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A partir de la investigación sobre los inicios del arte escultórico en Resistencia y cómo se

trasladó a la conformación de la Bienal de las Esculturas, surge como objeto de estudio y


como caso de análisis el evento de la Bienal, abordando principalmente la edición 2018
con su temática “Identidad en movimiento”, haciendo enfoque en aspectos
correspondientes al evento y los factores que lo influencian, como la organización y su
poder, el jurado y el poder que adquieren a través del lugar que le otorga la organización,
el artista ganador y su status ganado a través de su obra, las otras disciplinas que hacen
al evento en sí, y el carácter que toma el mismo más allá del factor artístico-cultural que lo
configura.

Basado en un respaldo teórico, sociológico y antropológico a partir de los siguientes


conceptos: Hegemonía – Arte por destino y Arte por metamorfosis- Tradiciones
Instituciones y Formaciones – Campo – Mercado del Arte

Los primeros concursos lograron lo que hoy en día se conoce como la Bienal
Internacional donde la Fundación Urunday y el Gobierno de la provincia de Chaco
trabajan para hacer lo que ellos llaman una verdadera celebración de la identidad de los
chaqueños. Visitantes llegan desde los más diversos puntos del país y del mundo,
transformando el Predio de las Bienales en un suceso cultural y social que genera un
intercambio pluricultural, hasta el punto de insertar a Resistencia como una referencia
internacional del arte y la cultura.

En cada edición, entre diez y quince artistas del ámbito regional, nacional e internacional
son previamente seleccionados teniendo en cuenta su participación en éste u otros
certámenes previos. Durante el plazo de una semana, deben realizar su obra al aire libre
y a la vista de los visitantes. Al finalizar la semana, se lleva a cabo una ceremonia de
clausura, con su correspondiente entrega de premios.

El evento se realiza en torno a una temática seleccionada, con pautas a seguir. A través
del cumplimiento de las mismas, se puede alcanzar el premio de ocupar el primer puesto
en la edición correspondiente. Cabe destacar que estas pautas son preestablecidas en
cada edición por los mismos organizadores del evento en relación con la búsqueda y la
selección de un tema, y en relación con la convocatoria de un jurado que va a ser el que
elija al artista ganador.

Una de estas ediciones se llevó a cabo en el año 2018, con la temática “Identidad en
Movimiento” como concepto inspirador, con la premisa de celebrar los 30 años de
concursos en Chaco, a través de unificar a diez competidores ganadores de ediciones
pasadas.

“Construimos un mundo de sentidos que nunca está quieto; debajo de los cielos, todo es
movimiento. Tal vez la nada sea la única quietud absoluta. La identidad es una estética
colectiva. Es sustancia y contingencia; más que certezas, búsqueda. La identidad es
también movimiento. La escultura consolida la identidad del Chaco, El tiempo- gran
escultor- y el hacer, van acumulando un sentimiento de aprobación, y de pertenencia. La
identidad escultórica chaqueña es movimiento, crecimiento, espiral ascendente que
acumula espíritu y pasión.” (Catálogo oficial Bienal 2018).

Este fragmento del catálogo oficial de la Bienal presenta una breve descripción del tema
seleccionado al cual deben ajustarse los artistas y construir a partir de eso sus
producciones. Para la selección y presentación de un tema específico, existe un grupo
determinado, en este caso la fundación Urunday, que con el peso de su autoridad hace la
elección del tema, de los artistas que van a ser llamados a competir y del jurado.

Es importante hacer hincapié en la selección del jurado ya que son ellos los que apelan a
sus juicios y valores para determinar el ganador. El ganador no solo se lleva el premio
mayor, sino que también se le otorga, al premiarlo, status y validez a su obra. De alguna
manera lo legitima como obra de arte escultórica enmarcada en ese contexto. Por lo
tanto, el jurado no solo cumple un rol fundamental en torno a la dinámica del evento, sino
que ellos funcionan como los agentes legitimadores de la obra de arte y son los que
señalan a las obras, de tal manera que incluso pasen a ser patrimonio de la Ciudad de
Resistencia una vez otorgado el puesto.

Si hablamos de la elección de un grupo según cierto criterio y juicio, podemos entender


que estamos frente a una fuerza de poder para decidir y estructurar en base a sus
intereses qué tomar y qué dejar de lado, incluso en qué marco situarlo. Esto es lo que
refleja cómo ejercen la autoridad que tienen frente a otras.

En este sentido nos podemos preguntar por qué la elección de ciertos artistas - incluso a
nivel internacional - por qué la elección de convocar a tal jurado, teniendo en cuenta que a
través del lugar que se les otorga adquieren el poder de decidir y seleccionar apelando a
sus juicios para elegir una obra y a un artista entre tantos. Sin obviar que con la elección
también se dejan de lado otros artistas y otras obras.
Si bien una competencia como tal siempre implica la elección de un ganador y por lo tanto
la no elección de otros que quedan por fuera, es importante destacar cómo de esta
manera se presentan dos clases (no necesariamente de forma directa ni coercitiva) por un
lado, una clase dirigente y por otro lado una clase subordinada, que es la que depende de
la dirigente para que su obra pueda enmarcarse con validez en ese contexto. Se entiende
entonces que, para adquirir el poder de decidir frente a otros, estamos hablando de una
fuerza hegemónica.

En este sentido, estas fuerzas de poder que adquiere la organización, pueden ser
consideradas hegemónicas ya que son los que ajustan y enmarcan desde un principio
cada obra que se va a producir, en este caso lo hacen según una temática específica, la
cual también seleccionan a su juicio. Sumado a la elección de la convocación de los
artistas que se hacen según ciertas categorías y criterios, todo comandado por la
fundación que está a cargo del evento.

Para entender a qué nos referimos con hegemonía y por qué la relacionamos utilizando
como fundamentación del funcionamiento del evento y su organización, es importante en
una primera instancia citar las definiciones que surgieron a lo largo del tiempo y cómo se
fue construyendo un concepto más amplio de hegemonía para que hoy podamos
vincularlo con este caso en particular.

La definición tradicional de «hegemonía» es la de dirección política o dominación,


especialmente en las relaciones entre los Estados. El Marxismo amplió el concepto
aplicándolo a las relaciones entre las clases sociales y especialmente a las definiciones
de una clase dirigente. Por su parte, Antonio Gramsci planteó una distinción entre el
concepto de “dominio” y el concepto de “hegemonía”, explicando al dominio como una
expresión en formas directamente políticas en tiempos de crisis, de una manera coercitiva
directa o efectiva, y desarrolló la definición de hegemonía como un complejo
entrelazamiento de fuerzas políticas, sociales y culturales que funcionan como fuerzas
activas sociales y culturales que constituyen sus elementos necesarios.

Para la Teoría política marxista, los efectos que produce sobre la teoría cultural
específicamente, son inmediatos, ya que Hegemonía es un concepto que incluye y hace
efecto inmediato sobre otros conceptos como el de ideología en un sentido Marxista, en la
que un sistema de significados y valores constituye la expresión o proyección de un
particular interés de clase y como el de cultura, considerado un proceso social total en
que los hombres definen y configuran sus vidas.

Al hablar de una fuerza de poder podemos remitirnos al concepto de hegemonía que nos
plantea Williams, este es uno de los casos del ámbito cultural en el que está inmerso,
pero que también está influenciado por otros campos - social, político y económico - que
forman parte de un sistema y que hacen que se tomen ciertas decisiones a la hora de
seleccionar y adquirir los artistas, las obras y su temática dentro de este campo. El poder
que tienen para determinar qué seleccionar y qué no, tienen que ver con las formas de
dominación en relación a las de subordinación.

Lo que es importante entender es que estas fuerzas hegemónicas de la cual habla el


autor, son las mismas que determinan la totalidad de la vida, un sentido de la realidad
para la mayoría de las gentes de la sociedad. Por lo que se imponen ideologías sobre las
conciencias y en la medida en que son experiencias prácticas parecen confirmarse cada
vez más, se naturalizan, y evitan que nos lo replanteemos. Se podría decir que esto
sucede cada dos años, a medida que el evento se realiza como una costumbre y cada
vez va adquiriendo una mayor dimensión.

Se puede hacer una analogía con el concepto Marxista que hace una distinción en la que
se refleja una sociedad de clases en donde hay una desigualdad entre unas y otras. Es
decir, una clase dominante y una clase subordinada. La clase dominante en este caso es
la que toma las relaciones de poder y de dominio, por la cual se considera hegemónica.
Sin embargo, esta no se da de modo individual ni pasiva; sino que debe ser
continuamente renovada, recreada, defendida y modificada frente a las subordinadas, que
se encuentran en una lucha de poder en donde se resisten y son desafiantes. Estas son
consideradas contra hegemónicas, o hegemonías alternativas.

Considero que las temáticas del evento rondan en torno a esta noción, ya que se van
actualizando según lo que está presente en la sociedad, tomando estos referentes para
que el evento siga movilizándose, tomando protagonismo y se mantenga vigente.

Canclini por su parte, amplía el proceso hegemónico destacando dos categorías de


objetos de arte que son utilizados de forma elemental para ejercer esta clase de dominio.

En primer lugar, la categoría de “arte por destino” que hace referencia a la selección de
los objetos. Como destaca Williams estos son los objetos de arte artificiales que ya están
diseñados para serlo y con el propósito de ser mirados. Es importante destacar que los
que determinan cuál de esos objetos tienen que exponerse en una muestra, por ejemplo,
o en este caso en la Bienal y cuáles van a poder ser vistos y bajo qué referentes, son
justamente estos agentes de poder, que a su vez le brindan un poder de reconocimiento a
esos objetos.

En este caso las producciones que se pueden considerar como objetos diseñados para
ser artísticos y ser mirados, son las obras de danza, conciertos de música y demás
manifestaciones artísticas que van variando en cada edición y que están hechas
exclusivamente para ser presentadas en el evento de la Bienal. Sin embargo, ese espacio
y lugar que adquirieron fue porque le otorgaron el espacio para constituirse como una
manifestación artística dentro de ese marco.

En el caso de la categoría “arte por metamorfosis” estos se seleccionan para


exponerse, pero esta vez ya no forman parte de paisajes o bodegones, o cuadros ya
narrativos con personajes etc. Justamente ellos lo seleccionan y le otorgan una narrativa
porque esta categoría hace referencia a los objetos que son tallados a mano o producidos
industrialmente, que originalmente pertenecieron a otro contexto y fueron seleccionados
casi como una suerte de re contextualización para incluirlos en la red de galerías y
museos como objetos artísticos.

Este es el caso de las obras de arte escultóricas, comienzan con el tallado a mano de la
materia prima que es la piedra, se va transformando en un objeto artístico con su
intención de ser vista estéticamente y dentro de ese contexto que la enmarca fuera del
cotidiano, de esta manera se la va transformando con el proceso y al pasar de los días
para conformarse como una obra de arte.

Es decir que en el evento existe la apropiación de objetos para situarlos dentro de ese
contexto en específico y editarlos en narrativas relacionadas a las temáticas que las
reducen a obras, en este caso relacionadas a la temática propia del evento “Identidad en
movimiento”. Además, siendo intervenidas como todo objeto cotidiano que se va a
transformar en una obra de arte. Este objeto cotidiano pasa a ser estético, llevado a una
experiencia estética con sus espectadores re contextualizado en el evento de la Bienal.

Cabe destacar que existen tres aspectos dentro de cualquier proceso cultural que influyen
en el proceso hegemónico, partiendo de la definición del autor de las tradiciones,
considerando que se manifiesta como una fuerza activamente configurativa en la cual se
hacen más evidentes las presiones y los límites dominantes y hegemónicos.
Esto se esclarece cuando hablamos más allá del concepto común de tradición “segmento
histórico relativamente inerte a una estructura social: la tradición como supervivencia del
pasado” y consideramos específicamente a la tradición selectiva, que como define
Williams es una versión intencionalmente selectiva de un pasado configurativo y un
presente pre configurado. Es decir que la tradición selectiva funciona como medio para
que dicha hegemonía se manifieste, lo hace seleccionando algunos significados los cual
toma para acentuarlos, excluyendo otras prácticas y significados. En este caso la
hegemonía se presenta como el “pasado significativo” que destacan en función de su
interés por la dominación de una clase dominante en específica.

De esta manera, se hace menos notoria o “inocente” la selección y logran mantenerla en


el presente para reafirmar su continuidad. Así, una versión del pasado se conecta con el
presente y permite ratificarlo mediante la práctica para que adquiera este sentido de
continuidad. Es por esto que el autor considera que el sentido hegemónico de la tradición
es siempre el más activo.

En este caso es importante vincularlo directamente con la historia de Resistencia en su


relación con las esculturas y la sensación de identidad que generan hoy en día. Suceso
que hoy es realidad pero que es parte de un proceso de años. A través de grupos y
organizaciones que pueden ser consideradas como las Instituciones y Formaciones que
complementan al concepto de tradición y que fueron los que trabajaron en el origen de
esta vorágine.

Estos grupos concordaban en sus reuniones promover este tipo de arte en Resistencia y
así lograr la expansión de la misma dentro de espacios culturales, instituciones que las
avalen, e incluso en la ciudad al aire libre. De esta manera, configuran las esculturas
como un arte valorado en la ciudad y respetado por los mismos ciudadanos, siendo parte
de su patrimonio e identidad. Más adelante logran conformar el evento de las esculturas
con gran dimensión, regional, nacional e internacional.

Junto a la doctora Giordano, el Arq. Ramón Gutiérrez aporta que, a partir de 1961, el
Fogón de los Arrieros lanzaría su plan de embellecimiento de Resistencia, que
configuraría una nueva fase en esta tarea de integrar el arte al espacio público, primando
de alguna manera la idea de crear una “ciudad-museo”. De ahí en más, a partir de 1969
comienza una verdadera “siembra” de esculturas al aire libre, frente a domicilios
particulares, comerciales, plazas, entidades bancarias e instituciones de distinto carácter.
Según Mariana Giordano, la misma continuó con diferentes gestores, extendiéndose con
algunas interrupciones hasta la actualidad. Uno de ellos, COPROAR (Comisión de
Promoción Artística constituida y presidida por Efrain Boglietti), en 1988 organizó el
Primer Concurso Nacional de Escultura, que se realizó en la Plaza central de la ciudad.
Además, con la colaboración de Fabriciano Gómez, que ya era un destacado escultor, se
constituyó la Fundación Urunday, una organización con el fin de estimular la enseñanza
práctica del arte escultórico y continuar las tareas iniciadas.

La fundación continuó con los emplazamientos y consolidó la imagen de Resistencia


como una ciudad que convive con las esculturas, y además diversificó y consolidó sus
concursos, único hecho cultural donde se congregan los más diversos niveles socio-
económicos de Resistencia. Así, el evento se convierte no sólo en un suceso cultural sino
también social, provocando un cambio de una valoración de tipo simbólico-histórico a una
de carácter artístico-cultural de las obras de arte mediante un prolijo registro, generando
una campaña de educación patrimonial en el cuidado y mantenimiento de sus esculturas.

De esta manera se puede relacionar el concepto de las formaciones. Es decir, cómo a


través de las organizaciones y los grupos que funcionaron como Instituciones legitimaron
de alguna manera ese arte para desarrollarlo y expandirlo como tradición. Así, formaron
un ciudadano en Resistencia que hoy en día considera las esculturas como una forma de
caracterizar su ciudad e identificarse como chaqueños.

En un principio empezó como una idea grupal, dentro del fogón de los arrieros, como
propuesta para promover el arte en la ciudad y su expansión. Fue a principios de los ’60
que se propuso sacar el arte a la calle, como una forma práctica de elevar el nivel cultural
y estético de la población, emplazando esculturas en el radio urbano y logrando así que la
obra escultórica pudiera exhibirse bajo las estrellas. Significó un modo diferente de
presentar el arte, lo cual implicaba la concentración en ámbitos comunicacionales
específicos con contenido estético.

Así, el diálogo que la obra escultórica fue entablando con su entorno fue cada vez más
intenso y recíproco, fueron articulándose los modos de emplazamiento y los lenguajes
plásticos con los procesos propios del crecimiento de la ciudad.

Lo que sirvió como fundamento para la conformación de los eventos de competencia de


esculturas. Hoy en día ya no son las obras de arte escultóricas solamente las que forman
parte de la identidad del Chaco, tampoco las manifestaciones artísticas que se fueron
conformando a su alrededor. Sino que se volvió un evento artístico, social y cultural de
gran dimensión, que se configuró como costumbre y tradición, suceso que los caracteriza
e identifica, la Bienal del chaco.

Esto tiene mucho que ver con cómo se fueron formando los primeros concursos y cómo
se fueron dando respaldos que hoy en día tienen una dimensión más grande y amplia que
solo en la provincia del Chaco. Lo que trajo como consecuencia que los concursos
escultóricos se fueran tornando rápidamente una fiesta popular de magnitud impensada.

De esta manera vemos como las tradiciones, lo que se fijó como tal, funcionó e incluso
creció y aumentó considerablemente al pasar de los años. Hoy en día esta forma de ver a
las esculturas dentro de este contexto hace que se promuevan más y más las actividades
socio culturales que se fueron constituyendo, haciendo que entren en juego otros campos
y no concluyan solo en el ámbito artístico cultural.

Ya que dentro del evento mismo, se pueden observar distintos dispositivos que a su vez
se yuxtaponen; como ser lo artístico, es decir; las esculturas, los números de danza,
teatro y demás disciplinas, la competencia que se da dentro de los concursos entre los
artistas convocados; el rol de los sujetos que conforman la masa social que participa en el
evento; el aspecto comercial de los puestos y ferias; el ámbito político, que parte de la
financiación que respalda el evento, y a su vez genera publicidad dentro del mismo.
Todos ellos, funcionando paralelamente en operaciones de transversalidad, generan el
contexto de la Bienal.

Este proceso no solo se desenvuelve mediante las tradiciones, en realidad es mucho más
complejo y como mencionamos anteriormente depende e influye a su vez de muchos
factores, entre ellos la relación entre las instituciones y las formaciones. Haciendo
referencia puntualmente a la relación entre las instituciones; culturales, políticas y
económicas junto con las formaciones; los movimientos y tendencias efectivos, en la vida
intelectual y artística. Estos factores son fundamentales porque tienen una influencia
significativa y hasta se podría decir decisiva en muchos casos, sobre el desarrollo activo
de una cultura.

Cuando hablamos de influencia entendemos que resulta entonces poderosamente


operativo dentro del proceso de definición e identificación cultural y social, como parte del
proceso hegemónico. Con las actitudes intrínsecas, tanto para las relaciones sociales
como educacionales, que en la práctica se vuelven naturales y de esta manera no
funcionan necesariamente de manera coercitiva directa, sino que se establecen y se
configuran a medida que los procesos avanzan.

Cuando hablamos de educación estamos hablando no solo de influencia sino de una


manera de construir y de determinar según la selección conveniente, como una manera
más de asegurar y ratificar su continuidad y evitar por otro lado las revelaciones.

Sin embargo, hay otro aspecto que debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar este
proceso hegemónico. Ya que los conceptos mencionados anteriormente funcionan de
manera relacional, y tienen en cuenta también otra noción que no habíamos mencionado
anteriormente, el concepto de “campo”. Se puede considerar que estos se relacionan en
la medida en que se necesitan unos a otros para mantenerse en el poder que requiere
permanecer en un campo determinado.

Primero es necesario saber específicamente a qué nos referimos con esta palabra y
entender así, en qué medida se relacionan. Según el autor Pierre Bourdieu el hecho de
pensar en términos de campo en sí, implica pensar en términos de relaciones.

Más allá de todo lo que el evento desarrolla, es importante hablar de un campo específico
que hay dentro de toda esa vorágine y es justamente el campo del arte. No solo con las
esculturas sino también con los distintos lenguajes artísticos que se manifiestan en esas
fechas.

El modo de pensamiento según el autor, es relacional a diferencia del estructuralista que


resulta más limitado. Lo considera así porque “lo real es relacional” ya que lo que existe
en el mundo social son relaciones; no interacciones o vínculos intersubjetivos entre
agentes, sino, relaciones objetivas que existen más allá de la conciencia y las voluntades
individuales.

A partir de esto, un campo puede definirse entonces como una red o configuración de
relaciones objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamente y en las
determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o instituciones, por su
situación actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies de
poder (o de capital). Esa posesión implica el acceso a las ganancias específicas que
están en juego dentro del campo y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás
posiciones (dominación, subordinación)
La jerarquía de las diferentes formas de capital (económico, cultural, social, simbólico) se
modifica en los diferentes campos. Es decir que existen cartas válidas y eficientes en
todos los campos y su valor (considerado como triunfos) varía según los mismos y según
su estado sucesivo. Un capital o una especie de capital es el factor eficiente en un campo
dado, como arma y como apuesta; a partir de ello el que lo posee puede ejercer un poder.

Por lo tanto, existir en un determinado campo, implica necesariamente esta relación de


poder. Ya que no es una simple o inocente cantidad deseada, o capital deseado hacia lo
que todos se dirigen. Sino que tiene que ver con una jerarquización, una lucha de
posiciones.

En este caso la lucha de posiciones está explícitamente marcada en los competidores de


la competencia, artistas de todos los lugares del mundo que se juegan su lugar en el
podio y su renombre como escultores y posibles ganadores de la competencia de
esculturas más importante del país. Teniendo en cuenta la convocatoria de medios y
contactos de artistas de todo el mundo, así como los intereses que se generan y se
consiguen en ese ámbito.

Cabe destacar que hay ciertos parámetros con los que se miden estas estructuras, por los
que se marcan las medidas de éxito y las medidas de fracaso. De esta manera, se
conforma un espacio de juego, tal como lo comparaba el autor, este espacio de juego que
exige una lucha que se definen y re definen para la distribución del capital especifico en
un momento dado del tiempo.

Como en todo campo, en el campo del arte también hay patrones y pautas a seguir. En
este caso tiene que ver con la dinámica de la competencia de dicho evento. El ganador va
a ser el que cumpla con las pautas preestablecidas y quien se adapte más a la temática
de la edición, también es cierto que está presente la subjetividad del jurado. En este
campo está en juego el premio mayor, que por lo general es una cierta cantidad de dinero
que, como especifica el autor, formaría parte del capital económico. Pero también, la
posición del primer puesto de la Bienal con la que se adquiere un status de artista, es
decir el capital simbólico que un artista adquiere con su renombre.

Lo que está en juego en general son todos esos elementos que según el autor forman
parte del interés que se persigue, de esta manera se crea una red o una configuración de
relaciones objetivas entre posiciones que se definen en su existencia y en las diferentes
especies de poder, que se puede medir según el acceso a las ganancias que están en
juego dentro de un determinado campo. Por lo tanto, cada campo obedece a lógicas
distintas en donde se constituye un capital cultural, algo que está en juego, algo que es
valorado. Y que dependen de esta jerarquización y red de posiciones que lo estructura.

En la edición de la Bienal 2018 con su temática “Identidad en Movimiento” se convocó a


competir a todos los ganadores de ediciones pasadas. El ganador del primer puesto fue el
artista alemán Ángel Tobías Ahlhelm (Tobel) con su obra “Sonidos del Universo¨. El
mismo fue entrevistado por diferentes medios, salió como titular de diarios y revistas como
el gran ganador.

De esta manera vemos que dentro del arte también hay relaciones de interés, se
persiguen ganancias, fines específicos, en donde hay una lucha de poder y plantean en
su organización una estructura jerarquizada. Los artistas que son convocados
generalmente son artistas que viven de este arte, como es el caso de Tobel, el ganador
de la edición 2018, que tiene una carrera de tallado de escultura en piedra desde los 21
años. Ganador de diversos premios en concursos de Alemania, China, Letonia y
Argentina. Fue participante de distintos simposios de escultura alrededor del mundo. En el
año 2010 ya había conseguido el primer premio con su obra "Identidad".

Este es el ejemplo de un artista que vive del arte y no solo por su experiencia estética, lo
que se considera el arte por el arte mismo, sino que saca beneficios y consigue sus
ganancias. De hecho, logró hacer una carrera con renombre gracias al arte escultórico. A
partir de eso podemos empezar a hablar sobre mercado del arte.

Marx habla del mercado global que funciona en relación a la oferta y la demanda de este
mercado general. Este se relaciona con el arte en la medida en que el mercado global no
solo abarca marcos industriales en cuanto a los productos de consumo como
mercaderías, por ejemplo, sino que también incluye al mercado del arte y la obra de arte
como mercancía, que va a presentar Isabelle Graw en su libro “¿Cuánto vale el arte?”.

Lo que presenta Graw es una interrelación entre estos dos mercados. Derribando así,
toda concepción idealista de que el arte es un elemento aislado del mercado, como
algunos agentes lo creían (entre ellos Adorno H).

La autora plantea justamente, que más allá de la autonomía que tiene cada uno, no están
aislados el uno del otro y señala que necesariamente el mercado del arte se atiende a
determinados requisitos y categorías del mismo mercado general; tales como el formato,
el costo de producción, las relaciones de exposición y en algunos casos la industria y el
trabajo en serie.

Lo que los diferencia en algún punto y hace que no pierdan su relativa independencia es
que el arte es una mercancía especial, porque tiene tanto un valor económico (como en el
caso de la mercancía) pero también tiene un valor simbólico, que es otorgado por los
agentes o las instituciones del arte e incluso por el mismo status del artista y/o obras
reconocidas del mismo. Estas instituciones que le otorgan este tipo de valor, forman parte
del mercado del conocimiento, lo que quiere decir que para que sea comercializado como
mercancía, la obra de arte requiere de este mercado del conocimiento.

También hace énfasis en ciertas características que menciona como diferenciadoras de la


mercancía general. Estas son la expresión de una carga elusiva derivada de una variedad
de factores: singularidad, veredicto histórico artístico, reputación de artista, promesa de
originalidad, perspectiva de duración, pretensión de autonomía, perspicacia intelectual.
Sin embargo, la autora reafirma que el mercado es importante a la hora de influir en el
valor de la obra de Arte y que, si bien hay obras que desde el mercado del conocimiento
pueden adquirir un valor económico, muchas veces el valor simbólico lo adquiere a través
de su valor económico.

Podemos hacer una analogía en ese caso con la mercancía y el valor que se le otorga a
partir de su precio y relacionando también con el crédito de larga duración que adquiere la
obra de Arte cuando un artista pinta determinada obra y hace que las demás tengan un
valor económico y simbólico importante, aunque no sea una obra de “calidad” o gran
status. En este caso, el artista que ganó en la edición 2018, ya había ganado en la Bienal
del año 2010, con una temática muy parecida a la última edición que tiene que ver con la
identidad.

Conclusión:

En este caso la hegemonía se presenta en la conformación en sí del evento de la Bienal y


en todos sus elementos, desde el tema estipulado para cada edición, la selección de
artistas, la elección del ganador por medio del jurado convocado. Teniendo en cuenta que
la elección de una temática para cada edición implica lo que se considera como memoria
selectiva es decir que se traen temáticas a la actualidad que pueden ser parte de una
amplia historia de Chaco, que sin embargo deja de lado otras.
Convocan a personas de otros lugares lo cual hace que no se arraigue necesariamente a
la cultura del chaco, es decir de su origen puntualmente, pero si se mantiene con la
intención de preservar las costumbres y la identidad de la provincia. Aún con la
convocatoria de artistas de otros lugares y países.

De tal modo que se logra que el evento funcione en relación con la fundamentación de ser
una costumbre que hace crecer a la ciudad dentro y fuera del país y a la par se
construyen relaciones y contactos de interés con otros países y culturas. Además de
todos los puestos de trabajadores que funcionan dentro del evento, puestos de comida y
bebida que se ven justificados dentro de este marco.

Por lo tanto, hay más que solo perseguir la costumbre misma de la constitución del evento
de las esculturas en la provincia. En donde se pueden ver intereses y luchas de clase,
capital y ganancias que se persiguen, premios que otorgan renombre y status, la
circulación del capital no solo económico sino también simbólico y social. A partir de eso
se construye una serie de manifestaciones alrededor de este arte, organizando un evento
que tiene varios componentes y que hace lugar a otros campos no solo el artístico, los
que justamente hacen que funcione y siga desarrollándose dentro del campo social,
económico y político.

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