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Ese “deber de reserva” a cargo de las Entidades Financieras surge en dos parámetros
interrelacionados entre sí, y que son: a) La obligación del “secreto profesional” a cargo de la
Entidad Financiera, y b) El “derecho a la intimidad” de los clientes financieros como facultad
exigible de cumplimiento.
Para el primer caso, se justifica debido a que las normativas aplicables obligan al funcionario
de la Entidad Financiera (bajo responsabilidad) a guardar reserva de la información a su cargo
inclusive de forma posterior a su servicio, alcanzando esta obligación a personal no
funcionaria permanente pero que la Entidad Financiera actúa a través de ella.
Este constituye el pilar fundamental de las aseveraciones acerca del derecho a la intimidad.
Pese a ello, debemos tener en consideración que no es directamente la que instituye el
secreto bancario de manera específica, pues dicha labor fue realizada por el legislador de una
manera intrínseca en diversa normativa:
En primer orden, podemos citar en el artículo 1307 del Código de Comercio (Decreto Ley Nº
14379 de 25 de Febrero de 1977), el cual estipula:
“(Secreto Bancario). Las instituciones bancarias y de crédito guardaran el debido
secreto acerca de las operaciones que realicen y de la información recibida de sus
clientes. Las entidades bancarias y de crédito y sus funcionarios que violen esta
disposición responderán solidariamente de los daños y perjuicios ocasionados con ello,
salvo que deban revelar tales secretos por mandato del juez dentro de juicio con los
recaudos correspondientes y por requerimiento fundado de la administrativa de control.
La información intercambiada entre los bancos y entidades de crédito entre sí gozan
también del secreto bancario.”(…)
Así mismo, la ley de bancos y entidades financieras (ley 1488 de 14 de abril de 1993),
establece en su Título Sexto Capítulo I, el instituto del “Secreto Bancario”:
Art. 86.- “Las operaciones bancarias en general estarán sujetas al secreto bancario. No
podrán proporcionarse antecedentes relativos a dichos operaciones sino a su titular, o
a la persona que lo represente legalmente.
Art. 88º.- “Quedan obligados a guardar secreto de los asuntos y operaciones del
sistema financiero y sus clientes, que lleguen a su conocimiento en el ejercicio de sus
funciones, los directores, síndicos, gerentes y suplentes de: 1. Entidades de
intermediación financiera. 2. Banco Central de Bolivia. 3. Empresas de auditoría
externa 4. Empresas valuadoras de riesgo. 5. Empresas vinculadas de entidades
financieras.
Art. 89º.- El Superintendente y los empleados de la Superintendencia, aún después de
cesar en sus funciones, están prohibidos de dar a conocer información relacionada con
los documentos, informes u operaciones de las instituciones financieras o de personas
relacionadas con el sistema financiero. El funcionario o empleado que infrinja esta
prohibición, será destituido de su cargo, sin perjuicio de las responsabilidades civil o
penal que correspondan.
Art. 90º.- La Superintendencia dará la siguiente información: 1. La relación de cuentas
corrientes cerradas por giro de cheques sin provisión de fondos. 2. La relación de
deudores en ejecución del sistema financiero. 3. Informaciones estadísticas de carácter
no personalizada sobre las entidades financieras.