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Diana Laura Abrego Garcia Aula: 117 Gpo:22 Matricula: 1908240

Sociología criminológica

Para llevar a cabo el tema de la evolución de la criminalidad tenemos que conocer


primero el concepto de “criminalidad”.

La idea de criminalidad tiene dos acepciones. Por una parte, es el conjunto de


elementos y factores que permiten que una acción sea considerada como criminal.
La segunda acepción entiende la criminalidad como el número de delitos criminales
que se han realizado en un lugar determinado a lo largo de un periodo de tiempo.
Este último significado es el más común, ya que los medios de comunicación y las
autoridades utilizan el índice de criminalidad como un dato importante para valorar
la seguridad en un territorio determinado.

La delincuencia está en continua evolución y adaptación. Mientras que el crimen


organizado, el tráfico ilícito de drogas y el terrorismo han sido las fuentes principales
de preocupación en las últimas dos décadas, otras formas de delincuencia están
ahora en un lugar más destacado como la ciberdelincuencia, la explotación sexual
de los niños, los delitos contra el medio ambiente y el tráfico de bienes culturales,
junto con la piratería, una vieja forma de delincuencia que ha resurgido.

Es cierto que frente a este fenómeno, las sociedades, en los diferentes tiempos de
su historia, han establecido mecanismos más o menos afortunados para su defensa,
basados mayoritariamente en la represión, dejando en segundo plano (cuando
inexistente según la evolución histórica de la sociedad misma y los cuerpos legales
que han regulado su comportamiento en el orden civil) el concepto de prevención,
siendo todavía más reciente el manejo de cuestiones relacionadas con los procesos
investigativo
La influencia de la economía
El establecimiento de mercados financieros internacionales, así como la
globalización económica, ha propiciado grandes oportunidades a los grupos de
delincuencia organizada.

La libre circulación de personas, bienes y servicios ha favorecido el incremento de


actividades relacionadas con el contrabando y los delitos relativos a todo tipo de
tráficos, pero esencialmente los referidos a drogas, personas y vehículos,
generando beneficios de tal magnitud que son capaces de alterar significativamente
los mercados, en el momento en que dichos beneficios se integran en el circuito
económico a través del blanqueo del dinero ilícitamente obtenido.

Hay dos aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta al tratar la


delincuencia desde este punto de vista, esto es, teniendo en cuenta factores
económicos.

Se han hecho distintas estimaciones porcentuales en relación con el consumo total


mundial de bienes y/o servicios como el tráfico de armas, drogas, material
radiactivo, de seres humanos para mano de obra o explotación sexual, obras de
arte, etc., sin embargo, no hay cifras definitivas, pero la demanda para el consumo
de estos productos prohibidos desde un principio u obtenidos de manera ilegal.

Por otro lado, encontramos organizaciones criminales cuyo objetivo primordial es el


control ilegal de sectores económicos legales, para lo cual se sirven de la violencia
o la coacción, o de la corrupción.

En este sentido estamos en condiciones de afirmar que las organizaciones


criminales se sirven cada vez más o, mejor dicho, buscan cada vez más penetrar
en el espacio de la economía legal, tanto en el sector público como privado y ello
por diversas razones, esencialmente:
• Las actividades económicas legales pueden proporcionar cobertura a las
actividades delictivas.

• Ofrecen nuevas oportunidades para su actividad criminal.

• Abren vías para el blanqueo de los beneficios ilícitos.

Pues bien, un análisis de los delitos patrimoniales y económicos, y otros con ellos
concordantes, permite una ordenada agrupación de figuras delictivas que, entre
otros objetivos, podrían tener el de proteger adecuadamente esta institución del
mundo económico. Entre ellas no existe ninguna otra vinculación especial que la
que ocasionalmente le estamos otorgando como protectoras del crédito.

Las comunicaciones
En la sociedad globalizada los Medios de Comunicación se han convertido en uno
de los principales instrumentos de poder, gracias al manejo de la información.

Dicho manejo ha generado importantes cambios en la estructura de la sociedad


puesto que no solo se utiliza como un ente informativo, sino que también ha tenido
un papel de instrucción y enseñanza para todas las audiencias.

Es notoria la influencia que ejercen los medios de comunicación sobre las diferentes
esferas de la sociedad; así en el ámbito político los Gobiernos utilizan los medios
de comunicación para divulgar las políticas públicas que convienen a quienes
preservan el poder y se propende por el statu quo y a través de las cuales se
controla uno de los elementos del Estado: El elemento humano.

Los medios de comunicación se consideran como armas de doble filo en tanto que
se utilizan para mantener informada a la comunidad sobre los últimos
acontecimientos, para elevar el grado cultural, pero a su vez alteran el orden y la
tranquilidad públicos.

La utilización negativa de los medios de comunicación masiva se explica como parte


del sistema económico dominante, ya que se han convertido en una herramienta
comercial que reposa en manos de empresas multinacionales que terminan por
manipularlos en su propio beneficio.

Los que en un primer momento fueron canales de información locales, poco a poco
han ido abarcando todo el mundo, tan es así que en la actualidad a través de la
Internet por ejemplo si se desea se pueden leer todos los periódicos del mundo y
estar informado en cuestión de segundos de hechos ocurridos a kilómetros de
distancia.

El fácil acceso a los medios de comunicación, así como su constante y necesaria


utilización les han dado un lugar privilegiado en la vida de las personas; este
privilegio se evidencia en los altos niveles de credibilidad y aceptación de la
información que emiten, pero así como pueden ser una posibilidad, una ventaja para
el desarrollo humano y social, también se han convertido en un instrumento de
dominación, haciendo esto referencia a la influencia que tienen en la criminalidad,
vista esta como aquel conjunto de acciones delictivas originadas en gran medida
por la información proporcionada por los medios de comunicación, la cual llega a
mecanizarse y a desarrollarse en el seno de las actividades cotidianas del ser
humano, y que se concretan en un lugar, un tiempo y un espacio determinado.

La influencia negativa se entrevé en la prensa y la radio, a través por ejemplo de la


Página Judicial de los diferentes diarios, en la cual se narran hechos criminosos que
ocurren en el panorama nacional e internacional, lo cual busca algo más que
mantener informado al público, pero lo están haciendo de una manera equivocada,
ya que generan en los receptores de dichos mensajes situaciones de pánico y
angustia ante las amenazas externas y terminan construyendo un enemigo en cada
individuo de la sociedad, generando disociación a nivel familiar, social, cultural, etc.

Sumado a los anteriores, también se ve la increíble influencia que ejercen otros


medios de comunicación como la literatura criminal, en la que el tema central se
orienta hacia el realismo de un hecho criminoso, con el cual el delito se convierte en
el único contenido de la obra, dejando una guía respecto al mejor modo de delinquir;
los folletos pornográficos, que generalmente tienen como destinatarios asiduos de
sus ediciones a los adolescentes, quienes atraviesan por un fenómeno de despertar
sexual, siendo por lo tanto un material equivocado e incluso brutal con todo lo
relacionado con los apetitos sexuales, llevando en diferentes circunstancias a
cometer ilícitos contra la libertad e integridad sexuales; los comics muestran como
fantasía una realidad mutilada en la que el delito, el cual es cometido por los "malos"
y castigado por los "buenos", se magnifica como problema social, y en el que los
verdaderos conflictos socioeconómicos se esconden piadosamente, penetrándose
esas imágenes en la psiquis de los niños, que son a los que están dirigidos
esencialmente y quienes empiezan a ser víctimas de diferentes estados, que
comienzan con sueños desaparecibles y agitados, insomnio, miedo y que puede
terminar con trastornos más graves.

Así mismo las noticias están siendo cargadas de grandes dosis de sensacionalismo
que han desplazado los acontecimientos sociales, culturales, políticos y por el
contrario le dan un gran despliegue a comportamientos antisociales generando
impacto en la sociedad; imágenes y hechos que van recabando en las mentes de
potenciales delincuentes que se sienten incitados por la ley de imitación y contagio
social a cometer ciertas conductas que transgreden bienes jurídicamente tutelados
por la ley penal; es así como en muchos casos esta escabrosa información se
convierte en un manual del que el delincuente adopta el modus operandi, para
diseñar y cometer la conducta punible.

Este tipo de medios "informativos" son también en gran medida los causantes de la
falta de legitimidad en las instituciones del Estado, en el caso especial que nos
ocupa la Administración de Justicia, puesto que el periodista aduciendo su derecho
a informar cree tener la obligación de dar su propia versión de los hechos y
desarrollando la investigación de los mismos y determinando la responsabilidad del
sindicado, muchas de estas investigaciones se realizan con pseudoargumentos que
a fuerza de ser repetidos van generando una conciencia social que dificulta el
esclarecimiento de los hechos.

Esta cantidad de información de hechos violentos, unida a las emisiones


sensacionalistas ejercen influencia negativa en las personas, quienes poco a poco
van familiarizándose con la violencia en todas sus manifestaciones, además de que
generan un fenómeno de pérdida de sensibilidad hasta llegar al punto de no
presentar ninguna reacción de rechazo a tales conductas, así estas revistan
comportamientos criminales y se hace más evidente la tendiendo a imitar
comportamientos semejantes.

Nuevas formas de delincuencia


Las nuevas formas de delincuencia derivadas de los vertiginosos avances
tecnológicos y de cambios sociales que, directa o indirectamente se encuentran
vinculados a estos, han modificado sustancialmente el enfoque tradicional que
hasta hace pocos años presidía el análisis del delito y de sus consecuencias. Los
medios para la investigación y el enjuiciamiento de conductas complejas y de otras
que no lo son tanto, pero cuya investigación se hace cada vez más dificultosa, han
de adaptarse a las nuevas necesidades, y así lo ha entendido el legislador con las
últimas reformas penales y procesales encaminadas a hacer frente tanto a nuevos
delitos cuanto, a delitos de viejo cuño, pero con formas de comisión renovadas.

Entre las nuevas modalidades de la delincuencia destacan los delitos cibernéticos,


energéticos, contra el medio ambiente, tráfico de órganos, tráfico de bienes
culturales, delitos de robo de identidad y delitos de fraude deportivo

La velocidad de los avances tecnológicos, la creciente globalización y el crecimiento


exponencial de los mercados mundiales han brindado oportunidades para cometer
actividades delictivas a menudo con un bajo riesgo de detección mediante nuevas
formas de anonimato. La prevención y la lucha contra formas nuevas y emergentes
de violencia suponen una ardua tarea.

Para todo estoy hay que crear formas nuevas para prevenir todo tipo de
delincuencia y así evitar que la criminalidad vaya en aumento.
Bibliografía
https://definicion.mx/criminalidad/
https://www.un.org/es/events/crimecongress2015/pdf/Factsheet_5_Emerging_form
s_of_crime_ES.pdf
https://editorial.tirant.com/es/libro/justicia-penal-y-nuevas-formas-de-delincuencia-
jose-maria-asencio-mellado-9788491198000
www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252005000100009
https://www.nexos.com.mx/?p=36958

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