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En el motor de combustión interna, el pistón se encuentra ubicado dentro del cilindro del
bloque, cuyas paredes le restringen el movimiento lateral, permitiendo solamente un
desplazamiento lineal alternativo entre el punto muerto superior (PMS) y el punto muerto
inferior (PMI); a dicho desplazamiento se le denomina carrera.
Tanto el movimiento del pistón como la presión ejercida por la energía liberada en el
proceso de combustión son transmitidos por la biela al cigüeñal. Siendo este el último un
eje asegurado por los apoyos de bancada al bloque del motor, y con unos
descentramientos en cuales se apoyan las bielas, que permiten que el movimiento lineal
del pistón transmitido por la biela se transforme en un movimiento circular del cigüeñal.
Normalmente las válvulas de escape son aleadas con cromo con pequeñas adiciones de
níquel, manganeso y nitrógeno, para incrementar la resistencia a la oxidación debido a las
altas temperaturas a las que trabajan y al contacto corrosivo de los gases de escape.
EL CICLO DE CUATRO TIEMPOS
Los motores de combustión interna trabajan con base en un ciclo de cuatro tiempos, con
combustible gasolina o gas, o el ciclo termodinámico de Diesel (con combustible
A.C.P.M.). Por lo tanto, su eficiencia está basada en la variación de la temperatura tanto
en el proceso de compresión isentrópico1, como en el calentamiento a volumen o presión
constante.