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¿Quiénes son estos yoguis poderosos que practican esta técnica de la meditación

denominada Tummo? 

 La tradición Kagyu del budismo tibetano que se remonta en el tiempo a las
enseñanzas del místico Yogui de la India Tilopa discípulo de Nagarjuna y maestro de
Naropa a quien se atribuye la sistematización de estas técnicas tibetanas en los
famosos seis tipos de yogas de Naropa de los cuales Tummo es uno de ellos. El yoga
del calor interno Tummo Yoga trata de la meditación que exalta el calor interior y se
practica para controlar el cuerpo sutil y llevar a cabo los yogas superiores de este
esotérico compendio de yoga tántrico que se practica en el Tíbet desde hace siglos por
los monjes budista.

¿Cuál es el objetivo de practicar ejercicios de meditación Tummo?

 Esta trascendental meditación Tummo está basada en la antiguas enseñanzas


tántricas tradicionales y las doctrinas del Karma Kagyu, que se basan en la creencia
común de que nosotros los humanos, como seres conscientes, nacemos con la energía
Kundalini orientada a fluir libremente y el efecto de esta energía sobre los Chakras y
la mente se pierde por preocuparse por los diferentes tipos de cosas en nuestra vida
diaria. En el Prana que absorbemos con la respiración física se hallan los Bindus cuya
trascripción es semillas esenciales, Tigle en tibetano, con tonalidades cromáticas
blancas o rojas. Para reconducir el proceso, en lugar de preocuparse, la meditación
Tummo se practica para concentrarse y quemar todos esos pensamientos
preocupantes y mantener nuestra mente y cuerpo sano. Por lo tanto, Tummo es,
básicamente, canalizar todas las energías preocupantes transmutándolas en energías
productivas.

Tummo Yoga tibetano 

¿Cómo es la práctica de la Meditación y el Yoga Tummo?

 Como ya he dicho anteriormente, Tummo es básicamente una técnica de respiración.


Tenemos que sentarnos sobre el suelo o sobre una estera de yoga con las piernas
cruzadas en posición de Loto una sobre la otra o en la postura de medio Loto si no
tenemos flexibilidad en las articulaciones y con las manos colocadas sobre las rodillas.
Luego con los ojos cerrados o ligeramente entreabiertos, nos concentrarnos en
expulsar o esquivar todos los pensamientos de nuestras mentes que están surgiendo de
continuo desde varias direcciones. En cuando a la respiración, los movimientos
notables suceden en nuestro intestino, es decir que la respiración se ejecuta con el
diafragma, se trata de dirigir este arriba y hacia abajo. Por lo tanto, hay que
concentrarse en el movimiento del diafragma durante los períodos de la inhalación y
la exhalación. 

 Poco a poco empiezan a aminorar los pensamientos, a continuación, nos


concentrarnos en las aletas de la nariz para sentir sin participar la respiración al
inhalar y exhalar. Una vez que somos capaces de permanecer sin concentrarnos en
ningún tipo de pensamientos errantes, imaginamos que nuestro cuerpo es como un
globo hueco y visualizamos que una lámpara de aceite con su llama se coloca en el
centro descargando el calor en el globo hueco del interior del cuerpo. Poco a poco,
nuestro cuerpo comenzará a calentarse. Es normal que si tu voluntad aún es débil, te
tome tiempo todavía hasta que domines esta técnica Tantra del Tummo y comenzar a
generar calor. Está demostrado que afrontando la meditación con la máxima
espiritualidad y realizando la práctica de los ejercicios respiratorios de Tummo Yoga
como un ritual religioso cualquier persona puede hacer lo inimaginable.

Tummo ejercicios meditación del calor interior 

 Es preciso sentarse cómodamente sobre una base dura en nuestro lugar de
meditación si estamos en casa, o en la naturaleza en la postura del loto y generar una
fuerte motivación positiva para hacer esta práctica de Tummo meditación del calor
interno. Determina desde el principio mantener tu mente relajada, concentrada y
libre de las expectativas durante toda la sesión. Iniciar la práctica por visualizar el
canal central Sushumna como un tubo hueco transparente cuya amplitud es
aproximadamente de un dedo de diámetro. Este conducto corre hacia abajo a través
del centro del cuerpo, justo en frente de la columna vertebral, descendiendo desde la
corona de la cabeza (Sahasrara Chakra) a la base de nuestra espina dorsal (Chakra
Muladhara).

 A continuación hay que visualizar los Nadis derecho e izquierdo, Ida y Pingala,
ligeramente más delgados que el canal central Sushumna. Estos dos nadis que parten
entrelazándose desde las fosas nasales izquierda y derecha respectivamente,
comienzan por viajar hacia arriba a la parte superior de la cabeza en el
Brahmarandhra y luego curvan abruptamente hacia abajo descendiendo como dos
serpientes enredadas en los Chakras y a ambos lados del canal central. la
visualización debe ver a Ida y Pingala entrar en el canal central Sushumna en una
amplitud de aproximadamente 8 cm del Hara o punto por debajo del nivel del
ombligo.
 Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de
nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una
brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del
ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos
imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua
roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo
asegurar que yo realmente siento su calor intenso.

 Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los
músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar
la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la
brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a
través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el
Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala
entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado
anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía
Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.

 Se debe detener la inhalación, inmediatamente tragar literalmente el aire llegado


debajo del estómago y empujar suavemente con el diafragma para comprimir
firmemente la energía desde arriba hacia abajo: ahora la energía de la respiración
está completamente bloqueada, el aire se encuentra comprimido desde arriba y abajo.
Ahora se trata de retener la respiración en Kumbhaka todo el tiempo que nos sea
relativamente cómodo hacerlo. Llevamos la concentración completamente sobre la
brasa ardiente en el área del ombligo, cuyo calor logramos incrementar y difundir
como resultado de la energía del aire fuertemente comprimido.

 Cuando estemos listos, se deban relajar los músculos que se encuentran ligeramente
tensos y exhalar suavemente y completamente. Aunque el aire exhalado sale a través
de los orificios nasales, se debe visualizar que se eleva a través del canal central y
disuelve allí en Sushumna. Sentiremos entonces que el calor que emana de la brasa
ardiente en el centro del vientre constantemente aumenta y se extiende, imaginamos
que este calor es Kundalini que despierta y al elevarse empieza a quemar los bloqueos
en cada Chakra y que este fuego comienza también a calentar la concentración de
energía maravillosa dorada existente en el Chakra corona Sahasrara. 

 Sin embargo, el punto focal de la concentración de este ejercicio de Tummo Yoga es


siempre el calor de la brasa ardiente en el área interior por debajo del ombligo. Una
vez finalizada nuestra primera exhalación, volvemos a apretar los músculos inferiores
cerrando el periné, inhalar una segunda vez, tragar y empujar de nuevo hacia abajo
con el diafragma, así volvemos a comprimir el aire en el calor y, a continuación,
exhalamos, lanzando literalmente el aire en el canal central una vez más.

 Repetir el ciclo rítmicamente siete veces en total, en esta secuencia, la intensidad del
calor crece con cada aliento. En la séptima exhalación, si por la propia naturaleza del
ejercicio no se produce, hay que imaginar que la brasa caliente ahora quema, su brillo
se intensifica y estalla en llamas. El fuego se dispara hasta el canal central,
consumiendo completamente, purificando y liberando la energía bloqueada en cada
Chakra. En Sahasrara, el Chakra corona, las llamas finalmente se funden y liberan la
energía maravillosa plateada, que como de un cáliz vierte al canal central purificando
y proporcionando el éxtasis en cada uno de los siete Chakras.

 Finalmente, cuando se cumpla el periplo de las llamas en el Chakra Swadhishthana,


ocurre una explosión de felicidad. Este maravilloso calor interno que proporciona el
Tummo fluye a través nuestro encendiendo cada átomo y célula del cuerpo que brilla
envuelto en intensa luz como un arco iris. Hay que serenarse y concentrarse en este
estado dichoso sin tensión o expectativa, sin aferrarse a él o analizarlo. Simplemente
relajarse y disfrutar del éxtasis. Notaremos, no importa cómo de fuerte sea el estado
estático, que nuestra mente y cuerpo están tranquilos y controlados, a diferencia de
nuestras experiencias habituales de placer y bienestar físicos cuando el cuerpo está
perturbado y la mente emocionada y descontrolada. 

 Si tras ese momento la mente tiende a deambular de nuestra concentración a otros
objetos (los objetos pasados o futuros, de apego o aversión a situaciones y personas,
enfocamos su atención sobre el tema en el que se debate el pensamiento, la mente
percibe el objeto y deja al instante de distraer al pensador. Viendo claramente el tema
hasta donde se produce la distracción, el pensamiento desaparece, entonces tornamos
a concentrarnos nuevamente en el sentimiento del éxtasis maravilloso.

Tummo Yoga tibetano 

Análisis del sentimiento obtenido en la Meditación Tummo Yoga Tibetano del calor
interno: 

 Haber alcanzado un estado de claridad semejante demuestra que la Meditación


Tummo es óptima para descubrir la naturaleza de la mente. Después de utilizar el
ejercicio de Yoga Tibetano del Calor Interno para concentrarse en nuestro
sentimiento, notaremos como la mente cede siendo absorbida en nuestro sentir
durante algún tiempo, es preciso analizar entonces contemplando sin apego ni rechazo
cada una de las siguientes preguntas. Tardar tanto tiempo como sea necesario.

1º ¿Es la sensación que experimentamos permanente o impermanente? ¿Cómo? ¿Por


qué?

2º ¿Es el sentimiento maravilloso o generador de sufrimiento? ¿Cómo? ¿Por qué?


3º ¿Está el sentimiento experimentado relacionado o es ajeno al sistema nervioso y a la
mente? ¿Cómo?¿Por qué?

4º ¿El sentimiento existe inherentemente, desde su propia naturaleza, sin dependiendo


de otra cosa, o no? ¿Cómo? ¿Por qué?

5º Examinar cada punto desde todos los ángulos. Resumiendo nuestra conclusión para
terminar la sesión de meditación Tummo y luego dedicar cualquier energía positiva y
conocimiento adquirido durante la meditación tántrica para su ilustración rápida y
beneficio de todos los seres vivos con el intimo convencimiento de que desde lo más
pequeño hasta lo más grande, todas las vidas se sostienen.

 Podemos tomarnos tanto tiempo como nos apetezca para construir en la pantalla de
nuestra frente esta visualización. Una vez que la imagen está estable, imaginar una
brasa roja y caliente del tamaño de un garbanzo dentro del canal central a nivel del
ombligo. Para fortalecer esta visualización del Tummo yoga tibetano, podemos
imaginarnos alcanzando una hoguera, sacando a continuación una pequeña ascua
roja muy brillante y colocándola en el Sushumna. Una vez la he puesto allí, os puedo
asegurar que yo realmente siento su calor intenso.

 Ahora, con la finalidad de aumentar el calor interno, hago girar suavemente los
músculos de la pelvis, concentrándome en el interior, y de esta manera consigo llevar
la energía del Prana del aire respirado depositada en el Chakra Swadhishthana a la
brasa. A continuación, suavemente hay que hacer una respiración yoga completa a
través de los orificios nasales. El aire viaja raudo desde las fosas nasales impulsando el
Prana a través de los canales derecho e izquierdo hacia donde los nadis Ida y Pingala
entran en el canal central Sushumna justo por debajo del nivel señalado
anteriormente del ombligo. El aire se une con el calor allí presente y con la energía
Kundalini que asciende desde abajo en Muladhara.

 Se debe detener la inhalación, inmediatamente tragar literalmente el aire llegado


debajo del estómago y empujar suavemente con el diafragma para comprimir
firmemente la energía desde arriba hacia abajo: ahora la energía de la respiración
está completamente bloqueada, el aire se encuentra comprimido desde arriba y abajo.
Ahora se trata de retener la respiración en Kumbhaka todo el tiempo que nos sea
relativamente cómodo hacerlo. Llevamos la concentración completamente sobre la
brasa ardiente en el área del ombligo, cuyo calor logramos incrementar y difundir
como resultado de la energía del aire fuertemente comprimido.
Tummo Yoga tibetano 

 Cuando estemos listos, se deban relajar los músculos que se encuentran ligeramente
tensos y exhalar suavemente y completamente. Aunque el aire exhalado sale a través
de los orificios nasales, se debe visualizar que se eleva a través del canal central y
disuelve allí en Sushumna. Sentiremos entonces que el calor que emana de la brasa
ardiente en el centro del vientre constantemente aumenta y se extiende, imaginamos
que este calor es Kundalini que despierta y al elevarse empieza a quemar los bloqueos
en cada Chakra y que este fuego comienza también a calentar la concentración de
energía maravillosa dorada existente en el Chakra corona Sahasrara.

 Sin embargo, el punto focal de la concentración de este ejercicio de Tummo Yoga es


siempre el calor de la brasa ardiente en el área interior por debajo del ombligo. Una
vez finalizada nuestra primera exhalación, volvemos a apretar los músculos inferiores
cerrando el periné, inhalar una segunda vez, tragar y empujar de nuevo hacia abajo
con el diafragma, así volvemos a comprimir el aire en el calor y, a continuación,
exhalamos, lanzando literalmente el aire en el canal central una vez más.

 Repetir el ciclo rítmicamente siete veces en total, en esta secuencia, la intensidad del
calor crece con cada aliento. En la séptima exhalación, si por la propia naturaleza del
ejercicio no se produce, hay que imaginar que la brasa caliente ahora quema, su brillo
se intensifica y estalla en llamas. El fuego se dispara hasta el canal central,
consumiendo completamente, purificando y liberando la energía bloqueada en cada
Chakra. En Sahasrara, el Chakra corona, las llamas finalmente se funden y liberan la
energía maravillosa plateada, que como de un cáliz vierte al canal central purificando
y proporcionando el éxtasis en cada uno de los siete Chakras.

Finalmente, cuando se cumpla el periplo de las llamas en el Chakra Swadhishthana,


ocurre una explosión de felicidad. Este maravilloso calor interno que proporciona el
Tummo fluye a través nuestro encendiendo cada átomo y célula del cuerpo que brilla
envuelto en intensa luz como un arco iris. Hay que serenarse y concentrarse en este
estado dichoso sin tensión o expectativa, sin aferrarse a él o analizarlo. Simplemente
relajarse y disfrutar del éxtasis. Notaremos, no importa cómo de fuerte sea el estado
estático, que nuestra mente y cuerpo están tranquilos y controlados, a diferencia de
nuestras experiencias habituales de placer y bienestar físicos cuando el cuerpo está
perturbado y la mente emocionada y descontrolada. 

 Si tras ese momento la mente tiende a deambular de nuestra concentración a otros
objetos (los objetos pasados o futuros, de apego o aversión a situaciones y personas,
enfocamos su atención sobre el tema en el que se debate el pensamiento, la mente
percibe el objeto y deja al instante de distraer al pensador. Viendo claramente el tema
hasta donde se produce la distracción, el pensamiento desaparece, entonces tornamos
a concentrarnos nuevamente en el sentimiento del éxtasis maravilloso.

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