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PANDEMIA​ C​ OVID​-19  

MÉXICO SAN LUIS POTOSÍ SLP


El virus nos pone a prueba:¿somos egoístas
o solidarios?
El Covid-19 pone a prueba a la humanidad y sus valores. Y, ¿en qué
quedamos? ¿Somos egoístas o solidarios? Y más importante aún, ¿se
pueden cambiar los comportamientos contraproducentes en esta crisis?

“Los humanos, por naturaleza, somos solidarios, cooperativos”, “Hay


personas por definición más altruistas y otras más egoístas –precisa–,
dependerá de la escala de valores con que se ha educado cada uno, pero
debemos preguntarnos cuáles son los valores dominantes en la
sociedad”.

Debatir si somos egoístas o solidarios es casi filosófico. “los humanos


somos cooperativos, sociales y que por eso hemos desarrollado la
inteligencia y la comunicación, y seguramente esa capacidad de
colaboración a gran escala incluso con personas desconocidas, de otras
culturas, es lo que ha permitido a la Humanidad sobrevivir a dificultades

Vista económico, el paradigma social es que el ser humano es egoísta e


irracional y busca solo satisfacer sus deseos y necesidades, y sobre esta
premisa giran el consumo y el sistema económico contemporáneos. Esta
visión explicaría que haya empresarios que sigan pensando en sus
beneficios más que en el interés comunitario.

“Sin embargo, cuando hay un contratiempo, como ahora (o como cuando


se plantea la crisis climática), se pone de manifiesto que la economía
debe quedar en un segundo plano. En este caso creo que se prioriza la
salud de la comunidad ante el interés económico.

“Los humanos, por naturaleza, somos solidarios”

“En situaciones de emergencia –– como la que plantea la pandemia de


coronavirus o los daños por un intenso temporal, por ejemplo, lo más
habitual, en contra de lo que se pueda pensar, son las reacciones de
ayuda, a no ser que intervengan otros factores”. Esos factores serían
básicamente los que restan credibilidad al mensaje de emergencia. “Si
alguien necesita ayuda, la primera reacción es dársela, pero si tienes la
percepción de que hay gato encerrado, intereses ocultos… es probable
que digas, yo paso”.

O sea, se actúa en función de la lectura que se hace, de la construcción


social de la situación, de lo que se ha puesto de moda en los últimos
tiempos en política: el relato. Si uno percibe que el relato es falso o débil,
lo pondrá en cuestión, Si las autoridades apuntan que hay que reducir el
contacto humano, para no contagiarse, uno puede pensar “me voy al
campo donde hay menos contacto”. No piensa en la gente que vive en el
campo. Esto ocurrió el fin de semana previo al confinamiento, pero más
que una posición egoísta, VEO una visión incompleta o errónea de la
situación DONDE CAEMOS LOS SERES HUMANOS EN JUGAR CON LA
MUERTE.

Igual que el joven que va de fiesta o botellón con su pandilla o a casa de


amigos porque cree que su grupo no tiene riesgo de contagio. O quien se
salta el confinamiento para salir a hacer deporte, REUNIONES EN EL
BARRIO , EN CASA, También tiene una percepción equivocada quien se
dice “yo no contraerá el virus, vigilo, me cuido…” Tiene información
inexacta o prefiere no pensar que se puede contagiar para que no altere
su vida. “Tendemos a racionalizar más que a ser racionales, es decir a
justificar las decisiones que tomamos más que a razonar bien”.

Ciertos comportamientos egoístas vistos, los atribuyó al miedo, la


incertidumbre, la inseguridad. Quien acapara alimentos a lo mejor no es
egoísta, pensaba en sus hijos, en su familia en general “Es difícil
gestionar lo individual y colectivo a la vez”, “Las mismas autoridades
parecen no tener claro qué hay que hacer y van cambiando de medidas”,
recuerda.

“Los comportamientos egoístas deben atribuirse al miedo, a la


inseguridad.
Las autoridades gubernamentales o autonómicas no han sido lo
suficientemente claras con sus mensajes, lo que favorece construir
relatos que no se ajustan a la realidad. Los mensajes iniciales fueron
laxos y ha habido contradicciones. Esto hay que sumarlo a que la
epidemia evoluciona muy rápido, y un día se decía que la gente podía
salir a la calle evitando las agrupaciones de personas, y dos días después
ya no se podía salir a la calle.

“Los mensajes y medidas que un día parecen rotundos y al siguiente


cambian lo que hacen es minar su credibilidad y favorecen
la desconfianza de la gente y que se adopten patrones de conducta
contraproducentes. Las autoridades deben hacer comprender que un día
o en determinado contexto se puede hacer una cosa y en otro contexto
no. Pero eso es difícil porque la mayoría de mensajes se generalizan
(como cuando el ministro francés de Salud desaconseja tomar
ibuprofeno, porque agrava el virus, y al día siguiente, otras autoridades
sanitarias lo corrigen). Si no puedes matizar el mensaje, siempre habrá
quien no se sienta aludido, o quien lo banalice.

Por ejemplo, quizás no se midió bien la idea de autorizar en un principio


la apertura de peluquerías junto a servicios esenciales, o a pasear el
perro, porque hay quien puede decir “si puedo sacar un rato al perro,
¿por qué no al niño?”. Otro principio básico sería no lanzar normas que
no se podrán hacer cumplir, Esto se vio en que se ordenó el
confinamiento desde el primer día hubo camiones llenos de gente que
debían ir a trabajar (la actividad laboral no se prohibió). Hasta cuando se
vio más afectado el país

Los mensajes y medidas que un día son categóricos y al día siguiente


cambian, minan su credibilidad

¿El altruismo tiene edad? Porque los jóvenes y adolescentes han sido
criticados en esta epidemia por un comportamiento inconsciente de
tomarse el cierre de las clases como unas vacaciones, salir con sus
amigos…

El altruismo se da en todas las edades, pero observa una diferencia en el


proceso de socialización de las nuevas generaciones y las anteriores, en
la manera como se transmiten los valores: en las generaciones anteriores
se transmitían por la familia y la escuela (o antes por la Iglesia); en
cambio la generación adolescente actual, aunque la familia y la escuela le
transmitan unos valores, se socializa sobre todo por las redes sociales;
por la relación con sus semejantes, los memes, los mensajes e imágenes
virales… Estos contenidos, a menudo, se consumen sin ni pensar en su
significado. Además, recuerda en las redes no se sabe bien quién
construye y transmite los valores, si hay intereses detrás…

Estos días se multiplican las iniciativas de ayuda

Como muestra de que la solidaridad se impone en momentos de crisis, el


sacrificio de muchos profesionales de la salud, o cómo se crean redes
para ayudar a personas mayores en las mismas comunidades de vecinos,
asociaciones, apps colaborativas como​ ​¿Tienes sal?​…

O cómo los cocineros que se ofrecen para cocinar para personal de


hospitales, o los médicos especialistas en áreas no relacionadas
directamente con el coronavirus que en su tiempo libre se ofrecen para
consultas on line con personas con algún problema de salud ante la
saturación de los centros sanitarios. O los artistas que dan conciertos
gratis online o cuelgan obras de teatro o chistes gratuitamente.

POR QUE EL COMPORTAMIENTO ERRÓNEO DE LAS PERSONAS


MEDIANTE ESTA PANDEMIA.

En la actualidad vivimos trastornos depresivos donde no tenemos una


conducta más sana mentalmente hablando, debido a las circunstancias
de la errónea información que leemos o escuchamos a esta pandemia
porque retamos a la muerte en esta pandemia, por que perdemos el
sentido de vivir, los niveles de trastornos depresivos han crecido debido
a la falta de conocimiento y errónea información como ya lo había
mencionado

A raíz de las medidas de prevención sanitarias como toser en el pliegue


del codo, mantener una distancia prudente con el otro, tener higienizada
las manos y evitar tocarse la cara, el 51,1% de las personas evita
estrechar la mano y/o saludar con un beso, mientras que el 82,8% prefiere
evitar lugares públicos en las últimas semanas.

En cuanto a la percepción que tiene la población, el 61,9% considera que


nuestro país no está en absoluto preparado para enfrentar la pandemia,
mientras que solo el 7,9% considera que sí está preparado. El 52% de la
población considera que desde el Estado no se están llevando adelante
las acciones necesarias para combatir el virus.
Los más preocupados por la nueva emergencia sanitaria son los
ciudadanos de 60 años o más (80,1%), mientras que los jóvenes de 18 a
20 años son los menos preocupados (70,2%).

-¿De qué manera se manifiestan los miedos en este contexto?

-Nosotros siempre estamos siempre pensando en la probabilidad y la


posibilidad de desarrollar ciertas conductas o adquirir enfermedades o
desarrollar modalidades. Lo que se está poniendo en juego en este
momento es justamente esto de poder poner cada cosa en su lugar. “¿Es
probable que nos contagiemos?” es la gran pregunta que tenemos
todos. Bueno, es probable. Ahora, es posible, cuánta es la posibilidad,
depende de mi ritmo de vida, de mis conductas, mis hábitos.

Hay personas que ya están auto aisladas hace bastante tiempo, yo tengo
pacientes que se han aislado hace ya más de una semana o 10 días
cuando ni siquiera estaba la alerta del Ministerio. Otros están viviendo
una situación de mucha angustia que a veces lleva a tensiones familiares,
enojos, reacciones por las medidas y cuidados dentro de la familia. Como
siempre digo, esta circunstancia es tan novedosa que no sabemos cuánto
tiempo va a durar, con lo cual nosotros también tenemos que regular
nuestros recursos psicológicos para no desgastarnos y que el estrés no
supere nuestra capacidad de respuesta y de esa forma quedemos
anulados.

-¿Influye el coronavirus en el desarrollo del estrés y los ataques de


pánico? PSICOLÓGICOS

-Primero, un colega mío dice “no caer en la ‘googlitis’”, esta necesidad de


buscar información y luego caemos en sitios que no son seguros, que no
tienen información fidedigna. Sino tomar dos o tres sitios de información,
o del Ministerio o lugares que sabemos que está chequeado y que no hay
una circunstancia que tenga que ver con la dramatización de los eventos.

En segundo lugar, qué hacemos en casa: tenemos que tener un objetivo


diario. Todos los días deberíamos hacer algo, por ejemplo, tengo
descuidado tal libro, lo quiero terminar, hoy va a ser el día. Pensando
siempre que la cuarentena nos va a llevar varios días o bastante tiempo.

También un momento para la actividad física, para la actividad recreativa,


ya sea un juego o una interacción.

Hoy hay aplicaciones que nos permiten jugar con amigos a juegos
clásicos a partir de encontrarnos virtualmente cuatro o cinco personas y
compartir esos espacios. Además, ir reorientando y reorganizando las
cosas de la casa. Muchas veces no hemos donado ropa porque no hemos
tenido el tiempo de quitar la ropa que ya no usamos o ya no nos queda,
bueno es un momento para empezar a juntar esa ropa, acondicionarla,
lavarla y donar en algún momento.

Asimismo, entrar en comunicación con grupos que hemos dejado, ya sea


grupos de la infancia, amigos de Internet o Facebook; volver a
reencontrarse con ellos. Y por sobre todo, tener una reducción en la
cantidad de tiempo que nos vamos a preocupar. Es decir, tener la
posibilidad de decir “hoy voy a ver las noticias de las 8 a las 9 de la
noche”, o en lo posible por la mañana para no caer en el sueño con una
preocupación. Ir acotando el tiempo para que no sea una constante
porque esto va a ser una situación a largo plazo y tenemos que regular
nuestra energía con respecto a la preocupación.

¿Qué cambios traerá el coronavirus en nuestra mente?

-Si hay algo que tenemos que tener certeza en la vida del ser humano es
que todo va a cambiar, siempre hay cambios permanentes. Entonces, uno
ha aprendido de esos cambios y gracias a ellos hemos logrado la
supervivencia. En esta circunstancia, con estas pandemias, lo que está en
juego en el alerta de la mayoría de nosotros tiene que ver con la
supervivencia. Un instinto básico que hace que se dispare el miedo.

El miedo es un mecanismo de defensa que genera una emoción, que nos


lleva a tomar conductas, estrategias para detectar si es un peligro real.
Pero, sumado a esto, nuestra mente desarrolla lo que es la preocupación
que está más bien ligada a todo lo que tiene que ver con el proceso
ansioso. Esta posibilidad de pensarse en futuro, de querer saber lo que va
a pasar y estar de alguna manera preparado. Todo esto está en juego en
este momento y estamos tratando de optimizar los recursos psicológicos
que tenemos para poder afrontar esta novedad.

-¿Qué consecuencias puede traer esto?

-Esto no es gratis, como toda circunstancia nueva trae un costo


emocional que hace a veces que se disparen ciertos trastornos de
ansiedad, angustias, fobias u obsesiones. El trabajo nuestro por sobre
todo es poder entender cuál de todos esos miedos son racionales y
cuáles son patológicos o desmedidos o en alguna medida irracionales.
Ese es el gran trabajo que tenemos puertas para adentro.

Jugar y divertirse con los niños son parte de las recomendaciones de


Gustavo Bustamante para pasar los días dentro de casa

Porque, lamentablemente, nosotros vamos a ir agotándose con estos


días. Con los entretenimientos, distracciones, los cuidados, nos vamos a
ir perdiendo de algunas cosas, vamos a ir sintiendo una incomodidad,
nos vamos a ir aburriendo y eso puede llevar a que muchos tengan una
sensación de desolación, desesperanza. Por eso, la intención nuestra es
que las personas vayan regulando paulatinamente los esfuerzos ya que
hoy estamos en una etapa de contención. Y que cada una de las etapas
tenga un recurso lógico.

-¿Puede llegar a ser desmedida la atención a la información?

-Hay preocupaciones que son desmedidas, que no sirven para nada. Estar
viendo permanentemente el mismo video o mensaje de Whatsapp o la red
que está diciendo más o menos lo mismo y que no sabemos muy bien de
dónde salió y no sabemos si es información nueva o es una fake news. Ir
acortando esa necesidad de información porque en algún momento esta
infomanía no nos permitirá tener la claridad mental para discriminar qué
es lo verdadero y qué no.
-¿Qué podemos hacer con los pensamientos negativos?

-En primer lugar, los pensamientos negativos en la personalidad ansiosa


van a aparecer, porque se dedica a detectar problemas para tener una
estrategia para resolverlos. Es una función psicológica que tiene el
ansioso, ya que tiene la necesidad de juntar información para ir tomando
decisiones. Y en esa toma de decisiones, acumula y acopia
circunstancias donde por ejemplo se compra 50 frascos de alcohol en gel
de los cuales por ahí no va a necesitar más que 5. Además, sin entender
que comprando y acumulando un montón de elementos, se va a entrar en
riesgo porque va a desabastecer a vecinos, gente que convive en el
edificio y que de alguna manera no le va a ser útil en el fin final.

La realidad es que tenemos que entender que cada decisión que vamos a
ir tomando tenemos que consultarnos si verdaderamente va a tener el
efecto deseado, si realmente va a prevenir. Mucho se habló del barbijo,
recomiendo que escuchemos las guías internacionales, las advertencias
que nos dicen los profesionales que se dedican a la infecto logia.
Busquemos fuentes seguras, no creamos que porque lo recomendó una
personalidad X es una verdad. No, busquemos en cambio asociaciones
que realmente están trabajando todo el día en esto.

-¿Cómo hacemos para tomar este momento como una oportunidad de


hacer cosas en casa?

-Podemos dedicarnos un tiempo a preocuparnos, pero si en nuestra


agenda del día utilizamos una hora para realizar actividad física, una hora
para hablar con amigos, un par de horas para estudiar un tema nuevo,
una hora para ir desarrollando una habilidad como malabares por
ejemplo. La persona se encontrará jugando con eso y tal vez riendo con
los hijos, mostrando su torpeza de habilidades manuales hasta que le
salga.

Porque muchas de las cosas no nos han salido a lo largo de la vida son
porque no tuvimos tiempo. Esta es una oportunidad para generar esa
habilidad. Esta es una oportunidad donde muchos van a salir
beneficiados y vamos a empezar a entender que hay otra modalidad de
trabajo, de vincularnos, de hacernos cargo de nuestras cosas en nuestra
vida diaria. Y esto no es malo, no necesariamente es malo. Obviamente
que estamos

en shock, el primer impacto es angustiarnos porque es una situación de


alarma, luego negarlo como la gente que sigue entrando en situaciones
de riesgo no tomando los recaudos. Hasta que va a haber un momento en
el que vamos a estar un poco más encerrados y vamos a tener una
restricción ya mayor producto de lo que uno espera que va a ocurrir.

-¿Qué pasará con los niños y las mascotas en casa?

Realizar actividades junto a la familia puede ser uno de los planes para
liberar la mente durante la cuarentena.

-Va a pasar algo novedoso: los padres van a estar con los hijos, que
muchas veces no pasa. Este es un buen momento donde va a haber que
trabajar en equipo, va a restablecerse la solidaridad grupal. Lo que John
Nash hablaba de los juegos cooperativos: acá tienen que ganar todos, no
es que gana uno y los demás pierden. Entre todos van a aprender a hacer
tareas comunitarias, colaborativas, ya sea desde la limpieza hasta la
comida, el cuidado de los objetos.

La familia se va a tener que integrar también con las mascotas que


muchas veces están olvidadas y no entienden que se convierten en un
vehículo afectivo en donde tanto padres como hijos van aprendiendo del
cuidado de alguien que es dependiente y que necesita estimulación y
tiene una demanda.

Son situaciones que nos van a invitar a un cambio de la lectura que


tenemos nosotros. Tenemos que entender que puertas para adentro,
contamos con un montón de posibilidades, que no estamos
imposibilitados. Podemos jugar, recrearnos, interactuar, hablar, pensar,
reflexionar, resolver. Puertas para afuera, hoy tenemos limitaciones pero
eso nos va a permitir poder disfrutar más adelante porque esto es una
crisis mundial de la cual vamos a salir.
-¿Cómo se ve el futuro con respecto al coronavirus?

En un futuro esto no va a estar, vamos a encontrar los mecanismos, la


población va a estar de alguna manera resuelta en relación al
coronavirus, va a generar anticuerpos para salir adelante. Cada vez que
salimos de una situación, estamos un escalón superior. En consecuencia,
las relaciones de trabajo y afectivas se van a modificar. En general,
tenemos mucha disrupción dentro de las casa porque no hay buena
comunicación y a veces esto aparece por la falta de tiempo o por el estrés
laboral. Es un momento para reencontrar el cauce y valorar lo que quizás
en algún momento lo deseamos y después lo postergamos, como tener
una familia, una pareja, amigos, entre otros deseos.

Doctor Hc Psicología Conductual Mía Ruiz Chávez

Directivo Coach en Capital Humano y RH

Escritor y autor

Asociación civil “Sin Banderas”

Locutor de radio www.enlace69.com.mx

Miaruiz110671@gmail.com

Cel. 4443603579

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