Está en la página 1de 11

CAPÍTULO 10

Trastornos de los lípidos


en la obesidad
MANOJ WICKRAMASINGHE, MBBS  • 
JOLANTA U. WEAVER, MRCS, FRCP, PHD, CTLHE

INTRODUCCIÓN son insolubles en la sangre y se empaquetan en lipo­


La obesidad coexiste con numerosas morbilidades y, proteínas, que transportan a los lípidos en la sangre.
presuntamente, el aumento del riesgo cardiovascular Las lipoproteínas se clasifican según su densidad y su
es la más significativa. Un componente fundamental tamaño.
de este aumento del riesgo es la dislipidemia, la cual se Para comprender la patogenia de la adiposidad y del
asocia a la adiposidad1. Desde un punto de vista históri­ metabolismo lipídico, es imprescindible comprender
co, solamente se reconocía el papel del tejido adiposo el metabolismo normal de los lípidos. Para lograrlo resulta
como sistema de almacenamiento de energía en forma de utilidad explorar tres vías clave: el componente de la
de lípidos; sin embargo, los avances de las dos últimas dieta, el componente endógeno y, finalmente, la vía de
décadas han identificado que se trata de un órgano endo­ transporte inverso del colesterol.
crino con numerosas acciones diferentes: una de ellas es
el mantenimiento fisiológico de los triglicéridos (TAG) Vía exógena
y de los ácidos grasos libres (AGL)2. Tras la digestión y la absorción de las grasas de la dieta,
Se ha demostrado que la obesidad, y en especial el los TAG y el colesterol se combinan con proteínas y fos­
incremento de la adiposidad visceral, aumenta la canti­ folípidos para formar quilomicrones en la capa epitelial
dad de AGL en la circulación, generando de este modo del intestino delgado5. Estos quilomicrones se absorben
lipotoxicidad en otros órganos, como el hígado y el después hacia el sistema linfático, desde donde entran a
músculo3. Además, es bien conocido el nexo entre la la circulación a través del conducto torácico. Desde aquí
dislipidemia y, específicamente, la elevación de las lipo­ son transportados al resto del cuerpo para almacenarse
proteínas de baja densidad (LDL), los TAG y la reducción en el tejido adiposo. La LPL endotelial escinde los TAG
de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), con el desa­ de los quilomicrones para formar AGL y glicerol, que
rrollo de aterosclerosis y la consiguiente enfermedad puede entrar en el músculo esquelético y en el tejido
cardiovascular (ECV)4. adiposo, dejando atrás a restos de los quilomicrones que
Dados los efectos adversos conocidos de la dislipide­ son reciclados en el hígado (v. fig. 10.1).
mia, resulta crucial que podamos medir con precisión
los valores de los lípidos, y más específicamente de las Vía endógena
fracciones aterogénicas. En este capítulo nos centrare­ Las VLDL se sintetizan en el hígado y se liberan a la
mos en la medición de los lípidos en la obesidad y los circulación sistémica. En los tejidos, la LPL escinde los
biomarcadores lipídicos óptimos que debemos vigilar. TAG de las VLDL para liberar ácidos grasos, que son
Durante mucho tiempo se ha propuesto a la pérdida de captados por los miocitos con fines energéticos, o por el
peso como uno de los tratamientos para la dislipidemia; tejido adiposo para su almacenamiento. A medida que
en este capítulo describiremos los diferentes efectos del la LPL escinde a los TAG, aumenta la concentración de
peso sobre los perfiles lipídicos. colesterol en el interior de la lipoproteína y se convierte
en una lipoproteína más pequeña y más densa llamada
«lipoproteína de densidad intermedia (IDL)»; la acción
METABOLISMO NORMAL DE LOS LÍPIDOS de la LPL puede continuar para formar LDL, una partí­
El metabolismo de los lípidos consta de una serie de cula más pequeña y densa que las IDL.
enzimas clave y de fracciones lipídicas y lipoproteínas.
Entre ellas destacan la lipoproteína lipasa (LPL), los TAG, Transporte inverso del colesterol
el colesterol, las HDL, las LDL, las lipoproteínas de muy Supone el movimiento del colesterol desde tejidos peri­
baja densidad (VLDL) y los quilomicrones. Los TAG féricos no hepáticos de vuelta al hígado. Está regulado
son el constituyente más importante de los lípidos de fundamentalmente por el transportador cassette de
la dieta y su función principal es actuar como reservorio unión al ATP en las HDL, lo que permite la transferencia
energético, almacenado en los adipocitos. Los lípidos del colesterol a las HDL.

© 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos 99


Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
100 Parte III  Comorbilidades en la obesidad

FIG. 10.1  Metabolismo de los lípidos. Resumen de las tres vías clave del metabolismo de los lípidos:
vía exógena, vía endógena y transporte inverso del colesterol. (A) Vía exógena: acción de la lipoproteína
lipasa (LPL) sobre los quilomicrones para formar ácidos grasos libres (AGL). (B) Vía del transporte inverso
del colesterol: acción de la lipoproteína de alta densidad (HDL) para recolectar colesterol periférico.
(C) Vía endógena: papel de la LPL para escindir a las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) para formar
lipoproteínas de densidad intermedia (IDL) captadas por el hígado, o lipoproteínas de baja densidad (LDL)
y AGL.

PAPEL DE LOS ÁCIDOS GRASOS LIBRES inducida por los lípidos en el músculo esquelético 7.
El término AGL no se refiere a su estado en la sangre, ya Normalmente, la insulina regularía al alza a la LPL e
que la mayoría de los AGL están unidos a la albúmina, inhibiría a la lipasa sensible a hormonas; esto tiene el
sino que hace mención al hecho de que no están este­ efecto combinado de atrapar a los ácidos grasos en el
rificados. Así pues, algunos han preferido el término interior de los adipocitos. En un estado de resistencia
ácidos grasos no esterificados (AGNE). Hay un flujo a la insulina, ambas acciones están amortiguadas,
continuo de AGNE que entran y salen del tejido adiposo. con lo que aumentan los valores de lípidos pospran­
En la obesidad, el grado de AGNE en la circulación es diales y los de AGL3. Este aumento de los valores de
elevado por la mayor liberación desde el tejido adiposo AGL promueve la producción hepática de VLDL y TAG
y la resistencia a la insulina asociada. Esta elevación de (v. fig. 10.2).
los AGNE es crucial para el desarrollo de la dislipidemia
aterogénica.
El aumento de AGNE en la circulación puede causar PAPEL DE LA DISTRIBUCIÓN
un incremento de la captación en tejidos no adiposos, DE LA GRASA
como el hígado (causando hepatoesteatosis, un hallazgo A lo largo de los años, los estudios se han centrado
habitual en la obesidad). Además de los efectos sobre en el nexo entre la distribución de la grasa corporal y
los tejidos no adiposos, el aumento de AGNE en la cir­ su relación con procesos comórbidos. Hay una gran
culación ejerce un efecto directo sobre el perfil lipídico cantidad de información incuestionable que demuestra
al incrementar la secreción hepática de VLDL6. la existencia de una correlación significativa entre la
adiposidad visceral y la dislipidemia8. Se han propuesto
varios métodos para medir la adiposidad visceral. Uno
PAPEL DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA ha sido utilizar el perímetro cintura/cadera o cociente
La dislipidemia tiene un efecto sobre la resistencia a cintura/cadera (CCC), que se supone que proporciona
la insulina e igualmente, un estado de resistencia a la un mejor indicador de la adiposidad abdominal vis­
insulina ejerce un efecto sobre los lípidos. Antiguamen­ ceral. De hecho, los estudios han demostrado que el
te estaba bien documentada la resistencia a la insulina CCC guarda más relación con las complicaciones meta­

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Capítulo 10  Trastornos de los lípidos en la obesidad 101

FIG. 10.2  Efecto de la resistencia a la insulina sobre el metabolismo de los lípidos. Interrelaciones
entre la reducción de la lipoproteína lipasa (LPL) y el aumento de la lipasa sensible a hormonas (HSL)
en el estado de resistencia a la insulina. La resistencia a la insulina aumenta subsiguientemente
a la liberación de ácidos grasos libres (AGL), lo que promueve que el hígado produzca triglicéridos (TAG)
y lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL).

bólicas de la obesidad que el IMC9. Sin embargo, se del TAP da lugar a un mayor aclaramiento de los TAG.
han identificado varias limitaciones para la aplicación Se ha propuesto que la hipertrigliceridemia residual es
del CCC, como su incapacidad para distinguir entre la uno de los motivos de que sigan ocurriendo incidentes
grasa abdominal subcutánea y la grasa visceral10. Por cardiovasculares en pacientes tratados con estatinas15. El
dicho motivo, se ha sugerido que el CCC debería usarse incremento de actividad del TAP puede considerarse una
junto con el IMC para establecer mejor la adiposidad diana terapéutica para la dislipidemia aterogénica. Los
aterogénica del paciente. estudios han demostrado un aumento de la actividad de
En los últimos años, la determinación mediante la grasa parda en adultos que se exponen a temperaturas
absorciometría dual de rayos X (DEXA) se ha convertido frías16.
en el método de referencia para evaluar la distribución Desde el descubrimiento del TAP en los adultos, han
de la grasa corporal11. Sin embargo, actualmente no hay florecido los estudios experimentales para comprender la
muchos centros por el mundo que ofrezcan de rutina regulación del TAP y las células precursoras. En algunos
la medición mediante DEXA. En el futuro, la medición ya se han identificado dianas farmacéuticas potenciales
combinada mediante la DEXA y el CCC podrá estratificar para activar al TAP, aparte de sugerir el potencial del ais­
mucho mejor el riesgo de los individuos, que solamente lamiento de las células progenitoras en los pacientes y
con el IMC3. tratarlas ex vivo con factores que estimulen al TAP, tras­
plantándolas más tarde de vuelta17.
Dado lo reciente del descubrimiento del TAP en los
PAPEL DE LA GRASA PARDA adultos y su potencial como diana terapéutica para la
El tejido adiposo pardo (TAP) es ubicuo en los obesidad, aún se sabe poco sobre la eficacia, la seguridad
recién nacidos y desempeña un papel importante y el sentido práctico de estos tratamientos farmacéuti­
en la termogénesis. Antiguamente se pensaba que la cos y ex vivo. No obstante, el TAP sigue siendo una pers­
grasa parda desaparecía en los seres humanos tras pectiva apasionante para acometer la obesidad y sus
la infancia. La primera sugerencia de que el TAP estaba procesos mórbidos asociados.
presente en los adultos surgió en el año 2003, cuando
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

estudios clínicos mediante tomografía de emisión


positrónica (PET) con fluorodesoxiglucosa detecta­ MONITORIZACIÓN DE LOS VALORES
ron una captación que, mediante las exploraciones DE LÍPIDOS EN LA OBESIDAD
con PET y TC, fue identificada como TAP 12. Desde Hay un debate en marcha acerca de la monitorización
entonces, sus efectos sobre los lípidos han recibido un de los lípidos en la obesidad para obtener informa­
gran interés. Los estudios previos han recalcado que ción diagnóstica. Tradicionalmente, el cálculo de los
la prevalencia del TAP es baja (5-10%); sin embargo, valores de las LDL en ayunas ha sido el marcador lipí­
una estimación crítica reciente comprobó la sensibi­ dico fundamental usado para la predicción del ries­
lidad, la capacidad de reproducción y la precisión de go cardiovascular. Hay una gran cantidad de estudios
la PET-TC, cifrando la prevalencia verdadera del TAP experimentales que respaldan el nexo del colesterol
en un 64%13. LDL y la ECV. Se han usado otros parámetros, como el
Un estudio reciente concluyó que el TAP activo es colesterol HDL, que se asocia a efectos cardiovasculares
un factor protector independiente para la ECV 14. Los beneficiosos, el colesterol total, el colesterol no HDL y
estudios han demostrado que el aumento de actividad los valores de TAG.

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
102 Parte III  Comorbilidades en la obesidad

FIG. 10.3  Tamaño y concentración de las partículas de baja densidad (LDL). La misma concentración
de colesterol LDL puede tener composiciones diferentes del tamaño y del número de partículas de las LDL.
Las partículas de mayor tamaño se conocen como patrón A, y las partículas más pequeñas y más densas
se conocen como patrón B, como han descrito otros autores. (Datos de Austin M, King M, Vranizan K,
Krauss R. Atherogenic lipoprotein phenotype. A proposed genetic marker for coronary heart disease risk.
Circulation. 1990;82(2):495-506. http://dx.doi.org/10.1161/01.cir.82.2.495.)

Número de lipoproteínas de baja densidad sobre otros biomarcadores y otros no han observado
y apolipoproteína B (Apo-B) diferencias21-23. Sin embargo, el número de partículas
frente al colesterol de lipoproteínas de LDL puede resultar particularmente útil en presen­
de baja densidad cia de síndrome metabólico, y hay una discordancia
Como ya hemos comentado antes, el efecto global de entre el colesterol LDL y la Apo-B.
la obesidad sobre los lípidos es aumentar las concen­ En términos de peso corporal, la American Associa­
traciones de LDL, VLDL e IDL densas y pequeñas y dis­ tion of Clinical Endocrinologists utiliza un IMC mayor
minuir las concentraciones de HDL. Estos cambios, y de 25 para el diagnóstico de síndrome metabólico.
específicamente el incremento en las partículas de LDL Sin embargo, el síndrome metabólico tiene varios
densas y pequeñas, suponen que una prueba de coles­ componentes y las diferentes directrices señalan dis­
terol LDL puede ser incapaz de capturar por completo tintos criterios diagnósticos. Cuando hay un síndrome
un aumento en el número de partículas aterogénicas18. metabólico, se ha demostrado que al usar solamente
Así pues, durante muchos años se ha formulado la el colesterol LDL se infravalora el riesgo de ECV 24,25.
hipótesis de que las apolipoproteínas, que propor­ Esto sugiere que, en el síndrome metabólico, donde la
cionan un mejor cuadro de las lipoproteínas totales, determinación aislada del colesterol LDL puede infra­
poseen una mayor utilidad como índice proaterogénico valorar el riesgo, los médicos pueden encontrar más
en los pacientes obesos. Aunque se ha demostrado que beneficioso medir el número de partículas de LDL
el colesterol LDL es un factor pronóstico fundamen­ y los valores de Apo-B.
tal de la ECV, no mide directamente el contenido de El número de partículas de LDL puede medirse direc­
colesterol en el interior de las LDL, ni tiene en cuenta tamente en sangre venosa (las LDL pueden calcularse en
otras lipoproteínas ricas en TAG. Así pues, puede que el ayunas o directamente mediante resonancia magnéti­
colesterol LDL, por sí solo, no refleje la verdadera carga ca [RM]), que parece ser la medición más precisa, o indi­
aterogénica. Además, para cualquier concentración de rectamente usando las mediciones de la Apo-B, como ya
LDL, puede haber un número diferente de partículas hemos comentado26. La RM no está disponible de forma
de LDL (v. fig. 10.3). El Quebec Cardiovascular Study generalizada en todos los centros y sigue siendo una
confirmó que la ECV podía estar presente cuando los prueba relativamente cara. Aunque la Apo-B es menos
valores de LDL fuesen bajos, pero el número de partí­ exacta que la RM para cuantificar el número de partículas
culas de LDL fuese alto19. de LDL, es una prueba bastante más accesible y puede
En cada partícula aterogénica hay una molécula de realizarse sin estar en ayunas.
apolipoproteína B (Apo-B) y, por lo tanto, representa
el potencial aterogénico de las partículas circulantes. Colesterol no HDL (lipoproteínas de alta
La mayor parte de la Apo-B está en el interior de las densidad)
partículas de LDL y, por dicho motivo, se han usado El colesterol no HDL abarca a las LDL, las IDL, las VLDL,
las concentraciones de Apo-B para estimar el número restos de las VLDL, restos de quilomicrones y las lipopro­
de partículas de LDL. La concentración de partículas de teínas. Se calcula restando las HDL del colesterol total.
LDL ha sido uno de los biomarcadores propuestos como Se ha propuesto que las determinaciones del colesterol
factor pronóstico para la ECV. Los estudios han arrojado no HDL son superiores a las de las LDL27.
resultados contradictorios, ya que algunos han observa­ Los datos del estudio de cohortes del programa Data
do cierta superioridad del número de partículas de LDL from the Lipid Research Clinic demostraban que las

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Capítulo 10  Trastornos de los lípidos en la obesidad 103

mediciones del colesterol HDL y del colesterol no HDL correlación sólida entre el aumento del perímetro abdo­
predecían mejor la mortalidad por ECV que las LDL28. minal y la hipertrigliceridemia. Sin embargo, solo se con­
Dado que se ha demostrado que el colesterol no HDL vierten en una diana fundamental para el tratamiento
es una herramienta mejor para la predicción de ECV, cuando están sumamente elevados; a valores muy
se ha propuesto que en lugar de calcular las LDL, se altos, existe un riesgo inmediato de pancreatitis. En
realicen mediciones del colesterol total y de las HDL, dichos casos, cuando los TAG están por encima de
permitiendo de este modo el cálculo del colesterol no 500 mg/dl (5,65 mmol/l) o incluso por encima
HDL29. de 1.000 mg/dl (11,3 mmol/l), puede instaurarse un
El colesterol no HDL guarda una correlación más tratamiento con una dieta muy pobre en grasas, fibratos,
sólida con la Apo-B que el colesterol LDL, especial­ niacina, estatinas y suplementos de aceite de pescado. De
mente cuando los TAG son altos, y por dicho motivo ellos, parece que la niacina es el más eficaz para disminuir
representa un cuadro más cierto de la carga aterogénica los valores de TAG36, aunque ya no está aprobada para
total 30. Esto sugiere que, cuando los TAG son altos, su uso en Reino Unido. Estos fármacos pueden usarse
los valores de colesterol no HDL pueden ser parti­ en combinación para los casos de hipertrigliceridemia
cularmente útiles. Además, una ventaja práctica del intensa.
colesterol no HDL sobre las LDL es que, el primero se Ha habido un gran debate con respecto a la medición
puede calcular usando muestras sin estar en ayunas, de los TAG y si es necesario medirlos en ayunas. Los TAG
mientras que para medir las LDL se necesitan mues­ permanecen elevados después de las comidas, con un
tras en ayunas. máximo alrededor de las 4-5 h. Desde el punto de vista
Las determinaciones del colesterol no HDL pue­ histórico, la variabilidad con las muestras obtenidas sin
den disponerse fácilmente y pueden tener beneficios ayunas ha promovido que se realicen sus mediciones
predictivos sobre las determinaciones convencionales en ayunas. Sin embargo, las muestras en ayunas son
de las LDL, teniendo además una buena correlación más difíciles de recoger, y la necesidad de una muestra
con la Apo-B y con el número de partículas de LDL. en ayunas puede reducir la cantidad de personas que
Estas ventajas han supuesto que, en el resumen anual realmente se sometan a la prueba por motivos prácticos.
más reciente del Clinical Lipidology, el colesterol no Estudios recientes han recalcado que las muestras sin
HDL sigue siendo la diana terapéutica preferida para su ayunas son adecuadas para predecir la ECV37. Esto ha
modificación31. promovido la utilización de muestras de TAG sin ayunas
en la mayoría de los casos, situación en la cual será más
Colesterol de lipoproteínas de alta densidad notoria una anomalía, y por lo tanto mayores serán las
Muchas décadas de investigación han recalcado la exis­ probabilidades para detectarlas. Cuando los TAG están
tencia de una relación inversa entre las HDL y el riesgo particularmente elevados (por encima de 4,5 mmol/l),
de ECV. En la obesidad y en el síndrome metabólico a los médicos les puede resultar útil monitorizar mues­
es particularmente evidente la existencia de valores de tras en ayunas, ya que esto permite una monitorización
HDL bajos. El colesterol HDL, y en especial las partículas más estrecha de los efectos del tratamiento y una valo­
grandes, actúan eliminando el colesterol de las placas ración más precisa de las LDL usando la ecuación de
ateroscleróticas a través del transporte inverso del coles­ Friedewald38.
terol. Por lo tanto, las HDL son un parámetro de gran
utilidad, junto con el de otros biomarcadores lipídicos.
Desde el descubrimiento de las HDL y sus supues­ EFECTO DE LA PÉRDIDA DE PESO
tas funciones ateroprotectoras, se ha postulado que SOBRE EL PERFIL LIPÍDICO
las HDL pueden elevarse artificialmente con fines Ha habido varios estudios en los que se ha examinado
terapéuticos32. No obstante, ha resultado sumamente el efecto de la pérdida de peso en diferentes grupos de
difícil por muchos aspectos. En primer lugar, ha sido población39. En estos estudios se han observado cam­
sumamente difícil elevar farmacológicamente el coles­ bios variables en los valores de los lípidos, lo cual es
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

terol HDL, y solamente la niacina lo consigue sustan­ de esperar, ya que proceden de poblaciones distintas
cialmente33. Además, se ha sugerido que lo importante con cantidades diferentes de pérdidas de peso duran­
es la calidad de las partículas de HDL, no el número te períodos de tiempo distintos. Los resultados de un
de partículas34. Un metaanálisis reciente de todos los metaanálisis de 70 estudios en el que se examinaba el
estudios sobre el incremento farmacológico de las HDL efecto de la pérdida de peso sobre los perfiles lipídicos
no observó ninguna reducción en la mortalidad o en se muestran en la tabla 10.1.
la ECV35. Por lo tanto, hasta el momento no hay prue­ Los TAG parecen ser el biomarcador lipídico más
bas suficientes que respalden al tratamiento dirigido sensible y receptivo para la pérdida de peso3.
para aumentar los valores de HDL con un tratamiento Se ha demostrado que las personas que más se bene­
farmacológico. fician de la pérdida de peso son aquellas con un valor de
lípidos basal alto y, por lo tanto, son los que obtienen
Triglicéridos la mayor mejoría en el perfil lipídico con intervenciones
Los TAG están elevados en la obesidad y son una carac­ de dieta y/o ejercicio. Por otra parte, las personas con
terística clave en el síndrome metabólico. Existe una valores de lípidos normales de base no parecen lograr

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
104 Parte III  Comorbilidades en la obesidad

TABLA 10.1
Resultados de un metaanálisis de pérdida de peso
Lipoproteína Lipoproteína
Lipoproteína de alta densidad de alta densidad
Colesterol total de baja densidad (activa) (estable) Triglicéridos
Promedio de −1,93 mg/dl −0,77 mg/dl −0,27 mg/dl +0,35 mg/dl −1,33 mg/dl
cambio por (0,05 mmol/l) (0,02 mmol/l) (0,01 mmol/l) (0,01 mmol/l) (0,03 mmol/l)
kilogramo de
pérdida de peso
Resumen de los resultados de un metaanálisis de los datos de 70 estudios acerca de la pérdida de peso sobre el perfil lipídico.
Datos de Dattilo AM, Kris-Etherton PM. Effects of weight reduction on blood lipids and lipoproteins: a meta-analysis. Am J Clin Nutr.
56:320-328

ninguna mejoría significativa en su perfil lipídico al pruebas son contradictorias; sin embargo, la mayoría de
perder peso. Desde el punto de vista clínico, una pérdida las pruebas y de los estudios aleatorizados controlados
de peso del 5-10% en pacientes obesos con dislipidemia parecen ir a favor de las dietas pobres en hidratos de
logra una mejoría en su perfil lipídico29. carbono para controlar la dislipidemia aterogénica en
Algunos estudios han sugerido en el pasado que la la obesidad.
mejoría del perfil lipídico perdiendo peso no es una A pesar de todos estos resultados procedentes
opción sostenible, ya que observaron que los beneficios de varias fuentes de información, está ampliamente
solamente duraban a lo largo del período de pérdida aceptado que la pérdida de peso, en la mayoría de sus
de peso con las dietas hipocalóricas y regresaban casi al variantes de dietas convencionales, produce cambios
valor basal durante la fase de mantenimiento de peso41. favorables en el perfil lipídico. De hecho, se ha pro­
Sin embargo, muchos estudios han contradicho esta puesto que el cumplimiento de la dieta es bastante más
teoría, mostrando datos que recalcan una mejoría man­ importante que el tipo de dieta concreta para adelgazar
tenida en el perfil lipídico tras adelgazar42. y para lograr los cambios metabólicos favorables con­
Durante la descripción del efecto de la pérdida de siguientes46.
peso sobre el perfil lipídico, es importante reconocer que
hay diferentes estrategias para adelgazar; puede lograrse
con dieta, ejercicio, medicación o cirugía. PAPEL DEL EJERCICIO SOBRE EL PERFIL
LIPÍDICO
Al igual que con otras intervenciones para perder peso, el
INTERVENCIONES DIETÉTICAS ejercicio ha generado respuestas variadas en los valores
En lo referente a la dieta, hay proporciones diferentes de de lípidos. Algunos estudios demuestran incrementos
los tres macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas favorables en las HDL y descensos en las LDL, así como
y grasas) que una persona puede consumir. A lo largo de un descenso de los TAG en ayunas47,48. Es interesante
los años se han llevado a cabo varios estudios en busca destacar que, algunos estudios recalcan que el ejercicio
de la dieta más eficaz para perder peso y modificar los puede modificar positivamente los lípidos, indepen­
factores de riesgo cardiovascular. En un metaanálisis dientemente de la pérdida de peso; se ha observado
reciente se observó que una dieta hiperproteica lograba una reducción sustancial del número de partículas de
reducciones más intensas de los TAG, en comparación LDL, mientras que el colesterol LDL se mantiene prác­
con las dietas hipoproteicas 43. Las dietas pobres en ticamente similar49. En este escenario, una medición de
hidratos de carbono también inducen reducciones más lípidos normal no demostraría una mejoría de los valo­
intensas en los TAG que las dietas más ricas en hidratos res de lípidos, mientras que, en realidad, la reducción
de carbono con la pérdida de peso44. Otro metaanálisis del número de partículas de LDL supondría un paso
del año 2012 examinó 23 estudios con 2.788 participan­ hacia delante para reducir el riesgo cardiovascular. Esto
tes en el que se comparaba una dieta pobre en hidratos da por sentado que los marcadores lipídicos convencio­
de carbono y una dieta pobre en grasas45. En este estudio nales proporcionan una información suficiente sobre la
se comprobó que las dietas pobres en hidratos de car­ dislipidemia global. Se ha demostrado que el ejercicio
bono y pobres en grasas inducían una pérdida de peso reduce la adiposidad, incluso sin perder peso, lo cual
similar, pero con la dieta pobre en hidratos de carbono tiene un efecto positivo sobre el perfil lipídico50. Esto
se alcanzaba una reducción ligera, aunque estadística­ demuestra que, aunque la pérdida de peso observada
mente significativa, del colesterol total y de las LDL y un con el ejercicio no es tan sustancial como la lograda con
aumento de las HDL, comparada con las dietas pobres una restricción dietética, el ejercicio ejerce beneficios
en grasas. Por lo tanto, se llegó a la conclusión de que las añadidos sobre los perfiles lipídicos, con independencia
dietas pobres en hidratos de carbono eran, al menos, tan de la pérdida de peso real.
buenas como las dietas pobres en grasas para disminuir En lo referente al tipo de entrenamiento físico, pare­
el riesgo metabólico y para adelgazar. Parece que las ce que el factor más sobresaliente es el volumen del

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Capítulo 10  Trastornos de los lípidos en la obesidad 105

TABLA 10.2
Eficacia del orlistat
Pacientes con riesgo Pacientes con riesgo Pacientes con diabetes
cardiovascular bajo cardiovascular alto mellitus de tipo 2
Reducción del colesterol 12 mg/dl (0,31 mmol/l) 9,3 mg/dl (0,24 mmol/l) 9,7 mg/dl (0,25 mmol/l)
total con orlistat al cabo
de un año
Resumen de los datos de un metaanálisis del año 2004 en el que se examinaba la eficacia del orlistat para disminuir el colesterol total.
Datos de Hutton B, Fergusson D. Changes in body weight and serum lipid profile in obese patients treated with orlistat in addition to a
hypocaloric diet: a systematic review of randomized clinical trials. Am J Clin Nutr. 2004;80:1461-1468.

TABLA 10.3
Seguimiento de la cirugía bariátrica al cabo de un año
Lipoproteínas Lipoproteínas
Colesterol total de baja densidad Triglicéridos de alta densidad
Cambios al cabo −28,5 mg/dl −22,0 mg/dl −61,6 mg/dl +6,9 mg/dl
de un año de (0,74 mmol/l) (0,57 mmol/l) (1,60 mmol/l) (0,18 mmol/l)
seguimiento después
de cirugía bariátrica
Resumen de un metaanálisis reciente que estudiaba los cambios en el perfil lipídico durante el seguimiento al cabo de un año después
de una cirugía bariátrica.
Datos de Heffron S, Parikh A, Volodarskiy A, et al. Changes in lipid profile of obese patients following contemporary bariatric surgery:
a meta-analysis. Am J Med. 2016;129(9):952-959.

ejercicio, más que la intensidad51. Los estudios también que logra el mejor efecto sobre la pérdida de peso y los
sugieren la existencia de una pérdida preferencial de cambios lipídicos, comparada con otras variantes de
tejido adiposo visceral con la pérdida de peso induci­ cirugía bariátrica57,58.
da con el ejercicio en comparación con la restricción En un metaanálisis reciente se ha estudiado la eficacia
calórica52. de la cirugía bariátrica (tabla 10.3).
En conjunto, el efecto de la pérdida de peso sobre
el perfil lipídico es sustancial y debería fomentarse
INTERVENCIONES FARMACÉUTICAS activamente. El método para adelgazar tiene rele­
Un metaanálisis de 2012 examinó la eficacia de la medi­ vancia. Parece que las dietas pobres en hidratos de
cación antiobesidad para modificar los factores de riesgo carbono son el tipo de dieta más beneficioso para
cardiovascular53. Se ha demostrado que el orlistat, la modificar los perfiles lipídicos. Las pruebas apun­
fentermina, la lorcaserina, la fentermina/topiramato de tan hacia las dietas pobres en hidratos de carbono
liberación controlada y la naltrexona de liberación man­ y demuestran que las dietas de tipo Atkins son más
tenida (LM)/bupropión de LM mejoran los biomarcado­ beneficiosas para la dislipidemia aterogénica, en com­
res lipídicos y reducen peso3. La eficacia del tratamiento paración con las dietas pobres en grasas 60. El ejercicio
con orlistat sobre el perfil lipídico se ha estudiado en un y la cirugía ejercen efectos importantes sobre el perfil
metaanálisis de varios estudios (tabla 10.2). de los lípidos, independientemente de la pérdida de
Así pues, existe un hueco para la medicación anti­ peso. A pesar de las dudas sobre su seguridad, las
obesidad para adelgazar y mejorar la dislipidemia que terapias farmacológicas para adelgazar han demos­
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

debe equilibrarse con la seguridad de estos fármacos. trado efectos beneficiosos sobre el perfil lipídico.
Por lo tanto, todas estas estrategias deberían tenerse
en cuenta y contemplarse de forma individualizada,
INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS teniendo presente que los beneficios más notorios
Los beneficios de la cirugía bariátrica para perder peso se consiguen en los pacientes con valores de lípidos
están demostrados y se comentarán en este libro. El SOS basales más altos.
(Swedish Obese Subjects Study) observó efectos benefi­
ciosos sobre los valores de los TAG y de las HDL 10 años
después de la cirugía55. Aparte del beneficio obvio de CONCLUSIÓN
la pérdida de peso sobre el perfil lipídico, parece haber Supuestamente, la dislipidemia es el factor contribuyente
cambios hormonales que ejercen efectos favorables, y más importante para el desarrollo de aterosclerosis y
en especial se observaron cambios en el GLP-1, el PYY, de la ECV consiguiente en la obesidad. El nexo entre la
la leptina y la ghrelina en el postoperatorio56. Parece obesidad y la dislipidemia tiene una naturaleza com­
que la derivación gástrica en Y de Roux es la modalidad pleja y se ve influido directamente por la distribución

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
106 Parte III  Comorbilidades en la obesidad

de la grasa corporal, la resistencia a la insulina y por la 12. Cohade C, Osman M, Pannu HK, Wahl RL. Uptake in supra­
grasa parda. clavicular area fat (“USA-Fat”): description on 18F-FDG
La creciente prevalencia de la obesidad en el mundo PET/CT. J Nucl Med. 2003;44(2):170-176.
condiciona que la monitorización de los lípidos sea 13. Lee P, Greenfield J, Ho K, Fulham M. A critical appraisal
of the prevalence and metabolic significance of brown
aún más importante. Los avances recientes en la inves­
adipose tissue in adult humans. Am J Physiol Endocrinol
tigación sugieren un cambio, desde el estudio de las LDL
Metab. 2010;299(4):E601-E606. http://dx.doi.org/10.1152/
a profundizar en la Apo-B y en el colesterol no HDL, que ajpendo.00298.2010.
proporcionará un cuadro más completo de la verdadera 14. Shao X, Yang W, Shao X, Qiu C, Wang X, Wang Y. The role
carga aterogénica. of active brown adipose tissue (aBAT) in lipid metabolism
Dada la naturaleza ubicua de la dislipidemia y la in healthy Chinese adults. Lipids Health Dis. 2016;15(1).
obesidad y la magnitud de su importancia para la asis­ http://dx.doi.org/10.1186/s12944-016-0310-8.
tencia sanitaria, en un futuro próximo proliferarán los 15. Efficacy and safety of cholesterol-lowering treatment: pros­
estudios encaminados específicamente hacia nuevas pective meta-analysis of data from 90 056 participants in 14
dianas terapéuticas para la dislipidemia. randomised trials of statins.. Lancet. 2005;366(9493):1267-
1278. http://dx.doi.org/10.1016/s0140-6736(05)67394-1.
16. van der Lans A, Hoeks J, Brans B, et al. Cold acclimation re­
cruits human brown fat and increases nonshivering thermo­
BIBLIOGRAFÍA genesis. J Clin Invest. 2013;123(8):3395-3403. http://
1. Yu Y. Adipocyte signaling and lipid homeostasis: dx.doi.org/10.1172/jci68993.
sequelae of insulin-resistant adipose tissue. Circ Res. 17. Cypess AM, Kahn CR. Brown fat as a therapy for
2005;96(10):1042-1052. http://dx.doi.org/10.1161/01. obesity and diabetes. Curr Opin Endocrinol Diabetes
res.0000165803.47776.38. Obes. 2010;17(2):143-149. http://dx.doi.org/10.1097/med.
2. Kershaw EE, Flier JS. Adipose tissue as an endocrine organ. 0b013e328337a81f.
J Clin Endocrinol Metab. 2004;89(6):2548-2556. 18. Sniderman A, St-Pierre A, Cantin B, Dagenais G, Després J,
http://dx.doi.org/10.1210/jc.2004-0395. Lamarche B. Concordance/discordance between plas­
3. Bays H, Toth P, Kris-Etherton P, et al. Obesity, adiposity, ma apolipoprotein B levels and the cholesterol indexes of
and dyslipidemia: a consensus statement from the National atherosclerotic risk. Am J Cardiol. 2003;91(10):1173-1177.
Lipid Association. J Clin Lipidol. 2013;7(4):304-383. http://dx.doi.org/10.1016/s0002-9149(03)00262-5.
http://dx.doi.org/10.1016/j.jacl.2013.04.001. 19. Lamarche B, Despres J, Moorjani S, Cantin B, Dagenais G,
4. Yusuf S, Hawken S, Ounpuu S. Effect of potentially modi­ Lupien P. Prevalence of dyslipidemic phenotypes in
fiable risk factors associated with myocardial infarction in ischemic heart disease (prospective results from the Quebec
52 countries (The Interheart Study). J Cardiopulm Rehabil. cardiovascular study). Am J Cardiol. 1995;75(17):1189-
2005;25(1):56-57. http://dx.doi.org/10.1097/00008483- 1195. http://dx.doi.org/10.1016/s0002-9149(99)80760-7.
200501000-00013. 20. Austin M, King M, Vranizan K, Krauss R. Atherogenic lipo­
5. Kingsbury KJ, Bondy G. Understanding the essentials protein phenotype. A proposed genetic marker for coronary
of blood lipid metabolism. Prog Cardiovasc Nurs. 2003; heart disease risk. Circulation. 1990;82(2):495-506.
18(1):13-18. http://dx.doi.org/10.1111/j.0889-7204.2003. http://dx.doi.org/10.1161/01.cir.82.2.495.
01176.x. 21. Blake G. Low-density lipoprotein particle concentration
6. Ebbert JO, Jensen MD. Fat depots, free fatty acids, and dys­ and size as determined by nuclear magnetic resonance
lipidemia. Nutrients. 2013;5(2):498-508. http://dx.doi.org/ spectroscopy as predictors of cardiovascular disease in
10.3390/nu5020498. women. Circulation. 2002;106(15):1930-1937. http://
7. Schmitz-Peiffer C. Protein kinase C and lipid-induced dx.doi.org/10.1161/01.cir.0000033222.75187.b9.
insulin resistance in skeletal muscle. Ann N Y Acad 22. Mora S, Buring J, Ridker P. Discordance of low-density
Sci. 2006;967(1):146-157. http://dx.doi.org/10.1111/ lipoprotein (LDL) cholesterol with alternative LDL-
j.1749-6632.2002.tb04272.x. related measures and future coronary events. Circulation.
8. Sam S, Haffner S, Davidson M, et al. Relationship of abdo­ 2013;129(5):553-561. http://dx.doi.org/10.1161/circula­
minal visceral and subcutaneous adipose tissue with lipo­ tionaha.113.005873.
protein particle number and size in type 2 diabetes. Dia- 23. Mora S, Otvos J, Rifai N, Rosenson R, Buring J, Ridker P.
betes. 2008;57(8):2022-2027. http://dx.doi.org/10.2337/ Lipoprotein particle profiles by nuclear magnetic resonance
db08-0157. compared with standard lipids and apolipoproteins in
9. Noble R. Waist-to-hip ratio versus BMI as predictors of predicting incident cardiovascular disease in women. Cir-
cardiac risk in obese adult women. West J Med. 2001; culation. 2009;119(7):931-939. http://dx.doi.org/10.1161/
174(4):240-241. http://dx.doi.org/10.1136/ewjm.174. circulationaha.108.816181.
4.240-a. 24. Sniderman A. Differential response of cholesterol and
10. Despres J. Body fat distribution and risk of cardiovascular particle measures of atherogenic lipoproteins to LDL-
disease: an update. Circulation. 2012;126(10):1301-1313. lowering therapy: implications for clinical practice. J Clin
http://dx.doi.org/10.1161/circulationaha.111.067264. Lipidol. 2008;2(1):36-42. http://dx.doi.org/10.1016/j.
11. Shepherd J, Fan B, Lu Y, et al. A multinational study jacl.2007.12.006.
to develop universal standardization of whole-body 25. Sniderman A. Targets for LDL-lowering therapy. Curr Opin
bone density and composition using GE Healthcare Lipidol. 2009;20(4):282-287. http://dx.doi.org/10.1097/
Lunar and Hologic DXA systems. J Bone Miner Res. mol.0b013e32832ca1d6.
2012;27(10):2208-2216. http://dx.doi.org/10.1002/ 26. Cromwell WC, Otvos JD. Low-density lipoprotein particle
jbmr.1654. number and risk for cardiovascular disease. Curr Atheroscler

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Capítulo 10  Trastornos de los lípidos en la obesidad 107

Rep. 2004;6(5):381-387. http://dx.doi.org/10.1007/ Assoc. 2007;107(10):1755-1767. http://dx.doi.org/10.1016/


s11883-004-0050-5. j.jada.2007.07.017.
27. Frost P, Havel R. Rationale for use of non–high-density 40. Dattilo AM, Kris-Etherton PM. Effects of weight reduction
lipoprotein cholesterol rather than low-density lipo­ on blood lipids and lipoproteins: a meta-analysis. Am J Clin
protein cholesterol as a tool for lipoprotein cholesterol Nutr. 1992;56:320-328.
screening and assessment of risk and therapy. Am J 41. Wadden T, Anderson D, Foster G. Two-year changes in
Cardiol. 1998;81(4):26B-31B. http://dx.doi.org/10.1016/ lipids and lipoproteins associated with the maintenance
s0002-9149(98)00034-4. of a 5% to 10% reduction in initial weight: some findings
28. Grover S. Serum lipid screening to identify high-risk and some questions. Obes Res. 1999;7(2):170-178.
individuals for coronary death. The results of the Lipid http://dx.doi.org/10.1002/j.1550-8528.1999.tb00699.x.
Research Clinics prevalence cohort. Arch Intern Med. 42. Marckmann P, Toubro S, Astrup A. Sustained impro­
1994;154(6):679-684. http://dx.doi.org/10.1001/archinte. vement in blood lipids, coagulation, and fibrinolysis
154.6.679. after major weight loss in obese subjects. Eur J Clin
29. Cui Y, Blumenthal R, Flaws J, et al. Non–high-density lipo­ Nutr. 1998;52(5):329-333. http://dx.doi.org/10.1038/
protein cholesterol level as a predictor of cardiovascular sj.ejcn.1600558.
disease mortality. Arch Intern Med. 2001;161(11):1413. 43. Wycherley T, Moran L, Clifton P, Noakes M, Brinkworth G.
http://dx.doi.org/10.1001/archinte.161.11.1413. Am J Clin Nutr. 2012;96(6):1281-1298. http://dx.doi.org/
30. Ballantyne C, Andrews T, Hsia J, Kramer J, Shear C. Corre­ 10.3945/ajcn.112.044321.
lation of non-high-density lipoprotein cholesterol with 44. Vernon M, Kueser B, Transue M, Yates H, Yancy W, Wes­
apolipoprotein B: effect of 5 hydroxymethylglutaryl coenzy­ tman E. Clinical experience of a carbohydrate-restric­
me A reductase inhibitors on non-high-density lipoprotein ted diet for the metabolic syndrome. Metab Syndr Relat
cholesterol levels. Am J Cardiol. 2001;88(3):265-269. Disord. 2004;2(3):180-186. http://dx.doi.org/10.1089/
http://dx.doi.org/10.1016/s0002-9149(01)01638-1. met.2004.2.180.
31. Bays H, Jones P, Orringer C, Brown W, Jacobson T. National 45. Hu T, Mills K, Yao L, et al. Effects of low-carbohydrate diets
lipid association annual summary of clinical lipidology versus low-fat diets on metabolic risk factors: a meta-analy­
2016. J Clin Lipidol. 2016;10(1):S1-S43. http://dx.doi.org/ sis of randomized controlled clinical trials. Am J Epidemiol.
10.1016/j.jacl.2015.08.002. 2012;176(suppl 7):S44-S54. http://dx.doi.org/10.1093/aje/
32. High density lipoprotein as a protective factor against kws264.
coronary heart disease.The Framingham study. Am J Med. 46. Dansinger M, Gleason J, Griffith J, Selker H, Schaefer E.
1977;62(5):A77. http://dx.doi.org/10.1016/0002-9343(77) Comparison of the Atkins, Ornish, Weight Watchers, and
90899-3. Zone diets for weight loss and heart disease risk reduc­
33. Carlson L. Nicotinic acid: the broad-spectrum lipid drug. A tion. JAMA. 2005;293(1):43. http://dx.doi.org/10.1001/
50th anniversary review. J Intern Med. 2005;258(2):94-114. jama.293.1.43.
http://dx.doi.org/10.1111/j.1365-2796.2005.01528.x. 47. Mestek ML, Physical activity. blood lipids, and lipoproteins.
34. Tall A. Cholesterol efflux pathways and other poten­ Am J Lifestyle Med. 2009;3(4):279-283.
tial mechanisms involved in the athero-protective 48. Durstine J, Grandjean P, Davis P, Ferguson M, Alderson N,
effect of high density lipoproteins. J Intern Med. 2008; DuBose K. Blood lipid and lipoprotein adaptations to exer­
263(3):256-273. http://dx.doi.org/10.1111/j.1365-2796. cise. Sports Med. 2001;31(15):1033-1062. http://dx.doi.org/
2007.01898.x. 10.2165/00007256-200131150-00002.
35. Keene D, Price C, Shun-Shin M, Francis D. Effect on cardio­ 49. Kraus WE, Houmard JA, Duscha BD, et al. Effects of the
vascular risk of high density lipoprotein targeted drug treat­ amount and intensity of exercise on plasma lipoproteins.
ments niacin, fibrates, and CETP inhibitors: meta-analysis N Engl J Med. 2002;347(19):1483-1492.
of randomised controlled trials including 117 411 patients. 50. Kelley G, Walking. lipids, and lipoproteins: a meta-analysis
BMJ. July 18, 2014;349:g4379. http://dx.doi.org/10.1136/ of randomized controlled trials. Prev Med. 2004;38(5):651-
bmj.g4379. 661. http://dx.doi.org/10.1016/j.ypmed.2003.12.012.
36. McKenney J. New perspectives on the use of niacin 51. Donnelly J, Blair S, Jakicic J, Manore M, Rankin J, Smith B.
in the treatment of lipid disorders. Arch Intern Med. Appropriate physical activity intervention strategies for
2004;164(7):697. http://dx.doi.org/10.1001/archinte. weight loss and prevention of weight regain for adults.
164.7.697. Med Sci Sports Exerc. 2009;41(2):459-471. http://dx.doi.org/
© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

37. Bansal S, Buring J, Rifai N, Mora S, Sacks F, Ridker P. Fas­ 10.1249/mss.0b013e3181949333.


ting compared with nonfasting triglycerides and risk of 52. Murphy J, McDaniel J, Mora K, Villareal D, Fontana L, Weiss
cardiovascular events in women. JAMA. 2007;298(3):309. E. Preferential reductions in intermuscular and visceral
http://dx.doi.org/10.1001/jama.298.3.309. adipose tissue with exercise-induced weight loss compared
38. Nordestgaard B, Langsted A, Mora S, et al. Fasting is not with calorie restriction. J Appl Physiol. 2011;112(1):79-85.
routinely required for determination of a lipid profile: http://dx.doi.org/10.1152/japplphysiol.00355.2011.
clinical and laboratory implications including flagging 53. Zhou Y, Ma X, Wu C, et al. Effect of anti-obesity drug
at desirable concentration cut-points—a joint consensus on cardiovascular risk factors: a systematic review and
statement from the European Atherosclerosis Society and meta-analysis of randomized controlled trials. PLoS One.
European Federation of Clinical Chemistry and Labora­ 2012;7(6):e39062. http://dx.doi.org/10.1371/journal.
tory Medicine. Eur Heart J. 2016;37(25):1944-1958. pone.0039062.
http://dx.doi.org/10.1093/eurheartj/ehw152. 54. Hutton B, Fergusson D. Changes in body weight and serum
39. Franz M, VanWormer J, Crain A, et al. Weight-loss outco­ lipid profile in obese patients treated with orlistat in addi­
mes: a systematic review and meta-analysis of weight-loss tion to a hypocaloric diet: a systematic review of randomi­
clinical trials with a minimum 1-year follow-up. J Am Diet zed clinical trials. Am J Clin Nutr. 2004;80:1461-1468.

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
108 Parte III  Comorbilidades en la obesidad

55. Kennedy L. Effects of bariatric surgery on mortality in pometrics, and metabolic syndrome in morbidly obese
Swedish obese subjects. Yearb Endocrinol. 2008;2008: patients: a case control study comparing laparoscopic Roux-
20-21. http://dx.doi.org/10.1016/s0084-3741(08)79142-x. en-Y gastric bypass and laparoscopic sleeve gastrectomy.
56. Beckman L, Beckman T, Sibley S, et al. Changes in gas­ Surgery. 2011;149(3):364-370. http://dx.doi.org/10.1016/
trointestinal hormones and leptin after Roux-en-Y gastric j.surg.2010.08.013.
bypass surgery. J Parenter Enteral Nutr. 2011;35(2):169-180. 59. Heffron S, Parikh A, Volodarskiy A, et al. Changes in lipid
http://dx.doi.org/10.1177/0148607110381403. profile of obese patients following contemporary bariatric
57. Waitman J, Aronne L. Obesity surgery: pros and cons. surgery: a meta-analysis. Am J Med. 2016;129(9):952-959.
J Endocrinol Invest. 2002;25(10):925-928. http://dx.doi.org/ http://dx.doi.org/10.1016/j.amjmed.2016.02.004.
10.1007/bf03344059. 60. Foster G, Wyatt H, Hill J. A randomized trial of a low-car­
58. Iannelli A, Anty R, Schneck A, Tran A, Gugenheim J. bohydrate diet for obesity. ACC Curr J Rev. 2003;12(4):29.
Inflammation, insulin resistance, lipid disturbances, anthro­ http://dx.doi.org/10.1016/s1062-1458(03)00265-4.

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
Capítulo 10  Trastornos de los lípidos en la obesidad 108.e1

RESUMEN
Podríamos decir que la dislipidemia es el factor con­
tribuyente más importante en el desarrollo de ateroscle­
rosis y de la enfermedad cardiovascular producida por la
obesidad. El nexo entre la obesidad y la dislipidemia es
complejo. Recientemente ha recibido interés el papel de
la grasa parda y su potencial como diana terapéutica para
perder peso. Dada la creciente prevalencia de la obesidad
y la dislipidemia a nivel global, las investigaciones se han
centrado en la monitorización óptima de los lípidos.
Los avances más recientes sugieren un cambio desde la
monitorización de las lipoproteínas de baja densidad
hacia la vigilancia de las lipoproteínas sin densidad alta
y de la apolipoproteína B, que proporcionan una mejor
visión de la verdadera carga aterogénica. Los métodos
para adelgazar están bien descritos y consisten en dieta,
ejercicio y opciones farmacológicas y quirúrgicas. En
este capítulo se explorará: 1) cómo influyen los ácidos
grasos libres, la distribución de la grasa corporal, la resis­
tencia a la insulina y la grasa parda en el desarrollo de
la dislipidemia en la obesidad; 2) los beneficios, los
aspectos prácticos y la interpretación de los diferentes
marcadores lipídicos en la obesidad; y 3) varios métodos
para adelgazar, su eficacia individual y sus efectos sobre
el perfil lipídico.

Palabras clave: dislipidemia, lípidos, obesidad


© Elsevier. Fotocopiar sin autorización es un delito.

Descargado para abner aguilar mosqueira (aaguilarm@upao.edu.pe) en Antenor Orrego Private University de ClinicalKey.es por Elsevier en mayo 19, 2020.
Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.

También podría gustarte