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Bajo Tu Manto Nos Acogemos Santa Muerte PDF
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Blanca Estela Bravo Lara, Bajo tu manto nos acogemos: devotos a la Santa Muerte
en la zona metropolitana de Guadalajara · Enriqueta Lerma Rodríguez, Cuando los
chichi’ales llegan: la conceptualización de muerte entre los yaquis · Gonzalo Lautaro
Ojeda Ledesma, Animitas: apropiación urbana de una práctica mortuoria
ciudadana e informal · Elizabeth Araiza Hernández, El montaje teatral de las
identidades. Personajes rancheros y actores indígenas en las pastorelas de la sierra
purépecha · Débora Gorbán, La vida social de los objetos recuperados · Gabriela
Sánchez Hernández, Activos y recursos en familias de sectores medios del D.F. Un
estudio de caso sobre estrategias de reproducción doméstica · Mariela Eleonora
Zabala, La “Consagración” de un sacerdote en las “Asambleas” de sabios
americanistas: el caso de monseñor Pablo Cabrera (1910)
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Publicación semestral
Certiicado de licitud de título y contenidos núms. 2059 y 1291
Reserva de título núm. 37286
Los artículos irmados son responsabilidad exclusiva de los autores
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Av. Tláhuac 3428, col. Los Reyes Culhuacán, C.P. 09800, México, D.F.
SUMARIO
Editorial 5
Bajo tu manto nos acogemos: devotos a la Santa Muerte en la zona
metropolitana de Guadalajara
Blanca Estela Bravo Lara 11
Cuando los chichi’ales llegan: la conceptualización de muerte
entre los yaquis
Enriqueta Lerma Rodríguez 29
Animitas: apropiación urbana de una práctica mortuoria ciudadana
e informal
Gonzalo Lautaro Ojeda Ledesma 49
El montaje teatral de las identidades. Personajes rancheros y actores
indígenas en las pastorelas de la sierra purépecha
Elizabeth Araiza Hernández 75
La vida social de los objetos recuperados
Débora Gorbán 99
Activos y recursos en familias de sectores medios del D.F. Un estudio
de caso sobre estrategias de reproducción doméstica
Gabriela Sánchez Hernández 123
Política editoRial175
E
n un mundo fuertemente secularizado los seres humanos
recurren a nuevos repertorios de creencias y de prácticas
religiosas, o reconstruyen tradiciones y les conieren nuevos
signiicados en el contexto de la globalización. El sentido y las
identidades socioculturales articuladas a estas prácticas y creencias
religiosas escapan tanto a las ideologías predominantes de la
modernidad racional como a las iglesias institucionales, incapaces de
ajustarse a las formas de religiosidad que emanan de las experiencias
cotidianas de muy diversos grupos sociales, separados por culturas,
lenguas y por la condición en que se insertan en las relaciones de poder
y de mercado y, al mismo tiempo, fatalmente interconectados en el
espacio de la globalización. En especial la Iglesia católica, antes
hegemónica en el mundo occidental y principalmente en América Latina
y que hoy, pese a su poder institucional, se ve obligada a competir, tanto
con múltiples expresiones de religiosidad popular como con “otros
modelos” de religiosidad dentro o fuera de la tradición cristiana, cuya
difusión es cada vez más amplia a través de los medios electrónicos.
Resumen: En este artículo se aborda el culto a la Santa Muerte partiendo de la experiencia de sus
devotos, quienes, inmersos en un contexto socio-económico de crisis e incertidumbre, no encuen-
tran las respuestas que requieren en las instituciones. La presente propuesta llama a incluir en
el análisis del culto a la Iglesia católica, que en el caso estudiado: el área metropolitana de Guada-
lajara en México, es la iglesia de origen de los devotos, como una institución que en la cotidianidad
del devoto a la Santa Muerte y desde su perspectiva, no ha tenido la capacidad de satisfacer sus
necesidades prácticas y religiosas. El artículo retrata las características del culto y su relación con
el catolicismo. De igual manera, da cuenta del proceso que lleva al católico excluido e insatisfecho
simbólicamente a convertirse en devoto a la Santa Muerte.
Palabras clave: Santa Muerte, religión-base, religiosidad-complemento, inclusión-exclusión,
cerca-lejos.
Abstract: This article deals with the cult to the Santa Muerte (Holy or Saint Death) based on the
experience of its devotees, who, immersed in the socioeconomic context of crisis and uncertainty,
cannot find the answers they seek in ordinary institutions. The present approach calls for includ-
ing the Catholic Church in an analysis of the cult, because in the case of the Guadalajara metro-
politan area, worshippers left this Church, which was yet another of the institutions unable to
satisfactorily meet the practical and religious needs of its followers. The article portrays the char-
acteristics of the veneration and its relation to Catholicism, while it also explains the process that
leads a Catholic who feels symbolically excluded and unsatisfied to become a worshipper of the
Santa Muerte.
Keywords: Santa Muerte (Holy Death), base religion, religiousness-complement, inclusion-
exclusion, far-near.
E
gotas de islamismo, una brizna de judaís- n un mundo que se drena de
mo, algunas migajas de cristianismo, un
creencias en pos de una secula-
*Licenciada en antropología por la Univer-
rizada modernidad, donde la je-
sidad de Guadalajara. Línea principal de inves- rarquía católica opta por un discurso
tigación: Religiosidad popular. “con pretensiones de lógica y de clari-
11
dad, pero desprovisto de aliento nu- por años y que ahora comparte perifé-
minoso” (Mardones, 1996: 45), surgen ricamente junto a otras religiones
nuevas formas de fe. Los que “quie- (Mardones, 1996).
ren creer” rediseñan sus creencias en Del culto a la Santa Muerte mucho
un intento de llenar la vacuidad racio- se ha dicho. Desde la prensa y la litera-
nalizada y excluyente que la religión les tura, principalmente, se ha difundido
ofrece. Es entonces cuando el devoto a una imagen superficial y homogeni-
la Santa Muerte surge no solamente zada, tanto del culto y su lugar en la
como el ciudadano que no encuentra sociedad, como del devoto tipo adscrito
en las instituciones respuesta a sus a él. Doña Enriqueta Romero, con el
necesidades prácticas, sino como el primer altar público, y David Romo
homo religiosus incompleto y que se Guillén, autoproclamado arzobispo de
percibe a sí mismo, en muchos de los la Iglesia Santa Católica Apostólica
casos, excluido por la Iglesia católica, Tradicional México- usa ( iscat mex -
su Iglesia de origen. usa), terminan siendo, en el imagina-
Mientras que algunos individuos rio colectivo, personas-emblema de las
han decidido ejercer una religión light dos más conocidas vertientes del culto
(González-Anleo, 1987: 28-33), algunas a la Santa Muerte: la del devoto que
veces con ciertos toques “psico-místico- busca un ritual más cercano y ma-
paracientífico-espiritual-terapéuticos” nipulable, y la del que prefiere el cobijo
(Roszak, 1975: 30), otros han tomado de una institucionalidad formalizada.
como estrategia —para llenar las ca- Investigadores sociales también han
rencias que su religión les significa— puesto los ojos en el fenómeno religioso
la incorporación de un complemento del que hablamos. Se han publicado
externo a ésta. Dicho complemento les interesantísimos trabajos. Algunos
permite experimentar una religiosi- siguen el rastro de los posibles oríge-
dad menos disociada de su vida diaria nes, tanto de la devoción a la Santa
y de las exigencias prácticas que ella Muerte como de la iconografía rela-
les presenta. Éste es el caso de los de- cionada con el ente descarnado (Malvi-
votos al culto de la Santa Muerte, en do, 2005). Los más han analizado la
su mayoría católicos, quienes buscan situación socio-económica que enmar-
en esta devoción lo que su religión base ca estas manifestaciones de religiosi-
no les ofrece. Es debido a la propia his- dad; situación caracterizada por la
toria de la Iglesia católica, y a su poder desigualdad, la violencia y las institu-
institucional, que ésta carece de una ciones ineficientes.1 Sin embargo, el
plasticidad efectiva, capaz de ajustarse análisis no siempre se ha presentado
a todas y cada una de las diversas for- de manera clara y oportuna. En ocasio-
mas de ser católico. La Iglesia católica
no sólo aparece como lejana al creyen- 1
Pilar Castells Ballarín (2008) y Walter
Calzato (2008) han descrito este contexto clara-
te en lo individual, sino que ha venido mente, la primera para México y el segundo
perdiendo el monopolio de la religiosi- para Argentina, situando el auge de la devoción
dad y la posición central de la que gozó en un ambiente de precariedad y crisis.
tos pueden ser divididos en dos tipos vida a la espera de una recompen-
—quienes participan en los ritos que sa en la otra.
una jerarquía mediadora provee en el
santuario de la Santa Muerte y los que Del no derecho para el no igual
optan por ejercer un culto privado, do-
méstico y directo—, ambos son cons- Los devotos con características de vida
cientes de los aspectos que en la Iglesia fuera de los lineamientos estableci-
católica no le son satisfactorios. Santos dos por la Iglesia católica ven mermados
ineficientes en materia de milagros y sus derechos religiosos. Aunque esta
jerarquía que no guarda coherencia limitación es aplicada por los jerarcas
con la doctrina que predica son quejas católicos en el caso de negar el derecho
comunes durante las entrevistas a de- a unirse en matrimonio a una pareja del
votos a la Santa Muerte. mismo sexo o el de celebrar segundas
Algunos, como Ricardo, admiten no nupcias a un divorciado, las más de
ser asiduos a los rituales católicos y las veces tal exclusión es auto apli-
expresan su repudio al clero y a católi- cada. El creyente sabe que por “estar
cos “fanáticos e hipócritas”: en pecado” no tiene derecho legítimo
de recibir la comunión, aun cuando la
Para mí la religión católica está en decisión final de hacerlo o no es suya.
decadencia, tantas cochinadas. Si nos Es esta percepción de ilegitimidad, in-
vamos a eso uno puede decir: mejor troyectada en el creyente por la Iglesia
creer en Dios. O sea cumples con lo católica, lo que le excluye en lo profun-
básico, los sacramentos […] pero así do y deja “incompleta” su religiosidad.
de que voy cada ocho días a misa [dice La categorización dicotómica cerca-le-
que no con la cabeza] porque yo sí, o jos de Walter Calzato es aplicable en
sea me defraudaron. [¿Asistes a la este sentido: “Lo lejos, en este caso, se-
misa de la Santa Muerte?] Yo no voy a rían las instituciones que pretenden
ninguna iglesia (entrevista, 24 de representarnos; se incluyen religiones
abril de 2010). oficiales donde la santidad cobra un
sentido lejano, donde la liturgia y la
Sin embargo, a partir del análisis ética se interponen entre el devoto y el
de las experiencias expresadas por los santo. Lo cerca es aquella experiencia
diferentes devotos entrevistados, se religiosa donde el devoto entabla con el
reconocen dos constantes abarcado- santo una relación de proximidad”
ras: (Calzato, 2008: 31).
La religiosidad es una característi-
1) La privación de derechos religio- ca de toda cultura humana, pues de un
sos a creyentes con estilos de vida modo u otro todas y cada una aceptan
no aprobados por la Iglesia. que la realidad muchas veces se mani-
2) Exaltación, como virtud en el cre- fiesta de manera “extraordinaria e in-
yente, de la aceptación resignada timidatoria” (Duch, 2001: 19); cada
a condiciones adversas en esta individuo en esa cultura es de entrada
“un posible homo religiosus como con- pies armas, el escudo del equipo favori-
secuencia de su insuperable contingen- to de futbol, llenarla de billetes o joyas,
cia” (ibidem: 99) Así pues, en un acercarle la foto del amante codiciado,
intento por darle sentido a esa reali- son algunas de las prácticas que po-
dad y ejercer control sobre ella, el hom- drían resumirse en el hecho de ofrecer
bre echa mano de la ritualidad. a la Santa Muerte los placeres que el
Algunos, con pequeños altares en la fiel desea para sí. Otros elementos y
clandestinidad de su cuarto, cumplen colores usados, manzanas, cuarzos, in-
con un breve ritual diario: “pues yo le fusiones de plantas son más bien los
rezo, le pongo su veladora, su manzana que el esoterismo de los libros de ora-
y su churrito de mota. Se pone bien ciones y los altares virtuales (internet)
contenta” (“B”, entrevista personal, 24 han universalizado.
de mayo de 2010). Hay, también, quie- Una coincidencia entre los relatos
nes hacen del culto un ritual de 24 ho- iniciáticos personales de los seguidores
ras: del culto a la Santa Muerte entrevis-
tados es que su devoción no es el re-
El bato ya no tenía vida. Él antes se sultado de su elección, sino más bien
dedicaba a vender droga y poquitas de haber sido elegidos. Es decir, no so-
armas. Siempre le ponía su veladora lamente dejan de ser excluidos, sino
a la Muerte en la noche y si en la ma- además fueron seleccionados para ser
ñana amanecía apagada hablaba por incluidos. La Santa Muerte se mani-
teléfono y cancelaba todas las entre- fiesta de manera personal y directa en
gas y se encerraba todo el día. Si veía un milagro, una aparición, un sueño.
que la veladora estaba a todo dar, Este evento es el que desencadena la
pues salía al jale. Dice que a veces la fiel veneración: “Yo pos sabía de ella
veía que como que sonreía y pos ese [La Santa Muerte], pero cuando la lim-
día hacia un chingo de lana. […] Al piaba [una imagen que pertenece a su
principio tenía a la Santa Muerte, a hermana] me daba hasta escalofríos.
un Malverde y a san Juditas, pero Le ponía sus ofrendas y todo, pero has-
dice que la muerte se empezó a enojar ta que se me apareció en sueños la sen-
y a decirle en su pensamiento que no tí. Desde entonces la sigo y voy a las
los quería y el bato los mandó a la misas cada mes (entrevista a devota,
chingada y le dejó el altar para ella 24 de abril de 2010).
sola (entrevista a Luis, padrino de ex-
devoto en Alcohólicos Anónimos, 14 de De la cruz del más acá
mayo de 2010). y la recompensa en el más allá
rigos a devotos a optar por cargar re- íntimo del devoto, por lo que parece
signadamente “la cruz que les tocó” se pertinente volver ahora al culto públi-
magnifica ofensiva en una sociedad co y su liturgia en el santuario a la
donde las carencias no son optativas, Santa Muerte en la zmg.
sino parte del día a día. El ahora devo- El templo de la Santa Muerte se lo-
to a la Santa Muerte desea un bienes- caliza en el municipio de Tlaquepaque,
tar en la vida actual, ya no se conforma en Las Juntas, uno de los barrios más
con la promesa de la recompensa eter- pobres de la zmg. En el santuario todo
na. Su realidad le obliga, en palabras es sincretismo: blasfemia y fervor, esté-
de Maffesoli (2005: 36), a “convivir con tica y vulgaridad, ostentación y mise-
el mundo y su entorno, integrando el ria. Es, como señala Lara (2008: 294):
dolor y la muerte en la vida, al tiempo “[…] la búsqueda de nuevas expresio-
que se elogia el goce en el presente y el nes y discursos religiosos heterodoxos
momento”. y sincréticos, que se han ido configu-
Para adeptas y devotos la Santa rando desde la base, desde la práctica
Muerte es la santa a quien sin pudor cultural libre e imaginativa […]”.
puede solicitar salud, dinero, amor, im- El lugar fue una bodega que se ha
punidad y un buen morir. La Santa venido acondicionando como capilla,
Muerte se convierte en la santa cerca- gracias a los donativos de los devotos y
na, accesible, íntima, con la que se pue- a regalos recibidos como pago de “man-
de ser sincero; la santa con la que se das”. Como lugar de culto tiene cuando
pueden hacer trueques, ante la cual menos cinco años de antigüedad, y a
se puede reconocer la inevitabilidad de mediados de 2008 el sitio ha recibido la
la muerte al mismo tiempo que se soli- visita mensual de Juan Díaz Parro-
cita prórroga. El devoto ya no tiene que quín, quien se presentó inicialmente
resignarse al encarcelamiento del hijo como obispo de la iscat Mex-EEUU;
porque éste es culpable, a una vida de además, en entrevistas de prensa re-
violencia al lado del ser con quien la Igle- cientes ha declarado que hasta hace
sia católica lo unió “hasta que la muer- unos meses seguía siendo exclusiva-
te los separe”, a una vida de celibato o mente sacerdote, debido a que quien
clandestinidad debido a sus preferencias fuera su superior, David Romo, se negó
sexuales o a la pobreza material; todo a ordenarlo obispo. Dijo también que
ello con la esperanza de una posible fue separado de la iglesia como resul-
felicidad en el más allá. tado de diversos conflictos con el líder
de la organización religiosa. Sin em-
Una nueva liturgia bargo, Díaz Parroquín conservó la pla-
za de la zmg y ahora es obispo de la
Hasta aquí, al menos brevemente, se Iglesia Católica Ortodoxa de Curas Sa-
han explorado las insuficiencias que pa- nadores, que él preside (Ríos y Lozano,
ra el devoto a la Santa Muerte tiene la 2011). Hasta la fecha Díaz Parroquín
Iglesia católica. De manera general se sigue oficiando misa los días 22 de
han presentado elementos del culto cada mes, dejando a cargo de las misas
Fotografía 5. Figuras sobre el altar del Templo a la Santa Muerte, Las Juntas.
Ricardo, con la mirada perdida y la voz Santa Muerte, una gran protectora”,
pausada, cuando le preguntamos por tesis de licenciatura en comunicación y
qué creía en la Santa Muerte: “Yo la periodismo, México, fcPys-unam.
utilizo para […] como para creer en calzato, Walter Alberto (2008), “San La
algo. Porque hay veces que necesita- Muerte (Argentina). Devoción y existen-
mos creer en algo”. El seguidor de la cia. Entre los dioses y el abandono”, Li-
“Niña Blanca” encuentra en su venera- minar. Estudios Sociales y Humanísticos,
ción un espacio espiritual donde es vol. VI, núm. 1, enero-junio, pp. 26-39.
aceptado y al cual es llamado: la Santa castells ballaRín, Pilar (2008), “La Santa
Muerte lo escogió a él. Un sueño, una Muerte y la cultura de los derechos hu-
aparición, la recomendación de alguien manos”, Liminar. Estudios Sociales y
en el momento justo son señales in- Humanísticos, vol. VI, núm. 1, pp. 13-25.
equívocas de que ella no sólo no exclu- duch, Lluis (2001), Antropología de la reli-
ye, sino que elige e incluye a la persona gión, Barcelona, Herder.
tal y cual es y actúa. geeRtz, Clifford (2003), La interpretación
El devoto a la Santa Muerte es un de las culturas, Barcelona, Gedisa.
ser religioso en exclusión material y gonzález-anleo, Juan (1987), “Los jóvenes
espiritual. Se trata de un creyente de y la religión light”, Cuadernos de Reali-
este mundo, con necesidades que no dades Sociales, núms. 29-30, pp. 28-33.
han sido solventadas satisfactoria- gonzález-caRvajal, Luis (1991), Ideas y
mente por las instituciones, ni las del creencias del hombre actual, Santan-
Estado, ni las religiosas. Es un indivi- der/Sqal Terrae (Presencia Social).
duo que no admite ser despojado de laRa miReles, María Concepción (2008),
Dios y excluido de un mundo de creen- “El culto a la Santa Muerte en el entra-
cias y religiosidad que le permiten li- mado simbólico de la sociedad del ries-
diar con la realidad adversa de su go, Anuario CONEICC de Investigación de
cotidianidad. El devoto a la Santa la Comunicación, núm. XV.
Muerte no acepta la realidad que le es lewis, Oscar (1964), Los hijos de Sánchez,
impuesta desde afuera con santa resig- México, fce.
nación. Es tan consciente de la inevita- maffesoli, Michel (2005), La tajada del
bilidad y cercanía de la muerte, como diablo: compendio de subversión pos-
de lo lejana e incierta que es la vida moderna, México, Siglo XXI.
eterna. malvido, Elsa (2005), “Crónicas de la Buena
Muerte a la Santa Muerte en México”,
BIBLIOGRAFÍA Arqueología Mexicana, vol. XIII, núm.
76, noviembre-diciembre, pp. 20-27.
aPPaduRai, Arjun (ed.) (1991), La vida so- maRdones, José María (1996), ¿A dónde va
cial de las cosas. Perspectiva cultural de la religión?: cristianismo y religiosidad
las mercancías, México, Conacyt/Gri- en nuestro tiempo, Santander/Sal Te-
jalbo. rrae.
beceRRil RomeRo, Lucía Denisse y Santia- maRzal, Manuel María (2002), Tierra en-
go Jesús floRes RomeRo (2008). “La cantada: tratado de antropología religio-
Abstract: The present article, the result of fieldwork, is an ontological analysis of the conceptual-
ization of death among the Yaquis that explores the rituality that accompanies rites of passage
and notions of space in the Yaqui world. At the same time, it shows how only by taking into ac-
count an individual’s life and the cultural construction of a person is it possible to understand the
funeral ritual and the types of social organization surrounding it.
Keywords: Yaqui, death, space, rituality, ontology.
L
os yaquis viven en el sur del es- ción de la muerte en la tribu yaqui a
tado de Sonora, México, ocu- través de la ritualidad.1 Para ello me
pando un territorio autónomo baso en la siguiente hipótesis: en la cul-
distribuido en cuatro municipios: Guay- tura yoeme se considera que cada rito
mas, Emplame, Bacum y Cajeme. de paso —sea impuesto o voluntario—
Como parte de sus costumbres mantie- propicia transformaciones indisolubles
nen una fuerte ritualidad, originada y dota de cualidades que permiten
en su cosmovisión ancestral y en la re- constituir a cada persona en un ente
significación del catolicismo heredado singular. En correspondencia con este
de los jesuitas que arribaron a su terri- principio, de acuerdo con el tipo de per-
torio en el siglo xvii. El objetivo de este sona en quien alguien se constituye
artículo es ofrecer una interpretación durante su trayectoria de vida, se le
ontológica acerca de la conceptualiza-
1
Cuando hago referencia a la “tribu yaqui”
no estoy usando un concepto etnológico: “tribu”
*Maestra de la Universidad Pedagógica Na- es el modo como los yaquis se autoadscriben
cional. Cuerpo académico Ciudadanía, diversi- tanto al interior del grupo como al exterior. Asi-
dad y educación. Colaboradora en la sección de mismo se autodefinen como yoemes, que tradu-
Opinión del periódico La Jornada. cen al español como “hombres verdaderos”.
29
dad y en un mundo otro, sólo cualida- entonces cuenta con nuevos derechos y
des de objetos; parte subordinada de obligaciones y está comprometida con
otros objetos; o constituirse en la suma ciertas normas de la costumbre. Tur-
con otros objetos en nuevos objetos. Por ner clasifica como ritos de paso los de
este motivo es posible afirmar que en elevación de estatus, los de inversión
diferentes mundos, los objetos que por de estatus, los de las crisis vitales y los
su apariencia física nos parecen si- cíclicos del calendario (ibidem: 170-
milares a los que conocemos, no nece- 173). Bajo esta perspectiva, para la
sariamente lo son, ni comparten las comprensión de la ritualidad mortuo-
mismas cualidades. ria yaqui considero viable analizar so-
En el análisis de la cultura yoeme lamente los de elevación de estatus
que aquí ofrezco, la mirada ontológica y los de las crisis vitales. En los primeros
posibilita interpretar la esencia de los la persona es transferida de una posi-
objetos en sí mismos, así como las cua- ción inferior a una superior, situándola
lidades que adquieren, el modo en que en una condición de privilegio en la co-
transmutan y los lugares que ocupan munidad, por lo mismo es un ritual
en las distintas dimensiones espacia- selectivo. Los segundos son extensivos,
les del mundo yaqui, principalmente ritualizan la transición de una perso-
tras la realización de los diversos ritos na en diferentes etapas de su vida,
de paso. Así, entonces, una persona A desde su ubicación placentaria hasta
transmuta en persona B, C, D, etcéte- el fallecimiento: el nacimiento, la pu-
ra, dependiendo de las cualidades que bertad, el matrimonio y la muerte (ibi-
adquiere durante los ritos de paso efec- dem: 172).
tuados en su ciclo de vida, efecto que En la cultura yoeme los ritos de ele-
repercute en el modo como es visto y vación de estatus son principalmente
tratado por la comunidad aún después para la obtención de cargos rituales
de la muerte. del catolicismo yaqui y aquéllos rela-
Víctor Turner definió los ritos de cionados con el gobierno tradicional.
paso como aquellos “que acompañan Dentro de los primeros se encuentran
todo cambio de lugar, estado, posición el de maestro rezandero, encargado
social y edad” (Turner, 1988: 101). Mis- de oficiar las misas, le secunda el de
mos que se caracterizan por tres fases: tamastian, quien funge como su ayu-
separación, margen (o limen) y agre- dante; ambos cargos son exclusiva-
gación. El proceso implica la separa- mente masculinos. Los femeninos
ción de la persona del lugar que ocupa tienen una jerarquía más elaborada:
en la estructura social y del conjunto encabeza la kiyostei, conocida también
de condiciones culturales que posee. como “jefa de la iglesia”; le sigue en im-
Para ello la persona pasa por una fase portancia la tenanche, quien le auxilia.
liminar o intermedia, momento en que Debajo de ellas se encuentra la alpés
transita de un estado a otro. Final- (quien marcan los pasos rituales con
mente la persona es agregada con un movimientos de bandera) y las canto-
nuevo estatus a la sociedad; a partir de ras, acompañantes en las misas, en-
6
La máscara de beranaca se caracteriza por 7
Alfredo López Austin (2008: 197) describe
representar a un protohumano con nariz aplas- la energía anímica del siguiente modo: “La ener-
tada, largas orejas con las puntas ensangrenta- gía anímica que se supone reside en los centros
das, barba crecida y usar corona. Sólo pueden anímicos es frecuentemente concebida como
portarla los chapayekas con mayor jerarquía. una unidad estructurada con capacidad de in-
Beranaca significa “sin dueño”. Este dato es in- dependencia, en ciertas condiciones, del sitio
teresante, pues según algunos yaquis las gran- orgánico en el que se ubica. Esto hace que deba
des orejas representan un estado “salvaje”. De distinguirse entre el concepto de asiento normal
este modo cuando alguien no está bajo los desig- de la fuerza, y el de la unidad estructurada de
nios de Dios o aún no tiene compromiso matri- esta fuerza, constituida en unidad independien-
monial se dice que “está orejón”. Según algunos te”. Sin embargo, aquí se señala “entidad con
argumentan, las vacas se marcan cortándoles potencialidad anímica”, dado que en la concep-
las orejas para que los demás sepan que son ción yaqui las entidades son por sí mismas ani-
propiedad de alguien. Por ese motivo cuando los madas en una realidad suprema a la objetivada
chapayekas queman sus máscaras en Sábado de y a la material, aunque no tengan un sitio orgá-
Gloria se dice que “han sido cortadas su orejas” nico al cual animen. En ese sentido, son poten-
y están bajo el mandato de Dios. cialmente anímicas.
sinato, hambre, sed o ancianidad. Un yaquis consideran que los yoris no po-
yaqui la reconoce al momento de ser seen las mismas cualidades que los
visitado por los jiapsi de sus ancestros, yoeme, por tanto, contraer matrimonio
los chichi’ales, pequeñas aves, per- exogámico condena a la persona a per-
ceptibles sólo por el moribundo y por manecer en la tierra después de morir,
personas muy sensibles. Éstos le anti- convertida en cerdo y acompañada de
cipan que debe “recoger sus pasos”. Ya su descendencia. La pareja yori, en
no podrá “cruzar la línea”, “se apagó su cambio, toma su lugar en el teéka:
vela”, o “se rompió su hilo”. El jiapsi
recorre entonces los lugares frecuen- Rosaura se casó con un yori en contra
tados durante su estancia en el itom de los deseos de su abuela, por ese
ania y se aparece en los sueños de las motivo la abuela no ha querido reci-
personas con quienes creó lazos afec- birla en su casa y le ha amenazado
tuosos para despedirse. Durante el tra- con no heredarle sus tierras. Los veci-
bajo en campo recabé numerosos nos de la localidad respaldan la posi-
testimonios de estos avistamientos y ción de la anciana explicando que los
despedidas. Como ejemplo, un hombre yaquis son “cochis salvajes”, cerdos de
señala haber presenciado cuando los monte, una especie de pecaríes. Los
chichi’ales visitaron a una niña que yoris en cambio son cerdos domésti-
horas después murió en un hospital; cos. El cielo le pertenece a los “cochis
otro indica que el chichi’al de su mejor salvajes”. Cuando un yaqui contrae
amigo lo visitó en forma de pájaro días matrimonio con un yori éste entra al
después de morir en un accidente de cielo tomando el lugar del yaqui y los
tractor. hijos que procreen en pareja se que-
Las interdicciones, o prohibiciones,10 darán en la tierra con el traidor, sin
marcadas en la cultura yaqui para as- poder entrar al cielo y convertidos en
cender al teéka son seis: la exogamia, el cerdos domésticos. En la lógica yaqui
incesto, el suicidio, el ejercicio de la he- la pregunta es: “¿Si cambió el cielo por
chicería y la práctica de relaciones un cerdo, no venderá las tierras ya-
sexuales entre seres que representan quis por un hombre?”11
diferentes cualidades ontológicas Las
dos primeras previenen al jiapsi de
complementarse en una estructura 11
Diario de campo de la autora. En el regis-
corporal ajena al ecosistema del terri- tro de Ignaz Pfefferkorn también es posible ob-
torio yaqui. Dentro de esa lógica los servar la aversión de los indígenas sonorenses
por la carne de cerdo: “Lo que más gusta a los
sonoras es la carne, pero prefieren la de caballo
o mula sobre cualquier otra. Esta propensión es
10
“El interdicto es un generador de signifi- común a todos los indios de Sonora (con excep-
cados antes que un supresor de acciones, por ción de seris) y por otra tienen una aversión
ello está en la base de la cultura y es el dispositi- igualmente fuerte por la carne de puerco, prefie-
vo de la construcción del sujeto. En síntesis el ren sufrir hambres que probar de esta carne, sin
interdicto, puesto en el cuerpo, es el eslabón en- tener una razonable explicación por esta anti-
tre cultural y psique” (Aguado, 2008:91). patía” (Pfefferkorn, 2008: 189).
El incesto, considerado como la prác- encantos” que ofrece el yo’o ania (reino
tica de relaciones sexuales entre per- antiguo) para la obtención de dones.
sonas de parentesco sanguíneo y de Éstos deberían ser adquiridos de ma-
parentesco contraído —por padrinazgo nera legítima a través de los sueños,
y compadrazgo de bautismo—, conde- como narra un danzante:
na al destierro del yo’o ania tras la
muerte. El castigo es permanecer en el Gregorio: Sí, sueña uno con los mis-
mar, fuera de las fronteras de los ce- mos animales. Incluso me he soñado
rros Takalai, donde por la eternidad que estoy bien de la ropa, con panta-
adquirirán una corporeidad de hom- lón, pero bichi (desnudo) de camisa y
bre-pez o mujer-pez. camiseta, y he soñado que me han la-
Al suicida y al hechicero se les des- mido el cuerpo, pues. Qué me han
provee de la ritualidad mortuoria. En lamido hasta las chichis, las tetas, cómo
estos casos su jiapsi no integra los sím- lo quieras llamar. Te lamen todo. Y los
bolos identitarios que pudieron legiti- mismos maestros que tengo han soña-
mar la imagen corporal durante el do con eso. Y si tú no les tienes miedo,
ciclo de vida. El castigo será la indefi- ¡entonces ya! O sea que tú lo ganas. Lo
nición eterna. El suicida es arrojado al ganas al animal, pues. Eso es lo que
huya y el hechicero, tras ser quemado pasa. Y como te digo: muchos han tra-
vivo, a la sierra.12 tado de hacerlo, pero no han tenido
Las dos últimas interdicciones se- esos sueños. Pero ya después estás
ñalan normatividades sexuales para bailando venado, cuando ya están bai-
quienes detentan cargos rituales invo- lando venado, empiezan a soñar con
lucrados en transmutaciones ónticas: ellos, pero le tienen miedo. Le tienen
pascolas, Venados, músicos de Venado miedo por eso es que ya no lo vuelven a
y chapayekas. La búsqueda de singula- hacer. En los seños se asustan.
ridad magistral en la ejecución de la Ahora, estas fechas, de repente te
danza, conduce a algunos miembros salen esos sueños. Todos los que son
del oficio (pascolas, Venados y músi- pascolas. Todos los que son partici-
cos) a contactar corporalmente con “los pantes de una ramada tienen diferen-
tes sueños. Por ejemplo, el violinista y
el que toca el arpa, esos sueñan con ví-
12
Del mismo modo en el monte son enterra-
do los restos de quienes no han podido ser ple- boras, con culebras. Ellos me han pla-
namente identificados, tal es el caso de los ticado. La víbora te lame también todo
restos de los “guerreros yaquis”, devueltos por el el cuerpo, se anda enredando en tu
Museo de Historia Natural de Nueva York en
cuerpo, pero más en las manos, pero
noviembre de 2009 a la tribu yaqui. Las osa-
mentas no se depositaron en ninguno de los ahí, ellos, están soñando las cuerdas
panteones de los nueve pueblos, fueron coloca- de los violines, pues. Y luego el del
dos a las faldas del cerro Metetoma, al lado de los arpa. Y el venado, como te digo, es casi
llamados “Palacios”: muertos sin identidad, caí-
similar lo que sueño.
dos generalmente durante la guerra y cuyas
cualidades individuales de persona no están cla- Queta: Oye, ¿y los pascolas con
ramente identificadas. qué sueñan?
todos tomándola, reza por segunda Con la boda por la iglesia se adquie-
vez. Esta ocasión es una oración más re la tercera luz: ritual que marca el
breve […].17 paso a la “adultez”. Ser adulto, por tan-
to, no corresponde a la edad cronológi-
Con este ritual el jiapsi adquiere la ca, ni a los cambios físicos del cuerpo;
primera luz que guía su estancia en significa cumplir responsabilidades
la vida terrenal, a partir de entonces dentro de un matrimonio consagrado.
tiene derecho al camposanto al mo- Sólo los casados pueden desempeñar
mento de morir y es reconocido como cargos del gobierno tradicional y los
“niño” para sus rituales funerarios. En relacionados con la liturgia del catoli-
caso de fallecer a edad muy temprana, cismo yaqui. No cumplir este sacra-
se le confecciona el rosario (llamado mento, aunque se procreen hijos y se
también misterio) y la mortaja (ocho envejezca, indica que el jiapsi nunca
cordones atados a la cintura) con flores obtuvo la tercera luz para guiar su
de colores, generalmente en tonos cáli- vida. Será “niño” por la eternidad.
dos: rosa, azul o blanco, y se le cubre el Quien muere en esta condición es se-
cuerpo con flores de papel en diversos ñalado como parbuli, un calificativo
colores. Dado que en estas condiciones que refiere a la idea de un niño en-
la muerte se presenta en uno de los ex- cerrado en el cuerpo de un adulto. Sus
tremos de la edad cronológica, ello se rituales mortuorios tendrán carac-
indica en el atuendo con un trozo de terísticas similares a las de quienes
papel color rojo unido al rosario, mis- mueren como “niños”. En cambio,
mo que se coloca a los fallecidos de quien se desarrolló físicamente hasta
edad muy avanzada. adquirir rasgos corporales de adultez,
La segunda luz se obtiene con el pero no tuvo hijos, ni pareja, es consi-
bautismo del ceremonial católico hege- derado legítimamente “niño” al mo-
mónico. En él los padrinos de “echada mento de morir.
de agua”, ahora fungiendo como padri- Encontramos, entonces, distincio-
nos de pila, adjudican al niño un nom- nes importantes en “la evolución” del
bre para identificarlo socialmente en jiapsi, correspondientes a la dimen-
el itom ania, el cual casi siempre co- sión de luz adquirida por la persona en
rresponde al calendario santoral. Des- su ciclo de vida. La luz se interpreta
de ese momento el niño será también como capacidad de discernimiento. Los
un “angelito” y podrá participar de las jiapsi parbuli son concebidos como se-
ceremonias de la ritualidad católica res en oscuridad: no pueden observar
yaqui con cargos como “angelito” o “Ve- cabalmente “nuestro mundo”, ni pue-
rónica” en Semana Santa.18 den tomar decisiones conscientes, por
17
Vícam Estación, domingo 29 de marzo de males que pueden provocarle los chapayekas.
2009. Diario de campo de la autora. Las “Verónicas”, por su parte, son niñas encarga-
18
Durante la Semana Santa existen los car- das de limpiar el sudor a Jesús y que lo acompa-
gos de “angelito”, mismos que se encargan de ñan durante todos los viernes de la Cuaresma en
cuidar los altares y de proteger a Jesús de los las procesiones llamadas contis.
con los cuales puedan completar cuatro guo) y el itom ania (nuestro mundo), se
padrinos y cuatro madrinas, mismos vinculan a través de las mortajas, del
que se encargarán del difunto. Éstos se nombre secreto, del padrinazgo adqui-
dividen las tareas de preparación del rido y de los rituales mortuorios.
cadáver, del velorio, del sepelio, del no- La concepción sobre la muerte físi-
venario y de la fiesta o “cabo de año” ca en el itom ania no se agota con los
que se celebrará al muerto. También rituales mortuorios de cuerpo presente
de realizar estrictamente los rituales en la cultura yaqui. Desde que “un
que permitirán al jiapsi desprenderse adulto” es visitado por los chichi’ales
de itom ania. La ritualidad mortuoria de sus ancestros comienza a “recoger
asegura que el jiapsi lleve consigo las sus pasos” y trata de ordenar su in-
cualidades que adquirió durante su dumentaria para su sepelio. Durante
estado de corporeidad, simbolizándo- el velorio el maestro litúrgico anota el
los en la indumentaria. La solidaridad nombre del fallecido en el “libro de las
sincrónica se manifiesta en la colabo- ánimas”. Se trata de una pequeña li-
ración de los padrinos entre sí y con la breta que cada matrimonio manda a
familia a través de la cooperación mo- hacer con el maestro cuando padece
netaria, la participación ritual y las la primera muerte de un familiar. La
actividades de organización festiva. anotación va acompañada del nombre
Ésta se consagra con la adquisición de del fallecido, la condición en que murió
parentesco ritual entre los padrinos (como niño, parbuli o adulto) y los car-
del muerto y su familia. La solidari- gos que ocupó durante su vida. El pro-
dad diacrónica inter-dimensional se ceso de duelo abarca un año tras su
produce por el vínculo creado entre el muerte. En ese lapso la familia sus-
muerto y sus ocho padrinos, en donde pende su vida social y los rituales de
el jiapsi del acaecido funge como guía crisis vitales, hasta celebrar “el cabo de
de sus padrinos hacia el teéka. año” al final del ciclo. Sólo “los adultos”
Cada padrino debe amarrar una son festejados con “cabo de año”, pues se
mortaja a la cintura del cadáver, mis- considera que “los niños” y los parbuli,
ma que se compone de ocho cordones al no haber asumido responsabilida-
colocados por cada uno de los padrinos des en el transcurso de su vida, no de-
y madrinas. Por medio de ella el jiapsi jaron grandes duelos. A estos últimos
del ahijado los jalará al cielo cuando se les hace una “fiesta” durante el velo-
les toque morir. Además, tras el sepe- rio, sin provocar luto anual. La “fiesta
lio, los padrinos dan al jiapsi su propio de niño o de parbuli” y “el cabo de año”
nombre secreto. De este modo la enti- son similares, sólo divergen al final de
dad anímica lleva consigo 16 nombres la tercera noche. Inician con danzas de
con los que identificará a sus padrinos pascola y Venado, ejecutadas en una
cuando tenga que subirlos por medio ramada orientada al Este, hacia donde
de la mortaja. Es posible interpretar partirá el jiapsi. La cofradía religiosa
que las dimensiones que componen el del catolicismo yaqui realiza rezos y
mundo yaqui, el yo’o ania (reino anti- cánticos en latín, español y jiak. En el
Resumen: Las animitas son un ejemplo paradigmático de una práctica ciudadana y espontánea,
que en su manufactura y gestión escapa a los parámetros y herramientas actuales de planifica-
ción. Para sostener esta afirmación este artículo presenta un análisis conformado por tres casos
de intervención formal con respecto a estos pequeños edículos (Autopista Central, 2004-2005,
Memorial Calama, 2007, Campaña “Manéjate por la vida” de conaset, 2011). Utilizando los ante-
cedentes desarrollados, el artículo nos presenta un modelo de análisis polivalente de carácter
antropo-espacial para este tipo de prácticas urbanas, que podría permitir la inclusión de éstas en
la planificación urbana.
Palabras clave: animitas, hologramas de la muerte imprevista, dialécticas urbanas, muerte
trágica.
Abstract: Roadside shrines are a paradigmatic example of a popular, spontaneous practice which
eludes all parameters and tools of real planning in their construction and the steps leading up to
it. To support this statement, the article presents an analysis of three cases of formal intervention
in these tiny shrines (Central Freeway 2004-2005, Memorial Calama 2007, conaset “Driving for
Life” Campaign 2011). Based on precedents discussed, the article presents a polyvalent anthropo-
spatial model for analysis for this sort of urban practice, in which these shrines could perhaps be
included in urban planning.
Keywords: “animitas” (roadside shrines), holograms of unforeseen death, urban dialects, trag-
ic death.
L
as animitas, la mayoría de las
veces, son pequeños edículos de- 1
El culto a los muertos milagrosos en
dicados a quienes tuvieron una Hispanoamérica: la práctica de las animitas
encuentra prácticas homólogas en todo el conti-
muerte trágica acaecida en el espacio nente americano; en Argentina, según Coluccio
(2007), son denominadas capillitas, ermitas, ni-
*Doctor en desarrollo urbano y planeación, chos, santuarios; en Venezuela son conocidas
Université de Bretagne Occidentale, 2012. Lí- como “capillitas, ánimas” (Pollak-Eltz, 1989; Fi-
nea principal de investigación: arquitecturas nol, 2009; Franco, 2009); en Perú se denomina
informales, urbanismo participativo, religión “almas” al lugar donde alguien fue asesinado
popular, prácticas urbanas informales, antropo- (Plath, 1993), también se les dice “alma cruz”,
logía urbana. “tumbitas”, “nichitos”; en Paraguay y Colombia
49
Figura 2. Animita casita moderna presente en memorial de animitas de Calama (imagen del
autor).
no son una causa, sino más bien un sín- tas urbanas, cuyo argumento principal
toma de nuestra incompetencia para fue la descongestión vehicular:
construir ciudades” (Jacobs, 2011: 33), y
pareciera que urbanistas y planifica- Desde su origen el sistema de auto-
dores siguen cometiendo los mismos pistas ha sido sujeto de acaloradas
errores; un claro ejemplo de ello fue la polémicas, básicamente desde tres
construcción de autopistas urbanas en frentes. La primera, de índole econó-
la última década en Santiago de Chile. mica, discute el generoso subsidio que
La construcción de autopistas ur- el Estado estaría otorgando a las con-
banas está estrechamente asociada al cesionarias de las autopistas para
desarrollo económico de las ciudades garantizar la rentabilidad del nego-
globales (Sassen, 1999), pero no a su cio. La segunda, desde la perspectiva
desarrollo cualitativo micro-escalar, de la ingeniería de transporte, cues-
que permite el desarrollo de prácticas tiona la efectividad de abordar el pro-
urbanas particulares y heterogéneas, blema de la congestión vehicular a
pues estas carreteras de alta velocidad través de la construcción de autopis-
se insertan en un sistema global don- tas. Y la tercera, de índole urbano-ar-
de las ciudades compiten por atraer quitectónica, objeta el efecto que
mano de obra calificada, la que Ri- estas infraestructuras tendrán sobre
chard Florida (2002) denominara “clase los barrios y lugares que atraviesan
creativa”. Esta concentración cultural (Greene y Mora, 2005: 56).
ha tendido a homogeneizar el perfil so-
cial de un gran sector de los habitantes Esta red de autopistas posee una ex-
de la ciudad, homogeneizando los pai- tensión de 215 km; está dividida en seis
sajes urbanos ofertados. “La atracción vías concesionadas que cruzan la ciu-
de las jóvenes capas medias y altas se dad en sentido norte-sur (Autopista
convierte así en el elemento central de Central) y oriente-poniente (Costanera
las políticas urbanas, que dan prioridad Norte) al tiempo de estar conectadas
al desarrollo de las calidades de vida, por la circunvalación Américo Vespucio.
los equipamientos educativos, la cultu- Las infraestructuras viales de la ciu-
ra, el ocio y la propia imagen de la ciu- dad contemporánea crean complejos
dad” (Ascher, 2004: 48). sistemas continuos que reorganizan las
En países como Chile, donde la ca- movilidades y los intercambios, pero
pital (Santiago) centraliza de forma también estandarizan el paisaje y de-
cada vez más aguda el capital humano gradan las prácticas sociales-urbanas,
mejor calificado, la expansión territo- que Michel de Certeau (1990) deno-
rial genera distancias y congestiones minaba “prácticas microbianas”. Las
vehiculares que se hacen cada vez más autopistas cercenan la trama urbana,
insostenibles e incontrolables. En este desvinculando las relaciones inter-ba-
marco de descontrol urbano-territorial rriales y aumentando las segregaciones
centralizado, el Estado decidió desar- socio-espaciales. “Las personas que
rollar en Santiago una red de autopis- circulen por el sistema de autopistas
Figura 6. Animita estándar y animita construida por los practicantes (imagen del autor).
nufacturada por sus propios usuarios expedita, la división Codelco Norte pro-
(75 dólares), y sin duda habría implica- puso trasladar dicho camino a una po-
do que el paisaje de la Autopista Cen- sición más al oeste, desvío que tomará
tral no habría sido tan monótono. el nombre de ruta B-24.
La construcción estandarizada de En la antigua ruta Calama-Chu-
las animitas de la Autopista Central es quicamata se encontraban 55 animi-
el eufemismo de un nihilismo paisajís- tas, y ante la demolición de la antigua
tico, pues los actores que gestionaron ruta se veían amenazadas, por ello el
el proyecto no decodificaron el profun- sindicato de trabajadores de la mina
do sentido que se esconde tras la ima- solicitó a la dirección de la división
gen de la animita y sólo se sustentaron Codelco Norte la protección, traslado y
en una constatación superficial, “pues construcción de un espacio conmemo-
la imagen no dice todo acerca de la ciu- rativo de carácter colectivo donde pu-
dad sobre la que se habla. Es en este diesen disponerse las 55 animitas en
punto en donde los imaginarios socia- cuestión, y de ese modo asegurar su
les le dan complejidad al tema” (Laca- permanencia.
rrieu, 2007: 54). Además de ser objetos Atendiendo a la solicitud de sus tra-
orgánicos que cambian al pasar del bajadores, la división Codelco Norte
tiempo, las animitas son también cata- decidió realizar un levantamiento geo-
lizadores socio-emocionales y son la referencial de estos pequeños cenota-
base de diversas relaciones socio-an- fios populares, y de este modo constatar
tropológicas (Ojeda y Torres, 2011). la envergadura e importancia de éstas.
Al analizar los datos obtenidos, pudi-
MEMORIAL DE ANIMITAS RUTA B-24, mos constatar que la animita más anti-
CALAMA, CHILE gua databa del año 1933, y la más
reciente de 2007, poniendo de manifies-
En el proceso de la presente investiga- to su continuidad, longevidad e impor-
ción se suscitó una especial atención tancia.
hacia las políticas de rescate y despla- Luego del reporte preliminar, la di-
zamiento que tuvo la división Codelco rección Codelco Norte decidió realizar
Norte, al construir un memorial dedi- el estudio y diseño de un memorial por
cado a las animitas que estaban pre- el desvío de la ruta B-24, cuyo objetivo
sentes en la ruta que unía Calama con final fuese crear un sitio simbólico
Chuquicamata. para conmemorar a todos los difuntos.
Con vistas a ampliar la explotación Codelco Norte encargó dicho estudio y
cuprífera, Codelco Norte decidió au- diseño del memorial para los difuntos
mentar la explotación de la mina “Mi- celebrados en las animitas, a la empre-
nistro Hales”. El ámbito de prospección sa proyectista Metaproject.
de la mina en cuestión se superponía a Los arquitectos para emplazar el
la ruta que unía Chuquicamata con Ca- proyecto utilizaron cinco criterios: 1)
lama; por ello, y con la finalidad de ase- accesibilidad y ubicación, por lo que el
gurar una exploración más segura y memorial debía estar emplazado en
las carreteras las animitas se aprecian ción. Es decir el impacto social y urbano
con mayor claridad y en la ciudad sue- de estas animitas tiene un nivel mu-
len incrustarse o mimetizarse con sus cho menor al de las verdaderas animi-
entornos (Lira, 2002). Otro aspecto que tas, ya que las animitas estándar se
suscita una especial atención son los emplazaron en todo el eje de la línea 1
lugares elegidos para disponer las 500 del Metro de Santiago, concentrando
animitas, lo cual podría resumirse al la mayor cantidad de ellas en tres co-
Eje Poniente-Oriente de Santiago, reve- munas (Santiago Centro, Providencia
lando que la intervención se centró en y Las Condes), que por lo demás son
la red vial de los principales transpor- las que menos animitas reales presen-
tes urbanos (Metro y Transantiago). tan. Esta diferencia revela una visión
La territorialidad de la intervención superficial y poco informada de cómo
urbana realizada por Conaset dista los ciudadanos practican, habitan, in-
enormemente de la territorialidad tervienen e imaginan la ciudad en que
practicada por los ciudadanos que visi- viven.
tan, mantienen y cuidan las animitas, Consideramos negativa la utiliza-
pues si superponemos el catastro de ción de la imagen de la animita para
animitas de Santiago realizado por este tipo de campañas, pues se corre el
Magín Moscheni (2008) con el catastro riesgo de banalizarlas y estandarizar-
de las animitas estándar del Conaset, las, lo que atentaría con la perennidad
no encontramos ningún tipo de rela- de este patrimonio cultural (material e
ñala que “el imaginario urbano consti- animitas como sujetos, como objetos,
tuye una dimensión por medio de la como lugares y/o referencias geográfi-
cual los distintos habitantes de una cas e hitos urbanos; esta polivalencia
ciudad representan, significan y dan es su mayor riqueza pero también su
sentido a sus distintas prácticas co- mayor dificultad, pues no se puede
tidianas en el acto de habitar”, y por comprender la práctica de las animitas
ello son parte constitutiva esencial de desde la parcialidad del objeto, del su-
los imaginarios urbanos que poseen los jeto o del lugar, se requiere una com-
chilenos. prensión que complemente dichas
Las entrevistas revelaron que mu- nociones, se requiere de una compren-
chos de ellos utilizan y entienden las sión multi-escalar.
vez se subdividen en tres manifesta- to, Valparaíso; 2007 Juan Pablo II,
ciones complementarias. Viña del Mar; Gauchito Gil Ruta-68,
La estructura tripartita de la ani- Difunta Correa 1 San Antonio, Difunta
mita como objeto consta de una clasifi- Correa 2 San Antonio).
cación de ocho arquetipos, una noción 1) Estética de la animita (observa-
estética y el proceso de construcción fa- ción pasiva); 2) construcción de la ani-
miliar de la animita. La estructura mita (entrevistas-observación directa);
tripartita de la animita como sujeto se 3) arquetipos de la animita (fotogra-
compone del escenario de muerte trá- fía); 4) escenarios de la muerte trágica
gica, la economía espiritual desplega- (entrevistas); 5) transfiguración del
da en la práctica, y del perfil social de sujeto animita (entrevistas-obser-
la animita después de morir. Final- vación pasiva y directa); 6) economía
mente, la estructura tripartita de la espiritual (entrevistas-observación di-
animita como lugar se manifiesta en recta); 7) etapas espirituales de las
las cinco etapas espirituales que deter- animitas (entrevistas- observación di-
minan el crecimiento de la animita recta); 8) colectividad de la animita
como lugar, la territorialidad de la ani- (observación directa); 9) imaginario
mita, y la tectónica y estereotomía de urbano de la animita (entrevistas); 10)
la animita y su adherencia urbana adherencia urbana (cartografías-levan-
(Ojeda y Torres, 2011). tamiento planimétrico); 11) el espacio
A continuación presentamos los 11 (estructural) tectónico/estereotómico de
criterios del esquema de análisis poli- las animitas (observación pasiva-levan-
valente que aplicamos a 23 animitas tamiento planimétrico).
milagrosas de la región de Valparaíso, Las cifras que arrojó el esquema re-
con sus respectivas herramientas de velan que prevalecería la estética popu-
análisis (1907 Emile Dubois, Valparaí- lar (21) y la religiosa (23), fantasía (10)
so; 1931 Animita de Colón, Valparaíso; sobre las otras posibilidades; en cuanto
1938 Rosita, Valparaíso; 1942 N.N. Su- a la construcción prevalece la colectiva
bida Portales, Valparaíso; 1949 Virgen (15) sobre la familiar (8); los arquetipos
de la Cantera, Valparaíso; 1951 N.N. más comunes son las orgánicas (18) y
Cerro Larraín, Valparaíso; 1954 Isoli- las casas tradicionales (17), donde la
na del Carmen Castillo, Viña del Mar; mayoría son híbridas (17) y monumen-
1962 N.N. Caleta El Membrillo, Valpa- tales (11). El escenario de muerte trá-
raíso; 1992 Reinaldo, Valparaíso; 1994 gica más común es el de la muerte y
Ita, Viña del Mar; 1995 Palmira, Val- tragedia (21) sobrepasando la muerte
paraíso; 1997 El negro de los tarros, por la justicia (1) y por violencia (2), lo
Con-Con; 1999 Sergio Ricardo Roa Le- cual tiene como consecuencia que la
caros, Valparaíso; 2000 Johnny, Valpa- transfiguración más común sea la de
raíso; 2003 Melany, Melanita, Viña del la persona común (15) y la persona ex-
Mar; 2003 Margarita, Valparaíso; 2005 cepcional (7), el caso de los delincuentes
Fabián, Fabiancito, Valparaíso; 2005 Ma- o pecadores (1) es excepcional. Todas
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Resumen: Muchos aspectos del ritual continúan siendo objeto de debate en antropología, confron-
tando diversas corrientes y autores, pese a ello, hay un punto en el que al parecer todos coinciden:
el ritual expresa, comunica y refleja la identidad de los grupos sociales que lo realizan. En este
artículo se reflexiona sobre el carácter problemático de este supuesto a través del caso de las pas-
torelas que se realizan en el territorio purépecha. Asumiendo que de cualquier modo no podemos
evitar recurrir a la noción de identidad, el texto nos plantea que en la pastorela no está implicada
una identidad sino una variedad de identidades. Éstas no son simple expresión o reflejo de la
identidad tal como se siente o se concibe en la vida ordinaria. En la pastorela las identidades se
presentan de manera inhabitual: se afirman y al mismo tiempo se niegan. Para ello la autora
hace una revisión crítica de las teorías clásicas del ritual y construye un enfoque alternativo.
Palabras clave: identidad, ritual, pastorela, purépechas.
Abstract: Many aspects of rituals are still the focus of debate in Anthropology, pitting diverse
schools of thought and authors in direct confrontation one with another. However, there is conver-
gence among them that rituals express, communicate, and reflect the identity of the social groups
who perform these rituals. This article reflects on the problematical character of this assumption
by examining Christmas plays carried out in the Purépechan area. Given that the idea of identity
cannot be overlooked, the text points out not one, but several identities are involved in these
Christmas plays. They are not simple expressions or reflections of identity as perceived in ordi-
nary life. In Christmas plays identities are presented in unusual ways: they are affirmed at the
same time they are negated. For this purpose the author undertakes a critical review of classic
theories of ritual and builds an alternative perspective.
Keywords: Identity, ritual, Christmas play (“pastorela”), Purépechas.
L
a pastorela es una modalidad de remite, en principio, a un pasaje evan-
narrativa y de ejecución corpo- gélico en el cual se narran las vicisitu-
ral —o, para darse a entender des de los pastores en su afán de
rápidamente, digamos que es un tipo venerar el nacimiento de Jesucristo.
En un sentido, podría decirse que la
*Doctora en artes, filosofía y estética por la
Universidad de París 8. Especialidad en etnoes-
pastorela es una representación vi-
cenología. Profesora-investigadora de El Cole- viente de los nacimientos que en Méxi-
gio de Michoacán. co se acostumbra instalar durante la
75
Navidad. Sin embargo, tanto éstos pués de la Navidad, habría que tener
como el pasaje evangélico suelen adqui- en cuenta que cada poblado ha puesto
rir una variedad de formas según el el acento en una de las etapas o situa-
contexto social y cultural donde se rea- ciones asociadas al nacimiento del Niño
liza. Así, por ejemplo, las pastorelas del Dios. Acontecimiento que, pese a la di-
medio rural e indígena se distinguen versidad formal, constituye el punto
claramente respecto de las que se pre- unificador —vinculado estrechamente
sentan en contextos urbanos. En es- con la figura del diablo y a la del án-
tos últimos, la pastorela se asocia con gel— de este tipo de escenificaciones. A
los festejos navideños, por lo que resul- este respecto, si en algunos poblados
taría inconcebible realizarla en otra consideran más importante el día del
época del año. En cambio, en el medio nacimiento del Niño Dios, otros en
rural e indígena, pueden realizarse en el cambio otorgan mayor relevancia a la
mes de febrero, marzo e incluso en cual- visita de los Reyes Magos, mientras
quier otro momento del año. otros enfatizan el día en que el niño
Las pastorelas en el medio rural Jesús fue presentado al templo, otros
pueden formar parte de las fiestas del remontan hasta el día en que fue con-
ciclo de vida —bodas y bautizos—1 o cebido.3 De ahí que las pastorelas pue-
bien de celebraciones de carácter cívico dan realizarse desde diciembre hasta
—la visita de un funcionario—, y de marzo e incluso en julio y agosto. Ha-
festividades en que lo religioso, lo civil bría que considerar también que, en
—o cívico— y la reivindicación étnica algunas regiones, la presentación prin-
se imbrican, como por ejemplo el Año cipal de la pastorela se rige por un sis-
Nuevo purépecha.2 De modo que prác- tema de rotación que involucra a varios
ticamente cualquier ocasión festiva es poblados dentro de una región. En la
propicia para ver y realizar una pasto- zona lacustre de Michoacán, por ejem-
rela. Para entender por qué se siguen plo, la pastorela —al igual que la fies-
llevando a cabo en el medio rural des- ta del Corpus Christi o chananskua
(Castilleja, 2004) sigue un circuito de
1
En julio de 2010, en Huétamo, Michoacán, presentaciones: primero en un pobla-
se realizó una pastorela como parte de la cele- do el 24 de diciembre, luego en otro el
bración de una boda (Gabriela Zamorano, comu-
nicación personal).
6 de enero, y así sucesivamente, hasta
2
En el marco del programa de celebraciones culminar en Tócuaro el 4 o 5 de febre-
del Año Nuevo purépecha que se llevó a cabo en ro, cerrando el circuito. De este modo
Chilchota en febrero de 2008, se presentó un se crean las condiciones para que las
segmento —el diálogo entre los luzbeles y el ar-
cángel Miguel— de la pastorela que, no obstan-
personas que habitan en un poblado
te, se realiza de manera tradicional en diciembre
en Comachuén. Mientras en el Año Nuevo puré- 3
Es el caso de Santo Domingo, zona media
pecha que tuvo lugar en Jarácuaro, en febrero de de San Luis Potosí, en el que la presentación
2011, se presentó una pastorela que, como se in- principal tiene lugar el 18 de marzo debido a
dica en el programa es “danza representativa” que es el día en que el Niño Dios debió ser conce-
de la comunidad de Tsurumuta y de la región bido, por lógica, nueve meses antes del 24 de di-
lacustre. ciembre (García Lam, 2009).
participen en las pastorelas de los po- que no exclusivo, ya que por lo común
blados circunvecinos, reforzando así entra en juego una multiplicidad de re-
los lazos de intercambio y reciproci- ferentes— el nacimiento de Jesucristo.
dad entre ellos.
Si consideramos al conjunto de po- ALGUNAS INTERROGANTES
blados rurales e indígenas donde las
pastorelas se llevan a cabo, año con año El propósito principal de este artículo
y de manera tradicional —involucran- es presentar los avances de una inves-
do a por lo menos tres generaciones de tigación en curso sobre las pastorelas
participantes— abarcaríamos una ex- que se realizan en el territorio purépe-
tensísima área geográfica. Tendríamos cha de Michoacán. En esta ocasión
que ampliar la mirada hacia el norte, centraré el análisis en la identidad o,
desde Nuevo México, Texas, Colorado, más precisamente, las identidades. Un
Arizona y California, e igualmente ha- postulado que —como veremos más
cia el sur hasta Honduras y Nicaragua; adelante— ha sido muy influyente en
en México, desde Yucatán y Oaxaca antropología, según el cual los rituales
hasta Nuevo León y Sinaloa pasando dicen y/o dan a ver lo que es un deter-
por Colima, Jalisco, Michoacán, Gua- minado grupo social, resulta, en un
najuato, Zacatecas y San Luis Potosí primer momento, muy sugerente e in-
(León, 1906; Cole, 1907; Robe, 1954; Ro- negable. Los rituales son una pantalla
mero Salinas, 1984; Sabido, 2000; Ara- en la que los grupos sociales se reflejan
cil et al., 2004; García Lam, 2009; tal como son, o tal como se conciben a
Albalá, 2002; Camacho, 2004). sí mismos y desean ser vistos por otros.
Pese a la variedad de formas que Pensándolo más detenidamente, surge
adquieren los escenarios, los persona- una serie de interrogantes: ¿por qué
jes, el vestuario y los objetos escénicos, para comunicar sobre su identidad las
podemos distinguir una pastorela por personas tendrían que recurrir a un
la presencia de dos personajes: el dia- medio tan complicado y que exige tan-
blo y el ángel. Éstos encarnan dos de to esfuerzo como el lenguaje corporal?
los valores fundamentales del ser hu- ¿Por qué no utilizarían medios que
mano: el bien y el mal o, para ser más resultan más directos y eficaces en
precisos en lo que concierne a los puré- términos de información y de comuni-
pechas, lo bueno y lo no-bueno, que en cación? Tratando de aplicar este postu-
idioma vernáculo se expresan con las lado para explicar lo que sucede en las
expresiones ampakiti y no ampakiti. pastorelas que se realizan en el área
Esta última palabra se usa también bajo estudio, surgen otras preguntas:
para referirse al diablo. Además, sabe- ¿si la intención es expresar la identi-
mos que se trata de una pastorela —y dad purépecha, qué vienen a hacer
no de un carnaval o de otro evento en personajes tales como los rancheros,
el que también aparece el diablo— por- los luzbeles y los diablos? ¿Si de lo que
que la lucha entre el diablo y el ángel se trata es de decir y mostrar la identi-
tiene como referente principal —aun- dad de los purépechas, por qué se ha-
cen pasar por rancheros —se visten y una cualidad a otra. En un segundo
se comportan como mestizos o blancos momento expondremos los argumen-
ganaderos, adoptan sus valores cultu- tos de una revisión crítica de las con-
rales y sociales— en el curso de la pas- cepciones de la identidad y de los
torela? Es reveladora a este respecto la enfoques antropológicos, que ven sig-
elocución de uno de los personajes: “Soy nos de ésta en el ritual. Por último ob-
ranchera de las buenas, ranchera ori- servaremos cómo se ponen en marcha,
ginal. Y toda mi descendencia, ranche- cómo se actúan las identidades en la
ros para adular” 4. Si el ritual expresa pastorela.
la cosmovisión de los purépechas, ¿por
qué la pastorela tiene como referente ¿ACASO LAS PASTORELAS TENDRÍAN
un pasaje evangélico que proviene pre- UNA IDENTIDAD?
cisamente de una cosmovisión impues-
ta por los españoles? ¿Por qué en la En los últimos años, con el auge de los
pastorela las identidades, étnica y de movimientos de reivindicación étnica y
género tienen que presentarse de ma- de la aparición de un sector social lla-
nera inhabitual? Me refiero, por ejem- mado intelectuales purépechas, se ma-
plo, a los aspectos siguientes: una nifiesta a la vez una tendencia, casi
afirmación de identidad es al mismo generalizada, a poner el calificativo de
tiempo testimonio de diferencia, una purépecha a buena parte de las prác-
expresión de halago es al mismo tiem- ticas sociales y/o culturales que se lle-
po burla, la de autoridad es sumisión, van a cabo en la región donde habita
provocando un efecto de contradicción. el grupo étnico en cuestión. Así, por
Así, por ejemplo, en su actuación los ejemplo, se han vuelto recurrentes ex-
rancheros unen identidades que en la presiones como “Corpus Cristi purépe-
vida ordinaria resultan incompatibles: cha”, “Carnaval purépecha” o “Pastorela
ser indígena y a la vez ranchero, ser purépecha”. La lógica de razonamiento
una mujer liberada y a la vez sumisa y que subyace a esta adjetivación sería
recatada, refrendar reconocimiento al más o menos la siguiente: la identidad
gobierno y al mismo tiempo culparlo es algo, un núcleo duro, una esencia,
de los males que soporta el ranchero. una cosa, que las personas tienen o de-
Cabe preguntarse, en fin, si acaso mos- ben tener; los purépechas tienen o
trar signos de etnicidad o reafirmar la deben tener una identidad, todo lo que
identidad étnica sería la única, o siquie- ellos hacen es por tanto purépecha, ya
ra la principal, finalidad de la pastorela. que esa esencia se plasma tal cual en
Para responder a estas interrogantes todo lo que ellos hacen. No es de sor-
primero haremos una exploración a tra- prender que asuman la idea, que revi-
vés del espacio y del tiempo para obser- saremos más adelante, según la cual los
var cómo la pastorela ha transitado de rituales expresan o comunican la iden-
tidad de los grupos que los realizan.
4
Notas de mi Diario de campo, Comachuen Esta tendencia a la “purepechización”
24 de diciembre de 2011. de prácticamente todo incurre en una
luzbeles y sin la danza de los cientos de rural antes que en zonas urbanas. Esto
diablos menores. A partir de esta ob- se explica por el hecho de que con fre-
servación se puede plantear la siguien- cuencia las zonas rurales quedaron
te hipótesis: si bien es cierto que la fuera de un estrecho control colonial.7
serie de obras con el tema de los Reyes
Magos, impulsada por los francisca- TRANSITAR HACIA EL TERRITORIO
nos durante el siglo xvi (El coloquio de PURÉPECHA
los pastores de Sinaloa, 1596; El ofreci-
miento de los Reyes, Tlaxcala, 1535 o Desde el estudio pionero de Stanley L.
1536; La adoración de los Reyes ¿1760? Robe, Coloquio de pastores from Jalis-
y La comedia de los Reyes, Tlatelolco, co (1954), las investigaciones sobre la
1607) no es la fuente directa de las pas- pastorela se han concentrado particu-
torelas que se realizan actualmente en larmente en dicho estado. Así lo indica
el medio rural, es probable que sí lo la cantidad —considerablemente más
fueran obras con otros temas e impul- extensa comparada con la relativa a
sadas por los franciscanos mismos. Me otros estados— de obras publicadas
refiero a las obras en que de algún modo sobre las pastorelas de Jalisco (Alba,
se representó al diablo. Dicho lo cual, es 1978; Sánchez Olmedo, 1993; Cama-
preciso reconocer que en esta serie do- cho, 2004, De Híjar Ornelas, 2008). Ha-
cumentada por Horcasitas (1974: 247- ciendo una revisión bibliográfica, así
33), en por lo menos tres obras, pese a sea somera, se puede constatar que
que el tema principal es la visita de los
Reyes y éstos los personajes centrales, 7
Debemos tener en cuenta que incluso en los
aparece ya el diablo. Tales obras son: periodos en que se intentó ejercer un control ab-
Los tres Reyes de Cuernavaca, 1535- soluto sobre prácticas consideradas como heréti-
1540; El auto de los Reyes Magos de cas, paganas, supersticiosas o idolátricas —que
Tlaxomulco, 1578 y La lucha entre san llegaron a ser calificadas y aún hoy en día, mani-
festaciones de culto al diablo—, como por ejem-
Miguel y Lucifer, Zapotlán, 1578. Las plo durante la Inquisición, las zonas rurales
dos últimas presentan rasgos que per- quedaron al margen. Así por ejemplo, Del Pino
duran en las pastorelas de la región sostiene, siguiendo a otros autores que han apor-
purépecha. Más adelante abundaré al tado pruebas fehacientes, que “los indios no estu-
vieran [estuvieron] finalmente sujetos al control
respecto. inquisitorial”. La lógica de razonamiento que
Para finalizar este apartado, y por sustenta esta interpretación se argumenta de
cuestiones de espacio, nos limitaremos este modo: “Algunos han relacionado de modo
tan sólo a mencionar el transitar de lo enfático la no injerencia inquisitorial directa en
el tema indiano con un concepto ‘paternalista’ de
rural a lo urbano, sobre el cual habría los españoles hacia los indios, creyéndolos inca-
que profundizar en futuros trabajos. paces de herejía o irresponsables de ella, en defi-
Podríamos suponer que como el teatro nitiva ‘menores de edad’ desde el punto de vista
es un fenómeno urbano, así también la religioso. Evidentemente hay argumentos para
sostener esta opinión incluso desde el punto de
pastorela. Pero, por sorprendente que vista jurídico (Juan Solórzano y La Nueva Reco-
parezca, en México las pastorelas se pilación indiana) y muchos religiosos argumen-
arraigan y se desarrollan en el medio taban de esta manera” (Del Pino, 2004: 284).
purépecha son habladas en español. A (Nava, 2001). Sin duda estos trabajos
través de la expresión lingüística plas- son una invaluable contribución, pero
mada en los libretos, se trata de remon- el conocimiento de las pastorelas de los
tar al origen e identificar la evolución purépechas se ha construido sobre la
de la pastorela mexicana y la de los pu- base de la expresión verbal en de-
répechas en particular (Aracil, 2004), o trimento de las dimensiones de lo no-
bien se intenta reconstituir aspectos de verbal, lo corporal, los elementos
la cultura y de las relaciones sociales escenográficos, el vestuario, los univer-
de los tarascos y de los purépechas sos sonoros, la música, la coreografía,
ACTUANDO IDENTIDADES
Figura 4. Rancheras: pastorela de Turícuaro, 2012 (fotografía de Juan José Estrada Serafín).
personajes, los rancheros hacen comen- pan o adultera la leche, tal muchacho
tarios sobre cuestiones de la vida dia- que se fue “al otro lado” y tantos otros
ria, más que nada aludiendo a aspectos migrantes que ya regresaron al pueblo.
materiales: la posesión de grandes ex- La tercera secuencia es la que mar-
tensiones de tierra para el cultivo o la ca el final del evento llamado pastore-
crianza de animales, el carácter lujoso la; en algunos lugares se conoce como
de las cosas que tienen, la belleza, ho- danza de los diablos. En efecto, ésta
nestidad y rectitud de su esposa o es- consiste por lo esencial en que apare-
poso. Por momentos, esta ostentación cen decenas e incluso cientos de dia-
de riquezas se intercala con referen- blos cobrando una variedad de formas:
cias a los acontecimientos: la actuali- una máscara que claramente remite a
dad, como por ejemplo, el atentado del los políticos del momento, por ejemplo
11 de septiembre en Estados Unidos, algunos ex presidentes como Salinas o
el fraude electoral en México, etcétera. Fox; o bien a algunos militares o nar-
También remiten directamente a la ac- cos, personajes sacados de programas
tualidad local, como por ejemplo tal se- de televisión, artistas, etcétera. Estos
ñor que en su tienda vende más caro el diablos menores no hablan, simple-
mente bailan y brincan por las calles, sionantes máscaras o los misteriosos
la plaza o cualquier lugar del poblado. velos. En principio nadie debe saber
Por momentos emiten sonidos gutura- quién es el actor que encarna a tan te-
les que semejan bramidos. De hecho, rribles personajes. En cambio, la iden-
algunos parecen encarnar a ciertos tidad de quienes interpretan a los
animales (perro, toro, vaca, víbora) o al rancheros queda al descubierto ante la
diablo cuando cobra el disfraz de algún mirada del público. Por ello, ante estos
animal. Los diablos menores también actos no resulta convincente una inter-
parecen poner en duda la identidad, pretación en el sentido de visibiliza-
pero se interrogan acerca de quiénes ción de lo que la persona o el grupo es:
son los otros: los políticos, los anima- asistimos a un juego entreverado don-
les de la naturaleza o el diablo mismo. de unos actores se dan a ver, otros se
Es interesante observar, además, hacen visibles y a la vez se ocultan.
que quienes interpretan a los luzbeles Estas observaciones etnográficas
y a los diablos menores mantienen su nos conducen de vuelta a las pregun-
identidad oculta detrás de las impre- tas planteadas al comenzar este ar-
ria, resolviendo así los conflictos que ritual (Díaz Cruz, 2004: 410). No so-
genera la confusión de dichos papeles, lamente sigue predominando este tipo
y con ello la disolución de los lazos so- de lógicas en las interpretaciones de
ciales. Por su parte, Turner sostiene la identidad étnica en México, sino de la
que “es a través de las performances identidad regional en otras áreas geo-
rituales y teatrales que las culturas se gráficas, tal como se evidencia en la si-
expresan de manera más contundente guiente cita, que hace referencia a la
sobre sí mismas y adquieren concien- fiesta de la que el ritual es parte consti-
cia de sí mismas” (citado en Goody, tutiva:
1999: 147). En fin, más recientemente
se acuñó la expresión “ceremonia defi- […] un agregado social entra en con-
nicional” para referirse a un tipo de tacto con las fuentes últimas de su
ceremonia en la que “los grupos socia- identidad y reconstituye la experien-
les se dan a ver tal como son o como cia de comunidad imaginada mediante
desean ser vistos por los otros” (Díaz la actuación de grupos específicos
Cruz, 2004: 411). Así, dado que los gru- como agentes del ritual festivo. Evi-
pos sociales se representan o se ponen denciando y exaltando identidades y
en escena a sí mismos por medios ri- religación, contribuye a la toma de
tuales, el ritual sería una expresión de conciencia y a la creación de identi-
la identidad colectiva. O bien, puesto dad colectiva […] Potencial que no ha
que los grupos sociales se dan a ver tal perdido en las sociedades multicultu-
como son o tal como desean ser consi- rales y globalizadas de la modernidad
derados por los otros, el ritual es una tardía, ya que vehicula la expresión
pantalla transparente, un espejo en el de identidades heteróclitas (Homobo-
que se reflejaría la identidad colectiva. no, 2004: 33).
Numerosos estudios actuales inten-
tan situarse en esta línea, en ocasiones Al respecto, cabe subrayar el cuestiona-
simplificando y reduciendo demasia- miento que dirige Díaz Cruz a las citas
do aquellas interpretaciones de los que él retoma, poniendo en relieve, ade-
clásicos, tal como en las citas que Díaz más de la reificación en que incurren,
Cruz retomó de los estudios antropo- el hecho de que no aportan pruebas so-
lógicos actuales en México, por resul- bre cómo es que el ritual (o incluso el
tar “axiomáticas y representativas de ciclo ritual anual) puede expresar la
la continuidad hasta nuestros días del enorme complejidad de la cosmovisión
paradigma del Aleph”. Tales citas afir- del mundo, según se trate de la inter-
man que “en las prácticas rituales se pretación de un adepto o no […] cómo
expresan las ideas que (los yaquis y es que los rituales podrían garantizar
los mayos) tienen del orden y del por ellos mismos y por la efervescencia
mundo”; “estos rituales representan que suponen la identidad colectiva y la
la cosmovisión del grupo”; “la identi- unidad social, o mediatizar los conflic-
dad colectiva de la comunidad está ga- tos que son de naturaleza estructural
rantizada por la celebración de este (Díaz Cruz, 2004: 410).
de ganadero no tiene nada. Lo único das del ritual como una especie de
que tiene es un montón de deudas por cascarón vacío —en el que se depositan
parrandero y jugador. Es un manteni- signos, rasgos o testimonios de identi-
do, bueno para nada, que lo único que dad—, se revelan limitantes para dar
hace todo el día es rascarse la panza. cuenta de la pastorela y no solamente
de las que se realizan en la región pu-
Como se puede constatar, en esta se- répecha. Sin embargo, tampoco basta
cuencia no solamente se actúa un tipo con establecer que las identidades son
de relación, sino además que hay una múltiples, fragmentadas y fluidas. Por
condensación de varias relaciones no- sugerente que resulte, esta concepción
minalmente incompatibles o contra- de identidad no resuelve el problema.
dictorias: se actúan las relaciones Intentamos hacer una aproximación
entre grupos étnicos y gobierno, hom- apoyándonos de una propuesta alter-
bres y mujeres, hombres y animales. nativa. No obstante, para demostrar su
Es este aspecto de condensación que validez se requiere continuar explo-
los estudios clásicos del ritual, y prin- rando a mayor profundidad otras di-
cipalmente del carnaval, dejaron de mensiones, por ejemplo la experiencia
lado. Y no obstante, como han demos- de los intérpretes y los efectos de la ac-
trado Houseman y Severi (1994), la tuación de las identidades en la vida
especificidad del ritual es condensar ordinaria.
modalidades de relación ordinaria-
mente incompatibles. En la secuencia BIBLIOGRAFÍA
que vengo comentando: la relación en-
tre hombres y mujeres, hombres y ani- albalá, Paloma (2002), “Sobre la pastorela:
males. Así, por ejemplo, el secreto del a propósito de una canción navideña
marido se revela en la vida ordinaria, española en las Islas Marianas”, Revis-
se muestra como alguien que tiene éxi- ta de Literatura, vol. LXIV, núm. 128,
to y muchas riquezas pero su esposa lo pp. 365-384.
descubre de otra manera. amós maRtínez, Jorge (2001), “‘¡Ese negro
ni necesita máscara!’ Danzas de ‘negri-
CONCLUSIÓN tos’ en cuatro pueblos de Michoacán.
Historia Tradición y corporeidad”, tesis
Las pastorelas que se realizan en la de maestría, Zamora, El Colegio de Mi-
región purépecha revisten un interés choacán.
particular para la reflexión sobre la aRacil vaRón, Beatriz (2004), “Pastorelas
problemática de la identidad implica- tradicionales indígenas en el siglo xix”,
da en los rituales. Planteamos que la en Beatriz aRacil et al., Fiesta y teatra-
pregunta más significativa a este res- lidad de la pastorela mexicana, México,
pecto no es acerca del origen o la defi- unam.
nición de qué es una pastorela, sino aRaiza, Elizabeth (2013), “El arte de actuar
cómo ésta devino tal. Las interpreta- varias realidades particulares. Notas
ciones clásicas y comúnmente admiti- para un estudio antropológico de las
Débora Gorbán*
Resumen: Este artículo tiene como objetivo indagar en los objetos que se obtienen a lo largo de la
tarea de recolección de los cartoneros en la ciudad de Buenos Aires. Este oficio no consiste solamente
en aquello que los vecinos les dan, o los porteros guardan, o juntan para los cartoneros, sino que se
encuentra fuertemente vinculado a las características y tipo de objetos recolectados. Para compren-
der entonces qué implica esta tarea para quienes la realizan, este artículo contextualiza esos obje-
tos, en tanto forman parte de las relaciones sociales que se despliegan a lo largo de la actividad. Este
texto no se concentra en las formas del intercambio sino en las cosas que se intercambian. Y cómo
esas cosas se transforman a lo largo del proceso de recolección que llevan adelante los cartoneros.
Palabras clave: recolectores, objetos, trayectorias, transformación, desechos, Argentina.
Abstract: The objective of this article is to investigate the objects recovered by trash pickers in the
city of Buenos Aires. This work not only involves what they are given by residents, what doormen
save for them, and what they manage to pick up, but is also closely tied to the characteristics and
types of objects that are collected. In order to understand the significance of this job for the scav-
engers, this article contextualizes these objects as a part of the social relations which unfold
around the activity. The present text does not focus on the types of exchanges but rather on the
things that are exchanged and the way these objects are transformed throughout the collection
process carried out by the trash pickers.
Keywords: Trash pickers, objects, trajectory, transformation, refuse, Argentina.
“Porque ellos no saben que a eso que le que se dedican a la recolección de pape-
dicen basura, para nosotros no es basura” les, cartones y otros desechos recupera-
(Teresa, cartonera, 24 años). bles en la ciudad de Buenos Aires. La
tarea de recolección no consiste sola-
INTRODUCCIÓN mente en recuperar los materiales reci-
clables que los vecinos les dan, o los
E
ste artículo se propone indagar encargados de edificios guardan o jun-
acera de los objetos que se obtie- tan para ellos, sino que se encuentra
nen a lo largo de la tarea de reco-
lección de los cartoneros, las personas Este artículo se basa en el trabajo desarro-
llado en “Salir a cartonear, desentrañando prác-
*Doctora en Ciencias Sociales uba/ehess. Lí- ticas y sentidos del trabajo entre quienes se
neas de investigación: Trabajo, familia y secto- dedican a la recolección de materiales recupera-
res populares; Servicio doméstico; Procesos de bles”, tesis de doctorado en Ciencias Sociales,
distinción de clases sociales. Buenos Aires, uba/ehess, 2009.
99
tos desechados de la vida cotidiana que descarte que ese mismo sistema de
se transforman nuevamente, a través producción genera.
de la tarea que llevan adelante quie- En estas páginas me concentraré
nes las recuperan en la calle, en bienes en analizar de qué manera se produce
de uso o en materias primas para la esa diferenciación a partir del momen-
industria. to en que esos desechos son recolecta-
Una vez que este conjunto hetero- dos por los cartoneros. Se trata de
géneo de desechos entra en relación seguir los objetos a medida que se en-
con los cartoneros, su condición se mo- cuentran con quienes los recolectan.
difica. Y es en esta instancia que ese Según Appadurai (1991: 23), “el sig-
conjunto de bienes heterogéneos igua- nificado de las mercancías hoy se ha
lados, en tanto descartados, vuelven a estrechado, refiriendo solamente a ti-
diferenciarse. Desde el marco de la pos especiales de bienes manufactura-
gestión de residuos sólidos urbanos se dos”. En su definición de mercancías
distingue entre desechos orgánicos y propone considerarlas como una cierta
no orgánicos. Y al interior de este gru- fase en la trayectoria de las cosas, que
po se establecen diferencias en rela- en un contexto particular, cubren los
ción a la posibilidad de reciclaje de requisitos de lo que denomina “candi-
esos desechos. De acuerdo con su natu- datura mercantil”. Por esto entiende el
raleza orgánica, cada tipo de desecho rasgo conceptual que refiere a los es-
es pasible de ser reutilizado, o no. En tándares y criterios (simbólicos, clasifi-
ese sentido, muchos de esos desechos catorios y morales) que definen la
son reincorporados al circuito produc- intercambiabilidad de las cosas en un
tivo como materias primas, mientras contexto social e histórico particular.
otros son definitivamente descartados. Es en este sentido que el autor sostie-
Éstos vuelven a adquirir un valor eco- ne que “las cosas pueden entrar y salir
nómico en la medida en que son rein- del estado mercantil” (ibidem: 29).
corporados al circuito productivo, Siguiendo este enfoque las “mer-
cambiando su condición. Así, aquello cancías” se distinguen de los “produc-
que parece haber llegado al final de su tos”, “objetos”, “bienes”, “artefactos”, en
“vida social”, en realidad sólo cambia tanto son cosas que poseen un tipo
de estatus al singularizarse. particular de potencia social (aunque
Sin pretender abordar todo el pro- sólo lo sean en ciertos aspectos y desde
ceso de revalorización de desechos en determinada perspectiva). Y esto en
el circuito de recolección y reciclado de tanto son cosas que se hallan en una
residuos, me interesa aquí señalar que situación determinada, la “situación
esos desechos, dinamizados por la acti- mercantil”, que puede caracterizar
vidad de los cartoneros, ponen en vin- muchos tipos de cosas diferentes, en
culación lo que tradicionalmente se distintos puntos de su vida social (ibi-
distingue como sector formal y sector dem: 28-29). Siendo entonces la situa-
informal, a la vez que articulan el cir- ción mercantil aquella en la vida social
cuito de producción con el circuito de de cualquier cosa en la cual su inter-
9
“El objeto que para mi representa un bien 10
Es el equivalente a poco más de un dólar.
heredado es una mercancía para el joyero, y el he- 11
Se trata de un hombre de unos 36 años
cho de que no sea tan ajeno a la cultura del uruguayo de origen, que trabaja como repositor
joyero se manifiesta en mi disposición para po- en el supermercado. Si bien Nora se saluda y
nerle un precio a mi objeto inapreciable (y para charla con todos los chicos que allí trabajan, con
sobreestimar invariablemente su valor mercan- éste tiene un arreglo, como cuenta ella, “hacen
til)” (Kopytoff, 1991: 108). negocios”.
ta, cruza la avenida, esperando que respuesta que parecía tan simple como
paren los autos y buses en el semáforo. amplia: “cartones y papeles, botellas,
Camina hasta un edificio grande, que plástico, de todo”.
está junto a una plaza, Nora se sien- Sin embargo, como se observa a
ta un rato en los escalones de acceso a partir de los relatos del recorrido re-
ésta. Todavía es temprano, el portero no construidos arriba, en la práctica que
sacó la basura. Una señora de unos 65 llevan adelante los cartoneros no todos
años se acerca hasta donde estamos los desechos son recolectados, ni tam-
nosotras, entre amable e inquieta le poco todos recolectan lo mismo. Puede
pregunta donde había estado, hacia suceder también que una misma per-
unos días que no la veía. Le da una sona elija dejar de recolectar cierto
bolsa, saluda y se va. Nora la carga en tipo de desechos en un momento u
la carreta y se acomoda el cabello otro.
para empezar a revisar las bolsas que En efecto, aun cuando la palabra
el encargado ya había dejado cerca de con la cual se los identifica parecie-
ella. En ese edificio Nora se toma más ra indicar lo contrario, los cartoneros
tiempo para desarmar las grandes no se especializan en recolectar pape-
bolsas de consorcio. Realizar esta ta- les y cartones. Como se desprende del
rea implica agacharse sobre las bolsas relato, Nora realiza un trabajo de se-
grandes para ir seleccionando aque- lección, recuperando los desechos que
llas bolsas pequeñas que tienen papel, pueden ser comercializados en los de-
cartón, plástico o algún otro material pósitos. Pero también cargando en su
comercializable. Cuando los encuen- carreta objetos descartados por los
tra, los separa y guarda en el saco de vecinos (electrodomésticos, muebles,
la carreta, junto con el resto. Mientras diversos artefactos) que podrán ser
hace esto, aprovecha para llevarse al- vendidos, usados, acumulados o inter-
gunas de las grandes bolsas negras de cambiados. Tal como se observa en la
residuos que después utilizará para reconstrucción del recorrido de Nora,
hacer la separación en su casa. Toda ambos tipos de desechos/objetos son
esta tarea la cansa mucho, por eso lo importantes.
hace lentamente, deteniéndose de a Se puede establecer una rápida
ratos a descansar con las manos en la distinción entre los desechos que efec-
cintura. ti vamente son recolectados por los
cartoneros: por un lado están aque-
DIVERSIDAD DE DESECHOS, llos que, de acuerdo con la denomina-
DIVERSIDAD DE OBJETOS ción que les atribuyen quienes los
recolectan, son identificados como “ma-
Una de las preguntas más recurrentes teriales”, es decir los residuos recupe-
que escuchan quienes se dedican a la rables susceptibles de ser vendidos a
práctica de la recolección es ¿qué cosas los depósitos y que serán vendidos por
recolectan? Esa misma pregunta repe- éstos posteriormente, como materia
tí yo más de una vez, obteniendo una prima para la industria. Y por otro
toma una cinta que rodea el borde del ción. Un elemento central a la hora de
saco y lo pasa por encima de la carga elegir qué juntar es la fuerza que debe-
(Registro de campo, 29/08/06). rá emplearse para cargar determina-
dos tipos de materiales, evaluando el
Cada movimiento desplegado forma consecuente desgaste físico que esto im-
parte de un repertorio más amplio plica. Al mismo tiempo se considera la
que se vincula con la expertise propia disponibilidad de espacio en la carreta
de esta actividad. Frente al lienzo y teniendo en cuenta el material que ya
los cartones mi cuerpo, a diferencia se ha recolectado y lo que se espera re-
del de Nora y las demás mujeres, colectar en lo que resta del recorrido.20
pierde naturalidad, no sé cómo mo- Un fragmento de mi diario de campo
verme ni qué hacer. Ellas en cambio, permitirá ilustrar esto último: “Una por
encuentran y desarman las cajas, las una [Nora] fue abriendo las bolsas que
acomodan y ordenan, maniobran la contenían botellas de plástico y frascos
carreta con facilidad, como si no pesa- de vidrio de distinto formato, pero no
ra los cien kilos que transporta. cargaba todo; dejaba algunos frascos y
La identificación y reconocimiento las botellas. Cuando le pregunté por
de cada material se encuentra a su vez, qué no se los llevaba me dijo que sola-
estrechamente vinculada con su posibi- mente las junta cuando la recolección
lidad de venta futura. En ese sentido, la no es buena, pero que hoy llevaba mu-
expertise no se relaciona solamente con cho” (Registro Estación Carranza,
la capacidad de reconocer los distintos 29/08/ 06).
tipos y calidades de materiales, sino A su vez, un registro del año si-
también con el manejo de la informa- guiente, permite ver de qué manera los
ción concerniente al mercado de com- criterios de selección se vinculan con
pra-venta de materiales, especialmente dos de los elementos mencionados: la
su precio de venta, que va modificándo- cotización de los materiales y el espacio
se a lo largo de los distintos momentos (y esfuerzo) que ocupan:
del ciclo económico.19 Pero a su vez, este
cálculo en función de precios se torna De las seis o siete bolsas que había en
más complejo con otros factores consi- la vereda del edificio, solamente revisó
derados en el momento de la recolec- una, dejando un montón de botellas de
gaseosa que estaban apartadas al cos-
19
El circuito informal del reciclaje compren- tado de las bolsas de residuos. Según
de distintas instancias que van desde los reco- me explicó, no le convenía llevarlas,
lectores a la industria (del acero, papeleras,
etcétera), pasando por distintos tipos de depósi-
tos e intermediarios ocasionales que compran a 20
Cabe destacar que este tipo de evaluación
depósitos no especializados para vender a las resulta posible en el caso de aquellas personas
industrias. Aun cuando cada uno es indepen- que realizan la recolección siguiendo diaria-
diente y autónomo del resto, su interconexión es mente el mismo recorrido, tienen sus “clientes”,
tan profunda que un mínimo cambio registrado conocen la dinámica de los barrios que transi-
en uno de ellos afecta a los demás (Schamber, tan, en definitiva poseen un conocimiento prác-
2008). tico construido a partir de su experiencia.
vechando que ese día vende los ma- conocen y siempre le prestan dinero si
teriales y debe organizarlos, Nora se ella lo necesita. Este tipo de préstamo
queda en su casa y en su lugar, una de es una práctica muy extendida entre
sus hijas viaja a la capital a recoger los depósitos y los recolectores.
los materiales que le guardan en los Antes de llegar al depósito, hay todo
edificios y el supermercado para no un trabajo de clasificación que es cen-
perderlos. Mientras ella aprovechaba tral para poder vender lo recolectado.
para descansar de los viajes a la ciu- Durante toda la semana, al regresar de
dad y del peso de la carreta (Registro la capital o a la mañana siguiente, Nora
Estación Carranza, 20/05/07). separa con dedicación cada tipo de ma-
terial en sacos diferentes. Así el papel
Se podría decir que los materiales se de color irá llenando a lo largo de la se-
hacen cuerpo. De esta manera, cuerpo, mana un saco, el cartón y el papel ma-
carreta y carga componen una unidad rrón otros, y lo mismo con el plástico y
indisociable en la actividad cotidiana las botellas de gaseosas. Esta clasifica-
de la recolección. Saber conjugar estos ción supone guardar los sacos con los
tres aspectos es parte de la experiencia distintos materiales hasta el momento
práctica de los cartoneros. de la venta, para lo cual se necesita su-
ficiente espacio.
La venta La casa de Nora tiene un patio por
donde se ingresa a la misma. Allí, ape-
El momento de la venta también supo- nas se traspasa el portón de chapa de
ne un conocimiento específico de los zinc que la separa de la estrecha calle,
objetos. Hay distintas modalidades de se encuentran apoyados, los sacos con
venta, algunos lo hacen cada día, en los cartones, bolsas negras de residuos
general los que menos cantidad reco- con botellas de plástico, y hacia el fon-
lectan; otros por semana o quincena, do un camión viejo. La parte de atrás
como Nora. Ella vende en un depósito está cubierta de bolsas con cartones,
que queda casi a 40 cuadras del barrio, ropa, algunos juguetes viejos y restos
es por eso que le paga a un vecino que de objetos. Al costado del camión, apo-
tiene flete para llevar los materiales yado sobre el muro de cartón y chapa
hasta allí. Ese depósito, a diferencia de que divide la casa del pasillo vecino,
los que se encuentran en el barrio y pa- una cocina parece haber cambiado su
san a retirar el material a domicilio, función por la de ropero. El patio es un
paga mejor. Sandra vende en un depó- espacio privilegiado para Nora porque
sito que está al fondo, en el mismo ba- allí puede acumular durante toda la
rrio. Aunque ahí le pagan menos, semana los lienzos con los materiales
vender en el depósito a donde va Nora sin tener que guardarlos en el interior
supone un gasto extra, el del flete (al- de la casa. Éste es uno de los motivos
rededor de dos dólares en 2007), que que esgrime Nora frente a su marido
en su caso no puede afrontar. Por otra para no mudarse a la casa de su sue-
parte, me explica, en este depósito la gro: “ahí no tengo patio, ¿dónde voy a
poner todos los cartones?”. Otros veci- por semana. La otra gente, la mayoría,
nos, que como ella salen con la carreta, no tiene la oportunidad de juntarlo,
al no tener lugar para acumular21 los porque ellos, el pesito que necesitan
materiales, deben vender más seguido hoy lo usan (Entrevista hecha por la
su carga. La desventaja de vender de autora, junio de 2004).
esta forma es el menor precio obtenido
por lo recolectado, ya que cuanto ma- A su vez, para vender semanalmente se
yor es el volumen ofrecido, mayores necesita contar con un ingreso22 que
son las posibilidades de negociar un permita cubrir los gastos del hogar du-
precio más favorable. rante toda la semana, para no tener
La clasificación, así como la posibi- que vender la carga antes de tiempo.
lidad de acumularlos durante un tiem- En general, quienes tienen una mayor
po más o menos prolongado, son antigüedad en la recolección poseen ca-
formas de agregarle valor a los mate- rretas grandes (cien kilos), varios clien-
riales. Y forman parte de la expertise tes, recolectan un volumen casi
que desarrollan quienes se dedican a constante de materiales, y pueden aco-
la recolección. La descripción que hace piar y vender cada semana. Por el con-
Juan, sobre su forma de vender refleja trario, aquellos que salen de manera
esta expertise y la existencia, a partir más irregular, sin carretas, sin lugares
de ella, de un proceso de diferenciación fijos, tienen dificultades para vender
entre quienes se dedican a la recolec- a finales de la semana. En muchos ca-
ción: los que pueden acumular y los sos, éstos son los que viven al día.
que se ven obligados a vender rápida- La relación con los depósitos consti-
mente. tuye un punto central no sólo al mo-
mento de organizar la venta, sino
Yo los junto y los vendo los fines de se- también a la hora de evaluar otras al-
mana. Vos venís a mirar un día vier- ternativas. Por ejemplo, elegir un de-
nes a la noche y yo tengo diez, doce pósito para vender la carga no sólo se
lienzos, lienzo llamamos a esto (seña- vincula con el precio que ofrece por el
lando los grandes sacos donde están material. También son considerados
guardados los cartones). Llenos de car- otros elementos, entre los cuales se
tón. Paquetes de diario, cuarenta; bol- destaca la posibilidad de disponer de
sas de blanco, no sé, diez bolsas. Y me adelantos de dinero. Éstos consisten
estoy sacando 300 pesos (60 dólares) en que los depositeros adelantan el di-
nero de la próxima venta, descontando
21
El espacio es un elemento central tanto
para la recolección como en la organización eco- 22
En muchas ocasiones ese ingreso no sólo
nómica del hogar. Esta práctica es muchas ve- está conformado por lo que se obtiene de la ven-
ces también llevada adelante por personas en ta de materiales, sino también a través de otras
situación de calle pero, a diferencia de aquellos actividades, muchas veces changas o pequeños
que poseen una vivienda a donde volver diaria- trabajos realizados por alguno de los integran-
mente, ésas carecen de las condiciones para tes del hogar, la percepción de planes y ayudas
acumular cosas. sociales, entre otro tipo de recursos.
Hoy vine a vender todas las botellas trada en separar las cajas, asiente con
que tenia ahí en el fondo de la casa, ¿te la cabeza.
acordás? Estoy trayendo de a poco, son D: ¿Y ese plástico, lo vendes separado
un montón. Ya vine dos veces y todavía del resto de las cosas?
me quedan.” Le pregunto desde hace S: Sí, eso me lo da mi mamá para que
cuanto que las junta. “¿Éstas? Son de to- junte para mí.
do un año, como 3 000 kilos, y ¿sabés El plástico que Nora o ellas juntan, Sol
cuánto voy a sacar? 300 pesos, sólo eso se encarga de venderlo en un depósito
por todo un año ¡y no sabes el lugar que del barrio que está atrás de la casa. Su
ocupan! Yo tengo un fondo ahí en mi mamá se lo da para que tenga su pla-
casa, y están todas apiladas atrás y ta, para el bebé que va a tener en unos
¡ocupan casi la mitad del terreno! Pero meses.
ahora las tengo que vender sí o sí, por- D: ¿Y Lisa? ¿A ella no le toca nada?
que me mudo, ahí alquilaba y me voy a Sol me mira sonriéndose y niega con la
otra casa mía, que me hice yo, pero no cabeza: “pero a ella le están juntando
tengo lugar para todas las botellas.” el blanco para los quince”
D: ¿Cómo es eso?
Escena 3: blanco y plástico para S: Y todo el blanco lo guardan en el
ocasiones especiales fondo para pagar la fiesta de 15.
D: ¿Pero falta para la fiesta, o no?
Las dos hijas de Nora (Lisa y Sol) y yo ¿Cuántos años tiene?
caminamos hacia el bazar a buscar las S: Y como 13, es para el 2009 recién.
cajas. Cuando llegamos los vendedo-
res estaban dejando cajas de mercade- Latas de gaseosa, botellas, papel y plás-
rías vacías en la vereda. Entre las tres tico se acumulan en los rincones de las
nos pusimos a separar y desarmarlas. viviendas de Nora y Hugo. En su casa
Mientras Sol, que estaba con ganas de Nora destina un lugar específico a estos
hablar, me explica que todo lo que lle- materiales, ya no en el patio donde se
van ese día es para su mamá, para la amontonan los lienzos con cartones, pa-
casa. De su bolsillo saca un papelito chi- pel de diario y plásticos, sino en el inte-
quito y todo arrugado y me lo muestra, rior de la vivienda, alejados de miradas
alcanzo a leer “17.90 pesos”, escrito en indiscretas, guardados en distintos rin-
birome verde. Le pregunto qué es: cones. La principal diferencia entre es-
tos materiales y el resto de lo que Nora
S: Del plástico que vendí el otro día, recolecta, es que son guardados duran-
tengo que pasar a cobrarlo. te meses, incluso años. Como se observa
D: ¿Con eso te pagan? ¡No lo pierdas! en las tres escenas descritas, la distin-
S: ¡No lo tengo que perder! ción entre estos materiales y los demás
Le pregunto a qué cantidad de plástico opera en varios sentidos. Por un lado, se
corresponde, y ella me responde que es trata de materiales que resultan esca-
“una bolsa grande y un poquito, ¿no sos, es decir son más difíciles de encon-
es cierto Lisa?”. Su hermana, concen- trar en las calles, especialmente el
papel blanco y el aluminio, ya que son dad. Este tipo de acopio aparece como
muy buscados debido a su alto valor una práctica diferenciada de la práctica
de cambio. Por otro lado, este valor de de acopio de cartones y diarios. La dis-
cambio resulta significativo cuando tinción es señalada en parte, a través
se consigue acumular una cantidad con- del espacio físico que se les destina en
siderable de material (recordemos que la vivienda, y en el espacio simbólico
la venta es por kilo). Todo ello influye en que ocupa en la proyección de gastos de
el ritmo de acumulación de estos mate- Nora y su familia. Los papeles blancos
riales. Este ritmo cambia a su vez en y el plástico pueden incluirse en este
relación con la zona de la ciudad en don- tipo de práctica de acumulación dife-
de se lleve adelante la recolección. Así, renciada, como se desprende de las es-
quienes trabajan en el microcentro tie- cenas descritas.
nen más posibilidades de llevar papel
blanco (se trata de una zona de edificios La acumulación como práctica de
de oficinas que son las que más descar- ahorro
tan este papel), que quienes recorren
las calles de barrios residenciales. A su En francés la palabra ahorro se tradu-
vez, para poder guardar estos mate- ce como mettre a coté de (l’argent), cuya
riales durante un periodo de tiempo traducción literal significa poner el di-
significativo, ese hogar debe tener la nero a un lado, separarlo. Podría decir-
capacidad de disponer de otros recursos se, de esta forma, que juntar las latitas
para su consumo diario. Es por ello que o el plástico traduce en la práctica el
esta acumulación a largo plazo no es sentido de la acción de ahorrar, a tra-
una práctica realizada por todos los que vés de la separación y la disposición de
recolectan, y así se constituye en un ele- los materiales en espacios diferentes.
mento que opera en el proceso de dis- Es en este sentido que la acumulación
tinción al interior del grupo. de estos materiales constituye para
Para Nora, acumular una cantidad Nora y su familia, una forma de aho-
significativa de latitas de aluminio es rrar dinero en objetos.
una actividad que se extiende en el Se ahorra dinero a través de los
tiempo. En general éstas se encuentran materiales, bajo su forma de objetos.
en las bolsas, que a veces deja sin revi- Se guarda el material y no el dinero,
sar, o en los tachos de residuos que hay estableciendo así una distancia entre
en la calle. Todos los años Nora repite la la inmediatez del dinero y lo mediato
misma práctica, acumula latitas du- de la cosa. Pero al mismo tiempo los
rante cuatro o cinco meses, siempre en tres tipos de objetos comparten la par-
la misma época, y un mes antes de Na- ticularidad de ser experimentados en
vidad, cuando los precios todavía se la práctica como dinero, pero sin la
mantienen altos (ya que a fin de año volatilidad característica de éste: “¡A
disminuyen) vende lo acumulado. Lisa le sacaron el blanco. Cuando llegó
Guardar latitas durante meses le per- no había nada!”, exclama Nora en refe-
mite hacer frente a los gastos de Navi- rencia al papel que retira en una ofici-
Abstract: Economic anthropology has developed many studies related to exploring strategies for
survival and reproduction in low social sectors, both urban and rural, in Mexico. However, this is
not the case of studies of strategies of reproduction and survival in the urban middle class. This
article shows some of the conclusions of a study of six “middle class” families living in the Federal
District. It analyzes the economic assets and resources used by each domestic unit as mecha-
nisms of economic reproduction and survival, with special emphasis on education, inherited
traits, and the benefits of some of the programs that the welfare state still provides for a number
of the families who were interviewed, among other elements.
Keywords: Urban middle class, strategies of reproduction, family assets and resources, do-
mestic economy in the Distrito Federal.
L
económicas que amenazan y deterio-
os sectores urbanos pobres y los
sectores medios utilizan diferen-
tes estrategias de reproducción1 el mantenimiento y mejoramiento de la calidad
de vida del grupo doméstico. Cabe destacar que
algunos autores diferencian el concepto de “es-
*Doctora en Antropología Social por la unam. trategias de reproducción” del de “estrategias de
Línea principal de investigación: Antropología supervivencia” argumentando que la primera
urbana, sectores medios, unidades y reproduc- noción analítica puede ser observada en cual-
ción doméstica. quier sector o clase social; por su parte, la cons-
1
En este trabajo, por estrategias de repro- trucción “estrategias de supervivencia” se refiere
ducción se entenderá las acciones y mecanismos más a aquellas acciones que las familias y/o gru-
que una familia emprende para la consecución pos domésticos en situación de pobreza emplean
de un fin que generalmente está relacionado con para sobrevivir cada día (Margulis, 1989).
123
Sin embargo, considero que ese mis- Por lo tanto, este trabajo se centra
mo planteamiento se ha utilizado poco en conocer los tipos de recursos y acti-
en la comprensión del uso y del manejo vos públicos6 utilizados por familias de
del “portafolio de recursos y activos” en- clase media urbana. El aprovechamien-
tre familias4 de sectores medios urba- to de los recursos familiares permite
nos. De tal forma que el interés del
presente trabajo tiene como objetivo
familiares. La escolaridad, el vivir en un espacio
comprender el uso y aprovechamien- urbano, los ingresos, el tipo de esparcimiento y
to de los recursos de las familias de diversión, así como el tipo de empleo son consi-
sectores medios. Esto es, ubicar las ac- derados como elementos que permiten sostener
ciones que las familias emprenden que estos indicadores empíricos, constituyen la
base que articula la construcción de la identi-
para potencializar sus recursos y lo- dad y de la diferenciación de una clase social
grar a mediano o largo plazo no sólo la respecto de otros niveles sociales (Bourdieu,
mejoría de su calidad de vida, sino 2000).
también la movilidad o permanencia La educación de los hijos fue un tema al que
todos los cónyuges mostraron especial interés.
dentro de su estratificación social.5 Todos los hijos de las unidades exploradas cuen-
tan con estudios profesionales y algunos con
4
Por unidad doméstica o familia se entende- posgrado.
rá al conjunto de individuos que habitan en una 6
A lo largo de este trabajo se entenderá por
misma vivienda y que pueden o no compartir activos a los factores de carácter financiero, so-
lazos de parentesco, además de que se organi- cial, humano y físico que pueden estar presen-
zan para satisfacer su reproducción como grupo, tes en el contexto de los sujetos y que estarán
(Estrada, 1999; Benites, 1990; Cuéllar, 1990). determinados por condiciones contextuales re-
Para los efectos de este trabajo la noción de fa- ferentes a circunstancias políticas, culturales e
milia y/o grupo doméstico será retomada sola- históricas (Kaztman, 2001 y 1999). Por otro
mente en su dimensión de entidad conceptual lado, el concepto de recursos a partir de los
que permite la recolección y análisis de datos cuales se puede valer un grupo doméstico para
(Quesnel, 1989). enfrentar una situación de pobreza. La catego-
5
A las estrategias de reproducción las consi- rización de recursos la retomo de Peter Town-
dero acciones que resuelven contingencias co- send (1974 y 1979), quien resalta los siguientes
yunturales de la reproducción material de rubros: el ingreso en efectivo, que se refiere a
grupos domésticos, las cuales no están pensadas cualquier forma de ingreso corriente efectivo; el
para obtener un bien o un satisfactor que pueda autor reconoce ingresos obtenidos por activida-
modificar estructural o sustancialmente las des de auto empleo, pagos por enfermedad,
condiciones materiales y la calidad de vida de transferencias provenientes de particulares o
las familias. En ese sentido, se ha documentado de programas sociales promovidos por el Esta-
que para enfrentar crisis económicas los secto- do, pensiones o jubilaciones. Los activos de ca-
res medios tienden a disminuir su consumo, a pital se refieren a la posibilidad de aumentar
elegir productos de menor precio y, muchas ve- la calidad de vida de una familia, a partir de la
ces, de menor calidad; a disminuir actividades capacidad de negociación o rentabilidad obteni-
de esparcimiento como vacaciones, comidas en da de un bien inmueble. Para que el recurso
restaurantes, entre otras (Gilbert, 2003; Cortés, (bien inmueble) pueda convertirse en un activo
2000; Cortés et al., 2007. A estas acciones las de capital, se debe poseer la propiedad del mis-
consideraré dentro de la gama de estrategias de mo y sus cualidades deben estar valuadas en el
reproducción. Es el caso de la educación que fa- mercado. Tal es el caso de la venta de propieda-
cilita la movilidad social del individuo o de la des, del uso de ahorros, o bien el manejo de los
familia. Estas acciones las considero como accio- mismos a través de instrumentos de inversión
nes que forman parte del portafolio de recursos financieras.
suponer que los integrantes de las fa- brir la reproducción material de los
milias son sensibles no sólo a los cam- integrantes de la familia, pero no es la
bios económicos y políticos que vive el única esfera que se reproduce, pues tal y
país, muchos de los cuales impactan como advierte García et al. (1989; 31):
directamente el bolsillo familiar, sino
que perciben las necesidades tácitas La reproducción de los grupos do-
del mercado laboral, de la sociedad y mésticos, involucran elementos que
de las oportunidades que el Estado sobrepasan a la reposición de sus inte-
crea mediante determinadas políticas grantes. Implica la recreación en lo
sociales. cotidiano mediante las prácticas indi-
En el estudio se presentan datos viduales de elementos ideológicos,
obtenidos con base en seis unidades culturales, afectos y de las relaciones
domésticas que habitan en el Distrito de autoridad entre géneros y genera-
Federal: Alpha, Beta, Gamma, Epsilon, ciones. Las actividades desplegadas
Delta y Zeta. El trabajo de campo se en el ámbito doméstico cumplen una
realizó entre los meses de abril y di- doble función, de manutención coti-
ciembre del año 2000, y posteriormen- diana y de transmisión de una gene-
te se realizó otro contacto en 2007. Las ración a otra de aspectos ideológicos
seis familias entrevistadas que se pre- que fundamentan las distancias so-
sentan fueron abordadas con el interés ciales.
de ofrecer evidencias sobre una serie de
medidas tomadas para evitar perder De tal suerte que entre los grupos do-
su horizonte de sectores medios, par- mésticos de sectores medios se tiene
ticularmente en el rubro de status so- como primera prioridad garantizar la
cial y en el de calidad de vida. Estas reproducción material de la unidad do-
medidas o estrategias de reproducción méstica; a la vez que no olvidan man-
manifiestan la conformación y uso de tenerse dentro del estatus social, lo
portafolios de recursos y activos, y cual se traduce en diversas formas de
para este caso dependen de variables consumo que les permiten distinguirse
como el contexto socio-económico, el socialmente.
ciclo y el tamaño familiar, el género y El acercamiento cualitativo que
la generación de cada uno de los inte- ofrece la antropología permitió obser-
grantes de las unidades domésticas. var formas particulares del uso del
Es conveniente comentar que para portafolio de recursos y activos públi-
efectos del presente estudio, tomo la cos. Es conveniente aclarar que tam-
división de los recursos y activos como bién existen portafolios de recursos
algunas de las diversas acciones o es- privados; sin embargo, en este estudio
trategias de los sectores medios urba- me interesa resaltar más aquellos que
nos que potencializan la reproducción provienen del Estado.
material y social del grupo doméstico. Parte de la atención se focalizó en el
El uso del portafolio de recursos y ac- ejercicio de recursos y activos que los
tivos tiene como primera intención cu- jefes del grupo doméstico han logrado
aprovechar desde su inserción labo- activos de los que se puede hacer uso.
ral, mucho antes de que se conforma- Los recursos se despliegan como un
sen como familia o unidad doméstica. conjunto de oportunidades que los suje-
Este punto resulta de suma importan- tos o familias pueden ejercer en función
cia, pues los empleos que la mayoría de del perfil, características y/o capacida-
ellos obtuvieron en las décadas de 1950, des requeridas para que un recurso se
1960 y/o 1970 influyeron decisivamen- convierta en activo, es decir se ejerza
te en beneficio de la familia. En este por medio de su uso.
sentido, las estructuras de oportunida- Si los sujetos bajo ciertas condicio-
des convertidas en activos y aprove- nes contextuales (socio-económicos) no
chadas por las familias exploradas cubren el perfil, características o capa-
fueron creadas, en su mayoría, durante cidades deseadas no podrán convertir
el periodo económico correspondiente al un recurso en activo. El recurso per-
Estado benefactor. manecerá pasivo, sin usarse y sin te-
ner efectos positivos en un sujeto(s) o
RECURSOS Y ACTIVOS: UNA FORMA familia(s). Es sólo hasta que el recurso
DE COMPLEMENTAR EL INGRESO se ejerce se vuelve un activo, con una
FAMILIAR consecuencia favorecedora y positiva
proyectada al corto, mediano o largo
Tomo la propuesta que desarrolla plazo.
Rubén Kaztman (1999), para el estu- Katzman (1999) afirma que los ac-
dio de familias pobres en Uruguay, a tivos son el resultado del aprovecha-
partir del esquema de aprovechamien- miento que las familias hacen de las
to de los recursos familiares a través oportunidades o recursos que ofrecen
de lo que él denomina estructuras de el mercado, el Estado y la sociedad.
oportunidades creadas por el Estado, Sin embargo, es necesario apuntar que
el mercado y la sociedad. Ese autor las estructuras de oportunidades crea-
afirma que la explotación y el uso que das por estas tres instancias son un
las familias hacen de sus recursos de- entramado de factores y mecanismos
penden en primera instancia, de sus que varían según el tiempo y el espacio.
características y capacidades. El con- De hecho, las políticas económicas, so-
cepto de activo se entenderá como “[...] ciales y culturales pueden variar de un
el conjunto de recursos, materiales e gobierno a otro, lo que significa que
inmateriales, que los individuos y los ciertas necesidades y problemas sean
hogares movilizan en procura de mejo- reconocidos y ponderados de manera
rar su desempeño económico y social, o diferencial en distintos momentos de
bien, como recursos desplegados para la historia de un país. Por ello, las es-
evitar el deterioro de sus condiciones tructuras de oportunidades y los re-
de vida [...]” (Kaztman, 1999: 166). cursos convertidos en activos pueden
El devenir de un determinado mo- ser válidos en un sexenio y no en otro;
mento histórico, social y económico de- sobre todo pensando en el caso de la
termina la conjunción de recursos y falta de continuidad en materia de po-
Las excepciones fueron los jefes de las solicitado préstamos, ya sea en el fo-
familias Alfa y Beta, quienes se desa- vissste o en el imss.
rrollaron como profesionistas autóno-
mos: en el caso del jefe de Alfa trabajó TRABAJO, MERCADO LABORAL
en el ámbito restaurantero y el jefe de Y FAMILIA
Beta en el periodismo, quien posterior-
mente introdujo en este campo a su Un factor fundamental para entender
esposa. el comportamiento de las familias en re-
Otro aspecto que se debe resaltar es lación con su reproducción material, y la
que en la mayoría de las unidades do- forma en que procuran sus recursos y
mésticas entrevistadas, alguno de los activos, es el ciclo de vida familiar y la
dos cónyuges recibió herencia de sus composición de las mismas. Sobre todo
respectivos padres, ya sea en especie en un contexto en el que las crisis eco-
(básicamente terrenos o casas) o en di- nómicas y el cambio de política econó-
nero. Esto, aunado con las prestacio- mica desde la década de 1980 —y en
nes (préstamos para vivienda) de sus particular desde el sexenio del presi-
trabajos, sentó las bases para la com- dente Miguel de la Madrid Hurtado
pra o construcción de las casas que (1982-1988), donde el deterioro salarial
habitaban durante el periodo de las de las familias y la reducción paulatina,
entrevistas. Así, estas familias fueron pero sistemática de los servicios colecti-
acumulando un capital (bienes inmue- vos brindados por el Estado— hace que
bles, ahorros bancarios, joyas) que per- las familias necesiten de dos o más in-
mitió solventar gastos como educación gresos por unidad doméstica para poder
de los hijos en escuelas privadas (fami- responder a las necesidades de repro-
lias Alfa, Beta, Delta, Zeta y Épsilon), ducción básicas: vivienda, alimentación,
compra de automóviles, de terrenos, escuela, salud (García et al., 1989).
vacaciones en el extranjero —sobre Estos aspectos resultan determi-
todo cuando sus hijos eran pequeños—, nantes en tanto son motores de la in-
participación en clubes sociales y de- serción de varios de los integrantes del
portivos y la adquisición de sus casas grupo doméstico al mercado laboral, y
en colonias como la Escandón, el cen- en consecuencia se vuelven beneficia-
tro de Tlalpan, Héroes de Padierna, rios en especie de activos concedidos
Prados Coyoacán y Coapa. por el Estado, siempre y cuando se in-
Muchos de los activos y recursos serten en espacios laborales formales,
que los grupos domésticos explotan regulados y normados por la Ley Fede-
como estrategias de reproducción son ral del Trabajo.
bienes de carácter material (terrenos Se observó que las seis familias tie-
para estacionamientos, la construccio- nen miembros con características que
nes de locales para renta, el uso de prés- les permiten insertarse en el merca-
tamos para cambiar a modelos más do laboral, me refiero particularmente
recientes los automóviles de los hijos, a la edad. De esta forma, se cumple una
entre otros), son el producto de haber de las observaciones en el sentido de
que el ingreso familiar entre sectores como un ingreso seguro cada mes a di-
medios tiende a aumentar cuando los ferencia de los hijos (segunda genera-
miembros de la unidad doméstica ción), quienes tienes sentimientos de
cumplen con las demandas del merca- zozobra y temor ante la posibilidad
do laboral (cualificación y edad). de perder el empleo.
Se observó que la distribución del En ese tenor, vale la pena poner de
salario obtenido por los miembros eco- ejemplo el caso de la hija (segunda ge-
nómicamente activos de cada grupo do- neración) de la familia Beta, quien tiene
méstico destinado a la reproducción un trabajo en la Secretaría de Comuni-
material de la unidad no se consigna caciones y Transportes, obtuvo una li-
en el mismo porcentaje. En las fami- cencia con goce de sueldo (lo que implica
lias Delta, Zeta y Beta, el presupuesto no perder antigüedad y seguir disfru-
de los jefes (as) de familia, es decir los tando de todas las prestaciones labora-
padres destinan su ingreso casi en su to- les: aguinaldo, servicio médico, vales de
talidad a la satisfacción de necesidades fin de año canjeables en tiendas de au-
básicas (Sheridan, 1991): servicios de vi- toservicio, entre otros) para cursar un
vienda (luz, predial, gas, agua), alimen-
tación y servicios médicos y de salud. Por
su parte, los hijos económicamente acti- méstico, y en un segundo momento, ponderan la
compra de medicamentos y/o complementos ali-
vos de las familias Épsilon, Alfa y Gam- menticios (vitamínicos, fórmulas enriquecidas,
ma son quienes soportan dichos gastos, entre otros). Con el paso de los años, la pensión se
además de solventar aquellos referentes ha convertido en una suma de dinero que se reci-
con el entretenimiento y el consumo (el be de manera “segura”, es decir, se tiene una cer-
teza sobre el depósito mensual de la mismo, y por
pago de celulares, televisión de paga, ello se le considera como uno de los pilares econó-
teléfono, compra de muebles, aparatos micos de las familias, a partir del cual se puede
electrónicos y electrodomésticos). Estos hacer planes a corto y mediano plazo, en particu-
gastos, considerados como no básicos en lar sobre el tema del abastecimiento de necesida-
des primarias como es la alimentación.
las familias Delta, Zeta y Beta, son aus- En cuanto a la cobertura médica, puedo se-
piciados por los hijos con empleo. ñalar que todas las familias entrevistadas reci-
Se debe resaltar el hecho de que al- ben asistencia médica, ya sea del imss o del
gunos de los padres reciben transferen- issste, como resultado, en el caso de los padres,
de sus años de servicio en el sector público. En el
cias del Estado en forma de pensiones caso de los hijos de la familia Alfa, y de dos
y jubilaciones por haber servido en el miembros de la familia Épsilon —insertos en el
sistema público, 9 lo que se percibe sector privado, además de recibir la cobertura
del imss, se cuenta con el servicio médico y hos-
pitalario privado. Por su parte, tres miembros
9
Con referencia a la edad de uno o ambos pa- del grupo doméstico Zeta cuentan con servicio
dres, en el tiempo en que se llevaron a cabo las médico del imss o issste de manera intermitente,
entrevistas todas las familias exploradas conta- y esto se debe a que dos de los hijos no tienen
ban por lo menos con el apoyo del programa de trabajo constante en la iniciativa privada y otra
pensión alimentaria para adultos mayores pro- de las hijas cuenta con el servició médico del
movido por el gobierno del Distrito Federal. Las issste gracias a que es estudiante de un doctora-
familias destinan dichos recursos primordial- do y becaria del Consejo Nacional de Ciencia y
mente a complementar la despensa del grupo do- Tecnología (Conacyt).
134
Tabla. 2. Portafolio de recursos y activos por familia, primera generación
Familias Alfa Beta Gamma Delta Épsilon Zeta
Portafolio
de recursos
y activos
Ingresos en Jubilación, Ahorros banca- Pensión por Jubilación Jubilación Jubilación,
efectivo ingresos por rios, ingresos por viudez, ahorros auto-empleo, autoempleo, ahorros banca-
concepto de arrendamiento bancarios. ingresos por ahorros banca- rios.
arrendamiento de un departa- concepto de rios, joyas.
de bodega, mento y de una arrendamiento
ahorros banca- casa. de pensión de
rios. automóviles,
ahorros banca-
rios.
Bienes de La casa donde La casa donde El espacio La casa que habi- Dos departamen-
capital vive con sus hijos vive con sus dos ocupado como tan con sus hijos. tos para renta y
y la hijas, pensión de Un terreno la casa que
bodega que se joyas, centena- automóviles, una vendido que se habitan con sus
encuentra rios, un terreno casa arrendada sumó a los hijos.
rentada. en Nepantla que en Baja Califor- ahorros banca-
ya fue vendido, nia Norte y la rios.
una casa que casa donde vive
heredó en vida a con su hija.
Portafolio
de recursos
y activos
Valor de los Jubilaciones, Servicio médico Pensión, benefi- Pensión, benefi- Jubilaciones,
beneficios aguinaldo, del issste cios por defun- cios por defun- aguinaldo,
del empleo préstamos sobre proporcionado ción, servicio ción, servicio préstamos sobre
salario, benefi- por la hija mayor médico del issste médico del issste. salario, benefi-
cios por defun- . cios por defun-
ción, servicio ción, servicio
médico del imss. médico del issste.
Valor de Gratuidad en el Gratuidad en el Gratuidad en el Gratuidad en el Gratuidad en el Gratuidad en el
los servicio de servicio de servicio de servicio de servicio de servicio de
servicios público de público de público de público de público de público de
sociales transporte por transporte por transporte por transporte por transporte por transporte por
públicos ser adultos ser adultos ser adultos ser adultos ser adultos ser adultos
que no mayores, mayores, mayores, mayores, mayores, mayores,
sean transferencias transferencias transferencias transferencias transferencias transferencias
dinero en del gobierno del gobierno del gobierno del gobierno del gobierno del gobierno
efectivo y federal y del federal y del federal y del federal y del federal y del federal y del
los Distrito Federal Distrito Federal Distrito Federal Distrito Federal Distrito Federal Distrito Federal
ingresos a través de a través de a través de a través de a través de a través de
privados y tarjetas canjea- tarjetas canjea- tarjetas canjea- tarjetas canjea- tarjetas canjea- tarjetas canjea-
en especie bles por alimen- bles por alimen- bles por alimen- bles por alimen- bles por alimen- bles por alimen-
tos, medicinas, tos, medicinas, tos, medicinas, tos, medicinas, tos, medicinas, tos, medicinas,
entre otros en entre otros en entre otros en entre otros en entre otros en entre otros en
tiendas de tiendas de tiendas de tiendas de tiendas de tiendas de
autoservicio. autoservicio. autoservicio autoservicio. autoservicio. autoservicio.
Ingresos Ingreso por la
privados en venta de
135
especie o pasteles.
07/01/14 13:43
en efectivo
136 Gabriela Sánchez Hernández
138
Tabla 3. Portafolio de recursos y activos por familia, segunda generación
Familias Alfa Beta Gamma Delta Épsilon Zeta
Portafolio
de recursos
y activos
Ingresos en Trabajo asalaria- Trabajo asalaria- Trabajo asalaria- Depende Trabajo asala- Trabajo asalaria-
efectivo do: un hijo en la do: la hija mayor do: la hija económicamente riado: el hijo do: dos hijos se
iniciativa en el la sct y en trabaja en la de los bienes e trabaja en un encuentran
privada y una la unam, una hija Semarnap, ingresos de la laboratorio desempleados,
hija en el desempleada, y ahorros banca- madre. farmacéutico, una hija trabaja
Gobierno del un hijo en el rios. ahorros banca- como docente en
D.F.; ahorros Cinvestav; rios. universidad
bancarios ambos. ahorros banca- La hija fue ama particular y contó
rios por parte de de casa por un con becas de
los hijos econó- tiempo, después posgrado
micamente se incorporó de (Conacyt) y con
activos. nuevo a la becas del
iniciativa Pueg-unam. La
privada como hija mayor
administradora. cuenta con un
El tercer hijo trabajo de base
tiene mucha en la seP.
rotación laboral Ahorros banca-
139
caja de ahorro y. La hija mientras Estado.
07/01/14 13:43
01_NuevaAntropología79.indd 140
140
Tabla 3. Portafolio de recursos y activos por familia, segunda generación (continuación)
Familias Alfa Beta Gamma Delta Épsilon Zeta
Portafolio
de recursos
y activos
derecho a es económica- Los otros dos
financiamiento mente activa, hijos están
para vivienda también cuenta desempleados y
por el Infonavit. con aguinaldo, no cuentan con
servicio médico ningún beneficio
del imss, derecho derivado del
a financiamien- empleo.
to para vivienda
(Infonavit).
Valor de La hija que no La hija con
los servi- trabaja recibe estudios de
cios transferencias de posgrado recibió
sociales un programa del el apoyo de las
públicos gobierno del D.F., becas del conacYt
dirigido a y del Pueg-unam
madres solteras
(su estado civil
en virtud de que sus salarios nos están Algunos miembros de la segunda gene-
nivelados con el “costo de la vida”, y ge- ración se casaron y comenzaron a tener
neralmente están a la expectativa de hijos, al mismo tiempo que seguían ha-
una serie de estrategias que permita bitando en la casa de los padres. Este
ahorrar y economizar en el ejercicio comportamiento de las familias deter-
cotidiano de las finanzas familiares. mina sustantivamente el uso del porta-
Es destacable el hecho de que por lo folio de recursos y activos y, por ende,
menos un miembro de cada grupo do- modifica con el tiempo las estrategias
méstico tiene y hace uso de tarjetas de de reproducción familiar.
crédito. En el caso de la familia Zeta, el En la fase de formación la segunda
padre (primera generación) del grupo generación aumenta sus gastos, ade-
doméstico usa la tarjeta de crédito sólo más de que demanda mucho apoyo ma-
para respaldarse en “un caso de emer- terial, financiero, logístico y de tiempo
gencia”, como sería una enfermedad o de sus padres (primera generación). En
un accidente. 2007 los miembros de la segunda gene-
En este contexto, la segunda gene- ración económicamente activos estaban
ración maneja otros principios para el a punto de ejercer su derecho a crédito
uso de tarjetas de crédito, el cual se para vivienda. El alcance de compra
basa en mantener ciertas comodida- de la propiedad dependía del monto del
des, servicios médicos y educativos crédito prestado por el Infonavit o el
particulares, que muchas veces su sa- fovissste —según el caso—, de los aho-
lario neto mensual no puede cubrir. La rros de los hijos y de la ayuda financiera
segunda generación también conside- que los padres de algunas familias
ra el uso de las tarjetas en situaciones (Épsilon y Beta) potencialmente brida-
de emergencias; sin embargo, las deci- rían para la adquisición de un inmue-
siones sobre su uso son más relajadas ble mejor valuado por el mercado en
en comparación con las de los padres. comparación con el que se podría adqui-
Por otra parte, el tamaño, ciclo y rir bajo el rubro de interés social.
composición de las unidades domésti-
cas por género y generación determi- NOTAS FINALES
nan en mucho el tipo de gasto. En el
año 2000, cuando se llevó a cabo el tra- La economía doméstica de múltiples
bajo de campo sólo la familia Zeta era familias se ve profundamente impac-
extensa y se encontraba en el ciclo de tadas por las políticas macroeconó-
formación, el resto de unidades domés- micas de los gobiernos nacionales, así
ticas permanecían como familias nu- como de las crisis mundiales, tal es
cleares en la fase de reemplazo. Sin el caso de esta última crisis financiera
embargo, en 2007 la composición, ciclo que inició en diciembre de 2008 y con-
y tipo de familias ya habían cambiado: tinuaría, según los analistas políticos y
las unidades domésticas Beta, Gamma, financieros, hasta 2010.
Épsilon se habían convertido en fami- Estas familias han hecho de las crisis
lias en etapa de formación y extensas. económicas, de la contracción económi-
Este punto es importante, ya que bouRdieu, Pierre (2000), Poder, derecho y cla-
en México el mayor ingreso en efectivo ses sociales, Bilbao, Desclée de Brouwer.
de las familias se obtiene por medio del coRtés, Fernando (2000), La distribución
trabajo formal o informal, y si los tra- del ingreso en México en épocas de esta-
bajos son escasos y con una gran flexi- bilización y reforma económica, México,
bilización laboral o pérdida del valor Miguel Ángel Porrúa/ciesas.
de los beneficios del mismo —por ejem- _____ y Agustín escobaR lataPí (2007),
plo, la contratación por honorarios pro- “Modelos de acumulación de capital y
fesionales o mediante la figura del out movilidad social: un estudio en seis ciu-
sourcing—, los trabajadores quedan dades mexicanas”, en Fernando coR-
totalmente desprotegidos y vulnera- tés, Agustín escobaR y Patricio solís
bles en sus derechos laborales. (coords.), Cambio estructural y movili-
Estos escenarios, en los que afloran dad social en México, México, El Cole-
sentimientos de fragilidad y temor son gio de México.
propios de contextos neoliberales y CuéllaR, Óscar (1990), “Balance, reproduc-
muy habituales para la segunda gene- ción y oferta de fuerza de trabajo fami-
ración. En ese sentido, fue muy intere- liar”, en Guillermo de la Peña (comp.),
sante recuperar la experiencia de la Crisis, conflicto y sobrevivencia. Estu-
primera generación, los padres, quie- dios sobre la sociedad urbana en México,
nes desconocían por completo lo que Guadalajara, Universidad de Guadala-
era el temor a quedarse sin empleo y jara/ciesas.
sin servicio médico, entre otros aspec- de la Rosa, Martín (1990), “Estrategía po-
tos, en un contexto donde hay poca pular para tiempos de crisis”, en Gui-
oferta laboral y mucha demanda aun llermo de la Peña et al., Crisis, conflicto
de trabajos con escasas o nulas presta- y sobrevivencia, Guadalajara, Univer-
ciones o beneficios más allá del salario sidad de Guadalajara/ciesas.
mismo. de laRa Rangel, Salvador (1990), “El im-
pacto económico de la crisis sobre la
BIBLIOGRAFÍA clase media”, en Soledad l oaeza y
Claudio steRn (eds.), Las clases medias
adleR lomnitz, Larissa (1990), “Clase me- en la coyuntura actual, México, El Co-
dia y capital social”, en Soledad loaeza legio de México.
y Claudio steRn (eds.), Las clases me- escobaR, Agustín (1996), “México : Poverty
dias en la coyuntura actual, México, El as Politics and Academic Disciplines”,
Colegio de México. en Oyen else y S. M. milleR (eds.), Po-
_____ (1997), Cómo sobreviven los margi- verty: A Global Review. Handbook on
nados, México, Siglo XXI. International Poverty Research, Oslo,
benítez, Marcela (1990), “Hogares y fuerza de Scandinavian University Press.
trabajo”, en Fernando coRtés y Óscar estRada iguíniz, Margarita (1999), 1995.
cuéllaR (coords.) Crisis y reproducción Familias en la crisis, México, ciesas.
social. Los comerciantes del sector infor- gaRcía, Brígida, Humberto muñoz y Orlan-
mal, México, Flacso/Miguel Ángel Porrúa. dina de oliveiRa (1989), “Familia y tra-
steRn, Claudio (1990), “Notas para la de- _____ (1974), “Poverty as Relative Depri-
limitación de las clases medias en Mé- vation: Resources and Style of Living”,
xico”, en Soledad loaeza y Claudio steRn en Dorothy weddeRbuRn (ed.), Poverty,
(coords.), Las clases medias en la coyuntu- Inequality and Class Structure, Cam-
ra actual, México, El Colegio de México. bridge, Cambridge University Press.
townsend, Peter (1979), Poverty in the Uni-
ted Kingdom, Londres, Penguin.
147
A
l ingresar a la Sección de Estudios
Americanistas de la Biblioteca
Elma K. de Estrabou de la Fa-
cultad de Filosofía y Humanidades de
la Universidad Nacional de Córdoba
(ffyh-unc), se veía al fondo un armario
antiguo y al continuar la marcha se
ampliaba nuestro campo visual y se ar-
maba ante nuestra mirada cautivada
un “estudio”.1 Así se podía ver el espacio
solemne:
¿A quién se le estaba rindiendo ho- Figura 1. Montaje en la sala de lectura Mon-
menaje? Nada estaba por escrito al señor Pablo Cabrera, Sección de Estudios
respecto, sólo que la viga del techo es- Americanistas de la Biblioteca Elma K. de
taba tapizada por títulos y retratos de Estrabou, ffyh de la unc (imagen cortesía de
Silvia Fois).
monseñor Pablo Cabrera. Ante esta
evidencia busqué la confirmación por
parte de la bibliotecaria Silvia Fois, sala de lectura por una soga bordo con
quien raudamente comenzó a señalar- un cartelito colgante que nos advertía:
me cada objeto y contarme algo de su “Prohibido pasar”. Tal vez a alguien,
histórica pertenencia y derrotero has- alguna vez, se le ocurrió sentarse en
ta llegar allí. “El sillón había pertene- ese sillón o abrir el armario o sólo el
cido al deán Gregorio Funes; esos dos cartelito nos indicaba que atrás había
libros fueron confeccionados con moti- algo de “valor” histórico y económico.
vo de sus bodas sacerdotales y todo el Este espacio expositivo es suscep-
resto del mobiliario hasta la lámpara tible de varias lecturas, pero puesto en
fue de monseñor. El atril por supuesto contexto sólo encontramos uno similar
que lo hemos puesto nosotros y es ac- en la Biblioteca Mayor de la Univer-
tual” (comunicación personal del 30 de sidad Nacional de Córdoba (unc), de-
agosto de 2008). dicado a Dalmasio Vélez Sarsfield
El deán Funes fue obispo provisor (1800-1875). La sala de exhibición está
de la Diócesis de Córdoba en 1793, rec- separada de la de lectura, conservando
tor de la universidad en 1807 y defen- allí los manuscritos originales del Có-
sor de la Revolución de Mayo de 1810. digo Civil argentino de 1869, la biblio-
Este espacio estaba separado de la teca personal, una mesa y un busto de
Vélez Sarsfield. A este lugar se ofrecen
servicios de visitas guiadas.
1
El trabajo de campo lo hice entre 2007- De alguna manera monseñor Ca-
2008 antes de la inauguración del nuevo edificio brera quedaba equiparado, por este
de la biblioteca que significó la unificación de la
Sección Americanistas y de la Sección Antropo-
montaje, a un prócer nacional de la ju-
logía en un único espacio físico y con la conse- risprudencia, y el escenario era también
cuente pérdida de este montaje expositivo. una biblioteca, aunque sin sus libros,
documentos y manuscritos, y sin las Pero antes un dato más: el otro ins-
marcas que dieran cuenta de su ads- tituto que surgió en 1940, en el seno de
cripción eclesiástica, exceptuando su la misma Universidad, fue el Instituto
fotografía. De todos modos, debía que- de Arqueología, Lingüística y Folklore
dar claro que el escritorio del homena- “Monseñor Pablo Cabrera”, el cual
jeado era su lugar más destacado, su años más tarde pasó a llamarse Insti-
fuente de ideas, su taller de conoci- tuto de Antropología, y hoy parte de
miento. Para el contexto de la Facultad aquel instituto es el Museo de Antro-
la significación de Cabrera residía en pología (ffyh-unc) (Ferreyra, 2006).
el escritorio (y el sillón), no en el púlpi- Hasta 2008 la biblioteca de dicho Insti-
to, el confesionario y lo que se observaba tuto se encontraba en la Sección An-
en el atril era un documento histórico y tropología de la Biblioteca. Será que
no una Biblia. para la época de creación de ambos
La Sección de Estudios Americanis- institutos se consideraba que las in-
tas era el “vestigio” del pasado institu- vestigaciones de monseñor Cabrera
to de nombre homónimo, del cual sólo pertenecían al campo de las ciencias
quedaba la colección de mapas, foto- antropológicas. Las secciones de antro-
grafía, documentos y libros. El institu- pología y americanistas han permane-
to se había proyectado el 14 de agosto cido separadas hasta el año 2008,
de 1936 por iniciativa del rector de la cuando fueron reunidas en un mismo
unc, doctor en derecho Sofanor Novillo espacio físico y aún no está definido el
Corvalán, con el objetivo de “promover nombre pero los usuarios seguimos lla-
e intensificar las investigaciones de mándola “americanistas”.
carácter histórico”. Esta iniciativa sur- Siguiendo los indicios de “America-
gió a partir de “los libros, documentos, nistas”, en este artículo analizo e inter-
manuscritos y museo” de monseñor preto el surgimiento de monseñor
que ofreció en venta su hermana Teresa Pablo Cabrera a partir de su consagra-
a la unc. La propuesta fue aceptada y la ción pública en 1910, con su partici-
transacción se efectuó el 23 de julio de pación en dos reuniones de “sabios” en
1936, meses después al deceso de su el corazón académico de la Argentina,
dueño que había ocurrido el 29 de enero La Plata y Buenos Aires, siendo ésa la
de dicho año (Requena, 2009). categoría con que se designaba a las
Ante este espacio expositivo históri- personas de conocimiento y que perte-
co surge la pregunta de qué hizo para el necían a la comunidad de científicos,
desarrollo de la ciencia —y más específi- esto es, a los cultores y promotores del
camente para el campo del americanis- saber racional y empírico.
mo— monseñor Pablo Cabrera, que
mereció este homenaje en un espacio UN POCO DE SU VIDA
académico en la Universidad que fue la
cuna de la Reforma Universitaria de Pablo nació el 12 de septiembre de
1918, en pleno siglo xxi, y a casi 70 años 1857 en la provincia de San Juan, hijo
de su muerte. de Pablo José Cabrera, comerciante
de mulas oriundo de Chile, y Melitona de San Juan de Cuyo.5 Estas becas eran
Fesas Mercado.2 Era uno de los seis resultado de acuerdos entre diócesis
hermanos, según me lo transmitió su que carecían de un centro formador de
sobrina nieta y biógrafa Delia: Arturo sacerdotes, con una diócesis que conta-
Rufino,3 Pablo, Teresa, Mercedes, Vir- ba con un seminario, como era el caso
ginia y Clara Rosa. Clara fue monja de de Córdoba. Eleuterio Mercado, quien
la congregación de las Hijas de Nues- para la fecha de formación de Pablo,
tra Señora, radicada en Godoy Cruz estando residiendo en Mendoza, pa-
(Mendoza); Teresa y Virginia vivieron gó sus estudios, pero su “padrinazgo”
con monseñor Cabrera en Córdoba (co- no fue sólo éste. Además, lo vinculó con el
municación personal del 25 de sep- mundo de la Iglesia y con sus contactos
tiembre de 2008). personales, sobre todo a partir de ha-
Su madre tenía ya dos hermanos ber ocupado el cargo en el seminario.
sacerdotes: Domingo (miembro de la Ello le permitió vincularse con la fami-
orden de los Padres Dominicos) y Eleu- lia de los demás seminaristas, gente de
terio (miembro del clero regular de la clases acomodadas de estas provincias
Diócesis de Córdoba). Domingo ha- viejas. Por su parte, y en tanto que co-
bía traído a Eleuterio a formarse como merciante de mulas, su padre, también
sacerdote en la Diócesis de Córdoba. lo vinculó con un amplio campo de re-
Eleuterio alcanzó el cargo de vicerrec- laciones sociales. Recordemos que,
tor del Seminario Nuestra Señora del hasta la primera mitad del siglo xix,
Loreto de Córdoba en 1874, y fue él quien Córdoba se especializaba en la produc-
costeó y acompañó los estudios de Pablo ción mular para los mercados mineros
hasta su ordenación, que tuvo lugar en andinos, a lo que se suma que desde
la Diócesis de Cuyo el año 1883.4 1770 comenzó a exportarse ganado en
Pablo fue estudiante del seminario pie hacia Chile. Las guerras de la inde-
ocupando una beca de la diócesis de pendencia generaron “una crisis social
de masas”, es decir la transformación
2
Según figura en su legado sacerdotal con- del mercado, la pérdida de fuentes de
servado en el Archivo del Arzobispado de Cór- trabajo y la reducción de quienes se
doba. dedicaban al fructífero mercado mular,
3
Era el abuelo de Delia y padre de Arturo
Cabrera Domínguez, quien trabajó como ayu-
lo que probablemente afectó la fortuna
dante de monseñor en el Museo Histórico Colo- del padre de Pablo y lo habría llevado
nial de la Provincia de Córdoba. a abandonar a su familia y emigrar a
4
Para que se consumara la ordenación el tío Chile, su tierra natal. Cuando quise
debió iniciar el expediente solicitándole al obispo
Jerónimo de Clara de la Diócesis de Córdoba la
aclarar este punto, Delia me respondió
autorización. El obispo respondió afirmati- con la ya sabida barrera: “son secretos
vamente por “la escasez de sacerdotes” que había de familia que nunca nos enterare-
en las diócesis y sugería al obispo que le otorga-
ra la “Sagrada Orden del Presbiterado” a Pablo
Cabrera, pero antes recomendaba que se le to- 5
Diócesis creada el 19 de septiembre de
mara un examen. Archivo de la Arquidiócesis de 1834 con la bula “Ineffabili Dei Providentia”,
Córdoba, legajo de Ordenación de Pablo Cabrera. de Gregorio XVI.
a cabo en la Diócesis de Cuyo en 1883. partir de los datos que le ofreció la Ofi-
De modo que es factible que esta op- cina de Estadísticas de la Provincia,
ción no fuera bien recibida por el obis- había unos 300 protestantes con dos
po cordobés que siendo Pablo “un salones (templos), uno dedicado a la
hombre de la Iglesia” de Córdoba había primera enseñanza y otro al canto.7
decidido ordenarse en otra diócesis, El presbítero Cabrera ejercía como
cuando ya había manifestado su as- párroco en un espacio de frontera con
piración a pertenecer a esta diócesis la modernización, la periferia de la ciu-
habiendo allí recibido la “Tonsura y dad colonial y de cara a una población
cuatro órdenes menores”. Este despla- nacional y socialmente diversa llegada
zamiento a otra provincia, cierto que de la inmigración europea de finales del
temporario, debe haberle obstaculiza- siglo xix a la ciudad de Córdoba. Toda
do su reinserción en Córdoba, siendo su vida sacerdotal hasta su retiro, el 31
asignado a su regreso como capellán en de julio de 1929,8 permaneció en la Pa-
el Colegio Hermanas Esclavas del Co- rroquia del Pilar, a pesar de haber reci-
razón de Jesús, al otro lado del río Su- bido su distinción como “monseñor”
quía, el cual separaba a la ciudad de los antes de 1910, a pedido del obispo Ze-
nuevos “pueblos” que surgían a la sa- nón Bustos al papa Pío X. Como no es
zón de la modernización provincial a un grado en la ordenación sacerdotal,
fines del siglo xix. ni un sacramento, no queda asentado
Entre 1884 y 1896 la capellanía fue en ningún libro de la Iglesia.
en el colegio que era un establecimien-
to de niñas y sede del noviciado de la LAS “ASAMBLEAS” DE SABIOS DEL
congregación, fundada años antes en AMERICANISMO EN 1910
Pueblo Nuevo General Paz, en terre-
nos donados por Augusto López. Lue- Un año muy particular para la Argen-
go, en dicho lugar se fundó el Colegio tina fue 1910, y también para mon-
Calasancio bajo la dirección de los Re- señor Cabrera. Como parte de las
verendos Padres Escolapios (Boixados celebraciones por el Centenario de la
2000: 69-106). La importancia de estos Revolución de Mayo, se hicieron en el
espacios religiosos católicos radicados Río de la Plata dos reuniones científi-
en ese Pueblo Nuevo se fundaba en la cas en las que él participó como “repre-
presencia de una cantidad considera- sentante” de la Universidad Nacional
ble de personas que profesaban el pro-
testantismo, oriundos de Inglaterra y 7
Información declarada por monseñor Pa-
arribados como obreros del ferrocarril. blo Cabrera ante la Visita Canónica de 1905.
Luego, el presbítero Cabrera fue asig- Archivo del Arzobispado de Córdoba, caja 2,
nado como párroco en la Parroquia del Monseñor Pablo Cabrera.
Pilar, ubicada a las márgenes de la ciu- 8
Carta dirigida por monseñor Pablo Cabre-
ra al obispo de Córdoba Dr. Fermin E. Lafitte.
dad colonial. Sobre un total de poco Biblioratos de monseñor Pablo Cabrera en la
más de 20 000 habitantes en dicha pa- Sección de Estudios Americanista de la Biblio-
rroquia, según el presbítero Cabrera, a teca de la ffyh-unc.
9
El Congreso Científico formó parte de las
El Congreso Internacional de
celebraciones que se sancionaron en el Congre- Americanistas
so Nacional (ley 6286/8/2/1909), junto a otras
medidas, como la realización de una plaza fren- El cia era una “comunidad científica”
te al edificio del Congreso Nacional, con dos mo-
numentos conmemorativos, uno de la Asamblea
internacional, que se estaba constru-
Nacional de 1813 y otro del Congreso de 1816. yendo desde su creación en 1875 en
Se decidió erigir un monumento dedicado a Es- Francia, reuniendo a científicos disper-
paña, un monumento a los ejércitos de la in- sos geográficamente, y unidos por la
dependencia en la Plaza General San Martín,
y un monumento a la Marina de Guerra ar-
preocupación fundamental de estu-
gentina en la isla de Martín García, y uno a la diar a la América precolombina. Era
bandera nacional en la ciudad de Rosario en una red que se constituía en torno a una
la provincia de Santa Fe; en Córdoba se haría problemática específica, buscando de-
una estatua al deán Funes, y en Salta una esta-
tua ecuestre al general Martín M. de Güemes.
marcar su campo de saber y generar
Vale señalar que sólo en Córdoba se decidió una producción y flujo de conocimientos
conmemorar la revolución con un monumento a que incidiera en la creación de auto-
un sacerdote que fuera obispo de Córdoba, rec- ridad dentro del mismo campo discipli-
tor de la universidad y protagonista en los he-
chos de mayo, como fue el deán Funes. El
nar y la irradiara para diferenciarse
mismo al cual pertenecía el sillón del escritorio de otros campos disciplinares (López-
de monseñor. Ocón, 2002).
Para Alejandro Rosa (1854-1914), científica del mundo. El saber cómo las
primer director del Museo Mitre y verdades religiosas eran consideradas
miembro fundador de la Junta de His- un bien de la humanidad, y los sabios y
toria y Numismática Argentina al mo- consagrados también.
mento de recibir a los congresistas en José Nicolás Matienzo, decano de la
el Museo, “Deben pasar por estos Con- Facultad de Filosofía y Letras de la uba,
gresos vuestros estudios personales, en su discurso inaugural como presi-
como pasan por el prisma de colores dente del cia valoraba los “criterios dis-
del iris, y las conclusiones a las que lle- tintos” y “los puntos de vista diferentes”
guéis, serán la luz blanca que disipará porque impiden “la formación de opi-
con su esplendor y brillo las tinieblas niones y doctrinas unilaterales”. Con
de la América Precolombina” (Actas claridad diferenciaba el conocimiento
del XVII Congreso, 1912: 60). de las opiniones. La posibilidad de ha-
En estas palabras Rosa ponía de cer una doctrina única y monocorde,
manifiesto la importancia de estos con- y el lugar exclusivo de la autoridad so-
gresos como ámbitos de esclarecimien- bre el saber, quedaba desmerecida, más
to e iluminación sobre periodos que aún si no podía discurrirse en función
aún estaban en el misterio, como eran de comprobaciones o evidencias, como
el periodo de la América precolombina era en el caso de la doctrina cristiana.
y las poblaciones indígenas. En estas Como todos aquellos que se dedica-
reuniones de sabios se ponían en con- ban a las Cencias Naturales a comien-
tacto “hombres de distintas patrias zos del siglo xx, los americanistas
para realizar una tarea que interesaba querían conocer el origen y la antigüe-
en común a toda la humanidad”, con el dad del hombre pero, como su nombre
objetivo, según los estatutos votados lo indica, sus esmeros se orientaban a
en el primer Congreso Internacional de los orígenes del hombre en el conti-
Americanistas, de “contribuir al pro- nente americano desde disciplinas de
greso de los estudios etnográficos, las más diversas: Arqueología, Geo-
lingüísticos e históricos”. Allí se coteja- grafía, Etnografía, Lingüística, Pre-
ban y legitimaban saberes y se esta- historia, Historia y Antropología
blecían “las verdades” sobre el pasado Física. Para Rosa era tarea de los
americano. En los congresistas residía americanistas “[…] investigar el pa-
“la virtud de avivar el sentimiento de sado del continente, buscando en las
solidaridad que vinculaba entre sí a nebulosas de la tradición las civilizacio-
los investigadores de todos los países nes aborígenes, estudiar su lingüística
del mundo, por encima de todas las tan sorprendente, su arquitectura, su
fronteras internacionales”. Los conoci- arqueología, sus usos y costumbres,
mientos que estos sabios generaban no para luego ofrecer a la ciencia el cono-
servían sólo para escribir la historia cimiento del alma indígenas […]” (Ac-
local y nacional, sino también para la tas del XVII Congreso, 1912: 60).
historia mundial que, en un mismo El XVII cia de 1910 es recordado por
movimiento, constituía a la comunidad la academia del mundo como el debate
blicar una galería biográfica en 1914, tintos medios académicos del país y
el tercer centenario de la Universidad. de América Latina tras un movimien-
Era lógico que la Universidad lo envia- to estudiantil conocido como la Refor-
ra como uno de sus representantes. ma Universitaria de 1918, con una
Pero esta misión no puede soslayar el clara postula anticlerical y moderni-
interrogante acerca de cuál sería su in- zadora (Vidal, 2005; Aguiar, 2008; Re-
terés en participar de un espacio donde quena, 2008).
se valoraba lo distinto y diferente, las Esta segunda reunión se llevó a
voces en disonancia, la luz de la ciencia cabo entre el 10 y el 25 de julio en la
iluminando a la humanidad, en disi- ciudad de Buenos Aires (decidido por
dencia con el dogma de la Santa Madre ley del Congreso Nacional nº 6286, en
Iglesia. Es difícil creer que la otra auto- la sesión del 8 de febrero de 1909). En
ridad que pendía sobre el presbítero Ca- sus considerandos, el artículo 6 señala-
brera, el obispo de Córdoba, desconociera ba que “La comisión propenderá a la
que un miembro de su clero partici- celebración en la capital de la repú-
paba en estos espacios tan modernos blica de un Congreso Científico Inter-
y tan laicos donde se discutían los úl- nacional Americano” en el marco de los
timos avances del saber científico. festejos por el “Centenario de la Revo-
¿Cómo creer que el presbítero escucha- lución de Mayo”. La organización que-
ría impávido que el hombre nació de un daba a cargo de la Sociedad Científica
proceso evolutivo en la Pampa húmeda Argentina, “la institución científica na-
argentina? Seguramente habrá es- cional más arraigada y difundida”. La
cuchado estas postulaciones contra- Sociedad contaba con un espacio edito-
diciendo a la “teoría creacionista” rial, los Anales, que en ese mismo año
cristiana, formulada por parte un sabio ya había publicado el volumen 66 don-
argentino como Ameghino. Y sin em- de sus miembros “reflejan el movi-
bargo, no sólo permaneció en la re- miento científico del país, en todas sus
unión sin conocerse queja, sino que manifestaciones y aplicaciones”. En el
regresó al Congreso siguiente. campo de la investigación había “pro-
movido y realizado las primeras expo-
Congreso Científico Internacional siciones científicas e industriales, en
Americano 1875 y en 1876, y costeado la primera
expedición a los Andes de la Patagonia
En el Congreso Científico Internacio- en 1875”. Estos viajes eran planificados
nal Americano, Cabrera leyó su tra- como medio para la resolución de uno o
bajo sobre “Los lules”. Este hombre de varios problemas científicos. Entre
la Iglesia, cuya misión era predicar la ellos estaba la detección de riquezas
verdad revelada en la Biblia, fue invi- minerales, las vías de comunicación
tado a formar parte de un mundo in- por los Andes de la costa atlántica y
telectual nucleado en la Universidad pacífica, y la defensa de la grandeza y
más antigua del actual territorio ar- de la integridad territorial argentinas
gentino, y cuyo prestigio alcanzó dis- ante las pretensiones de Chile (Podgor-
ny, 1999). También inició y organizó corte disciplinar del Congreso ni sus
“los congresos científicos latinoameri- diferencias con respecto al cia. Al ana-
canos que han tenido lugar en esta ca- lizar la formación de la “Comisión Di-
pital, en Montevideo, en Río de Janeiro rectiva” vemos que su presidente fue
y en Santiago de Chile”. Así el Estado Luis A. Huergo, presidente de la sec-
argentino reconocía estos méritos, de- ción ingeniería. Los vicepresidentes
jando en manos de dicha sociedad la fueron el presidente de la Sociedad
organización de un congreso, acaso Científica Argentina y Francisco P.
menor que el cia pero de una magnitud Moreno, a quien ya mencionamos en el
comparable. El Congreso tenía una no- cia. Cada “vocal” representaba un área
table “Comisión Honoraria” formada del saber instituida a nivel del Estado
por su presidente, José Figueroa Alcor- argentino y esa misma persona presi-
ta, presidente de la República Argenti- día una sección del congreso.
na; los vicepresidentes ocupaban el El Congreso se organizó en las si-
gabinete nacional y las principales guientes secciones: Ciencias Jurídicas
asociaciones científicas y de educación y Sociales, Ciencias Militares, Ciencias
superior.13 Nada aún mostraba el re- Navales, Ciencias Químicas, Cien-
cias Antropológicas, Ciencias Geográ-
13
José Gálvez, ministro del Interior; Victo- ficas e Históricas, Ciencias Geológicas,
riano de la Plaza, ministro de Relaciones Inter-
nacionales Exteriores y Culto; Rómulo S. Naón,
Ciencias Físicas y Matemáticas, Cien-
ministro de Justicia e Instrucción Pública (estos cias Biológicas, Ciencias Psicológicas,
últimos, los mismos que en el cia); Ezequiel Ra- Ciencias Agrarias, de Propaganda y
mos Mejías, ministro de Obras Públicas; tenien- Redactora. Ameghino fue el presidente
te general Eduardo Racedo, ministro de Guerra;
contralmirante Onofre Betbeder, ministro de
de la Sección Ciencias Antropológicas.
Marina; ingeniero Pedro Ezcurra, ministro La comisión organizadora giró invi-
de Agricultura; Manuel de Iriondo, ministro de taciones a instituciones del país que
Hacienda; Manuel J. Guiraldes, intendente desarrollan las más diversas discipli-
municipal de la Capital Federal; Eufemio Uba-
lles, rector de la uba; Joaquín V. González, pre-
nas. La unc fue invitada en carta del
sidente de la unlP; Julio Deheza, rector de la 23 de enero de 1910, donde se expresa-
unc; doctor Doering, presidente de la Acade- ba la importancia del acontecimiento
mia Nacional de Ciencias; Estanislao S. Zeba- como espacio donde “evidenciar ante los
llos ex ministro de Relaciones Exteriores y
Culto; ingeniero Luis A. Huergo, académico, con-
países civilizados de la tierra, el estado
sejero y ex decano de la Facultad de Ciencias de desenvolvimiento científico que al-
Exactas, Físicas y Naturales; Ameghino, direc- canzamos, más alto, por cierto, que su
tor del Museo Nacional de Buenos Aires; Juan renombre”. Seguidamente se la invi-
J.J. Kyle, profesor jubilado de Química Inorgá-
nica en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas
taba a “llevar la labor científica de-
y Naturales; Pedro N. Arata, decano de la Fa- sarrollada por sus instituciones y los
cultad de Agronomía y Veterinaria, profesor de métodos de enseñanza y planes de or-
Química en la Facultad de Medicina; coronel ganización que la individualizan”. Por
ingeniero Luis J. Dellepiane, consejero y pro-
fesor de Geodesia en la Facultad de Ciencias
tal motivo se le solicitaba al rector el
Exactas, Físicas y Naturales, inspector del envío “de uno o varios delegados que se
arma de ingenieros. sirviera designar”. Firmaba la carta
antiguo imperio inca, una de las altas las personas al momento de recibir el
culturas americanas e imperiales. sacramento de bautismo y la extre-
En la sesión del 22 de julio, que pre- maunción, luego surgieron las primeras
sidieron Lehmann-Nitsche y el coronel oficinas de “registros civiles”.19 Enton-
Antonio Romero, Lafone Quevedo ex- ces, no es de extrañar que el presbítero
puso sobre “Provincias lingüísticas ar- poseyera una información muy deta-
gentinas” y sobre “¿Qué es lo que se llada de las poblaciones indígenas y de
sabe de las lenguas que hablaban los sus territorios. Los conocimientos del
calchaquíes, los charrúas y los queran- presbítero merecían la confianza de los
díes?”. Nuevamente Córdoba cobraba científicos porque se fundaban en
valor. Luego de su exposición, Romero pruebas empíricas: los documentos y
preguntaba “qué posición lingüística libros parroquiales, y “estar” en la pa-
les corresponde a los indios matacos?”. rroquia del lugar (Malinowski, 1922).
Lafone Quevedo respondió con sus in- En la sesión del 23 de julio el pres-
vestigaciones, y “alude además a los bítero Cabrera expuso sobre los “vile-
trabajos del padre Cabrera”. Éste llas”, un grupo acaso marginal y
agradeció “los conceptos benévolos ver- extinto de indígenas de origen preco-
tidos por el señor Lafone Quevedo”, y lombino. Señaló que databan de épo-
se extendió “respecto del uso de los tér- cas recientes como invasores de la
minos en los distintos idiomas y llega a región chaqueña en tiempos coloniales.
ejemplificar con los documentos anti- Además convocó a revisar los conoci-
guos”. Para concluir señaló que “no ha mientos tradicionales sobre ellos, por-
hecho otra cosa que formar vocabula- que a su entender “no constituían un
rios” aunque “no es un lingüista”. Se- tronco principal sino una simple rama
guidamente Ambrosetti confirmó con derivada”, y agregó: “Estando estos
ejemplos los aportes del Padre Cabre- indios a punto de extinguirse urge el
ra, a lo que Ameghino asintió (Actas verificar la tradición” (Actas del Con-
del Congreso, 1910). greso, 1910).
En el debate sobre la localización En suma, no obstante su paso por el
de las comunidades indígenas en el cia, el Congreso Científico Internacio-
territorio nacional el presbítero apare- nal Americano fue decisivo en la in-
cía como una persona versada en el corporación pública del presbítero
tema, y además reconocida por sabios Cabrera al mundo académico america-
de la talla de Lafone, Ameghino y Am- nista, no sólo porque fue allí donde
brosetti. Estos saberes del presbítero presentó su propia investigación, y
seguramente emanaban de la institu- muy especialmente porque mereció
ción a la cual pertenecía, porque las
parroquias, hasta finales del siglo xix 19
El Registro Civil surgió como una institu-
y comienzos del siglo xx, eran las que ción estatal más de la modernidad desbancando
a la Iglesia de su poder de “registrar a la pobla-
registraban y conocían la población. ción”. El 1 de enero 1881 comienza a funcionar
Las secretarias parroquiales eran los el registro civil municipal de Córdoba, el más
únicos lugares a donde se anotaban antiguo del país.
Steffan Igor Ayora-Diaz, Foodscapes, Food- Los cinco capítulos que componen la
fields and Identities in Yucatán, Amster- obra llevan de la mano al lector a tra-
dam, Centro de Estudios y Documentación vés de una construcción histórica del
Latinoamericanos, 2012 comer en Yucatán y del decirse o lla-
marse comida yucateca, y todo ello con
miguel lisbona guillén*
argumentos y métodos de la antropolo-
L
a antropología de la alimenta- gía, la sociología y la historia. Discipli-
ción, subdisciplina que tiene una nas que no deben ser contrapuestas
trayectoria creciente desde hace sino complementarias, que es como ad-
varias décadas en países centrales, no quieren su riqueza de matices para
cuenta con las repercusiones esperadas hablar de los seres humanos en socie-
en la academia mexicana. Sin embargo, dad. Interdisciplina que convierte el
hay antropólogos, como Steffan Igor autor en nitidez propositiva, pues Ayo-
Ayora-Diaz, que se han interesado por ra-Diaz establece un modelo y unas
estos temas, expresados inicialmente en definiciones del comer en Yucatán,
artículos o capítulos de libro y, como es como se verá más adelante.
el caso, la publicación de un libro en in- Pero si se va por partes, antes de
glés en 2012. La búsqueda de lo yucate- aterrizar en lo meramente culinario del
co como experiencia personal del autor trabajo hay que remitirse a la historia
—tras dos lustros fuera del terruño— se y, en un principio, a la conformación de
convirtió, en el caso de la gastronomía, los estados nacionales latinoamerica-
en un reto académico, hecho que otorga nos. Las pretensiones de borrar las di-
a la construcción del texto la peculia- ferencias, las peculiaridades propias,
ridad consciente de jugar entre la sub- llámense regionales o étnicas, conllevó
jetividad manifiesta, como punto de procesos de homogeneización que para
partida inequívoco y deseado, y la objeti- el tratamiento del comer refieren uni-
vidad pretendida por tratarse de un tra- formización de gustos. En estos proce-
bajo con miras y metodología científica. sos de segmentación de territorios y
divisiones políticas, iniciados en la Co-
*Director del Centro Peninsular en Huma- lonia y continuados durante el proceso
nidades y Ciencias Sociales, unam. de Independencia, los casos son singu-
171
5
Isabel González Turmo, “La frontera como
horizonte culinario: Andalucía y Marruecos”, en 6
Pierre Bourdieu, La distinción. Criterio y
F.X. Medina, R. Ávila e I. de Garine (coords.), bases sociales del gusto, México, Taurus, 1988.
Food, Imaginaries and Cultural Frontiers. Es- 7
Jack Goody, Cocina, cuisine y clase. Estu-
says in Honour of Helen Macbeth, Guadalajara, dio de sociología comparada, Barcelona, Gedisa,
Universidad de Guadalajara, 2009, p. 329. 1995, p. 192.
EXCELENCIA Y ORIGINALIDAD
Nueva Antropología ha sido aceptada en el Índice de Revistas Mexicanas de Investi-
gación Científica y Tecnológica del Conacyt, por lo que los trabajos publicados tienen
un peso curricular significativo. Es una revista que recibe con gran interés las colabo-
raciones de investigadores en ciencias sociales, tanto nacionales como extranjeros.
COMPROMISO
Los trabajos deben ser originales en español, de preferencia resultado de investiga-
ción teórica o empírica y abordar temas de ciencias sociales y en particular de antro-
pología. El autor(a) debe comprometerse con la revista Nueva Antropología a no some-
ter simultáneamente su artículo a la consideración de otras publicaciones en español.
Los originales no serán devueltos en ningún caso.
DICTAMEN
Todos los trabajos serán dictaminados por dos dictaminadores anónimos y evaluados
por el Consejo Editorial. Los autores conocerán el resultado del arbitraje por la vía
más rápida.
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contener un texto relativo al tema del proyecto de 500 palabras aproximadamente y
un listado de los artículos con los datos de los autores, así como un resumen de cien
palabras de cada artículo. Los proyectos serán evaluados por el Consejo Editorial.
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trónico a:
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Ejemplo:
STAVENHAGEN, Rodolfo (1992), “La cuestión étnica. Algunos problemas teórico-metodo-
lógicos”, Estudios Sociológicos, vol. X, núm. 28, enero-abril, México, pp. 37-56.
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