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El Pentateuco
Introducción 1
Torá o Pentateuco
Para la tradición rabínica, la “Tôrâ” (la ”ley”, llamada también en la tradición
helenística el “Pentateuco”) comprende los cinco primeros libros de la Biblia Hebrea.
A primera vista la obra ofrece un conjunto bastante armónico, que abarca desde la
creación del mundo (Gén 1) hasta la muerte de Moisés (Deut 34).
A grandes rasgos, cuenta los orígenes de Israel, desde sus remotos antecedentes
patriarcales hasta que se convierte en un pueblo numeroso y, tras recibir de Dios los
grandes dones de la libertad y la alianza, está a las puertas de la tierra prometida, donde
se escuchan los discursos de despedida de Moisés, quien muere –sin entrar a la tierra–
en las estepas de Moab.
1
Tomado fundamentalmente de J. L. SKA, Introducción a la lectura del Pentateuco. Claves para la interpretación
de los cinco primeros libros de la Biblia, Navarra (Verbo Divino 2001); 13-31. Cf. J. L. SICRE, El Pentateuco.
Introducción y textos selectos, Buenos Aires (San Benito 2004), 17-30; J. L. SKA, "El Pentateuco", en: W. FARMER
et al. (edts.), Comentario Bíblico Internacional, Navarra (Verbo Divino 1999), 307-314; BONORA, A., "Pentateuco",
en: Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, ROSSANO-RAVASI-GIRLANDA (ed), Madrid (Paulinas 1990), 1472-1475;
MURPHY, R., "Introduction to the Pentateuch", en: BROWN-FITZMYER-MURPHY (ed.), The New Jerome Biblical
Commentary, New Jersey (Prentice Hall 1990), 3-5; SCHMIDT, W., Introducción al Antiguo Testamento, Salamanca
(Sígueme 19901979), 59-82.
2
Cf. –con ligeras variantes en la determinación de las grandes secciones– la presentación de Olivier ARTUS, "Las
grandes secciones del Pentateuco (aproximación sincrónica)", en: Id., Aproximación actual al Pentateuco, Navarra
(Verbo Divino, Cb 106 2001), 22-30 y, en forma exhaustiva, cf. J. BLENKINSOPP, El Pentateuco. Introducción a los
cinco primeros libros de la Biblia, Navarra (Verbo Divino 1999), 77-291 y J. L. SICRE, El Pentateuco, 69-246.
Los nombres de
cada uno de los cinco libros
Los cinco libros se denominan genéricamente xami$$áh hum$ê hattôráh: “los cinco
quintos de la Ley”. Esta expresión hebrea está probablemente en el origen de la
expresión griega hè pentateuchos (biblos).
Los nombres que utilizamos en nuestras lenguas para designar a cada uno de estos
cinco primeros libros de la Biblia proceden de la versión de los Lxx. La Biblia Hebrea
los designa –conforme a una común costumbre de la antigüedad– por la primera palabra
importante de cada libro:
Torá
"Instrucción", "enseñanza" 3
El final del Deuteronomio recurre a la palabra "Torá" para designar de una forma global
el conjunto de palabras pronunciadas por Moisés:
3
O. ARTUS, Aproximación actual al Pentateuco, 7.
Prov 4,1-2 "Escuchad, hijos, la instrucción del padre (bf) rasUm), estad atentos para
aprender inteligencia, v2 porque es buena la doctrina que os enseño; no abandonéis mi
lección (yèitfrwoT)"
2 Re 14,5-6 (et passim): "Cuando el reino se afianzó en sus manos, mató a los servidores
que habían matado al rey su padre, v6 pero no hizo morir a los hijos de los asesinos,
SEGÚN ESTÁ ESCRITO EN EL LIBRO DE LA LEY DE MOISÉS, donde Yahveh dio una orden
diciendo: « No harán morir a los hijos por los padres, sino que cada uno morirá por su
pecado»"
PENTATEUCO
Origen del término y uso 4
Los padres de la iglesia rara vez emplean la palabra “Pentateuco” para referirse a los
cinco primeros libros del AT 6 . En general, prefieren hablar –como lo hace el NT 7 – de
la “ley” o de la “ley de Moisés”, distinguiéndola de los profetas.
Ninguno de los cinco libros es mencionado por su nombre en el NT. La primera vez que
se encuentra una mención explícita en un texto cristiano es en la llamada "Epístola de
Bernabé", que –en 10,3– hace referencia al Deuteronomio.
Una división en cinco libros se encuentra también en el Salterio: Sal 1-41; 42-72; 73-
89; 90-106; 107-150. ¿Tal vez porque se tenía la idea de hacer del Salterio una
meditación de los cinco libros de la Tôrâ? Para J. L. Ska 9 , el Salmo 1 va ciertamente en
esa dirección (ver Sal 1,2). El EvMt contiene cinco discursos que concluyen todos con
una fórmula similar (Mt 7,28; 11,1; 13,53; 19,1; 26,1). Dado que –según entienden
algunos intérpretes– para Mateo Jesús es un “nuevo Moisés”, no es impensable que
haya querido hacer de su evangelio una especie de “Nuevo Pentateuco”. El inicio de su
evangelio: "biblos geneseos" –“libro de la genealogía”– corresponde a la traducción de
los Lxx de Gén 2,4 y 5,1.
4
Cf. J. L. SKA, "Algunas cuestiones fundamentales sobre el Pentateuco", en: Id., Introducción a la lectura del
Pentateuco, 13-16.
5
En contextos particulares, puede tener varios significados: (1) En plural, “armas” (2) “Cordaje, velas, remos” (3)
“Vaso, contenedor” (jarra, cuba, estuche, colmena) (4) “Libro”. La palabra "teuchos" designaba en primer lugar el
estuche o contenedor cilíndrico de los rollos; luego, por metonimia, el contenido, es decir, el rollo. “Pentateuco”
significa, por tanto, cinco libros, o mejor, cinco rollos.
6
1 vez Orígenes, 2 Epifanio, y 1 Atanasio. Entre los padres latinos, 1a vez Tertuliano y 1 Isidoro de Sevilla.
7
Mt 5,17; 7,12; 11,13; 22,40; Luc 16,16 (cf. 24,27: “Moisés y los profetas”); Luc 24,44 (“la ley de Moisés, los
profetas y los salmos); Hech 13,15; 24,14; 28,23; Rom 3,21.
8
Cf. J. BLENKINSOPP, "División y estructura", en: Id., El Pentateuco, 63-67. El autor considera que la división en
cinco libros tiene significación exegética y merece ser analizada cuidadosamente, y es más importante que otras
subdivisiones existentes, por ejemplo, las hechas en vistas a la lectura litúrgica. En Palestina, la Torá se leía en un
plazo de tres a tres años y medio, a lo que correspondían más de 150 secciones o "sedarîm"; en las comunidades de
Babilonia, la lectura se terminaba en un año, necesitando sólo unas 54 secciones amplias o "para$ôt". Estas secciones
eran subdivididas en párrafos cortos o "pisqôt", separados por un espacio de al menos tres letras. De acuerdo con una
antigua tradición, fueron introducidos para que Moisés tuviera tiempo de reflexionar entre cada subsección.
9
J. L. SKA, "Algunas cuestiones fundamentales sobre el Pentateuco", en: Id., Introducción a la lectura del
Pentateuco, 15. Del mismo modo dice J. BLENKINSOPP: "[...] esta división de los Salmos pretende sugerir que deben
ser recitados como meditación y ayuda para observar la Torá, como insinúa el Salmo 1, que da la tónica" (Id., El
Pentateuco, 66).
10
FILÓN DE ALEJANDRÍA, De Aeternitate Mundi, 19.
En otro lugar, Filón cita el primer versículo del Levítico y llama a este libro con su
nombre de “Levítico” 11 . También cita muchas veces al Deuteronomio, pero lo llama
“Protréptico”, esto es, “exhortación”, un título muy apropiado para esta obra.
FLAVIO JOSEFO 12 (ca 38 – 100 d.C.) también habla con toda claridad de “los cinco
libros de Moisés”:
“...entre nosotros no hay multitud de libros que discrepen y disientan entre sí; sino
solamente veintidós libros, que abarcan la historia de todo tiempo y que, con razón, se
consideran divinos. De entre ellos cinco son de Moisés, y contienen las leyes y la
narración de lo acontecido desde el origen del género humano hasta la muerte de
Moisés. Este espacio de tiempo abarca casi tres mil años. Desde Moisés hasta la
muerte de Artajerjes, que reinó entre los persas después de Jerjes, los profetas que
sucedieron a Moisés reunieron en trece libros lo que aconteció en su época. Los cuatro
restantes ofrecen himnos en alabanza de Dios y preceptos utilísimos a los hombres.
Desde el imperio de Artajerjes hasta nuestra época, todos los sucesos se han puesto
por escrito; pero no merecen tanta autoridad y fe como los libros mencionados
anteriormente, pues no hubo una sucesión exacta de profetas”.
Este testimonio confirma que, entorno al tiempo del nacimiento de Jesús, la tradición
judía ya había establecido:
(1) Que los libros fundamentales de la ley eran cinco.
(2) Que fueron obra de Moisés.
(3) Que la autoridad de esos cinco libros de Moisés es superior a la de los otros
libros atribuidos a los profetas.
Pero es muy probable que la división en varios rollos sea anterior, ya que el
"Documento de Damasco" de Qumrán habla –en plural– de “los libros de la ley” (CD
VII), lo mismo que la "Carta de Aristeas" (ca. 140 a.C.): “los rollos de la ley de los
judíos” (par. 30) y "los libros" (46; 176, etc) 13 .
11
FILÓN DE ALEJANDRÍA, De plantatione, 26.
12
FLAVIO JOSEFO, Obras completas de Flavio Josefo V. Contra Apión, I, 8, Buenos Aires (A. C. E. 1961), 15.
13
Tampoco el Sirácida permite sacar conclusiones firmes a propósito de la presunta subdivisión de la Torá en cinco
libros. Se ha sugerido que la expresión que utilizan los LXX para traducir «mi$neh hattôrah hazzo)t» de Deut 17,18
(“una copia de esta ley ", “deuteronomion touto”; ver también Jos 8,32,) difícilmente pueda tratarse de un error, ya
que en ese caso el traductor habría escrito “deuteron nomon” o algo parecido, infiriendo de ello que el título del
quinto libro de Moisés podría haber estado en uso por entonces.
Más allá del valor del número cinco en la Biblia –basado probablemente en la
importancia de los cinco dedos de la mano– cabe subrayar la idea de Blenkinsopp
acerca de que en la antigüedad, el sentido de una obra literaria se daba con frecuencia a
través de la estructura, como se advierte en el libro de los Doce Profetas Menores. 14
Y añade: “Por tanto, no debería extrañarnos que la división de la Torá en cinco libros,
no en cuatro ni seis, fuese el resultado de una decisión parecida y no mera cuestión de
conveniencia. La división en cinco partes pone de relieve al Levítico como panel
central de la péntada, ya que contiene las prescripciones que identifican al Israel
reconstituido del Segundo Estado como una comunidad santa, distinta de las otras
naciones del mundo. Si es así, la estructura del relato fundacional, separado ahora de
la historia de los acontecimientos posteriores a la muerte de Moisés, esconde una clave
esencial para su sentido” 15 .
Esta cuestión de "por qué (esos) cinco" cabe abordarla desde dos perspectivas:
(1) Desde la perspectiva de la subdivisión interna de la Torá tal como llegó a
nosotros (es decir, por qué la Torá está subdividida de esa manera en esos cinco
libros) 16 .
(2) Desde la perspectiva de la conexión literaria y teológica de la Torá con los
llamados "profetas anteriores" (es decir, por qué la Torá no está compuesta por
más o menos libros que los cinco actuales).
Nos ocuparemos primero de esta segunda cuestión, para pasar a plantear luego la
cuestión de la subdivisión interna de la Torá en cinco libros.
¿Tetrateuco, Pentateuco,
Hexateuco o Enneateuco? 17
La antigua tradición que habla de "cinco libros de la ley" ha sido puesta en cuestión
entre los exégetas alemanes de mediados del siglo XX.
Hexateuco
Es decir, “seis rollos”, uniendo al Pentateuco el libro de Josué
Leyendo con atención la obra y atendiendo a los temas teológicos más importantes,
algunos investigadores han hecho notar que al final del Deuteronomio quedan sin tratar
satisfactoriamente algunos temas capitales:
1. En el Génesis, una de las promesas fundamentales a los patriarcas es la de una
TIERRA en la que habitar. Con ella comienza la historia de Abrahán: “Sal de tu
tierra... a la tierra que yo te mostraré” (Gn 12,1-4). Sin embargo, quien termina
de leer el Pentateuco no ve cumplida esa promesa. Se queda a las puertas, en la
14
J. BLENKINSOPP, "División y estructura", en: Id., El Pentateuco, 69: “...la disposición 3+12 de los Profetas
posteriores pretende recordar a los tres patriarcas y a los doce hijos de Jacob-Israel o, en otras palabras a la totalidad
del Israel restaurado como objeto de fe escatológica [...] Sugiero... que un simbolismo numérico de este tipo dictó la
forma final de la colección profética y que, al hacerlo, se insinuaba una determinada perspectiva para su lectura”.
15
J. BLENKINSOPP, "División y estructura", en: Id., El Pentateuco, 70.
16
Dice J. Blenkinsopp: "Casi nunca se ha prestado atención a la división del Pentateuco en cinco libros, sin duda
porque se pensaba que era una cuestión puramente relacionada con la producción de los libros (cuánto podía caber en
un rollo) y, por consiguiente, sin interés para la exégesis. No obstante, espero demostrar que este detalle estructural
merece más atención" (J. BLENKINSOPP, "División y estructura", en: Id., El Pentateuco, 64).
17
Cf. O. ARTUS, "¿Pentateuco, Tetrateuco o Hexateuco?", en: Id., Aproximación actual al Pentateuco, 7-9. J. L.
SKA, "¿Tetrateuco, Pentateuco, Hexateuco o Enneateuco?", en: Id., Introducción a la lectura del Pentateuco, 16-23;
J. L. SICRE, "Tetrateuco, Pentateuco, Hexateuco, Heptateuco, Enneateuco", en: Id., El Pentateuco, 26-27. Para los
trabajos de G. von Rad y de M. Noth cf. J. BLENKINSOPP, "Dos siglos de investigación sobre el Pentateuco", en: Id.,
El Pentateuco, 30-33.
2. Otro tema capital del Pentateuco es la liberación de Egipto. ¿Se puede dar por
terminado el relato sin contar la victoria final, la única que da sentido a todas las
tribulaciones sufridas en el desierto?
Esto llevó a muchos autores a pensar que los cinco primeros libros de la Biblia no
pueden comprenderse apropiadamente sin tener en cuenta al menos el sexto, el de
Josué. Surgió así la propuesta de comenzar a hablar de un “Hexateuco” (seis
volúmenes) 18 .
Por ejemplo, H. EWALD –en su “Geschichte Israels 19 ”– consideraba que la primera obra
histórica de Israel fue “el libro de los orígenes” ("Das Buch der Ursprünge") y que
habría comprendido el Pentateuco y el libro de Josué. Luego de EWALD se generalizó la
costumbre de unir el libro de Josué al Pentateuco y hablar de "Hexateuco":
≡ Por ejemplo, una de las obras clásicas de WELLHAUSSEN se titula: “La
composición del Hexateuco y de los libros históricos del Antiguo Testamento” 20
≡ También G. VON RAD se refería a un “Hexateuco” en su estudio sobre el
problema de la historia de las formas de las tradiciones originarias. 21 Para von
Rad, el núcleo de las tradiciones sobre el origen de Israel se descubre en el
pequeño “credo histórico” de Israel, tal como aparece en Deut 6,21-23 y, sobre
todo, en Deut 26,5-9 (también en Jos 24,2-13 al que llama “Hexateuco en
pequeño”). Este “credo” –¡que no habla de las tradiciones del Sinaí!– finaliza
con la mención del don de la tierra. Por ello –concluía von Rad– no cabe hablar
de Pentateuco sino de Hexateuco, porque la tradición sobre el origen de Israel,
tal como queda expresada en el mentado "credo", debe incluir un relato de la
conquista, relato que se encuentra ahora en el libro de Josué, el sexto libro de la
Biblia Hebrea. 22
Ahora bien, leyendo atentamente los textos, también se puede advertir otro hecho casi
imposible de refutar: EL DEUTERONOMIO, por su lenguaje y su teología, está mucho más
relacionado con los libros siguientes (Josué-Jueces-Samuel-Reyes), que con los
anteriores (Génesis-Éxodo-Levítico-Números). Por eso, algunos exégetas –en lugar de
proponer ampliar el Pentateuco, convirtiéndolo en Hexa- Hepta- o Enneateuco– se
inclinaron más bien en forma creciente por destacar las importantes diferencias que
existen entre Deuteronomio y los cuatro libros anteriores, que, contemplados en
conjunto, comenzaban a ser caracterizados como un presunto "Tetrateuco".
18
Como el libro de los Jueces continúa contando lo ocurrido “después de la muerte de Josué”; es lógico que el lector
se interese de forma espontánea por esos hechos (quien defienda la unión de los siete primeros libros hablará de
"Heptateuco"). CASIODORO, que defendía la unidad de los ocho primeros libros de la Biblia grecolatina, propuso la
teoría del "Octateuco": Gén, Éx, Lv, Núm, Deut, Jos, Jue y Rut. Y quienes añadan Samuel y Reyes tendrán nueve
libros ("Enneateuco"), una historia que va desde la creación hasta el destierro de Babilonia –hipótesis de la que nos
ocuparemos al final de este recorrido–.
19
H. EWALD, Die Geschichte des Volkes Israel I, Göttingen 31864, 94. La misma idea ya había sido expresada antes
por Bonfrère (1625), Spinoza (1670) y Geddes (1792).
20
J. WELLHAUSSEN, Die Composition des Hexateuchs und der historischen Bücher des Alten Testaments, Berlin,
1866).
21
G. VON RAD, “El problema morfogenético del hexateuco” en: Id., Estudios sobre el Antiguo Testamento,
Salamanca (Sígueme 19761938), 11-80.
22
Cf. recientemente Th. RÖMER, "La Mort de Moïse (Dt 34) et la Naissance de la Torah à l'Époque Perse ou: Est-ce
que la première partie du canon de la Bible hébraïque aurait pu être un Hexateuque?", Foi et Vie 103 (2003) 31-44.
Tetrateuco
Es decir, “cuatro rollos”, excluyendo del Pentateuco al Deuteronomio
Martin NOTH, discípulo de von Rad, en su célebre obra sobre la “historia de las
tradiciones del Pentateuco” 23 , cuestionó la hipótesis de su gran maestro. En esta obra,
en la que se proponía excluir del Pentateuco al Deuteronomio, hay que buscar el origen
de la denominación “Tetrateuco”.
La tesis de M. Noth se apoyaba en tres observaciones 24 :
(1) No hay textos “deuteronómicos” en los cuatro primeros libros de la Biblia, salvo
alguna adición sin gran importancia. Por eso no existe ningún nexo literario
estrecho entre Gén-Núm y el Deut.
(2) Las "fuentes" del Pentateuco no están presentes (ni en el Deuteronomio ni) en el
libro de Josué. En otras palabras, los relatos iniciados en Gén-Núm no continúan
en el libro de Josué. Por esta razón resulta difícil hablar de “Hexateuco” 25 .
Sin embargo, Noth no afirmó nunca que hubiera existido un “Tetrateuco” propiamente
dicho, porque para él, las fuentes antiguas –como los libros actuales de Génesis-
Números– necesitan de una continuación, es decir, de un relato de la conquista. Será el
exégeta sueco Iván ENGNELL 26 quien dará el paso decisivo, y afirmará la existencia de
un "Tetrateuco" independiente. Para Engnell, el "Tetrateuco" actual –esto es, Gén, Ex,
Lev, Núm– sería la obra del autor sacerdotal, que habría coleccionado y compilado
antiguas tradiciones orales. Junto a este "Tetrateuco sacerdotal" estaba el Deuteronomio
y la Historia Deuteronomista 27 . Desgraciadamente, Engnell solo enunció su tesis y
jamás suministró una argumentación completa para demostrarla.
23
M. NOTH, Überlieferungsgeschichte des Pentateuch, Stuttgart (1948).
24
M. NOTH, Überlieferungsgeschichte, 5-6. Cf. S. MOWINCKEL, Tetrateuch - Pentateuch - Hexateuch. Die Berichte
über die Landnahme in den drei altisraelitischen Geschichtswerken, Berlin (BZAW 1964).
25
M. NOTH, Überlieferungsgeschichte, 5. Id., Das Buch Josua, Tübingen (HAT I,7 1938), xiii-xiv.
26
I. ENGNELL, Gamla Testamentet. En traditionshistorisk inledning I, Stockholm (1945), 209-212.
27
Cf. MOWINCKEL, Tetrateuch, 3-4.
Enneateuco
Es decir, “nueve rollos”, añadiendo al Pentateuco Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel,
1y 2 Reyes 28
Algunos exégetas piensan que el conjunto Gén-2Re sfue concebido como una gran unidad
literaria, que comenzaba con la creación del mundo y terminaba con el exilio babilónico.
El tema principal de esta historia sería la “tierra”:
≡ Al comienzo, Yahweh la promete a los patriarcas.
≡ En Éxodo - Números, Israel camina hacia esa tierra por el desierto.
≡ Josué la conquista.
≡ Los Jueces la defienden.
≡ Bajo David y Salomón se transforma en un Reino, primero, unido, luego dividido (norte-
sur).
≡ Finalmente, Israel pierde esta tierra en la época del exilio babilónico.
Según D. N. FREEDMANN 29 , este largo relato sería la “historia principal” o la “primera historia”
de Israel (“Primary History”), que entiende necesario distinguir de la “historia secundaria”, es
decir, la “historia del Cronista” (1-2 Cro - Esd - Neh). 30
≡ La “Historia principal” termina con la destrucción del Templo y el exilio.
≡ La “Historia del Cronista” culmina en la reconstrucción del Templo y de la comunidad
postexílica luego del exilio.
Estos nexos literarios crean lazos entre varios bloques narrativos y señalan además el
pasaje de un período a otro de la historia de Israel: Ex 1,6.8 señala el pasaje de la edad
patriarcal a la del éxodo; Jos 24, 29.31 y Jue 2,8.10 la de la época de Josué a la época de
los Jueces.
28
Sin Rut: en la Biblia Hebrea, Rut está incluido en el grupo de los “escritos”; los dos libros de Samuel como los
dos libros de Reyes se consideran un sólo libro.
29
D. N. FREEDMANN, Pentateuch, New York (IDB 3 1967), 711-727, especialmente 712-713.
30
La "historia del cronista" retoma de modo drásticamente abreviado la narración de los orígenes, de la creación
hasta el reino de David, para concentrarse sobre todo en el reino de este monarca, de su hijo Salomón y de sus
sucesores. Los libros de Esdras y Nehemías describen la reconstitución de la comunidad de Israel tras el exilio.
31
J. BLENKINSOPP, El Pentateuco, 56, explicando la tesis de R. RENDTORFF (Das überlieferungsgeschichtliche
Problem des Pentateuch, Berlin-New York, BZAW 147, 1977, 166-189).
(2) Las indicaciones cronológicas que aparecen en los libros son otra indicación de esta
visión global de la historia de Israel.
Por ejemplo, la duración de la estancia en Egipto es de 430 años según Ex 12,40-41 (cf.
Gén 15,13: 400 años), coincide exactamente con la duración de la monarquía, calculada a
partir del año cuarto de Salomón. Salomón inicia la construcción del Templo 480 años
luego del éxodo (1 Re 6,1), es decir, 430 + 50 años. Contando los años a partir de esta
fecha –ie, el cuarto año del reinado de Salomón– hasta el final del Reino de Judá resultan
también 430 años (la duración de la monarquía). Si se adicionan los cincuenta años del
exilio, se arriba otra vez a la cifra de 480 años 32 .
Para arribar a esta cifra es necesario sin embargo tomar los datos de 1-2 Reyes sin
ninguna corrección.
(3) BLENKINSOPP 33 expone tres importantes razones para afirmar que el Pentateuco no puede
concluir con la muerte de Moisés (Dt 34):
(a) Sin el libro de Josué, la promesa de la tierra, hecha a los patriarcas, permanece
incumplida. 34 Por otra parte, Jos 21,43-45 reiteradamente ve en la conquista
completada con éxito, el cumplimiento de una promesa hecha a los antepasados
de Israel, especialmente claro se ve en:
Jos 21,43-45 "Yahveh dio a los israelitas toda la tierra que había jurado dar a
sus padres. La ocuparon y se establecieron en ella. v44 Yahveh les concedió paz
en todos sus confines, tal como había jurado a sus padres, y ninguno de sus
enemigos pudo hacerles frente. Yahveh entregó a todos sus enemigos en sus
manos. v45 No falló una sola de todas las espléndidas promesas que Yahveh
había hecho a la casa de Israel. Todo se cumplió".
32
Cf. J. BLENKINSOPP, El Pentateuco, 72. Para más datos de este tipo cf. Id., "Marco temporal", Ibid. 70-75.
33
J. BLENKINSOPP, El Pentateuco, 53-54.
34
De otra forma, hay que hablar de “cumplimiento parcial de la promesa” o de “prórroga de la promesa”. Cf. D. J.
A. CLINES, The Theme of Pentateuch, Sheffield (JSOT 10 1978). Cf. J. S. CROATTO, "Una promesa aún no cumplida.
Algunos enfoques sobre la estructura literaria del Pentateuco", RevBibl 44 (1982) 193-206.
35
El relato de la creación en Gén 1 anticipa en su estructura de 7 días la instauración del culto, el descanso sabático
de Dios y la creación de los cuerpos celestes del día cuarto para fijar el calendario litúrgico. De acuerdo con esta
misma tradición, la revelación del Sinaí consiste en normas precisas para la construcción y el funcionamiento del
santuario del desierto (Ex 35-40), santuario que, después de la conquista, es instaurado en la tierra prometida (Jos 18-
19). Si se sigue leyendo se observa que el templo de Salomón será construido 480 años después del éxodo (1Re 6,1),
y con ello se lo inserta en un esquema cronológico que une a la creación, el éxodo y la construcción del Templo de
Salomón en una única narración.
36
Cf. L. ALONSO SCHÖKEL, "Motivos sapienciales y de alianza en Gen 2-3", Biblica 43 (1962) 295-316.
37
SKA, J. L., "Enneateuco", en: Id., Introducción a la lectura del Pentateuco, 22-23.
Se discute también si los “padres” son los patriarcas o los israelitas en Egipto 38 . Pues las
promesas de la que habla Jos 21,44 no se encuentra en Génesis sino en Deut 12,10b;
25,19, donde aparece, como en Jos 21,44, la expresión "los mantuvo en paz con todos los
pueblos vecinos". En estos dos textos, la promesa está hecha al pueblo del éxodo, no a los
patriarcas. Por tanto, si hay un vínculo, es ciertamente poco evidente, y de todos modos,
tardío.
≡ Al argumento (c) contesta que las analogías entre Gén 2-3 y el tema de la tierra en la
historia deuteronomística no son muy específicas: el vocabulario es diverso y no hay
ninguna llamada explícita a la historia del Génesis en la historia deuteronomística.
Por otra parte, faltan en Gén 2-3 referencias claras a la teología de la alianza. En Gén
2,16-17, el castigo prometido para el que no observa el mandamiento no es la expulsión
del jardín sino la muerte (2,17b). Finalmente, Gén 2-3 es muy probablemente un texto
relativamente tardío. 40
38
Th. RÖMER, Israels Väter. Untersuchungen zur Väterthematik im Deuteronomium und in der deuteronomischen
Tradition, Friburgo-Götingen, OBO 99, 1990 (sobre Jos 21,43-45 véase pp. 358-363); N. LOHFINK, Die Väter Israels
im Deuteronomium. Mit einer Stellungnahme von Thomas Römer, Friburgo-Götingen, OBO 111, 1991 (sobre Jos
21,43-45 véase pp. 81-85).
39
Ver p.e., P. J. KEARNEY, "Creation and Liturgy: The P Redaction of Ex 25-40", ZAW 89 (1977) 375-387.
40
Véase E. OTTO, "Die Paradieserzählung Genesis 2-3: Eine nachpriesterschriftliche Lehrererzählung in ihre
religionshistorischen Kontext", en: A. A. DIESEL u.a. (hersg.), Jedes Ding hat seine Zeit… Studien zur israelitischen
und altorientalischen Weisheit, FS D. Michel, Berlin-New York, BZAW 241, 1966, 167-192.
41
En lo que hace a Blenkinsopp al menos –desconocemos el trabajo de D. N. Freedman– debemos señalar que sus
afirmaciones al respecto son matizadas. Dice al finalizar el elenco de estas tres razones: “Por tanto, hay pocas dudas
de que el Pentateuco y los Profetas anteriores pueden ser leídos como una historia seguida, y eso es lo que se
pretendió en cierta etapa de la tradición. Pero también es cierto que el Pentateuco, que termina con la muerte de
Moisés fuera de la tierra, llegó a ser visto por derecho propio como un relato coherente, con una estructura y un
sentido claros” (J. BLENKINSOPP, El Pentateuco, 54).
42
J. L. SICRE, "¿Por qué se escribió el Pentateuco?", en: Id., El Pentateuco, 28-30. Cf. O. ARTUS, "El contexto
histórico de la formación del Pentateuco", en: Id., Aproximación actual al Pentateuco, 9-12. E. ZENGER, "Der
geschichtliche Kontext der formativen Redaktionen der Torá", en: E. ZENGER (hrsg.), Einleitung in das Alte
Testament, Stuttgart (Kohlhammer 19983), 79-84.
43
Tener en cuenta la hipótesis de Peter FREI conocida como "Teoría de la autorización imperial persa" a partir de la
publicación de su artículo "Zentralgewalt und Lokalautonomie im Achämenidenreich" en: P. FREI-K- KOCH,
Reichsidee und Reichsorganization im Perserreich, Fribourg Sw, OBO 55, 19841996. La obra más completa y más
importante sobre la cuestión de la "autorización imperial persa" es la de James WATTS (éd.), Persia and Torah. The
Theory of Persian Imperial Authorization of the Pentateuch, Atlanta SBL.SS 17, 2001. Para una matización crítica de
la hipótesis cf. J. L. SKA, "El Pentateuco y el Israel post-exílico", en: Id., Introducción a la lectura del Pentateuco,
295-310; Id. "Persian Imperial Authorization: Some Question Marks", en: J. WATTS (éd.), Persia and Torah, 161-
182; Id., "Le Pentateuque et la Politique impériale perse", Foi et Vie 103 (2003) 17-30.
4. Por consiguiente, es posible que los mismos judíos propusiesen a los persas dar
valor oficial sólo al PENTATEUCO.
MOISÉS, EL PENTATEUCO
Y EL CANON DE LA BIBLIA HEBREA 44
Este modo de organizar los primeros libros del Antiguo Testamento no excluye otros
modos posibles pero tiene un valor particular porque tiene en cuenta la forma
canónica 45 , definitiva y normativa de la Biblia para la comunidad de fe, tanto del
pueblo de Israel en primer lugar, como para el pueblo cristiano después. Las escrituras
canónicas no se cerraron como "Tetrateuco" ni como "Hexateuco" sino como
Pentateuco 46 .
Desde una perspectiva canónica cabe reconocer que la Biblia Hebrea quedó configurada
en tres partes. Proponemos a continuación analizar los textos ubicados en los lugares
estratégicamente claves que conectan entre sí las tres partes de la Biblia Hebrea 47 :
44
E. ZENGER, "Die hermeneutische Systematik des Tanach", en: Id., Einleitung, 25-27. Retomado con algunas leves
modificaciones por J. L. SKA, "Moisés, el Pentateuco y el canon de la Biblia hebrea", en: Id., Introducción a la
lectura del Pentateuco, 23-31.
45
Sobre la cuestión del “canon” cf. J. A. SANDERS, Torah & Canon, Philadelphia (Fortress Press 1972); B. S.
CHILDS, Introduction to the Old Testament as Scripture, Philadelphia (Fortress Press 1979).
46
Cf. el interesante planteo de Th. RÖMER, "La victoire du Pentateuque", en: Id., "La Mort de Moïse (Dt 34) et la
Naissance de la Torah à l'Époque Perse ou: Est-ce que la première partie du canon de la Bible hébraïque aurait pu
être un Hexateuque?", Foi et Vie 103 (2003) 43-44.
47
J. L. SKA, "Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico Testamento", La Civilità Católica 3531-3532 (1997
III) 213-225.
Sus últimos versículos constituyen lo que muchos dan en llamar “el epitafio” de
Moisés:
Deut 34,10-12 "No ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien
Yahveh trataba cara a cara, v11 nadie como él en todas las señales y prodigios
que Yahveh le envió a realizar en el país de Egipto, contra Faraón, todos sus
siervos y todo su país, v12 y en la mano tan fuerte y el gran terror que Moisés
puso por obra a los ojos de todo Israel".
Este texto contiene una serie de afirmaciones fundamentales sobre el lugar que
Moisés ocupa en la historia de la revelación (en particular, sobre la revelación
que se concluye con la muerte de Moisés) 49 :
48
J. L. SKA, "La morte di Mosè e l'autorità del Pentateuco", en: Id., Il canone ebraico e il canone cristiano
dell'Antico Testamento, 216-219. Cf. Th. RÖMER, "La Mort de Moïse (Dt 34) et la Naissance de la Torah à l'Époque
Perse", especialmente 32-38 (atribuye Deut 34,10-12 a una "redacción Pentateuco" y Deut 34,7-9 a una "redacción
Hexateuco"; Römer sostiene que la idea de un "Hexateuco" no es simplemente una invención de la exégesis del siglo
XIX sino que probablemente habría existido una coalición minoritaria de deuteronomistas y sacerdotales disidentes
que habría intentado un "proyecto Hexateuco" cuando, en la época persa, se habrían publicado las tradiciones
oficiales del judaísmo).
49
Y, con ello, sobre el lugar de la "Torá" en relación con los otros libros bíblicos. La importancia de este texto para
la comprensión del canon ha sido puesta en evidencia por Ch. DOMEN – M. OEMING, Biblischer Kanon, warum und
wozu?, Freiburg i.B. (Herder 1992), 54-68; cf. también R. LUX, "Der Tod des Moses als «besprochene und erzählte
Welt»", ZThK 84 (1987) 395-425; N. LOHFINK, "Moses Tod, die Torá und die alttestamentliche Sontagslesung",
ThPh 71 (1991) 481-494. Cf. F. GARCÍA LÓPEZ, "De la antigua a la nueva crítica literaria del Pentateuco", EstBíb 52
(1994) 7-35, espec. 25-35. E. ZENGER, "Die hermeneutische Systematik des Tanach" en: Id., Einleitung, 25-27 (para
Deut 34,10-12 cf. también 68).
50
E. ZENGER, "Programmatische Schlubtexte (Epilogue/Kolophone) der drei Teile", en: Id., Einleitung, 25. Cf. J.
BLENKINSOPP, "Aspectos básicos del Pentateuco: Estructura y cronología", en: Id., El Pentateuco, 76 (entiende que
en la decisión de crear un corpus literario cerrado que termine con la muerte de Moisés habría un esfuerzo conciente
por neutralizar los aspectos ambiguos y problemáticos de la profecía).
51
Cf. B. CHILDS, "The Mosaic authorship and canon", en: Id., Introduction to the Old Testament, espec. 134-135.
52
Éx 33,11 “...Yahweh hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo...”
[lit. "como un hombre habla con otro": Wh[e_rE-la, vyaiÞ rBeîd:y> rv,²a]K; –el sentido general de la expresión en
hebreo es más vago, expresa simplemente reciprocidad–; =/= Éx 33,20].
Núm 12,6-8 “...Si hay entre vosotros un profeta, en visión me revelo a él, y hablo con él en sueños. v7 No así con mi
siervo Moisés: él es de toda confianza en mi casa; v8 boca a boca hablo con él, abiertamente y no enigmas, y
contempla la imagen de Yahveh. ¿Por qué, pues, habéis osado hablar contra mi siervo Moisés?...”.
[Texto más explícito, porque afirma claramente la superioridad de Moisés sobre los profetas por su contacto
inmediato con el Señor. La frase aparece en un texto complicado, con expresiones oscuras, difíciles de traducir, en el
que, cuando la autoridad de Moisés es cuestionada por su hermano Aarón y por su hermana Myriam, el Señor
aparece para defender a Moisés, pronunciando este oráculo]
Cf. Jn 3,11 “...nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto” [Para la figura de
Moisés en el NT cf. entre otros, D. C. ALLISON, The New Moses. A Matthean Typology, Minneapolis, MN (1993); M.
-E. BOISMARD, Moïse ou Jésus. Essai de Christologie johannique, Leuven (BETL 84 1988)].
53
J. L. SKA, "La Legge e i Profeti", en: Id., Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico Testamento, 219-222;
E. ZENGER, "Die hermeneutische Systematik des Tanach" en: Id., Einleitung, 25-27.
54
Por ejemplo, ese es el principio sobre el que se basa 2 Re 17,7-23 para explicar el fin de la monarquía del Reino
del Norte: " 13Yahveh advertía a Israel y Judá por boca de todos los profetas y de todos los videntes diciendo:
«Volveos de vuestros malos caminos y guardad mis mandamientos y mis preceptos conforme a la Ley que ordené a
vuestros padres y que les envié por mano de mis siervos los profetas». 14 Pero ellos no escucharon y endurecieron
sus cervices como la cerviz de sus padres, que no creyeron en Yahveh su Dios. 15 Despreciaron sus decretos y la
alianza que hizo con sus padres y las advertencias que les hizo […] 16 Abandonaron todos los mandamientos de
Yahveh su Dios […] 18 Yahveh se airó en gran manera contra Israel y los apartó de su rostro, quedando solamente
la tribu de Judá. 19 Tampoco Judá guardó los mandamientos de Yahveh su Dios y siguió las costumbres que practicó
Israel. 20 Rechazó Yahveh el linaje de Israel, los humilló y los entregó en mano de saqueadores, hasta que los arrojó
de su presencia; […] 23Yahveh apartó a Israel de su presencia, como había anunciado por medio de todos sus
siervos los profetas; deportó a Israel de su tierra a Asiria, hasta el día de hoy".
55
También poco antes de morir David hará a Salomón recomendaciones similares: " 1Cuando se acercaron los días
de la muerte de David, dio órdenes a su hijo Salomón: 2«Yo me voy por el camino de todos. Ten valor y sé hombre.
3
Guarda las observancias de Yahveh tu Dios, yendo por su camino, observando sus preceptos, sus órdenes, sus
sentencias y sus instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés, para que tengas éxito en cuanto hagas y
emprendas. 4Para que Yahveh cumpla la promesa que me hizo diciendo: «Si tus hijos guardan su camino para andar
en mi presencia con fidelidad, con todo su corazón y toda su alma, ninguno de los tuyos será arrancado de sobre el
trono de Israel» (1Re 2,1-4). La "escuela deuteronomista" entiende claramente que la monarquía está subordinada a
la Ley de Moisés y que la supervivencia de la dinastía está ligada a la observancia de la Ley (cf. Deut 17,14-20).
Este texto concluye a modo de inclusión con Jos 1 todos los libros proféticos.
En cuanto a la ley de Moisés contiene en Mal 3,22, antes del oráculo que
anuncia el retorno de Elías, algunas afirmaciones importantes:
56
Varios textos entienden el ministerio profético de este modo, es decir, como un instrumento de la Ley, como un
servicio tendiente a lograr la fidelidad de Israel a la Ley de Moisés (aunque no son tan explícitos como Mal 3,22): cf.
2Re 17,13; Jer 25,4; 26,5; 29,19; 35,15. El Señor nunca ha dejado de enviar profetas para exhortar a su pueblo a la
conversión (aunque ellos no quisieron escuchar). Por ejemplo, Jer 26,4-6 "Les dirás, pues: «Así dice Yahveh: Si no
me oís para andar según mi Ley que os propuse, 5oyendo las palabras de mis siervos los profetas que yo os envío
asiduamente (pero no habéis hecho caso), 6entonces haré con esta Casa como con Silo, y esta ciudad entregaré a la
maldición de todas las gentes de la tierra»".
57
Este, por cierto, no es el único modo de entender el ministerio profético. De hecho, muchos textos proféticos
apuntan al futuro, alentando la espera de tiempos mejores (profecías mesiánicas, visiones escatológicas). Lo que se
intenta subrayar aquí es que la configuración canónica de la Escritura favorece una comprensión del profetismo
según la cual los profetas son ante todo custodios el intérpretes de la Ley (¡cf. Mat 5,17-20!).
El canon hebreo de la Biblia considera todos los libros proféticos (Jos - Mal)
como un conjunto subordinado a la Ley de Moisés y que tiene como función
principal interpretarla y actualizarla.
Si los profetas están al servicio de la Torá, al menos según los textos que
organizan el canon de la Biblia Hebrea, no debería sorprender si los Ketubîm
están organizados de manera semejante.
58
Ver también los “cuarenta días y cuarenta noches” que ambos pasaron en soledad en su contacto con la montaña
del Señor (Ex 24,18; 34,28; Deut 9,9 y de 1Re 19,8).
59
J. L. SKA, "La tercera parte de la Biblia hebrea: «Los escritos» (ketubîm), en: Id., Introducción a la lectura del
Pentateuco, 27-29 e Id., "La Legge e i Sapienti", en: Id., Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico
Testamento, 222-223; E. ZENGER, "Die hermeneutische Systematik des Tanach" en: Id., Einleitung, 25-27.
60
Un texto que finalmente quedó fuera del canon hebreo confirma este punto de vista. Ver Sir 24, donde el autor
identifica la verdadera sabiduría con el conocimiento de la Torá (especialente, Sir 24,22).
61
J. L. SKA, Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico Testamento, 223-225.
62
Los libros de Esdras-Nehemías culminan en la proclamación solemne de la “Ley de Moisés” delante de todo el
pueblo (Neh 8; cf. 8,1). Esta Ley deviene la piedra angular de la comunidad postexílica.
63
J. L. SKA, , "Il canone hebraico centrato sulla Tora (Legge)", en: Id., Il Libro Sigillato e Il Libro Aperto, Bologna
(EDB 2005), 129 (cf. 145-146).
Nos ocuparemos del segundo caso, dado que, teniendo en cuenta la perspectiva
canónica que venimos recorriendo, no resulta tan evidente:
2Cro 36,22-23
"En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra de
Yahveh, por boca de Jeremías, movió Yahveh el espíritu de Ciro, rey de Persia,
que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: v.23 «Así habla
Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos
de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una Casa en Jerusalén, en
Judá. Quién de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él y
suba!»".
64
En la parte más sagrada del Templo, en el santo de los santos, se debía encontrar el arca con las dos tablas que
Yahweh le entregó a Moisés en el Horeb. La Torá, pues, está en el corazón del Templo. Y el culto a celebrarse en el
Templo debe ser conforme a las prescripciones de la Torá (cf. 2Cro 8,13).
65
Así ZENGER (Einleitung, 26).–que se manifiesta sorprendido por el orden “canónico” de la secuencia «Esd-Neh-
Cro» (que no corresponde a la sucesión lógica y cronológica de los acontecimientos)– entiende que este orden
apuntaría a indicar el propósito de un final programático, que, en el ocaso del s. I d.C. (¿cuando se estableció el
canon hebreo?), por tanto, tras la destrucción del Templo por los romanos en el año 70 y frente a la cada vez más
fuerte presión romana a los judíos de Israel, podría transmitir un importante mensaje de esperanza:
(1) Israel debe apoyarse firmemente en la certeza que la terrible miseria del pueblo de Dios, a despecho de toda
resignación y de toda duda, ya acabó y magníficamente, porque Yahweh permanece fiel (alusión a la profecía
de Jeremías) y porque él es Señor del mundo y puede mover aún hasta a quienes no lo tienen por Dios propio
(como Ciro) a cumplir su plan en la historia.
(2) El fundamento de la esperanza de Israel es la Alianza “eterna” de Dios con su pueblo: “Quien de entre
vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él” alude a la así llamada “fórmula de la Alianza” (cf.
especialmente Lev 26,44s.).
(3) El último vocablo “suba” alude a los prodigios del Éxodo. Yahweh se muestra ante Israel como un Dios que
libera. Y, al mismo tiempo, Jerusalén y el “país” se mantienen como el don salvífico de Yahweh a su pueblo.
66
Según hace notar SKA ("La struttura aperta dell' AT", en: Id., Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico
Testamento, 224) las tres partes de la Biblia Hebrea invitan al lector a mirar al futuro, al porvenir, a la "tierra":
1. El "Pentateuco" con un Moisés que contempla desde lejos el país sin poder entrar.
2. Los "Profetas", con el anuncio del retorno de un Elías que debe convertir los corazones para impedir que el
Señor hiera a la tierra con el anatema.
3. Los "Escritos", con el llamado de Ciro a "subir" a Jerusalén para participar de la reconstrucción del Templo.
SKA sugiere que la Biblia Hebrea es una "sinfonía incompleta": ¿Cuándo volverá el pueblo a su tierra? ¿Cuándo será
reconstruido el Templo? La verdadera esperanza mesiánica se inserta aquí, dado que todo lo que se anhelaba solo
podía darse con certeza en la medida en que se lograra la independencia. Y, en el mundo antiguo, difícilmente era
pensable la independencia sin una estructura monárquica. Y quien dice monarquía en Israel, inmediatamente piensa
Algunas conclusiones 68
Desde una perspectiva canónica cabe extraer algunas conclusiones esenciales para la
lectura del Pentateuco:
(1) Estos textos analizados, que enmarcan las tres partes principales de la Biblia
Hebrea, son importantes a causa de su contenido y especialmente porque están
colocados en lugares estratégicos.
La división tripartita pone de relieve la posición única de la “Ley” que, según la
tradición bíblica, lleva la impronta de la personalidad excepcional de Moisés. El
Pentateuco es único porque Moisés ocupa un lugar único en la historia de la
revelación.
(2) Los cinco libros del Pentateuco tienen por tanto un carácter “normativo” que los
otros libros no poseen 69 .
(3) El Pentateuco, además, se presenta en gran parte como una “vida de Moisés” que
nace en Ex 2 y muere en Deut 34. Se trata sin embargo en primer lugar de una
“vida de Moisés al servicio de Yahweh y del pueblo de Israel”. El libro del
Génesis que precede esta “vida de Moisés” describe el origen del mundo (Gén 1-
11) y del pueblo de Israel (12-50) 70 .
en David. Por eso, la esperanza de un futuro feliz en la tierra se traducía (al menos para algunos grupos), en una
esperanza mesiánica, esto es, en una restauración de la monarquía davídica que pudiera llevar a buen término la obra
de Moisés. Según SKA, el NT asumió esa esperanza. No se presenta como un nuevo comienzo. No toma el lugar del
AT o lo sustituye sino que se ofrece como una interpretación del AT, la de mayor valor, en cuanto es definitiva. Se
presenta como un cumplimiento, ofreciendo una respuesta definitiva a "la esperanza de la tierra" en términos de
irrupción definitiva del "Reino de Dios". Por eso, entiende SKA, los Evangelios comienzan su relato a orillas del
Jordán, como finaliza el Deuteronomio y como comienza el libro de Josué, a las puertas de la tierra.
67
Elemento que no queda completamente ausente en la otra forma canónica conocida de cerrar los Ketûbîm, es
decir, con "Esdras-Nehemías" al final. También en esa forma Jerusalén ocupa un puesto central (Nehemías muestra
una preocupación apasionada por la Ciudad Santa, reconstruye sus murallas, impone medidas socio-políticas y
religiosas tendientes a resguardar la pureza y la fidelidad de la población).
68
J. L. SKA, "Moisés, el Pentateuco y el canon de la Biblia hebrea", en: Id., Introducción a la lectura del
Pentateuco, 29-31. Cf. E. ZENGER, "Das Programm der pentateuchischen Endkomposition", en: Id., Einleitung, 74-
79.
69
"La decisión de crear un corpus literario cerrado que terminase con la muerte de Moisés implica que se da al relato
de la era mosaica un valor constitutivo y normativo, con exclusión de lo que sigue. Aunque el término canonicidad es
de origen muy posterior (el primero en usar la palabra «canon» en este sentido fue Atanasio, a mediados del siglo IV
d.C.), la naturaleza canónica de esta nueva creación literaria puede advertirse tanto en lo que excluye como en lo que
incluye. La exclusión de la historia posterior a Moisés sugiere que esta historia era vista en su mayor parte como el
recuerdo de un fracaso. También parece darse un esfuerzo consciente por neutralizar los aspectos ambiguos y
problemáticos de la profecía, al mismo tiempo que incorpora la enseñanza ética de los grandes profetas. La
afirmación hacia el final del Pentateuco, de que después de la muerte de Moisés no surgió en Israel un profeta como
él (Dt 34,10) sugiere la preocupación por definir la revelación mosaica como cualitativamente diferente de las
revelaciones esporádicas y potencialmente perniciosas reivindicadas por los profetas. En la misma dirección apunta,
dentro del mismo Pentateuco, la redefinición de la profecía como mosaica (Dt 18,15-22)" (J. BLENKINSOPP, "Algunas
conclusions provisionales", en: Id., El Pentateuco, 75-76). Dice SKA (CBI 307): "El Pentateuco es la parte más
importante de la Biblia Hebraica por numerosas razones. Los acontecimientos relatados tienen un valor fundacional y
los códigos de las leyes tienen un valor normativo. Los otros libros históricos describen, en suma, lo que no ha
sobrevivido al exilio, como la institución monárquica, o lo que se ha visto severamente puesto en peligro, es decir, la
posesión de la tierra prometida. Los libros proféticos y los otros escritos no tienen exactamente un valor normativo,
sino más bien, interpretativo o exhortativo".
70
Para una matización y a la vez, una profundización de esta afirmación, cf. J. L. SKA, "La structure du Pentateuche
dans sa forme canonique", ZAW 113 (2001) 331-352 donde expone y discute las propuestas de Knierim y van Seeters
respecto de la forma final del Pentateuco –ambos sugieren leer el Pentateuco en dos grandes secciones: para Knierim,
el Génesis por un lado y el conjunto Éxodo-Deuteronomio por el otro, como una especie de "biografía de Moisés"
(así también J. BLENKINSOPP, El Pentateuco, 76 y E. ZENGER, Einleitung, 74); para van Seters, hay que separar el
(4) Desde el punto de vista del canon, este reagrupamiento de los libros es más
importante que otras formas de agruparlos.
La conexión del Deuteronomio con Moisés es más importante que los lazos entre
el Deuteronomio y la historia deuteronomista.
Este hecho pone un problema serio a propósito de la promesa de la tierra, puesto
que la tierra queda en gran parte fuera del Pentateuco. La promesa de la tierra,
no su posesión, es un elemento esencial de la fe de Israel. En otras palabras, para
el Pentateuco es posible ser un miembro del pueblo de Israel sin habitar en la
tierra prometida. Una afirmación de este tipo se entiende mejor luego de la
experiencia del exilio y en el tiempo de la diáspora 71 .
(6) El Pentateuco contiene los dos elementos esenciales para definir la identidad de
Israel: los patriarcas y Moisés 72 .
Israel es el pueblo que desciende de los patriarcas (a quienes el Señor había
prometido la tierra) y ha vivido la experiencia del Éxodo bajo la guía de Moisés
(quien contempló la tierra antes de morir, sin poder entrar).
Desde el punto de vista teológico, los dos elementos esenciales son las promesas
hechas a los padres y el binomio Éxodo/Ley (cf. Éx 20,2-3). Yahweh se define
como “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob” (Éx 3,6) y como “el que te sacó
Deuteronomio de los cuatro libros anteriores– y sugiere un camino alternativo que permita observar más la
continuidad de la obra. SKA invita a no poner tanto el acento sobre los protagonistas humanos (sea los patriarcas, sea
Moisés) sino en el motivo de la "soberanía de Dios". Desde esta perspectiva, el libro del Génesis procuraría explicar
cuál es el pueblo que el Dios creador ha elegido para morar y el libro del Deuteronomio se erigiría como el primer
comentario de la Ley que Dios ha promulgado al pueblo del que es el único soberano tras haberlo sacado de Egipto.
71
Sobre este punto ver SANDERS, Torah and Canon (sumario en: CHILDS, Introduction, 131-132). Quiere mostrar
que las tradiciones épicas de Israel se extendían desde el éxodo a la conquista (Deut 6,20s; 26,6s; Jos 24,2s). Sanders
no opta por la hipótesis del "hexateuco" sino que se ubica en el plano de una redacción final post-exílica: la exclusión
del libro de Josué es una importante afirmación confesional que mira la naturaleza de la Torá. Para la comunidad
desterrada de Babilonia, la posesión de la tierra no era constitutiva de la fe judía, sino una promesa aún no realizada.
Cf. también J. S. CROATTO, "La tierra sigue siendo una promesa, en: Id., Una promesa aún no cumplida. Algunos
enfoques sobre la estructura literaria del Pentateuco", RevBibl 44 (1982) 205-206.
72
E. ZENGER muestra como los dos grandes protagonistas del camino que traza el Pentateuco hacia la "tierra
prometida a los padres" –Abraham y Moisés– aparecen textualmente unidos, enmarcando la obra, por el motivo de la
"tierra prometida":
Gén 12,1.7 Deut 34,1.4
121 Yahveh dijo a Abram: «Vete de tu tierra... a la 34,1 Moisés subió de las Estepas de Moab al monte
tierra que yo te mostraré. Nebo... y Yahveh le mostró la tierra entera... 34,4 Y
Yahveh le dijo: «Esta es la tierra que bajo
juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob,
diciendo:
12,7 Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu A tu descendencia se la daré. Te dejo verla con tus
descendencia he de dar esta tierra». ojos, pero no pasarás a ella».
La "promesa de la tierra a los patriarcas" es incluso el único tema que, como un hilo rojo, se extiende a través de los
cinco libros (da las citas). Y viceversa: en Jos-2Re no hay referencia retrospectiva explícita alguna a la promesa de la
tierra hecha con juramento a los patriarcas (E. ZENGER, "Das Programm der pentateuchischen Endkomposition", en:
Id., Einleitung, 74).
73
Los primeros capítulos del Génesis añaden un último elemento: el Dios de los patriarcas y el Dios del éxodo es
también el creador del universo.
74
J. L. SKA, "Antico Testamento e Nuevo Testamento", en: Id., Il canone ebraico e il canone cristiano dell'Antico
Testamento, 224-225.
75
Cf. J. L. SKA, "Moisés, Jesús, Josué", en: Id., El camino y la casa. Itinerarios bíblicos, Navarra (Verbo Divino
2005), 193-220 (intenta mostrar que, según la teología del Nuevo Testamento, Jesús sería más un "nuevo Josué" que
un "nuevo Moisés" por que lleva a cabo la obra que Moisés no terminó: hacer entrar al pueblo a la tierra prometida).
76
De hecho, los nombres son idénticos (Josué es la forma hebrea y Jesús la forma aramea). SKA presta especial
atención al texto de Jn 5 "(texto) que nos permita comprender con mayor claridad que Jesús es un nuevo Josué" (cf.
Id., "Moisés, Jesús, Josué", 216-220):
(1) Por la alusión a la "fiesta de los judíos" (Jn 5,1). Aunque no pueda saberse con certeza de qué fiesta se trata,
no hay ninguna fiesta importante que esté ligada a un acontecimiento que haya tenido lugar durante o
después de "la conquista". Siempre celebran acontecimientos anteriores a la entrada a la tierra.
(2) Por el número "5" (Jn 5,2: la piscina tenía "5 pórticos"), entendido como una alusión al Pentateuco en cuanto
"puerta de entrada" al agua de la salvación.
(3) Por el motivo de los "38 años" que el hombre llevaba de invalidez. Esta cifra, en general desestimada por la
mayoría de los exégetas, sólo aparece en un único texto del Antiguo Testamento: Deut 2,14 donde se indica
que, pasados 38 años, ya habían muerto todos los aptos para la guerra que se habían rebelado contra el Señor
("El tiempo que estuvimos caminando desde Cadés Barnea hasta que pasamos el torrente Zéred fue de 38
años; por lo que había desaparecido ya del campamento toda la generación de hombres de guerra, como
Yahveh les había jurado"). Tras los 38 años ya ha nacido una generación nueva que puede entrar a la tierra
atravesando el agua del Jordán siguiendo al hombre que la conduzca (cf. Jn 5,7).
(4) Jn 5,46 hace alusión a esta temática cuando Jesús dice: "Moisés escribió acerca de mí". Moisés ha anunciado
que Yahweh había escogido a Josué para cumplir la promesa hecha a los patriarcas de darle la tierra al pueblo
(cf. Deut 31,7-8). Josué hace entrar al pueblo en la tierra prometida mientras que Moisés muere en el
desierto, como la generación rebelde.
Para Jn 5, Jesús sería "el verdadero Josué" anunciado por Moisés y llamado a completar su obra (cf. también J. L.
SKA, "Dal Nuovo all'antico Testamento", CivCatt 147,II [1996] 14-23 e "Il canone hebraico e il canone cristiano
del''Antico Testamento", CivCatt 148,III [1997] 213-225).
77
Los libros proféticos concluyen con el anuncio del retorno de Elías, que el Nuevo Testamento identifica con Juan
Bautista (Mal 3,23-24; cf. Lc 1,17; Mt 11,14; 17,12-13). La venida de Jesús debe permitir la respuesta a la llamada
de Ciro en 2Cro 36,23. Cf. Jn 2,19.21: Jesús es el nuevo templo (cf. Jn 4,21-24) y reunirá a todos los hijos de Dios
dispersos (Jn 10,16; 11,51-52).