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44 DOMINGO, 11 DE DICIEMBRE DE 2016 LaOpinión DE MÁLAGA

Opinión y participación

LA MUJER QUE CANTA


y en la gramática de los pensamientos a
través de las pausas, propias de Wim
Wenders, una de las influencias junto
con la de Kurosawa de Jim Jarsmuch. No
za humana. Esta semana me ha ocurri- los obligados por la muerte sin descan- tiene Paterson la melancolía espectral ni
do con una película y una obra de tea- so de su madre a encontrar al padre que las graduaciones azules de la historia de
tro. Dos oasis y bibliotecas de la cultura creían muerto y al hermano cuya exis- Sólo los amantes sobreviven pero es un
que soy y comparto. tencia ignoraban para entregarles unas encantador cuento Capra con una her-
Empezaré con Incendios de Wajdi cartas, y descubrir una verdad que sólo mosa atmósfera hopperiana en las es-
Mouawad. El escritor y director libanés entonces podrá ser contada. cenas pictóricas de la espera, la soledad
Cuaderno de mano que durante su infancia en Beirut con- Tres historias, tres incendios, tres en recogimiento, el bar de las almas de
templó desde lo alto de un edificio personajes más en pie y carnalidad del noche y del amor al borde de una his-
Guillermo Busutil cómo un autobús abarrotado de refu- teatro en la prestancia y voz de la reina toria de la que no sabemos qué ha su-
 Escritor y periodista giados palestinos era acribillado por las Nuria Espert, Nawal madre y la mujer cedido. Tampoco posee el humor negro
www.guillermobusutil.es milicias cristianas, al comienzo de la gue- que canta, inconmensurable en el des- de Flores rotas o de Noches en la tierra
rra civil libanesa de la que su familia garrador discurso del juicio a su verdu- que se vuelve humor introspectivo en Pa-
huyó a Paris en  y seis años después go, y estéticamente Maga en los tres terson, pero tiene la misma belleza fo-

L
a cultura es un consumo de a Montreal. Aquella herida en la mirada, gestos y siete segundos en penumbra tográfica de siempre en los planos de la
felicidad con bouquet. Un li- junto con el drama fratricida, está re- con los que se va transformando, con- catarata del río Passanic –manantial de
bro, una exposición, un con- creada en la historia que se hizo célebre forme la visten, en la anciana abuela Na- inspiración, y flujo del tiempo-, o del cris-
cierto, una película, una al ser llevada al cine en  por Denis zira. Ninguna emoción ni credibilidad se tal por cuyo interior el autobús navega
obra de teatro, te brindan el deleite de Villeneuve y que ha representado en el le resiste tampoco a Ramón Barea, como un barco en bonanza. Una boni-
la evasión y te regalan un estado con el Cervantes de Málaga el Teatro de la grande en su papel de notario Lebel, pro- ta película sobre cómo los ecos de la ru-
que cruzar después hacia el tiempo de Abadía con dirección de Mario Gas. pio de O´Neill y de Miller, y fantástico ha- tina, la belleza de los pequeños gestos e
fuera. Y cuando su propuesta es esplén- Toda una lección de teatro, maravillosa, kawati del secreto y del origen como Ab- incluso una caja de cerillas pueden con-
dida, te conquista y te embriaga, la cul- trágica y poética en su turbación y en su dessamal y Malak.  personajes de vertirse en la poesía de la vida. No es
tura despierta más allá el paladar y hace humanidad en la que se funden la vida una caja de Pandora que indagan en la poco remansar el espíritu en esta idea-
difícil desengancharse de lo visto y lo y la muerte, la fábula del destino y la bús- barbarie y humillación de las víctimas de lizada ciudad de cine, en la que todo se
sentido. La embriaguez provoca el de- queda, la derrota y la dignidad, la lucha la guerra y en cómo descarnar el silen- reconstruye cuando amanece y el des-
seo de seguir permaneciendo dentro de y la resistencia, y cómo es posible con- cio del dolor. Llueve para fertilizar la tie- tino es un turista japonés, en estos tiem-
la historia, degustando de nuevo los de- vertir la violencia en amor. Su drama y rra de sangre seca. Llueve porque el pos donde el ritmo es la oferta de la fu-
talles, las emociones o ideas que la lec- su belleza te secuestran la atención y el llanto cicatriza. No puedo contar el final gacidad o la del estrés a cambio de sal-
tura, las piezas plásticas, los actores te aplauso contenido durante tres horas, porque desde el  de diciembre al  de do.
han contado atándote a ellas y a su eco. cuya única pesadez es la que causan las febrero y el verano después estará en Cada cual atraviesa estos días a su ma-
En esos momentos la cultura es una po- toses. Esa nerviosa mala educación del Oviedo, Sevilla, Las Palmas de Gran Ca- nera y busca la celebración de la vida en
ética forma de felicidad que nos ayuda público español contra la que se crecen naria y Tenerife. No se la pierdan, vayan, un espectáculo distinto. Para unos ha
a fluir dentro de nosotros mismos. Tam- admirablemente los actores en la fragi- aunque no sean aficionados al teatro. Po- sido el puente de un viaje después de las
bién con aquellos que han compartido lidad de su concentración, especial- cas veces degustarán un vino gran re- lluvias, para otros consiste en inmorta-
esa misma experiencia sensitiva y de co- mente cuando son monólogos de in- serva cuya amarga persistencia en el pa- lizarse en un selfie en medio de la sin-
nocimiento, y con los que se puede cre- creíble tensión lírica como sucede en In- ladar se transforma en una caricia de ex- fonía de luces de la calle capital en la que
ar una enriquecedora conversación de cendios. traordinaria riqueza sensorial. desembarcan autobuses de la provincia.
puntos de vista, de matices, de referen- El mérito de que esta pieza conmue- Familia de Nawal Marwal podría ser Y los hay que subirán hoy a Colmenar a
cias. Una disección colectiva que re- va y acaricie, atrape al espectador y ra- Golshifteh Farahani, mariposa en pop la fiesta del mosto y la chacina. Yo me
cuerda aquellos cinefórum de los que tifique la pasión por el género, se debe blanco y negro y mujer lúcida de Adam quedo entre los que consumen cultura
provienen esos fieles espectadores ca- tanto a la fuerza de un texto coral, Driver, el conductor de autobús afable y y mañana festejaremos la apertura del
nosos de los cines con versión original arraigado en su drama y en la psicología sereno de Paterson, la última película de Museo de Bellas Artes en la Aduana de
y cine de autor. El mismo público que emocional de los personajes en Sófocles, Jim Jarmusch por la que conduce el Carlos III que fue en tiempos de revuel-
llena los teatros en los Festivales y en Eurípides y Shakespeare, como a la so- protagonista su oído y su mirada, sin per- tas una ratonera en llamas y una sede po-
cada ocasión en la que participa una bresaliente interpretación de sus acto- der la sencilla sonrisa del observador y licial en la que la izquierda clandestina
buena compañía, actores de prestigio res desdoblados en varios personajes, ex- armando domésticos y sencillos poemas pernoctaba. Y mientras mañana la cul-
como José Sacristán, Flotats o José Luis ceptuando a una espléndida Laia Ma- al estilo de William Carlos Williams, na- tura gana la pinacoteca por la que tan-
Gómez, y textos cuya profundidad y rull, crecida en su madurez escénica en tivo de Paterson, en pareados que en- tos firmamos la calle, seguiré la vida
gama continúa siendo un espejo en el el papel de la joven Nawal Marwal, y a los cuentran su metáfora en las parejas de adentro cruzando la ciudad en autobús
que mirarse las sombras de la naturale- actores que dan vida a sus hijos geme- gemelos que continuamente aparecen y escuchando a la mujer que canta.

ESTACIÓN MÁLAGA
Lorenzo Saval y Antonio Lafarque. de nuestras realidades.
Cientos de fotografías, cuadros, poe- El viaje sobre ruedas por antonoma-
mas, artículos y prosas que repasan el sia. El vértigo de la existencia entregada
infinito imaginario ferroviario de la hu- al placer de ese tiempo suspendido que
misma, el profesor de la UMA Ferrán manidad. Dividida en temas (locomoto- es saberse pasajero de un tren que con-
A media voz Fernández), es una invitación al viaje, a ras, ventanillas, humo, vapores y silba- ducen otros. La nana divina de los tre-
la imaginación, a la buena literatura y al tos, oficios, estaciones, andenes, besos nes que escuchan, desde un arriba que
Jesús Aguado misterio. Algo pasa ahí que, escena es- de ida y vuelta, vías y señales, billetes, parece lo más abajo, estrellas y planetas
cena y dibujo a dibujo (magnífica la at- equipaje, puentes, amor y desencuen- para afinar sus nocturnas melodías me-
mósfera densa y limpia y oníricamente tros, mirando el paisaje, lectura sobre tálicas. Los trenes, que apenas nacieron

A
unque uno ya sabía desde lúcida, de corazón que bombea a la ve- ruedas, trenes en el paisaje, trenes en la hace un par de siglos, parecen tener,
hace dos décadas que, con- locidad de los vagones sobre los rieles, noche, ver pasar trenes, trenes míticos, como sus hermanas las barcas silencio-
tra cualquier lógica geográfi- que consigue la autora de los mismos), trenes fantásticos, él último tren, tranví- sas, miles de años de vida: tal es la hon-
ca, el Transiberiano atrave- uno intuye que habla de él. Una historia as, metro y un largo etcétera), uno avan- dura de sus implicaciones emocionales,
saba toda la estepa rusa para acabar de- de soledades tumultuosas y de fidelida- za por su páginas como esos asaltantes tal es la manera en que se han arraigado
teniéndose en Málaga gracias a la edi- des frágiles (al amor como microscopio o esos fugitivos que en las películas se en nuestros mecanismos narratológi-
ción artesanal que realizó Árbol de Poe para el alma, a la escritura como forma juegan la vida corriendo por el techo de cos, tal es su capacidad para despertar
de un largo poema de Blaise Cendrars de vida, al desplazamiento como cons- los vagones: con la adrenalina dispara- ensoñaciones felices y adormecer an-
(Prosa del Transiberiano y de la pequeña tatación de que nadie se mueve de su da y vigilando de reojo para no golpear- gustias. Es lo que descubrimos abor-
Juana de Francia), ahora nos lo recuer- centro haga lo haga) que es la de cual- se la cabeza con un túnel. Porque es de dando esos trenes, el Trasiberiano de
da la publicación de Transiberiano. Este quiera de nosotros a poco que nos aso- verdad un monográfico antológico e in- Cumpián y Herrero y los de la revista Li-
guion, escrito por Francisco Cumpián a memos sin trampas a lo que somos. olvidable, y porque se agradece de cora- toral de Saval y Lafarque, detenidos en
partir del poema de Cendrars y con ilus- En otra de las vías de la Estación Má- zón tanta sensibilidad, tanta inteligen- la Estación Málaga. A uno, que ama los
traciones de Mavi Herrero, que puede laga también se acaba de detener el úl- cia y tanto talento puestos al servicio de trenes con pasión, no se le ocurre mejor
encontrarse en la editorial Luces de Gá- timo número de la revista Litoral: Tre- un símbolo universal (al menos desde regalo que este para huir del inmediato
libo (un saludo desde el andén de esta nes. Arte y literatura, cuya edición se el siglo XIX) al cual hemos confiado e insalvable tedio de las fiestas que se
columna al revisor y maquinista de la debe a la sabiduría y al buen gusto de muchos de nuestros sueños y algunas avecinan.

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