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viejas asignaturas que lastran a la sociedad rural siguen sin resolverse y. más
aún asumen nuevas expresiones que obligan al reconocimiento de su diná-
mica y sus causas profundas. Y como ALASRU se asume como un espacio
que se debe a los hombres y mujeres del campo, un componente central de
su reflexión está dado en la mesa Los movimientos sociales y las alternativas
desde el campo latinoamericano, en la que la voz corresponde justo a las
organizaciones que resisten y buscan transformar su realidad.
La centralidad de la cuestión alimentaria y la persistencia de la agri-
cultura familiar y campesina, explican el interés por convocar a dos mesas
estrechamente relacionadas: Agricultura familiar frente a los agronegocios,
da cuenta de una disputa no sólo por los recursos y las políticas públicas, sino
por la hegemonía de la visión sobre el campo que se requiere en América
Latina. Por otra parte, Crisis y soberanía alimentaria, implica subrayar la
economía política de las transformaciones que tienen lugar desde la Pata-
gonia hasta el Río Bravo atendiendo a la necesidad de nuestros países de
resolver la elevada dependencia alimentaria en que han caído en las décadas
recientes.
La mesa redonda Dilemas teóricos y metodológicos de la sociología rural
latinoamericana, busca alimentar la búsqueda de los encuadres más perti-
nentes para reconocer una problemática tan compleja, diversa y dinámica
como la abordada en los grupos de trabajo, mesas redondas y conferencias
magistrales de este IX Congreso.
En suma, los artículos de este número dan cuenta claramente de la com-
pleja situación que atraviesa el mundo rural latinoamericano. En el contexto
de la crisis capitalista y alimentaria se destacan temas como el neocampesi-
nismo oficial impulsado por la FAO y el Banco Mundial; la apabullante pre-
sión del capital sobre la tierra y los recursos naturales de los campesinos; la
complejización de las migraciones rurales; el achicamiento de la agricultura
familiar, pero también su resistencia y persistencia. También se destacan los
movimientos surgidos a lo largo y ancho de la región en contra del despojo
y por la integración productiva de los campesinos, así como los debates y
discusiones que han florecido en esta época de cambios. Desde esta pers-
pectiva, este número de la revista es reflejo fiel de la convulsa época en que
vivimos. De manera que un lector que la revise veinte años después podrá
contar con un testimonio analítico de la transición capitalista en el mundo
rural latinoamericano. Y con ello, del enorme sufrimiento de los despojados
y la lucha y el coraje con que defienden su apego ancestral al terruño y a su
modo de vida.
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La estructura de este número responde a un orden expositivo que dis-
curre de lo general a lo particular y remata sobre aspectos generales de or-
den teórico y metodológico. De entrada se presentan tres conferencias ma-
gistrales, seguidas de un conjunto de ponencias de las mesas redondas que
abordan temas generales latinoamericanos; a continuación se presentan las
contribuciones que analizan problemáticas referidas a los distintos países, y
finalmente se presentan tres ponencias en las que se discute sobre las orien-
taciones y métodos de los estudios agrarios y sociales sobre el mundo rural.
La voz colectiva de ALASRU se expresa en este número mediante las
aportaciones de reconocidos colegas de Brasil, Colombia, Chile, Argentina,
Uruguay, Cuba, Costa Rica y México. Polifonía que se enriquece con las
contribuciones de académicos de Francia y Estados Unidos para configurar
un texto de gran interés y trascendencia.
En la conferencia inaugural del IX Congreso, intitulada Campesinos del
tercer milenio: aproximaciones a una quimera, Armando Bartra analiza la
crisis alimentaria desde un punto de vista crítico, como parte de la crisis
capitalista y civilizatoria que atraviesa el mundo. Señala que, a diferencia
de enfoques a los que caracteriza como circulacionistas, la crisis es esencial-
mente productiva y expresa el agotamiento del modo capitalista de producir,
dañando los recursos naturales y el ambiente, y que el declive de los rendi-
mientos y una demanda al alza han llevado a una crisis epocal de enormes
dimensiones. Aborda también el neocampesinismo oficial que ocurre en el
entorno de la expansión del capital sobre los recursos naturales la cual ha
desatado una lucha abigarrada, amplia y plural por la defensa del territorio.
Bartra destaca la necesidad de unir la lucha defensiva contra el despojo del
capital con la lucha de los labriegos por integrarse como productores y cul-
mina el artículo con una visión esperanzadora, expresada en el acercamiento
que tuvo lugar entre estos movimientos en la reunión celebrada en Atenco,
Estado de México, en agosto del 2014, como respuesta a la reforma ener-
gética de Enrique Peña Nieto que amenaza la propiedad social de la tierra.
La conferencia magistral de Kostas Vergopoulos, titulada La crisis finan-
ciera y alimentaria mundial, aborda el vínculo entre la crisis alimentaria y la
crisis capitalista y financiera actual. Señala que el sistema alimentario mun-
dial está agotado y por ello, el capitalismo requiere de la presencia de sectores
no capitalistas como los campesinos que producen generando el ahorro de
la ganancia y la renta de la tierra. Señala que la razón por la cual el Banco
Mundial y la FAO están impulsando programas de seguridad alimentaria
centrados en la economía campesina, radica en la necesidad de superar la
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contracción de los mercados alimentarios, ocasionada por la mundialización
y la financiarización, con el fin de reducir los costos y los precios. Los cam-
pesinos, dice Vergopoulos, son hoy necesarios al capitalismo y la pobreza
campesina lejos de ser una rémora del pasado es hoy una ventaja competitiva
para el capital, aunque esto no necesariamente beneficie a los campesinos.
Carlos Walter Porto-Goncalves, contribuye con la conferencia magis-
tral, A reapropiacao social da natureza e a reinvecao dos territorios: una
perspectiva latinoamericana, en la que parte de una crítica a la racionali-
dad eurocéntrica y al desarrollo sostenible para abordar el nexo sociedad-
naturaleza como un vínculo político y no técnico, donde lo importante es
la reapropiación social de la naturaleza. Señala que el tránsito de la lucha
por la tierra a la lucha por el territorio implica un concepto más amplio, que
incluye la cuestión ambiental, en donde la tríada territorio-territorialidades-
territorialización constituye una cuestión política de primer orden. Subraya
la necesidad de construir una agenda política con un rico patrimonio natural
y cultural, nutrido por los movimientos de los campesindios por la defensa y
recuperación de sus territorios para reinventar nuestra existencia.
Jose Bengoa en su contribución intitulada ¿Fin del desarrollo rural? ana-
liza, con su bella prosa, las transformaciones ocurridas en América Latina
en los últimos doce años. El predominio de lo indígena sobre lo campesino,
manifiesto en la lucha por la defensa de los territorios; la separación entre
vida rural y producción agrícola que ha llevado a la formación de un amplio
contingente del mercado laboral formado de manera predominante por mu-
jeres temporeras; los cambios en la migración definitiva hacia una de ida y
vuelta; transformaciones que en su conjunto muestran el fin del desarrollo
rural. A través de un panorama de imágenes rurales -por las cuales constata
que los campesinos se han convertido en indígenas, que lo agrícola corres-
ponde a las grandes empresas y que el imaginario apunta ahora hacia el buen
vivir, el bienestar y la preservación del mundo ancestral sobre los cantos de
sirena del progreso- Bengoa llama a abandonar el concepto de desarrollo ru-
ral, en tanto ha dejado de ser útil para entender la realidad latinoamericana.
En el artículo de Abelardo Morales Gamboa titulado Corredores migra-
torios y cambios en los medios de vida rurales en América Central, el autor
vincula la migración con las transformaciones estructurales que han ocurrido
en Centroamérica, principalmente en la etapa neoliberal y en el período de
la crisis actual. Señala que las comunidades dejaron de ser rentables al capital
por lo que ahora la posesión de la tierra constituye un obstáculo para el avan-
ce de las empresas en su necesidad de tierra y recursos naturales. Asimismo,
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analiza los efectos de la crisis cafetalera ocurrida a fines de los noventa y
principios de los dos mil, la cual, al coincidir con la crisis capitalista ha ge-
nerado fuertes procesos de pauperización en el campo centroamericano que
han llevado en algunos lugares a la desciudadanización de la población, en
tanto “la pérdida de un estado de integración del individuo”. Sin embargo,
la población rural no ha desaparecido, sino que ha generado procesos de
resistencia para persistir en el campo, entre ellos la utilización de las remesas
para alentar la producción de alimentos básicos.
En su artículo ¿Resurge la renta de la tierra? La revalorización de los bie-
nes agropecuarios y su impacto en América Latina, Blanca Rubio propone
retomar el concepto de renta de la tierra para analizar las transformaciones
ocurridas en América Latina a raíz del aumento estructural en los precios de
los bienes agropecuarios. Señala que la renta de la tierra ha estado ligada a la
presencia de los campesinos, pues ésta ha constituido una vía para erradicar
la renta al abaratar los alimentos básicos. Sin embargo, en la actual transi-
ción, el aumento en los costos de los insumos y el dominio de las empresas
transnacionales que imponen precios internos devaluados, ha impedido que
la renta de la tierra se imponga en la producción de bienes básicos, por lo que
los campesinos no constituyen una vía para atemperar la renta de la tierra.
Esta, en cambio ha florecido en los bienes para exportación como la soya o
los comodines para agrocombustibles, por lo que el capital de diversos ramos
se ha orientado a comprar tierras y sembrar cultivos con el fin de captar la
renta de la tierra y la renta financiera. Este proceso ha generado el despojo
de la tierra y los recursos naturales de las unidades campesinas a la vez que
ha golpeado la soberanía alimentaria en la región.
Sergio Gómez en su artículo La tenencia de la tierra y sus problemas
en América Latina y el Caribe, presenta los resultados obtenidos en dos
investigaciones de la FAO en las que participó, sobre el problema del acapa-
ramiento de tierras y la concentración y extranjerización de la tierra. Vincula
los procesos mencionados de manera causal a las crisis capitalista, energética
y alimentaria y propone una tipología para clasificar el nivel de la concentra-
ción en los distintos países de la región. Concluye que el proceso de acapa-
ramiento de tierras presenta, en relación a los años sesenta, niveles más altos
y formas distintas, además de su impacto en la exclusión social y el deterioro
del ambiente; y que en América Latina ocurre un mayor dinamismo en el
acaparamiento de tierras en relación a otras regiones del mundo; una porosi-
dad interregional de capitales y una menor presencia de estados extranjeros
como inversionistas.
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En Estructura agraria, pequeña producción y gobiernos progresistas en
Uruguay, Alberto Riella relata con gran claridad las transformaciones que
han ocurrido en el agro uruguayo en los años recientes, tomando como refe-
rencia la estructura agraria del país desde principios del siglo XX. Va siguien-
do las transformaciones en la tenencia de la tierra y el lugar que ha ocupado
la agricultura familiar, que en ese país es aquella menor a 100 hectáreas.
Señala que durante el neoliberalismo se impulsaron cambios legislativos en
la Ley Agraria, que tuvieron poco efecto en la estructura agraria debido a
los bajos precios que imperaban, pero llevaron a un empobrecimiento de la
producción familiar. A partir del aumento de los precios en el presente siglo,
en cambio, se ha desatado un fuerte proceso de concentración y extranjeri-
zación de la tierra, que ha traído consigo la disminución de la unidad fami-
liar, la cual alcanza los mismos números que a principios del siglo XX. Sin
embargo, aunque se ha reducido su participación en la estructura agraria no
se ha profundizado la pobreza, debido a las políticas que han impulsado los
gobiernos de izquierda. Dichos gobiernos en cambio, no han podido detener
la concentración y extranjerización de la tierra, debido al poder que detentan
las organizaciones empresariales en el país. El mérito del artículo consiste
en desentrañar los matices de las transformaciones, lo cual proporciona una
visión muy rica sobre el agro uruguayo.
Diego Piñeiro y Joaquín Cardeillac, en Producción familiar y agronego-
cios: dos modelos en conflicto, abordan la interrelación entre la producción
familiar y los agronegocios que ocurre en el siglo actual. Definen con preci-
sión los conceptos de agricultura familiar (distinto de campesinos) y agrone-
gocios. A partir de ahí constatan que, mientras de 1908 a 1960 la agricultura
familiar tendió a crecer, de 1960 al 2000 se reduce de manera moderada pero
del 2000 al 2011 cae fuertemente. Este proceso se encuentra estrechamente
relacionado con el desempeño de los agronegocios, que han incidido en la
reducción de la agricultura familiar, el aumento en el precio de la tierra y la
concentración de la propiedad; también en las presiones ambientales con
bienes como la soya y la producción forestal y el crecimiento del merca-
do de trabajo que ha encarecido el salario. Asimismo influyen procesos que
responden al funcionamiento interno de la agricultura familiar como los
problemas sucesorios “que inducen al reparto de la herencia antes que a la
preservación del patrimonio” y la insatisfacción de las necesidades básicas.
En Ampliación de fronteras agrícolas en Argentina. Interrelaciones en-
tre el capital concentrado y la producción familiar, Mónica Bendini muestra
el impacto de los agronegocios sobre la producción familiar en zonas mar-
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ginales de frontera. Analiza formas de presión territorial del capital sobre
la agricultura familiar, procesos de control de las cadenas agrícolas sobre la
producción y el trabajo, así como procesos de acumulación por despojo con
expulsión de campesinos e indígenas. El resultado –propone- es un mundo
agrario que se achica pero a la vez resiste y se reproduce. Se trata de fenóme-
nos de expansión y profundización del dominio del capital con campesini-
zación y asalarización, inclusión y persistencia. Procesos que no desarraigan
totalmente a los campesinos pero a la vez no logran una plena subsunción
del capital sobre el trabajo.
Disputas, acaparamiento y despojo de tierras en la Argentina: “no es la
soja, es el capitalismo…” lleva por título el artículo de Gabriela Martínez
Dougnac, en el que aborda desde una perspectiva histórica el proceso de
acaparamiento y extranjerización de la tierra, así como las consecuencias
en el despojo y la descampesinización en el agro argentino. Señala cómo
el cultivo de la soja ha encarnado y comandado las tendencias capitalis-
tas en la región a partir de los años noventa, y documenta que la respuesta
del gobierno a la crisis del 2001, mediante la devaluación de la moneda,
profundizó claramente el proceso de centralización capitalista, el impulso
de los agronegocios y la entrada de capital extranjero en la inversión tanto
productiva como especulativa, con lo cual el despojo y la desestructuración
de la agricultura familiar y aún de los pequeños y medianos empresarios se
vio fortalecido. La autora ilustra también los procesos de despojo y con ellos
los conflictos por la tierra más representativos y concluye que este fenómeno
profundiza la desigualdad, la injusticia y frena la construcción de una trama
social solidaria y democrática.
Darío Fajardo en La transición hacia la producción de agrocombustibles
en la Orinoquia: el piedemonte y la altillanura, analiza las transformaciones
de los sistemas agrícolas en Colombia a partir de 1950, tomando como eje los
efectos de las políticas y del dominio territorial de las grandes empresas sobre
las comunidades indígenas, en el contexto de la siembra de estupefacientes.
Como resultado de estos procesos, aborda los conflictos por la tierra y el des-
plazamiento, marginación y explotación de las poblaciones indígenas. Ana-
liza los casos de las regiones representativas de la agricultura de plantación
para la exportación: Urabá y la Orinoquia colombiana, así como los vínculos
entre el narcotráfico, los latifundios aceiteros y el Gobierno, cuya asociación
ha convertido la tierra y los recursos de las comunidades en un puro negocio.
En Patrones migratorios en contextos de ruralidad y marginación en
el campo mexicano, 2000-2010. Cambios y continuidades, Xóchtil Bada y
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Jonathan Fox realizan un análisis exhaustivo que relaciona los índices de in-
tensidad migratoria con la marginalidad en el campo mexicano en el ámbito
municipal que les permite alcanzar conclusiones novedosas. Por un lado,
los índices de intensidad migratoria han crecido en una tercera parte de los
municipios rurales, pero por otro, más de la mitad de la población rural aún
vive con bajos grados de dependencia de la migración internacional. Ello
desmistifica la idea de que la migración ha sido la salida principal para la
mayoría de la población rural más pobre. Concluyen también que, a pesar
del aumento en la migración, la población rural ha crecido en términos ab-
solutos. Estas y otras conclusiones, constituyen elementos muy valiosos para
repensar la cuestión migratoria en el campo mexicano.
Luisa Paré en La disputas por la apropiación del agua. ¿En el umbral de
una globalidad excluyente? analiza los conflictos que surgen del proyecto de
construcción de una represa e hidroeléctrica en la Cuenca del río Antigua
para resolver el problema de “escasez” de agua en la ciudad de Jalapa, México.
Señala en primer término, que el problema de la carencia de agua corres-
ponde en mayor medida a problemas de orden administrativo y de gestión
que a escasez del recurso. En este contexto, señala que el impulso de este
proyecto apoyado por los gobiernos estatal y municipal, apunta más hacia
favorecer a determinado grupo de inversionistas que a resolver un problema
real. Aborda la emergencia de un movimiento y organización que se opone a
la construcción de la represa, Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los
Ríos Libres, que inició como una lucha de resistencia local y que ha logrado
sumar distintos actores, hasta lograr que la empresa brasileña encargada de
la obra se retire, pero, como dice la autora, el campamento sigue. Analiza de
donde viene la fuerza de este movimiento como parte de una lucha amplia
contra el embate del capital sobre los recursos naturales.
La contribución de Isaías Tobasura Acuña lleva por título El reto de la
sociología rural latinoamericana hoy: producir conocimiento situado. Plan-
tea que la sociología rural ha estado influenciada por un conocimiento ajeno
a la realidad de América Latina, con un sesgo eurocéntrico y señala que es
necesario que se impulse conocimiento situado, logrando marcos de refe-
rencia propios que superen el colonialismo intelectual. Aborda las visiones
literarias sobre el campo con el fin de proponer nuevas miradas y formas
de conocimiento de la realidad rural, y propone conceptos tomados de las
ciencias naturales o de otras disciplinas, tales como metabolismo social. Su-
braya que de nuevo los movimientos campesinos están en la cresta de la ola,
pero ya no luchan por la tierra sino por los derechos humanos, la defensa del
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territorio, los recursos naturales y el medio ambiente. Concluye con un lla-
mado a construir categorías propias que den cuenta de nuestros problemas,
para lograr una identidad propia de la sociología de la región.
María de los Ángeles Arias y Arisbel Leyva contribuyen con Los estu-
dios rurales en Cuba: Reflexiones sobre la estructura social y los cambios en
la agenda de investigación, artículo en el que abordan las transformaciones
en los estudios rurales en Cuba, en su relación con los cambios en las políti-
cas estatales hacia el campo y sus efectos en el medio rural. Inician el estudio
en la etapa anterior a la revolución, para abordar después la primera etapa
posrevolucionaria, cuyos estudios estuvieron centrados en la evaluación de la
Reforma Agraria. A partir de los años ochenta, los efectos del bloqueo y el
derrumbe del socialismo este-europeo, trajeron cambios significativos en la
política estatal como la apertura del mercado libre agropecuario en 1994, lo
cual llevó a estudios empíricos para conocer el impacto de esta reforma. En
la etapa actual han emergido nuevos ejes temáticos con problemas referidos
a sí los nuevos actores son o no campesinos, si existen o no procesos de
recampesinización, y la pluriactividad como estrategia familiar o individual.
Cobran importancia temas como la agroecología, la revalorización del terri-
torio, el enfoque de género, las desigualdades socioespaciales, la pobreza, la
juventud y el envejecimiento.
Finalmente, Armando Sánchez, en Dilemas teóricos y metodológicos de
la sociología rural en América Latina, cuestiona la influencia eurocentrista
en los estudios sociales en América Latina y resalta la necesidad de emplear
un paradigma alternativo que se aleje de las interpretaciones dualistas y sea
capaz de interpretar desde una perspectiva crítica la realidad de la región.
Bajo este marco realiza una revisión de las principales orientaciones teóricas
y metodológicas sobre los problemas rurales en los ámbitos de la política,
la cultura, la sociedad y la economía. Discute los conceptos de democracia
y ciudadanía en el campo, así como el debate entre homogeneidad global y
diferencia pluricultural. Asimismo somete el concepto de desarrollo a una
fuerte crítica y propone un paradigma alternativo que no desecha el cono-
cimiento científico sino su utilización hegemónica. Propone el desarrollo li-
mitado y sus versiones: desarrollo sustentable, agroecología, economía verde
y ecosociología. Realiza una crítica al concepto de Nueva Ruralidad, a la vez
que retoma la discusión sobre las nuevas tecnologías como los transgénicos
y el papel de los movimientos sociales en dicho debate.
Al concluir estas líneas, a pocos días de iniciar los trabajos del IX Con-
greso de ALASRU, en una Ciudad de México pletórica de expresiones cul-
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turales y centro neurálgico de un país que ve más amenazada que nunca
su soberanía, estamos seguros que las reflexiones y aportaciones aquí com-
pendiadas alimentarán el pensamiento y la acción de quienes mantienen su
compromiso con los hombres y las mujeres del campo latinoamericano.
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Producción familiar y agronegocios:
dos modelos en conflicto1
Resumen
En este artículo se analiza el conflicto que existe en el campo uruguayo entre
la producción familiar y los agronegocios. Para ello se discute conceptual-
mente las características generales del productor familiar y de los agrone-
gocios y luego se pasa revista al desarrollo de ambos en el Uruguay. De esta
manera se llega a la conclusión de que si bien hay una tendencia a la gradual
desaparición de los productores familiares durante la última mitad del siglo
XX, ésta se acelera en años recientes como consecuencia del avance de los
agronegocios. Se identifican y se analizan seis causas directas e indirectas
que inciden en el descenso abrupto de los productores familiares y la respon-
sabilidad que en ello le cupo a los agronegocios.
Abstract
In this paper we discuss the conflict between family farming and agribusiness
at Uruguay. We first define both terms and then we describe their develop-
ment in recent years. We conclude that in the last half of the twentieth century
there has been a decline of family farming. However this decline has been
much larger in the last decade as a consequence of agribusiness pressure. We
identify six intertwined reasons (direct and indirect) that explain this tendency.
1 Ponencia a la Mesa redonda Agricultura familiar frente a los agronegocios. IX Congreso de la Aso-
ciación Latinoamericana de Sociología Rural (ALASRU), Ciudad de México, octubre de 2014.
2 Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, Uruguay. Responsable del Núcleo
de Estudios Sociales Agrarios (NESA) del Departamento de Sociología. E-mail: diego@fcs.
edu.uy
3 Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República. Integrante del NESA del Depar-
tamento de Sociología.
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Diego E. Piñeiro y Joaquín Cardeillac
Introducción
A principios de la primera década del siglo XXI una serie de procesos in-
ternos que se habían iniciado durante la década anterior sumado a procesos
que ocurren a escala global, eclosionan en una radical transformación en la
estructura agraria del Uruguay y en la estructura de su sociedad. El avance
de los agronegocios y su inserción en las cadenas globales de valor provocan
un acelerado proceso de concentración y extranjerización de la tierra con im-
portante presencia de sociedades anónimas, muchas de ellas multinacionales,
que expanden las cadenas de granos, forestal-maderera-celulósica, cárnica,
láctea, etc. doblando las exportaciones y modificando la organización de los
negocios.
Así, el avance de los agronegocios entra en conflicto con la producción
familiar, ya que al sextuplicar el precio de la tierra impide su crecimiento,
ahoga a los que son arrendatarios, y favorece los procesos de arrendamiento
o venta de sus tierras (entre otros procesos).
Este artículo intenta explicar estos procesos deslindando los nuevos
cambios de aquellos que con más de cincuenta años de acción ya habían
inducido la declinación de la producción familiar. Para ello en el segundo
apartado se define a este sujeto social y se caracteriza la producción familiar
en el Uruguay. En el tercero se hace lo mismo con el modelo de los agrone-
gocios. En el cuarto se esbozan los conflictos entre ambos para concluir en
el quinto sintetizando los resultados del estudio.
La producción familiar
Discusión conceptual sobre la producción familiar
En este apartado se procurará aclarar a qué tipo social se refiere la categoría
de productor familiar. Para ello comenzaremos por retomar las definiciones
que se manejan sobre este actor en la academia. Luego, se avanzará en deli-
mitar qué aspectos son los que distinguen a la producción familiar de otros
tipos sociales, en particular, del campesino.
En la bibliografía existe un amplio acuerdo en relación a los principales
criterios para delimitar qué es un productor familiar. Estos son: (i) la forma
en la que moviliza el trabajo (mayoritariamente por vínculos familiares), y (ii)
el hecho de que dependen sobre todo de sus propios medios de producción,
incluyendo la tierra, más que de la venta de fuerza de trabajo (Oya, 2004).
Así también, Mann y Dickinson (1978), remarcaban que los pequeños
productores de bienes primarios son similares al capitalista por dos aspectos
básicos: (i) porque son una forma de producción destinada al intercambio,
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Producción familiar y agronegocios: dos modelos en conflicto
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4 Se seleccionaron a las explotaciones en las que el productor es una persona física, que reside
en el predio y que pudiendo contratar mano de obra asalariada, siempre debe emplear al menos
un número igual de trabajadores familiares. Esta definición es más restrictiva que la manejada
por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, ya que la segunda no exige residencia en
el predio.
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Producción familiar y agronegocios: dos modelos en conflicto
5 Son los hogares con individuos que en su ocupación principal declaran ser “Miembro de
cooperativa”, “Patrón”, “Cuenta propia con local o inversión” o “Miembro del hogar no remu-
nerado” y que adicionalmente, declaran trabajar en empresas que producen bienes agropecua-
rios habiendo retirado productos para consumo propio y/o recibiendo ingresos por medianería,
aparcería, pastoreo o ganado a capitalización. También declararon realizar su trabajo “En un
establecimiento fijo”, “En su vivienda”, “A domicilio” o “En un predio agropecuario o marítimo”
sin necesidad de trasladarse.
6 Recuérdese que la cantidad de tierra en uso agropecuario no varía (alrededor de 16.000.000
de has.) a lo largo del siglo ya que la frontera agrícola en Uruguay se termina en 1880
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Producción familiar y agronegocios: dos modelos en conflicto
1.- La transectorialidad, que no sólo liga más fuertemente las distintas etapas
por medio de procesos organizativos controlados por una o más empresas
que actúan como nodos de la cadena, sino también una mayor articulación
horizontal hacia otros negocios derivados de la cadena principal.
2.- Los agronegocios constituyen cadenas buyer driven es decir guiadas por
la demanda de consumidores globales antes que locales.
3.- La penetración más amplia e intensa del capital en los procesos produc-
tivos con fuerte presencia del capital financiero, ya como insumo o como
cobertura de riesgos a través de las bolsas de valores.
4.-Un uso cada vez mayor de insumos industriales con fuerte presencia de
paquetes tecnológicos basados en transgénicos, que tienden a la estandariza-
ción de los procesos y a aumentar la escala para mantener las rentas.
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7 Este punto de vista tiene sus voceros en los medios de comunicación (suplementos agropecua-
rios de los principales diarios, programas de radio y televisión con periodistas especializados),
en algunas organizaciones técnicas supranacionales vinculada al sector, etc., algunas institucio-
nes de enseñanza para mencionar los principales.
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vacían las áreas rurales destruyendo el tejido social rural, causan la pérdida
de soberanía alimentaria del país, etc. Así, los agronegocios son calificados
como una de las variantes de un modelo neo-extractivista que está siendo
ampliamente aplicado por gobiernos progresistas y neoliberales de América
Latina (Gudynas, 2010).
Quienes son críticos tienen menos presencia en los medios de comuni-
cación: y generalmente están en organizaciones ambientalistas, otras Orga-
nizaciones no Gubernamentales, algunos sectores de la academia (otros lo
defienden), algunas revistas especializadas, etc.
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Necesidades Básicas
Otra dimensión de análisis relevante para el estudio de las posibilidades de
permanencia y reproducción de la producción familiar puede evaluarse a
partir de los indicadores de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)8. La in-
cidencia de insatisfacción en este tipo de necesidades puede analizarse como
otro mecanismo que impacta en la motivación a permanecer en este tipo de
vida, ya que al impacto objetivo que tiene experimentar situaciones de priva-
8 Para este trabajo se han tomado las definiciones propuestas en el Atlas Sociodemográfico y
de la Desigualdad en Uruguay (Calvo, et al., 2013), excepto por el indicador de educación que
no se trabaja aquí.
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Conclusiones
Como síntesis de lo presentado hasta aquí, es posible destacar seis grandes
tendencias que ayudan a comprender el conflicto entablado entre la produc-
ción familiar y los agronegocios. En primer lugar, los datos preliminares que
se han divulgado a partir de los Censos Generales Agropecuarios, estarían
mostrando una reducción relativa de la producción familiar frente a otro
tipo de explotaciones de carácter capitalista y empresarial, con superficies
mayores y una racionalidad que responde al modelo de los agronegocios. En
segundo lugar, se despliegan varias hipótesis que arrojan luz acerca de los
complejos procesos que confluyen para explicar dicha reducción. La variable
principal es el rápido incremento en el valor de la tierra y los arrendamientos
impulsada por los agronegocios. Por un lado estimula a los productores fa-
miliares a la venta de la tierra o la cesión en arrendamiento y por otro coarta
la posibilidad de tomar tierra en arrendamiento para aumentar la escala.
Otras cuatro variables intervienen coadyuvando a ese proceso: las presiones
ambientales que ejercen los agronegocios, los cambios en los mercados de
trabajo rurales que aumentan la demanda y los salarios de los trabajadores, la
edad promedio elevada de los actuales productores familiares y las dificulta-
des en la sucesión de los predios que inducen al reparto de la herencia antes
que a la preservación del patrimonio, y por último la situación de privación
relativa en relación a los indicadores de NBI a la que están expuestos los ho-
gares de la producción familiar, aspecto que manifiesta sus dificultades para
acceder a mayor bienestar, a pesar del muy buen desempeño económico del
sector primario en Uruguay en los últimos 15 años.
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Retorno del Bosque del Tesoro Núm. 63, Colonia Jardines
de Morelos, C. P. 55070, Ecatepec de Morelos, Estado de
México, con un tiraje de 500 ejemplares,
sobre papel ahuesado de 90 kg.