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ESTILOS GERENCIALES PARA EL NUEVO MILENIO

Héctor A. Larocca
Profesor Consulto de la Universidad de Buenos Aires, por la Facultad de Ciencias Económicas. Coordinador Académico de
la Cátedra de Honor de Gerencia Social para el Desarrollo Humano, FCE-UBA-PNUD. Director del Centro Nacional de
Responsabilidad Social Empresarial y Capital Social, FCE, UBA.

INTRODUCCION

La Gerencia, a secas, es un término ampliamente difundido en las Ciencias


Administrativas, desde el mismo comienzo de su historia.

En la retrospectiva histórica, Iglesias, Imperios, Naciones y Estados;


Universidades y Ejércitos, como así también emprendimientos de cualquier orden
debieron ser gerenciados para alcanzar sus objetivos, para cumplir con la misión
para lo cual fueron creados y en general para producir resultados mediante
organización.

La Gerencia, con este u otro nombre, es una institución muy antigua, forma
parte de la naturaleza de los emprendimientos del colectivo social, llámese
empresa, hospital, municipio o club.

Tanto Jesucristo al fundar la Iglesia Católica, Carlomagno o los Reyes de


España, San Ignacio de Loyola con la Compañía de Jesús, de la misma forma que
Cornelio Saavedra como Presidente de la Primera Junta de Mayo, San Martín y
Bolívar como Libertadores de América o Bill Gates al iniciar Microsoft, debieron
orientar sus acciones y decisiones para influir en sus adeptos, soldados, fieles,
empleados seguidores, como así también ciudadanos, cuando de gobernantes se
trata; a efectos de contar con las adherencias necesarias para realizar tareas en
común.

Si bien el término se presenta como un genérico, no cabe la menor duda que a


poco de explorarlo surgen diferencias sustantivas entre gerenciar una iglesia y/o
una empresa; o bien entre un municipio y un club.

Ello implica necesariamente explorar los espacios comunes a la Gerencia y los


espacios diferenciados; es decir en el caso de los primeros, los aspectos que, en
general definen o connotan la Gerencia en dichos términos o sea, su
universalidad, que respondería a la pregunta ¿Qué es la Gerencia?

Si desde la oferta de conocimientos acercamos una definición, el peligro


consiste, como toda definición a memorizarla, adoptarla mecánicamente y
cristalizarla en nuestra memoria, registrándola en forma indeleble.

Sintéticamente habríamos pasado de la ignorancia al conocimiento.

Este es un procedimiento de transmisión, quizá no el mejor, pero fácil al fin, se


coloca la definición en un estante imaginario y, por lo tanto la Gerencia es...
Sin embargo, todo indica que son más las diferencias que las similitudes; que
el alcance y naturaleza del término es suficientemente abierto, mereciendo
especulaciones de todo tipo y dependencias múltiples, de factores ocasionales o
permanentes, de factores temporales, de identidades organizacionales y
fundamentalmente del perfil del sujeto llamado al ejercicio gerencial.

Otra vía de exploración terminológica, consiste en el procedimiento de


asociación libre, donde tenemos la posibilidad de expresarnos en forma
independiente, sin condicionamientos teóricos previos, e ir decantando por
aproximaciones sucesivas un concepto razonable y abarcativo del término, un
camino más complejo, pero inexorablemente más robusto; pues surge de
procesos interactivos que permiten flexibilidad y cambio, adaptación circunstancial,
considerando a la institución gerencial como un proceso de construcción de
capacidades a medida de la organización, adecuada a cada tiempo, a las
circunstancias particulares de su funcionamiento y al perfil del responsable de
ejercerla: el Gerente.

La Gerencia está conformada por un conjunto de saberes, tal cual ocurre con
otros espacios del conocimiento, sin embargo tiene particularidades propias de su
especificidad. Por ello, en general, no alcanza el término a secas: Gerencia; sino
que se presenta adjetivado con un componente que le otorga, al menos, una
aproximación más precisa.

De este modo son habituales las expresiones Gerente General, Gerente


Financiero, Gerente de Informática, Gerente de Producción, Gerente de
Proyectos, etc.

A ellas, descripciones tradicionales, se han agregado en las últimas décadas


adjetivaciones más vinculadas con un orden del espacio social, surgiendo de esta
forma, por ejemplo: Gerente Público, Gerente Gubernamental, Gerente Privado,
refiriéndose a espacios diferenciados de la sociedad, si bien ellos no están
demostrados rigurosamente.

En otro orden clasificatorio, encontramos más precisiones gerenciales, por


ejemplo Gerencia para empresas de salud, Gerencia para entidades del deporte, o
bien, expresiones tales como gerenciar la educación.

Cuando a la institución Gerencia, se la vincula con una función, una actividad o


un sector, las ramificaciones de interpretación se diversifican notablemente, bajo
esta perspectiva la encontramos como: Gerencia de Producción, Gerencia de
Marketing, Gerencia Administrativa, Gerencia Financiera, Gerencia para el
desarrollo de nuevos proyectos, Gerencia de productos, Gerencia de Atención al
Cliente, Gerencia de Servicios post – venta, etc.

Resulta incorrecto clonar epistemológicamente el término, construyendo una


tabla que axiomatice el concepto y lo defina cerradamente.
En este trabajo, nos acercamos más a una explicación contextuada del
término, como así también a un concepto dinámico de sus alcances y ello justifica
el título asignado al trabajo.

Abundando en esta introducción nos formulamos algunos interrogantes: Un


Ministro, ¿es un Gerente?, el Rector de una Universidad, ¿es un Gerente? ¿y lo
es un padre de familia?

La respuesta está en una visión reduccionista del término y la institución


gerencial, o bien en una visión más generosa y universalista.

La propuesta central de este trabajo se vincula con la exploración de ambas


visiones, las relaciones entre las Ciencias Políticas, las Ciencias Económicas y las
Ciencias Administrativas, identificadas estas últimas, como Ciencias Gerenciales;
la articulación precedente no es obvia y refiere a la naturaleza contextuada de la
gerencia conforme al marco político (sistema político imperante), las políticas
económicas (modelos) de los cuales se derivan los “estilos gerenciales”. No es lo
mismo gerenciar en Irak, EEUU o China; la gerencia como actividad y
comportamiento, depende de los sistemas sociales, la cultura, el modelo de país y
los procesos de desarrollo de los recursos humanos a través de la institucionalidad
de la educación.

Por último, dos grandes senderos, casi irreconciliables se abren en el campo


de la Gerencia en los tiempos contemporáneos, el iniciado por Miguel de
Cervantes Saavedra en el Don Quijote de la Mancha y el de Nicolás Maquiavelo,
en el Príncipe, y sus lecciones para gobernantes.

No es casual la cita pues se trata de una Gerencia de Valores en el primer


caso, o de una Gerencia cuya racionalidad hace caso omiso de los medios para
llegar a los fines.

EL PAISAJE HISTORICO

Las breves reflexiones del comienzo indican que las funciones gerenciales,
asimiladas a las de conducción y dirección, como así también al liderazgo, datan
de mucho tiempo atrás, con las debidas improntas que cada espacio temporal y
situaciones de contexto han definido perfiles a través del tiempo.

En efecto, no habrá sido la gerencia para construir las pirámides de Egipto, la


misma que para desarrollar y hacer crecer el Imperio Romano.

La Iglesia Católica, a través de la institución papal, como máximo exponente de


conducción y lineamiento estratégico, siendo una institución administradora de la
fe, desarrolla perfiles gerenciales a través de sus niveles jerárquicos diferenciados
(cardenales, obispos, párrocos).
Del mismo modo, instituciones centenarias, por caso el Banco de la Provincia
de Buenos Aires, se gerencia con estilos y características propios, que derivan de
su historia, cultura, identidad, como así también del poder político de turno,
teniendo en cuenta que es una institución cuya propiedad pertenece a la Provincia
de Buenos Aires.

Al ponernos a precisar los lenguajes, en general, notamos que la ciencia


administrativa, que se apropia del término Gerencia, no resulta muy clara al
respecto.

Al evolucionar la misma con poco más de una centuria, el término ganó espacio
en el lenguaje empresarial a partir de la instalación definitiva de la Revolución
Industrial en el terreno organizacional, bajo la forma conocida como “empresa”.

El brazo operativo de la Revolución Industrial, lo constituye esa silueta tan


difundida que conocemos como “empresa”. Un agrupamiento particular que se
inicia a partir de una idea, en general, satisfacer una necesidad, instalada o a
generarse y evolucionar a partir de la misma, en la medida que tenga cierta
repercusión y atractivo, en esa entelequia llamada “el mercado”, espacio de
encuentro entre la oferta y la demanda (diría la economía).

De allí que, Gerencia, se lo asimila rápidamente con las tareas, funciones,


responsabilidades, actividades y quehaceres de aquel llamado a conducir y dirigir,
a administrar y coordinar actividades de otros.

Sin embargo, la evolución del lenguaje administrativo, producto de la


investigación, la formulación de teorías y modelos, como así también los
resultados de la experiencia, ha ido recortando el término y produciendo
acepciones diferenciadas, por varias causas; entre ellas una permanente
complejidad de los fenómenos organizativos, combinada con una diversidad, solo
producto de la imaginación humana.

Todo el trayecto del Siglo XX, sus acontecimientos y evolución, indican, a


través de sus fechas más emblemáticas, una dinámica en lo político, económico,
social y organizativo, de una riqueza tal que, en la construcción del conocimiento
acerca de las organizaciones y su funcionamiento ha generado saberes de toda
índole necesarios e imprescindibles para que los mismos satisfagan, cumplan, y
den respuesta a los fines para los cuales fueron creados, y dentro de ello, la
Gerencia tiene una particular participación en función de sus formas, estilos,
comportamientos y resultados.

El paisaje del siglo XX, a los efectos de este trabajo, lo dividimos en dos
grandes espacios temporales, si bien la división es arbitraria, su significado lo
constituye el hecho de que grandes acontecimientos impactan en el
funcionamiento futuro de las organizaciones y sus formas de conducción.:
a) El que comienza en 1914 con la Primera Guerra Mundial y concluye en 1945
con la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Los siglos no comienzan exactamente un primero de enero y concluyen un 31


de diciembre; sino que, siempre, algún acontecimiento relevante marca los límites
inferiores y superiores; de otra forma los acontecimientos para expresarse
deberían siempre esperar las fechas del calendario, alarmando a toda la
humanidad.

La fecha de inicio más aceptada para el comienzo de la Edad Moderna es la


toma de Constantinopla por los turcos en el año 1453 -coincidente en el tiempo
con la invención de la imprenta y el desarrollo del Humanismo y el Renacimiento.

El año 2001 terminó para los EEUU el 11 de septiembre, y para la Argentina,


el mismo año concluyó el 20 de diciembre (y no precisamente con fuegos
artificiales).

A finales del siglo XIX (1880) se ubica el comienzo del auge de la Escuela
Clásica en Administración, concordante con la vertiginosa evolución de la
industria; por caso la industria del ferrocarril, ya requiere de ordenados procesos
de organización y coordinación del trabajo, como antes lo había sido la industria
textil en Inglaterra.

Del mismo modo, los estilos gerenciales fueron asumiendo las improntas de las
épocas, las influencias de los acontecimientos políticos, económicos y sociales,
como así también particularidades y efectos que se producen en el mundo
científico y técnico.

En esta primera parte , principios de siglo hasta la mitad del S XX, se desarrolló
un fuerte y continuo proceso de industrialización generando empresas de todo
tipo, tamaño, tecnología, constituyendo en definitiva el desarrollo del mismo
sistema capitalista de producción y distribución. La empresa privada, llevada a
cabo por emprendedores, el empresario, constituyó, centralmente, la locomotora
del cambio.

Sin lugar a dudas, Estados Unidos y Europa se transformaron en los dos ejes
de desarrollo de las ciencias gerenciales, (después de la segunda guerra mundial
se agregaría Japón) distinguiendo estilos de gestión diferenciados.

La proliferación de escuelas de negocios, universidades con carreras referidas


a la administración y los postgrados, constituyeron una dimensión fuerte para los
procesos de formación intelectual, necesarios para la conducción, dirección y
gerenciamiento.

En otro polo, el sistema de producción socialista vigente desde 1917


(Revolución Rusa) hasta la caída del muro de Berlín (1989), desarrolló una masa
crítica gerencial, bajo el paradigma de las empresas del estado; en este caso la
identificación con la burocracia estatal, el planeamiento centralizado y la sociedad
dirigida desde un bunker central (el Kremlin) produjo estilos de conducción y
gerenciamiento desprovisto de las características que impone la existencia de
mercados.

Esto planteó en las ciencias gerenciales, en particular, la discusión dicotómica


entre Estado y Mercado.

¿Cuánto de uno y cuanto de otro? Todo estado: la sociedad socialista, todo


mercado: la sociedad capitalista.

Europa, sin embargo, arbitró (particularmente Francia con el desarrollo del


Estado y Alemania con el denominado capitalismo renano), optando por un
capitalismo con más rostro humano, impactando en la función social de la
empresa y por lo tanto desarrolló talentos gerenciales que, sin descuidar la lógica
de la empresa capitalista (generar ganancias y rentabilidad) dirigió una mirada
hacia las personas, más humana y protectora, por caso, el sistema de la seguridad
social y la prevención de las condiciones básicas de la vida humana, asumiendo el
trabajo, un derecho inalienable, introducida esta dimensión, la empresa –entre
otras instituciones- se transformaría en un ámbito del desarrollo personal, el
espacio laboral resulta un componente central en el desarrollo de las personas,
como ya lo habría investigado Elton Mayo en los años 20.

Esta primera parte del siglo y sus acontecimientos (primera guerra mundial,
revolución rusa, crisis del año '30, segunda guerra mundial, etc.) transforman los
conceptos sustantivos y la naturaleza gerencial creando una renovación
permanente de los paradigmas instalados inicialmente, nos referimos a la visión
fayolista, mecanicista, donde la previsión, el mando, la coordinación y el control
encriptaba al gerente en un espacio cerrado, definiendo la dualidad de la
existencia (absurda) de que había gente para pensar y gente para hacer.

b) La segunda mitad del siglo XX, se inicia con la larga etapa posterior a la
segunda guerra mundial, cuyos procesos más relevantes serán la reconstrucción
europea, el vertiginoso despegue de Japón y la reconstrucción del estado (estado
de bienestar).

Hacia fines del siglo XX, la ya instalada revolución tecnológica, la era de la


información y la sociedad del conocimiento, marcará una instancia de pertenencia
donde estamos involucrados, llamada desde las ciencias sociales el post -
modernismo, que en estos años de comienzos del siglo XXI coloca a la sociedad
contemporánea en una situación bipolar en el sentido de enfrentamiento entre la
riqueza y la pobreza, el centro y la periferia, la inclusión y la exclusión, la
pertenencia y la falta de acceso, el desarrollo y el subdesarrollo extremo.

No es un tema menor, sino realmente estratégico, gerenciar procesos de


reestructuración, de catástrofe, de crisis, dentro del cambio permanente, requiere
de saberes e inteligencia destacada y de construcción continua.
Múltiples indicadores señalan que será un contexto de turbulencia, un ritmo
acelerado de cambio y las modificaciones permanentes de los escenarios harán
de la actividad gerencial un desafío que requiere de procesos de formación muy
rigurosos, continuos y sensibles a las necesidades históricas que demandan los
tiempos presentes.

En Argentina, la gerencia se presenta como una constelación muy variada de


perfiles, producto de un crisol diferenciado en la composición antropológica,
historias asimétricas en la conformación organizacional, por caso: empresas
familiares, clubes con mucha historia, hospitales, municipios, empresas
multinacionales, pequeñas y medianas empresas, organizaciones del culto, de las
finanzas, de la educación, etc.

Los cambios de los últimos tiempos, además de tumultuosos varían el escenario


de actuación gerencial, los paisajes geopolíticos y geoeconómicos son altamente
cambiantes.

El concepto de "aldea global", desafía al gerente de estos tiempos a tener un


perfil con conocimientos muy finos acerca de la orientación del mundo, al menos
en sus grandes bloques: Oriente, Europa, EEUU, América Latina, etc. En esta
"aldea" todo está vinculado con todo, es una aldea sistémica, interconectada, se
incrementan las interdependencias y las relaciones organizacionales, surge la
gerencia de la complejidad.

En la complejidad hay dos situaciones fundamentales: el cambio y la relación


entre el todo y las partes. La primera se refiere a la estabilidad y la evolución, la
segunda a la estructura y la función.

Complejidad en el sentido de que las organizaciones operan con distintas


lógicas y diversidad de fuerzas que se contraponen (son también sistemas
políticos, o esencialmente políticos), la existencia de planes, objetivos y sistemas
administrativos, no asegura la armonía en el funcionamiento, sino que la
cotidianeidad, la actividad continua genera divergencias, conflictos entre personas,
grupos y organizaciones, las decisiones tienen final abierto.

La suerte de las organizaciones modernas y su gerenciamiento está muy ligada


en la historia contemporánea a factores que van mucho más allá de su ámbito de
control y están obligadas a sofisticar sus sistemas de pensamiento.

El desarrollo contemporáneo de las neurociencias es un factor clave para


instalar, a través de distintos tipos de conocimientos, lo que llamaríamos "una
cabeza bien amueblada". Cabezas educadas, cultas.

El término no es peyorativo, sino exaltador. No solo son tiempos de cambios


erráticos, donde impera la complejidad, la incertidumbre y la turbulencia; sino que
la misma erraticidad demanda modelos mentales de otro cuño.
Otro de los procesos de cambio fundamental en el que está inserto el gerente
actual tiene que ver con la enorme trascendencia de las transformaciones de la
tecnología básica mundial.

La tasa de innovación tecnológica es la más alta conocida en la historia de la


humanidad.

No se trata de la producción de la tecnología sino de su aprovechamiento, y


solo podrán hacerlo aquellos que inviertan fuertemente en conocimientos, además
de los especializados en los saberes elegidos por la vocación, que en general son
focalizados, en aquellos otros que tienen que ver con los valores, la ética, la
solidaridad y el trabajo cooperativo, las actividades son interactivas y se
entrelazan, el trabajo es compartido entre grupos y actores heterogéneos, y ello
requiere de habilidades y perfiles cada vez más exigentes.

¿Cómo hacerlo en un tiempo histórico, donde casi no existe "tiempo" porque la


aceleración determina que el futuro se presente de inmediato, reuniéndose casi
presente con futuro?

¿Cómo prever en una época en donde el pasado ha dejado de ser una guía
utilizable, por cuanto el futuro será totalmente distinto?

El pasado puede llegar a ser una guía totalmente desorientadora como


referencia, y por lo tanto puede conducir a las organizaciones a caminos
marcadamente erróneos.

Los planteos contemporáneos acerca de los cuales debe acceder un Gerente


de estos tiempos implican intervenir en disciplinas diferentes.

Enumeremos por caso: Las ciencias que estudian la complejidad han producido
avances notables en cuanto a los marcos teóricos y técnicos, a partir de los ya
clásicos enunciados del Premio Nobel de Química Ilya Prigogine, iniciador de la
ciencia de la inestabilidad.

Lo que en la Química no funcionaba en términos lineales con los supuestos


modelos de regularidad y racionalidad, sino de modo mucho más aleatorio y con
fuertes tendencias hacia la inestabilidad; ¿qué puede esperarse de los fenómenos
organizativos sujetos a variaciones permanentes de funcionamiento?

Asumir que el equilibrio es solo un caso privilegiado y efímero y que lo


constante es el cambio, demanda un desafío de saberes diferentes.

La ciencia de la inestabilidad señala como test de sus observaciones el ejemplo


de la "libanización", donde un sistema político y económico aparentemente
estable, sostenido cuidadosamente durante muchos años, ingresa rápidamente en
un proceso de autodestrucción.
El mundo estaría constituido, en términos del Premio Nobel, en lo que llaman
"estructuras disipativas de final abierto". En todo sistema u organización no
existiría un solo desenlace posible de su actividad, sino múltiples "finales abiertos".

El espacio gerencial actual se presenta por ende con complejidad, inestabilidad,


bifurcación y finales abiertos. Desde la tradicional teoría de las decisiones, que las
segmenta de acuerdo a situaciones de certeza, riesgo e incertidumbre, en la
práctica la tercera categoría (incertidumbre) domina el espacio decisorio,
perturbando los efectos y consecuencias de las decisiones tomadas.

La noción de riesgo es muy limitada para medir consecuencias de las


decisiones, aun con las mejores estimaciones probabilísticas. El riesgo se ha
dirigido hacia la incertidumbre y el desconocimiento.

Desde lugares disciplinarios muy diferentes se anuncian tiempos de cambios


erráticos y por lo tanto la necesidad de trabajar sobre la percepción y el
intercambio de ideas acerca de los supuestos posibles representa un punto
importante en el desarrollo de los estilos gerenciales.

De allí la relevancia que ha tomado el desarrollo de las habilidades para la


elaboración de supuestos hipotéticos relacionados con el “análisis de escenarios”
alternativos, el futuro y como puede ser, ocupa un espacio relevante y prioritario
en la “mente gerencial”.

La gerencia deberá actuar sobre escenarios inéditos y para ello es necesario


una generación de "pensadores gerenciales" de avanzada, pues este mundo es
un "mundo de entrometidos", donde hay que lidiar con una multiplicidad de actores
internos y externos, personas, organizaciones e instituciones; la mirada debe
sobrevolar la superficie, elevar la altura, asimilarse al cóndor, aplicando saberes
flexibles y adaptativos, imaginando situaciones límite, asumiendo coraje y audacia,
aplicando inteligencia y capacidades de liderazgo que logren hacer converger
hacia una idea fuerza las energías organizacionales.

La gerencia tradicional se ha quedado sin respuestas para estas situaciones, el


modelo que prevaleció prácticamente durante todo el siglo XX, no produce ya los
resultados necesarios para los tiempos que corren.

Los modelos gerenciales cerrados, autoritarios, autosuficientes; tienden a


desaparecer y ser reemplazados por gerencia compartida, participativa, peregrina,
colocada en el centro de la organización y no en la cúspide.

Que otra forma de gerenciar es posible lo demostró, y con resultados exitosos,


el fundador de Honda Motor Corporation., T.Fujisawa, poniendo en foco el
problema:
"El Management Americano y el japonés son un 95% similares, y difieren en todos
los aspectos importantes".

Enunciado que permitió a Japón, después de la segunda guerra mundial,


instalar nuevas direcciones en el pensamiento gerencial y avanzar rápidamente
hacia el desarrollo económico.

Todas las áreas organizacionales requieren de sofisticados conocimientos de


tecnología, no solo informática sino de interfases, con redes globales, información
de inteligencia y análisis de prospectivas, dado la multiplicidad de escenarios
posibles.

Las comunicaciones han instalado una impronta desconocida en la forma de


hacer negocios y transacciones.

Al ser las organizaciones dinámicas y mutantes en su funcionamiento y estar


condicionadas por una autonomía limitada, interactuar dentro de un contexto de
cambio permanente, demanda “gimnasia gerencial” de permanente actualización.

El peso contemporáneo del conocimiento como generador de valor, define una


nueva perspectiva en los perfiles gerenciales.

A diferencia de la figura del gerente capataz, propia del viejo modelo, una de las
tareas fundamentales se identifica con lo que se ha dado en denominar el “gerente
coach”, una capacidad que consiste en desbloquear y disolver los obstáculos que
impiden obtener un desempeño más alto de las personas.

En las organizaciones donde impera el modelo de gestión antiguo, que


descansa en la autoridad formal del jefe, las sanciones y el control, los
trabajadores del conocimiento no logran rendir adecuadamente.

Para ello se requiere un estilo distinto basado en la confianza, donde la


autoridad formal es cada vez más superflua, en todo caso de última instancia. De
esta forma la confianza pasa a ser un activo productivo de la organización, forma
parte de lo que se denomina “capital social” una de las estrategias generadoras
clave para el funcionamiento de la organización. La confianza activa y despliega
capacidades de iniciativa y desempeño, hay mutualidad y reciprocidad.

El “gerente coach” descansa fuertemente en sus competencias


conversacionales, que alude a la forma en que orientamos nuestras relaciones,
compartimos interpretaciones y establecemos modalidades de colaboración, para
producir en los demás una apertura de posibilidades. El “coach” identifica los
obstáculos para desbloquearlos y allanar el camino “limpiando” interferencias y
obstrucciones.

La capacidad de construir espacios emocionales expansivos, que permiten


desarrollar el crecimiento y las posibilidades que la gente percibe. La capacidad de
escucha, que permite identificar cosas que no siempre están expresadas en lo que
la gente dice, para entender las inquietudes y aspiraciones insatisfechas.

En el paradigma tradicional los subordinados trabajan para el gerente, en el


paradigma contemporáneo, los gerentes deben trabajar para los subordinados.

En la idea del trabajador del conocimiento, bajo sistemas formales y rígidos los
rendimientos son escasos pues las condiciones del espacio laboral no son
propensas al despliegue de las capacidades. Cuando la organización asume estas
restricciones y limitaciones, debe abrirse a competencias poco habituales, donde
el perfil gerencial juega un rol protagónico para el cambio.

La impronta generacional juega un papel sustantivo, a más edad, más


resistencia y por lo tanto más inconvenientes para constituir equipos relativamente
homogéneos. El equilibrio generacional en los equipos gerenciales constituye un
activo productivo importante. La instalación del temor al cambio en la gente mayor,
genera miedo. Si la gerencia tiene un estilo instalado y se logra detectar los
temores al cambio la tarea puede ser viabilizada y lograr resultados exitosos. Se
debe tener en cuenta que las competencias de las personas siempre pueden ser
desarrolladas; entre otras, la psicología social presta una enorme contribución a
estas cuestiones.

GERENCIA CONTEMPORANEA

Desarrollado brevemente el paisaje histórico, la “revolución gerencial” está en


marcha, la disciplina administrativa tiene la responsabilidad de proveer modelos
adaptados a la realidad y presente y la por venir.

Las capacidades de liderazgo constituyen un rasgo distintivo del perfil gerencial,


quizá prioritario y, al distinguirlo como una capacidad nos referimos a que puede
ser desarrollada, aprendida. De hecho la generosidad de la literatura en este tema
es muy amplia, por lo tanto indicaremos algunos rasgos esenciales ofrecidos por
el estado del arte en la materia:

1.- Para ser un líder hay que ser optimista. Nadie sigue a un pesimista.
2.- Para ser líder hay que tener coraje. El coraje no es ausencia de miedo, sino
capacidad para controlarlo y superarlo.
3.- Para ser un líder hay que prepararse; en lo posible, para lo peor.
4.- Para ser un líder hay que saber trabajar en equipo. Un buen equipo es aquel
en que se compensan recíprocamente las debilidades, incluyendo las del líder.
5.- Para ser un líder hay que ser un buen comunicador. Los líderes “quieren” a las
personas, disfrutan de la relación con los otros. Esta es su principal fortaleza.
6.- Un líder no debe hacer demasiado. La gente conoce su trabajo, solo es
necesario que la dejen hacerlo, la acompañen en el proceso, y la evalúen
honesta y abiertamente.
7.- Un líder debe privilegiar el contacto directo, cara a cara, compartiendo
opiniones, apoyando decisiones.
8.- Debe pasar la mayor cantidad del tiempo al lado de su gente, nada mas
efectivo que el contacto constante y directo.
9.- El líder nace o se hace, es una dicotomía banal, convergen ambos aspectos, la
mejor apuesta está en la segunda dimensión: puede hacerse, basta el
propósito y la intención e incluirlo en la agenda.

Las recomendaciones más sencillas son las más difíciles de alcanzar pues
forman parte de la vida cotidiana, de la suma de actitudes y comportamientos que
día a día forman el tejido de cohesión entre la gente, los grupos y los equipos.

Esta mirada del liderazgo es pragmática, en el sentido que su aplicación debe


ser evolutiva, poco a poco, un esfuerzo sostenido en el tiempo y sistemático,
orgánico, el fortalecimiento de los vínculos tiene resultados sorprendentes, logra
modificar las matrices de funcionamiento tradicional y evita las expresiones
demagógicas del tipo “para nuestra empresa la gente es lo más importante”,
regateando remuneraciones a expensas de la rentabilidad y despidiendo gente al
amparo de la competitividad.

El tablero que se expone a continuación conforma un cuadro para la gerencia


requerida, cuyos componentes expresan las alternativas de cambio necesarias
para alcanzar niveles de excelencia.

Cambios de paradigmas en el perfil gerencial


Tablero de perfiles, comportamientos, aptitudes, actitudes y acciones que hacen a la formación gerencial
necesaria y deseada.

Mentalidad y comportamiento rígido. Mentalidad y comportamiento flexible


Posición enclaustrada. Posición ambulante e itinerante.
Colocado en la cúspide de la pirámide y mirando Colocado en el centro de la organización, mirando
hacia abajo. circularmente.
Actuación prescriptiva y normativa. Actuación heurística (búsqueda y experimentación).
Comportamiento estructurado. Comportamiento desestructurado.
Capacidad de mando. Capacidad de liderazgo.
Infalible, éxito asegurado. Cantidad razonable de errores.
Protegiendo la organización hacia adentro. Contextuado.
Tradicionalista. Innovador.
Asentado en la información del pasado. Elaborador de escenarios futuros.
Administrador de recursos. Administrador de valores y políticas.
La organización como un sistema cerrado. Capacidad de visión e integración.
Del manual de funciones gerenciales. Agenda dinámica, abierta y con temas sustantivos.
Absolutista. Participativo.
Conservador. Arriesgado.
Indiferente a los cambios. Explorador y buscador del cambio.
Conflictivo. Negociador.
Personalista, cerrado, monologuista. Abierto y socializado, capacidad de escucha,
dialoguista.
Carenciado en instrumentos y herramientas de Motivador y estimulador de su personal.
estímulo hacia su red de subordinados
Manejo de sistemas de información acerca del Manejo de sistemas de información acerca del
pasado: Contabilidad: ¿qué hicimos? futuro: Escenarios, prospectiva, pronósticos,
inferencias: ¿qué vamos a hacer?
Abrumado y absorbido de tareas (desconfianza hacia Desobligado, delegación efectiva, confianza en sus
la red de recursos humanos). colaboradores.
Formal. Sustantivo.
Comportamiento lineal. Marchas, contramarchas y ajustes.
Determinista. Probabilista.
Apegado a reglas y normas. Atado al pasado. Buscador de oportunidades y almacenador de
información relevante.
Funcional, encorsetado en su casillero del Estratega, visionario del conjunto organizativo.
organigrama.
Impermeable, sujeto a principios inalterables. Permeable a ideas y opiniones que lo enriquezcan.
Consideración de la empresa como un fenómeno La empresa integrada a un contexto
aislado y autónomo. Político, económico, social, cultural,
La actitud de caudillo: “la empresa soy yo”. Cultural, competitivo y cooperativo.
“La empresa somos nosotros”.

Cada atributo aislado relativiza su significado, la visión vertical del conjunto


conforma un sólido bloque fortaleciendo el funcionamiento organizacional capaz
de transformar objetivos en resultados, mediante comportamientos.

GERENCIA PÚBLICA

El espacio organizativo del sector público, administración pública,


administración de gobierno, administración del Estado, etc. son denominaciones
usuales para identificar la especificidad de la gestión pública, la administración de
las instituciones del Estado (nacional, provincial y municipal); tema tratado a nivel
mundial y preocupación constante bajo las denominaciones de Reforma del
Estado, reforma de la administración pública y cómo hacer para que el
funcionamiento del aparato público sirva eficientemente a las demandas
ciudadanas.

Bajo Gerencia Pública identificamos la responsabilidad, roles y perfil de los que


en general tienen bajo su área de atribuciones el manejo de las políticas públicas y
el presupuesto público, es decir el dinero de todos los ciudadanos tributado bajo
el régimen fiscal.

Abarca fenómenos de distinta naturaleza, tamaño, actividad, complejidad y


diversidad. Ministerios, Hospitales Públicos, Cárceles, Colegios, Comisarias,
Universidades, etc. incluyen en su conducción esta categoría de gerencia pública,
pertenecen a las denominadas burocracias del Estado y la responsabilidad
subjetiva se identifica usualmente con la denominación de “funcionario”, en
nuestro lenguaje la acepción es de Gerente Público.

Con el adjetivo “público”, el management se ha convertido en el punto de


referencia obligado de los programas de modernización administrativa procurando
hacer del aparato estatal un sistema eficiente, eficaz y económico capaz de
satisfacer necesidades crecientes de la población, muchas de ellas ajenas a los
intereses privados.
El Estado, para utilizar un término sintético, siempre se ha visto acusado en su
funcionamiento de debilidades, hasta llegar en muchos casos a un
cuestionamiento que hace a su propia existencia; sin embargo, la necesidad de las
instituciones públicas ha sido a lo largo de la historia un componente insustituible
para el funcionamiento de la sociedad.

La ciencia política ha desarrollado en extensión las “formas de gobierno”,


monarquías absolutas, sistemas parlamentaristas, prevalencia del poder ejecutivo,
etc. sin embargo, a grandes rasgos y con matices los sistemas políticos se
diferencian entre democráticos y autocráticos.

Para los primeros, en caso de las democracias débiles o iniciáticas se las


identifican como democracias electoralistas, es decir que el sistema en principio se
limita a la oportunidad electoral y luego en su funcionamiento prevalece el
autoritarismo, también se denominan democracias formales.

Las democracias maduras exaltan la participación ciudadana, es decir el pueblo


soberano participa a través de distintos canales de la gestión pública.

Sociedad civil, es el término que hoy identifica a la ciudadanía.

Argentina reconstruyó su sistema democrático a partir de 1983, concluyendo una


etapa que, desde 1930 había sido interrumpida permanentemente con
intervenciones autoritarias.

Esta cultura acumulada durante 53 años generó modelos de Gerencia Pública


acordes con el sistema político imperante.

La democracia solo se mejora con más democracia y la Gerencia Pública se


transforma en un instrumento central de la gestión del estado.

A poco de comenzar el período democrático (1983) se desarrolló a través de la


Secretaría de la Función Pública la carrera de Administradores Gubernamentales,
inspirada en la prestigiosa ENA (Escuela Nacional de Administración) de Francia,
cuna de las más altas calificaciones en este tipo de aprendizajes; es decir la
formación de un cuerpo especializado en Gerencia Pública con el objetivo central
de profesionalizar la gestión del estado, de por si compleja y con una extendida
lista de demandas de la ciudadanía para que la institucional estatal asuma el rol
central en la sociedad contemporánea.

Por su parte la Facultad de Ciencias Económicas (UBA) inicia en el año 1993 la


Maestría en Administración Pública.

La naturaleza y especificidad de los problemas públicos pone de manifiesto la


imposibilidad de encontrar soluciones estándares, réplicas de eficiencia del sector
privado, pues tiene su propia identidad.
La supuesta dicotomía entre política y administración constituye un argumento
fuerte en desmedro de la segunda disciplina, la teoría parte de determinados
supuestos en el sentido de que la clase política legítimamente elegida por la
población, dicta las ordenes o bien diseña las políticas y una aparato (la
administración pública) las cumple, en caso contrario la consigna sería ajustar el
aparato administrativo pues estaría fallando desde el punto de vista puramente
técnico.

Los estudios sobre la burocracia (término que por excelencia identifica a la


administración pública) plantea otro tipo de hipótesis. Esquematizando algunas de
ellas, en las organizaciones se da en la práctica la confluencia de, por lo menos
tres tipos de grupos que son identificables y que tratan de imprimir a la
organización su propio sello: los grupos intraburocráticos de presión, que se
coaligan en torno a distintos intereses sectoriales y que tratan de que la
organización avance en la dirección que le es conveniente, en segundo lugar los
grupos externos a la organización, que ejercen presiones para que se sesgue
hacia sus objetivos. En tercer término está la clientela, los ciudadanos, los
beneficiarios legítimos de los servicios del aparato estatal. Las metas y
comportamientos surgen de la interacción entre estos y otros sectores.

Las burocracias distan de limitarse a cumplir órdenes, se entienden más como


arenas de negociación y conflicto.

Un caso de investigación altamente ilustrativo sobre estas realidades y la falacia


de esta dicotomía es el estudio sobre un fenómeno burocrático realizado en
Francia sobre dos organizaciones públicas francesas, una de servicios y otra de
producción, ambas de bajo rendimiento. El equipo investigador encontró (luego de
varios años) que la explicación del bajo rendimiento estaba correlacionada,
fundamentalmente, con el tipo de lucha por el poder que se daba en derredor a las
fuentes de incertidumbre organizacional. Las principales tienen que ver hacia el
interior de la organización, con aspectos tales como las remuneraciones, los
sistemas de ascensos (carrera administrativa) los contenidos de las tareas, etc.
Quien controla esas fuentes acumula poder. Analizado el proceso se detectan una
serie de consignas del siguiente tipo: los niveles superiores de la organización
(nos referimos a Ministerios, Secretarías y Subsecretarías de Estado, organismos
de los poderes legislativo, judicial, etc. tanto a nivel nacional como local) los
niveles superiores de la organización tratan de que haya incertidumbre
pronunciada sobre planos que ellos manejan y resultan significativos para la línea:
por ejemplo la carrera administrativa, los sistemas de ascensos, las
remuneraciones, etc. tratan de que esto permanezca en las decisiones “sombrías”.
Los niveles inferiores tratan de que ocurra todo lo contrario, de que todo esté
formalmente reglado en esos planos para que no haya incertidumbre, a su vez
tratan de que los contenidos de las tareas estén basados en estructuras abiertas.
Los niveles superiores, a su vez procuran que los contenidos de las tareas estén
totalmente normados, produciendo dos corrientes contrapuestas de normalización
de acuerdo a intereses propios. Resulta un esfuerzo entre contendores: Dirección
y Sindicatos que asfixian el funcionamiento de las dependencias por el peso de las
normas excesivas.

Eludir el tratamiento del tema político en las organizaciones del estado


constituye una carencia y debilidad, la respuesta significa dotar de capacidad
gerencial para articular las decisiones emergentes de la política pública con el
desarrollo de las capacidades gerenciales y administrativas necesarias para
satisfacer las expectativas ciudadanas.

Ocupa en este sentido un lugar relevante el perfil deseado para el Gerente


Público.

De la evolución de las formas de pensar todo el problema, surgen rasgos de


perfil curricular que difieren profundamente de los rasgos tradicionales.

El potencial gerencial requiere mucho más que técnicas gerenciales sofisticadas


y estrechas habilidades; requiere educación general humanística. Se considera
que un gerente eficiente debe estar formado en habilidades creativas y
relacionales; las capacidades para enfrentar situaciones críticas e inéditas
requiere de un profundo conocimiento de las dimensiones de la crisis instalada,
una puesta en valor de la conciencia nacional, una fuerte apuesta a los intereses
del país, un componente de desarrollo de las tecnologías de gestión más
avanzadas para satisfacer con eficiencia, eficacia y economía las situaciones a
enfrentar. Los desafíos de la gerencia pública requieren procesos sistemáticos y
organizados de formación para una sociedad interrelacionada entre Sector
Público, Sector Privado y Organizaciones de la Sociedad Civil. Una gerencia que
articule esfuerzos y utilice recursos armónicamente, capaz de establecer redes
interorganizacionales, que desarrolle la participación como estrategia de
involucramiento y transparencia.

En el apartado siguiente se desarrolla una especificidad de la gerencia pública


que está tomando importancia en forma incremental en el escenario
contemporáneo, no solo para el sector público sino para toda la trama
organizacional instalada: heterogénea, compleja, diversificada.

GERENCIA SOCIAL

El mundo contemporáneo se encuentra en plena ebullición por la situación


social.

Las concepciones cortoplacistas y la aplicación de políticas económicas


ortodoxas han producido deterioros constantes y acelerados en las condiciones de
vida, marginando la cuestión social, los accesos a la calidad de vida y, en general
una transformación negativa en los valores en los que se debe asentar una
sociedad democrática y moderna.
Varias dimensiones acercan perspectivas vinculadas al nuevo cuadro en los
escenarios contemporáneos. América Latina y Argentina acusan alarmantes
indicadores relacionados con la pobreza, la exclusión, la inequidad, la
desigualdad; situaciones contradictorias con los enormes recursos naturales con
los que ha sido bendecido este espacio del planeta.

Como indicamos en puntos anteriores, nuevas matrices de pensamiento y


reflexión deben instalarse a efectos de superar la escandalosa situación vigente.

Las políticas sociales se han transformado en una cuestión de estado, sin


embargo los resultados pueden no ser todo lo satisfactorios que se requiere si no
cuentan con modelos de gerencia avanzada.
De ello trata la Gerencia Social, una dimensión de Gerencia diferenciada de la
tradicional “gerencia de mercado” vinculada a la empresa privada, como así
también diferenciada de la tradicional gerencia pública, ejercida por los
funcionarios gubernamentales.

La idea central está constituida por explorar la naturaleza y alcances que


significan gerenciar proyectos de gran escala para poblaciones carenciadas en
campos como la nutrición, la educación, la salud, el empleo, la vivienda, el
desarrollo rural, etc. Proyectos de gran escala donde los elementos provistos por
la administración de empresas privadas y la administración pública tradicional no
cuentan con los instrumentos suficientes para producir resultados.

Se requiere un enfoque diferenciado y de allí la especificidad de la gerencia


social. A ello se agrega, lo producido en la última década con referencia a una
forma innovadora de capital: el capital social.

Este concepto contemporáneo se agrega a las formas más tradicionales de


capital, sintéticamente, existirían cuatro formas de capital:

1. Los activos naturales integrados por la dotación de recursos geográficos,


hidrográficos, fertilidad de la tierra, clima, etc. es decir la dotación instalada por
obra de la naturaleza.
2. Los activos producidos por la acción humana, articulados con la tecnología y
otros recursos no naturales (dinero, conocimiento, etc.) en general involucra
esta forma de capital lo que se identifica como infraestructura tangible e
intangible: caminos, puentes, represas; funcionamiento de las instituciones,
capacidades físicas de distinto orden: escuelas, hospitales, municipios, etc.
3. El capital humano conformado por la calidad de la población, referido
sustantivamente a las condiciones de vida: embarazo, salud, educación,
trabajo, vivienda, formación de familia, empleo, etc. Se identifica en general
como las posibilidades de acceso y condiciones que otorga la sociedad a su
componente demográfica.
4. Por ultimo el capital social integrado por cuatro componentes fundamentales:
a) los valores éticos dominantes en una sociedad,
b) la capacidad de asociatividad,
c) el grado de confianza entre sus miembros,
d) la conciencia cívica.

Los elementos precedentes son enunciativos y cada uno de ellos vale por si
mismo requiriendo desarrollos especiales. A ello se agregan una serie de
capacidades, entre otras: el rol de la cultura, la formación de redes internas y
externas, la articulación institucional, la participación ciudadana, el voluntariado,
etc.

La gerencia social, por ende, emerge como el instrumento de desarrollo del


capital social en el sentido que permite potenciar y movilizar la dinámica necesaria
para producir resultados transformadores en la dimensión social.

Esta gerencia requiere de perfiles muy precisos para ser ejercida con eficiencia,
es capaz de producir un salto cualitativo importante en la gestión pública articulada
con la gestión privada sean estas empresas u organizaciones no gubernamentales
inclinadas en sus objetivos a contribuir con la gestión e implementación de
políticas tendientes a superar situaciones extremas y críticas.

La gerencia social se perfila como una gerencia de la complejidad y la


incertidumbre, intervienen actores muy diferenciados (población, instituciones
diversas, recursos no tradicionales, etc.), la rentabilidad de la gerencia social es
intangible y más difícil de medir.

El término significante de los resultados de la gerencia social es el impacto que


produce para transformar una situación en la calidad de vida presente y futura.

Es una gerencia por valores: solidaridad, cooperación, participación, redes,


actividades compartidas, transparencia, responsabilidad por los resultados y
liderazgo expandido.

Un perfil sustantivo de la gerencia social, lo es su inter y multi institucionalidad,


en el sentido que debe articular las actividades de actores diferenciados:
gobiernos, empresas, organizaciones no gubernamentales, asociaciones
vecinales, cooperadoras, etc.

La gerencia social es por su naturaleza descentralizada, pues buena parte de


su eficiencia y eficacia radica en la participación efectiva de los involucrados
(beneficiarios o población asistida).

La gerencia social es una gerencia que debe asistir a necesidades muy


diferenciadas instaladas en contextos asimétricos. Asimetrías geográficas,
económicas, culturales, emocionales, históricas, etc. por lo cual la adaptabilidad es
una dimensión necesaria, a ello se agrega el hecho de que la construcción de
resultados no puede ser establecida con las metodologías del planeamiento
tradicional, pues las situaciones cambian permanentemente, la idea es por lo tanto
“gerenciar sobre la marcha”.
La gerencia social es relevante, un instrumento que potencia las capacidades,
pero por si sola no alcanza, debe estar articulada con otros factores y recursos
como las políticas sociales, la sensibilidad y vocacionalidad de los gobernantes, la
transparencia en la gestión y el control participativo de los resultados.

Un tema en plena evolución refiere a la responsabilidad social de la empresa.


Esta emblemática institución de la economía produce con sus actividades amplias
repercusiones en el entorno social, es una institución absolutamente influyente, es
la principal productora de riqueza, de sus productos y servicios depende la calidad
de vida de la gente, de su tecnología depende el aire puro ( o impuro), de su
capacidad para emplear gente depende una cantidad multiplicadora de
consecuencias sociales: clima y dignidad laboral, estabilidad en los recursos de
los trabajadores, estímulo a la formación de familias, cierta sustentabilidad acerca
del futuro, ampliación de la masa de los consumidores, etc.

¿Es la empresa solo un fenómeno económico excluyente, creadora y


multiplicadora de riqueza? Este es un enunciado reduccionista; a la
responsabilidad económica se le agrega una enorme responsabilidad social en
múltiples dimensiones.

La responsabilidad social no es un asunto marketinero o filantrópico, su


dimensión es sustantiva, tampoco se cubre con actividades efímeras, pasajeras,
mediáticas. La RSE (Responsabilidad Social Empresaria) constituye una
dimensión importante de sustentabilidad y competitividad.

Los avances en materia del rol de la empresa contemporánea, la ubican en una


nueva cosmovisión de la misma, entre otras bajo la denominación de “empresa
sustentable”.

¿Qué es una empresa sustentable?

Aquella que asienta sus Valores, Visión y Misión en tres ejes de responsabilidad
y compromiso: responsabilidad económica, responsabilidad social y
responsabilidad ambiental.

En los países desarrollados, la RSE está incluida en los planes estratégicos,


forma parte de la elaboración de los objetivos empresarios, constituye un elemento
de diferenciación importante para los inversores y los clientes, hace crecer la
motivación de pertenencia en los empleados, puede tener tasas diferenciales de
interés en los préstamos financieros y ventajas fiscales, según lo decidan los
gobiernos, como así también gozar de buena reputación en la sociedad civil y por
lo tanto ser elegida para trabajar, para invertir y para consumir sus productos..

Investigaciones recientes indican que el 86,5% de la población expresa que la


RSE influye en sus decisiones de compra y el 52,6% estaría dispuesto a pagar
más por el precio de los productos y servicios de empresas socialmente
responsables, y el 77% estaría dispuesto a dejar de adquirir artículos de empresas
irresponsables socialmente.

La contaminación del medio ambiente y el tratamiento de los desechos


industriales, el trabajo en negro, el trabajo de los menores, el trabajo precario, la
evasión y elusión fiscal, el uso del poder asimétrico en las transacciones
comerciales, la transparencia y lealtad en la cantidad y volumen de los productos y
su vencimiento, las especificaciones en los envases, etc. constituyen un conjunto
inicial de desafíos para la empresa en su dimensión de RSE.

Para este foco de objetivos la gerencia social es una herramienta poderosa, una
gerencia especializada en estos temas, no es voluntarista, es específica, requiere
de preparación, formación y aprendizaje.

La empresa produce periódicamente su balance económico (los estados


contables) a través de los cuales informa acerca de sus resultados, el uso del
capital, su participación en los mercados, el volumen de operaciones y otros datos
de interés económicos – financieros. Este instrumento tiene amplias repercusiones
para actores diversos.

Del mismo modo la elaboración del balance social es el instrumento


demostrativo de las acciones llevadas a cabo en función de la comunidad interna y
externa.

La comunidad, la sociedad local, las ciudades y los pueblos, son la forma


natural de los agrupamientos humanos: allí las instituciones públicas y privadas,
las empresas, las asociaciones, los colegios, la iglesia, el hospital, las comisarías
y los clubes y fundamentalmente las familias, conforman los componentes
sustantivos del tejido social, allí transcurre la vida cotidiana; la solidaridad, la
cooperación, la transparencia, los afectos, la confianza, la cultura y, en general, la
red de vínculos, en conjunto, distinguen un espacio geográfico de otro.

La Gerencia Social va extendiendo su campo de acción en los tres grandes


componentes de la sociedad: el sector público, el sector privado y el tercer sector
(ONGs.).

Las expresiones de Gerencia Social se extienden hacia el comportamiento


cotidiano de la empresa, bajo la idea de empresa sustentable, no constituye una
acción aislada, filantrópica o caritativa, sino que forma parte de las acciones
diarias, evolucionando hacia la mejora continua, profundizando y extendiendo sus
principios.

Si la empresa es el fenómeno social más relevante de la sociedad


contemporánea, por su influencia en la vida cotidiana de la gente, ejercida a través
de la provisión de bienes y servicios, es razonable pensar que su rol no puede
limitarse a la obtención de resultados económicos, sino que es más abarcativo,
holístico.
Debe prepararse, por lo tanto, para ofrecer valor económico, social y ambiental
de manera interrelacionada y no subordinada; es decir: si ganamos dinero,
entonces cuidamos el medio ambiente y somos socialmente responsables.

Se prevé un aumento sostenido de exigencias hacia la empresa, relacionadas


con el rol social.

La presentación de balances sociales y ambientales, al mismo tiempo que los


económicos financieros, las certificaciones, la identificación en las etiquetas para
mejor ilustrar a los consumidores en el momento de elegir, la calificación bancaria,
incentivos fiscales, etc. serán instrumentos motivadores para potenciar la
sustentabilidad de la empresa.

Existen modelos avanzados de gestión empresaria, exitosos, que ponen en


funcionamiento los elementos fundamentales de la Gerencia Social, con todos sus
componentes articulados.

1.- El modelo de Empresa Social de Muhammad Yunus (Bangladesh)

La fuente de este apartado es una selección de la última edición de la obra de M.


Yunus: Hacia un mundo sin pobreza, las empresas sociales y el futuro del
capitalismo, Editorial Paidós.
M. Yunus, Premio Nóbel de la Paz, ha enfrentado la pobreza a través de
soluciones prácticas, que permitió salir de esa situación a millones de personas,
mejorándoles la vida cotidiana, con inclusión y dignidad.
Su primer emprendimiento ha sido el famoso Banco Grameen, que hoy conforman
una familia de Empresas Grameen e diversas actividades: servicios financieros
para los pobres; formación, asistencia técnica y apoyo económico a las IMF de
todo el mundo; experimentación y formación destinadas a mejorar las prácticas y
el rendimiento agrícola; exportación de los tejidos artesanales Grameen Check;
fondo de capital de riesgo social para financiar nuevas iniciativas empresariales;
programa de piscifactorías y de cría de ganado; ; servicios de telecomunicaciones
para los pobres; venta en el mercado nacional de los tejidos artesanales Grameen
Check y de otros productos de artesanía; proveedor de servicios de Internet;
fuentes de energía renovables para el Bangladesh rural; servicio de telefonía
móvil; servicios sanitarios y sociales para los miembros y el personal del Banco
Grameen; becas y otros tipos de apoyo para los estudiantes de familias pobres;
proveedor de servicios de procesamiento de datos; fabricación de tejidos de punto
para su exportación, gestión de inversiones; desarrollo de soluciones de IT para
empresas; desarrollo de oficinas con tecnología de punta en Dhaka, provisión de
avales para préstamos a pequeñas empresas, formación en tecnologías de la
información, fabricación de productos electrónicos; financiación para Grameen
Health Care Services; asistencia sanitaria para los pobres; alimentación nutritiva y
accesible para los pobres; este es uno de sus últimos emprendimientos: Grameen
Danone.
1.1. La Empresa Social

M. Yunus identifica a la empresa social como un instrumento complementario del


sistema capitalista clásico que exalta la maximización de los beneficios, por un tipo
de empresarios que fundarían empresas sociales no para obtener beneficios para
sí mismos, sino para alcanzar objetivos sociales específicos, tal que se reconozca
la multidimensionalidad de los seres humanos, con sus deseos multifacéticos.
La estructura organizativa de este tipo de empresa (ES) es básicamente igual a
las de “mercado”, pero la diferencia reside en los objetivos.
Al igual que el resto de las empresas, emplea trabajadores, produce bienes y
servicios y los ofrece a sus clientes a un precio coherente con su objetivo; sin
embargo, el objetivo básico (y el criterio que debe utilizarse para evaluarla) es
generar beneficios sociales con quienes entra en contacto.
Puede generar beneficios, pero los inversores que la apoyan no obtienen ninguno,
una vez que han recuperado, al cabo del tiempo, la cantidad original que
invirtieron en un principio.
Los objetivos de las empresas sociales son causas humanitarias; no los
beneficios, y tienen el potencial para actuar como agentes de cambio.
Este tipo de empresas (ES) funcionan con todos los paradigmas y tecnologías de
las empresas de mercado del sistema capitalista, produciendo bienes y servicios
que generen beneficios sociales.
Pueden hacerlo de múltiples maneras; algunos ejemplos son:
• Una ES que fabrica y vende productos de alimentación nutritivos y de alta
calidad a precios muy bajos, destinados a un mercado específico de niños
pobres y mal alimentados. Los productos pueden más baratos, porque nno
compiten en el mercado de lujo y no necesitan envases caros ni publicidad
y porque la empresa que los vende no está obligada a maximizar sus
beneficios.
• Una ES que diseña y vende seguros médicos, para proporcionar asistencia
sanitaria asequible a los pobres.
• Una ES que desarrolla sistemas de energía renovable y que los vende a un
precio razonable a comunidades rurales que, de otro modo no podrían
permitirse el acceso a la energía.
• Una ES que depura aguas residuales, recicla basura y y otros productos de
desecho que, de otro modo, contaminarían barriadas pobres o sin poder
político.
Es de tener en cuenta, para este modelo, la necesidad de cubrir los costos, pues
de no ser así y de depender de donaciones o subsidios, siguen siendo
organizaciones caritativas o sujetas al clientelismo político.
Una vez que consiguen cubrir los costos, pasa a ser autónomo y dispone del
potencial para crecer y expandirse sin prácticamente límite alguno.
A medida que la empresa crece, también aumentan los beneficios que proporciona
a la sociedad.
Al igual que cualquier otra empresa, las ES no pueden tener pérdidas
indefinidamente, pero los beneficios no van a quienes invierten en ellas, podrían
entenderse como empresas sin perdidas y sin beneficios. En lugar de transferirse
a los inversores, el superávit generado vuelve a reinvertirse y/o se transfiere a los
inversores.
En síntesis:
• Inversores con vocación social
• Plan de negocios viable: funcionamiento, rentabilidad, etc.
• Beneficios sociales a través de precios bajos, disminución de costos de
intermediación, propaganda, envases, etc.
• Rentabilidad para devolver el capital o reinvertir
• Objetivos sociales a largo plazo
1.2. Grameen Danone
Este es un caso de aplicación de la ES surgida por la curiosidad o inquietud de un
empresario: Franck Riboud, presidente del grupo Danone (multinacional, con sede
en Francia, de la industria alimenticia) y M. Yunus, en 2005.
El primer paso, intencional, consistió en explicar a Danone la filosofía y ecuación
de la ES, los objetivos para instalar en Bangladesh una planta industrial bajo la
modalidad de ES, aliando el know how, experiencia en la industria, conocimientos
tecnológicos y la identidad de Grameen en emprendimientos sociales, con
probados resultados en Bangladesh.

Los temas de fondo para la constitución de la ES pasaban por hacer entender una
nueva filosofía de los negocios, chocando o arbitrando entre las precisiones
tradicionales de los negocios requeridos por Danone y la óptica de M. Yunus que
decía “sabernos todo lo que hay que saber sobre las necesidades nutricionales de
Bangladesh, por mucho que no podamos expresarlo en cifras”.
Se definieron las necesidades y de allí para atrás el producto, el diseño de la
fábrica y las estrategias de comercialización; además de las variables normales de
diseño, envase, precio, etc.
Entre otros aspectos, M. Yunus explicaba que las ES son como cualquier otro tipo
de empresas en lo que se refiere a la estructura de gestión y a las políticas de
selección de personal: “hay que encontrar a la mejor persona para el puesto y
pagarle un salario coherente con el mercado”. Las cualidades que debe tener la
persona idónea para el puesto se definen atendiendo al objetivo empresarial.
Entonces, frente a un candidato, la pregunta es ¿entiende el objetivo?, ¿se
comprometerá con el mismo?.
Cuando se encuentra a la persona que cumple estos criterios, se ha encontrado a
la persona adecuada para el puesto de trabajo.
El objetivo definido fue: que los niños desnutridos pudieran acceder a un yogur
enriquecido.
El producto debía tener buen sabor, atractivo, para que los niños disfrutaran
comiéndolo, y pidieran más, en lugar de considerarlo un medicamento.
Luego de las investigaciones habituales, entre otras las de mercado, gustos, poder
adquisitivo, etc. se construyó el plan de actuación, gestión o negocio.
Es de destacar que uno de los aspectos que había entusiasmado a Danone para
el emprendimiento, en términos de uno de sus directivos principales era: “no el
aspecto económico, sino los factores filosóficos y emocionales subyacentes.
En 2006, se había llegado a los acuerdos principales definiendo el slogan,
denominación o logo básicos: “Alimentación Grameen – Danone: una empresa
social”.
El negocio se estableció al 50% cada grupo, teniendo en cuenta, y tomándose
como aporte todo lo que Danone había realizado durante la etapa de planificación,
investigación, desarrollo, contando con algunos de los expertos mundiales en la
producción de alimentos, para analizar las necesidades de los niños bengalíes.
Las preguntas fueron las tradicionales de los negocios: ¿dónde y cómo se
fabricará el yogur? (producción) y ¿cómo y dónde se comercializará el yogur?

El responsable del proyecto industrial (planta) era Guy Gavelle, con la idea central
de instalar una gran planta (economía de escala) que era su experiencia en otros
países donde estaba la multinacional.
La idea de M. Yunus era construir varias plantas pequeñas, locales, cuyo diseño y
procesos no estuvieran influidos por la “economía de escala”; y ese era el gran
desafío para Guy Gavelle.
Y lo logró: “lo pequeño puede ser tan eficiente como lo grande, aunque pasé
muchos años sin saberlo”; expresó en una oportunidad.

La mentalidad y cultura de Danone, como así también su historia, estaba


vinculada a grandes producciones, envíos en camiones refrigerados a las cadenas
de distribución, en cada fase se necesita tecnología de conservación y movimiento
de la mercadería, “cadena de frío”, etc.

En Bangladesh, las cosas eran distintas, pues era imposible mantener el sistema
de refrigeración desde la fábrica hasta el consumidor final. La mayoría de los
bengalíes de las zonas rurales no tienen acceso a la electricidad y muchas tiendas
y puestos de los mercados de los pueblos tampoco tienen acceso a la red
eléctrica, además escasean las heladeras.
El sistema de distribución debería garantizar que el yogur pasara rápidamente de
la fábrica a manos del consumidor, saliendo de la línea de producción a la mañana
y llegando al “estómago” de los niños en un máximo de 48 horas. Era el único
modo de garantizar que el sabor, la textura y el contenido ácido del producto se
mantuvieran estables.
Para el sistema de distribución desarrollado se emplearon a las “damas Grameen”,
que son prestatarias del Banco Grameen y viven en los pueblos a los que provee
la fábrica de yogur.
Resultaron cruciales en el programa de ventas, asegurando todo el proceso de
distribución.

Síntesis del lanzamiento


• Propósito de la empresa Grameen – Danone, Misión: reducir la pobreza con
un modelo empresarial de proximidad único que proporcione a diario
alimentos nutritivos a los pobres.
• La operación conjunta será diseñada y gestionada como una empresa
social y tendrá el objetivo de distribuir los beneficios entre su comunidad de
accionistas.
• Objetivos específicos: Alimentación saludable para los pobres todos los
días. Dar acceso (en términos económicos y de disponibilidad) a los
consumidores con menos ingresos de Bangladesh a crecer sanos y fuertes,
gracias a bebidas y alimentos sabrosos y nutritivos que puedan consumir a
diario, para así poder tener un futuro mejor.
• Un modelo empresarial de proximidad único: diseñar un modelo de
producción y de distribución que implique a la comunidad local.
• Reducir la pobreza: Mejorar las condiciones de la población de las capas
sociales más bajas de la zona del siguiente modo:

*Intervención ascendente: implicar a los proveedores locales


(ganaderos) en el proceso y ayudarles a mejorar sus procedimientos.
*Producción: implicar a la población local en el proceso, mediante un
modelo de producción de bajo costo, en el que la mayor parte de los
costos se destinen a la mano de obra.
*Intervención descendente: contribuir a la creación de puestos de
trabajo mediante el modelo de distribución.

Entre otros principios se ha destacado que la operación conjunta no es un


proyecto de “responsabilidad social empresarial” de Danone, sino un proyecto
novedoso, imaginativo en el mundo empresarial y con objetivos sociales
sustentables.

En octubre de 2006, el comité noruego del Premio Nóbel de la Paz anunció al


elegido: Banco Grameen y M. Yunus.
Entre los mensajes recibidos, había un comunicado de la Junta Directiva del
Grupo Danone, el cual expresaba que invertiría en la ES, el mismo importe que M.
Yunus (es decir la mitad del premio).
M. Yunus, expresa que resulta sorprendente que una empresa tan pequeña, de
tan solo un millón de dólares, pueda desempeñar un papel tan importante en una
multinacional que mueve unos 16.000 millones de dólares.
Sin embargo una de las características más enraizadas en los seres humanos es
el deseo de ayudar a los demás. Es un aspecto de la naturaleza humana al que no
se presta la menor atención en el mundo empresarial. Las ES satisfacen esta
necesidad humana y ese es el motivo que las convierte en fuente de inspiración.
M. Yunus, es optimista y expresa que las ES no tardarán en afianzarse y en
prosperar en el mundo empresarial. Las personas quieren que sus vidas tengan
sentido, el tipo de sentido que se logra únicamente cuando se sabe que se hace lo
que se puede para conseguir que el mundo sea un lugar mejor.
Las empresas sociales aportan ese sentido; y por eso responde la gente.
La experiencia completa puede verse en Un mundo sin pobreza, M. Yunus, Paidós
2008.

2.- El caso de las Empresas Recuperadas, autogestionadas por sus trabajadores


(Argentina).

Bajo la denominación de “empresas recuperadas por sus trabajadores”, se


identifica un proceso de cambio instalado en la Argentina alrededor del año
2000/2001, que se inicia este movimiento cuyo objetivo fundamental consistía en
recuperar los puestos de trabajo por parte de los trabajadores despedidos por
diferentes causas: concurso de acreedores, quiebras, fuga de empresarios, etc.
Cada caso es un caso particular, cada empresa es un caso especial, con su
historia, la composición de los recursos humanos, la tecnología, el mercado, las
formas de financiamiento, etc.
La recuperación de las empresas y su posicionamiento como empresas de
mercado, bajo la forma jurídica de cooperativas de trabajo, es una historia de
lucha por la autogestión, hasta tanto los aspectos legales permitieron su
funcionamiento, organización, recupero de la planta industrial y volver a operar
bajo un estilo de “autogestión”.
Las estrategias de conducción, dirección, Gerenciamiento, desarrollo de productos
y servicios para el mercado significó un importante recupero de las capacidades
ociosas, instaló otras formas de relaciones internas y externas y, en general,
dichas empresas sobrevivieron, crecieron y se desarrollaron con estilos de
funcionamiento y operación que significan un cambio de paradigmas, cuando lo
que está en juego es la dignidad de las personas, más aun cuando esas personas
tienen como único patrimonio sus habilidades, su capacidad de trabajo,
considerando a este como una dimensión del desarrollo personal y de sus
familias.
Ahora (2008), la bibliografía y las experiencias acumuladas son abundantes,
tienen matices, diferencias, pero lo importante es que han demostrado una
capacidad de gestión empresaria original, surgida por la crisis profunda que azotó
a la Argentina a principios de la década y por la lucha en defensa del trabajo, de
sentirse útiles, dignos y contribuir a la sociedad recuperando empresas, cuyo
capital ocioso estaba abandonado injustificadamente.

Se puso en movimiento el combate por las ideas entre A. Smith y C. Marx, acerca
del sistema de producción capitalista y la propiedad de los medios de producción:

Smith: “…la riqueza de una nación depende exclusivamente de la destreza del


trabajo y la proporción entre el número de trabajadores útiles e inútiles…”

C. Marx: “…todo depende de la propiedad de los medios de producción…”


En pleno siglo XXI Zygmunt Bauman, expresa: “Henry Ford dependía de sus
trabajadores para conservar su poder y sus riquezas, tanto como éstos lo
necesitaban a él para ganarse su sustento”.

Esta perspectiva le permitía percibir sus relaciones como un conflicto de intereses.

Para Bauman eran los tiempos del capitalismo sólido, donde el Estado – Nación
representaba el escenario principal donde se librarían esos conflictos.

A finales del siglo XX, y comienzos del XXI, que transitamos, el escenario cambió
notablemente.
Las empresas procuraron aislarse del Estado soberano, concentrándose,
trasformándose en reguladoras de la vida ciudadana, influyendo en el devenir de
la vida cotidiana a través de sus estrategias tecnológicas y comerciales, nace la
empresa “planetaria” y “virtual”, extendida por todo el universo, con ramificaciones,
filiales, subsidiarias, sucursales, licencias, franquicias y otras formas estratégicas
que van produciendo un enorme poder.

Regulan al mismo tiempo la empleabilidad y las formas flexibles, informales y


clandestinas del trabajo humano, con procesos de tercerización hasta hacer el
trabajo invisible, comprometiendo niños que deberían estar en las escuelas y
hogares.

Bauman, desde la filosofía, denomina a este proceso como modernidad liquida


(que se diluye, efímera, huidiza) regresando a las más brutales y primitivas
condiciones de producción.

Si el management frívolo lo denomina “ventajas comparativas” a la búsqueda de


menores costos, allí donde las condiciones del trabajo humano son indignas y
esclavizantes, entonces, la cosmovisión pasa por la Responsabilidad Social
Empresaria, siendo esta en el futuro inmediato la “nueva ventaja comparativa” en
el siglo XXI.

Los casos de las empresas recuperadas por sus trabajadores ejemplifican una
desvalorización al pensamiento único, lineal y fundamentalista, reflotando el valor
del trabajo como un sistema de desarrollo humano digno, que recupera los valores
y que permite regresar al hogar “teniendo algo valioso que contar”.

Han abarcado los rubros más diversos de actividad industrial, comercial y de


servicios: bebidas, carnes, dulces, frutas, harinas, helados, lácteos, panificación,
pastas y tapas para empanadas, snacks, supermercados, autopartes, calzado y
ropa deportiva, canteras, cerámicos, cosmética, curtiembre, educación,
electricidad, gastronomía, edición de libros, imprentas, hidrocarburos, hotelería,
informática, lavadero de lanas, maderera, mecánica, metalmecánica, metalurgia,
acoplados y semiremolques, armas, calefacción y refrigeración, electrodomésticos,
envases, estanterías metálicas, ferretería, fundición, maquinarias, motores, tubos
y caños, vajilla, minería, mobiliario, astilleros navales, envases industrias,
papeleras, periodismo, pinturas, plásticos, química, farmacia, hospitales,
sanitarios, servicios para edificios, textiles, indumentaria, tejidos, telas, transporte,
vidrio, vajilla, etc.

Son casos de Gerencia Social en acción pues la forma cooperativa exalta valores
de solidaridad, ayuda mutua, cooperación, etc. operando en mercados
competitivos, en muchos casos exportando.

3.- El caso de “supersopa” emprendimiento tecnológico de la Universidad Nacional


de Quilmes (Argentina)

La Universidad Nacional de Quilmes, es una universidad joven, creada a principios


de los ’90, con una fuerte impronta social y tecnológica.

Ha creado el Programa Súper Sopa cuya finalidad es producir un alimento


enlatado, concentrado, bajo estrictos controles de calidad (desarrollado dentro de
la carrera de Ingeniería en Alimentos).
Un plato de fácil preparación y que facilita una dieta variada, sin resignar un buen
sabor.
La producción (tiene fábrica propia) se realiza con alumnos de la carrera de
Ingeniería en Alimentos, con la idea de capacitarlos.
Elaborada sobre la base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, en
aporte calórico de materias grasas, arroz y arvejas, se obtiene la Súper Sopa.

La idea original surgió en una Universidad de Brasil: en San Pablo hay un


convenio con el Mercado Central, que les provee los excedentes de
comercialización para producir alimentos con fines sociales.

Sin embargo para el modelo argentino de la universidad, la estrategia fue otra,


habiéndose elaborado un proyecto de inversión para la instalación de la fábrica de
alimentos (que está en el mismo campus de la universidad, en Bernal),

El aprovisionamiento se realiza a través de quinteros que proveen la materia


prima, y se cobra el precio de costo, a las entidades que reciben la sopa.

El destino son los comedores comunitarios.

Ante la falta de apoyo gubernamental y el riesgo de transformar el modelo en uno


clientelar, se optó por la estrategia de convocar “padrinos”, que compran las latas
para enviar a distintos comedores y otra nómina de comedores (clientes) sin
padrino.

El emprendimiento se inició en 2003, y tuvo un debut inolvidable: la primera


producción de la planta de sopa, de unas diez toneladas, fue destinada a los
afectados por las inundaciones de Santa Fe.
El alimento es fácil de preparar, se calcula que el plato de sopa cubre un 30% de
las necesidades nutricionales de un niño; si se le suma una taza de leche, pan y
una naranja, se cubren las necesidades.
La gran carencia, por ser enlatado, son las vitaminas; pero al tener un 10% de
carne, es una forma indirecta de hacer llegar este producto.

La sopa es envasada en latas de cuatro litros que pueden almacenarse hasta dos
años.

La preparación es simple: se agrega el contenido de una lata en ocho litros de


agua y se calienta hasta hervor; de esta forma se preparan cincuenta platos de
sopa.

La planta tiene capacidad para producir unas cinco toneladas por día.

En la elaboración trabajan 13 estudiantes, remunerados.

En tres años se logró producir 2.750.000 platos de sopa, se capacitaron 60


alumnos, y se extendieron a otras provincias.

Datos adicionales:

• Información nutricional según datos de FAO:


Cada 100 g. de producto concentrado (porción lista para consumir) posee
los siguientes nutrientes: proteínas gr. 3,51; grasa gr. 4,26; calcio mg. 20,5;
hierro mg 1,6; VitA (IU) 582, niacina mg. 1,3; ácido fólico (ug) 19,6; energía
kca 91,2.

• Ventajas diferenciales del producto

A. Alimento integral.
B. El costo final por porción $ 0,10.
C. Producción 1.500.000 unidades/mes.
D. Fraccionado en latas de 4 litros (50 porciones) lo cual lo hace fácil de
manipular y almacenar sin depender de cadena de frío.
E. Uso simple, se mezcla el contenido de una lata con dos partes de
agua caliente.
F. Producción integral en instalaciones de la Universidad Nacional de
Quilmes bajo estrictos controles de calidad y salubridad.

4.- Gerenciar voluntariado

El trabajo voluntario es una forma particular de actividad que exalta los valores
individuales puestos al servicio de una causa social con impacto directo sobre los
beneficiarios.
Se trata del aporte de “horas”, tiempo laboral (o extra laboral) organizado y
estructurado de tal forma que incremente el valor agregado de la tarea.

Está vinculado a múltiples expresiones de ayuda y colaboración y en el marco de


este artículo se trata de un tipo particular de gerencia social, identificada como el
Gerenciamiento de los recursos humanos de la empresa como aporte a la
comunidad en causas individuales (acompañamiento a discapacitados, adultos
con carencias, personas sin familia, etc.), como así también a la colaboración más
integral (construcción de viviendas, redes cloacales, urbanización, oficios varios,
etc.).

El valor multiplicador de horas individuales “donadas” por los trabajadores de una


empresa puede alcanzar volúmenes considerables y requieren de organización de
excelencia por parte de los departamentos de recursos humanos; sin representar
costo económico para la empresa; particularmente cuando se trata de empleados
cuya productividad laboral no depende de una “cantidad” física de producto.

Por caso, si diferenciamos trabajo de “fábrica” y consideramos todo el resto como


trabajo “administrativo” (finanzas, contabilidad, comercialización, etc.) estos
últimos vinculados en general a procesamiento de información pueden ser
acelerados de forma tal de hacer más en menos tiempo y liberar horas para el
trabajo voluntario.

La complejidad organizativa del trabajo voluntario es mayor que la del trabajo


tradicional relacionado a la descripción de puestos, definición de perfiles,
convocatoria, selección, negociación e inducción; es decir el proceso de
incorporación de personal.

El trabajo voluntario es vocacional y por lo tanto la motivación y los mecanismos


de “contagio” implican estrategias que permitan llegar al “voluntario” potencial con
atractivos basados en valores de contribución a causas sociales, donde puede
aportar con sus saberes a los que de ello carecen.

La empresa es una gran generadora de conocimientos pues cotidianamente,


resuelve situaciones de supervivencia, desarrolla en su personal capacidades
decisorias, trabajo en equipo, experiencias, etc.; ese saber puede ser transferido a
través de mecanismos de trabajo voluntario a quienes los necesitan y carecen de
los recursos humanos adecuados.

No es un tema nuevo, por caso, las iglesias tienen una tradición muy internalizada
en los fieles que hacen trabajo voluntario o caridad, donando horas para tareas de
recolección de fondos, catequesis, quermeses, deportes, etc.

Llevado al plano de la empresa requiere de estrategias de motivación desde la


dirección distribuidas hacia todo el personal, constituyendo una política
comprometida para ayudar en causas sociales, analizando las demandas y
focalizando la estrategia en el desarrollo de un plan de voluntariado.
El mismo término indica una apelación a la moral de las personas, al concepto de
voluntad, inclinación con mirada solidaria a hacer el bien.

Una expresión válida es que “hacer el bien, hace bien”; el trabajador voluntario es
el primer beneficiado al desarrollar una actitud de colaboración que exalta sus
valores personales, mejora la autoestima, es beneficioso para la salud y lo aleja de
la exclusividad del “homus economicus” , para realizarse más integralmente como
persona.

El respaldo de la empresa para este tipo de emprendimientos, con todo el saber


acumulado, puede resultar de un aporte enorme, contribuyendo a resolver
efectivamente situaciones sociales de envergadura.

Es gerencia social también, las capacidades de articular empresas, ONGs. y


políticas públicas que estimulen estrategias de desarrollo del voluntariado,
potenciando capacidades instaladas.

En “más ética, más desarrollo” Bernardo Kliksberg, Temas, 2004, Págs. 143/146,
se registran datos cuantitativos del impacto del voluntariado, en el mundo y en
Argentina.

Bibliografía consultada

Etkin, Jorge: Capital social y valores en la organización sustentable, Ediciones


Granica S. A., Buenos Aires, 2007.
Davis, Peter, Donaldson, John: Management Cooperativista, Ediciones Granica
S.A., Buenos Aires, 2005.
Kliksberg, Bernardo: compilador, Ética y Desarrollo, la relación marginada,
Editorial El Ateneo, Buenos Aires, 2002.
Schvarstein, Leonardo: La inteligencia social de las organizaciones, Paidós, 2003.
Kliksberg, Bernardo: Más ética, más desarrollo, Temas Grupo Editorial SRL, 2004.
Sen, Amartya; Kliksberg, Bernardo: Primero la gente, Ediciones Deusto, 2007.
Programa de Gerencia Social para el Desarrollo Humano; PNUD, FCE – UBA;
selección de artículos de Bernardo Kliksberg, Jorge Etkin, Héctor Larocca,
Benedetto Gui, Carlos Degrossi y Jorge Volpentesta.
Sin Patrón, fábricas y empresas recuperadas por sus trabajadores. Una historia,
una guía; lavaca editora, Buenos Aires, 2004.
Luigino Bruni (comp.) Humanizar la economía, reflexiones sobre la Economía de
Comunión” Editorial Ciudad Nueva, 2000.
Luigino Bruni, Stefano Zamagni (comp.) Persona y Comunión, por una refundación
del discurso económico, Editorial Ciudad Nueva, 2003.

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