toda ciencia.
102 Durkheim: arquitecto y héroe fundador 103
Renato Ortiz

ciologique es justamente escapar de las presiones políticas inme-


La sociología vive una situación ambigua. En 1882 se crea
diatas; sus miembros quieren desarrollar un campo científico
e~ Burd~os la materia de Ciencia Social de la Educación y, al
específico. Pero las preocupaciones en torno de la moral nue-
ano siguiente, la cátedra de Ciencia de la Educación en la Sor-
vamente remiten a la sociología naciente al encuentro de las ne-
bona (Durkheim ocupa ambos puestos). Pero en el contexto
cesidades pedagógicas. La actitud de Durkheim es ambigua en
de las reformas educativas, no se percibe claramente a la socio-
extremo. Al mismo tiempo que busca legitimarla científicamen-
logía como una disciplina capaz de prestar en lo inmediato un
te, intenta, en vano, institucionalizarla sobre la base de una ar-
"servicio ideológico". Por el contrario, la opinión corriente es
gumentación ideológica. Como la historia y la filosofia, la socio-
que de alguna manera está asociada al socialismo. Cuando se
logía debería enseñarse en las universidades como fundamento
proyecta, por ejemplo, implantarla como disciplina regular en
de la cohesión social. Pero la realidad le niega tal pretensión, lo
las ~aculta?~s de Derecho, la reacción contraria es violenta, pe-
ro smtornátíca: que no deja de resultarle frustrante:

La enseñanza de la sociología deberla tener lugar en todas las uni-


Entre todas las ciencias, la sociología es por cierto la más peli- versidades, un lugar importante; ahora bien, de hecho, práctica-
grosa porque estudia a la sociedad. Por lo tanto, como conse- mente no está representada. Existe en la actualidad sólo una cá-
cuencia derivada de ella, tenemos las reformas sociales las in- tedra de Sociología, creada en 1896 en la Facultad de Letras de
surrecciones y los atentados. Ahora bien, ¿ésta es la ciencia Burdeos. En Lyon existe un curso municipal y en Montpellier, un
mortal que quieren enseñar en los grandes auditorios, inscribir curso complementario. Es verdad que en el Collége de France se
en los programas curriculares? 67
creó en 1887 una cátedra de Filosofía Social, que con un nombre
diferente podría servir para el mismo propósito; pero el Collége
_ . Esta posición marginal en el orden de los determinantes po- de France es un establecimiento científico y no pedagógico. 68
lítícos se rep~odu~e en las universidades. La sociología es un
producto del interior, florece en Lyon, Montpellier, Burdeos, lo Escrito en condicional, el testimonio revela la incapacidad
que indica la distancia que la separa de las prioridades centra- de las ciencias sociales para legitimarse. Victor Karady considera
les. Durkheim inicia su carrera como "auxiliar de enseñanza" que la estrategia durkheimiana sufre un semifracaso. Por un la-
en la Facultad de Letras de Burdeos, no en la Sorbona. La nue- do, la estrategia buscaba el reconocimiento cientifico; por otro,
va disciplina conquista, por cierto, un espacio abierto a las in- su institucionalización en el sistema universitario francés. Sólo
novaciones, pero subalterno dentro del sistemajerárquico exis- se logró el primer objetivo. Mal recibida por los filósofos espiri-
tente. Las ciencias sociales sufren también una dura crítica de tualistas que dominaban la Sorbona, cuestionada por los profe-
parte d~1 establishment filosófico, que se niega a aceptarla co- sores de derecho que la consideraban "subversiva", algunas ve-
mo un area propiamente científica. Las impugnaciones inciden ces confundida con la idea de socialismo, reemplazada por la
sobre todo e? s~ pretensión de constituir un dominio específi- pedagogía -más eficaz para la preparación de nuevos cuadros
co del conocimiento. Otros elementos acentúan esta situación profesionales-, la sociología tuvo que contentarse con un esta-
i~cómoda.~te la imposibilidad de existir de manera indepen- tus académico menor, un público "esotérico" y una escasa legiti-
diente, los pnmeros cursos de sociología aparecen mezclados mación en el universo institucional. Pero fue esa derrota la que
co.n cuestiones de naturaleza pedagógica. El proyecto durkhei- le permitió fortalecer sus bases epistemológicas, delinear su ob-
rmano se encuentra en un impasse. La propuesta de L'Année So- jeto y su metodología, asegurando así su continuidad posterior. 59
104 Renato Ortiz
Durkheim: arquitecto y héroe fundador 105
Notas
11 É. Durkheim, "La vie universitaire el Paris", Textes, 1, ob. cit., p. 468.
1 Terry Clark, "The structure and function of a research institute: the An- 12 Eugen Weber, Peasants into Frenchman, Stanford, Stanford University
née Sociologique", Archives Européennes de Sociologie, v. IX, n" 1, 1968. Una in- Press, 1976. Un libro interesante que muestra la penetración de los valores
terpretación diferente se encuentra en Philippe Besnard, "La formation de republicanos en el interior de Francia es el de Maurice Agulhon, La républi-
l'équipe de l'Année Sociologique", ReuueFrancaíse de Sociologie, v. XX, ns 1, que au villag<, París, Plon, 1970.
enero-marzo de 1979. 13 É. Durkheim, Éducation et sociologie, París, PUF, 1977, p. 68. [Educación

2 Durkheim recibió duros ataques del católico Simon Déploige, quien, y sociología, Madrid, Península, 1975.]
desde una visión xenófoba, percibía a la sociología como una importación 14 Véase George Weiz, "L'idéalogie républicaine et les sciences sociales",
germánica. Véase Émile Durkheim, "Deux lettres sur I'Influence al1emande Revue Francaise de Sociologie, v. XX, nO 1, enero-marzo de 1979.
dans la Sociologie francaise -Réponse a Simón Déploige" y "Controverse sur 15 Víctor Karady, "Durkheim, les sciences sociales et l'université: bilan

l'influence allemancle et la Théorie Moral", Textes, 1, Paris, Minuit, 1975. d'un semi-échec", Revue Fnmcoise de Soaologíe, v. XVII, ns 2, abril-junio de
3 Véase É. Durkheim, "A sociologia em Franca no século XIX", A ciencia 1976, p. 280.
sociale a a~ao, San Pablo, Difel, 1975. 16 George Weiz, The Emergence ofModern Universities in France: 1863-1914,

4 É. Durk.heim, "Note sur l'influence aIlemande dans la Sociologie fran- New Jersey, Princeton University Press, 1983.
caíse", Textes, 1, ob. cit., p. 400. La influencia alemana sobre los miembros del 17 También sobre las reformas, véase Victor Karady; "Les professeurs de

equipo de Durkheim es grande. Se puede tener una idea de su presencia al la république: le marché scolaire, les reformes universitaires et les transfor-
considerar el número de reseñas de libros en L~nnée Sociologique. Los autores mations de la fonction professorale el la fin du XIX siécle", Actes de la Recher-
alemanes constituyen el 38% entre 1896 y 1900, el 39% entre 1901-1909 y el cheen Sciences Sociales, n'' 47-48, 1983.
46% desde 1909 hasta el final de la primera serie de la revista. En el mismo pe- IS Jean Louis Fabiani, Les philosophes de la républiqu~ París, Minuit, 1988.

riodo vemos, respectivamente: autores anglosajones, 17%, 20%Y22%; france- 19 É. Durkheim, "Le domaine de la sociologie", Textes, 1, ob. clt., p. 23.

ses, 28%, 29% Y27%; otras nacionalidades, 18%, 12% Y5%. Véase Víctor Ka- 20 É. Durkheim, "Curso de ciencia social", ob. ch., p. 78.
rady, "Stratégies de réussite et modes de faire-valoir de la sociologie chez les 21 É. Durkheim, Montesquieu et Rousseau:précurseurs de la sociologie, París,
durkheimiens", ReuueFranraise de Sociologie, v. XX, n'' 1, enero-marzo de 1979. Librairie Marcel Riviére, 1966, p. 135.
5 É. Durkheim, "A sociología em Franca no século XIX", ob. cit., p. 111. "lbíd., p. 59.
6É. Durkheim, "La sociologie selon Glumpíowícz'' y "Organisation et vie " 1bíd., p. 81.
du corps social selon Schaeffle", Textes, 1, ob. cit. 24É. Durkheim, "L'état actuel de la sociologie en France", Textes, 1, ob.
7 É. Durkheim, "Os estudos da ciencia social", ob. cit., p. 89. cit., p. 74.
8 É. Durkheim, "Curso de ciencia social", ob. cit., p. 75. '51bíd., p. 95.
9 Los cursos dictados fueron "La solidaridad social" (1887-1888); "La fa- 26 É. Durkheim, "Curso de ciencia social", ob. cit. p. 81.
milia, orígenes, tipos principales" (1888-1889); "El suicidio" (1889-1890); '7 Ibfd., p. 21.
"Fisiología del derecho y de la moral" (1890-1891); "La familia" (1891-1892) 28 É. Durkheim, "L'histoire et les sciences sociales", ob. cit., p. 201.
Y "La sociología criminal" (1892-1893). "lbíd., p. 196.
Por ejemplo, Robert Nisbet, La formación del pensamiento sociológico,
10 BUÉ. Durkheim, Montesquieu el Rousseau:précurseurs de la sociologie, ob. cit.,

Buenas Aires, Amorrortu, 1969. p.87.


sllhíd., p. 91.
106 Durkheim: arquitecto y héroe fundador 107
Renato Ortiz

32 É. Durkheim, Lesregles de la méthode sociologique, París, PUF, 1973, p. 74. 49 Herbert Spencer, The Study 01Sociology, Londres, Williams and Norga-
[Las reglas del método sociológico, Buenos Aires, Pléyade, 1975.] te, 1880, p. 348.
33 É. Durkheim, De la division du travail social' París , PUF, 1973,P.85
. [L a 50 Émile Durkheim, "Curso de ciencia social", ob. eit., p. 87.
división del trabajo social; México, Premiá, 1985.] 51 Steven Lukes, ÉmileDurkheim: su vida y su obra; Madrid, Siglo XXI Edi-
. 34 Terry Clark, "Émile Durkheim and the institutionaJization of sociology tores, 1984.
In french university system ", Archives Europeénnes de Sociologie, v. IX, 0 2 1, 1968. 52É. Durkheim, Sociologieetphilosophie, París, PUF, 1951, p.l.
35 Terry Clark, Prophets and Patrons, Bastan, Harvard University Press, 53 Véase É. Durkheim, "L'état actuel des études sociologiques en Fran-
1973, p. 8. ce", ob. cit.
36 Antaine Savoye, "Les continuateurs de Le Play au tournant du siécle" 54 Georges David, "Émile Durkheim: l'Iiomme", Revue de Métaphysique et
RevueFranfaise de Sociologie, v. XXII, nº 3,julio-septiembre de 1983, p. 327. ' de Morale, n'' 4,junio-octubre de 1949, p. 188.
37 Roger Geiger, "Rene Worms, l'organicisme et l'organisation de la so- 55 É. Durkheim, "La science positive de la morale en Allemagne", "Défi-

ciologie", RevueFmncaisede Sociologie, v. XXII, ne 3, julio-septiembre de 1981, nition du fait moral", "Introduction a la morale", Textes, 1, ob. cit.
p.351. 56 Lucien Lévy-Bruhl, La morale et la science des moeurs, París, PUF, 1971.
38 Ibíd., p. 355. Véase también Roberto Cardoso de Oliveira, Rauio e afetíoídade: opensamento
39 Véase A. Savoye y B. Kalaoara, "La mutation du mouvemente lepay- de Lucien LévyMBruhl, Campinas, Centro de Lógica, Epistemologia e Histórica
sien", RevueFramcaise de Sociologie, v. XXVI, ns 2, abril-junio de 1985. da Ciencia, Unicamp, 1991.
40 Antoine Savoye, "Les continuateurs de Le Play au tournant du siecle" 57 Véase É. Durkheim, "Débat sur les rapports entre les idees égalítaires
~.ciL '
et racionalité de la moral", Textes, 11, ob. cit.
Roger Geiger, "René Worms, l'organicisme et l'organisation de la so-
41 58 Véase É. Durkheim, "Débat sur le fondement religieux ou laique a
ciologte", ob. cit., p. 436. donner a la morale", ob. cit.
42 Ian Lubek, "Histoire des psychologies sociales perdues. le cas de Ga- 59 É. Durkheim, "Introduction a la morale", ob. cit., p. 317.
briel Tarde", ReoueFrancaise de Sociologie, v. XXII, ns 3,julio-septiembre de 60 É. Durkheim, La educación moral, México, Colofón, si d, p. 7.
1981, p. 376. 61 É. Durkheim, "Nature et méthode de la Pédagogie", Éducationet socio-
43 Pierre Favre, "Gabriel Tarde et la mauvaise fortune d'un baptéme de logie, ob. clt., p. 79.
la science politique", ReuueFrancaise de Sociologie, v. XXIV; n'' 1, enero-marzo 62 Ibíd.
de 1983, p. 6. 63 Flcrestan Fernandes, A naturez.a sociológica da sociologia, San Pablo, Áti.
Gabriel Tarde, Les Iois de Iímisation: étudesociologique, París, Felix Alean,
44 ca, 1980, p. 26.
1895, p. 1. 64 É. Durkheim, Les regles de la méthode sociologique, ob. cit., p. 144.

45 É. Durkheim, "La sociologie", Textes, 1, ob. cit., p. 115. Véase también "La 65 Es importante que quede claro que en esta época la filosofía se vuel-
sociologie et les sciences sociales: confrontation avec Tarde", Teaes
~"
I ob .el.
it ve un aparato de la Tercera República. Paul Nizan dirá de ella, en Les chie-
46 Véase ErikaApfelbaum, "Origines de la psyehologie en France", Reoue nes degarde (París, Maspero, 1976, p. 90): "La filosofía francesa, con excepM
Francaíse de Sociologie, v. XXII, n" 3,julio-septiembre de 1981. ción de algunos francotiradores, es una institución pública. Las ideas
47 lan Lubek, "Histoire des psychologies sociales perdues", ob. cít., p. 377. filosóficas están en una situación privilegiada. Para expresarse y difundirse,
48 Roger Bastide, "Sociologie et Psychologie", G. Gurvitch (comp.), Trai- cuentan con un verdadero aparato del Estado. Como la Justicia. Como la
té de sociologie, París, PUF, 1969. Policía. Como el Ejército. Son una producción de la universidad, a pesar de
108
Renato Ortiz

que todo sucede como si la fi losofia entera no fuese más una filosofía del
Estado".
66 George Weiz, "L'idéologie républicaine et les sciences sociales", oh. cito
67 Ibíd., p. 9I. Durkheim: un trayecto
68 É. Durkheim, "Le role de l'université daos l'éducation sociale du pays", sociológico
RevueFmnraisede Sociologie, v. XVIII, ns 2, abril-junio de 1976, pp. 183-184.
69 A partir de la década de 1920 el destino de la sociología se transfor-
ma. Se establece una clara división dentro del antiguo grupo de L'Année So-
ciologique. Una vertiente más académica, compuesta por Mauss, Simiand, Gra-
nel y Halbwachs, trabaja con pequeños grupos de estudiantes en la École
Pratique des Hautes Études y en el Instituto de Etnología. La otra, de la cual
participan Georges David, Fauconnet, Bouglé y Parodi, busca difundirla co-
mo una doctrina filosófica que debe ser enseñada en las escuelas. Estos últi-
mos Son los responsables de las cartillas sociológicas y de la enseñanza prác-
tica de las ciencias sociales, cuyo primer objetivo sería legitimar el orden
intelectual y social. VéaseJohan Heilbron, "Les métamorphoses du durkhei-
misme: 1920-1940", Revue Fmncaise de Sociologie, v. XXVI, ns 2, abril-junio de
1985.

La publicación de Las formas elementales de la vida religiosa vi-


no a cubrir una laguna en la bibliografia de las ciencias sociales
brasileñas. Editado por primera vez en 1912, el texto fue tradu-
cido al inglés en 1915, y tuvo gran influencia en el debate an-
tropológico en Inglaterra. La edición norteamericana es más
tardía, de 1947, quizá debido a las dificultades que planteaba el
enfoque durkheimiano a sus intérpretes. Robert Nisbet obser-
va que las ideas de Durkheim chocaban con la ideología liberal
e individualista de los norteamericanos (no se puede olvidar que
la definición de "hecho social" prácticamente ignora la noción
de individuo), lo que contribuyó a que su pensamiento fuese
marginado en las universidades.! Recién en la década del trein-
ta, con la llegada de Radcliffe Brown a la Universidad de Chica-
go, se produce una valoración de sus escritos. De esa época da-
tan los primeros estudios de Roben Merton y Talcott Parsons,
En 1968 el libro fue publicado en español (edición argentina),
110 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 111

lo que pone de manifiesto el atraso de la primera edición bra- menos religiosos se vuelve un objeto central en los análisis
sileña (1989). Por eso es importante elogiar la iniciativa llevada durkheimianos. Cuando Durkheim escribe el prefacio al segun-
a cabo por las Edicóes Paulinas, que tuvo la osadía y la sensibi- do volumen de L'Année Sociologique, aborda esta cuestión explí-
lidad de traducir un clásico del pensamiento sociológico. citamente:

*** Junto a los análisis sociológicos, en este año, como en el año


pasado, tenemos los relativos a la sociología de la religión. Pue-
Los estudios sobre la religión representan una fase madura de sorprender la primacía que le atribuimos a este género de
fenómenos; pero ocurre que son el germen del que derivan to-
del pensamiento durkheimiano. Cabe, por lo tanto, una pre-
dos los otros. Desde el inicio la religión contiene en sí misma,
gunta: "¿en qué medida estos estudios dan continuidad a las in- aunque en un estado confuso, todos los elementos que al diso-
quietudes anteriores o, si fuera el caso, rompen con una visión ciarse, determinarse, combinarse de mil maneras entre sí, han
consagrada en otros escritos?" Durante cierto tiempo, algunos dado nacimiento a las diversas manifestaciones de la vida colec-
tiva. De los mitos y leyendas salieron la ciencia y la poesía; de
comentaristas y críticos enfatizaron el lado continuista de la
las ornamentaciones religiosas y las ceremonias de culto vinie-
obra. En particular Giddens y Nisbet pensaban que La división ron las artes plásticas; el derecho y la moral nacieron de las
del trabajo social contenía el germen de los elementos desarro- prácticas rituales."
llados más tarde.? Nada menos seguro. Diversos autores han se-
ñalado otra interpretación y los datos bibliográficos tienden a Lajustificativa permite entender por qué L'Année Sociologi-
fortalecerla. Durkheim cambia sensiblemente su itinerario in- que, aun cuando se dedicara a una gama temática diversificada
telectual sobre la religión a partir del curso de 1894-1895. Su (morfología social, sociología general, sociología económica y
testimonio es sugestivo: jurídica), termina privilegiando el estudio de los llamados pue-
blos ''primitivos''y, en su contexto, del fenómeno religioso. Bas-
Hasta 1895 no había logrado tener una idea clara del papel
esencial que desempeñaba la religión en la vida social. Fue en
ta con mirar los escritos durkheimianos del período que va de
ese año cuando, por primera vez, encontré la manera de abor- 1896 a 1912. La revista publica los siguientes "textos origina-
dar sociológicamente el estudio de la religión. Fue una revela- les": "La prohibición del incesto y sus orígenes", "De la defini-
ción para mí. El curso de 1895 supone una línea divisoria en el ción del fenómeno religioso", "Sobre el totemismo", "Algunas
desarrollo de mi pensamiento, al punto de revisar todas mis in-
formas primitivas de clasificación", "Sobre la organización
vestigaciones anteriores para adecuarlas a esa perspectiva. Esta
reorientación se debió completamente a los estudios sobre la matrimonial en las sociedades australianas", sin contar las in-
historia de las religiones que acababa de emprender y especial- numerables notas críticas y reseñas bibliográficas de cuño an-
mente a la lectura de los trabajos de Robert Smith y su escuela. 3 tropológico. No es difícil percibir que los interlocutores privi-
legiados en ese período son los historiadores de la religión y los
Es difícil establecer un corte radical en la trayectoria de un antropólogos ingleses, cuyos trabajos de campo comienzan a
autor, pero aun cuando no se acepte completamente la suge- ser conocidos en la década de 1890 y avivan el interés de Durk-
rencia anterior -la existencia de una notoria línea divisoria en heim por las sociedades indígenas. Pienso que no sería excesi-
relación con el pasado-, no quedan dudas de que se puede vo decir que toda la escuela francesa está marcada por la mis-
hablar de una reorientación. En efecto, el estudio de los ferió- ma inflexión, y que se vuelca hacia el dominio de la religión y
112 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 113

la antropología. Marcel Mauss se interesa por el intercambio, dores. Al estudiar la gens romana, Foustel de Coulanges mues-
la magia y el sacrificio; Robert Hertz, por el estudio de las po- tra la importancia del culto de los antepasados y del fuego sa-
laridades religiosas; Huvelin, por las relaciones entre magia y grado en la constitución de la religión familiar en la Roma an-
derecho; Bouglé, por el brahmanismo en las sociedades de cas- tigua. Según él, "lo que une a los miembros de la familia antigua
tas. 5 Tal vez este énfasis haya confundido un poco la compren- es algo más poderoso que el nacimiento, que la fuerza física: es
sión de la trayectoria de Durkheim por parte de sus críticos y la religión del fuego sagrado y de los antepasados"," Debido a
comentaristas. De cierta forma se puede decir que los sociólo- la idea de que el poder reproductor residía en el hombre, el fue-
gos cultivaron su primera fase y se concentraron en La división go sagrado sólo podría ser transmitido de hombre a hombre, lo
del trabajo social, Las reglas del método sociológico YEl suicidio. Al fin que significa que el derecho patriarcal estaba fundamentado en
de cuentas, la tesis continuista (que en general sostienen los la religión. La religión es percibida, por lo tanto, como "princi-
autores ingleses y norteamericanos), tomada en serio,justifica- pio constitutivo de la familia antigua", su elemento ordenador.
ría tal actitud, pues los escritos sobre la religión poco agrega- Esa argumentación, la de la preponderancia de la "superes-
rían a los análisis anteriores. Pero los antropólogos se han in- tructura" en relación con la "estructura" (en el sentido durk-
clinado hacia la última etapa, como si realmente existiese una heimiano y no en el marxista), será cuestionada en La división
ruptura en el pensamiento durkheimiano. No creo que ningu- del trabajo sociaL Durkheim dirá:
na de las posiciones sea conveniente. La cuestión consiste en
Fouste1 de Coulanges descubrió que la organización primitiva
entender en qué medida se da la reorganización de las ideas y de las sociedades era de naturaleza familiar, y que por otro la-
de los conceptos sin dejar de considerarlos en el interior de una do, la constitución de la familia primitiva tenía como base a la
perspectiva global, pues las continuidades existen y atraviesan religión. Él tomó la causa por el efecto. Después de postular la
incluso los estudios sobre los distantes pueblos "primitivos". idea de la religión, sin haberla derivado de nada, dedujo los or-
denamientos sociales que había observado, cuando sucede 10
Steven Lukes estima que a lo largo de su obra Durkheim contrario, son estos últimos los que explican la potencia y la na-
"desplazó el eje de su atención desde los fenómenos estructura- turaleza de la idea religiosa."
les hacia los de la superestructura"." La afirmación en sí no es
nueva. Al discutir sus paliers deprofondeurs, Gurvitch ya había ob- La crítica es coherente con los objetivos del libro. Durk-
servado que Durkheim, si bien al comienzo de su carrera "ha- heim realmente entiende que la base material de la sociedad,
bía vacilado entre la primacía de la densidad material (base esto es, su morfología, es determinante de los fenómenos de la
morfológica) y de la densidad moral, se orienta enseguida, cla- "conciencia colectiva". En realidad, la división del trabajo, que
ramente, hacia la primacía de la conciencia colectiva"." Este es el soporte estructural de los diferentes tipos de solidaridad
cambio de perspectiva coincide con el interés en la religión co- (mecánica y orgánica), reposa sobre elementos que la prece-
mo objeto de estudio. Esto puede verse al considerar, por ejem- den. Ella es un "efecto" de la combinación de otras "causas": la
plo, las relaciones entre Durkheim y Foustel de Coulanges. La densidad material y el volumen social. Por eso Durkheim dice
influencia del autor de La ciudad antigua en Durkheim es cono- que "la división del trabajo varía en relación directa con la den-
cida; ella se extiende desde el tiempo en que era profesor de la sidad y el volumen de las sociedades't.l? O sea, el hecho moral,
Ecole Normale Supérieure, en donde fue su alumno. No obs- la solidaridad entre los individuos, debería, en cuanto efecto,
tante, subsiste una diferencia significativa entre ambos pensa- ser vinculado a una causa anterior, la propia estructura social.
114
Renato Ortiz
Durkheim: un trayecto sociológico 115

Un texto que rompe con esta visión determinista es "Lasre-


presentaciones individuales y las representaciones colectivas" Se retoman así las tesis de Foustel de Coulanges. No obstan-
escrit~ en 1.898. Allí se busca comparar la sociología con la psi: te, el camino que éstas sugieren trasciende el campo de una so-
colegía social, y resurge la cuestión de la determinación de la ciología estricta de la religión. Por cierto los universos religio-
"base material". El artículo se inicia con Una crítica a las tesis sos, en su especificidad, revelan una dimensión nueva de los
que comprendían la memoria como algo idéntico a su sustra- análisis durkheimianos. La noción de lo sagrado, ausente en
to biológico. ,Dentro de esta perspectiva no habría una vida pro- los escritos anteriores, es fundamental para el tratamiento del
pIamente pSlqUlca, los recuerdos se reducirían al accionar de totemismo, así como de cualquier tipo de fenómeno religioso.
los ~stímulos cerebrales.'! Durkheim contrapone a ese punto Pero cuando se afirma que 10 sagrado se encuentra siempre
de vista la Id~a de q~e la vida psíquica es un conjunto de repre- "superpuesto" a lo real, que es una "realidad de segundo or-
sentaciones inconscientes que existen fuera de los centros ner- den", lo que está en cuestión no es sólo el dominio de la reli-
viosos. Las representaciones forman por tanto una realidad sui gión. Como demuestra la conclusión de Las formas elementales
generis, ellas se combinan entre si y, aun cuando mantengan la- de la vida religiosa, la comprensión de los universos religiosos
zos estrechos con su sustrato biológico, son en cierta medida nos lleva a la discusión más general acerca de los "ideales", es-
ind.ep:ndientes. Traduciendo este razonamiento en lenguaje to es, las realidades simbólicas que trascienden el mundo inme-
s~ClologlCo,vem~s: pnmero, el reconocimiento de que la con- diato. Por eso Durkheim es tan enfático al decir que "la con-
CIenCIa SOCIal esta estrechamente vinculada a una serie de ele- ciencia colectiva es mucho más que un simple epifenómeno de
mentos sociales, esto es, a un sustrato material. Sin embargo, la base morfológica" (crítica homóloga a la de que la cultura
no sería, en términos marxistas, un "reflejo" de la infraestruc-
[... ] ~na vez que se forma un primer fondo de representacio- tura económicar.l" Como bien observa Durkheim: "Se dismi-
nes, estas se tornan realidades parcialmente autónomas y viven nuye a la sociedad cuando se ve en ella apenas un cuerpo or-
una ~da p~opia. Tienen el poder de atraerse, repelerse, de for-
mar smtesrs de todas las especies, que están determinadas por
ganizado en vistas a determinadas funciones vitales. En el
las afinidades naturales y no por el estado del medio en el cual cuerpo vive un alma: es el conjunto de los ideales colectivos.
evolucionan. E~ con~ecuencia, las nuevas representaciones, pro- Pero esos ideales no son abstractos, representaciones intelec-
ductos de esas smtesrs, son de otra naturaleza; tienen por causa tuales frías, desprovistas de toda eficacia. Son esencialmente
otras representaciones colectivas y no tal o cual característica de
la estructura sociaí.l'' motores, pues detrás de ellos existen fuerzas activas reales: las
fuerzas colectivas". 15 Esta idea de que las representaciones po-
C~n esto Durkheim afirma que, si bien para entender el seerían una fuerza motriz, una eficacia concreta, desplaza el de-
panteon gnego o romano es importante analizar la constitución bate antes restringido al campo exclusivo de las religiones. Se
de las ciudades, la forma en que se interpenetran los clanes la trata en realidad de una reflexión sobre los universos ideoló-
organización de la familia patriarcal, estos elementos son aun gicos, de su autonomía en relación con la base material de la
insuficientes. Pues, "esta vegetación lujuriosa de mitos y de le- sociedad, y de su eficacia como elementos activos y transforma-
yendas, todos esos sistemas teogónicos, cosmológicos, etc, que dores de las situaciones de hecho. No es casual que los ejem-
construye el pensamiento religioso, no se vinculan directamen- plos políticos presentados partan de una analogía con los fenó-
te con determinadas particularidades de la morfología social ".13 menos religiosos. El Renacimiento, la Reforma, la Revolución
Francesa surgen como momentos de efervescencia revolucio-
Durkheim: un trayedo sociológico 117
116 Renato Ortiz

cia y vida social. Tal vez sea más correcto retomar una antigua
naria en cuyo interior se crean nuevos ideales. O sea, los acon- sugerencia de Rayrnond Aron y considerarlo como un intelec-
tecimientos políticos se presentan como movimientos ideoló- tual que dialoga con su tiempo, un período de crisis en ~! cual
gicos capaces de engendrar un orden moral para el conjunto se busca permanentemente una solución para la cuestion s,:
de la sociedad. Las representaciones simbólicas son percibidas cial. 2o Por eso la problemática del orden, de la moral, se marn-
como relativamente autónomas, simbólicamente activas y, de festará en los estudios de las sociedades "primitivas". Gurvitch
modo simultáneo, constitutivas del tejido social. Dirá Durk- está en lo cierto cuando afirma que Durkheim, al establecer la
heim: "Una sociedad no puede crearse, o recrearse, sin al mis- ecuación Dios; Sociedad, ontológicamente realiza la autodivi-
mo tiempo crear un ideal. Esta creación no es para ella un acto nización de esta última.é' La coerción, un tema trabajado en tex-
suplementario, por medio del cual completaria su formación, si- tos anteriores, adquiere ahora un estatus trascendental y sagra-
no el acto por el cual se hace y se rehace períódícamentet.!" Di- do. Es posible decir que las sociedades indígenas ejercen gran
cho de otra manera, las sociedades, para existir, producen repre- atracción sobre Durkheim por el hecho de que configuran una
sentaciones estructuralmente necesarias, o sea, la ideología es totalidad articuladora de diferentes niveles sociales. El carácter
constitutiva del proceso social. El argumento reúne a Durkheim moral, integrador, que el autor ve como "armonioso", regula-
con Althusser, cuando éste considera que toda ideología es dor del consenso, se contrapone así a la ausencia de ese mismo
transhistórica, inmanente a la sociedad, y que el hombre surge rasgo unificador en las sociedades complejas. Frente ~ I~ ~risis
como un "animal ídeológico" (los antropólogos dirían un "ani- de la modernidad (división del trabajo acelerada, mulriplicidad
mal simbólico").l7 Se puede profundizar aún más el paralelis- de creencias y actitudes, individualismo), la religión de los pri-
mo entre dos pensadores tan distantes, pues se sabe que para meros hombres ofrecería una lección de cohesión social.
Althusser "la ideología es eterna como el ínccnscienre't.l" ¿No
erajustamente esta idea de inconsciente, que Durkheim no de-
sarrolla en el texto sobre las representaciones, la que subyace
***
a sus críticas dirigidas a los psicólogos que las entendían como Las formas elementales de la vida religiosa hace una contribu-
un mero efecto del sustrato biológico? ción decisiva para las ciencias sociales. En este sentido se pue-
Hasta el momento he señalado la reorientación del pensa- de decir que el libro es contemporáneo, porque instiga a pen-
miento durkheimiano. Pero ¿cómo entenderlo y situarlo en la sar no sólo los fenómenos religiosos, sino también la temática
línea de sus preocupaciones? Algunos autores han intentado de la ideología en general. Sin embargo, para comprenderlo
responder esta pregunta. Confieso que la interpretación psicoa- en su amplitud, es necesario situarlo en el ámbito de la histo-
nalítica que propone Bernard Lacroix es seductora, pero poco ria de la sociología y de la antropología. De esta manera se pue-
convincente.l? El autor defiende la tesis de que el interés de den apreciar mejor la riqueza y los impasses del estudio.. .
Durkheim en la religión es una forma de resolver el conflicto Al tratar las representaciones religiosas como constitutivas
con su padre (Moisés), en el seno de una familia cuyo hijo había de la sociedad, Durkheim se aleja de la idea de que la religión
abandonado los estudios preparatorios para ser rabino. De esta sería una simple ilusión, una "falsa conciencia", como decía
manera, cuando en sus textos Durkheim identifica Dios y socie- Marx. Para Durkheim, dificilmente un fenómeno duradero en
dad, estaríamos ante una especie de reconciliación entre padre la historia de los hombres podría ser el resultado de un mero
e hijo, pues estarían superadas las contradicciones entre creen-
118 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 119

equívoco. Por eso critica las propuestas de Tylor (animismo) y neda, pues Durkheim niega la idea de progreso moral de la hu-
de Max Muller (naturismo). Al primero, por situar el origen de manidad. Como él mismo afirma, "nada nos autoriza a pensar
los fenómenos religiosos en la incapacidad de los indígenas de que la moral de los pueblos llamados inferiores sea inferior a
distinguir, como el niño, lo real de lo sobrenatural, los hechos la nuestra. No veo siquiera cómo podríamos compararlas y es-
de la vida y la creencia en el más allá; al segundo, por entender tablecer entre ellas una especie de jerarquía. La verdad es que
que en el fondo estos fenómenos representarían una especie son incomparables't.P
de confusión de naturaleza lingüística. Pero si ésas son las teo- La evolución de los valores sería entonces un falso proble-
rías con las cuales debate en su libro, no quedan dudas de que ma, ya que cada sociedad tendría un código propio, lo cual tor-
el propósito de su análisis tiene un alcance mucho mayor. En na irrelevante una valoración eventual entre los pueblos.
realidad, la argumentación desarrollada desentona con el pen- Esta concepción sin duda establece una diferencia en rela-
samiento predominante en la época, y se contrapone a éste. Ro- ción con un tema crucial para los intelectuales del siglo XIX,
bert Nisbet tiene razón cuando afirma que Durkheim figura, el debate sobre la declinación de la religión. Es sintomático que
junto a Nietzsche, como uno de los pocos intelectuales que se Durkheim considere que "hay algo de eterno en la religión",
encontraban en la contracorriente del espíritu de las Luces. 22 una perennidad que revela la fuerza moral de los universos re-
Esto le confiere a menudo un tinte conservador a su pensa- ligiosos. Pero esto significa también la imposibilidad de pensar
miento, pues su antiindividualismo y el peso que le atribuía a la ciencia como un sucedáneo de las creencias religiosas. Hay
la tradición lo alejan de una idea cara a los pensadores ilumi- evidentemente una tensión entre el conocimiento religioso y
nistas, la de que el hombre sería la raíz, el centro de un proyec- el conocimiento científico, pero que se sitúa en otro nivel.
to de liberación. La libertad individual es por cierto un valor
En esto consiste el conflicto entre ciencia y religión. Se dice que
para el pensamiento durkheimiano, pero el soporte de su preo-
el principio de la ciencia niega la religión. Pero la religión exis-
cupación es la sociedad, y en ella el individuo se diluye, ya sea te, se trata de un sistema de hechos dados; en una palabra, es
como categoría sociológica o política. En rigor, el individuo, una realidad. ¿Cómo podría la ciencia negar una realidad? Ade-
muchas veces asociado a la noción de individualismo, es más más, la religión es acción, un medio de hacer que los hombres
una fuente potencial de conflicto y de desajuste social (ano- vivan en conjunto; en este caso, la ciencia poco podría hacer,
pues ella expresa la vida pero no la crea. El conflicto es por lo
mia) que verdaderamente sínónimo de emancipación. Pero es tanto limitado. De las dos funciones que primitivamente cum-
justamente esta posición la que le permite eludir algunos equí- plía la religión, existe una, pero sólo una, que cada vez más se
vocos propios de su tiempo. Durkheim desconfia de la idea de le escapa: es la función especulatlva.V
progreso. Su crítica a Comte reposa en gran medida en la ne-
gación de la premisa que le atribuye a la sociedad humana la Se trata, por lo tanto, de un conflicto circunscrito a un te-
capacidad de desarrollarse de acuerdo con una marcha rectilí- rreno claramente delimitado. En términos explicativos, la cien-
nea y un mismo sentido histórico.P También se distancia de cia superaría a la religión. En este caso no tendría demasiado
una visión teleológica, ya sea hegeliana, marxista o simplemen- sentido imaginar que las interpretaciones bíblicas de 1origen
te como la había concebido Condorcet.v' Si bien es verdad que del hombre son más completas que los descubrimientos geoló-
Las formas elementales de la vida religiosa están atravesadas por gicos o arqueológicos. Lo mismo es válido para la comprensión
cierto evolucionismo, no puede ignorarse la otra cara de la mo- de la sociedad; las ciencias sociales no tienen nada de religio-
120 Renato Ortiz
Durkheim: un trayecto sociológico 121

sas. Sin embargo, como la ciencia es una "moral sin ética", es-
to es, un sistema de conocimiento incapaz de unir a los indivi- sirve de argumento para justificar su propio proyecto. Vale la
duos dentro de un todo, de orientar la conducta, el saber cien- pena recordar que el propio Durkheim cuestiona en vanas oca-
tífico no tendria eficacia como cimiento social. Los universos siones la premisa de la existencia de una nat~raleza humana.s''
ideológicos deberían dar cuenta de esta dimensión. De allí el Se puede decir incluso que en este punto eXI.sten algunas con-
interés de Durkheim por la educación, la religión y la política, tradicciones en sus escritos, pues en ellos, reiteradamente, lla-
fuerzas morales con la capacidad de ordenar la sociedad, que ma la atención sobre la importancia de la historia en la com-
unen a los individuos dispersos. prensión de las sociedades, al punto de pensar a la s~ciologí~
Las formas elementales de la vida religiosa tiene, sin embargo, y la historia como disciplinas vecinas. Por otro lado.' ¿como 0.1V!-
una serie de inconsistencias que ya han señalado diversos críti- dar que, en Las reglas del método sociológico, Durkheim prescnbe
cos. La tesis central sobre el origen de la religión es, en el fon- el método comparativo como la única manera de llegar a con-
do, un ejercicio exitoso de imaginación. No hay ninguna prue- clusiones más generales?29 Quizá se pueda sugerir que ese mo-
ba para pensar que el estado de efervescencia de las multitudes mento de ahistoricidad en su pensamiento se deba a la natura-
sea la causa del fenómeno religioso. Quizá sea más correcto in- leza de su objeto de estudio. La historia "fría" de los pueblos
vertir la afirmación. Cuando los grupos australianos se reúnen indígenas y la crítica necesaria al evolucioni~mol ~n. bu~na me-
para celebrar sus fiestas colectivas, la efervescencia sólo puede dida realizada por la etnografia inglesa, habnan pnV!legt~doese
existir porque está amparada en la anterioridad de la religión. aspecto. La respuesta tendría sentido si el libro pretendle~e.s~"
Los cultos presuponen las creencias, aun cuando no deriven sólo un estudio sobre las sociedades pasadas, pero la ambición
exclusivamente de ellas. Pero hay más. La insistencia en apre- del autor es evidentemente otra. Durkheim pretende encon-
hender definitivamente la naturaleza de toda y cualquier ex- trar lo universal, lo permanente, fuera de la accidentalidad de
presión religiosa a partir de un ejemplo "elemental" (esto es, las formas históricas. •
anterior a todos los otros) es también discutible. ¿Es realmen- Existen, además, críticas de cuño propiamente antropol<;
te posible entender la "esencia" de un fenómeno social fuera gico, que se fundamentan sobre todo.~n argumentos etnogra-
de su duración histórica? ¿El análisis de la religiosidad "primiti- ficos. La base empírica del matenal utilizado se adecuaba al ~o­
va" es suficiente para la comprensión del brahmanismo, el cato- nacimiento acumulado en la época y se basaba en los estudios
licismo o el budismo? La afirmación, "una ley que fue demostra- de algunos antropólogos británicos. Ahora bien, las i~vesti~aCIo­
da por una experiencia bien realizada es válida universalmente", nes posteriores han cuestionado muchas de las consideraciones
se sustenta en una suposición que la precede: la existencia de un que se habían hecho hasta ese entonces. Por ese mo~v~ Durk-
universal, la naturaleza humana. Lévi-Strauss valoraría este pun- heim fue bastante criticado por parte de la antropología inglesa
to de vista, pues de ese modo "se eliminarían todas las trampas y norteamericana. Un autor como Kroeber llega a de~ir que la
del método comparatívor.s? Pero el aporte de Lévi-Strauss no di- debilidad empírica de su trabajo revela un trazo ~omun a toda
suelve las dudas. Indica simplemente la manera en que un autor, la escuela francesa. 30 Según él, se podría haber ehmmado gran
a partir de su visión estructuralista, selecciona y valoriza, en la parte de las inconsistencias de sus seguidores si éstos se hubi:-
obra durkheimiana, la parte que le interesa. El análisis de una sen comprometido personalmente en el trabajo de campo (crí-
religión supuestamente "elemental", sincrónica y ahistórica, le tica que, tomada en serio, se aplicaría a dos pensador~s gema-
les: Marcel Mauss y Lévi-Strauss). Por cierto las restriccrones de
122 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 123

orden etnográfico son válidas y pertinentes. Sin embargo, el de- estadio "inferior", "bárbaro", a otro "superior", para culminar
bate entre las corrientes antropológicas no se sitúa, como pre- con las realizaciones del mundo industrial occidental. El evo-
tende de manera interesada Kroeber, en el plano meramente lucionismo es una "teoría" y una ideología predominante en
descriptivo. Lo que está en cuestión son distintas concepciones el siglo XIX; trasciende las corrientes del pensamiento antro-
sobre las ciencias sociales: una, más reflexiva, de tradición fran- pológico, para extenderse a los dominios de la política y la so-
cesa; otra, más empiricista, que le atribuye a los hechos una ciedad (véase, por ejemplo, el texto de Engels, El origen de la
fuerza explicativa que éstos no poseen. Pero el fenómeno que familia, la propiedad privada y el Estado). Pero, a pesar de las crí-
escoge Durkheim, en torno del cual se articula su interpreta- ticas, permanece un interés común con los evolucionistas de
ción, es también en sí mismo problemático. Evans Pritchard ob- la época: la búsqueda del origen de la vida social. El término
serva que el totemismo australiano, base empírica de su refle- "religión elemental" es ambiguo. Significa, por un lado, un
xión teórica, "es muy atípico y sumamente especializado", y por conjunto de creencias lógicamente anteriores a otras, pero ge-
eso es dificil generalizar las conclusiones que se obtienen a par- néricas y complejas. El totemismo contendría una "estructura"
tir de él. 31 Un ejemplo: el totemismo es para Durkheim esencial- elemental que serviría de base para la comprensión; los estruc-
mente una religión ciánica, pero, como constata Lowie, existen turalistas dirían la "deducción" de otros universos religiosos.
pueblos totémicos que no necesariamente se organizan en cla- El análisis se sitúa de esta manera en el nivel lógico. Sin em-
32
nes. ¿Cómo generalizar, entonces, una "experiencia" particu- bargo, Durkheim, al escoger como objeto la más "primitiva"
lar", por mejor realizada que esté? Otras consideraciones inci- de las religiones, introduce un elemento de causalidad histó-
den sobre la propia naturaleza del fenómeno. Autores como rica. El totemismo es simultáneamente religión primera, des-
Goldenweiser pensaban, ya en 1910, que el totemismo no cons- de el punto de vista lógico e histórico. El pensamiento oscila
tituía un sistema, tal como lo había considerado Frazer. No obs- de esta forma entre dos argumentos distintos. No le resulta su-
tante, su punto de vista recién se impondrá gradualmente a lo ficiente señalar, por ejemplo, los elementos constitutivos de to-
largo de los años. En efecto, bajo una denominación única, da religión (la dicotomía entre lo sagrado y lo profano). Durk-
"totemismo", se albergaban fenómenos distintos. Como mues- heim quiere además determinar el nacimiento del fenómeno
tra Lévi-Strauss, la historia del totemismo es la historia de una religioso y va a encontrar su causa en las migraciones estacio-
ilusión, que los antropólogos irán abandonando de a poco.33 nales de los australianos y en los fenómenos de la multitud. Lo
Otro elemento se refiere al evolucionismo residual de mismo ocurre en su artículo "Algunas formas de clasificación
Durkheim. Observé antes que él mantenía una posición sin- primitiva", escrito en colaboración con Marcel Mauss. Después
gular respecto del Iluminismo. En este sentido, el texto sobre de describir con brillo el modo en que las representaciones se
las sociedades indígenas, al situarse "fuera" de la historia, se estructuran y funcionan como elementos lógicos del pensa-
diferencia de los escritos de Morgan o de Tylor, cuya preocu- miento, se pregunta: ¿de dónde provienen? Nuevamente, la
pación central es describir las fases evolutivas por las cuales pa- problemática del origen lo lleva a responder que la clasifica-
só la humanidad. La sociedad primitiva: investigación so/m el pro- ción de las cosas reproduce la clasificación de los hombres, pe-
greso humano del salvajismo y la barbariea la civilización, así como ro no en un sentido dialéctico de interacción entre la forma
La mentalidad primitiva, son libros cuyo objetivo es describir el de pensamiento y los individuos, sino como consecuencia cau-
modo en que las diversas poblaciones humanas pasaron de un sal. Cito al autor:
124 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 125

Lejos de pensar, como admite Frazer, que las relaciones lógicas antropológicas más recientes (Victor Turner, Edmund Leach,
de las cosas fueron la base de las relaciones sociales de los hom-
Rayrnond Firth).35 Sus ideas sobre el tótem como emblem~ de
bres, son éstas, en realidad, las que sirvieron como prototipos a
las otras. La sociedad no fue simplemente un modelo elabora- la tribu lo llevaron a percibir que la vida social sólo es posible
do por el pensamiento clasificatorio; sus propios marcos sirvie- por medio de un vasto simbolismo. Esto no se limita a las socie-
ron de base a los marcos del sistema. Las primeras categorías ló- dades pasadas, sino que se extiende hasta las modernas, con sus
gicas fueron categorías sociales; las primeras clases de cosas cultos a la bandera y a la revolución, y las fiestas estatales. D.~ la
fueron clases de hombres en las cuales las cosas estaban integra-
das. Las fratrias fueron los primeros géneros; los clanes las pri-
misma manera que el tótem es genérico y objeto de veneración,
meras especies. Las cosas formaban parte, por consiguiente, de la bandera representa algo abstracto, el país, la sociedad, y se
la sociedad y era su lugar en la sociedad el que determinaba su transforma en objeto de sentimiento y de acción. Lo sagrado
lugar en la naturaleza.Y se inserta en el interior de las sociedades modernas.
Puede señalarse aun otro aspecto. El libro, junto con el ar-
o sea, los hombres se organizaron primero en fratrías y cla- ticulo "Algunas formas de clasificación primitiva", abre u~apers­
nes, y sólo después de ello clasificaron el mundo en géneros y pectiva para el florecimiento de la sociología ~~I conoClm~ento
especies. Se logra así demostrar que las representaciones son (pero no en el sentido en que Mannheim utilizaba este ~erml­
un producto social, lo que sin duda es relevante; sin embargo, no). El concepto de representación se despliega en dos niveles:
al introducirse el argumento de la anterioridad, se cae en una a) lo que es pensado, esto es, su contenido; b) el modo de .p'en -
trampa que nos encierra en un círculo vicioso. En efecto, para sar, su forma. Al tratar la religión como un universo cogmuvo,
organizarse en fratrías y clanes los hombres tenían necesaria- Durkheim acentúa la dimensión lógica subyacente a todo siste-
mente que disponer a priori, o en el proceso de constitución, ma de conocimiento. Veamos un ejemplo. Cuando los zuni di-
de un sistema de clasificaciones que los guiase en la práctica so- viden el espacio en seis regiones -norte, sur, este, oeste, cenit
cial. Diría que el dilema que enfrenta el autor nos brinda, por y nadir-, no estamos simplemente en presencia de un ordena-
lo menos, una lección: dificilmente se pueda dar una respues- miento geográfico; nos encontramos ante un mod~ de pensar
ta definitiva a la pregunta sobre el eslabón perdido entre la na- que asocia al norte con el viento, el invierno, el pehc~_no, el ga-
turaleza y la cultura, sin caer necesariamente en especulacio- llo salvaje, el amarillo, la fuerza, la guerra, la destrucción; al oes-
nes (basta leer, todavía hoy, los innumerables estudios sobre el te con el agua, la primavera, las brisas húmedas, la paz, la caza,
tema realizados por paleontólogos, antropólogos y biólogos). el azul. El mundo de los hombres y de los dioses, la naturaleza,
los rasgos personales, en fin, el cosmos, se comprend~n.a par-
*** tir de este conocimiento clasificatorio, en absoluto prelógico co-
mo pretendía Lévy-Bruhl. En el bellísimo ensayo de Robert
Un clásico se define por su originalidad, por las nuevas in- Hertz, "La preeminencia de la mano derecha",36 ~emos un des-
terpretaciones que sugiere, pero también muchas veces por su doblamiento de los descubrimientos de Durkheim. Hertz de-
presencia en el debate contemporáneo. ¿En qué medida Las muestra que la oposición entre de~echa e izquierda no ti:ne n~;
formas elementales de la vida religiosa cumple estos requisitos? En da de biológica, sino que se inscribe en el orden de las cosas
el campo de la antropología, se puede decir que Durkheim es sociales; la derecha se asocia con las nociones de puro, alto,
precursor del análisis simbólico que atraviesa a las corrientes adentro, mundo superior, mientras que a la izquierda le cabe la
126 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 127

impureza, lo bajo, lo marginal, el mundo inferior. No es dificil cuestión política habría luego declinado, para dar paso a los te-
percibir que estos textos inspiran en gran medida al estructura- mas religiosos. ¿Cómo se entiende, entonces, la apreciación de
lismo de Lévi-Strauss, y que El pensamiento salvaje es un desdobla- Lacroix?
miento de proyectos que ya habían sido realizados por la sociolo- Desearía partir de una comparación entre Weber y Durk-
gía francesa. Pero es importante tener en claro que la propuesta heim, llamando la atención para una dimensión específica: am-
durkheimiana trasciende el campo de la antropología. Lo que es- bos utilizan el concepto de "iglesia", pero en sentidos distintos.
tá en cuestión es el mismo entendimiento humano, la facultad de Durkheim acentúa siempre el lado del consenso: la iglesia es el
clasificar, de inducir, de deducir, de asociar. Durkheim se niega a espacio en cuyo interior se articulan las creencias y las prácti-
aceptar que estas capacidades serían inmanentes al individuo, al cas religiosas, y todo se une en torno de una misma comunidad
"ser humano", y se contrapone a las tesis del a priori kantiano, se- moral. Weber se sitúa en otra perspectiva: la iglesia es una es-
gún las cuales espacio y tiempo serían categorías abstractas uni- pecie de "empresa de salvación de las almas", lo que le abre la
versales del pensamiento. El estudio de los pueblos indígenas lo posibilidad de comprender el poder, político y sagrado, en las
conduce en otra dirección, pues le permite demostrar que esos diferentes religiones y sociedades que considera.t? Por eso, te-
sistemas clasificatorios son producto de la sociedad y se articulan mas como los intelectuales, la hierocracia, la relación entre la
en el interior de "marcos sociales del conocimiento". Esto signi- iglesia y el Estado, el proceso de racionalización de las creen-
fica que los universos cognitivos se deben aprehender en su or- cias adquieren un papel fundamental en su reflexión. El con-
ganicidad, en relación con los grupos que los expresan, sean ellos flicto político se encuentra en la raíz de la problemática reli-
los indígenas, el proletariado, la clase burguesa o las civilizacio- giosa. La lucha política, traducida al lenguaje religioso, es
nes (hoy se habla, por ejemplo, del concepto de tiempo en la necesariamente una disputa de intereses y de concepciones de
Edad Media). 37 Las representaciones de tiempo y espacio adquie- mundo. Por ejemplo, el monopolio ideológico de la religión
ren de esta forma una base sociológica y una historicidad. Al pro- asegura la legitimación del orden social; los movimientos hete-
poner que la sociología tenga como objetivo las "mentalidades", rodoxos quiebran el cuadro de dominación en determinadas
Durkheim abre el camino para la exploración de toda una ver- condiciones históricas (catolicismo versus herejías en Europa
tiente analítica que desarrolla y perfecciona sus perspectivas y sus occidental; brahmanismo versus budismo en la India antigua).
intuiciones (Granet, Marc Bloch, Lucien Fébvre y otros). Dificilmente podría realizarse este tipo de análisis restringién-
Bernard Lacroix observa que se puede aprehender mejor dose al instrumental durkheimiano. A Durkheim le interesan
la problemática de lo político en el pensamiento durkheimia- la Iglesia y el Estado sólo como instituciones sociales en las cua-
no en libros como Las formas elementales de la vida religiosa que les se manifiesta una conciencia colectiva. Su atención privile-
en otros textos. 38 La afirmación es sugestiva y por cierto polé- gia el vínculo social, la unidad que integra a las personas en el
mica, pero tiendo a acordar con ella. De hecho, la sociología seno de una misma "solidaridad". Quizá por eso la tradición de
de Durkheim, según la interpretación tradicional consagrada la escuela francesa haya ignorado una serie de asuntos consi-
en los cursos de ciencias sociales, dificilmente dejaría espacio derados obligatorios para otras corrientes de pensamiento (ale-
para una discusión acerca del poder. Críticos importantes, co- mana o norteamericana). Existe un silencio expresivo en rela-
mo Nisbet, creen que su pensamiento político se reduce prác- ción con temas como las clases sociales, el Estado, los partidos,
ticamen te a la fase inicial de sus escritos, que su interés por la el poder político. 40
128 Durkheim: un trayecto sociológico 129
Renato Ortiz

Pero ¿qué significa este silencio? ¿Una negativa a tratar la san por el estudio de la religión, y buena parte de los escritos de
problemática del poder? La pregunta comporta dos respuestas. Gramsci se centra en el catolicismo, el protestantismo, el mun-
~rmativ~, si ~ituamos la discusión en el nivel estrictamente po- do islámico.t" En realidad, él busca entender cómo la institu-
lítico-partidario; la obsesión de Durkheim por el consenso lo lle- ción religiosa, duradera a lo largo de los siglos, logra mantener
va a comprender los fenómenos sociales a través de la óptica de la cohesión social entre sus adeptos, constituyendo el cemento
la solidaridad, de una comunión entre fieles (religión) o entre social que los integra a una totalidad más amplia. Evidentemen-
ciudadanos (moral laica) . Hay poco espacio para debatir la re- te, tanto Gramsci como Durkheim saben que la religión ya no
lación entre el Estado y la sociedad, pues el primero asume úni- posee más la capacidad de organizar a las sociedades modernas
camente la forma de institución reguladora de los conflictos, como un todo. Sin embargo, ambos buscan en los universos re-
exenta de las contradicciones económicas y de clase que lo cons- ligiosos el elemento ideológico que aproxima a los individuos y
tituyen. N,:gativa, si desplazamos el análisis de la autoridad y del a los grupos sociales. De allí la importancia de una "reforma in-
poder hacia una dimensión que muchas veces a Weber se le es- telectual y moral". Claro que con los signos cambiados, pues
capa. Es posible leer Las formas elementales de la vida religiosa co- Gramsci es un marxista, sueña con una nueva cultura, mientras
mo un estudio sob~e ~a solidaridad orgánica de los pueblos pri- que Durkheim es un republicano, que ve en la educación la ins-
mItIVOS, y no mecarnca, como era tratada en La división del titución fundamental para el cambio de las mentalidades.
trabajo social: Esto es, una tentativa de entender cómo los univer- Sin embargo, ¿la afirmación de que toda autoridad se fun-
sos religiosos ligan la heterogeneidad social. La oposición entre damenta en una creencia no implica decir que no existe poder
lo sagrado y lo profano traduce en la realidad las diferencias y sin que necesariamente exista un relativo desconocimiento de
los desniveles sociales, establece una jerarquía en la sociedad. las condiciones sociales favorables para su funcionamiento?
Como aprecia Georges Balandier, "lo sagrado es una de las di- Ahora bien, esta dimensión de inconciencia está íntimamente
mensi~nes del campo políticov.f! Su cualidad superior traspasa relacionada con el concepto de representación colectiva, en
a los ~10ses, los hombres y la sociedad. Por ejemplo, "en la Me- particular con el elemento lógico que la caracteriza. Al fin de
lanesia y e? la Polinesia se dice de un hombre influyente que cuentas, clasificar es jerarquizar. Pero Durkheim duda en decir
nene mana, y a este maná se le atribuye su influencia. Queda claramente que la relación lógica de inclusión y exclusión guar-
claro por lo tanto que su situación deriva únicamente de la im- da, de cierta manera, una correspondencia con la inclusión/ex-
portancia que le confiere la opinión general".42 La fuerza de la clusión social. El fantasma del consenso se manifiesta nueva-
cohesión social reposa en la opinión. En otro pasaje se lee: "la mente cuando afirma, por ejemplo:
opinión, cosa social de primera importancia, es una fuerza de
autoridad, y se puede incluso preguntar si toda autoridad no se- En cada época, los hombres no podrían entenderse en sus ideas
si no hubiese una concepción homogénea de tiempo, de espa-
ría hija de la opinión ".43 La autoridad derivaría menos de las
cio, de causa, de número, etc.; en este caso, cualquier acuerdo
sanciones materiales que acompañan a su ejercicio que de una entre las inteligencias sería imposible y, por consiguiente, tam-
moral, de una creencia colectiva que le da sustento. En lengua- bién toda la vida en común. De la misma manera, la sociedad
Je gramsciano diríamos que la hegemonía se realiza a través del no puede abandonar las categorías al libre arbitrio de los parti-
consenso y no de la coerción. El paralelismo con un autor aje- culares sin abandonarse a sí misma. Para vivir, no sólo necesita
un grado suficiente de conformismo moral, es necesario un mí-
no al horizonte durkheímiano es pertinente. Ambos se íntere- nimo de conformismo lógico del cual no puede prescindir.P
131
Durkheim: un trayecto sociológico
130 Renato Ortiz

yecto moral se vincula a las perspectivas políticas de la Tercera


Al identificar conformismo ló ico . República. Quiero señalar ahora el aspecto intelectual. Como
encubren evidentemente los i g y conformismo moral se
os intereses de grupo d 1 observa Paul Fauconnet, la escuela tiene para Durkheim una
ro, una vez que nos liberamos de esta . s y e c ases. Pe-
se percibe claramente que la idea de tendenCI~ conservadora, dimensión cognitiva, ya que por medio de ella se forman las
nes de poder Lo qu consenso implica relacio- "categorías [del pensamiento], las nociones centrales, los cen-
do tiene un valor su e se encuentra clasificado junto a lo sagra- tros de inteligibilidad, que son los marcos Ylos instrumentos
derecha (como orie~:~~~:~: GU~ se asocia con lo profano; la del pensamiento lógico que preceden a nuestra interpretación
en relación con la izquierda \T; • ondu~ta) es preponderante de lo real y de la actualidad".48 La dimensión lógica es funda-
fatizan este as ecto . anos estudios antropológicos en- mental, preside y organiza los contenidos que unen a los indi-
de Middleton ~obre~~sa:ud~ pensamiento ,indígena. El trabajo viduos dentro del todo orgánico de la sociedad. No es casual
ficatorio se extiende a taJa ;::-~.:~~tracomo su sis~ema clasi- que la crítica a la postura conservadora de Durkheim reconoz-
relaciones personales 46 La I 1 a~, a~arcando incluso las ca, más allá del hecho puramente ideológico, la existencia de
. . mora, a familia la ald 1
culino pertenecen al polo del orden' lo ' ~a, o mas- elementos conceptuales que permiten explicar los mecanismos
de dominación que el autor tendía a ocultar. Pierre Bourdieu
externo (selva/extranjero) 1 D .' amoral,. el mcesto, lo
so de la inversión del des~r~e:m~7moca~ac~enzan al univer- y Jean Claude Passeron, cuando estudian el sistema pedagógi-
que escapa del co~trol de los ho~ espacio e ~a selva, dado co francés, al acuñar la noción de habitus, recuperan exacta-
49
es considerado fe '. ' b~es, es extenor a la aldea, mente esta dimensión de lo arbitrario social. La escuela es vis-
menmo; en el habitan 1 . 1 ta como una institución que inculca normas, disposiciones
los imprevistos,
. " los peligros. El propio le n ua.e neneestrazos
gas ":Illma salvajes,
de culturales e intelectuales, capaz de generar prácticas adecua-
es t e pnnCIplo de estructuración
.. delmundo.Se
e mundo S d' das al principio del orden social. El proceso de inculcación
males domésticos son "b e stilas en Ia casa" m' . e ICe que los ani-
vajes son calificados com "besti ' lentras que los sal- ideológica se sitúa así en dos niveles: el habitus que presupone
o esnas en la selva". De la mi la existencia de "esquemas generativos" que preceden yorien-
nera, los hombres son considerados como" sma ma-
en oposición a las muier personas en la casa" tan la acción (normas) y están en el origen de otros "esquemas
va" S ~ es, pensadas como "personas en la sel- generativos" que presiden la aprehensión del mundo como co-
. e trata por tanto de un sistem d . nocimiento.5o Los análisis de Bourdieu sobre el gusto retoman
na el mundo segú a e pensamiento que orde-
t~a~ión h~:~:lo ~i­
n una escala de val N ' y profundizan las tesis elaboradas en los estudios sobre educa-
de la mujer sea inferior a I:r::l que la
10~ICa del pensamiento le confiere a la forma "fe e, la pr?,p,a
ción, pues el gusto presupone una serie de esquemas clasifica-
torios que preceden a la elección estética. En la medida que los
atributo negativo. memno un
sistemas de clasificación son generados por la sociedad, toda
El interés de Durkheim or la
sus escritos sobre d P,
t
se articula de modo ejem la:'con categona~ ~e pensamiento
'
a problemática del poder en
elección tiende a reproducir las relaciones desiguales sobre las
cuales se asienta esa misma sociedad. En este sentido se puede
la actividad pedag ~caClon. Su definición de los objetivos de
e, decir que la dominación ideológica es doble: primero, en cuan-
ogIca es clara ya que d be " . to discurso, segundo, como categoría lógica que precede a la
rrollar en e l " . ' e e suscitar y desa-
nIDO CIerto núrne d d .
les y morales que reclama la s:~e;a:s;:l~~~s~,:s, intel~ctua- propia representación social.
ra senñalée que
medio específico al cual ella se dirige".47" su conjunto,
este pro-
132 Renato Ortiz Durkheim: un trayecto sociológico 133

Notas 18 El paralelismo existe además por otro lado. De la misma forma que P>
ra Althusser la ideología constituye al sujeto, para Durkheim la conciencia co-
1 Roben Nisber, ÉmileDurkheim, NewJersey, Prentice-Hall, 1965; Anthony lectiva produce los individuos. No es casual que el pensamiento estructuralis-
Giddens, As idéiasde Durkheim, San Pablo, Cultrix, 1981. ta encuentre en Durkheim una parte de su origen (los críticos de una filosofía
2 R. Nisbet, La formación del pensamientosociológico, ob. cito sin sujeto ya expusieron con claridad esas analogías). Un texto interesante que
3 Testimonio en Steven Lukes, ÉmileDurkheim: su vida y su obra, ob. cit., analiza el retorno de Durkheim a través de las teorías estructuralistas es el de
p.236.
Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron, "Muerte y resurrección de la filoso-
4 É. Durkheim, "Prefacio al volumen II de L'Année Sociologique",journal fía sin sujeto". Mitosociologia, Barcelona, Fontanella, 1975.
Sociologique, París, PUF, 1969, p. 138. 19 Bernard Lacroix, Durkheim y lo político, México, Fondo de Cultura Eco-
5Véase Marcel Mauss, "L'ceuvre inédite de Durkheim et ses collabora- nómica, 1984.
teurs", CEuvres, t. 11, París, Minuit, 1969. 20 Raymond Aron, Les étapesde la pensée sociologique, Paris, Gallimard, 1967.
6 Steven Lukes, ÉmileDurkheim: su vida y su obra, ob. cit., p. 10. 21 Véase Georges Gurvitch, "Le probleme de la conscience collective dans
Georges Gurvitch, "La sociologie en profondeur", G. Gurvitch (comp.),
7 la sociologie de Durkheim" y "La science de faits moraux et morale théori-
La vocation actuelle de la sociologie, 1. 1, París, PUF, 1968, p. 68. que chez Durkheim", La vocation actuelle de la sociologie, ob. cit.
8 Fouste1 de Coulanges, A cidadeantiga, San Pablo, Américas, 1961, p. 71. 22 Robert Nisbet, Émile Durkheim, ob. cito
9 É. Durkheim, De la division du travail social, ob. cit., p. 154. 23 Véase É. Durkheim, "Curso de ciencia social", ob. cito
10 Ibíd., p. 224. El énfasis sobre la base morfológica caracteriza también 24 Condorcet, Esquisse d 'un tableau historique des progres de l'esprit humain,
a otro texto de ese período, la tesis latina defendida un año antes de la pu- París, Flammarion, 1988.
blicación de La división del trabajo social: Véase "Contribution de Montesquieu 25 É. Durkheim, "Une confrontation entre bergsonisme et sociologisme:
a la constitution de la science sociale", ob. cit. le progres moral et la dynamique social e", Textes, 11, ob. cit., p. 67.
II El modo en que Durkheim entiende a la memoria, si bien de otra na- 26 É. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa, ob. cit., p. 508.
turaleza, coincide con las criticas que hace Bergson al biologicismo en su li- 27 Claude Lévi-Strauss, "La sociologie francaise", G. Curvitch (comp.),
bro Matiere et mémoire, publicado en 1896. Uno de sus discípulos, Maurice La sociologie du XXe siecle. París, PUF, 1947, p. 524.
Halbwachs, tratará ampliamente el tema de la memoria. De este último, véa- 28 Véase É. Durkheim, "Débat sur les rapports entre les idées égalitaires
se La mémoire collective, París, PUF, 1968. et la racionalité de la morale", ob. cito
12 É. Durkheim, "Représentations individuelles et représentations collecti- 29 Véase el capítulo VI de Les regles de la méthode sociologique, ob. eit.
ves", Sociologk et philosopníe, ob. cit., p. 43. 30 Alfred Kroeber, "History and science in Anthropology", American Anth-
13 Ibid., pp. 43-44.
ropologist, n'' 37, 1935.
14É. Durkheim, Lesformesélémentaires de la vie religieuse, París, PUF, 1968, 31 Evans Pritchard, Antropologia social da religiao, Río de Janeiro, Campus,
p. 695. [Las formas elementales de la vida religiosa, Madrid, Akal, 1982.] 1978.
15 É. Durkheim, "[ugements de valeur etjugements de réalité", Sociologie 32 Véase Robert Lowie, Traité de sociologie primitive, París, Payot, 1969.
et philosophie, ob. cit., p. 136. 33 Véase Claude Lévi-Strauss, Le totémisme aujourd'hui, París, PUF, 1974.
16 É. Durkheim Lesformes élémentaires de la vie religieuse, ob. cit., p. 500. 34 É. Durkheim (en colaboración con Marcel Mauss), "Des quelques for-
17 Véase Louis Althusser, Ideología e aparelhos ideológicos do Estado; Lisboa, mes primitives de classification",journal Sociologique, ob. cit., p. 456.
Presenca, sido ["Ideología y aparatos ideológicos del Estado", Posiciones, 35 Véase, por ejemplo, Raymond Firth, Simbols.· Public and Private, Lon-
Barcelona, Anagrama, 1977.] dres, George ABen and Unwin Ltd., 1973. Asimismo, Dolgin, Kemnitzer y
134 Renato Ortiz

Scheiner (comps.}, Symbolic Anthropology, Nueva York, Columbia University,


1977.
36 Robert Hertz, "La préeminence de la main droite", Sociologie religieuse
etfolklore, París, PUF, 1970. Puede comprobarse la influencia de este tipo de
La porosidad de las fronteras
estudios en la antropología en el libro de Rodney Needham (comp.}, Right en las ciencias sociales
and Lefl, Chicago, University of Chicago Press, 1973.
(a propósito de Pierre Bourdieu)
37 En Francia, este tipo de estudio fue desarrollado en particular por
Georges Gurtvich. Véase su libro Les cadres sociaux de la connaissance, París,
PUF, 1970. Esta perspectiva tuvo influencia incluso en ciertos investigadores
brasileños, como Maria Isaura Pereira de Queiroz, que publica "Le paysan
brésilien traditionnel et la perception des étendues", Perspectives de la sociolo-
gie contemporaine (hommage el Georeges Gurvitch), París, PUF, 1968.
38 Bernard Lacroix, Durkheim y lopolítico, ob. cit.
39 Véase Max Weber, Économie et société, París, Plon, 1970.
40 Una excepción dentro de la escuela durkheimiana es la de Maurice
Halbwachs. Muy influido por Sombart y Weber, este autor se interesa por las
discusiones sobre el capitalismo y la cIase obrera. Véase su libro Classes socia-
leset marphologie, París, Minuit, 1972.
41 Georges Balandier, Antropologia política, San Pablo, Cultrix, 1969, p.

109. Mi propósito es tratar el modo en que la trayectoria in te-


42 É. Durkheim, As formas elementares da vida religiosa, ob. cit., p. 305. lectual de un autor revela un dilema intrínseco de las ciencias
"Ibid. sociales: su existencia como saber autónomo y su relación con
44 Véase Renato Ortiz, "Grarnsci: problemas de religiáo", A consciencia otras prácticas o saberes instituidos. Retomo así un interro-
fragmentada, Río de Janeiro, Paz e Terra, 1980. gante clásico de la literatura sociológica: ¿cómo es posible
. 45 Durkheim, ob. cit., p. 46. pensar la sociedad? ¿Cuál es el grado de autonomía que un
46 Véase John Middleton, "Sorne categories of dual c1assification among conocimiento específico tiene en relación con los múltiples
the Lugbara ofUganda", Rodney Needham (comp.), Right and Left, ob. cit. condicionantes existentes? Esta inquietud de fondo, puesta
47 É. Durkheim, Éducation et sociologie, ob. cit., p. 51. de manifiesto en los textos de diversos autores, atraviesa la
48 Paul Fauconnet, "L'ceuvre pédagogique de Durkheim", Éducation et so- obra de Pierre Bourdieu y determina su visión crítica y meto-
ciologie, p. 30. dológica. Octávio Ianni suele decir que todo intelectual tiene
49 P. Bourdieu y J. C. Passeron, A reprodu(:ao, Río de Janeiro, Francisco, un demonio y que sin su presencia obsesiva su objetivo sería
Alves, 1975. inocuo. De alguna manera los demonios de Bourdieu com-
50 P. Bourdieu, Esquisse d'une théorie de la pratique, Ginebra, Droz, 1972. parten una tradición común a los pensadores anteriores, We-
ber, Durkheim, Simmel, pero la forma de tratar con ellos es
distinta y original.
136 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 137

Cuando se habla de ciencias sociales existe siempre una di- problemática de la autonomía. Ésta es por cierto producto de
mensión que las acerca al mundo de las artes. Adorno y Hork- las relaciones existentes en el siglo XIX, de la disputa entre
heimer no vacilaban en decir que la teoría crítica, así como el actores sociales implicados en la constitución de un "campo",
universo estético, era un ejercicio de alienación, una forma de pero su actualización como esfera separada de la realidad nos
escapar de las imposiciones y limitaciones de la realidad.' Tam- permite pensarla como un universo independiente dirigido
bién Robert Nisbet presenta las fuentes de la imaginación so- exclusivamente a los pares. Flaubert escribía en contra de la
ciológica como algo homólogo a las de la creación artística, y burguesía y de la prensa folletinesca, esto es, para ser leído, y
recuerdo que Wright Milis consideraba a la sociología como apreciado, por aquellos que participaran en su universo. En
una artesanía, un métier, no una profesión, ya que valorizaba en realidad, otros autores ya habían tratado el tema, y en términos
ella justamente el carácter de un quehacer, en el cual las cuali- muy semejantes a los de Bourdieu; por ejemplo, Sartre, con
dades individuales no son sólo necesarias, sino imprescindi- ¿ Qué es la literatura? y El idiota de la familia, 4 o asimismo un crí-
bles." Sé que Bourdieu es un crítico tenaz de la visión idílica del tico algo olvidado por los sociólogos, Roland Barthes, con El
arte, en particular de la inclinación romántica, que funda la grado cero de la escriturar Estos análisis señalan que, a partir del
idea del artista como demiurgo, un ser sensible, sublime, dedi- siglo XIX, la esfera de las prácticas literarias accede a una au-
cado a un tipo de actividad enteramente desinteresada. Las pri- tonomía y a una estructuración inéditas, que transforman a la
meras frases de Las regÚls del arte, ya en la introducción del libro, literatura en una institución, una entidad separada, compues-
corresponden a una cita extraída de uno de esos apologistas anó- ta de una instancia de legitimación y de un código específico.
nimos: "¿Dejaremos que las ciencias sociales reduzcan la expe- Éste es el punto central: el surgimiento de un universo regula-
riencia literaria, la más alta que el hombre pueda hacer, junto do por un aparato de legitimación y un discurso propios. Algo
con la del amor, a la encuesta de opinión sobre nuestros hoga- análogo ocurre con las ciencias de la sociedad. Estas también
res cuando se trata del sentido de la vida>"." Contra esa perspec- se autonomizan a fines del siglo XIX y crean, como quería
tiva sacralizadora, esencialista, todo el esfuerzo del análisis socio- Durkheim, un saber específico, con objeto, método y reglas
lógico consiste en desmitificarla, pues el gusto, así como las propias de funcionamiento.f Para ello, deberían distanciarse
actividades estéticas, lejos de ser una virtud puramente indivi- del sentido común, del pensamiento religioso, de la política,
dual, está siempre marcado por un conjunto de elementos so- de la filosofía y de la literatura. No deja de ser revelador que
ciales. Sin embargo, no debemos ilusionarnos por completo Bourdieu, un lector atento de Durkheim, particularmente en
con las artimañas de los autores cuando escriben sus textos. sus libros-entrevista, destaque un pasaje elocuente de Las reglas
Una lectura cuidadosa muestra que la reflexión sobre el arte, del método sociológico, cuando dice que el universo sociológico,
además de revelar los aspectos explícitos de un potencial aná- para adquirir autoridad científica, debería renunciar a los su-
lisis sociológico, que sustrae a los críticos la apreciación de un cesos mundanos." La sociología surge así como una esfera es-
dominio hasta entonces aurático e intocable, tiene además una pecífica de conocimiento, distinta de otros saberes.
dimensión implícita que es, en realidad, común a otros pensa- Es importante señalar que las ciencias sociales nunca tuvie-
dores. El interés de Bourdieu por Flaubert no es algo casual; ron el monopolio de la explicación de los fenómenos sociales.
sucede que el tema del "arte por el arte" encierra algo que va Desde su inicio, debieron compartir el terreno de las interpre-
mucho más allá de la mera cuestión estética, nos remite a la taciones con otras propuestas existentes. Algunas de ellas más
138 Renato Ortiz La porosidad de tes fronteras en las ciencias sociales 139

antiguas, como la filosofia y la teología, otras, invenciones de to de las relaciones sociales), implica la existencia de un cono-
la modernidad, como el periodismo. En la construcción de sus cimiento marcado por la historia, en la cual se insertan las ca-
contornos debieron, como deben aún hoy, enfrentar la com- tegorías de pensamiento y el sujeto que conoce (el corolario
petencia de otros discursos. No se trataba de eliminarlos, pero de esto es que los conceptos no poseen la misma universalidad
sí de instituir el carácter diferencial de su código. Entretanto, que en las ciencias de la naruraleza).? Por cierto, la relación en-
en el camino de la conquista de esta autonomía, hubo que en- tre subjetividad y objetividad del investigador ha sido bastante
frentar un conjunto de obstáculos: emancipación del sentido discutida por la tradición sociológica y, en ese sentido, los tex-
común, control de la lengua en la producción del discurso cien- tos de Weber son ejemplares. La teoría marxista también tuvo
tífico (pues el mismo idioma se utiliza también en la vida coti- el mérito de considerar, y tratar críticamente, uno de los obstá-
diana), elaboración de los conceptos. Todos esos puntos mere- culos fundamentales de la elaboración teórica: la condición de
cen una atención constante por parte de Bourdieu --desde El clase. Para hacer justicia a un autor de otros tiempos, remito al
oficio de sociólogo, publicado en 1973, pasando por Respuestas, de lector a la introducción de Ideología y utopía: "La principal tesis
1992, hasta Ciencia de la ciencia y reflexividad, de 2001- y apare- de la sociología del conocimiento es que existen modos de pen-
cen de manera reiterada a lo largo de su trabajo. Las ciencias samiento que no pueden ser comprendidos de manera adecua-
sociales se distinguen además de las ciencias de la naturaleza, da mientras se mantengan oscuros sus orígenes sociales't.l'' A
o, para utilizar una figura de Kuhn, no son paradigmáticas (a los condicionantes de clase se deben sumar otros que fueron
pesar de la insistencia de los sociólogos, después de la publica- tardíamente problematizados y que, en los últimos años, han
ción del libro de Kuhn, en emplear el término "paradigma" enfatizado la literatura feminista y el movimiento negro, ade-
cuando se refieren a sus teorías). Es necesario por tanto, como más de toda la crítica que surge contra el etnocentrismo euro-
ya había observado Weber, diferenciar la estrategia de com- peo, el suelo en donde florece la cultura sociológica de los si-
prensión de los fenómenos sociales. Cito un pasaje extraído del glos XIX Yxx.v El hecho de que hoy se tenga tan claro, como
último curso dado en el ColU'ge de France: "Las ciencias socia- nos enseñó Foucault, que todo discurso es producido a partir
les son una ciencia como las otras pero tienen una dificultad de un determinado lugar implica tomar conciencia de ese lu-
particular, dificultad que hoy veo con más claridad; me parece gar y de los modos de producción de los saberes.
que para completar el proyecto científico de las ciencias socia- Creo, sin embargo, que con la idea de campo científico se
les es necesario dar un paso adelante, un paso que las ciencias integra un nuevo dato a la discusión. Un contraste con la teo-
de la naturaleza pueden obviar. Para revelar lo que está oculto, ría crítica resulta esclarecedor en este punto. No hay duda de
lo que escapa de la mirada de la ciencia, porque se esconde en que la cuestión de la autonomía es un aspecto determinante,
la mirada del científico, lo inconsciente trascendental, es nece- tanto para los frankfurtianos como para Bourdieu (a pesar de
sario historizar al sujeto que conoce, objetivar al sujeto de la que muchas veces intente inducir al lector a pensar lo contra-
objetivación, esto es, lo trascendental histórico cuya objetiva- rio). Hay sin embargo una diferencia decisiva. La teoría crítica
ción es la condición de acceso de la ciencia a la conciencia de se caracteriza por ser un pensamiento de la negación, que se
sí, o sea, al conocimiento de sus presupuestos históricos"." El contrapone a lo inmediatamente dado, a la empiria de lo coti-
pensamiento sociológico, al ser una construcción social de otra diano. Para comprender la realidad es necesario huir de ella,
construcción social (lo que denominamos sociedad o conjun- escapar de su apariencia de verdad. Pensar significa no inte-
140 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 141

grarse al conjunto de las prácticas existentes. Pero cuando nos de esta propuesta. Bourdieu está diciendo: sólo es posible pen-
preguntamos qué es lo que les permite a los integrantes de es- sar de manera autónoma en el interior de un espacio determi-
ta corriente formular tal tipo de interpretación, cuál es su fun- nado; entretanto, este lugar de libertad, en su estructura, en
damento, la respuesta es tautológica: ellos perciben mejor el función de su ordenamiento, de sus jerarquías y de sus ritua-
mundo porque tienen la teoría crítica a su disposición. En es- les, actúa también como obstáculo para el propio pensamiento.
te sentido, es la existencia de una filosofia de la historia la que Un ejemplo: la fosilización y la sacralización del sentido común
justifica el estatus de un modo de pensar; la perspectiva teóri- universitario que impiden la duda y cercenan la imaginación
ca presupone este suelo común (tengo la impresión de que sus sociológica. En este aspecto hay una distancia que separa al
autores nunca lograron liberarse de la idea de verdad, tan ca- maestro de muchos de sus discípulos. Tomo como referencia
ra a cierta tradición filosófica). Para Bourdieu, la crítica, esto uno de los estudios producidos por la llamada "escuela de
es, el ejercicio de la duda, sólo puede manifestarse cuando es Bourdieu", el texto de Jean Louis Fabiani, Les philosophes de la
historizada, o sea, localizada en un lugar específico producido République. 14 No hay dudas de que se trata de un trabajo intere-
por la sociedad y pasible, incluso, de una lectura sociológica (es sante, que nos instruye acerca de los programas de enseñanza
significativo que para los frankfurtianos el arte, en el fondo, no de la filosofia, el cuerpo de profesores, las estrategias de publi-
se presta a un análisis propiamente sociológico, pues trascien- cación, las relaciones entre escritores, filósofos y editores. La
de el punto de vista que quiere aprehenderlo; véanse, por ejem- lectura del libro es esclarecedora, oportuna, nos sitúa en el de-
plo, las críticas de Adorno a la sociología del arte o de Marcu- bate intelectual de la Francia republicana. Sin embargo en to-
se al "sociologismo" de Lucien Coldmanm.l'' Lo que justifica do ello falta un elemento central: las ideas filosóficas. El texto
tal saber no es por tanto Un valor, filosófico o moral, sino su es- omite este aspecto. Todo sucede como si la estructura y la lógi-
tructuración en una comunidad científica. El "campo" es este ca de un campo de saber las remitiesen a un plano inferior. En
territorio. Lugar jerarquizado, estructurado según una deter- realidad, muchos de los estudios sobre la institucionalización
minada lógica de intereses, en él se agrupan, se integran, se de las ciencias, sean sociales o de la naturaleza, terminan por
complementan y entran en conflicto un grupo específico de ac- dejar de lado aquello que para Bourdieu es un elemento esen-
tores, los científicos. El pensamiento está así marcado por dos cial de la discusión. Se desarrolla así una sociología de la cien-
dimensiones, los conceptos y su inserción material en los ni- cia en la cual los conceptos y los debates teóricos o bien son se-
chos de la sociedad. Dicho de otra manera, para existir, las cien- cundarios, o se reducen a la interacción estratégica de los
cias sociales necesitan las ideas y las instituciones que les dan actores. Se obtiene, por cierto, un avance en la comprensión
un soporte efectivo, las universidades y los institutos de investi- de casos específicos, y se desarrolla una sociologia de los inte-
gación. De allí el interés por estudiar la organización y el fun- lectuales como especialidad. Pero al confinar el pensamiento a
cionamiento de esas instituciones: producción de papers, parti- esta dimensión unívoca, se pierde el horizonte más amplio del
cipación en congresos, instancias de legitimación, ritualización debate. Para Bourdieu son fundamentales tanto la organización
de las citas, conformación de las investigaciones, jerarquía aca- de la ciencia como las ideas. Más aún, diría que la autoconcien-
démica.P Desde esta perspectiva, la elaboración teórica se in- cia del funcionamiento de los mecanismos sociales, internaliza-
serta en el interior de las fronteras que administran las reglas dos por el investigador, es decisiva en el proceso de elaboración
del campo. Pero es necesario extraer todas las consecuencias científica. Ella "aliena" el sujeto de esos condicionantes. La
142 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 143

sociología surge así como un socioanálisis (paráfrasis del psi- fronteras de las ciencias sociales son más porosas, que se reha-
coanálisis), una actitud que permite que el científico social cen a cada momento. La conquista de la autonomía nunca es
explicite, tome conciencia de su propia historicídad.P integral, se trata de una construcción permanente. Yo añadiría
Autonomía significa fronteras, delimitación de un espacio que adquiere diversas tonalidades de acuerdo con la inserción
en contraposición a otros. El carácter diferencial del discurso de los autores en sus respectivas sociedades, de origen o de
sociológico requiere esta separación. Pero permanece la duda, adopción.
¿cuál es la naturaleza de esos límites? Está primero la idea de Bourdieu es francés, y buena parte de su itinerario puede
ruptura epistemológica, retomada de las reflexiones de Bache- comprenderse mejor cuando lo situamos en su contexto. Un
lard, un artificio que instaura el discurso científico en relación elemento importante se relaciona con la herencia durkheimia-
con el sentido común. Entretanto, él se refería al dominio de na. En ella, la unidad del hecho social se explica por su totali-
la física y de la química, ciencias de la naturaleza para las cua- dad, lo que llevó a Marcel Mauss a acuñar el concepto de fenó-
les la historicidad de los conceptos y la relación subjetividad/ob- meno social total. La escuela durkheimiana privilegia la
jetividad del investigador son de otro orden. Por eso, a partir interconexión de las distintas esferas de la vida social, de la eco-
del trabajo colectivo con Chamboredon y Passeron, se utiliza el nomía a la religión. No es necesario tener en mente sólo un
término "vigilancia epistemológica". Queda claro aquí el con- texto paradigmático, canónico, como el "Ensayo sobre el don",
trapunto con Althusser, otro lector de Bachelard. Él tenía una para darnos cuenta de eso. Cito otros ejemplos: el trabajo de
marcada vocación para la reflexión abstracta, que contrastaba Marcel Granet sobre la civilización chína.l? El propio concep-
con el pragmatismo político y los análisis marxistas, históricos to de civilización es totalizador, incluye temas como el imperio,
o de coyuntura. Reflexionar, solía decir de manera algo pom- las costumbres campesinas, las dinastías, los señores, los gue-
posa, era una práctica teórica. Ya sea en su polémica con el his- rreros, la vida pública y la privada. O incluso, un autor de me-
toricismo gramsciano o con el sentido común, lo que estaba en nos prestigio, Bouglé, cuando estudia la sociedad de castas en
cuestión era la posibilidad de existencia de un pensamiento la India (Bouglé forma parte, junto con Fauconnet, Georges
científico distinto de otros tipos de argumentación. Así, en de- David, Parodi, de un grupo de durkheimianos que busca difun-
terminado momento de su trayectoria intelectual, Marx habría dir las palabras del maestro como ideología republicana en las
llegado a una "revolución científica" al constituir un objeto escuelas francesas) .18 El conocimiento sociológico se vincula
nuevo, la economía política, tratado analíticamente con una así con la comprensión de un todo y se aleja de la concepción
nueva terminología, lo cual fundaría un nuevo sistema teóri- de un ser social fragmentado, como presupone la idea de homo
co. 16 Sin embargo, para distinguir al marxismo como ciencia ceconomicus en la economía o de homopoliticus en la ciencia po-
de las prácticas no científicas, utilizaba la idea de corte episte- lítica. Cabe recordar que la introducción del pensamiento de
mológico. La noción de corte nos remite a algo definitivo, una Durkheim en los Estados Unidos se vio dificultada justamente
ruptura decisiva; por eso, Althusser hizo un esfuerzo gigantes- a causa de esta dimensión. Su propuesta chocaba con la concep-
co para determinar, en el recorrido del pensamiento de Marx, ción liberal dominante en la sociedad norteamericana, donde
cuál era el momento en que éste se apartaba del humanismo el culto del individuo constituía el fundamento de las ciencias
hegeliano. A partir de allí, existiría una separación radical en- sociales. Bourdieu se involucra constantemente en la polémica
tre ciencia e ideología. La idea de vigilancia postula que las individuo/sociedad. Aun cuando se aleje de una visión reifica-
144 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 145

dora -propuesta en principio por Durkheim y superada pos- y alemana, mientras que se diferencian de la inglesa, la nortea-
teriormente por Mauss en sus escritos sobre la psicología-, él mericana o la latinoamericana (en Alemania, por ejemplo, el
conserva la idea de la objetividad de las relaciones sociales; co- diálogo con Habermas). La filosofía es un universo presente en
mo Sartre, considera a la sociedad como una "totalidad sin to- el diálogo o en la confrontación entre las disciplinas. La exis-
talizador". Lo que importa, por lo tanto, es descubrir la media- tencia de una institución de prestigio como la Ecole Normale
ción entre el hombre y la historia (para Sartre, la noción de Supérieure tiene por cierto un papel de la mayor relevancia.
"proyecto"; para Bourdieu, la de habitus); esta perspectiva lo En ella reinaba la filosofía, lo cual marcó a pensadores de di-
mantiene, a su vez, a distancia del interaccionismo simbólico y versas generaciones y con distintas inclinaciones: Durkheim,
de la etnometodología, que hacen del individuo el punto de Sartre, Raymond Aran, Merleau-Ponty, Lévi-Strauss,]acques Le
partida para la comprensión de las relaciones sociales. Incluso Goff, Vidal-Naquet. El discurso filosófico se torna así una refe-
en sus escritos políticos, tardíos, retoma la crítica a esta concep- rencia obligatoria para los científicos sociales y delimita el de-
ción individualizante de la tradición norteamericana, ahora bate teórico en diversos momentos -¿quién hace la historia:
asociada a la ideología neoliberal predominante en el proceso el hombre o las clase sociales?; estructuralismo versus humanis-
de globalización. 19 Pensar las relaciones sociales insertas en una mo; crítica a la noción de universal (Foucault, Deleuze, Lyo-
totalidad significa decir que las fronteras entre las disciplinas tard)-. Sin embargo, al mismo tiempo en que se amplía el ho-
no pueden ser rígidas, pues lo contrario implicaría el fraccio- rizonte de las ideas, debido a su legitimidad, las relaciones con
namiento de su comprensión. En la tradición francesa, la so- la sociología son también conflictivas, porque a menudo los fi-
ciología y la antropología comparten un mismo origen y un te- lósofos, sinceramente, y con una pizca de arrogancia, creían ser
rreno común, y la ciencia política, una invención americana, el alter ego de todos los saberes. El testimonio de Bourdieu, en
sólo existe como especialización profesional en las escuelas de una especie de autoanálisis personal, es sugestivo:
Sciences Politiques, orientadas no precisamente a la elaboración
Me oponía con todas las fuerzas a la filosofia, a los filósofos ins-
conceptual, sino a la formación de cuadros, en particular, pa-
titucionales, encastillados en la defensa de la agrégation y de sus
ra el Estado.s" El trabajo de Bourdieu, visto a posteriori, apa- programas arcaicos, pero sobre todo a la filosofia aristocrática
rece como "interdisciplinario" y abarcador, en el cual los temas de la filosofia como casta de esencia superior; a todos esos filó-
y los enfoques son distintos. Si las relaciones sociales son la uni- sofos que, a pesar de sus humores antiinstitucionales y a pesar,
dad de análisis y se articulan en un todo integrado, no tiene para algunos de ellos, de una ruptura pública con cierta filoso-
fía del sujeto, continuaban profesando el espíritu de casta en re-
mucho sentido parcelarias, en cuanto manifestación de la ra- lación con las ciencias sociales, fundamento del credo filosófi-
cionalidad individual, como hace el individualismo metodoló- co tradicional. Pienso por ejemplo en Althusser cuando evoca
gico con la política, o reificarlas en fronteras disciplinarias o a "lasciencias llamadas sociales", o en Foucault cuando ubica a
en subtemas consagrados por esta o aquella tradición. De allí las ciencias sociales en las filas inferiores de los saberes.U
la agilidad y el brillo de un pensamiento que se mueve entre
la casa kabyley el arte, la fotografia y la universidad, el Estado El proyecto personal de Bourdieu se inscribe por tanto en un
y la moda. campo de disputas; en realidad, para realizar su ambición, tuvo
Otro aspecto se refiere a la relación entre ciencias sociales que alimentarse de la filosofia y romper con ella. La ruptura era
y filosofía. En este punto se aproximan las tradiciones francesa necesaria debido a la deslegitimación del trabajo sociológico
146 La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 147
Renato Ortiz

(visto como mera empiria en oposición al pensamiento abstrae- sociales que las empobrecía en cuanto reflexión. O en las duras
:0) frente al aparato filosófico de Francia, marcado por la ense- palabras de Bourdieu: "la sociología era una disciplina desecho
nanza de la filosofía en las escuelas secundarias y, evidentemen- sometida al modelo cientificista importado de América via La-
te, por su posición dominante en la jerarquía universitaria.V zarsfeld".25
Pero se puede también decir que el diálogo contribuyó al desa- Marcel Mauss solía decir que, en el período de Durkheim,
rrollo de una perspectiva critica en relación con el empiricismo, la sociología se había emancipado de la moral, de la política,
en particular el norteamericano, otro contrapunto que merece de las investigaciones normativas, de la filosofía y de la crítica
ser destacado. No hay que olvidar que, después de la Segunda literaria. Su discurso modal tenía ahora la posibilidad de insti-
Guerra, la sociología norteamericana predomina en todo el tucionalizarse. Sin embargo, en este proceso hay un elemento
mundo y camina a la par de la expansión del imperialismo de que merece ser destacado: me refiero a la dimensión de la po-
los Estados Unidos. Del Japón al Brasil, pasando por Europa, la lítica, y en este caso resulta iluminadora una contraposición
encontramos cama referencia fundamental: relectura de Weber con el marxismo. Hay una interpretación instigadora de Alvin
y Durkheim por parte de Talcott Parsons (que intentó por to- Gouldner sobre la clase inaugural de Max Weber, "la ciencia co-
dos los medios excluir a Marx de la tradición sociológica), fun- mo vocación", que me parece oportuno retomar.i" Gouldner
cionalismo de Merton, etcétera. Durante la Guerra Fria, el mo- estima que el conflicto en torno de la neutralidad científica del
vimiento de asociación entre el funcionalismo y el Estado de profesor era una objeción a la introducción de los valores polí-
bienestar no se restringe a los Estados Unidos, sino que se ma- ticos en la universidad alemana. Como dentro del circuito
mfiesta de modo generalizado. 23 Wallerstein está en lo cierto universitario había una violenta oposición entre grupos anta-
cu~ndo dice que entre 1945 y 1970 la cultura sociológica está gónicos, el texto puede verse como una especie de tregua aca-
gUiada por un canon dominante, el estructural-funcionalismo.24 démica, la base preliminar de un acuerdo para un eventual mo-
Se trató de una presencia que influía en el pensamiento teóri- dus vivendi. No hay lugar a dudas de que en esta disputa el
co y la elaboración de los curriculos escolares: estratificación so- marxismo tenía una posición destacada. Es bueno recordar que
cial, cambio, función y disfunción, teoria de la modernización el marxismo, como propuesta programática y como ciencia
(particularmente en América latina). Hay que sumar además el (materialismo histórico), fue una invención de la socialdemo-
empiricismo, según el cual el hecho, la información concreta, cracia alemanaP Crece junto a una tendencia política especí-
alejaria definitivamente a los científicos sociales de las ilusiones fica, para de inmediato expandirse como concepción teórica
ideológicas, garantizando de ese modo la neutralidad de la cien- entre los intelectuales universitarios. Weber se encuentra en es-
cia. La fuerte critica a esta concepción ingenua, presente en El te ámbito; de allí su interés, su atracción y su combate frente a
oficio de sociólogo, es una reacción ante tal situación. El libro, una las interpretaciones de Marx y sus seguidores. En Alemania el
compilación de textos para estudiantes, buscaba además contra- marxismo era un interlocutor legítimo, algo que no ocurría en
pesar la influencia americana con una selección de autores au- Francia. La tradición de la Revolución ejercía entre el movi-
tóctonos, claro, franceses y europeos (Canguillem, Bachelard, miento socialista y los intelectuales una influencia mucho ma-
Wittgenstein, Simiand, Lévi-5trauss, etcétera). Lazarsfeld es el yor que las ideas marxistas; hasta 1914, eran pocas las traduc-
blanco preferido, como había ocurrido antes en el caso de ciones al francés de las obras de Marx y de Engels, cuando se
Adorno. Él personificaba una manera de practicar las ciencias las compara con las ediciones alemana, italiana, rusa e inglesa. 28
148 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 149

Las ideas socialistas habían influido a varios miembros de la académicas, como la Yléme section de la École Pratique des Hau-
École Normale Supérieure, y en particular durante el caso tes Études, que incorpora otras ideas, nuevas contribuciones
Dreyfus Se manifestaron con fuerza, pero la perspectiva propia- (incluida una relectura de Weber vía Raymond Aron). Esto fa-
mente marxista se mantenía a la distancia. No resulta por tan- vorece la penetración del marxismo en la vida universitaria, lo
to sorprendente el escaso interés de Durkheim por el materia- cual enriquece a la tradición intelectual francesa. Recuerdo, a
lismo histórico. En sus trabajos sólo se refiere al marxismo de título de ejemplo, un conjunto de autores de envergadura cuyo
manera ocasional y, a veces, condescendiente.j" Para Durk- diálogo con el marxismo es muy productivo: Lucien Goldmann
heím, la oposición entre ciencia y acción se vinculaba sobre to- (literatura), Georges Friedmann (sociología del trabajo), Ed-
do con la diferencia entre la sociología y la pedagogía, una dis- gard Morin (en particular sus reflexiones sobre la cultura de
tinción que le permitía pensarse como científico, cuando masas), Roland Barthes (semiología), Lévi-Strauss (antropolo-
estaba dedicado a un saber esotérico, y como hombre público, gía), Maxime Rodinson (estudios islámicos). El marxismo se
cuando intervenía como intelectual activo de la Tercera Repú- torna así una referencia teórica válida y presente, asimilado por
blica. El desprestigio académico del marxismo continúa en los algunos y combatido por otros (véanse los escritos de Georges
comienzos del siglo XX, incluso con la formación del partido Gurvitch de los años cuarenta y cincuenta). Bourdieu se sitúa
comunista; vale la pena notar que para Mauss, una figura do- en ese ambiente. La presencia de Marx se pone de manifiesto
minante en este período, el socialismo es una referencia moral en varios de sus textos: la utilización de la noción de clase so-
e intelectual, no así el marxismo. Esta situación sólo se modifi- cial en la elaboración de sus investigaciones (distribución asi-
cará en la posguerra. De manera sintomática, es a través de la métrica de los bienes simbólicos, en función del capital cultu-
filosofía, un bien cultural superior en la escala académica, co- ral disponible según la posición de clase de los actores sociales),
mo el marxismo adquiere legitimidad. En la década de 1940, o la aproximación entre Weber y Marx en relación con la pro-
la lectura de Hegel que hacen Jean Hyppolite y A1exandre Ko- blemática del poder. Su primer libro, Sociologie de 1'Algme, pu-
jéve, en particular de La fenomenología del espíritu, renueva en blicado en 1958, tiene un capítulo sugestivo: la alienación. Se
buena medida el pensamiento francés. El trabajo de Kojéve so- trata de un tema íntimamente vinculado a la relectura de Marx,
bre la dialéctica del amo y del esclavo es importante porque re- vía Kojéve/Hyppolite, retomado por Sartre y Fanon, en el cual
cupera la noción de alienación de Marx, trabajada en los Ma- la noción de situación colonial es central.é! Ypor cierto, La re-
nuscritosde 1844, que son traducidos hacia la misma época.t" El producción, donde la inspiración althusseriana es notable dado
ejemplo más elocuente de la aproximación entre el pensamien- que la escuela es fundamentalmente analizada como un apara-
to filosófico y la corriente marxista tal vez sea el de Sartre. Su li- to reproductor del orden social.
bro Critica de la razón dialéctica pretendía justamente establecer Sin embargo, el marxismo trae consigo ambigúedades y con-
un puente entre el existencialismo y el marxismo dialéctico. Pe- tradicciones. Su dimensión teórica fascina, pero su exigencia
ro ésta es también la ocasión en que un grupo de intelectuales pragmática se contrapone a los ideales de autonomía. Es suficien-
hace una crítica radical de la escuela durkheimiana, señalando te con tener en mente la relación conflictiva entre el Partido Co-
sus límites y muchas veces su conservadurismo, en especial su munista francés y los intelectuales, o la propia concepción de in-
dogmatización como ideología republicana. Momento de rede- telectual orgánico, para percibir cómo el dominio de la política
finición, que coincide con la formación de nuevas instituciones muchas veces penetra los análisis de la sociedad al procurar
150 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 151

organizarlos a partir de sus intereses. De allí la impugnación de país, superación de la cultura popular son todos objetos que se
lo que Bourdieu llama la "tentación del profetismo", o sea, la articulan en torno de la identidad nacional. En Francia, la ra-
sacralización del papel del intelectual como guía moral de la cionalización de la sociedad implicó la constitución de esferas
sociedad. distintas, el arte y la ciencia se separan de la vida social para or-
ganizarse como universos específicos, lo que justifica el retor-
Porque las ciencias sociales, más que las otras ciencias, tienen
no de la idea de compromiso, esto es, la posibilidad de articu-
una dificultad para liberarse de la ilusión de la transparencia y
romper irreversiblemente con sus prenociones; porque se le lar una comunicación entre lo que se hallaba apartado (en el
atribuye la tarea de responder las cuestiones últimas del futuro arte, las vanguardias, en las ciencias sociales, la política). En es-
de las civilizaciones, la sociología está hoy predispuesta a man- te sentido, Sartre tiene un papel decisivo. Su propuesta consis-
tener con el público, que no se reduce nunca al grupo de los te en retomar, por medio de la literatura y de las ciencias hu-
pares, una relación poco clarificada cuyo riesgo es siempre el
de reforzar la lógica de la relación entre el autor de éxito y su
manas, el papel activo de los intelectuales. Bourdieu reacciona
público, y muchas veces entre el profeta y su audiencia. En ma- con aspereza ante tal intención. Sus ataques contra Sartre son
yor medida que todos los otros especialistas, el sociólogo está claros, y yo diría, algunas veces injustos. En un texto poco co-
expuesto al veredicto ambiguo y ambivalente de los no especia- nocido, publicado originalmente en inglés, lo muestra como
listas, que se sienten autorizados a evaluar los análisis propues.-
un ideólogo de los intelectuales, y su relación con la política es
tos siempre que estén de acuerdo con su sociología espontánea,
pero que por eso mismo impugnan la validez de una ciencia, vista como un nefasto imperativo moral existente en Francia
que sólo aprueban cuando reproduce el sentido común.V desde Zola ("la figura del intelectual comprometido se tornó a
tal punto la imagen dominante del intelectual que hasta inclu-
o más aún: "Si, como decía Bachelard, todo químico debe so Gide, por un breve momento, cayó bajo su encanto").34 Su
combatir en él al alquimista, todo sociólogo debería combatir éxito como filósofo-escritor sería el mero cumplimiento de una
en él al profeta social que el público le pide que encarner.P El demanda social -la tragedia de la posguerra, las luchas de la
tema nos remite por consiguiente a la discusión sobre el papel Resistencia, la Liberación, y claro, el poder de la filosofía en los
del in telectual en la sociedad. círculos académicos-- por parte de un profetismo intelectual
En este punto resulta interesante hacer una comparación del cual él se consideraba el máximo exponente. Profetismo
con Améríca latina. Se puede decir que en los países latinoame- que, lejos de contribuir a la emancipación de las ciencias socia-
rícanos las ciencias sociales nunca han sido flaubertianas. Debi- les, las aprisionaba en las redes de la política. Siguen a conti-
do a un conjunto de factores, entre ellos la constitución tardía nuación las críticas de Bourdieu al término "ciencias huma-
de los centros de investigación, la autonomía del campo acadé- nas", reiterado por Sartre. Bourdieu veía en esta operación
mico siempre fue algo relativamente frágil. Una dimensión del semántica una forma de catalogarlas a partir de una demanda
problema se refiere justamente a la política, porque la cuestión externa, cuyo fin último sería encontrar las respuestas acerca
nacional moviliza y aglutina a los artistas y los intelectuales en el del destino de los hombres."
proceso de construcción de la modernidad. El compromiso po- Hasta aquí he procurado trabajar la homología entre el
lítico es una constante, que permea desde el ensayismo de Ro- campo del arte y el de las ciencias sociales, señalando en am-
dó o de Vasconcelos hasta la teoría de la dependencia; raciona- bos casos el paralelismo en el proceso de separación y especifi-
lización del aparato del Estado, desarrollo, modernización del cación de los saberes. Hay no obstante un aspecto que los dife-
152 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 153

rencia. Durante el siglo XIX, el arte no sólo se emancipa de un solo a lo largo del siglo XX; lentamente y con ritmos diferen-
conjunto de imposiciones no artísticas, también se contrapone ciados, en función del arraigo regional de la práctica socioló-
a una realidad emergente: las manifestaciones culturales mar- gica. Creo que la primera señal del enfrentamiento se da en los
cadas por la industria y la técnica. Pienso en particular en las Estados Unidos, a fines de los años treinta y comienzo de los
transformaciones que tuvieron lugar con la invención de la fo- cuarenta; la disputa entre Adorno y Lazarsfeld es, en este sen-
tografía, y en la prensa -nuevos medios de producción y de tido, paradigmática. La polémica se prolonga en la década de
distribución de los diarios, introducción de la publicidad COmo 1950 y puede leerse en las críticas de Wright MilIs al utilitaris-
financiamiento permanente de las empresas, estandarización mo de las ciencias sociales. Al preguntar para qué "sirven", cuál
de la escritura periodística- con la aparición del folletín. Se es su utilidad, se introduce un elemento cuya definición esca-
desencadena así un conflicto entre una esfera de bienes esca- pa del control de los méritos intelectuales y que depende de la
s~~, cuyo. público es reducido y cuyas instancias de consagra- demanda de instituciones externas (fundaciones, empresas, in-
Clan son mternas, y otra de bienes ampliados, cuya lógica se en- dustrias culturales, Pentágono). En Francia, el prestigio del
cuentra en la relación entre el objeto de consumo y los campo intelectual, al contrario de lo que sucede en los Estados
consumidores.V Se puede comprender bien esta disputa entre Unidos, goza hasta determinado momento de una relativa in-
lógicas y universos distintos cuando se observa la negativa de la dependencia en relación con los patrones técnicos y empresa-
~rítica literaria en considerar al folletín como algo digno de ser riales. Es evidente que existe, desde fines del siglo XIX, una
literatura (por ejemplo, Sainte-Beuve cuando se refiere al "mal perspectiva de análisis cuantitativa, filiada a los trabajos de Le
gusto" de la literatura industrial), o el ríspido enfrentamiento Play, y que se ocupa de un tipo de investigación más aplicada,
entre artistas plásticos y fotógrafos, en el momento en que la en general realizada en los organismos gubernamentales (el
fotografía Como técnica industrial reemplaza a la daguerroti- sector de estadísticas, por ejemplo). Pero la existencia de las
~i~ ;' se difunde entre el gran público. Se produce así una opo- grandesÉcoles, fuera del circuito universitario tradicional, finan-
SIClOn entre arte y mercancia, cultura y mercado.é? La autono- ciadas por el Estado, permite que las reglas institucionales pre-
mía de la esfera artística pasa por la impugnación de los valezcan sobre las demandas externas.
~ecanism~s que producen, distribuyen y simbólicamente legi- Es posible entender este panorama cuando se toma como
timan los bienes ampliados (que se volverán masivos en el siglo referencia el debate sobre la cultura de masas. El término sur-
XX). Esto no sucede en el caso de las ciencias sociales. Weber ge en los Estados Unidos (todavia no está presente en los escri-
y Durkheim están preocupados por un conjunto de condicio- tos de Adorno sobre la música popular) para consagrar un tipo
nantes del pensamiento -política, religión, otros saberes-, de manifestación cultural marcada por los medios de comuni-
pero no, como se dice ahora, por el "mercado". En realidad, el cación. El debate se vincula íntimamente al desarrollo capitalis-
final del siglo XIX ve surgir, pero no generalizarse, un saber ta norteamericano, y se desdobla, en el plano de la cultura, con
universitario, mientras que el periodismo, su contemporáneo, la aparición de la radio comercial y la publicidad, la expansión
está aún desvalorizado y no amenaza ni su legitimidad, ni su de los diarios y las historietas, las soap-operas y Hollywood. En la
existencia. La oposición entre bienes escasos y bienes amplia- década de 1950 son innumerables los estudios realizados acer-
dos, entre cultura y mercado, no se reproduce por tanto en el ca de la cultura de masas, que toman en cuenta, ahora, la apa-
ámbito de los estudios de la sociedad. Este cuadro se modifica rición de la televisión. Se puede tener una idea de la amplitud
154 La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 155
Renato Ortiz

y la importancia del tema cuando se toma como referencia el del país, tampoco contaban con uno como parte de su equipa-
libro Culture for Millions?, fruto de un encuentro de intelectua- miento doméstico (hay que recordar que la televisión france-
les que, en 1957, se reúnen para discutir la problemática en sa, a diferencia de la inglesa, no tuvo una iniciativa no estatal
cuestión (en él participan personas con visiones radicalmente exitosa como la BBC).41 El panorama se modifica entre 1975 y
antagónicas como Edward ShilIs y Hannah Arendt). De esta 1990, cuando la televisión se expande y, en seguida, se privati-
misma época es el libro de Vanee Packard, The hidden persua- za y deja de ser patrimonio del Estado. El cambio es emblemá-
~ers, una.fu~rte crí~ca a la publicidad como manipulación de la tico porque expresa un conjunto de transformaciones correla-
hbertad individual. 8 Nada parecido ocurre en Francia. Hubo tivas en el campo intelectual. Desde mediados de los años
que esp~rar hasta los años sesenta para que Georges Friedmann setenta es posible discernir, con el surgimiento de los llamados
crease.junto al CNRS, el Centre de Culture de Masse (CECMAS), nouveaux philosophes, algunos elementos de ruptura con el esta-
en el que participaban Edgar Morin y Roland Barthes.é? Pero su blishment filosófico. Ellos ya no se adecuan más a las reglas de
ini:iativa no da fr.utos inmediatos y algunos años después el in- la institución Filosofía, y pasan a actuar no sólo en la política, lo
teres por los medios de comunicación declina, hasta caer en la cual en sí mismo no implica grandes novedades, sino sobre todo
ind~erencia (Morin se dedica a la ecología y Barthes, ya en el en revistas y diarios. La trayectoria de Bernard-Henri Lévy, anti-
~ollege de France, retorna a los escritos más literarios). En rea- guo alumno de la École Normale Supérieure, es ejemplar: pasa
lidad, los estudios sobre los medios sólo se inician a fines de los de la filosofia al periodismo, hace reportajes, escribe artículos
años setenta. De allí el silencio de los intelectuales franceses en "eruditos", es animador cultural en la FNAC y en el centro Beau-
relación con un aparato emblemático de la era de las masas: la bourg, por último, es actor de televisión. El pensamiento filo-
televisíón.w sófico deja su Olimpo para transformarse en hit parade, una pie-
El silencio es comprensible, esto es, puede ser interpreta- za de la sociedad-espectáculo (se decía en la época que los
do. Los medios de comunicación, entre ellos la televisión, go- nuevos filósofos hacían una especie de nouuelle cuisine, esto es,
zan de poca legitimidad como objeto de reflexión filosófica o una simplificación de la antigua cuisine, adecuando la elabora-
de análisis sociológico. Son otros los temas que dominan la es- ción teórica al sabor rápido del consumo) .42 También es signi-
cena. Pero es necesario tener en cuenta que en Francia la tele- ficativa la creación de una publicación como Nouvel Obseroateur,
visión y la radio son estatales, lo que implica patrones de fun- que agrupa a un conjunto de periodistas con capacidad de con-
cionamiento distintos de los de la pura exigencia del mercado. vocar a intelectuales provenientes de la esfera académica (en-
Prevalecen los programas culturales, vinculados a una visión de tre ellos, AIain Touraine), cuya actuación pasa a estar mediada
la elite francesa y dirigidos al gran público, pero no a la "masa" por la empresa y ya no por las instituciones académicas. La es-
(de .allí la crítica recurrente al "elitismo" de estos medios). En fera de los medios poco a poco consolida un tipo de autoridad,
realidad, la consolidación de una cultura televisiva de masas es cultural e intelectual, de la que carecía hasta entonces. Bour-
tardía. En 1961, existían en los Estados Unidos y en Gran Bre- dieu vive esos cambios, pero no los toma explicitamente como
taña 57 millones y 11 millones de aparatos, respectivamente, objeto de reflexión. La distinción, publicado en 1979, habla del
mientras que en Francia el número era apenas de 1,9 millones. gusto, pero no de los medios y del mercado, y en la década de
En 1960, menos de 15 de cada 100 hogares obreros tenían Un 1980, su proyecto privilegia la comprensión y la crítica del uni-
aparato de televisión; en 1968, el 42% de los hogares, del total verso académico, su institucionalización (Homo Academicusy La
156 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 157

noblesse d 'État). Aún piensa que el funcionamiento del campo lidad, la mayoría de las veces, por la autoridad de la ciencia;
intelectual ejerce un control indiscutible sobre su objeto de es- fuerte por la competencia y la autoridad del colectivo reunido,
tudio, de allí la importancia de comprenderlo, a pesar de que puede someter al discurso dominante a una crítica lógica, pero
algunos, pocos en realidad, investigadores del grupo de los Ac- también a la argumentación y en particular al uso de las metá-
foras; puede someterlo a una crítica sociológica, que prolonga
tes de la Recherche en Sciences Sociales comiencen a ocuparse de los la primera y trae a luz los determinantes que pesan sobre los
nuevos objeros.f productores del discurso dorninante.t"
La ruptura se produce en los años noventa, y en ella la te-
levisión desempeña un papel catalizador. Es sintomático que el La posición anterior, contraria al compromiso, sufre por
pequeño opúsculo Sur la télévision, en el fondo, hable poco de tanto un giro. Se vuelve así a Sartre, para quien el intelectual,
televisión. No son las imágenes, el flujo de los programas, la se- al conquistar la autoridad en el ámbito de una esfera específi-
miótica publicitaria, la relación entre la escritura y el video, o ca, artística o científica, actúa en el espacio público como ins-
sea, las propiedades intrínsecas de un medio lo que interesa. tigador de la duda, desafiando la cristalización de todo y cual-
Se focaliza un aspecto de la cuestión: el periodismo, como si quier tipo de poder.t"
fuese la prolongación del lenguaje impreso. Sin embargo, su Se puede preguntar en qué medida la actitud de Bourdieu
amplitud, su alcance, reforzarían una nueva doxa transmitida significa simplemente una vuelta al pasado. En parte, no ten-
en otro contexto: el mercado. Al pautar su actuación en fun- go dudas, él se revincula con una corriente en relación con la
ción de la competencia, de la conquista desenfrenada de la au- cual su posición anterior había sido de distancia y desconfian-
diencia, la empresa televisiva expandiría la lógica del mercado za. Pero es posible delimitar las particularidades de esta rea-
como manifestación de la cultura. Una lógica envolvente, que proximación, lo que le confiere una dimensión diferenciada.
abarca al complejo mediático como un todo. Por eso Serge Ha- En primer lugar, está la transformación del panorama políti-
mili, compañero de lucha de Bourdieu en Liber, publica Les co y social, con el fin de la Guerra Fría, la declinación del so-
nouveaux chiens de garde. 44 El título evoca al antiguo texto de cialismo soviético, el surgimiento de la Comunidad Europea y,
Paul Nízan, Les chiens de garde (1932), en el cual se denunciaba por último, la evidencia de la globalización. No creo que Bour-
a la filosofía como aparato ideológico del Estado. Pero los tiem- dieu tuviera total claridad acerca de esta situación; en particu-
pos han cambiado, el Estado ya no es el foco central de la ideo- lar su visión sobre el proceso de globalización es, a mi juicio,
logía dominante, ha sido sustituido por el mercado. Bourdieu bastante equívoca (por ejemplo, retoma la categoria de impe-
reencuentra así a la antigua tradición francesa, presente desde rialismo norteamericano, con la que nunca habia trabajado,
Zola, y defiende el papel de los intelectuales como hombres pú- justamente en el momento en que los Estados Unidos pierden
blicos. Dice: poder a escala mundial; evidentemente, la categoria le resulta
conveniente como afirmación de una Europa en vias de unifi-
[...] puedo afirmar que los intelectuales son indispensables en cación) .47 Pero no es su comprensión insatisfactoria de la si-
la lucha social, hoy sobre todo cuando se consideran las formas
tuación mundial lo interesante aquí, lo importante es enten-
absolutamente nuevas que asume la dominación [...]. El inte-
lectual colectivo puede y debe cumplir primero funciones ne- der cómo lo lleva a redefinir su papel en la vida política. Cito
gativas, críticas, trabajarpara producir y propagar instrumentos al autor:
de defensa contra la dominación simbólica armada en la actua-
158 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 159

Todo lo que se describe bajo el nombre al mismo tiempo des- Aquellos que han permanecido apegados a la tradición del in-
criptivo y normativo de globalización no es una fatalidad eco- ternacionalismo cultural (distinto del internacionalismo del mer-
nómica, sino el efecto de una política consciente y deliberada, cado), artistas, escritores, investigadores, pero también editores,
pero la mayoría de las veces inconsciente de sus consecuencias. curadores de arte, criticas de todos los países, deben hoy movili-
Totalmente paradójica, puesto que se trata de una política de zarse en un momento en que las fuerzas de la economía, que por
despolitización, esa política que bebe impúdicamente del léxi- su propia lógica tienden a someter la producción y la difusión
co de la libertad, del liberalismo, de la liberalización, de la des- culturales a la ley del lucro inmediato, encuentran un refuerzo
regulación, apunta a conferir un predominio fatal a los deter- considerable en las políticas llamadas de liberalización que las
minismos económicos, liberándolos de todo control, y somete potencias económica y culturalmente dominantes pretenden im-
a los gobiernos y ciudadanos a las fuerzas económicas y sociales poner universalmente bajo la máscara de la globalization. 50
así liberadas. 48
La lucha político-eultural se desplaza desde los territorios
o
más aún, al reflexionar sobre la relación entre los inte- nacionales hacia el espacio de la modernidad-mundo (Bour-
lectuales y el mundo mediático: dieu es particularmente sensible al lugar que ocupa Europa
en el mundo globalizado). Esto es algo distinto de lo que ocu-
En todos lados las conquistas de la libertad se encuentran ame-
rría hasta entonces. Cuando Sartre defendía los derechos de
nazadas, y no sólo por los coroneles, los dictadores y las mafias;
están amenazadas por fuerzas más insidiosas, las del mercado, los pueblos colonizados, partía de un principio anterior, la uni-
pero transfiguradas, reencarnadas en las propias figuras a sedu- versalidad, lo que le permitía tratar y reconocer los problemas
cir. Para algunos, será la figura del economista armado de for- de los otros, de los que eran diferentes de él. Su humanismo
malismo matemático, que describe la evolución de la economía filosófico y moral era la base de sustentación de su ética uni-
mundializada; para otros, la figura de la estrella internacional
del rock, del pop, del rap, portadora de un estilo de vida al mis-
versalista. El otro, distante de Francia, como ser humano que vi-
mo tiempo chic y fácil [...]. Si existe un dominio en el cual la vía bajo la opresión, debía ser necesariamente tomado en cuen-
famosa mundialización es una realidad, y que valoran los inte- ta, pues la liberación del "esclavo" implicaba la libertad del
lectuales integrados, es justamente el de la producción cultural "amo". La dominación se encontraba "afuera", colonizador ver-
de masas, televisión, cine y periodismo para el gran público
sus colonizado, y podía ser aprehendida como alienación. El
[...]. Contra esta mundialización de 10 peor, los artistas, los es-
critores y los investigadores, en especial los sociólogos, pueden proceso de globalización envuelve a los individuos no como al-
y deben combatir los más funestos efectos para la cultura y la go externo, como una alteridad, sino como un dilema intrín-
democracia.t" seco de sus vidas, de sus prácticas cotidianas. Se trata de una
situación en la cual las partes involucradas están totalmente
Los medios de comunicación y la política neoliberal repre- redefinidas. Los intelectuales europeos están reaccionando an-
sentan así las caras de un mismo fenómeno, la imposición del te esos cambios, viven la dominación "en carne propia", y ya
mercado mundial. En este sen tido, ya no basta con ser francés, no tematizan, en nombre de un universal abstracto, el sufri-
la crítica requiere una visión más abarcadora de los problemas miento de los otros.
y exige una postura más internacionalista (en realidad, un tan- Pero también se ha transformado la relación entre el mun-
to europea). En uno de sus artículos de combate, "La cultura do académico y el mundo público. De allí el interés de Bour-
está en peligro", luego de criticar duramente al mundo del con- dieu por la televisión:
sumo, a sus héroes y sus mitos, Bourdieu propone:
160 Renato Ortiz
La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 161

Se decía que la televisión llegaría a nivelar, a homogeneizar por


¿Por qué tomar a la ciencia como objeto de este último curso
igual a todos los telespectadores. En realidad, eso sería subesti-
en el College de France? Creo que el universo científico está hoy
mar las capacidades de resistencia. Pero sobre todo seria subes--
bajo la amenaza de sufrir una grave regresión. La autonomía
timar la capacidad de la televisión de transformar a aquellos que
que había conquistado poco a poco, contra los poderes religio-
la producen, y genéricamente, a los otros periodistas y al con-
sos, políticos e incluso económicos, y en particular contra las bu-
junto de productores culturales. El fenómeno más importante,
rocracias del Estado, que aseguraban las condiciones mínimas
que era dificil de prever, fue la extraordinaria extensión de la
de su existencia, se ha debilitado mucho. Los mecanismos SO~
empresa televisiva sobre el conjunto de las actividades de pro-
ciales que se habían afirmado, como la lógica de la competen-
ducción cultural, incluidas las actividades de producción artís-
cia entre pares, acaban sirviendo a fines impuestos desde fuera;
tica o científica. Hoy la televisión llevó al extremo, al límite, una
la sumisión a los intereses económicos y a las seducciones me-
contradicción que ensombrece todos los universos de produc-
diáticas amenazan con conjugarse con las críticas externas y las
ción cultural."
acusaciones internas, de las cuales las críticas posmodernas son
la última manifestación para minar la confianza de las ciencias,
Estamos lejos de la vieja discusión sobre la "masificación", en particular de las ciencias sociales. 52
incluso porque Bourdieu rechaza la noción de cultura de ma-
sas. La distinción social no es un proceso homogéneo, opera Cuando Zola escribía, su pretensión era comprometer a los
por medio de la apropiación de bienes simbólicos, en función intelectuales en las cosas públicas. Había no obstante un pre-
de la posición de clase y del capital cultural de los individuos. supuesto en este tipo de argumentación; a causa de la raciona-
Lo nuevo es la reversión de las jerarquías y la legitimación del lización de las esferas, ellos se encontraban aislados, separados
universo mediático como instancia suprema de orientación de del debate más amplio. Confinados en sus especialidades, se
las conductas. En este punto hay un cambio que merece ser refugiaban en la comodidad y en la seguridad de sus prácticas
destacado. La distinción se fundamentaba en la existencia de y saberes. Se trataba por tanto de romper con esas limitacio-
una escala de valores burgueses legítimos para la sociedad co- nes. En el mundo contemporáneo, el problema es el inverso: es
mo un todo. El gusto popular, al separarse del gusto burgués, la independencia de las fronteras la que se encuentra compro-
podía se medido, aprehendido, como un desajuste en relación metida. Por eso es necesario rever la desconfianza en relación
con algo que era distante y "superior". La falta de capital cul- con la política. En los años sesenta y setenta, la política aparece
tural implicaba una relación de poder. La idea de distinción, para Bourdieu como algo que se contrapone a la institucionali-
en el contexto francés, presuponía por tanto la presencia de zación del campo intelectual. La exigencia del Estado y de los
un tipo de cultura históricamente consolidada y transmitida partidos, en la búsqueda de intelectuales orgánicos, es vista co-
por las diversas instituciones sociales: escuela, museos, familia, mo una injerencia exógena. Ahora, el reencuentro entre el in-
etcétera. El mundo contemporáneo pone justamente en cues- telectual y el hombre público adquiere otro significado, pues la
tión esa jerarquía y organización de valores. Al expandirse, el política pasa a ser un arma para la defensa de sus objetivos: la
dominio mediático tiende cada vez más a subordinar las esfe- práctica científica. Para alimentar a los demonios del trabajo inte-
ras culturales autónomas a su voraz lógica de mercado. El te- lectual es necesario salir de los límites estrechos de la competen-
ma reaparece en las reflexiones de Bourdieu sobre el mundo cia técnica, ocuparse de la crítica a los patrones dominantes de
científico: la producción cultural, confirmando una vez más, y por otros ca-
minos, la porosidad de las fronteras en las ciencias sociales.
162 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 163

Notas 16 Louis Althusser, Lire le Capital, París, Maspero, 1967. [Para leerel Ca-
pital, México, Siglo XXI, 1969.] Véase también Pour Marx, París, Maspero.
I Th. W. Adorno, Tema estética, San Pablo, Martins Fontes, 1982; M. Hork- 1973.
heimer, Teoría critica, Barcelona, Ariel, 1973. [Teoría estética, Madrid, Taurus, 17 Marcel Granet, La civilisation diínoíse, París, Albin Michel, 1994.
1971.J 18 Célestin Bouglé, Essais sur le régime des castes, París, PUF, 1969.
2 Robert Nisbet, La sociología como forma de arte, Madrid, Espasa Calpe,
19 P. Bourdieu, "A tmposícéo do modelo americano e seus efeitos", Con-
1979; Wright Mills, A ímaginaoio sociológica, Río de Janeiro, Zahar, 1972. [La trafogo 2, Río de Janeiro, Zahar, 2001.
imaginación sociológica, Buenos Aires, FCE, 1981.] 20 Es significativo que en un libro organizado por Georges Gurvitch so-
3 Pierre Bourdieu, As regras da arte, San Pablo, Companhia das Letras, bre la sociología en diversos países del mundo, le haya correspondido a Lé-
1996, p. 11. {Las reglas del arte, Barcelona, Anagrama, 1995.] vi-Strauss escribir la parte referida a la sociología francesa. Véase Georges
4 jean-Paul Sartre, Qu 'est-ce que la littérature, París Gallimard, 1948, [Qué Gurvitch, La sociologie au XXe síéde, ob. cit.
es la literatura, Buenos Aires, Losada, 1976] y L'idiot de la [amille, ob. eit. [El 21 P. Bourdieu, "Esquiase pour une auto-analyse", Science de la science et Té-
idiota de la familia, Buenos Aires, Tiempo Contemporáneo, 1975.] flexivité, ob. cit., p. 201.
5 Roland Barthes, Le degré uro de l'écriture, París, Seuil, 1953. [El grado ce- 22 Son varios los textos de Bourdieu en los que está presente su disputa
ro de la escritura, México, Siglo XXI, 1973.] Véase asimismo Jacques Dubois, con los filósofos. Destaco, entre ellos, uno que me parece significativo: "Le
L 'institution de la íiuérature; Bruselas, Labor, 1983. discours d'importante: sur quelques remarques critiques a propos de Lire le
6 Véase el capítulo "Durkheim: arquitecto y héroe fundador", en esta mis- Capital", Ce que par/er oeui dire, París, Fayard, 1982.
maobra. 23 Alvin Gouldner, The Coming CrisisoJWestern Sociology, Nueva York, Avon

7 É. Durkheim, Les regles de la méthodesociologique, ob. cito Books, 1970.


a P. Bourdieu, "Pourquoi les sciences sociales doivent se prendre pour 24 Immanuel Wallerstein, "The heritage ofsociology, the promise ofsocial
objet", Science de la science et réjlexivité, París, Raisons d'Agir, 2001, p. 168. science", The End oJthe World as We Know Ji, ob. cit.
[El oficio científico. Ciencia de la ciencia y reflexividad, Barcelona, Anagrama, 25 P. Bourdieu, "Esquisse pour une auto-analyse", ob. cit., p. 189.
2003.] 26 Alvin Gouldner, "Anti-minotaur: the myth of a valúe-free sociology",

9 Sobre las dificultades de la universalización de las ciencias sociales, véa- For Sociology, Nueva York, Basic Books, 1973.
se el sugestivo texto de Jean Claude Passeron, O raciocinio sociológico, Petrópo- 27 Véase Georg Haupt, "Marx e o marxismo", História do marxismo 1, Río
lis, Vozes, 1995. de janeiro, Paz e Terra, 1979.
10 Karl Mannheim, Jdeologia e utopia, Río de Janeiro, Zahar, 1972, p. 30. 28 Eric Hobsbawm, "A cultura eurcpéia e o marxismo entre o século XIX
11 Véase Immanuel Wallerstein, "Eurocentrism and its atavars", The End e o XX", História do marxismo 2, Río de Janeiro, paz e Terra, 1982.
of the World as We Know Jt, Minneápolis, University of Minnesota Press, 1999. 29 Durkheim escribe, respecto de un libro de Marianne Weber sobre la
12 H. Marcuse, The AestheticDimensum; ob. cit. condición de la mujer en las sociedades del pasado: "Se percibe a Mme. We-
13 Entre tantos libros de P. Bourdieu, véase Homo Academicus, París, Mi- ber siempre preocupada en combatir la tesis bien conocida de Engels. Me
nuit, 1984. parece no obstante una preocupación excesiva, que le presta a la temía una
14 Jean Louis Fabiani, Les Philosophes de la République, ob. cit. atención desproporcionada en relación con su valor cien tífico". Journal Socio-
15 P. Bourdieu, Réponses, París, Seuil, 1992. [Respuestas, México, Grijalbo, lagique, ob, cit., p. 645.
1995.J
164 Renato Ortiz La porosidad de las fronteras en las ciencias sociales 165

30 Véase Mark Poster, Existencial Marxism in Postwar France, Princeton, 44 Serge Halimi, Les nouveaux chiensdegarde, París, Raisons d'Agir, 1997.
Princeton University Press, ] 975. 45 P. Bourdieu, "Por un conhecimento engajado", Contrafogo 2, ob. cit.,
31 Sobre la problemática de la situación colonial y su vinculación con el p.39.
marxismo, véase Renato Ortiz, "Franz Fanon: um itinerário político e inte- 46 J. P. Sartre, Pladoyer pour les intelleauels, París, Gallimard, 1972.
lectual", ldéias, Unicamp, año 2, 0 2 1, enero-junio de 1995. 47 Tengo la impresión de que a menudo Bourdieu confunde el proce-
32 P. Bourdieu, J. C. Passeron, J. C. Chamboredon, u métier du sociologue, so de globalización con la ideología neoliberal (respecto de la cual estoy
ob. cit., p. 41. completamente en contra), pero una crítica más elaborada de su perspec-
33 Ibid., p. 42. tiva está fuera del alcance de este texto.
34 P. Bourdieu, "00 Sartre", London Review o/Books, 20 de noviembre-4 48 P. Bourdieu, "Contra a política de despolitizacáo", Contrajogos 2, ob.
de diciembre de 1980. Este tipo de perspectiva anti-Sartre es la base del libro cit., p. 60.
de Anna Boschetti, Sartre el Les Temps Modernes, publicado, en 1985, por Mi- 49 P. Bourdieu, "Retour sur la télévision", Contre-Feux, París, Raisons d'A-
nuit en la colección que dirigía Bourdieu. [Sartrey Les Temps Modernes, Buenos gir, 1998, pp. 91-92. [Contrajuegos, Barcelona, Anagrama, 1999.]
Aires, Nueva Visión, 1990.} 50 P. Bourdieu, "A cultura está en perigo", Contrajogos 2, ob. cit., p. 91.

35 Es importante situar su impugnación también en el contexto intelectual 5] P. Bourdieu, Sur la télivision, París, Liber, 1996, p. 40. [Sobre la televisión,
francés, que en los años sesenta y setenta asiste a la aparición de una corrien- Barcelona, Anagrama, 1997.]
te "antihumanista", en la que participaban activamente Althusser y Foucault. 52 P. Bourdieu, Saence de la sdence et réjlexivité, ob. cit., pp. 5-6.
36 Véase P. Bourdieu, "O mercado de bens simbólicos", Sergio Miceli
(comp.), A economía das trocas simbólicas, ob. cit. ["La economía de los bienes
simbólicos", Razones prácticas, Barcelona, Anagrama, 1997.]
37 Véase Renato Ortiz, Cultura e modernidade: a Franca no século XIX, ob.
cit., cap. "Cultura e mercado".
38 NormanJacobs (comp.), Culturejor Millions?, Boston, Beacon Press,
1959; Vance Packard, The Hidden Persuaders, Nueva York, Pocket Books, 1958.
El texto de Lasswell sobre la estructura de la comunicación -"¿Quién dice
qué, en qué canal, a quién y con qué efecto?"- es de 1948, en Lyman Bry-
son (comp.), The Communication of Ideas, Nueva York, Harper & Brothers.
39 El CECMAS publicaba la revista Communication.
40 Véase Dominique Wolton, Éloge du grand public, París, Flammarion,
1990. [Elogio del gran público, Barcelona, Gedisa, 1992.]
4] Datos en René Bonnell, La vingt-cinquibne image, París, Gallimard, 1989.
42 Véase Francois Aubral y Xavier Delcourt, Centrela Nouvelle Philosophie,
París, Gallimard, 1977.
43 Louis Pinto, "Les affinités électives: les amis du Observateur comme
groupe ouvert", Actesde la Recherche en Sciences Sociales, ns 36-37, febrero-mar-
zo de 1981; Patrick Champagne, Faite l'opinion, París, Minuit, 1990.
Notas sobre las ciencias
sociales en el Brasil

Se dice que en los tranvías que circulaban por San Pablo


era común encontrar la siguiente frase: "San Pablo, la Chicago
de América del Sur". Sin embargo, Richard Morse, cuando lle-
gó con el propósito de investigar la formación histórica de la
ciudad, se extrañó de la comparación, porque sólo existían
"tres o cuatro edificios con cien años de edad".' Es una obser-
vación pertinente de alguien que estaba acostumbrado a la ar-
quitectura de Louis Sullivan y Frank LIoyd Wright. Chicago era
una ciudad de rascacielos: Leiter Building (1885), Reliance Buil-
ding (1895), o el Creat Northen Hotel (1892), de veintidós pi-
sos. Su espacio urbano había sido prácticamente remodelado a
fines de siglo, adaptado para ser un núcleo grande y moderno.
Pero quizá nuestro viajero haya tomado el mensaje al pie de la
letra. La referencia no se dirigía al lugar que le era familiar, más
bien la sentencia revelaba una voluntad no confesada de que la
San Pablo de los años cuarenta desearía ser una Chicago de
168 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 169

América del Sur. La comparación se imponia, pero con su pa- se autodefínía la ciudad en contraposición a su alter ego euro-
sado. Si se corrige temporariamente la afirmación, creo que es peo. Se trata de una reciprocidad constante: Louis Wirth era
posible relacionar la Escuela de Sociología de la Universidad alemán de nacimiento, Roben Park y W. 1. Thomas habían es-
de San Pablo con el grupo de A1bio Small, W. 1. Thomas, T. Ve- tudiado en las universidades alemanas, lo que dio lugar a un
bIen, Robert Park. En una declaración sobre la trayectoria de diálogo estrecho con los estudios de Weber y sobre todo de
Florestan Fernandes, Fernado Henrique Cardoso sugiere esa Simmel. En la Facultad de Filosofía tuvieron primacía los fran-
aproximación. Él decía que: ceses, pero en ambos casos hubo una relación fecunda con las
ideas de ultramar.
[...] a mediados de la década de 1950, Florestan comenzó un Los historiadores tienden a considerar el libro de W. 1. Tho-
nuevo momento en el trayecto intelectual, que duró mucho
tiempo y fue notable. Y este momento está ligado a dos intere- mas y Florian Znaniecki, The Polish Peasant in Europe and Ameri-
ses: uno referido a los negros y otro a la ciudad de San Pablo. ca, publicado en 1918, como un marco en las ciencias sociales
No sé si se ha destacado de modo suficiente este interés de Flo- norteamericanas, como el momento en que la reflexión teóri-
restan respecto de la ciudad de San Pablo. Quizás el modelo fue- ca y la investigación empírica se unen. Otros quizá prefieran
se Chicago, porque la sociología americana había tenido un
Introduction to the Science ofSociology (1921), de Park y Burguess,
enorme élan a partir de los estudios sobre Chicago.?
considerado como la pequeña biblia de los investigadores de
Hay analogías entre los dos casos. Chicago era, en 1800, un Chicago. ¿Es posible encontrar una referencia similar dentro
pequeño agrupamiento de indios. Alrededor de 1850 tenía una de la producción de la Universidad de San Pablo? Si se acepta
población de 30.000 habitantes que, a fines de siglo, llegaba al la sugerencia de Fernando Henrique Cardoso, podríamos se-
número de 1.700.000 (el segundo centro urbano de los Esta- ñalar "Blancos y negros en San Pablo", de Roger Bastide y Flo-
dos Unidos).3 San Pablo era, hasta 1850, un poblado de menor restan Fernandes, publicado en la Revista Anhembi en 1953. 0,
importancia, con una población de 20.000 personas, en un mo- quién sabe, A etnologia y a sociologia no Brasil. ensaios sobre aspec-
mento en el que Río de Janeiro concentraba todas las atencio- tos da formacdo y desenvolvimento das ciencias sociais na sociedade
nes dado que era la capital del país. En 1886, el número se mo- brasileira, de 1958, de Florestan Fernandes. De cualquier mo-
difica poco: 47.700. Sólo en 1940 su población alcanza un total do, eligiendo los parámetros que se juzguen más adecuados,
de 1.300.000 habitantes (la segunda ciudad del país). Los dos salta a la vista en la comparación la discrepancia temporal. Es-
centros están marcados por el ritmo de sus industrias, por la to se acentúa si se tiene en el horizonte el surgimiento de la so-
efervescencia cultural y, sin duda, por la creación de nuevas ins- ciología en Francia: Las reglas del método sociológico es 1895 y la
tituciones universitarias. En los Estados Unidos, la Universidad formación de! equipo de L'Année Sociologique, de 1898. Es sufi-
de Chicago, apoyada por el financiamiento privado, crea el De- ciente, por lo tanto, para revelar una característica específica
partamento de Sociología en 1892; en el Brasil, con el beneplá- de las ciencias sociales en el Brasil: su aparición tardía.
cito del Estado, la elite paulista funda la Universidad de San Pa- En A moderna tradidio brasileira intenté mostrar que algunas
blo y su Facultad de Filosofía, Ciencias y Letras. Incluso en lo esferas de bienes restringidos, el arte y la literatura, sólo se con-
relativo al intercambio con las ideas europeas, las semejanzas solidan en e! Brasil en la década de 1940. 4 En las ciencias socia-
persisten. Es posible imaginar que en Chicago circularan tran- les se da e! mismo movimiento. Sin embargo, para que la socio-
vias con la inscripción "La Berlín de los Estados Unidos", como logía logre ser una disciplina académica autónoma es necesario
170 Renato Ortiz
Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 171

que se diferencie del pasado. En este sentido, la formación de de la sociedad brasileña, eran excepciones. A pesar de la insis-
la Universidad de San Pablo es significativa. No se trata de que tencia de Florestan Fernandes en trazar un paralelismo entre su
la sociología haya sido un "producto paulista", porque eso se- obra y su militancia política, resulta claro que trabajos como A
ría tener una visión provinciana de un proceso mucho más júnfljo socialda guerra na sociedade tupinambá o Ensaios de sociolo-
complejo. En rigor, la institucionalización de las ciencias socia- gia geral e aplicada dificilmente podrían ser considerados marxis-
les tuvo lugar de manera simultánea en diversas regiones del tas. Si bien es verdad que la Facultad de Filosofia de la Univer-
país. Lo interesante en el caso de la Universidad de San Pablo sidad de San Pablo creció bajo la hegemonía francesa, no hay
es que ella puede funcionar como un ejemplo heurístico, que que olvidar que ese ascendiente se remontaba a la sociología de
permite captar elementos salientes de la constitución del cam- los años veinte, cuando se formó la generación de profesores
po sociológico brasileño. que llegó al Brasil. En ese período la escuela durkheimiana era
Es curioso observar que la escuela paulista de sociología pri- hegemónica y florecían los estudios culturales. Quizá por ese
vilegió, en sus primeros años, la problemática de la cultura. An- motivo las temáticas que se imponen en el pensamiento acadé-
tonio Candido se orientó hacia el análisis de la cultura campe- mico en el Brasil tengan algo de "francés", o mejor, de "durk-
sina y de la literatura; Maria Isaura Pereira de Queiroz, hacia el heimíano", Al igual que en Francia, asuntos como el Estado, la
estudio de las religiones y de la cultura campesina. Florestan clase trabajadora, los partidos son dejados en segundo plano
Fernandes se interesó por el folklore y la cultura indígena, y de- en relación con objetos considerados "más culturales".
dicó buena parte de sus escritos a la integración del negro en Es posible, sin embargo, invocar otr.as razones para respon-
la sociedad de clases. ¿Por qué esa insistencia en los temas so- der a la pregunta anterior. La Escuela de Sociología y Política,
cioculturales? con Willems y Donald Pierson, también se interesó en los estu-
Quizá se pueda traducir, en un primer momento, el argu- dios sobre la comunidad, como si la sociedad brasileña de la
mento de la "influencia francesa" por el de la "influencia época, en términos de T ónnies, fuese rica en la dimensión de
durkheimiana", No me refiero tanto al positivismo como méto- la comunidad y pobre en la de la sociedad. Sin embargo, el
do. Incluso en Francia los análisis de Marcel Mauss habían ma- pensamiento tradicional en el Brasil ya había privilegiado te-
tizado la oposición rígida entre el individuo y la sociedad, una mas como la literatura, la religiosidad popular, el folklore, la
marca fundamental de la obra de Durkheim. Se puede decir que cuestión racial. Basta recordar los escritos de Silvia Romero, Ni-
entre La división del. trabajo social y Lasformas elementales de la vida na Rodrigues, Cámara Cascudo, Gilberto Freyre. ¿No hay solu-
religiosa hay un desplazamiento del eje, que pasa de la infraes- ción de continuidad temática entre los "viejos" pensadores y los
tructura de la morfología social a la superestructura de los "idea- nuevos? ¿Coincidencia? Tal vez. Pero podríamos arriesgar otra
les"," de modo que se privilegian los estudios sobre la concien- interpretación.
cia colectiva como representación cultural. Sin embargo, esa Hasta la década de 1940 la producción del pensamiento so-
sociología llegaba al Brasil en el momento en que se estaba trans- ciológico en el Brasil se desarrollaba en un contexto en el cual
formando en su país natal. En Francia, la presencia del marxis- se mezclaban la literatura, la filosofia, el discurso político y las
mo ya se hacía sentir en los años cuarenta, mientras que era ca- bellas letras. Era una disciplina marcada por el eclecticismo y
si inexistente entre nosotros.f Los estudios de Caio Prado, su el ensayismo, construida sobre la base de afirmaciones genéri-
tentativa de aplicar el materialismo histórico a la comprensión cas que prescindían de un trabajo sistemático de investígacíón.?
172 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 173

En realidad, no había aún un espacio específico en cuyo inte- por los historiadores de las ideas del Brasil, es reveladora. En
rior el saber sociológico se tornara autónomo; éste se extendía artículos como "Sobre el folklore" (1945) y "La burguesía, el
por las escuelas de Medicina y de Derecho y por los Institutos progreso y el folklore" (1944), Florestan Fernandes había cri-
Históricos y Geográficos. La universidad moderna rompe con ticado explícitamente la pretensión del folklore de constituir-
esa situación y segrega las condiciones materiales para el desa- se como una ciencia positiva y autónoma." Evidentemente, pa-
rrollo de una autonomía científica definida, ahora, mediante ra el autor los "hechos folklóricos" eran en si una manifestación
otros parámetros. La sociología, al presentarse como una "es- cultural importante, pero sólo se tornarían inteligibles si eran
fera de bienes restringidos ", marcada por la ideologia de lo aca- estudiados por disciplinas específicas como la sociología o la
démico, se aleja de su destino anterior. Si las temáticas perma- antropología. Su propuesta no traía, en rigor, ninguna nove-
necen, deben ser sometidas a un proceso de reinterpretación. dad epistemológica. En Europa, estudiosos como Van Gennep
De hecho, asuntos como la cultura indígena, la cuestión ra- tenian serias dudas respecto de la existencia de un Folklore
cial y el folklore definen a los estudios sobre el Brasil realizados (con mayúsculas). Por otro lado, en Francia y en Inglaterra, los
desde fines del siglo XIX hasta 1940. Estaban intrinsecamente folkloristas tenían poco prestigio, dado que la universidad mo-
vinculados a la problemática nacional de la identidad brasile- derna, creada a fines del siglo XIX, concentraba las investiga-
ña. Pero hay una diferencia entre los escritos de Cámara Cas- ciones de punta. Los estudios folklóricos ocupaban el espacio
cudo y los libros de Maria Isaura Pereira de Queiroz o Flores- de los pequeños institutos y asociaciones al margen del gran
tan Fernandes sobre el folklore. Se introduce una novedad: la mundo académico. 10
sociología. En la introducción a su estudio sobre la danza de En el caso brasileño el panorama era otro. Los análisis so-
Sao Concalo en un poblado de Bahía, Maria Isaura Pereira de bre la cultura popular son anteriores a una ciencia social pro-
Queiroz distingue cuidadosamente su metodología de la de los piamente universitaria. Quizá sea correcto decir que esa disci-
folkloristas. Dice: plina, en el sentido amplio del término, se inicia con esos
estudios: Canudos, con Euclides da Cunha; cultos africanos,
Faltaba principalmente una formación especializada que per-
con Nina Rodrigues; literatura y cantos populares, con Silvio
mitiese el abordaje del problema sobre este aspecto [sociológi-
co]. Como no había todavía en el Brasil cursos de ciencias so- Romero. Los sociólogos deben por tanto enfrentar un saber,
ciales, los folkloristas, aun cuando sintiesen la necesidad de un pero no estrictamente una disciplina, tradicionalmente estable-
nuevo tipo de focalización del asunto, que completara las exis- cido en los Institutos Históricos y Geográficos, cuyo patrón se
tentes, no podían ampliar su investigación en este sentido. La contrapone al que está siendo creado en las universidades. Hay
formación especializada es una de las primeras condiciones pa-
ra la realización de un trabajo de manera objetiva y eficiente.
incluso una coincidencia histórica entre el surgimiento de la
Dado que el hecho folklórico es un hecho social, corresponde sociologia académica y la institucionalización del folklore en el
examinarlo en ese aspecto, y para ello se necesita una forma- nivel nacional. En 1947 se funda la Comisión Nacional de Fol-
ción sociológica." klore, que integra el Instituto Brasileño de Educación, Ciencia
y Cultura; en 1951 se realiza el primer Congreso Brasileño de
En realidad, lo que subyace a esa afirmación es todo el de- Folklore. Cuando Edson Carneiro, en "La sociología y las am-
bate sobre la cientificidad del folklore. La polémica entre Flo- biciones del folklore", le responde a Florestan Fernandes, en
restan Fernandes y Edson Carneiro, considerada como menor el fondo lo que lamenta es que los sociólogos estén invadien-
174 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 175

do un terreno que tradicionalmente habían ocupado otros.'! cipal es diferenciar la sociología de las otras hablas, en un mo-
La apreciación de que el folklore no es una ciencia significa mento en que imperaba una polisemia sobre la interpretación
plantear que otras disciplinas (la sociología o la antropología) de lo social. Primero, un ruptura en relación con el sentido co-
están en mejores condiciones para tratar la cultura popular que mún, el discurso de los juristas, periodistas y críticos literarios;
el antiguo saber clasificatorio de los folkloristas. Tal vez se pue- segundo, un distanciamiento en relación con la aplicación in-
da decir que la generación de sociólogos paulistas, al "robarles" mediata del método sociológico para la resolución de proble-
a los autores que los precedieron sus viejos temas, estaban afir- mas sociales: una crítica de su utilidad. Se trata de una posi-
mando: a partir de este momento, es imposible escribir sobre el ción antagónica a la de Guerreiro Ramos, que imaginaba a la
Brasil sin considerar las formas específicas del conocimiento sociología como una especie de "salvación", un cuerpo teóri-
científico. La continuidad temática no constituye, por lo tanto, co cuya vocación sería la de "tornarse un saber vulgarizado ".14
una prolongación del pasado, sino que revela una ruptura for- Adepto a una visión genuinamente nacional, pero no por eso
mal: el surgimiento de la sociología como "ciencia". Yo diría que menos provinciana, este autor miraba con desconfianza las in-
esa estrategia ya había sido aplicada en otro contexto. Cuando fluencias extranjeras. No sin cierta pompa anunciaba su Ley
Durkheim escribe El suicidio, se está apropiando de un tema del Carácter Subsidiario de la Producción Científica Extranje-
considerado hasta entonces como "propiedad" de los psicólo- ra: "A la luz de la reducción sociológica, toda la producción
gos. Al afirmar que el hecho social es sui generis, esto es, que só- científica extranjera es, en principio, subsidiaria't.!'' Dicho de
lo la sociología lo puede comprender realmente, se define la es- otra manera, cualquier tentativa de generalización del saber
pecificidad de la ciencia que se pretende construir. El problema es una quimera, éste se caracteriza por su regionalización, por
de los sociólogos brasileños en los años cuarenta es análogo al la adaptación forzosa a las sociedades en las cuales se implan-
que enfrentaba Durkheim.P Se trataba de fundar un nuevo ta. Desde esta perspectiva, las cuestiones político-sociales que
campo científico, lo que implicaba la delimitación de fronteras. el país debe enfrentar prevalecen sobre la autonomización del
Pero las ciencias sociales brasileñas no podían sólo mirar conocimiento.
al pasado, tenían también que divisar el presente. En ese sen- Las propuestas de Guerreiro Ramos manifiestan cierto des-
tido, la figura de Florestan Fernandes es paradigmática, pues precio por la investigación. En el prefacio a la segunda edición
condensa la evolución de todo un pensamiento académico de su Redudio sociológica, para distinguirse de los "sociólogos
que floreció en San Pablo. Su insistencia en estimular el cono- convencionales", justifica sus posiciones anteriores, a las que
cimiento científico revela la necesidad de implantar entre no- considera superiores en la medida en que habían sido dictadas
sotros una disciplina específica. La discusión que entabla con por la "experiencia" (su actuación en la administración estatal)
Guerreiro Ramos es significativa. Cuando escribe "El patrón y no eran reflejo de ningún "culto libresco". En el Segundo
de trabajo científico de los sociólogos brasileños" (1958), Flo- Congreso Latinoamericano de Sociología (1953), hizo reco-
restan Fernandes tiene en mente una formación intelectual mendaciones que, de haber sido seguidas literalmente, habrían
que estaría pautada, fundamentalmente, por las "normas, va- sido desastrosas:
lores e ideales del saber cíentíficov.P Hay algo de Mannheim
en ese artículo, que trata acerca del ethos de la ciencia como En el estadio actual de desarrollo de las naciones latinoameri-
canas, y frente a sus necesidades cada vez mayores de inversio-
una especie de subcultura. Pero yo diría que su objetivo prin-
Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 177
176 Renato Ortiz

nes en bienes de producción, no es aconsejable aplicar recur- Romero de hoy quienes estarán vivos en la memoria y en la gra-
sos en la práctica de investigaciones sobre detalles de la vida so- titud de los estudiosos.!"
cial, pues se debe estimular la formulación de interpretaciones
genéricas de aspecto global y pardales de las estructuras nacio- Se puede leer esta discusión de varias formas. Primero, co-
nales y regionales.J'' mo la controversia entre dos personalidades que luchan para
legitimar orientaciones diferentes en el campo de las ciencias
Una inspiración isebiana, * que percibía a las ciencias so- sociales. Un embate entre una sociología que se autodefine co-
ciales como ideologías capaces de impulsar el desarrollo na- mo predominantemente académica, y reside en San Pablo, y
cional. otra politizada, que interactúa directamente con el Estado en
Sin embargo, más allá de su pensamiento intempestivo, la capital federal. Es difícil no estar de acuerdo con Cuerreiro
Guerreiro Ramos capta con vivacidad el momento que atravie- Ramos en algunos puntos. El lector paciente, al revisitar los es-
sa la cultura intelectual en el Brasil. Su crítica incide sobre la critos de Willems, siente que están marcados por una simplicidad
pretensión de creer que la sociología se inicia con las escuelas ingenua. Más aún, diria que el lugar de destaque atribuido a Fer-
de sociología, en particular la "paulista". No es que tenga ra- nando de Azevedo es, como mínimo, cuestionable. Este autor re-
zón. Cuando Florestan Fernandes afirma que "con excepción presenta, en realidad, una fase de transición entre la forma ba:
de la producción de los sociólogos extranjeros que enseñaron chilleresca y el discurso académico. Pero han pasado casi
entre nosotros, las primeras tentativas de relieve, en la explora- cuarenta años y estamos obligados a admitir que los tiempos de
ción de objetivos científicos definidos sistemáticamente en la in- los "Sílvios Romeros" terminaron. Se debe por tanto desplazar
vestigación sociológica, se reconocen en las contribuciones pos- el debate hacia otro nivel.
teriores a 1930 de Fernandes de Azevedo y Emilio Willems",17 La historia siempre ha sido un terreno movedizo. Objeto
Guerreiro Ramos se da por aludido, pues su filiación pertene- de disputa, de interpretación. Creemos que una mejor com-
ce a otro linaje: Visconde do Uruguai, Silvia Romero, Euclides prensión del pasado es una forma de entender el presente y, a
da Cunha, Alberto Torres. Indignado, se arriesga incluso a ha- veces, de orientarnos hacia el futuro. Hay momentos, sin em-
cer algunos pronósticos: bargo, en que su revalorización es crucial, pues se trata de d~­
limitar un territorio y de construir una identidad. Es necesano
El público no sabe hoy quiénes son Fernando de Azevedo y Emi- responder a la pregunta de quiénes somos. Pero para eso se de-
lio Willems, pero continúa leyendo a aquellos autores, yen sus
bería rever el pasado, como si la historia se iniciase "a partir"
obras encuentra explicaciones útiles para la comprensión obje-
tiva del pasado y del presente. Ese modo de ver del Sr. Fernan- de un grado cero. En las décadas de 1940 y 1950, la identidad
des demuestra el carácter de ideología de profesor que tienen de la sociología era todavía amorfa y estaba en el aire la pre-
sus consideraciones. De aquí a cincuenta años -es necesario gunta "¿qué es la nueva disciplina?". El pensamiento soci~lógi­
advertirlo- no serán los Emílio Willmes de hoy, sino los Silvio ca brasileño se encontraba aún muy cerca de su herencia del
siglo XIX; era importante separar el presente de esa carga in-
* El autor se refiere al ISER [Instituto Superior de Estudios Brasileños], definida que había legado la tradición. Identificarla era delimi-
creado en 1955 por Café Filho e implementado por Juscelino Kubitschek, tar fronteras, construir un círculo en cuyo interior comenzasen
que se constituiría en el centro de irradiación de la ideología nacional-desa- a regir las reglas del conocimiento académico. Podemos decir,
rrollista. [T.] si nos restringimos al texto citado de Florestan Fernandes, que
178 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 179

los antepasados que menciona son un tanto insípidos, hay in- Tecnológico], la FAPESP [Fundación de Apoyo a la InvestIga-
cluso cierta dosis de injusticia respecto de los pensadores ante- ción del Estado de San Pablo] e incluso la Fundación Ford,
riores, Gilberto Freyre es deliberadamente olvidado, pero su dé- que en 1967 hizo su primera donación al Departamento de
marcheimplicaba una ruptura, mientras que Guerreiro Ramos Ciencia Política de la Universidad Federal de Minas Gerais, co-
se contentaba con establecer una continuidad con Sílvio Ro- mienzan a dar apoyo más efectivo a las ciencias sociales. Se
mero, Euclides da Cunha y otros. Guerreiro Ramos alimenta- crean además los programas de Antropología en el Museo Na-
ba ilusiones sobre un pensamiento radicalmente autóctono y cional (1968) yen la Universidad de Campinas (1971), de
plantaba sus raíces en un momento anterior. Florestan Fernan- Ciencia Política en el Instituto Universitario de Investigacio-
des estaba más afinado con los nuevos tiempos y exigía que nes de Rio de Janeiro (1969), de Sociología en la Universidad
nuestro reloj académico estuviese en hora con los imperativos Federal de Pernambuco (1967) yen la Universidad de Brasi-
del saber internacional. lia (1970), y de Ciencias Sociales en la Universidad Federal de
Algunos autores comienzan a dividir la historia de las cien- Bahía (1968). A lo largo de la década de 1970, la tendencia a
cias sociales en el Brasil en antes y después de 1964. El corte implementar nuevos cursos se amplía a todo el país. Entre
que les interesa no es más la diferencia entre el conocimiento 1976 y 1984 fueron aprobadas 971 tesis de maestría y 145 de
académico y el sentido común, el debate entre Florestan Fer- doctorado, cifras todavía modestas si se las compara con las
nandes y Guerreiro Ramos, sino el proceso de profesionaliza- de países como Francia o los Estados Unidos, pero que realmen-
ción e institucionalización de las disciplinas. No hay dudas de te contrastan con las anteriores. En la década de 1990 la
que los datos sugieren este enfoque. Hasta mediados de los tendencia se acelera, dotando al país de una red nacional de
años sesenta la producción sociológica se limita a unos pocos posgrado e investigación.
lugares del país. Incluso en San Pablo es incipiente. En la Fa- Pero este proceso ha sido considerado casi exclusivamente
cultad de Filosofia, Ciencias y Letras de la Universidad de San en su dimensión cuantitativa. La historia de las ciencias sociales
Pablo se defendieron, entre 1945 y 1965, 41 tesis (que inclu- comienza a escribirse de una manera que, como mínimo, yo lla-
yen de libre docencia, doctorado y maestría), tomando en maría inquietante. En términos generales, esta historia dice lo
cuenta todos los trabajos de antropología, sociología y ciencias siguiente: hubo en el pasado un momento en que el saber era
políticas. El panorama nacional de la antropología no era muy un bien reservado exclusivamente a una elite intelectual y las
diferente: en 1953 había 41 socios inscritos en la Asociación cosas han cambiado debido al movimiento de democratización
Brasileña de Antropología.l? Son números modestos, que dan del acceso a ese universo cerrado. Siguiendo esta línea de razo-
muestra de un volumen reducido de profesionales que giran namiento, en uno de sus estudios/diagnósticos sobre el posgra-
en torno de algunas figuras centrales cama Florestan Fernan- do, Bolivar Lamounier estima: "La transformación del marco
des, Arthur Ramos, Darcy Ribeiro. 2o Este cuadro cambia radi- institucional sirve significativamente para calificar al período
calmente a partir de la creación de una política de posgrado anterior, pues se trataría ahora del pasaje de un modelo buro-
y del financiamiento de la investigación. Organismos como la crático-mandarinístico a uno pluralista y flexible",21 fenómeno
FINEP [Financiadora de Estudios y Proyectos], la CAPES [Coor- que se consolidaría con el "coming o/ age de una nueva genera-
dinación de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Supe- ción de profesionales". Pero resta la pregunta acerca de cuál es
rior], el CNPq [Consejo Nacional de Desarrollo Científico y el tipo de sociología que se realiza en ese contexto.
180 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 181

Un futuro historiador de las ciencias sociales observará por una artesanía. Existía, por lo tanto, una diferencia entre una vi-
cierto un paralelismo entre el desarrollo de la sociología y el sión de carácter técnico-instrumental y otra clásica, en la cual
proceso de modernización de la sociedad brasileña. La déca- la perspectiva crítica no era convertida de inmediato en propo-
da de 1970 conoce una formidable expansión del mercado de siciones aplicables a la policy de las instituciones.
bienes simbólicos: cine, televisión, discos, libros y publicidad. La discusión ya había sido trabada en otros países. La polé-
El crecimiento traduce la reorganización del panorama cultu- mica entre Adorno y Lazarsfeld en los años cuarenta revela esta
ral en el que se consolida el capitalismo avanzado. El número contradicción entre el intelectual y el especialista.F' Constituyen
de sociólogos también se multiplica y se abren nuevas carreras dos estrategias distintas de concebir las actividades del "espíritu".
junto a las fundaciones de investigación, la secretarías de esta- La primera se orienta hacia una comprensión crítica de la socie-
do, las empresas privadas (industria cultural, publicidad). Esa dad, la segunda se fundamenta en la producción de datos empí-
demanda profesional se correspondía con las profundas trans- ricos susceptibles de ser transformados en información. Sin em-
formaciones de una sociedad que se modernizaba a un ritmo bargo, la discusión entre Adorno y Lazarsfeld no explicita sólo
acelerado. Hasta los años sesenta la sociología era un bien li- el enfrentamiento de dos concepciones antagónicas, sino que
mitado a algunos centros, en general las capitales de los esta- muestra también una reorganización del campo intelectual
dos, pero en ese momento se instaura una nueva situación a norteamerícano. En ese momento los pensadores de la Escuela
partir de la ampliación relativamente desordenada del merca- de Chicago, hegemónicos hasta entonces en el campo de las
do. Por eso los esfuerzos de reglamentación de la profesión se ciencias sociales y que se consideraban intelectuales y sociólogos,
concentran en ese período (ley 72.493, julio de 1973; proyec- son sustituidos por la Universidad de Columbia, donde florece
to de ley del Senado nº 74, 1974). Lo que se plantea es el re- una concepción profesionalizante de las ciencias sociales. No es
conocimiento de la actividad de un profesional que realiza in- casual que las primeras investigaciones de Lazarsfeld se lleven a
vestigaciones e interpreta datos socioeconómicos y culturales. cabo en estrecha colaboración con la Universidad de Columbia,
Sin embargo, la concepción del trabajo intelectual subyacen- así como el desarrollo de su Bureau ofApplied Social Research.
te a ese movimiento se vincula con la idea de planificación, la Esa transformación en el modo norteamericano de producción
recolección de datos para la elaboración de diagnósticos ge- científica era resultado de cambios estructurales. El ejemplo del
nerales y de problemas específicos que las empresas y el Esta- funcionalismo es ilustrativo. A pesar de su conservadurismo, no
do deben enfrentar. Visto a la distancia, no deja de ser intere- hay dudas de que Talcot Parsons se filiaba a la tradición de un
sante analizar esta perspectiva, fundadora de las asociaciones pensamiento teórico. La estructura de la acción socialfue una ten-
de sociólogos en todo el país, que está en colisión con la for- tativa de construir un sistema coherente que diese cuenta de la
ma "tradicional" de pensar la sociología como un saber "uni- sociedad como un todo. Por eso su trabajo, elaborado en los años
versal" y crítico. Manoel Berlinck haya sido quizá uno de los treinta, parte de una crítica al utilitarismo norteamericano. Sin
pocos que, ya a mediados de la década de 1970, percibió la embargo, como muestra Gouldner en The Goming Grises 01Wes-
transformación del papel de los intelectuales en la sociedad tern Sociology, la teoría parsoniana, que en el comienzo estaba des-
moderna.V vinculada de una aplicación práctica inmediata, a partir de la Se-
Colocándose contra la "trampa del empleo", Berlinck decía gunda Guerra Mundial se aproxima al Estado de bienestar. La
que la sociología no era una profesión, sino un métier, o mejor, cuestión de la utilidad se vuelve entonces fundamental. El Esta-
182 Renato Ortiz
Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 183

do pasa a invertir grandes sumas en el financiamiento de las in- para implantar el capitalismo avanzado en el Brasil. Visto con ma-
vestigaciones, se crean nuevas carreras y oportunidades, y las yor cuidado, percibimos que entre 1964 y 1980 la contradicción
ciencias sociales se transforman en una especie de aparato tec- entre censura y cultura no era, en realidad, estructural, sino co-
nológico para su actuación. Problemas militares, políticos, socia- yuntural y se definía en términos tácticos. El acto censor no se ca-
les, de terapia fabril, son ahora enfrentados a partir de un diag- racterizaba exclusivamente por el veto, sino que actuaba como
nóstico científico, lo cual permite una acción correctiva junto a una represión selectiva que impedía el florecimiento de determi-
la sociedad. La sociologia adquiere un nuevo papel: traer subsi- nados pensamientos o de obras artísticas. Se censuran las piezas
dios para orientar la policy making. teatrales, los filmes, los libros, pero no el teatro, el cine o la indus-
Parece ser un sino el hecho de que en determinados mo- tria editorial, que crecen vertiginosamente en ese período. El Es-
mentos las generaciones se enfrenten. La distinción que la "es- tado represor es también incentivador de una política cultural:
cuela paulista" establecía entre ella y sus antecesores tenia co- EMBRATEL [Empresa Brasileña de Telecomunicaciones] (1965),
mo fundamento la calidad del saber científico que debia Consejo Federal de Cultura (1966), Instituto Nacional de Cine
producirse. La ruptura se daba entre los precursores y aquellos (1966), EMBRAFlLME [Empresa Brasileña de Filmes] (1969), FUNAR-
que se consideraban sus legitimas herederos. La generación TE [Fundación Nacional de Arte] (1975), CONCINE [Consejo Na-
post 1964 encontró el terreno allanado, ya había sido resuelta cional de Cine] (1976), Fundación Pro-Memoria (1979). Algo se-
la ambigüedad entre ser o no ciencia, y lo que le interesaba era mejante pasa en la universidad: paralelamente a las cesantías se
redefmir el "modo de producción sociológica" dentro de las exi- observa el desarrollo del posgrado. En esta época, incluso algu-
gencias de la época. Sin embargo, la oposición que se esboza nos organismos extranjeros comienzan a interesarse más de cer-
ahora entre "elitisrno" (grupo restringido) y "democracia" (gru- ca por las ciencias sociales en el Brasil. 24 No quíero sugerir una
po ampliado) es superficial y deja intactas ciertas cuestiones re- visión maniqueísta o moralista de lo que sucedió, pues sería in-
levantes. La expansión de la sociología, así como del mercado sensato intentar distinguir entre los "héroes" y los "detractores"
de bienes simbólicos, no es una mera expresión del espíritu de de la historia. Las universidades fueron reprimidas y cercenadas
la libertad. Revela una identidad que se ajusta a otro nivel de or- por el poder dictatorial, y muchos de nosotros nos rebelamos con-
ganización de la cultura científica: su profesionalización. Las tra él. Pero diría que mi generación tiende a ignorar ciertos he-
asociaciones de sociólogos no son las únicas que deben adecuar- chos incómodos; finalmente, fue en ese momento cuando encon-
se a esa realidad; también las universidades deben integrarse al tramos espacio en la vida universitaria. Es evidente que el cuadro
"espíritu de la época". La discontinuidad entre intelectuales y institucional fue construido sobre la base de una exclusión (los
profesionales, que en los Estados Unidos tuvo lugar a fines de profesores cesanteados, fueran de la escuela paulista o de la ise-
los años treinta, encuentra un paralelismo entre nosotros en la biana) y la inclusión de nuevos profesionales. ¿En qué medida
década de 1970. Existe, sin embargo, una particularidad en el afectó esto a la propia concepción del trabajo intelectual?
proceso brasileño, que es la presencia del Estado autoritario. En 1955, Florestan Fernandes envió a Anísio Teixeira una se-
Durante mucho tiempo hemos considerado la existencia del rie de "sugerencias para el desarrollo de las ciencias sociales". Un
régimen militar como una excrecencia frontalmente antagónica año después, presentaba al gobernador del estado de San Pablo,
a la sociedad que lo generó. Nos dejamos impresionar por los ac- Janio Quadros, un "informe sobre la sítuación de la enseñanza de
tos represivos y nos olvidamos de que ésa fue la vía encontrada las ciencias sociales en la Universidad de San Pablo".25 En los dos
184 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 185

documentos reivindicaba una actuación mayor del gobierno jun- tas como signo de ostentación de una burguesía oligárquica), co-
to a las universidades. Para sortear las dificultades de una produc- mo las de carácter vanguardista (Teatro de Arena). Comprome-
ción académica incipiente, Florestan Fernandes señalaba pro- terse significaba dejarse envolver por el clima de efervescencia
puestas concretas: adjudicación de becas para alumnos de los que terminaba penetrando en el propio trabajo intelectual. Pero
cursos de perfeccionamiento y doctorado, creación de equipos ¿no habría que decir que la fuerza de esa generación (uso el tér-
de investigaciones, fondos. Al mirar el pasado, cualquier observa- mino en sentido amplio) provenía de ese compromiso?
dor dirá que esas condiciones han sido cumplidas. Pero el lector Creo que la "escuela paulísta", y no sólo el círculo restrin-
atento, al recorrer las páginas de A socioi<Jgia no Brasil, encontra- gido que contemplan las memorias de Florestan, está marcada
rá un breve y sugestivo capítulo: "La generación perdida". Escri- por una percepción clásica y humanística de la sociología. El
to mucho más tarde, ya en los tiempos de la dictadura, refleja el diálogo con la sociedad, y no exclusivamente la formación aca-
desencanto de toda una generación que, yo diria, ve sus objetivos démica, era visto como algo fundamental para el desarrollo
realizados de manera perversa. Goma observa Florestan Fernan- universitario. Al discutir "sobre el trabajo teórico", Florestan
des, la utopía que estaba por detrás de una forma de practicar las Fernandes observa que una "actividad militante intensa es in-
ciencias sociales tenía su fundamento en una "obsesión política". compatible con la vida académica: ella puede dejarse de lado
Podriamos entender esa observación de modo limitado: Flores- de modo transitorio en determinados momentos'V'' Es decir,
tan Fernandes fue trotskista; Antonio Gandido y Maria Isaura Pe- no es la política en términos partidarios la que se debe prívile-
reira de Queiroz, socialistas; Fernando Henrique Cardoso y Oc- giar, sino el contrapunto entre pensamiento y cosa pública.
távio lanni, militantes activistas. Pero el autor añade luego que se Pienso que esa tensión tiende a desaparecer con la profesiona-
trataba de "una obsesión que nacía de la cultura y gravitaba den- lización de las disciplinas. Lo que se presentaba como un pro-
tro de ella, para irradiarse hacia los problemas de la época y los yecto para el conocimiento se ve prisionero en los engranajes
dilemas de la sociedad brasileña". En este sentido, contrastaba de las instituciones.
con las exigencias pragmáticas del ideario nacionalista. Mientras El Estado autoritarío desencadenó entre nosotros un doble
que los sociólogos paulistas tenían una concepción más amplia proceso de desencantamiento del mundo. En el nivel estructu-
de lo político, que pasaba necesariamente por la cultura, los ise- ral, se da una racionalización que afecta a la sociedad como un
bianos tendían a reducirla a una dimensión institucional (parti- todo; en el nivel de la esfera política, esa racionalidad incorpora
do, gobierno). Yo diría que el periodo en el que se implantan las una dimensión coercitiva inherente al régimen militar. Quizá se
ciencias sociales en San Pablo favorece ese tipo de interpretación. pueda decir que, en el caso brasileño, se concentró una conjun-
Las décadas de 1940 Y1950 están marcadas por una creatividad ción de fuerzas en un determinado periodo, lo cual favoreció la
cultural que no tiene paralelo en la historia de la ciudad: funda- adaptación acelerada de los individuos a las nuevas formas de or-
ción del Museo de Arte de San Pablo (1947), Museo de Arte Mo- ganización de la sociedad. Las ciencias sociales no escapan de ese
derno (1948), Compañía Cinematográfica Vera Cruz (1948), Tea- destino; el brazo represor, junto a la racionalización de la socie-
tro Brasileño de Comedia (1948), Bienal (1951). Es un momento dad, aceleró el hito generacional y se legitimó así una nueva prác-
en el que se reformula el lenguaje teatral, cinematográfico y cien- tica científica. Sin saberlo, Florestan Fernandes estaba hablando
tífico; de ruptura con una sociedad provinciana y conservadora de otra generación que, al contrario de la suya, tiene hoy dificul-
que expulsaba de su seno tanto las manifestaciones eruditas (vis- tades para encontrar un espacio donde "perderse". Con el creci-
186 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 187

miento del mercado universitario, la producción de las ciencias En realidad, lo que sucede con las ciencias sociales se repro-
sociales comienza a ser la simple reproductora de la razón orga- duce en las diversas disciplinas académicas. El establecimiento en
nizacional. La defensa de los intereses corporativos, sobre todo el Brasil de una universidad moderna en el nivel nacional es un
cuando existen recursos académicos para eso, se vuelve prepon- hecho reciente. En la práctica sólo se realiza con la Reforma de
derante respecto de! proyecto académico. Los informes de inves- 1968. Esto justifica la fragílidad del conocimiento científico, que
tigación y los pape» van sustituyendo gradualmente a los libros y se refleja en todos los sectores. Los números hablan por sí mis-
ensayos; sin olvidar que la gran cantidad de publicaciones se com- mos. Todavía en 1984, en las universidades federales autárquicas,
pone básicamente de tesis de maestría y doctorado (lo que por sólo 12,3% de los profesores tenía el doctorado y 22,1 % el título
cierto no niega la necesidad de su existencia y su valor institucio- de maestría. En las fundaciones el cuadro era aún más grave:
nal). La institucionalización de las ciencias sociales comienza a 10,2% con doctorado y 23,5% con maestría.F' En rigor, las déca-
trabajar en contra de su propio fundamento.f? das de 1970 y 1980 son momentos de formación de cuadros. No
No es sorprendente que las cosas hayan sucedido de ese se puede olvidar, asimismo, que en la mayoria de las universida-
modo; si se considera la historia brasileña, difícilmente podría des brasileñas e! progreso en la carrera universitaria se hacía sin
esperarse un resultado diferente. La comparación que hice la exigencia del doctorado, o por medio de un sistema de equi-
con la Escuela de Chicago indica que e! movimiento de auto- valencia de títulos bastante dudoso. Ante esta realidad, resta la
nomización de las ciencias sociales en e! Brasil fue tardío, pe- pregunta sobre qué se entiende por competencia en nuestras
ro es necesario añadir que esa tendencia es fragmentaria, inclu- ciencias sociales (diria en las ciencias en general). Es significati-
so en la ciudad de San Pablo. Un estudio de Sérgio Miceli sobre vo observar que el debate sobre la competencia prácticamente
"los condicionamientos del desarrollo de las ciencias sociales en evita plantear esta cuestión. Todo pasa como si la calidad cientí-
e! Brasil: 1930-1964"28 muestra que, en Río de Janeiro, Minas fica tuviese como adversario principal el corporativísmo político
Gerais, Bahía y Pernambuco, la práctica sociológica está estre- de las asociaciones de docentes (lo que en parte es verdadj.é" Sin
chamente vinculada a las escuelas superiores tradicionales (De- embargo, dentro de! cuadro presentado, ¿no seria más correcto
recho) y al autoritarismo. En Río deJaneiro, bajo el ataque de cuestionar la correspondencia entre poder académico y compe-
las fuerzas conservadoras, el pensamiento sociológico sufre un tencia cientifica? Esa relación es válida apenas para los países en
golpe en 1939 con la extinción de la Universidad del Distrito los cuales el proceso de autonomización de las ciencias sociales
Federal. Con excepción de Costa Pinto y Guerreiro Ramos, los constituye un "campo científico", en los moldes en que lo define
nombres más importantes como HélioJaguaribe, Cándido Men- Bourdieu. Allí fue posible contener relativamente, o controlar,
des, Paulo de Almeida Magalháes e Israel Klabin provenían to- las imposiciones externas, sean políticas o institucionales. La com-
dos de áreas como el derecho e incluso la ingenieria. En Belo petencia científica se consolida así como un valor incuestionable
Horizonte, la enseñanza de la sociología se estableció al comien- de la estructura de un campo del saber. Antonio Candido decía,
zo en los colegios universitarios, y sólo más tarde en 1941 se or- en una conferencia a la cual asistí, que en e! Brasilia critica al sa-
ganizó el primer curso universitario de ciencias sociales en la Fa- ber llegó antes que el conocimiento. Se refería a aquellos que au-
cultad de Filosofía. Sin embargo, este curso cierra sus actividades tomáticamente identificaban el saber con el poder, sobre todo
al año siguiente debido a la falta de candidatos; fue reabierto en Foucault. Pero lo que me interesó de su afirmación fue más el
1947 y, deberiamos agregar, con profesores improvisados. diagnóstico de nuestra actividad intelectual que su aspecto críti-
188 Renato Ortiz Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil 189

ca. Si, en efecto, existe en la periferia una contradicción entre ser 4 Renato Orríz, A moderna tradioiolnasileira, San Pablo, Brasiliense, 1988.
y no ser, nuestras ideas se encuentran "fuera de lugar" y debemos 5 Véase el capítulo de esta obra "Durkheim: un trayecto sociológico".

admitir que también la defensa de la institución académica llegó 6 En la década de 1930, el marxismo comenzaba a ingresar en las univer-
antes que los parámetros científicos. Ylos motivos que llevaron a sidades por medio de un grupo de jóvenes intelectuales comunistas como
eso son menos nobles que el simple desprendimiento científico; Paul Nizan, Henri Lefebvre, George Politzer y Georges Friedmann.

se vinculan a intereses específicos, como la preservación de las 7 Octávio Iarmi, "Florestan Fernandes e a formacáo da sociologia brasi-
leira", introducción a FlorestanFernandes. San Pablo, Ática, 1986.
reglas del juego instituido.
Decir que la consolidación de las ciencias sociales a escala na- 8 Maria Isaura Pereira de Queiroz, Sociologia e folclore, Salvador, Livraria

cional sólo se inició en la década de 1960 significa comprender Progresso, 1958.


que ese movimiento se dio en el mismo momento en que el tra- 9 Florestan Fernandes, O folclore em questiio, San Pablo, Hucitee, 1978.
bajo intelectual se hallaba en pleno cambio. Por lo tanto, hubo 10 Sobre la posición periférica de los estudios folklóricos en Europa, véa-
que construir la política de posgrado sobre una tradición que aún se Renato Ortiz, Cultura popular:romdnticos efolcloristas, San Pablo, Olho d'Á-
no existía. Por eso, la discusión sobre la "calidad académica" es gua, 1992.
II Edson Carneiro, "A sociologia e as ambicóes do folclore", Revista Bra-
delicada. Aliado de los contragolpes del régimen autoritario, te-
nemos un terreno relativamente inculto que echa raíces en el pa- siliense, n'' 23, mayo-junio de 1959.
12 Véase el capítulo de esta obra "Durkheim: arquitecto y héroe fundador".
sado de nuestros precursores del siglo XIX. El "comingofagede la
nueva generación de profesionales" tiene poco de glorioso; al no 13 Florestan Fernandes, "O padráo de trabalho científico dos sociólogos
poseer el capital que podría haber legado una eventual tradición, brasileiros", A sociologia no Brasil; Petrópolis, Vozes, 1977.

tuvimos que construir una nueva legitimidad sobre los fundamen- 14 Véase Guerreiro Ramos, A reducéo sociológica, Río de Janeiro, Tempo
tos de los imperativos institucionales. No es casual que la polémi- Brasileiro, 1965.
15 Ibíd.
ca sobre la competencia, también en las ciencias humanas, tenga
poca consistencia intelectual y que, en la mayoría de los casos, en- '·lbid.
cubra una demanda burocrática que es la necesidad de que los 17 Florestan Fernandes, ob. cit.
organismos de planificación y de financiamiento establezcan cri- '81bid.
terios racionales para una mejor distribución de los recursos. 19 Véase Otávio Velho, "Antropologia para sueco ver", Revista de Ciéncias
Sociais, Río de janeiro, v, 23, n" 1, 1980.
. e arrea,
20 M anza . "T r afircante do excentnco:
•. os antropo'1ogos no Brasil

Notas dos anos 30 aos anos 60", Revista Bmsileira de Ciéncías Sodais, v. 3, n" 6, febre-
ro de 1988. También, Historia da antropologia no Brasil: 1930-1960, Campinas,
I "Morse, historiador volta a Chicago tupiniquim", Folha de SiloPaulo, 24 Vértice, 1987.
21 Bolivar Lamounier, Expansdo e instinuionalizaoio das ciencias socuus no
de junio de 1988.
2 Fernando Henrique Cardoso, "A paixáo pelo saber", O saber militante;
Brasil: um estudopreliminar, 1981, mimeo.
22 Manoel Berlinck, "A sociologia e a armadilha do emprego", Revista de
ensaios sobre Florestan Femandes, Río de Janeiro, paz e Terra, 1987.
3 Sobre la escuela de Chicago, véase Dennis Smith, The Chicago School: A
Ciencias Sociais, Universidade Federal do Ceará, v. VII, n'' 1-2, 1976.
LiberalCritique ofCapilalism, Londres, Macmillan Education Ltd., 1988.
190 Renato Ortiz

23 Véase el capítulo "La Escuela de Frankfurt y la cuestión de la cultura",


en esta misma obra.
24 Un estudio de José MuriIo de Carvalho y Maria Suzana Soares, que ana-
liza el total del financiamiento de la Fundación Ford entre 1960 y 1985. llega a Estudios culturales,
la siguiente conclusión: hay "una curva nítida que se inicia en el primer quin-
quenio en torno de una media de US$ 400.000 por año, sube a un máximo de
fronteras y traspasos
más de US$1.200.000 en el quinquenio 1970-1974, yvue1ve a los niveles inicia-
les en el último quinquenio. La curva no puede dejar de sugerir una compara-
ción con la evolución política de los gobiernos militares. Hubo un máximo de
gastos y de apoyo a las ciencias sociales en el gobierno de Médici, cuando la re-
presión fue más dura. Con la apertura, hubo un inicio de retroceso que alcanzó
el punto más bajo en 1985, lo que sugiere casi una retirada de la fundación". "O
financiamento das ciencias sociais", Relatário de pós-graduaaio da Anpocs, mímeo.
25 Florestan Fernandes, A sociología no Brasil, ob. cit.
26 Florestan Fernandes, "Sobre o trabalho teórico", Tmnsformaoio; De-
partamento de Filosofia de Assis, San Pablo, n'' 2, 1977.
27 Muchos de los diagnósticos sobre las ciencias sociales de la década de
1980 revelan este cuadro poco entusiasta. Otávio Velho piensa incluso que hu-
En una conferencia organizada por Hermann Herlinghaus
bo un relativo retroceso en relación con el período anterior, cuando muchas
en Berlín, en 1995, tomé conciencia por primera vez de que
de las producciones eran más expresivas. Otávio Velho, "Processos sociais no
era un practicante de los estudios culturales. Al año siguiente,
Brasil pós-64: as ciencias sociais", Bernardo Sorj y Maria Hermínia Tavares de
en un seminario realizado en Stirling (Escocia), del cual parti-
Almeida (comps.), Sociedade e política no Brasil pós-64, San Pablo, Brasiliense,
cipaba Stuart Hall, esta sensación se reforzó, pues me encon-
1983. Véase también Silvia Maranháo, "A pós-graduacáo e a pesquisa em so-
traba allá, junto a mis amigos Néstor García Canclini y Jesús
ciologia: notas para urna avaliacáo", 1982, mimeo.
Martín Barbero, como representante de algo que nunca antes
28 Sérgio Miceli, "Condícionamentos do desenvolvimento das ciencias so-
había imaginado. El cuestionario propuesto por la Universidad
ciais no Brasil: 1930-1964", Revista Brasileira de Ciencias Sociais, v. 2, n" 5, octu-
de Stanford me cita como uno de los más "sobresalientes" lati-
bre de 1987.
noamericanistas dedicados a los estudios culturales, lo que me
29 Ministério da Educacáo e Cultura, Tendéndas das instuuicóes de ensino
da una gran satisfacción. Sin embargo, a pesar de estas prue-
superior na década de 80, Brasilia, 1985.
bas, la imagen que tengo entre mis colegas brasileños no se
30 Véase, por ejemplo.]. A. Giannotti, A universidade cm ritmo de barbárie,
ajusta a esta definición. Para ellos soy, simplemente, sociólogo,
San Pablo, Brasiliense, 1986.
antropólogo, aunque mis textos, leídos y apreciados en distin-
tas áreas -erítica literaria, arquitectura, geografia, comunica-
ción- no encajen bien dentro de las fronteras académicas exis-
tentes. Personalmente, no tengo ninguna angustia identitaria,
aun en tiempos de globalización, cuando muchos están preo-
192 Renato Ortiz Estudios culturales. fronteras y traspasos 193

cupados por el afán insensato de descifrar su "yo" mayor. Creo siguen el ritmo de los cambios ocurridos en las universidades
con sinceridad que no deberíamos tener ningún documento norteamericanas, pero difícilmente expresen la realidad brasile-
de identidad, que no dice demasiado sobre nuestra individua- ña y, agregaria, latinoamericana. En la introducción de mi libro
lidad,. sino un "documento de diferencias", rico, complejo, in- O próximo eo distante:Japíio e a modernidade-mundo' digo que la no-
definido, capaz de revelar la diversidad de nuestros itinerarios ción de "estudios japoneses", conocida como japonología, sólo
a lo largo de la vida, y que sólo se cierre con nuestra propia tiene sentido cuando se aprecia la culturajaponesa desde el ex-
muerte. Pero si las representaciones sobre mi trabajo son dife- terior. Los japonólogos son investigadores, preferentemente
rentes "afuera" y "adentro" del Brasil, es probable que los luga- oriundos de Europa y los Estados Unidos, cuya intención es
res en que estas representaciones son acuñadas expresen algo comprender la realidad de un determinado país. Lo mismo pa-
acerca de la actividad intelectual que desarrollamos y presupo- sa con los brasilianistas y latinoamericanistas. Son personas que
nemos como dada, como objetivamente inmutable. Soy inca- se encuentran "fuera" del Brasil y de América latina, que traba-
paz de responder por completo a las preguntas que elaboró la jan generalmente en instituciones norteamericanas o europeas.
Universidad de Stanford. Muchas de las cuestiones tratadas me Pero ningún brasileño o latinoamericano se identificaria como
resultan relativamente distantes, tal vez por ser brasileño, lati- un brasilianista o un latinoamericanista, algo que sólo sucede
noamericano, lo que de cierto modo me aleja de la lógica del cuando emigran a una institución extranjera y se insertan en
campo universitario norteamericano. Consideraré los puntos otro mercado académico. En ese momento, su identidad profe-
que m~ parecen más relevantes, y quizá, con una mirada algo sional se alterará. Por eso, no hayjaponólogos en elJapón ni la-
extranjera, pueda contribuir al debate en cuestión. tinoamericanistas en América latina, sino sociólogos, economis-
Los estudios culturales no existen en el Brasil como una dis- tas, historiadores, etcétera. Desde el punto de vista interno, la
ciplina específica. Por cierto, el interés por lo que seproduce, realidad de las zonas geográficas tiene poca consistencia (in-
ya sea en Inglaterra, a través de la escuela de Birmingham, sea cluso teórica), y depende más de los influjos externos. A pesar
en los Estados U nidos, estudios literarios, posmodernidad, glo- de que la situación no sea exactamente la misma -los estudios
balización, está presente entre nosotros. Pero los términos del culturales no coinciden con una zona geográfica determina-
debate son otros. No sé si constituirán en el futuro una espe- da-, ocurre algo semejante, ya que el conocimiento está mar-
cialización académica ni sabría decir si eso sería realmente de- cado por la historia de los lugares en los cuales es producido.
seable. La verdad es que la institucionalización del conocimien- ¿Constituyen estos estudios una disciplina en particular? ¿Con-
to en la esfera de las humanidades se encuentra más o menos figuran un área específica de conocimiento? La respuesta pue-
d,efinida, constituida por disciplinas y algunas actividades espe- de ser eventualmente positiva cuando los consideramos en el
cíficas tales como comunicación y artes. Aun en los institutos y contexto de las universidades norteamericanas, pero negativa,
departamentos de letras, las divisiones tradicionales entre en- o al menos ambigua, si miramos hacia América latina. En lo
señanza e investigación parecen estar en vigencia sin mayores que concierne al Brasil, me parece que la penetración de los
problemas. Esto establece de inmediato un "adentro" y un "afue- estudios culturales se lleva a cabo por los márgenes, es decir,
ra", pues las preguntas sobre la posible relación entre "estudios para usar una expresión de Bourdieu, en la periferia del cam-
culturales" y "estudios literarios", el destino de los "estudios cul- po jerarquizado de las ciencias sociales, particularmente en las
turales", su politización o no, no son para nada universales. Éstos escuelas de comunicación (lo que demuestra por cierto el con-
194 Renato Ortiz Estudios culturales. fronteras y traspasos 195

servadurismo de disciplinas como la sociología, la antropolo- teras son necesarias para la existencia de un saber autónomo, in-
gía, la literatura). Sin embargo, ninguna de ellas se propone dependiente de las imposiciones externas (religión, ?olí~c~,
modificar su estatuto institucional. Se leen los textos, se culti- provincianismo local, sentido común). El enfoque multidiscipli-
van autores, sin que el concepto de "comunicación", como área narío no es por consiguiente un valor en sí mismo, sino un va-
específica de conocimiento o, si se quiere, de agregación de in- lor relacional (esto es, se establece en relación con las "verda-
tereses, se vea amenazado. des" de las disciplinas), y es necesario entonces vincularlo con
Los estudios culturales se caracterizan por su dimensión una cuestión anterior: en qué medida favorece o no la realiza-
multidisciplinaria, por la ruptura de las fronteras tradicional- ción más adecuada del propio pensamiento. Si los estudios cul-
mente establecidas en los departamentos y universidades. Éste turales proponen una solución multidisciplinaria, no es menos
es para mí un aspecto altamente positivo del proceso de reno- cierto que también pueden explorarse otras alternativas, por
vación de las ciencias sociales. No hay dudas de que el movi- ejemplo, el enfoque transdisciplinario. En este caso, los horizon-
miento de institucionalización del conocimiento durante el tes de las disciplinas surgen, no como un obstáculo que debe
siglo XX se encaminó muchas veces hacia una especie de for- abolirse, sino como punto de partida para un "viaje" entre sabe-
dismo intelectual, en el que las especialidades, las subdivisio- res compartimentados.
nes disciplinarias y temáticas (sociología rural, antropología de Puede explorarse el tema de las fronteras también desde
la familia, partidos políticos, etc.) , alimentadas sobre todo en otro ángulo. La comparación con los Estados Unidos es suge-
los momentos de celebración ritual, los grandes congresos aca- rente. Desde la década de 1920, con la Escuela de Chicago, la
démicos, implicaron la preponderancia de un saber fragmen- sociología conoce en los Estados Unidos un intenso movimien-
tado en relación con una visión más "globalizadora", "totaliza- to de institucionalización. Introduction to the Science of Sociology,
dora", de los fenómenos sociales (recuerdo que para Marcel de Park y Burgess, considerada la pequeña biblia de los soció-
Mauss la categoría de "totalidad" era fundamental en la cons- logos de Chicago, se publicó en 1921. La expansión de la ense-
trucción del objeto sociológico). No se puede decir que el pro- ñanza universitaria, la creación de departamentos e institutos
ceso de especialización haya sido enteramente negativo; de al- de investigación, multiplicarían los nichos institucionales e in-
guna manera posibilitó el análisis más detallado de ciertos centivarían el florecimiento de las diferentes áreas académicas.
"hechos", pero queda la impresión de que la fragmentación Ya en los años cuarenta, diversas escuelas de pensamiento
existente no favorece demasiado el perfeccionamiento del co- -funcionalismo, culturalismo- se presentan como referen-
nocimiento y de que se vincula más con los intereses de los gru- cias teóricas importantes en el campo intelectual norteameri-
pos profesionales que rivalizan por subsidios de investigación cano. En el Brasil, para emplear un término caro a la intelec-
y posiciones de autoridad en el campo intelectual. Sin embar- tualidad latinoamericana, la institucionalización de las ciencias
go, no se debe considerar la importancia de lo multidisciplina- sociales es "tardía". La "escuela paulista" de sociología, perso-
rio como algo idéntico al "fin de las fronteras". Caeríamos en nalizada en la figura de Florestan Fernandes, data de los años
la obviedad del sentido común que ha hecho alarde insistente- cincuenta. En ese momento existían por cierto otras discipli-
mente, ya en el ocaso del siglo XX, del "fin" de las ideologías, nas como la antropología, pero apenas de forma incipiente,
del espacio, del trabajo, de la historia. En este caso sería como des~rrolladas en puntos alejados y desconectados del país, y
sustituir una insuficiencia real por un falso problema. Las fron- practicadas por una cantidad bastante reducida de personas
196 Renato Ortiz Estudios culturales, fronteras y traspasos 197

(las ciencias políticas no existían aún como especialización). ¿El análisis de la cultura constituye un nuevo paradigma sis-
No hay que olvidar que el desarrollo de una red universitaria témico? Personalmente, no estoy convencido de que las ciencias
de enseñanza era, hasta la reforma de 1968, también muy limi- sociales operen con paradigmas, en el sentido que Kuhn le atri-
tado. En verdad, la institucionalización de las ciencias sociales buyó al término. Aun si se toma el concepto de una manera más
se consolida en los años setenta y ochenta con el surgimien- alusiva y abarcadora, como sinónimo de "referencia teórica». mis
to de un sistema nacional de posgrado (maestría y doctora- dudas persisten. Recuerdo que algunos años atrás tuvo lugar un
do) apoyado por los organismos de financiamiento federales debate semejante en relación con el área de comunicación.
(CAPES [Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de ¿Existe una "teoría de la información" distinta de las otras esfe-
Nivel Superior]' CNPq [Consejo Nacional de Desarrollo Cien- ras de conocimiento? ¿Son las escuelas de comunicación ellu-
tífico y Tecnológico]) yestaduales (FAPESP [Fundación de Apo- gar privilegíado de este "sistema epistemológíco"? El resultado
yo a la Investigación del Estado de San Pablo]). Un panorama de esta polémica, hoy apagada por el tiempo, no fue alentador.
que hace que el Brasil sea actualmente un país relativamente Me gustaria, sin embargo, retomar la cuestión, si es que la enten-
"privilegiado" en relación con sus vecinos, pues en ninguno de dí bien, a partir de una formulación distinta: actualmente, ¿la
ellos hubo un desarrollo tan intenso de las redes universitarias problemática de la cultura encierra algo cualitativamente dife-
de investigación. Al contrario de las dictaduras chilena, argen- rente respecto de las perspectivas trabajadas con anterioridad?
tina y uruguaya, los militares brasileños fueron "modernizado- Creo que sí. La tradición de las ciencias sociales, en sus diversas
res", es decir, impulsaron el crecimiento económico en los mar- ramas, confinaba la esfera de la cultura a ciertos géneros especí-
cos de una política autoritaria, lo cual tuvo consecuencias ficos: en la literatura, al debate estético; en la antropología, a la
importantes en la reestructuración de la uníversídad.f Con es- comprensión de las sociedades indígenas, el folklore y la cultu-
to quiero decir que, en un contexto de institucionalización res- ra popular; en la historia, a la reflexión sobre las civilizaciones
tringido, las fronteras entre disciplinas nunca lograron impo- (hoy revigorizada a partir de la globalización). Tanto en Euro-
nerse con la misma fuerza y rigidez que en los Estados Unidos. pa como en los Estados Unidos, la sociología, cuando se ocupa-
No hubo ni tiempo ni condiciones materiales para que esto ba del tema, lo restringía prácticamente a la esfera de la Kultur.
ocurriera. Sin duda, estas fronteras existen en las universidades La literatura y el arte disfrutaban entonces de un estatus privile-
yen los centros de investigación, pero son más porosas, fluidas, gíado. El debate sobre el surgimiento de la cultura de masas en
y permiten una interacción mayor entre los practicantes de las los Estados Unidos (años cuarenta y cincuenta) tomaba el uni-
ciencias sociales. Los pasajes de la filosofia a la sociología, de verso del arte como referencia obligatoria, ya sea para criticarlo
las ciencias politicas a la historia, de la antropología a la COmU- como "elitista" (los autores liberales vinculados a la idea de de-
nicación, de la sociología a la literatura, no son casos excepcio- mocracia de masas y al mercado), sea para valorizarlo (los frank-
nales, sino que constituyen más bien casi una regla del campo furtianos) como último refugío de la libertad espiritual. Se pue-
universitario. Tal vez por eso, el ensayo, como forma de apre- de aun decir que el análisis de los fenómenos culturales gozaba
hensión de la realidad, sobre todo en la tradición latinoameri- de un prestigio "menor" en el campo intelectual. Otros temas
cana hispánica, haya sobrevivido al proceso de formalización -partidos políticos, Estado, modernización, industrialización,
de las disciplinas, puesto que su propia naturaleza es no respe- urbanización- eran vistos como "más importantes" que los es-
tar la formalidad de los límites establecidos. tudíos referidos a la cultura popular, a las religiones, etcétera.
198 Renato ortiz Estudios culturales. fronteras y traspasos
199

Por cierto, la esfera de la "alta cultura" permanecía ilesa, ya que pero estoy convencido de que dificilmente este esp~c~o de con-
era considerada como algo aparte, lo que garantizaba su aura so- vergencia pueda circunscribirse a las fronteras canomcas de las
litaria. También en América latina, con las debidas proporcio- disciplinas existentes. •.
nes, se reprodujo este movimiento. Pero a diferencia de lo que Otro aspecto se relaciona con la problema~cad~l pod~r. Tra-
se dio en Europa y en los Estados Unidos, la asociación de la te- dicionalmente, las ciencias sociales han tendido a Identificarlo
mática cultural con el dilema de la identidad nacional ha sido con la política. Hay, evidentemen,te, excepcio~esque confirman
una preocupación permanente de la intelectualidad. En este sen- la regla; por ejemplo, la sociología de la religión de M~ Weber.
tido, los análisis realizados han traspasado los límites estableci- Sin embargo, el movimiento dominante en el pensamiento. so-
dos por las ciencias sociales europeas y norteamericanas. La cons- ciológico (en el sentido más amplio del término! fue la consld~­
titución de la nación implicaba una reflexión diferenciada. Sin ración del poder como algo preferentemente vinculado ~ uní-
embargo, en las transformaciones que tuvieron lugar en los años verso de la política. Por eso, temas como Estado, goblern~,
sesenta y setenta, con el proceso de institucionalización de las partidos, sindicatos, movimientos sociales se tornaron hegemo-
disciplinas, temas como desarrollo, modernización, transición nicos entre los científicos sociales. La cultura quedaba un tanto
democrática, dependencia, tendrán un poder de convocatoria al margen de todo ello. Otra vez, ante este cuadr.o, puede vers~
mucho mayor entre los científicos sociales y un público más am- a América latina de manera diferente, pero es Importante di-
plio. Es posible que la tradición marxista, tal vez de forma incons- mensionar las cosas para no caer en malentendidos. El dilema
ciente, haya desempeñado en esto cierto papel debido a que la de la identidad nacional llevó a la intelecmalidad latinoamerica-
noción de "superestructura", como reflejo o no de la "infraes- na a comprender el universo cultural (cultura nacional, cult~ra
tructura", atribuía una posición secundaria a las manifestaciones popular, imperialismo y colonialismo culmr::') com? alg? mtnn-
culturales. De cualquier manera, con excepción de la antropo- secamente vinculado a las cuestiones pohncas. Discutir sobre
logía culturalista norteamericana (confinada a los estudios de las " ultura" era de cierta forma discutir sobre política. El tema de
sociedades indígenas y campesinas y a la aculturación) y del de- la identidad encerraba los dilemas y las esperanzas referidos a la
bate sobre la cultura nacional en América latina, la esfera de la construcción nacional. Dicho esto, es importante sin embargo
cultura era considerada no como totalidad, sino de forma recor- cualificar el contexto en el cual se trababa el debate y señalar los
tada según los temas y las disciplinas. Los estudios literarios te- cambios ocurridos desde entonces. Primero, el surgimiento de
nían poco que ver con los análisis sociológicos, la antropologia una industria culmral, particularmente en un país co~~ el Bra-
dificilmente dialogaba con la dimensión "moderna" de la llama- sil ha redefinido la noción de cultura popular y despolitizado el
da "cultura de masas", y así sucesivamente. Actualmente, en con- d~bate anterior (he tratado este aspecto de manera exhaustiva. ~n
traposición a esta tendencia hacia la compartimentación del co- mi libro A moderna tradidio úrasileira). 3 Segundo, el Estado-naclOn
nocimiento, el universo de la cultura pasó a percibirse como una era el presup\lesto básico de la ar~ume.nta~~óndesarrolla~a.
encrucijada de intenciones diversas, como si constituyese un es- Tercero el movimiento de institucíonalízación de las clencla.s
pacio de convergencia de movimientos y riunos diferenciados: sociales' incluso restringido, con la especialización de las ~iscI­
economía, relaciones sociales, tecnología, etcétera. No creo que plinas incentivó la separación entre comprensión de la realidad
pueda existir, como se pensó en el pasado, una 'Teoría de la Cul- y a ctuació n política. Además, las transformaciones recientes
. des-
.•
tura" (intención algo ingenua de los antropólogos culturalistas), plazan la centralidad del Estado-nación y redefinen la situacron
200 Renato Ortiz Estudios culturales, fronteras y traspasos 201

en la cual se producen las ciencias sociales. Mucho de lo que se La reflexión sobre la cultura, en e! sentido amplio del tér-
define como "crisis política" se asocia con las restricciones im- mino, enriquece la comprensión de las relaciones sociales.
puestas a su actuación. A partir de! proceso de globalización, el Desplaza la mirada especializada y abre los horizontes de las
Estado-nación se debilita y se escinde e! eslabón, antes afirmado, disciplinas hacia un conocimiento más abarcador de la reali-
entre identidad nacional y lucha política. El desplazamiento del dad. Existen no obstante algunos problemas que merecen ser
debate, desde la identidad nacional hacia las identidades parti- señalados. Se trata de cuestiones antiguas en la bibliografía de
culares (étnicas, de género, regionales), refleja esa nueva ten- las ciencias sociales pero que, con el desarrollo acelerado de
dencia. Incluso en e! marco de los antiguos países "centrales" se los estudios culturales, no deben ser olvidadas. Pienso que e!
puede decir que también las instancias tradicionales de la polí- análisis cultural debe escapar de dos tentaciones constantes:
tica pierden legitimidad al definirse casi exclusivamente en tér- el culturalismo y el relativismo (en el pasado reciente existía
minos de las fronteras nacionales (el debate acerca de una posi- aún el "peligro" de! economicismo, pero creo que éste es un
ble "sociedad civil mundial" es un síntoma de eso). Otro cambio, aspecto, al menos por el momento, relativamente abandona-
que considero profundo, se relaciona con el modo en que co- do). La perspectiva culturalista tiende a enfocar la compren-
mienza a percibirse la esfera de la cultura. En América latina, co- sión analítica exclusivamente desde e! punto de vista cultural,
mo señalé antes, era vista como un espacio de acción política, dejando de lado un conjunto de dimensiones decisivas en la
pero no necesariamente, como entendemos hoy, un lugar de po- constitución de los fenómenos sociales: economía, política,
der. Así, las contradicciones existentes en el seno de las manifes- tecnología, etcétera. Cabe recordar que la antropología social
taciones culturales eran traducidas inmediatamente en análisis británica realizó muchas críticas a las insuficiencias de la pro-
y propuestas apropiados por las instituciones tradicionalmente puesta culturalista, Al reificar la noción de "cultura" se pierde
consagradas a "hacer política": gobierno, partidos, sindicatos, e! tejido de significados constitutivos de los fenómenos socia-
movimientos sociales. Creo que se hace cada vez más clara la dis- les. El relativismo, caro a una visión antropológica tradicional,
tinción entre poder y política, pues el poder, como algo inma- retorna con fuerza cuando nos enfrentamos con el proceso de
nente a las sociedades, a las relaciones sociales, no siempre se ac- globalización y la formación de identidades. Cada "diferencia"
tualiza como política. Existen por consiguiente mediaciones es vista como un mundo autónomo, un "universo" regido por
entre las manifestaciones culturales y las instancias propiamen- reglas propias, esto es, "relativa" en contraposición a las otras.
te políticas. Sin ellas se corre e! riesgo de "politizar" indebida- Se olvida que toda diferencia está construida socialmente, atra-
mente la comprensión analítica, dejando de lado aspectos im- vesada por relaciones de fuerza y, sobre todo, situada en con-
portantes, a veces definitivos, de la constitución de algunos textos bien determinados: imperialismo, capitalismo, globalis-
fenómenos sociales (estética, religión, etcétera). De cualquier mo, etcétera. El relativismo es en verdad una ilusión óptica:
manera, concebir la esfera de la cultura como un lugar de poder afirma de manera abstracta la total independencia de las "di-
significa decir que la producción y la reproducción de la socie- ferencias" cuando éstas son en verdad denegadas por la histo-
dad pasan necesariamente por su comprensión (lo que es dife- ria (las diferencias son jerarquizadas según las relaciones de
rente de la idea de "concientización", muy en boga en América fuerzas que determinan los intereses de los grupos sociales,
latina en los años cincuenta y sesenta). Dimensión que se acen- unos frente a otros).
túa en el contexto de la globalización.
202 Renato Ortiz

Notas

1 Renato Ortiz, O próximo e o distante:Japao e a modernidade-mundo, San Pa- Homenaje


blo, Brasiliense, 2000. [Lo próximo y lo distante: Japón y la modernidad-
mundo, Buenos Aires, Interzona, 2004.]
a Octávio lanni
2 Véase el capítulo "Notas sobre las ciencias sociales en el Brasil", en es-

ta misma obra.
s R. Ortiz, A moderna tradioio brasileira, San Pablo, Brasiliense, 1988.

No es fácil hacer este homenaje. Ianni, para mí Octávio, es


una persona muy familiar, un amigo, casi un hermano mayor.
No fueron exactamente los caminos institucionales los que nos
aproximaron, no fui ni su alumno ni su doctorando; el desti-
no hizo que nos cruzáramos, unidos por las mismas afinidades
electivas que inconscientemente compartimos. Me siento por
tanto halagado de haber sido escogido para esta misión, pero
un tanto preocupado, tal vez por temor a no cumplir comple-
tamente con el papel que se espera de mí. ¿Qué significa ho-
menajear a un colega cuando la Universidad de Campinas le
otorga el título máximo de profesor emérito? ¿Qué decir en
una ocasión como ésta? Ianni tiene una vasta obra y su mérito
en la formación de nuevas generaciones de científicos sociales
le asegura un lugar de relieve en la historia de las ciencias so-
ciales brasileñas. Pero ¿qué elegir de su rica, compleja, diver-
sificada trayectoria intelectual? ¿Su participación activa en la
204 Renato Ortiz Homenaje a Odávio lanni 205

llamada "Escuela de Sociología de la Universidad de San Pa- Pero ¿qué es lo que lleva a un autor a realizar una obra?
blo", su relación con Florestan Fernandes? ¿O los temas que ¿Cuál es el secreto de su inquietud? Ianni, casi dije Octávio, sue-
trabajó con seriedad y, particularmente, con originalidad: ra- le decir que todo científico social carga consigo un demonio.
cismo, cuestión nacional, Estado, partidos, América latina, Él dice que encontró el término en Max Weber. Tal vez. Lo que
agricultura, cultura, sociedad global? Son tantos los caminos, importa saber es que sin un demonio que nos mueva, no hay
que podría perderme en ellos. Dejo de lado esa maraña de hi- pensamiento original, no hay escritura creativa. No sé de dón-
los para privilegiar un aspecto de su itinerario, más precisa- de vienen los demonios. Pero todo intelectual, para realizarse
mente de su personalidad, y, quién sabe, responder a la pre- como tal, debe alimentarlo periódica y cariñosamente. Como
gunta sobre qué hace de Octávio, Ianni. los fieles del candomblé que, para conservar el axé,* la energía
El trabajo intelectual no siempre es algo simple. Requiere dis- vital, "dan de comer al santo". Frente a las amarguras de la vi-
ciplina y continuidad. Sólo cuando nos encontramos con alguien da, a la comercialización de las ideas, a la burocratización del
que ha realizado una obra a lo largo de su vida nos damos cuen- pensamiento, a la ideologización partidaria de los debates, al
ta de que la persistencia es fundamental. Lecturas, notas, inves- brazo arbitrario de la dictadura militar, Ianni supo "alimentar
tigaciones y, finalmente, la escritura llevan tiempo, consumen la cabeza", su movimiento interno permaneció intacto, íntegro.
energía. La elaboración de un libro, y Ianni tiene varios, impli- En diversas ocasiones, en distintas situaciones, con artificio in-
ca esfuerzo, una artesanía en la cual las palabras son labradas por telectual, logró driblar al tiempo, dejándolo estancado, sin es-
la voluntad y la atención constante. Todo libro tiene algo de pro- currirse. Creo que por eso Ianni cultiva un tema en particular:
yecto, en el sentido que Sartre daba a ese término, una acción el viaje. Como Simmel, entiende a la sociología como una aven-
desplazada hacia el futuro, en la que el individuo se realizaría tura, un desplazamiento que nos libera de los imperativos de
por completo. Un libro requiere trabajo; varios libros, varios tra- la realidad. Pero el viaje imaginado no es simplemente cami-
bajos, en plural, pues ninguno de ellos es equivalente, son todos nar en el espacio; es sobre todo una suspensión de la tempora-
distintos, son momentos diferenciados de la individualidad de lidad. En el viaje podemos colocarnos entre paréntesis, dejar
cada uno. Es importante valorizar el trabajo en su sentido pro- el mundo y sumergirnos en la vida abstracta de las ideas. Co-
fundo, trabajo no alienado, único, singular. Sobre todo en el mo se ve, los demonios siempre tienen algo de trascendencia.
mundo actual, en el que prevalece la cuantificación de las accio- Ianni es un intelectual que sorprende. Sus ideas tienen
nes, incluso en la universidad, donde el talento y la creatividad siempre algo de inédito, de inesperado. Temas, conceptos, pro-
ceden poco a poco el lugar a la idea de "productividad", último blemas, él los analiza más de una vez, pero de manera distinta,
criterio de evaluación de las instancias administrativas y de los como si cada momento le abriese los ojos para una lectura dife-
organismos de fomento a la investigación. Una obra es fruto de rente de las cosas. Tal vez ése sea el sino de todo intelectual. Pa-
un trabajo periódico, pero dificilmente pueda ser medida de ma- ra ser contemporáneo, él debe ser radical en el acto de pensar.
nera inequívoca. Podemosjuzgarla, apreciarla, criticarla. Con el Como el propio objeto sociológico es histórico, cambia de for-
tiempo, refutarla o revalorizarla, sin no obstante tener la certe- ma a lo largo de los años, los conceptos son infieles a sus oríge-
za de que nos encontramos frente a algo definitivamente acaba- nes. Por más abstractos que sean, se nutren del mundo. El dis-
do. Las sutilezas del texto y las lecturas futuras dejan siempre un
margen de incerteza y abren las puertas para otra interpretación. * El axées el fundamento mágico de la casa del candomblé. [T.]
206

tanciamiento, el viaje, es fundamental para toda elaboración


teórica, pero ese esfuerzo de trascendencia sólo tiene pleno
sentido cuando está referido al mundo inicialmente negado.
Por eso, lanni está atento a las cosas que nos circundan y de
ellas extrae la fuerza de su energía intelectual.

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