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Diferencia Entre Religión, Religiosidad y Espiritualidad PDF
Diferencia Entre Religión, Religiosidad y Espiritualidad PDF
La religiosidad.
Es la expresión comportamental de la persona creyente, de su sistema de creencias y culto.
La persona lo vive en lo social como un cuerpo de creencias, ritos, normas y valores que
rigen, o pretenden regir, la vida del sujeto religioso. Se expresa en credos y rituales.
La religiosidad puede vivirse de dos formas:
- ejercida como medio para acceder a la experiencia de lo divino. De esta manera
cumple su fin último que es la expresión y el desarrollo de la espiritualidad. El
religioso vive su religión y vivencia su fe como el valor más alto de su vida.
- Si la religiosidad se convierte en un fin en si misma, la experiencia de lo divino se
desvanece, y la religiosidad adquiere un carácter instrumental, y supersticioso, que
aleja al sujeto de lo espiritual. En este caso el religioso usa la religión en un sentido
estrictamente utilitario para ganar seguridad, posición social, u otras metas no
religiosas o anti-religiosas. (1).
La religiosidad no es sino el cascarón de la vida religiosa del creyente.
Lo que dota de realidad y sentido esencial a la vida religiosa del creyente es la
espiritualidad. Sin espiritualidad, la vida religiosa es sólo apariencia, máscara, vacío de lo
divino. (1).
La Espiritualidad.
La espiritualidad es percibida como una vivencia interna de sentirnos vivos. Muchas veces
caracterizada por un sentimiento de integración con la vida y el mundo; como un proceso
funcional dinámico, que se desarrolla en la singularidad del sujeto y posteriormente se
expresa en lo social. La espiritualidad nos permite sentir la vida, tanto en la vida individual
como en la comunitaria, como un todo lleno de sentido.
Puede manifestarse como: un ansia de Dios, como una búsqueda de lo sacro o divino;
como necesidades expresivas ligadas al arte; en diferentes actos creativos; o en la
necesidad del “encuentro” a través de la comunicación con otras personas; o la necesidad
del contacto con la Naturaleza. (4).
El Espíritu.
Es lo que, en el hombre, articulado con su cuerpo lo hace ser hombre. (5).
Definición de espíritu: es una fuerza inmaterial, simple (no múltiple, sin composición),
dinámica, inteligente, capaz de amar.
Etimológicamente, tanto en hebreo (Ruah), como en latín (Spiritus), como en griego
(Penuma), significa “soplo de aire”. Esta palabra expresa lo inmaterial y también el
dinamismo. De ahí que se recurra a ella para expresar realidades imperceptibles a los
sentidos.
El espíritu presentifica.
Trae a la presencia lo que estaba ausente.
Lo iluminado viene a la presencia; en lo oscuro estaba ausente, con la luz se nos hace
presente. Descubrimos también la oscilación entre presencia y ausencia, la presencia en
la ausencia y la ausencia en la presencia.
El espíritu vincula al ser humano, con los otros y con el mundo, de una manera particular,
provoca encuentros. Al asumir la relación entre presencias, hace que también nosotros nos
volvamos más presentes. Cuanto más alta es la cualidad de lo iluminado, más profundos se
vuelven los encuentros y mayor resonancia adquieren las presencias. (5).
La palabra Vida la tomamos en su sentido más amplio como aquel principio dinámico que
promueve todos los contenidos que se dan dentro de ella: biológicos, psicológicos,
espirituales, personales, culturales, sociales, etc.
La vida es la necesidad más elemental y básica para que se den todas las demás
capacidades. Solo existimos viviendo.
La unión de nuestra alma, nuestro espíritu y nuestro cuerpo hace que estemos “en vida” y
que vivamos al modo humano, es decir, que existamos en el mundo y que aspiremos a ser
libres.
A la vida se la siente. La conciencia que tenemos de nuestra vida no es la conciencia de una
cosa sino la conciencia de nosotros mismos. (5)
Somos una totalidad viviente. La vida es la unidad que circula entre nuestras diferentes
funciones. Podemos tener diversas partes del cuerpo pero la vida no se la puede dividir en
partes.
Podemos considerarla como la unidad indivisible de una organización que nos sorprende
y nos maravilla a la vez porque parecería que tiene una sabiduría que ella misma ignora.
En medicina se dice que la función hace al órgano. La vida aparece como una unidad
organizada de todas las funciones y de todos los órganos, con el equilibrio capaz de generar
respuestas a los diferentes problemas que se le presentan, según su finalidad última que es
el permanecer en vida.
El hecho de ser cuerpos en vida nos determina en un tiempo ligado a la evolución y en un
espacio ligado a nuestra capacidad de desarrollo y movimiento.
Entonces la vida se presenta como unidad de crecimiento, con sus etapas de nacimiento,
infancia, adolescencia, juventud, adultez, vejez. Ella es la que mantiene el orden en el
espacio y en el tiempo
La vida edifica, produce vida, mientras que la voluntad solo produce cosas. Esto es una
gran humillación para la voluntad humana que quisiera ser omnipotente.
Por otra parte, también la razón se siente humillada. Pensamos desde la duda, y dudar y
sospechar es ya asumir una imposibilidad; la imposibilidad de ver claro, de comprenderlo
todo, de no equivocarnos. (5)
Las tres dimensiones del ser humano.
Habría tres componentes principales en el ser humano:
- El cuerpo.
- La psiquis, con su sistema de creencias.
- La fuerza vital o espíritu.
Este poder gobierna al universo entero.
Ha sido llamado chi en China; ki, en el Japón; prana, en la India; soplo de vida, por los
hebreos; Verbo, por los cristianos. (6)
Se emplean estos términos para expresar el principio creativo que da existencia a todas las
cosas, principio que todo lo contiene y lo mantiene, que conecta todo y que siempre
existió.
Para desarrollar nuestra vida espiritual contamos con cualquier actividad que promueva la
expresividad y el autoconocimiento; actividades contemplativas en la Naturaleza;
actividades artísticas; Yoga; Tai Chi; etc. o bien prácticas espirituales específicas como la
meditación, la contemplación, la oración y el culto. (6).
Surge en Estados Unidos al término de la segunda Guerra Mundial, en las décadas de los
50 y 60. En la década de los 70, este enfoque llegó a Alemania y a otros países de Europa.
También llamada tercera fuerza de la psicología junto a la primera fuerza (el psicoanálisis)
y la segunda fuerza (el conductismo).
Durante el dominio nazi, muchos europeos inmigraron a los EEUU. Entre ellos, se
encontraban varios psicólogos existencialistas, los cuales aportaron muchas ideas para el
desarrollo de la tercera fuerza de la psicología, que más tarde se difundió por Europa y
otras partes del mundo.
Muchas personas quedaron devastadas tras sufrir los horrores de la guerra y muchos se
sintieron prisioneros de un sistema con el que no estaban de acuerdo. Psicólogos y
filósofos existencialistas le devuelven la libertad al individuo; es decir, después de los
problemas que la humanidad adquirió a raíz de la primera Guerra Mundial, los
existencialistas ven a la persona libre. Después de dos guerras mundiales, el mundo
occidental, inmerso en una oleada de crecimiento económico y bienestar social,
experimentaba desde dentro una revolución de sus costumbres y aspiraciones. El cuerpo,
sometido en las décadas anteriores a la represión sexual y militar, se rebelaba, libre de
tabúes, deseoso de nuevas estimulaciones sensoriales internas y externas. Las personas
podían encontrarse libremente, conocerse y amarse, más allá de las divisiones raciales,
políticas y de clase.
La gran mayoría de los psicólogos y psiquiatras del enfoque humanista consideran que el
hombre busca autorrealizarse y tiende al crecimiento. Consideran que la propia persona
debe “tomar las riendas de su propia existencia”, tomar decisiones y hacerse responsable
de éstas.
El psicoterapeuta humanista ayuda a la persona a auto-explorarse, pero no toma las
decisiones por ella ni le soluciona directamente los problemas.
Ayuda a la persona a que se responsabilice de la toma de sus decisiones y a que sea ella la
que dirija su propia existencia y que se libere de toda clase de ataduras.
Psicoterapia Humanista.
La psicoterapia humanística tiene sus raíces filosóficas en el existencialismo, destacando
la significación yo-tú como un encuentro, donde tanto el “terapeuta” como “el cliente”
pueden describirse profundamente a sí mismos, sin que exista manipulación de uno sobre
otro.
“El terapeuta debe tener una profunda actitud humanista”. Además del conocimiento
y la capacitación en las destrezas necesarias para ayudar a las personas, el terapeuta debe
tener en cuenta que es un ser humano ante todo y como humano tiene sentimientos,
cualidades y defectos, se equivoca y sabe reconocer sus errores.
“En la medida en que el terapeuta esté realmente viviendo cada momento, de una manera
congruente consigo mismo, podrá ser un modelo vivo y no de “apariencia” para sus
clientes”.
Se ocupa de lo esencial del ser humano como es el amor, la creatividad, los valores, la
autonomía, la conciencia, los sentimientos, el trabajar con un propósito, la autorrealización,
etc. No se dedica solamente al estudio de las funciones del hombre, perdiendo de vista al
hombre mismo.
La Psicología Humanista, más que una escuela, es una nueva orientación hacia la
psicología, un modo de pensar sobre el hombre.
No tienen una ideología básica común, pero tanto ellos como los demás psicólogos
humanistas simpatizan o comparten muchas posiciones sostenidas por la Psicología de la
Gestalt, la Psicología Adleriana, la Jungiana, la Neo-Freudiana, la Psicología del Yo, la
Fenomenología, La Existencial, la Self-Theory, la Transaccional y la Proactiva.
Abraham Maslow es considerado generalmente el inspirador de la psicología humanista,
sin embargo, él mismo nos recuerda que el movimiento de la Psicología Humanista “no es
obra de un solo líder sino de muchas personas”, como Erich Fromm, Kurt Goldstein,
Karen Horney, Gordon Allport y Henry Murray entre sus antecesores y Carl Rogers,
Rollo May, Gardner Murphy, Erik Ericsson, Viktor Frankl, Fritz Perls, Erick Berne,
entre sus contemporáneos.
Abraham Maslow nació en Nueva York en 1908. Hijo de una familia de inmigrantes
judíos.
Cuando existe frustración, cuanto más bajo sea el nivel en que se dé, más primitivos serán
los comportamientos tendientes a satisfacerlos. Si hubo traumas más intensos previos (por
ejemplo, hambre persistente, humillaciones), habrá una fijación por la cual el individuo
tenderá a regresionar a ese nivel, insistiendo en resolver un pasado sin lograrlo, en vez de
despedirse de él, “cambiando su historia”. La hipersensibilidad a lo material (avaricia,
ambición desmedida de lucro) se explica así, y del mismo modo las exageraciones de
motivación para los estratos ascendentes. (8)
5. Autorrealización;
4. Ego-status / reconocimiento;
3. Pertenencia;
2. Seguridad;
1. Básicas.
La Psicoterapia Gestáltica.
Esta consiste en atender a otro ser humano en la forma que le permita ser lo que realmente
es. Es una terapia existencialista, que se ocupa de los problemas provocados por nuestra
aversión a aceptar la responsabilidad de lo que somos y de lo que hacemos.
Fritz Perls (1893 – 1970) figura como el fundador de la Terapia Gestalt. Su opinión es
que la persona media puede temer a la vida y a experimentar el aquí y ahora; debido a
esto, suele vivir principalmente en el pasado, mediante los recuerdos obsesivos, y en el
futuro, con la expectativa ansiosa de la catástrofe.
Este enfoque tiene una premisa: una visión del hombre como un organismo básicamente
digno de confianza. Existe en el hombre una tendencia natural al desarrollo completo. El
término que ha sido más usado para designar este hecho es la tendencia actualizante (base
sobre la cual está construido el enfoque centrado en la persona), y es algo que está presente
en todos los organismos vivos.
La tendencia a la auto actualización es una tendencia natural que mueve al ser humano
al crecimiento, maduración y enriquecimiento vital, necesitando para ello que el medio le
ofrezca un clima psíquico y físico adecuado para no agotarse.
El individuo tiene dentro de sí muchos recursos para entenderse a sí mismo, para modificar
su autoconcepto, sus actitudes y su conducta autodirigida, y estos recursos pueden ser
sacados si se provee de un definido clima de actitudes psicológicas facilitadotas.
Las tres actitudes o comportamientos básicos, facilitadotes del proceso, y que todo
psicoterapeuta humanista debe tener son:
- la autenticidad o congruencia,
- la aceptación incondicional y
- la empatía.
Cuando el psicoterapeuta percibe y acepta al cliente tal cual es, cuando deja de lado toda
evaluación y entra en el marco de referencia perceptual del mismo, lo libera para que
explore nuevamente su vida y su experiencia, lo libera para percibir en esa experiencia
nuevos significados y nuevas metas. La actitud positiva incondicional puede ser descrita
como un acto de manifiesto interés y aprecio por todo lo que la persona es, por todas sus
conductas y por su comunicación.
Carl Rogers en su libro “El proceso de convertirse en persona”, dice que la psicoterapia
centrada en la persona produce muchos cambios: el individuo modifica su manera de elegir
y establecer valores; enfrenta la frustración con menos tensión fisiológica y cambia su
manera de percibirse y valorarse. La teoría de la psicoterapia centrada en la persona postula
que los cambios operados en el interior del individuo durante el tratamiento le permitirán,
una vez finalizado éste, conducirse de manera menos defensivas y mas socializada y acepta
la realidad en sí mismo y en el medio social que lo rodea, todo lo cual demuestra que su
sistema de valores se ha socializado. Esto significa que adoptará conductas mas maduras y
que tenderán a desaparecer las actitudes infantiles. El proceso del cliente está en
reciprocidad con las actitudes del terapeuta.
Logoterapia.
Fue fundada por el psiquiatra y neurólogo vienés Viktor Frankl (1905-1997); es una
terapia cuyo eje fundamental es la teoría del sentido de la vida. Ayuda a los pacientes a la
búsqueda del sentido de la vida.
Viktor Frankl sostiene que “la libertad espiritual, que es lo único que no se nos puede
arrebatar, es lo que hace que la vida tenga sentido y propósito”. Esto hace que el
hombre logre sobrevivir a las más duras pruebas que la vida nos pone y a seguir adelante
buscando la superación personal.
Víktor Frankl, para definir su teoría emplea el término logoterapia. Toma del griego la
palabra “logos” que equivale a “sentido; significado; propósito”, así logoterapia es igual a
terapia del sentido (de la existencia).
Esta terapia humanista tiene sus bases filosóficas en el existencialismo.
Frankl dice que la frustración existencial se da cuando se frustra el deseo de sentido para
el hombre; es el sentimiento de que sus vidas carecen total y definitivamente de sentido.
Lo que al hombre debería importarle es el significado concreto de su vida en un momento
dado; su propia misión que cumplir, su cometido, teniendo en cuenta que su tarea es única
como única es su oportunidad para construirla.
El sentido de la vida siempre está cambiando pero nunca cesa.
Búsqueda del significado.
El ser humano está dirigido hacia algo más que sí mismo, es decir a los significados de
realización o a encontrarse con otros seres humanos a quien amar. Según Frankl un
humano es humano cuando se pasa por alto a sí mismo, ofreciéndose a una causa a la cual
servir o a otra persona a la que amar.
La felicidad no es sólo el resultado de encontrar un significado, sino también el efecto
colateral, la autotrascendencia.
El análisis fenomenológico revela que hay tres caminos principales:
El Análisis Transaccional creado por Eric Berne (1910 – 1970) en los años 50, en EEUU
se apoya en bases humanísticas poniendo énfasis en la auto determinación y en la
responsabilidad personal. Se afirma en una filosofía positiva y de confianza en el ser
humano. Cree que las personas nacen bien, con capacidad para lograr éxito y satisfacción a
menos que sufran afecciones orgánicas graves. (8)
Afirma que todos nacemos bien, con iguales valores y derechos. Sostiene que la mayoría
de las enfermedades dependen de fallas educativas que pueden ser re-aprendidos.
Afirma que todos valemos como seres humanos.
Da trascendencia al contacto Yo – Tú entre los seres humanos y tiene en cuenta la
influencia del entorno, como moldeador de la conducta humana especialmente en la
infancia. Destaca la importancia de los sistemas sociales en la determinación de la
conducta aquí y ahora. (8).
Con respecto al estado del Yo Niño son fundamentales los permisos dados para expresar
emociones auténticas, su espontaneidad, el desarrollo de su creatividad, todo tipo de
actividad expresiva, y las posibilidades de “encuentro” con los otros favoreciendo los
momentos de intimidad.
Progresivamente y más aún si la persona realiza prácticas espirituales, se irá fomentando el
sistema de conductas positivo con los Estados positivos del Yo (PC+; PN+; A+; NL+;
NS+; NR+)
En cuanto a los Refuerzos sociales o Caricias o sea los estímulos sociales dirigidos de un
ser vivo a otro ser vivo, que reconocen la existencia de éste. (8).
Ya por su sola definición las “Caricias” representan un recurso que promueve y alimenta
la propia existencia. La necesidad de caricias en los seres humanos es tan importante como
la comida o el aire que respiramos. Por ende el AT estudia las leyes de intercambio de las
mismas y cómo influyen en la determinación de la conducta.
Las Caricias adecuadas incondicionales (positivas y negativas) y las adecuadas
condicionales (positivas y negativas) son necesarias para una comunicación honesta y
congruente. Esto también favorece el desarrollo de nuestra espiritualidad.
Como así también las leyes de Intercambio adecuado de Caricias: de abundantes
Caricias positivas; acepte las caricias positivas que merezca; pida las caricias que necesite;
dése las caricias positivas que merezca; rechace las caricias inadecuadas, devuelva
adecuadas. (8).
Las personas que estimulan, por cualquiera de los medios explicados su espiritualidad
tienden a Estructurar su Tiempo evitando cada vez más los juegos psicológicos.
Prevalecen el aislamiento, la actividad y la intimidad. Como así también los rituales, en las
personas religiosas. El Aislamiento tiende a ser usado para las prácticas espirituales, como
así también para tareas intelectuales o creativas.
En cuanto a las Emociones, a medida que practicamos alguna actividad que desarrolle
nuestra espiritualidad, se irá fortaleciendo la expresión de “emociones auténticas”. Y se
irán desvaneciendo los “rebusques”. En primer lugar debido a los permisos para expresar
nuestras emocionas auténticas, al sentirnos valorados y queridos tal cual somos. Y en
segundo lugar, porque la práctica de auto conocimiento nos ejercita en ir corrigiendo todo
tipo de descalificación que afecte nuestro pensamiento.
Juegos Psicológicos.
La integración de la espiritualidad en nuestras vidas promueve, naturalmente, que la
persona sostenga una comunicación A-A y N-N
Los juegos psicológicos van siendo abandonados naturalmente.
Este instrumento nos permite evaluar el sistema de creencias compartido por la familia o
grupo de pertenencia y a su vez promover que las necesidades familiares se encuentren
satisfechas.
Conclusión.
El Análisis Transaccional es una escuela psicológica con bases humanísticas que pone
énfasis en la auto determinación y en la responsabilidad personal.
Se afirma en una filosofía positiva y de confianza en el ser humano.
Focaliza su atención en la experiencia humana.
Valoriza las cualidades humanas como la elección, la creatividad, la valoración y la
autorrealización.
Realza la dignidad y valor del ser humano y se ocupa del desarrollo del potencial inherente
a cada persona.
Todos estos enunciados se enraízan en el valor de la propia vida, del ser, de nuestra
espiritualidad.
El Análisis Transaccional es, tal vez, la escuela psicológica que más herramientas aporta,
para integrar nuestro psiquismo con nuestra espiritualidad.
Bibliografía.