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Número 105 - M a r z o d e 2 0 1 9 - D i s tr i b u c i ó n g r a t u i t a w w w. u n i v e r s o c e n tr o .

c o m
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Helí Ramírez (Ebéjico 1948-Medellín 2019) escribió sobre Víctor Gaviria reseñaba sus poemas como un descubrimiento:
una cotidianidad que se impone, que marca por sus golpes y “los suburbios de Castilla, Manrique, Alfonso López, con esa
su oscuridad más que por la paciencia de sus recorridos y sus masa oscura de atracadores y galladas, eran para nosotros lo

Castilla alta abajo


tedios. Pasó buena parte de su vida en Castilla y convirtió las inhumano, la negación… Aún hoy, esos barrios son para nuestra
grescas, los picaos, los atracos, la vista alucinada y fiera desde imaginación manchas borrosas, lugares presentidamente
lo alto en un canto sin condescendencia. Hace treinta años inexistentes”. Dos homenajes desde Universo Centro.

A cuantas tengo A mis padres, Olga Castrillón


por D A V I D H E R R E R A

huyo de la realidad
y Ramiro Herrera

L
por L U C K A S P E R R O
a última vez que lo vi tal vez iba camino a Fotografía: Juan Salazar
casa con uno de sus hijos. Ya lo había encon-
Ilustración por el autor trado cuatro veces por el mismo sendero, en
las antiguas mangas de Niquía, al lado de su
compañera, como una aparición fantasma- en la comuna nororiental, en la comuna norocciden- en otras ciudades, esta vez refiriéndose a En la parte
górica, repentina. En direcciones contrarias, él venía, tal, en la comuna suroccidental o suroriental, es de- alta abajo, publicado ese año: “Tal vez con este libro

P
yo iba. Ese día que me lo topé, a finales de noviembre cir, la juventud de los barrios populares, hoy en día estemos en presencia del poeta que no teníamos, del
or alguien de UC me llegó el rumor, Helí del año pasado, llevaba en mi bolso su novela La noche hay unos gérmenes que son diferentes y que son los nuevo bardo de la tierra, del representante neto de ese
Ramírez había muerto. Me amarré a la es- de su desvelo, publicada en 1987. Al notar su presen- que están planteando una nueva visión desde el arte, lenguaje, ese mundo y esa realidad que elitistamente
peranza de que era una noticia sin confir- cia a lo lejos saqué el libro, y cuando lo tuve en fren- desde la cultura, desde cada una de las profesiones”. la literatura colombiana había mantenido marginada”.
mar, pero en pocas horas empezaron las te, en plena calle, donde reina el azar, lo encaré. Solo *** El nadaísta Jotamario Arbeláez, en su artículo “El
publicaciones: había fallecido una sema- acaté a mostrarle la portada. Su hijo esbozó una son- Hay quienes consideran que fuera de Medellín, la solitario de la montaña”, publicado en El Tiempo en
na atrás. Lo hizo a su manera: sin shows, sin escán- risa que jamás olvidaré, mientras él, serio, rumiante, poesía de Helí no es reconocida. Pero quien se lance octubre de 1997, constató una vez más que la poesía
dalos, “sin metidos abriendo la boca”, diría él o uno me escrutó de abajo arriba. Su respuesta, entre saludo a escarbar diversos materiales hallará pistas que dan de Helí, monstruo de la poesía paisa, estaba llegan-
de sus poemas. Al instante di la noticia a César Ta- y despedida, mezcla de agradecimiento y desinterés, cuenta de la recepción que han tenido sus libros en do poco a poco a distintos territorios, con la fuerza
pias. Por un momento olvidé nuestras rencillas de fue extender la mano para estrechar la mía y decirme: lectores probados, que desde la década del setenta lo de una “poesía suburbana, de invasión, callejera, sin
antiguos grandes amigos y recordé que hace ya casi “Hombre, muchas gracias, hasta luego”. valoraron como un gran poeta del barrio Castilla, un pavimentar, de hálito ronco y sin agüeros, frentera,
veinte años nos juntamos para hacerle un documen- Cruce de destinos, nada más. No hubo más gestos poeta extraño. Eso hizo Gustavo Álvarez Gardeazábal cuchillera, irrespetuosa con la misma palabra que la
tal. Queríamos hacer un retrato del poeta signado por ni palabras. Cada quien en su marcha. A medida que cuando apuntó, en un artículo publicado en El Colom- construye. Con ternura de dispensario. Era una vía
su geografía, y buscar en las calles de Castilla todos nos alejábamos, viajé a 2014 para recordar la prime- biano el 20 de agosto de 1978, que “un poeta de esa sin salida, más atrevida que nuestro ‘camino que no
aquellos objetos y paisajes que se habían convertido ra vez que lo leí. Fue en los pasillos de la Universidad clase, capaz de enredarse en los mejores momentos conduce a ninguna parte’. Me puse de parte de este
en el cancionero punk que era En la parte alta aba- de Antioquia, semanas antes de escucharlo en perso- metafóricos y en la más clara y brillante explotación atorrante verbilugio”.
jo. Y claro que nos llamaban la atención, como a mu- na al pie del cerro El Picacho. Ese día también “eran del lenguaje de su barriada, del lenguaje deformado ***
chos, aquellas prosas etnográficas de sus amigos de las tres de la tarde, las tres”, cuando Jair Trujillo, un que la juventud ha ido manejando y el camaján ha es- Criado en los márgenes de una Medellín letal, en
gallada, que violaron, fracasaron o dejaron de so- amigo, sin mediar presentaciones me entregó unos tado puliendo en sus bohemias mariguaneras, es aquí su caleta, solo, con su familia, con sus amigos; toma-
ñar, pero a mí en particular me sorprendían más los papeles ajados, fotocopias de algunos poemas de En y en cualquier parte un gran poeta”. ba cerveza al clima, gozaba del aroma de las flores de
poemas en que hablaba de él, de la batalla que libra- la parte alta abajo, escritos por un tal Helí, entre los El 28 de octubre de 1979, en el mismo periódico, verde rubio y escribía para retocar su locura, sus corti-
ba entre sus emociones y pensamientos, y ahí no ha- que estaba cual conjuro el poema XXXIII: “Cruce de Gardeazábal ratificó el alcance de los poemas de Helí nas corridas, en las alegrías, las tristezas y las rabias.
bía ningún Mutantex, ni Pestes, que lo siguiera. Era destinos cara a cara codo a codo […] Sinceridad desa-
un ruido, hierático y moderno a la vez, de hierros oxi- crificada de un destino por otro destino / y no pasa de
dados, asfalto y cables, que aún hoy transita las calles ser / cruce de destinos […] Un destino es un destino
del norte de la ciudad.Luego de intercambiar wasaps y otro destino es otro destino”. Cruce de destinos en
con Tapias con poemas de Helí en nuestras voces, de los barrios, las comunas, el Centro, las cuadras, las es-
fumar y beber en soledad algo en su nombre, saqué de quinas, las canchas, las tiendas, los bares y las biblio-
uno de mis cajones la carpeta del proyecto. Releí no- tecas; destinos cruzados en la escritura y en la lectura
tas de trabajo, manuscritos y el guión escrito por Ta- como prácticas de lo cotidiano.
pias, que son unas cuarenta páginas y que está lleno Yo tenía veinte años, vivía en Tricentenario y era
de acotaciones de cámara y montaje que hoy no sue- un estudiante de Historia entregado a la literatura.
len hacerse. Queríamos que dos cámaras lo siguieran Entonces, claro, empecé por ir hacia sus libros, sin fal-
y que él, como era él, se negara a las preguntas y que tar ninguno, ya fuera en bibliotecas o en la web, des-
fuera su tránsito y las puestas en escena que hacía- de La ausencia del descanso hasta Desde al otro lado
mos de sus poemas lo que nos ayudara a comprender del canto, a la vez que me preguntaba qué se había di-
quién era aquel sujeto. También encontré en una hoja cho sobre Helí Ramírez, sobre su obra y su personali-
una pequeña bio-bibliografía de Helí escrita con su dad. Volcado en esa dirección, espontáneamente, por
puño y letra y que nos entregó algún mediodía en un instinto, indagaba publicaciones que giraran en torno
café frente a Policlínica, no muy lejos de donde traba- a sus trabajos: reseñas, opiniones, ensayos, entrevis-
jaba en esa época. Aquel día discutimos sobre su par- tas, videos, discursos en eventos públicos, revistas de
ticipación en el proyecto. Realmente no le interesaba poesía, recortes de prensa, artículos de revistas aca-
ser conocido y mucho menos pararse ante cámaras. El démicas, tesis de pregrado y de posgrado, fanzines,
único argumento que le valió para montarse en esta cortometrajes, fotografías, pinturas, dibujos, cancio-
aventura fue que Tapias era de arriba del Doce, y yo, nes de rock y salsa.
del otro lado arriba, de Andalucía y el Popular. Pero Días después supe que Helí estaría en el II Festi-
hubo un pacto. Él no daría cara, y fue entonces cuan- val de Poesía Comuna 6, invitado por el colectivo Ci-
do le propusimos que saldría en la película con una tibundas, en el Parque Biblioteca Doce de Octubre
máscara. O que no saldría sino su máscara, y que mi Gabriel García Márquez, a una conversación sobre
padre, que tiene casi su misma edad, lo interpretaría. pasando por su rostro, sus arrugas, su labio fractu- —¡Ay Helí! Está más gigante esa barriga y dando arte, poesía y barrio. Hasta allí subí con Jair y con An-
Pero la máscara la haríamos con él. rado, sus fosas nasales anchas, la fragilidad de aquel unas patadas increíbles. drea Lara, total general, entonados. Fuimos testigos
Durante semanas volví sobre los poemas de Helí. monstruo de las letras. —Ese poema es hermoso. de un encuentro entre vecinos y amigos que marcó la
Debo insistir en que fue sobre todo a aquellos más Los años siguientes tuve la oportunidad de irme Esas son las últimas palabras que me quedaron de apertura de nuevos proyectos, entre ellos la publica-
biográficos y punks que hay En la parte alta abajo, encontrando con él por ahí en la calle. Me dio su telé- él. La noche en que me enteré de su muerte, no de- ción en camino de Crónicas de mi barrio, libro de Jhon
los que me permitieron hacerme una idea de ese ros- fono y seguimos conversando cada tanto. En octubre jaron de resonar en mi cabeza como un enigma o Muñoz, pionero en la investigación sociológica en tor-
tro que debía ocultar. Hice más de una decena de bo- de 2017, mientras andaba por laberintos en pendien- una azora del destino. El documental nunca se rea- no a los barrios populares. Ese sábado 8 de noviem-
cetos, acompañados de los versos que me inspiraban te de la Comuna 13, recibí una llamada de alguien lizó. En medio de la batalla por financiación empe- bre de 2014, Helí reforzó sus lazos de amistad con
los trazos que intentaba de su rostro. Quería de entra- que quería arrendarme un cuarto en el apartamento zamos a rodar algunas imágenes y justo en la 98 con Jhon y se reunió de nuevo con Juan Cano, docente de
da que la máscara tuviera algo primitivo, pues esa era de la tía Lucrecia. Era Helí, que había leído mi cuen- 69 nos robaron la cámara. Luego el tiempo y la vida la Universidad Autónoma Latinoamericana, y con el
la sensación que siempre me acompañó en sus letras. to en UC y en tono ceremonioso me exhortaba a con- nos llevaron por otros caminos y Tapias y yo termi- maestro Fredy Serna, en un diálogo que moderó el
Los bocetos no eran entonces versiones distintas, eran tinuar escribiendo. Decía que se sentía orgulloso de namos peleados. Solo me quedan los bocetos de las historiador y urbanista Hamilton Suárez.
variaciones sobre un concepto que perseguía, cómo que gente de los barrios populares lograra ser recono- máscaras como la fina descripción de la fachada de Breve, conciso, sincero, Helí retomó un tema que
cables, clavos y alambres cercenaban su mente, su mi- cida en las artes. Yo sonreía como un buen hijo ante su un lugar al que no pude acceder, la necesidad de que se convirtió en una constante cuando asistió a este
rada, su boca. Sobre alguno de los bocetos finales es- padre. Meses después logramos concretar un encuen- Helí hubiera podido jugar con nosotros a no-respon- tipo de actividades: pensar en nosotros mismos, en
cribí: “No sé si sea horror lo que hay en este rostro, o tro. En un café del Centro él se tomó unas aromáticas der aquellas preguntas y los poemas que acompaña- los jóvenes de ayer y de hoy, en el futuro de los ba-
rabia que se hace guerra interior, monstruosidad”. y yo unos cuantos aguardientes. Pasamos revista de lo ron aquella búsqueda. rrios. “Una de las cosas maravillosas que me parece
Al ver la propuesta, Helí aceptó de inmediato. En acontecido y me habló de sus nuevos proyectos, de la “La ternura resbala a mí es estar con habitantes de la comuna como son
casa del fotógrafo Camilo Moreno, nuestro mentor li- tranquilidad con la que ahora gozaba su vida, de algu- por los hilitos del odio ustedes: interesados, inquietos por la cultura, por la
terario, nos encontramos, charlamos y dimos paso a nos exámenes médicos que había tenido que hacerse. No dejan mirar su cara educación. […] Hoy miro acá jóvenes, hombres y mu-
la tarea. Hasta donde el humo y la memoria me per- Pasadas unas semanas recibí un wasap de Helí pre- Y vista no muestra nada. jeres, que algunos tienen las veinticuatro horas para
miten recordar, fue Helí quien se quedó con la más- guntándome por el embarazo de mi compañera. …Y de nuestros rostros no esperen gesticos amables estudiar, otros hacen el esfuerzo y estudian y traba-
cara. Yo me quedé con el recuerdo de mis manos —¿Cómo va tu heredero? pues si algún sueño coronamos es a la fuerza”. jan, y eso es indicativo de que hay una nueva juventud
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A Helí le bastó la escritura como el arte de re- anomalía que pone en tela de juicio las leyes de la de la cultura donde está el bohemio, el poeta, el
petirse a sí mismo y a los suyos, y con ella, más lógica de la naturaleza”, escribió Arias. artista”, me dijo hace poco Felipe Laverde, músi-
que promocionar cualidades, difuminó un sin- Juan Salazar, maestro en artes plásticas, co, amigo de Helí, cuyo padre, Argiro Laverde,
número de defectos, vicios y flaquezas; en los tomó con su cámara analógica un conjunto de fue compañero de estudio del escritor.
abismos interiores de ese recóndito silencio en- imágenes de Helí en esa entrevista, entre ellas Un ejemplo fue Ventana de verano: Helí Ra-
gendró una poética de lo inexpresado, una una en la aparece en primer plano empuñando mírez. Una exposición de algunos de sus poemas,
estética de lo no escrito y lo no expuesto. De pen- una malla, y detrás, al fondo, un rostro desenfo- acontecimiento que marcó la historia cultural
samiento irreverente, rebelde, revolucionario, cado, una camisa a rayas blancas y negras, oculto del barrio Castilla, llevado a cabo en 2006 en La
volado, sin control, más indomable que el punk, sol. Aquel día habló con generosidad, intercam- Jíkara Galería Café, bar que perteneció a Héctor
gambeteó clichés, evitó prédicas, concibió la biaron historias del barrio como la apertura Echeverría, narrador oral, fallecido ese mismo
educación como un camino digno para salir de educativa de la mano de los colegios piratas, el año. La exposición consistió en una selección de
la pobreza y se dirigió de lleno a los jóvenes cada surgimiento de la gaminería en el Centro, las pe- poemas, imágenes de portadas de los libros, pin-
vez que fue convocado a discurrir en público. lículas mexicanas y de pistoleros y gansters, el va- tura, dibujo, fotografía, y algo excepcional, un
“Hace tres días estuve en una especie de lor de la poesía y las bibliotecas, los recitales de video documental del Chiqui Arredondo y Marta Martes a sábado de 4:30 a 11:00 p.m.
conversatorio en Eafit —contó en noviembre los nadaístas en la plazuela San Ignacio en los Hincapié, Medellín. Movimientos. 1960-1995, en
de 2013, durante el II Festival de Cine de Cas- sesenta y los primeros poemas que Helí publicó el que Helí apuntaló su consabida posición: “Yo
Calle 57 (Argentina) # 41-57
tilla—. Nunca esperé que me invitaran a ese lu- desde 1974 en la revista Acuarimántima. de por aquí, era imposible ponerme a escribir so- Reservas: 254 45 10
gar. Y aproveché la oportunidad para hablar del Hélmer Cañaveral, hoy magíster en educa- bre alfombras mágicas, corceles, princesas; no,
talento que hay en los barrios populares. Y dije ción, asoció a Helí en un horizonte vital com- yo tenía que escribir sobre mis muros oscuros,
que el talento no era solamente Helí Ramírez, partido con otras personas de su entorno más mis callejones sin pavimentar, el odio, la alegría,
Fredy Serna, etcétera, etcétera. Sino que Castilla directo. Esto escribió en el primer número de la tristeza de la gente que me rodea, de mí mis-
había producido y produce médicos, ingenieros, Común…@, “cualquier producción cultural, mo, de mi familia”.
sociólogos, músicos, profesores de secundaria, por muy individual que parezca, tiene un com- El 23 de junio de 2006 múltiples celebridades
universitarios. La educación es el camino por el ponente social. En esa medida, Alfázar, Helí Ra- de la ciudad letrada confluyeron allí para juntar-
cual los jóvenes de los barrios populares podría- mírez, Luis Eduardo Arango, Janeth Cartagena, se alrededor de la poesía de Helí, en un evento
mos ir labrando un futuro, no solamente indivi- Las Camanduleras, René Higuita, Miguel Res- planeado por la cofradía de los “tres malditos”,
dual, sino colectivo”. trepo, una buena gente que hace algunos años Enrique Betancur, Juan Cano y Fredy Serna; y
*** se ganó el premio “Escriba la historia de su ba- que el periodista John Amariles refirió en una Nuestra comida es un acto de amor y sanación.
Desde finales de los años noventa, esa nueva rrio” y profesionales de varias áreas académicas, de sus columnas en el periódico El Mundo. Para Es un momento de conexión con el otro,
juventud de profesionales del barrio, que él tanto también son frutos de lo que cotidianamente se Juvenal Gutiérrez, artista de la zona, esa expo- por medio del cual tenemos la posibilidad
admiró, le tendió una serie de emboscadas para construye en estos espacios comunes”. ¿Y qué sición “fue como una reunión de muchos perso- Le solucionamos todos sus problemas navideños
intentar atraparlo y expandir la realidad de sus más común que un lenguaje que late en un te- najes en el barrio alrededor de una gran obra,
de recordar que la vida, con toda
palabras entre los callejones y los adobes de las rritorio desnudo y que con medios muy escasos alrededor de un gran personaje; fue inolvidable su magia y creatividad
empinadas barriadas en el reverso de la ciudad. se arroga a sí mismo visibilidad, el poder de la para todos porque hubo una convocatoria increí- es INFINITA
La idea de los miembros de Común…@, medio in- enunciación, a través de una poesía que brota de ble y eso cayó hasta el perro y el gato. Fue una
formativo cultural de la zona noroccidental de lo cotidiano? integración maravillosa, se sentía la vida de la Carrera 64C # 48-188 SOLO LO MEJOR
Medellín, era entrevistarlo y lo lograron. El es- *** cultura, se sentía vivo el ambiente, una belleza”. Suramericana 5 local 101 Libros
tudiante de filosofía Edgar Arias presentó a Helí Gracias a la organización de exposiciones de Pero el barrio no fue a ellos, sino que ellos Postres
como habitante del barrio, autor de lecturas in- arte y a la programación de conciertos, los bares llegaron hasta allá. Óscar Jaramillo, Víctor Gavi- Almuerzos
faltables y exponente de la cultura de los de aba- se insertaron como espacios de encuentro en la ria, Beatriz Mesa Mejía, Luis Fernando González Clle 53 # 64A-27 Barrio Carlos E Restrepo Café
jo, “en las comunas de Medellín el arriba es abajo evolución del barrio. “Las casas de la cultura han Escobar, Luis Fernando Macías, Juan José Ho- Teléfono: 2302522 Compañía
y no existe forma más simple de describir una sido realmente los bares. Los bares son las casas yos, entre otros artistas, docentes universitarios
Tel. 2301836 • Lunes a sábado de 9 a 9
e investigadores, se dirigieron hacia el corazón
de Castilla, al caer la tarde, en la madurez de la
noche, en tiempos de seguridad democrática.
Esa noche, en la inauguración, doña Aura Vás-
quez, reina de acera, vestida como de costumbre
con su delantal blanco, surtió de frituras a todos
los asistentes, que tuvieron el placer de degustar
esas empanadas crocantes, doradas golosinas de
sal que todavía vende en la esquina de la iglesia
San Judas, en la carrera 68 con calle 98, y que

NOS
Helí no pasó por alto: “Él venía, y me preguntaba
cómo se hacía, qué le echaba, cómo se me hizo

PREPARAMOS
pa prender el bombillito, pues, de yo poner esto
acá, yo con mis hijos tan pequeños”.
***
A los que vivimos en esta ciudad de amores
y desencantos, Helí nos instó a advertir el pai-
saje que nos rodea y a adentrarnos en esas car-
PARA EL
tografías y devenires que trazó con originalidad
en sus relatos, rebosantes de imaginación y rea-
lidad, entre sueños e insomnios. Sus textos son
la manifestación de un imaginario urbano sin- de arte y cultura
gular, alcanzado en un estilo de escritura ligado
a una forma de vivir y ver el mundo, un lenguaje
cambiado para que las “fuerzas del orden” no les
cortaran la lengua; narraciones que como hecho
literario amplifican la comprensión de una épo-
Esta es la oportunidad para que artistas
ca vista desde los barrios de las laderas, tanto en y gestores culturales expandan sus ideas,
lo agradable como en lo desagradable, con una
luz de acá que se hizo de la oscuridad de aquí. dejen memoria en sus comunidades
El hombre continúa vivo en la ciudad, habi-
ta en el amor de sus familiares, en la memoria de y lleguen a conquistar
sus vecinos y de sus parceros de andanzas. Gene-
raciones por venir se toparán con sus libros. Lo
escenarios internacionales.
leerán en toda Antioquia, de la a la z, desde Abe-
jorral hasta Zaragoza, de vuelta por Ebéjico. “Mi
discurso no ha de llevar pasos de censura / a los
jóvenes de ese siglo. / Mi discurso no ha de alabar La cita es del 25 al 28 de abril
la ley que se inventan / unos humanos para do-
minar a otros”. Su discurso seguirá visibilizando en el Jardín Botánico
lo que era invisible, invisible no porque no se pu-
diera ver sino porque no existía el lenguaje para Joaquín Antonio Uribe
traducirlo; no porque no se viera sino porque no
se quería mirar: el chisme, los revoliones, los bon-
ches, las batidas, la pachanga, el erotismo, lo trá-
gico; el rebusque, la inconformidad, el silencio; Organiza:
la Colina, Pedregal, Guayaco, Palacé; la gallada,
Milín, el Zarco, el Tuzo, el Gago, el Vizco; el que
arregla sombrillas dañadas y ollas a presión; el de

www.expocultura.com.co
los dedos hinchados de tanto camellar.
Porque el futuro es de nosotros, los de la par-
te alta abajo.

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