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Qué es Hombre:

Hombre es una palabra que puede referirse, de manera general, al ser


animado racional, sea varón o mujer, que forma parte de la especie humana.
En este sentido, la palabra suele ser empleada como sinónimo de ser
humano, especie humana u Homo sapiens. Como tal, el vocablo proviene del
latín homo, homĭnis.
No obstante, en el habla cotidiana, al decir“hombre” se alude al ejemplar de la
especie humana de sexo masculino, también llamado varón o, desde un punto
de vista biológico, macho.
El vocablo hombre, por otro lado, es también empleado para diferenciar al
varón que ha alcanzado la edad adulta de los ejemplares más jóvenes.
Al concepto de hombre también se le han atribuido, a lo largo de la historia,
una serie de cualidades que, supuestamente, lo diferencian de la mujer, como
el valor, la firmeza, el coraje o la valentía, consideradas todas virtudes
varoniles: “Tu muchacho ya habla como un hombre”.
El término hombre también suele utilizarse de manera genérica para
diferenciar a un grupo determinado de la especie humana: el hombre del
americano, el hombre primitivo, el hombre moderno.
La palabra hombre también es usada para referirse, específicamente, a
un esposo, a un marido.
Vea también Símbolos de hombre y mujer

Según la Filosofía, el ser humano, considerado como individuo, es una


unidad indivisible, dotada de alma y espíritu, cuya mente funciona de manera
racional: tiene conciencia de sí mismo, capacidad para reflexionar sobre su
propia existencia, sobre su pasado, su presente, y sobre aquello que proyecta
en su futuro, así como para discernir entre aquello que en una escala de
valores se le presenta como lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, o lo
justo y lo injusto. Persona, en nuestra cultura, se opone a cosa y a animal, aunque de
distinto modo. En cuanto opuesto a cosas y a animales el término persona se aproxima al
término hombre. Sin embargo no se superpone con él:

(1º) Porque existen, entre las creencias de nuestra cultura, y sobre todo en el lenguaje,
personas no humanas (personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo; personas angélicas o
diabólicas; o incluso las extraterrestres).

(2º) Porque hay seres o cosas que son humanos, pero no son personales (por ejemplo el
“hombre de Neanderthal” –nadie dice: “la persona de Neanderthal”– o bien una máquina, un
mueble, y en general, la “cultura extrasomática” [429], que es humana, “cultura humana”, y no
es personal).
Persona humana añade algo no sólo a “persona” sino también a “humano”. El hombre recibe
una determinación importante cuando se le considera como persona así como la persona
recibe una determinación no menos importante cuando se la considera como humana. Por
tanto, no es lo mismo hombre que persona, como tampoco es lo mismo hombre [488]
que ciudadano [736]. “Hombre” es un término más genérico o indeterminado, que linda con el
“mundo zoológico” (decimos hombre de las cavernas pero sería ridículo decir persona de las
cavernas); “persona” es un término más específico que tiene que ver con el “mundo civilizado”
o, si se prefiere, con la constelación de los valores morales, éticos o jurídicos propios de este
mundo. La misma etimología de la palabra persona demuestra que es un concepto
sobreañadido al concepto de hombre. Un refrán de origen jurídico, también lo recuerda: homo
plures personas sustinet, es decir, el hombre sostiene o desempeña muchas máscaras o
papeles (un mismo hombre es empresario y delincuente, es padre y metalúrgico, etc.).
“Persona” era, en efecto, la máscara o careta que usaban los actores de la tragedia para hablar
–per sonare–. No decimos que los hombres actuales puedan no ser personas; decimos que
cabe un concepto de hombre al margen del concepto de persona. En el derecho romano los
esclavos eran hombres pero no eran personas. Lo que queremos subrayar es que aquellos
juristas romanos que usaban el concepto de hombre lo disociaban del concepto de persona; de
suerte que, históricamente, ocurre como si nuestro concepto actual de persona, como
equivalente a hombre, fuese el resultado de una ampliación del concepto de persona a los
esclavos. Según esto, cabría decir que el concepto de persona apareció como resultado de un
proceso vinculado a la liberación, al menos teórica, de los esclavos (o de los bárbaros) y no
como un mero concepto abstracto, mental, intemporal.

La persona humana ontológicamente considerada es sustancia racional dotada de


conocimiento, de voluntad y dueña de sus actos. £1 estudio ontológico comprende la
totalidad, la plenitud del ser indi- vidual para llegar hasta sus últimas consecuencias: lo
absoluto.

Te explicamos qué es el hombre y su significado a lo largo de la historia.


Además, sus definiciones según la filosofía, antropología y biología.

La existencia del hombre en el planeta proviene de hace 315.000 años.

1. ¿Qué es el hombre?
El ser humano, antiguamente referido de modo general como el
hombre (descartado por referir únicamente a los seres humanos de sexo
masculino), es el único animal consciente y capaz de lenguaje que
existe en la Tierra. Su existencia en el planeta proviene de hace 315.000
años, cuando surgió entre otras especies de homínidos hoy extintos y se
esparció a lo largo y ancho de los continentes.

El rango distintivo de nuestra especie es el desarrollo de una consciencia


compleja, capaz de generar un lenguaje articulado y a la vez de un
razonamiento inteligente, lo cual nos ha permitido comprender y forjar el
mundo a nuestro alrededor del modo que nos resulte más conveniente. Para
ello hemos desarrollado herramientas, artefactos e incluso elementos químicos
anteriormente inexistentes.

Sin embargo, el ser humano está solo en su planeta y carece de respuesta


para sus preguntas más trascendentales sobre la existencia, la vida y
la muerte, por lo que ha desarrollado a lo largo de los siglos de civilización
humana diferentes filosofías y sistemas de creencias, que entre otras cosas le
han permitido definirse a sí mismo.

En ese sentido, los seres humanos compartimos rasgos mentales y


cognitivos esenciales, como la consciencia de nosotros mismos y de nuestra
muerte segura, la capacidad de recordar nuestro pasado y de prever el futuro,
así como de vincularnos simbólicamente con el universo (a través del arte, o de
las religiones, por ejemplo).

Sin embargo, resulta siempre un reto definir qué es lo humano, y al respecto se


han tejido a lo largo del tiempo numerosas perspectivas.

Puede servirte: Evolución del Hombre.

2. El hombre en la filosofía
La pregunta esencial de la filosofía es “¿qué es el hombre?”.

La rama de la filosofía que se ocupa de pensar el sentido esencial de lo


humano, abarcarlo, contemplarlo totalmente, es la antropología filosófica. Su
pregunta esencial, en ese sentido, es “¿qué es el hombre?”, y desde épocas
antiguas ha ofrecido numerosas respuestas posibles.

Así, para el filósofo francés René Descartes (1596-1650), padre del


pensamiento racionalista, el ser humano debía definirse como un ser pensante;
mientras que para Immanuel Kant (1724-1804), primer filósofo del criticismo y
precursor del idealismo alemán, el rasgo distintivo del ser humano debía ser su
capacidad para autodeterminarse moralmente.

En cambio, el poeta, dramaturgo y filósofo alemán Friedrich Schiller (1759-


1805), figura central del clasisismo de Weimar, proponía que el hombre era “un
ser que puede querer”, una definición muy vinculada con el Romanticismo, que
valoró las emociones y la subjetividad humanas por encima de cualquier otro
rasgo de su persona.

Otras definiciones de lo humano lo vinculan con su capacidad de construir


herramientas (Benjamin Franklin), de simbolizar (Ernst Cassirer) o de elaborar
un lenguaje propio articulado (Ferdinand de Saussure). Por su parte, el
concepto marxista (en la doctrina del materialismo dialéctico de Karl Marx), lo
propone como el protagonista de la historia: el ser capaz de crear, producir y
transformar la realidad a su alcance.

3. El hombre en la antropología
El ser humano ha mitificado desde siempre su origen con fábulas y relatos
fundacionales.

El ser humano es un ser gregario, que prefiere la compañía de sus


congéneres a la soledad, y por eso desde épocas remotas se agrupó en
tribus, comunidades y estructuras sociales cada vez más grandes y
organizadas.

Gracias a su capacidad de lenguaje y comunicación compleja, pudo concebir y


transmitir a su descendencia un conjunto de creencias, leyes y perspectivas
vitales, que hoy en día conocemos como cultura.

En sus diversas ramas culturales, el ser humano ha mitificado desde


siempre su propio origen, a través de fábulas y relatos fundacionales que,
por lo general, poseen un carácter mágico o religioso. La creencia en un dios
creador (o varios) está ampliamente difundida en la civilización humana, y de
allí también una idea de sí mismo como la cumbre de la creación, el dueño del
mundo.

4. El hombre en la biología
El hombre mantiene relaciones sexuales de manera independiente al ciclo reproductivo.

El ser humano es un ser viviente del reino animal, perteneciente al orden de los
primates y a la familia de los homínidos. El nombre científico de la especie
es Homo sapiens (que traduce “hombre sabio”), y ésta se originó durante el
pleistoceno medio, entre 0,781 y 0,126 millones de años.

Se trata de una especie bípeda, de notorio dimorfismo sexual (diferenciación


física entre los sexos) y de reproducción sexual que tarda alrededor de 9 meses
en engendrar un nuevo individuo.

Es, además, una de las pocas especies de la Tierra que mantiene relaciones
sexuales de manera independiente al ciclo reproductivo.
Su nutrición es omnívora y su expectativa de vida ronda los 80 años,
aunque en ello incidan condiciones genéticas y de su entorno.

Fuente: https://concepto.de/hombre-2/#ixzz6OEbScy1H

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