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Tummo: Meditación tibetana

contra el frio

¿Quién no se ha encontrado en alguna ocasión pasando frio porque hemos salido poco
abrigados y el frio nos ha sorprendido?. Nuestros frágiles cuerpos se ven sometidos a
bruscos cambios de temperatura que a veces no podemos controlar, ¿Qué podemos hacer?

Si miramos más allá de nuestras fronteras y nos desplazamos al Tibet podemos encontrar
una ayuda de la mano de los monjes budistas tibetanos. Durante años han guardado un
secreto que ahora comparten con nosotros, el secreto del fuego interior o tumo, que en
tibetano significa calor interior. Esta práctica ya queda recogido en los antiguos textos de
Las seis yogas de Naropa, conjunto de meditaciones budistas avanzadas.

La práctica consiste en realizar una serie de visualizaciones en el interior en el que se crea


una fuente de calor, una bola cálida energía o un gran fuego constituido por el prana que se
respira. El tumo es un fuego sutil que hace subir hasta la cabeza la energía latente de los
“tasas” nombre con el que se conocen a los nervios, venas y arterias. Esta es una de las
primeras técnicas que aprenden los novicios para enfrentarse a las bajas temperaturas que
se registran sobre todo en enero. Como prueba del entrenamiento muchos visten un pedazo
de tela blanca mojada y se van a meditar sobre la superficie de un lago helado. Como
supondrás, la prueba es una de las más duras que hay en supervivencia y no todos la
superan (yo aún sigo intentándolo).

Para realizar la práctica se necesita, además de una buen capacidad de visualización,


realizar una correcta respiración, un alto grado de relajación, ser capaz de concentrarse en
las diferentes partes del cuerpo y, como no, creer en ello.
Los expertos aconsejan realizar la meditación del tumo cuando estamos al aire libre y no
realizarla en un lugar cerrado ya que la energía que puede generar el cuerpo puede ser muy
potente.
La puedes practicar sentada en la nieve o bien cuando estés al aire libre y sientas frío. Si
tienes tendencia a pasar frio no dudes en practicar la meditación del tumo.

PRACTICA

– La postura que adoptaremos será la clásica postura de loto, la postura fácil o simplemente
las piernas cruzadas. Colocaremos las manos sobre los muslos con el dedo pulgar, índice y
meñique extendidos; el dedo corazón y anular doblados bajo la palma de la mano.
– Comenzaremos esta práctica respirando por la nariz, no debes olvidar que hay que estar
concentrado en lo que estás haciendo.
– La respiración adquirirá una doble función. Cuando expulsemos el aire estamos
expulsando odios, rencores, orgullos, todo lo que nos carga de energía negativa y cuando
tomemos aire entrará en nosotros sabiduría, fuerza, bondad, pensamientos positivos.
– Poco a poco comenzaremos a sentir que cada bocanada de aire que entra dentro de
nuestro cuerpo penetra en nuestro vientre y comienza a reanimar un fuego interior que se
encuentra a la altura del ombligo.
– El fuego de nuestro interior despertará y tomará forma de hoguera que calienta nuestro
estómago, poco a poco reavivamos ese fuego interior, las llamas comenzarán a subir por
nuestras arterias, venas y nervios de nuestro cuerpo, el fuego se expande por todas
direcciones.
– La respiración nos permitirá sentir como las llamas ascienden y se expanden por todas las
zonas de nuestro cuerpo y los canales por donde el fuego es transmitido, las venas, arterias
y nervios.
– Nuestro cuerpo se convertirá en una gran chimenea que contiene fuego y energía que se
expande. Nuestra respiración generará un mar de fuego.
– Cuando el fría haya desaparecido, realizaremos el camino inverso, desaceleraremos la
respiración e iremos sintiendo como nuestro cuerpo deja de ser una intensa hoguera, pero
seguiremos conservando un grado de calor que nos permita combatir el frio.

Recuerda que esta meditación no puede pararse en el acto debe realizarse una
desaceleración. Debemos apagar la hoguera interior antes de acabar nuestra meditación,
dejando de avivarla con nuestra respiración, visualizando como el fuego se apaga, pero sin
dejar de conservar el calor que sus cenizas desprenden

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