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denominada Tummo?
La tradición Kagyu del budismo tibetano que se remonta en el tiempo a las
enseñanzas del místico Yogui de la India Tilopa discípulo de Nagarjuna y maestro de
Naropa a quien se atribuye la sistematización de estas técnicas tibetanas en los
famosos seis tipos de yogas de Naropa de los cuales Tummo es uno de ellos. El yoga
del calor interno Tummo Yoga trata de la meditación que exalta el calor interior y se
practica para controlar el cuerpo sutil y llevar a cabo los yogas superiores de este
esotérico compendio de yoga tántrico que se practica en el Tíbet desde hace siglos por
los monjes budista.
Es preciso sentarse cómodamente sobre una base dura en nuestro lugar de
meditación si estamos en casa, o en la naturaleza en la postura del loto y generar una
fuerte motivación positiva para hacer esta práctica de Tummo meditación del calor
interno. Determina desde el principio mantener tu mente relajada, concentrada y
libre de las expectativas durante toda la sesión. Iniciar la práctica por visualizar el
canal central Sushumna como un tubo hueco transparente cuya amplitud es
aproximadamente de un dedo de diámetro. Este conducto corre hacia abajo a través
del centro del cuerpo, justo en frente de la columna vertebral, descendiendo desde la
corona de la cabeza (Sahasrara Chakra) a la base de nuestra espina dorsal (Chakra
Muladhara).
A continuación hay que visualizar los Nadis derecho e izquierdo, Ida y Pingala,
ligeramente más delgados que el canal central Sushumna. Estos dos nadis que parten
entrelazándose desde las fosas nasales izquierda y derecha respectivamente,
comienzan por viajar hacia arriba a la parte superior de la cabeza en el
Brahmarandhra y luego curvan abruptamente hacia abajo descendiendo como dos
serpientes enredadas en los Chakras y a ambos lados del canal central. la
visualización debe ver a Ida y Pingala entrar en el canal central Sushumna en una
amplitud de aproximadamente 8 cm del Hara o punto por debajo del nivel del
ombligo.
Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de
nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una
brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del
ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos
imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua
roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo
asegurar que yo realmente siento su calor intenso.
Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los
músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar
la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la
brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a
través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el
Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala
entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado
anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía
Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.
Cuando estemos listos, se deban relajar los músculos que se encuentran ligeramente
tensos y exhalar suavemente y completamente. Aunque el aire exhalado sale a través
de los orificios nasales, se debe visualizar que se eleva a través del canal central y
disuelve allí en Sushumna. Sentiremos entonces que el calor que emana de la brasa
ardiente en el centro del vientre constantemente aumenta y se extiende, imaginamos
que este calor es Kundalini que despierta y al elevarse empieza a quemar los bloqueos
en cada Chakra y que este fuego comienza también a calentar la concentración de
energía maravillosa dorada existente en el Chakra corona Sahasrara.
Repetir el ciclo rítmicamente siete veces en total, en esta secuencia, la intensidad del
calor crece con cada aliento. En la séptima exhalación, si por la propia naturaleza del
ejercicio no se produce, hay que imaginar que la brasa caliente ahora quema, su brillo
se intensifica y estalla en llamas. El fuego se dispara hasta el canal central,
consumiendo completamente, purificando y liberando la energía bloqueada en cada
Chakra. En Sahasrara, el Chakra corona, las llamas finalmente se funden y liberan la
energía maravillosa plateada, que como de un cáliz vierte al canal central purificando
y proporcionando el éxtasis en cada uno de los siete Chakras.
Si tras ese momento la mente tiende a deambular de nuestra concentración a otros
objetos (los objetos pasados o futuros, de apego o aversión a situaciones y personas,
enfocamos su atención sobre el tema en el que se debate el pensamiento, la mente
percibe el objeto y deja al instante de distraer al pensador. Viendo claramente el tema
hasta donde se produce la distracción, el pensamiento desaparece, entonces tornamos
a concentrarnos nuevamente en el sentimiento del éxtasis maravilloso.
Análisis del sentimiento obtenido en la Meditación Tummo Yoga Tibetano del calor
interno:
5º Examinar cada punto desde todos los ángulos. Resumiendo nuestra conclusión para
terminar la sesión de meditación Tummo y luego dedicar cualquier energía positiva y
conocimiento adquirido durante la meditación tántrica para su ilustración rápida y
beneficio de todos los seres vivos con el intimo convencimiento de que desde lo más
pequeño hasta lo más grande, todas las vidas se sostienen.
Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de
nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una
brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del
ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos
imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua
roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo
asegurar que yo realmente siento su calor intenso.
Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los
músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar
la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la
brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a
través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el
Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala
entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado
anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía
Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.
Cuando estemos listos, se deban relajar los músculos que se encuentran ligeramente
tensos y exhalar suavemente y completamente. Aunque el aire exhalado sale a través
de los orificios nasales, se debe visualizar que se eleva a través del canal central y
disuelve allí en Sushumna. Sentiremos entonces que el calor que emana de la brasa
ardiente en el centro del vientre constantemente aumenta y se extiende, imaginamos
que este calor es Kundalini que despierta y al elevarse empieza a quemar los bloqueos
en cada Chakra y que este fuego comienza también a calentar la concentración de
energía maravillosa dorada existente en el Chakra corona Sahasrara.
Repetir el ciclo rítmicamente siete veces en total, en esta secuencia, la intensidad del
calor crece con cada aliento. En la séptima exhalación, si por la propia naturaleza del
ejercicio no se produce, hay que imaginar que la brasa caliente ahora quema, su brillo
se intensifica y estalla en llamas. El fuego se dispara hasta el canal central,
consumiendo completamente, purificando y liberando la energía bloqueada en cada
Chakra. En Sahasrara, el Chakra corona, las llamas finalmente se funden y liberan la
energía maravillosa plateada, que como de un cáliz vierte al canal central purificando
y proporcionando el éxtasis en cada uno de los siete Chakras.
Si tras ese momento la mente tiende a deambular de nuestra concentración a otros
objetos (los objetos pasados o futuros, de apego o aversión a situaciones y personas,
enfocamos su atención sobre el tema en el que se debate el pensamiento, la mente
percibe el objeto y deja al instante de distraer al pensador. Viendo claramente el tema
hasta donde se produce la distracción, el pensamiento desaparece, entonces tornamos
a concentrarnos nuevamente en el sentimiento del éxtasis maravilloso.