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Investigación sobre las leyes de composición sobre la fotografía

Segunda Parte.

Fanny Cedeño Penagos


Estudiante

Artes Graficas
Materia

Escuela de Artes y Letras Girardot


2019-2
Leyes de composición sobre la fotografía.
Segunda parte

La ley de la mirada.

Esta es una de las principales reglas de composición fotográfica y consiste, simplemente, en


respetar la dirección en la que el modelo de nuestro retrato mira. Es decir, en otras palabras,
que a la hora de encuadrar un retrato, deberíamos dejar más espacio por delante del sujeto
que por detrás de éste, independientemente de lo amplio o estrecho que sea el encuadre
general o del resto de elementos que acompañen a nuestro sujeto en la imagen.

Si se quiere efectuar la regla de la mirada, deberemos dejar un espacio para que el sujeto
"mire". Aunque este espacio, aparentemente, esté vacío.

Con esto se consigue darle fuerza expresiva al personaje que aparece en nuestra imagen.
Respetando su mirada conseguiremos dotar de interés la acción que hace el protagonista, la
acción de mirar. Si respetamos esta básica regla de composición, llamaremos la atención de
todo aquel que vea la imagen sobre qué es lo que el sujeto está mirando y, si la
composición de nuestra fotografía está bien realizada, conseguiremos que el espectador de
la imagen siga ese espacio, en busca de lo que está mirando el personaje de la imagen,
aunque esto no aparezca en la fotografía.

¿Cómo y Cuándo Romper Esta Regla?

 Cuando no quieras que el sujeto mire algo. Si dejas más espacio por la zona trasera
de tu sujeto, dará la sensación de que éste está dándole la espalda a algo, Si
necesitas transmitir estos sentimientos en una fotografía, el hecho de romper la regla
de la mirada podría ayudarte.

 Cuando quieras que el espectador de la fotografía esté incómodo, sea por la razón
que sea. El recorrido natural que seguirían los ojos de una persona que viera un
retrato sería, como ya hemos visto, seguir la mirada del retratado. Si cortas este
movimiento, puedes llegar a causar un desconcierto en el espectador.
Ritmo y repetición.

El ritmo visual trata de establecer una melodía dentro de una composición a través
de patrones, formas, líneas o elementos repetidos o constantes dentro de ella.

Este tipo de composiciones, suelen ser placenteras para el ojo humano, el cual
identifica el orden y la repetición como algo agradable. Ese efecto tranquilizante y
equilibrado es el que debemos tratar de trasmitir cuando buscamos el ritmo dentro
de nuestra composición.

Existe una buena manera de detectar el ritmo visual en una fotografía. Si tapando
una parte de la imagen eres capaz de predecir lo que aparecería en la parte tapada de
mantenerse la estructura que se aprecia en la parte visible, entonces tienes un
patrón, tienes repetición y tienes, por tanto, una composición con ritmo.

Tipos de Ritmo.

Ritmo Uniforme

Se consigue cuando un mismo elemento se repite a intervalos regulares. Si son


intervalos o distancias muy cortas entre los elementos el ritmo es rápido. si la
repetición de los elementos está más espaciada, con intervalos más grandes, el ritmo
se considera más lento.

Ritmo Alterno

Se consigue cuando dos o más elementos distintos se repiten de modo alterno. El


ejemplo más claro para ilustrar este tipo de ritmo son las teclas de un piano, pero los
patrones pueden ser texturas, colores, objetos de diferente tamaño, o incluso
personas colocadas en posiciones iguales y diferentes de forma alterna.

Ritmo Progresivo

Se trata de un ritmo muy similar al uniforme y alterno, pero añadiendo perspectiva.


Si los elementos se disponen de forma que unos están más cerca y otros más lejos,
conseguiremos ritmos crecientes y decrecientes. El objetivo suele ser, por tanto,
trasmitir una sensación de tensión o movimiento dentro de la composición.
Ritmo por Simetría

El ritmo por simetría es posible cuando dividimos la imagen usando un eje


imaginario de modo que a un lado se obtiene la imagen especular del otro. Se puede
realizar con uno o varios elementos a la vez y mezclar diferentes tipos de ritmo. Las
líneas muchas veces (aunque no siempre) también pueden ayudarte a conseguir
simetrías.

Ritmo Lineal

Es el que se crea gracias a las líneas, como su propio nombre indica. Se puede tratar
de líneas dispares o de diferentes tamaños o formas, mientras que haya un patrón
identificable entre ellas. La arquitectura y los edificios o monumentos son el mejor
recurso para practicar con este tipo de ritmo.

Ritmo por Ondulación

Es un tipo de ritmo muy común en fotografía. Consiste en fotografiar


composiciones que incluyan ondas, como las dunas del desierto, las olas del mar, las
nubes en el cielo, la hierba de un monte, la tierra yerma o el cabello largo de una
mujer. No es necesario que todas las ondas sean perfectas o iguales, lo importante es
que establezcan un ritmo general que trasmita esa sensación de paz, serenidad y
elegancia.

Ritmo Radial o Concéntrico

Se crea de modo circular y expansivo alrededor de un punto central. Desde este


punto específico, se va expandiendo y dilatando en forma de espiral, ondas o
círculos.

La repetición de algún elemento (unos globos, unos pájaros, ...), dan un sentido de
relación de distintas partes de una imagen. En algunas ocasiones puede aportar
factores psicológicos, como el sentido de la unión y el compañerismo.

Color Armonía

Encontramos color armonía en cualquiera de los cuadrantes del círculo cromático.


La armonía se acentúa cuando los colores relacionados se repiten y entrelazan entre
sí. La tonalidad adyacente de un color da armonía pero cada caso produce un efecto
diferente: el azul y el violeta son armónicos, aunque dan un efecto sombrío; el
naranja y el amarillo, sin embargo, dan un efecto alegre y optimista.
Una fotografía compuesta de ligeras variaciones de un mismo color obviamente
transmitirá una sensación de armonía. En el paisaje urbano no es tan simple
encontrar la armonía como se la percibe en la naturaleza. En la ciudad se debe
actuar con más cuidado y manejar adecuadamente el punto de vista y el encuadre
para obtener tomas cromáticamente armoniosas. Hay pueblos o caseríos rurales que
por su naturaleza son armónicas, pero otros deliberadamente son contrastantes.

Las naturalezas muertas son escenas ideales para sacar partido a este tipo de efectos,
ya que el fotógrafo puede seleccionar los colores y ordenar la composición a su
gusto.

La fotografía de moda, es la que mas utiliza este tipo de combinación cromática. La


armonía de colores fríos es más “reposada” que la de colores cálidos y tienden a
armonizar más fácilmente. El azul del cielo y el verde del follaje siempre
armonizan muy bien (además inconscientemente los tenemos incorporaros como
colores de fondo y presentes en todo momento).

La armonía cromática da mejores resultados cuando se utilizan colores más


apagados. Los colores cálidos tienen una armonía particular, pero tienden a
contrastar un poco más, llaman más la atención por su impacto de colores vivos. En
un paisaje otoñal los tonos rojizos y dorados se combinan muy fácilmente con los
suaves verdes de las hojas. Si los tonos aparecen demasiado llamativos, se puede
esperar a que haya una iluminación más suave, con un sol más bajo y difuso, que le
reste vivacidad a los colores.

Dado que el paisaje urbano es más denso y variado en temas y colores, estos
pueden aparecer y desaparecer según el encuadre que se efectúe, es cuestión de
componer cada disparo cuidadosamente para excluir cualquier color que pueda
distraer el efecto de la armonía.

Se puede crear deliberadamente una armonía color, utilizando filtros débiles o


explotando una dominante natural de la luz. Por ejemplo en el crepúsculo de un día
soleado, tenemos dominantes cálidas. Esta hará que todos los colores fríos y cálidos,
armonicen, pero por una contaminación de temperatura color baja.

Bibliografía
https://www.fotorevista.com.ar

https://www.dzoom.org.es/

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